el porque y el como de la polisemia de los verbos de percepcion

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(2003) Cognitive Linguistics in Spain at the turn of the century / La Lingüística Cognitiva en España en el cambio de siglo.
Ed. Clara Molina, Marisa Blanco, Juana Marín, Ana Laura Rodríguez, Manuela Romano. Asociación Española de
Lingüística Cognitiva / Universidad Autónoma Madrid, págs. 213-228
El cómo y el porqué de la polisemia de los verbos de percepción *
IRAIDE IBARRETXE-ANTUÑANO
Department of Linguistics
University of California at Berkeley
[email protected]
Basándonos en el campo semántico de los verbos de percepción del inglés, del euskera y del español, en
este artículo se propone un modelo de análisis de la polisemia compuesto por dos partes complementarias.Un
parte se ocupará de explicar la polisemia conceptual, es decir, las correspondencias entre los diferentes
dominios conceptuales. Estas correspondencias se explican a través de tres mecanismos: la selección de
propiedades que muestra exactamente qué es lo que se transfiere de un dominio conceptual al otro, y tiene lugar
tanto en las extensiones físicas como en las abstractas y la metonimia y la metáfora que hacen posible las
correspondencias entre dominios conceptuales. La segunda parte del modelo describe las técnicas que poseen
los idiomas para expresar y obtener las extensiones semánticas que conforman la polisemia conceptual de un
determinado campo semántico; y cómo se restringen dichas técnicas. Para poder mostrar hasta que punto el
contenido semántico de los verbos de percepción, así como el de sus complementos, es responsable de la
creación de dichos significados polisémicos, se propone la polisemia composicional. Esta establece y clasifica
la importancia del contenido semántico de las palabras que toman parte en la creación de la polisemia
conceptual en tres grados de composicionalidad.
Polisemia conceptual, polisemia composicional, corporeización, selección de propiedades, metáfora, metonimia,
verbos de percepción, análisis croslingüístico.
1. INTRODUCCIÓN: LA POLISEMIA Y LOS VERBOS DE PERCEPCIÓN
La polisemia es el término que se usa dentro de la semántica para describir la
situación en la que una misma palabra tiene dos o más significados relacionados entre sí.
Aunque esta definición parezca muy sencilla a simple vista, la polisemia no es un concepto
libre de problemas. Durante décadas lingüístas de diferentes escuelas han intentado explicar
*
La financión para llevar a cabo esta investigación ha sido proporcionada por las becas de
investigación BFI98.71.AK y BFI99.53.DK del Departamento de Educación, Universidades e Investigación del
Gobierno Vasco. Este artículo es una revisión a partir de Ibarretxe-Antuñano (1999a).
qué es la polisemia y cómo dar cuenta de ella. Desafortunadamente, hoy en día la polisemia
sigue siendo un reto para la lingüística.
El objetivo principal de este artículo es presentar, a grandes rasgos, un modelo de
análisis de la polisemia aplicado a los verbos de percepción de tres idiomas: inglés, euskera y
español. Estos verbos son altamente polisémicos: no solamente contienen significados
relacionados con la percepción física de cada modalidad (vista, oído, tacto, olfato y gusto),
sino que también se usan para expresar otros significados (‘encontrarse’ I’ll see you at seven,
‘sospechar’ to smell fishy, ‘experimentar’ to taste success).
En este artículo no voy a presentar todas y cada una de las acepciones de estos
verbos 1 , sino que me voy a concentrar en esbozar una hipótesis que pueda explicar porqué y
cómo ocurren estos significados.
El porqué de que sea posible, por ejemplo, que el verbo ver pueda significar ‘percibir
con los ojos’ y al mismo tiempo ‘entender’ como en Ya veo lo que me dices. El porqué
cuando queremos decir que algo nos ha afectado emocionalmente usamos el verbo touch en
inglés (como en deeply touched), pero no podemos usar otro verbo de percepción como smell
o hear para expresar el mismo significado. En otras palabras, la cuestión es responder a la
pregunta de porqué estas extensiones semánticas ocurren entre determinados dominios
conceptuales pero no entre otros. De este tema nos ocuparemos en la primera parte de este
artículo.
La explicación del porqué existen estas extensiones semánticas es fundamental en un
análisis polisémico, pero igual de importante es la pregunta de cómo ocurren dichas
extensiones. ¿Cómo es posible el cambio desde un dominio físico a un dominio abstracto?
¿Cuántos elementos toman parte en la creación de la polisemia de estos verbos? ¿De qué
dependen estas extensiones semánticas? ¿Del contenido semántico del verbo? ¿Del de los
1
Los que estén interesados en este tipo de análisis pueden consultar Ibarretxe-Antuñano (1999a: cap.2).
complementos? La segunda parte de este artículo se centra en proponer algunas posibles
respuestas a estas preguntas.
2. LA BASE CONCEPTUAL O CORPOREIZACIÓN DE LA POLISEMIA DE LOS
VERBOS DE PERCEPCIÓN
El estudio del lenguaje está intrinsicamente ligado al comportamiento humano; el
intentar estudiar el significado de las palabras de una manera totalmente objetivista en base al
cumplimiento de una serie de condiciones de verdad es una tarea totalmente imposible y
errónea (vide Lakoff 1987: 157- 218).
El lenguaje no refleja hechos basados en un mundo objetivista exterior, totalmente
independiente de lo que las personas observan, sino que refleja estructuras conceptuales que
la gente construye basándose en una experiencia y conocimiento, más o menos común, del
mundo exterior que les rodea y de su propia cultura. Por eso, el pensar que la relación entre
las formas lingüísticas y los conceptos que representan es arbitraria, como tradicionalmente
se proponía, no es totalmente cierto.
Esta es una de las principales bases teóricas del marco teórico de la lingüística
cognitiva: La idea de la corporeización (embodiment), es decir, que el significado está basado
en la naturaleza de nuestros cuerpos y en nuestra percepción, en nuestra interacción con el
mundo físico, social y cultural que nos rodea (Johnson 1987). Los diferentes conceptos que
expresamos con el lenguaje están basados en nuestra experiencia corporal y después están
estructurados sistemáticamente por medio de diferentes mecanismos cognitivos como la
metáfora y la metonimia (Lakoff 1987; Lakoff and Johnson 1999).
Si esta posición es correcta, entonces cabe pensar que las extensiones semánticas que
tienen lugar en los verbos de percepción, y que como se ha demostrado en trabajos anteriores
(Sweetser 1990, Ibarretxe-Antuñano 1999a) son comunes a varios idiomas, deben de estar
motivadas y basadas en la manera en que nosotros entendemos y percibimos con nuestros
sentidos.
Frecuentemente los sentidos se han descrito como los diferentes canales que tenemos
para recibir información sobre el mundo (Sekuler and Blake 1994; Classen 1993). En esta
definición hay dos palabras clave: información y diferente. Los cinco sentidos nos dan
información sobre el mundo en el que vivimos, pero la manera en la que recibimos esta
información, la manera en la que la procesamos y la entendemos es diferente. Estas
diferencias están basadas no solamente en constricciones biológicas sino también en
constricciones culturales. Biológicamente, cada sentido tiene sus propios receptores –los ojos,
los oídos, la piel, la nariz, la boca- y sus propios conductos hacia el cerebro. Cada receptor
sensorial responde a diferentes estímulos: la luz, las ondas sonoras, movimientos mecánicos,
substancias volátiles, y substancias solubles. Culturalmente, los seres humanos dependen más
de unos sentidos que de otros. Para las sociedades occidentales, la visión es el sentido por
excelencia desde la época de la Ilustración. Sin embargo, en otros períodos anteriores, así
como en otras culturas contemporáneas 2 los sentidos del oído, tacto y olfato son los que
prioritariamente ayudan a estar en contacto con el mundo exterior.
En resumen, la forma en la que cada uno de los sentidos nos hace estar en contacto
con el mundo no es la misma. Cada variedad nos hace percibir ciertos estímulos y nos hace
interpretar una misma situación de una manera particular.
2
Entre estas culturas encontraríamos los aborígenes australianos que consideran el oído como el
sentido más importante (Evans y Wilkins 2000), la cultura Tzotzil de Méjico que creen que la fuerza del cosmos
procede del calor –sentido del tacto- (Classen 1993), o los Ongee de las Islas Andaman en el Pacífico Sur que
ordenan su vida con respecto a los olores (Classen et al. 1994: cap. 3).
Esta diversidad hace necesario que, para poder explicar la base conceptual de las
extensiones semánticas del campo semántico de los verbos de percepción, tengamos que
caracterizar primeramente el dominio experiencial de la percepción. La estrategia que hemos
elegido para dicha caracterización es la creación de una tipología de propiedades prototípicas
que den cuenta de las características de la percepción. Estas propiedades están basadas no
solamente en la fisiología de los cinco sentidos, sino también en la manera en la que nosotros,
las personas, los entendemos, en la forma en la que nosotros pensamos que funcionan estos
sentidos.
En este artículo solo tenemos espacio para enumerar y describir brevemente cuáles
son las propiedades prototípicas que definen la base conceptual del campo semántico de los
verbos de percepción 3 . Las definiciones de cada propiedad están basadas en la relación
existente entre los tres elementos que participan en la percepción: la persona que percibe
(PR), el objeto que se percibe (OP), y el acto de la percepción en sí mismo (P). Las
propiedades prototípicas son las siguientes:
-<contacto>: si el PR ha de tener contacto físico con el OP para ser percibido.
-<cercanía>: si el OP ha de estar cerca del PR para ser percibido.
-<interior>: si el OP ha de introducirse en el órgano de percepción del PR para ser
percibido.
-<límite>: si el PR es consciente de los límites impuestos por el OP cuando se percibe.
-<situación>: si el PR es consciente del lugar donde está el OP al ser percibido.
-<detección>: cómo lleva a cabo la P el PR: cómo el PR se da cuenta de la presencia
del OP y lo distingue de otros posibles OPs.
-<identificación>: el nivel de habilidad del PR a la hora de discriminar el OP en la P
-<voluntariedad>: si el PR puede elegir el llevar a cabo P o no.
-<dependencia>: si la P depende del PR directamente, o si está mediatizada a través
de otro elemento.
-<efecto>: si la P causa algún cambio en el OP.
-<brevedad>: la duración necesaria que ha de tener la relación entre la P y el OP para
poder llevarse a cabo la percepción.
-<evaluación>: si la P valora el OP.
-<corrección de hipótesis>: cómo de correctas, exactas, y precisas son las hipótesis
formuladas sobre el OP en la P al compararlas con el objeto real de la P. Está compuesta de
las propiedades <identificación> y <dependencia>.
-<subjetividad>: el grado de influencia que ejerce el PR sobre la P. Está compuesta de
las propiedades <cercanía> e <interior>.
La distribución de estas propiedades en los cinco sentidos se resume en la Tabla 1. A
cada una de las propiedades se le ha adjudicado un valor
si
o
no,
que corresponde al valor
positivo o negativo que tiene la propiedad en concreto a la hora de caracterizar el sentido4 . La
distribución de las propiedades no es la misma en todos los casos. Algunas son comunes a
todos los sentidos mientras que otras son particulares a otros.
3
Un análisis detallado del orígen y caracterización de estas propiedades se puede encontrar en
Ibarretxe-Antuñano (1999a: cap. 5).
4
Es decir, si tomamos la propiedad <contacto> por ejemplo, los sentidos que requieran contacto entre
PR y OP tendrán la propiedad con el valor positivo <contacto si>, mientras que aquellos que no lo necesiten la
tendrán con el valor negativo <contacto no>.
VISIÓN
<contacto no>
<cercanía no>
<interior no>
<dependen. si>
OÍDO
<contacto no>
<cercanía no>
<interior si>
<dependen. no>
<situación si>
<detección si>
<identific. si>
<voluntario si>
<situación si>
<detección si>
<identific. si>
<voluntario no>
<evaluación si>
<corr. hip si>
TACTO
<contacto si>
<cercanía si>
<interior no>
<dependen. si>
<límite si>
OLFATO
<contacto no>
<cercanía si>
<interior si>
<dependen. si>
GUSTO
<contacto si>
<cercanía si>
<interior si>
<dependen. si>
<detección si>
<identific. si>
<voluntario si>
<efecto si>
<brevedad si>
<detección si>
<identific. no>
<voluntario no>
<detección si>
<identific. si>
<voluntario si>
<corr. hip. si>
<brevedad si>
<evaluación si>
<corr. hip. si>
<subjectiv. si>
<subjectiv. si>
Tabla 1: Propiedades de la percepción
2.1. UN EJEMPLO: LA PROPIEDAD PROTOTÍPICA <CORRECCIÓN DE HIPÓTESIS>
La propiedad prototípica <corrección de hipótesis> se refiere al grado de exactitud y
precisión con el que se formulan las hipótesis sobre el OP en la P al compararlas con el
objecto real de la P. En otras palabras, cómo de certera y correcta es la información del OP
que recibimos al percibirlo. Esta propiedad, compuesta de las propiedades <dependencia> e
<identificación>, se aplica solamente a los sentidos de la vista, el oído, y el olfato. Veámos
unos ejemplos con cada uno de estos sentidos en los tres idiomas:
(1.a)
Ya ví que iba a haber problemas
(1.b)
I saw that there was going to be trouble
(1.c)
Arazoak egongo direla ikusi nuen
(2.a)
Ya oí que iba a haber problemas
(2.b)
I heard that there was going to be trouble
(2.c)
Arazoak egongo direla entzun nuen
(3.a)
Ya me olí que iba a haber problemas
(3.b)
I smelt that there was going to be trouble
(3.c)
Arazoak egongo direla usaitu nuen
Todas estas oraciones son iguales en cada idioma excepto por la modalidad del verbo
de percepción utilizado en cada grupo: la visión (ver, see, e ikusi), el oído (oir, hear, y
entzun), y el olfato (oler, smell, y usaitu). Esta diferencia hace que el significado de cada uno
de estos grupos sea distinto. Las oraciones (1) significan ‘saber’, las (2) ‘enterarse, ser dicho’,
y las (3) ‘adivinar, sospechar’.
Si nos fijamos atentamente en estos significados descubrimos que todos ellos
pertenecen al mismo campo semántico del ‘conocimiento’. Sin embargo, la clase de
conocimiento que nos ofrece cada uno de estos grupos es diferente. En una situación como la
de estas oraciones, no es precisamente lo mismo decir que ‘ya lo sabemos’, a decir que ‘ya
nos lo habían dicho’, o que ‘ya lo sospechábamos’. En estos significados hay una variación
del grado de exactitud que se puede explicar por medio de la propiedad prototípica
<corrección de hipótesis>.
En caso de los ejemplos de la visión en (1), el perceptor (PR) es la persona encargada
de darse cuenta, de reconocer que va a haber problemas, no solamente se vio una serie de
indicios sino que también los supo interpretar de una manera determinada. Esto refleja las
propiedades <dependencia si> e <identificación si> propias de la visión, que en comparación
con los otros sentidos nos proporciona el acceso al conocimiento más directo. En (2) con los
ejemplos del oído, el PR no vio con sus propios ojos que iba a haber algún problema, otra
persona se lo dijo; y como sabemos, a veces lo que otras personas dicen, especialmente
cuando están contando un suceso, no es siempre necesariamente fiel a la realidad. Esto refleja
las propiedades <dependencia no> e <identificación si> características del oído. Finalmente en
(3), el PR recibió directamente los indicios que le hacen sospechar que va a haber problemas,
pero dichos indicios no eran tan concretos, tan palpables como para hacerle llegar a esa
conclusión totalmente seguro. Esto refleja las propiedades <dependencia si> e <identificación
no>
del sentido del olfato; cuando percibimos un olor lo podemos detectar inmediatamente
pero se nos hace muy difícil identificarlo, determinar exactamente qué es lo que huele.
Las diferencias de significado que acabamos de detallar para estos grupos de
oraciones son un fiel reflejo de las experiencias perceptivas que tenemos al utilizar cada uno
de estos sentidos. Cuando los utilizamos formulamos hipótesis sobre la naturaleza y las
características del objeto que estamos percibiendo. Dependiendo de la modalidad perceptiva,
estas hipótesis corresponden más o menos a la verdadera naturaleza del objeto. Normalmente,
el sentido en el que más confiamos es en el de la vista, seguido por el del oído, y después por
el del olfato. Por eso cuando utilizamos expresiones metafóricas que contienen verbos como
ver, oír y oler estamos trasladando esa experiencia que tenemos cuando percibimos
físicamente con cada uno de estos sentidos a un plano conceptual y abstracto.
3. UNA PROPUESTA PARA EL ANÁLISIS DE LA POLISEMIA DE LOS VERBOS DE
PERCEPCIÓN
Una vez que hemos definido la base conceptual de la percepción, el siguiente paso es
mostrar en primer lugar qué parte de ella está presente en los significados de los verbos de
percepción, o en lo que denominamos la polisemia conceptual de los verbos de percepción,
para luego proseguir con una explicación de cómo se producen dichos significados
polisémicos.
3.1. POLISEMIA CONCEPTUAL: SELECCIÓN DE PROPIEDADES, METONIMIA, Y
METÁFORA.
Uno de los supuestos que se dan por hecho al hablar sobre las correspondencias entre
dominios conceptuales es que no todo lo que conforma el dominio fuente ha de estar presente
en el dominio meta. Entre estos dos dominios se da solamente una correspondecia parcial,
que Lakoff y Johnson (1980: 52) denominaban la parte ‘usada’, con respecto a la metáfora.
Sin embargo, si nuestro objetivo es demostrar que las extensiones semánticas tienen una base
conceptual que las hace estar motivadas y estructuradas, el decir que ‘únicamente se utiliza
cierta parte del dominio fuente’ es obviamente insuficiente. Debemos mostrar exactamente
cuál es esa parte ‘usada’, es decir, necesitamos restringir y definir más detalladamente las
caracteristicas o propiedades en las que están basadas estas extensiones semánticas 5 .
Como solución a esta necesidad proponemos los procesos de selección de
propiedades. Estos procesos se encargan de mostrar no solamente cómo algunas de las
propiedades prototípicas que caracterizan al dominio fuente se trasladan al dominio meta,
sino también cuáles son exactamente estas propiedades. Por medio de esta selección de
propiedades se puede restringir qué correspondecias metonímicas y metafóricas ocurren entre
estos dominios, ya que las propiedades seleccionadas en el dominio meta han de ser parte de
las presentes en el dominio fuente. Lo importante de estos procesos no es el número de
propiedades que se seleccionan, pues éste varía en cada extensión semántica, sino el hecho de
que hay una transferencia de solo una parte de las propiedades que conforman el dominio
fuente. Veámos cómo funcionan estos procesos de selección de propiedades.
5
Lakoff, en estudios posteriores al monográfico de 1980, ha propuesto el ‘Invariance Principle’ (1990,
1993) por el cual solamente se permiten las correspondencias del dominio fuente que preserven la estructura
inherente del dominio meta. Aunque este principio se encarga de restringir la naturaleza de las correspondencias
metafóricas, no especifica realmente qué parte del dominio fuente es la que ha de ser consistente con la
estructura del dominio meta.
Una de las extensiones semánticas de los verbos del tacto es la de ‘afectar’ como se
ejemplifica en (4).
(4.a)
¿Quién ha tocado mis libros?
(4.b)
Who touched my books?
(4.c)
Nork ukitu ditu nire liburuak?
En estas frases se entiende que alguien ha ‘afectado’ los libros de esta persona. Sin un
contexto más amplio no podemos saber en qué manera lo han sido, solamente que no están
como los había dejado su dueño.
La base conceptual de este significado está compuesta por la selección de tres de las
propiedades prototípicas que definen el tacto (véase Tabla 1): <contacto si>, <cercanía si>, y
<efecto si>. La propiedad <contacto si> se selecciona porque para que los libros sean movidos
de sitio primeramente ha de haber un contacto con el agente que los hace mover. Asimismo,
la propiedad <cercanía si> viene dada por ese contacto, si dos objetos tienen contacto es
porque hay una proximidad entre ellos. Finalmente, la propiedad <efecto si> está presente
porque ha habido un cambio en el estado original de los libros como consecuencia del
contacto entre ellos y el agente que los movió.
Las otras propiedades que caracterizan el tacto no parecen estar presentes o ser
relevantes para esta extensión semántica. Por ejemplo, no se nos dice mucho sobre la
duración del contacto en estas frases, ni tampoco sobre si ese contacto es superficial. Aunque
se sobrentiende que los libros tienen unas dimensiones específicas, éstas tampoco intervienen
de manera protagonista en estos significados. Así que propiedades como <brevedad si>,
<interior no>, o <límites si> quedan fuera de esta selección de propiedades en particular 6 .
6
(2000).
Estas propiedades participan en otras extensiones semánticas como se muestra en Ibarretxe-Antuñano
En (4), el sentido de estas oraciones es aún concreto, es decir, los libros se ven
afectados de una manera física, pero como vemos en (5), el significado de ‘afectar’ también
se puede entender en un sentido figurado:
(5.a)
Nada podrá tocar su corazón
(5.b)
Nothing will touch his heart
(5.c)
Ezerk ez du ukituko haren bihotza
En (5), los verbos tocar, touch, y ukitu no se entienden en el sentido concreto, sino
figuradamente. Lo que no se puede afectar o cambiar en esta persona son sus sentimientos 7 .
Ambas frases, (4) y (5), tienen la misma base conceptual porque seleccionan las mismas
propiedades, <contacto si>, <cercanía si>, y <efecto si>. Lo que las diferencia es la manera en
la que están estructuradas. Mientras que (4) las correspondencias entre el dominio fuente y
meta se llevan a cabo solamente a través de la metonimia, en (5) además hay un segundo
paso, que es la correspondencia entre estos dominios a través de la metáfora. Recordemos que
la metonimia y la metáfora se definen como correspondencias entre dominios conceptuales,
pero se distinguen entre sí por el tipo de conexiones que se llevan a cado en cada uno de
ellos: las correspondencias en la metáfora se llevan a cabo entre diferentes dominios
experienciales y en la metonimia éstas tienen lugar en un mismo dominio.
En (4), las correspondencias las realiza la metonimia RESULTADO POR ACCIÓN 8 , ya que
la expresión del resultado, el cambio físico, se utiliza en lugar de la acción presupuesta por el
propio resultado, el toque. Sobre esta metonimia se aplica la metáfora
7
EFECTO FÍSICO ES
El hecho de que nos refiramos a los sentimientos viene dado, en el caso del español especialmente
(vide Sección 3.2), por la utilización de la palabra corazón, la cual se conceptualiza como el locus de los
sentimientos en la cultura occidental. Sin embargo, el significado de ‘afectar’ en esta acepción figurada se aplica
a otra clase de sentimientos como el orgullo o situaciones como en la frase Le ha tocado en lo que más le duele.
8
Panther y Thornburg (2000: 215-232) desarrollan esta metonimia en más detalle con respecto a varios
usos gramaticales del inglés. Estos autores incluyen esta metonimia como un subtipo de la metonimia EFECTO
POR CAUSA.
EFECTO ABSTRACTO
que explicaría las extensiones semánticas en (5). Este último caso se
puede considerar un ejemplo de lo que autores como Radden (2000) denominan una metáfora
basada en metonimia y que se define como una correspondencia que incluye dos dominios
conceptuales que están basados en, o pueden retrotraerse a, un mismo dominio conceptual.
Los procesos de selección de propiedades, así como las correspondencias
metonímicas y metafóricas de (4) y (5) están representados esquemáticamente en la Figura 1.
Propiedades prototípicas del tacto
<contacto si>
<cercanía si>
<interno no>
<dependencia si>
<detección si>
<indentificación si>
<voluntariedad si>
<efecto si>
<brevedad si>
Propiedades prototípicas seleccionadas en ‘afectar’
<contacto si>
<cercanía si>
<efecto si>
Procesos de selección de propiedades
(4)
(5)
Metonimia
Metáfora
Figura 1: Esquematización de ‘afectar’ en (4) y (5)
El análisis que acabamos de presentar del significado ‘afectar’ se puede aplicar a
todas las extensiones semánticas de los verbos de percepción. La única diferencia con este
análisis vendría dada por el número y tipo de propiedades que se seleccionan en cada caso
como la base conceptual de cada extensión, como se puede comprobar en otros estudios más
detallados sobre este tema en relación a los verbos de percepción (Ibarretxe-Antuñano 1999b,
2000). Como hemos visto este tipo de análisis no solamente se aplica a un idioma
determinado, sino que sirve para dar cuenta de estas extensiones semánticas en diferentes
lenguas, en este artículo, en inglés, euskera y castellano. Esto es posible porque nos estamos
moviendo al nivel de la polisemia conceptual, la cual se restringe por medio de las
propiedades prototípicas que caracterizan el dominio de la percepción. Propiedades que son
compartidas por aquellas personas que pertenezcan a una misma cultura, en este caso, la
occidental 9 .
3.2. POLISEMIA COMPOSICIONAL 10
Hasta ahora hemos estado analizando la polisemia de los verbos de percepción desde
un punto de vista conceptual; su base conceptual y los mecanismos cognitivos que
estructuran las extensiones semánticas del dominio de la percepción física. En esta sección
nos vamos a ocupar de cómo se lexicalizan dichas extensiones semánticas, es decir, de los
diferentes elementos léxicos que son necesarios en los diferentes idiomas para poder expresar
otros significados además del prototípico de la percepción física.
La idea fundamental que presentamos en esta sección es la polisemia composicional
que establece que los diferentes significados polisémicos de un lexema se obtienen a través
de la interacción del contenido semántico tanto del propio lexema como del de los demás
elementos que le acompañan. La influencia que ejerce el contenido semántico de estos
elementos en cada extensión semántica no es siempre la misma, sino que varía en diferentes
grados de composicionalidad. Veamos algunos casos.
(6)
9
Juan apenas ha tocado la comida
Con ésto no queremos decir que estos idiomas hayan de compartir todas y cada una de las extensiones
semánticas posibles en el campo semántico de los verbos de percepción. Como se puede observar en IbarretxeAntuñano (1999a: cap. 2), estos idiomas han desarrollado a su vez más significados que no son compartidos con
el resto de los idiomas.
Una de las extensiones semánticas de los verbos del tacto que ocurre en los tres
idiomas que estamos tratando en este trabajo es la de ‘probar algo’, que en el caso de (6), se
refiere a ‘probar algo de comida’. La razón por la que es posible interpretar este significado
no es únicamente la presencia del verbo tocar, sino la del complemento directo la comida, así
como la del adverbio apenas. Sin estos dos últimos elementos, especialmente sin el adverbio,
sería prácticamente imposible llegar a inferir este significado. Si eliminamos el adverbio, la
frase Juan ha tocado la comida correspondería bien al significado prototípico del tacto físico
o bien a la extensión semántica de ‘afectar’, pero no ejemplificaría el de ‘probar algo de
comida’.
Un caso parecido lo tenemos en inglés con el ejemplo (7).
(7)
The dog was sniffing around looking for the hare
‘El perro husmeaba por todas partes buscando a la liebre’
Esta frase ilustra uno de los significados polisémicos de los verbos olfativos, el de
‘seguir el rastro’. Como en la anterior ocasión, en esta particular interpretación juegan un
papel decisivo el sujeto the dog ‘el perro’, así como la preposición around ‘alrededor’. Si
cambiásemos esta última por otra preposición como at ‘en’, el significado ya no sería el de
‘seguir el rastro’. El uso de la preposición at ‘en’ cancela el sentido de vaguedad de la
preposición around a la hora de definir el lugar. At señala una entidad muy específica, el
perro que está husmeando a una liebre en concreto. Por ello, el significado que obtenemos
con este cambio es el prototípico físico de ‘oler’.
La situación es diferente en un ejemplo como (8).
10
En Ibarretxe-Antuñano (1999a) se denominaba polisemia graduable.
(8)
María huele el peligro de lejos
El significado de esta oración es el de ‘detectar, presentir’. Esta extensión metafórica
del verbo oler, está provocada por el propio verbo olfativo y además por el objeto directo de
peligro. Al ser ésta una entidad abstracta provoca que el significado no sea físico sino
abstracto, ya que un peligro no se puede oler como se hace una flor. Sin embargo, este caso
no es igual que el anterior. A diferencia de éste, (8) no tiene las opciones para rellenar el
hueco del objeto directo tan restringidas. Hay muchas otras entidades que podrían substituir
la palabra peligro, como por ejemplo, engaño, negocio o dinero.
Finalmente, podemos encontrar un tercer caso como se ejemplifica en (9).
(9)
John touched Mary
‘Juan tocó a María’
La frase (9) es un ejemplo del significado ‘afectar’ que, como hemos visto en la
Sección 2.1, tiene un sentido físico pero también puede ser utilizado metafóricamente. Este
caso, no nos es posible, tal y como se encuentra formulada esta oración en inglés, decidir por
el sentido concreto o abstracto. Es una oración ambigua cuyo significado, al contrario que en
los casos anteriores, no puede ser predecido por el contenido semántico de los elementos que
acompañan al verbo. John y María son conceptos muy vagos para poder restringir esta
extensión semántica, ya que se pueden utilizar en infinitas combinaciones con otros
elementos. Sin embargo, si se usan como en (9) con un verbo del tacto, el significado es
‘afectar’, y no otro.
Recapitulando, y basándonos en estos ejemplos, podemos hacer dos grupos diferentes.
Por un lado, el formado por los casos de polisemia impredecible como en (9), cuando no es
posible determinar o predecir qué interpretación podemos darle a una frase basándose en el
contenido semántico de los diferentes argumentos. Por otro lado, el compuesto por aquellas
extensiones en las que la elección de ciertos argumentos lleva una interpretación específica.
Éste último caso se clasifica a su vez en dos tipos diferentes. Los significados como ‘probar
algo (de comida)’ y ‘seguir el rastro’ como en (6) y (7) respectivamente, se llaman
extensiones del argumento, porque el significado se determina principalmente por los
argumentos del verbo y otros elementos de la frase. Los significados como ‘detectar,
presentir’ en (8) se denominan extensiones del verbo, porque es el verbo el que gobierna la
elección de argumentos y significado.
Una de las características de la polisemia composicional es que es específica de cada
idioma, ya que como ha mostrado Talmy (1991, 2000) entre otros autores, las relaciones
sistemáticas entre los elementos semánticos (significados) y los elementos superficiales
(formas lingüísticas) no han de mostrar correspondencias paralelas del tipo una por una en
diferentes idiomas. De hecho, esta relación toma diferentes formas, ya que múltiples
elementos semánticos pueden expresarse por medio de un sólo elemento superficial, y
viceversa, un elemento semántico puede expresarse por medio de múltiples elementos
superficiales.
En el caso de la polisemia composicional la categoría en la que se encuadran las
extensiones semánticas puede variar en diferentes idiomas. Por ejemplo, la frase John
touched Mary se clasifica en inglés como de polisemia impredecible. Sin embargo, en
euskera o castellano, los mismos elementos nos darían una sola interpretación, ‘afectar físico’
como se observa en (10).
(10a)
Jonek Miren ukitu zuen
(10b)
Juan tocó a María
Si queremos expresar el concepto de ‘afectar metafórico’ debemos de añadir un
elemento que nos indique este nivel de los sentimientos como puede ser el corazón en el
grupo de ejemplos (5) que analizábamos en la Sección 3.1. Éstos serían, por lo tanto, casos de
extensiones del verbo.
A lo largo de esta última sección hemos hablado de la función que desempeñan los
diferentes elementos que acompañan al verbo de percepción en la obtención de extensiones
semánticas, pero no hemos mencionado exactamente cómo se restringe la elección de cuáles
son estos elementos.
Si las extensiones semánticas de estos verbos están a la vez que basadas, limitadas,
por las propiedades prototípicas que conforman la base conceptual de la percepción, entonces
cabe pensar que el contenido semántico de los elementos que ayudan a su lexicalización ha
de estar también en armonía con dichas propiedades.
(11)
*Juan tocó la broma
(vs. Juan se olió la broma)
Por ejemplo, si decimos una frase como (11), sin ninguna otra información contextual
la desecharíamos como incorrecta. Una broma no se entiende como un concepto ‘tocable’, ni
en el sentido físico como una mesa, ni en el sentido metafórico como un tema o un
sentimiento. La broma parece que choca con una de las propiedades del tacto, la de <contacto
si>,
ya que no es posible establecer ninguna clase de contacto físico o metafórico entre el P,
Juan, y el OP, la broma.
La elección de los elementos que intervienen en las extensiones semánticas vienen
restringidos por lo que denominamos el requerimiento de las propiedades del verbo. Éste
establece que las propiedades que caracterizan a los elementos que ocurren con el verbo no
deben violar ninguna de las propiedades prototípicas que forman la base conceptual sobre la
que se basa la polisemia de estos verbos.
4. CONCLUSIONES
El modelo para el análisis de la polisemia propuesto en este artículo está compuesto
de dos partes complementarias. Una parte se refiere a la explicación de las correspondencias
conceptuales entre diferentes dominios, y la otra parte a la explicación del cómo diferentes
palabras expresan dichas correspondencias conceptuales en diferentes idiomas. La Figura 2
esquematiza este modelo.
INSERTAR FIGURA 2 MAS O MENOS AQUI
El cuadrado superior en la Figura 2 muestra cómo se lleva el análisis de las
correspondencias entre dominios conceptuales diferentes. Hay dos dominios diferentes: el
dominio fuente de la percepción física y el dominio meta, compuesto por todas las
extensiones semánticas físicas y abstractas, que se denomina polisemia conceptual. El
dominio fuente se caracteriza por medio de propiedades que se consideran la base conceptual
sobre la que se basa el vocabulario relacionado con el campo semántico que se está
analizando. En este caso, es el de la percepción, que se compone tanto de la fisiología de los
cinco sentidos como de la manera en la que los humanos perciben y comprenden la
percepción. Como la base conceptual es común a todas las personas que comparten la misma
formación cultural, la polisemia conceptual no solamente se puede aplicar a un idioma, sino
que es común a varios idiomas. Las correspondencias entre los dominios fuente y meta se
llevan a cabo a través de tres mecanismos: la selección de propiedades, la metonimia y la
metáfora.
El cuadro inferior en la Figura 2 describe los instrumentos que poseen los idiomas
para expresar y obtener las extensiones semánticas que conforman la polisemia conceptual de
un determinado campo semántico; y cómo se restringen dichos instrumentos. Al contrario
que el cuadro superior, esta parte es específica de cada idioma, ya que el contenido semántico
de cada palabra no es el mismo en todos los idiomas; lo que en un idioma se puede expresar
con una palabra, en otro pueden necesitarse dos o más.
Para poder mostrar hasta qué punto el contenido semántico de los verbos de
percepción es responsable de la creación de dichos significados polisémicos, así como el de
los otros miembros que acompañan al verbo se ha creado la polisemia composicional. Ésta
establece y clasifica la importancia del contenido semántico de las palabras que toman parte
en la creación de la polisemia conceptual en tres grados de composicionalidad: Polisemia
impredecible, extensiones del verbo, extensiones del argumento. La elección de los elementos
que contribuyen a la creación de los significados polisémicos se restringe mediante el
requerimiento de las propiedades del verbo.
En conclusión, este modelo consiste de tres partes: (i) la definición de cuál es la base
conceptual en términos de propiedades del campo semántico en cuestión; (ii) el
establecimiento de su polisemia conceptual, y (iii) el establecimiento de su polisemia gradual.
La validez de este modelo está restringida a la polisemia de los verbos de percepción
en castellano, inglés y euskera, ya que ésta ha sido nuestro laboratorio para poder formular
las hipótesis que acabamos de presentar. En futuras investigaciones, necesitaremos aplicar
este modelo a otros campos semánticos, así como a otros idiomas, para poder descubrir su
utilidad y capacidad verdadera a la hora de proporcionar un completo análisis del fenómeno
de la polisemia.
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Extensiones semánticas
concretas
Percepción
prototípica
Extensiones semánticas
abstractas
expresados a través de
las palabras
expresados a través de palabras cuyo
contenido semántico crea diferentes
grados de composicionalidad
Verbos de percepción
-polisemia impredecible
-extensiones del verbo
-extensiones del argumento
Figura 2: Modelo de análisis de la polisemia de los verbos de percepción
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