Bernardotte y el proyecto monárquico en las

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Bernardotte y el proyecto monárquico en las Provincias Unidas
“Más de cinco mil milicianos de la provincia, se presentaron a caballo,
armados de lanza, sable y algunos con fusiles; todos con las armas
originarias del país, lazos y boleadoras…
Las lágrimas de alegría y el entusiasmo dieron a esta ceremonia un carácter
de solemnidad que se intensificó por la feliz idea que tuvieron de reunir al
pueblo sobre el mismo campo de batalla donde cuatro años antes, las tropas
del general español Tristán, fueron derrotadas por los patriotas. Allí
juraron ahora, sobre la tumba misma de sus compañeros de armas, defender
con su sangre, la independencia de la patria.”
El texto que pertenece a al capitán sueco Johan Adam Graaner describe
una fiesta popular en Tucumán el 25 de julio de 1816 en
conmemoración de la declaración de la independencia ocurrida allí dos
semanas antes.
Graaner fue testigo presencial de los acontecimientos de aquellos días y tal
vez el único extranjero presente en Tucumán cuando se declaró la
independencia. Su presencia allí no fue obra de la casualidad. Tenía una
misión muy concreta del príncipe heredero del trono de Suecia, Carl Johan
Bernadotte.
Tras la batalla de Waterloo en 1815 el mapa de Europa había
cambiado y para Bernadotte, el brillante militar de gustos y alianzas
jacobinas, las cosas no habían salido del todo como esperaba.
El príncipe heredero no se sentía seguro en Suecia. La historia reciente del
país estaba marcada por la inestabilidad política y las intrigas de palacio y
por si esto fuera poco, Carlos XIII viejo, senil y enfermo, seguía aferrado a
la vida postergando el momento en que Bernadotte lo suceda en el trono.
La promesa del zar Alejandro I de ofrecerle el trono de Francia si
Bernadotte lo ayudaba a combatir a su antiguo jefe Napoleón , había sido
borrada por los vientos de la historia, lo mismo que la posibilidad de
acceder a la corona imperial de Alemania .
Así las cosas, a Bernadotte le quedaba una opción, un hipotético trono en el
Rio de la Plata.
En marzo de 1816, las Provincias Unidas trataban de apurar la declaración
de la independencia mientras se discutía febrilmente la futura forma de
gobierno. Los impulsores de una monarquía eran mayoría y uno de los más
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entusiastas era el mismo Director Supremo, Juan Martin de Pueyrredón.
Para Pueyrredón, una monarquía con un príncipe de alguna de las
principales casas dinásticas europeas aseguraría la independencia de esta
región de la América del Sur.
El capitán Graaner en tanto había llegado a Tucumán para fines de mayo.
Allí mantiene encuentros con el presidente provisional del Congreso, el
sacerdote monárquico, Pedro Ignacio de Castro Barros y varios
congresales. Poco después viaja al Alto Perú para visitar a las tropas del
Ejército del Norte que estaba a la espera de una ofensiva realista.
El 15 de junio llega a la Posta de Cobos en Salta, antiguo fuerte español
que en ese entonces era utilizado como campamento por las fuerzas de
Martin Miguel de Guemes. En ese lugar conoce finalmente al Director
Supremo Juan Martin de Pueyrredón.
Probablemente Graaner y Pueyrredón se hayan encontrado algunas veces
más. Un dato no menor es que las familias de Bernadotte y Pueyrredón
eran oriundas de la región de Pau en los Pirineos franceses y se conocían
muy bien.
Las fuentes suecas no lo dicen pero en esos encuentros Graaner tiene que
haber presentado el interés de Bernadotte por acceder a un posible trono en
el Rio de la Plata. El hecho lo confirma el coronel francés Hilaire Le
Moyne que da cuenta de la candidatura de Bernadotte en una carta a la
cancillería francesa. Le Moyne traía un candidato propio que no era otro
que el duque Louis Philippe de Orleans, futuro rey de Francia
En febrero de 1818 fallece en Suecia Carlos XIII y finalmente tras ocho
años de espera Bernadotte accede al trono del país escandinavo. El
proyecto monárquico en el Rio de la Plata también llega a su fin con la
constitución unitaria de 1819.
Los caminos de Suecia y la Argentina se cruzaron inesperadamente en los
primeros años del siglo XIX, generando interrogantes de un lado y del otro
del atlántico. .
La historia jugó por un tiempo uniendo a un príncipe inseguro de su futuro
y a un territorio sudamericano con ansias de libertad. Pero esos caminos
nunca se juntaron. Argentina finalmente fue república y en Suecia, en aquel
frío invierno de 1818 se dio inicio a una dinastía que llega hasta nuestros
días.
Eduardo Berezán
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Más sobre el tema en: Rey se ofrece / Bernardotte, el agente sueco y la
monarquía en el Rio de la Plata. Libro de próxima aparición, escrito por el
autor juntamente con Ernesto Castrillón
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