COMENTARIOS AL PROGRAMA Fritz Kreisler (1875-1962) talentoso violinista y compositor austríaco, fue un niño prodigio que desarrolló una meteórica carrera durante las primeras décadas del siglo XX. Entre sus composiciones más famosas se destacan Liebesleid, Liebesfreud y Caprice. El Praeludium und Allegro, obra en dos secciones con influencias en la escritura de la escuela violinística del alto barroco italiano, data de los primeros años del siglo y de la Europa de la Belle Epoque, cuando sin embargo fue publicada como obra del compositor barroco italiano Gaetano Pugnani, cuyo supuesto manuscrito acababa de ser hallado recientemente. Fue esta una treta de Kreisler para convencer al público de un descubrimiento inexistente que el había luego “arreglado” según su propio estilo. GEORG PHILIPP TELEMANN (1681-1767) Concierto en Sol mayor para cuatro violines Largo e staccato – Allegro – Adavio – Vivace ANÓNIMO POPULAR RUSO GITANO Dos guitarras El compositor franco-belga Camille Saint-Saëns (1835-1921) escribió su poema sinfónico “Dance macabre” en el año 1874 inspirándose en un poema de Henri Cazalis, médico, escritor y uno de los exponentes literarios del movimiento simbolista que conmovía las artes francesas a finales del s. XIX. La obra presenta un tema que evoca el tópico medieval de la “Danza de la muerte”, en este caso con la Muerte ejecutando el violín a medianoche, despertando así a los que yacen en sus tumbas quienes, con la aparición de la aurora y los primeros cantos del gallo volverán a sus tumbas al final de la obra. Inicialmente, en el año 1872, el genial organista y creador francés escribió una versión para canto y piano del poema de su compatriota. La versión para orquesta y violín solista de la “Danza macabra” fue estrenada en París el 24 de enero de 1875. Nacido en el seno de una familia judía de Lublin, en una Polonia que en ese entonces formaba parte del Imperio Ruso, Henryk Wieniawski (1835-1880), fue uno de los más notables violinistas de la segunda parte del siglo XIX. Niño prodigio, se dedicó además de la interpretación a la composición, creando algunas de las obras más importantes y virtuosas del repertorio de ese período para el violín, entre las cuales se cuentan sus dos famosos conciertos para dicho instrumento y orquesta. BÉLA BARTÓK (1881-1945) Sonatina para tres violines (arreglo de Atar Arad) Bagpipes (Gaitas): Allegretto Bear Dance (La danza del oso): Moderato Finale: Allegro vivace GEORGES BIZET (1838-1875) Escenas de la ópera Carmen (arreglo de Gilles Tremblay) Preludio – Entreacto – Canción FRANCISCO CORTÉS-ÁLVAREZ (*1983) North South Medley