Economía: Hechos y tendencias - Archivo

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Este País 136
Julio 2002
Economía: Hechos y tendencias
ARTURO DAMM ARNAL
Pronafide: ¿condición suficiente?
El martes 18 de junio se presentó el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo
2002-2006 (Pronafide), cuyo objetivo principal, en palabras del presidente Fox, es
"propiciar las condiciones necesarias para que México cuente con recursos financieros
suficientes, para sustentar las estrategias económicas y sociales establecidas en el Plan
Nacional de Desarrollo", para lo cual "debemos generar los incentivos para que tanto el
sector público como el privado acumulen recursos que puedan ser canalizados a la
inversión productiva".
Nuevo programa: el qué
¿Qué pretende el gobierno con el Pronafide? Que se generen los recursos necesarios
(ahorro, sobre todo interno; ¿y el externo?), y que se canalicen adecuadamente (inversión
directa, que es la que crea empresas, empleos productivos y riqueza), para que la economía
crezca de manera elevada, general y sostenida, y se creen empleos productivos y
suficientes, única manera de elevar, correctamente, el nivel de vida de la población. Ahorro,
inversión, crecimiento y empleo, éstos son los objetivos del Pronafide.
Nuevo programa: el cómo
Las estrategias del Pronafide son, citando nuevamente al presidente Fox, "en primer
término, la promoción del ahorro interno, para impulsar el gasto en inversión y, junto con
éste, la creación de más y mejores empleos. En segundo término, el fortalecimiento del
sistema financiero, para canalizar de manera más eficiente los recursos monetarios a
aquellos proyectos de inversión que sean más productivos, y finalmente impulsar las
reformas estructurales que permitan elevar la competitividad del país y ampliar las
oportunidades de crecimiento".
Para el jefe del Ejecutivo "es imprescindible que el sistema financiero del país ofrezca una
amplia gama de servicios e instrumentos al alcance de todos los sectores de la sociedad y,
muy en particular, que sean accesibles para empresas pequeñas y medianas, y al alcance de
los estratos de la población de menores ingresos". Por ello Fox exhortó a la banca
comercial "para que, a la brevedad, abra la llave del crédito que tanto necesitan las
empresas para invertir y generar empleos".
Además de lo anterior, Fox señaló que "si no realizamos las reformas estructurales en
materia financiera, de telecomunicaciones, laboral y energética, no podremos mantener o
mejorar el lugar que hoy ocupamos en la dinámica economía mundial", razón por la cual,
dijo Fox, "estamos fortaleciendo el diálogo con nuestros legisladores, para encontrar pronto
los puntos de coincidencia que nos permitan avanzar en estos temas". Sin llamarla por su
nombre -reforma fiscal-, Fox dijo que si Ejecutivo y Legislativo se ponen de acuerdo, "las
fuentes de ingresos públicos, de carácter permanente, crecerán en más de 2% del producto
interno bruto en los siguientes cuatro años", y que "los mayores ingresos derivados de las
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reformas ayudarán a mantener los bajos niveles de inflación y de las tasas de interés que
hoy disfrutamos".
¿Cómo pretende el gobierno alcanzar los objetivos del Pronafide? Promoviendo el ahorro
interno; canalizándolo, por medio de una banca comercial mucho más activa en el
otorgamiento del crédito, a la inversión directa y, sustento indispensable de lo anterior,
realizando las reformas estructurales pendientes: educativa, energética, federalista, fiscal,
presupuestaria, judicial, laboral, en seguridad social y telecomunicaciones.
Síntesis
¿Qué decir del Pronafide? En primer lugar, que reconoce al binomio ahorro-inversión como
una de las causas, insustituible, del crecimiento y el desarrollo. En segundo término, que
acepta, que sin la intervención eficaz de la banca comercial, la promoción del ahorro
interno, y su transformación en inversiones directas, será muy limitada. Por último, que
insiste en sacar adelante el gran pendiente: la segunda generación de reformas estructurales,
necesarias para multiplicar y fortalecer los cimientos de nuestra economía, lo cual implica,
desde la eliminación de los excesos y defectos que aquejan al sistema fiscal mexicano (y en
concreto al tributario), hasta la introducción de la competencia en los sectores de la
actividad económica hoy todavía monopolizados por el gobierno (comenzando por la
industria eléctrica).
¿Qué decir del Pronafide? Que pretende promover algunas de las condiciones del
desarrollo, poniendo énfasis en el financiamiento de las inversiones directas, pero sin
mencionar que el desarrollo es el resultado de algo más que medios materiales. En esto
último consiste el talón de Aquiles.
El tercer factor
Afirma Alain Peyrefitte que "lo que se denomina subdesarrollo es, ante todo, el tenaz no
desarrollo de sociedades básicamente atávicas", y que "sus causas prioritarias son los
factores culturales adversos", y cita uno de muchos ejemplos: "La industrialización precoz
de Gran Bretaña no se debió a su carbón -que otros países también poseían- sino al hecho
de que allí abundaban, más que en otras naciones, los pioneros capaces de utilizar ese
carbón". Y concluye señalando que "lo que se denomina desarrollo es una eclosión que
resulta esencialmente de la convergencia de factores culturales favorables", que
históricamente han dado como resultado lo que el mismo Peyrefitte llama ethos de la
confianza competitiva, y que podemos traducir como espíritu emprendedor.
Sin el espíritu emprendedor, y sin el entorno legal e institucional que lo promueva y
garantice, los recursos materiales, desde los naturales hasta los financieros, sirven de muy
poco. Pierre Gourou señala: "Las condiciones físicas abren posibilidades o erigen
obstáculos, pero no crean civilizaciones: éstas son fruto del espíritu". Y Peyrefitte insiste en
que "capital y trabajo, los dos factores dominantes de la economía según el análisis clásico
-de los pensadores liberales tanto como de los socialistas- deben reducirse al nivel de
factores secundarios: son satélites y no centros gravitacionales". Entonces, ¿cuál es ese
centro gravitacional? El mismo Peyrefitte responde: las fuerzas mentales, un tercer factor
inmaterial, "signo cualitativo e invisible que valoriza o inhibe, fecunda o esteriliza a los dos
primeros factores materiales, visibles y cuantitativos".
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¿Lo tienen?
El Pronafide atiende al primer factor material, el capital (recursos para financiar las
inversiones directas) con el fin de multiplicar y potenciar el trabajo productivo, condición
necesaria para, lo dijo el presidente Fox, "garantizar a todos los mexicanos un acceso
equitativo a las oportunidades de desarrollo (la mejor oportunidad de desarrollo es,
precisamente, un trabajo productivo y bien remunerado), y mejorar el nivel de vida de todos
los grupos de la sociedad". Pero, haciéndole caso a Peyrefitte, resulta que esos factores
materiales son, en el mejor de los casos, causas necesarias del desarrollo, pero de ninguna
manera suficientes: son factores secundarios. ¿Qué es lo primordial? Ese tercer factor
inmaterial, el espíritu emprendedor, que valoriza y fecunda a los factores materiales, capital
y trabajo. Quienes hoy sobreviven en el no desarrollo, ¿cuentan con ese espíritu
emprendedor, sin el cual los recursos materiales sirven de muy poco?
La visión de Gil Díaz
En la presentación del Pronafide, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, señaló lo
siguiente: "El crecimiento económico es el resultado de millones de decisiones individuales
por parte de personas que buscan, en un ambiente competitivo, mejorar su bienestar
personal. Por ello, una tarea fundamental del gobierno consiste en limitar y reducir las
eventualidades que enfrentan los actores económicos en el devenir de sus acciones
cotidianas. Cuando los únicos riesgos que enfrentan los particulares están relacionadas con
la evolución de los mercados y no con crisis monetarias y fiscales, ni con cambios abruptos
en las políticas públicas, y cuando los actores económicos no enfrentan grandes cantidades
de trámites burocráticos, entonces su contribución al bienestar social será mayor. Es por
esto que la búsqueda de la estabilidad, no es un fin, es un medio para alcanzar el mayor
bienestar social. También por ese motivo, Pronafide, tiene como objetivo fundamental
instrumentar las medidas que consoliden la estabilidad que las políticas económica y social
del presidente Fox está logrando". De la visión del Gil Díaz vale la pena comentar lo
siguiente.
Uno. El crecimiento económico no es el resultado de la intervención gubernamental en la
economía (por ejemplo: gasto público deficitario financiado con emisión primaria de
dinero, que es la esencia de la receta keynesiana, que hoy muchos piden que el gobierno
aplique), sino de las decisiones de millones de personas que buscan, en un ambiente
competitivo, mejorar su bienestar personal. Hay que subrayarlo: en un ambiente
competitivo. ¿Por qué? Porque allí donde no hay competencia lo que existe, por definición,
es la incompetencia, y la competencia entre agentes económicos (empresarios, obreros,
consumidores; sindicatos de trabajadores, cámaras empresariales, uniones de campesinos;
etc.), dará como resultado la competitividad de los agentes económicos, condición
necesaria para mejorar el bienestar material de la gente.
Dos. En esta economía de millones de agentes económicos, que día tras día eligen y
deciden en función de sus necesidades y de los recursos disponibles, ¿cuál es el motor? No
el altruismo del Estado benefactor, sino la intención, de cada uno de esos agentes
económicos, de mejorar su bienestar material, y de hacerlo, no recibiendo apoyos,
protecciones, subsidios o concesiones monopólicas de parte del gobierno (privilegios que
implican, inevitablemente, la imposición de coerciones en contra de terceros), sino en un
ambiente competitivo.
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Tres. En esta economía, ¿qué debe hacer el gobierno? No conceder privilegios (los apoyos,
protecciones, subsidios o concesiones monopólicas antes mencionados), sino reconocer
plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente los derechos de los agentes
económicos o, para decirlo con Gil Díaz, limitar y reducir las eventualidades que enfrentan
los actores económicos en el devenir de sus acciones cotidianas. En pocas palabras: ser
gobierno honesto y eficaz, no Estado benefactor, que siempre es más lo primero que lo
segundo, y que, cuando llega a ser un poco más de lo segundo, siempre lo es a un costo
muy elevado, siendo más los perjudicados que los beneficiados. Gobierno honesto y eficaz
que garantice la seguridad, imparta justicia y ofrezca los bienes y servicios públicos, que no
sea (tal y como lo afirma el artículo 25 constitucional), ni el rector del desarrollo nacional,
ni el planeador, conductor, coordinador y orientador de la actividad económica.
Cuatro. En esta economía, basada en la acción individual (no en el intervencionismo
gubernamental), en la cual el gobierno limita y reduce las eventualidades que enfrentan los
agentes económicos en la realización de sus acciones diarias (haciendo de lado al Estado
benefactor, que intenta hacer por ellos lo que los agentes económicos deben hacer por sí
mismos), ¿cuáles son los únicos riesgos aceptables? Los relacionados con la evolución
natural de los mercados, y no con crisis monetarias y fiscales producto de malas políticas
económicas, ni con cambios abruptos en las políticas públicas, y cuando los actores
económicos no enfrentan grandes cantidades de trámites burocráticos. Así las cosas, limitar
y reducir las eventualidades que enfrentan los agentes económicos en la realización de sus
acciones diarias implica, por parte del gobierno, la práctica de buenas políticas económicas,
su permanencia, y la desburocratización de la actividad económica. Y, muy importante,
alcanzar y consolidar la estabilidad económica.
Cuestionamientos
La visión de Gil Díaz es la correcta, y lo que nos queda es plantear las siguientes preguntas.
En México, el crecimiento económico, ¿se basa en la intención de los agentes económicos
(por lo menos de la gran mayoría), de mejorar su bienestar, y de hacerlo en un ambiente
competitivo, no recibiendo apoyos, protecciones, subsidios o concesiones monopólicas de
parte del gobierno? En México, ¿el altruismo del Estado benefactor ha sido sustituido por el
trabajo productivo de cada uno o, para decirlo con Peyrefitte, por el espíritu emprendedor,
que es tanto como decir libertad, responsabilidad y riesgo? En México, ¿los únicos riesgos
que enfrentan los agentes económicos son los relacionados con la evolución natural de los
mercados? En México, ¿la economía se encuentra al margen de crisis monetarias y fiscales,
de cambios abruptos en las políticas públicas, y de grandes cantidades de trámites
burocráticos? La respuesta a cada una de estas preguntas es no.
Conclusión
La generación de ahorro, y su uso para financiar inversiones directas, objetivo principal del
Pronafide, son condiciones necesarias del desarrollo, mas no suficientes. Antes que una
cuestión relacionada con recursos materiales, el desarrollo es consecuencia de una serie de
factores inmateriales, que fecundan a los primeros, y sin los cuales aquéllos no dejan de ser
estériles. En México, ¿contamos con esos factores inmateriales, con ese ethos de la
confianza competitiva del que habla Peyrefitte, con el espíritu emprendedor?
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