LA PRESA DE LA VERDEJA. Una presa representativa de

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LA PRESA DE LA VERDEJA.
Una presa representativa de principios de siglo
rescatada de las aguas del embalse del Castro de las
Cogotas.
Moisés Rubín de Célix Caballero
Ingeniero de Caminos
Dirección General de Obras Hidráulicas. Ministerio de Medio Ambiente
Isidro Lázaro Martín
Ingeniero de Caminos
Confederación Hidrográfica del Duero. Ministerio de Medio Ambiente
María García Martín
Diego Saldaña Arce
Ingenieros de Caminos
Universidad de Burgos
“El envejecimiento, al igual que en los seres vivos, es un t érmino
impreciso; las presas empiezan a envejecer desde que nacen, bien
con ritmos muy diferentes en cada caso”.
Guillermo Gómez Laá.
1. INTRODUCCION
La construcción del embalse del Castro de Las Cogotas -a finales de los años 80implicaba la desaparición, bajo las aguas del mismo, de la denominada presa de La Verdeja.
Esta obra, de elegantes formas e impecable acabado, fue construida entre 1900 y 1901. En esa
época, España se encontraba en la fase de “electrificación incipiente” en la que se comenzaba a
desarrollar, a la par que nuevas aplicaciones industriales, la electrificación de determinadas
poblaciones.
Predominaban
en
las
centrales eléctricas de la época las turbinas
de vapor, que comenzaron a ceder parte del
terreno frente a las turbinas hidráulicas,
debido al incremento del coste del carbón
y la disminución de las dificultades
técnicas para el transporte económico de la
energía eléctrica.
La distribución de energía -en la
España de la época- era realizada por un
sinfín
de
pequeñas
compañías
independientes que operaban de forma
aislada unas de otras, siguiendo criterios
propios y localistas y sin respetar criterios
uniformes y preestablecidos en la calidad
del servicio.
Figura 1
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2
Dentro de este contexto, la Compañía General Abulense realizaba el suministro de
energía eléctrica para el alumbrado de la
capital, mediante una central que
disponía de dos turbinas de vapor que
suministraban 250 CV. Debido a la
pérdida de rentabilidad de la instalación
existente, como consecuencia de los
factores citados anteriormente, la
Compañía encarga al Ingeniero de
Caminos Canales y Puertos D. Emilio
Ortuño el estudio del aprovechamiento
hidroeléctrico del río Adaja en las
proximidades de la capital. El objetivo es
formar un salto bruto de 8 m. que,
turbinando un caudal de 5 m3/s,
permitiera obtener una potencia de 400
CV.
Descartada la utilización del
tramo más cercano debido a la existencia
de
unos
molinos
con
sus
correspondientes
azudes,
cuyo
adquisición y recrecimiento hubiera
resultado difícil y costoso realizar, se
centra la atención en una cerrada situada
5 km aguas abajo de Avila y a 300 m del
derruido molino de Verdeja. La
inclinación pronunciada de las laderas y
la naturaleza granítica de la roca,
presentan la configuración ideal para el
emplazamiento de una presa de las
características perseguidas.
El salto hidroeléctrico de La
Verdeja (figura 1) inició la producción
de energía el 20 de Junio de 1901. La
Figura 2
titularidad de la concesión fue
cambiando de propietario, a la par de las
sucesivas fusiones de las compañías eléctricas, hasta que en 1969 -siendo titular Unión Eléctrica
Madrileña S.A.- su escasa rentabilidad provocó el cese definitivo de la producción y el
abandono de la presa.
En 1983 se inicia el expediente de expropiación -originado por la construcción del
Embalse de Mingorría, posteriormente Castro de las Cogotas (figura 2)- pasando la titularidad a
nombre de la Confederación Hidrográfica del Duero.
A principios de 1989, viendo próximo el cierre y primer llenado de la presa de Las
Cogotas, el Servicio de Vigilancia de Presas y la Confederación Hidrográfica del Duero
proceden al inventario, desmontaje, transporte y acopio de los elementos básicos de la obra, que
permitan su futura reconstrucción en una ubicación diferente.
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3
2. LA PRESA DE LA VERDEJA COMO REPRESENTATIVA DE LAS
CONSTRUIDAS EN ESPAÑA A PRINCIPIOS DE SIGLO
Dejando a un lado las realizaciones innovadoras y más avanzadas, se puede identificar para cada fase de la evolución de la Ingeniería de Presas- una serie de construcciones
representativas del estado de conocimiento general de la propia Ingeniería, que es de normal
aplicación a las presas que podrían denominarse habituales en de cada período.
La presa de la Verdeja es, pese a sus reducidas dimensiones, representativa del
conocimiento habitual -en su sentido más amplio- de los presistas españoles de principios del
s.XX. Esta representatividad se la otorga el hecho de ser diseñada y construida por un Ingeniero
consciente de los recientes fracasos obtenidos en Europa -con la aplicación estricta de los
principios de la Mecánica Racional- y conocedor de las últimas teorías, fundamentalmente de
Le Rond y de M. Levy. Por otro lado, el ser un proyecto impulsado por una compañía del sector
privado -en expansión y con amplios recursos- que necesita reducir al máximo el tiempo de
ejecución, asegura el empleo de los materiales, medios y técnicas, si no los más punteros, al
menos considerados como avanzados en ese momento.
2.1. El terreno de apoyo
Como era habitual a principios del siglo, el estudio geológico previo a la construcción
de una presa se reducía a un estudio geológico general del emplazamiento y la zona más
próxima al mismo. En las presas de mayor tamaño o riesgo se realizaban puntualmente algunas
catas, con el objetivo de determinar la profundidad y naturaleza del banco de cimentación. De
esta forma, en el caso que nos ocupa, la única referencia a la cimentación que se realiza en la
memoria del proyecto es la existencia de un afloramiento del filón granítico formando unas
escarpadas laderas, que se suponen “muy buenas para cimentar debido a su gran solidez y
economía”[3?.
Figura 3
Figura 4
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4
2.2 La presa
La presa se diseñó con un perfil de gravedad y -tal como era habitual en esa época y
anteriores- se dio en planta una forma ligeramente curva, con el objetivo de garantizar mejor su
estabilidad. Esta manera de proceder era frecuente entre los ingenieros y, aunque hoy pude
parecer evidente con el objetivo de lograr mayor seguridad, en aquel momento se revela como
imprescindible para hacer frente a unos esfuerzos de subpresión que empiezan a identificarse y,
aunque no son ni perfectamente comprendidos ni directamente cuantificables en ese momento,
se intuye que intervienen de forma decisiva en la estabilidad del conjunto.
Este sentimiento refleja la inseguridad y la desorientación que, entre los ingenieros de la
época, había provocado la rotura de varias presas modernas -fundamentalmente la de Bouzey
1895 y del Habra en 1881- y los signos preocupantes que mostraban otras muchas. La rotura de
estas presas, construidas siguiendo los criterios estrictos de la mecánica racional y las teorías
elaboradas por Sazilly y Delocre, fue debida al fenómeno de subpresión cuyos efectos no
fueron identificados y cuantificados hasta 1895, por Le Rond, siendo Levy quien dio cuerpo
matemático a la nueva doctrina.
La presa de la Verdeja se
dimensionó
siguiendo
los
criterios expuestos por E. Boix
en su libro “Estabilidad de las
construcciones de mampostería”.
Constructor de la presa del
Villar -primera realización en
España siguiendo los criterios de
la mecánica racional- Boix se
muestra a lo largo de su
trayectoria más conservador que
los ingenieros franceses, criterio
que se ve avalado por las últimas
teorías aportadas por Levy a
finales de siglo.
El perfil definido en el
proyecto original (figura 4)
consiste en una presa de 11 m de
Figura 5
altura máxima sobre cimientos.
El espesor en coronación es de 3 m, siendo el paramento aguas abajo vertical los 3 primeros
metros que se continúan con una poligonal de tres lados -cuyo objetivo es facilitar la
construcción y mejorar la estabilidad- disminuyendo la pendiente progresivamente hasta
alcanzar en la base un ancho de 7,35 m. De las curvas de presión obtenidas a embalse lleno y
vacío -tomando un peso específico para la mampostería de 2,2 T/m3- se obtienen unos
resultados “muy satisfactorios” a criterio del proyectista [3], pues las mismas se encuentran
contenidas dentro del núcleo central. La compresión máxima generada en la fábrica resultaba
inferior a 2,82 kg/cm2, muy por debajo de los límites más conservadores considerados en ese
momento.
La preocupación por la estabilidad, unida probablemente al condicionante hidráulico como se verá posteriormente- hizo necesario modificar el perfil de la presa durante la
construcción, para adecuarse a la recientes teorías expuestas por Le Rond y M. Levy.
Se adoptó un perfil triangular con paramento suso vertical y una inclinación aguas
abajo, que cumplía la relación:
tga ?
1
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H 0,86
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V
1
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para asegurar una presión en el paramento aguas arriba igual -en cada punto- a la hidrostática
para embalse lleno, y así eliminar el riesgo de aparición y propagación de fisuras. El prisma de
coronación se redujo a una anchura y altura de 2 m, con una transición curva hacia la alineación
recta del paramento yuso [2]
En planta (figura 5), la presa se compone de tres alineaciones con un desarrollo total de
90,7 m. La parte central consiste en un arco de 33 m. de desarrollo y cuyo radio -que
inicialmente era de 200 m- se redujo a 150 m para aumentar la estabilidad del conjunto. La
alineaciones laterales son rectas, de 43,5 m. en la margen izquierda -en la que se sitúa el
aliviadero- y 14,2 m. de longitud en la margen derecha, en la que se encuentra el canal de toma
de la central. El ancho de coronación varía desde 2 m en el centro de la presa hasta alcanzar un
espesor de 2,8 m. en los arranques.
Para aumentar la solidez de la obra, y evitar cualquier posibilidad de deslizamiento por
el plano de cimentación, se dispusieron unos ranjales o retalles en los bancos excavados en la
roca, que no se habían considerado inicialmente en el proyecto.
2.3. El diseño hidráulico
El diseño de los órganos de alivio de las presas presenta, a principios de siglo, dos
problemas fundamentales. Por un lado, el ingeniero dispone de unos conocimientos hidrológicos
simples, cuando no erróneos, y una escasez casi total de datos -entre ellos de aforo- que
permitan interpretar correctamente las diferentes variables del ciclo hidrológico, lo que lleva en
algunos casos a un dimensionado claramente insuficiente de los órganos de alivio. El segundo
inconveniente proviene de la no existencia de estudios teóricos y prácticos, relativos al efecto
del vertido por coronación en presas de tamaño medio-grande, lo que hace imposible abordar
algunas realizaciones.
Dentro de este contexto, el proyectista de esta presa cuenta tan sólo con las estimaciones
personales que puede realizar -a partir de los aforos realizados por él mismo y de referencias
aportadas por gente del lugar- llegando a las siguientes conclusiones:
* De los foros directos, practicados en Febrero y Marzo de 1899, se deduce un Q medio
de 15 m3/s.
* Caudal máximo estimado a partir de referencias anteriores ajenas, Q max de 60 m3/s.
* Caudal medio superior a 5 m 3/s durante siete meses al año.
* Caudal de estiaje muy reducido o prácticamente nulo durante tres meses al año.
Los órganos de desagüe proyectados consisten en una galería de fondo de 0,8x1,0 m y
un aliviadero -situado en la ladera izquierda- de labio fijo de 5 m. de longitud y altura máxima
de lámina 1 m. De esta forma el caudal máximo que se podría evacuar sería de 30 m3/s
repartidos de la siguiente forma:
* Derivación central: 5 m 3/s.
* Galería de fondo: 10 m 3/s.
* Aliviadero: menos de 15 m 3/s.
La falta de capacidad de alivio se debía -pasando por alto que el caudal máximo
estimado era muy inferior al real- a que en el proyecto se evaluó la capacidad del canal natural
de la ladera izquierda en 60 m3/s, sin reparar en que el labio del vertedero no podía desaguar ese
caudal.
De esta forma, la consideración recogida en la memoria “...creemos que ni en las
crecidas mayores ha de saltar el agua por encima de la coronación de la presa” [3], se vio
rebatida de forma natural durante la construcción de la presa, al registrarse una avenida –
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acaecida en Marzo de 1901 con un Qmax de 170 m3/s- que provocó un vertido por coronación de
76 cm de altura de lámina, cuando el cuerpo de presa se elevaba una altura de 8 m. sobre
cimientos. Posteriormente, en 1902, se presentó una avenida que provocó un vertido por
coronación de 1,10 m de altura.
La demostración natural de que los caudales de avenida eran muy superiores a los que
inicialmente se habían considerado -debido a las limitaciones del conocimiento reflejadas
anteriormente- provocó un cambio profundo en el esquema de los órganos de alivio que se
refleja en:
* La aceptación de la incapacidad de dimensionar un aliviadero lateral con longitud de
labio suficiente -dispuesto en dirección perpendicular al cuerpo de presa como era
habitual en la época- debido posiblemente al gran aumento de volumen de fábrica y
a la dilatación de los trabajos que supondría.
* Modificación del aliviadero de superficie y creación de un desagüe intermedio, que
permitieran de forma conjunta el desagüe de las avenidas de periodicidad inferior a
la anual.
* Convencimiento de que el alivio de las crecidas extremas, con periodicidad superior
a la anual, debería necesariamente realizarse mediante vertido por coronación.
La capacidad total de los órganos de alivio construidos se puede estimar alrededor de 50
m3/s, que se desglosan en:
* Aliviadero de superficie que consiste en un vano de 3,15 m de longitud y 1,15 m de
altura de lámina con capacidad de 12 m3/s, y un grupo de ocho vanos de 1 m de
longitud y altura de lámina de 0,40 m con una capacidad de 6 m3/s. El umbral del
grupo de vanos de menor longitud se encuentra 0,6 m por encima de labio de mayor
longitud.
* Desagüe intermedio de 1,1x1,8 m con una capacidad aproximada de 17 m 3/s (Figura
6).
* Galería de fondo: 10 m 3/s.
* Derivación central: 5 m 3/s.
Figura 6
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Para caudales de avenida superiores al citado se produce el vertido por coronación, que
no se consideraba en la redacción del proyecto. Por tanto, no puede interpretarse esta realización
como un vertido intencionado de un caudal elevado por coronación -hecho que debería haber
sido estudiado con más detenimiento por la existencia, en un tramo relativamente corto del río,
de varios azudes arruinados por esta causa- sino como la única solución posible, e inevitable,
una vez que ya habían progresado en gran medida las obras del cuerpo de presa.
A pesar de la altura elevada y el considerable caudal de la lámina vertiente, no se
produjeron daños aparentes -hecho que seguramente tranquilizó al ingeniero- por las crecidas
acaecidas durante la propia construcción y en los años posteriores. Gracias al afloramiento en
superficie del macizo granítico no se produjeron socavaciones en el pie aguas abajo durante la
explotación de la presa, y se logró la supervivencia de la obra hasta su desmontaje.
Posiblemente, la estabilidad de la presa no se vio comprometida en ningún momento gracias a la
modificación introducida en el perfil -que en caso contrario hubiera sufrido posiblemente
tracciones elevadas en el paramento suso y daños en el paramento yuso, al ser éste más vertical
y menos adaptado a un vertido- y a la disposición de retalles en el plano de cimentación.
Otra medida adoptada para adecuar la presa al vertido, consistió en dar una pendiente
del 15% de la coronación hacia aguas arriba y realizar un aparejo especial de las grandes losas
que la formaban. Su finalidad era aumentar la estabilidad de dichos sillares frente a los efectos
hidrodinámicos que pudiera provocar la lámina. A partir del levantamiento realizado, previo al
desmontaje, se comprueba que fue necesario acudir a la reposición de al menos una parte de los
sillares, aspecto que se podría haber evitado si se hubiera realizado un grapado metálico de los
mismos, técnica conocida desde varios siglos antes.
Para proteger el edificio de la central y una zona más sensible a la erosión en la parte
superior de la ladera izquierda -a la vez que para encauzar y contener el vertido- fue necesario
realizar un recrecido de protección de la coronación en ambas márgenes. Estos muros ,
construidos en sillería y de espesor igual al de coronación, se elevan aproximadamente 1,20 m
sobre coronación. En la zona cercana a la central se dispone un murete adicional de protección
de 1,5 m, que se prolonga hasta el cajero derecho del canal de derivación, para evitar la entrada
de caudales superiores al admisible en la cámara de carga de la central.
Como elemento de comparación, que permite valorar la falta de conocimiento del
condicionante hidrológico a principios de siglo, se acompañan los caudales máximos de avenida
previstos en el estudio hidrológico correspondiente al proyecto de la presa del Castro de las
Cogotas, que supone una cuenca vertiente con una extensión un 6% superior:
T
3
Qmax(m3/s) 121
5
193
50
617
100
723
500
978
Del estudio de los aforos -recogidos en la estación nº 46 del Adaja a su paso por Avila
desde 1942- se observa un caudal máximo registrado de 230 m3/s.
2.4. Construcción
Para la construcción del cuerpo de presa se empleó mampostería hidráulica, mientras
que los paramentos y los remates de coronación, aliviaderos y conductos de desagüe se
realizaron con sillería de cuidadoso acabado. El material empleado para la obtención de sillares
y mampuestos es el granito leucocrático, a veces rosado, extraído de los afloramientos del
entorno del emplazamiento. El conglomerante empleado en la ejecución de la mampostería del
cuerpo de presa es el denominado entonces cal ó cemento de Zumaya, cuyo uso fue muy
habitual -para la fabricación de morteros en presas y otras obras hidráulicas- en todo el norte de
España desde la segunda mitad del s. XIX. hasta las primeras décadas del presente.
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La escasa producción y el coste elevado de este conglomerante -considerado como uno de
los de mejor calidad- condujo a su uso con el objetivo de mejorar la calidad de las cales
próximas al emplazamiento de las presas, y sólo en el caso de obras como la que nos ocupa localizada en un macizo granítico y demasiado lejos de posibles canteras de caliza- se empleaba
como único aglomerante. Este cemento natural, que toma el nombre de la zona guipuzcoana de
fabricación, se obtiene por calcinación de margas muy puras que no precisan ninguna adición
para dotarlo de hidraulicidad.
Debido a los extendido de su uso, algunos Ingenieros del Cuerpo fueron profundizando
en su conocimiento y
describiendo
sus
características:
“...color
amarillo
verdoso,
textura
compacta, 26,11 por
100 de arcilla, peso
del
m3
1195
kilogramos, fraguado
a los pocos momentos,
endureciéndose a los 4
ó 5 minutos...Además
el de Zumaya retarda
mucho su fraguado
después de algunos
días de fabricado, aún
cuando se toma la
precaución
de
Figura 7
embarrilarlo.” [7].
El conocimiento de las variables que definen el comportamiento del cemento artificial,
y las condiciones que se deben exigir en su fabricación y suministro, había avanzado en gran
medida en las últimas décadas del s. XIX. Los experimentos de adecuación de la finura,
dosificación de los morteros, evaluación y evolución de resistencias, determinación de la
compacidad y su influencia en la durabilidad, vulnerabilidad frente al ataque en medios
agresivos, etc. se encuentran muy desarrollados a nivel europeo y americano. En España se van
realizando pequeños avances -debido a las iniciativas personales de algunos ingenieros y a pesar
de la limitación de recursos- que permiten realizar en 1887 una propuesta de pliego de recepción
de cementos. El resultado de estos estudios evidencia las ventajas que presentan los cementos
artificiales, respecto de los naturales, debido en gran medida al alto grado de manipulación,
mezcla, selección y control realizado en fábrica, que otorgan al producto una elevada
homogeneidad, aspecto éste más relevante que la propia diferencia de resistencia, que era -en
esa fase incipiente de los hormigones- relativamente pequeña.
Pero la escasa industrialización de España, así como la falta de competencia entre
fabricantes, provocaron que -a diferencia de otros países europeos y fundamentalmente Estados
Unidos- tuvieran que transcurrir un par de décadas hasta que se generalizase el uso de los
cementos artificiales, en la fabricación de la mampostería hormigonada inicialmente y del
hormigón ciclópeo, del cuerpo de presa, posteriormente. Éste es el caso de la presa de la
Verdeja en la que, al igual que numerosas realizaciones de esta fase de transición, el uso del
cemento pórtland para la fabricación de morteros se redujo al rejuntado de los sillares de los
paramentos.
Las dimensiones de los sillares del paramento aguas abajo oscilan entre 0,4 y 0,5 m de
altura, y entre 1 y 2 m de longitud y anchura, alcanzando alguna de las losas -del aliviadero
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lateral o de le la zona de toma de la central- los 4,6 m de longitud. Para mejorar la estabilidad de
la coronación frente a los fenómenos hidráulicos, producidos por el paso de la lámina de agua
durante los vertidos, se alteró el aparejo de los sillares -disponiéndolos en forma de cola de
milano y dobles trapecios alternativamente- cuyas dimensiones alcanzaban los 2 m del ancho de
coronación y una altura de 0,33 m.
Los sillares se colocaban en seco, para posteriormente rellenar las juntas con lechada de
mortero fabricado con cemento Pórtland. Las juntas así logradas oscilaban entre 1 y 3 cm de
grosor. Durante la construcción se persiguió con empeño la calidad de ejecución de las fábricas,
pues ya se intuía el efecto negativo, que la falta de impermeabilidad y la aparición de fisuras
representaba para la garantía de estabilidad del conjunto (figura 7). El resultado obtenido fue
altamente satisfactorio y prueba de ello es el picado enérgico -de la mampostería- necesario
durante los trabajos de demolición del núcleo de mampostería. El único deterioro apreciable en
la fábrica, en el momento de su desmontaje, era la pérdida en el paramento de aguas abajo de la
presa, de parte del mortero de rejuntado y de algunos sillares.
El plazo de ejecución de los trabajos -al igual que el proyecto cuya fecha de encargo fue
el 1º de Marzo de 1899- fue muy reducido, dándose comienzo las obras el 15 de Agosto de 1900
de forma apresurada, para realizar la excavación del cimiento durante los meses de estiaje en los
que el caudal del Adaja es muy reducido. De esta forma, y dividiendo longitudinalmente el
cauce en dos partes, se consiguió ejecutar siempre en seco la colocación de los sillares de
cimentación en las cajas escalonadas abiertas en el banco granítico.
El ritmo de construcción se vio retrasado por las fuertes crecidas acaecidas durante el
invierno, que, superando con creces a las previstas en proyecto, vertieron por encima de la obra
durante ocho días cuando ésta se elevaba 2 m de la cimentación. El 3 de Marzo de 1901, cuando
el cuerpo de presa alcanzaba los 8 m, se produjo un nuevo vertido con una lámina de 76 cm. Las
obras quedaron terminadas esa misma primavera, entrando la central en funcionamiento el 20 de
Junio de 1901.
No se han localizado referencias a los medios auxiliares empleados en la construcción
de la presa, pero seguramente fueron muy reducidos debido al escaso volumen de fábrica –
cercano a 4500 m3- y a que todavía no se habían producido los grandes avances en los
procedimientos de puesta en obra y en los medios auxiliares de fabricación, que comenzarían
dos décadas después ocasionados por la construcción de grandes aprovechamientos
hidroeléctricos y embalses de riego.
La coordinación de las labores de construcción, realizadas directamente por el Redactor
del Proyecto al haberse rescindido el contrato a petición del constratista, fue digna de elogio
pues se logró la puesta en marcha de la explotación en un plazo de 10 meses con un ahorro del
20%, sobre el presupuesto de adjudicación inicial, a pesar del gran incremento de fábrica
ejecutada. La plena dedicación, la excelente preparación y el buen hacer del Ingeniero fue como tantas veces ha ocurrido a lo largo de la evolución de la Ingeniería de Presas en Españafundamental en la construcción de la presa, no sólo bella e integrada en su entorno, sino
funcional y estable a pesar de las limitaciones de medios y de conocimientos en lo referente,
fundamentalmente, al condicionante hidráulico y al comportamiento de los materiales.
3.
LA RECUPERACIÓN DE LA PRESA DE
INTERVENCIÓN EN NUESTRO PATRIMONIO
LA
VERDEJA:
UNA
A lo largo de la evolución de la Ingeniería de Presas en España, se han sucedido
numerosos casos en los que nuevas realizaciones han supuesto la desaparición de presas ya
existentes, bien por la coincidencia de emplazamiento, o bien por quedar la obra más antigua
bajo las aguas del nuevo embalse.
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Existen ejemplos -muy cercanos en el tiempo- que han afectado a elementos bastante
representativos de nuestro patrimonio hidráulico y, que en función de las características propias
de cada caso, de los medios disponibles y los apoyos ofrecidos por los diferentes organismos
implicados, han puesto de relieve diferentes criterios de intervención.
La presa de Castellar, elemento representativo del grupo de presas extremeñas de
“contrafuertes”, quedó sumergida bajo las aguas del embalse creado por la presa que se
construyó de forma contigua aguas abajo. Ante una situación similar a la anterior, y sin
profundizar en los factores que lo han posibilitado, el emplazamiento de la moderna presa de
Puentes se ha situado justo aguas arriba de la anterior presa Nueva de Puentes -cuya
construcción data de finales del siglo XIX- permitiendo así salvar una presa cuyo valor histórico
es indudable.
La construcción del embalse del Castro de las Cogotas suponía la desaparición de la
presa de La Verdeja que, estando situada dentro del vaso a una distancia de 3,5 km aguas arriba
de la nueva presa, quedaría bajo las aguas cuando se procediese al primer llenado del embalse.
La elegancia de la presa, el buen estado de conservación y su evidente valor histórico, pesaron
en el ánimo de los ingenieros del Servicio de Vigilancia de Presas y de la Confederación
Hidrográfica del Duero, que procedieron a su desmontaje con la intención de que en un futuro
se pueda reconstruir en una nueva ubicación.
Los factores que hicieron posible esta intervención, además de la concienciación de los
ingenieros que participaron en la misma, fueron las reducidas dimensiones de la presa -que
hicieron abordable el proyecto-, la ubicación de una población importante como Avila en las
proximidades y la coexistencia en ese tramo del Adaja de numerosos molinos, cuya maquinaria
hidráulica ya había sido desmontada, y que podría suponer un valor histórico añadido al que la
futura reconstrucción de la presa pudiera representar para la población del entorno.
A continuación se describen los trabajos realizados hasta la fecha con el objetivo de
preservar una obra tan significativa, así como los criterios básicos a seguir en la reconstrucción
de la misma.
3.1. Labores previas al desmontaje
En primer lugar, se
procedió
a
realizar
un
levantamiento topográfico del
cuerpo de presa, así como de
todos sus elementos, para
mantener la obra referenciada
respecto del entorno de la
cerrada. Para ello se tomaron
referencias desde cinco bases
hacia la coronación, ambos
paramentos y demás elementos
singulares,
que
permitieron
definir los diferentes perfiles
Figura 8
transversales.
Con el fin de identificar individualmente cada uno de los sillares se realizó una
numeración y marcado de los mismos con pintura. Para poder realizar el acopio, y
posteriormente el montaje, era necesario referenciar la posición relativa de cada uno de los
sillares, por lo que se dispuso sobre el cuerpo de presa una cuadrícula (figura 8), que se
materializó mediante el tendido de dos series de hilos -una vertical y otra transversal- de forma
que verticalmente dividiese la presa en 57 perfiles transversales, y horizontalmente las
divisiones coincidieran con la cota sobre el n.m.a. en incrementos de metro.
Comunicación 4.1. La presa de La Verdeja. Una presa representativa de principios ...
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Para almacenar la información generada con el procedimiento que se ha descrito, se
realizó un reportaje fotográfico exhaustivo que recogió todas las cuadrículas marcadas,
permitiendo de esta forma visualizar la numeración de cada uno de los sillares comprendido en
las mismas. Este material, junto con los datos del levantamiento topográfico, permitió elaborar
los planos finales de desmontaje de la presa con la precisión suficiente para garantizar la
posibilidad de reconstrucción de la misma.
3.2. Desmontaje
Los trabajos de desmontaje, por las especiales características de los mismos, fueron
realizados por la propia Administración a través del parque de maquinaria del entonces
Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
Figura 9
Las tareas comenzaron con la retirada de las grandes losas de coronación y del
aliviadero de superficie. A continuación se procedió al desmontaje de los sillares de ambos
paramentos, siguiendo hiladas horizontales (figura 9). El picado de la mampostería próxima a
los sillares se realizó mediante martillos neumáticos manuales para evitar la rotura de los
mismos. El resto de la mampostería hidráulica se demolió mediante retroexcavadora con
martillo rompedor. El número final de sillares desmontados para su traslado ascendió a 4.380,
mientras que la mampostería demolida y retirada totalizó un volumen de 3.240 m3.
Simultáneamente al desmontaje del cuerpo de presa, se fueron retirando los elementos
mecánicos recuperables de los órganos de desagüe y mecanismos de la central.
El volumen de las excavaciones necesarias para eliminar los aterramientos del vaso –
que llegaban hasta una altura de 6 m por encima del cauce- y formación de accesos para
maquinaria se elevaron hasta los 36.800 m3. Para la formación de las plataformas de trabajo y
accesos fue necesario ejecutar 3.240 m3 de terraplenes.
Comunicación 4.1. La presa de La Verdeja. Una presa representativa de principios ...
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Aprovechando el desmontaje de la presa y, en su afán de profundizar en el
conocimiento de aquellos aspectos que condicionan y determinan el envejecimiento de los
materiales, el inolvidable maestro D. Guillermo Gómez Laá animó al Laboratorio de Materiales
de la ETSICCP de Santander, a realizar un análisis del estado de las piedras y morteros de las
diferentes zonas de la presa. A continuación se resumen las principales conclusiones de aquellos
ensayos:
* Los sillares de ambos paramentos se encontraban en buen estado, incluyendo
aquellos correspondientes a la parte aterrada del paramento aguas arriba.
* Los grandes mampuestos del cuerpo de presa presentaban una meteorización
inferior al 1%.
* Los ripios de la mampostería interior –con tamaño inferior a 10 cm- se encontraban
meteorizados en un 20%, afectando dicha alteración a los feldespatos y
especialmente a la ortosa.
* La porosidad al mercurio de la roca matriz de los sillares, lejos de las superficies
alteradas, es del 1%, dato que contrasta con la porosidad centimétrica, con
tendencia a concentrarse debajo de las piedras mayores.
* En el mortero hidráulico de cal, se hallaron contenidos de portlandita, etringita y
una masa amorfa de calcio, silíceo y óxidos de hierro.
* La porosidad de dicho mortero se hallaba comprendida entre el 22 y 28%.
* A pesar de las importantes filtraciones que había sufrido la presa, no se apreció la
presencia de limos en el interior de la fábrica, lo que debe traducirse en un
excelente comportamiento de la sillería que conformaba el paramento suso.
3.3 Acopio de los sillares
El acopio de los sillares desmontados se realizó en una explanada de la margen derecha
del embalse del Casto de las Cogotas, situada en las cercanías del estribo y de las oficinas de la
presa (figura 10).
Para facilitar en el futuro la localización de los sillares, se dispusieron los mismos
abatiendo los paramentos sobre el plano de coronación, de forma que se mantuviera la posición
relativa entre sillares, y que la identificación de las diferentes zonas de los paramentos y
coronación fuera rápida e intuitiva.
La disposición descrita se reflejó en un plano del emplazamiento (figura 11) que indica,
mediante una leyenda, la ordenación de los sillares por grupos homogéneos.
Figura 10
En la actualidad, los sillares se encuentran perfectamente conservados. La mayor parte
de la numeración original ha desaparecido pero, gracias a la rigurosidad de la documentación
generada y del acopio realizado, este aspecto no supone ningún inconveniente para la
reconstrucción. Entre los sillares se aprecia el crecimiento de vegetación baja que, sin tener
Comunicación 4.1. La presa de La Verdeja. Una presa representativa de principios ...
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ninguna importancia, favorece la reflexión y anima al visitante a soñar con esos sillares
cumpliendo de nuevo su cometido inicial (figura 12).
1.
2.
3.
4.
5.
MUROS DE CERRAMIENTO
PARAMENTO AGUAS ABAJO (I)
PARAMENTO AGUAS ARRIBA (I)
ACOPIO SILLARES CORONACION
TUNELES SALIDA TURBINAS
6.
7.
8.
9.
PARAMENTO AGUAS ABAJO (II)
PARAMENTO AGUAS ABAJO (S/N)
PARAMENTO AGUAS ARRIBA (S/N)
CAJEROS CANAL DERIVACION
Figura 11
Figura 12
3.4. Emplazamiento definitivo. El montaje
Desde que finalizaron los trabajos de desmontaje, se han ido valorando diferentes
emplazamientos para la reubicación de la presa que no se han podido materializar, por la
imposibilidad de respetar los criterios considerados básicos para la reconstrucción.
Entre ellos se puede señalar, que el nuevo emplazamiento debe encontrarse cercano a su
ubicación original -obligados por el condicionante histórico, social y de coste del traslado- y en
la cuenca del Duero, preferiblemente en las proximidades de Avila. Por otro lado, para que la
reconstrucción tenga sentido, es imprescindible mantener -dentro de lo posible- las dimensiones
y el encaje de la presa, así como sus características funcionales.
Debe considerarse prioritario el empleo de los sillares originales en los paramentos sustituyendo los excesivamente deteriorados por elementos de nueva labra y del material
original- y la utilización de fábrica de hormigón en zonas nuevas de los paramentos y en el
interior del cuerpo de presa. Así mismo, es necesario conservar la configuración de los
elementos de alivio, si bien sustituyendo los mecanismos deteriorados. En el caso de representar
insuficiente capacidad de desagüe, deberá procurarse el aumento de esta capacidad, mediante la
disposición de un segundo aliviadero ó garantizando la integridad de la presa frente a un vertido
por coronación.
Alguno de los destinos analizados -dejando a parte aquellos que suponían el empleo de
parte de los sillares para la reparación de otras obras, que han sido totalmente descartadoscomprenderían:
* Utilización como azud de derivación para zona regable, desechado por no poder
mantener apenas las características de la presa original.
* Creación de un embalse de uso recreativo y de reserva de agua para instalaciones de
ocio en las proximidades de Avila, donde existe una cerrada adecuada. En este caso
sería necesaria la participación del interés privado.
* Otros arroyos cercanos, tributarios del Adaja, en los que sería necesario definir algún
uso concreto.
4. CONCLUSIONES
La presa de la Verdeja es una obra representativa de las construidas en España a
principios de siglo. En su diseño se aplicaron los últimos conocimientos existentes relativos al
comportamiento de presas, y se utilizaron los materiales y medios de puesta en obra más
Comunicación 4.1. La presa de La Verdeja. Una presa representativa de principios ...
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habituales en ese momento. Tan sólo resultó un poco atípica en la concepción del aliviadero,
pero el estudio de las razones que condujeron a su modificación ayuda, precisamente, a
comprender la desorientación generalizada existente en ese momento.
Como ya ha sucedido en otras muchas ocasiones a lo largo de la historia, el incremento
de las necesidades -o la aparición de otras nuevas- ha supuesto la inevitable pérdida de
construcciones anteriores. Sólo la intervención decidida de la Confederación Hidrográfica del
Duero, y el Servicio de Vigilancia de Presas, ha permitido salvaguardar y garantizar la futura
reconstrucción de una obra de indudable valor histórico, que esperamos se pueda llevar a cabo
en breve plazo.
5. BIBLIOGRAFIA.
* [1? Ingeniería de presas de fábrica. Joaquín Díez-Cascón y Francisco Bueno.
Universidad de Cantabria. En prensa.
* [2? Central Hidroeléctrica de Avila. Manuel Maluquer. Revista de Obras Públicas.
1903.
* [3? Memoria para la construcción de una presa en Verdeja. Emilio Ortuño. Ávila
1900
* [4? La Presa de la Verdeja y el Molino del Cubo. Mario García, Raúl. Peña y
Fernando Corralaza. Madrid. 1991.
* [5? Presupuesto de Desmontaje y acopio de sillares - Presa de la Verdeja (Avila).
Confederación Hidrográfica del Duero. 1992.
* [6? Reportaje fotográfico y audiovisual del desmontaje de la Presa de la Verdeja.
Confederación Hidrográfica del Duero. 1992.
* [7? Notas sobre el cemento empleado en las obras... J.V. y L.M. Revista de Obras
Públicas. 1874.
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