Portada 473.qxd - Consejo General del Notariado

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•
ámbito
europeo
E los casi quinientos millones
de europeos, 85 tienen más de 65 años.
Es decir, el 17 por
ciento de la población comunitaria se
considera técnica y
laboralmente mayor.
Un porcentaje que
aumenta sin parar,
especialmente
durante los últimos
veinte años, y que
puede ser preocupante si tenemos
en cuenta que hasta
2060 el número total
de habitantes
del Viejo Continente
se mantendrá
invariable.
D
ÁNGELES ZÚÑIGA
•
EUROPA SE HACE
MAYOR
Un 58 por ciento de los
europeos cree que los
gobiernos no podrán
pagar las pensiones en
las próximas décadas.
A
QUELLA imagen de nuestros abuelos, sentados en
las plazas de los pueblos,
con trajes oscuros y rostros castigados por la intemperie, jugando
al dominó, a las cartas o al backgammon es parte de la historia.
Hoy, los abuelos europeos son
otra cosa: viajan varias veces al
año, aprenden idiomas, van a clases de baile o de tenis, trabajan como voluntarios en organizaciones
sin ánimo de lucro, cuidan de sus
nietos y se divierten. Sin embargo, este modelo tiene un coste
muy alto para las arcas públicas
y, si no se toman las medidas adecuadas para mantenerlo, puede
Escritura
38 PÚBLICA
tener los días contados. De hecho,
el 58 por ciento de los europeos
cree que los gobiernos no podrán
pagar las pensiones en las próximas décadas y un 66 por ciento está de acuerdo en ampliar la edad
de jubilación, según una encuesta
reciente de la Comisión Europea.
Pero..., ¿qué pasa en el resto
del mundo? ¿Existe esa presión
demográfica? En los países emergentes hay de todo: población joven como en Brasil o muy envejecida como en China o Rusia. Japón tiene una fuerte presión por
el envejecimiento de los nipones,
más que Europa incluso (de hecho, en la isla de Okinawa se encuentra el mayor porcentaje de
ancianos del mundo). Mientras,
los países en desarrollo siguen
avanzando en su transición demográfica, con una población joven que debería mantener durante bastante tiempo la tasa de fertilidad. En el caso de Estados
Unidos, entre la inmigración y la
fertilidad, la pirámide de población está bastante equilibrada.
Handicap. Los expertos señalan
que, en el caso de Europa, el problema se agrava por el sistema de
bienestar logrado durante las últimas décadas. Por eso, hoy, el
envejecimiento abre enormes desafíos y augura no menos problemas a los ciudadanos del continente. Si no se remedia a tiempo,
puede llegar a ser un handicap serio para la eficiencia global de la
sociedad y, especialmente, de la
economía. Ante este panorama,
las autoridades europeas han decidido retomar una de sus asignaturas pendientes y enumerar una
serie de recomendaciones, destinadas a hacer de este periodo de
la vida una nueva oportunidad.
Ponerlas en práctica no será fácil.
Además, la crisis y el tiempo corren en su contra: cada vez hay
menos gente que trabaja, que consume, que ahorra y más personas
que necesitan fondos públicos para subsistir.
De momento, la iniciativa que
se ha plasmado en el denominado
“Informe sobre el envejecimiento,
2009: proyecciones económicas y
presupuestarias para los 27 estados miembros”, se enmarca dentro
de la estrategia de Lisboa y supone
un nuevo impulso a este problema
que requiere una mayor coordinación de las políticas comunitarias.
Entre sus objetivos prioritarios, el
plan pretende promover la renovación demográfica, creando mejores condiciones para las familias, fomentar el empleo, aumen-
España,
el caso más
grave
ON siete millones de personas
por encima de los 65 años, España lidera el ránking de los países
más envejecidos: con una esperanza de vida para las mujeres de
81,9 años y de 75,8, para los hombres. Además, el número de personas mayores de 85 años equivale a
la población total de una comunidad como el País Vasco, por ejemplo. Un dato que aumenta y que
pone en peligro las coberturas
asistenciales de gran parte de este
colectivo, que cuenta con una de
las legislaciones más avanzadas
de Europa. Según un informe de la
Comisión Europea, en 2060, el gasto español relacionado con esta
partida subirá a 9 puntos del PIB,
cuando la media comunitaria se
encuentra en el 4,7.
C
tar la productividad, atender la inmigración y garantizar unas finanzas públicas sostenibles.
Punto de partida. Pero todos estos objetivos tienen una solución
complicada. “Tanto la reducción
de los efectivos en edad de trabajar, como la menor productividad
de una población laboral envejecida son desfavorables para la actividad económica y, por tanto,
para obtener los recursos necesarios que sostengan una población
creciente de personas mayores”,
advierte José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales. Hoy, por cada persona mayor de 65 años hay cuatro
trabajadores y, en apenas diez
años, la proporción caerá a dos
empleados por cada jubilado. Y es
que, sólo el 50 por ciento de los
profesionales europeos supera los
sesenta años en el mercado laboral. Si a esto añadimos la inmi-
nente llegada de la generación del
baby-boom –los nacidos entre los
años 1946 y 1964– al sistema de
pensiones, las perspectivas no son
nada halagüeñas.
Sin embargo, Herce se muestra
optimista y reconoce que hay muchas maneras de contrarrestar ese
proceso de envejecimiento. “Es
cierto que en Europa se encuentran las naciones más envejecidas
del mundo y las perspectivas son
que esa tendencia siga aumentando, pero el fenómeno, en realidad,
sólo consiste en que vivimos más,
al tiempo que mantenemos la poco
realista barrera de los 65 años para jubilarse”, apunta. Para él, es
mucho más seria, por ejemplo, la
amenaza de la caída de la natalidad, que en Europa no está descendiendo tanto como en otras potencias económicas: “Incluso hay
países que alcanzan la meta de los
dos hijos por mujer, necesarios para garantizar el reposicionamiento generacional”. Para lograr que
esta cifra se expanda entre los Estados miembros, los distintos países deberían coordinar políticas
destinadas a facilitar la conciliación, apunta este experto, y no tanto buscar incentivos económicos
que subvencionen la maternidad.
Los i nmigrantes . De momento,
en Europa en general, y en España
y Francia especialmente, las consecuencias se han amortiguado
gracias a los flujos migratorios,
pero esta solución es un arma de
doble filo. En este equilibrio poblacional, la inmigración tiene
mucho que decir y que aportar,
siempre que creen las herramientas necesarias para gestionarla correctamente. “Por eso, es necesario que los gobiernos tomen medidas eficaces para permitir que las
empresas encuentren los trabajadores que necesitan, en el momen-
La UE pretende promover la renovación demográfica, creando mejores
condiciones para las familias
Escritura
PÚBLICA 39
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ámbito
europeo
•
En diez años, por
cada persona mayor
de 65 sólo habrá dos
trabajadores.
Empresas poco preparadas
LFONSO Jiménez, socio director de la consultora de recursos humanos People Matters, apunta que las
empresas españolas no están preparadas para gestionar plantillas formadas por personas mayores, lo
que supone un gran desafío para los directivos. “He estudiado las iniciativas innovadoras llevadas a cabo
por las grandes empresas españolas en el tema de la gestión de personas y ninguna marca las líneas a
seguir con este colectivo. Las medidas más urgentes que las autoridades deberían tomar son el freno de
las salidas tempranas de las empresas y buscar incentivos a la contratación de personas mayores”. Sólo
después habrá que hacer frente a otros asuntos, como la inmigración o impulsar las políticas de empleo.
A
to en el que los necesitan. Pero
hay que tener en cuenta que la inmigración debe ser selectiva y solucionar los movimientos ilegales.
De momento, la inmigración ayuda a mantener el equilibrio de
edades y la población activa, pero
se trata de un colectivo en edad de
trabajar, al que con el tiempo corresponderán pensiones y prestaciones”. La clave, en cada momento, está en lograr el balance entre
la población activa y la población
inactiva por causa de la edad.
Según Herce, el tamaño de la
población beneficiaria tampoco es
el principal problema del actual
modelo de bienestar europeo. El
gran problema ahora mismo es
que ese sistema es cada vez más
costoso. En muchas ocasiones es
muy difícil evitar que las prestaciones económicas pierdan peso
económico respecto a los salarios,
por ejemplo, en el caso de las pensiones. Pero, otras prestaciones
como las coberturas sanitarias o
las derivadas de la dependencia,
pueden gestionarse de manera
que su coste sea cada vez menor.
“La financiación pública de la
asistencia a mayores tiene que llegar hasta donde no llegue la financiación privada, pero es que aquí
también son necesarios algunos
cambios”, añade Herce. Para este
experto se trata de que las personas tomen una mayor conciencia
de la gestión de sus patrimonios,
ahorrando para el futuro, en lugar
de pagar cotizaciones muy elevadas y lograr un modelo que contemple la parte pública y privada.
Eso, logrando un regulación eficaz
mediante sistemas de seguro obligatorio para evitar la desprotección de determinados colectivos.
En el mercado ya existen algunos productos que miran en esta
dirección, pero no son suficientes
ni están lo suficientemente probados. “Se trata de convertir los flujos de ahorro en capitales para el
bienestar a un coste moderado
cuando se está en la fase de la vida activa y volver a transformar
esos capitales en flujos de renta y
servicios vitalicios para esta etapa de la vida”, explica Herce, para
quien esa transformación genera
costes y riesgos y es donde hay
que innovar.
Otra de las maneras de hacer
sostenible el modelo de bienestar
es conseguir que la edad de jubilación se retrase lo suficiente como para reequilibrar el ciclo vital
individual en el que cada vez pesa
más la parte de vida posterior a la
jubilación. La esperanza de vida
aumenta, al tiempo que cada vez
entramos más tarde en el mercado laboral y salimos antes de él.
Según datos de la Comisión Europea, la tasa de población activa
pasará del actual 70,5 al 74 por
ciento en 2060. La tasa de empleo
se situaría en ese momento en el
60 por ciento, lo que supondría
una contracción del empleo de 19
millones de personas menos. De
este modo, al disminuir la oferta
de trabajo, la productividad debería ser el origen del crecimiento
del futuro.
Con estas proyecciones, se espera que el gasto público derivado del
envejecimiento aumente unos 4,75
puntos del PIB y más de 5 puntos en
la zona euro. Los países que tienen
mejores perspectivas para sus sistemas de pensiones son Bulgaria,
Suecia, Portugal, Austria, Francia,
Dinamarca, Italia, Letonia, Estonia
y Polonia. En un grupo intermedio
se encuentran Holanda, Finlandia,
la República Checa, Lituania, Eslovaquia, Reino Unido, Alemania y
Hungría. Para equilibrar las cuentas, la Comisión Europea recomienda que se restrinjan las posibilidades de realizar prejubilaciones
y aumentar la productividad laboral, mediante una mayor flexibilidad de horarios y contratos.
■
Con el fin de hacer sostenible el modelo de bienestar, algunos expertos
proponen retrasar la edad de jubilación
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la actual crisis económica, resistirse a un cambio sustancial para hacer frente al sustancial
cambio poblacional.
Ese cambio no tiene otra orientación posible
que el logro de la máxima solidaridad en la organización económica y social, con un fuerte tinte
realista más que ideológico, aunque tal vez ideológico también.
La financiación privada del cuidado y la asisSTA manía de la gente de no
tencia a tantos cientos de millones de personas
morirse a unas edades en las
mayores es el gran desafío, sin mirar únicamenque nos hemos estado mute, ni siquiera principalmente, a lo que hasta
riendo toda la vida -manía firmeahora hemos entendido como asistencia, algo así
mente apoyada en los avances ciencomo la antesala de la beneficencia. No, señores,
tíficos y una medicina que se propodigan lo que digan los gurús, la transformación
ne conseguir una sociedad de
tiene que alcanzar también a los espacios de la
centenarios- va a traer cambios en la vida de las
cultura, del ocio, del turismo, de los transportes.
gentes, los pueblos y las sociedades.
Adiós definitivamente a la economía individuaLa cosa tiene un montón de ventajas y algulista, que algunos llaman neo o ultraliberal, pornos inconvenientes. Pero, todo ello es un reto faque eso no serviría para nada.
buloso para la imaginación, la creatividad y el
Criterios estrictos de justicia y de modernidad
desarrollo del conocimiento en todas sus facetas.
son los que han de prevalecer, en superación de
Y en Europa no digamos, el continente viejo y va- los criterios asistenciales que han predominado
riopinto, el de las instituciones supranacionales
durante décadas. Porque los viejos, viejísimos y
que a veces pensamos que no sirven para nada,
superviejos ya no serán un grupo social al que mepero que seguramente para algo valen.
dio contentar y hasta engañar y engatusar. Ellos
Está claro que un envejecimiento profundo de
serán la más o menos inmensa mayoría de las sola población planteará, sobre todo en Europa,
ciedades europeas y, por tanto, los depositarios de
problemas de toda índole; además de esa imagen
la fuerza política y social mayoritaria contra la
curiosa y, en apariencia deprimente, de ver cacual sería ridículo luchar, a no ser con la violencia
lles y espacios públicos repletos de viejos, viejísiantidemocrática o con el arrojo desde el monte
mos y de superviejos, espectáculo que se dará de
Taigeto (desde el que los espartanos arrojaban a
patadas con esas concepciones juvenilistas y eslos niños que lloraban al nacer). Y con lo buenos
que somos, cristianos o no, supongo que a nadie se le ocurriLa financiación privada del
rán semejantes cosas.
Ni que decir tiene que las
cuidado y la asistencia a tantos
transformaciones no pueden
ser sólo políticas, económicientos de millones de personas
cas, sociales y culturales.
Tendrán que ser también tecmayores es el gran desafío
nológicas –todavía mucho
más-, psicológicas, sociológicas, mentales y sentimentatupendísimas que hemos venido alentando desde
les, para cooperar en la inmensa obra de consmediados del pasado siglo XX. Lo de ser joven,
truir una sociedad en la que trabajen (trabajo de
guapo y maravilloso dejará de ser una patente de
producción) los menos para que vivan bien todos.
tránsito formidable por la vida y será una aspira- Así es que los gurús y los que no lo son ya pueden
ción en cuya realización tendrán que contar
ponerse muy en serio a estudiar, reflexionar y
otros valores, otros esfuerzos y otras metas.
ofrecer planes realistas por una vez en su vida,
El reto más profundo ha de ser la transformame refiero a los gurús, claro. Ahí estaremos, si vición casi radical del sistema económico y social
vimos, todos los europeos y los españoles para
en el que nos desenvolvemos básicamente desde
echar una mano, que además se aplicará también
hace un par de siglos. La risa que me da ver a los
al resto de los continentes, cuando corresponda.
gurús de la economía y de la empresa, esos que
Pedro Calvo Hernando es periodista.
no han dado ni una en la previsión y remedios de
PEDRO CALVO HERNANDO
O el cambio o el
monte Taigeto
E
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