Promoción de las empresas para la creación de la Industria Cultural en Puebla Autora: Hayden Marina Beyder Cano Camacho Resumen: La industria cultural en Puebla no existe. Se requiere del trabajo en conjunto de tres factores que impulsarían la creación de esta industria y que se traduciría no sólo en beneficios para los grupos artísticos y de promoción cultural, sino a la economía del Estado. Vivimos tiempos en que las asociaciones o grupos de la sociedad que dependen de las donaciones económicas de empresarios, gobierno o sociedad en general, para la promoción y difusión de las artes y la cultura, ya no encuentran el apoyo debido a los factores económicos no sólo mundiales, sino locales. Así, se han visto en la necesidad de crear programas de procuración de fondos, mismos que tienen en su contra la preferencia de las instancias gubernamentales para cubrir los servicios de salud, vivienda y educación, por lo que el tema del arte y la cultura pasan a un segundo término. Si a esta situación agregamos que nuestro país no es un buen consumidor de arte y que la promoción de la cultura no está considerada como una actividad económica, entonces es menos probable que los empresarios vean con buenos ojos apoyar económicamente a proyectos artísticos y de preservación de la cultura. Las organizaciones o promotores que trabajan constantemente en el fomento a la cultura, son personajes importantes para el desarrollo de un país. La cultura acerca a las personas, abre nuevos horizontes, fortalece la identidad, ofrece oportunidades de trabajo y permite el disfrute del tiempo libre, por mencionar solo una parte de sus grandes beneficios. Para cumplir con su función, la cultura necesita ser expresada, mostrada, creada, valorada, reforzada… Podemos decir que para la promoción cultural existen dos vertientes de trabajo principales: la creación y / o aumento de públicos y otro es el financiamiento para espectáculos y proyectos de calidad. Asimismo las organizaciones, instituciones o personas que realizan esta labor son sumamente diferentes en cuanto a su dimensión, enfoque específico, antecedentes, tradición, grado de desarrollo y localización. Otro tema preocupante es la profesionalización. Los artistas, como creadores, carecen de estudios profesionales que incluyan dentro de sus programas la enseñanza de la estrategia y promoción cultural; carencia de estudios profesionales para preparar verdaderos promotores culturales que tomen en cuenta los ejemplos del mundo para realizar actividades como mercadotecnia del arte, publicidad y branding. Pareciera que estos temas están alejados por completo de la cultura, sin embargo, el uso de técnicas publicitarias y mercadológicas voltearían la cara de los empresarios y las instituciones gubernamentales al ver el valor económico que la difusión, promoción y apoyo a la creación artística y difusión del arte traduciría en un aumento del PIB a nuestro país. Recordemos el ejemplo de Francia a principio de los años ochenta: Jack Land coloca a los artistas – principalmente a los jóvenes – en centro de su apuesta en el primer Ministerio de Cultura Socialista en Francia. Desburocratizó la institución y motivó debate, apuestas, cambio y una constelación de espacios para las artes. Dio inicio a una nueva forma de trabajar dentro de las instituciones de gobierno para el fomento a las artes. Y es que en promoción y difusión es importante tener en cuenta que los programas, becas, procuración de fondo y apoyos solicitados por los grupos de artistas, se van principalmente por el rumbo de las propuestas artísticas, lo que los grupos consideren mejor; y, es vital tener en cuenta al público que va a “consumir” su trabajo, ¿lo entenderá?, ¿regresará a ver mi obra, mi presentación, mi exposición? No quiere decir que el artista deba adecuarse a los gustos del público, pero sí tener en cuenta sus costumbres para utilizar esos recursos en la difusión del trabajo artístico y aprovechar éstas para llegar Si bien, para llegar a hablar de una estructura verdadera de Industria cultura en nuestro país, es necesario vincular a tres integrantes de la sociedad: empresas, artistas e instituciones gubernamentales; que a través de un trabajo en conjunto, lograrán formar públicos consumidores de la Cultura. 1. Empresas. Se habla mucho sobre la responsabilidad social de las empresas, de cómo éstas tratan a sus trabajadores y a sus clientes o de su contribución al cuidado del medio ambiente. Sin embargo, dentro y fuera de las empresas son casi nulas las actividades en pro de la difusión y promoción de la cultura y de actividades artísticas para sus empleados. La propuesta es realizar un fondo creado bajo un porcentaje de colaboración de cada empresa que sea administrado por una mesa directiva creada por los mismo empresarios y que se destine a apoyar a grupos artísticos para realizar sus producciones, viajes al extranjero, estudios e investigaciones y que sean los mismo artistas a través de su trabajo quienes correspondan a ese apoyo. 2. Artistas. Es necesario que se comprometan con la profesionalización y constante actualización en cada de sus disciplinas y que se comprometan a participar dentro de las investigaciones que se realicen en bien de la preservación cultural en el Estado. 3. Instituciones gubernamentales. Además del compromiso de servicio que tienen estas instituciones con los ciudadanos, también deben realizan una labor de apoyo y compromiso tanto para la difusión de eventos como para la preservación, archivo, investigación, profesionalización y capacitación constante de todos aquellos protagonistas del medio artístico y cultural de nuestro estado. Es a través de la unión de estas fuerzas y de la creación de un fondo empresarial poblano que sea dirigido precisamente por los empresarios, lo que dará como resultado la creación de una verdadera industria cultural que, además, se traducirá en beneficios económicos para nuestro estado al funcionar como proyector internacional para la promoción del turismo en nuestro Estado. “Financiamiento de las empresas para la creación de la Industria Cultural en Puebla” Hayden Marina Beyder Cano Camacho Galería O’Farrill 5 poniente 525 Centro Histórico. C.P. 72000 (01 222) 2 42 62 51 [email protected] Lic. En Comunicación Social por la Universidad de Oriente. De 1999 al 2003 colabora en Sicom Radio produciendo y conduciendo varios programas radiofónicos: El poder de los sentidos, programa de apoyo, información y vinculación para padres de hijos con capacidades diferentes; Tiempo acústico, programa nocturno musical que presentaba a las nuevas propuestas de la llamada “nueva trova”, Ciencia X, programa dedicado a la difusión de la ciencia para jóvenes. Así mismo colabora en otras producciones como conductora en los programas Radio causa joven y La Historia del Arte. En el año 2004 realiza su servicio social en la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Puebla, lo que hoy es el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla y en el año 2007 empieza a laborar en el mismo lugar en el área de comunicación hasta marzo de 2010. Actualmente es responsable del área de difusión y relaciones públicas de la Galería O’Farrill. Temática: Responsabilidad social de las empresas para la promoción y financiamiento de la Cultura.