¿Qué hemos hecho para merecer esto?

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EL PERIODICO DE CATALUNYA
4/1/2008 LA NUEVA MUESTRA DE FUERZA DE LOS SECTORES MÁS CONSERVADORES DE LA IGLESIA
¿Qué hemos hecho para merecer esto?
El acto del domingo demuestra que los obispos no encuentran un mensaje dialogante
y conciliador
JOSÉ ANTONIO Martín Pallín*
El espectáculo montado por la Conferencia Episcopal española en la madrileña
plaza de Colón resulta difícilmente imaginable en otras latitudes de nuestra
carpetovetónica península. Tenía que ser en Madrid, que ha pasado de
rompeolas de todas las Españas, como decía Antonio Machado, a monolítico
emblema de la más acendrada reserva del espíritu de tragedia y apocalipsis en
el que se refugian, temerosos, los nostálgicos de la España una y grande que
nunca fue libre.
La ortodoxia católica y la derecha extrema han cogido gusto a la calle. Saben
que en una sociedad mediática basta con un poco de organización y un
intenso timbre en el tono para que los telediarios eleven las masas a cifras
millonarias y difundan las consignas como dardos dia- lécticos contra los que
no comulgan con sus proclamas integristas y excluyentes.
CIERTO QUE esta vez han desbordado los límites que marca la convivencia
en una sociedad democrática. Como diría un joven de los que viven el día a
día, sin prestar atención a sus rancias teorías, tan alejadas de los problemas
del presente, se han pasado tres pueblos. Se puede mantener, sin rubor, que
la castidad puede ser una alternativa a la concupiscencia o el único remedio
para evitar enfermedades de transmisión sexual. Incluso predicar la
resignación cristiana ante los malos tratos familiares, pero su formación sexual
deja mucho que desear. Entre otras razones, porque su estudio está vedado
en los seminarios.
Lo sucedido en la plaza de Colón demuestra que los depositarios de la fe no
encuentran un mensaje dialogante y conciliador. Sustituyen sus muchas
carencias por arengarios más propios de re- gímenes totalitarios. Sacan a
escena toda la pompa y esplendor de sus purpurados para anunciar, una vez
más, el Apocalipsis nuestro de cada día. Reconfortados y entusiasmados por
la enfervorizada presencia de sus fieles, el cardenal arzobispo de Valencia,
monse- ñor García-Gasco, ha arremetido contra todo lo que le incomoda.
Afirmó, en tono mitinero: "La cultura del laicismo radical es un fraude y un
engaño. No construye nada, solo conduce a la desesperación por el camino
del aborto, el divorcio exprés y las ideologías que pretenden manipular la
educación de los jóvenes. Por ese camino no se respeta la Constitución del 78
y nos dirigimos a la disolución de la democracia". Las frases son lapidarias.
Comprendo que no había tiempo para matizar las palabras, pero un príncipe
de la Iglesia no puede caer en vulgarizaciones. Los dogmas absolutamente
fijos desprecian la dignidad del ser humano. Solo le faltó, aprovechando la
vecindad de Móstoles, emular a su alcalde gritando angustiadamente:
¡Españoles,
la
patria
está
en
peligro!
¡Acudid
a
salvarla!
Sin embargo, es justo reconocer que, los discursos de Rouco Varela y GarcíaGasco contienen pasajes novedosos e interesantes. Monseñor Rouco
descubre, en el 2007, la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10
de Diciembre de 1948 para exigir apoyo a la familia. Está en su derecho. Si
quiere parcelar las citas y escoger las que más benefician a su discurso, todos
lo hemos hecho alguna vez. Tras escucharle, no entiendo por qué se oponen a
la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. ¿Por qué impedir
que los jóvenes conozcan y discutan, en su integridad, el contenido de la
Declaración Universal? García-Gasco se internó peligrosamente por
vericuetos integristas con sabor golpista. Por suerte, los tiempos son diferentes
y las añoranzas del pasado no tienen encaje en la Europa del presente. Quizá
su discurso haya servido para que las generaciones actuales comprendan un
poco mejor lo que sucedió en 1936. La democracia encarna valores que no
convencen demasiado a los férreos guardianes de la ortodoxia. Sus palabras
se han grabado, y todos tenemos derecho a hacer nuestras particulares
lecturas. Cuando se refería al doloroso trauma del aborto, se olvidó de que el
PP, por boca de su candidato a presidir el Gobierno, ha dicho que no piensa
tocar una coma de la ley vigente. La referencia exclusiva al divorcio exprés,
¿es una concesión a la modernidad o un reconocimiento implícito de otras
modalidades menos rápidas y expeditivas?
ME GUSTARÍA disponer de fuentes fidedignas para comprender su referencia
al crepúsculo de las ideologías al margen su inmutable ortodoxia. ¿Habrá leído
a los neocons y asumido el pensamiento único? Confortado por su entusiasmo
tardío por la Constitución de 1978, me permito hacerle algunas sugerencias. La
Constitución impone la participación de los ciudadanos en la toma de
decisiones por parte de los poderes públicos. ¿Sería usted tan humilde o
respetuoso con la Constitución y preguntarle a sus feligreses si están de
acuerdo con su faraónico proyecto de templo votivo a los mártires de la guerra
civil, muertos por la fe, o si prefieren que se entreguen esas ingentes sumas a
Cáritas Diocesana para atender las infinitas carencias que todos hemos
contribuido a generar con nuestros egoísmos? ¿Qué decisión sería
constitucionalmente mas ortodoxa? Le agradezco su referencia constitucional
y, como dicen los seguidores de san Francisco de Asís, le deseo paz y bien.
* Magistrado emérito del Supremo.
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