Discurso Príncipe de Asturias

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Palabras de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en la inauguración en
España del "Año Europeo del Voluntariado 2011"
Madrid, 1 de febrero de 2011
Buenos días a todos, señoras y señores,
Quiero comenzar mis palabras expresando la satisfacción que sentimos la Princesa
y yo por poder acompañaros y presidir este acto que formal u oficialmente inaugura
-en España- el Año Europeo del Voluntariado 2011. Muchas gracias por contar con
nosotros para un acto tan lleno de significado, tan lleno de solidaridad. No es un
tema nuevo para nosotros ya que desde hace años nos sentimos vinculados y
comprometidos con el fomento de la actividad voluntaria en nuestra sociedad como
herramienta potente de acción social, de ayuda y solidaridad; pero también como
mecanismo de participación y, por tanto, de enriquecimiento del tejido social, que
hace a cualquier sociedad más madura y sana, más humanizada, e incluso más
democrática.
El voluntariado y todo lo que implica están, afortunadamente, cada vez más
presentes en nuestras sociedades. Hace solo dos meses tuvimos la alegría de
clausurar el XIIIª edición Congreso Estatal del Voluntariado en España y, unos días
después, se celebró el Día Internacional del Voluntario. Existe un innegable espíritu
de generosidad que brota de muchas personas y en todos los lugares, y que
merece el apoyo de administraciones, empresas y entidades del Tercer Sector. En
este sentido quiero subrayar con orgullo que el voluntariado español -presente aquí
a través de la Plataforma del Voluntariado- ha llegado a cotas muy altas de
organización, eficacia y dimensión, gracias a la entrega y mérito de miles de
hombres y mujeres.
Por ello, en un día como hoy quiero dar la enhorabuena por su espléndido trabajo
diario a los voluntarios y voluntarias que nos acompañan, así como a las entidades
sociales aquí representadas. Sois un activo admirable, querido y necesario. El
esfuerzo de participación de las personas e instituciones que a lo largo de estos
años han contribuido a la promoción del voluntariado en nuestro país se ve ahora
reforzado por esta celebración del Año Europeo del Voluntariado, y animado para
continuar y a mejorar permanentemente.
Nuestro continente cuenta con una larga tradición de solidaridad y de respeto a los
derechos humanos y a la dignidad de la persona, tradición que tiene su reflejo en
un voluntariado vigoroso y fuertemente enraizado. Ello explica las cifras llamativas
que se vienen repitiendo: en la Unión Europea hay aproximadamente 100 millones
de voluntarios, y el voluntariado representa en términos económicos entre el 3 y el
4 por ciento del PIB de los Estados miembros de la Unión.
Pero las necesidades son grandes, no remiten, en todo caso crecen y, además, el
reparto del esfuerzo voluntario, de su eficacia y del reconocimiento y apoyo que
recibe es todavía bastante desigual en la UE. Por eso, con este Año Europeo que
acaba de arrancar, aspiramos a lograr un entorno que favorezca aún más el
voluntariado en toda la Unión. Se pretende asimismo aportar medios a las
organizaciones de voluntarios y mejorar su calidad, recompensar y reconocer su
trabajo, así como sensibilizar a la opinión pública sobre su valor e importancia.
Todo ello con el compromiso, colaboración y coordinación de las políticas y
estrategias nacionales. Estos objetivos, como en general, la labor del nuestro
voluntariado español, y desde hoy este Año Europeo, cuentan con nuestro pleno
respaldo.
1
A lo largo del año y bajo la actual Presidencia rotatoria de la UE, representada en
este Acto por la embajadora de Hungría, los voluntarios europeos intercambiaréis
conocimientos y experiencias, y debatiréis sobre las mejores fórmulas para
conseguir un voluntariado más eficiente. Al mismo tiempo podréis mantener un
diálogo con diversos responsables políticos y, sobre todo, dar a conocer vuestro
trabajo ejemplar al conjunto de la sociedad. Os animamos a que aprovechéis estas
oportunidades, porque el mejor desempeño de vuestra vocación -que aborda desde
los problemas de los discapacitados hasta la protección del medio ambiente- es
absolutamente fundamental para todos.
La frase "No es lo que hago, es por qué lo hago", que recordaba el Presidente del a
Plataforma, es parte del lema de la Plataforma del Voluntariado en este Año
Europeo. Un lema con un profundo sentido ético y, también, de gran repercusión
social.
Sentido
ético
porque
la
decisión
del
individuo
que
aporta
desinteresadamente su trabajo, esfuerzo, saber y tiempo a los demás, radica en el
convencimiento de que esa ayuda es un imperativo para los hombres y mujeres
comprometidos con la sociedad y sensibles al dolor ajeno y a los más vulnerables.
El mero hecho de intentar dar lo mejor, de intentar contribuir a paliar un
sufrimiento o solventar una dificultad sin esperar nada a cambio, os engrandece
como seres humanos y como ciudadanos.
En otra ocasión he señalado que el voluntariado no es voluntarismo, -no es
únicamente el noble deseo de favorecer a los demás-, sino que representa
asimismo la decisión efectiva, tomada con madurez y ejercida conforme a un
método, de contribuir con las fuerzas, saberes e instrumentos de cada uno a favor
del interés general.
El voluntariado y la profesionalidad -entendida ésta en el sentido de capacidad y
conocimiento- pueden y deben ir de la mano para que los frutos de la acción
solidaria sean siempre los mejores posibles. Son importantes las razones que os
estimulan en vuestra labor, pero también los resultados que conseguís.
Especialmente en tiempos de crisis económica como los actuales, vuestra red
tupida de solidaridad previene de la exclusión social a un gran número de personas.
Estoy convencido de que vuestra actividad es, por todo ello, cada vez más esencial
para la sociedad, para su cohesión y bienestar, así como para contribuir a la
constante superación de retos y dificultades.
El voluntariado es, en definitiva, una auténtica escuela de ciudadanía para nuestra
juventud que -a través de la ayuda y la participación desinteresada- se impregna
de sentido, responsabilidad y compromiso cívico. No cabe duda de que el
voluntariado favorece el desarrollo de una ciudadanía europea cada vez más plena,
más sólida y vital. Necesitamos la acción y el ejemplo de los voluntarios para
asegurar un futuro de mayor justicia y solidaridad a todo nuestro continente.
Estoy seguro de que 2011 será muy fructífero para el voluntariado en Europa. Con
ese deseo de éxito, declaro inaugurado en España el Año Europeo del Voluntariado
2011.
Muchas gracias.
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