Emprendimiento y desarrollo - SelectedWorks

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From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena
July, 2010
Emprendimiento y desarrollo
Guillermo Arosemena
Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/377/
Emprendimiento y desarrollo
Guillermo Arosemena Arosemena
El emprendimiento es tan antiguo como la misma humanidad. Hace algunos millones de años,
los primeros homoides se dieron cuenta de que las manos no eran suficientes para hacer
excavaciones en superficies duras o para cortar madera. A uno o más se les ocurrió que
requerían usar la piedra para cumplir tales tareas e inventaron las herramientas hechas de la
misma. Posteriormente necesitaron calor para protegerse del frío y cocinar y así nació el fuego,
luego reconocieron que para transportar cosas pesadas, requerían hacer plataformas capaces
de moverse sin mayor esfuerzo e inventaron la rueda de madera.
Fue a partir de los primeros siglos después de terminado el Oscurantismo, cuando comenzó una
nueva etapa de progreso en Italia, en las llamadas ciudades estados de Florencia, Génova y
Venecia, entre los siglo XIII y XVI. En ellas, emprendedores inventaron el seguro marítimo, la
contabilidad de doble partida, la compañía como ente jurídico, la Banca como se conoce
actualmente y otros grandes descubrimientos.
Hasta iniciado el siglo XVIII, los navegantes sólo podían calcular la latitud, lo que
frecuentemente ocasionaba que los barcos encallaran y destruyeran, con pérdidas de vida y
bienes materiales. En 1714, el Parlamento de Inglaterra pasó la Ley de Longitud que entre otros
fines, estableció un premio de 20,000 libras esterlinas (un millón de dólares de la actualidad)
para el inventor del equipo que determine la posición longitudinal de las naves, con variación
no superior a medio grado. El invento del cronómetro marítimo de John Harrison en 1737,
transformó el comercio marítimo al reducirse pérdidas humanas y materiales.
Entre 1790 y 1900, los estadounidenses habían patentado más de 500,000 inventos. La mayoría
de ellos acumularon capitales: Eli Whitney, desmotadora de algodón en 1794; Cyrus McCormik,
cosechadora en 1834; posteriormente el tractor y otras maquinarias agrícolas; Samuel Morse,
telegrafía en 1844; George Eastman, cámara de foto de rollo en 1877, que luego sirvió para
hacer las películas cinematográficas. Para fines del siglo XIX, Estados Unidos estaba lleno de
millonarios emprendedores. Todos habían hecho realidad sus sueños por los incentivos
recibidos, incluyendo una excelente ley de protección de los derechos de propiedad intelectual,
ley que sigue en vigencia. Cuando se adquiere una película en DVD, lo primero que aparece es
una advertencia del FBI, prohibiendo la reproducción. Este e innumerables incentivos, hacen
que en ese país anualmente salgan al mercado más de 30,000 inventos anuales.
El siglo XX, comenzó en Estados Unidos con 21,000 patentes por año de personas y 5,000 de
compañías y terminó con 140,000 de empresas y 28,000 de personas. Hong Kong y Singapur se
pelean el primer puesto en el ranking del Índice de Libertad Económica. Ambos están entre los
15 países con ingresos por habitantes más altos del mundo. Los empresarios de esos países
están llenos de incentivos: no toma más de tres días abrir un negocio, desde la firma de la
escritura y obtención de todos los permisos; tienen un código laboral muy flexible, los costos de
trámites son muy bajos, etc.
Estados Unidos es un claro ejemplo de capacidad innovadora. Alfred Chandler, en su libro
Una nación transformada por la información, describe la obsesión del estadounidense desde la
colonia por mantenerse informado. El sistema postal creado permitió entregar el periódico y
correo puerta a puerta. Para fines del siglo XVIII, ese país tenía algunas publicaciones entre
diarios y revistas. El telegrama y teléfono, creados en el siglo XIX, En la primera mitad del
XX, nació la máquina de escribir y la televisión y en la segunda mitad, el telex, computadora,
fax, televisión por cable e Internet. Ese país no se quedó con la paloma mensajera, con el
transcurso del tiempo fue encontrando medios más veloces para trasmitir información y lo
lograron.
La breve narración de la evolución histórica del emprendimiento tiene algo en común. El ser
humano funciona en base a incentivos; si están disponibles hay progreso humano, si se coartan
prevalece el estancamiento o atraso. Hacia 1400, China era el país más avanzado del mundo en
ingeniería marina; su flota, con naves de hasta 10 mástiles y 160 metros de largo, fue muy
superior a las europeas. Comandada por el admirante Zheng-He, estuvo en África y llegó al
Nuevo Mundo antes de Cristóbal Colón. La obra 1421: Año en que China descubrió América,
detalla sus siete viajes. Pocos años más tarde, un nuevo emperador de la Dinastía Ming decretó
como ofensa capital la construcción de barcos con más de dos mástiles y prohibió el comercio
internacional. La nueva política de total aislamiento y restricción de libertades, terminó con los
incentivos de emprendimiento y con el transcurso de las décadas, China se convirtió en país
pobre y atrasado.
Desde el siglo XVII, Holanda garantizó las libertades individuales, protegió el estado de derecho
y permitió el ingreso de perseguidos religiosos. Llegaron los hugonotes de Francia y judíos de
España, quienes contribuyeron a convertir Amsterdam en el centro financiero mundial y
Holanda en el país más próspero y avanzado del planeta; su renta por habitante fue el doble de
la inglesa y triple de la francesa. Cuando a fines del siglo XVIII, Malthus escribía sobre del grave
problema de la sobrepoblación y la hambruna, un siglo antes los holandeses habían encontrado
solución a la escasez de alimentos al tener los métodos agrícolas más avanzados de la época.
Les tomó a los ingleses hasta la mitad del siglo XIX, tener el mismo nivel de vida que los
holandeses.
El mundo fue progresando a través de los siglos hasta llegar a la actualidad. Cada nuevo siglo
fue superior al anterior en bienestar. La calidad y esperanza de vida mejoraron, las condiciones
de trabajo progresaron, los de bienes de consumo se incrementaron, el porcentaje de pobres
disminuyó y la clase media creció. Todos estos logros se atribuyen a los emprendedores
Quienes empujan el progreso son personas excepcionales: inconformes, apasionadas por la
innovación y cambios; tienen determinación e iniciativa; son inveterados tomadores de
riesgos, perseverantes, luchadores, altamente competitivos, persuasivos, optimistas,
persistentes, trabajadores, visionarios y tenaces. S o n verdaderas máquinas de ideas para
crear nuevos bienes, manera de hacer el trabajo más eficiente, combatir las enfermedades,
extender la esperanza de vida y crear comodidades.
Brillantes mentes como Jean Baptiste Say, Richard Cantillon y Joseph Schumpeter, entre
otros, han sostenido que los países progresan por la extraordinaria labor de emprendedores.
Schumpeter observó que el espectacular crecimiento de la economía mundial durante los
últimos 200 años, se debía a la dinámica creada por el permanente proceso innovador,
originado en la mentalidad emprendedora, capaz de identificar necesidades latentes del
consumidor y convertirlas en bienes y servicios. Este brillante economista fue pionero en
cuestionar los factores de producción tradicionales, como capital, tierra y mano de obra. Para
Schumpeter, la innovación es el factor de producción más importante. Se especializó en la
investigación del emprendimiento, innovación, tecnología, etc. Su expresión, Destrucción
Creativa, es tan famosa como la Mano Invisible, acuñada por Adam Smith, en el siglo XVIII. Para
Schumpeter, la economía requiere renovación continua, nuevas maquinarias, equipos, formas
de trabajar y productos, todo lo nuevo hace obsoleto a lo anterior; la utilidad, es un costo
genuino para permanecer funcionando, indispensable en la inversión permanente; a mayor
progreso, mayor inversión.
De la misma edad, Schumpeter y John Maynard Keynes, fueron feroces opositores, el primero
consideró que las teorías del segundo estaban equivocadas. Keynes sostenía que el Estado a
través de la inversión pública, era la principal fuerza de creación de riqueza, mientras que
Schumpeter consideraba que el emprendedor, usando la innovación, es capaz de usar los
recursos eficientemente para satisfacer las demandas del consumidor. En la magna obra de
Keynes, “La teoría general del empleo, interés y dinero”, con más de 400 páginas, no hace
ninguna referencia al rol del emprendedor en el desarrollo económico. Ellos dos veían
diferentes realidades económicas y definían a la economía de diferente manera. Keynes creía
en que la economía es estática y funciona en base a equilibrios, como afirmaba David Ricardo,
célebre economista inglés del siglo XIX. Para Schumpeter la economía es un estado perpetuo de
desequilibrio donde existe un incesante proceso de mutación empresarial; no fue economista
fatalista, como los que aludí en mi columna la semana anterior. El Índice de Destrucción
Creativa que analiza a los países más innovadores, fue creado en su memoria.
El mundo empresarial es uno de los más dinámicos que existen en el planeta, es
despiadado, no tiene compasión con la empresa que rehúsa innovar y prefiere mantener el
status quo. Para poder sobrevivir en este hostil ambiente, la empresa debe estar
permanentemente alerta a lo que sucede en el entorno externo para adaptarse a los
cambios. Por la velocidad de ellos, las empresas no pueden quedarse dormidas. En la
ciencia de gerencia, también se están dando dramáticas transformaciones. Se están creando
nuevos conceptos, métodos y prácticas, como la organización horizontal, el tablero
equilibrado de mando, la contabilidad en base a actividad, el mercadeo relacional y
sinnúmero de técnicas gerenciales
Como todo en la vida, las empresas tienen ciclos y actualmente la ecuatoriana necesita
renovarse y vigorizarse; requiere de líderes que estén más sintonizados con el desarrollo del
siglo XXI, capaces de adaptarse a los cambios que la Revolución de la Información demanda
y además necesita con urgencia profesionalizarse, para poder enfrentar exitosamente el mundo
de la globalización. Nuestros gerentes deben desarrollar habilidades para mejorar los
procesos internos de las empresas, fortalecer la estructura de organización, capacitar a sus
obreros, empleados y ejecutivos. Sólo así se logra desarrollar la habilidad para competir.
Una de las debilidades más grandes del sector privado ecuatoriano es no tener bienes
diferenciadores; los que fabricamos son fáciles de imitar en otros países. Hemos sido
seguidores en lugar de iniciadores. Si observamos los 5 productos de mayor volumen de
exportación, en todos ellos, no sobresalimos: el petróleo no es de buena calidad, lo que
explica el severo castigo en el precio; el banano, los camarones y las flores no tienen buenos
rendimientos por hectárea, etc. El hecho de exportar menos de 20% en bienes con valor
agregado, en un mundo donde sobresalen las naciones con conocimiento, debe ser motivo e
alarma para el sector privado ecuatoriano. Irónicamente hemos retrocedido en materia de
progreso tecnológico. Ya hace 200 años que David Ricardo, famoso economista inglés, escribió
que en todo país hay aquellos que producen cosas de valor y los que buscan sólo renta.
Los emprendedores ecuatorianos son esenciales para lograr los cambios propuestos en este
breve análisis del rol del emprendimiento en los países.
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