Segundo Encuentro - Experiencia Abismo

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Segunda propuesta:
Encuentro
Preparando el corazón para el Jubileo
¿Qué es el Jubileo de los Jóvenes?
Es un año de fiesta donde la Iglesia católica nos propone buscar el
fondo de todo: lo que nos mueve, lo que nos hace vibrar, las cosas que
nos llenan en serio, eso por lo que nos jugamos la vida. Es un tiempo para
ir al encuentro del otro, a las alegrías más profundas. Es La Fiesta del
abrazo. ¿Qué es experiencia abismo?
Es la invitación que te hacemos a La Fiesta.
Se trata de dos meses - agosto y septiembre - en los que vas
a poder ir moviendo tu corazón, participar e involucrarte con la realidad de
la ciudad y llegar a un encuentro final el 24 de Septiembre en el Luna Park,
para compartir todo lo vivido con muchos como vos...
¡No te olvides! Todas estas acciones buscan producir una
verdadera revolución: hacer propia la certeza de que el perdón, la
solidaridad y el amor pueden generar un cambio real. Parate en el abismo, lanzate a lo profundo…Hoy, más que nunca, viví esta
esperanza. Oracion oficial del Jubileo
Jesús, queremos vivir la Fiesta de tu Misericordia.
Ella rompe nuestros esquemas,
desarma nuestros prejuicios
y abraza nuestros límites.
Llevanos siempre a esa experiencia
para que, como jóvenes,
podamos descubrirte y
jugarnos por la lógica de tu amor sin medida.
María, mujer joven, ruega por nosotros.
Tu experiencia
Ideas para un momento personal
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Reservate un tiempo para hacer esta propuesta tratando de que sea un momento para vos, que lo puedas
vivir en tu intimidad.
Si te sirve, calentà el agua para el mate o para el té
y busca un lugar cómodo para leer esta parte del evangelio:
Lucas 7, 36-50
Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se
sentó a la mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al
enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó
con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a
sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos,
los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera
profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!».
Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di, Maestro», respondió
él. «Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el
otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda.
¿Cuál de los dos lo amará más?».Simón contestó: «Pienso que aquel a quien
perdonó más». Jesús le dijo: «Has juzgado bien».
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu
casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con
sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio,
desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella
derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus
numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho
amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor».
Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados». Los invitados
pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?».
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Ahora, dale un segunda leída pero esta vez, hacelo imaginándote cómo
serían las tres miradas que aparecen en el relato: la del fariseo, la de la
mujer, la de Jesús.
¿Qué es lo que transmiten esas miradas, esos pequeños encuentros
entre ellos?
(Si te ayuda a responder escribí, anotá, dibujá o subrayá en el texto
alguna frase…)
Lanzate a
los profun
do
Ahora te invitamos a mirar este video donde
no se pronuncia una sola palabra y sin embargo
se producen distintos tipos de encuentros.
(Hace click en la imagen)
¿Cómo creés que hay que mirar al otro para alcanzar un
encuentro verdadero?
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Te invitamos a leer un fragmento del libro
"Cada persona es una historia sagrada"
“Los muros que protegen”
(De Jean Vanier)
Los muros no son solamente realidades negativas que separan y dividen a
los seres humanos. También protegen la vida y permiten que crezca. El
seno materno protege al pequeño ser que acaba de nacer. Los muros de
una casa amparan la intimidad y la vida de una familia; aportan seguridad.
Cada persona, para vivir y prosperar necesita un espacio privado, un
espacio de soledad; necesita defender la vida, sobretodo en los momentos
de debilidad, de cansancio y de enfermedad. En general, el ser humano
tiende a protegerse…
El peligro consiste en transformar los muros necesarios para la
protección, la profundización y el crecimiento de la vida en muros de
miedos, de intolerancia y de prejuicios. Así, el gran desafío para el ser
humano consiste en discernir cuándo es necesario mantener los muros
protectores de la vida y cuándo hay que destruirlos para recibir a las
personas diferentes y llegar a un enriquecimiento mutuo. ¿Cómo
conseguirlo? ¿Cómo descubrir nuestra común humanidad en medio de
todas nuestras diferencias?...
En un pueblo había un hombre difícil, yo diría terrible. Parecía que odiaba a
las personas y a la comunidad misma. Nos gritaba y nos amenazaba. Daba
miedo arremetiendo con su tractor contra la gente. Un día, Nicolás, un
hombre con una deficiencia, fue a verlo para pedirle que se ocupara de
su conejo durante las vacaciones. Él aceptó. De esta forma se creó un
vínculo. Paulatinamente, este hombre fue cambiando y ahora,
ocasionalmente, viene a comer a la comunidad. Los gestos amenazadores
se han ido convirtiendo en gestos de amistad. Los muros de odio y de
miedo han desaparecido para ser reemplazados por una corriente de
confianza.
Pregúntate:
¿Cuáles son los prejuicios o etiquetas desde los cuales
mirás todos los días?
¿Qué muros fuiste construyendo y hoy querés derribar?
La vida junto a otros
Ideas para un encuentro grupal
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¿QUÉ PENSAMOS?
Vamos a empezar el encuentro charlando y debatiendo
la siguiente pregunta: ¿Una imagen vale más que mil palabras?
ACTIVIDAD
Después de poner las ideas de todos en común,
se proyectan o se muestran una serie de imágenes
que encontraras al final del encuentro. Con cada foto, todos tienen que anotar en una hoja
personal un título y un epígrafe que se les ocurra a
partir de lo que observan en la imagen.
(Elegir 3 o 4 imágenes)
Al finalizar la actividad con cada imagen, se vuelven a proyectar en
orden y todos comparten en voz alta títulos y epígrafes que
idearon para cada una.
¡Descarga las imágenes haciendo click acá!
REFLEXION
Seguramente, al revelar lo que cada uno escribió, encontramos ideas
similares y otras muy diversas frente a la misma imagen. Nos damos
cuenta de que pese a ver todos lo mismo, cada uno lo puede interpretar
de manera diferente.
Esto tiene que ver con que cada persona mira desde su propia historia,
sus saberes, sus prejuicios. Cuando miramos, no miramos desde la nada
sino que son muchos los factores que definen y delinean nuestra mirada
de la realidad y la vida.
Lanzate a lo p
rofundo
Luego del trabajo con las imágenes,
nos dividimos en grupos y leemos Lucas 7, 36-50.
Por grupos, caractericemos con adjetivos sencillos
la mirada de los fariseos, de Jesús y de la mujer. (Unos ejemplos: El fariseo es frío, distante, correcto…
La pecadora: humilde, sin miedo a arrojarse a los pies
de Dios, acudir a Él, entregada…
Jesús: cercano, receptivo, generoso, abierto…)
Después, compartimos al grupo la siguiente pregunta:
¿En qué situación concreta suelo ponerme en el lugar del juicio, del
deber ser; y cuándo actúo como la mujer?
Para terminar, cada grupo plasma una síntesis de las ideas
compartidas en un afiche o cartulina (puede ser en forma de collage
de fotos, un dibujo, esquema, frases, etc.) Luego, lo ponen en común
con el resto de los grupos.
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Como cierre del encuentro les proponemos hacer
una oración con gestos.
Nos damos las manos mientras alguien lee: “Señor, bendice
mis manos para que sean delicadas y sepan tomar sin jamás aprisionar, que
sepan dar sin calcular y tengan la fuerza de bendecir y consolar.”
Cada uno pone sus manos sobre sus ojos y alguien lee: “Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie, para que los demás se sientan felices, por mi
modo de mirarlos.”
Ahora cada uno pone sus manos sobre sus orejas y alguien lee: “Señor, bendice
mis oídos para que sepan oír tu voz y perciban muy claramente el grito de los
afligidos; que sepan quedarse sordos al ruido inútil y a la palabrería, pero no a
las voces que llaman y piden que las oigan y comprendan, aunque me saquen de
mi comodidad.”
Ponemos nuestras manos sobre nuestra boca y alguien lee: “Señor, bendice mi
boca para que dé testimonio de Ti y no diga nada que hiera o destruya; que sólo
pronuncie palabras que alivien, que nunca traicione confidencias y secretos, que
consiga despertar sonrisas.”
Ahora, nuestras manos sobre nuestro pecho y alguien lee: “Señor, bendice mi
corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y
alegría con un gran amor.”
Por último, ponemos nuestras manos hacia adelante en gesto de ofrenda y
alguien lee: “Dios mío, que puedas disponer de mí con todo lo que soy, con todo
lo que tengo.”
Todos juntos decimos: Padre nuestro...
Una propuesta para los próximos 15 días
Te invitamos a que te saques una o varias fotos con los collages que
armaron en el encuentro.
Una vez que lo hayas hecho, si querés, podés compartirnos qué efectos
va teniendo esa experiencia a traves de nuestras redes sociales: /experienciaabismo
/experienciaabismo
¡Hagamos llegar a muchos las buenas noticias
que surgen del encuentro sincero con Jesús!
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