La mujer cristiana desde su nacimiento hasta su muerte

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'L1tl: ':MJJS~ft''CRISTIAN1Î.
P~~DBSJIN ACIM~ENTQ HAST 11 SU ~UBa'r~r'
I
~s!V~Q;U@~ ~ GJQJOO$~JJ(O;SJ
POR 1\IAnr\l\i,L\. DE MEUC~"t-~
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T1LI.DT;CIDA
AL C,I.sTEJ,LHiO
I A;>()T.lD.1.
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"..
jPOR DON JOSÉ YICENTE
DOCTOR E:> DEl\EGEJO
C¡HL
.
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i
1 OA~4VLt}NrES,
1 CA.KÓI'iIGd. i
'~.J..¡..~-
.co~ LICENCH
DE U AUTORIDAD ECLESIARTJCA.
Las mujeres puedcu tomar tanta part~ C0\l10 lo~
hombres 0U 18s combates por la cll.usa de Dios i d9
)~ Iglesia ..
(SA:; JUAN CIUSOSTO)10, Epist. 12~.) "
BOGOTÁ.
·)1'
~!:',IPOGRA:nA
DE
NICOLAS
PONTON
1 C0.MPA1'l"IA
'.'
1 873.
"¡
.•
Biblioteca Litellaria.
----_ •...•......
-e..--Coleccion escojidlls de historias, novell\S, comedias, dramas, peLipiezas,etc, española',
fra.ncesas i amerioa:nas.-Va.lor de 26 entregas, $ 1-20. Valor de un aio, $ 4-40.
1873 .
••••
ADVERTENCIA DEL TRADU~TOI.
Ent~e las nùmerosas obras que se han I cuadro,> que se bosque~lln, con tanta ri•.•
publicado hasta el dia sobre la mejor i queza de irr.:íjcnes i de poesía, i tal brimanera de cumplir la mujer su noble, lIaotl'z i májia de estilo, que realzan es·
i sublime mision en el mundo, acaso I traordlnariamente el jnteres que ocasiono bai otra que reuna, como la presenDa su Il'ctura.
te, la profundidad j solidez de la mas
La autora de esta obra, sin desconosana doctrina, al atractivo i al intel'es cel' las privilejiadas dotes intelectuales
en el modo de espoHerla: la iostructle su sexo, hare consistir su principa
eion a la amenidad i recreo.
mérito i los medios mas f'ficaces pa
En ella se traza, con tanta novedad
su tJ'¡unfo, en la amabilidad, en la pru
como delicadrza, los debel'es i obliga·
dencia, en la caridad, en la dulzur
ciones de (a mujer, segun los distintos
en la abnegacion i en todl\~ esas noble
pel'lodos de la edad Ila:.< diversas fases i heróicas cualidades I virtudes que son
i cil'cunstancias de la vida, guiándola
su mas bll\lo oroato I que constituyen tacomo por la milDO, por medio de sabias da su fuerzll. «Marchad, dice a las j6vemáximas 1prudentes consejos, paró tlue ¡ nes, a formar jeneracllmes nuevas i una
cumpla dignamente su noble apostolado
socÎeJad morall digna cou III humildad
en la sociedad i en la familia, llegando
en la frente, con la caridad en el coraa ser modelo de hijas, de esposas I de zon I con la pureza en el alma.»
madres, i a ejercer i aplicar a las neceEsta obra, verdaderamente digna de
Bidades sociales su benéfica influencia
todas las personas ilustradas, se halla
en su esfera mas elevada.
\ I ademas enrllluecida de una esqui sita
Apénas hai situacion de alguna lmcondicion, conteniendo casi todo la meportancia en la exístencia humana sobre I jor que se ha escrito sobre esta delicada
que no se contenga en esta obl'a el me- I materia por los autores mas célebres,
dia de resolverla a dil'ijirla a un fin lau· ¡: Chateaubriand, Lacordaire, Bossuet, el
dable i jeneroso, excitando, bajo este i' P. Ventura, el abate Combalot, el Carconcepto, el iuteres del lector mucho
deual de Bonalt, Augusto Nicolas, etc.
filas vivamèllte que las obras de pura
No es, pues, de· ad mirar que haya
Imajinaclon, puesto que afecta a su fe- obtenido los mas brillante~ elojios del
Iicidad I a la de su propia familia.
Episcopado del vecino imperio, segun
, 1todo ello se halla espuesto con tal se espl'esa en las siguientes aprobaciones
lImenldad i viveza de colorido 1'11 los ¡que Cl'eemos oportullo insertar íntegr¡,;s.
I
APROBAOIONES.
l'OR
MUDÁDO
DE
MOll~E~OR,
EL
OBrsPO
:tIe leido.
que
de órden de monseilor, 111 obra
tiene por títnlo: La Mujer cristiana
desde su nacirJiiento hasta
con tal tino i sabiduría 'se hallali
tos.
DE CLEmlOJ\T.
su muerte, i
me ha parecido conforme a la enseñanza
de la Iglesia, i digna d~ recomendarse a las
jóvenes i a las nwdres de familJa, seguras
de eJJeoUtrar en ella. hajo unJ forma <lue
atrae en estremo. ùtiles consideraeiolles~obre la voluntad de Dios respecto de ellilS j
sabios consejos para cumplirla piadosamente.
Clermont-Ferrand, etc.
13ERCOUNIOUX,
canÓnigo,
Miembro del Consejo Episcopal.
+
èspueS'~
-
Las madres cristianas que se complaced
en revivir en sus jMenes hiJas. su dignli
corona, no podrian ponçr en sus malÍosun
gula mas útil. Este Manual. con el que
ndtrirán e ilUminarán su inte1ijeocia, les
, enseilara io lJue deben hacer ilf' llue deben
evitar para conservar i desarrollar en si
m ¡Sillas, los buenos sentimientos que puso'
Dios en SllScorazones, al paso que leó ser,'irá corno de UH espejo que relleje de una'
manera tan graciosa (-crno límpida, las'
pl'lllcipales obligaeiones que correspouded
a los diversos estados i circunstancias de
su cJ{istencia•.
Valellcia,etc.
B. P., Obispo de Valencla.
+
",
Dl! ~lO;'ïSEr;On
EL OBISPO IlE \'IVIER<
-
La obra que tiene por titulo: La Mujer cristiaria desde su nacimiento hasta
iJumuerte, me parece excelente, i honra
l'OR ~IANDADO DE ~lONSEÑOR EL OBlS~;:";;;"
'DEPUY.
Íle leido, de órdeii de l\fons. elObl~bO'
de Puy, el libro intitul'ado: 'La 'Mu]'ei'é"ls~
su
a un tiempo mismo el entendimiento, el tiana desde
nacltniento kast'âsu
coraZQn i la plurna de su autor.
, muerte; estudios i cooSejos, 'por Mad.de
En ella se defiende con dignidad i ta- [ Mereey. Esta obra me ha parecido Uenat
lento la santa carisa de la fe i de la virtud, perfectamente el fin que se ha pFOPU~O
i se sostienen contanta firmeza como mo· su autor, el apostola4o de la mujer ~ ,la'
eracíon los intereses de la gloria de D¡os. fami lia i en la s()('.iedad por medio 4~;1;\l
Así. abro dichosamente mi dióe~sis a Illtelijencia de sus deberes i de su celo 1 fista piadosa obra, rogando al Sellor que le delidad eh cumplirlos.
"
segure el éxito que reclama.
Reseñas i aprer,iaciones sumamente1ieViviers, etc.
les i asactas, forti tieadas con laautorid'ád
de las Sagradas Escrituras, de los Santo.
LUIS, Obispo de ViViers.
Padres de la Iglesia, delos m'oralistas ide
los predicadores mas célebres: tal es el
DE ilION,EÑon 'EL OBISPO DE VAI,¡¡SCIA.
rico fondo a que va. unido el eSli,lo ma~.eQ~
Acabo de leer COll la mas séria atenci on canlador, la espresion de UDa viva fe Ide
la obra que lI~va por título: La Mujer una dulce uncion i piedad.
cristiana desde su nacinliento hasta su
Las pers~nas a 9uiene~ se .consa~a~te.
mWTte.
libro hallaran en ella gura massantapara
1I1uipoeos libros han causado tan vi va dirijirlas en todas las edades i en las di.
impresion como el presente en mi espíritu. versas situaciones de su vida, pero, sobre
Su lectura cautiva tanto como edifiea, i, una todo. un tierno i afectuoso amigo, que
vez principiada, no es posible interrum.
alienta i consuela todavía mas q\le ~_upirla, àntes se desea que nunca termine.
ye.
Para las mujeres de cierta condicion, es
Le Puy, etc.
una obra parecida, no diré a los Come} os
COUPE, canónigo, vicario ~neral.
de una madre a su hija, por Mad. de
Lambert, o de otros autores que han tra·
IlE M05,EÑOR
EL oBISPO DE AUTUN.,
todo de preparar alas jovenes a una vida
honesta segun el mundo, sino mas bien a
l\Ionseilor: Despues de haber leido,~
órden de Vuestra Grandeza la obra q;~,]I&o
Las MUJeres ¡J,ela Biblia i del Evanje!io,
por el Rdo. P. Ventura o Mons. Darbois. va por título: La Mujer cristiana dead6f14.
Vicario ¡en eral de Paris: tal es la piedad nacimiento hasta su muerte,p.o pu~do~é1
que respiran los consejos que contiene, i 1I0S de dur sobre ella un testll'iloniQ·favora-
+
+
~~~~~~
APHOBACIO~ES,
..•.•••.
'hIe bajo todos aspectos. El antor me parece
tratar en esta obra de un modo tan corn·
pleto como es posible un asunto que su viva
fe, su esperielIcia personal i sus juiciosas
observacioues
le han hecho familiar,
Este
libro producirá l11ucho bieu siendo en 11)a·
nos de una mujer uu manual de conducta
para el cumplimiento
desus mas importan,
tes deberes.
'1
DE~,
8'.1'¡",
l:L
C,\HDE;,\AL DONNE1,
I
Hemos\::~;;~'~::m~:a/I:I~:~~~ue
lleva
: por título:
La Ml/Jcj' cristiana desde su
:nacimiento haôt" S'.I muerte, 1 en vista del
'informe
que se nos hJ dado, declaramos
que esta obra se halla escrit¡l con mui buèn
eSl}iritu i que no '~olltiene nada contrario ,a
la~ cost~lllbl'es ni fi la fe Ile la Iglesia católica, AdelJlDs enc.ierra los mas saludables
Vuestro mui humilde i obediente
sercoosajos, espresados
CD un estilo noble i
vidor,
seucillo a un mismo tiempo, El autor da
M1LLER, canónigo.
en ella pruebas de un juiCIO sólido i de UDa
prudencia ¡¡caa dl~ delicadeza.
En ~(}da e~ta:
Miêmbro de la Comision del exámen de obra se respira un llerlu1lle de [e 1 de pie.
libros.
dad cristiaUH.5 que hacen de ella una de las
Autun, eté,
mGs iIltel'eSlIntl:'S i mas l"ompletas que se han
escrito sobre esta difícil materia.
Es, pues, una dicha PUI'û llosotros apro-,
Vistôel informe arriba espuesto, aproba'
barla i reco:nendarla
a todas las madres e
mas i recomendamos
la ohra que tieno pc>r biias cl'istiauas, asl COIllOa todas las perso.
titulo: La MUjer cristiana desde su nanas que se ocupan eu la educacíon de las
cimiento /tasta su muerte,
jÓleucs, con la tirme confianza de que prodUeil'a~ran bien; 3s1 que, felicitamos a su
:lUtor por haber desempeñado
tan cumpliFBDEfilCO,
Obispo de Aut¡¡n.
damente su larca,
1
Burdees, etc,
+
, +
FERXANDO,
Gardenal
DONNET,
ArZlo(¡ispo de Burdeos.
II ReS'l8c:o de las notas que hemos creido
Hemos hecho ex,Hnibar la ohra intitul'a
, conve~iente ai':adll' a esta traducciou,
se
da: La Mw'e¡, cristialw desde Si.(, 1!cci· , limitan il liJS que reclaman el estado i ~as
miento ka.ta S1l muerte, i el favorJbil'lsiDCl'esidades ue la epoca i de nuestra sOCle·
mo diclamen que se nos ha COI1l~.llliC~:r10 dad, i il l'ül:;:;gnal'las
ideas m,as nobles i
nos impulsa fi Reolise,iar su lectura \ G re~.)·
fee\lllJ,~;;, l'spuestas en obras Importantes
meud:.;rla a IDSióveups i il ¡ilS IIHJre.¡, f.C- I'ublicadas posteriormente.
así como tamguros de que halla~ilO en ella útiles c09se.
bien 'es enUllciadas pOI' nuestro com~a·
jns para las diversas situaciOJ.;es de la Vlda. , triol:> JWI't Luis Pïves, maestro que tué
de ¡a ¡,riocesa l\l~r\a ue Inglater,p,
en .Ia
Anjers, etc,
curiosa i sabin obra que publico en latm
con e: LHub de lnstruccio¡¡ de la Mujer
'+ GUILLEB~IO,
Obispo de Anjers.
I
crisiiana.
PRoLOGO.
, Suplico a los qua lean çsfe lilJro que
lo verifiquen con úellet'olellaia,
11'
nera delJen arreglar ,çus costu'Jl.bres los
que selzan propuesto vivir segun la
lei del señor. (Eclesiástico, pról.) Estas
Tal era la SÚpliCll que hacia a los palabras contienen los motivos de la
Judíos el descendiente dl' Jesus, hijo de publièacion de esta obra, su escasa i
Sirac, al comunicades la obra inspirahasta su plan, que se reduce a esto:
da de su abuelo; tal es tambíen la qu'e Arreglar la vida de la mujer, eo todas
dirije el autor de este libro a sus leetolas edade.s, segun la lei del Senor.
ras. Conoce la insuficiencia de su trabajo
Los cuatro capítulos que forman la
par'a conseguir algun bien, i no puede primera parle contienen las reglas para
ménos de comprender que esla obra no /a vida del niño, dirijiendo los cuidados
realiza lo que promete su titulo. Dema- que debe tener sobre èl la madre.
siado voluminosa, tal vez, se advierten
Los otros cinco, a la segunda parte.
en cIJa, no OJstllntc, numerosos vací()s. regulan directamente la vida de la moEl autOI' los VC, i no sabe cómo lJenar- jer, i cOllsidcrándola en el principio de
los: por l'SU cuenta únicamente con la ¡'I su cllrrer'a responsable,en el momellto de
hellevolencia cristiana (;ae pide a Días su entrada en el mUlldo, la con.doceo,
de parte de sus lectorllE;
I adolescente, jóven soltera, esposa i ma'"
J, en efe(·tu ; al ofrecer al público eS-II! dre, h."sta ellílllite supremo de III vida
te libl'O, no puede ni aún inVOCl1l'la es.;. I mortal segun la lei, a la vida eterna secusa ordinaria de que le hall obligado a. yun la gloria.
publicarlo amigos oficiosos, ¡¡pesar de'
Boj, que tan universalmente se njitan
sU modf'sta ¡tenaz l"esistencia, p;;rque las cuestiones socialps, no deben perder
la ha publicado con toda Iibrrtad, ¡u'pp· en lo mas minima su impol'tancia las
tanda su responsabiULlad humildecuestiones prácticas, porque conlieoen en
mente •.
i jérmen j apesar de sn pequeñez respecLe serà permitido citar' todavía en: I t¡va, consideradas aisJlldamrote, todas
0.cfensa suya el, si.guienIP.pasnie del CS-l' "~as gl'aodes soluc.ione.s mllrale~.
cdtar s3grado:
He compue,~to este li-j
1 srgun el libró de laSabiduria (cap.
I
bro para utilidad de aquellos que de-. VI, vers. 21 ) , la muchedumbre de vd·
Sean aplicarse, i aprender de qué ma...;!I rones sabios, es la felicidad del mund¡J.
1 ~ T l{
o D u e o 1 o I~
Escoi¡]o ménos .Iloble i lo mas Iles dijo: Seg,¡idme, i os haro pcseadodespreéiable, i hasta la que no exis , res de hombres,
te. pare confundir lo que existe a
i Ah, esta sencilla palabra es aquí UDa
fin de que ningun hombre tenga apolo,lía de la Providencia i de la Sabiderechu de vanagloriílrse ante él
duda divioas, No sin UII fin de elevada
•.•• pues por él sois Jo que sois.
misericorcliil se nos ha favIIL'ecido CODes·
tas dotes, con estas eOClluto:. ~eCL'etosque
(SAN P AIlLO )
el mundll celebrA, i de que desgraciadamente 3busa COllfl'f:cuellcia. Es verdad
¡I;lonor igloria por Jesucristo a
que
desde la caida del hombre pOI' 1)(\50Dios, único sabio eulos sig10s de
tras, i desde llup.sll'll caida pOI' Satanás,
los siglos. Amen.
(IDEM,)
nos inclinamos fácilmente a d¡:sviarlas de
Td t ' .
su objeto le¡itimo, i empleamos nuestros
,f"
,ammp,n tl(JsfJtros a mi vifw •• ( San
'lU
•
1
atractivos fácilmente para pescar hommateo, capltu II.xx, v. 4.) Hermanas
mias, la viua del padre de familia es bres, il quienes uncimos al ('arro de
grandr, sus productos variados, su ve- I nupstra Yúl1iùad i de UUf:stl'as paslocrimioüles;
mas no POI" esohll
]"etacloD magnífica: está llena de espe- 'nrs
cambiado su verdadero destino. Si estas
ranzas para su dueùo I para el operal'io,
Ved yá a muchos jOl'Oaleros que han dotes favorables son cebos,rs para atraer
ilas
peces a quienes asusta el remo
llegado a cHa a a primel'a, a la st'glluda,
divino, i pura que, cuando han caido en
a la tercera hora; pero aún hai sitio las redes del dueùo de la barca, quede
para nosotras, pobres mnjeres del mun" a este todo el beneficio i el honor de la
do,i al vernas ociosas en la plaza pública, el mismo propietario se acerca i nns pesca.
dice: Id tamoier~vosotras ami viiía,
Venid, i os hare pescadores de homVamos a ella, vamos libremente i sin bres. Vamos, hermanas mías, vamos.
tardanza, porque resuena CD nuestros
Dejemos a la ironía escéptica dar a esta
oidos otra palabra pronunciada por dos aplicacion de ¡¡quellas palabras las inter'Voces diferrntes:
Se:;~tidme,i os hare pretacioncs escandalosas i ridículas que
pescadores de hombres. (San Mateo.! le plazca: ¿ no os he dicho ya qoe tamUua voz de estas, voz turoultuosu i bien las repiten IDS voces del mundo?
apasionada, parte de abajo. El mundo Pero 'no escucbemos nosotras ni esa iroseba servido siempre de nosotras como ..nía ui esas vcees; i, lJO me ruborizo al
de un cebo fatal. «Venid, dice; no siam" decirlo, vamos al medio del mundo, al
pre son para mí suficientes móviles las seno de la incredulidad, de la indiferenriquezas 1 los honores; pero vosotras
ria i del errOl" a pescal' hombres paL'a
teneis encantos secretos que, Ilcrecen- d.:volverlos al dueño de la barca, cretándose por los mjos, rompen nuestras
yentes, celosos e ilustrados.
redes con el peso de su abundancia.D
Madres, prscaJlos a la pl'Ímera hora
lAi largo tiempo ha, ya la sabeis, por medio de una educacíon rijida, seque se ba diriildo esta voz a la mujer;
vera í cristiana:
hermanas o esposas,
lal'go tiempo que la hizo ser ocaslon de !ll'scadius en su Juventud i en su edad
caida para el nombre; largo tiempo que
\;¡ il a fuerza de adhesion, de constancia,
ba podido contestar el bombre en el ! de prudencia i de dulzura:
jóvenes
juicio de Dios: i Señor, la mujer me I doncellas, pescad los a la hora tercera,
presenta el fruto de qtte r:omt !
1 porque va a aparecer
la aurora;í' basta
Pero esp.erad í old todavía otra voz : aquí se ba pasado la noche sin pescar
que ha pronunciado desde lo alto esta I Dada.
'
palabra: Pasando Jesus por las playa.~ .1 Ved al Señor cuàl se adelanta, andauM
del mar __".donde est«oan S¡¡s rerJes••• ¡ do por encima de las olas, i cuál os ¡¡larI
1
INTRODUCCION.
8
_go la man!); cebad sin miedo vuestras
redes, i aunque se rompan con el peso de
la pesca, saeadlas humildemente, porque
el trabajo infructuoso de la noche ha de ..
bido demostraras vuestra impotencia;
i
si ahora es la pesca milagrosa, no sois
.vosotras, en verdad, ni vuestras redes
las que ban obrado III prodijio.
«La humildad, dice San Cipriano, e~
el primer «paso que se da en la Belijion
cristiana, i con ella entró Jesucristo en
el mundo. » Pues bien: cuando se trata
de hacer entrar Il Jesucristo en este
mundo que le arrojó de él, ¡lO esperemos
que tenga otra compañera. « Como podeis creer, dice el mismo, i sobre todo
bocel' que los demos crean, vosotros que
bl'as que empleaban escritores relijiosoSt
i hasta piadllsos oradores para exaltar
a la mujer I su mision, resonaban eQ
mioido como la mas dulce armonio.
Pero desjlues he leido el Evanjelio, i eu
él be visto, pOI'fplC encierra todas las
i wrdades, que ¡u mision de la Illujer es
I grande i husta sublime para valerme del
término usado en el dio, no solo por su
objeto, sino pOI' los resultados que dee"",
espem d eristianismo;
pero he visto
tambicn estas palabra~.: j Ai de voso-
os complaceis en ser 'vanagloriados unos
por otros, i que no buscais la gloria que
viene de solo Dios? ) (San Juan.)
ser una mision de ostentacion i aplauso
mundanos.
i Ai de vosotras cuando 0$
aplaudan los hombres! 1 leyendo esta
011'8 sentenria:
El que se eleva será
humillado (San LÚras). he pensado qlJe
para .realizar la mujer la grande obra
confiada a su fe, nad ebe. copleDzar por
presentarse en un arrogante pedestal,
sino humilIándosl'.
A los que sr'l) ;0 hablan, pues, de
gloria i de triunfo, debe conte.s~ar con
Jesucristo:
¡Retírate de mí, Satanás!
Sí; la gloria que viene de solo Dios
es, señoras, tal vez la nuestra. Pero temamos, cuando despues de haller sido
lanzadas por la opinion humana i pagana bácia et estr~mo de la llbyeccion i
del desprecio, a esta misma opinion modificada por elcristiallismo,
i sobrepll'
jando por desgr~cia su impulso, 'lue
DOS eleva pomposa mente sobre el suelo.
Temamos,porque se despierta la autigua
serpiente, i furiosa por no haber podido
estinguir en nosotras el rayo divino por
media de la hwnillacion" intenta bo1'1'01'10 por medio de la apoteósis,
i;fios
grita favorecida por las inclini'ciones
panteistas del siglo: i Sereis, sois, co-
tras que fundair. 'I;~le.~troconsuelo en
este mundo! j Ai de vosotras cuando
.os aplaudan los, hombres! (Saq Lúras.) 1be dcduriùo de aquí que esta
mision, por sublime que sea, no puede
Eres para mi o~.Ietode escándàl~,por'
que no g1fstas de la que es de. Dios"sino de lo que es del hombre (San Mateo.),
i yo no quiero la gloria que vien~ de
los homb1'es. ( San JuaD.)
I Ah ! no bai duda que la mujer lWe·
de conservar i apreciar la dignidad qUe
mo dioses !
le ha devuelto el cristianismo,; pue~
¡'Ah! nolaCI'eamos.
No aceptemos
no. seria su rehabilítacion efectiva u)!
cI fruto de orgullo i de muerte que nos completa si no ~upiera comprenderlo.
presenta;
quebrantemos con la hurnilNo hai duda q!Je debe, permaneceric9
dl\d la cabeza de nuestro en¡¡migo, i el sitio elevado que le ha conq!ldo la,
entónces sereQlos en efecto corno dioses:
Relijion; no puede ignorar que hpi le
G DO fuéun Dios quien dijo un dio estas ha puesto la sociedad,pQr decido así,
pala bras: Aprended de JI i que soi man, su alma entera eu s~¡t manos, vohlénso i"~m,ildedecorazon ?
dole a entregarau fe. Np bai: d,uda ~ue.
N Ii 801' UIl trálisfuga de la causa de las le es permitido v¡lDl\glodarse de. I1It*1
muje,re$ :perdóueseme
que tome esta mision de confianza; perEl solaW~~J~!
frase del lenguaje de los que tanto com- en Dios su Salvador, que es, el~~i~;
prometen esta causa, pues la uso como que hace en ella grandes c~as'i(I~Q
cristiana, iho como romántica entusiasLÚcas.) Si eZlase glqrifica 'Pat.simi~ta~ Sinembargp, dcha confesar/o, ta01- ma, su gloria.naserá n~q~I(S!ln~"9P),-,
biElnyo he pagado tributo a la preocunada " ma~ qucelhlt(!" Q8tf,\J:)tOSo..l~tl¡
pacfoD del siglo; i estas notables pala- •felicidad 1'; (~fad. StaeJ.)
~~!'
~
INTRODUCCION.
~ __~~v
~
9
..;...;l..;.·..:;.'~~
~-,
~
Un hombre condecol'ado con el nom- trar en otro camino. GuardemM¡ cUstobre de saóio daba gracias rn otro tiem- diemos la muralla que se nos ha cOlitiapo a sus dioses por haberle hecho nacer do; pero no la traspasemos como 801hombr'e f DO mujer ,: en el dia es la mu- dados ¡ndisciplinados para adquirir ulla
jer la que debe bendecir a su Dios pM gloria personal. Los triunfos duraderos
haberla criado la que es. i Guál'dese bien para la patria no se deben nunca al anode envidiar la suerte del hombre, por- jo aventurHo del soldado, sino ('oOJUUque Dios la castigaría como ingratll!
mente, i siempre, a su llbnegacion i a,
Colocada bajo el fuego del enemigo,
su sumisiou.
èentinela de las obras avanzadas de la
No haré aquí el paralclo de la mUjei
Relijion, debe conservar esta posicion pagana i de la mujel' cristiana, de la
honorífica pero peligrosa. Debe pel'- bala servidumbre de aquella i de la eleffillOecer en este puesto por su Ildbesion vada ¡benéfica iuflut'ncia de esta: se
sincera a esta Relijion, por el fervor de 1I0S ha puesto a III vbta con titllta fl'esu fe, por la eonstancia de su ct'lo, por cuencia este cu;,d,ro, que debemos liml··
la pureza de su vida. Solo la mujer en ! tarnos ti consignar StlS deducciones ('(lei dia, en efecto, puede mflntenel'~e NI i mo heebos que nadie piensa en deseste sitio preferido; solo ella puede tam- mentil'.
bien prevenir' su derrota, pues de .•truSinembllrgo, escuchad: Jes7ls enseyendo esta derl'ota, la obra de Dios Ile- fiaba en la Sinagogau _ 1 habia atu
garia a ser una terrible caída que la una rmr;er
que andaba encorvada i
pondría aÚIJ deblljo de.1 nivel de su al1- no podia umar a lo atto.
tigua, degrlldacion; habiéndole valido mil
Viéndola Jesus, la llamÓ a sí, i la di~
"\lc,es mas n.o baberse j,amas elevado.
/0: mujer, estás libre de tu enfermeRero, notémoslo bien; el filósofo dí\- dad
_
ba gl'acias a los dioses j la mujer da
1 al mismo tiempo puso sobre ella
gl'adas a Dios.
! las manos .. i al instante se enderezó, i
Todo consiste en esto, efeetivamrote,. daba gloria a Dios. (San LÚcas, cap.
poro ella; este es todo el misterio de la XIII, v, 10 i signientes.)
comp,leta revolucion que se verifica en
r No es esta nuestra historia?
Pero oj·
su suerte (1) su resurreccion moral gamos todavía:
comenzó cuando, revel~ndose Dio~ por I
A los que se eS(,llndalizaban de esta
segunda vez !lIa tierra, hizo desaparecer! mal'avilla \'erificada en dia de sábado,
Il todos los dioses j comenzó
el dia eG eontestó Jes,!d'isto : Esta hi/a de
q~e vino a dar al mundo lu snI vacion i Ab!'I~h,ªQ¡ a quien Satanás cautiva, I no
la esperollza una Mujer, así ('omo otra Jeuiaser libradacleluesclavitud'?
(San
le babia legado la desesperlleioo i la Lúcas, car, XIII, v. X\'l,)
ffi.uerte. 1~~ta trasfol'mocioo se realiza
Ah 1 i Cómo debe bend,'cir a su Salle~tamente, porque no se eqifica en un vador esta eautivi\ libertada I i Córno
dia q!l e4ific¡0 duraderq, i suavemente,
deberia amJrle i empleal' solo para Èl
porque to~o lo qu~ se refiere a ella debe los p!Îvile.iios da su ¡ihel'aeion 1 i Cómo
ser suave i lento.
debe rendir gloria a Dios, despues que
Desconfiemos, pues, de los amigos fué enúerezada !
imprudentes que querrían hacernos enAndr¡{m encorvad(1 hácia la tierm, ba. '
joelimoeriodcSatal1ás;iahOl'a,ri()~6.c 1) ~~ ~~Jer debe ~~s que el ,holllbre ~l .: lamen t; puede mirar hâcia arriba, sIno
crl~~I~l!lsr~lC),.
p~esto q~e h(l recl!JJ~lod~ l'II i Wle dh'ije ¡¡llí tan ~aturalf)lent~ sp~ qtos,
~~aas~ ~1~Pldaa. L~ l~uJer crlstl~~a es, que se la llama hasta pOI' la IgleSia el
V,J,l rd.a,il'~,r,arl\epte,u~
ser,',sap,re~a,,t~'aL pues- sexo piadoso. '
;'
t~ que es elevada I sosten/da por él, hasta
"
"
un estadq qlJc no le es natural. Pero ; con i
No obstante, I apesar de las mudanqué' ii:lIÍ1~nsosservicios r,aga esta esp;c:e de' ~as a.~aec~Jas eo las ,aplicaciones de la
ÉlPôObleelmlento! (J~se de ilfaistT'è, Del l~te~IJenela de la mUJer, no es su entenr~pa.)'
,
dimlento como el del hombre. Pero se
II
l'
IN'f.REGA 2,
là
Ü~TÍ\ODUCCION.
~~p~i~e~n~sa~co~n~e~l-Jc~o~ra~-~-s~e~es~t~ie~n~d~e~su~in~tV;'líj~~de(
zan, i por este medio se indemniza ám¡illiamente de la superioridad que revindica el hombre bajo otros cOll(·eptos. (2)
, Sirrembargo, tal vez DO seria ímposiblé consignar qÜe la educacíon de las
mujeres, la natuTaleza de las ocupacioIles a las cuales no deben ni pueden
sustraerse, son una de las causas prillèipales de su inferioridad intelectual.
En las poblacianrs del campo, por ejem·
plo, es superior cOlllunmente la inteli·
jencia de la mujer, porque sn espíritu,
tan natural"mente relijioso, halla en la
iglesia, cerca de Dios, los alimentos que
le ~on propips, con el ausilio de los
cuales se dilata en pl'opol'cion de su
obediencra i de su fe.
Por el contrariO, el hombre del camp'o,
no teniendo instintos cristianos tan vivos, ni tiempo suficiente para buscar'íen
el estudio i la ciencia el desarrollo de su
pensamiento, consèrva allí el sitio señalado, por otra parte, a la mujer. (3) No
, .(2 I Las mujeres han recibido en senti·
miento la parte de su razon, i eu esto COli ~
siste que saben, sin haberlas aprendido.
tantas cosas, i esto es la que les da un sen- ,
lido naturalmente mas redo,'lUnque méuos i
fundado, un gusto mas tino, aunque lilas
vivo, una illtelijencia i modales mas estudiados, i por ello mas amables.( De Bonald, ,
lie la lejislacion primitiva, de la educa - I
campo que cultivan su!>"manos, i se Ii-'
mitan sus cuid[\dos a la semilla que le
confía, i sus deseos a la recoleecíon que
espera.
. Tal vez se citaria entre lall mujeres un
Bossuet, Ün Newton, un Pascal, sin la
enorine diferE'ncia que existe en la clase
elevada entre su educacioll i là de los'
hombres. Tal vez, si no las robaran'
siempre los cuidados de la filrtJilia a las
ocupaciones de un ól'dell superior, seen~
tregarian con tanto fruto como el bombre a investigaciones profundas í sabias.
Tal vez Ilegarian lasmuj('res, COll tanta
frecuencia como el hombre, a esa varoní! elocuencia que en el estado a"ctualle
distingue i le coloca tan superior mente a
ellas. ( 4 )
----------.-------cuerpo es la que determina la única supetioridad reconocida que dispensa la autori·
dad i regula el poder. Asi es que como la
estamos viendo todos los dias, puede alli
ocupar la mujer indiferentemente elprime:
ro o el segundo rango intelectual,
!\las, por el contrario~ donde la íntelijellcia da el cetro, es preelso que aquella sea
inferior porque no puede poseer este,
I
(4) Nótese bien, ademas, que no digo qu'a
la edueacion de la Inuier sea el ÙUICOmotivo de su incontestable interioridad. Creó'
que esta educaeion, que has1a los usos de
uu mundo donde todo Jlarece dispuesto pa·
cion en la sociedad.)
l'a enervar simplemente ¡¡ los débiles por
medio del sensu~lismo, contribuyen pode(3) Esta observacion se ha hecho ya con rosamellte a privar a la mujer de la profurr[recuencia, i no sé si ba sucedido la mismo dictad de miras, de la lójica, de la clcncla}
con la que voi a presentar.
de la varonil enerjia dei homhre ; pero creo,
La superiorid~d intelectual de la mujer, sobre todo, que vienen a quitarle los ocia's
en la clase'elevadade la socièdad, destruiría
que el hombre puede consagrar al estudio,
èuteramente, si pudiera eXistir, el orden a la razon, al cultivo de todas sus faculta·
èstablecido pot Dios; órden eu virtud del des intelectuales, ocupaciones necesarias ¡
cual es el hombre el jefe de la rnuje1', así! foriosas impuestas por Dios a la mUjM•.
como es Jes1.<cristo cabeza a Jefe de la trabajos i dolencias especiales de los CJue
Iglesia (San Pablo); orden por el cual \"1 no puede librarse.
representa el padre en la familia el poiler,
No debe, pues pensarse que con un cami la madrB el ministro solamente: esta I bio posible i facil en los sistemas de educa·
superioridad. repito, no altera en ~ada en '1 c.ion "se conseguiria invertir los papel~s."
las clases po\,¡res las relacloncs SOCIalèSde ¡ i tampoco dfbe creerse qne el hombre, en
los diferentes individuos i la jerarqola de Ii un momento de laxitud a cansancio pueda
la familia. Hè aquí por qué existe 1 puede il vender al entendimiento de su mujer uri
existir.
II derecho de primojenitura auténticamente
"_En el Jlueblocuya ocupacion necesaria i II probado; no: esto seria UWl~utopi¡lpeli~
~a"si.:bniea consiste en proveer a las necesi grasa. Dios asignó el segundo lugar a la
ftades del hombre f1sico, la fuerza fisica, el, intelijencia de la mUJer, i ella la c01lscrvb
I
II
INTRODUCCION.
Por lo demas, este parecer en nada i siguen de otra modo que por medio d~
,altera la cuestioll, i, sea cualquiera la contl'oversias o discursos. 1\'0 hai dud.a
,Cllusa, siempre son los mismos los de-: qne una mujer' no debe mostrarse estra¡beres de la mujer i su posicion, Porque' in a lllscuestiones séries que se ajitana sil
no debe olvidal" que es Dios mi~mo quien, presencia, sino que en cuanto hai Jucha,
ha trazado esta linea de conducta;
que puelje aparecer en ella ijtilmcnte como
es Dios quien le ha dado estasocupaci!)pacificador, no como campeonl .
"
,
Des; que esta barrera siempre subsistenEll.los torneos de la palabra hace la
te la' ha puesto Dios a su inteli.jencia.
mujer, aan en el dia, .el mismo papel
Léjos, pues, de tratal' de sustrael'se de que en los tiempos caballercscos;
el d~
ella, tra'stornando el órden sagrado de distl'ÍbuÍl' los premios i las corqnas. :Oe:.su Providencia, debe somele¡'se a ella I be saber decir ona aprobaciol,l. una pa,plenamente, teniéndose por feliz Con la ,lobm para inclinar la balanza del lado
pl\l'te que se le ba dado; Dios le ha ele· i de la jU3ticia: a veces puede permitirse
jido la mejor, i no le será quitada, (San una censura, pem Iltenuand¡¡se i dulci _
LÚcas,)
I ficando la verg;üPllza de la c1e(l'ola; ¡al
Sí; esperémoslo por ella, puesto que obtenel' una victoria, daoe dejar el honor
el conocimiento del mundo IHI le horla' de esta a sus adversarios. No se trata
envidiar otra voe:ll'ion. Los estl'avios i) en efJclO, de un triunfo personal, de un~
las frecuentl's manchas de la literatul'a i satisfacl'ion mezqui na dtl amor propio;
de la c¡cnci" !lO deben inducida a 10- es demasiÚlo '1oble su catisa, demasiado
mentarse rlt:! rrn¡¡;o que no pllede ocu- elevado el (¡bjeto de sus esfuerzos, Aban":'
par en ellas; i aÚn {Iñadiré, que los e;; -' dona a los sabios a quienes plugo el
,collos contra los cuales ban ido a estre- Padre oculta/' tantas cosas [San Mateo)
Ihll'se todas las que han intentado ocu-, las pequeñas vanidades del egoismo; 1
pal' este Iugal', debúrian hacél'selo temer
sabiendo bien que Dios se vale de lomas
.como una desgracia, aún cuando no se debil para confundir a .lo,~fuertes (San
viera sujeta por ocupaciones i dolores Pablo), marcba a donde la condUCll Dios,
que son .una de las condiciones de su sin mirar siquiera si la gloria que Se 1j3
existencia.
I prorura
puede recael' sobre su cabeza.
Las mujeres forman las costumbres; ; 1esta parte de la tarea impuesta a III
pel'o cuando quie"cll formadas pU' as i mujer cristiana cs, sinembargo, la mé,coando hnn resuelto obrar una re¡enera
nos impnrtante, ¡tal ve7. In mas (¡ici!.
cion relijiosa, individual o social, lo con- p.¡rque lo primero que Dios le manda es
___
,,
,'__
• que conquiste con la Ildhesion i In abnei lo ronservarà. Si hai algunas esrepciones l'.' gaclOn el pn d er mora 1 Cil!) que quiere in.
en esto, no prueban nada contra la re~Ja. I vestirla. Prohibesela a ella e'ipecialmen~Ias 'para. detener los ¡nvacioues de es- te (l pil5ar un solo dia sin paciellcia [Terta mte~llellC1a,DIOS,qlle se e.oll1place_eu tu\il\no),)l segun nos persuadiremos re.
producl; ~randes efectos, .•,ni] ~eque~las corrienrlo los diferentes épocas de su vicausas, ¡ellllpO~e una mUc¡wrl e traoas da sin que veamos jamas que I f It I
COnlas que SI bleu puede alJdar, pocas ve·,
"
. db'
d ~ ..
e a .~ !l
ces puede correr i raras volar. Educacion,' ocasl~n I el e el el.:acl'I.ficlO. ,
trabajos, dolencias, debilidad, vanidad, liEXiste entre la Relijll>n 1 la mUJer una
~sonja, coquetería, frivolidad de hábitos:
solidaridad que solo puede destruirse en
tales soo 103 materiales de esta barrera in- detrimento de una u otra.
'
sUllcrable,
.
La mujer debe a la Relijiqn suposiUna mUjer col~c~d3 e~c~pclOnalme!lte l'ion i su felicidad, i frecuentemente ob~
fuera de <,stascOlldIClon~S(1Jamas la esta tiene la Relijion SUi! mas bellas çonquis~
Ae,un modo completo l, ,rarasveces desmen- tas ni\r media de la mUJ'er~
.
,tira lo espuesto, no menos que el hombre
t'v,
••
afemmado por ocupaciones frîvolas, por
La RelljlOn ro~e~ a la mUJer,con una
.una educacíon Iimitltda, por padecimientos aureola de aprecIo 1 de veneraclOn;
en
j por esa debildad lisica que es patl'imonio
la mujer parece la Relijión mas purà¡
:de IUllujer.
mas dulce i masradiante •...
,
11
12
INTRODUCCION.
~"""",~"'-'"',-",<:"-"''''''''',""",,,",,,",,,,/V',,,,,"V'.~~~~~~~.,-,,-,-~~~
~
.....•.
__
Finalmente, si el amor de la mujer al[
¡Ah! La historia Jo I!testJgqtl. el~":
la RrlíJiou testifica los instintos virtuorazou, lo dice, la razon 10P, ru,ei)a, ,to~,'O
sos de su COI'azou, la8 virtudes de la mu- es fa.yorable para la mujer e.n ellb unjon
jer cristiana prueban la verdad del ma- I gloriosa queJa Relijion le propoqe.¡,¡I?~nantial rD que los toma.
,ro
contrayendo esta alianza c\>mpréll,~lllo,
La ReliJion es para la mujer lo que el i sobre todo acuérdese bien 4e ,cs,p:
alma para el cuerpo, puesto que le da la «Tiene que vencer o morir diarj4me,o~ll'
vida illlrlectual, el movimiento que le (San Jerónimo.) Et reino de los, tiil1los
lleva al bien, el sentimiento de su digni. padece violencia (San Lúcas ),,lJe~u~ri ••
dad i los medios de conservada;
que se to para abril' sus puertas ha atravesad'o
comunica esa animaeion, sin la cual el por el dolor lia muerte.»
siempre el cuerpo mas pacífico un C8j A la obra, pues, muje~es eri!¡ti~l1a. !
dâver lívido 1 rl'pllgnnnte.
Formad jeneraciones nuevas, i pr!lpar3d
La mujel' es In fonna gl'nciosa haio la una sOl'il'dad rl)li.iiosa s(~bre las ruJlll\sde
cUlll aparecen las bellrZFts de la I\elijion un mundo escéptico. Dios debe crea,r al
mas bl'illnntes, su poesía mas dulee, sus I fin de los tiempos nuevos cielos i ulla
máximas mas amables, i mas fáciles sus' nueva tierra, i Jrsucristo os convida a
preceptos. (5)
.
una obra semejante. Èl oS env[acorno
Mas así como no por estar eI al ma se- le envió su Padre (San Juan), .co,n la
parada del cue'rpo conserva ménos su humildad en la frente i en el aln'a.con
fuerza, su virtud j su gl'andrza, Ilsí la la caridad ellel COr,IlZfln" con la Cruz. fU
Relijion, ménos visihle a nuestros débila mano, con esa Cruz que es .lq fuer~a
les ojos, no será" aunque la abandone la de Dios. Cread,pues,
con .su llux:iI.io1
mnjer, méoos l'ca.!, ni ménas pura, ni fO su nombre, esta, tierra o\leva . dQode
ménos divina.,
ha desl'r adorado en espíritu i en verMas, por el contrario, privada J·a mu-dad.
(Siln Juan.)
. ".
jer de esta antorcha celestial, cae de la
j A la obra!
ivosotras. madres, para
oscuridad en la muerte, i de la muerte cn preparai' esos terrenos vírjenes que Sil os
el ,abismo. Conviértese en un fl'Ío cadáhan confiado, para sembrar en ello~ el
vllr, i viéndola sin vida i sin hOllor, buen grano i arranClIr la ~i.zaña,; J y,o"uelveel pasa;ero la cabrza coo oisgusto,
sotras, jóvenes dODCl'IJas, para, disponeoprimido elcorazon
por ese indecible rosa entrar rn la lid i aresisUra, 10SÇ'lO'
terror que solo sabe inspirar la muerte.
ques violentos que os fstÚO rt's~rv8dos!
Así hará la posteridad. si la adhesion
i 'A la obra! Mel'eced esas ceosuras de
fie la fe no triunfa entre Ilosotros del proselitismo, siempre l'enov~~f\s i di~i.iiegoísmo del orgullo, i si, débiles i 1'0- dai coo tanto derel'ho, co; I'fect~, a los
bardes, retrocedemos aote la noble tarea • cristianos sinceros. Tl'Ïullfad, po,r medio
que se nos ha impuesto.
'1de. la fe, de la indi.ft'fencia que os las
(5) Es
de notar que si el cristianismo pro·
teje a la mujer. eJla a.su vez tiene el prívile·
jio de proteíer la lei protectora hasta un
punlo que merece mncha atfncion. Podría
creerse que esla influencia se fuoda en alguna afinidad secreta, 1'0 alguna lei naturaI. Vernas que la salvacíon del hombre
I)rin~ipiapor una mujer anunciada. des~e
el orljen de las cosas: en toda la hIstoria
evalljèlica reprrsentall las mujeres un papel111Ui uotab!t\ i en todos las conquistas
célrbres del OFlstlamsmo. efectuadas tanto
sobre los individuos cODlosobre las nacio,
nes, se ve siempr~ figurar una mujer, (Jose
dirije: Obrqd con r¡ran valor; fortificadvuestro cnra,~on ,(Jdos los qU(POneis vuestra .confianza, en .el SénOr.
(Salmo.) l, termin.,a, da "vu, 'eitr. a,'e,q,r,''re ,r. a,
1
..
t'spel'ad con paz iconfll\!)za açoro~e de
gloria que os está destinada. (SalÍ Pa-
blo.l,
.~ihabe;s combatido dignamente (5ao
Pllblo) no temilis nada; porque' servI.
a un Señorjnagnífico,
i lo SOD taffll,Mn
SUS re~ompensas:
pO'rque èsfiel' {Sao
P d},
.
'
e ra
'"
..•. ' .' '~:::
¡ . ,Ah! i Es bZ!fmo,e~A9!:ar"en,e>I}Je,~~r:
de Maistre, '7eladas de 8an-petersbur'\1 es bueno confiar en El mas lnen qUBea
go.)
. los hombres!
LA ThIUJEl{ CRIS1\IANA
DESDE SU NACIM:rE~TO HASTA SU :YIUERTE.
--..•~.,~
CAPÍTULO I.
faltas Di las correcciones, i que es inútil
Oe¡;plCSI' de ellos mas que para
rnecerPRIMERA INFANCIA.
los, admirarlos i engalanarlos."
1 Es
tl:l CÓrr]l)ll~1'8tll opinion, i nos gusta
Hizo facuDda la lengua de los lanlo la comodidad el, el dia r G/'acias
niños. i saeó sus mas puras a ('lIa p;ldcn1<ls mi1llar i adular il nuestro
alabanzas de boca de los niiios hi.io ella la ccndl'r.eja rntl'\'I\mcnle trllu.de pecho.
j
qui!~; gozal' de una feiicidadque
DO
(SALMO.)
se compra. disfrutal' de las lllegrías sin
Si al¡;¡uno recibe eu mi nom
bre 11un Diño laI camo este, me P:!""I' [lOI' la_ t: istpZJs, l'osa tau l'tira en
reCibe a mi. i SAN ~IATEO )
este m lindo, que la consideraríamos tarnSi alguno Escandaliza a uno; bien preciosa, ~i crtyéramos que es sede estos pequeñitos que creen ¡guru obtrn8';iJ.
en mí. le tcudl'lD Illas cuenta ¡
Quizás no estén las madres en un
que le atarau al cuello lIua pie·; prÍldp\\) mu~h¡) mns cOIlVf'nddas que
dra de molino I Je echaran 011 nosotros de la rigurosa esactitud de esfondo del mal'. (SAN "'IATEO I ta opinion Ilgradable;
pero frecuenteInstrUid a vuestro hijo, Ira
~
bajad en formarle para que no' mpnte es el entendímieuto .'uguete del
osrleshonre con su vida vergou-', cornzon, segun ha dicho uno de nne~tros
;zosa
e ECL.ESIASTES. )
I
moralistas, no obstllnte no hablar este
Guardaos olen de despreciar
moralista especialmente
del entendia uno solo de estos peqneÏ1os, miento i del corazon de una madre
_
porquE' os declaro lJue sus an·
jeles ven continuamente en los!
En breve, eu declo, engañado por
.cielos la faz de mi padre.
! e;èe espíritu inventol' j complaciente,
(SAN l\IATF.O.)
;! mira ci cflrnZOIlIl1i1IHnal camo Mn artfcu~
I decian entre sI: •• ¿ Quién IodA fe el raciocinio reproducido mas
pensais será Ull dia este niño?" _i al'l'iba. La Única difieultad consiste de
,SAN Lùc.\s.)
-l' srUUro en admitir
el antecedente.
El
Corr~ i.d a vuestro hiJO, i ni,! llUto no comprende nada, porque Ulla
.desconhels.
,PRO~~,1
1'¡'VeZadl,nitidll esta preciosa base, síguenDejad venll' a mi a \05 nlllos. ,
,
..
,
(SAN l\IATEO_)
se las consrCUenl'lilS PO,I', SI mIsmas, sm
¡ que tenga que opouerlt's •.epalO alguno
I.
I la prudencia ni la cordura.
Esta teoría tan natural tranquiliza la
(l El hombre
le halla ajHado por Jas I conciendn, s~lisfllce el corazon e impide
pasiones f'll'sde la cuna,»
ha dicho San que vacile la debilidad. Pl'ineípiase por
A.gu~tiu, Si hai Vl'rdaderamente t~XII,ie- 1¡lisonjear i desarrollar
en toda Sn fuerza
rocion en el sëntido riguroso de estas pa- les malos instintos que se 'cree fácil re'j~bras; prueba por lo ménos la esper¡eu-llpr¡mil'
Cûn firmeza eo l{}.suce~lvûó Se
,cla q,ue el pensamiento ,que c,ontienen es '\aleja 1'1 tl'abajo, Ill1blando" con,énfaSiS de
,sumamente esacto.
la obligncion de t'ntreglll'se,a él mas odel. sinembargo, es opinion acariciada
'Iant~, i se tiene para lo:futurounaseve.
jeneralmente por las madres, que "los Il'idad depl'Încipios til'Dlomayor, cuanto
¡Dlilos inul pequeños no comprenden las que se querría aturd'il'se i cegar a los de'¡
II
~.il
II
-BIBLIOTECA
""'-/~~'~'-"_'~~/"'-/"_-""~~"'.~""~'-./."""""'
mas sobre la condescendencia o debilidadll
.presente •.
¡DioS mio! Mas sencillo fuera gunrdar mas model'acion Cil /0 presente i lo
porvenir, i acostumbral'se a ser siempre
fuerte para no moslral'se Qunca severo.
Tal vez es injlll'iosa esta duda, i ¡.oia.
lá nos engañemos efectivamente!
pCl'O
no podemos tener uoa confianza ilimitada en proyectos sobre los que nuestra
conducta ofl'cce tan poca segUl'idad; ,1
aúo llegamos a temer que despues de habernas abandonado a t.,das las dulzuras
de la condes<:endencia, no nos sea posible mostrar', no ya digamos una grao
firmeza, sino alguna dósis de razono
Supongamos, 00 obstante, que selleven a efectgestos proyeetos. ,Las infeli,
ces madres comprenden mui poco las
pruebas que ellas mismas se preparan;
no saben la que les costilrà la primera
negativa, el ,primer no qÛiero; no SOspechan hasta dónde puede llegar la resistencia en esos pequeiios séres acostumbrados a 1:10 ceder a nadie. 1cuando
llegue el mo~eDto, ese momento tan difícil de tljm'por mas que se haga, se les
presentarán C~ll S,uespantosa IllUltiplicidad todos los obs~áculos que ahora quie~
renignorar •.
Impulsadas eutónces por las censuras
íntimas de la conciencia, humilladas por
las faltas aparentes de sus hijos, es posible que intenten ejecutar' este trahajo,
que en consideracion a. su amor propio
hubieran hecho mejol' en anunciar ménos pomposa mente, i presentarán a so
corazon j a las pasiones del niïlo combates que reclamaràn la r.eunion de todas sus fuerzas. Pero acostumbrado el
niño à vencer semejantes obstàeulos, si
los encontró alguna vez, sostendrá valientemente la lucha; i él tambien l'eu.
nirá todas sns fuerzas; i como se disminuirán necesariamente las de su madre c,onfol'me se aumCnten las suyas,
es fácil pred.ecir a qué lado se ioclinará
la victoria.
Cansada eutónces la madre de estos
ensayos tau infructuosos i tao sensibles,
no dirá ya: lVocomprende el niño;
sino que dirá.en,~re sí: No puedo domilf,arle. 'triste i fÚtil consuelo, espe-
LITERARIA~
__"-"'-"-~-E'-/"'..~'-"""--"~''''--''~
clalmentc cuando añade en voz baja t",
conciencia:
I1ias pude hacerlo, ElltÓn·
ces e&hará de ménos la madre la pasado,
~Iorará por la presfote, i tal vez quler~
cel'rar los ojos sobre el porvenir.
Pero el niño, por l'lU parte, seguro
mas que nunca de su poder, como un
Rf.'i a quien suministran sus enemigos,
atacándolf.', la ocasion de a,firmarse .en
su trollO pOI'medio de nuevas conqUlstas, el niño, repito, conocedor de su
fuerza, tratará como vencida a su ma-:dre: no pedirá nuevas concesiones, sino
que'se las tomnl á; i si la madre iotent:i despues algunos esfuerzos, como Sll-;
brá ya et nii'\<) contenerlos, les harq,
frente, i los contendrá, Todos los niños
poseen esta especie de intl:'lijencía, a l¡¡.
cual sab('n agr('gar llna enerjía increíble,
cuando ven que es posible el triunfo.
'Esta alma infilntil que quiere conqui stal' con sus pasiones sublevadas el derecha de gobernarse a sí misma, es el pueblo excitado por falsas i.dea,Sde libertad,
i ya sabemos los excesoS deque es capaz.
A'lIi como aquf, álzase.la rebelion eontrll
los gobiernos débílesicondescendientes,
aùusándoles de despotiblllO.
II.
Sinembargo, tal vez diga la madre
fiel a su primer sistema: (·Es,peremos, I,l
i llamando en su allsilio a su lójil.'a acomodatlcia, tal vez piense, « ya vendrà lil
razoo, i con .ella sabrli reparar el mal
existente, »
¡Ah: la razon es para el niño aún ma~
que para el hombre, una débil guia.
Cuando crea poseerla, i cuando vaya Sil
madre a presentarle argumentos que le
parezcan decisivos, le opondrá el niño
otros, mas o ménos fundados, poco importa, coutestàndola:
Tengo razono
j Ah ! é quereis que le guie la razon, i
pensais guiar a esta razono sinadvel'tIr
que la razon 00 puede guiar í ser ~ujadl1
a un mismo tiempo, i que es seguro que
elejirá la segunda alteruativa '/
j La I'azon le volverá al bue!! camillO J
Pero vosotras que habeis avanzado ,en el
sendero de la vid!\, ¿ no h!lb~\s ~~peri.mentado nunca lo que es .Ia 4,ebllid~d ~
LA
MUJER
CRISTIANA.
15
tuando se IIjitan tUffi\lltuosameote las Ide alguoos mrsH sabe el nIño gl'itar e'
pasiol1l~sen el alma, ¡ cuando os sentís I impacientarse cuando halla oposicion j:
impulsadas fuera da vosolras mismas ántes de un a(IO, pega a su niñera si tarpor la violencia de sus ataqurs;
cuan- ¡ ùa {'n obeclecerle; pero se encuentl'3'
do vacilaotes i turbadas dcspul's de es- ! gracia eu estas ('ólrras infantiles, i aÍln'
tos terribles asalto, buscais un rerujjo i : se lIrga a veces a provocarles i rxcit:lI'un apoyo, ¿ es acaso la razonla que os I les, riéndose de ellas, hasta que al fin se
ha sostenido? i Debeis a ella la tl'an- cede, si nu es que la obtUviera el niño
quilidad que rCl'(,b¡¡j¡" j la bandera de. todo al primer g-rito.
"la victoria? i, No se aSOCiaba mas bien:
No hai duda que estos arrebatospueella, por el contrario, con vuestras ma- den ser mui agradables iestos jestos dll
las inclilll\cioncs, i no uS prtsentahu, pa- ir/lpadencia Ill'nos de gracia; aM al méta elitpeñarùs a satisfacerlas, mil cap- nos debe juzgnrlos la madre; pero el niciosos racillcillios?
110, que no comprende las faltas,
ba
il querrcis que venga la raza n a l'cha
com prelidido bien pronto la utilidad que
('el' cOlllptacientl'rtîente HH'slra ob,'a en le It'pnrta este modo de proceder. No ha
este pubre niÍlo, Il quít'll habeis abundovacilado lo mas minimo, aun eo la e/lad
nado a esos enemigus peligrosos'l ¿ Que- ; de que hablamos, acerca de l'OSgritos i
niais que verificase eu él, fi una edad lias eólc¡'us que dl'be eleji~ para que proen que todo es violento i estremado,
duzcan mas €fecto, i l'J, Úccesario para
la que no ba podido l'ealizar en \OSO- ap!acarle, couvencerle de la itlotilidad
tras, en quienes hallaba tal vez otra de sus clamores con esperiencías coti.;.
edurarion i uua voluntad ilustrada '1 No dianas.
os fil'is, pues, de ella, os suplico otra
¡Ah I no es verdllderamente
el niño
v~z; p~esto que ba herho. traicio,n a Illn- I un jugnete ;. ~nte8 deberi?1 ser siempre
tiI,s. ¡ Son tan numerosos I tan tnstes sus I en manos cnstlllnas Un Objetb respetable
estrllvíosL
Ii i sagrildo. Entót)ces, en vez de reir, dei La razon ! ¿ No saheis que es uua beria relkKillnarse;
en "ez de admirar,
de esas esclavas l'uya crmwdpacioll prrse deberia ubrar; en vez de ¡¡tizar' el fue.
matura h¡ll~ela felICidad al mismo tiem- gll, dEberia apagarse;
en vez de ceder,
po que cunsuma la ruina de su seÏlOr?
deberia resistirse.
No la d~.truyais j pero sOrl.letedlai
Sí, resisti¡', i comenzando desde luego
dirijidla; mandad!a. L1l'\'adla desde lue- a cilo, si había de hacerse a'guna vez;
go a la escuela de la obediencia, i des- i resistir con imperturbable
tesoll, aÚn
pues a la de la il' (1). Sepa el niño hal'er 'cuando cayera uu diluvio de lágrimas;
el bien, ¡jotes de discurrir sobre él i de resistir a estas IÚgrimas tan fáciles, que
esplícal'lo: demasiado se habla del bien, se enjllg ln tilO pl'l'stll, i que son tan fesin habcrlo intentado hacer nunca, i ya cundiZJdoras, sin duda alguna para el
vereis, por otra parte, que no hè\i cosa porvenir. Cuanto mas ve el niño que
mejor quP practicado para comprendede~eilmos agotadas,
mas las prodiga.
la que es. POI' eso dijo el disdpulo amar I Conoce iostíntivamente la fuerza de su
do del Salvador con ulla profundidad de : debí.idad i la debilidad de lluestra fuerpensamiento ljue de~afia a la gramática: ,i za; usa de la IIlla i abusa de la otra con
El qué HACE la verdad llega a la luz. I Ulla habilidad que enorgullecería
a un
Enea, vadle el cuello cuando es jóven
hombre de Estado. As] es que será la...;
î castigadle con vergas cuandu es niiuJ. i cura querer tomar la plaza por asalto,
(Eclesiástico.) Los jérmelles de las pa- " porque se resistirá el sitiado miéntras
¡¡iones que se agitan en la cuna pueden tenga la mellnr esperanza de tl'iunfo, i
Ilegllr a ser árboles frondosos. Al cabo I solo se rendirá despues de contínuas
,
pruebas de su impotencia.
" (1) La fe precede a la razon para formar.
1 I desdicblldas de vosotras, madres
la; i la tazon sigue a la fe para afirmarla. imprudentes, si despues de uoa larga i
(De Bonald).
valerosa resistencia, concedeis 'al fin Ii
I
1g
BI8 LI
o t E: e A
8;S'
1~~S~~~de~1
ber ¡'ehusar en un principio, porque no
lo olvidará el n¡fia! ~stando Sl'gu~'o d~
poder conseguir su objeto por medio de
la perseverancia, la tendrá, no hai que
dudarlo, I pagareis mui cara la debilidad
de un momento.
Hai tambie" riertos caractéres que
demuestran esta tenacidad i este celoso
amor de la independencia. slu que nuda
les haya animado a ello. Parece que al
entraI' en la vida les inspira la serpiente
del Paraiso el grito de guerra de la ¡'ebe
liaD, el non sen'iam que balbuceaban
Antes de poder hablar.
Contra estos es In~oficientc una resistencia pasÏ\'a si no ausHia a la autoridad
el castigo, la vergu recomendada por e'l
mismo Espíl'itu San.to. i esta ver'ga tan
dura en las manos maternales, debe saberse enseÎÍar i aplicarse, aunque se subleve el corazon i se desvíen los ojoS; a
despechode la voluntad, para llorar por
la iÎl'lIIezl\ del brazo. Quien castiga a
su h~iocura las llagas desu al ma, aunque se conmuevan sus entrañas a cada
grito que arroje. (Eclesiastico.)
VI l' E:R A lU A •
;;;;;;Z;:(P. 1.;v~.u~.jÑ~
.îS/âC(/.
rreccion delniiío, que no. monTa por.que le castigueis con la verga. (Proxerb.us.)
IlJ.
1.Deberá una madl'e, me pregulJtllr~i"
presentarse siempre a su hijoCQU 5P~b\¡\1lte sombdo i mirar severo,. haciép¡dole temblar i ocultarse a su, lIegad4/
i, Dl'berá prespntar'se Siempl'6 a su im~••
jinacion aeompailadll de cast,lgosJ, re ••
primendas?
.
I Ah
léjus de nosotrossl'ml'Jallt~ pen'samil'nto. Tal sistema de educacian s~ría mil veces mas funesto que el de la
condescendencia;
pel'o el corazon ma,terno Sd halla tan bien formlldo pl\ra
prcservarse de él, que apénas l'.s. necesario detenerse sobre estos p,eUi
gros.
'
l, no obstante, ~por qué negado?
}Jai mujeres que si no d¡¡o comple~,..
meute en este ex.ceso, son tan glaciale,ll
i tan inflexibles para sus hlos, que es~
se hallan siempre mejor con otral¡ ~~r".
sonas que con ellas. ¡, Lisonjeanse eltas<
mllj{'rrs de despertar en los niQos, COll
semejante prpceder, el ampl' filial? NI>
lo sabemos; pero, si es, asf, se equIvocan. I¡;n VI'Z de lIt'g/lr a una grll¡Jua,cion
! de ~entimíelltos en ql/C, m¡iéndllse tjf
i respeto a la mas espansiva t«;>rDUJ'II,~1'
con vierte t'sta n\)!Jle pasion en. la, ~~n
perfeetllmt'nte lia mada piedadfjlial., tOt
do lo absorbe entónl'cs el I't'spe.tjo, dis.17
pándose los sentimi~ntos del el/ra~oín Ill;)
señales esteriures de te~of I lj1e4:reocia.
Criados la madre i el nitlo pl,lra v,i~lr
de la misml;1vida, se :I.islan mas i Wa~,
i falseadas d,eesta sue~te S\IS re~l¡Icio¡~~
rD 1.1,1l
principio, llréas.ElUDtemor ~~~u.o,
ql16 esc.I\lYc toda j:onfil;1nza. La wa~r6
no ('o.n()ç~í-\, s,u hijo, i el biJ!) q~ ~~~A[R"
a su madre. l-a palllbra de esta, 8Upqylt
temida. cflrece de autoridad i fqç~~a, (
aunque soowtida el a1lUa <1e e!¡t~ ~~~ç.,
riOl'mente se baIla en su interior tenllzmente cerrada. Amenaza Pirro ~ip ~er
escuchado, i llora Audr9Jll,ça ~j,~'p~e:"l
Fuerza es, mal que nos pest>, doblegar estos car/lctéres inflexibles;
fuerzll
es que encuentren ulla voluntad mas tenaz aun que la suya, i cuando, despues
de haber luchado por largo til'mp:l, vuelvan a encontrarse siem¡:re en el mismo
punto; cuando vea que en todas sus rebe!iones van a estrellarse contl'a un poder que no ced!', renrtidos pOI' sus esfuerzos, convenidos dll su insutkiencia,
aceptarán el freno que se les imponga
para tascarlo, es posible, i aun probable, en un (3rineipio, pero con el tiempo
se disgustarán de los furores concentrados corno de los otros, i calmados los
primeros mom!'ntos de efervescencia, co·
meuzarán a comprender el prel'Ío de la
sumision, el benefido de su edllcacion ¡
el afecto de su madre, a la que darán
gracias por sus correcl'ioues. bendiciéndola COD toda la l'fusion del reconocimiento.
Sí; el que economiza el castigo odia a
«u hijo, i quien le ama, se aplica a ea- decer •..
LA
MUJER
CRISTIANA.
Sería prefel'ibfe, repito, la debilidad i i hasta defendel'le contra todas las emcondescendencia, si,e apoya en la COI}- presas de otro; estos medios i muchos
lianza i enjendra el amor; premisas in- ,mas merecen un especial estudio por
dispemables, sin las que no podría arparte de la madre.
guir con fl'Uto una madre; pisan neceFuerza es que el niñó pueda resolver
gario, sín el cual se hunde la superficie
toda clase de objeciones COQ esta f¡'ase
formando hoyos, a se convierte en are~in apelllcion : lo ha dichoiT/wmti, o no
na movediza, peligrosa i pérfida,
quie?:e mamá. Es preciso'que reconozca
. Pero se dirá: nadie níega aquí la utihasta tal punto :" :nfaiihilidad de la maIldad de la confianza i del amor; i si se dre, que 110 piens.e nunca en busclIl' a su
siente a~1iccion i desaliento, es porque 'voluntad otra l'hou o motivo que su
las pr'em¡sas que bai que establecer i es- ! voluntad misma. Porque si so le permi~e suelo que hai que afil'mar presentan I te preguntar las razones de la que se le
mmensas dificultades. Es verdad, seño- I manda, ,i se toleran discusiones i opol'es: loq~e aSllsta, tanto hol como ayer', síciones razonadas, esempeiíarleen cicrt's 11\ accJOn, es el trabajo; perG aqní, ' ta especie de libre exárnen práctico, es
no obstante, es donde ménos puede pcr- hacer un Iíbre-peusador eo miniatura o
mitîrse tal temor.
co ciernes, el cual, ncostuinbrado 11 re-·
.: Es acaso mui dificil i duro paTa una gateai' 11 su madre su obediencia, se la
madre prodigar carkias a su bijo, cuan. I J'chusal'á tal vez LlO dia a esta otra mado este no comprende aua mas que las ¡ cire cuya íoril!ibi!Íi~ad se halla asegurada
,caricias '1 ¿ r no es este el medio de apo-! i por ia palabra mi:mll de Dios,
dcrarsc de los prímeros sentimientos de i
f';o, no ; no le Jwrjais dueño de Si~
su cornZODvirjen de todo amor, así co- I conducta desde Slt infanda. (Eclesiásma de toùo odio? 1esta tiel'lla i continua!. ti~i'.) Que obedezca en un principio, ¡se
solicitud, este afecto ta!) bien sentido'
p:dr¡i mas lIdelentl) desliz~r'en sus.Qidos,
!Iue sabe espresar Uu) maùre en todos' directa. o lllÜilT:e'tumente, los motivos del
.jUS aetos, mucho mejû!' que podriamos
: mandato, "In ¡'parental' que se le dan
pintarlo !l\JsotI'OS, ¿ es un trabajo repug- 'e8~usas sobre el mismo. De esta suerte
mnte i desconocido para ella?
se contraerá el hábito de una sumision
I, finalmente, cuando sabe unir, en su completa, sin perjudicar Ell cultivo de la
'.:on¡juct~ con sus ~iJos, una mujcl', a cs· I I'.1WIl: ¡ no [e perll1itin~II, su sagacidad ni
tas cuaildades nativas de su cOl'azon uua I el desmteres de los movlles que conoce
t'sacta justicia, una adhesion l'cal i per- ! dudar de les otros que ignora.
n1un~ntc, unil razon elevada, firme, ul i P81' lo ¡1cm)s, es imposible trllzar Ulla
pdl' que benévola, cuando no obra jamas
: !Inca. de conduetn uniforme sobre este
por pasioo i no concede nada al capripm;to, Las diferencias de posiciones, los
dJO, i, no está segura de obteuel' un i,1IiUI1W¡'uiJlesmatices que se bailan eoamor i una confiauzasln limites?
tre los rarRetél'l~s mas desemejantes, deSfncmbal'go, necesita para acabar su ben modificada hasta la infinito.
obril ciertas precauciooes,pueriles en apa·
Ciertos Ilíñ:ls, pOI' ejemplo, tímidos i
rkncia. Así, pues, debe no dejar nunca .. de r.arÚct':r plácido, se estremecen a la
sin respuesta las preguntas multiplica- ¡: idea de unn I'cprensíon, i este solo temor
dns, fastidiosas i basta embarazosas del!, basta a vrccs para illdllcirles a faltar.
níÜo te~rible, p~ra sel'vir~~ d~l tér",ino
I Háeeles
e.stl'l'meeer la fuerza" i !es anoque b1 IIltroducldo tan mJemosamente
. nada el "If;OI'; para ellos, el UnIca casI~ ~arÍc;:tura co cllcll?unje serio; pal'- 'ti go posible l'il pl~ival'ks de prem~os;
t¡Clpar (,e sus goces, mteresarse cn sus . pues tk:lCIl necesldud, una neceSidad
juegos tomando a veces parte en c1108; verdadc¡'1l i urjente, de caricias ide eso,
Oil' con utcncion cll'clato
de sus emot¡mulos. K¡ preciso inculcarlos sua vc-·
doncs i de sus cnojos, siosonreirsenunI mente eucrJla<¡ Illlcerles con lentitud
ac·
ea; no abusar, especialmente, bajo prc- tivos, i aÚn poc!da IIIos decir, sin abusar
test.o algulJo, de su cáudida credulidad, " de Iíl. aatlÎc~¡s, fOl'tilJcal'los débilmente;
I
¡¡~'n\H)A
:'"
18
BIBLIOTECA
LITERARIA.
a la mente ¡ de los golpes del escultor. JIJl
porque si se usara con ellos un réjimen
mas varonil i decisivo, se romperian los (Lacordaire,
Conferencias, año d~
1849.)
resortes de su tímida naturaleza.
¡Oh vosotras, pues, plantas vigorosas,
Mas hai otras organizaciones ardienárboles llenos de savia i ya elevados, tes, violentas, hnpetuosas tambiell, pe-·
protejed a estos débiles tallos, que tron- r.o igualmente entusiastas por el bien i
charia el soplo del aquilon i abrasaria el por el mal, I qJ,1e, todavía en la infancia, pegan a su madre con cólera para
sol del medio dia, si no les ampararais
besarla despues con efllsion. Organizacon vuestro espeso follaje !
ciones llenas de promesas j amenazas, i
Otros niños exijen, por el contrario,
una especie de crueldaá constante, por- eDlas que hará brotar maravillas de ad·
que DOles hace efecto la induljencía,i so- I hesion i de virtud una direccion inteli)0 se obtienen resultados positivos eu su
jente i ríjlda, miéntras que los convereducacion,con la Vlu'atomada, podremos tiría eD malvados un mal. impulso o
decir aquí,taDto eD elseDtido propio co- malos ejemplos. A estos debe presentármo en el figurado: Con ella se libra su seles grandes ideas, sentimieDtos nobles
alma rlel infierno, i si no recibe carree- i espectáculos Imponentes. Devorado su
eion, perecerá, (Proverbios.) La madre I coraZOD por una iDquieta i febril activide tales niños siembra literalmeDte en I dad, necesíta alimentarse próvidamente;
sus lágrimas, lsi, lio la garantizara la aguijoneada sin cesar su imajinacion por
palabra misma de Dios, pareceria que un deseo de conquistas i descubrimienno debe reportar frutos· placenteros;
tos, reclama el trabajo:
así para dirí.jir
pero tiene no obstànte esta garantía su- estas organizaciones mas que para cualprema, ¡ toma en ella el valor I fuerza quier otra es necesaria la RelijloD, ¡ellas
con que obra.
la comprenden, por otra parte, o mas
(( ¿ Qué será de ese niño sí le dejais bien la sienten desde mui temprano.
a seguir el cur'so natural de sus instinAquí aparecen naturalezas flojas i pea tos? Un egoista, UDdéspota, un perezosas que, a falta de estímulos, vejel! queño
monstruo, que despues de ho- tan en vez de vivir. Para ellas cODsiste
a ber abusado de su debilidad contra la fllente de los placeres en el far nien(( su nodriza i contra su madre, abusa- te absoluto;
un sueño indolente es el
a rá de su fuerza cODtra los compañeremedio del cuerpo i el consuelo dellll(( ros de su edad i de sus recreos, hasta ma; ulla apa\ía egoísta, la regla de sus
« que, cuando llegue a la madurez del relaciones sociales a de sus afeetos de
a vido, sula ofrezca un espectáculo ill- fa milia.
a ferior al del salvaje, el espectaculo del
Allá pueden ponerse en juego pre·
a mero animalismo, saciáDdose de de- . mios i castigos, debiendo veDir a reani«( sórdenes i crueldades.
Es preciso, mar UDsoplo inspirado estas frias osa( pues, es fuerza cODtenerle desde mui mentas, i a poner en movimiento un
(c temprano,
castigar su tiranía, ense- impulso estraño estos rodajes oxidados.
cc ñarle que hai deberes ántes de haber I Plledc tambien emplearse alguDas veces
«( derechos;
es preciso doblegar su ea- útilmente hasta el mismo amor propio,
lt beza i hacerle
doblar las rodillas;
este peligroso ausíliar, este soldado
« es fuerza que se humille, que pida mercenario, tan habituado a volver sus
II perdon de sus
faltas, que llore por armas contra sus jefes. En estas almas
« las ofensas que causó, que sufra con sin vigor son méuos temibles sus estrao. perseverancia la instruccion de la va- víos; i, pOI' otra parte, es necesario to·
( ra i la iniciacion del amor, i que, car todas las cuerdas que vibran en un
( abatido, vuelto a levantar, ajado, do- instrumento en que la mayor parte per(( mado, acariciado, llegue en medio de manecen mudas.
(l los
hombres; ya que no dulce i verPor lo demas, solo podemos trazar
a daderamente amable, al ménos alisado aquí un bO$quejo jeneral, fijar algunas
« i pulido como un mármol al salir de estacas a las que lmede libremente rc-
LA.
MUJER
CRISTIANA.
ferirse cada ¡njeniero de cerca a de lé-¡·
jos; pero saben mui bien el injanio i
el tacto de las madres, cuando no están I
subyugadas por su corazon, ind¡car]es
el sendero mas seguro entre todos los
que cruzan por la montaña.
IV
Antes de todo conviene no 01vidar
aquellas palabras: Si noedijica el mis-
ma SfJñor su casa, en vano trabajan
los operarios. Orad, pues, madres cristianas, para no trabajar en vano; orad
cuaudo solas, eu presencia de eílta alma Infantil, tan lozana i tan pura; vislumbrareis asf vuestl'os deberes i la inmcnsa responsabilidad que os impone
este sagrado depósito. ¡Ah I la carga
seria demasiado pesada para vUestros
hombros femeoiles, si el que se revistió
con nnestl'as miserias, para ayudaroos
a llevarlas, 00 viniera en vuestro ausiHa. ¿ No quiso el mismo Jusucristo tener necesidad de un ayuda para subir
al Callrario? I¿ qué será de la pobre
madre, cargada no solamente con su
cruz, sino con la de su hijo; de la pobre madre que lleva estas dos cruces al
mismo tiempo que guía a este niño por
un camino, por donde yendo sola ha
tropezado siempre, cuando no ha caido? l. Cómo hará atravesar a esos piés
noveles la. corriente, por la comun tan
fangosa, de la vida del mundo, sin que
se manchen? Señor, salvadla, porque:
sin duda perecerá
Sí; perecerá, si se cree, en su presuncion, sobrado fuerte para no necesítal' /Iusilio, i sobrado elevada para pedil'lo. Perecerá, si imprudente i I¡jera
se empeña, sin apoyo, en esas difíciles
vías; perecerá bajo el peso de la maldiclan de Dios, de ese Dios protector de la
lámpara espirante i de la caña frájil i
quebradiza; perecerá bajo la presion de
la mano flue perdona i bendice. Pereeerá, porque Dios, que salva a quien le
implora, DO ha prometido nunca su ausilio al que no le pide; perecerá, porque
abonece a los sobl'rbios ; perecerá, i su
hijo con ella.
!
¡Pero
19
n(J, Dios mio, no perecerá!
i La súplica es una necesidad de su co-
razon, que le recordará frecuentemente
su miseria. Confiando en. vuestra paternal bondad i en la palabra de vuestro
Evanjelio, no andará a tientas (Lamennais), Iloavanzará sin apoyo; orarlÍ con esperanza i fe, esparcirá bácla
Vos lágl'imas en su oracion, i desaparecerán los escollos, i renacerá el valor
en su pecho, i, llena de la fuerza de
vuestro amor, no la intimidarán vuestras mismos enemigos. Apoyada en la
crnz, podrá resistir todas las tempestades, i andar sin temor sobre las olas encrespadas, porque oirá, domioando su
furia, estas palabras a ('uyo Autor adol'a: no temais ; soi yo. !siempre habrá
una estrella en el firmament.o para
guiarla, i un ánjel en la tierra para
acousejarla, i un Salvador junto a Dios
¡para protejerla !
Pero vosotras, que amals a vuestro
hijo; vosotras, cuya esperanza proviene de la fe, no oreis solas. Jesucristo
ama en el cielo a los niños como les
amó en la tierra, i no solamente os dice: Dejadles venir a Mi, si no que
quim'e que se los condnzcais vosotras
mismas. Que vuestra primera lecdon
enseñe a vuestro bija a uuir i a elevar
al cielo sus manitas suplicantes. Que
aprendan sus labios a balbucear ántes
que otra palabra alguna el nombre divino de Jesus, el nombre bendito de
María. Sea el primer ejercicio de su
memoria una oraciOn, i hágale comprender el primer uso de su intelijencia
que debe amar mas que a vosotras a
su Padre celestial.
Estas impresiones que se graban siu
borrar nada,no se borran nunca: vuelveaencontrárselas como fieles aliados; acó
¡eselas como amigos de la infancia. Tal
vez son las únicas que resisten, en la
efervescencia de las pasiones, 11 la influencia perniciosa de ]05 falsos prin-cipios, así como a la accioncorrosiva
de los malos ejemplos. 1 ¡, quién, pues,
no es llamado a recibir en su vida tales
I principios i tales ejemplQs?
¡Ah I Si se viera miéntras ora el nii ño con su fe virjiRal i su cándida ino-
20
BIBLIOTECA
LITERARIA.
ccncia, las miradas de llmor que dirije de paso de que se practica bien. Su ah-Dios sobre los perfumes tan puros de es· dícacion, pues, obligada, respecto a los
te incienso, la ternura con que se incli- pormenores, hace mas imperioso el denó para oir este balbucear inartiçulado,
ber de esta atencion sobre el conjunto.
i no obstante tlm íntelijible para El; si se
Sinembargo, esta vijilancia jeneral
apercibieran 1.8sgracias ql)e"j.dcslizánseria enteramente inùtil, sino hubierll
dose entónces de los cielos, van a im- empleado esta madre en la investigapregnal' alternativamente el vellon i el cion de las cualidades de las personas
élire en que r~posa ; si la madre sintieque la reemplazan una escrupu lesa mise sU felicidad, i comprendiera la de su nuciosidad; pues verdaderamente sobre
hijo, ella sola le enseilaria esta ciencia este punto no podría acusársele nunca
de las cicncias, i III arrodillal'ia siempre , de conceder poco crédito, como en las
con ella.
transacciones mercantiles.
V.
Por lo comun se tiene sobrada confianza en eslas malerias; con tráense
1finalmente, i sobre todo, si es posi- empeños bajo palabra i sin asegurarse
ble fi una madre no separarse de su hijo, bien: f.ntréganse al suerlO descuidadaella será mns feliz i él mejor. P3I'a que mente des¡:ues de elejír con suma Iijeesté bien vijilada toda administracion,
reza; imajínanse con facilidad habe¡'
necesita la mirada del dueÏlo ; i i, quién encontrado un tesoro, al cual se abanpodrla suplÍ!' la mirada de la madre?
¡Jonan con una pereza deplorable los
<. Quién podria -reemplaznl' su vijBante i
deberes í los derechos maternales.
afectuosa solicitud? i, Quién podria de·
Sinembargo, son raros tales tesoros,
CÍ!' las ma.ravillas que verifica en los
i se¡'ia conveniente examinados mui de
niiíos dotados de intelijencia i de cOl'a- cel'ca ántes de tributar este título o de
zon ? ¿ Quién podria, sobre todo, mos- conceder estos privilejios. Por ejemplo:
trar el vacío que dt~ja en el alma en ' puede ser una niñera de gran probidad,
quc no penetra I
i aun estar dotada de virtudes, sin deYo sé, no obstante, que hai posicio- jal' de ser por eso peligrosa. Da, efecti·
Iles Cil las que es imposible la vijilancia vamente, pruebas de virtud si obra todo
inmediata i contínua de-la rnadre. Las lo bien que ella sabe i conoce; pero,
bai en que, por mui buena i verdadera
¡,esto es bastante? ¿Será fiel,no seaban·
madre que sea, es preríso que consienta donará a culpables Iijerezas; será piaCil perderle dt' vista por estar ella mis- dosa si se quiere; i podre.is estar sema obligada a atender a otros deberes;
guras de que no Hevant a vuestro hijo
pero cuando son verdaderos deberes,
a sitios que le hayais pl'ohibido, i de
es decÍl', órdenes de Dios, i 1\0 placeres, que velará sobre él con unll solicitud
los que distraen S\l atellcion, no perju- casi igual a la vuestra?
dica esta distraccion al niílo, puesto que
Vcrdaderamente son estas inlnensas
su vacío se suple por lo mismo que lo seguridades; esta niliera es UD tesoro,
causa, í que la madre de la tierra es no os habeis equivocado; i debeis guarsustituida por el Padre de los cielos, el daros de perderlo, porque tal vez es mas
cual dice a esta madre, a quien llama a precioso de lo que pensais; pero, creedotra parte: No quedará hué/Jana. (San I me, no le entregueis vuestro nirlo COll
JUlln.)
I toda libertad; velad i vijilad de conPero la mujer mas ocupaûa puede tínuo.
hallar por lo comun cada dia algunos
Porque, salvo alguna escepcion, tan
instantes que cOIJsagl'1.ra sus deberes rara como iuadmisible, esta niflCl'8, tall
lllatemales. Siempre tiene un momento I pel'fect:l por lo demas, solo habrá reci ..•
para ocuparse en adquirir i conservar bido una educacíon ffiui somera, h.abrá
la confianza de sus hijos,para imprimir I adquirido, entre la clase de jeute en que
¡¡na direccjon super'lOf' a los cuidados vivió, todos sus principios falsos o erróque se les prodigan, j para asegurarse
neos, i ¿ quién sabe si tal vez formán-
I
LA
M'\JJ~H
CRISTIANA.
.21
doso una elevada ¡wou de sus luces sin co 11\eleccioodeurnigas,
i haráo bien eU
I.ll'lllsóli~a instruccion
relijlosa en su verdad. Mas, ;, por qué no hacen la
principio, no ha hpcho mas que arraimismo mas pronto ~ r. Sa halla la niña
gal'se cn las preocllpaeiooes ùe que se mas fortalecida que la Jóven contra los
llalia imbuida? Trahajará naturalmente,
malos consejos i los malos ejemplos?
¡ hasta con un objeto laudable,
en in¿ Se borran siempre los hábitos i los
culcarlas ai nillo ql1e se le ha confiado;
recuerdos de la infancia tan completai si no s~ paralizan sus ef¿etos desde
mente que no dejen huella en el alma ~
un principio, si no tmtais de instruh' a No; bien la saheis: pero osde,uenen
la nii'lera desti'Uyelldo de esta suel'te el cOllsideradones
mezquinas i \imitadas,
jérmen del mal, "t'ste se aumentará,
e cuando tal "ez, se trata del porvenir de
invadirá aquelia tierra víqen ano de vuestra hija, i la sacri11cais a ellas gustodo cultivo, i cuando queraís detcner- I tosnmcnte.
Un autor moderoo ha dilo no será ya quizÜs tiempo.
i eho : ({ El homhre es capaz de todo, en
No es méno5 ¡mpnrtl111te 1;'\eleccion de i cuanto a la ¡r¡'l'flexion.» 1 una multitud
~os nmtgos que ¡,a pri3\:~.(h.~ht€'t\ nqü\ de m(ldrcs tienen la excesiva comp!a""
]lido perdoll a mUiclL1S madres. al decir', l'cnria de querer servido de pn¡ebas.
que comUllrnente proceden COlluna inComunmeote se forman en el campo
cOIHecuencia dificil de comp,'emler.
rdaciones de diterente jé!lero. A falta
Estas pobres mad.'es se atormentan pOI' de otra sociedad, se recluta entre los
salir bien en ¡a s educad alles qlle emninas de clase inferior.1J1l hermano de
prendeo; se consagran Il la I'calizllcion
leche, el hi.io de uua pl'otejida, aldeade esta ob!,;l; 110I'et¡'()('eden para efe~-' nUlos de las cercan1as, tales son los
tuarln ante sacrificio alguoo; i, no ubs- sujetos cou que se forma un séquito al
tante, no ndelantan Cil eilas. Mas, i por: niiiJ de la quinta.
qué no ¡¡ùE'lnnta la te\a de Penélope 1
Nu hai dudil que seria feliz este cooPorque a medida Que ~,eentregan a es- t.acto Hl cuaoto que podria hacer al oirlO
tP. !RbOI'inso tl'l\D:l '-', lo destruyen
Caf!
méllos d~!i(·,J(!o i mr.nos altivo,si la maigual perseveranda, i si bien no desha,drc tuviera siempre fijas sus miradas eo
cen con r.ns propias monos la teia que e1 peque1Ïo ¡,p'upo que ha reunido, iel
urdieron, es í:JénLeo el resultado;
por- oido atento' para que no se pronullciara
que los peligrosos amigos cuyo truto :dli pnlilbra alguna gae ella 'uo oyese.
habili.1'11toleran, cnGlnien esta tarea de Mas, por desgracia no puede ser esto,i sí
destruccioll CJlI tailla - celù CarDO ellas prescntaD olgunas ventajas semejantes
ponen en f<lrmarla.
relaciones, se hallan contrapesadas por
Al paso, pues, qlle cnseiía la madrc! una multitud de peligros e ineOIlVCla subordinacíon, como ulla necesidad j niec.tes. Con todos los defectos de la
como una dicha, 105 Ilmigos ellscüan la I ignorancia ¡una educaciûn tosca o groinsubordinaeion i e1o.iiall los bene1idos i sera, estas relaciones
llevan consigo
de la resistencia. Mientras inspira lil tambien uua cieoeía de la vida, peligromadre el honor i el dcspr'cdo que mesa i precoz, fruto malditll del árbol de
I'eee la mentira, enseÏlan los amigos la muerte que no solo recoje con delicia el
doblez i la falsla, haeiéndo!a admirar 'niño abandonado a sí mismo, sioO que
co si mismos. Al paso que dirije la 'la p'"esenta a sus amigos.
madre al niño bácia la politica i la du]Ademas, ya lu hemos dicho, se I'euzura, se rien de la primera los amigos í ne al rededor de este revesuelo,ioclÍnado
abusan de la segunda. Ademas, estos ya naturalmente a la domin;lcioo,
una
hallan aliados naturales eo las inclioacorte de aduiadores i lísoojeros serviles.
clolles que induce \loa triple cou('upisHijos ¡padres, eo breve cünlprenden tos
cencia bácia SlIS lecciones, i ]a madre
inferiores las ventajas de estaS relacioJl]O tiene nÍlJgooo.
nes íntimas con los que pueden llegar
Cuando tl't~g;3u sus hi.\;'\s quince ailos, ,a
ser UI1 dia protectores
suyos;
i
Berán las madres minuciosas ¡ severas i si el u.1tUl'al impetuoso i ¡¡jero de la
22
BI B L·I O T E
eA
LI T E:a AR 1 A.
edad hace OIV.ldará los h.. Ijos la. lisonjall ñerasl deamfgas, sin permltirle
sino a I'aros Intervalos.
otras
i la adulaclon, están allí sus padres pafa enseÍlarles a ser previsores •.
l'or otrapàl'te, no podrian, aun cuan·
do lo quisieran, ser desinteresados i
sinceros. 1 auo cuando os asoclárais
j oh madres!
a ellos para consegulrlo,
aun cuando trabll.ieis por conservar Ulla
esacta Justicia, tina especie de igualdad
entre ellos, tampoco /0 conseguiríais.
Porque desde el Instaóte en que no os
hallelsalll
para <;ontener a vuestrO
llljO, volvel'á a recobrar el pequeño
déspota su autoridad, hacléndola pesar i
duramente sobre sus parásitos; l, planeta orgulloso, revolucionará el éter \lal'a ver gravitar sus satélites en torno
suyo, I en caso de que tl'ataran de I'ebelarse los satélitès. sabrá detenerlos
siempre con un: Ya se lo diré a mamá: porque aunque hubierais demostrado basta entónces esa Imparcialidad
tan rara en las madres, no se atreverian
ellos a contar Mn esta, no suponiendo
que pudierais llegar hasta preferir su
testimonio al de vuestro propio hijo.
Mas aún: los criados temen las que·
jas, el rel1èor I los relatos de los niños,
porque saben que estas quejas i estos re·
latas dejan siempre una impresioD desfavorable eu la mente de sus amos. En
su consecuencia, quieren ellos tambien
hacer la corte a este tirano en dernes ;
i no teniendo para esto medios mas seguros que favorecer sus caprichos i su
despotismo, se unen a él cuando traia
de oprimÎr a los mas àébiles, i le excitan
i le enseñan a hacerla.
Ademas. no puede babel' escollo mas
funesto que aquel en que hai peligro de
caer al evitarlo. Si no impusiera este
niño ni sus juegos ni sus caprichos, seria necesario que aceptal'a la voluntad i
los juegos de sus compañeros; i su eleccion, mala por lo comun, seria por lo
ménos siempre peligrosa •.
Escojlendo a vuestro hi.o una sociedad de su edad i de su clase, educada
en los mismos principios i COD los mismos cnldados, Jebarels realmente mejor î mas feliz. A falta de estas relaciones, servidle V050tl'as mismas de compa~
'I'
VI.
¿ Es esto decir que sea necesario tras·
formar la infancia, i, quitándole las grao
cias, el candor i la alegría de su edad,
hacer de ese niño de rostro sonrosado i
de rizada cabel/era, un hombre ,Srave i
un pedante? Ya sé que ciel'tas mujeres
acojerlao este consejo con una benevolencia que no podemos agradecerles,
por lo mismo que no podemos aconsejàrsela.
No hal duda que es una satisracclon
inmensa ser madre de un prodljio en
miniatura, satisfaccion que vale en verdad el sacrificio de los momentos mas
puros I mas dulces de la vida. Esponer
la salud I hasta la inteliJencia de quien
lisonjea tan deliciosamente el amor pro·
pio, es poco, compal'ado con semejante
triunío. Asi es que se compra este triuofo I se paga este título de prodijio con
el capital mismo de ,la fortuna futura
del niño.
¡Oh 1 No crllais que exajero, vosotras, madres, que os esforzais en agostar esta jóven planta, esponiéndola a
Iós rayos abrasadores de un estudio
prematuro. Podria cltaros muchos ejemplos. Podrla nombraros un niño que
llegó a ser una maravilla COllel celo de
su madre, I a quíen of yo misma con
admiracion acumular fechas, definie/ones, etimolojíllS, nomenclaturas,
clasificaciones, fórmulas aljebráicas, soluciones de problemas, etc
, pero a
quien vi tambien mas adelante oprimido
con el peso de Sil ciencia, i con'valeciendo de una enfermedad que esto le
habia causado. Larga i peoosa cufermedad que, atacando para siempre la
esencia de su salud, barrió en su curso esa ostentacioll de la vanidad de su
madre. Al salir de ella, el pobre niño no
volvió a encontrar aquellos conocimien'
tos adquiridos a tanta costa: falto de
cimiento aquel edificio tan rápidamente elevado, no pudo sostenerse en pié
parte alguna de él, ni aún los mismos
cimientos, i fué preciso edifiCar denne-
LA
MU.TER
CRISTIANA.
va, i con el ausilio del tiempo i de la
enfermedad se vió al fin que aquel prodijio no llegaba al nivel comun.
j Ah!
Las madres debel'ian, en fin,
comprender que es en todo mal consejero el amor propio, i especialmente en
la educacion. Se sienten deseos de decirles siempre con el Profeta: ¿ Cómo
es, señoras, que vosotras que veis tan~
tas cosas no observais nada? (Isaias.)
Porque si observarais, vosotras que
sois madres, i madres cristianas, obrariais, en efecto, de otra suerte. En lugar de cultivar tan inútillOenle esa memoria i ese entendimiento, empleariais
la estacioll de la primera Infancia en depositar en el fondo del alma de vuestro
hijo el aroma que, segun espresa Bacon,
Impide corromperse Il la ciencia; os
aprovechariais de este tiempo paraembalsarnarle en cierto modo, antes de lao~
zarle a este mundo de sepulcros blanqueados, en que no solamente el cuerpo, sino el alma misma, dice frecuentemente al polvo i a los gusanos: Voso-
tros sois mi madre i mis hermanos.
En
una palabra, os ocuparials en primer lu
gar del corazon, que es quicn, reanima·
do por la caridad i fortificado por la fe,
debe dirijir el espíritu; i i ai del hombre en quien se baila trastornado este
órdeu !
No, no consagreis estos primeros
aÏ10s a la ciencia que engrie, sino que,
destruyendo los defectos del carácter,
sustiluidlos con buenos hábitos, que llegarán a ser mas adelante virtudes.
Enseñad a los niños que]a primera
de las ciencias consiste en saber obedecer, segun enseùó Jesus siendo nif\O :
Estaba sometido a ellos. (San Lúcas.)
Enseñadles a practicar la gran máxima
de la caridad: A que no hagan a otro
hombres. escepciones horribles, cuya
existencia parece confirmar la regla por
la repulsion que iospiran.
Sed sever!ls con el fraude i la hipoCI'esía; mostraos iodul,¡entes con quien
hace una confasion sincera. No os sonriais nunca de uua mentira por oportuna o sagaz que sea, por,que si es algunas veces prudente cerrar los ojos a
ciertas faltas, no podría conce~erse a
esta sin peligro tal amnh.tía.
Velad especialmente sQbre vosotras
mismas, para que guie vuestra rectitud,
en medio de los hipócritas que encontrar" n en todas las edades, a esos mari,.
oeros sin brùjula a qule\les vais il entregar al mas pérfido elemento.
No os Iisonjeeis nunca, de hllber engañado a nadie ni permÎt¡tIs jalllas a
otros que la hagan en ¡presencia del
I niño. ¡Ai j
sobrado le enseñarán algun
dia este vicio; pero j ai de aquellos que
escancalizan a estos pequeñuelos tan
queridos del Señor.
((El niño se aprovecha par¡a:InstruirI cc se, casi igualmente de la que se dice
I (( i bace delante de él, que de lo que
se
! « dice i hace para él. Es, pues, necesacr rio respetar sumamente los ojQs i oi_
(( dos de los niños. lJlaximd. debetur
cr puero reverentia. La prime.ra instruccr cion, esa instruc.cion cuyos lfmites no
cr es dado apreciar al hom,bre¡ Di valuar
' Cf su influencia, consiste, pUes, en hábii (( tos mas bien que en raciocinios, en
cr ejem plos mas bien que en ¡ leccienes
(c directas,
es decir, en todo lo que el
«uiño ve mas bien que en todo lo que
((oye, i es tan funesto para la .educa«cion de los niños no proceder con
tI cuidado ante ellos, como dejarles DO(c tar que se teme ser mui
obset;vado Il
(c su precencia)) (De Bonald. Lejislacion
lo que no quisieran que se les hiciera a
ellos (San Mateo); a ser mansos i humildes de corazon. (San Mateo.) Enseñadles que Dios tiene horro,. a la mentira, i que si se reserva el reino de los
cielos a los pequeños i a los que se les
parecen (San Mateo), es porque considerados estos como el símbolo de la injenuidad i el candor, llegan a ser, si faltan a ellos, a los ojos de Dios i de los
23
primitiva de la edltCacionen la sociedad.)
I
¡
Nunca se leerà ni meditará, ni especialmente se aplicará bastaqte por una
madre estepasaje, marcaqouç9º~lsello
de profundidad i de verdad que imp;~jmia este ilustre escritor a tQdas sus
obras. Nunca respetará sobra4o una
madre los ojos i los oidos de sus hijos;
jamas sc arrepentirá de haber usado co-
24
BIBLIOTECA
LITERARIA.
ma primera lostruecion la lecclon pru- 1traflos ? La madre la va recojiendo por
todas partes; cita delante de él sus didente i Of) interrumpida
del ejemplo;
jamas habrá observado i se observará Il chos oportunos, provocándolos i cosi misma demásiado, si agrega a este mentándolos. T,a política exiJe que se
sistema de observa~ion el tacto necesario
aplauda;
se llama, batiendo palmas,
para que nolo Ilote el niño.
a su pequeño uutor tan pagado de sí
1respecto de 111 iojenuidad en partimismo; a cada dicho agudo, se pide
cular, estad atentas, i oh madres! estad que lo I'epita, i se ríe i se habla de
¡¡tentas sin tregd¡¡ alguna, i obrad la ellos. No se necesita milS, o se hace
mismo. Si conseguis hacer amar a vues- cuanto es necesario para trastornar una
tro hijo la verdad cuando es aún niño;
cabeza juvenil, vacía aÚn de toda otra
si aprende a declrla por mucho que le idea, i mui dispuesta a llenarse de vaClleste, cuando sea hombre la encontranidad.
ra demasiado hermosa para renegar
Hé aquí la que forma esas criaturas
des pues de ella; i gl"acias a esta fiel i henchidéls desuficiellcia i llenas de pre·
luminosa amiga, llegará a ser una de suncíoll (1) que no conservau ni la inaeSilS raras escepciones de fraqueza I de
(t ) Perdósenos que citemos aquí íntegro
lealtad que brillan ei, la tierra como estrellas caldas de los cielos. Astros bien- un pasaje de Chateaubriaud, en el cual
hechol"es, cuya claridad tan pura lIu· pinta con tanto in,enio como verdad los
deplorablt's resultados de la vanidad de
mina las almas de buena voluntad i da- los padres.i de Jas hIjos.
ña a los ojos de los amigos de las tinie«Hallándose un estranjero hace algull
blas. Verdaderos 'hijos de luz, mas satiempo en \lna sociedad donde se hablaba
bios en su sencillez que los hijos del si- del hijo de la casa, de edad de siete u ocho
glo con toda su prudencia.
años, como de un prodijio, se oye súbita·
Guardaos tambien de esa adrniracion
mente un gran ruido, se abren las puer.
mal disfrazada que dejan notar' muchas tas. i se ve aparecer al pequeño doctor con
mujel'es a cada palabl'8 a a cada accíon los brazos desnudos, el pecho descubierto,
de sus hijos, i respecto de la cual po- i vestido como un mono, que se lleva a la
dria resonar nueyamente la censura di- feria. Anda ba con afectacion i aire pre·
suntuoso, mirando con descaro. importu.
rijida por Dios al gran sacerdote lIelí:
nando a todo el mundo con sus preguntas,
¿ Por que has amado a t~IS hijos mas i tuteando igualmente a las seÎloras i a los
quea nu? (Lib. de los Heyes.) i Ai, no ancianos. Colócanle en una mesa en medio
respetan i adoran muchas madres, en de la asamblea extasiada; se le hacen pre·
efecto, a Dios al nivel de sus adulacioguntas. «¿ Qué es el hombre, le pregnnta
gravemente un mae~tro ?-Es un animal
ms maternas r
mamífero COll clwtro remos, dos de los
Las mas reservadas reprimen siempre sus esclamacíones cuando van a cu::les terminan en manos.-¿ Hai otros
escapárselas;
pero bastan su sola cor.- animales de su clase ?-Sî ; los murciéla.
gos i los monos .• La asamhlea prorrumpe
ducta i sus miradas para esplicar a toen gritos de admiracíon. Entón~es se vueldo el mOl)do, i hasta al niño que es ve el estranjero hacia nosotros, i nos dice
o~jeto de ellas, la naturaleza de sus bruscamente: « Si yo tuviera UI1 hijo que
sentimientos. AsI es que no se deja en- supiese talescosas,le pegariaazotes aunque
gañar este niflo por ellas; àntes le sil''' llorase su madre, hasta que las olvidara,
ven en breve para osteotarse como el Ahora recuerdo las palabras de vuestro
fénix, permitiéndose
uu orgullo, una Enrique IV: .4miga mía, decia a su mu·
presuncioD iuna tenacidad que se juz- i",r, lloras cuando azoto a tu hijo, enano
do es Inra su bien, i walH.lo el (lisgusto
garían hasta intolerables, aunque pa- que te doi ahora te evitará otros mayores
recieran a los ojos de todos la que son aJgun dia.))
a los de su madre.
" Estos pequeños naturalistas que no
¡,Ni cómo podria ser de otra manel'a,
saben uua palabra de su relíjion ui de sus
cuando oye, ademas de la admiracioll I deberes, sou a los quince aÎlos personajes
permanente de sus padl'cs, In de los es- I iusopiJI'tablcs, Véseles, cuando llegan a l:l
LA
MUJER
CIUSTIANA.
ceneja ni la timidez de la infancia, pero
que agre~an a su inesperiencia toila la
serenidad a que solo dan derecho largos estudios i \:loa vida sensata. Lisonjea a tu hijo, dice el Espíritu Santo, i I
115
te causará grandes temores, i alfln te
hará rechinar los dientes. (Eclesiástico.)
! Ah ! En la lucha centra el E;van~
jelio no deja el orgullo, padre de la
mentira i príncipe de este mundo, palabra alguna de Jesucristo sin atacar, i
dominando, como la hace, la edq~acion
de la infancia, se esfuerza hoi en qesmentirla nuevamente. No se nos puede
, decir, en efecto: Si no 0$ haceis seme-
edad viril. sin ser hombres, arrastrar su
figura pálida i su cuerpo enervado por las
sociedades de Paris. decidiendo de todo
como maestros, dictando su opinion en
moral i en polltica, pronunciando Callosso
lire la que es bUeno o malo, juzgand~ de la
bèlkza de las mujeres, del mérito de los Ifantes a estos pequeñuelos, no entralibros, del de los autores, de los bailarines, reis en el reino de los cielos; porque
contemplando con admiracion cuál bailan estas pequeiiuelos se ban hechosemeellos mismos, mostrandose desazonados jantes a nosotros.
por la cansados que se hallan de sus triun· ': í Oh blenaveoturada
sencillez de la'
tos, i para colmo de ridiculez ide horror,
¡infancia!
i
Oh
celestial
i
humilde can·
recurriendo a veces al suicidio.
cc j Ah!
no son estas nil10s camo los de dar! Vil'tudes olvidadas i proscritas,
?
otro tiempo, por quienes enviaba n sus pa- ¿ adónde habeis huido~
dres todos los juéves al colejio. Llegaban
CAPÍTULO IL
a su casa ron vestidos sencillos i cerrados
modestamente, se adelantaban cou timidez al medio 'del círculo de la familia, ru·
EDAD· DE LA l\AZON~
borizandose cuando se les hablaba j bao
jando los ojos, saludando con aire encojido
Entonces se le presento a uh~snÎ'
i embarazado, pero adquirierido gracias
110s.(San Mateo).
de su misma sencillez i de su inocencia;
El que recibiere a un niño como
i, DO obstante, palpitaba de alegria el co· •
estos en mi nombre, me recibe a
razon de estos pobres niños. ; Qué delicia'
mi. (San Mateo!.
era para ellos pasar aSI un dia bajo el teNo es la voluntad de vuestro Padre
cho paternal en medio de las complaque está en los cielos que perezcencias de los criados, de los abrazos de
ca ninguno de estos pequeñitos.
sus hermanos i de los secretos de su ma·
(San Mateo J.
dre ! Si se les preguntat~ sobre sus estudios, no contestaban que el hombre es un
El niño crecia, i se fortificaba su
animal mamífero, que ocupa un lugar
esp{ritu, i babitaba en los desierentre los murciélagos i los monos; porque
tos hasta el dia en que debía maignoraban estas importantes verdades, sino
nifestarse a Israel. (San Lucas).
que repetían la que habian aprendido en
Yo
soi pequeño i despreciado, pere
Bossuet a en Fenelon, que Dias crió al
110 he olvidado vuestros· mandahombre para amarle i servirle, i que tiene
tos. (Salmos',
lln alma inmortal; que sera premiado o
castigado en la otra vida, segun sus bueSi eD el capitulo anteriOl' no me he
nas a malas acciones; que los nil10s deben
diríjido únicamente a las madres enscr respetuosos con su padre i su madre'
i, finalmente. todas esas verdades del Ca~ cargadas de educar a sus hijas, ha sido
tecismo que causan .lástima a la filosoCI3. porque en los primeros dias de la vida
Ellos apoyaban esta historia natural del me ha parecido mui dificil distinguir
hombre en algunos famosos pasajes en entre niñas i niños; me ha plirecido·
versos griegos a latinos, tomados a Ha- imposible determinar consejos especia-·
mero a a Virjilio; i estas bellas citas del les para cada sexo en una edad ~n. que
jenio de la antigüedad seavellian bastante
bien con los jenios méllos antiguos del au- todo parece semejante, escepto quizás
tal' del Telémaco i del de la Histor~a uni- 1/\ mayor petulancia del seXO masculiversal.» (Chateaubriand, Misceláneas li- no. Las mismas inclinaciones i rcpugnancias, los mismos caprichos i pasioterarias. Artículo sobre la lejislacion
primitilJa de M. de Bonald),
nes se hallan en un niüo de \lO año",de
i
l
ENTREGA
4,
26
------------ ---------- •..•..---
_.•.•..•."..,.- ..•--"'-..,.-•...
BIBLIOTECA
tres o dc cinco, que en la niña de esta
edad. Ambos reclaman cuidados análo·
gos,igllal vijilancia, i pueden emplearse
}'especto de ámbos idénticos medios de
Í'"epresion o de estímulo.
Pero en la edad a que hemos llegado
es mui distinto: en eIJa son natural ••
mente diverslls las aficiones i los defec·
tos, los juegoll i ocupaciones.
l, en efecto, el niño quiere para iugaI' un sable, una escopeta, una honda,
soldados para formarlos en fila; i no
siendo esto suficiente a sus aficiones
destructoras i a la necesidad que esperimenta de actividad, no hai tapia que
él vea que n6 escale i a que no se enca.
rame, ni árbol cuya rama mas alta no
quiera romper, ni hai nido que pueda
librar de sus manos su preciosa cria.
Al contrario
la niña cuida de un
pajarilla, prepa'ra una comida, hace los
honore,~ de un salon, adorna una capilia, viste uua muñeca, repitiéndole
las
lecciones que a ella le dieron.
Esta diferencia de gustos es tan no-,
table que cada sexo parece fnndar su
gloria en no toroar nada del otro. Así
es que se hnmilla en estremo al niño si
se le dice que se divierte como una niña,
i se hace ruborizar a UDa niña si se la
advierte que elije los juegos de un niño.
Si pasamos, como sucede con demasiada frecuencia en el mundo, de los juegos a los pesares, descubriremos en las
causas de estos últimos las mismas difereneias que en los goces que ocasionan
aquellos. Esta diferencia se encontrará
en cualquiera de dichas causas, i cuan·
ta mas meditemos, nos convenceremos
mayormente de que es necesaría una
línea de conducta distinta, adaptada
completamente a la naturaleza, a las
pasiones, a las aptitudes, a la vocacion
especial de cada sexo.
Iaunque son siempre los mismos los
grandes principios de la educacíon, i
hasta llegan a ser correlativas con frecueucia las aplicaciones part/culares ùe
estos principios;
a la manera que sue
leu. encontrarse de vez en ,mando dos
amIgos, apesúr de seguir un camino diverso, bai casOS en que ell!Jo-do de conrlucirse rcspecto de una nji¡a es diiime-
LITERARIA.
tralmente opuesto al que es preciso adop-·
tal' relativamente a un niño. AsI podrá
suce¡ler que hablemos todavía en términos jenea'ales i aplicables a todos 10&
niños de ámbos sexos, iestos serán los
puntos en que se encuentran los dos
amigos en su camino; pero hai circunstancias en que deben hallarse tan lejanos uno de otro, que seria lllui sensihIe confundirlas, parla que trataremos
de particuJarizarlas.
I
.
I
Hemos llegado a ese momento que
s~~la~a .edad de I~ ra~on, en que el
Dlno dlstmgue el bien I en .que conoce
el mal con sobrada frecuencia ;, al momento en que sabe la que CO?stltuye un
deber, l~ q~e es una f~lta I lo que es
una eX~laclOn. Ed~d dichosa, no obstante, I cuyo pláCIdo recuerdo excita
pesares en nues!ro ánimo: edad en q~e
tod? es, nuevo, l, por una consecuenCia
ordlllana, ~n que .todo es bello; edad de
placeres rUIdosos l, no obstante, verda- ,
d~ros; edad en q~e son ~reves las emoCIO?eS,pero las rmpres!ones durader.as.
i Dias ~€I'mosos de la vida;. prepara.C1on
de la tlena para el laboreo I la semilla!
La madre. que no se cuida de ellos no
debe adnnrarse de que no sea produc!ivo el grano que les confia; son mul
raras las plantas ~ue pueden soportar
los rayos del sol sm 8gos~arse, cuando
no fueron refrescadas ~n tiempo oportuno por el roero del Cielo.
Vosotras, cultivadoras de esta proI piedad divina;
vosotras, únicas eneargadas por Dios del cuidado de estas
almas, i a quienes tal vez espanta esta
inmensa responsabilidad, emplead bien
esos instantes tan preciosos; no seais
pqezosas ni cobardes; San Pablo os lo
dice, hablando en nombre de Dios. Ser·
vidoras fieles, haced producir el talento
que se os ba confiado. Si no lo acrecentais no tendreis ni aún el recurso de
enterrarlo i conservarlo intacto; portlue decrecerá en vuestras manos, puesta que es una pérdida la falta de gauancia. 1en efecto, hasta hoi, todavía
Dios no ha marcado el sitio donde sea
posible sentarse con molicie sin acumu·
Jur ni disipar i aún no ha mostrado
MUJER
CRISTIANA,
27
----- -------~
medio de vivir sin vicios i sin virtudes,
contener, sin que se estorben, todos los
sin combates i sin caidas. *
objetos lIuevos que se acumulan I esTrabajad, pues la hOI'a es llegada.
treehan en ella a cada instante. Es preTrabajad, no solamente como habeis ciso coocederle para contrapeso muchos
debido haeerlo ya, sino agregando otras recreos i jllegosl distracciones, i aILocupaciones 3 las que os son pl'opias, mitir tambicn I dejarle mucha parte de
otros cuidados a vuestros cuidados,
tiempo para ejercicios jimoásticos i
porque han venido a agregarse otros violentos.
deberes a vuestros deberes.
Pero tanto en esto como en lo demas,'
ti niiio ha crecido; creced, pues, en debe procederse cou método, por ser
todas vuestras relaciones con él, i cuanasi mas conveniente a la salud, a los
do pidau su cuerpo, su espíritu o Sil estudios, a la reforma del corazon. « El
corazon alimentos mas abundantes I método I el órdeo es la lei inviolable,
mas sólidos, a medida que se desarroo mas bien esencial, de las intelijenlien no os canqeis nunca de pre&,'entár- cias," dice Malebranche;
i, en efecto,
selos. Continuad acostumbrándoie a la fuera de esta lei, que se vililla con 50obediencia, a la fl'anqueza I a la dulzura,
brada frecueDcia por la actividad iDtrinidad fecuDda, virtudes de la iDfaD- quieta de nuc,tra naturaleza decaida,
da al par que de todas las edades, raino llegamos Dunca sino a resultados
ces llenas de savia que, creciendo con incompletos a malos. Si, pues hacemos
el niiio, se convierteD ~n grandes árboles cstraviarse desde un principio las inteí se cubren CODfrutos de vida. Aumen- ¡ lijencias noveles que se: nos confian,
tad la severidad o la indu1icncia, segun ¿ cómo podemos esperar formarlas, es
el grado de buena voluntad que encoo- .. decir, reglarlas i ordenarlas? Por otra
treis en él; pero todo esto sin violencia. l.! parte, no hai qne peosar que no influya
No vayais a creer que tal dia, a tal ! esta regularidad meoflnica eu la direchora, al cumplir vuestro niño los siete: cion jeneral del sér iotelijente, pues, al
años, sea necesario cambiar al punto i contrario, le habitúa a no obrar nunca
de conducta para con él; haced gradUal-1 por un capricho irreflexivo i apasionameDte las modificaciones necesarias; ca- do; le inculca insensiblemente el conominad con ese paso prudeDte ¡mesurado,
: cimleDto i el amor de una lei superior,
con cuyo ausilio pueda resistirse, tanto I i aún le conduce por este amor al resa las teDtaciones de desaliento como a peto de Aquel que es el único" que está
los ímpetus precipitados de celo, i de sobre toda lei.
que nos dan ejemplo en toda ocasion III 1, ademas, empleáDdose bien todo el
Jesucristo, su providencia i su Iglesia.1 dia, se evita uno de los inconvenientes
Sin conceder una Iibertlld cada vez, señalados en el capítulo anterior, que
mas peligrosa quízis, ejercitad esa jóven IllIega a ser mas sensible a medida que
intelijencia, prescribid le cada dia uDa, se desarrolla la razono Este incoDvenlentarea obligatoria i metódica; ocupaos te resulta de las amistades íntimas i de
de la memoria, cuyo ejercicio, a esta. las frecueDtes relacioDes con niños que
edad, ausilia tan poderosamente sus II' son peligrosos a causa de una educacion
desarrollos.
l. mala a descuidada, a tambien CODcriaImponed igualmente un trabajo ma- dos que, aún siendo virtuosos, carecen
Dual, i no relajeis nunca la regla que I de instruccion, i si no son virtuosos,
bayais fijado una vez, por causa del sabido es cuáles son las consecuencias.
disgusto que podrá manifestárscos.
II.
Pero recordad aquí que usai' DO es
abusar. Una cabeza de siete aîios nece~
J verdaderameDte, 0ios mío, la mejor
sita cierta contemplaciou i método para
sociedad para un nlilo es la que Dios
."El que no acumula conmigo, disipa en mismo tieDe cuidado de formarle. El
vez de acumular, (San Lúcas).
muudo, tal cual es hoi, cou sus cálculos
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LA
II
l'
II
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BIBLIOTECA
LITERARIA.
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frios i egoistas,envidia
la posicioD de
un hijo ùnico, no porque le parezca que
debe ser mas amado, pues en esto se
equivocaria, sino porque será suya toda
la fortuna dé sus padres, cuando a ten~r
bermanos bubie!l6 tenido quo partirla
con ellos.
Pues bien : yo compadezco esta posi,cion tan lisonjeada; este niño tan feliz
por ser solo, Je compadezco con todo
mi corllzon. 1le compadezco, no solamente porque se ve condenado a ignorar toda su vida las dulzuras de la amistad fraternal, a no conocer jamas esas
.espansiones esentas de toda yiolencia o
acclon,
esas confidencias íntimas,
.esa confianza mútua que producen tantos encantos en la existencia, sino que
le compadezco sobre todo porque d'estinado, clJa1qulera qu~ sea su poslcion
futura, a vivir con otros séres que no
.sean un padre o una madre, que lIegaron a ser p¡¡ra el casi idólatras, su!
carácter habrá carecido del roce nece sario para afinarse, de aquel roce por
medio del cual hubiera aprendido el
niño a un tiempo mismo a soportar a
Jas demas i a conocerse a sí propio.
No es bueno que el hombre esté solo,
dijo la Sabiduría Eterna.
, Cuando una madre tiene muchos hijos cuyas edades se tocan, con tal que
se aplique a ser esactamente justa con
todos, a mantener la buena armonía eotre ellos, evitando todo pretesto de celos
, envidias, a excitar i~a mantener entre
ellos una amistad tierna i sincera, se
aprenden por si solas las consideracíones i cOIXlplacencias mútuas, se soportan
las faltas de los demas, i desaparece
todo egoismo. 1Cuán feliz es esta madre!
La tarea de la madre que tiene un
hijo ~nlco es mucho mas difícil. 1Cómo
proceder, en efecto, para que este hijo,
único objeto de las atencÎones de su
familia i de los mimos de todos, para
que este niño que nunca ve conceder a
otl'OS los mismos
cuidados i la misma
ternura, no se crea un sér bastante superior para recibir estos obsequios de
todos sin rendltlos a nadie' Por mas
que SP. le haga conoccr i se le repita su
¡llsl~nifi('ancia, ~ue debe al contrario
I
-
_-
_..r--"",-_..;.._..r"-
-
....,,--
¡contrariarse j eclipsarse ea beneficio da
I los demas, dar mucho i pedir poco, etc.
¡ los hechos se graban j se comprenden
mejor que las palabras, i no se .contraen
hábitos oyendo disc1,1rsos. '"
Cuatldo oiga predicar sobre la caridad i la abnegacion cristianas, sacará
ésta consecuencia práctica. Çl El que no
.se sacrifica por mí, no posee ninguna
de estas virtudes,» Cuando se le hllble
del respeto i de las consideracioues mù.
tuas impuestas a los miembros de la
gran familia cristiana. no sabiendo qué
es ser hermano, comprenderá solamente que puede e~ijir de otros este respeto
i estas consideraciones.
O si tiene uu
juicio recto i el corazon .naturalmeute
sobrado bueoo para no dejarse estrl\Vial'
de esta suerte, se esfo/'zará en pensar
de otro modo, i tomará las resoluciones
mejores i mas cris~ianas; pero cuando
llegue el momento de ejecutarlas. haliándose habituado a los obsequios i a
las bondades de los demas se imajinal'¡j,
cáodidamente que hace mucho por ellos
suprimiendo sus exijencias ordinarias.
El Espíritu Santo la ha dicho: E$ con-
veniente i bueno que habiten Juntos los
hermanos. (Salm.)
¿ Pero. al cabo, se hallan predestinados i condenados préviamente los que
no los tienen, al egoísmo'! Afortunadamente no parll bien suyo i de quienes
los aman. Aquí podria citar tambien
ejemplos: podria mostrar hermanos que
viven en una vida aislada, i educándose con esa desgraciada sequedad de
corazon en despecho de la dicha que les
prometia su posieion, ya porque se resisten a todo cuidado, ya porque se les
rehusan tambien estos cuidados que es
tan fácil conceder. Pel'o podria mostrar
tambien algunos niños, privados de estas dulces relaciones, en quienes ha
'" Compréndese perfectamente que las
formales reprensiones de un preceptor o
la seriedad de una madre.no produzcan en
la eorreccion de un niño, el efecto que la
tenacidad i porHa de una docena de muchachos traviesos en contrariar el carácter
porfiado de su compañero. (De Bonald.
Lej Islation primitiva
la sociedad,)
de la education en
-
_
29
LA·MUJER
CRISTIANA.
..•...•...",.. .•.•...• •..•....••..•.•.• ...•......•...•.•-""'_..•._,...- ...•
conseguido una voluntad animosa, ali- de sumislon i de fe, daremos ulla pruementada por Ulla educacion bien diriba mas en favor de estas palabras. Todo
jida i llena de adhesion cristiana, lan- es posible a quien cree. (San Pablo).
zar de ellos el personalismo, i hacerNo, no bai fuerza !llguna que resista
los, apesar de su situacion, carit.ativos,
Il la palanca de la fe cuando
tiene po!'
amantes i desinteresados.
punto de ¡¡poyo la cal'idad. Levanta al.
He querido mostrar el peligro tal cual mundo, traslada las montañas, sostientl
es, indicar el trabajo sin ctisf~'aza[' sus el alma, i la eleva i la coloca fuel'a dcf
dificultades, bien convencida de que hai l:'goismo i de las bajas pasiones que la
madres bastante jenerosas par~ cobrar acompanan.
aliento en vez de abatirse a la idea de
Oh! provista con este maravilloso
los esfuerzos que se piden a su ánimo. instrumento es como debe trabajar toda
, Por otra parte, ¡, no saben que lo que madre, tanto aquella a quien abruma
es imposible al hombl'e no la eS a DiosY llna numerosa familia con solicitudes i
(San Mateo), ¿ No conocen la fuel'za cuidados, como aquella cuya ternura se
maraviliosa de la oracion I el podel' espanta por la posic!on aislada de su himas grande todavía de quien las oye?
. jo. 1 cutóncas este motor intelljente i di·
1.Deberé decÍl' que paru nosotros los • vino, no solo le procurará la constancia
cristianos, para nosotros los católicos,
sobrenatural necesaria a toda 8cci.n
la palabra imposible no tiene sentido,
contiuua del alma, sino que le sujerirá
o mas bien no existe? No somos nasa· todavia los medios humanos mas l'titras los que vivimos, sino Jesucristo caces.
quien vive en nosotros (San Pablo);
Así, por ejemplo, enseiiará a 'la madre
i lo podemos todo en Aquel que nosfor- de un hijo único a aprovecharse de esas
litica (San Pablo); i a quien ha sido frecuentes ocasiones de olviL/arse por
dado todo poder en el cielo i en la los dem/ls que nacen por sí mismas í
til!rra. (San Mat~o.)
se presentan diariamente a los miemAsí, cuaudo El nos envía, cuando bros de una familia numerosa. Así
nos dice con su plena i divina autoridad:
mostrando, por procurarle diversiones
Id, pues, DOpuede detenernos obstá- i satisfdcciones Jejítimas, un afan que
culo alguno. Cuanto mas se multiplican
puede pl'obnrle su ternura, sabrá esta
estos, mas deben inflamar nuestro celo madre no ser esclava de los gustos i de
i reanimar nuestra confianza, porque
los juegos de su hijo, i aUD S6 los rehuallí donde se demuestra la impotencia sará de vez en cuando * para hacerle
del hombre, se demuestra tambien la comprender que sus deseos deben ceder
necesidad del ausilio divino.
con frecuencia i aun siempre el paso Il
Cuando nos hallemos enfrente de es- ,los de otro; para mostrarle que nadie,
tas grandes dificultades que hacen re- i ni aun una madre, toma por la serio la
troceder la naturaleza i desfallecer las voluntad caprichosa de un niño tle tan
razones humanas, arrojémonos a los poca importancia como él. Exijirá que
piés de Aquel que es nuestra fuerza i manifieste a sus inferiores una benevonuestro apoyo (Salmo); dígámosle:
lencia i una dulzura siempre cODstaoilJaestra, ved que perecemos, (San Ma- tes; i respecto de sus parientes, i aun
tea); Señur, salvadnos (San Mateo). de todos aquellos que viven con él,
Hijo de David, tened piedad de noso- procurará obtener consideraciones i ob·
tras (San Mateo). 1 seguros de que está sequios conUnuos, obligàndole de esta
con nosotros hasta la consumacion de suerte, de buen a mal grado, a olvidarsa
lossiglos (San Mateo), levantémonos,
de sí mismo para ocupnrsede losdemas.
llenos de valol', marchemos, obremos,
Finalmente, siempre que este nŒo se
padezcamos ensu presencia todo el tiem- halle en contacto con los otros, le oblipo que quiera ; confesemos con los laMas lo que cree nuestro corazon (San
* Esta precaucion es necesaria hasta
Pablo) t í si perseveráremos en esta vida para hacérselcs apreciar.
_-~~...-~-~~~~~
30
B 1 B LI OTE
eA
gará a ceder casi en todas las COS!lS,i
00 sdlamente a adoptar sus juegos, sino
II ocupar tau 8010 un lugar
secundario
eo la ol'ganizaélon de estos jUt'gos.
Guiada sielDpre esta madre por un
pensamiento de fe, empleará para inculcal' la caridad un medio mas eIO-,'!
cuente i mas seguro que las frases i
discursos,
acostumbrando
al niño a
practicarla por sí mismo, haciendo de
ella el canal ordinario de sus buenas
obras. Ademas, con este sistema solo
obtendrá beneficios; pues presllntadas
sus limosnas por manos tan puras, adquirirán mayor mérito: puesto su niño
en relacion desde mul temprano con la
misel'ia i los padecimientos, los comprenderá mejor; acostumbl'1ldo a aliviarlos casi desde la cuna, será para él
la caridad una espeèie de hábito, i sabido es que el hábito es una segunda
naturaleza. i Dichosas las madr~s que
saben reemplazar con ella la primer
naturaleza egoista que nosdió el pecado!
i Dichosos sus hijos' j Dichosa la socie.
dad en que abundan tales madres! •
LIT ERA
RI A •
III.
Para conseguir este resultado
DO
de-
I bemos
contentamos con bacer que dé
limosnas de la manera cómoda, pero
" "Tiempo es ya de volver al cristianismo;
tiempo es de ensayar la caridad, nos grita
la voz elocuentemente piadosa del abate
Dourif. La Francia debe dar el ejemplo;
~sta noble Francia, que ha l/evado tan léOS la bandera de la caridad, l a quien se
e perdonará mucho porque amó mucho.
Ojalá la hija mayor de la Iglesia vuelva a
la fe, sin la cual no h¡¡i caridad, asi como
sin caridad es la fe muerta i estéril !" (Filosofía cristiana de la lei de caridad.)
Pero en Fraucia corresponde a la mujer,
que es la que ha largo tiempo lleva mas
alta que los hombres la bandera de la ca.
ridad, dar a la sociedad un nuevo impulso.
En su corazon especialmente es donde se
conserva la chispa de la fe, en la cual se
enciende la antorcha de la caridad; a ella,
pues, corresponde reanimar al mundo,
dando una libre espansion a este fuego
sagrado, Todos los séresjimen ( San Pablo ) porque los heló la indiferencia: el
Ùnico medio de acallar este clamor universal es distribuir a todos el pan de la fe,
i este pan lo da la caridad. Por lo demas,
justo es reconocerl(), hace algunos años
que parece consideran las mujeres mas
atentamente este magnlfico aspecto de su
mision. Por todas partes se organizan
¡
poco útil, tan frecuentemente en uso:
limitamos a arrojar de vez
en cuando en el somhl'ero del mendigo
eSa moneda que parece una contrlbucion pagada de mala gana, i que raras
veces consigue remediar miserias verdaderas.
Es necesario mostrar al niño otros
desgraciados ademas de aquellos cuya
ocupacíon es tender la mano pidiendo
limosna, En el campo debe entrar en la
cabaña del hambriento, i en la ciudad
penetrar en la buhardilla del pobre
abandonado. Necesita lecciones de cristianismo, i no lecciones de fiiantropia.
No se trata de enseilarle a librarse de
los desgraciados, sino al contrario, enseñarle a Iibrarles a ellos de la desgracia. *
i no debemos
asociaciones de caridad, se crean asilos, se
alivian miserias; pero no basta pagar por
SImismo su tributo a este jeneroso movi·
miento: es necesario, i sobre todo, formar para ello las futuras jeneraciones. Si
mirase atras el jénero humano, despues de
haber salido de Sodoma, se quedaria instantánea mente petrificado.
La caridad es la única qne distingue a
los hijos de Dios de los hijos del demonio.
(San Agustin.)
,
;~Cuando padece uno de los miembros
del cuerpo humano, todos los demas le
prestan una asistencia espontánea l com··
pleta. 1dispénseseme aqul la trivialidad
de los detalles en favor de la verdad de
este aserto. Pues ¿ quién de nosotros, al
esperimentar, por ejemplo, ese frio tenaz
en los piès, tan jeneralmente conocido, no
ha tratado de reanimarles, sin rellaxion i
por instinto, con sus manos? 1al hacerlo
asi, ¿ no ha sido mucho mayor la satisfaccion del miembro que padecia que la jmpresÎon desagradable del que le aliviaba?
Lo mismo deberia suceder respecto al
cuerpo social. 1 aSI sucederia en efecto, si
no se compusiera de miembros desaveni·
dos por el p.goismol el personalismo. Pero
en lugar de este calor comun, en lugar de
LA
•••••••
__ o
__ •
__ .,
• __
._,
__
~~~,
MUJER
CRISTIANA.
~~_
La madre deberia conducirle aliado
del lecho d'el enfermo, fi Ilevarle socol'ras, a prestades servicios a veces penosos,i a decide palabras consoladoras.
Una niña, sobre todo (no olvidemos
que consagramos esta obra a las niñas), una nina cuyo corazau se halla!
tan inclinado a la piedl1d, cl'lyos labios
saben bablar tan naturalmente de Dios,
de esperanza i de confianza, coyo destino es jeneralirlente aliviar las miserias
de otro, debe habituarse desde mui
•••••••
~~-
31
~..-
•••
iliooi
.¿- ~_
temprano a esta compasion jenerosa i
práctica. La madre que deja secarse
este corazon, profanarse estos labios i
comprometerse la I'ealizacion de este
destino, atraeria sobre su cabeza una
gran responsabilidad.
El cristiano es un héroe eventual, un
héroe en potencia, ha dicho uu autor
protestante (Vinet.) Lo mismo puede
decirse, en mi concepto, re6pecto de la
caridad, del corazon de la mujer. Este
héroe en potencia solo aguarda la oca·sion de serio verdaderamente
i en acesta fusion de v las que se inclina tan corn· cion, porque tiene toda la magUllUimlpletamente a la unidad, i que, no obstante, dad necesaria pal'a mostrarse tal.
se acerca o aproxima tan verdaderamente
Al ver a esas pobres niñas cuyos 1m"
a Dios, el pie que pide ausilio, ¿ no siente pl11sos caritativos ahogan las madres,
cierta desconfianza, prevencion, i, flnal. esperimento esa impreslon de aguda
mente, cierta pena al recurrir a la mano
que quiere socorrerle? 1 a su vez, ¿ no se tristeza que debe sentirse al ver a un
aparta esta, no se comprime i contrae al jenio desconocido muriéndose de hamaproximarse el pié. a quien recibe como bre en un pobre lecho. Paréceme esun ilJlpartuno, cuyas Impresiones i pade- perlmentar ese dolol' taciturno en que
cimientos nada tienen de comun con los se ve sumerjldo en la playa III armador;
suyos? En vano resuena en nuestro aida la cuya nave portadora de su' fortuna hace
voz del Apóstol: siempre olvidamos que I zozobrar su capitan iDespedo a vista de
somos miembros de UD mismo cuerpo cuya la ribera. j Ah! i Qué va a ser de esos
cabeza es Jesucristo, (San Pablo.) l, en tesoros del corazon absorbidos en la
verd&d, esta ~ab-eza sagrada no ba declinado como nosotros esta solidaridad que mar de las preocupaciones mundanas?
les liga a los demas miembros; i la mano ¿ Qué va a ser de ese jenioenvuelto en
enferma i el piè fria pueden siempre apro- el tupido sudario de los goces materiaximarse a ella para que los cure o Jas les? i Qué van a ser:' Demasiado la
caliente, 1 ella no se retira a su contacto sahemos. ¿ Quién Œcnentra el cargadoloroso, sino que dice hoi dia coUla en mento ue Lilla llave, despues de un
otro t"3mpo: Trae tu mano, e introdú~ela completo uituf:-aro?
en mi costado: acerca tu dedo, e introSinemIJarg'l, !la pudiendo estluguirse
dúcelo en los agujeros de mis manos, (San
Juan.) Ab ! este gran cuerpo social, que '511l¡i~" í e¡¡tùi aror.nte el calor natlvo del
parece ya un cadáver helado. no se ball1 , crrc<.oo, se ùJ&viará de su curso natutan enfermo, sino por culpa de sus miem· ral: en vez de amar la niña con una
bras, cuya ceguedad rebusa estos asilos pasion santa a los pobres, i Il Dios en
divinos, desconoce sus funciones i los lazos SlIS ¡¡obres, abrirá su alma a otros senque los unen, les hace vivir con una vida timientos, i tal vez Il pasiones que solo
separada ¡personal en ]ugar de reunirse , la pluma tan especialmente mística de
juntos en una sola vía, una soja vida ¡una
sola verdad. Yo soi la vía, la verdad i la , algunos de nuestl'Os novelistas modervida, (San Juan, ) [uera de la cual todo ! nos podria calificar de santas.· Este
es disolucion i muerte.
~. Sabido es el lenguaje, tan a la órden
Si quisiéramos ensayar todavÎa la cari- del dia, de cierto jénero de literatura; ese
dad, esa caridad activa i sincera que deben lenguaje en que hormiguean, como otras
teñer entre sí los miembros de un mismo tantas blasfemias o faltas de sentido, las
cuerpa; si quisiéra IUDS ser consumidos an palahras de Iielijion, de Santo,de Divino,
la ullidad ( San Juall ) i realizar asl e] vo· ¡ de Cl'isto. de Evanjelio, etc, Ah! Al leer
ta supremo de nuestra cabeza moribunda, I estos autores, ua le queda al cristiano ni
el cadáver helado entrada en calor. el cn. aÚu el consuelo dc poder decir a Dios:
fermo se reanimaria. i sent{mdose el muet'· i Señor, perdonad/es,
porque nCl wbl'n
to comenraria a hah!u : San .luan,';
10 'I"f l¡a(:1'1I r
32
BIBLIOTECA
jenio desconocido i lacere do se envolverá en el sudario, se sepultará eu el
yo, i morirá para ceder su sitio a la sed
de los placeres. al' dan de obtener triuofos, al culto de las comodidades.
Una vez encarrilado el movimiento
de espansion. el alma, adoptando una
marcha retrógrada, se comprimirà mas
i mas diariamente, l, segun un dicho
vulgar, le quedará a lo sumo el espacio
necesario para ser f{loista a duo. Pobre alma 1 Pobre niña! Ah! Aunque
por esta vez tuvierais que infrinjirlas
prescripciones maternales, volveos nuevamente bácia el desgraciado;
buid
del desbordamiento i de la inondacion
del egolsmo, i decíos, COD la mano en
el corazon, como el jóven poeta, dándose un golpe l'n la frente al ver la
muerte: «( Ah, babia aquí algo bue~
LITE8.ARLL
""---~
----""'~
(San Mateo, San Lúcas, San Márcos. )
Hijos mios, dice, os fmporigo un man;'
damiento nuevo; amaos como yo os
be amad() (San Juan. ) ~lIndamiento
nuevo, en efecto, porque El amó a los
suyos hasta el fin (San
I
JUl1o. )
I nos
amó "asta la muerte de la cruz ( San
Pablo.) Mand~miento que debe resoDar en nuestros oidos como la voluntad
suprema i postrera de un padre; mao-
" Bienaventurados los misericórdiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia_
"Daal
que te pide, i no vuelvas el
rostro al que gu iere que le prestes.
«Amad a vuestros enemigo$; haced
bien a los que os aborrecen.
« Haz a los demas todo lo que quieras
que hicieran contigo.
« En verdad os digo que quien quiera
que dé solamente uu vaso de agua fria a
DO."
uno de estos mas pequeños, soi yO mismo
quien la recibe.
1vosotras, madres, no olvideis esta
«Mal servidor, pues que te he perdopalabra: <l Hal algo bueno ahí dentro,"
nado tu deuda, ¿ no debias tambieD tener
porque este algo es un jérmen de caripiedad de tu compañero?
dad, i Dios, la falllilia I la sociedad os
" Si quieres ser perfecto, ve i vende lo
que tieues, i dndlo a los pobres
pedirán ~l1enta de ello un dia •
• i Ai de vosotros. escribas i fariseos
Por mal' que baga el mundo, no cambia la moral de Jesucristo, i solo ella es hipócritas que diezmais de la yerba bueua,
j del eneldo, i del comino i habeis despre·
espíritu i VI·da. ( San Juan.) El Salvaciado los preceptos mas graves de la lei, la
dor nos recomienda la caridad por do justicia i ta misericordia i la fe!
quiera i siempre; la quiere a toda CQS'
« i Ai de vosotros, escribas i fariseos
ta i solo promete mIsericordia a los hipÓcritas, que devorais las casas de las
hombres misericordiosos. (San Mateo.) viudas con el pretesto de vuestras largas'
Anatematiza la avaricia I la dureza de oraciones! Por esto sufrireis un juicio mas
ri guroso
corazon donde quiera qoe la eneueut"e.
" Entónces el Rei dirá a los que estén a
(San Mateo, San LÚeas, San Màrcos,)
SlIn Juan.) Juzga a los hombres segun su derecha,,: «Venid, benditos de mi Padre. poseed' el reino que os está preparado
las obras de misericordia qoe han prac- desde el principio del, mundo.
ticado, o segun las que han omitido.
" Porque tove hambre, i me disteis de
(San Mateo.) Resume toda la lei en comer; tove sed, i me disteis de beber;
dos preceptos de caridad. (San Lúera peregrino, i me recojisteis; desnudo, i
cas, San Márcos, San Mateo.) 1 me vestisteis; enfermo, i me visitaisteis;
constituye la perfeccion misma de esta estaba en la cárcel, i fuisteis a verme.»
«Entónces le res[ionderán los justos,
lei i del hombre en el abandono total
diciendo:
¿ cuàndo te vimos
de sus bienes a favor de los pobres. " hambriento "Señor:
i te dimos de comer; sedieu·
I to i te dimos de beber; cuándo te vimos
'. Jesucristo insiste verdaderamente en peregrino, i te recojiOlos, o desnudo i te
el precepto de la limosna con una perse- cubrimos; a cuándo te vimos enfermo a .
veranda i una fuerza capaces de hacemos en la cárcel, i te visitamos?"
renexionar, i sobre todo de inducimos a
" 1 respondiendo el Rei, les dirà: "En
obrar. Escuchad las mismas palabras de verdad os digo, cuantas veces la hicisteis
este caritativo Salvador, segun el Evanje-. con alguno de estos mis mas pequeños
Ho de San 1\Iateo :
l i hermanos, lo hicisteis conmigo."
LA
MUJER
CRISTIAl\A.
damiento que todo cristiano está obligil ..
do fi meditar, i que una madre debe
tl'asmitir diariamente a sus hijos, Mas,
paru dar le el espíritu vivificador con la
« En!ónces dirá tambien a los que esta·
rán a la siniestra: « Apartaos de mí. malditos, al fuego eterno, que está preparado
para el diablo ¡sus ánjeles,
« Porque tuve hambre
i no me disteis
de comer; tuve sed, i no me disteis de
beber; era peregrino i no me recojísteis j
desnudo, i no me vestiteis; enfermo i en
la carcel, i no me visitasteis .•
« Entónees responderàn tambien
estos,
diciendo: «Señor:
¿ cuàndo te vimos
hambriento. a sediento, o peregrino, o
desnudo, a enfermo, a en la cárcel, i no te
servimos ?»
« Eutónces les responderá,
diciendo:
" En verdad os digo, todas las veces que
dejasteis de hacerla con alguno de estos
pequef1os, dejasteis de haverlo conmigo.»
Il 1 estos irán al suplicio eteroo, i los
justos a la vida eterna.»
Despues de semejante sentencia. parece
inùtil abrir aùn el Santo Libro, i da tentacion de detenerse, diciendo: « El que
tiene oidos para air, oiga ¡practique,"
Sillembargo. prosigamos. Algunas palabras del Salvador han sido referidas por
todos los "~vanjelistas, i. sinembargo, cada
uno ha sacado de esta mina tan rica teso·
ros particulares.
Hé aquí las palabras espantosas i conmovedoras del rico avariento i del sama·
¡'itano:
« Había un hombre ríco que se vcstía de
grana i de lino lino, i todos los dias comia
rspléndidameute.
« 1habia un pobre llamado Lázaro echa·
do a la puerta del rico, todo lleno de
llagas.
((1 que deseaba saciarse con las migajas
que caían de la mesa del rico i nadie se
las daIJa, i los penas venían a lamerle sus
llagas,
" 1sucedió que murió este pobre. i fué
llevado por los anjeles al seno de Abra·
hamo Murió tambien el rico, i fuésepul.
lado en el infierno.
• 1 levantando los ojos euando estaba en
los tormentos, viô de léjo5 a Abraham i
a Lázaro €U su seno.
(( 1 clamó diciendo: «Padre ALrahalll,.
kn compasiou do mi. i emía a Lúzaro para
'lue, mojando en ngua la puuta de su {lo·
do, mo l'eil'csquo la IcUgU<LpO\"l.!ue :: .•
!~rrm('nt,J.do
cil cstdi~ lîatDJS
,:QT:1EG,\
S'
letra
lJO
33
sc limitará a decirles tambicn :
Hijos mios, amaos, sino que les insinuará la práctica de este amnr con una
constan te aplicacion;
pe1'fumarti con
((1 le dijo Abraham: "Hijo, acuérdate
que durante t\l vida recibiste bienes ¡Lazara al contrario. males; i ahora es él con.
I solado i tÜ atormentado."
" Yendo uu homure de Jernsalen a Jericó, cayó en manos de unos ladrones. que
le robaron, i habiéndole hecho muchas he.
ridas, marcharon, dejándole medio muerto.
n 1 sucedió que vino por aquel camino
un sacerdote. i, viéudole, pasó de largo.
n 1 de la misma suerte
un levita que
llegó cerca dc aquei paraje, habiéndoic
visto pasó adelante,
« Pero un samaritano que iba de cami·
no llego cercn de él, i, viéndole, fué ma,
vida de compasion.
" r acercándose. echó aceite i vino eu
sus herid~s, i poniéndole sobre un jumen.
ta le llevo 11 un mesou, donde tuvo cuidado
de él.
" 1 al dia siguiente sacó dos d~narios
i
los dió al mesonero, diciendo: ,; ten c~idado de cse hombre. i todo la que gastares
de mas yo te la pagaré cuando vuelva .••
<l¿ Quién de estos tres te parece que fué
el prójimo de aquel que cayó eu mallOS de
los ladrones?
<l1 respondió el doctor: « El iJue uso
de misericordia cou él."
<lIle dij;¡ Jesus al doctor: « Ve, i o)¡ra
de la misma suerte."
Escuchad aún al mismo E"unjclista, lJ
mas Lier: a Jesucristo:
<lEl tlue tiene dos vestidos, dé uno al
que no tiene ninguno. i e1llue tiene de qué
comer haga la mismo.
(, Da al que te pide. i si te quitan lo que
es tuvo, no lo reclames.
{(Sed misericol'diosos, como vuestro Padre es misericordioso,
{(Dad, i se os dara. Se os echara en cI
sella una medida colmada i que se derrame porque eDIl la m¡sma medida con <lue
midiereis a otros so os medira a vosotros.
« Dad de limosna lo que os sobra, i todo
sera limpio ¡wr~ vosotros,
" Cuaudo tuvieres alguu hauquete. cou.
viàa a los pobres ¡alas tull¡dos,a los coíoS i 11 los degos.
,,1 scl'ils bieLJa\'cuturatlc.' [lCl'que lin
pueùcLJ ICCOlllpCll;;;JI'le :, pero te sc l'CliOn!,
pC!J.::'i1,l'•.t . ~L !~ '(r:\:~<,urr-'\:cion di', 1'.'5 !US~~-;
; ;(,r;h')lC\r'f
:_~~nr~n;;flC tJ3 rH~¡h'?~;:~? ln
BIBLIOTECA
LITERARIA.
34
.•..--- -""'- _._-..-~'-~~~~----~~~-~~~-~~-""-~---""-----~'-""-----'~
~
--
-
ella, p¡>r decirlo así, todos sus actos,
la caridad sin imponerleninguna.
Que
siguiendo este precepto del Apóstol ; sepa algunas veces no solo dar, sino suObrad siempre con caridad. ( San Pa· frir privaciones con este objeto.
blo.) Entóoces,
únicamente
entónces,
Sé bien que DO podrán aliviar sus
hará de ellos cristianos, i no solamente I recursos personaJes muchas miserias;
héroes eventuales, sino, si .cs permitido pero aqui se trata de un aprend.lzaje
hablar así, héroes en activo servicio.
que no hará ménos fructífero la poca
La caridad es injeniosa: por eso los importancia de los donativos. Por otra
que la enseñan, realizándola en su mas parte, i aún considerando, bajo el aselevada esfera, necesitan ser tambien
pecto del mérito que tienen ahora las
injeniosos: deben emplear todos 105 me· limosnas del niño, el dcnario dado por
dios grandes i pequeños sin temor de la viuda i recibido pOI' Jesucristo,
no.
bajarse algunas veces, pues 5010 pueden
era sin duda alguna una cantidad mas
triunfar a esta costn. Perla deslumbraC'onsideruble, el vaso de agua por el
dora, diamante magnífico de la celestial
que se promete una recompensa,
no
Jerusalen,
III caridad
cae de los cielos tiene, en mi Juicio, un valor mas elesobre la tiel'ra como un meteoro IlImivado;
i ya sabemos que en el peso
nosa ; pero aunque desprendido del cielo . del santuario sc valúan nuestros actos
i cayendo de mui alto, es necesario a por nuestras intenciones. El que tiene
veces inclinarse
para recojer ese diapiedad de los desgraciados, presta a
mante.
usura al Señor (Provel'hios), nos dice
Inclinaos, pues, si es preciso, madres
el Señor mismo;
cristianas, i no ós levanteís sinodespues
Asi, puede concederse al niño como
de baberlo encontrado. lluscadlo a vuesun premio el permiso de disponer en
tros piés, en la yel'ba de 105 senderos i favor de los pobres de un vestido, o de
eu todas sus revueltas; inventad estracualquier otro objeto de su lISO, i, al
tajemas, emplead mil ardides para hacontrario, debe ser un castigo impedirle
bituar al niño a todas las prácticas de llcercarse a los pobres i dársela. *
---------------Las circunstancias proporcionan hosjustas, para que cuando lIegueis a faltar os ta lo infinito una multitud de medios
reciban en las moradas eternas,»
análogos, i seria tan sensible despreMuchas de estas palabras se hallan en,
d f
los otros dos Evanjelistas î .Jesucristo aña- cJarlos; como i ícil es enumerarlos tode en San Márcos: « Amar a su prójimo dos.
como a 51 mismo, es algo mas que 105 haIV.
locaustos i los sacrificios,»
Despues, comorcsúmen i sancion jenel'al de todos estos preceptos particulares
ûcasiónase, sinembargo, un peligro
de caridad; despues de habernos hablado,
San Juan, el lenguaje mas afectuoso fácil de preveer i cuyas consecuencias
del amor; des pues de habernos llamado son mui funestas, glue consiste en hahijitos suyos i amigos, nos dice: «Este es llarse en contradiccion los principios con
mi mandamiento:
que os ameis como
yo os he amado. El mandamiento que vo
* El alma del niño, abierta a toda clase
05 do~es
que os ameis unos a otros:
de impresiones, las recibe i las conserva
en esto, dice tambien,. se recoDocerà que tales como sele dan. El mismo acto puede
sois mis discípulos.»
llegar a ser, segun ]a \'oluntad i el buen
1 ahora, si queremos acudir a ]as epís- sentido de 105 padres, una recompensa o
to]as de los Apóstoles, hallaremos en favor un castigo, i no se sabe bien el colorido
de la limosna exhortaciones a mandatos
particular íJue imprime a un objeto el asno ménos preeisos ¡abundantes;
pero rue ' pecto bajo el cual se le considera desde la
parece que puede bastar la palabra del infancia. Constituir la recompensa de un
:Maestro, sohre todo cuando se espresa en deber en e.1 cumplimiento mismo de un
estos términos:
« dichosos los que beben
deber, i hacerlo cODsiderar como tal, es,
de esta agua, porque no tendrán mUJca plies, un talento inapreciable en una madre ..
sed.>
II
en
LA
n,."+ .•
~-
__
-""'"""""_~_~
MUJER
-
CRISTIANA.
-..,,--...~~
35
•••
~~
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la conduc.ta de la madre. Jamas conse-Il ..ta hipocresía 1 No lo creo asi, i bien 1.0
guirá mover a caridad al corazon de su i demuestra el mundo.
hija una mad~e egoísta, una madre q~e ,1 Contad, si podeis, esas jentes de dos
tenga que declrla: « Haz lo que te dt- I caras, tan amables en una sociedad,
go, pero no hagas lo que yo hago; » i tan déspotas i egoista~ en su casa:
P?es no se ,la o~edecera ,~unca., ~orque contad aquellas jentes cuyo~ Witos condirá en su mtenor l~ nlIla: ~(SI fue- tra la corrupcion sirven pal'a que se
l'an buen~s los cOllseJ~S?c IDI madre,
olvide quc alargat'on la mano a quien
los pondrla ella e? pra~tlca, ~).Tal vez, quiso sobol'llarlas, Contad todas las prono obst~nte, se pl e,stara ~a D1Wla todo, • mesas flue se bacen eon la intencion
para eVI.tar las le~clOnes I I.~moral ma~ I formal de no realizarlas;
todos los juternas, t la madrt: se regocIjará con los ramentos que se pl'Onuncian con la fir:es~ltados que ha~rà obten~~o. Pero me resolucion de no cumplidos. Contad
~ trJSte~ resultados - Esta mna ha.brá todos los sepulcros blanquea(los;. toprendido a oculta~ hasta sus sentlmlcn;
dos las qce ceban cn hombros ajenos
tos as sagrad?s,' 1 su madre le. habra
cargas que no quieren tocar ni aun con
e?S~llado un VICIO mas: i la hlpocrela punta de sus dedos (San Mateo), i
sla .
decíd si no merece nuesti'u ~poca, juzi Ah! Si es la hipocresía, como se ha g:lda por nosotros tan favorahlemente,
dicho, ~tn homenaje que tributa el vi- oir tambíen estas palabras que se escacio a la virtud, es un homenaje que le paron a la ind ignacion de Jesucristo:
cuesta mui caro, Es un vasalloque se ¡Ai de vosotros, escribas i fariseos
rebela i presta )ur.amento de fidelidad a hipÓcritas, que limpiais. por juera
su soberano con un puùal debajo de la la copa i el plato, i os hal/ais por den·
capa: es un traidor que parece some- tro llenos de rapiñas e impurezas!
terse pal'a eon8pil-ar mas fácilmente.
(San Lúcas.) ¡ Az' de vosott'os, q~teen
i Ah r la yirtud dispensaría gustosa es- lo esterior pareceis justos, pero en lo
te homena.ie; porque si se sospecha de interior estais llenos de hipoc'I'esía i de
ella, i se la desconoce i calumnia con iniqt!idades! ¿ cómo podreis evitar el
tanta frecuencia, i a quién se la debe si- fuego del infierno" (San Mateo.) Decid
no a los que tomaron sus rasgos para ahora, decid, despues de haber echado
arrastrar los por el lodo 1
UDa ojeada en torno vuestro, si puede
La hipocresia no es ùe nuestro siglo, Ulla T?adre d~scansal' únicamente en .~l
se dice. Así es en verdad si no COllO- csp!ntu del SIglo para enseñar a sU hila
ceis otra hipacl'~sia que la r~lijiosa; por- la franqueza i la re~ctitud. i Oh, no ! En
que hasta el dia no han sido suficientetoda e,dad es el ejemplO un po.deroso
mente honradas las prácticns dlJ la Re- ,atractivo;
~ero CUall?o da este eJe~plo
lijion, para que se ocupase nadie en fin- . un~ madre, I a Ulla Ol.~a de que es Ido·
jirhs. Roi volvemos II ellas; nosotl'as 110 I ~?delo, a una mua cuya mayor
lasmuJ'eres sobretodovolvemosllel13s
!amblclon se traduce en fl'8ses como
'd' o sere como mama.'1
i hallándose " mezclada siempre la zizaña, 'tI es as: ¡ euan
con el grano, volveria a aparecer tam- i Si fuese yo co~o mamá! ~rra~tra,
bien esta especie de disimulo, Pero, aun manda, ~ncadena, !todos los morahstas
dejando esto aparte, usurpando la hi- de .la tIerra son Impotentes para ~~spocresla del ser vicioso, la reputarían
tl:U1r1ehasta la ~dad en que la ~~hJlOn
del hombre honrado, del malo que pre- bIen comprendida ensena a .la Illua ~otende aparecer bueno ¡caritativo, i del das las faltas de su madre 1 ci camlDO
que pone or"u:tosamente su nombre a .que debe seguir para preparadas. Pero
la cabeza de "una suscricion que publi- Ii' i ai! i Cuán triste. i difícil ,es recorrer
can los periódicos, miéntras deja morir entonces este camInO 1
de hambre a su puerta a una familia 1\ Jamas espresaremos suficientemente
desgraciada, i ha desaparecido jamas es-[ la noble i santo, i nun a veces dulce,que
n:
1
36
BIBLIOTECA
LITEllAIUA.
I
es la ml.sion de una madre; mas para crearse con ellos, ncariclarlos, o despacumplirla debidamente es necesario charlos, segun su capricho; I cuando
censura el sistpma de cduc8cion que
mucho valor. No ya ese valor impetuoso, que asi como hace ganar, hace emplea la madre, cuando se queja de
perder tambicll las batallas; no ese va- su indolencia, de su debilidad a de su
rigor sobre este punto, piensa haber
lOI' irreflexivo cuya fogosa precip1tacion
se lanza ante el peligro sin calcular su llegado a las columnas de Hércules de
Œtcnsion ; sino ese valor paciente de los sus deberes para con ellos.
I Dichosa todavía la madre que puesantos, cuya lucha ignorada se sostiene
sin ostentacion i sin ruido; ese vafor al de quejarse solamente de que no se Ir.
cual no desalienta, ni la tenacidad del ausille! j Hai tantas que ven destruida
con Jas palabras o los ejemplos de un
enemigo ni la duracion del combate;
ese valor desconocido a sí mismo, pero marido la obra que ellas edifican il coscon el cual se vence, porque es su apo- I ta de mil fatigas i de mil sufrimientos'
j Hai tantas que se ven obligadas a ocul·
yo Dios, su guia la conciencia i su motarse para enseñar la virtud a sus hijos,
delo Jesucristo.
,
Este es el valor que necesita una ma· i cuyos contínuos sacrificios solo obtiedre ; una fUflrza de resistencia, i, sobre nen indifel'encia, desprecio, i a veces
todo, de persistencia. Nu es obra de un enojos! j Nobles i piadosas mujeres! si
día, sino de toda la vida; exijiendo to- apesal' de estos dolorosos obstáculos
Henais enteramente vuestro deber, ese
dos los instantes i bastando un momenmartirio ignorado en la tielTa brillará
to de cobardía o debilidad para destruir la obra de muchos años, o para con magnífico fulgor en el sol de la
hacer que 8e olvide con sobrada fre- eternidad.
Pero tendránse en cuenta sus padecl
cuencia.
Es vc¡'dad que no ôeberia ser solo la I mientas aún en el mundo, i atraerán,
madre la que prestara fi sushi,los los I no solamente sobre si, sino tambien so
cuidados que reclaman esta fucl'za i es- bre los hijos i sobre el padl'e, objeto de
ta paciencia: el padre podda tambien sus lágrimas, Jas mas eficaces bendicio·
participar de esta fatiga, a por lo ménos nes: paralizarán los peligrosos efectos
aliviar a la madre de ella. Asi deberia del ejemplo, i realizándose su tarea fi
ser sin duda; pero i, habremos de de- despecho de toda oposicion, será ella
ch' que es unn rdi'a ¡¡scepcion un padre misma su recompensa.
i Of¡ Dios! Vos sabeis nuestra vida,
que cumple de esta suerte con sus dedicen estas madres; Vos /¡abeis puesto
beres?
Es mils cómodo ser padre a medías, nuestras lágrimas en vuestra presenposeer este titulo, aceptar sus der(~('h()s, cia, camu nos prometísteis (Salmo) j í
declinar sus ('argas i abdicar' sus deberes eontemplando Dios en ellas el magnífico
('Il manos de la madre.
La educaciou de espectáculo del justo luchando con cI
los hombl'es, ménos cristiana que la de I infortunio, dos combatientes tan dig-la mujer i sobrado esterior pHI'a ense- 'nos de ocupar sus miradas, segun el
iiarll's a renunciar él ellit i ('ontraer el dicho de Sénecll; Dios que, CD efecto,
hábito de la abllt'gacíoll, les hace débi- recoje sus lágrimas i Jas emplea en esles i tímidos respecto de las molestias cribir nombres en el libro de la vida,
cotidianas. ])escolloclm, la cicueia de la dl'clllra por su Pl'Ofeta que obtendrán
sujeeion, porque no se cns('j"w cn latin! et premio de sus padecimientos i que
ni en gl'it'go, porque es 00 problema que ella,ç serán hartas. (Isaías.)
Et ,usto que da su t'ida en sacrificio,
Ilo tieue términos matem¡it!cos, i, por
consiguil'llte, ínsoluble. El sacl'Ífieio es verá una larga posteridad, dice tamuna .~ustancia que no se analiza ni se biell 1saías. Pues oien: esta existencia
descompone, i cuya clasificacíon igoora de ten;ores i de llantos, I'cservada en
el nnturalista, i mas aún el físico i el nuestrOs dias Il mas de una mujer crisquímico, Un padre tiene hijos para re- tiana, es ci sacrificio de la vida, al mis-o
I
LA
MUJER
CBISTIANA.
37
Pero si es madre esta mujer, ¿cu{deg
ban de scr suslemores i SIlS angustius ~ Cada palabl'a, cada accion fIe.!
padre la estremeee por sus hijos. ¡Es
tan dificíl i tan penoso hacerles comprender que dehen obl'ar de otro modo
que su padre! l, sinembargo, es prcciso llegar a este puuto, aun (¡\le lo mas
tarde posible. iempleaudo entonces todo
el tacto, toda la prudencia con que ha
dotado Dios especialmente a.la m~~er.
Enséiwse, por ejemplo, al ~iiio quc
ha llegado a la edad de la razon, que
está obligado Il oir misa el domingo i
ayunar cuando lo manda la Iglesia, a
respetar la Relijiou, a UD hablar nunca
de elln Iijeramente. Pues bien: este
niüo, que oye con un oído a su madre
que le da estas lecciones, oye con ot.l'o
a su padre reirse de las prácticas que
ella le enseña, vanagloriarse de omitirlas i denigrar el orijen de que provienen. ¿ No es de temer que en medio dc'
p.stos malos ejemplos se desli(1e el niÏlo
poco fi poro por la deplorable pendientc
a que le atraen su padre i la concupiseencia? J No son las leyes de la gravedad las mismas respecto de la moral que
de lo físico, i no descienden las almas lo
mismo que los cuerpos con mas facilidad
que suben1 Asl como para sostenerse
en el espado o en un disco resbaladizo
es necesario el ausilio de otro, asl para
que un niÍlo se edu(iue cristiana mente
al lado de un padre ¡rreHjioso, es pre .ciso que le ayude en primer lugar la
.:, Este amor que se alimenla de aIme- mano de Dios, i des pues la de su madre:
gacion. halla su recompensa tambien en ' la primera ya sabemos que no le faltará:
esa lidelidau secreta a las cosas requeiJas ocupémonos de la segunda.
qne le pouen en correspondencia mas es·
Una madre que quiere preservar Il sus
trecha i como en conlidenda con Dios.
precisamcnte porque :f;! es su mismo tcsti· hijos de la impiedad coutlljíosa de su
go i juez. Los ojos del padre que miran padre, i hacerlcs al mismo tiempo bueI~U seneto,
pal'eeen vel' eon mas compla. nos cristianos I buenos hijos, debe inl;enCÎa los sacritîcios que no disminuyen sistir en todas sus leecionès sobre el
cn nada la vanidad i el amor propio, i respeto i la obediencia debidos il los
('uva llama sc eleva h<ida :Éldirectamente
que Dios nos ha mandado honrar espe(Estudios filosÓficos sobre el Crist/anis:
cialmente;
respeto en virtud del cunl
ma, par AUGUSTO NICOLAS,)
no es permitido investigar ni sus accíoHe Quiero que sepais <]uetodo hombre
tiene por ¡cfe a Jesucristo i que la mujer su('risto. asl deben estado las mujeres Cil
tíeue si hombre por jefe, i lJue Jesucristo todo a sus maridos, Si la~ mUjeres quicrl'n
tieue por jefe al mismo Dios. Pues bien: instruirse sobre alguna cosa, <lile pregunten a sus maridos, (San Pablo,)
3sí romo la Iglesia se halla sometida a Jemo tiempo que una vida de sacl'Íficios; i
(lsi estas mujeres tienen el derecho de!
I.:ontar con la larga posteridad prometida I
por Dios; posteridad espiritual, mas;
eonsoladol'a i mas gloriosa que lo será i
nunca III mas bl'Íllante jeneracion.
¡
Estas almas tan perfectamente tcm- \
pladas i esperimentaclas con tal dureZll,
abundan tal vez mas de lo que se cree.
Yo he admirado Il muchas en estas difíciles posiciones sio que hayan desmayado nunca, ni mostrado resistencia,
por tanto, si el deber no lo exijia : ántes
devoraban sus lágrimas en se~reto i
ocultaban sus padecimientos a todo el
mundo, sin que nadIe sospechal'a sus
sacrilicjos. *
Si se reflexiona, no obstante, en él,
se comprende cuán dolorosa es la vida
de una mujer unida a un marido que
ofende sin cesar al Dios a quien ella
ndora, al Señor a quien ella teme i a
la Relijion que vellcra: a un marido
cuya voluntad, en guerra con el cielo,
prohibe cuando Dios manda, manda
cuando Dios prohibe, i quicre hacer
odia¡' este objeto ùnico de su fe, de su
~sperl'lllza i de su amor. No es posible
intimidad alguna en tal matl'imollio,
ni confianza ni felicidad. Para permanecer ('I'istiul1u uua rouier cu tal posi('jon, dehe l'star ('n defensa continua'
contra aquel a quim se le ha mandado
honrar i servir, i de quien hace la ReliJion su guia i su apoyo. ,'.
II
110
BIBLIOTÊCA
38
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-~.-..~
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LITERARIA.
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nes ni sus intenciones: debe insistir
mucho sobre Joaventurados que son los
juicios temerarios, sobre esa caridad
del eorazon, herida con mas frecuencia
por nuestros pensamientos que pornues·
tras actos, i sio la cual es solo una
hipocresía la bondad esterior. Para hacel' comprender i esplicar esta moral,
dará siemprè interpretaciones favorable~, aun a las acciones mismas que
soul mlllas segun todas sus apariencias,
habituando así al niño a considerar la
conducta ajena tan solo por este prisma
benévolo. Habiendo hecho espl!rimental' de esta suerte a su entendimiento
esa especie de preparacion, podrá espli·
carIe, sin hacer aún ninguna aplicacion
particular, los motivos que dispensan
frecuentemente de las leyes de la Iglesia,
motivos que se debe siempre st1pooer
que tienen aquellos que las infrinjen.
Si apesar del cuidado que tiene la
madre de hablar enjeneral, llega el niño
a hacer preguntas mas directas; si
pregunta porqué ha obtenido su padre
permiso para comer carne i no air misa
el domingo, le responderá que no se
puede sondear la conducta i las intenciones de un padre, mucho ménos que
las de otra persona; que, por el contrario, es un deber honrarle i no juzgarle, i añadiendo que ella misma jamas
le ha pedido cuenta de las razones de
su conducta; contestacion que será verdad, si obró ella hasta entónces como
mujer de tacto j de prudencia.
Pero si por desgracia es el padre, no
tan solo uno de los indiferentes del
siglo, sino un afiliado del antiguo ejército volteriano; si es uno de esos hombres que lanzan la flecha acerada, escandalosa i sofística de la ironía; si,
armado si~mpre del sarcasmo, sazona
con él sus conversaciones, a la manera
que siembra et hombre enemigo ta zizaña
en el campo del padre de familia, la
principal ocupllcion de la madre debe
ser alejar a los hijos de este terrible
sembrador, i cuando se hallen en su
presencia, dirijir la conversacion, o evi tllr al méuos que,recaiga sobre puntos
peligrosos. Slnernbargo, aún educando
así a sus hijOS, léjos de la influencia del
-
_
-...,.-""'"
-
~
~-
------
padre debe hacer que le respeten i se
le muestren tiernos i cariùosos, pues por
este amor injenuo i espansivo puede
esperar hasta una victoria. Estas armas
han hecho mella muchas veces en los
corazones mas secos.
Por la demas, cuando una mujer no
ha chocado nunca de frente con las fal·
sas ideas e impías cóleras de su marido;
cuando se ha mostrado constantemente
con él, dulce, amable, I'esignada i afeetuosa, es raro que no consiga hacerle
comprender la peligrosas que son sus
palabras Il fronlas para las almas inocentes i los espíritus vil'jinales de sus
hijos; i aún cuando !JO llegue a convencerle, consigue con frecuencia que evite
reincidir, porque no puede el marido
resolverse a atlijir un corazon que le es
tan amante, tan sumiso i tan adherido.
"Hai en el fondo del alma humana,
dice Augusto Nicolas, un instinto jenp·
rosa que rechaza la ingratitud i que
corresponde al sacrificio."
1 cuando el sacrificio es completo i
continuo, puede retardarse la respuesta
del alma, pero llega illfaliblemente.
j Ah!
será alabada a las puertas.
(Eclesiástico.)
Será bendecida en el
tiempo i en la eternidad la madre que
vuelve así los corazones de los padres
hácia los hijos, i los entendimientos
indóciles hácia la sabiduría de los justos. (San Lúcas.)
Cuando se halla mas fija i adelantada
la educllcion del niño, es imtJosible cegarle, como se ha tratado de hacer anI teriormente, sobre la conducta de su
padre; pero entónces, si es absolutamente imposible ocultársela o cubrirla
con esplicaciones que no sean desfavorabies; si la conducta del padre es tan
manifiesta i tal la perspicacia de la hija
que ésta comprenda la que bai de ceosurable en aquella, tiene la madre otros
medios para combatir su influencia,
tales como los sacramentos, las gracias
i ulla fuerza particular. Así, a la época
de la primera comunion de su hija, al
hablarle de sus deberes i obligaciones
para con su padre, insistirá la madre
sumamente sobre la necesidad de rogar
por él; le bará notar 1115 buenas cuall-,
I
LA
l\IUJER
CRISTIAN:\.
39
bien todos tus pecados.» 1 despues,
nada mas.
Eutóllces la niña se ocupa solo d~ liU
velo, condicion a sus ojos esellcialll!i1el
sacramento;
repasa maquinalmente en
su memoria la letanía que acaba de
enseñarle su madre, id,ice entre sí:
(l Puesto
q\le se reia marpá" no es esto
tan grave como yo pensllba.») ¡Fatal
impresion, oríjen de una .costumbre
aún mas fatal, la de mirar la confellm
como un acto ordinario, i verificado la
mismo, sill prepal'acíon i sin temor I
Sí, muchas veces la niñll no tiene
nada a casi nada de quéaqusal'se¡ jeneI'almente no recibe ti sacrll'mento, i su
cándida acusacioD no debe despertar la
terrible idea de sacrilejio ¡ pero vendrá
un cJia en que tendrà otras confesiones
que hacer, i con estas con~esiones, una
sentencia misericordiosa i terrible aun
tiempo miFmo que sufrir. Estamos,
pues, íntimamente conver¡cidos ùe la
, necesidad de obrar al principio corno
Uno de los dogmas mas respetables, I debe hacerse siempre; I hemos consiguno de los actos mas importantes de nado mil veces, en las luchas contra
nuestra misericordiosa I divina Relijioll,
nuestros hábitos, la tenacidad casi ines, sin duda alguna, la confesion, insU- flexible de Jas que hemos adquirido en
tucion tan eminentemente moralizadora,
nuestra infancia.
i que se halla tan perfectamente marNo bien termina la confesian, precada con el sello de la divinidad, que gunta la m:ldre a su hija la penitencia
parele habérselo impreso Dios, al modo que se le ha impuesto. Sin duda es que
que se marca en la pieza de moneda toma una prudente prccaucioo para que
a que concede el principe la garantía de aquella cabeza líjera,que podria olvidarsu efijie. Este acto solemne debe, pues, la fácilmente, aprenda a considerarla
celebrarse con el respeto debido a su como indispensable.
orijen i a la gravedad que reclaman sus
Pero la madre no se contenta con
efectos. 1, sinemhargo, ¿ es asi como esto; con una curiosidad femenil, le
la comprenden las madres cuando ha- hace una multitud de preguntas inúcen cumplit' con él a sus hijos pOI' vez tiles para recreal'se, i jeneralmente sin
primera, diciendo:
ccEsta pobre niña tomarse el trabajo de disimularlo.
La
nunca ha hecho mal a nadie; su alma niña responde, pero interiormente se
es inocente como en los dias de la ln- confunden todas bUS ideas con estas
fancia, ¿ por qué, pues, fatigarla con preguntas. Se le habia dicho que la
pesares i esplicilciones inútiles 1 Sin- I confesion era el misterio de su alma i
embargo, tiene siete años, es la edad I de Dios; se le habia dicho que nadie
requerida, i es preciso Ilevarla a que se tenia derecho para arrojal' allí llna miconfiese.» 1 la llevan en efecto.
rada indiscl'eta, i hé aquí quesu madre
Le ponen un velo en la cabeza, son-- penetra este seCI'tto i se introduce en
riéndose al ver el aire de importancia 1 este santuario. No Qbstante, la niña
que se da; be le repite, enumerándole \1 debe creel' i escuchar a su madl'c, parean tODO¡¡emi-sério, semi-irónico, sus que se le ha dicho mil vecesq.ue
tiene
pe(rleñaS faltas habituales;
({ Confiesíl siempr'(j razon, i hasta su confesor aca-
dades de su padre, su boudad, su ternura, etc, i atribuirá los defectos que
baya notado la hija a descuidos de
educacion, a al influjo de circunstancias
fatales que le rodearon: llorará con ella
esta desgracia, requiriéndola a redoblar
sus atenciones i consideraciones
para
con él, a fin de probarle que una hija
piadosa es al mismo tiempo una hija
afectuosa. Le confiará sus deseos, sus
esperanzas i sus lágrimas; denotará al
asociarse (\ su obra que únicamente de
ella I de Dios espera el triunfo, i así,
por medio de esta confianza que lisonjeará i conmoverá a la hija, prevendrá
toda impresion fatal, sin disminuir en
nada el respeto i el amor que debe
tenor a su padre.
Pero volvamos a las prácticas aplicables a la edad que nos ocupa.
v.
40
BIBLIOTECA
LITEI~AnIA.
bll <'e l'ecomendal'le el respeto, la con- :! prlída con tanta frecuencia, llegará Il
' ,a, la sumisioll mas absolutas para II fatigade i a dl~gustade ; sieodo incapaz
~' :1('lIa. ¿ Qllè drbe deducir de aquf, I su es píritu de una ¡¡tellcion tan soste·
'si 1.~IUe son falsas o exajeradlls las i,ns-II njda, se hab!tllürá. insensible?1ente il
~
t"ulJiones
del confesor, de la madl'e I de ¡ cac,' ~n, uua dlstracclOll vaga ,e IDdolclllos jpaest.l'Os ? Qlle son la~os que se em- I te, habito que cOllservará 1l~(J. c~audo
!llrah para en('adli'nar }a libertad d~ Sll Il' lI~gue il la edad ~n que prlllclpmn il
razono I cllando jerlillllao ya seme,lan-j fijarse los pensamientos. Sil Cllerpo,
tes i,deas eo el niño, es mui de temer! que ne~esita imperiosamcnte mOvimi~?<Il.\,ç¡.leprepareo para afiliarse mas adeto, se librará, a despecho de toda Vljlla/llfe entre los I,ibres pensadores.
ll'al~cia i. sevel'i.~ad,. ~e la 5ujedon que
POI' fortuna no siempre discurre con! qUIere Imponelsele, I cuando llegue, el
tan buena lójica la niña. Bendigamos III momento en que .pueda caUS,lr es.ea~:
con M Guizot las vent1erosas inconse-I dalo, una postura Irrespet.u.osa, n,o.~dbla
cuenciwJ del entendimiento lwmano estaI en. otra. ,Para ~I lll~lOmUl Joven,
(lue la salvan de I~s ùesgraciadas incolJ- ~I;.~el'mIS? de 11', Il la IgleSIa d.cberia haseclll'ncias maternales; pero no contec~~sele lUIraI' el mo ~n premIO,. conce1lI0S demasiado COliesto; los razona-I dlcudoselo, a raros '?tcrvalos I sola-:
mientos cu,yas co"nsecuellei~s favorecen
mente en ,cII'('uns~~ncl3~.solemnes. "AS,I
las pasiones, se aprenden por si solos, ~onservarJa una ,1.~'pr:~l.O?de res~ctol
i pcnetrando co el eorazon, hallao a contento qlle no Sell3 lDutll a su pIedad
tod& edad entrada en el entendimienmas adelante.
to.
Desearía yo en la vida del niño, como
Como consecuencia tambien del res- I sucede en la del hombre, algunos de
peto que se debe a los sacramentos, i esos momentos que hacen época, i ell
especialmente a la eoufesion, es por 101 "que parece separaJ'se de su pasado p~1'a
comuo poco acertado lleva l' all'ecibidos
entrar eu una nueva vía; a la mllucra
II un niilo demasiado jdvcu. La Iglesia que el viajero al'l'oja, sal vando una cieacostumbra a llamar a recibirlos a los vada montañn, uua miraùa de ,despeniùos, a los de siete a¡lOs de edad; no dida sobl'e la eomarea quc recorl'ió, as.
nos crcamOll, pucs, mas prudentes que pil'3ndo despues con mas fucrza hácia
ella; ¿ no se nos ha dicho: Estaré con el objeto deseado que ve desde la otra
vosotros hasta la consumacion de los vertiente. O, mejor dicho, esos mosiglos? (Sao Mateo.) Pues bien; .aÚn ment.os de emociones profundas, esos
cuando no nos lo mande la Iglcsla, par· dias do rcforma i de cambio soo, en el
ticlpemos de su espíritu, i obremos co- curso de la vida, corno csos pilares o
mo ella, i no temamos estravial'Oos.
estucas que se fijan en los caminos ouEn jeneral, no nos apresurcmos de- biertos de nieve para qlle guien i salven
maslado Il efectuar la mayor parte de al desdichado
que se estravfa co
los actos esenciales de la Relijion, 00 ellos.
mas"que Jesucristo al dccir u sus disciEste sétimo año, si supiel'an aprovepulos; Tengo aún muchas cosa,ç que charse las obligaciones que nacen casi
(leciros, pero na podeis comprenderlas con él, podria sel' uno de esos puntos
a!tora. (Sao Juan).
elevados que ocultan lo pasado, lino do
No echemos sobre nuestros hom- esos pilares índicadores que muestran a
b.,os i sobre virtudes nacientes. cargas todos la línea I'ccta i segura <le que no
demasiado pesadas, porque los encrva- I es posible separarse sin peligro. Deberia
riamos. (, Por qué se ha de llevar, por! Scr el L'urito de partida de todas las reejemplo, ántes de la edad de sicte ailos, t'ormas que se ejecutan ántcs de la pritoLlos los domingos a un llíiJO il misa, lUcra comunion, ci primcl' pasO en In
eoustituyéndole uoa especie de ohligavía de que es objeto este ¡!;rau sacra ••
l,
I
I
I
il
i
l'ion
de oirla?
Esta
ohligll('íon
1'(>-
Illl'nto.
-
LA
MUJER
CRISTIANA.
41
....r -.~
~
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- ~
or
"'""'r
En este año deberia comenzar la!
1 La col1fesion I Es el eje en t\>rnq
.,preparacioo a este acto tan solemne, ¡ del cual jiran ul mismo tiempo nue'stra~
.puesto que los años que median entre' virtudes pal'a aerisolarse, i nuestros vi,él no son mas que unu contjouaeion de' cios para destruirse; es la mina fe~un';'
,esta preparaeion ; pero debiendo pruc- da en que adquirimos el valpr para el
~icarsecon doble celo por parte de la I bien, i así mismo el crisol (lue p~rifica~
madre, i con 'ferviente atencion por par· . Es el hilo eléctrico por el cnal I)~S co~edel' niño. No es esto decÍl' que sea'; municamos instantáneamente
COrJ el
preciso privar al niño de los juegos i cielo;. es el canal del perdon't de lai>
~as idea,s de Su edad,puesto que basta a gl'acias; i .esasl mismo el's.~¡ni~erO que
pada dia su pena (San Mateo); i que no nos desembaraza del pecado i dl! .Ios
debe desearse a la infancia ~na juvenmiasmas deletéreos qu: esp~~fèa nuestud demasiado temprana, aSI como tam
tro alrededor. «Es, dICe Ol'l~~~es, COI}
J'DCOuna vejez prematura; pero es pre~ "su habitual rudeza. 4eespresiOQ,
el
.cisoque al permitil'le duraderas i rui- "vomitivo que nos ~ace espectorllr . al
,dosas recreaciones, i a\uo sohrl'cargarle
"mismo tiempo que nuestros pecados
.de ejercicios relijiosos, es preciso ha· "Ill causa interiOl' del mal/,pol'que
cerle practicar los que son obligatorios,
esta causa es el orgullo, i la confesion
.coo una formal.idad i esactitud que no es Su ejecutol'. i Ah, cuán cl,llpables sedebe nunca relajarse.
riamos, si por tedio, ~or~eQilidacl
o
Es necesario, e insisto sobre este, neglijencia le impidiéramos ~er todq
porque me parece capitill; es preciso la esto para el al.'I\ caya responsabilidad
,confesion, la cual debe considerarse
casi entera contral'mos al 4irijirl~! J
~para el n¡¡io como uo juicio al que llO debe ser un remordimiento ~?~rible papuede, sustraerse;
COmo un ttlbunal
ra la madre, cuando estravialil4Qse SU$
,donde se sabe I castiga siempre el falso hijos mas adelante, en medio da la~pa.testimonio; al pa~o tambien que como siones, piensa que les ha~privB4b
s~
un remedio poderoso, I como un reme- imprudencia o su inercia del guía 1Ua~
,dio que sana el corazon, como una seguro i del ausilio mas poderoso.
luel'za del alma, i el único I'eposo de la
«El problema de la sabiduría anUo
,conciencia. *
gua era: Conócete a ti mi$mQ: confiésate, tal es su solucion,J> ha dichQ UQ
'* ¿ Qué concieDcia cristiana DOtiene en filósofo moderno. Pero no existe esta
,efecto UDsantuario impenetrable, un San· solucion cuando se verifica este debe~
to de los santos en el que solo quiere i como un bábito, i no como un· actl)
puede dejar entrar al sacerdote del Señor? i
I ¿ cómo pueden suplirla los que no tienen misterioso cuya participaclon exije la
,este recnrso supremo? Ni las confidencias concentracion de todaS las ,fac,ul~ade~
,de la amistad, ni la compasion de la cari· del alma.
«Apostado en las primeras avenidas de
,dad, ni aùn la ternura vijilante de una
,madre, pueden reemplazar este sagrado la conciencia, este sagrado tribunal vela
ministerio del sacerdote.
miéntras duermen las leyes humanas.
, No siendo visitado i reparado el Santo '.~.~~---~.~~---"""-,"~,,,-,,~.~~~~---~
,de los santos, se destruye i ~ arruina, Las ¡qué espectáculo tan desconsolador se pre~
.virtudes ocultas que guard~ desaparecen senta a los ojos de ]a multitud!
.poco a poco, como las pinturas de las
No sucede así COD el saJ;lt,uarioque con·
paredes a la accion del tiempo; .dismíllú - serva el sacerdote con UD relijioso respeto.
,yense insensiblemente los instintos cris. Allí tambieu ejerce el tiempo Su aceion
'tianos, los seDtimientos elevados, i van a destructora, i se cria el moho, Ise. destru,cubrir el suelo COD sus restos; el ardor de yen los orn¡¡mentos, i carcolllel:tlt;l§gusala earidad, el valor de la adhesion, cuya DOS. i se doblan los maderos; pero el sa,única.i verda,dera base es la fe, ~e doblan cerdote lo repara todo, i lo sostiene I cons·
,como.una cupul~ cuyas vigas han carco-I truye ; I sí se desgarra el \1elo del templo.
mido los gusanos.'! si viene entónees algun fJ,ueda deslnmbra~a la muItitu~ al ver: I~.~
gran suceso a desgarrar el velo del templo, rIquezas que contiene,
I"l
l.
ENTREGA
6.
_
42
BIll
LlO
T il;, CAL
1 T E Il A III A .
la direccion suprema de esta intelijencia, me complazco en creer que nO se
oegará nUnca a emplear una "ijilancia
cuy~ falta, puede c()mprometerla., inocencia i la {ellcidad de su hijo. Asíes
que, la digo sin rebozo, no pongo en
duda su buena voluntad; pero jenerallIleDte DO tieDe en esta materia" como
co otras muchas, bastante deseoofianZ8.
Prohibe la lectura de uria obra I III dllJa
al alcaacedel oiño; i ¡cuánto mas gusto
no adquiere con esto el fruto prohibido!'
i Como si se hallase su1icientemente
arraigada una virtud de nueve a diez
años para recrearse en esperlmentarla coo las mas violentas tentaciones!
Por mi parte he esperimentado comunmente que resiste poco a los estímulos
de la curiosidad.
«Pero, me contestará la madr!', yo
VI.
00 me opongo a e~o:
pregunto a mi
bija si me ha desobedecido, i como /a
Hasta ahorR, i aunque ordinariamenttl
sabe leer un ninon los cinco a seis años, he acostumbrado 8 ser fl'anca, puedo
no ha ncc~si~do la madre vijílar sér a- fiarme de ella.»
j La babeis acostumbrado
a ser franmente sus ,lecturas, puesto qUt no se
ca! Sea en bara buena, puesto que /a
hallaba poseldo de esa avidez insaciahabels hecho adquirir el hábito mas
ble que semani1lesta comunmente'mas
adelante, ni se ocultaba para devorar precioso; pero tened en cuenta que si
Jibros de losqlle, por otra parte, aun procedeis de esta suerte, podriais fácil110 hnblera
comprendido nada. Hále mente perder/a. Si ha hojeado la olña
bastado UDBsuscinta colecclon de cuen- el IlbrO,sl le ba interesado su conteoido,
toscan grabados que ba vuelto a leer si tiene la idea de volver a hojearlo,
con una satisfaccion siempre nueva, j necesitará mucha fuerza para librarse de
que se ha procurado con la facilidad que la tentaclon deconservl1r esta esperanza
se tiene en el dia.
valién~os_e de una mentira. Por otra
Pero cuando ha llegado un niño a los parte, si no falta a la verdad, será
sietp, ocho 1 nueve años, se manifiestan
reprendida, puesto que sin duda alguoa
algunas veces en él el gusto i el anhelo 00 le direis qué confiese su falta para
por la lectura cOn la violencia de una aprobársela, por la que la negará allte
pasion. Todo es nuevo para ét; no está una perspectiva tan poco halagüeña; i
t3nquilizada por vuestra parte con esta
habituado a las frases ni a las intrigas
que prodigan desde haee tauto tiempo
respuesta, dejll;j~ todavla el libro a su
los autores; su irnaJiuacion, naciente i disposicion, i ~-.,Jña, alentada con este
hambrienta, se arroja con avidez sobre primer triuofo, continuará leyendo j
t'odOs lôsaliment6s
que puede pl'oeu- mintiendo. i Son tan agradables las.
I'arse, I n( hallándose ilustrada la su- aquas que se beben a hurtadillas!
ficiet;ite, p8~:i,dis~ernir los que le con(Historia rJe las variaciones,) dice
Bossuet, I oaturalmeDte, todo hombre
"icUl!n, ~l ~eIi¡endo bastante prudencia
para eO,ll;tljl~,
'-",'!S,ecola Cantid,ad necesa-¡ e.~falaz (Salm. )dice el Profeta.
ria. se abandPDa a l'xceSI>S de los que
AsI podráo seguir las cosas pormu.sil?m pre prbvf~~èB la mil'yof pllrt de , cha tiempo, i cuando advil'tais d'rolll,
los estravíos.
il:!
será ya mni tarde. Creedme; es mas
Siendo cstoasí, I teniendo la madre fácil i mas seguro preveoirlo que com-
estando atento al menor desórc.1en. preparando, los corazones al cumplimiento'
de,tljldos Jos deberes. públicos ~ .wciaJes,
por medio del cumplimiento íntimo de
los deberes, ,relljiOsoS, 1 preludiando aSí,
ElOel fondo ~e las almas-, por medio de
la armoníad~ las virtudes de perfcccion,
esa armonlade
las virtudes comunes I
sociales q"a constituyen las costumbres
pú,bI1cas.» (N~·colas. Estudios ftlosófi~
cos ~bbre el Cristianismo).
Apostada asfla confesion en las pr meras avenidas de la razan i de la vida
que tien~ el encargo de formar I de
arreglar, debe considerarse por el niño
como el tutor a quien se ha confiado su
fortuna eterna, como el consejero a
quien debe sumlslon i respeto.
••
LA
MU.IER
CRISTIANA.
b;ti;10~;~~eiad~I~~'do;;d;;ie~~1
q~~'~~t~
que le eneontreis, pues por poco que se del cuerpo, UDa gran debilidad o uua
bayaD untado con miel los bordes
la irritacion febril, i entónces s'erlapeor el
copa, tiene el niño sobrada propension
remedio que- la enfermedad. Sumltlisa \levar a eHa los labio\;.
trad a esta ávida intelljl;ln0illun alimen>
Pel'O,.ademas, haeedle considerar co- to sobrado abundante'jalÍp
delicado
mo una de las faltas mas graves la IM- para que no la dorplne, el
de pr.atura de uopasaje,
i aún de una línea, curarse otro; pero nq seil\) !antlclpels;
sin que le hayais 8utorizadopara el\o;
no desperteis .prematuramen~una
cui despues de una desobediencia de este riosidad peligrosa; no. 1!IOCei~al niño
jénero,privadle
por algun tiempo de en esas inesploradas -rejione:sque '0000toda Clase,de lectura: semejante prohi- \ cerá siempre sobrado tarde ;'.t¡o..os 'f. UDbicion ell un niño dominado de esta ,deis ántes de la edad conv~~iente en
pasion, producirá mas efecto que nin- il raciocinios profundos idifidh~~ ,de eogun otro castigo.
\Itender, pues este es ulÍo dElIqs ~rrores
Sinembargo, siendo la lectura, como i de nuestra época, amenazada de per-<
ya hemos dicho, un alimento, no se ha- \ del' la l'ozon con el abuso de 'los razonalia escenta de peligros esta abstinencia, I mientos. COll ellos se fatiGa i se dis~emaslado repetida prolongada, • por-I i gusta a los niños, s~ rlllsil~ comun• Los hijos del pueblo no esperimentao, ,í ~ente su eotelldlmlentp\
Iln vez l'le
como los de las clases ilustradas, esta sed II· Ilustrarlo •.
ardiente de que aquI se trata, Unos i otros l' '.
VII.
son conforme a la sociedad en que se ha, i
'
liaD, ejercitá~dose sns racultades i, l~ SU"¡' No terminaremos este Icapltulo sin
perabundan,Cla des~sd,eseos sobre dJ~tllltos : pronunciarnos eontra uu,
que ha
ObJetos., ASI la cur!osldad de I~s primeros llegado a ser universal pOI"la· vanidad
se ve solamente eXCItadapor objetos mate- ! ••.
riales i vulgares, notándose, en su conse- 1 ¡eneral d.e.Ias madres. oso, 110 ?bstante.
cuencia que son mucho mas industriosos i! tan perOlcloso en sus efectos, I comunmucho :Uas capaces de procurarse la sub. mente tan ridículo en SI:1Sresultados, i
sístencia. iaún tienen mas pronto cierta ,que debe/ian haber condenado nnál1icie~~ia de la vida, tan,to mas fácil de ad· I mes la razon i el amor propio.
qUlrlr, cuanto lJue su Vida, llena para ellos i Ya no hai nilïos se ha dicho muchas
de p~e~~upariones materiales, no presenta: veres,ri jamas h~ habido dicho mas
las \lSICltudes que la nuestra:
,
"vCfdadero bajo el aspecto cn que lo
Los segund.os se educan baJOotro orden
...
,'~
•.
de ideas. Temendo mucha mayor IJarte de consldelamos. ~En ,ez de nlU~s, tienen
civilizacion, tienen tambien mas necesida- las madres munecas ; pero m,uDeeas redes: cada conocimiento que adquieren les cargadas con tantos adorn!>!!, que para
trae i les crea necesidades nuevas, desarro· que no las estropeen no se .les puede
liando su int~lijencia. ,No obligándoles leí permitir que jueguen, ni aÚn que se
a~gt!na a aphcar cscl~Slvamcnte su :-nten I muevan con libertad. O bien son seilOdlml,euto ~ las neceSidades de la, Vida, se.ll1itas ceremonioslls i presumld.as tau
abre cammo por entre estos obstar.ulos el I
••
'
d"
sentimiento de lo infi', fIt i brotando con' I enterada~ de las mil as de su ~a I e, que
fuerza como los IlqJ;:A,,\ GÎnprimidos por' se creenan ~n estl'cmo hum/lladas en
largo tiempo, causaW'aJitacion anormal, I entretenerse en los verdade os.recreos de
advertida tan frecuentemente por los que lia infancia, i, sobre todo, ·9.ue esperiestud}an la ~lIfancia.,
,
" i mrntarian el mayor des.coIAu·e1li, en no
1 SI se qUiere entoncesue eVitar.los desor
pre.senta.r de.l.. mO.d.o
... lU. ·a.S.. ' f.~rO.,.I:¡). ·.b.l.e
....s.1.1
dene~ tan ,numerosos 9
c~usa sIempre
figura, su. talle i su pre?dl~o •..
u~a ,mvaswD,es p.reClSOalunen,tar ,~te ... Aco;lseJaU a LIlla rrfadre que dlSID 1_
ejt¡re.lto de deseos, 1 oCll¡Jar esta ImajlUa
l'"
d
clon emprendedora, no sea que un réjimen : noya s,us gas~os persona es' que ti opte
InéuDSjeneroso le haera pensar en recurrir '\ un tra.lesenclllo, que abandone la moda
al saqueo."
\, i ~us afectaciones, i tnl\ vez
encon tra-
de
~'$eo,
¡
°
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'So
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"II I
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..
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il~~.LIO
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tI 'ÍEâ
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rlll~.,4,lfi.Ç.Q.i.~d
.. e.nll.ac~dll.., a40pta.r.....
v.l1es·/I. ml~i,r tod.~sl.as,edad.~s!.~o.r o.tr•. paJ1.té".
ttP'$ Ideas Ii, pero babladle: dlles~ sepci •. no es p,oslble separar a lo~ b.eflllllDOSf
'r~~pect!?Ae'~~:b!i~ ¡ :d.efidle que he:ma~as de ':os pi.ñolh a ;1011 " pri,mosf
$~eri~q~e,~n.a :~~~t~àe ese: I~J.oexajep~lmas! pO,rsolo la d1fereqCJa dealgijooQ'
tallo, qee!i1t f~ustolan pocoadeeuado
anos; I aSl se :VII, de un grallod~ pa..;
'asyposicjaô:,fvÙéiscúállluevellPllla.
rentesco a otro, demasiado léj~s 'e~ et
bras, i argüp¡è\ltôspar'a
demostrarosla
terreno de llis concesiones"
Imposlbilida4,'de ,esta .roforma •. « Ade.":
CreyéIldose ya los de ma$ eda~ Ptr'"
mas, dirá ,(ÎI),4slnQ quiere excederSE¡ en ~Qnajes en el mundo, hacen, los bºn~e'
su contesí~~ian,".espreciso
gué mi hija Q,cumplidosde la funcion I dirijllnaJoS'
vai/a(;omà las'dimi,as.» 1 coma las de- Illas jóvellcs, ..enseñándoles los b,ueJ)08
mas ritalizan en prendidos i en locuras, modales, es decir, violentan i etajer •.••
ella ~ambieQ.~ê ,esfnerza en igualarlas i con UD notable talento élridiculQUll
enaventaJllrlas.Es
una steeple-c/wse a afectacion de que dan ejemplo ~gS pa..;
c:¡rrera,lI competencili; ell que se acre- dres con sobrada frecuencia i o sus
lJienta. el ímpetu de cada competidor COll discípulos, creyéndose hnmilll;ldQs COll
el afdo¡'~e los démas, al mismo tiempo su inferioridad, se esfuerzan en eí;aje..;
Quecon los aplausos de la multitud.
raI' todavía.
¡Ah '1 Si continúa estê
Ab I no iodellloiza verdaderamente
el sistema por muçho til'1mpO, sobresaldrá
premio de la c~r,~~ra los gastos que eXi-, la jel1eraciou venidera por 511nt/tura.;;
je, agotándose èn ella mas de UUIIfor- Iidad, su candor i su seneillez ••.
tuua; quebrantan,dqse mas deUDa salud,
Ya puede notarse cómo saben ,ser ~••
i viniendo a tenDÎn'ar mas de un acci- estas sociedades los niños ridícUlainlln~
dentedoloro$o el ~,:(Ilo de la funciono
te cumplidos i ofieiosos, I como halÎ
Fácil es de.conï~rellder .que no son aprendido las niflas a contestar a sus
ya. ¡¡dei;û¡¡dos' titi Qportunos con trajes cumplimientos. CODjestos o muecas f
taD brilf~ntes Iós,rl,'creos de la Infancia;
gracias estudiadas, i aún con unaespeporque, en prirnér)\lgar, seria con èllos cie de gazmoñería a finjida mo<le$tlíl~
lnui. costosa,su.conservacion,
i habría aún mas estemporánea, que causarilla.
q¡uChos padres J¡aslante sensatos para Porque, efectivaU)ente, es esto mui do'no prestarse a ello, i, sobre todo, no \lOSO para quien quiere divertirse Ii
presta~~us, rentas a los gastos llecesa- costa de los padres i de los niños. Es
riospara r~novar tales adornos; i ademui divertido para quien vii allicomd
mas s~tia l(Ilpo~ible, apesar de mucho al teatro, sin curarse de la que son los
cuidado, dinero conservar intacto èl actores filera de las tablas. Por mi parS
artiÛc;lide
ese. prendido, objeto de te, siempre he . espel'imentado, a vista
tantos trabajos.
de semejantes saraos, la misma emoEn taleS casos, ~omo son los juegos i cion que al ver a esas pobres, criaturaS
tecreos una necesidad Imperiosa para dislocadas por los saltimbanquis u adies •.
esta e,dad, hai lJue Inventar otros aprotradas por los volatineros ambulantes,
~iados a las circunstancias, es dech', al i cuyo rostro pálido i enfermizollo
veslido, al sombrel'o, a Io's bordados i pueden reanimar .Ios aplausos .•de la
IlDcaies;.. que osteD~ la piña. como 'un multl~ud. Masl(l~_f,por lômélíO'ifiO
maniqulque
sirve de. muest¡'a en un se compone esta 9itud
de sus madres,
almacen .de modas. POI' lo demas, no 1 no son suspadre$ los qué pagan para
requI~tllllIDvento. grandes esfuerzos de estimular este vergonzoso tràfico. Por
fmajfllaèlon. Se calcan los placeres de el contrarIo, en nuestross!ilones SOD lmi
los hombres a de las personas mayores,
padres los que bacen ¡¡brlrse ántes dl!!
reduciendo a disminuyendo
solamente
tiempo todos esos capullos destinadCl'
IIIplano de ~i1s.fiestas ; I se creaD espec- tal vez a llegar a ser hermosas flora,
táculos de nUips, se dan baUes de .niño. si se hubiera dejado obrar a lanatura:Para que se$,!,1l ellos la repn,ion mas leza. il nos admiramos de no ob~nef
brillante i ordenada, es necesario ad- despues sino tIores descoloridas 1 mat••
,1'~~
tA
MUJ~í\
CIÜSTiAISA.
~~~~~~-"-,",~V'V""'
•..••••••
"""'""""""""""",,",,,,.,....,,,",,_
é'hitas I sin $11natural desarrollo! Estos na siguiente a un maestro de gratnáUca
capullos necesitaban sol, espacio ¡aire;
o de primeras letras, cuando se va por
cosas que no puede sufrir el tibio Inver- la noche II entronizarse en medio de un
báculo.
séquito solícito I lisonjero. Es mui in..::
Esas lecciones de coquetería tan pe,;:. conveniente que se permita un profesor
Iigrosa para el porvenÍl' ; esa afectacion
imponer un castigo doblando la leêcion,
que tan mal sienta a la infancia; asa o de otra suerte mas humillllllle'a' aque..;.
manera de presentarse afectada; ese lia de quieu en la noche precedente se
esmero excesivo i prematuro eu adorsolicitaba como un favor una sonrisa a
narse, no Son los únicos inconvenlenuna palabra. Ella lo comprende mejor
tes de los bailes de niños; ellos son I que nadie, refle1iona sobre ,esta lneon.;;.
causa de que parezcan ya insulsos los' secuencia de la suerte,l jlmepor esta
demasrecreos ¡ juegos de la infancia a horrible necesidad; pero no seacuerd!l
esos señores i a eSas señoras. Los es- de sus tareas i labores : sOnJeterse a
tragan para gustar ya de los placeres de ellas seria sanclonaresabárbairà
cossu edad: sonríense de desden i compa"" tumbre contra la cllal quiere protestar.
sion a vista del entusiasmo i de los cán-I Si es necesario, alegará todo esto, 1 en
didos arrobamientos de los que no hân términos mas claros i sonor08, porque
conocido otros recreos ¡¡a la manera las palabras retumbantes se aprenden
t¡ue ciertas mujeres a l¡¡. moda, para tambien con los gl'andes modales.
quienes son uo peso insoportable las
Finalmente, como ya :heobservado;
realidades de la vida, llena su imajinanunca se componen escluslvaffilente escion :el intervalo entre dos bailes, con tos bailes en mIniatura de niños de la
el recuerdo del último o con la espe- misma edad. Estiéndeuse las, invitacio ...•
ranza i los preparativos dei venidero;
nes; las jóvenes de qUiDe~años las
pero sieste tarda demasiado, a si espe- aceptan como una compeoisaclon del
rimentan fatiga del anterior,sesombrell i tiempo que les falta para hacer su encntristecè su carácter ,sus ideas, todo; se trada en el mundo, i los jóvenes que
sienten oprimidos por un padecimienta, han principiado a entrar, en él, ique se
vago e indefinible que no quiere aliviar han hecho insaciables êon la embriaguez
la conciencia, i dicen que se hallan dis"', de los placeres, yan a estos bailes sin
gustados de la vida. Esto es ridículo i' olvidar los otros. Ya he mostrado parte
desconsolador a un mismo tiempo.
de los inconvenientes de las relaciones
1 ademas, al dia siguiente de un sa- de estos Jóvenes relativamente a los mas
rao se baila tan preocupado el èntendipequeños 1 pues quizás son aón mas
miento i tal1 fatigado el cuerpo, que es graves los peligros qua ofrecen para
imposible pensar en los estudios que ellos mismos.
'
ban de seguir a aquel; i los padres mas
l'or mas esf.uerzos que se hagan para
ríjidos en esta materia tienen. que ser âparentar mas edad I para copiar esactolerantes en tales casos, po.rque na.da I tamente los modelos de los 'que son
disgusta tanto del estudio como esa mayores, es necesario que reine en los
clase de interrupciones, siendo tal vez bailes de niños cierta holgura i libertad
inénos de temer i de sentir ia pérdida que por fortuna no existe aún ,en los
de tiempo que se ba dedicado a ellas otros. Esta libertad, o mas bien estas
que el modo cómo se emplea el tiempo libertades que no tienen inconvenientes
que les sigue.
para los mas pequeños, los tienen in'"
Por otra parte, no ven estas Imajina- I mensos para las jóvenes I para ·108 jó-:
tiones el momento de desembarazarse ¡ venes que han llegado a la edad en qu~
desujeeion tan penosa i fatigadora; las es una lei rigurosa la reservaiet-recato;
niñas anhelan el instante de tomar par- i aun cuando, no tuviera Otl'OS,bastarla
te en las ocupaciones de sus madres, el haeerles contraer por la ménos hà""
lluesto que las imitan en sus placeres. bitos mui poco ellarmoDía con el decor«1
Es mui humillante obedecer a l:1 mafia- i i conveniencia comunes de la socled8d~
i
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46
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1A •
No, no aconsejaré a una madre. qUI! la molicie COD que pretendemos formarlleve a Sil hija al b~i1e; ménosle aCOll- nos esta salud, me persigue ime dessejaré que la.lleve »lui jóven: i, nd cous,uela el temor de que sea descooo, obstan te, si SlUI1l~t,a de optar entre los cida completamente del Dios del Evanverdadero$ ba_tes o los bailes de niños, jello. Nosotros nos abismamos todos
puedo conttlstar desde luego que no [los dias i alegremente en UD precipicio
sentenciada eo fayor de los ùltimDs.
que no vemos, porque descendemos Il~I
en un blando lecho, saDol'eando frutos
VIII.
i respirando el perfume de las flores. 1
si 'caemos en él de esta suerte. ntJs.otros,
El sustituir recreos estudiados i mun" ¿qué serà de la jeneracion venidera,
danos.8 los ejércicios corporales, a loS criada con una delicadeza mui diferente
juegos r"ido&os de la Infancia, es una aún de la que meció nuestros primeros
consecuencia natural de la molicie I del años.
¿ Qué es hoi esa virtud practicada
scnsuaHsrno que dominan nuestra vida
por tanto tiempo i soñada siempre por
i dirijan laeducacion moral.
el cl'istianlsmo, la mortlficacion'1 Una
Es, preciso convenir eo que estamos
palabra ridícula que DOpermite el munlé,os de la.sexoJel'aciones esparciatasl
do pronunciar SiDOsonriendo. ¿ Quién
de su enfático, estoicismo. Hal mucha
distancia deL niño mantenido con 108 de nosotrospi~nsa ên estas palabras, no
Si. no haceis
parcos lordinar,ios
alimentos de los obstatlte, tan tel'ribles:
espal'tanos, !lesas criaturas atildadas,
penitencia, pereceret's? (San Lúcas).
con, el cabello dzado i presumidas de ¿ Quién piensa nunca, aúo en las ,DiIlS
galanes, que aceptan con la punta de los violentas tentaciones, en esos demoDios
que señala Jesucristo como no:pudiendedos un bizcocho que no comen nunca
del todo, ,que pllnen mal jesto a>vista doespelérseles siM con el ayuno '1 (San
de un manj.ar malil1reparado, Ique dis- Mateo). ¿ Quién se acuerda de red14cir
curren. sieSioecesario, sobre las cnalisu cuerpo a servidumbre i de castigarle
dades, del consomme. o del roest-beej.
para que no sea esclavo '1 (S~n Pablo).
Hai mucha ,distancia del niño que se í Ah ! los mismos que se dicen católicos
deja devorar las entrañas ¡>ilra sal- fervorosos están léjos de serio en esto, i
var SU honor, al niño que se pOile malo se ven obligados a usar de lenitivos o a
por Japleadura de Un insecto, i que llo- atenuar las leyes ya tan mitigadas de la
ra porqUe$fl le i arranca un cabello, al Iglesia. ¿ Dónde hai salud, ca:paz de
niño a. quien toda .uoa familia se ocupa
l'esísth' los ayunos de la cuaresma?
en prescrvar.delcaJor
i del frio, susti¿ Dónde está el temperamentoque'puetuyendo con profundo estudio la clase de soportar la abstinencia?
Quisiera
de los vestidos que ha de llevar, segun
persuadil'me de que consiste toda la
los grados !que; mal'que ,el te~mómetl'O. culpa en el temperamento. i en la salad.
Sí ; bai, en efeclo, mucha distancia.
Pero ¿ qué ai,.e ponzoñoso hemos resPero existe unté~mino
medio entre pirado en este infeliz siglo? 1 no debeESPIU'là. i entl1e: nosotros, té,.mino memos ponernos inmediatamente
do parte
dio que ¡se 1I0S' ffi'Dstró por la santa aus- . de los profetas, cuya vozsiniestra,auunterldad,del cl'istiaQismo. ¿ POI' qué lo i cia sin cesar el fin próximo del mundo
hemos¡:.pl1¡es. 'olvidado '1
si continúa dejenerando en semejante
NOi .ha' !muchp'quc: oia yo a un piaprogresion la especie humana. j Ahl
doso ¡i ,elocuente: ¡ predicador esclalllar
la mayor parte de estos prudentes erlscon una tristeza cuyo eco rcsonócn mas tianos nu han ensayado Jamas est¡¡,pe ..•
de un cotazan'cristiano:
i Nosotros nos nitellcia, ruyos peligl'osos efectos conohemos con$titqtido una salud que des- cen tau perfectamente, i, los que10 han
conocieron nuestros padres, i que po- intentado, han declarado debucaa fe
drlaser ut¡dia desconot:ida por Dios! l que no podían soportatla.
examitlalldo des:pues con mas atendon
Sí, lo confieso: háse verificado hace
II
I
LA
MUJEH
41
CRISTIANA.
siglo una trasformacion cn los temperamentos; pero no debe buscarse su
causa, ni en las influencias atmosféricas, ni eo que se haya debilitado la
organizacion jeneral: está en el corazon \
mis¡DQ del mal, 1 es ménos fuerte la I'
llaga, identificarse con infortuuios reales i pl'estal' socorro en caso de un accidente. No ocasionaba ningun ataque de
nervios un l'uidu inesperado, un sacudimiento imprevisto, la vista de un insecto, un perfume dema~i~do etéreo.
salud porque se la trata como salud ,En todo esto habia ménos pOl?sla sin
ménos fuerte. "
i duda; pero como es jeneralme*te la
Cuando se acostumbraba a los nmos vida tan prosálca, habla así tam'blell
a andar al aire, al sol, a la lluvia, al en esto mucha ménos disonn,ncia.,·
calor I al fria; cuando se estudiaba para'
.Cada siglo tiene sus errores iis~s vlrellos con ménos cuidado la cualidad de Irtudes ; pero si es la p.alab.r~ ~MW silos alimentos, procurándoselos abuunónimo de fuerza, debefl'losr confesar
dantes i sólidos; cuando se les enseñaba que el nuestro se halla pdr! ~esgracia
a usar :indistintamente de todos, sin mui despro,'isto de ella ••
'
pararse en repugnancias que se destruAh! tl'abajemos en reparar el mal.
yen ca.si siempre con un poco de perse1 No agreguemos ~ nuestra propia debiverancía i buena voluntad; cuando, en I¡dad el haceroos rogarp~ra: I~ educa~n, a,péna.s se daba oidos a los lamentos I cion de la infancia!
': l, . ,:
I quejas de qJe abusan con tan mara- '
Hijos de un Padrei .htucllicbllo si
villoso talento,. eran mas fuertes los queremos renegar de ÊI!. It~r¡emos ~ue
tempel'am~ntos 1 las almas, se ob~er: renunciar tambien al Do~~tê~, qristia.
vaban !llcjor las leyes de la IgleSIa, 1 nos que nos legó. I aúntl¡o~:i e$tptodo·
eran menos comunes las ellfenucdades
Debemos repudiar todavía.\alnd\visible
nervio~as. <l'.
'.
sucesion que nos ha dejadó; e$ta herenE~t??ces habm po~~s mUjeres de una cia es la cruz i el cielo; la CI'Ofl¡ fuerza
senSIbilidad tan esqulslta que se desmade Dios (San Pablo,) el cielo que solo
yasen al ver una llaga, que llorasen al se obtiene con violencia. (San Mateo.)
leer una novela, i que no pudieran oir
....
sin palidecer relatar un accidente j pero
He. dl~ho .mas afr1b~ q~e .la IOfaocla
las mujeresdeentóncespodian
curar una necesita .'ecclOnes de Crlstl~U1smo; .pero
ahol'a dIgo que no necesIta lecclOncs
de un cristianismo mitigado, tal como
'x Esta causa no es tal vez la Única, pero
la ens('ña el mundo: no necesita una
es la principal.
i relíjion
cercenada de la manera que la
* No niego aqulla realidad de los pade- practica u tantos católicos: necesita la
cimientos nerviosos, cuya invasion es tan santa locura de la cruz, i como los ni.ieneral en el dia. Alguna vez suelen ser ños recien nacidos, la leche e.~piritual
pretestos; pero con mas frecuencia son i enteramente pura (San Pedro) de la
verdaderos, i muchas veces son hasta ter. sabidul'ía evanjélica.
ribles. Solamente no dudo que sea su orí '
jen i causa nuestra educacion afeminada,
puesto que se advierte ser casi desconoci,
dos a las poblaicones de los campos, i sobre
todo a las familias de los labradores.
¡
• Hai una sensibilidad que depende de
<l Vestidos Iijeros, dice M. de Bonald, la
I ]a debilidad de los órganos; que padece de
cabeza descubierta, cama dura, sobriedad ver padecer, aunque sea solo a 'uJ,I,~atoo a
i e;ercicio, privaciones mas bien que goces, un pájaro; de oir rechinar. au,oqtll'lsolo sea
en una palabra, todo lo que cuesta ménos, una puerta que jira diflcilmente. en sus
es-6otodo I{) mas conveniente, puesto que goznes :esto¡ mas bienqueunaeUal~ad
o
la naturaleza no emplea ni tantos gastos ni una virtud, es una enfermedad; irqUIen la
ta~to~ cuidados para levantar UD frá'¡il padece guarda consideracio;oes'a los demas
edIfiCIOque solo debe durar un instante i por egoismo. tanto i maslJ?e por huma'Jue puede destruir un soplo,
nidad., (De Bonald. lnvfsttgaeionesjilo'
r Lejislacir:m p¡,imitil~a de 1", Nlucacion),
slíficas) ,
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BI :6 LlO T
V"'-...r-.rJ"l~
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CAPITULO
III.
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4-DotESCENQA..
A al A.
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~J""~-'"'...ry
esta edad como el) todas, viene
la Ilelijlon a auslliar a la madre, I se
encarga de presentar al entendimiento i
al corazon los estudios i los sentimien,tos que reclaman. Da, pues, por objeto
Ii por móvil a\ ejer.cièlo de sus facultad~s
'la primem comunion, qlJe es lo único
I que puede bastar a satisfacerlas,
i ~eqe.
ralmente la confirmacíon, otro misterio
..
d'
lid
cuya S8?ta maJ~sta msp ra os gran
pensamientos I produce las accione,
Dollles •
En
II
Deseaba ver a Jesus para conocer!e i no podia por caus~ del tropel de
lentes,porque ~ra mUl pequeño ~e
estatur~, 1 comendo delante, subIÓ
a un !llcomoro para verle. porque
habia de pasar por alli. 1habiendo
llegado Jesus a aquel lugar. le~an·
tando los ojos. le vió i le dijo:
•• Zaqueo, bala luego porque im,
,:j' •.•••
porta que yo me hospede hoi en tu
$membargo,
repetlre aquI lo que be
casa." 1 bajó él a toda prisa i le dicho mas ar.riba; pero lI,~ nos apresurecibió gustoso. (Sari Lúcas.)
remos demaSiado. CustodlemonQs con"'l
tra esa inclinacion universal de lo,
El ~dre se, a,rrojó a los pies de entendimientos
flor anticipar todas las
Jesus Ile suplIco que ~Iltrase ell,.s11 cosas i por pasar mas allá de su objeto
casa, porque solo teUla ulla 11IJa,
,.
h
' Ï d
de edad de catorce años, que se con esta marc a preClpl a a.•.
esta"hamuriendo, (San Lùcas,)
, Si hai en el cielo unaestreUa
par,j,
En el mismo instante se levantó dirijir al marino; si hai un fal)al eu .el
laj9ven:¡ ~rincipióaandar. porgue I puerto para iluminar al pescadorj si
tenia doce años. (San Márcos.)
hai un momento en la vida que qeba
..
señalarse entre todos los 4emas, es ese ,
Su padre 1 su madre Iban. t?dos instante solemne i misterioso en que,
los anos a Jerusa~en a la festlv!dad de' oJo ándose el niño de sus traJ'espar'"
.de las Pascuas, I cuando fue de
sP ...
~,
.•.
.edad de doce años le llevaron revestirse de Dios mismo, $e despide da
(lonsigo. (San Lúca;.)
la infancia i se prepara a comenzar I~
,
vida real, la vida de los dolores, la l'Ida
de los trabajos i padecimieqtos.
l.
La primera comunlon d.cbe dejar eD
Hemos llegado ya a otra fase de la un alma UU rel"uerdo siempre Ylva, I
vida del niño. Época de trancision, i a como un faro luminoso, apercibirse de
veces da cambio completo: momento
todos los PUl)tos de la existencia. Es
decisivo i solemne en que iluminada i una gl'an desgracia. que solo produzca
atraida el alma nuevamente por la ra- una impresion pasajera I estéril, 110 es
,Zon, i fascinada fambien ¡arrastrada por tambien que no se conmueva el corazon
Jas pasiones, se inclina sucesivamente
al recordar tan solemne dia, que no se
ante esta amiga o aote estas enemigas,
despierten PQr todo lo que lo recuerda,
concluyendo al fin por arrojarse en los el celo relijioso, las jellerosas aspiracio.,.
brazos de la una o en las garras mortíoes ¡ las resoludones virtuosas. Es una
feras de las otras.
gran desgracia para el hombre que Di)
Todo se dilata a la edad de la adoles- pueda refujiarse en este pensÍlltlilmto,
cencia;tooto las facultades para el bien, como se hase a UDa euel'dade salvaclon,
como los malos Instintos. ,Comprimida
cuando amenazan tragárselo las olas
basta entónces la intelijencia, busca por tumultuosas de las pasiones.Es ~na g.'1)
todas partes aUmento, I como domina I desgracia cuando, perdido eu el árido f
Jeneralroente a esta edad el espfritud.e
seco desierto de la ra~on humaDa,', DO
IDsubordinacioD, necesita movimiento
vuelve a encontr8l' el espiritu es8'oá¡¡($
para el cuerp~t:trabajo para el entendif~rtil donde pUêde su fe rêfrijer,rsp
miento i emoolorteaparael
eorazon.
!llempre.
e,
LA
MUJER
CRISTIANA.
Sí. es uoa gran desgracia para ell ocupais de muchas cosas cuando solo
una es necesaria (San LiIcas.) Por lo
niño; pero es una inmensa responsabilidad para la madre si la ha causado! tanto, os pediO)os esta s(\la cosa necesa~
ria con esclnsíon de las demas.
su imprudente pl'ecipitacion. I Cuántas
Aun cuando cOllsagrál'i)is, de los nu ••.
pueden hacerse en el dia esta acusaclon
merOBOSaños destinados a la educacion,
dolorosa! j Cuántas, por consideracioDes sin consecuencias, por satisfacer
uno casi eotero al estudl0 de la Relijion
pequeñas exijencias defamilia, de estu~ i de la virtud, i. seria esto demasiado?
Aun cuando pagárais de esta suerte a
dios. de viajes, adelantan la primera
comunion de su hijo) i sin curarse de Dios el diezmo que le debeis sobre este
particular, i no se os pide tanto, ¿ os
sabel' si cOlloce todo la que debe cono.cel', i si siente todo la que dehe espericreeríais por esto con derecho de ir a
mental', obtienen de UD sacerdote, a ecbade en cara vuestros servicios?
¿ Es tan grande dUl'3nte los años que
quien engañan, que la admita a la mesa
de los santos! «Es tan pura esta nlma, siguen, durante la vida entera, la parte
dicen, es tan inocente! ¡ Cómo no ha de de tiempo que exije la Relijion, o que
hal/arse preparada! Ah 1 si es pura, en se emplea en reZUI', que sea todavía
efecto, como decls, no cometerá un sa- pl'eciso andar en regateos con Dios?
crilejio, i aún la considerará Dios con el Afortunadamente no nos trata D,ios asl.
amor C0n que mira todo lo que está Nos da h vida, nos da el tiempo, nos
escento de pecado; pero siendo asl, da la eternidad, i nosotros le rehusamos
uno ge esos aüos que hemos recibido
¿ por qué no habeis fijado su primera
comunion a la edad de dos años, de de El. Pel'O es un proverbio mui sauno, al recibir el bautismo, como en los bido: « Siempre son 'os mejor servidos los peol'es amos.» Si lexijiera Dios
primeros siglos de la Iglesia? Entónces
era mas segura su inocencia, i tal vez mas de nosotros, si fuera un Señor mas
no se comprenda ni se sienta m~jDr este , imperioso i ménos dispuesto a perdoacto importante en el término medio de nar, le obedeceriamos completamente i
la edad que habeis fijado; tal vez no sea no murmurariamos.
mas duradero su recue¡,do.
Ah! Dejad Ilegal' al niño a la edad
Pero la primera comunion exije estu- en que puede gustar' del don de Dios.
¿ No habeis leido en el Evanjelio, que
dios particulares, ejercicios especiales,
absorbe el tiempo que la precede, aleja el Padre i la Madre de Jesus le llevalos demas estudios; os retarda el ea· ron a los doce años a Jerusalen para
menzar una educacioo de que se forja celebrar allí la festividad de las Pasva vuestra vaoidad maternal una idea cuas? Siendo un pensamiento piadoso
'brillante, i en su consecueneia, para no imitar a Jesus i a los Padres de Jesus,
escojed esta edad para la mística comiandar en rodeos, os quereis desembamzar pronto de aquel acto solemne, A I da de la Pascua cristiana.
esto os preguntal'Í3 solamente con el I En una familia piadosa ¡bien regu·
lada, ha sido pura e inocente hasta
Catecismo ¿ Sois cristiana? Pregunta
a la cual, a 00 me respondereis, o si me dicha ed~d la vida de un niño: puede
decis tambieu con el Catecismo: Sí, lo ser sólida i vasta su instruccioll relisoi por la gracia de Dios, perdeis el jiosa; la fe viva e ilustl'ada, el amor
derecho de considerar este tiempo como I ardi€Ute, el entusiasmo siocero í duradero el recuerdo, puesto que grabaperdido. i estos estudios como inútiles;
os quitais sobre todo el de sacrificar en do en una memoria infantH,seconlos altares del orgullo los intereses de seval'á por un eotendimiento que llega
un alma que se os ba confiado. Por do- va a reflexionar.
quiera que penetra el Cristianismo, arro· i· «Diez vírjenes tomando sus lámparas
salieron a esperar al Esposo i a la Es •••
ja ante sí i destr'uye este ídolo.
Marta, ítlarta, podriamos deciros, os I posa.
¡,:''UREGA
7,
so
BIBLI01'EeA
LITERARIA.
al Cinco. de ellas eran necias ¡cinco
prudentes •.
«Pero las cinco necias, tomando las
lámparas; no llevaron aceite consigo.
dias las prudentes llevaron aceite
en sus vasos con las lámparas.
d tardando en venir el Esposo, se
adormecieron todas i se durmieron.
aI al medio dela noche se oyó gritar : aMirad que viene el Esposo, solidie al camino.o
aEntónces se levantaron todas "quelias virjenes, i dispusieron sus lámparas.
al las necias dijeron a las prudentes:
«Dadnos de vuestro aceite, porque nues
tras lámparas se apagan.)
aRespondieron las prudentes, diciendo: aPor,si acaso no hai bastante para
nosotras ¡,vosotras, mejm' es que 'I'Hyai,
a los que 10'lendeu i cOffi[Hcis para,
vosotras.))
al miéntras qne iban ,a comprade,
vino el Esposo, jlas ql!C estaban dispuestas entraron con El a las bodas, i
Be cerró la puerta.
aUltimamente vinieron las otras vil'¡enes, diciendo: «Señor, Señor, ábreDOS.»
(<Pero Él respondià, diciendo: « En
verdad os digo que ua os conozco.))
(San Mateo, cap. xxv, vers. 1, 11).))
l Ah I Si procede la jóven vil'jcn de
que nos ocupamos como las virjenes necias del Evanjelio, Il quien pedirá el
poso cuenta de este proceder será a la
madre, a la madre eocal'gada de nlimentar la lámpara, de reanimar el corazon i de iluminar el espíritu.
I si esta virjen que \lega demasiado·
tarde, éon una lámpara sin aceite i una
luz moribunda, ve cerrarse ante e\la la
puef:ta,sevolverá
bácia sn madre, i le
dirá: ,¿ No,hubieras poilido velar una
kuraconmigo, libl'arme de mi adol'mecimiento, darme un poco de a~eite i
enseñarooe· a preparar mi Júmplll'¡¡ ?
l, fiualmente, si penetrando CIl el
santuario, a·únque sin luz i sin fuego,
la vlrjen reebazada por el Esposo 1ndignado, solo oye estas palabras: ¡ !llo
os conozco! las de, olverà a SIl madre,
Es-
quedando impresas eu su alma como
Iluna mancha. i un remordimiento;
foco
de dolor i ai! donde no faltará nunca
aceite.
r
Ah! Si es prudente la madre, no
,! serà necia la virjen;
i si es necia la
!
madre, con dificultad será la virjen
prudente.
Si está lleno de fe i de caridad el
corazon de la madre, ,ioclinándose hácia el de la vÍI'jen, verterà en él la fe i
la caridad necesarias para que pal'Licipe
del mistrrio de fe i del sacr!:!mento do
amor.
Si es piadosa la madre, no será perezasa ni cobarde, i chieudo sus riñones,
limpiará, bal'l'erá i adarnarà la mansion del Esposo. No esperi;nentará disgusto en este trabajo, i en verdad lo
digo, PU nO;J)hredcl SeûM: Obtendrà
Ii
la recompensa de sus traba/os.
!
Henchida de este pensamiento, llena
de esperanza i de temor, es cómo debe
traba al' una nHdre, i oeuparse en preparar el alma v':rjinal que se le ha con·
fiado. Debe recordar continuamente
estas palabras de San Agustín: La fa-
milia es una iglesia privada, cuyos
sacerdotes son los padres, i sus fieles
los hijos; i conmovida con la santa
gravedad de su ministerio, penetrada
de c'mocÍ<)lli de respeto por los resp!nndül'es del S!oaí, en cuya cuna l'ecibe la lei ántes de promulgarl:!, debe
,'caliza,' sns augostas fU'lciones COD el
celo, la intelijcncia i la bueaa voluntad
de un pastor.
Sí, no lo olvídeis, madres bastante
cristianas para comprende¡' i apreciar
~ la misioll que se os ha confiado: el año
de la primera co;nuníon 110 es ni el año
de la ciencia, ni el aüo del placer; es
el año de la'virtdd i de la caridad; es
el tiempo de su aprendizaje. Es una
especie de contribu,'ion sacada de la
vida en nombre de Dios, pero que no
se apropia Dios, silJ()que forma de ella,
si me es permitido hablal' así, una es~
. pfcie de \laja de socorros, una caja de
abol'ros para III eternidad. Dichosas las
que tienen derecho de acudir a ella,
tanto en el dia de la íDuerte como dul'a ntiJ la vida.
I
A este
fl'Cplll'IlCioll
deben ccderle el
LA
MUJEll
CRISTIANA.
~""""'-"'1..~~,,","~_~"""'-"""""""
----
-
-"""-
~
paso los estudios, los jue¡ros, todo, e I dedicando algu'1a labor para los pobr~s,
inclinarse ante este añó col) la defercn" o mejor aÚn i al mismo tiempo, visicia de un criado paru con sn señal', no I taudo a uno de ellos, puesto que tanto
debiendo empleal'se los estudios sino I en el campo como en la ciudad es fácil
como distraecíon, j les jueges SillO co- hallar ocasion para tales paseos.
ma uua interrupcion necesaria p~ra la
1 para acabar la santificacion entera
salud i aún Útil para la pieùad. La in>·' del db, debe recordarse ~Il vez en
truccion relijíosa, las buenas obras son cuando el pensamiento. de la; primera
por Jo demas el principio, i cuma la comunion como sobrenadando sobre toatmósfera de esta ,,¡da perfumada ya dos los de mas, i recordando la madre,
por la fiai' que debe hacer brotar. Pro- segur~do ánjel custodio de su hiJa.
mediándolas con prudenclrr, ùístribuyéndolas con método, !la se cansará la
Sí, UD obstDJ:lte, se co/nete desgraciaimajinacion ni ti1mpoco se fatign¡'á el damente Ulla f,~lta, es necesario recorcuerpo, i pasándose santamente el dfa, dar a Li culpable, sériai tristemente,
trascurrirá tambien dulcemente.
sus resoluciones, sus deberes, cf objeto
En el campo sobre toda, * en que se : único de S115 acciones, j conducirla des·
agrega el deber del ejernplo a las nace- I piles a la iglesia para irn¡llorar fuerza i
sidades del niüo, consiste el pl'imer pOI'dou. Son inútiles los castigos, si son
ponto de esta prepal'acioll en asistir .iener::lmc1llte buellRs lasdis'posiciones de
asidu~mente II la esplicacíol1 pÚblica del la nma, í si ejercen imperio en ella los
CateCismo, recordada por las Ill5tmcpen:lurnientos rclijiosos ;pero bastan i
ciones mas especiales de la madre. PelO •prllù:JCen tilmbíen impresiones tan efi.sies entóuces un punlo cnpital el estu- caces CU,:lO lûs castigos, la afliccion de
dio de la Relijioll, DO es ménos impor. sn madre i algunas ideas de arrepentitante la práctica de ¡a piedad. Un niño miento i de piadoso temor, anticipadas
es jeoeralmente capaz" de reflexionar Il . con pl'uclrneia.
n.
esta edad, pues ua son las oracione3
vocales las únicas posibles, i pOI' conEl tiempo trascurre;
el año de . la
siguiente las tll1:CdS llC",;sal'Íùs. Conducida por la madre la um:), (lebc asis- pl'Ïmcra corn¡;¡¡iOIl pasa como los otros,
tÍ!' dial'Îamen,ea mis,l, teni"u(lo desplH's i se iicga pl'Cdto al momento que debe
un corto rato de meditaeloll, ofl'Cetëndo cerrado. Conforme se acerca, debe redoblarse la ¡¡lencíoo de la madre sobre
a Dias el dia i su víd'J, i soiieitando
constantement~ Je su bondad UDf!. 30la i ¡:u hija, i de esta sobre sí misma; sus
sentimientus, sus deseos, sus vdtos ¡sus
única gracia.
Algunas lel'tl1ras pidos;lS, vísitas al ol'(le!únes les san comuoes, pueS de la
contrario !lO se amarían. Es preciso que
Santísimo reservado en su santuario,'
crczcal1 dimíamente el ardor de los unQS
oraciones espécial(,s [J Id Víl'JCI1 ?Indre
de los !lo ID bres ¡ pl'oteccoi'n de III infan- i el fenor de bi; otros,i, perdóneseme'
cia, ieptre ellas el Basado, espeeie dil la trivialidad del proverbio, es preciso
rocío perfumado, leoguaje eS[Jecial del que formen la bola de nieve.' Haciéodola rodar de continuo se irá agrand'a'lÎ:do;
amor qu~, como dice el P. Lacordaire,
n? SIl repite nunca apesar de decirse aplanará en su nípido i firmecurs'6 ÚIS
.~¡e~~rp;las mismas palabras j tales son, prot~berancias Jel orgullo, derrIbará los
a,mllUl('io, los ejercicios piadosos sufi- obstaculos de la volulltad, .igual'ar;i,las
cJ~ntes como pi'eparacion, i fácilmente sinuosidades del carácter, l)re'par~tá' la
vzda de! Se/lar i hará rectos i llanos
practicables pOI' la otûa.
Puede tambieu distinguîl'se cada dia sus senderos ( San Mat~\,'l aún los
embellecerá con su blanc~rd deslum. *Hablo siempre aquí del niño educado bradora.
1 prepara.do, no solamente delanl'J de SI!
En esta union ferviente i mancoJriumadre, SIllOpor su madre misma.
nada de la madre i de la hija debe ve.
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BIBLIOTECA
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LITERARIA.
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tiacal'se el retiro, preparacion fiual e i sentireis al lado de vuestra hija todO'
importante.
la que esperimentásteis de niña en seSucediendo al aislamiento completo mejante dia: esta primera absolucion
del mundo I bastá de la familia, el so- inuudará su alma de una dicha inefable;
Siego de una alegria tranquila, a los esta absolucion renovada llevará a la
locos i ruidosos recreos; la falta de vuestra la cándida dulzura de los pritodo tumulto interior a esterior, los meros sentimientos,
ejercias públicos de la Iglesia, a los cua·
Id, i si huye el sueño a la noche si...•
lès Df) deben sustituirse nunca los ca- guiente de vuestros párpadds, seguro es
prlchos de una devocion particular;
'que no os quejarels: cuando rebosa el
algunas oraciones, algunas lecturas pia· coraZOQde alegria~ son demasiado cordosas, cierto tiempo destinado a adornar
tos los instantes pata esperimentarla.
el altar o a socorrel' a los pobres, la
Si me fuese dado mosb'ar a esos poconfesion ¡eneral i la larga preparacíon
bres ciegos, cuya marcha incierta por
que exije ; tales son las prácticas que una vida, sin objeto I sin esperanza, e1deben llenar los dias del retiro.
cita disgusto i compasion a un mismo
Así se llega al último, dia precioso i tiempo; si me fuera dado, repito, mossanto, preludio de un dia mas santo i trar a los que al'rastran tan trabajosamucbo mas precioso. Dia de arrepentimente la larga cadena de sus esperanmiento i de perdon, cuya pura i dulce zas defraudadas (Bossuet) el Interior
tristeza dispone para la tranquilidad i de un alma Infantil preparada i recomperfecta felicidad del dia siguiente;
pensada de esta suerte, aun cuando
porque las emociones I padecimientos
ltubiera¡~ partido amenazadores a dellevan consigo algo de su inmutable
vastar la Iglesia de Dios (Act. de los
reposo, i cuando entra Jesucristo en un I Apóst.), volverian consternados al ver
alma; es para decirle: i Là paz sea una felicidad que no sospechaban, i escontígo!
clamarian: ¡Señor! ¿ Qué quereis que
Ah ~ I Dichosa madre, si habeis pre- /¡aga para merecer otro tanto? (Actos
parado bien esta hermosa alma infantil!
de los Apóstoles,)
gozad con ella esa paz que no puede I
sr; si la aurora de la primera comu~
dar el mundo (San Juan), I por la cual,. nion eg la del dia mas feliz de la vida,
una vez disfrutada, se diría adios ail el dia que la precede es su principio:
mundo i Ii todas sus venturas sin pesar.' así os lo dirán vuestros hijos i tambien
Si babeis preparado bien esta alma, no vuestros recUerdos. Yo te absuelvo: hé
os negará Dios, ni tampoco a ella, esas aquí su punto de partida; hé aquí su
nlegrlas tan plácidas, j no obstante tan principio; bé aqullas palabras que dan
vivas, esas emociones tan fuertes, i no derecho a air estas otras: i Id en paz!
obstante tan dulces.
1 no es ellt6nces la paz de la tierl'a la
Seguidla, presentaos como ella en que desciende, sino la del cielo. 1 desde
este sagrado tribunal, objeto de los ter- aquel instante todo es bello; todo babla
rares del esclavo, pero motivo de con - al corazon, todo, basta los actos i usos
fiaDza para la niña qué sabe amar. Id:
mas sencillos i mas pequeños parece que
sus pecados le serán perdonados (San hacen vibrar sus cuerdas mas sensibles.
Lúeas, i tambien los vuestros; porque 1 Ah! Esto consiste en que nada es pecuando 08 habeis preparado como ella queño para Aquel ante el cual nada eS
con UD fervor tan perseverante, cuando grande, o, mas bien, es todo graode
habefs empleado uua adhesion tan jene- cuando es Él su objeto. El acto mas
rosa para secundaria,
es que /¡abeis oculto, el niño mas despreciado, llevado
amado mucho, i ya sabejs que en tales por manos de la Relijion •• como un bija
casos se puede ir en paz ...
~f Ella ennoblece al hombre mas oscuro,
Id: la saogre del Corder? rocJa.ra levanta al mas débil, no qnita ni auo. al
"uestr8s cabezas, i no entraraeJ ánJel¡ mas culpable el sagrado c.arácter con que
e.stermínador en vuestra casa. Marchad, ,le ha revestido, i sin hacer un Dios (Jel
I
LA
~.::....;..
-
MUJER
CHISTIANA.
- -- -
-~
en los brazos de su madre, sube basta I! lo sois perfectamente, teued bastante
el trono de Dios, i Dios para recibirle ! j fuerza, apesar de la emoclon tan natuinclina las alturas de los cielos (Salmo.) l'al que os domina, para utilizar estos
1 véase cómo, eo efecto, todo se eO-1 {llOmentos cuya dulce espaosion se os
noblece con el pensamiento relijioso, i ha dado como un medio,
cuàn bien escojido i adecuado se baila '1
Cuando Estrechando en vuestros bratodo por la Iglesia, no tan solo las obli· ,zos a vuestra bija, Il quien habeis ya
gaciones que impone estrictamente, sino . realzado, liarais juutas, habladle del
tambien las costumbres que aprueba i, porvenir, de la que Dios espera de ella
las prácticas que aconseja. Seguid al! i de la que le pide por vos. Habladle
niño al salir de la piscina en que se ha del valor tan necesario a la mujer i de
pUl'ificado, i juzgal'eis si es así. Se halla i que puede proveerse actualmente;
haabsuelto, i la sabe; pero quiere bqrrar
bladle de las faltas aun no desal'raigadas
aún hasta el rastro de sus culpas. ¡Ah!
del todo, i que le preparan continuos
no es entónces tan difícil obtenel' un combates. Repetidle estas palabras de
perdon de orgullosos labios; al contra-- Jesucristo: Hija mia, guárdate de perio, anhela pedirlo a todo el universo, i. car en lo sucesivo, para qUe no seas
no creería sobrado costoso pagar así la' mas desgraciada que lo !tas sido nunca.
menor partícula de su felicidad. i Es (San .Juan.) Encargadla que rUl'gue por
tan graude la que esperimenta!
j Se
vos, por su familia entera j i si bai en
siente tan pequeño 1
esta familia un miembro que desconozca
Pero al ménos, i puesto que no puede la felicidad de que ella goza, decid le
saciarse a su sabor de esta suerte eo que reuna para él todo el poder de su
esa copa de humillacíon que se le ha amor, todo el fervor de su fe, i que dehecho tan consoladora i tan gloriosa,: rrame todas las lágrimas!dc su coraZOD.
va a pedir este perdon bumildemente,
Entónces tal vez, al entrllrDios
por
de rodillas, con las lágrimas en los ojos, primera vez en esta alma, procederá
i, no obstante, con la paz de la felicidad
como los pl'Íucípes, imájen suya en la
en la frente, a sus padres, a sus maestierra, usando del derecho de gracia;
tros, a sus hermanos, a sus hermauas,
del privilejio de un advenimiento feliz;
a sus amigos, o bien a un criado; ¿ qué 1 i habrá mas de una alegría en el cielo
importa la clase de la persona?
. í mas de una dicha en la tierra!
Ah ! ¿ qué madre no llora eutónces?:
Finalmente, regocijaos i estremeceos
¿ Qué corazon no se sieote afectado r de gozo, porque hé aquí el dia que ha
i Qué persona estraña no se siente conhecho el Señor [Salmo); i lo ha hecho
movida?
en Dios. j Tened cuidado todos los que
j Dichosa
la madre que ve correr, ,rodeais a aquella Iwya inocencia espera
sin mezcla de amargura,
lágrimas tan • sus favores, tened ~uidado! No vllyais
dulces que se quisieran contener para I a mancbar esta túmca nupcial, a empa~
derramarlaspor mas largo tiempo I porñar el brillo de esa concieucia purifique esta madre tiene ya confiauza eo su cada, a distraer ese espíritu que solo
hijo, i la sabe: Dios se ha valido de sus Dios debe llenar, i a volver a sumerjir
manos para hacer de éluu ánjel.
esa alma, que está ya en el cielo en las
1 Momentos preciosos, instantes puripreocupaciones de la tierra. No vayais a
simas! permaneced, no huyais. Ah!
turbar su silencioso recojimieoto, pori Son tan raras i tan cortas en el mUD- que es su conversacion interior (Cant.
do las sonrisas sinceras, aunque vayan
de los Cant.), i os pediria Dios cuenta
mezcladas de lágrimas!
de todas las palabras que le bubiéreis
1.•sinembargo, vos qlle sois madre, i usurpado. Pero sobre todo I)()vayais,
...---~
-~----COnla vanidosa coqueterfa de las ma~
hombre, como la orgullosa filosofía de los <Ires, a desgarrar los adornos del alma,
estóicos, le hace Hijo de Dios.
pal'a revestir con ellos el cuerpo; no
(De Bonald: Investigaciones fitosóficas.)
desvieis los ojos i pensamientos que se
1
B 1 I3L lOT
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_".r--~,. r..'--.-"'..r-....'-"_,-,",
E
e ALI
,·,_~,,,-,.,,,.,,,,_'-'_'~_~-~
T E U A RIA.
~'-'_~./,,.r---/'-./'-..""../"-./
dÍrijen ti În alto, pnru bajar/os hácia la
mas pequeño que existe: ¡ la vanidad
de un prendido! Dejad las ri validades
de amor propio a quien se atreve a despertarlas en un momento tun santo, i
no os valgais de ellas pora ahogal' los
ardientes suspiros i los impulsos fogosos
,de su córazoo, cuyo gOêe no os pmtenece ya. Ah! l'Si; niña es de Dios; no
Ilagais de ella un espectáculo para los
hombres. Adornad, adornad en ella al
hombre interiol', pero dej¡¡d al hombre
esterlor; dejadle pOI' ornamento esa
sencillez /II traves de Ja ClDI pueden
reflejarse libremente las belleza,,; dd
alma.
l, por otra parte, 1. no debel'iais vos
misma estar santamente ocnpadil '1 ¿ No
creis en los misterios del ao:ol' de Dios i
¿No creis en la telicidad de vuestra hija?
1. No teneis necesidad de orar como ella'!
1.1 no ha bastado esta preparaciou que
h /lbeis hecho juntas para ident¡ficilfos a
ella? Ah! El alma do David, unida,
dice la Escritum; a lade JOllatás, no es,
a mi juicio, mas que una débil imájen
de la union ,que necesitan las VlH:stras.
Babeis debido, pues, purificaros como
ella en las aguas que tomásteis de la
misma fuente; habcis sido perdonada
con ella en el mismo tribunal; prcscntaos como ella i con ella a la misma
mesa. Su Dios es vuestro Dios, i su
pueblo vuestro pueblo (B.uth): marehaù
adelante; mostradle la tierra católica
de Israel; espigad juntas el trigo rÚas
puro del campo de la Iglesia; el dueÜo
ha dicho a sus segadores que dejen ('ap!'
espigas para vosotras; huid con pn;slc·
za· del hambre que reina por doquiera;
~r'-./",-r-,~_,,,--,~,,,_....-....~
l'Ía,consagmes juntas a esa VÍI'jen siem.
pl'e Inmuculada, i refujio, no obstante,
de los pecadores. Rogad le queos enseñe a
ser madre, confiudle vuestra hija que es
lambien l,a suya. Siendo María Virjen i
Madl'E', os presta por estos dos titulas
una proteccionespecial a ,vos i a ella;
i la Esposa Vírjen de Jesucristo, la
Iglesia, madre de los mismos niños
que María, la invoca para las vírienes,
la implol'U para las madres. «DioÍlte
salve, Beina i Madre de misericordia,
vida, dulzura i espenllJZa nuestl'a. Dios
te sal ve, Jleina de los l'ieJos; Dios
te salve, Reina de los Únjeles. Dios te
salvc, raiz sagrada ùe que brotó el vás ••
lago que redimió al mundo. I despues
de este destierro, muéstl'auos a Jesus,
j oh c!ementísima!
i oh piadosa!
i oh
dulce! ¡ oh buena Víl'jen María 1 »
Sí, prom(:ted a Dios en dia tan feliz,
i a los piés de Mal'ia, los sacrificios que
reclamó tal vez hasta aquí en vano;
urmaos de fnerza i de valor, que nUDca
sobra, i orad. Rogad por esa niña querida. Pedid para ella constancia en la
fe, pel'severancia en la caridad; solicitad, no el .i ugo de la tierra, sino el
rocío del cielo; decid a Dios que
preferidas perded a en estado de inocencia, que conservada culpable;' en~
tl'egádsela enteramente,
í, i ojalá sea
aceptada toda vuestra ofrenda! Ah J Si
tencis realmente un corazon maternal i.
un alma católica, nunca rogareis mejor
que en este dia, en que entrando Jesocl'ÍstJ por todas las puertas .de vuestra
casa, declarará que ha venido a traer a
edil la salvacion. En verdad, díjQ Jesus,
este dia es 1tn dia de salvacion para
¡siguiendo en todas partes a esta niiía, esta casa. (San LÚcas, 19- 9).
guarde i una vuestms almas para la I
vida eterna el cuerpo de Nuestro Seilor I
III.
Jesucristo. (Palabras del slIcel'dote en
I
la cOllunion.)
.
Pasad'con ella el resto de este dia en,
ese recojimiento profundo, pero lleno I
de esa fe reconocida i tierna, de (:H<l
adhesion jenerosa i completa, llamada
amor de Dios.
Renovad, como ella, pDr la 11Oche,
las sagradas promesas de vuestl'(l bautismo i renovándolns en manos de 1\1'a-
il
J'lIas no es para muchos niños la p,.;'"
mera comunion la única muníficeDlifa,
de Dios en este dia bendito. La co~ft!':nacían, esta otra marayilla de su amo,!'¡
est:) otl'U canal de sus' beneficios, elite
atm I1poya de nues~ra debilidad; la c~nfil'luacion viel'Íe a carrobol'ar i a concluir'
la obra comenzada por la Eucari5tf~;~J
Espírítu Santo quiere sellar' el coraion'
LA
MUJEH
CRL5IIANA,
55
en que entró Jesucristo;
lazo de amM Î Juan,) Él mismo, pues, quiere servi ••
entre el Padre i el Hijo, desea serio tamde fundamento
a este eJifll'Ío ¡niel'ior,
bien entre el hijo I el alma. L'rg'\. para eUY1 cot:sll'uel'Ío;¡ está oLligado a I1de,lIenarla con este amor q\Je es el Úuico 'I,,¡¡lar di,ll';::llH'lIte todo cl'isUano; El
puro, el único santo, el ÚnicéI grm:ûe;
mismo es LI [>o,;e de este imperio que
con este amor, perfecejnu dl'! r:ristínnis·
SOlO es dU1'i;doro
r-poyado en F;I, 505mo, i el mismo crislianismo:
porqn:;
tenido pUl' El í gobernado por El.
por parte de Dios ba producida
la
La !2:le!ih lo sabe: sabe quees siemredenclon
con sus i;:;naminir,s i sus pre r,.te Sfil!Í::'li,;:lo de amol' el primer
esplendores, i por part~ del hombre ba ubs,atLllo dI] IrJ virtud, cuandp no es su
dado a luz toda la sabiduría, la adheprimer [¡IÓVí!, i pal' e~to sucede que en
sion, la vÍI'tud, la belleza i la verda{J la aurora de la "ida, en el momento en
que ha aparecido en la tierra.
qne se n an los pilares, en que se .fOI·~
Este amor puro i sagrado da Il aquel ma el hombre intcl'ÍM; 1.'0 el momento
a quien penetra, saber, intelijeneia,
de esta adole,cencia Indecisa i aji;tada,
fuerza, i aÚn la ciencia do I:ios ; él le, .i\.l~iw¡e dd sop:u de las pasiones I)Uaconseja i le inspira la v(,l'dntera
piu-,
cieutes, que ViíciJiJ, busca un apoyo, i
dad, el Úniro temol' ~r,Jlldnble.
E-los
ce,e r.i 110 \l' encuentra bastante sólido ;,
son, en efertn, los nlPE¡;ÍilcD51"1':;'108,
en (»i.c r;'lomCL!O importante
I decisivo
los siete dones Clue viene a tnit'r ,,1 ntmi\:
¡ rUI1'C J~,S ,'sfucn;os,
~tlS beneficios, sus
el Espíritu Santo) i p1!"U l'í;Fi.lInil'los 10- Fl'ucLjie5, pilrl!, !:oloc8l' esta piedra andos, basta UOmbl'iH' 11 ,il
de qÜi'.m gula,' .kt Dn1Jr de Dios, contra la cual
todos emanan: el aml)l' du DlD~, la (:ü-- Lü pi' ,L;,;c~r:iil las puertas del infierno.
'1
ridad.
!
Ah!' Eslo consiste en que el amor es
el cumplimiento de la lei. ( Sail Pablo),
i el Espíritu Santo lu::;de los corazones
que endereza nuestros camin;;s to,;,cidos'
(himno de la Iglesia): la Confil'macion,:
cuyo fin es someternos a 7a lei de Diu'!
segun el espiritu Son Pable), ¡lebe VôDel' por objeto el amr,', pDr creclo ci
amor, i ~idc el <lI~Dl' p~ir p"ypal',H;;OI1,
Hé aqul po,' que In Jm:giif,o
la Iglesia, sabla (¡ aun (Ul'ia ¡Jl'udl:ûtti i
en todo, sI no supiera que t<Hlas sus l¡;s :
piraciones provienen de Irt lucLlra de la
cruz), distl'ibuir ni e: misiè)(1 dia i [l la
misma alma sus mas rico:; tesoro:;: la
Confirmacion
i ta Eucul'btia. llé aquí
por qué ha pensado que podía U1I[I U:;!ima prepararíon conducir a ia Eue"l'Îst¡'"
que, obra maestru ùe ¡¡mor, proporcionCl
sus dulzuras i cOLduce fi Iii Cllllfir.n¡¡·cion, consagracion del amor i mnnantia,
sagrado en que se adquiere su vnlo!' ..
Solo es un ·imperio sútido, dieu Séi1e·
cu, en C~tanto (iene por base el amor.
Estll' pensamiento, i ail beila utopia comunmente en pallUca, es en I'elijiou de
la
mayor
de otro
esaditud.
modo?
¿ 1 cómo podia ser
¡ Dios es amo/'! (San
Ii
El¡
¡os pi'imel'os
días de tu existencia,
¡¡:ee r. esta rJma asombr<\da.,co.n. tantos
favores, 'iú te colm:],r!! de b,ienes, con]
los ~'ue quiero ebrumarte (Jeremías)
ahar:¡; ¡ m::ltel·ic1'mente le abruma con.
cllos. i::\o pUfdo mas, no puedo mas!
[DO':Slif:') .csrlamJ. ¡¡Igunns veces el alma
,in él!~cn,l) ¡ U)(ln aplanada al peso de
tnncG~ ~):::¡¡C:;¡os, i ,'ontinúan
descendieL!,'o S'1lJrE elia los b2lWficios como el
rcd(, ,r,::rc el maravilloso
vellocino de
"('[¡dl;
••
7¡L~::n5 vc~~s, en el espacio de veintïCUf.tW lwrns,
un recib:do el niño los
t!'2S i<'~rnmrn!:lJS di) la Penitencia,
de la
Eu::¡¡';<.líai de la Confirmation,
teniendo ap0rnas tk:.:1F pJra respirar i escla"1[,,':
,iii alma :7loriflca al Señor, i mi
cSljiriin ~¡3fw!la enaJenado de alegría
(Sdl1l.Ú;US J. Ye:,gi\ un nuevo favor,
GUt~:i'(Ddase
al primero a derribarle
co.no ('o 011'0 tiemr.J al Apóstol de las
¡¡(¡ciones,:l
fin de que diga levantándose: &[101', ; que l]71ereis que haga?
(Actos (Je los Apó~toIU')' 1 a fin de que
pueda tambien Innzar estEiIDllgnífico
desafío a las r'jlicciones, alas pe1'SI'!C~tdones, al hambre, a la desnudez, ti
los peligros, a la ~!iolencia, a las po-
BIBLIOTECA
LITERARIA.
...•. ~
testades, a las cosas presentes i futa- 1 sucristo es nuestra paz! El es quien.
ras: ¿ Quién me separará del amor de de dos hace solo uno (San Pablo), coJesucristo? (San Pablo).
municá~doSI' Il nosotros, incorporándoAh! liada, si ha eDcontrado los do
nos a El. Él ha destruido el muro de
Des de Dios lin alma dispuesta a reci- separacion (Sali Pablo) entre el cielo.i
~~~-..,
birlos; nada, porque en medio de los
padecimientos i de los dolores mas agu-I
dos esclamal'á aún: ¡ Reboso de alegría (Sau Pablo) 1 I apesar de las ,'icisiturles del tiempo, permanecerá firme
la tierra, entre la r.ada i la inmensidad,
entre el alma rejenerada dellliño i la
suprema santidad de Aquel que es.
E~tos sublimes pensamientos son el
mngnífico séquito de Jesucristo i del
er- el Señor, se regocijará sin cesar en Espíritu Santo el dia en que entran en
El, no es inquietará de nada, i custo·· el nombre del Padre en un alma ferdiará su corazon i su espiritu la paz viente i pura, depositándose en ella code Dios que excede a todo pensamiento mo en otros tantos jérmenes preciosos
(Sun Pablo).
cuyo constante desarrollo debe esten1 si ajitado pOl'las tempestades de sus dedos e iluminados. * Grandes i santos
pasiones, atraido por los encantos de] pensamientos, Dios mío! Troncos femundo, fatigado pOl' la rebelion de los cundos cuyas l'amas guarecerán toda la
sentidos, deja escapar su pecho opl'imi-¡ vida entel'a del niño, alimentándole con
do este grito lastimero: i Cuán desgrasus ft'utos, siempre maduros, porque
ciado soi! ¿ Quién me librará de este! no vive solamente de pan (San Mateo),
cuerpo mortal J (San Pablo), ]e contes-!
1 al decir que deben ser todos los
tará una voz interior: La gracia de años que preceden preparacion suya; al
Dios por Jesucristo (San Pablo.) Es una decir que desde el momento en que
verdad demasiado cierta que si morimos principia a aparecer la razon en el niño.
cgn Jesucristo, viviremos tambien con deben dirijirse tanto sus esfuerzos como
El; que si padecemos co~ Jesucristo, los de su madre hácia este único objeto
reinaremos tambien çon El; pero que Il hemos: dicho demasiado?
¿ Hemos
s~ renunciamos a El, nos renunciará pedido algo sobrado grande? ¿ Hemos
El tambien a nosotros (San Pablo.) 1 trazado siquiera un camino en relacion
como ha sido alistado en el servicio de con la importancia del término?
Dios (San Pahlo); como ha prometido
1, no obstantE', no añadiremos nada a
ser un buen soldado de Jesucristo (San los ejercicios indicados para esta prepaPablo); ('omo ha sido alimentado con el raciono Si no es proporcionada a la san·
Autor de todo don perfecto (San Pe- ta majestad de la accion cuyo prólogo
dro), i colmado de preciosos dones, !lO forma, la es al ménos a la debilidad del
('s él quien vive, sino Jesucristo quien que la realiza. Por .10 demas, Dios no
vive en él (San Pllblo.) Sí; este niño estima ni la multitud de oraciones, ni
trasfol'mado. se verá tal vez oprimido la misma abundancia de sentimientos,
por toda clase de aflicciones; pero no sino que pide fervor en Jas unas i puserá abrwnado pOI' ellas, pues lo pue- reza en los otros, Quiere un amor prode todo en Aquel que le fortifica (San fundo i filial, alimentado sin cesar por
Pablo); sab!' que no tienen proporcion .Ia fe, verdadera lámpara del santuario
alguna los dolores de esta vida con el cuya llama no se apaga nunca.
pe~o inmenso de gl~ria que le prepara
~"La
Relijion es la que siembra los
DiOS (San Pablo), 1 que cuanta mayor
grandes pensamientos en el entendimiento
parte tengamos en los padecimientos i Jas nobles sentimientos en el corazon.
de Jesucristo, mayor la tendremos tam- Sin ella se debilitan los caractéres. se combien en sus consuelos (San Pablo.) En prim.~n las almas i se achican o limitan las
efecto, todo es de È l (San Pablo), des .. Illteh¡encias," nos dice el a~ate Do~rif;
de el dia en que se dió a él Dios, pero pero los sacr~!llentos son los aJentes dlre~tambien es él de Jesucristo, i Jesucris- tos de,la Rel~JI~n ~ara se.mbrar estas semlto es de D·¡os (San Pablo) I Ah' . J
Ilas, I el Cl'lstlalllsmo SIO sacramentO$ no
••
'.
I
e- i las desarrolla.
!
LA
MUJER
CRISTIANA.
la Iglesia, los sacerdotes de la familia,
Oh madre! cuando, en fin, ha paDO dejeis introducirse
en el alma da
sado este dia señalado con tan Inefables
favores;
cuando apesal' de vuestros i vuestros fieles el tedio a las prácticas
esfuerzos, se ha desvanecido para no piadosas; verificadlas juntas tambien ~i
volver mas, sino podeis detenel' a SU es posible; mantened el fuego sagrado
tránsito todas las dulzuras que habla con celo i asiduidad.
Por lo tanto,
traido, retened al ménos sus gracias,
velad tambien porque no lob/igue un
sus efectos, sus recuerdos j aquellas os momento de piadoso lllltllsl¡¡.smo, de
las deja Dios, si sabeis conservarlas,
fervor pasajero i exaltado, a ha,cer a
siendo para la niña a quien se las con~ estas jóvenes cristianas mas de lo que
servels uu pl'ecioso tut')r, con cuyo aupermitan su posícion, sus fuerzas, i 81silío llegará al dia mas brillante, mas gun dia su voluntad •.
,
gr¡¡nde, mas magnífico aún de la etel'No permitais que se descuide rccojer
nidad. Este recuerdo conservado en su ! a vuestro alrededor el mará incorrup.corazon, llegará a ser et término de . tibia, el pan de los cielos, si,n el cual se
su esperanza (.Jeremías), i tambien el mnere de debilidad i de hambre en el
campo de [qrael. Si desapaJ'ecela revuestro, i cuando mas adelante veogan
a alarmar los ataques reunidos del gularidad en la frecuencia de sacramenmundo i del infierno vuestra maternal
tos, si trascurren los meses en este fatal
temura, les opondreis este escudo conletargo, recordad desde luego indirectamente a vuestra hija sus deberes; pero
tra el cual se embotarán todos sus dardos.
si no bastan los medios indirectos, emAh I Recordad con f,'ecuencia a la plead los directos, i sin violencia, porniña, dm'ante los auos que seguirán, el que no recibe Dios homenaje/lforzados,
ferviente i práctico reconocimiento pro- renovadle las recomendaciones ,ya efectuadas j hacedle ver los peligros de una
metido al Dios de la Eucaristía; maotened los sentimientos de piedad i de neglíjencia, seguida síempr!l por otra, i
cuyo resultado final es esa tibieza que
horror al mal suscitados en ella durante
la preparacioo i confirmados por la I rechaza i maldice D~~s. Pr.ed.icadle
primera comunion. No la trateis ya con el ejemplo, propoOlendole \1' Juotas
a recibir al Dios de su p,rimera comudesde aquel instaute como a una niña;
hablad con ella de cosas sél'ias o fol" nion; mostraos tan penetrada como
males, i razonad tambien, pues ya está indiferente parece ella; habladle ese
bastante adelantada en edad para ha~ lenguaje del corazon, revelad\) especialmente a la madre, i vereis deshacerlo, pero demasiado débil para hacerla
bien sola. Por otra pa.rte, este es el mo· cerse poco II poco el hielo, I cómo no la
engaña el recuerdo ob;etQ de vuestr¡¡
mento de cultivar activamente su entendimiento por medio de la instruccion ; i esperanza. (Jeremías,)
eo él no tienen ya los estudios profanos
el mismo peligro para una niña aromaIV.
tizada de esta suerte, segun la espresion de Bacon, o hablando como el conEl niño en la adolescencia, especie dG
de de Maistre, impregnada de relijiou ¡larva operando su metamorf6sis, partide esta manera.
I cipa igualmente de la infancia i de la
Pero la mismo ántes que des pues de 'juventud; i no estando, sinembargo, ni
la primera comunioo, teneis deberes en la una ni en la otra, no se halla bien
importantes, madre cristiana, por lo colocado en ninguna de ellas. Su posique no debeis dormiros, tranquilizáncion es mista i difícil: en todas partes
d.oos con demasiada· faeiliùadrespecto
se halla embarazado,esc~pto..en.unasO·
del porvenh' con los resultados de ]0 ciedad compuesta de allfi~ioS como él,
pasado. Velad, obrad, orad, temblad
por lo que se dice con razon'que es esta
siempre i esperad mucho. No dejeis ta edad ingrata. El cuerpo, el espíritu,
vosotras, a quienes llama un Padre de los modales, todo partiQipa <leell¡¡, todg
1
1
1
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llNTllEGA 8.
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B 1 B LlO T!C' A L IT El R A RIA.
lleva su sello. Pero puesto qUeDO puede la madre evltarlo, es una prueba de
prudencia i de justicia de su parte aceptarlo tal corno es, i reservando entónces,
sobre todo, la severidad para los defectos i las faltas, debe rnostrarse indul •..
jl'nte respecto de todas sus eEterioridades desagradables.
Sino debe, como he dicho, tratarse
8 la jóven adolescente como a una niña,
tampoco se debe querer hacerla que
aparezca mayor en la familia i en el
mundo, desarrollando al paso que una
razon prematura, una formalidad i con·
fianza no ménos anticipadas, puesto que
son mas peligrosos que agradables los
frutos que se recojen ántes de tiempo.
El primero de estos excesos, por otra
parte, irrita I mortifica inútilmente, es
cierto; pero el segundo produce jóvenes
neélas i presuntuosas, raza fastidiosa i
fastidiada que debemos guardamos de
multiplicar.
Tampoco podrá permitirse a esta edad
que tome parte en ·Ia eonversacion, a
no ser en la intfmidâd de la familia. La
incllnacion a mostrarse instruida en
todo, mas Insoportable eutónces i mas
viva que nunca, es una de esas inclinaciones que produce la menor roncesion,
i no es fáell desprenderse de ella una
nz desarrollada. Por otra parte, un niño
en la adolescencia tlene on talento especial para deeir la qoe debería callar, i
para sacar una oonversacion inconveniente o embarazosa. En tal edad debe.
riab oeoparle únicamente sus esturlíos i
su educacioD, i no dejarle tiempo para
presentarse en el mundo. Aquí podeIDOs recordar la que se dijo mas arriba
sobre los bailes de niños, i en verdad,
repito, DO son menores los peligros de
eatas fonciones parll. un niño de catorce
años, que para uua niña de nueve. El
ni,tio crecia i se fortifICaba en espíritu,
i PBRJlUIIECIA. EN EL DESIERTO, hasta el
momento en que debiera aparecer entre
los hombres. (San Lúcas). Así debel'ian
haeer todos, 1 así lIegarian a ser mas
qUe profetas, porque llegarían a ser
1J''Ístianos.
Pero tranq1lllizaos, madres tan vanidOI8Scon 'Vuestros hijos, apesar de sus
defectos pf3rsooales i de las desventajas
de sU edad: vosotras, que os mostrais
tan solícitas para hacer les lI'Qarecerante
los hombres, i que juzgaís tan larga la
. prepal'acion en el de~ierlo, calmad vuestra impaciencia. Eu breve pasará la
prueba, i hará lugar el tiempo ingrato
de la siembra al tiempo feHz dela recoleccion: acabada la trasformacion, se
admirarán con asombro los hrillantes colores i las alas matizadas de la mariposa
que ha roto su capullo para lanzarse en
el espacio.
Ya la hemos visto: léjos de abandonar esta edad, la llelijion parece reservar para ella sus ceremonias mas augustas i sus mas dul~es emociones. Como
todos los necesitados, tieue esta edad
derecho a sus favores particulares, i la
Relijion se los prodiga con una ternura
maternal, dándole, como al hombre formado, el alimento sólido i sustancial da
los Sacramentos;
pero no haciéndole
sentir, como al niño, sino la dulzura o
I suavidad de su yugo. Mucbas veces le
favorece con una devocion tierna i ardiente, i, no obstante, no le pide sino
con mil miramientos i contemplaciones
esos sacrificios destinados a ser un dia
su elemento i su vida. El Señor guarda a los pequeños (Salm.), les ama, les.
atrae a sí, l, pel'mítaseme esta espresion, basta les mima, como haría una
madre con su uiñomenor.
¡ Ah! jóvenes niños de Dios, no os
lengais, pues, por desgraciados, dfgase
lo .que se quiera a VUestro alrededor.
Dejad que se J"ian de vuestros desaciertos; dejad que se burlen de vuestros
modales: algnn dIa tal vez envidiareis
o ecbareis de ménos hasta las humillaciones de esta edad.
I
v.
Hasta ahora solo me he ocupado del
niño abrigado bajo las alas maternale.s,
I cuya madre, libre de otros cuidados,
puede aceptar toda la carga de su educacion. Atenerme a esto seria dirijirme
solo a alguDas posIciones raras i aisladas; las otras ml:lSnumerosas reeliunau
bajo este título una atenclou especiar.
~
LA
MU¡ER
CRISTIANA.
.•.....,.."....-""'-....,....""-~ .•...•..-"".....,.""
Aqui se presenta desde luego una
cuestion ajitada fl'ecuentemente I nunca
resuelta. La educacion pública i la cdu·
caclon privada se ballan en fl'ente una
de oh'a, como dos vigorosos campeones
luchan con un al'dol' siempl'e nuevo.
¡, A cuál de los dos contendientes debe
conceder una madre su confianza I su
hijo? Tal es, hablando con claridad,
esta insoluble cuestiono No abrigamos
ta pretension de resolverla; pero trataremos de contestar a ella, así como
a otras, sometiendo a({uí, COIllO siempre,
nu~stras apreciaciones a la comprobacion de una esperiencia iluminada por
luces cristianas.
Se ha pretendido en demasía, il nuestro juicio, hacer una tésis jeneralde
lo
que solo puede resolverse en aplicaciones particulares;
se ha pretendido tratar este asunto solamente de una manera
absoluta, i como las diferencias de posiclones l de caractéres hacen inclinar alternativamentll la balanza a los dos
lados,nunca ha sido posible entenderse.
Es preciso guardarse en esto, como
en otras muchas cosas, de los sistemas
formados a priol'i COll mas Imaji nacion que reflexion, fijados antícipadamente a elaborados en un gabinete donde jamas se tomó nadie el trabajo de
abrir la puerta a la esperiencia. Querer
proscribir o adoptar para todos i sleropre la educacion pública, por ejemplo,
es imitar a un empírico cuyo unico i
maravilloso específico cura todas las eufermedades i prolonga todas las existencias; es obrar en pequeño, así co000 todos nuestros forjadores
de siste mas obran en grande: hasta aquí no
siempre ha coronado la victoría estas
diferentes clases de absolutismo.
Pero si no se hao detenido ante una
'Primera Idea como ante una 1:Jarrera insuperable j si se quiere tomarse el trabaio de estudiar i de reflexionar; si,
lf(I~e todo, se sustituye la práctica a la
" teorla, esta antiglla lucha de la educacíon privada contra la educacioo públiea se termina por una especie de comprollliso en que se avienen las dos partes, haciéndose mutuas conc~siones.
Cuando no distraen a una madre los
--...,-- .....•..
deberes de su posiclon I el trato frecuente del mundo; l1uandono le ponen estorbos su marido o sus padres, cUY\l
debilidad a condescendencia es (reeuentemente un verdadero obstáculo; cuando, por otra parte, posee u\la Instruccion sólicla, principios ilustrados, firmeza i gran pel'severancia, nada valdrá,
por muchas razones, la educacian que
puede dar ella misma a su hija. La madre evita, teniéndola a su lado, t.odos
los peligros de las malas relaciones I de
i la hipocresía que estas llevan
consigo;
I telliendo libre a su hija de las confiden·
! cias del
colejio, conserva intactos su
candor i su inocencia, i, no obstante, le
hace adqulrÍl' al mismo tiempo mayor
esperieocia del roundo, esperlencia que
falta ¡ai ! demasiadas veces a la jóven.
Pero no debemos disimularnos que
se levantan, no obstante, a,su alrededor
escollos peligrosos.
Por una parte el aislamieoto, evitando
el contacto de los caractéres, les pri'va
de las contradiccionesl
de ,las resistenaias necesarias para formarIos. Suprime
tambien en el estudio, uno de sus matores Illas poderosos, la llmulacion; l,
en fin, deja penetrar con Illas facilidad
el sensualismo, la molicie de hábitos I
de vida, designada ya como la llaga viva
I I peligl'Osa de nuestra sociedad, i a la
I que tal vez deba la muerte.
Por otra parte, se bailan colocados
en su familia los nlîios pequeños entrll
pl'eocupaciones, pasiones e intereses.
(l Si
aprenden a saludar con gracia, a
(l comer
con aseo, se les habitúa co~
(l sobrada
frecuencia a la vanidad, al
,(l melindre,
al capricho. Se introducen
(l en
los medios de educacion ob:¡erva(l ciones
críticas sobre las personas a
(l quienes
tienen costumbre de ver, i se
(l les aficiona
de esta suerte a la male(l dicencia
i a la mofa, cosas que estre(l chan
el circulo de la moral. i. 8.11D. la
I ( depravan hasta un punto in~ecible.J)
¡ (De Bonald: Lejislacion prim-itiva de
la edttcacion en. la socied.ad).
1 aun no es esto todo. o:Los padres
que son exijentes si 80n Ilustrados, i
cradmiradores ciegos si no lo son, ven
i lX con demasía o no ven lo bastante la.
(l
~-~
....•...
~,.
LItERARIA.
-~BIBLIOT~eA
......•. -.......,....,~--..... --~......---,~-....~-....
a imperfecciones de sus hijos, i contraen
que envíe una madt'e a su bija a cual«de esta suerte para toda la vida pre- quiera cátedra a leccion pública sllI
«\'coeiones injustas a una deplorable
acompañarla ella misma, al ménos por
a apatía,» (De Bonald: Lejïslacion pri· I untiempo bastante largo, para profon ...•
mitiva de la educacion en la sociedad). dizar su entendimiento i para conocer
Solo, pues, luchando sin cesar contra el método de enseñanza i medios de
ella misma, contra la posicion del niño, que produzca fruto la disciplina establecontra loque le rodea, contra las preo- cida; i en tal caso nos hallamos en la
cupaciooes, contra lo~ hábitos, contra categoría limitada de las madres que
el mundo, en fin, puede conseguir reem- tienen todo el tiempo libre, para las
plazar una madre las ventajas del cole- cuales es este, en efecto, un sistema eX:jio. Pero tambien, uoa vez esto conse- celen te, si no están dotadas de instrucguida, agrega a el/as otras nuevas e cion i de paciencia.
Inapreciables la vida de familia. 1 enPero, en fin, supongamos que haya
tónces es cuando verdaderamente
se II sacrificado una madl'e, durante cierto
puede decir, con un autol' moderno, que [1 tiempo, sus deberes a este, asegurándose
adquiere i conserva siempre la mujer, de todo por si misma. Supongamos que
formada de esta suerte por la educacion
el espíritu de la esplicacion que escoje
de Jamllia, una supel'ioridad a que no es no solamente moral, sino relljioso;
pueden llegar las' otras.
la instruccion sólida, bastante lata, i,
Hal, por otra (larte, en el coráZOD de la que no es ménos importante, no exuna madre mas de uua cuerda sensible ceslva. Ilustrada la madre lo suficiente
cuyas vibraciones, prolongándose has- sobre estos puntos fundamentales, quie"
ta en el Cor/lzon de su hijaj sacan so- re entrar en el círculo ordinario de sus
nidos inOnitamente dulces i acordes. Lo ocupaciones; ¿ quién la reemplazará al
importante es que sepa tocarlos oportulado de su hija? ¿ a quién la confiará!
na I sóbriamente, no sea que, abusando
No será sin duda alguna a una doncella,
de estos delicados sonidos, acostumbre
porque aunque fuera de alguna edad,
a oirlos sin escuchar/os, pues entónces
i dotada de esperiencia i de adhesion,
emplearia el instrumento sio producir
no puede tener ni la iustrucclon indisjamas armonía, I hubiera sido mejor pensable para juzgar si, apesar de los
renunciar a usarlo.
mejores precedentes, se deslizan doctriPor lo demas, estas posiciones ente~ nas malas a peligrosas, ni la autoridad
rameute independientes en que Instru-¡ necesaria, ni el tacto suficiente de las
ye i educa la madre a sus hijas sin conveniencias sociales para prohibir O
ningun ausilio estraño, son sumamente
atajar un paso poco oportuno; ni tiene,
raras. Lo mas comun es que pueda en- en fin, el juicio bastante ilustrado para
cargarse de la educacinll de un modo dis,cernir la conducta que debe obserjenerai, i, por decirlo así, a bulto, pero varse en mil circunstancias delicadas.
viéndose obligada a confiar a otm la Entónces es preciso recurrir al ama de
instruccion i la vijilancla habitual;
es I gobierno, tesoro UD poco ménos difícil
te es el gran escollo de las educaciones
de hallar sin duda que el aya, que acuprivadas.
mula los cargos de dirijir i de instruir,
Dos caminos se presentan entónces:
perla un poco méDos rara, convengo en
en las grandes poblaciones, las cátedras elJo, pero DO obstante, de mucho mas
públicas ;en ellas I en las démas, el l valor para ser comuD. Jeneralmente $8'
l cree baberla haJ/ado, i solo lai! se ha
aURillo de las ayas.
El primero, que parece reunir las I encontrado una bábil imltacion su)'~~
ventajas dell colejio a las de la vida de pero poco consistente, que pierde ''Sn
familia, es quizás. no obstante, en el brillo al cabo de algunos dias, o hiere
fondo el que tié~e mas Inconveniente!'.
quebrándose a aquella a qUiendCjberla
En primer lugar~ jamas comprenderé
adornar.
LA
....,...._
..ol..
MUJER
.•••
CRISTIANA.
••••••••
_~
E:n cuanto al aya encargada enteratnente de la instruccion i en gran parte
de la educacion de la jóven, es una dicha encontrar una que tenga todas las
condiciones necesarias;
dicha que no
todos consiguen;
i esto se es plica fácilmente: 1 tantas son las cualidades
t aun las virtudes que le son indispensables 1 :Necesita usar con la niña dulzura i firmeza, i, no obstante. por poco
sostenida que se crea por su madre,
abusa de la una, quejándose amargamente de la otra. Necesita indispeosablemellte cOllocimientos estensos i amor
a la enseñanza;
pero no debe tener ese
celo sobrado ardiente cuyo brillo, resplaodeciendo en un principio, se eclipsa eu seguida para siempre: debe tener un entendimiento frio, sosegado, reflexivo i nada ex.altado o novelesco;
pero necesita igualmente un corazon
amante, {lUeSno eon.ieguirà nada de su
edueaoda si no logra que se le aficione
atlcionáudosele tambien eaa. Finalrnen·
te, son condícion necesaria para el buen
éxito de sus lecillones hábitos de órden
i de método; pero es, no obstante, un
escollo la tirantez o la ioflexibilidad, al
cual debe opouer la condescendencia
para con todos i la sumisioo para con
aquellos cuyos derechos sobre la niña
son siempre anteriores a los suyos.
Muchas posir.iones sociales recomiendan a una aya suma resel'va, una gravedad, una circunspeccion tanto mas
austera, cuauto mas jóven sea; pues que
participa naturalmente como las demas
de esa alegría viva i confiada de la juventud; porque a veces le sonrie el porvenir, apesar de su posicion dependíente, i solo a costa de los mas enérjicos
esfuerzos puede sostener el grave papel
que reclama su virtud como una salvagtlardia indispensable.
Si por lo ménos fuera siempre apreelada su conducta, soportaria con mas
valor las amarguras de su posicion;
pero D~, ··Ios i}lIC la rodean laealifican
de gazmoñeria, de vanidad, de tirantez,
de una susceptibilidad
intempestiva.
Repréndenla los padres: la oyen los
niños, 1 desaparecen poco a poco la COD-
61
_~_
.•••..
_~
~
__
-....
fianza, el respeto, la obediencia, todos
los sentimientos que debeo unir la discfpula al aya, haciendo la falta de aquelIos imposible el cargo de esta.
Los criados, que por la comun solo
ven en el aya uo aumento de trabajo;
los criados, por lo comnn aduladores de
la niïlez, la miran cou ojo investigador
i celoso; dánsclo a conocer en mil OCI1: siones, i aprovechan todas las que se les
presentan para llevar a sus 'amos cuenI tos
que no son escuchadosia veces en
un principio, pero cuya impresion permaneee i vuelve a sentirse al primer
motivo aparente o real que tienen de
descontento.
Si son poco rápidos los progresos que
hace la niña, jamas creen los padres
que sea efecto de falta de .aptitud o apllcacioo, sino de ser malo 'el métlldo de
enseñaoza, o de ignorancia o desidia del
aya. Si, por el contrario, esta consigue
con algo de firmeza que trabaje, son
peligrosos para la salud dll la niña su
rigor i sus exijencias, i no\artlàen
declrsele que tl'ate de escasearla moderando su propia vivacidad.
Vesc, pues, que el camino que recorre, rodeado de precipicios, se halla
tambien embarazado
de dificultades;
cuya aCllmulacion, aumentándose diariamente, solo puede venc~rse por una
virtud ilustrada, prudente, i, sobre todo,
I perseverante. Al retroceder precipitadamente para evitar Un e5001l0, cae en
! otro; muchas veces por no ser demaI siado lijera ni encojida, aparece morosa,
I sentenciosa i pedante;
}lOI' no parecer
indiferente a la niña se mezcla indiscretamente en todo lo relativo a la familia,
i aún llega a adoptar un tono de familIaridad chocante, i concluye introduciéndose en los secretos de lo interior
de una manera embarazosa i sensible
para ella i para los demas.
Espantada por los peIlgroscuyamultitud i diversidad parecen dell8fiar su
deblIldadtabruIDadaporWOOs
los deberes que la impulsan i la oprimen, sin
dejarla tiempo para tomllr respiro, se
abandona por la comun el aya virtuosa
al desaliento, a se turba hasta elpuoto
B t B LlO
62
TB
eA
~~dÎJlbg~¡'î;;;~¡í~;;t¡~;~d;;;'
delicada posicion. O~curécese su juicio,
confúndense sus ideas. i sino cae en
estravan¡taclns a caprichos culpables, la
debe a Dios i a SUd rect:l$ intenciones;
sino comete, repito: faltas personales,
estravíase por la comun en las educaciones que dirije, i obtieue resultados
incompletos o malos.
Hé aquí por qué cuando una madre
cree haber encontrado un aya perfecta,
no puede ni aúo descansar únicamente
en ella; l hé aquí por qué debe tambleD estar ilimitadamente agradecida a
esta mujer, cuya lucha valerosa tiene mayor mérito por su misma oscurldad. Si encuentra este precioso tesoro,
debe dar a Dios gracias por ello; porque posee esa piedra imajinaria, cuya
maravillosa propiedad cambia en oro
puro las cualidades llenas de mel.cla de
su hija. Entónces es un deber suyo, i
esto debe ser satisfllcUlrio para su cara·
zan, volver a esta mujer verdaderamentefuerte,pormedio del reconocimien·
ta i del afecto, todo la que ella da a su
hija por medio de su adhesion i· de su
celo. Procediendo así, haciendo mas
aUD, no se verá satisfecha todavía la
deuda contraida; hai infinitas de estas,
l la de que nos ocupamos es de este
llûmer:o.
VI.
SlnembargoJaún 1'0 estlls condiciones
escepclonales" baí niñas de caractéres
difíciles de contentar, egolstas i exijentes, o naturalezas sibaritas habituadas a
todos los refiuamientosde lacomodidad,
para Ql1ienesparece ser necesario el co'ejlo;
i llega. 8 serio especialmente
cUIi04o,no presentan las seguridades indill{)ensablesya enumeradas, ni su poBlclon, ni la madre, ul el aya. Aquí se
suscita de nuev.o la cuest/on sobre qué
colejio debe elejirse. No hai duda que
las aS(J~aciones l'elijiosa$ dedicadas a
la enseñanzl!, la facilitan mucho con sUs
conquistas reci<mtes i siempre en aumento, i que" como ha dicbo M. de
Montalembert, ''#Jlulan con la mism"
I
rapidez: que las ~ecesidades sociales ;
pero '8quí tamblen exija la abllOdancla
L 1T E
J.t A alA.
de~~~~;;;;;;~~a~I;~~i~d~à~iîi~.
den tambien consultarse las diferencias
de posiciones i relaciones, la opinion
de los padres l parientes de influenci~
que, por la comun, se pronuncian COD
fuerza; a veces tambien el deseo l el
atractivo de la nina; pero haisobre todos estos motivos reg/as de que e$
siempre peligroso alejarse.
La primera consiste, tal ve~ en Jill)
colocar jamas a la niña en un coleJio ep
que sean superiores a su fortuna i posi...
cioo el lujo, los hábitos i el personal de
las educandas. Muchas educaciones
adolecen I ai! de este vicio sin notar
muchos padres que, oyendo solo 8 '"
amor propio i al de sus hijas, trabajal1
activamente eo su desgracia. Sinembargo, nada es mas cierto. Despues depasal' cinco a seis años fuera de su esfera~
vuelven a su familia con ideas que esta
no comprende, con gustos que es imposible contentar, con relaciones cuya
continuacioo es no ménos imposible.
con el senslblll conocimiento de su infe·
rioridad social; cao el deseo ardiente e
inconsiderado de salir de ella, i con
una esperanza quimérica de conseguirla, fortificada diariamente por los sue...
ños de su ·juvenil imajinacion. Deseoi
esperanza por los cuales abandonan las
ocupaciones de su estado i el cuidado
de su familia; rehusando a vooes los
partidos mas ventajosos i las mas fun•••
dadas esperanzas de felicidad, que coo.-o
cluyen a la larga por convertirse en
desaliento completo i desconsolador.
Este es el resultado de esa manía, iDconsecuentede elevarse, jeneralizada por
el espíritu de orgullo de lasocledadeotera, I de que todos nos hallamos poseidos de ua modo mas a ménos notable;
este es ese fantasma de igualdad, perse'
guida sin cesar por Insensatos a qulenea
causa vértigo. j Guardémonos de empeñarnos eo esas sendas que van a pa••
l'al' al precipicio!
Pero al permanecer en la posleion, ~
que Dios la ha colocado, la jóyen ¡¡aci.•...
da en una de las clases 8eomodad~ de
la sociedad necesita instrucciolh cup.!••
quiera que sea la escala que eo eUa
ocupe. Así. pues, debe cultivar cou cui"
LA
MU JER
CRISTIAN
A.
63
dado i reflecc.ionel estudio de la hlsto-II r¿jenerarse en esas aguas tan vivas,
ria antIgua i moderna: la jeogrllfía, apesar de su aparente estancacion •
.algunas partes de las matemáticas, al- II La ciencia relijiosa es para la educa·
gunas nociones de las ciencias naturales cion a la manera que esos estandartesi flsicas, parecen componer un pl'ogra- ! I benditos que !Ievan en nuestl'as proma suficiente i no mul estenso, si se cesiones jóvenrs doncl'llas vestidas de
lleva a efecto con método i discero¡-I blanco. El flotar de las Hjeras cintas
mIento. Sobre todo, debe dirljirse con . que se escapan al soplo de la brisa, son
ilUen gusto i trabajarse con asiduidad la il los demas estudios, ajitados sin cesar
parte literaria de su educacion. La es- I por el viento de la inconstancia j de los
pecloli<ladde Jas mujer(1s l'onsiste en descubrimientos bumanos. Si se separa
ese, gusto esquisito i depurado, porquo la cinta de la bandera, lIt'ga a ser [nú .•.
tienen con frecuencia que juzgar las til, i hai que arrojarla: la 'mismo debe
obras de los hombres; i siendo sus lec- hacerse con toda ciencia que quiere aia·
taras desinteresadas, porque raras ve. larse de la Relijlon.
ces son rivales, es segara la imparciali«Seria, eu efecto, desconocer la
dad de su juicio, dependiendo su esac- ciencia i el objeto del catolicismo 1matltud del modo cómo se desarrolla en jlnarse que existe para la niña, i aun
.ellas el sentimiento natural. Por otra para el niño, una enseñanza radical{larte, jeDeralmeote se les conserva ia meDte distinta de la enseñ~Dza relijiosa,
palma del estilo epistolar que les legó única que ha presidido hasta aquí al
Mad. de Sevlgné, talento lleno de en- movimiento intelectual de su alma __.••
.canto i de gran utilidad para una mujer
.que casi siempre necesita tan solo para
« ¿ Querels dar a la intelijencia de la
desplegarse UDpoco de cultivo.
jóven UDpoder de unidad; ~na fuerza
de lójica, Ulla gran rectitud' de juicio?
Finalmente, i sobre todo, cerniéndo- Haced salir todos los conocimientos que
Sa como el águila en las rejiones elevadebe adquirir del elemento revelado, de.
das iporas, i dominando a las demas positado en su alma por la educacion de
eienclas como ella a las demas avcs, el su primera infancia. lniciadla por me.
estudio profundo, séria, razonado i has dio de uno nacían mas profunda de los
ta filosófico de la Relijion i de su histo- dogmas católicos, en la ciencia de Dios
ria, * DO soJo debe ocupar el lugar pri· i de las cosas.
mero en el entendimiento de UDa mu- t
('( Referid a las verdades católicas to~er, SiDO\lenarlo enteramente. Este es do la que debe saber en el órden de los
:el océano incorruptible que separó Dios I hechos puramente científicos: que se
del barro en los dias de la creoclon, de- hallen siempre en armonia con los be.•
jándolo, no obstante, a la tierra para re· chas revelados sus estudios de historia
frijerarlo. El mismo Dios colocó sus Ií- natural i de jeografia.
mites, i estos límites, confiados a la
Il Organizad la historia de Jas nacioguarda vljilante de la Iglesia, resisten nes i de las sociedades segun los datos
todos los choques j sostienen todas las a ideas de la historia sagrada, hilo misdebilidades. Las demas chmclas solo tel'loso, que es la único que podrá
son pequeños afluentes comparados con guiar la por entre los oscuros .senderos
,eSte mar Inmenso, lIegaDdo aún a se- del dédalo de la historia del mundo on.carse i corromperse cuando no van a tiguo •.
•
I « Que estudie la historia moderna en
~!ta~u~~~:~:a i~~~~~s;'er~~~:::~l:e~~; l~ historia: par la ~istorlo deIa'I~\eSia,
,dm,'que Balda, Ana i Débora profetizaron I sm la c~a será sIempre unvro ema
,~nléDtrasguardaban los hombres silencio. lisiO soluclOn•.
'
1 que bajo el yugo de la cruz se tiene en
«Que aprenda en. la hIstoria de la
.consideracionménoselsexo que el espíritu. Iglesia las calamidades con que ban
(\S'anJerónimo, carta a Eustor¡uio.)
, inuDdado la tie •..rll las herejías i los ds-
il
II
h
t
••••
64
BIBLIOTECA
mas; que se famiUaricecon
la histo-,
ria de 108 errores i de las revoluciones
de que ban sido causa el protestantismo
i la incred\llídad.
a Que im~rima el arte cristiaOD en su
imajinacion, i, sQbre todo, en su corazan, sus cándidas i puras imlÍjenes.
Arrancadla de la funesta admiracion de
la poesía sensual i corruptol'a que inspiro a los artistas i a los poeta~ de la
antigüedad pagana, I que han renovado entre nosotros los pintores, los escultores. los "poetas del renacimiento,
esos grandes corruptores de las naelones modernas.
CI No dej~is penetrar en su alma DOciones anticatólicas en historia, en literatura, en poesia, en morar.
aAparézcasele.s el cristianismo siempre
como el elemento jenerador de lo verda·
dero, de lo bello, de lo justo, de la útil,
de lo santo, Que comprenda, con cierta
especie de intuicion, que allí donde no
reina el cl'Ístianismo hallará la vista
atemorizada, el mal, el egoismo i el
error.» (Combalot:
Conferencias sobre las gradezus de la Santísima Vír-
jen.)
Cuando pidieron los habitantes de
Jerico al profeta .Eliseo que quitase a
las aguas de su territorio la amargura
que le hacia infecundo, hizo que le tra¡esen un vaso de barro, lo llenó de sal,
¡la arrojó en la fuente; ¡no fueron ya
amargas las agoas, ino hubo ya mas es·
terilidad en el pais.
Las aguas de Jeric6. las aguas de la
ciencia únicamente profana, son mui
amargas:
la tiel'l'a que deberian fertilizar es mui improductiva, I solo aHm,enta plantas veneuosas i las mas activas
ponzoñas, Pel'o vosot¡·os, hijos de los
profetas, i mas aun, vosotros, cristianos,
traed la reJijion, su estudio. sus inspiraciones; si os parece un vaso frájil, no
temais nada, porque se hal/a probada
su solidez. Este vaso de tierra contiene una sal preciosa e incorruptible;
e~hadla en el manantial para que lo pu"
flfique, i no hahrá ya mas esterilidad
~n el pais, ioo serán amargas las aguas.
1 se convertirá
el veneno sutil en un aUmento sano i nutritivo.'
LITERARIA.
Il mente
En el dia, es una necesidad Inter•.•
escepclonal que han creado trisI tesde losacontecimientos,
es una necesidad.
tiempos que corren, instruir pro~
fundamente eo la Relijion a la mujer,
para rehabilitarla en la familia l asegurarla a la sociedad, porque elJla,es su
mision. El bombre no es mas que lo
que la mujer le hace, i la mujer d~ldia
no puede bacer al hombre cristiano li!iDQ
unIendo a la práctica esacta la ciencia
entera del cristianismo. » ( P. Ventura:
La mujer católica.)
1 despulls de h!lber indicado 108 me ••
dios propios paru guiar a la mujel' cató·
tica a esta cieucia completa del cris~ia~
nismo; despues de haber acoDsejadQ
como el medio mas poderoso la lectura
de la Escritura Sagrada i de los PP. de
la Iglesia, el ilustre escrito¡" añade: «En
presencia de una mujer que sabe así el
cristianismo en .:sus principios, en la
profundidad i el resplaur.lor de sus mis:teriljls, en la sublimidad de sus armonias, i que lo practica por las gracias de
sus virtudes i por la constancia de su
sacrificio, no hai temor de que laiocredulidad del colejio conserve su afro·
gancia i su ceño. No habría que campa·
decer, sino ántes bien que aJlllirar, a
una matrona cristiana ¡je este temple,
debIendo, o rendirse a sos exhortaclones que insinúan la fe, o callarse; tanto
mas, coanto que la mujer seria mai hll'
milde con la ciencia del cristianismo.
adquirida en estas fuentes, en el Evan~
¡elio i en los escritos de los gantas Padres. Lo que III hace vanidosa i frívola
es]a cienda mundana. la semi ciencia,
inspirálldola esa presuncion en sus pretendidas laces, que, insoportable en el
hombre, es siempre ridícula en la mujer. (P. Ventura:
La muJer católica.)
« Pero una de las llagas mas grandes
de la sociedad moderna, dice mas arriba,
es la profuuda iguorancia de las muja! res eu materia de relijion. (, No hemos
visto mas de una señora distinguida }lor
su iojenio, i hasta que practicaba I.a'teIijiou, confesarnos franci\mente cJ"jlDO
creia en la eternidad de las peoaS, 1&()
pudiendo conciliar. su C1~tenrUmierJto
I
LA
MUJER
CRISTIANA.
,ese dogma con la bondad de, Dios, ¡ o '110 siente en manera nlguna? i Ab il
~ontinuar llamándose cristiana católica en las grandes capitales especialmente.
la mujer bien educada habla bien,esno obstante negar el dogma fuudamen~lll del cristianismo i de toda rclijion ? . cribe bien, sabe bien literatura e histoEsto es, COrno se ve, el colmo dr. la ria, la mitoloj(a i las antigüedades ro·
ignorancia en mnteria de re¡ijlon, unido maQas, la mù~ica, el baile, el dil:¡lljo, i
~I colmo del orgullo i de la necedad. l, aúu la historia natural. Lo que ignol'a.
~inembargo, se halllln difundidos en el o no sabe lo suficiente, es el catolicisbello sexo mns de lo que se cree esta mo, es 13 !'elljjon. Lo decimos con proignorancia i este orgullo, i cierto espíri- , fundo pesaI': la educllciou relijiosa de
~u filosófico que es su consecuencia', las j6venes se baila, con raras escepeioforzosa. i, Por qué, pues, admirarse I nes, tao descuidadll como la educacion
de la falta de toda creencia, de toda' de los joveues: la educaclon de ciertos
práctica relijiosa en el seno de tantas conventos es tan mundana como la de
familias que se dicen católicas o <.'l'istia- ciertos colejios.
nas'! Si es cierto que en poI ític.n.todo se
Jlace por los hombl'es, tambien lo es qne
(1 S:¿ntese
qUi: sean frívolas las moen relijion se hace todo pOI' la mujcl' ('j. jeres; mas ¡Dios mio lias mujeres sou
J..a mujer difunde a su alrededor todo lo lo que las hacen. Bien mimdo, su eduque sabe sobre esta materia. El mundo cacion no es nalh o casi nada formal i
(lebe a una mujer el Hombre-Dios. i el . ~~ria relat,ivnment~ Il 1;) que mas debecristianismo se difunde i se perpetúa en llan sa!~el. ~olo ~~ tra~a de for~ar con
ç\ mundo por las muJeres. Pero, .: cómo ella mU.iere~.m,strUl~a,s I hasta hte,r?t~s,
podrá inspirar la mujer a los demas la " pero no m 1Jeres s~!Jdame~te reh)lo~as
I'elijlon de que Il veces solo tiene ideas' de que, tanto necesita la epoca actual.
falsas o Incompletas, sentimientos dé. :N,o se pIensa. en estd lo sufici~nte, o mas
~iJes o exaillrados o que ella no conoce : bten no se pIensa absolutament,c Dada.
,
.
Un poco de catecismo que OIVld'lD las
jóvenes casi tan prolJto como acabaron
(") Aqul no hagó mas que citar, sin pre- de aprenderlo. i la lectura de algunos li,tender adoptar o confirmar todJS las opio bros piadosos: hé aquí a lo que se li.
niones del célebre teatino. Debo confesar mitil toda la educacion relijiosa que se
lambien que mi orgullo femenil no ha po- da en las familias cl'Îstianas, i aún en los
4ido suscribir jamas a esta proposicion conventos de llIas sólida enseñanza.
tan absoluta: en Reli¡ion todo se hace
por la muJer, así como tampoco ha :'\0 crao \'erdr:deramente
frívolas IflS
podido admitir ciertas ideas prácticas, santas mujeres de los primeros <siglos,
consecuencias naturales de estas, desa- de la época de 103 Santos Padres, i de
rrólladas en el libro de La llluJer Ca- la Edad Media; eran admirables figutóltca con ese vigor de estilo i esa riqueza ras, cual no se puede imajinal' nada
de pensamientos tau propios para cooveu- mas formal i mas sólido; pero se ha~
çer. Algunas opiniones exajeradas pueden lIaban formadas tambien de otl'fI manc'
tan solo marchar alIado i hasta vivir en;,
buena inteliJencia con otras opiniones de ra, se hallaban instruidas en 1,1 Relijion;
una intachable esactitud. Así se ha visto La instrucdon relijíosa, aun Sill la insinuchas veces, i a mi parecer se ve con truccíonliteraria,
es mucho para la mufrecuencia en la obra citada. Pues bien: jel'; al paso que la instrnccion literada
la necèsidad que tiene la mujer de la jns- sin la instruccion relijiosa. no le sirva
trnccion relijiosa es una de esas opiniones de uada. sino es para inspirarle mayor
contra las cuales solo protestaràll los que estimacion de si misma, mayo~vanidad.
no quieren relijion para nadie; pero, al
hacerlo, le darán una sanciou mas a los i un deseo maYOl' de hacerse valer ,
ojos de todo cristiano verdadero,
Con- sentimientos de qua no necesita, ¡que
tinuó, pues, trascribiendo estas pájinas por lo contrario son un cebo mas .'\.su
notables i tan verdaderas mdudablement€
debilidad, i un exceso de alimento a sus
.para mí, CD el fondo;
pasiones, Una mujer ep'quien ))0 se h~
l
.N'I.I\EGA 9.
66
BIBLfOTECA
LITEl\ARIA.
lia equilibrada la instruccion puramen'" tdlica, despues de haber probado el\
te literaria por \lua lnstruccion relijiosa las pájínas precedentes i en otras que no
sumamente sólida, i cuyo talento no reproduzco aquí, la necesidad de una
(lDDtienen en sus justos límites los verreforma en la enseñanza relijiosa de la
daderos principios i los verdaderos seu-¡ mujer, añade por conclusion.:
tlmientos c('istianos, es una moj!'r teme· '. ( Miéutras no vean los maridos es_
Taria, imprudente, Hjera, fi'Ívo!a, orgu!~epti('os í los júve¡~es fliosofos en sus
lIosa, haciéndose no~ar solament!' por mllje¡'es i pn sus mndl'es sino, segun
sus graodes pretensiones de tener talen·
quíeren, elltcnd!mienlcs débiles, empe'
to, por su soberbio desden de lo~' dWBS que¡jH~idos por la eJ.ul:.1cion del colejio,
¡una ioca idolatría de sí misma .. Es Ulla entendimientos cuya educarían relijiosa
mojel' con cuya prudencia no puede con- no pasa dcl catecismo;
miéntl'as no cotarse. 1 esta es la mayor desgracia de nozcau ellas suficiente;neute el cristia..,.
una familia, pucs por ella penetran en nismo para hacer ruborizar a los que la
el bogar doméstico el desórden i la mi- atacan a su lado, haciéndoles tocar can
seria, acompailados de toda clase de es- la malla su craSil igno1'ancia i su frivoeándalos i de ruinas.
Iid¡¡cl; miéntras no sepan dar, cuando
(l Al contrario,
la mujer que no te· llegue el caso, l'aZOlles sólidas de las
niendo mucha instl'Uccion mundana tie
creencias a que se haIran tan adberidas
ne mucha instrucciou r<'lijiosa, i que, ':. ¡de lQS p¡'¡ícticas que siguen con tan es.
por consiguiente, conoce Il,CIl jas gran ·1 crapulosa eSllctitud, tendrán mucho lJue
dezas de la i~elijion, se penetra de su ! hu('r!'; porque, si vien podrá agradar
espíritu i se apresura a praclicarla por el espect;lculo de su conducta sin tacha
medio de las virtudes modestas de su : al egoísmo de los hombres cuyo coraestado, es una mujel' formal, humilde, I z(m está helado por el fdo de la increprudente, discreta, previsora, dedicada
dulidad, no iltgará II conmovel'les: i sí
en cuerpo I alma a la verdadera felíeibien polir'} tt'I1CI'SC pOI' las que dan este
dad de su esposo i de sus hijos; sino espectáculo las consideraciones que e:xi·
brilla mucbo por las gl'acias de su in - jen las conveniencias sociales, no se
puio, se hace respeta!' i admirar por la tendrá para con ellas la estimacion verBenerosidad i la constancia de su adhedadcra (o mas bien Cc).'p{e(a);
se apajion. Si no sabe formar largas clállsulils
rentará avenirse con su ignorancia i se
j períodos sobre el bien, sabe praeticondeuará su debiliaad; i dichosas ellas,
caria; i esto es cuanto esperan de ella siuo llega a desprcciál'selas !
Diosl los hombres, lil familia i la socie( No era estn la que sucedía co los
dad. Semejante mujer es el don mns primeros siglos de la Iglesia. La mujer
rico, mas precioso que puede hacer Dios cristi¡;¡¡¡¡ tenía entónces eleonot'Ímiena una familia; es la base de la concor- ta histórico, el conocimiento de los h.e~
dia entre sus miembros, es el manan
chas, el conocimiento material; pero
tial oculto de su riqueza, es el funda I tambien el conocimiento racional en
mento del órdeo que reina eu ella, es la Cllonto puede tenerse, el conocimiento
prenda de su dicha I rie ~u prosperi- 'de d('mostracion, el conocimiento ('ientí·
dad.1> (P. Ventura:
La mujel' cató- fi('O del cristianismo, i por ¿ste conoci~
lica.)
,miento de las verdades mas sublimes,
l, finalmente, permítaseme esta úititraducidas a la práctica por las vil'tudQ~
Ola cita (*): el autor de La mujer camas gl'andes, era como imponia Il los
I
(")Ta1 vez se crea que abuso del derecho
de citar ; pero es costo~o ¡ difícil aI pobre
que se halla cerca de la mesa del ricn, no
tender a ella la Ill~1l0, Por otra PQrte. los
pensamientos espresados en estas bellas pei·
jinlls ,eran tamblen los mios, salvo Ulla es-
tepeion ya indicada. llame parecido, pu~
que no podria espresarlos nunca COll tanta
perf'rccion el estilo frio i descolorido de
Ulla mujer, Yo espero que rois lectoras, si
las tengo, me perdonaràn que haya tomado
para darselo, un bien que yo no poseía.
tA
e RI
M U JE R
S T lA N A •
i'l
álósofos del paganismo i al paganismo
de los filósofos, cómo les conmovia
tes atraia a la verdadcl'a reli,iion, o cómo les confundía í les reducía al s!tencío cuando no lograba convertirles;
i
por esta predicacíon dJméstica
de la
mujer cristiana, cuyas doctrinas se apo.
yaban en razones sólidas tantn como en
conmovedores eje;np!os, se estab!eció el
cristianismo en la familia i se pl'opa~ó
en la sociedad.»
(P. Ventura: La mu-
para hablar mas claramente, es casi indícar un convento. En los demas colejios, cualquiel'a que sea la pureza de las'
I intcnciones
j de los p¡'incípios
de la
. directora, cualesquje¡'.l que sean su nelo .•
I su talento,
su amor al bien, su ternura
para con sus educandas, bal que tener
eu C'Jenta que no e~tá ella sola, que DO
,todas sus ausilíares, sus subalternas.
obran con motivos tao puros que no se
,hal!un empeíhdils con votos a la obe1er católica.)
i ùieoeia colUO ella. Pues bien; donde
Si este alimento sustancial, mas ne- hai divcrjencia de móviles,Bs de temer
cesarío pllra la mujel' que el pail, j cuya que !lO h"yq ni nnidad rIe acojon, ni
poses ion se adquiere tambieu pOL' ella Illlidad de pl',¡)~ipios, ni unidad de seacon el sudor de su frellte; si este e~lu- i ti,,,:e"Los, ni uüidad de método: allí
diora7.0uado, i al mismo tiempo llfác¡Joude uo !lD,i unidad es de temer que
tieo, d~ la pala\Jt~a de Dios, 110 ès tan ¡ se iutrocluzc'l el desórdeu, i donde bal
completo en las caSl\S relijio:¡as como se desól'Ùeu no se encuentra a Dios, i allt
podria desear; si aUIl elevándose jene- ¡]olld~!lD se encuentra a Dios, nada es
ralmente a mayol' altura que los de\oe"t::hl~f uflda es verdadero,
nada es
cionaríos, está léjos de habel' llegado ;:uro, Mela pnelle ser hueno: las aguas
aun a la que exijen las necesidaLles de son ,Huarg,ls, i ahogan hw olas.
nuestra
escéptica . soeielÍl\d, ,,",
e., ~usto re,·
Te'.",~c"
,
"";,,oe LIlI n'"ulcn mUI"r~eI't
P ~s ., e qu'""
"conocer, no obstante. que !.al. en el un llq:.lí tratllmos de las coldalas internas,
progreso, que es mas eôtcllsO I mas for·, de la rcclusiou complet:}' interrumpida
mal en los ¡;onvputos ("Jg eu 0:,'83 par-,
,
,
~
1
.,
,
Up"t1E,S P'H e5Clisu~ I Cl'nas vacacIOnes'
tes. Par lo dcmas, cs sn pl'luc:pal 1 su
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único a ayo' p au. "1 'el ( ue ha mil' que se I'ü a 1 ,e.uu mune o lluevo (~
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se "U;Hece !r',lllllu dL1rante alaunos anos.
taùo , un gmu 11.muera
l',
~'I "'.I vo l v cr.a
. ' de Illstitul~\OG,e',
,Dura, '" Sl¡ Ii.)' ue
c, y::\ srll\Jl'l[\,
partIculares
ljllC nlUneroa
por Il" om' \ .]
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querido relevado al 5("\ uùo nw''';) í I ~CI' CIJllLuC'ua il mem() e l'sepr
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por DO haber
~omprel1c1IJJ que :iô'!U en
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..
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i),:;¡Cll"IUO il ema' 1 a COffiua ·¡r.
presencIa deJe5U'~l'Isto ~e fll1hi,e 1L1U1'•
cbar sob¡'e las 015s Slu sumerjirse, Ca,¡
En cuanto [J las eolejiala5 esternas,
mujeres ban obiùado que, ,llll} es una I [J~p[JcjeJe télmíDo rnl~dio inventado pa·
ciencia la fe, es uoa Virtlill madre ùe la .1 ¡'n 3g:cgar a la molicie de la vida de<faciencia e hija dei Dio,) da lt¡S ciencias.
m:!iu los i1ct:íidos ¡ el espíritu de I'ebe~
(Libro da los reyes.) i Lk:('1!Jscn
¡hm ¡Jel colejio, solo puede tenerse en
paz I El iuteres, aUIl unido a ~'irtUL\e,; cut:.Jlf\ pal'U proscribido, I proscribirlo
reales, aun atenuado pOl' l'ócta:l jutLllde ,ui suerte, que delJapreferirse
jeoeclones, no valdl'ia nunm el sacl'i!1'~;o ¡Je ralmente uuu cÍlsu eu qnc no se admitan
la piedad; jalllas J:gllt'U taa solidumeli:e
estel'll1\S, pOl'que síernpre l'eioa eu e!la
al deber como lus votus,l'ciíj1o,os .¡tlrados
ml\3 1Il'Jfo, mas union,
mas ¡noceo,eJa.
fi Di~s. hechos
por El i c;mscnaLi J; , mas amor al estn:iio i mucho meUQS
por El.!
esplri:u muüdano .
. Así, pues. es pl'et:i~(J canw;l)ir en que I
. ------_ _--------,,--.-............,..---~--.
b.!lblar de colejios es UOIllUn,1'u,; eoleJia
relljioso. salvas raras eSI.:CpciO'lCS l*J; ï
N"
I
en:
II
..
(il) Entre estas escepciones las hai no SQ- ' mular que soo únicamente lescepciones¡ i
lamente dignas, sino admirables bala todos : que aqui examinamos la cuestiou eu su cO,aconctptos. Sinembargo, no podemos dis·¡. \ .íunto.
B 1~
L 1 b l' E e À t
IÍI E Ii: A RIA.
de las bellezas materiales de la natura-'
leza, ignora las del deber; la jóveb
enajenada por un instrumento o por uri
Ji.. los estudios sérios e indispensables
pincel, es no solamente una mujer inû..:.
ya indicados, vienen a unirse otros casi til, apesar de sus talentos, sino una
tan necesarios a los ojos del mundo, i mujer cuya virtud, tan vaga como su
que desgraciádllmente
le paree6n un vida, no ufrece' a UD marido ni confiancomplemento obligado de los primel'os ; za ni dicha; a la familia, ni amor rií
pero a los cuales sacrifieo muchas veces t sacrificio; a la sociedad, ni edificaclon
estos. Tales son las artes de adol'llo.
ni ausilios; a la rclijion, ni espontaneiNo seamos mui esclusivos en este dad Iii sumision.
punto, no incurramos en el exceso opues«( Madres de familia, a quienes ciegan
to que combatlin9s,
porque con esto las tiranías caprichosas de la moda,
echariamos a pel'der nuestra causa.
¿ qué objeto os proponeis obligando il
Si los talentos de recreo o adoruó no vuestras hijas a consumirse durante las
son el fondo de una educacioll, sou accetres cuartas pártes del día sobre un iDS'sorios suyos llenos de encantos; si no trumento de música? ¿Por qué comsou ni los cimientos ni las paredes maes- ¡ prais para ellas, a peso de oro, las lec":'
tras del edificio, son su fachada ¡sus
ciones ruinosas de esos célebres profesoadornos; si no son las pájinas eloruenres que anteponen el arte del canto i
tes, profundas o sabias de un buen libro,
los acordes voluptuosos de un arpa a las
son sus dorados, las viñetas, las ilus- obligaciones mas fundamentales
i maS
traciones tan apreciadas en nuestros necesarias!
dias. Me atreveria a decir acerca de los
(( ¿ Esperais. que vayan vuestras hi:'estudios sérios, sino temiera desnaturalizar el pensamiento de Jesucristo. apli- jas a provocar un dia con la fascinacion
'cándolo a un aSllllto prcfano :Éstos son de su talento artístico las lisonjas afe.':"
mínadoras de los circulos paganos que
los que deben ado;Jtarse; pel'oañadiria:
..
'sin omitir no obstánte los demás. (San las escuchan 1
Lúcas.)
cc ¿ Cuál seria el fruto de esa ciencia
Ráse dicho mil veees i de mil modos académica que les haceis adquirir con
que las artes constituyen el encanto de detrimento de su sulud i casi siempre
la vida. No debe, pues, despreciarselas,
a costa de su piedad i de su inocencia?
cuando es posible dedicarse a ellas sin
« ¿ No se esploran en los tiempos que
,perjuicio de la educarion. Pero querer
alcanzamos la mÚsica, el baile, la pincomprenderlas
todas, es cambiar totaltura, la literatura i la poesía en fomento
mente los papeles; es hacer de lo accesolo de los placeres sensuales? ¿los
iorio lo principal;
es hacer descansar
habeis imajinado que esas artes pelisobre las piedras poco duras i melladas
grosas son para vuestras hijas la escllela
de los relieves las piedras macizas desde I3s virtudes sólidas i fecundas que
tinadas a los cimientos. No debe tamforman esposas fieles i madres cariño':"
poco dedicarse demasiado tiempo al arte,
sas? D (Conferencias sobre las grande'a la obra eleiida, so pena de recaer en el zas de la santísima Vírjen: Combalot.)
mismo escollo, so pena de suprimir el
No, ciertamente; esas artes peligrosas
testo del libro para dejar espacio a las no son la escuela de la virtud, i de la
ilustraciones.
virtud sólida, que es la única que meLa jóven artista, en toda la 8cepcion rece ese bello nombre.
de la palabra, la que con sus rosados í
No; la jóven soltera no aprende candelicados dedos sabe sacar del piano tando a sacrificarse; i sabido es que DO
~na lluvia de Dotas i de perlas, pero tiene nada de comun un acorde ~epiano
qllees incapa~ de coser un surcido; la con ese acorde de los sentimientos del
ióven cuya intelijencia aplicada sin ce- corazon i de las potencias del alin/!. qhEi
lar a la contemplacíon i a la imitacíon requiere la profesion cristiana.
VII.
I
II,
LA
MUJER
èR1srIAl\[A.
No; lá que quiere in;ci¡orse en la I
En primer lugal', a esta edad presell]'\ráctica de un cristianismo foemal, no', ta lu"vida sedentaria peligros ,'ealespiatiene en sus manos ulla ralet", ~illO el ru lu salud. En segundo lugar, es eviEvanjello.
dcnte que cntrrg3do un' niiio a estudios
NlJ, repitootrn
vez; unA madre pro· d~mu5i¡¡do ¡lIcdes para el, de clases defuudíJl11ent!\ Cri\tihÜ:l !JOha~:1..¡ulica de m"slaùo largas i repetidas con sobrada.
suhii~ mla mui~r profunda i Ú01Cllmente f¡'ceucl1cia para que puedan sopOltal'las
a~tistu.
sus fueultades, sin desnerollar todavia,
Por el cliotrtli'Ío, ccu.cerdo en justos 'DO paùrn comprende¡'los, oi aun fijar eu
lir:nltes, relegado al segunrlo mngo i ellos su atencion. Se babituará a un
lIdrnnido corn,) distraccion, el e~tl1ùio ùe tl'abaio indoll'nte e interrumpido, Se dislas artes pue,de ter¡el' uu objeto Útil i trAerá con elsumbido
de una mosca,
hasta importante. L1l'ga una edaù en: con el silbido de uu mosquito, con el
que sirve de distracc/on fi una ilJ1ajil1a- re\"ololeo de Un átomo, i conservará esdon iUV<1DiI,siempre tentada a viajar
tos b;3bitos de indolencia í d~ molicie.
p~r los e!Opaciosimajinaríos.
un tiempo 1:
Ad:I:1HS, fi esta edad se encuentra uoa
en que llhuyenta i, reemplaza a la vez; i .ióven .proporcionalmente
eu el colejío,
\,lna mult¡tQd de ideas locas i novt'\es- i I ~n medio de gruMes personajes;
se
cas; i no llenar/a el misnlù obi~lo una '1 halla rodeada de edades mas elevadas
ciencia ma,~sólida i ménos halagüeña.
,que la suya i por consiguiente uo es
Por Ii> demas; i vol\'îendo u la cuesdemasiado dUrCidecir que está rodeada
tiouiprime(t! de que nos han atejado al· , de noa mala sociedad, sobre todo cuançnnll$ esplicac¡one~, se pu~de decir, en do las conversaciones intimas de las
j!enerlll, qno la vncllcicn comllO es el co· colejia\as han perfeccionado en sus CaDileJio,elcual
es r\.'spccto de los otros paileras el espll'itu astuto, malicioso,
medios de eJucaclo.1, le que el mlltrimocurioso queles es natural, segun se dice;
D,io respecto ùc ¡os del11ASestados. Pal'll
Uu poco ántes de su primera comul.Ibrazar aque:ios ~e n!'l:esítan natUl'ale.· uiolJ,81~encuentra una jóvcn, a mi juicio,
zas escepcíool1les, atractivos particulaell uua edad mas cOl'lveoiente para en':"
res, gracias preferente"~; es pl'eclso nna trar en uu colejio. Tiene tiempo para
posicion escepcional, uo carácter partiimpregnarse del espfl'itu de familia, para
cuIJU", una rr.l1dl'c a un aya escojida, aprender a conocer i amar a sus padres;
para que pUllrta prefer¡rf~ la ~~:J.
edu- puede soportal', sin fatiga, el trabajo de
caciou defam!1l3; pero l[;[I1bicn entóllcell, espíritu comUllrncnte <,x¡Jillo, i está selo lliismo que ~uceJe C(ln las úemas, '.gura de no encOntrarse sola sin jóvenes
vocaciones cuando son inspirad ••:'! por II de su edad.
Dios, es mas perfecta i mas pura.
Mas ádelante, estaria demasiado adeEsto DOsigli.':h:a, sin"mborg<>, que, lantada SU educacian poraque 00 le fué·
aun respecto de los niilOS cuya vida de se perjudicial
interrumpirla
con un
colej¡o parece necesaria, sea preferible cambio de método, i le costaria doble
"en toda edad a la edu~a(,:Ju doméstica trabajo habituarse a un jénero de vida
i a los cuidados rnaterne.!es. No quiere tan nuevo. Le seria dificil resolvel'se a
decir que sea preciso, a ips eill~o o seis sustituir una madre apasionada, débil
àños, dcselllbara~arsc de ¡aS eorrcccio"- .' con frecueucia, i siempre sU admiradora
Des i de los tedi3s que oClIsiooa la vi- \ en mayor a menor grado, por maesjilancla, desemb¡W81ánJnse del niüo tras, buellas sin duda, pero inflexibles
mismo, corno haCCll!llguuas madres, por, e imparciales. No podda acomodar"e a
fortuna poco numerosas todavía. No; la idea de llegar a ser colejillla, cuando
yo no diré nunca una palabra en faver ,! se daba ya en el mundo ínfulas de señode este sistema, que lJucuentro depiora- (' rita o jóven mayor.
,
ble, i del cual no dice tampoco una pai Quién es, ha dicho Nuestro Señor,
labra la e$periencia.
el que da una piedra a su hijo cu~ndc
I
'1
Ii
¡Ù
r~I.BL10TECA
{,(tERARtli.
le pide pan, o Úna serpiente citando le 'ducen sus obras, si setá 1.in~ dll e'sos fa l·
pide un pez I (Sln 1\lateo.) ~'lhl'l bien sos profetas, predicadores del éngañd
aquel cuyos () os vijilantes sondean los' (Jeremías,) cí.lya palabra, címbalo reso·
cora:;;Olles (Salm.)
que los padres desnaute, hiere el aire con un \'IU)O ruido i
naturalizados,
Cil¡)¡ICes de desear i de no llega jamas al corazon ?
pl'ocurar volulltariamente
la desgracia
1Ah! Si interrogase lo pasado, seria
de sus hijos, SOl] monstruos, i que los trÍ>te la respuesta, Mas quiero dil"ijirrn8
inonstruos son Cil todas partes hOlTibles al porvenir;
prefiero esperar a que baescepciones, pOI' los que no se puecle bien do empuñado la relijion las riel1das
Mnca juzgal' de ulla clase. Pero si de la edueaeion de las mujeres, I habien.
hubiese hablado del aliment!) del alma. do vuelto a fijal'la la Cruz pOI' todas
i del coraza\}, ¡. no hubiera dicho, al eon- " pal't~s, en los corazones i en los espfritrarlo, quién es el que dá a su hijo el pail tn~, la mis ma en las iglesias que en las
necesario '? ¿QUién es el que le pï('senta
calles, se haga sentit' su influencia por
ntinêll una sel'piente en lugûr de un doqllíel'a, tauto en las COS'IS grandes CO"
pescado '(
mo l'II los pormenores de poca importaaCuando se trata de la vida rnol'lll i es- cia, en la vida del hombre i en la edu:piritual, los pRdres que trahajdll Ü¡¡ica- . cacion del !liÚo. Su sombt'a tutelar se
mente por el bien de sus hijos, 8011 aquí : proyedará sobre las madres i sobl'e las
las escepcíones : son esos fenÓmenos por hijas, sin ocultarles, no obstante, la luz;
los que no se 'puede juzgar Je la especie, i Cil los n'lamentos de indeeision i de dedesgraciadamente
plIl'a el mundo.
bilidad no tendrán mus que levantar los
1sin hablar aquí de a¿Iuel!os cuyamn- . ojos para salir de la uua triunfando de
la voluntad, cuya perezil, i hasta u\'aríla otra.
cia, niegan a sus hijos el pan de una
'
buena educaeion,
¿ cuántos hai que,
En verdad, os digo: mueho$ de 108
creyendo ofrecer este pan, pre5cntáu la profetas ide losjustos han deseado ver
piedra o la serpiente?
¿ Cuein'os, po.l' lo que vosotros veis, i no lo han visto,
falta de \1na poca re1iexíoll, emplean los i oir la que vosotros ois, i no lo han oimedios Olas opuestos a los que reclaman
do. (San Mateo.)
el carácter j lus necesidJdes dd niño 1
Iyo os digo, eu vCI'dad: mucbas
¿ Cuántos.no emplean ninguno, i le cle- madres hau rlmbicionado poseer los rejan consumir eu la llJolitie i en una de- cursos i la libertad concedidos boi para
sidiosa apatía todas las s¡::ni i :as de \'ir- la educacion cristiana de la infanCia, i
tud i defuel'za pllra el bien de que Dios no la han obtenido.
le babla dotado?
Muchas almas de bueoa voluntad ban
Se ban clólmpuesto muchos libros so- cOI'l'ido largo tiempo tras de la paz que
bre la educacíon, ¡ bai entre ellos muchos poseemos, i solo han obtenido cortos
indudablemente
bueuos. Si estáu bien armisticios.
esc¡'jtos, son leidos pOI' la comUD con
Gozad de ella, madres de familia; no
avidez; pero aquí, como por doquiera,
enterreis los dones de Diosbaciéndolos
aventaja la forma al fondo. Se retiene improductivos;
!la desprecieis
un biel!
en la memoria un bello pasaje, se admi. que hubieran pagado volunhriamente
a
fa la armonía de una frase, la gracia ùe costa de su vida tantas cristianas bll~
una espresioll, la delicadeza de un pen- sesenta a¡lOs.
samiento;
pero _,se retiene lo mis_
Obrdd con celo, con humildad, CI¡lIl
000 UDa retlexioll útil!
¡, Se busca nunrectitud ivalor, i "creis a vuestros bijq's
ea una consecueueia pl'áctil:i1? ¿ Se para ({'ecer en saúillul'¿a, en edad i en gr.~""
á1guien anta \,lO camiuo peligroso cuyos cias delante de Dios i de los horr¿pfflS.
riesg~ advierte? UII autor que trapa(San Lúcas.j
.., ,.'
je con un fin cr.istiaoo, con jntenciones,
1el padre i la madre del:niM .se
cristianas, ¿, no dehe preguntarse" «:AA admirarán de todas estas casas /lUe se
frecuencia, a vista del efecto que pl'O- dirán dé él (San LÚcas,)
,
LA
MUJEI~
CB.lSTIA}ÇA.
71
I la madre podrá contestar fi Dios
Levantild todavía los ojos. Ved otro
un dia: He hecho conocer vuestro nom I vapol', casi invisible tambieuen un prinbre a los que me habeis dado. Eran I cipio, rodando i [)cr"cc;¡tándose igualvuestros, i Vos me los Iwúeis dado,?'" mente segun el. impulso que se le da;
han guardado vuestra pal'lbra, i nin- ,pel'o mirad: ese impulso no lia sido in.gU1l.0 de ellos se ha perdida (S,ID Juan.)
! duclablc"!Jl'llte
ti mis'l~o j han debido
,
, ser distintas la'; cnrrklltes trasvQl'sales ;
CAPITULO IV.
r [ promete IIIl dl' fi La tierra seca, una gota
I de racla a la fia,' pendiente de su tallo,
"frrscura al hombre abatido por un sol
JUVEN'IUD.
'al>rasador. Mirad; no es nada sombrío i
inspirad prudencia Il las jóvenes. complace seguir sus contornos capricho.
sos i delicados, no tiembla el animal ¡¡.
(SAN PABLO.)
su vista. ¡Ab 1 No bai temor parque
Santificadlas cou la verdad.
reviente ('sa nobe,pues puede romperse,
(SAN JUA'N.)
p[)~que no !!~"a el rayo cn ~u seno, ní
Sus hijos crecen en su Juventud ocutl.a la teJ'llikstad.
,como nuevas plantas.
,: ~o eran semejantes eu uu principio
Sus hijas sou semejantes a teml'sc,s dos puntos blancos que apareciaij
;plos.
Todas las edades celebrarán el . juntos allá léJos? ¿, En ¡qué (~o[jsiste,
,brillo i la glorio de vuestra Santísi- ! PUPS, qlJe ah:ra se ha herllo el UllO
,ma Majestad, ¡oh Dias mio !
negro i í::J, permanecido el otro blanco;
(SAUI,)
que el UllO ,lmell[jCe i el otl'U prometa;
ci Cómo correjirá el que es jóveu
que el uno difunda el terror i el otro la
,sus pasos? Solo cumpliendo vuesesperanza j que el uno lleve consigo la
tras palabras.
(SALM.)
desolacíon i ctro )a abundancia; que sea
Conviene que el hombre lleve el el ur.o uu azote i d otro un beneficio;
yugo del Señor desde su juventud.
que el uno scn III Hlücrtc i el otro ia ,'i(JERE::'líAS. )
da? Se procura atl'aer a este, i se rechaza el otro: oid el taî';ido de las cam-·
1.
, p;¡nns Cil el c;¡mpo, su sonido lias 01'3Mirad cuál se furma en el horimnte, i l'ioncs de les al,leauos suben juntos para
,se dibuja en blanco como una perla en el ,alci,:;.r lu negra nube •
.cielo sobre Ull fondo de azulado cS(\¡[IÎte,
¿ Vel" be uiî'JÚd8 (}'OS azules, de almiJl
un vapor imperceptible. Mirad; todavía· iuoC'Jntc¡ de C[1llùi¡lo :;emblante, teuder
no es uada. Abandona:o en 1'1 esp'lcio los brazas fi su Ilodriza, i si esta no
a los caprichos do 1 as corl'Ïentçs atmosatil"mle con ho<;\.ante soHcitud a su llaférica!!, DO tiene otlo impulso que el ~mamiento, grillr i pegal'la ? Pues bícn;
suyo, I se deja llevar al Oriente como al I eS3 cólel'¡} todavía no es nada. Es ulla
,occidente, al Mediodía CJmo al Norte.:, pasion sin fuerz.::¡i sin consecuencia, quo
¿Deeis que aún no es nade '? Continuad I se disipa en inútiles esfuerzos. Provómirando. Al impulsarle los vientos aute i cllsela cuando se quiere, se la aplaca lo
si, parece qll3 le aumentan a cada paso; ¡mismo;
pues se deja ¡¡evar tanto al
crece poco a poco, se agranda lel1ta- 'loi'Ícnte como al Occidente, al Mediodía
~Dtel pero se agranda siempre. Vedle ~ como al Norte. ¿ Becls que no es nada?
euAI se adelanta, no ya como un punlo [ continuad oLservendo. Este niño dirijido
perdido en la inmensidad,
sino como!. segun el capricho de sus padres, no
1ID8DUbe amenazadora,
de t;~traíias i H tieue otro impulso queelsuyo,íguíado
JaDtáSticas formas, henchida de tempes- \ [ por ellos, c!cc:e diariamente;,
aeu, mú,tades, preñada de desastres, sombría Ilanse sus pasiolles, robusteciéndose poco
como lafr, enle de,un malvado que medi-¡ a poco" ,aumentánJose lentamente, pero
,ta pn.e~lmell,
! aumentaudose siempre. Vedle cuál se
BIBLIOTECA
LITERARIA.
adelan~~ a la vida, no ya como un nillo los padres ni ha visto los ejemplos qui)
débil e impotente cuyos esf,l,lerzos se el niño iuocerlte; ha crecido en medio
pierden ~n el vac.io, s~no cO.l)'lOUll ~ér de principios opuestos.
El mal árbol ba producido UD fruto
apasionado,
de unperlOsos I estranos
caprichos, lleno de tempestades, hen- malo i el bueno ha producido un fruto
chido de desastres, sombrío como qna bUeno.
Si influye mucho cI natural en el eanube que encierra el rayo en su seno .•
Bajad todavía los ojos. Hé aquí otro rácter i en la conducta del hombre, influye murbo mas la educacioD, la cual
niño, inocente i cándido Como el pdmepuede rppararlo o perfeccionnrlo todo, l
1'0, tendiendo tambien los brazos Meia
su nodriza, gritar i pegarla sino se da Leibnitz lo ha dicho: (( Si se reformara
bastante prisa a eontentarle. Crece i se la educacíon, se reformaría el mundo. * Ji!
Un alma infaltil es UII reino en qUe
;forma igualmente, segun el impulso que
se le da; pero miload, sin duda no ha ejerce la madre el imperio mas absoluto.
sido ese impulso el mismo; las leecio·o La agranda o la reduce, la envilece a la
loodea de gloria, la PUritic:l o la corraro-:nes recibidas han sido diferentes;
promete virtudes a la tierra secada por el pe; hace que reine en ella la abulldanci~
2iOp\odel egoismo; la mano de la ca- a la miseria. Duei'la de sus àesti!los im~
ridad, al desgraciado abrumado por el pone leyes libresde toda traba. Tieoe
infortunio, el buen ejemplo al mundo i el derecho de vida i de muerte, pero
la felicidad a la familia. Mirad, no tiene j desdichada de ella si DO sabe usar del
nada sombrío. Agrada seguir su vida último de estos dere.chos I Sobre su posiempre pura i su palabra siempre con· deríotiene su conciencia paloa atormeociliadora;
al acercarse, no tiembla la tarla, i sobre su conciencia hal uu Dios
inocencia. Puede mostrarse i obrar, se- cuya mano paternal la h'lbia sentado en
este trono que el'a una de las porciones
guro de alejar las tempestades.
1. No eran semejantes en un principio mas estimadas de su herencia, j de la
cual le pedirá cuenta, liO ya como a
estos dos séres puros, aunque débiles?
¿ En qué consiste que IIhora se ha vuelto Cain: i Qué has hecho de tu hermano!
el uno negro i ha permanecido el otro porque aquí ha habido Illas que un frablanco; que el uno amenaza i el otro tricidio; sino, i qué has hecbo ù" tu
promete; que el uno inspira terror i el bijo ! .. i Qué has hecho <le tu hijd L_
otro confianza;
que el uno lleva la de- I
j Ah!
es mui pesado el cargo de ma~
solacion i el otl"O la felicidad; que el dre, su rjlspousabíiidad es espantosa, i
uno es un azote i el otro un beneficio;
si deben todos obra¡" su 5a Ivacion COll
que el uno quiere el mal i el otro el templor j con temer, ¡ cuál deberà ser.
bien: que el uno marcha a la muerte i Oios mio, el estado de terror j de anel otro a la vida? Se rechaza a aquel i gusti'a de U1)amadre que labra junta-:
se ama a este; . escuchad el murmullo
mente con la suya la de todos S\lS bijosl
.de felicitaciones i de alabanzas que se
Ya lo be dicho i lo repito, i quisierª
eleva en su favor del fondo de todas las poder hacerla 011' a todos: solo tieIle
!lImas bonradas.
un medio de no perderJes clJn ella, i es~
i Ah, sí ; no ha sido el mismo el imte medio es hacer de las creencias relipulso! La nube que ha permanecido
jiosas la base I el principio de todo IQ
blanca, i el niño que ha permanecido
que emprende pOlOellos; es hacer dG
puro, nO han sido arrastrados por las sus aplicaciones la ocupacíon principaU
mismas corrientes que esa Otl'8 nube que asidua que disgusta del mal j quita al
se ha vuelto negra i ese otro nijio que mismo tiempo los ocios para cometerlQ.
se ha vuelto malo.
I
Si; la nube negra ha sido dirijida de
'" Asl como sigue el agua en la areníl
otro modo que la nube blanca; se ha al dedo que le abre paso, dice San Jeróniagrandado en UDa atmósfera diferente.
mo, asl se deja guiar la infanc'ia; edaa
SL; el nii\o culpable ¡ai 1 0,0 ha tenido propia pará ser Ileva~~ de uno a otro lado:
LA
MuJER
CRISTIANA.
1 si vuelvo asi sobre una máxima I cia i de belleza como carece de ellas la
.em~tida tantas veces i admitida tan Je- ,adolescencia.
Pero en camhio, i como
neralmente como pl'Íncipio, es porque 'en corn pensacian ùe estas ventajas, ~&
nunca se repite bastante lo que jamas se halla mueho ruus rodeada de escollos, í
ha comprendido lo suficiente; es pOI'que, su presuntuosa independencia la aproademas, no basta recibirla como teol'Ía, xima mas a su perdieion.
sino que es necesario adoptarla en sus
Coo la juventud Ilegun en tropel, seeonsecuencias mas rigurosas; es porque,
mejantes a hOl'das ludiscip\inadas
qne
en fin, en esta edad de la juventud a solo ¡'espiran el saqueo, ideas locas,
que hemos llegado, en este instante en orgnllosos pelBamieotos, ambiciosas preque va a abrir' el tOl'rente su lecbo para tensiones, culpables seutimieutos, vet'siempre, en esta bora en que va a regonzosos deseos i uoa sed violenta de
:ventaI' la nube, quizás en tempestad
libertad sin fl'euo.
horrorosa, es Útil record~r a la pobre
Los defectos de la infancia, que se
madre espantada con la catást.rofe que creian il veces vcncil!og, reJpal'ecen en
se prepí;lra, que alío !JO se ha perdiùo to- toda su f\!:1'Z:1, l!::'g:1n a SBr viCIOS, f se
do. Aún no es bilstaute pesada la nube unel] il 1[\'3 nuevas pa,¡jones que todal'ía
para que no sea posible aicjai'ia, ni hasnacen.
tante rápido el toncnte pal'8 que tlu se
1 aún no es esto todo: cuaudo se ve
le pueda dirijir. POI' Último 00 ba abdi- ! atacado un puoto de un Estado por un
cado todavíd una madre todo sn poder;
ee~migo, SR !1presurnn losdemlls Estados
i aun cuando se hub¡er,:11 lwdw 8, su II IlnmJr su at::ndon por ot,'as partes,
autoridad algunas bl'eenas, le qll~,J.atJ para d:vidll' SílS fuerzas í vencerlc con
suficientes ye,tijios para oJI'&r, de los mas se~uridil¡j. Plies bien: miéntrlls le
cuales debe servirse COll tallta ma'-'or mueven las pasiones violentas de la
actividad, cuanto que urie el t¡empo~ se juventud combates cuya multiplicidad í
aumentan
los peligros, se anubla ei euel'jía reClilrJilanan la cOllcent.racion de
.cielo, rouje el torrente i avanza el de· todas EUS fuerzus, se Ilresellla el mundo
senlace.
por otro laua L'on el'ejército completo
Sí, laiu\'cntnd
m~1 dirijida es la de sus seducciones 1 de sus at.ract.ivos;
'tempestad, es el buracan j produce sus rnuéstr5sc al trUYèS de un prisma de
ricos Cé'lores, i muchas veces obtiene
efectos; su impetuosa fogosidad no caDoce ya obstáculos 1 nn se detiene en fácil vicloria. El alma de la jóven cuyas
su accion devastadof3.
nuevas impresiünes están siu mezcla de
Pero la juventud bien dirijida es el reservo, rinde lils armas, sin haberlas
sol ardiente de un hermoso dia de uri· espcrimcntau'), ¡) este enemigo tau semavera: su corazon, foco no méoos'arductor. No esperaba, fuerza es decido,
dient.e, todo la vig;ol'iza i I'zanima j su encontrado
tal como se le presenta,
brillante claridad ilumina al mundo con despues dc las bOl'l'ibles í poco acertadas pinturas hechas en algunos buenos
la luz mas pura; su ardiente caridad
.no tiene ya limites estl'eehos,
libros i repetidas por personas piadosas;
Despues de la adolescencia, zona férnù ve co él al terrible tirano cuya imátil pero poco florida, prólogo de la vida jen se le ha mostrado con tanta frecuenque solo admiran las madres, camI) ad - eia, i se vanagloria de caer en sus cade,
mira un autor el plan de su obl'a, o co- liUS con tul que sea él quien las remamo un pintor su bosquejo, llega la juche.
,ventud engalanada de triunflls i espeMadres que custodíais la inocencia
ranzas, distribuyendo con las promesas
de vuestras hijas, j estad vijilantes I
~etporvenir todos tos goces del presenCentincías alertas, I J:I()osôutnll1is
t
.te. Antítesis brillante, tan Ileoa de enPrevenidlas contra los ardides;
defencantos como le faltan a la adolescencia,
dedlas contra la fuerza, no las dejeis so.tan fácilmente amable como esta es las, porque las perderia su misma inoeansada ¡fastidiosa;
tan llena de gril'
cencia. La ignar¡mcia del mul les ha-:I
fiNIl\EOA 10,
14
B 1 B LlO
TE
e ALI
TER
A RIA.
ria caer en toda clase de lazos; tomafe muerta; sin la cual se conmueven las
rian al leon rujiente que anda siu cesal' virtudes de los cielos, ¡ai! segun ya·
en torno suyo, esperando devorarlas,
hemos visto. _ -}<'inalrnente, bai otro mundo poco
por uno de esos animales amigos del
hombre, de que 00 tiene que teme.';
numeroso, precioso i raro como el buen
se acercarían a él sin deseonfhnza, irían P'[H1U, pf'ro WJe existe, gracias a Dios,
aJegi'cmente II servil'le de pa,to, corno sine:nbargo, por todas partl~s. A este es
va a posdl'se la nJOSCil imprudelltIJ Cil la posible aCt'i'carse sin iuc'unir €u los
tela de la (ll'ilÜú, camu be deja faseíIJllr , unuienHls del Salvador, i puede concola aturdida mal'íposa del resplandor fa ll'l'irse a él con frecuencia, pues no es
taz de la llama que la quema las alas, de él de quien dijo Jesucristo: (J I Deseuando no la abrasa enteramente,
. graciado, a causa de sus escándalos!
1, ca primer lup;ur, no las hagais! Hasta en el siglo hai un mundo fiel, un
Ilrrostrar sobrado jóvenes e..iOS peligros mundo morijerado, un mundo, si es
i esos escollos; dejildlas fOl'tificarse i lícito hablul' así, que DO es mundo.
aguerrirse;
demasiado larga será siem- (Bourdaloue. )))
No hai ciudad, en efecto, que nl)
pre la lucha.
Ademas, el mundo es un compuesto
tenga un pequeño núcleo de sociedad
de mundos mui diferentes unos de otros, eristianll, en que la inocencia esté al
entre los cuales es predso eleJil'.
abrigo, como en el seno de la familia.
Hai uno de e!los enteramente depraEste mundo DO celebl'a fiestas brillanvado, i no hablo aquí de la clase ínfima tes, pero no excitan remordimientos
i envilecida con que forman SllS delicias sus placeres; no subvenciona los teamuchos novelistas modernos j hai Ulla tros, pe/'o cantr'ibuye en favor de los
en la clase elevadd que no pOL' ser mas desgraciados, i, si 00 organiza un baile
severo cO la forma, es ménos corrompide pobres, no pal' esto los olvida j predo en el fondo. Este debe ser siempre gúntese a la misel'Ïa, si no conoce mas
proscrito i evitado. j Desdichado de éll a los miembros de que se compone que
i Desdichados los que lo frecuentan !
a los comisionados de aquel.
Hai otro cuya depravacion no llega
Una joven puede vivir en esta sociehasta negar la moral i la virtud, pero dad sin temor de que se alteren sus
en el cual la moral i la virtud, estima- I buellas costumbres;
puede continuar
das i ensalzadas por otra parte, casi ~ allí los hábitos de piedad i de trabajo
nunca se encuentran sino de un modo i adquiridos en el calejio, o con la buena
aparente;
especie de estanques líqUi-1 edueacion de farnilia. Allí podrá casi
dos al que da un aspecto sólido Ulla Ii- couciliar el servicio de Dios con el del
jara c<lpa de hi€lo. ¡Ah! Si todavía mundo, conciliacíon
que cuando se
sostienen el peso de uua persona las practica de esta suerte, léjos de prohiorillas, es peligroso i mortal penetrar
birla Jesucristo, la aconseja i la exi,je,
mas adelante. No se debe adelantar si- porque entónccs no tiene la palabra
no cuando es necesario, por caridad o mundo su significacion odiosa, i DO la
considel'acion, pero no por gusto i sim-· maldice. EntÔnces dice Jesllcristo a las
patía; i no puede caminarse con se- maùres: No os digo que las priveis
guridad por el centro sino apoyándose
de este mundo, sino que las preserveis
en el báculo de la fe, único apoyo de la de la corrupcion (San Juan) de los
castidad en estas lejiones tau frecuenotros.
temente impuras. 1 aun eutónces es
II.
preciso volver los ojos al pasar, cerral'
los oidos a sus discursos, ponel' a sus
¿ Acaso no puedo, me direis, presen,
labios una severa mordaza de circunstal' II mi hija sillo en una sociedad llmipeccion; i es preciso todavía proveerse. tada, donde vejete oscuramente, miéndel preservativo de la humildad, siu la 1 tras que hubiera brillado en otrá! ¿ Qué
lolUalvacila la Ce, porque es entónces una 'mal hai, en suma, cn que se divierta?
LA
MUJER
CRISTIAJ\A.
1¡, 110 es inconveniente, hasta para su padecimientos, de mezclar una sonrisa
colocacion, tanarla oculta asi, cuando
a las lágrimas, i cuya afectuosa adha·
podría colocarse concurriendo a él ? Por sion les reserve dias dichosos ha$ta para
'otra parte, privándola completamente
la "ciez.
de los placrres tan halagüeños del mun
Pe;'o, insistiendo en la dicho, vosodo, ¿no es esponerse a que los desee con tras, madres, que quisiérais pasear a
demasiada ansiedad, i aún a que se en- uoa jóveo por todas las fundoDes, comO
tregue a ellos caO mas afelU, cuando I un aDunrío ambul[ulte, ¿no las habeis
llegue a ser dueiía de sus acciones?
1 frcrueutado
ántes que ellas? ¿ No sabeis
Mas, en primer lugar, por osrura que los Juicios caritativos del mundo '1 ¿Na
sea la escena en que se os proponga
~i\be¡s que, a ¡,lita de maledicencia, em·
bacar figurar a vuestra hija, si está plea la calumnia, i que la calumuia eDmas libre de peligros, si sr. halla mas ,nrgrece siempl'e, cuando no abrasa?
rasgual'dada su inocencia, ua veo por
c( L:) mujer mas elojiada, es aquella
qué se ha de dese'lr mayor ostentacion, ¡ c( de quien se habla ménos,J) ha dicbo
Todo se reduce a DO iisonjear tan deliuna mujer de Cjl1iellF:J ha hablado mL1ciosamente vuestra vauidad, i a no e;l:· ¡l'ho; tempd, pu~s, vosotras que quereis
citar tanto la suya.
se ocupe el mnndo de vuestra bija, que
El jnteres del porvenir i de la colocahable de ella; temed que se realicen
cion de la jàven es llna razon mas débil
demasiar\o VUt>strl1Sde!'eos.Ciertas viri mas falsa todavía, sí es posible; es un t¡¿ries tienen miedo de su sombra. [San
J'ancio pretesto que se repl'oeluce con Fra;1cisco de Sale3). El bonor de una
una per,;isteocia fi que uo dan motivo: mujcl', i, sobre todo, de uoa jóven sollas derrotas sufridas, i que deberín babel' l' ter~, !.Jasado ea estas virtudes tímidDS,
condenado, no obstante, la esperieocla : participa de su timidez, I se desvanece
pero se consel'va, i se cooscl'vará por ¡ I con f~'ecllellCÍa al menor soplo;. ¿ cómo
largll tiempo, para eorubl'ir ese amOI', hobia, pues, eb resistir a las tempestapropio matcrnai que disimula ¡que codes dei mundo? E,ft brillante coloeanace todo el mU\ldo.
cion soiíada PO¡' vupstra bija, podria
1 en efellto, para algunos hombres : desaparecer mui bicn con la integridad
fútiles i lijcros, poco a propósito parlJ ! de su reputacil1n, aUIl cuando \lO hubie·
labrar la felil'idad do uoa mujel', cuy;·, : l'a recibido la de su virtud herida 3lgufrivolidf\d se espanta de co,tumbres
na,
sencillas í nlguu tanto rctri1idas, i que
¡ Ha probado la mid i debe morir!
no piensan eu ir a buscar en otra pade : (Libro de L1SHeyes,) Hé aquí la terrimas que en el baile las garautías nece[¡le sentr>neia que diriJe frecuenternel!sarias para la felicidad iutel'ior, i cllánte el cielo contl'il la mujel' imprudente i
tos retroceden, al contrario, viendo a ! de poco juicio, cuya juventud se desliuna mujer que gusta apasionadamente
'za en medio del torbellino de los placedel mundo 1 Ah 1 Esta consiste en que l'CS, lélos de III "cl'Jadel'a vida, i Illas
se quiere hacerla su compatlera en las léjos aun del deber.
horas serias i en los dias de (¡igrimas,
Algunas veces se ve condenada a la
tauto o mas aún que en :os momentos
muerte mas horrorosa. Queda comproqe placer. l, por otra parte, estos últi·
metida su ioocenciai su virtnd por cfeemos, tan poco abundantes eo. el mundo,
ta de esta senti'tlcia, i es verdadel'ase basta o a si mismos. Casi tod,)s los mente admirable
que, entre tantos
hombres tieneu el buen sel1tidu de com- atractlvlls p~l'a las pasiones, entre tanpl'enderlo nsi, i buscan méuos Ulla mu- tas lecciones hábiles de coquetería,
no
jer pata bacerlfl partícipe de ellos (ha. sea todnvía mas frecuente esta espanbID aquí de los hombres honrados, úui-, tosa desgracia.
cos que creo debe desear una madre!
Sinembargo, muchas l'eces la jóveu
para su hija), que una amiga capaz de I soltera, que está siempre vi)lada pOI' su
·consolar de los disgustos, de alivial' los madre, la mujer del mundo poco im.pre~
1
16
B 1BL io T E
e ALI
I
TER A RIA.
sjonable, dotada felizmente i atacada
ventud numerosas distracciones, i aul\'
con ménas violencia que las demas,
placeres vivos, cuando no son culpables.
llegan a preservarse de faltas graves,
Deberia proponerse la euestion de dis..;
aun en medio del mundo mas \'ofup- I tint'! modo, debiéndose decir: ¿tan malo
tu oso ; no se ven condenadas a «;sta I es quc disfrute habitualmente la juven..;
muerte' terrible;
glÎstan la miel con tud placeres peligrosos, consumiendo eD'
inénos avidez, sin duda alguna, pero la ellos la mayor parte del tiempo? Ha..;
gustan i es preciso que mueran. En tales blando con esta franqueza, seria malt
casos recibe un golpe fatal su reputafácil entenderse, i mas clara i esaeta la
cion, su honor; ¡¿ua es, pregunto, este contestacíon que todo el mundo babria
suplicio bastante doloroso?
adivinado.
Finalmente, ningu,na de las ~nujeres
l, Il la verdad, no es dudoso que ten.
lanzadas en la COlltll1UU rotac!on, del ga el baile sus peligros. Si no estuvieran
gran mundo se li!.lm de ella; eJecuta,se complicadas en este asnnto las madres
su. sentencia COll la muerte de las :Ir . de que hablo, si no tuviesen hijas, si
tudes de familia, la muerte de la VIda ',solo se tratase de censurar a las que
del interior, la muerte del ,a,mor ~ .Ios : llevan a él las suyas, lo harian como
deberes, la mue¡:te del CSjlif,lt,U CflStW- nosotros. i quizás en voz mas alta. Porno, (~e. ese esplfltu adqulfldo
e,u el ; que ademas de la pérdida de tiempo í
EvanJeho en qu~ I:emos que la tler,ra del disgusto que enjendra a toda ocupae~ un val~e de 1¡1!5r1maS,que es ~eeesacion séria, Hdemas de las pasiones que
1'10 velar I orar, sIempre l'Il ell~, I que el
despiel'ta el baile, ya Iisonjeándolas, ya
que lima el peligro pe~'ece en el.,
l'xci tándolas, es tambien la mejor eseue'~(La mato su exce~,lvo amor al ba,lle)) la de coquetería para Ulla jóven, ocasio(Victor Hugo), ha G1cho de una.l0ven
nando el amor desenfrenado al lujo i a:
soltera uo ~oeta !l10derno~ i Al! i A los preodldos, i, finalmente, tiene con-'
cuántas podnan aplicarse estas palabras
tl'8 sr, en el dia, las nUevas danzas que
respecto de 10 moral, s~g~n ya he de- han introducido pueblos voluptuosos, J
mostrado, como las aplico respecto de cuya invasion va siempI'e aumentándose
lo físico est,e ~utor I
COll gran detrimento de Jas convenienLos sentimIentos de uu corazan macias sociales i dell'ecato • danzas no soternal sou Jeneralmcnte profu,ndos. Fl'e- lamente peligrosas a vec~s por sus 'coocuelltemente, la es la ,adhc5lOo ; per~, secuencias, sino eulpables muchas veces
fuerza es declrlo, tamblen la es la vaDl- pUl' sí mismas.
dad la cual tiene mil medios para Ile·
, ,
gaI" a su objeto, retrocediendo raras
En ultl/~,o estrem?, pr~s~ntaD las ma~
veces, confesando mui pocas un deseaJa' dres UD BI b~mento IrreSIstible a su pa
bro, i rindiéndose i eclipsándose todavía
recel'; al me~os se compla~e,o en cree~lô
ménos. Así es que despues de haber t~I, purque ,tiene el,raro mento d~ savs-:
enumerado los obstáculos que opone Ulla facer .al mJs~o tiempo la c?~cleoc a 1
vida sencilla i retirada al establecimien,
la vallld~d; aSI ~s qu~ le acariCIan como
ta de una jóven solterll, da par motiva,
Il un amigo precIOSO, Ile pr~sentan l.'?nara cohonestar que frecuente el muofiada mente cuao~o ~ao Sido venCIdos
~o, la necesidad que tiene su edad de los demas. La pnvaclOo, absoluta de los
distraerse, añadiendo:
¡, Tan malo es p~aceres del mund?, dlC~n,. hace mas
, t a Ia, J'uvelltu'd '1
Violento su deseo
que se d,IVler
'á I mas aVldoI su gocé
Pues bien; en este argumento hai il cuando se consigue procur l'se os.
mala fe; porque saben (J¡ui Lien las
Para contestades a esto, apelaré tan
madres que jarnas ba prohibido la Heli. solo a su esperiellcia. Dígaseme de bue-'
jion, apesar de la rijidez de su moral, na fe: ¿ confesó jamas la mujer criada
las re~reacioDes lícitas; nntes por el. en medio del torbellino de los place:~s.
contrario, las autoriza, i algunas veces hallarse saciada de ellos, al ménos mleu·
las aconseja. No prohibe, pues, Il la ju, tras duran sus triuofos, i los llbandooà
'1
LA
MUJEfi
CRiSTIANA.
acaso cuando vienen a reclamar su tiem- ma aguijoneada sin cesar con el atracpo ocupaciones importantes?
tivo del placer; solo los gritos de Jas
1. Es tal vez la ióven soltera, acostum· pasiones dominan el tumulto acrecen"""
brada a una ,'ida piadosa i tranquila,
tándolos, i i qué saludable arrepentique vive léjos de las fiestas ruidosas, i miento, qué resolucion sensata puede
precavida contra los encantos del mun- esperarse de un sér aconsejado de esta
do i privada de sus alegrías, la que se suel'te?
arroja en ellas, cuando se ve libre, con
Solo el que se halla en el centro mismo
apasionado delirio cuyo impetu nada del cumplimiento de los deberes puede
detiene?
comprender toda su importancia:
mas
1. Soq mui frecuentes los ejemplos de el que se halla en medio del torbellino
estos cambios? 1. Nll se alimenta por el que nos aleja de ellos, no puede apercicontrario el amor de los placeres con birlos.
los placeres mismos, i no es al salir de
crEn una palabra, dice M. de Bonald,
un baile cuando se trata de organizar
cci este testo resuelve la cuestion; la
otro? ¡, No .se parece eu tales casus la ct l'alOn del hombre no es mas que la
mujer dedicada al mundo, perdóneseme
\{ pasion domada; IUfgO nO basta la
la compal'acion, al homb¡'e embriagado
c( soIn l'azou para damai' la pasian; luecuya sed se aumenta a medida que bebe, ccgo no debe contal'se con la ¡;;aciedad
sin que diga; nunca: basta?
ccdel placet' para hacel' tomar gusto a los
Todas las pasioues tienen la misma «( deberes; porque este gusto es la ra·
marcha, por distintos que sean sus ob- CI zan, es la paGion domada, i no se
jetos *; irl'Ítales la satisfaccinn de sus crdama la pasion alimentándola.n
deseos; fortifícales la primera conceSinembargo, es igualmente temible
SiDOpara reclamar otra; i asi siempre,· una estremada rijídez; un retiro absohasta que han obtenido la suficiente pa- luto disgusta, fatiga la ardiente imaiira mandar en vez de pedir. No es ver~, nacían de la jóven; la hace agreste i
daderamente necesario ser un observa
poco dispuesta a lleva¡ el cargo que se
dor profundo ¡:al'a convencerse de esta le ha conferido de d'Il' a c,onocer la Re-'
verdad.
~ Iijion al mundo, i hacerla amar mas ..•
Por otra parte, no Gebaja la voz de trándola con su ejemplo.
la Relijion a luchar contra los confuReuniones de familia i de intimidad,
sos rumores del mnndo; la de la ra- i aun, de vez en cuando, soirées o terzan es déb!\ " a no existe para un 31- tulias mas numerosas, pero escojidas,
" Esto consiste en que, si bien son dife- dirijidas i presididas por sus padres, lérentes los obj~tos, el foco de donde parten jos de poder perjudicarla, la habitúan a
las pasiones es comun. Siempre las ali- 10 qne se llama los buenos modales, los
mentan las mismas fuentes desde eI~ia en usos de la buena sociedad, los cuales
que comenzaron por el pecado orlllOal a . d b
t
tá destinada
Correr por el mundo : estas fuentes· son el
e.e ,Poseer, pues o que es ..
o!gullo del entendimiento ¡la concupiscen- i a, VIVIr en ella. Es uua es~eCle de barniZ
Cla de la carne. Verdaderamente
ha sido I Slll el cual no tendrlan brillo alguno las
necesario un gran cambio l'n el Eden, para ~ mas admirables cualidades, i no podrian
que sustituyeran estas :lguas corrompidas obtener la iufluencia i la estimacion ne·
los hermm:os rios que la regaban.
cesarias para el triunfo de la mision de
* No bai dudr¡ que habla la razon ántes la mujer; mision, ya la sabemos, toda
que se haya ~atisfecho el deseo; pero solo ella de persnasic>n i de atractivo.
I
t;~a d~~~s~u~~~~~r~e
~~;O:~f~di~~~f~:i~~~ [ Ila;~o~~~~~s ~~c~~~ ~~:~:c~Os~~d~1í~~~
caldas: amIgo lll~el que desaparece en el ya que no imposible dejar de llevar a
moment~ del pehgro, a aun COll sobrada
.,
'U
It d •
frecuen~¡a, seducido por las pasiones, trata ~na Joven al gran m?ndo •. n a a es
de justIficar estas mismas inclinaciones tlllO, UD rango ofiCIal obligan a tener
que no ha sabido reprimir. (De Bonald: , cierta representac[oll;
el padre celebra
Investigaciones filosóficas).
¡reuniones,
i quiere que se presente en
78
BIBLIOTECA
LITERARIA.
ellas su hija, concurriendo mil motivos,
jénero de vida, empleul'á. conforme n
lo confieso, en semejante caso, a corro·
lus circunstancias, atinados a enérjicos
borar su opinion. Otras veces no bai medios para modificado, si toman realmotivo esterior que ouligue a ello, pel'o mente estas modifieaciones proporciolo exiJe taP.1bien el padt'e. i resistirIe nes tel'ribles; si se halla sustituida la
sel'ia iJ'l'Harle i hacel'le sospechar soure piedad por la coquetería, si solo se alitodos los demas puntos de una educamenta la cOllvers;¡cioo con recuerdos o
l'ion relijiosa; i como una concesían
esperanzas de placel'es, si desaparecen
sobre este puefle rescatar otras muchas,
los háhitos de rec,1to i de modestia, j\lnsel'Ía ttlffierario l'ebusHla.
tamente COllel amor de la familia i del
Cuando l'lI Apóstol de las naciones les deber. para hacer lugar a la toilette de
euseñaba II hacerse todo para todas, los triUllfos sociales.
para ganarlos todos a .Je.,ucristo, preSean cuale8:¡uiera la Inconveniencia
dicaba la gran máxima del celo de la , a el frenesí de la moda, vijilará siemcaridad; lei fundamental de donde ema- pre la mad,'e porque no se aparte nunna todo el Código de la propaganda cris· ca de las reglas sagradas i ríjidas del
tiana, i esta máxima que encuentra aquí pudor; prohibirá las danzas inconveuna aplicacíon directa, debe meditarse
nientAs. aunque seiln las ¡'micas en boga;
con frecne'ncia por la mujer, sacerdote en una pf\labra, inst¡'uirá a su hija de
i apóstol de la familia. Aquí i en [Jlgu- lo que es permitido i de la que no la es,
nas otras oircunstuncias seria no ceder i le enseñarà a distinguir una falta o
una tenacidad contraria enteramente a una imprudencía. de un uso a acto ino~
ese espÍl'itu de condescendencia i de cente ¡autorizado.
conciliacioD que enseÏ\Ó el que comia
En cuanto a los teatros, deben destecon los pescadores, ¡cuyos piés fueron ITar'se perpétuamente de la vida de UDIl
enjugados por los cabellos de la Mag- jóven soltera; i aun cuando me atradalena.
jera con esta sentencia los odios de toda
Pero I."ntónces es cuando tienen que esa brillante juventud, protectora de
usarse las minuciosas precauciones de las artes, seria juez incol'I'uptible, proque habla Sau Francisco de Sales (in- mulgaria la lei en su rigurosa justicia,
troduccion a la vida, devota) ; elltÓ¡¡CeS segura de tener a favor mio mi concienes cuando debe una madl'e prevenir i cia, Dios i el buen derecho,
armUl' a su hija contl'a la red de seducAdernas; bui mas de una ciudad de
ciones, en medio de la cual ]a coloca
provincia en que ha cerrado jeneralmen'
i rodear/a con atm malla formada co~ te la costumbre la puel'ta de los especsus oraciones, sus consejos i sus ejem- táculos a Jas jóveues solteras. Este úniplos. Eutónces debe recordarla i hacel'. co ejemplo, sacado de los hábitos de un
la meditar, como un pr'cserv8tivo, la muudo tan poco delicado en esta matedoctrina de Jesucristo sobre el mundo,
ria. habla en voz mas alta que los razosobre las lágrimas, sobre la penitencia,
namientos.
I
I oponerse con todos los mcdios que esPero si fuera necesario, invocaría el
tán a su alcIlnce al abandono de las testimonio de los que los fl'ecuentan.
prácticas piadosas, cuyo disgusto es ~ Han hebido jamas en sus aguas uu
Ulla de los primeras efectos de Ulla vida jérmen de virtud? Al contrario, ¡de
de dlsipacion habitual. Entónces, en fin, cuántas tentaciones, i tàl vez culpas, no
debe vijllarla, prevenirla i detenel'la to~ han sido causa! Antes de acostumbral's'll
das las veces que, por Iijereza i aun por fi las torpezas que se presentan en eSee"
exceso
de inocencia i de cándido re"o~
ua, :. no se ha sublevado algunas V6liIlS
,.
o
CIJO, se arriesgue a dejarse
arrastrar a su alma de indignacion, apesar déI Jpl~un paso inconsiderado.
l'el' cou que les seducia su encanto,?¡,~o
Despues. estudiando las alteraciones
hall vueltoeutónces instintivamentfl 108
ocasionadas en sus ideas, en su con- ojos, eediendo a un sentimiento de puducta i en SllS modales por su nuevo dor natural o a la ímpresion de disgusto
LA
:\lt:JEI\
CRISTIANA.
que espel'imenlaban su imajinaclon i un 1: mas foera de su naturaleza i de su,
cor3zon puro por todo lo que no la es?: deberes; i como le es imposible la in¿No l,es h:t h~b~!l~,o nunca su cOllciellcia : mo\i1idad, purde drcirse que está RCUal s~\¡r. del"te~tl o , . - _ ...
i vame,nte OCIOSO. Cuandl1 se deja llevar
. Estol SC:oU.1 fi de que n? me desfnentl\'3 i ~on IOdoleLlcia hàcia el bien, cae infamngllll,'l II¡ll~.P¡'. cuya ~:'lJne"''l educ:don
lib!2mente I'U ei ll)jl; i a cn::¡sl'cuenciu
haya sido CII,tI1n.:;: ~ll1cmbal'go, el 81'· dl'l imrulso <¡ul' sabe imprimir a todo,
gun;ento mas deCISIVOcontra los teatros, son si, mpre profundas para ella las ~ai.
sera observai' a los jó\€n~s habituados
das, I l.Hcbosas las madres cuya apatía.
a frecuentarlos.
no se despif'ta al ruido de semejantes
caidas! pe'o i infelices de las ota'as 1
m.
¡ Días mío! i cuán punzantes deben ser
los remordimientos cuyo afYuíjon hiere
No vayamos a creer, no obstante, que, entóuces, i 50bl'ado tarde~ su propia
una vez evitados los arrecif<'s de que índol([Jciu 1
No os los prl:'pareis. vosotras que leeis
están llenas las olas tempr.>tuosl\S del
mundo, no hftí en él [Janl una jóven estas p~íjin[ls; i nun cuando costase mudtros mil escollos ('a paces de hncerla cho ti \'uestm pereza vencer la de vuestra bija, inmola j~lierosamente la una
.zozobrar en el seno de la \'ida rr.:\S tranIl la atm.
Esta oblacion sera bien red-o
quila, ocultándose mil demonios domésbidn
de
Díos,
aplae:índole con mas seticos bajo la piedra d(1 bogar, para 501'prenderla en el momento en que l'sU gul'idad, no la dudeis, que la sangre de
maS segura. Convengo en que son mé,~ , las víctimas: no le son agradables los
nos numerosos, ménos mulos;
pero' holocmtstos (Salmo); pel'o allí están las
vel'dadel'as bo:;ti~s que pide. Un dia
tambien son a veces mas diesti'Gs.
o~
Uno de los mas temibles puede con- no hablo solamente de la eternidad
siderarse que es III ociosidad" *, la cllal I parecerán estos sacrificios mui pequesabe, en su hábil modo de proceder, no ños, cuando gllsteis sus fl'utos.
Tl'abajad en volver el interior devuesespantar a aquellos a quienes ataca, i
siempl'e continúa invadiendo, aunque tl'a familia bastante pacifico i alegre,
Insensiblemente,
sin que aparezcan )a- para que no les li~urra a vuestros hijos
mas peligrosos sus imperceptibles pro- deGear 011'0. Procurad les distracciones
inocentes, pero V¡VDS ¡reales; reuniones
gresos.
Para la juventud, mas aún que para alegres, i aun ruiuosas si es preciso, i
cualquier otro momento ùe la vida, no temuis vel' aumentarse su animacíon
merece la pereza el título de madre de i su impulso. Pero presidid siempre a
iodos los vicios, i da pruebas de una ellas, pum que DO penetren abusos culespantosJ. fecundidad. La juventud mas pables por la puerta que cerrais al tedio.
Es un talento inapreciable para una
activa, mas ájil, mas poderosa que las,
demas edades, se baila por la pereza madre saber ubl'Ír i cerrar a tiempo esta
puerta. Muchas veces iguora su impor* La, pereza, es ~ecir, la pasian del re. tancia; i sea por amor egoista a su reposo, tIene para tl'lunfar uua ventaja so- i poso, sea por l'igorismo mal com~rendibre las ~ema~ pasiones, i es que no eXlj~ do i mal aplicado, arroja sobre su cara
nada .. , Su objeto es una pura negacion ... uu velo de insípida monotonía a de cle:rodas la.~pasioues, para el logro de su ob· rical austeridad, para custodiar, dice,
jeto, eXlj~n algo; solo la pereza no exije la Inocencia de sus biJ·os. ¡Ah! Iasí es,
nodD;. Mel?r la conteota estar sentada l/ue
f
,en~pl~,mejor echada que sentada, i mejor en e ccto, como se asegura la fidelidad
sonolienta que bien despierta. Parece ser' de las muieres por la lei de Mahoma 1
la ten,deucia a la misma nada; la nada es pero las mujeres de un serrallo no salen
al menos su solo límite. Cuanto mas se de él nunca, i no han gpzado las dulzu·
acerca a ella ~I perezoso en su modo de ras de la libertad. Aquf, al contrario,
.ser, mejor l'5tH" (Balmes; ElCl'iterioJ,
no se puede añadir la ,tristeza de la IIS-i
60
BiBLiOTECA
LiTEl\ARiA.
..-..~-"~.'""_""'
.."""'.''''''-~.r-...r
clavitud a la esclavitud de la tristeza, I núase bajo las formas mas halagüeñas J
esa predisposicion a la alegría, tan naderl'ama un veneno perfumado que contural en la juventud, se difunde por la vida a bebel"lo sin temor; oculta sus
esteriol', cuando es rechazada en el inI¡¡zas bajo tal cúmulo de flores, que, léteriar.
jos de sospechar que existan, no se ven
El jóv.en va a reir i a gozor al café i jeoCl'almente hasta que se ha caido en
a otras partes ••• La jóven se apodera. ellos.
i procura toda clase de ocasiones de esLa continuacion de los estudios IItecaparse de la vijilancia, aspira con paterarios, en efecto, es la lectura, i hien
sion al momento de sacudir enterasabe el infierno cuántos súbditos le 111'mente su yugo, i para apresurarlo llega va este servidol'. No obstante, nótese
a veces a arrojarse en brazos del primer
bien que no digo de él lo que de la
aventurero que encuentra.
ociosidad; no. estoi mui léjos de ello.
En las actuales condiciones de la so- POl'que si es un veneno la lectura, es
ciedad, lo repito, es un deber séria i tambien un remedio; si es a veces un
aun riguroso para una madre, no dejar demonio, puede ser un ánjel de luz; si
dominar esclusivamente la gravedad en llega a ser uu sendero lleno de embosel interior de su familia, Es mui verda
cadas, es posible hacerla uu camino sedera esta má~ima mundana,
refutada
guro.
con tanta frecuencia:
«( Es preciso dar
Leed, pues, madres cristianas;
DQ
« a la juventud lo que le es pl"opio.» estingais en vuestros hijos un gusto que
Salvas algunas .escepciones demasiado
ser;í tal vez un dia para ellos un recurescasas pal'8 quebrantar 'la regla, no se so i una dicha; no qllite;s ¡¡ su enteoconsigue sofocando esta juventud i su dimiento la fuente donde adquiere alardiente Vivacidad hacerla pasar santaternativamente la fuerza, la Ciencia, la
mente, sino manteniendola de alimentos
gracia i la aJegl'Ía '.<; no les quiteis
puros i sanos. Sabed reir con los que los medios de influencia que procuran
rien, dice San Pablo.
el saber sostener una cODversacion i el
El medio mas seguro de impedir la tener un talento wltivado;
no les prlpasion del gran mundo en una jóven, veis de uua diversion útil en las tenta..,.
es formarle en la familia un pequeño ciones i de una distraccion poderosa en
mundo en que pueda gastal' inocentetos momentos de tl'Ísteza.
mente sus impetus juveniles i de regoEs mas fácil i sencillo privar enteracijo, lo cual es tambíen una defensa i mente a una jóv')n de toda lectura, que
contra el enemigo doméstico ya señala- 'Iescojer la que le conviene: hé aqus
do: la ociosidad.
por qué incurren las madres cristianas
Ademas, es necesario oponer otras I con tanta frecuencia en este inconvearmas a este Último enemigo; i si le I niente. Paréceles que se halla asegucombaten algunas veres placeres I~jíti- rada la pureza del corazon i de la ¡mamos, le comhate con mas seguridad to-J jioacion,sosteniendo
esta especie de sta·
davia un trabajo útil. Pueden llenar en , tu quo, i no piensan que hai freeuenteparte el dia de una jóvru las ocupacio-! mente mas peligro en dejar que sueñe
nes materiales i menudas de una casa,: I i corra sola una imajinacion ardiente,
su cuidadosa vijilaucia, los trabajos. que en darle guías poco ilustl'adas;
i
manuales, cal'go especial de la mujer,
no preven la esplosion de curiosidad i
combinados hábil i sóbriamente con la de nuevas pasiones a que se esponen.
continuacion de los estudios Htel'al'ios, cuando un cambio de estado les dala
científicos, j aun artísticos, que deben posesion de su libertad.
cerrar todas las salidas al tedio •.
, No dejeis esta intelijencia en inac,
.
IV.
I! cioll. no sea que se entorpezca i se emboAqu~ evoco, no obstante, uno deesos '..te, pero alimentando su fuego, excitando
demonIOS del hogar contl"a el cual nun- I su /lama, tened cuidado que oada altere
ca nos precavertlooos . demasiado. Insi·' su pureza, (Balmes; El Criteria.)
[1
L A
M U J E ReR
1S T.I A N A.
81
No, ¡lo digo con la conviccion que el mito falaz de la imparcialidad;
las
da uoa singtilar esperiencia;
no des- obras que protejen todas las opiuiones ¡
terrels la ·Iectura del nùmero de distrae- \ sancionan todos los actos, lIevau, por
'ciones i de ocupaciones de vuestras hi·, I medio de la indiferencia, n un escep-:'
'jas; es pmdentei sabia quie'n sabe ele I ticismo moral i relijioso mas sensible
'-ir debidameate las lecturas. Ademas,
que una mala parcialidad. Todo tratadó
leed juntas, si es posibll', para que asi histórico a que no dan las ideas de mJ~
se comprenda i retenga mejor la parte l'al, de deber, de órden i de reHjion uu
instructiva de las lecturas; asi podreis tinte jeneral de cristianismo, debe clanienua~ j evitar los peligros que podria , siflc!lrse entre los libros peligrosos ¡mas
baber en ellas; contened i calmad una! perjudiciales mil veces que los otros cuavidez excesiva, i, finalmente, destruid
yas espresiones ménos encubiertas i cula exaltacion que causan con tanta fre- I yos relatos ménos castigados auu, es~
cueneia las obras de imajluacion en pantan de mui diverso modo a la madre
una cabeza joven.
i estrañan muchá masa la hija.
, Leed todos los dias, cousiderándolo
Nuestl'o siglo, fuerza es confesarlo, i
cOlllo un deber, algun~~ pájinas de un gracias a ta anglomania de qûe se ha'libro relljioso, ya "histórico, ya dogmá.
lla poseido, es sumamente ríjido restico, i, sobre todo, de moral práctica;
pecto de las palabras;
nuestl'os oidOs,
pero, mas que todos, leed el Evanjelio,
tiernas hojas de sensitiva, se cierran al
leed, t'à 'Sagrada .Escritura " con las menor contacto;
todo les matHeha, tonotas o comentarios admitidos por la do les asusta; mas ¿ quiere decír esto
Iglesia. ¡Ah! eu ella hallareis ~iempre que sean las imajinacioriesi los corazonuevos ¡tesol'os ; jamas han encubierto
nes mas puros? Así quisiera persuadír~as min8s de Golconlla' diamantes mas melo, pero j ai ! i. uo perdem'os I por la
contrario, en el fondo lo que. gaoamos
magníficos. i Ah! ya vel'eis tambien
có'ma n'adaforma tanto la juventud al en la forma? i, Es siempre la gazmoñecristianismo séria I formal, àl cristia- , ria hermana del pudor? ¿ No es mas
_
nismaverdadero,
al cristianismo cató- ~bien su sustituta ?
Iico; nada subyuga mas fácilmente al
Eu otro tiempo iniciaba una madre
espíritu blljo el yugo de la fe, nada por sí misma a su hija en los dolorosos
c1lU,tivatan poderosamente el corazon i misterios de la vida; pero era con una
una seriedad de
las. pasi9nes; 00 haininguna
fuente gravedad relijiosa,
pensamientos que no inflamaba u ni
~an ¡jura, ningun arroyuelo mas cristaimajinacion ni el corazon, idaban a su
Hno, ningun rio mas majestuoso!
.
virtud una garantía mils segura que la
i PODre juventud!
í Se le presentan
hoi con tanta frecuencia pócimas co- ignorancia. Le decia mas i le dejaba
rrQmpidas! Daole siquiera vosotras de adivinar ménos. Al entregad e un liesa ag'lfa para que no tenga mas sed. bro, examinaba mas su espíritu i sus
pensamieutos que sus espresiones ; i no
(San Lúcá~,)
Tomad gran parte de las leeturas hai duda que le hubiera prohibido la
profanasen la historia, pero no dejeis lectura de esas obras que respetan ta.:..
das las conveniencias sociales, pero culen manos dé la jóven sino bistoriasre:'
yo lenguaje mesurado excita tan des':'"
'Hjiosas i morales, tanto en 'sus apreciamesuradamente las pasiones, i cuya tIciones como en sus relatos. No carrais,
alèleiidas
obras q?e la de~tineis, tras mida corrupcion va derecha al alma,
sin ofender los Dios ni los oidos. Hubiera echado al fuego El Lis en el VaU) Escncha, pues, mi querido amigo,
¡le
(novela de Balzac,) porqû{ihubiera
m.il]~/lrido hermano, os dice San Jeróni·
ma; sabe la utilidad que puedes sacar de I descubierto entre la púdica blancura de
la Sagrada Escritura: su misma corteza! su corola el polvo envenenado del ovarío; pero hubiera tolerado otras muchas
tienè àtraetivo. ; .perolo qùe,encubre:tiene
~todavía mas dulzura. (Carta aPaulino). obras quizás, cuyo solo título se halla
1
la
Ir
El\lTREGA 11,
"
,1
82
BIBLI.OTECA
LITERARIA.
proscrito por las madres de nuestra I justicia de Jas reflexiones que acompa-.
ñeis a estas lecturas, reflexiones que
.época.
Hija de mi siglo. al cual debo i rindo jeuera1mente deben ser su crítica i con.cl merecido reconocimiento por las trapeso, podrels escojer algunas cOQ
grandes enseñanzas que me da, nO gus- escrupulosa severidad, leyéndolas cOij
to atacarle sistemáticam{'nte, i a veces largos Intervalos, i siempre en vuestra
me tengo por feliz en defenderle;
pero compañía, para que podais pasar rápidamente sobro los pasajes que la curIoaquí es difícil la defe¡¡sa.
Siglo superficial que toma por sustansidad de las hijas de Eva desearia pro":"
cia hl corteza j DOhace caso del fondo. fundizar con sobrada frecuencia.
Ya sé que algunas personas no com-.
Siglo de duda, aUDque no de Incredulidad completa,
vacila entre las prenderán esta conceslon. Se me dirá;
II ¡,Por qué no proscribirlas enteramente?
creencias, vacila entl'e las prácticas;
no confiesa ni niega (San Juan); hom- ¿,No es el medin mas seguro de evitar
bre vestido con lujo i o.onmolioie, oa11a sus peligros? Il Si esto fuera efpctiv¡lajitada por el ?:iento ( San Mateo), el mente posible, se las d,esterraria s¡\llpbienestar le hace olvidar hasta el ser pre cou razono Pero una jóven cuya
moral, i jirando a todo viento de doo- vida se desliza cu medio .del mundo,
trina (Sau Pablo), resiste a todo impul. trata con otras jóvenes educadas cOQ
so práctico. Se inclina ante los dogmas ménos severidad, i cuyo amOl' propio,
I 110 los admite;
los lldmite i desecha enorgullecido con su superioridad litesus cousecuencias.
raria, le abruma con su desdeu i sus
Siglo mercantil i materia!: estudia burlas. Sucédele cntónces, alguuas v.elas máquinas, estiende el comercio, se ces, encontrarse tan humillada de sQ
pl'Osterna ante la industria, perfecciona completa ignoran,ela en esta materill,
la estadística, profundiza la física, se que anhela esta cIase de lectura con uf)
apasiona de la anatomía, analiza la ardor verdaderamente apasionado, cuya
química, pero DO sale de estos domimis.ma violencia es un .escollo que se
nios. I acostum.bl'ados sus ojos a la os- a\lmenta tambien 1)atural,IPente por I~
curidad dellaborato/'io,
no pueden so,.. Imposibilidad de satisfacerla.
portar el brillo de Ulla luz viva i pura.
Si en esta disposicion de ánimo cae
Siglo superficial: bástale la apariellen !>us manos .una nov,ela buena * o
cia de virtud, I cuanto mas se quebran,
mala, le será difícil resistir a la tentata esta, mas se aficiona a sus esterioriclon de leerla, i atemorizada en .un prindades COD uua exajeraciou rigurosa.
cipio, hará, .COm9tantas otras, una esTriste compensacíon I ai! Mas valia pecie de convenil) tácito con su conla prudencia ménos estudiada ùe nues- ciencia; se prometerá ua leer enteratras madres; mas valía la rudeza de mente la novela, sino tau solo bojearJI;l
nuestros padres, que nomhraban el i euterarse uu poco del argumento para
mal con mas franqueza, I que huían de poder hablar de ella oomo los demas.
él tambien mas f¡'ancamente.
De ahrlr a leer el libro hal poca disHai un jenero de lecturas respecto del tancia sobre todo cuando ese libro es
cual repetida gustosa mente la que decia uua novela. Principiada la escena, es
el santo Obispo de Jinebra, de los bai,.. preciso concluirla; el ¡nteres de la una,
les: «Los ,mejores apénas son casi bue· lIcya a la otra; bai situaciones tan pal-:nos; bailad poco I con poca frecuencia.1l pUantes de interes, tan llenas de emoLas mejores novelas apénas son buenas; ciones, qqe es preciso seguirlas hasta e)
leed pocns i con poca frecuencia, sobre fin; no se puede dejar a los héroes fatodo si es mui jóven vuestra hija. Mas voritos eo la desgracia sin sacarlesde
adelante, cuando desfogándose algun
tanto su Imajioacion quede mas tran·
Of
Hablo aquí como el mundo, ¡de,qui/a, cuando habiendo visto algun tan- biendo sobreentenderse por estaespresion.:
:toel Q1tlDdO, sea capaz de apreciar la bueno, esta: otra ménos malo,
.
LA
MUJER
CRISTIANA.
I
ss
~lIa, a en el camino de la fortuna, sin: furtivamente en el entendimicnto,ngránjnformarse si llegan a e5ta. Se olvidan I dase i se convierte en un deseo, i si no
Jas resoluciones hechas, se sufoca esta I hai allí nadie para contenel'lo,
aumenansiedad. fatigadora,
compañera de la I tàuddse el deseo de conUnuo, se revela
primera falta, se ~evoran estas pájillas, l' e~ netos, i j Dios mio! ¿ quién sabe
tan poco a propósltll a veces pal'a ali-. donde se detendrá L __.
mentar a un alma pura;
i léjos de sa-I
Si no se halla fija siempre la vista
darse esta cuaudo se han concluido
vijilante de la madre sobre sil hija,
aquellas, el hambre se aumenta.
Se puede suceder fado esto Sln qùe ella la
necesita este pasto iodijesto;
se necesepa. Advertirá, es verdad, uu cambio
sita no solamente para hablar de él, no de caráctet' i de hábitos, se aflijírá de la.
solo para los demas, sino tambien para' tristeza i de la sequedad de su hija para
'SI misma, para incorporárselo,para
ha-jl con ella, tal vez llegará n reprendeda;
cel' de 'él su sustnucia.
pero ¿ qué fuerza tieuen las reflex iones
Entónees, si levanta aun la voz la I en una cnbeza exaltada de esta suerte "r
conciencia, se la hace callar persul\- I Al oirlas, la bija se cODstituÏi'á en vicdiéndola que ua ha producido esta lectima, lloral'à pOI'sn suert!', i viendo que
tura mala Impresion:
se la cree en
se la comprende, suspimrácon mas
efecto, se siente placer en considerarse
ardor todavía PO\" la uueva existencia
Invulnerable, i nos burla[1')()s de aquel
objeto ùe sus sueÎios. Siendo superior a
famoso monarca que se molestaba en i las fuenas
de un olmá enervada por
preservarse contra el veneno, tragándo-:
ficciones novelescas un exámen sédo de
noslo como él impunemente i sin mas'. sr misma, preferirá continuar abriendo
'ceremonias.
! los
ojos sobre las pàjinas prohibidas a
Pero él apetito viene comiendo, dice luchar en su conciencia par desecharun proverbio antiguo: i en breve se de- las, i tal vez, al fin, su despertar sea
varan las novelas que se hallan a la tan terrible como el de su madre.
mano, i se siente morir de inaniciou
Estas tristes conseeuencias uo se decuando llegan a faltar. Entónces se bus- I ducen necesariamente
de la posicion
ean otras, i se encuentran. Lo que quieindicada. Dios me libre de pensarlo.
J'e la mujer contra lo prescrito por Dios, Muchas jóvenes saben en ella vencerse
lo quiere tambien Satanás, el cual la. a s[ mismas i a las deD1as, vencer al
secunda en sus pesquisas, i la procura
mismo tiempo el respeto bumflno i la
las qne desea, i mejores, cosa qoe no es, I curiosidad; pero son mui raras las mupor lo demas, difIcil.
jeres dotadas de unll razlln, de \lna fuerPoco a poco deSaplH"eCe todo sobre za I de ùoa virtud tan precoces, i basta
este punto, remordimientos i conciencia:
POI" otra pnrte que sea 'posible semejantodo deja campo 11 esa sed que no aplaca
te desgracia para que se trate de evitarla
nada, aunque la siga muchas veces el n toda costa.
'disgusto, i la haga mas intensa aún el
Lo repito, porque tales mi convenmisterio conque es necesario envolverse.
cimiento;
creo que si se lee de vez en
Arrebátase la cabeza; el entendimlencuando una novela eseojida, il la que se
ta se llena solo de imájenes impuras o consagre siempre mui cortos instantes,
Con la idea de una dicha imposible: Ile· i de la que se suprima tod!) pasaje de
'gan a fatigar los delleres I se abandoi moral dudosa; si no se entrega a las
'nan; la vida modesta i tranquila parece
manos ávidas I curiosa.s de la jóven, si,
vulgar i abrumadora;
no bastan ya los I no que, al contrario,
se modera su aratectos de familia, i no altel'l1n en nada
dar con las frias reíle!t.iones de la l'a"absolutamente la prosaica monotonía del !l.on, si se ilumina i disipaeleucanto
de
una ex.istencia vulgar; la idea de insplla ilnajinllciou coula antorcha de la esrol' una pasion, de excitada i de comuperiencia i de la verdad, se evitaràn los
nicarla, como tantas heroinas, por otra
peligros intrlnsecos de esta lectura i los
'(Iarte modelos de virtud, se introduce
del deseo causado ,por su .prívadoo.
no
l.
1
~4
B 1 B LlO
TE
e ALI
I E R A RIA:
~_'-'-,_-"'/-,,,'_'"",-,",,_r'"f",-'''''''_'--''.r-..../"'-/',---",,~_---'-'''''''~_~_'-----:~._.,~.-,-~~~
Ásí tambien la jóven se encuentr~ mll.:.
inesperta, en su consecuencia, en
el mundo, donde se, des(urollarà si~
duda a su vista mas de una noveJa de
triste desenlace.
,
I Ah!. es una verdad que c~usa 40lar proclamar;
es una correslOn ~esconsoladora que bai que hacer; pero
la recl¡¡llÍala esperiencia de la v,ida, co:
,mo un ací'eed,or implacable obliga aSU
deudor a dolórosQs sac.ificios. A veces
es una desg"racia demasia, da ¡nocenc, i,a
,
'hombres,
en lá educacion.
DesgráCia gloriosa,
sin duda alguna, p~ro irremediable algunas veces en s~s consecuéncias,i
desgracia, fuerza ~s decido, demasiado
habitual en las educaciones cristianas; *
Si se pudierá tratar siempré con personas inocentes, jamas creeríamos sobrado completa la sencillez dA la, inocencia; pero bai siempre escándalos en·
tre nosotros, segun la misma espl'esion
de la verdad. Pues bien; ,así como el
venado perseguido por una furiosa jauría d'3 perros" solo puede escapársele
previendo i frlÏstrando Sus ardides; así
como es preciso para caminar sin tropiezo por un sendero lleno de honduras i rodeado de precipicios, así p'ara no
caer en el trayecto de, la vida, para riQ'
,ser cojidopor la jauría en¡'arnizada del
enemigo, es preciso adivinar la senda i
prever sus lazos. En dos palabras, i
dejando toda metáfora, es ¡ndispensa'ble para vivir en el mundo, ¡para vi',vil' bien en él, ,apreclarJo,íuzgarlo,
i no
ignorar completamente sus escàndalos.
En fa mayor parte da los buenos libros, casi todos los moralistas relijiosos
,pintan el mundo con colores exajerados
a falsos. Por este medio, llegan, es verdad, a causar horror a aquellos o a
DOS
• Sentiria much6 que se diera a flste
pensamiento una trascendencia que no le
atribuyo. Estúi léjos de censurar en todas
las educacioues actuales el bello defecto, de
la inocencia. ¡Ai! la mayor parte están
aseguradas de ella ámpljamellte. Poreducaeiones cristianas entiendo aquí las que
se dan, o ent~ra~ente en los conventos, o
en las familias pIadosas, Ino tan solo te·
,gulares, las cualeS,il!o~las únicas que pecan
dé exceso de inocénCl3.
aquellas' que no lo frecuentan;
pero
IOll demas~ pero los que sobre todo necesitarian hallarse arlhados' cOntra éJ'~
estos; reiJito, se encuentran sin defensa,
porque se ha querido dársefl1 e:lCcesiva~
pties,no hallando desde' 'uegál,a,pe,~~
versidad ailllnciada, llegan a ré l'se .de
haber podido temer a lin monstruo tan
amansado;
Mas adelante, cuando Jo COBoeen
/
I
meJor estos niños, es a f1egar a ser
¡ muchas veces cuando son
víctimas suyas, descubren en ,su enemigo, sino la malicia i la maldad pintadas, al ménos una malicia I uoa m~ldad bastante grandes;
pero lo saben
ya sobrado tarde.
~tejor hubiera sido emplear desde
¡uego. colores. ménos somhríos,dejar.
sonrose.ado lo que es sonroseado, i bJan-;
co lo que es blanco; confesar a la jóven
qlle bal bondad, ¡nocenci,a i virtudes
hasta en, el torbellino del mundo; hO
disfrazarle todo 10, ¡'¡sonjèro, risu~ñ() i
aun .inocente que existe a primera ,,¡sI¡¡.
en los placeres cuya fuga se le aconseja~
no mostrarle siempre el remordimiento.
I la desgracia en el fondo de la ~opa que
los contiene, porque muchas veces no
se encuentran en éf.
Mas, por, otra parte, bub\~rà sido
tam~ien meJor a vel1es no ocultarl~ e~teramente la natul'alezll de algunos de•..
sórdenes de que puede ser testi~o, tard~
o temprano;
alzar, al contrarío, UDa
punta del vel,o, tras el cuaIle oèultaba
una vida entregada a los estudios, i, a, la
familia la apariencia de las debilidadés
bumanas, i, finalmente, usando l,uià gran
severidad eD la eleceion, de ¡lis Je(:turas~
I no escluir cOIl1~letamente aquellas é~
que puede servir, lil pi~t\lra del vicio
para ponerse el) guardia ¡¡Olltra,él. «Esta
llama debe alumbrar sin deslumbrat,
dice Bálmes, ensenar el 'camino i. ~l
mismo, tiempQlos éscoUas (le quilês~
sembrado. » *
I
I
* Véase la nota que esponemôs en ~~
numero V.
LA
MUJER
CRISTIANL
8(;
Este desastroso sistema de ignorancia i de co npletas ilusiones, me conduce naturulmente a otro sistema de i1u-:'
v.
Cuando se encu('IÍtra una j6ven súbit,ameute en relaciones habituales con dencia,l1J Illas lijer;) accjon contra el recato,
este mundo, cuya figura no habia aun ¡los tel'l'ibles consecuencias que Il,eva contoda herida que se abren la honra, la
apercibido por las rendijas de la puerta si~o
pérdid¡¡ de la estimarioD pùbllca i priva.
de la sala. en que estudia, hai que es· da i de esa siltisfaccion interior de que
perar/,aunque
su sociedad fuese una go~a toda alma pura i sin mancha. In5felizescepcion de virtud i de decoro, que truida debidJlllente Ulla jóveu en las seveservirán mas de una vpz de tema a su . ras leyes del recato. de la del.icadeza ide
las conveniencias sociales, ua es de temer.
conversacion desórdenes de diversas
clases; qu~ oirá infalib\èmente mas de en nuestro juicio. (jue pueda engañarsela
fi.lcilm\Jnte, por candida que haya sido su
un relato qlHl tal. vez. sin ser malo
educaciou.
el fondo,. dlftel'a mucho de las hablaSu m;srna il1(l(~en('Ü le sumiliistrará nuedurías del colejio.
vas armas contra toda elase de seduccioPue~ bien: cuando se ha vivida hasta nes: la üatar¡¡: timidez p.ara dar el menor
ent6uces en UDa completa ignorancia de paso aventurado, a cuyas consecuencias no
le sean Gompletamente eonocïdp$. ¡eSi!flor
esas manchas que en el muudo se tropiezan a cada paso; euando, por ejem- ! delicadísima del pudor, ruboros~ sensitiva
plo, han aparecido la mentira i la deso- i que se pliega i retr::\e al da'1 sobre ~lIa hasta la sombra del mas I¡jero objeto, )a imbediencia como las únkas faltas graves,
pediran sin duda alguna ha,cer la menor
producen estas primrr'B. revelaciones
concesion, permitir el exees~1mas leve.
un efecto que no se esperaba cu jeneral Por otrà parte, este remoto peli$rp. la pOi por desgracia. '"
sibilidad, apénas concebible \!lll!ll/-estro
juicio, de que pueda presentarFe en el
. ~'La autora cOf1tínùa esponiendo los mundo a uua jóveu iUDC,ente¡pura, edù·
peligws que tiene, a su parecer, una edu-' cada con el recato i el retraimiento convecacion mui inocente, o en que se oculta a nientes i viviendo entrenna sociedad que
las .ióvene~ los abusos i los desórdenes que ha recibido una educaeicn análoga; e,1letienen lugar a veces en la sociedad mun· jano peligro, repetimos, de que puedan
dana arra6trada por las 1l1aliJspasiones, i presentilrsele séres que arrojen sobre su
,cita algun cas" CD que se vió ecmprometi.
intelijencla i su corazon un velo tan de¡;¡so
da la virtud de una jó\en iDcauta e illes" i tan oscuro que les ciegue para pervertir
perta. Mas, a nuestro iuicio, es preferiiJle su alma, hasta empallar con sus impuros
el sistema de educacío"n, que oculta todos hálitos el terso i límpido espejo en que se
los desórdenes sociales que pueden causar reflejan las virtudes de una alma pura,
la mas Iijera manch" en las imajinaciones ¿ sera snficiente motivo para edUCilra todas
juveniles, o excitar la maiicia humana, i las jóvenes, ajiJuuo el florido pensil de su
mas especialmente le::;.que se refieren a la imajinacion v¡rjin"1 con cuadros repugnan:
sensualidad. Pura precaver la bastante a tes, con funestas ideas i pensamientos que
una jóveu contra los pel1~ros que puede disiparan sin duda alguna sus mas delicio.presentarle el ll1undo, i los lazos que pue-' sos SUeñose ilusiones, que marchitaran el
de tendsr a su candidez i a su inocencia. delicado matiz de sus mejillas, que nubla,basta advertirla, de un modo delicado i l'an i eclipsaran los mas vivos destellos de
que !la hiera la pureza i la bondad de sus su entendimiento, i, en una ,palabra, que
,pensamientos, que e::iston por desgracia empañaran i velaran como con tUl funesto
.en la sociedad naturalezas depravadas que crespon, mas o ménos denso i OSyllrO,sus
Muitan bajo simuladas esterioridades a gracIas, sus encantos, sus virtudes mas
"¡¡parienclas engañosas de moderaclon, de preciadas, i que cODstitu.ventodo. un Eden
veracidad i de virtud, deseos· iapetitos "1de purísimas delicias ? ¿ Habre/MSde con·
desenfrenados, la falacia, la deslealtad i el tribuil' de una manera segura por DO.~icio. Bastarà hacerle comprender el in- sotras mismos a la pérdida ,de este nuevo
estimable precio del pudor, joya la mas paraíso terrenal? l, finalmente, si llegara
;preciada de las vírjenes; la facilidad con, a amagar tan funesto peligro, ¿ no es de
que aja i eclipsa su brillo la IDellor impru- i esperar que, para valernos de urt pensa-
en
1
B 1 B LlO
T E
e ALI
siones,igualmente virtuosas í peligrosas,
propagadas POI" cierta çla~e de buenos
libros que circulan en el díll; AllUcer
~-------,-----""""""~~--"--~,--,"""_.-'.",,,,,,~~,-/,~,-,,",-,,,--,--..--,~~_-..---..-
miento de Santo Tomas de Aquino, descendiera de los cielos un áujel de luz a
escudar a la inocente jóvell, cubriéndola
con sus alas e iluminándola con sus resplandores?
(N. del T.)
El siguiente testo de Sail Jerónimo pue~
4~ servir de corrolJoracioll a lo que arabaillaS de esponer :
«Vuestra hija dêbe igdorar todás las
palabras impur'as, 41ejad de ella toda oca
Sion de mal. Evitad así n1ismo que las mu·
jeres que cuidan de ella frecuenten las
sociedades mun(lanas, pàra que no le tras·
mitau malas enseñanzas, En cuanto a lôs
estudios, dadle compañeras que la procu,
l'en estímulo, cuyas alabanzas la alienten.
Si manifiesta pereza, en vez de reprender.
la, excitad sdespíritu de nîodo que se crea
feliz con sus triunfos i triste coli sus de·
rrotas.
e Haced qlÍe continúe cumpliendo sus
deberes, ménos con preceptos que con
ejeml;lloso No la dejeis presentarse jamas
en. publico sino con vos, ni ir a la iglesia
sin su madre. Las flores se mustia!) presto;
Un soplo emponzoñado aja rápidamente
las violetas i las lises.
" Haced de modo que prefiera vuestra
hija a las personas elegantes i locas las que
son graves I sérias. Que cónsidere lalHen·
tira como un sacrilejio ; qne ignore los va·
nos placeres del mundo; que tenga una
pureza de ánjel, I que sea de carne sin te
ner nada carnal." (Epístola 7e' aLeta, 1
8.' a Gaudencia.)
Nada parece demasiado, dice una céle.
bre escritora. para conservar en las jóve.
nes el pudor~ ese instinto del alma que es
el primer encanto de una mujer; ese sen·
timiento tan tímido i tan.fuerte que es en
nosotras el 'n'lismo que el que llaman los
hombres entre ellos honor. El pudor hu
ye del rùido i el tumulto; tùrbanle las
miradas, i le embarazan las alabanzas.
Huye de todo la que afecta coquetaria. Es
una sensitiva 'celestial que nos avisa largo
tiempo ántes de que sienta nuestra alma el
contacto envenenado del mal. (De la educacion de las mujeres. ¡Jorla condesa de
Bassanville.)
(N. del T.)
T E Il A RIA.
sobre ellos las siguientes observaciones,
no trato de herir en lo mas mínimo lt
SUll autores,
ni ménos auu sus inteo..:
ciones ; pero sus tristes resultados, tan
poco pt'evístos e ignorados tan jeoeral...;
mente i cao taota frecuencia obtenidos,
llegan a entristecerme i aun a espantarme. i Ah ! esto consiste en que solo
la verdad contiene jérmelies de vida,
pues las mas bellas ilusiones, siendo
siempre hijas del padre de la ment/rat
solo producen f.'ùtos gusanadós.
Estos libros son novelas piadosas mas
que inocentes, compuestas la mayor
parte parâ los nii"ios i pal'a el pueblo, escl'itas con buen:lS intenciones,
basta
tal punto, que violentan a porfía relijion
i virtud, i, tlu'almente, las desfiguran
por completo.
En ellas, por ejemplo, siempre que Sil
pinta a un cura, no se le representa de
otro modo que rodeado de uua docena
de buérfanitos a quienes mantiene, vis.
te i da hospedaje, asea, calienta, educa
e instruye, etc, etc, etc. Muéstrasele
siempre eomedio de honrados labl'adores a quienes compensa los estragós del
granizo, cliyas cabañas incendjada~
vuelve a levantar, cuyos hijos coloca
i casa con suerte constante, etc, etc,
,
l
" La "-!llujer es pudor, i esto hace que
sea gracia, segun aquella peregrina sen:
tenr.¡a del Espíritu ::;anto, Gratia super
grattam mulier sancta et pudorata.
(Eccles, cap, XXVI. v. 19.) Una vez perdido el pudor, nada sobrevive en la niujer;
i el indign'O atractivo que aUli le es dado
ejercer, léjos de levantada de su ruina,
consuma esta.
" La castidad es la sumision de la carné
al esplritu, i viene i aun procede de la humildad, que es la sumision del esp)ritu à
Dios. 1 en esta humilde servidumbre a
Dio!. saca el espíritu fuerza para sujetar
por sí mismo a los sentidos, domínarlos i
domarlos; en tanto que el orgullo desen·
cadenado los desencadena. 1 así i oh.ad.mirable aualojla! la humildad i la casti·
dad se ruborizan cuando se las ofende, i
así como se llama pudor al rubor de I~
Finalmente, hé aqur las delicadas i be· castidad tambien se llama pUd01~ el rubor
lias ideas queespone Au¡;:usto NicolaS sa· de la humildad i de la modestia." (Augusbre las graves consecuencias de perder una to Nicolas; La rÙ'/en María i el Plandivino,)
(No del T,)
jóven la preciosa joya del)pudor :
~--,-----
,..
..
......• _-._
..
_-_.~ LA
MUJE;R
CRlSTlANA~
81
,cte. Sírvenle por doquiera dos a tres sos, tan dóciles i hasta tan sentenciosos,
truhanes que le insultan, le maltratan i 'que los miran, no sin razon, como séllegan hasta a atentar contra su vida; I res de diferente especie que la suya, i se
pero de quienes se venga, cuando le ne· I cuidan poco de copiarlos. l, por o~ra
cesitan, recojiéndoles i cuidándoles por I parte, ¿ debe censurárseles por ello?
si mismo, etc, E:tc, etc.
Creo que no, i aun imajino que los auEsto es sin duda mui bonito, pero tores de estos libros prefieren que teoacostumbrado el pueblo, leyendo estos I gan sus hijos la eándid~ seneil'~z de su
libros, a considerar todos estos actos i edad, que la razon prematura de estos
como constitutivos de Jas obligilcione~ I filósofos en ciernes.
dal sacerdote, el pueblo, cuyo cura no
En estos libros se verifican conversiopuede, apesar de no tener huérfanos,
nes tan súbitas, tan completas, cao tal
asesinos i muchas veces ni aún dinero,
facilidad, qne, léjos de poder servir de
aliviar todas las miserias i reparar todos guía i ejemplo, desanIman a los que solo
los desastres, el pueblo, repito, deduce I obtienen con sus iliarioll esfuer2)os resulde aquí con suma 16jicfI que tiene un tados lentos i diflCilcs, sin poder impe,cura malo, i no le muestra en su condir frecuentes recaidas. En estos libros
secuencia, ni respeto, ni sumision, ni son tambien las jentes virtuosas de UD
confianza.
modo completo, causando su ejemplo
' En estos libros arroja un rico caritamas bien temor que deseo de ilj}itarlo.
Uva s,~ bolSillo, al primer mrndigo que Este hábito de rep,'esentarlas sio imperJe pide limosl:la; pcnsiona a tonas las fecciones ni debilidades, falsea el juicio
viudas, adopta a todos los niños abande los niños, les hace co pr¡(ll~r lugar,
donados i no hai espresiones bastante
sumamente severos en sus aprecla~ioDes~
fuertes con que no ,se condene la coni contribuye mas adelante podefosaducta de ,los demas. Desgl'aciadamente,
mente a ese desencanto doloroso, conse.
no pudiendo casi existir este rico sino cuencia de las virtuosas utopias de la
en estos libros, el pobre que se instruye i juventud.
,en ellos juzga mala la conducta del'
La costumbre de no preseotar nuopropietaria relijioso i que le tiene por I ca malvados sino a medias, de no ad.
caritativo, al cual se dirije, si enterado I mitir qU,eun hombre vicioso sea sucepeste por buenos medios de sus necesidatible de un bnen sentimiento o de una
d.es n~ le entrega desde luego sus bol- I acecion jenerosa, les descamina enteraSillas I sus gavetas •.
I mente
en este mundo en que por la
1cua?do llegan los tIempos de efer- I contrariase acostumbra a mezclar granvescencla p~pular, cuando se exalta,n I demente las virtudes i los vicios. Porlas cab.ezas ~ abre la p\lerta el dem.o?1O , ue sabido es qué no forman eo él los
revolllcl~llarlO Il to~aclasc de ll~bICIO- \ i ~alo,s i los óuenos dos campos enteranes, se sIrven las Id~as com.uDlstas de I mente opuestos, i no hai duda que
estos pretestos para IOtrodUClrse hasta,
uede desesperarse de vivir esclusivaen las ~lmaSf~1asnatu,ralme~~te honradas.
~ente con los unos a con los otros:
QUIzás VOldemasiado leJos~ pero me «No bai alma tan corrompida por la
'parece que muchos de estos libros buee a ase a veces el sueño de uoa
nos han contribuido a faJsearlas ideas ~~en~ a~cion, ha dicho un filósofo ;»
del pueblo.
ero solo Dioses BUENO, ha dicho la
~n los ni~os se produce \1~ efecto se- ~"erdad Suprema. "
meJante. Poneseles a la vIsta padres
,modelos mui superiores a la humanidad ¡
" La lectura de los cUllclr'oscQ\1'!,se
bas·
para asemejarse Ii. los suyos, i el único quejan
en los anteriores párrafos I que Se
resultado de esteeootraite es disminuir
contienen en los libros morales, pueden
para con ellos su respeto i sumislon.
ofrecer los peligros que indiea la autora. e!1
() bien se les presenta para que los las líneas precedentes; mas en.ou~stro JU',hniten niños tan perfectos, tao juici\)o cio, si bien es un deber rendir slemp~e ,8
88
BJ8LIOT~,CA
•
r
LITERARI~.
'
r
i este es otro de los aspectosqqe merecll
nuestra atencion.
Término de la infancia i de Ja adQcuyos 'gU5tos e Jmpresio-:
Hemos consíd~rado hasta ahora a III lescencia,
nes se vuelv'en a hallar :consu iojénua
juventud bajo una sola de SIIS fases;
bérons/a estudiad() solo corno conti- III¡>gl'Í;¡, la juventud l'sel punt.o, de: parnnacion i fin de la primel' parte de la tida de, la edad viril cuyas preocupacio'
vida; sinembal'go, al mismo tiempo que nes comienzan a despunta¡'.
Tél'mino de la vida de de1!end~ncia
es un término, es un pllnto de partida,
entera i necesaria, pero apénas, $f!lltiqa,
Dios la supremacía i la superioridad .i'ex- es ef principio de una es~ccie deUl>ertad,
celencia de la blindad perfecta, segunindi. l' velo de una s\~mision mas penosa. i coca la autora en el parrafo finill, cre,emos Inuumente mas absoluta.
en estrema ùtil i aun necesario trazar con 1 Tél'mino de esa dichosacondillion en
frecuencia aqnella clase de cuadros en que 'que nose 1I0Simpone toùavía la response pinta a la humaDida~ en el grado mas ,sabilidad de nuestl'OS actos, es, finalelevado de bondad i d~ virtud a que Ieper. i mente el puuto de, partida de esa exismit~n llegar sus limitadas facultades, au
Silia,das de la moral evanJéEca i de lagra. tencia en que somos respol1sahít:s a IQS
ciadivina. Esto es la que constituve el ojos de Dios, a los ojos de los hombres
bello ideal de:la naturaleza humana, el i Il/OS nuestl'OS, nosolamante de noso":'
cual debe, serwrnos a todos de guía i,de! tras mismos, ~jno hasta de los. demas.
ejemplo, iqutj conviene tener Il la vista!
La reuuion de estas dos vias" de este
~.omotér.mino i.opjcto aque debemos diri· II pasado i de este, porvenir der tan.d¡fe.Jlr liuestras aSplraClQI!es.,La Ilustrada au- rentes matices, ef instantedeJa,deccion
tora de esta obra viene a secunda~, sin de .unacarrera es un mOfll~nto Lleno de
quererlo, ese nnevo jénero de literatura
'que reinaeri la actualidad i que tantodaiio aD'~l1stia, ,para el alma capaz dccomcausa· en nuestro concepto.
prenderlo; pero llena de proyectos [¡SijeNos referimos a la literatura realista, ños, de deliciosas ilusiones,' para la,que,
o de la realidad, que se limita a presentar siemprenina, no aprendió a .reflexionar.
las costumbres i las acciones humanas 010·
Ah t entónceses sumamente,necesarió
deJadas por las que nos ofr~.cemas comun- i el brllzo de una 'm~dre, ya para qu~
l~ente .el m.un,d?, abstelllend~~ede l'spa· I sirva de sosten cUllndo ,espantan la'.1'ea~1~.r'la'lma 1118ewnpor las reJlDnes de la 'l' I'd d dl'
'
d dd
Ideal,Jauncuando este schalle realizado, I II
e a plesente I la vague a, e
no Pocas l'eess en ,la, vida social. Conse- i 1'0 futuro; ya para que ,detenga ala
cullucia fun!:,st~de este nuevo sistema es no ' imprudente jÓllen dispuesta Il comprohaJJar eu, la lectura el alma herida i desa : i meterse, sin' criterio, ,sin retlexiOn, sin
lent~da P,or lasju~estas,o por lo mén?s de-I i inspiracion, e.n ese se,Ud,ero sin.salid,a i
sab';1das, débIles 1 vulgares aCC1?neS1pro, I denominado .tan ,perfectamente ·por el
cederes del, mundo, mas.que esc~nas en I! lenguaje ,místico del cristianismo, :a:voqUElse pre~entan estas mIsmas accIOnes o cacion. La época mas solemoe. mas
escenas SoClales~~Ilvez de hallar esos be·
Hos'cuadreedeabnegacion, de jenerosidad, " Importante d~ I~ vl~a es llqueHa. en,que
desacr, ifillio,i,'del cUOlPlimie,lltode los ma,s l' I se trata de dlsttn,gUlI' elllamamlellto.de
sagrados "deberes que ,se ofrecen en el Día .•, la vocacioD del ,cielo, las solicitaml1l)d~ ar¡¡rO$ intervalos i en diversidad ! ciones del mundo, Qel egoísmo i del
de ocasi6nesl reunidos en unos de esos •infierno.
"
~Denos libros como un precios? rami~lete,!
Ai! i muchos. son JosHamadosLpo) con Jas cuales se ah~ent~n Irealllman 1) cos, lo~escojidos I ¡TodoS, son ,Il~mado~,
Du~stras facultades fislcas.l mo~ales l,ad·, por DIOSIl una especie de servicio espeqUlereflleJlzas el 'Clltendmliento lentuslas· '1 c' l,
,
.,
'r
,mo eloorllron;"',sfrviéndQuos .igualmeJlte I la .en que encuelltra~su
salva~ll~n,
de'ejempIOil',k'lÍ'étieosparavoder realizar. : I Per.o son ,pocos,los e:;coJldoS,POl'qUlll!O~
Id,SPOl"~OSo,t~"m, ~s~os ibacerse¡;¡tir.al!
mU,1 pocos los que,' escUChanla",,'Y;,~,',
¡del
'l.lma'Ia'lftmensaíèheroad que JleIl31lcon-¡cielo ),muchos Jos ,qu~ laoyen,,fIJ) .e"go.
' ",
(N.d,elT.) : ,\ guirla.
,
"
VI.
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.
LA
MUJER
CRISTIAN
A.
80
Cuando se ve una madre, despues su hija necesita asímismo una especie
de haber dirijido laboriosamente la de esperiencia de las diferentes carreras
educacion de su hija, a punto, ya que cuyo campo se le abre. Todo esto no se
no de disponer de ella arbitrariamente,
adquiere en un dia ni un año, i hánse
al ménos de dirijirla i de i1uminarla en visto con frecuencia enteramente modieste difícil paso, no pqedo ménos de i ficadas las impresiones de entónces po¡escusarla si le falta valor; i compren- lel tie.mpo, la reflexion i la .esperiencia.
do que en el primer ímpetu retroceda
Aquí debo reclamo" contra el sistema
i no sepa diriJir aDios otra oracian que de tomar precauciones escesivas que se
esta: i Oh .Diosmío, venid en mi ausigue comunmente por las madres ma$
silio, Señor! ¡ Señor, apresuraos a cristianas, i precisamente porque la son~
socorrerme! 1este grito de desaliento
Mirando al mundo, i con razon, como
es siempre escucbado, ¡amas es recha- I el vas tu sepulcro de una multitud
zada esta desconfianza de sí misma;
de virtudes, a mas bien como el osario
Dios acudirá en su ausilio i acudirá
.ieneral de la inocencia de la juventud,
pr¡;sto.
llenas de cuidado por la de sus hijas,
TU'rumos mas bien por las madres
Cl'een que no pueden ponerlas suficienque confían dl1masiado en sns propias
temente al abrigo de aquellos riesgos,
fuerzas, cuya presullcion les impide pe- i les pal'cce poco seguro todo retiro. Pa·
dir ausilio, marchando sin vacilar, col'a conseguir este objeto sacrificab ¡eoema si huMera siempre luz, como si no I rosamente los goces mas puros i mas
fuera fácil perderse en un camino des- ¡lejítimos, se privan casi enteramente de
conocido. Temamos mas bien por cier- 1sus bijas, i prolongan de un modo indetos espiritus Imperiosos i absolutos que, finido su permanencia en el colejio.
no contentos con la parte de respunsaNo hai duda quc obtienen en ¡eneral
bilidad atribuida a su título, quieren
por algun tiempo el resultado~pete,cido;
dirljir solos, inclinar a su gusto a la pero en el fondo, me atrevo a 'decir que
jóven soltera, sin escuchar la vocacion lo yerr!lu completamente.
a la voz del cielo. Ciertamente seria un
La vida de colejio, preferible en muacto de adbesion encargarse de tal suer· chas circunstancias a cualqlller otro mete de este peso rJe los demas, de un peso dio de educacion, no la es nunca para
tan abrumador, si fueran los motivos todas las edades, segun yo creo babel'
que se tie!)~n para ello mas puros i sus demostrado en el capítulo anterior. Pero
~rectos ménos funestos.
si es sensible para la instruccion envíar
En esta espinosa i difícil decision es a un niilo demasiado jóven a un colejio,
un deber imperioso, al par que revela es tambien fatal para la educacíon deun gran talento, saber mantener la ba- jarle en él sobrado tiempo. En aquel
lanza en ei punto que marca la autoridad
mundo ian diÎerenie dei que nos espera
materna i la libertad filial, i no abusar
a la puerta, no se adquiere la menor
de SIlS derechos, guardándose enteraesperiencia para la futuro. La virtud
mente de abdicarlos.
misma carece de ejercicio i de fuerza,
Una madre puede comenzar a estucuando en un camino trazado no en,..
dlar seriamente la vacacion de su hija a cucntra dificultades graves que superar,
la edad ,en que esta no piensa aún en ni tedios verdaderos que sufrir, por
ella, i especialmente en el momento en hallarse escqdada i sostenida incesanteque habiendo terminado sus estudios se mente por una dependencia con~tante i
le entrega Il su hija definitivamente.
completa del reglamento i de la auto.".
:No obstante, a no impedirlo clrcunsridad.
tatÍcias escepcionales, no debe juzgarla
Ademas, Jesucristo hlluilIcPIJ: (( El
entónces. Necesita tiempü para refleque ama el peligro, perece en él j"~ proxionar, i mucho mas su bija; necesita hibieudo así mismo dejar la lámparl)
conocer enteramente los gUstos, los pen- debajo del celemin, ¡esconder cn tierrq
.aamieutos i las inclinadanes de esta; i el taleoto quc nos confió.
I
I
ENTlIEGA
12.
90
B~BLIOTECA
LITERARIA.
Una vez terminada la adolescencia, III I con los consejos ilustrados de un dlree ••
comenz.ado la juventud, cuando se hator prudente, no puede la madre opo•.•
lia suficientemente nutrido el entendinerse a él de un modo formal. Podrá,
miento de la colejiala cún los elementos
para evitar toda preclpitacion, retardar
de las cleucias, lIévanle sin duda llue- algun tanto que se ejecute un proyecto
vos conocimientos los dias i las noches tan doloroso para su corazon; pero si
al pasar por su mente; paro no le dan babiendo soportado estll prueba no se
la madurei/: del juicio, ni la razon de la modifican en nada los sentimientos de
esperlencla, ni el conocimiento real de la jóven, es tan Inútil como cruel contesus futuros deberes, ni el valor ni la nerlos indefinidamente,
porque entai
euerjía I la fuerza de la virtud. Al salir caso seria' quimérico esperar que camdel colejio, i cualquiera que sea el núbiara de ideas, i se prepararian muchas
mero de sus aûos, permauece siendo la amargnras a la pobre niña, víctima de
jóven colejiala una nina, i nada mas que esta ternura tan llena de celo.
una niña. Si se le presenta entónces un I
Sí, cuando se siente con fuerza el
cambio de estado, si se le pide que elija disgusto i el cansancio del mundo, cuan·
su vocacion, lo verifica, i la abraza con do se pronuncia Dios i es vel'daderatoda la Iijereza i la inadvertencia de la mente la vida relijiosa UI1 deseo del
infaucia. I despues, luego que se baila cor¡¡zon, negar su goce a su hija es a un
consumada esta vocacion, 1desdichada
mismo tiempo debilidad ¡crueldad,
de ella si no es su marido un mentor porque no hai en el mundo ex.istencia
suyo constante e ilustrado I Porque en alguna mas pura i mas feliz.
breve la libertad que se deja a su inesAh ! Esta existencia feliz, sinembarperiencia le hará cometel' mas de una go, no puede alimentar de Dingun modo
inconsecuencia,
arriesgar mas de un las diatribas de los que gritan tan fuertepaso en falso, j tal vez, en fin, caer en mente contra el sibaritismo de los concapricbos i en desórdenes. La vida de ventas. La relajacion de otra época, las
la jóven soltera en el seno de la familia mas veces exajerada, ba sido borrada
es un noviciado que necesita la vida de por un beutismo de sangre, i la vida
la jóven esposa en medio del mundo.
I relijiosa,
templada nuevamente en este
Cuando se llega a la edad en que debe I baño fortificante, ba salido de él mas
formularse i realizarse definitivamente I pura, mas santa i mas austera que nun.
esta decision suprema no basta el solo ca. Este es todo el secreto de su dichll.
exámen silencioso i pasivo de la jóven
La paz interior i esterior; el completo
soltera verificado por la madl'e, pues alejamiento del estrépito del mundó; la
esta debe desarrollar ante sus ojos, acos- severa disciplina que se impone a las
tumbrados a DO ver mas que la presente,
pasiones; la satisfaccion de la cODcienel cuadro de temores i esperanzas de lo cia, la idea continuamente
recordada i
ruturo, al mismo tiempo que el de las siempre sostenidada de la presencia de
ventajas e il/conveniente; de cada posi- Dios i de su bondad; las esperanzas
cion, Esta Inspeccion comun debe renoinmortales de otra vida mas desembara·
varse con frecuencia, elevando al cielo zada de sus velos, conforme la es el
mas frecuentemente todavía Ulla oracion
alma de los lazos del cuerpo; el encanto
comUD, para que descienda de él la luz místico i secreto de las meditacionel
i las gracias.
piadosas de la vida ascética; finalmente,
Si despues de un e:xámen así maduel goce supremo del alma dominando al
rada, dirijiéndose el pensamiento de la cU\Jrpo sin rival, soberana lejítima que
jóven doncella hácia las )Juras rejiones i viene a reconquistar todos sus derechos,
recorridas por el Cordero inmaculado,
despues de una esclavitud humillante,
aspira a formar Su s~quito inmediato;
hé aquí las dulzuras desconocidas al
si este pensamiento, contrario basta al mundo, cuyas delicias puede con razon
de la madre, se armoniza no obstante
censurar a los claustros.
CODun atractivo persi5tente i profundo,
Esta enumeracion, la sé, provoca SI¡
II
LA
MUJER
CRISTIANA.
9'1
~onrisa i escita su piedad; pero no im- átrio de donde se eleva sin cesar él ill~
pide su soberbio desden la realidad de cienso de una oraeion pura, nube blenUna dicha que comprenden i esperimen~
hechora llena de rocío I de perdon,
tan las almas designadas por Dios para escudo de las familias i de los pueblos,
poseer la mejor parte.
la vida relijiosa, tan poco apreciada por
Sinembargo, cuando hallándose los el mundo, no se comprende bie\! muchas
padres seguros de que esa parte celesveces por los padres mas cristilmos.
tial es objeto de los deseos constantes ¡
No la miran Ili como una mision cemeditados de su hija, dilatan Sil I'eali- lestial, ni como un sacrificio que exija
zacion sin motivo formal atendible, dis- i Dios, sino que ven t:n ella un estado
minuyen tambien sus goces futuros.
cuyas ventajas terrenales se calculan,
Cuando se hallan bien arraigados
uua profesiou cuyas ganaucias i pérdiciertos hábitos de familia; cuando la das se valùan a peso de oro, i conforme
vida siempre algun tanto perezosa, de a estas apreciaciones tan I1enaii de fe
la jóven soltera, apesar del ardor que aneglan su conducta •.
emplea en ella, ha introducido en el alma
Ya dedican, pues, i preparan con gran
esa apatía que se asusta por toda alteanticipacion un nino desgraciado, para
racion importante, no subsiste ménos el el cual prefiere su vanidad la sombra a
atractivo que pone Dios cn el fondo del la luz i brillo del mundo, destiriando Sil
1C0razon; pero cuesta trabajo el seguirle,
fortuna a otros mas amados; ya, por la
porque pal'a esta alma reside siempre la ¡ inversa, rehusan inflexiblemente, i por
felicidad en ese retiro que escojió, pero el solo motivo de un amor eg9ista, una
que tiene que comprar entonces con autorizacion que se pide con el calor de
sacrificios costosos.
la fe I las lágrimas del corazon.
Es sin duda imprudente permitir que
Ah I No hai duda que no e~t4obligada
se ejecute demasia.do pronto un proyecto
una madre a inspirar i a hacer jerminar
que, no habiendo sido madurado por el una vocacion tan especial i elevada.
tiempo, podrá excitar el arrepeiltitnieuPlanta delicada i preciosa, los jugos que
to; pero es proceder con rigor diferir la la alimentan resideu en el fondo del alrealizacion de un deber í de un derecho
ma, el rocío que la fecundiza viene del
sancionados i mandados por Dios. Ah!
cielo,i para ella 00 son nada la came i la
aun cuando reinara romo soberano el sangre,la tiena i el munndo.El espíritu
egoísmo en todos los demas corazones, ! sopla donde quiere: ét es quien hace a
deberiandesconocerle
por lo ménos las, unos Apóstoles a otros Profetas, a
madres,porque puede decirse que no les otros !J'vanjelistas, a otros Pastores;'
corresponde completamente este honroso Doctores, para formar por medio de los
título si no es a esta costa. Ai t Así la" Santos el edificio del cuerpo de Jesucomprenden casi todas; pero muchas 1 cristo (San Pablo.) Porque asi com9
de ellas, sobrado débiles para comba- ! nosotros tenemos muchos miembros en
tirlo, lo coloran con otro nombre, lo un solo cuerpo, i no todos los miembros
revisten de desinteres, i la cubren con el ejercen las mismas funciones, así, sien,pretesto de la conveniencia de sus hijas. ; do muchos nosotros, no formamos mas
La vida relijiosa, esta admirable vo-! que un solo cuerpo en JesÙcristo. del
eacion, enseñanza permanente i modelo· I cual somos todos noso·tros miembros,
siempre a la vista de la perfeccion evan- : teniendo todos dones diferentes, segun
jélica, arca preservada de las olas en la medida de las gracias que se nos han
que se encuentra la paz i la caridad eo . dado. (Sun Pablo.)
los tiempos de efervescencia i de enco- ,1
Por otra parte, Dios orlJ(j,l(J paz d(t
nos, templo en que se preparan i se ! I aquel a quien llama a la guerra, dice
inmolan las víctimas ofrecidas en holo- San Francisco de Sales; quiere mas de
Causto para desviar el rayo, único hogal' una clase de operarios leO sn viña, i no
que conserva el fervor en medio de las es para todos el lugar mas elevado el
~ociedades coojeladas por la indiferencia,
mejor. Nvesll'O alimento debe ser cunt-
i31BLIOTECA
plirla
LIIÈRÁnlA.
voluntad. de quien nos envió 11 Pero la sumision a Jas órdenes dë
(San Juan,) i nue!;tra. ocupacion apU- Dios no escluye la prudencia. Si se com~
carnas aconocerla. (San Pablo.) Fuera place algunas veces en hacerla fal/ar f
de aquí, todo es tiniebla i presuncion.
en rechazarla a gran distancia para ma. Este conocimiento no /0 rebusa nunca tlifestar su poder i sù autoridad, la reDios; segun 'ya sàbemos, a qUien la de- clama comunmente en la marcha ordisea i /0 pídll.
ria de las cosas. No querer ilustrarse,
SinelÍlbargó, muchas veces esperibajó pretesto de confiar absolutament~
Ineota alalrt1a pUl' medio de una oscu';" en la Providencia, seria tentar a Dios,
t.;dad prololigadll¡ déjala en Jas angtissería querer un pródijio como aquellos
tias de la incertidùmbre, i engaña sus fariseos a quienes declaró Jesucristo qUll
Cálculos i sus deseos con los aconteci· no Se lo concedería.
mientos que provoca, a su placer, i que
Cuando una madre, despues de babel'
dirije Il donde quiera para traerla a I obtenido con su injeniosa ternuralas
doude desea. i Cuántas veces se engaña confidencias voluntarias de sU hija, se
llntónces la prevision humana 1 I Cuán~ ba asegurado de que no tiene vocacion
tas veces la mujer cristiana que se halla l'elijios8,puede entregarla a su indolente
tdn en su lugar, en medio de llDa fami- imprevision por cierto tiempo ¡hasta
lia a la (:QalsanUfica, se babia prome· que se presente una colocacion aceptatido conservar su independencia i la ble. Pero entÓDces, i cuando ofrezca
tranquilidad
de una vida aislada 1 esta calocacion suficientes seguridades;
¡Cuáotas veces la piadosa jóvcn soltera,
cuando se entere la madre do los hàbiviviendo a la sazon dulcemente dedicada tos i de la conducta del hombre a cuyas
tan solo a. obras de caridad i de. celo, se I manos se trata de confiar el destino de
creyó llamada a dirijir una casa i a su híja ; cuando se asegure de que reune
educar niños! Cuántas veces la mU,;er, juntamente
con principios de honor
esposa i madre, cuya adhesion prepara sentimientos cristianos i aun las prácul Señor un pueblo perfecto (San Lú- ticas relijiosas; cuando, ademas, no
cas,) aspiró a la contempladon del claus· haya marcllda desproporcion ni en lai
tro! ¡Cuántas tecas¡ al contrario, la I posiciones ni en las fortunas respectivas;
relijiosa muerta al mundo i para qUien 'entónces; digo, ba llegado el momento
el mnndo está muerto, pensó en vivir de provocar una solucioD.
en su seno para instruirlo i combatlrle!
Ilustrar a su bija èomunicándola con
Pero Dios lo tenia dispuesto de otro sus pr~pias reflexiones las particular!modo, i Côn un leve soplo deshizo sus ,dades I porm.enores que .pued~n ~odlproyectos, i,mos~rando el sitio que les ficar su ~lecclOn; aconseJarl~ I faClhtarla
babia maréado." tomaron posesion de los medIOS ~e ,que I~ aconsejen personas
el casi sin apercibirlo, pasmadas unas id? prudenCIa I de VIrtUd; pro~ar a e.sta
otras de haber caminado bácia la dere- nlDa que no puede esceder nUlgun Jécha cuando créiancaminar
Mcia la nero de sacrificios a su maternal adbeizquierda, i viéndose obligadas a reco- sioo; desprenderse de ~odl;lpreocupacion
nacer que muchas veces propone el person,al; ~ostrarse dispuesta a rehusar
¡¡ombre en Tano, i que Dios dispone la satlsfacclQn de .. los afectos que nd
siempre de un modo seguro i eficaz.
convengan a su hiJa, tal es entónces el
deber de una madre.
SI, por ejemplo, espantada la jóven
. "Cada cual talla su piedra segun U1ia soltera a la idea de una separacion doforma i un dibujo particular, sin saber su lorosa, aflijida por la perspectiva del
destinoultetiot';
pero el gran Arquitecto aislamiento en que deja a sus padre.!l,
que conelbióel plan jeneral hace que todas
ellas se ajuSt8ll a la base primera e inmu· entristecida por el pensamiento de su
table que EI/n¡~lDo puso ean sus propias pesar, iospirdda por un amor lilial lleno
!llanos i 9ue rije todo el conjunto del edi· de adhesion, quiere renunciar a uná
condicion a que la llaman igualment~
Ocio. (N Icolàs : Estr,dios filosóficos.)
LA
MUJER
CRISTIANA.
\)3
!;os inclinaéiones i sus aptitudes, no ¡ tal caso, no consideran con 1'1Z0n las
deba una madre acojar este pensamiento'
jóvenes esta idea como efecto ni de pucomo una esperanza i como una tabla sllanimidad [Ji de pgoismo, pues bailan
de salvacion para su ternura. No; i aun su escusa i su oríjen en este mandamiencuando sintiera oprimírsele el corazon i to: Honra a tu padre i a tu madre.
arrasársele los ojos en lágrimas por este Pero, por inocente que sea esta ¡ntenacto personal de crueldad, es preciso cioo, no puede admitirse i estimulal'se
que rechace i destruya esta esperanza,
por una maùre cuyo papel, es sacrificarsobrado egoista para un alma de madre.
se siempre por sus hijos, no aceptando
U na vez dueña de si misma interiol'jamas los sacrificios de estos. ¡Ab! este
mente, sabrà serio eu lo esterior; i tra...:. papel sublime, tan bien adaptado por
bajando por hacer desistir a su hija de : Dios a la vasta estensioo del corazon
sus jenerosos proyectos, deberà disimu-I maternal i cri~tiano, \leva co~Sigo J'elarle su dolór, deberá engañarla sobre compensas que Jamas ha espenmentado
la clase de su ternura, i finjirá desear ell él corazon del hombre ('J, que nunca
momento que naturalmente teille tanto. I cscucharo~ sus aidas i que jamas 'lJie~'
1haciéndola así mirar como un acto de ron sus oJos.
IIfecto esta separacion que su cariüo la
obllgal>a a rehusar, triunfará sin duda
VII.
de on sentimiento de piedad filial, que
sabe Inspirar una buena madre a una
La posicion de una madre es delicabuena hija, pero de que DO debe apro..:.. da, i temible bajo otro aspecto, cuando
vecharse.
halla en su hija, no ya ese BmOr a 1\J~,
1 al hablar de esta especie de violenpadres soperior a los demas i vencedor
liia que se hace a sentimientos tan lejí- hasta del egoísmo, sino uua pllsion mas
timos, lo hago bajo el supuesto de que Imperiosa, culpable casi siempre, que es
se haya manifestado ántes de una ma- peligrosa combatir I satisfacer.
nera positiva la vocacion de la jóven ;
Cuando. apesar de esa educacion tan
pues no siendo así, no podria permitirse
cristiana i tan pura, I tal vez tan sólida,
la madre ejercer una presion moral apesar de su continua vijilaucia sobre
fuerte e imperiosa.
el corazon de su hija, descubre una maYa sé que hai cierto mundo en el dre con su penetrante mirada que no
que es raro temer de parte de las hijas han bastado las murallas c.on que la cersemejantes resistenéias; pero aquí es..:. có para preservarla de los ataques temi.
cribo para familias cristianas i bien' dos; cuando ve principiar a ajitarse en él
avenidas, en las cuales no ahoga el, un jérmen de pasion causando. estragos
esceso de los placeres el ardor de los insensibles, puede tratar desde lupgo de
primeros afectos,en que,por ei contrario, ¡ sufocarlo, pidiendo a Dios le preste su
favorece su exaltacion (ti vida interior e brazo para semejante inmolacion. Uno
intima, en que la suavidad de las cos..:.. de los primeros golpes qùe deben asestumbres reanima los sentimientos jene- ¡ tarse al enemigo es la provocllcion de
rosas, al mismo tiempo que enfría las luna declaracion franca, de unà ellplicapasiones insensatas.
cion sincera, tan d\ffcll, Sin dUtla, de
En estas dichosas familias es mas lobtener de una jóven, por n'111è~1lconfrecuente de lo que se cree hallar j'ó- flanza que tenga 6n su madre.' Porque
venes dispuestas a renunciar a tódo esta esplicacion suministra el medio de
cambio de posícion, ya por el temor de que se vean las cosas bajo otro aspecto
nO encontrar bajO otro techó unafeticique aquel de que se 1iirve la imajioacion
dad tan pura I afectos tan dul~es, ya para dorarlas·
I esto es Yll èbtener un
.sobré todo por 10 mucho que l'ilSespan'.
ta la idea de sep..ararse de un padre i d.è I (') Suplico que se advierta que la palaUna madre, únicos objetos hasta entón- bra hombre puede entenderse aquí en la
tes de sus mas vivas sentimientos. Eu. acepcion ménos jeuera!.
B t n L i o T E é A t 1t
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gran triunfo comuornente,
porque una I sus acentos persuasivos I de paz, dom/..;
Imajinacion ya enfel'ma nunca se intlanar el tumulto. Si no cura siempre el
ma con mas fuerza que a la sombra del corazon, al ménos lo alivia, enseñándole
misterio I de la soledad.
a hacer éon cierto contento los mas doPero ¿ qué deberá hacerse? Si apesar lorosos sacrificios: cambia el curso de
de e~te primer combate, si apesar de las sus afectos, I le inspira èontra si mismo
conllD~as distracciones i ocupaciones
la resistencia mas meritoria, dándole
COQ que debe entónces tratar de sepulfuerza para sostenerla.
tarse la novela desde su principio, crece
« La fe, dice M, Nicolas, es éolDo una
la paslon alimentándose a medida del válvula por donde se escapan todos los
cuidado qUe se pone en comprimirla,
deseos i todas las esperanzas de que es
j ah! entónees
deberá dirijirse a Dios ardiente foco el corazon del hombre, I
mas que nunca, i si ofrece el objeto de que no se satisfaéen completamente en
la pasion las garantías que se hubieran
esta vida. Si se cierra esta válvula sin
deseado con respecto a otro partido: si poder estingulr este foco, se ocasiona
no bai al ménos que temer una de esas su esplosion.ll (Del protestantismo i
uniones mal avenidas bajo todos 8us de todas la,~ herejías), Por el contrario,
aspectos, si no es uno de esos séres cuyo si se abre, se resuelven o convierten en
pasado arroja sobre él porvenir un tinte vapor los nias violentos impulsos del
sombrio i desconsolador, deberá rendiralma. 1Ah ! desdichados los padres 1mSe quizás I entregar esta alma novel a prudentes que descuidan esta precaulos desencantos, séquito tan comun de ,cíon Indispensable, porque serán ellos
Jas ilusiones del corazon.
I mismos las primeras víctimas de la esSi, por el contrario, hai falta de prinplosion 1
cipl?s i de virtud en el sujeto qúe ha
SI, a III fe i a esta válvula siempre
vemdo a turbar esta alnia Indefensa; si abierta a los desbOl'damientos del alma,
hai una completa desproporcion en la debe recurril'se entónces i en todos los
educacion, fortuna o clase respectivas,
pasos difíciles. De la fe deben tomarse
deben emplearse todos los medios para los preceptos que contienen las pasiones;
apartar a esta pobre niña del horrible
a ella deben pedirse ejemplos de abne'"
precipicio hâcia el que corre. Para ello gacion i de fuerza; de ella naéen tampodrá intentarse viajes, diversiones, la bien las distraéciones mas útiles i mas
propuesta de otra co!ocac10n, i hasta el eficaces.
}laber comprometido su palabra, si no
Si se éonslgue, por ejemplo, qne desse encuentra en ella una oposiclon vercubra francamente Una jóven las ajitadadera; i oh'os mil medios que suminisciones de su alma a un confesorcuYIl
tranlos acontecimientos i que modifican
esperiencia i santidad garantizan su calas posiciones.
rácter sacerdotal, se ha conseguido una
gran victoria. Porque este sacerdote le
He dicho que pueden intantarse estos bablará con prudencia i con caridad, sin
medios, porque por lo comun son palla- dejar de hacerlo Con autoridad;
puesto
ti vos Insuficientes; todavía es mas im- que podrá mandai' despUéS de haber
potente la voz de la razon, pues nada aconsejado, i casi siempre'será oido con
es tan débil en medio de las borrascas
surnisioll, o por lo rnénos i jeneralmente,
del alma (*). Solo la Relijion sabe, con se tratará de obedecerle, dándose COD
• ~Demasiado sabemos que hai males de
la imajinacioo, así como del coraion, que
no es dado curar, ni aun aliviar al hombre,
dice Marcelo de Serre; " i nada es mas ver,
dadero, Pero estos males, cualesquiera que
sean, dolores 'O pasiones, hallan en Dios,
por medio de la fe,alivioi a veces curacion.
1:1 n-IédicoSupremo de las intelijencias dijo
un dia estas palabras: Penicl a mí los que
teneis pesares i sufrimientos i yo os consalaré, (San Mateo.) 1 en efecto; 4e~e
entóncas todos los que van a Él vuélven
consolados, porque sus palabras son espíritu i vida (San Juan,) i acabaràn el cielo
j la tierra ántes que ellas.
LA
MUJER
CRISTIANA.
su interior doméstico; i aun es preciso
que las esperimente, porque seria la
mayor desgracia para ella no sentirlas.
Lo mismo, pues, al obligar una madre a su hija a unirse a un hombre que
VllI.
le in'spira disgusto i aversion, le p[,epara
Las consideraciones de familia, de terribles combates para lo futuro, horrifortuna i de clase son ciel'taml'Qte de bles teutaciones, i casi siempre una exisgrande importancia en un matrirnonio,
tencia penosa, cuando no culpable.
i mui raras veces se forma una idea
Finalmente, i en esto op mil desmene:Jtacta de su influencia moral en la di- tirán las que se hallan instruidas por
reccion de la "ida i del alma; pero no una dolorosa esperiencia, es de temer
deben, sinembargo, ser las únicas, ni la desproporcion de fortuna i de posiaun las pl'Ímeras; pues ántes de todo cion, tanto en un sentido como en otro.
deben conocerse las cualidades personaSiempre me espanta un matrimonio briles, morales í relijiosas. ; Guardémonos
lla'll,te, a mas bien, (o que llama así el
.de sacrificar la inocencia i la felicidad mundo, para aquella que lo contrae,
.de una jóven a un bombre qu~, nQ cre- porque con él se ata las manos, i com.,..
yendo en la inocencia, no comprende la promete su influencia i vende sus derefelicidad! Guardémonos en tal caso de chas. Tarde a temprano se le hará doesperar. temel'ariamente una conversion . lorosame,nte conocer en la sociedad en
tardía! Ah I En una partida de tal Im-I que entra, i en la familia de que se
portancla, es demasiado considerable lo constituye miembro, que todos le hacen
que se atraviesa para arriesgarlo. Es favor, i una persona en esta poslcion lIO
preciso estar segul'Os de que se tienen a tiene voluntad propia. ¡Ah.!¡¡Ia ambi...,
la sazOn bueno, sentimientos, o, de no cion es un árbol malo que ia~as pro.ser ast, de que se cambiarán en la suce- : duce buenos frutos!
siva. l, ¿ cuàndo se tendrá seguridad
Permanezcamos, pues, en cuanto nos
de esto último?
sea posible en nuestra esfera, puesto que
CI i Ai, hermanos
míos! esclama el no hemos nacido para otra. En esfera
abate Combalot; cuando oigo decir que mas elevada que la nuestra es claire
se ba unido una jóven con el lazo sa- dema~iado sutil, i nos hiere; en otra
grado del matrimonio a un i6ven nu- mas baja, es demasiado pesado, i no
trido de esas doctrinas que infestan los podemos respirar. Dios que DOS crió,
libros i las lecciones de los maestros de se encargó de colocamos donde conv/c:una filosofía escéptica, digo en mi intene; i cuando quiere tras)adaruos eseeprior, suspirando, que ha Ido una victima çionalmente a otra rejion, DOS conduce
.a! pié de los altares a imuolarsu Il ùoln- El mismo i nos da fuerza i luces; pero
res sin fin; digo en mi interior que ha ¿, nos las daria tambien si emprendiéraido a colgar del altar profanado por su mas, apesar suyo estas peligrosas emiincrédulo esposo,con su corona virjioal, graciones?
Ja ~Itima flor de su inocencia, de su
Una verdadera madre, aquella cuya
piedad, de su virtud I de su dicha,!)
ternura sincera e ilustrada prefiere dejar
No obstapte, no debe descuidarse con- a Dios enteramente la suerte de sn hija,
sideracion alguna en un matrimonio, i mas bien que distribuirla, digámoslo
si es preciso conceder a las bases fun.,.. así, entre ella ¡el mUIldo, debe dejar
dameotales de la relijion i de la virtud aparte, cuando se coloca su bija, los
la mayor atenl.'ion, es peligroso tambien
interesespersonalesQealJ1~!cion,de
desdeñar las dotesintelectlla]/ls i físiCas. vanidad, que se despiertan jene~almente
.cuando se casa uua mujer de talento entónces. causaudo una es~ll¡lsion a vecon uo hombre que no la tÍjloe, se es..,. ces terrible. Si para asegure ••la felicidad
pooe a frecuentes humillaciones eo el temporal de su hija se ve eo el caso tle
mUlldo i fi continuas cOntrariedades en IlQpOlÙlrde~precial' nada, debe trablljar
f\ito ocasion a que se avance adelante
'mas, puesto que en tpdas las cosas el
primer paso es el mas difícil i decisivo.
96
BIBLIOTECA
LITERAlIA.
mas aún en poner a salvo sus creencias,
sus virtudes, su piedad, su fe, de donde'
emana con la dicha mas perle 'ta del
tiempo laque se prolonga mas allá del
tiempo, en la eternidad i mas allá,
segun la espresiou de la Sagrada Escritura.
'
Así. cuando llegue este momento des·
~arrador para su cora1:0n, debe hallarla
preparada a todo jénero de sacrificios,
ag¡'egando a las precauciones sujel'ldas
por su prQpia esperiencia, i por la de
otro, la confianza reliJiosa oecesaria
para obrar; ocupada Cil prevenir a su
hija, en escudarla contra las seducciones
de que no se halla eseota posícion alguna, i cootra las cuales es llamada a la
sazon a defenderse sola •.
En este momento, como en el de la
primeraaomunion,
se abre ante la jóveo
soltera un nuevo i vasto horizonte; pero
la madre es tal vez la única que puede
hacef penetrar un rayo de luz por cn
medio de las nieblas que la cubren. 41
trazarle en un fiel: cuadro las ventajas
probables de este pot'venir, no debe ocul·
tarie ni los combates que tiene que sostener, ni las decepciones que esperimental', ni los dolores que sufrir; pero puede
mostrarle tambien todas las compeosaciones que est~Q reservadas a la mujer
virtuosa, todo el bieo que Je permite
verificar Dios, todos los consuelos, corn·
pañeros de 50S trabajos, todas las dulzuras concedidás a la madre I a la esposa, que puede decir, al llevar al cielo
lJ. sus hijos, ~~rld'o i familia: No perdi
plos cuyo lenguaje típico se dirlje a uo
mismo, tiempo al Corazon i a la intelijencia! Una mujer eèlebre del siglo XIX
ha dicho: Para una madre, la mas
grata recompensa de su virtud es poder proponer su conducta por modelo
a su hija; i no sé si la misma mujer
que dijo estas palabras
comprel1di6
toda su trascendencia, porque no solamente satisfacen el amor propio, sino
que se refieren al goce mas puroi mas
Intimo que reserva Dios en el mundo a
las almas de los Santos. La madre cuya
vida cristiana no tiene nada que ocultar,
puede confiar en ser de continuo la mu:
ralla I la guía de su hija; puede tener la
esperanza de continuar haciendo en ella
el bien que DO le fué posible realizar por
sí; i no bai pensamiento mas dulce para
on alma llena de fe que este: Mi alma
vivirá siempre para Dios, i le serv(rá
mi descendencia. , Salmo.)
SI; cuando haya adquirido el derecho
de decir cOn San Pablo: Sed mis imitadores, tendrán sus consejos mas au..,.
toridad, I sus advertencias mas fnerza;
mas para adquirir este derecho es necosario poder aiiadlr: Como yq lo soi de
Jesucristo. Solo a esta costa es posible
proponerse por modelo: solo a es~
costa es permitido a una madre cQnsl..,.
derarse como la estrella benéfica que
refleja en su hija los rayos del sol •.Brlliante j santa estrella cuyo recuerdo
hará penetrar su plácida claridad por
entre la sombría nube que separa el
mundo visible del mundo eterna.,
II
I
a ninguno d~ a'l,~ellosque se me dieron.
Debe fortjfiçatla contra los encantos
de los primeros días, contra el abuso de
una libertad de que aún no ha usado,
contl'a la imprudente confianza de un
alma inesperta,a quien seducen I arrastran sagilces alabanzas o hipócritas virtudes. Pero es necesario tambleo insllluarleese espíritu de los hijos de Dios,
lleno de condescendencia i de verdadera
libertad; es necesario, al darle fuerza,
garantizarla, no obstante, con'ra la tirantez ei~'t1:e:xi'bltidad en el cqmpli.,.
miento de suS1deberes.
iDichosa la'triaare que puede. encontrar cntónces en su propia vida ejem_
I~.
'1
Despues de la cvlQcacion de sus hijas,
creen muchas madres terminado su trabajo, i que les ha dado Dios uu finiquito
jeneral de todo lo que debían pagada
con sus propias manos. Pero se engañan; pues verdaderamente este t¡niquitQ
se halla por lo ménos sin firma, porqqe
si bien se ha minorado la tarea de las
madres, no ha concluido todavÎa. Ade:'mas de los ejemplos que están obli¡:¡adal!l
a dar, tanto j mas que eu lo plisado,
reclama frecuentemente la inesPtlriencia
de una jóven esposa consejos especlale&
LA
MUJER
CRISTIANA.
91
que no pueden darle otras personas. \ la de su nueva familia, porque tal vea
Entónees, i mas que nunca, es tambien I la conseguíreis con sobrada facllídad.
delicada la posicion de una madre, de-II teniendo que 1I0rarlo algun dia, puesto
biendo tener las cualidades indispensa-I'I que, pOI' otra parte, ya no P,odeis recobles de tacto i de prudencia.
bl'ar la que habeis dado.
Porque, en efecto, esta influencia de
Pero velad tambiell, velad aún sobre
la madre en el matrimonio, a veces tan! i esa pobre jóven que jamas supo dar un
beneficiosa, puede tener Jas mas fuot's_l! paso sin tenderos la mano. Velaasobre
tas consecuencias, si no se circunscríbe'li ella, i si os abstenels de todo Cónsejo
a los nuevos límites que se le señalau.' [ inoportuno sobre objetos iddlferentesen
Al tenor de esta invasion, i, si es lícito \ si mismos, rcservadlos para to401() que
bablar así, de la confusion de estos nue- interesa su honor i su virtud. :Velad so~
vos límites, debe atribuirse la estrema I bre ella, enseñadle las mlste~iosas belleseveridad de ciertos autores relijiosos
zas de la abnegacioD, las gllll~ias de la
que no permiten ni aun a la madre ha- I sl::misíon, los goces del sacrificio i los
bitar con sU hija. temiendo que si conpoderosos J'ecursos de laadhesion, 'de
tlnúan naturalmente sus antiguos hábi- ! la bondad, • de la paciencia i de III dultos, se deje iuducir a dirijirlo todo. Pero i
estos escritores llevan, en mi opinion, I 'k La bondad se halla siempre en una
subrado léjos las consecuencias de Uu '"'persona de verdadero talento, porque asi
principio verdadero. Yo creo que hal como el lean conoce su fuerza i no ataca
medio de evitar este rigor sin ¡ncurrit"¡ nunca, dejando esto a los débiles i consti~
en los abusos que se temen; i, por otra: tuyéndose por el contrarío en apoyo de los
parte,creo. ,tambien que puede estender.
oprimidos, al paso que la malignidad ·nos
'd d ". db'
t b
recuerda a esas moscas negras i iZ\lmbadose esta autol'J; a VIVien a aJo ee os ras que solo buscan las llagas a 1~carrup.
diferentes.«
No huyais de esa jóven cion para alimentarse con el "eneuO que,
por el nuevo titulo i los nuevos deberes sale de ellas.
que haya adquirido,)) díría yo a la maLa bondad es tambien el primer encanto
dre; ( siuo que, teniendo en cuenta de la virtud, i se debe ser buena, no sola.
vuestras nuevas obligacioneH, velad sin mente COltaquellos entre quienes se vÍ\'et
cesar.»
sino tambien con aquellos Il quienes se
Velad sobre vosotras mismas para no manda .... Siendo la mision dela mujer
f
d
en el mundo de deber i de caridad, el saexíjir que se satis aga demasía o vues- bel' dar, forma una parte integrante de )a
tra teroura, porque podría aparecer im- verdadera bondad, porque no consiste esta
portuna. Velad sobl'e vosotras para DO en dar mucho sino en saber dar bien. En
chocar eontra los sentimientos i la vo- apoyo de estos conse,ios, hé aquí los 9.ue
Juotad del hombre a quien cedisteis dirijia el marques de Condorcet, próJumo
"Vuestra autoridad;
pues cuanto mas a morir. fi su hija, sohre esta materia:
carece de esperlencia, mas confia en sus
"El hábito de las acciones de bondad i
luces, i mas convencido se halla de la de los afectos tiernos, es en la mujer la
de la felicidad mas pura ¡mas inab andad de sus consejos I direccian. V e- fuente
gotable, produciendo un sentimielltl> de
lad sobre vosotras, i no intenteis mez - paz, una especie de santo deleite que diclaros en dertos pormenores del interior
funde sus encantos a todas las ocupacio~es
doméstico que parece querer ocultárde la vida i aun fi la mas sencilla existeocla.
seas, porque cuanto mas avanceis en
"Adquirid, pues, desde ll1ui temprano,
este terreno, mas se retrocederá por los hija mia, el hábito de la beneficencia. ha~
otros, llegando poco a poco de uoa i atril ced ~ien,. como complemento de 19s deb~~
parte a un estado de hostilidad i de res mtenorell, pero con una.p'eneficenc::
desconfianza permanentes. Velad sobre ilus~r~da por la razon, dll'lJJda por
t'
"
justICia.
V~80 ras, I no vayals a quejaras con esos
"No deis por libraras d~1~spectáculo
celos tan,' comune~ a las madl'es, ~e que 1 ùel d.olor i de la miseria, Sill,
o pa~8:coasono sabels como antes los pensamIentos,
laros cou la dicha de haber alIVIado las
de vuestra bija; DO tl'ateis de disgustar- ¡desgracias ...
i
!
ElNT!\.EGA. 13.
98
Bl~LloxicA
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~'~.../'-..-'"'~~...........-...
zora. * .v~lad sobre ell,a,mostrán,dol,e
êómo es posl~le siempre conciliaran SIlS
aplicaciones estas palabras de la Escrit,lira: i Mujeres, sed sumisas en todo
----- --- - --- --- ..------ --'--- -------------«No os limiteis a dar dinero, sino que,
en caso necesario, sabed dar tambien vuestros cuidados, el tiempo, vuestras luces, i
estos afectos consoladores serán mil veces
mbs preciosos que los socorros materiales,
Dé esta súerte no se verá limitada vuestra
b'eoetlcencia como la es vuestra fortuna j
lI~ará Ii ser 'independiente i serù 'ln goce
para vos. Aprended, sobre todo, a ejercerla
COD esa delicadeza, ese respeto a la desgracia que duplican el beneficio i ennoblecen al bienhechor a sus propios ojos. No
ol,¡deis nunca que el que recibe es ante
DiOs el igual del que da; que todo ausilio
que quita independencia no es un don,
sino UD mercado, i que, si humilla, se convierte en una ofenSa. i, (De la educacion
de las' mU/èrell,: 'por la condesa de Bas$anvHle. )
------
(N. del T.)
Ii< La paciencia i la dulzura
se hallan
'Siempre èn las personas bien educadas. i
àh!ôDtI'ario, la cólera es un vicio' tao bajo
como vulgar, SIme es permitido valerme
de esta palabra ;encuéntrase en casi todas
lás jentes del pueblo porque la brusque(\ad,
tiln· comun en las clases inferiores, no es
filas que la forma democrática de la cólera.
La paciencia i la dulzura son tambien el
sello de un nacimiento distinguido, i raras
veces se hallará entre los advenedizos estas
encantadoras' cualidades. Esto consiste en
lo siguiente: En las clases bajas, se educa
bruscamente a los niños, se Jes hace obedecer mas por el temor que por el raciocini?, o p~r el se~tímiento del deber, que
es aun meJor; aSI es que toman mas ade·
lante su desquite. Entre las personas distinguidas sucede todo la contrario; la base
real i efectiva de la educacion es para ellas
la dulzura i la paciencia; hacen comprender la razona sus hijos; saben hacerles
distinguir el bien i el mal, e inculcan con
su ejemplo a las jóvenes almas a quienes
dirijen esa dignidad de sí mismo, esa fuerza moral i esa sumision sin límites a los
decretos de Dios, que produce necesariamente la paciencia, la resignacion i la
dulzura.
Las personas realmente flnas son dulces
i agradables a todo el mundo, porque la
dulzura, asl como el ceílidor mitolój¡co de'
LITBlABIL
...•....
a vue.stros maridos como al Señor J
(San rabio). De.bemo3,obetlecer a Dio,
mas gue a los lwmbres. (Actos de los
Apó»toles.) Ail I Son con ,tal frecueocl~
Vénus, da gracia a todos los que lo llevan,
i con ella no· se puede dejar de agrádáI';
La paciencia es una de las cuálidâdes
mas amables de las mujeres; hácelas buenas, induljentes, caritativl!s i benévQ!as,
miéntras que la cólera, ('or el cOQt.rario,
destruye en ellas la caridad i hast¡¡.:la
belleza •..
La escuela mas necesariá paralôs niños
es la paciencia j delJe quebrantarse' ta vo~
luntad en la juventud, púesde lo contrario quebrantará ella el corazon en Iii edad
madura.
No hai vi~tud verdadera que no ten~a
por base la paciencia; es }lila ejjda precJ(r
sa contra 19Speligros de la vida, i la~ m~jeres, sobre todo, deben revestirse con ella
desde' mui temprano i no dejarla niincà1
porque necesitan siempre de ese precioso
apoyo por todas partes, en'.Ia familia, !ln
el mundo, como jóvenes solteras~ como
esposas icomo madres.
¡,Qué mejor elojio puede hacerse de la
mUjer que déçir de ella: es dulcll cqmq ull
áUJel, pu'esto que se encierran todas,1as
buénas èualidades en esta 1 Todavía te,l;l.'..
mas otra espresion que prueba la verdad
de la que digo: asi decimos: Seria nece·
saria la paciencia de un Santo para èstar
sosegado en esta circunstancia, En esta
espresion reconocemos, pues, que la paciencia es una de las cualidades necesarias
pará la perfeccion, pue~to que pensamos
que todos los santos se hallaban dota~q,s
de ella, porque no decimos San Pedro o
San Juan, sino un Santo.
i Jóvenes doncellas, la paciencia i la dulzura son dos amables cualidades que hacen amar en el mundo a quien las tiene!
i Jóvenes esposas, estas virtudes Hevan con·
sigo la felicidad doméstica, que es la única
que existe en la tierra! ¡Jóvenes madrçs,
estas cuaIídadas son indispensables para
formar hijos, no solamente virtuosos, siJ)o
tambien felices! ¿ i ua es esta la divinamision que confió Dios a las mujeres en la
tierra?
La paciencia i la dulzura son necesarias
asimismo para dirijir bien una casa, porque no se obtendrá ni sumision ni estima·
cion de los criados hablándoles con cólera
e~
LA
MUJER
CRISTIANA.
99
eODtra~ictori/lslavolontad.
del maridoJ
cu~o~,o marcha hácia ellos; defendedlil
la ~eDi()s IV alad sobre ella, no dejando siu dilacioo en el momento del choque,
éontraera la jóven esposa sin esperiencia
i curadla despues. Estees vuestro papel.
r~lâ~~ones o hábitos de que pueda la- así como será el suyo mas adelante.
mentarse algun dia. Velad sobre ella 1 Dichosa la madre que sabe desempein~,icábdole el camino de la vida, la ñarlo, porque seran sus bijos su recom~enda estrecha, humilde i.dolorosa por pensa en el mundo i su corona en el
la que van los Santos ; i si no encuentra
cielo! Vivirá siempre su alma. para
ella estandarte que seguir, haced de Dios, a quien le servirá su descenden..;.
mo~oquepueda
reunirse a los vuestros.
cia. (Salmo.)
,
V.çl~d sobre ella, mitigando las seducMas si, por desgracia, apesar de la
c1P'[)e~"del placer, los impulsos de la elocuencia de vuestl'Os ejemplos, I~asilibertad, los encantos de los triunfos;
duldad de vuestra vijilancia,:la constan,.
derralllad, si es necesario, algunas go- cia de vuestra ternura;, si, apesar de
tas de la hiel i del vinagre de la cruz en vuestra adhesion perseveran\e. j de la
la, copa en que ella las saboree. Ab 1 firmeza de vuestra direccion, esa jóven.
Velad siempre sobre ella. Avisadla: i a quien os babeis sacrificado como madre
cuando la amenacen peligros; detenedla 1: piadosa i desgraciada, se aleja del camino que le trazásteis, se precipita
hácia el fuego de cuya llama le cnseo enojo. Obrando aai, se desciende de su ñásteis a hl,iir, perdiéndole (ln ella los
cIàse, cuando para ser bien servidos, el torbellinos del humo fascioador,porque.
primer ,s,eÚtimiento que deuemos inspirar en fio, ¿quiéo pO,ede sondearlo~ desig ..•
es el respeto.
i nios de Dios ? ~ quién puede profundizar
Pero al contrario; baio el imperio de la i la malicia del hombre i conocer los arcólera desapareceu todas nuestras buenas
cualidades, encontrando nuestros defectos dides de Satanás? no 08 desesperels aúo;
un impulso que los acrecienta dàndoles uaa pues si b¡en no os queda mas que UD
recurso, este es inmenso. Ol'ad j arroescusa,., ...................•...........
Jesucristo, este divino Lejislador que jaos a los piés del Salvador, i decidle :
esperimentó lo que podia perjudicar a la Seíior, tengo una hija que se halla en
felicidad de los hombres, se ocupó del in· el Último estremo j venid a imponerl6
terior de las familias como del primer paso las manos i a curarla. (San l\1árcos).
para conseguir aquella. Asi se alzo contra 1 eotónces os dirá sin duda Jesucristo:
la cólera en términos mui espresivos,reco·
mendando quP, se contribuyera con la dul- No temas, cree solamente, i vivirá.
zura a la felicidad de aquellos oon quienes (San Lúcas).
i &íior, hifo de David, te'lied corn..,.
se debe vivir; porque de esta felieidad,
dice, nacen el vínculo i la coucordia de la pusion de mi! Mi hija se halla misesociedad entera.
rablemente atormentada por el demoLa cólera solo es la manifestacion de los nio. (San Milteo lo 1 os cootestará: ¡Oh,
demas defectos que nos dominan, i como mujer, tu fe es grande; hágase segun
desgraciadamente es la manifestacion de , la deseas! (San Mateo ).
todos es el mas frecuente de nuestros vicioso
Seíior, mi hija acaba de morir; ve.Por tanto, nos hace desgraciados i enve·
nid
a ~'mponerle las manos, i vivirá,
nena nuestra vida; cuando se satisface,
lleva consigo los mayores males; cuando (San Mateo). i Ah! esta hija a quien
no se satisface destruye nuestra salud, nos liarais, tal vez no /laya muerto, sino
enciende la sangre, nos quita el apetito i ,que duerma todavia. l San Lúcas). 1
nos priva del sueño: eu una palabra, nos Jesus os la demostrará. Hija mia, dirá,
bace completamente miserables .... ¿ Por levántate, Yo te lo mando (San Márqué, pues, no hemos de librarnos de seme· cos); i verels cómo a su voz se levanta
jante enemigo, sobre todo en la jUventud,
eo que el corazon es maleable como la cera? para comenzar a andar ( San Márcos);
(De la educacion de las mujeres, por la i os retirareis consoladll i tranquila, alabando a Dios porque hace justicia a s'Us
condesa de Bassanvilleo)
escojidos que acuden a Él dio. i nock6
(N. del T.)
I
I
B I B LlO
10'0'
1 E C' A
L 1 T ER A RIA.
~-'~~~~~.~-~
.•....•...•.... "', ....••.
( San Lúcas ); i habrá, tanto en vuestra
easa como en el cielo, mas alegría por
una converslonque
la hubiera habido
por una inocencia perseverante.
Pero resistiendo estos caractéres i estas pasiones a toda clase de cuidados,
insensibles a la severidad i al dolor,
adivinando el mal i no aprèciando el
bien sino con el Busilio de milagros, son
por fortuna tan raros, que se espantaria
una madre de una sombra, sI se figurase a las primeras dificultades tener que
habérselas con una de esas naturalezas
que desesperan. Comunmente obra 80bre seguro: si traza bien anticipadamente su línea de conducta, puede prever
desde un principio lo que llegarán a ser
un dia sus hijos. Indudablemente
es
esta la imposicion de fondos mas ventajosa, puesto que se puede valuar cada
una de sus penas i de sus padecimientos.
ji Vos habeis, querido, Dios miol que
fueran 10ll réditos inmensos I Son te80-
FIN
I
~~
ros acumulados en Jos tabernáculos
eternos, riquezas indecibles de paz para
el fin del destierro; i léjos de enajenar
el capital, le deja una madre todavía CD
pleno rédito en manos de su hija. ¡Verdaderamente, cuando obran asi los hijos
de luz son mas prudentes que los hijos
del siglo en el manejo de sus asuutos.
l, no obstante, no hemos enumerado,
entre los beneficios, esa felicidad taD
grande i tan pura que reserva el mundo
a la madre que ha cumplido sus deberes; esa sa tisfaccion que esperlmenta
por doquiera, cuando sabe que es su
hija amada de Dios, i cuando la contempla admirada, i, sobre todo, respetada
de los hombres.
Si existe mujer alguna cuyo corazon
haya esperimentado jamas uua emocioo
mas deliciosa i su alma 'llO goce mas
verdadero, que nos lo indique, i para
juzgarlo apelo a todas las madres.
DE LA PRIMERA
PARTE.
SEGUNDA PARTE.
•••
CAPÍTULO 1.
r.
I¡
¡¡mismo
He dicho
tiempoel
que la juventud es al
térrnil1Q de esos dichoH~ nacido en estos ti~mp?s ' ,sos momeutos en que todavía DO se nos
desdleh~dos e~ que la mfehz imputa la responsabilidad de nuestros
con~cera mas bIen el llanto que actos, i el punto de partida de esa ,edad
la lisa, el d~lor que ,el placer; sensata en que respondemos de nosotros
en que sabra que apenas se ha·
"
eo~o depcnJla distante la hora de su muer. ~Ismos 1. de los damas.
te de la de su nacimiento,
diente e Irresponsable, deberlll tratarse
(SAN JERÓNUto.-Cartas).
de ella en los capítulos destinados a¡l¡¡s
Cuando yo era niño, habla- madre~ que la diriJe? ; ,p.ero la libertad
b~_ como niño, .iuzga~¡a como! d~ a.cclOn d.e, q,ue.prinCIpia a gozar, los
nlDo,razonaba como mño' pero I habltos de 100CIatlVaa que,se acostumcuando he Ile.gado a ser 'homo bra poco a roco, exijen· igualmentle un
bre,me he desp,rendid? de tO,do lugar en la parte consagrada a ausiliar
lo que se refena a la mfauCla. a la mujer que sedirije por sí misma.
(SAN PABLO).
Así que, despues de haber indicado
He sido atacado con frecuen. los deberes de una madre Mcia su hija,
cia desde m.ijuveDt~d ; hánme vamos a tratar de mostrar a la hija sus
atacado mis e~emlgos des,de propias obligaciones; despues de haber
esta edad ¡ pero jamas obtuvle- favorecido por manos de la madre el
ron ventaja sobre mí,
. dl"
(SALMO.)
desarro\l? progresIvo •e a nma,. vamos
V
.
"
.
a condUCir por el mismo camlDO a la
. os me lD~t~U1stels j PIOS jóven soltera i la mujer llamada al premIO! desde mi juventud,l yo
.. "
.
d
'd
publicaré sin cesar las maravi- sente a dlrljlr las mndas ,e su VI a.
Jlas con que me habeis colmado
Tomo, pues, aquí a la Jóven soltera
hasta ahora.
(SALMO.)
educada por la madre, a quien me he
Escu~ha, hijo mio, i abraza ~irjjido, cristiana i pi~do.s~ como ella,
una sabia advertencia i no de. Ilustrada con buenos prlDclplOs, formada
s~ches mi consejo, Mete tus con virtuosos hábitos, dichosa, en ñn,
plés en los grillos í tu cuello en en su educacion, libre tan 8010 de con5U ~rgolla, há,zte siervo de la I tinnar
siénrlo\o permaneciendo ñel Il
sabldur}a. Acercate a ella de I ella o de ¡¡busar de su independencia i
tOdotu r;orazon i con. todas ~us I de;u razon para llegar a ser esclava
tu erzas sIgue sus cammos, Bus· d Id'
d
I
La tomo
cala con cuidado, que ella se te
e mun o 1 e sus pa~ ~nes •.
manifestará; i, en poseyéndola, despue~ de haber recl.bldo..su ~rl~era
no la abandones· porque en las comuDlon con fervor.e mtehJencla, 1 de
postrimerías hàllarás en eUa baberla renovado piadosame~te; desreposo, ~ se te, convertirá en pues de sólidos i estensos cOJloci!llientos.
dUlzura,1 sus grll~osseráD par~ objeto casi esclusivo hasta entón~es de
::¿uertedefensal
fi~mebase, 1 50S pensamientos i desus deseos, unicos
. arg91\aliuu yestldode glo· objetos de su ~mbieion i de sus celos,
ria, .pyes ·la sabiduría .es el es·
ó'
..
cel
ñn
pleJlrIor de la vida, isus atadu. m!'1 prmctp8l de SUII~ one~,
ras una venda .saludable CEci ordlDano de sus esfuerzos ~de s~s Ideas,
e, "l, vs. 24,2b,27 al 31). ' causa habltua'l de sus emociones, de sus
Maestro, be observado todas alegrlas i de SUS penas, La tomo al salir
estai cosas desde mi juventud. del colejio, o escapándose poco a poco
t SftN LUCAS).
del ala maternal que se entreabre cada
LA. lÓVEN SOLTEnA.
ya
Ii
i
u
III
Btl B LI () 'PE
102
e ALlIE
dia mas para dejarla picotear 8111aa su
alrededor. ta tomo, finalmente, en el
momento tan deseado para ella de su
entrada en el mundo; pues entónces es,
en efecto, cuando, aniesgando sola por
vez primera algunos pasos, necesita
consejos ¡; ausilios.
Novel en III cllrrero1qUll st abre ante;
el/a, casI estl'aÏ1a al mundo, la jóven;
soltera' llega a él con un' corazon lleno
de ilusiones. PÍlréce~e este mundo colÏíbi
uneden~ dbl1de vive entreflores,donde
no tiene" las; rosas espinas, donde ama '
sin cllsar.¡ Dibs mlo! ICuántas decepciones' III preparan estas risueñas imájenes!' ¡Cuántos flores que se marcMo..
t&l1! I Cuántas espinas que hieren!
¡Cuántas amistades que pasan!
¡Pobre; j&ven ,\ i Qué duras lecclone$
tendrá que recibir para llegar a 'comprendérque pasa lajigura de estemunJ
do, que todo es en él vanidad i afliccion de espirit'U(SaD Pablo)! porqUe
nos 'oculta los'verdader()s bienes la faso
cin'tlCt'on de lavanidâd,
i la inconstancia d~ nuestros apêtitos pervierte aUn,
aa<Juel que parece sin malicia. (Sabi.
dUría')~
E.verdad que'pl1éde durar la fi uslon
alguo' tiempo, aun en medio de estas·
flóresf 'deestlls espi'Das, porque el mun·
dG·· tiene rott'medlos de colorear í conservar lárosacu~
brHlo palidece,; tieoe
gran· cmdado' dé' apartar la espina que
hiere de la'jóiren' dóocellacontrala
cual
dilo/je' él 'sustlrmt ¡ es~ as sU conquista
masprecloSlr,'pOtq'iíll sabe que,: una vez
arrastrada
por él~· será para, otros ,UD
apóstol peUgroso,i no escllseapara~anárseta¡ los encantos ide la coquetêr/a,
nHôs'atíaetivos
del iplacet, ni los eloji'ós llpatiotJàdos' de;11í IiSooJa; 1,c6tiio
nO"liabili' -dlf11dejál'Sè calltNaren
ellos'
llna'nlja'de;Eva'
L No oye repetir cada
dlll;cOll'tnll!l oiméno&oclflI1Ô,' a su'alrededor, nO')iaJsol'Bfnenté~·!i Sereis como
diOse$! s'nI> estas' palabras consagradas
pOt"el'mutld~j'i qUll provleoendlll mili";'
mo 'pr/nelJ'ill': 'i Es adorable 1 a mejdr
aúo': DitiittQtn'6nfeadoMble" ?'¿Pliede
i
•.Hê visto·alfllllm~ó"eneS',enorgullecp
dos,'de] sigkr'a IlcuaI 'haellDd el"hooorde'
RA
Il 1 A •
dejllr de dar un paso que 1~8segura ser
mas adorable todavía? 1, No es preciso
que coma del fruto que se le presenta,
cuando se le ofrece con tan deliciosas
palabras.
IProbre jóven, repito! Cuando haya
pasado éll'flinado tan corto de su lozaper'tenecer, que se han creido profunda·
mente' heridos por las, valientes palabras
de nuestras oradores cristianos. cuya elocuencia acusaba a nuestra épôca de paganismo. Pues bien: yo les pregunto, estos
ep/tetos de divina i adorable atribuidos
con taota frecuencia a la' belleza de una
mujer. ¿ no respiran el mas tosco paganisma? l, 'noob~tà'nte,se dice que la lengua
es el espejo fiel delespfritl.t'dèuna nacion.
t Noes esto la idolattia'de la· carne? ¿ No
eS volver a íDèUrrirel'1 las'ap<lteosis anti •.
guas, cO[/'mas. algo de ridículo? j Ah !
los ída~()sdetas naciones lerdan labios i
no hablaban, oJos i no veian, Tenian ai•.
dos queno oiàn i narices' 'In olfato. Tenian manos' i no 'palpabán;· piés que ?la
plJdianantlar, i garganta 'que no articulaba sonidos. (Salmo.)Pero al ménosdespertaban en sus adoradores la idea del
Olimpo habitado por séres superiores, i el
pensamiento de los infiernos, donde se sal·
daban' ·185 récompensas· de la virtud ¡los
castIgos del viejo',
Lo!lfdólosde nuestras naciones no son
asl : tienen labios pará, seducir a sus odo·
radotes, ojos para fascinarltís; oidos para
oirlôs¡ nariz'pará olfatear' los perfumes
del deleité i embriagarse cdií! i el incienso
de la 1isonja~''fieÍlèn Il1lmbs"para encade·
nara sus vlctimaS; piés'pai:'a!cdrrer en pos
de 10sholl1l1fiajes; gargànfii:~¡frá cantar sus
ttieonfoS'e' insultar 'a sUs·rivalas;
Dllránfe!' la Etl'.Jdll\ledià¡Hépoca tan esplol'adá p(11)0S'novéll1rtâ§'íJitllll!rnos, en la
quenoestabil cillt1iàlrtente fdWfdado el cul·
tode lá'blltletá, DO'crâ;: sil'í'é'mbargo, este
cul,toiidUlátritlo·,i .'tnl!'átrëVô á'(Jecirlo tambien" no sÈfdi~¡iib só'lll'rtli!ñllillt la belleza
esterlor;' Et C3bj¡lJler~'f{ul!'SIH;onsagraba a
Sil t1amll;oo' la ~nllíteriiilili~li~, i ademas
ser\,faàIlWs'qu6 ·aiellaa 'Dios ~al Rei, En
eldiatJlo(sirvé:liülllJiëmlliJ
~Ue a si mismo. i en :sl mlsRío'a 'Su cmrJiif: este es su
Júp¡tél~ su'pliRlC'l'iid610,eIJJdios
de los
dioses: Desf1tlés,indnl1¡¡ilo!J ;tàyos de esta
princilpallidbl'acïóB~solftlllôSol1jetos de los
plaeeres detestl!dio$)';eamlfl j i hé aqui
por qué"8 divina -Icir: béllIJZil' por qué es
adora'fJlf!J ë QUé era el paganismo ?, .
.L A, ,à;! U J E 1,\ CRI S ';f 1 A N A •
10,3
uía i juvein~ud, i cuán comple~a i ver""¡ demol1io oculto detras de su figura segop,zo~.~,le,par"ecer,á.~ 4esnudez! ¡Cómo ductora; no sostrendré ménosque despues de las delicias de los primeros años,
se ocultará a la voz del Señor, cuando
se advierte el vacío tanto mas cruflh~ya aprendido la ciencia del maIl
mente cuanto que nO se advirtió en un
Cuando hayan sucedido a las adulaciones i las lisonjas el abapdono i el principio; i, por último, afirmaréqa6
las satisfacciones estremas de.l~s sentidesp,echo ¡cuando vengan los remordidos son los enemigos jurl,ldos dela momientos leI var.lo a destruir la fascinadOD iél ~ncanto, q.uerrà hacer caer toda I ral del Evanjelio i de J,acruz de Jesula culp,a sobre la serpiente, pero no s,erá cl'Ísto.
El Apóstol vlrjen, tan tiernamente
escuchada! La serpiente era seduc~pra,
pero ya ~e le babia avisad.o; el fruto era querido del Salvador, decla, muchas ve·
herll1pso, pero ya se le habla advertido.
ces cn su ancianidad: a ~iños rolos, nO
Será, pues, cODdepada a volver a ganar arneis el mundo ni las cOSl,lSdel mundo.
con el, sudor de su frente la pureza de Oh Maestro! rep:icaban los ~scfPulos,
·su ip.Qcencia perdi4a, a parir con dolor ¡, por qué decis siempre esto .-Porque
virtudes que hubiéran nacido por sí I este es, contestaba el anjélico confidenmismas en el seno de llna vida piadosa te del Corazon de Jesus, el mandai ordenada.
miento ¡!el Señor, i cumpliéudplo, todo
~o creais que ex.ajero, vosotras jó- se ha salvado.}) (San Jerónimo.)
j Niñas mias, amigas
mias, o.S diré
veneS a quienes sonríe el porvenir con
tantas pro~esas : este camino tan bello yo con él; no ameis el mundo! Nadie
es un sendero re¡¡baladizo, i allanzaros
puede servir a dos amos a un mismo
VO~Qtras alegres e inocentemente a él, tiempo, i si os prostituis a la esclavitud,
poariais llegar a entrjstecero~ i a hacede este, jamas sereis nn so'dado de la
tos culpables. Dejadme deteneroS, de- santa milicia. El principe de este munia~me que os muestre los sitios en que do es el antagonista permane.lfte i declarado de Jesucristo, segun El mismo
puede fijarse la planta con seguridad;
nos ha dicho; ¡si bien es cierto que lo
por lo cornun son duros i angostos,pero
venció, no lo aniquiló, i el recuerdo de
no se tropieza i cae en ellos. i es preferible andar con dificultad por un camino su der~ota da cierto carácter de vengan·
pedregoso que caer lastimosamente en za a su odio, Ah! temed lo, huid de él,
combatid lo. Todos sus servidores cieun suelo mas llano.
No os repetiré lo que siempre se ha gos ¡apasionados, todos los que siguen
los movimientos de la concupiscencia,
dicho: ccLos placeres falsos no dejan
del mundo, están, por decirlo asl, esen pos de si mas que el remordimiento,
cluidos de los beneficios de la redenvacío i tedio," porque no me comprencion, porque, segun ha declarado Jesuderiais, i des pues de haberlos gustado,
cristo, no ruega Et por ellos (San
me desmentiriais con la boca todavía
Juan). *
llena de la miel que destilan.
Jóvenes doncellas, cristianas i piadoNo os diré tampoco: a Son siempre
sas, no vayais a malgastar en él una
cl))pables ;" porque vendriais a presenfortuna reunida tan laboriosamente I
taros ante mí como una formal negacion, adornadas todavía de inocencia i j hijos pródigos, nct vayais.a m,endigar
de virtud, despues de haber bl'illado en el alimento de los puercos; niños, no
ellos;
ameis el mundo i las cosas del mundo ;.
Convendré con vosotras, en que estos este es el mandamiento del Señor, i
,placeres tienen una realidad de un mo- todo está salvado si lo cumplis !
P~r otra parte, ~manto ma8.vivos ba •..
mento i un encanto seductor difícil de
n~ga'r por quien los ha esperimeotado;
convendré en que son a veces puros,
<lO
Yo no ruego por el mu~do, es decir,
.aun, en. el principio; pero no por eso por los ,que siguen los movimientos d~ la
sostendré méuos que bai ~iempre un copcuplscencia del mundo. (San Agustm).
104
BIBLIOTECA
LITERARIA.
yan sido los placeres de la juventud, I vuestro guía, tanto a vaestra entrada
mas profundos serán los tedios I los pe. como a vuestra salida, desde ahora i
sares de la vejez; porque un abismo por siempre, (Salmo.) Sea su leI vuestra
llama otro a.,bismo.Si la sal se ha- brújula, i sus ministros vuestros con •.
ce insípida, dice Jesucristo, ¿ con qué scjeros.
'
se sazonara 1 1 si por exceso de los
Si teneis una madre cristiana, Ontreplaceres m~s variados i mas seductore~ gaos a ella. No os quejels nunea cuan·
sentis una saciedad estenuante,
¿ que do os prive de uno de esos placer~s 4eencanto empleareis para dorar los trissea dos naturalmente;
no le mabitestels
tes dlas.del Invierno de la vida? Oh!
siquiera este deseo, pues ya saJlels que
DOme. digais, aquí que no alcanzan
las madres son débiles. 1 botan 8010
vuestras' previsiones a una edad a que es neèesarlo gúardl!rse de ponllrlas en
quizás nunca lIegareis, porque esta ve:';' el caso de resistir, sino que' UDa j6jez, apresurada deconHnuo por losabu·
vlln que comprende sus deberes, rédosos de la juventud, está ante vueiitrO$ bla su severidad, ¡parece condescender
pasos."
mas bien 'que ~ozar al dejarse conducir
Una acclon violcnta trae infallble'a las brillantes fiestas del mundo.
'
mente una reaccion proporcionada a
Escuchad sobre esto ahora a Ban
ella; segun unaleijenel'al,
la InconsFrancisco de Sales, el amable predicatancla del corazon del hombre no le dor de la condescendencia,
la dulce
permite detenerse por mucho tiempo personificaclon de la caridad evanjél/ca.
en un mismo objeto; es un castigo de a quien jamas se le ha tacbado de escesu primer'a iOCoDstancia cansarse al tln siva severidad; nunca se ha ocupado
Dios de que se le 'olVide, porque es un en estas delicadas cuestiones un eMen;:'
Dios celoso.
dlmieuto mas ilustrado IlllaSçQnc¡!t~49l'
Sinembargo,çonvllngo tambiea en que que el suyo, Mirad, pues, ~l os àU~O,rlZ\L
es un Dios clemente, I cuando un alma a lanzaroscontodo
el ardM impetUllSo
cansada de los placeres de la tierra se de .vuestl·a edad eb medio de ~sos.. ~Ia.muere de hambre apesar de sus 01'- ceres cuyo solo nombre hace latit el
jias. Dios se digna a veces hab/arle al corazon, i cuyo goce os exaltai os ~r••corazon, i entónces dice ella enlre si:
torll!l la cabeza.
Me levantaré e iré hácia mi Padre.
« Para jugar I bailar lícitamente, ~
¡Dichosa cuandó, obedeciendo sin tal'·
preciso que se haga por rl'crca I Db por
danza este aviso supremo, le queda
aficion; por poco tiempo, i no :halta
bastante vida aún para no caer de decansarse o aturdirse, I que sea raras vebilidad en e,lcamino, porque la recibirá
ces, porque si se hace con muchafrecon los brazos abiertos Aquel que jamas
cuencia, se couvertirà el recreo en ocùacabó dé romper la caña ya cascada! I pacion. En una palabra; bailad I j!1Pero es mucho mas seguro no esponerse
gad con las limitaciones que os h~ loar·
a esta espantosa alternativa. Si el padre, cado, cUllndo os lo aconsejen la prudende familia mata el becerro mas gordo 'ela i la dÎscreciou por condescender 1
por la vuelta del hijo pródigo, tambien I complacer a labonesta eonversaclón que
dice 'al h.ijo.qu.e
. le sirvi6 siempre: todo '1 sostengals, porqu.e '.a condescendencia.,
cuanto yfJ tengo es tuyo. (San Lúcas.) como hija de la caridad. bace bueo*,
No os fi.e,I
..S. de vuestras primeras im.,.'/Ilas cosas indiferentes" I permitidas I~.
presioné!; dejaos guIar, jóvenes donpeligrosas ••,
.'
eeIlas, en. e.S,e.
. I.m~ortal)te momento. ,.de I
lIé aquí .una decis.ionClara i esa ~ta.".,
..,
vuestra entrada en el mundo. Un alma Bailad por complacencia,
bailad .R0l'
inocente sé hal/a dispuesta a ver por sumision; id al baile cuando lo eX!:l~b
todas partes la. inocencia, disposicion
vuestros padres I cuando ofl'ezca pellfgró
feliz. sin dU~' ..pc.ro que. la r..stravía si / la resistencia.; pero nuncll por. a~
..•...
'lin'.
no se halla equilibrada con el contra..: . ¡arrlas COD un gusto desordeDIl~rro un
peso de in espetiencla, Sea el S~ñor deseo de coquetería.
' .•
lOi¡
..•..•...••.. ' .... ,-.. ..-...--,.
Acordaos de que es nl'cesli\'ia la con- '1 po\' el contra\'Ïo, mas peli,groso e! ,baile
.descendencia para permitir esta cosa ¡para "0$ qu," p':l'a cualqUIer otra loven,
peligrosa.
Ii ljuisicl'a pl';~a\'¡¡s ùe él enteramente.
Oíd tambieú al mismo Santo: cc Las
danzas i los baile, son cosas indiferentes
por su naturaleza; pero segun la m¡¡- I
nera de hacerse en jeneral este rjerckiu,'
se inclina mucho h¿cia el lado del mal.
i por consiguiente está lleno de riesgos
i peligl'Os.-Bai:ad poco i con poca freeueucia, Filotea, porque de otra SU2rte
os arriesgaís a aficionaras al baile.»)
Ya veis que no teme el Santo aquí
solamente las f3;tas que son por lo comun consecupncia de un baile, sino que
t••me un peligro r"ra VOS.1t!'PS, elJ e\
cual no pensl\bf\is ciertamente. Si obrais
de otra suerte que la que él os indica,
Tened cuidado, os repito:
los primerOS P::¡S05 son brillaotes;
pero el
horizonte bácia eÎ cual marchais es mui
sombl'Ío. Cuando hayais llegado a él. i
arrojando una mirada ele despedida sobre la camnrl~a que habeis recorrido,
sobre los años que han pasado, los eODtempleis lan inútiles, tan Il",nol' de espin8S, tan despro\'istos de frutos, no bastarán Il consulat'os sus flores, esperimentaudo 1)01' la ménas pesares, ya que
no remordimientos,
Auuc¡ue hubieseis sido por mucho
d
tiempo la jóven doncel!a mas a mirada
en ellos, la mujer mas obseqUiada, Ilesi bl.'ilals mucho i con frecuencia, po-'
I '
dreis aficiollUras al barIC'.
gará un momento de de,i \l,lOUeS i de
vCl'dr.d en que, arrojando ulla mirada
Si le ~f¡cion a, lo~ place~es, G,,1 mU::1è.J retrospectiva S:.Jbre\uestra vida triunes un mal rJl' SI misma. I SI pel'fnan~""
fal. fsdamareis, como hacia un Empeceís ell la ~Uû~"lwja, 8jleS~ ' de f.'C.CUEïl,ra,dO'I' rcr.'ano al cabo de treinta años
tarlos,hllbltualmente,
¿C(~1i10cspL~a\'el~ l, de afertur,llúa
ambicion :yo la he sido
este V¡YV ùeseo flue os lleva a elios, ¡ :: todo.",.i h9 'CiS¿O Gue iodo no si1"l:ede
cuya t;5Deranza acûbalÏr..1S con ,ni guc- : '/Ioda, .•.•. Ai) : rD8~ laId ria no sel' nada;
to? ¿ (J¡'lfQo esausureÎs también la tri,s," mGS valdri!l ser la escoria i la basura
teza i el dr~pccho a ~ue os abandollf.¡is, de este mundo (SilO Pablo), cuyas micuan~o os privan, Ge, e~tos g~~es UI.H,: roÙ¡:¡¡,solkitais, p:l\'que \t€ga un dia de
negatIva 1) uu nco,nce~lm,¡ento 10l'tUl tJ,
ffiotarncrfósis en que estas escorias des¿ No serlÍn e,tu tl'lSt:Z;¡ J ~ste despe?u.G : preciadas son IDS antorchas de la 19lesia
UDrt prueba d,a la satlsf'ccwn
que Ulm ( i las estrellas del cíelo.
a la aost~rida:.i de vuestros principios ';
¿ Cómo coicrart;Ís vuestru, importuNo se 03 i:icc, t.oIertnmcnte, paru volnos ruegos il los que os dírijen, i ia nI' a les pOlïlJE'r:orcs prácticos, qne va·
hábil manera con QUf3os proclltí.1¡s por J'ais al baHu 8, f~stid¡aros;
haríais bieI)
otra pal te que se os con vide a eilos ? ! en no prometerlo así, porque no podríais
¿ Será tarnbien que rebose una cat'ldad cump\irl0. Pero predsl1.mente porque
sobrado ardiente? 1 esos suspiros que os divertis en él mucho, se os persua.os Arranca la rdacion de un sarao a que de u qne huyais de él, o a que por la
DO habeis asistir\o, "sa animacíon que os
mén'Js moùereis, con algunos pensacausa la viHa de un traje de baile, ese mientos sérios, su locura i su i1usion;
entusiasmo con que vais ü él, est) cons- , se os previclle que vcJeis sobre vos rnistante "rnor con que os entrega¡s a sus ¡ma, i cuando os sintais arrastrada por
goces,
se echal'los de ménos que les esa C'orriente nipida, que os acoiais a
siguen, i el consne!o que encontr;Jis aca· esos buenos í piadosos principios, como
riciandu gUSrecuerdo,. ¿ no es tadl} es·· se ase un hombre que se aboga a los
ta, finalmente, mas que el fruto de una ¡;auces de la ribera. Se 05 aconseja,
amable condcs¡;endeneia ? Jamas la hu- finalmente, que dil'ijais a Dios en el
biera creido.
Al escucharos,
al ver
peligro, uno de esos suspiros que ruegan,
vuestra ansiedad i esa especie de Üenci que os provenís, como preservativo í
sf que posceis c:o proclll'a!'Osla rl'ceri~"
¡'cmcd¡o, de las ~úlïdf\s reflexiones que
:E~TH1;GA
I
BIBLIOTECA
106
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LITERARIA.
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Decid a Dios en la efusion de su amor
inspiran lecturas piadosas;
en una palabra, que adopteis una ansteridad de i del temor del mundo: llaced inclinar
pensamientos i de vida rigurosamente
mi corazon, Sellor, Mcia vuestra lei
necesaria para que sirva de contrapeso.
(Salmo,) para que no sea arrastrado por
Sí; si obligada, contn vuestra \'olunel peso del siglo. Dirijíos frecuentetad, a hacer del mlllldo mas frivol,o :------==:__._~_
.-===_:.:::c=::===
vuestro habitual
elemento, os sentlsboriz8
'.ulla jóvell a quien se sorprende en
arrastrada por el torrente de sus seducel momento de verificar una buena acciono
ciones. "elad i orad; por que si bien no este rubor es Jo que constituye el pudor.
habeis naufragado, os hallais en medio
Una muier debe tener reserva e:l sus
de la tempestad, en el momento en que modales i en su porte, 7'ecato en su conse despierta la piedad del marinero, en ducta, modestia en sus palabras, pudor en
II d
sus sentimientos, i decoro en todo; porque
el instante 1"0 que invoca la estre a e el decoro es la dignidad de la mujer, diglos mares, i que debeis vos tambien innidad que no podria lasti mar sin sufrir
vocal'. 1si biellno os habeis abrasado
profundamente, puesto que no puede i,nstodavía, os rodean, sinembargo, llls J/a- piral' respeto a los demas SIllOa proporclon
mas, por lo que debeis dirijiros al ánjel del que glwrda eODsigo misma, (De la
cùyas bJalll"as alas preservaroD Il lo~ educaci(lll de las muJeres, pel' la condesa
hijos de Israel del ,'ivo fuego del homo.
de BasmH ille,)
(N, del T.)
Todavía no oS ban clavado aún las
Acerca 4e! moùo de conducirse en el
fieras sus feroces (.\arras; pero ballánmundo, hé aqullo que dice el sabio doedaos sola, t'n medio de ellas, en esa tOI'Juan Luis Vives, maestro que fué de la
arena cristiana donde peredel'on tantas
prince,a M~l'íade Inglaterra, en la obra
. d
.
que con el titulo de Istruccien de la muotras. llecesltais la fe e los martires
"e?' cris'tiana, compuso en latin, por manparà obligarlas a tenderse a vuestl'os dado de lu Reina de Inglaterra doña Ca.
piés i que no· os bagan daño. *
talina de Espéllia :
"En su andar. no vnya la mujer mui
" Leed un nùmero determinado de pà> presurosa, ni mui despacio, i (mando Ilejinas de la Sagrada Escritura, pagad dia: gare donde hubiere jente, tenga pudor en
riamente este tributo a vuestro Salvador, I el rostro i en toda su manera mucba crianno os durmais nunca hasta verificarlo así. za, ¡esto 110 por vilJlag/ori<J,ni por queDespues de la Sagrada Escritura, leed las rerse hacer vien criad;), sino que salga de
obras de los hombres sabios cuya fe es animo sereDO i purameDte cristiano. No
intachable. ( San Jerónimo: Carlas.)
mire tampoco a los hombres por ver si
ellos 1;) miran; i si estuvieren mirando
* Despues de la Relijion i de la I'azon, i hilcia dOllde ejJa estuviese COll etrilS jóvecomo formando su séquito, son indispen- Iles, ]]0 piellse que b miran a ella, ni que
s ables, dice una célebre escritora, muchas I hablan de sus lindos cabellos. Cosa es de
virtudes j cualidades para vivir honesta- ! ver en las visitas veinte o treinta jóvenes
mente en el mundo : tales SOilla reserva, I sentadas juntas. i si alguno pOlle los ojos
el recato o comedimiento, la modestia, el en ellas í aunque ·CII hecho de verdad no
pudor, o, para decirlo todo en una sola piense en [o (¡Ué hacen, lli se acuerde de si
palabra, el decoto, que es no solamente el son vi';,ls o muertas), todas se estremecen
Dudo, sino tambien el complemento de de plaeer pensundo cada una que lo hace
estas cualidades encantadoras; porque, en por su lindo rostro amoroso, i con esto
una mujer bien educada, la modestia es comienzan todas a reir, i pOI' no mostrar
un deber personal que tiene su oríjen en que se rien de esto, salen COllalguna frialer respeto que se de~e a sÎ rniSI!la; la re- dild; i por mudarnos los dados en las milserra es una preCaUClOl1que eXIJesu pro- nos. (~ada una de ellas hace como que la
pia seguridad; el recato uu freno prudente
cama de Hl l'cil' es Dlguna palabra, u otra
Îlllpuesto asn franqueza; finalmente, el cosa, de alguna de las otras que alli est~u,
pudor, que es el movimiento retrógrado
i esto es mui gran primor entre algunas
de la modestia lastimada, o de la ¡uocencia de eHas. Con todo, DO es cosa de burlasvar
espantada sin saber por qué, se refiere a Ja que cada una eon su personaje pienseser
vergiiellza que ca~sa ser vista, i no a la mirada de todo el mundo, i luego se para
qlle causa obral' liJar, Así, ('uando se ru- tau ancha, toda ufana, i lau agradada de
_,~,v~,~.,~
LA
MUJEIl
CRISTIANA.
101
mente con San Pablo esta terrible pre- :, agradar a los hombres! Sumerjid
una
gunta:
¿ Por ventura trato yo de mirada severa en los pliegues mas ocu\________ -=:====== "tos de vuestl'o cor3zÚll, i examinad
SI misma, que en todo su seso jm,da que' yuestm
alma impresionada
con este
entre todas las que allí e·,tán DO ¡ni niupcnsam'ento:
5/: tratara yo de agmguna que le eche el pié delall!e, 1 si por dar a los hombres, no seria discípulo
una desdicha acae.:e ! aunque es~o mui
de Jesucristo (Siln Pablo).
tarde suele ucontecer) qne alguna conozca
Una regularidad
illf1exible en la freque
en hel1l10SUra,
' otra le Ilela 1 ventaj,]
Il
' " no cuenclfI'ci e IOS sacramen t os, a I os que
pIensa que se a eva en gracIa. 1 SI en,
"
I s Santos de lo' prim 'os
gracia. 110 en nobleza a en meretlm ieotos; : I ~el1f1 la il o.,'
s,
el
en fin, que d,'duce siempre llue ninguna ' s~glos a adqulrll'
fuerzas para correr al
va!e ,tanto co:no ella ..... Por eso la VÎt'IMl el reo; la acusaclulI . de vuestra?
culpas
cristIana no debe estar mui ufana con su '1 con Ulla franqueza 1 \lila atenclOn cada
hermosura,
ni ensoberbeeel'se
con su no-, vez mayores,
¡ sobre todo al esponer el
bleza, ni tenerse por mui graciosa, ni pen- estado de vuestra alma;
una humilde
i
sal' gue no cabe en si de ver~e '1l';li f,:ste¡~c,¡mpiet¡¡ surnision a la palabra de Dios
da, A~\t~s debe, estt'eme?~rse 1 tembl~,r
en el sagrado
tribunal de la penitencia,
entre SI, lllüra!' de t(~do e"o, ,que no ho,- t, I ~s ' Il todavía los poderosos
antídogarse, pensando que la mayor Joya de lada
el {
,o.'
,_'
.
su honra anda acosada i pcrsefiu:da por tos COli (lue \.lebelS neutralizar
los efectos
todas partes ide tantos enemigos n quien
del ven['oo ••..
no sabe si se la (ladra defender, si Dios no
l, a la verdad, Sllson necesallas
estas
]a socorre con su gran misPl'icol'c1ja, do- severas
prrcf\uciones
respecto
de un
Iiéndole en el alma ¡íll~ su 1'0stl'O sea hc('ho
lJ,~iÎlet deben ser mucho mas rigurosas
de fuego ~o\ll)ue elJ,Clünrl;. a los hombres
relativf,m~nte
a los cspectúaulos,
porque
que CO~lcl~n b,uperdl?IOD I lad~ ella, S,en· ! casi nunca son estas diversiones
indifedo la risa mdlclo de anllno Imanc, .guar-.
',' t ~ n ~' omo las primeras
i lleevan
dese de reir sueltanwnte;
que la J'lsa DO ¡c.l e, {' ,\ C.
''''
debe sel' mllelJa, [Ji po,' murbas cosus, ci ~ SPI' raD freeuel1cln mucho mas seducsuelta
No haga lô voz gnifHl, ni ului tor8~.
delgada, lIi requebra,~a, ni sc esclIcl:e eila
Pel'll no se ei]Cllentr~
solamente
aqul
misma cuando hablare, ni le plll'elCa (jne el l'spíritu de mundo, la fascinacíon de
]0 que ella dice es todo mui Durno i lJue la t·anidad. ta jóq'n doncella cristiana
parece bien a los (lue la oyen, p:lt'!Jue il debe tambieo
temer i desdeñar las noveces en esto recibe mucho engJJÎo, Así· 'vellis modernas,
que son el relato de lo
mismo no tenga el j?sto turb:ldo, ni esté
I
triste ni mústia; porque aunque ;:¡ la mujer
que nasa en el mundo así como {' teatro es
le esté bien guardar dir;lJidaú i preciarse
la l'epresentaèion
de loqueen élllcontcce;
de su honestIdad,
no debe por e:ito ser * Jas novelas, cuyo lenguaje incisi va i
soberbia ni desabrida, ni tener h3stfo de apasionado
penetra sin ruido, i muchas
nadie; no sea buiiiciosa ni desasose!,<lùa,
veces COll tanta mayor Judiiùuù tüuuto
sino reposaùa i ,¡uieta; en fin, no m,\estre
que se revbten con' pieles deovejas;
las
por los movimientos del cuerpo tener ma'
novelas,
cuyo diluvio,
continuamente
vible el pensamiento ¡el. ilnimo ..... 1'\o?é
creciente
InvaJe toda clase de condiciocosa a hombre alguno, DI tome r13da de el ;
.
'd
d dit'
b t
dice un sabio que recibir beueficio es ven. ,nes, 1l1un a
es e as por arias
as a
del' su libertad; i parece que no sin razon 1:
se dice que la mujer que toma, ::1 SI misma
", Hai ma~: ail[ como aguí. se vuelve a
vende, i 1a que da a SI misma da. Por la , encontrar en la escena i en los relatos la
tanto la doncella que quicre estar en repuparte ménos pura, la mas apasionada. i,
taeíon de honesta i virtuosa, ni dé ni tome
por tanto la mas peligrosa del, mundo.
cosa del mundo, por pequeÜa que sea;
No puede ni auu tener ¡!lteres unl! novela
pues Dose ha de mirar CUlllJto es la cosa. ni un drama sino en cuanto remueven
la
ni qué es, a cuimto grande, sino el por qu~ imajinacion
i escitan los sentidos.
Pues
i cómo se da a se recibe. ( [stl'uccian de bien: desde la gran rehelion de los sentidos
la mujer cristiana, por el doctor Juan
en el I'araiso, 'nuestros mas hábiles ene·
Luis Vives.)
lV. del T,
migos son los que los desencadenan,
1
Ii
íos
B 1 B LlO
TE
e ALI
t E B.A RIA.
las buhardillas del pobre, penetl'anda en i pnrs sabe, COll una destreza que no se
los pisos intermedios; las novelas, re- , sospechaba en ella, revestirse con mas
pito, plaga social cuya estension no de una forma para perderla. Introdú..;
cese por medio de la inaccion en las
medimos quizás todavía por completo.
naturalezas indolentes, i penetra con la
Todo la que puede permitide jeneralmente su deber sobre esto punto, es inutilidad de los pensamientos i de las
ocupaciones en las irnajinaciones vivas i
prestarse a su lectura por vía de concÍIiacion i de paz, participar de ella en ardientes.
Fatiga a las primeras con un esceso
tertulias de familia CDque han creido
padres, por otra parte cristianos, deber de raciocinios vagos i de pensamientos
indecisos; con proyectos insensatos;
admitirla como UDa distraccíon a pasacon castillos imposibles, construidos i
tiempo literario, pero jamas solicitarla
ni entregarse a ella sin guía i sin co- demolidos diariamente en el aire; con
In tl'Ísteza, el desaliento i el tedio de todo
rrectivo.
Los dil'ectores de las alm:ls son loi' I la que (S positivo i tieee el nombre de
unicos que pueden tal vez sondear Jas deber; muchas veces tambicll, con exaprofundidades da las trincheras abiertas jeraciones i bellos sentimientos que, no
por estas tropas lijeras cn uu alma in- tt'niendo nada fi.o i real, se disipan en
defensa. Frecuentemente
no se revela el momento de convertirse en actos.
Hace las segundas fÚtiles e ¡",;oustan.
la existencia del mal con nillgun acto
tes, disgustándolas de la tranquilidad i
esteríor ; pero adquiriendo así 1\ discrecion las pasiones alimentos escojidos,
de la gl'aved~d de ta vida; intt'Gduce en
nacen i crecen con espantosa enerjía.
ellas peligl'osos pensamientos de (:oqueApodérase del alma un vago abandono
teda, i en el corazon pasiones aÚn mas
o decaimiento que la bace incapaz de peligrosas; finalmente, aleJa del enten..;
todo bien; en breve se introduce el dis- dimiento i del cor:lzon sus fieles custogusto respecto de ocupaciones ùtiles, i dios: la oracíon i la reflexiono
su abandono da libro curso a los sueños
Pero estas dos clases de ociosidad,
peligl'OSos de la irnajinaciou;
una lan- tan opuestas al parecer, se asocian pa~a
guidez llena de encanto i de misterio pl'odu('ir igualmente el abandono de las
viene a paralizar el celo de los deberes;
prácticas de piedad i de caridad, el
las aspiraciones Ilove!escils destie1'l'an las amOl'tiguamiento del amor filial, el 01...
inspiraciones relijiosas, i son reemplavida de las virtudes de familia, i el nazadas las meditaciones piadosas por los cimiento de las ideas novelescds, ménos
sueños sentimentales. 1 bajo la influenexaltados i mas risueilas en la mujer de
cia debilitadora de estas emociones [ac- mundo, ménos inconstantes i mas exaticias usurpa el sistema nervioso una I jeradas en la mujer sin ocupacíon.
desoladora preponderancia
en todo el
No nos 1I1'1'0jemos en brazos de la
resto del organismo;
una irritabilidad
pereza para huir del mundo. Ocupaciofebril, una ~sensibilidad anormal, una nes ngradables que se suceden sin íntepasmosa debilidad sustituyen, tanto cn rrupcion a penosos deberes, mezclánlo físico como en lo moral, al podel' i la dose placeres lícitos con prácticas piafuerza cuyos jérmenes babía depositado
dosas: hé aqu! los Únicos medios de
Dios en la mujer. 1así acaban de ani- permanecer firmes entre estos dos escoquilar el abuso de las sensaciones i el lIoso
estravío de la ímajinacion en este sér,
La lectura, el estudio, el trabajo ma .•.
ya tan enervado por la molicie de su Dual, los pormenores minuciosos del
educacíon, ese poder i esa fuerza indis- gobierno i vijilancia de una caSb, son
penSables para el cumplimiento de sus ocupaciones útiles inecesarias siempre
deberes.
ni alcance de la jóven soltera. La culLa ociosidad, apesar de su apático tura de las artes, los paseos, las visitas
modo de proceder, es para la juventud
íntimas o de cumplido, las reuniones i
!.tu enemigo
encarnizado e implacable,
los goces de familia, son recreaciones
LA
MUJER
CRIStIANA.
109
bueuas eU sí mismas, i que bace santag 'I Dc,terrado en ella ell"goísmo,
cada
la earidad, verdadera piedra filosofal i cual tl':;baja rn su felicidad al ocuparse
del alma.
de la de 105 otros;
la con!l;ll;za,
base
de torlas las relaciones,
alimenta una
conversl\cion cuyo iliteres no dlsminu-
II.
I:' j'e,
pOt-que jamás hai en ella apl'esion;
la
libertad personal, Inmensa sl'empre, se
adapta pOI' sí misma a los deseos i a los
gustos que la rodean, i, a la manera
Ahl ¿Qué necesidad hai de las ilusiones del mundo para que pase laljóven donquI:' 'ltro JUiln de Mata, se vende par la
cella cristiana
encautadll ~ ¿No hallu¡'á
Hùllllse alli,
goces bastante dulces eu prodigar su ter- felicidad de ~us hermanos.
nUI'a i sus cuidados a sus padre,;, que la i se practie" la grande unidad de alma i
de cürazan, como entre los crislianos de
colmaron COU)05 suyos'/ ¿,No es basüll1te vasto para su corazon el campo tan los pril1lprGs tiempos, pal'a admiracion
productivo de los afectos d;> familia, i , de los mismas paganos modernos. *
I {'ste ('l1~rlrn, pnl'do anl'marlo, no es
le parecerán 5;0 encantos \:.;sc3pansiones .
nna uto¡Jía. Tan raro, es cierto, como
íntimas de la amistad?
¿ Seráll iusuOlus obws (Je los mas gruudes maestros,
cil'lntcJ esa existencia
del interior doméstico i de mútuos afcetos tau puros i i mil vecl'S mas pl'ccloso, existe, no
verdaderos, e'la vida de obst'quios, de obstante, i solo es necesario, para realizarlo aún, asociar el espíritu de familia
consideraciones
i de tierna sumision,
recompensada
por el amor mas vivo i ¡ al espiritu dei cristianismo.
la adhesiou mrtS completa? ¿ 1 se colCuando una ¡óven posee estos dos
mará el vacio del alma, si es que existe espíritus, puede casi siempre conducir
en de.•pecho de estos goces reales, con poco a poco cadn miembro de la familia
Ls falaces adulaciones del mundo a con
sus vanas declamac;ones?
¿ Dónde ha* La felicidad se encuentra ,';enera 1mente
llará, por otra parte, la ambiciosa jó\'en en 'Un intetior sencillo i n~otlesto, i no en
que sueña triunfos en un teatro mas el muudo i en sus placeres. dICe una esespacioso, esta" iuduljénte condescencritora notable yn r.itada,En
su propia
dencia que ¡;jcdu los ojos sobre las fal tas C':Jsa. baJo el humilde techo doméstico, es
donde puede la r.Jujer conservar mas fácil·
mente el amor, la esti macion de su familia,
rá nuuca jueces tan prevenidos Il su de su marido i de sus hijos, Allí vive corazon con corBzen con eilos, les cuida, les
favor ¡tan adidos a sus intereses como ama, les edl:eJ, les cOI!1prende, miéntras
estos? Ah l Si lo pÍlmsa así, vale poco que la que sa lanza. en el torbellino em·
su esperieLlcia, í soo inmensas las de- bria;;atlor del gran mundo liO encuentra
cepciones que ia 3gual'úalJ.
por lu cuUtUIt,,;;U
lado i11:JS que decepAquí, en el seoo de la familia, se le l'ion, fatiga itedio; i sabido es que el tedio
es el peor conseiao de todos. En su famidevuelven ceutuplicada~ una caricia,
una palabra afèctuosa; se le agmdece lia, la mujer virtuosa piema siempre en el
bien i trabaja para el lJien, con el fin de
la mas {lôquelhl aten\:Íon;
dispone de
librarse del ¡nal i de sus consecuencias,
la alegría i de la dicba de todos; puede
porque el bien es respecto del mallo que
aminorar a su gusto la~ lágl'imns, a el sol respecto del fria; en cuanto desapaenjugurias cuando oeUi re una desgracia;
rece el sol llega el fria, i se aumenta a
proporciou que desaparece el calor. Al
hacer recobrar la calma i la serenidad
que fueron turbadas;
en una palabra, I contrario, hijos de los suvos, la mujer orcUID\.>lir una misiOD de anjel. ¿ Cómo no gullosa deja helar su corazon. i permanece
la deslumbra i encanta la belleza de este de esta sue-rte sin defensa aute el peligro
que la arrastra para precipitarla en el
papel ?
abismo, La pobreza del alma es mil veces
i los abre ente:'arue¡¡te sobre
tivo de al,¡JállZa a ùe grntitud
todo mo? ¿ Halla-
Sin duda no la comprende,
ensayado jamas indudablemente
verdadera existencia de familia.
ni ha
esta
peor que la de la fortuna. ( De la educa.
don de la mujer, por la marquesa de
, Bassanville,)
(N, del T.)
110
BIBLIotECA
LITERARIA.
Il la formRcion de este IDRgnífico con- I sal vacían de tu padre, para que le ga ••
junto, pues no hai influencia ménos nes por tu fe, j, finalmente, te regocijes
temida i mas dulcemente penetrada que con la dicha de toda tu familia.» Pa .•.
la suya.
sando despuas a los pormenores de este
Si los padres son cristianos, es mul plan jeneral: (( Que salte al cuello de
poco su trabajo, i con tal que lleve a la su abuelo, ¡¡¡Iade hablando de la nieta;
masa total su continjente de virtudes ! que salte al cuello de su abuelo cuando
ide adhesion, consigue sin violehcia esta Ile encuentre, i que le cMte las alabanfeliz union de sentimientos, de deseos i ,zas de Dios, aunque no quiera escucharde acciones. Si no lo son i pobre niña! ¡la; que la bese su abuela, que aearicie
tiene sin duda motivos de verter lágrl- I ell? ,a su padre encantando a toda la famas, pero vertiéndolas cerca de Dios I milla.)
p']tJde conseguj" u"otarlas. El1tónces, DO 1: No solamente la nieta, sino, sobre
por ser mas delicada su mision es ménos I todo, la jóven dODcella, debe emplear
bella ni ménos aojelical. Llamada por i estos medios. Que salte al cuello de su
Di?s fi dirijir .• sill saberlo, a aqucllos a I padre, ,l~ec?lme de ?aricias, le cubra con
qUienes habla formad() la nutul'aleia ,su carlllO I le atraIga con su candor.
para ser sus guías; destinada a procurar
Que le (wnte las alabanzas de Oi()s, haconducir a la felicidad a los mismos que i ciéndose amable a todo el mundo. Que
debían enseñade su camillo; obligada a encante i arrebate a toda la familia.
ser su modelo, así como ellos hubieran
Dios tambien quedará encantado, pordebido serio suyo, es noble i salita su I que ella hará desde luego novicios en la
tarea, porqne es esellcilllmente cristiana. !je, i perseverando los ganará enteraPero en medio de las mil dificultades de mente, para gozl\r por fin de la dicha
que se halla erizada, no tiene ni puede de toda la familia,
tener autoridad ni ~ando, porque su
O bien, por ejemplo, movido indapoder es la persuasl??; su fuer~a e~ dablemente el padre con la ternura de
amor ~uro de la familia, f?rtalecld~ 1 su hija querida, preguntándose sin ce~erfecclOnado en los manantiales catosar en qué fuente va a tomar tantas perJlCO~;. sus armas s~n la dulzura" la fecciones, llegará a comprender q.uees
sumls~on, la abnegaclOn, la te.rnura 1 la en lafuente surtidora de la vida eteradheslOn: tO~'l su elocuenCia se halla na (Sali Juan), i esclamará:
¡Señor,
en su corazon I en sus actos.
dadme de esa agua para que no tenga
Cuaudo una jóven doncella se ha sed! (San Lúcas). O bien, subyugado
eonsagrado a esta grande obra, nada es por el irresistible
ascendiente de la
indiferente en su vida: cada uoo de dulzura, ganado por una apasibilidlld
sus instantes, cada movimiento suyo, de humor inalterable i pura como el
por"decirlo así, puede apresurar los re- azul de los cielos, admirado al ver una
sultados. Pláceme oir cuál se dulclfica
virtud que no se desmiente jamas, dejará
la palabra grave del Padre mas austero
caer, sin notarl() tal vez, sus antiguas
de la Iglesia al pensar en la cándida
preocupaciones;
se hallará penetrado
santidad de esta mision, i cuál traza con poco a poco de creencias que tenia a
una gracia casi inocente o infantil el despreciaba hasta entónces, í adoptar~
cuadro de Jas tiernas estratajemas que I sinceramente las mismas prácticas de
aconseja como medios. (( La casa de los que ántes se reia.
Santos i de los fieles santifica sin duHai en la verdadera piedad i en, If!
da, dice, a un marido infiel, i aquel a vil,tud que se funda en ella un euca"n'to
quien rodea un grupo de hijos i de vencedor, j que atrae en estremo a los
nietos fieles, es ya un novicio ell la fe. mismos que quieren mostrarse rehácios
- No nacemoS cristianos, sino que lo contl'a ella; pero un padre no se muesSOmos muchas veces por la fe de los de" tra I'ebácio contra la piedad de su bija.
mas.-Te
hablo este lenguaje mi queAl ver a esta niña trasformada ¡como
rida Leta, para que 110 desesperes de la trasfigurada por la práctiea de las leyes
II
I
LA
lIlUJEB.
CRISTIAl'IA.
cristianas, respirando los perfumes de ! bastante gra nde la ohm Dios, a cuyos
a os tif'nen siempre igual valor todas
su dulce re\i¡lon i de su vida tan pma,
esperimentando la influencil de su ter~ las nlmas I'cdimiJas pOl' la sangre dc Sil
Dura heroica, se rinde su cor~zou iufcl'~ Hijo.
Iiblemente conmovido; eucuenlrau sus
IlJ.
ojos, fijos en ella, el cielo de que se
baila tan cerca; i tomàudola por Ulla
emanacion directa de estas rejiOlles
Ciertamente que esta predicarían pel'evanjélicas, despues de haber dicho eu suasíva e insiuuante no debe hacel'se con
voz baja: « i Cuánto amo a mi hija! Il hipocresla, puesto que D'oï la reprueba
esclama tambien « iCómo amo, SeÏ1or,: en todo I que son poco seguros los sen"uestra lei 1 II (Salmo).
cleros tortuoEOS ; pero tambien el deseo
Cuando anima todas las accíooes un de evitar la hipocresfa hace sel' ménos
motivo como el de la conviccíon de un respetuoso para con los demas; el odio
-padre () de una madre, 110 da Illgi.1l' al de la hipoer~5if\ no produce jamas el
tedio ni a pensamientos locos, Sul() cs respeto hurfii:no, ántcs por el contrario,
de temer el desalienio ~i prolonga Dios esle odio huye de dicho ¡'espeto j i, no
la prueba; pero queda todavía la es- obstante, jÓVE'ildoncella, guardaos bien
periencia para p¡'ullal' que pUl' la COI11UO ùe aquel vida, porque es uno de los·
una resistencia larga no es lllas que ulla tiranos d~ vuestra edad.
predisposicion para un cambio mas corn
Llena de sus risurilas ilusiones, que
pleto: ella está alll para alimentar la os hacen creer en un destino sin nubes i
confianza aún despues de los mas nu- que os enseùan el aspecto b!'\Hante de la
merosos escalabros, i llegará dia en existencia. no teneis fuerzas ~uficientes
que dará gr'acias la república del cielo a I contra el vituperio ¡el escarnio.Miéntras
aquella que, apesar de sus derrotas, no : no liegan a vuestros oídos, a miéntras
desesperó de la salvacion de uoo de sus se dirÏ.ien a otros, J'esistís a ellos con el
miembros.
valor que el soldado rebácio con lag
Cruardarl. pues, jóvenes doncellas, en enemigos que huyen; i al sentil'os tan
el fondo de vuestros corazones cI depófuerte en vuestrlls resoluciones, os adsito sagrado de la fe que encerl Ó co él mirais aún de que se atrevan a dudal'
una educacíon cristiana; mas no la ocul· otros de ellas. Apresuraís con el deseo
teis para conservarlo mejor, porque es el momento de la prueba en que esperals
vuestro adorno mas bello, i vosotras deslumbl'arlos i confundirlos. ! Voto imtambien, debo decirlo, le prestais en- prudente IEsta prneba será la de vuestra
cantos: unido, pues, a laf! gracias de debilidad; i, perdonad me la palabra,
vuestl'3 edad, tiene mas poder en el despues de unn cobardía nos avergon~
mundo, puesto que en él ejerce la for- zamos de una fanfarronada.
ma esterior despóticamente EU terrible
Muchas veces no se necesita esperar
imperio.
por mucho t,empo ni n'currÍ!' a una
Miéntras no lIenais este apostolado" táctica prudente para que os avergonno solamente perdeis el tiempo, sino ceis a la vez de la derrota i de la preque cometeis una culpa; i ya sabeis suncíon de que blasonals préviamente.
que el servidor que entierra el talento'
Os ofrece un .ióven el brazo pal'a i~.a
que se le confió, es castigado como si la comer, i al veros recitar, como hIJa
disipara. Si DO os manda Dios que le agmdecida a Dios, el Benedicete, se sonbllgais fructificar al lado de vuestros
rie; i esto es suficiente para que solo
patll'es, colocadloen otra parte. Otras 1 hagais ya un signo de cl'uzfurtivamente,
personas os rodean, otras os tienden la i para que creais mejor mas adelante
mano desfallecidas de su fe,i aun cuando omitirlo por completo.
solo distribuyais el maná sagrado de la 1 Otras veces, haSe descubierto un dosalvacion a vuestro servidor mas hu- ,cumento concluyellte, un r08ado, i SB
milde, no temais nada, porque juzgará \ os ha sorprendiao respirando los per-
112
BIBLIOTECA
LITERARIA,
fumes de esta corona bendita. ¡Oh! sa; no oculteis el rosario, no omitais la
entóoces lo 'apartais maquinalmE'l1te, i accion de gracias al Señor, o el Benedi.
como un objeto que habeis encontrado' cite, i lo demas ; i así cerrareis la boca
por casualidad, i comprometida de esta a los que espel'aban hacel'os bajar la
suerte vuestra
reputncioIJ, adoptais,
caueza; i aclquirireis un derecho a eSQ
acudiendo a vuestros instintos de C:J- orgullo o dignidad permitida que oace
quetería femenin", el medio injenioso del cumplimiento de un deber; i servirá
de coosidel'ar el rosario como l'elllizan- vuestro ejemplo de un estímulo afortudo dos filles: el de un objeto dc lujo' nadamente
contaJioso para los dépara la Iglesia, i el de un gracioso ador- biles.
110 para el baile.
HUo mia, dice el Señor: cuando toO bien aun, no admitiendo vuestro mes el yugo de Dios, detente en la
pudor ni ciertos usos, ni ciertos trajes o justicia, i prepara tu alma a la.ç ten..,
prendidos, ni ciertos bailes de moda, tacioíles. Habiendo aceptado este sa])abeis sido objeto de crítica i (j,-~ mofa. grado yugo, debe hallaros fa tentacion
llegando a vuestra noticia. i Ah cómo contenta i enorgullecida
de lIevarlo,
os atterais entónces interiormente!
firme en la justieia i besando, cuando
j Cómo se alarma vues:ro amol' propio " aquella se acerque, las cadenas protecj Cómo desaparecen
las ideas de I'ccato:' toras de tan noble cscíavitud.
i aun de decol'O a semejante aeusacíon ! ,
j Cuán
perfectamente
pl'obaríais, si:
Piedad, sumi~ion i dulzura, pero 111'obrárais con libertad, que son calum- ! meza y valor: hé aquf la divisa que
Dlosos todos estos rumores ¡ ¡Cómo os debe llevar e~ci'ita en el fondo del alma
abrasa el deseo de difel'enciaros de esas una jóven, I rcflejarse en su frente i
virtudes austeras, sobrauo ('spauladiz¡¡s!
manifestarse en su conducta.
¡1no advertís en vuestra inocencia que,
Debe tener tambien esta divisa, cosi pueden vuestras concesiones contener mo formando su cOI'oua de l'l'mate otra
la sonrisH, afilan la calumnia! il creeis palabra: esta palabra es la palabra de
buenamente aplacar a vue~tros censores la Sabiduría,la pa)ab~a de la esperiencla,
convirtiélldoos segun su modo de sen- el regulador de las vil'tudes, el triuntir 1 Ah 1 Sois mui novcll Cambiad de fadormodesto de las pasiones: tal es
conducta para complacerles, i en vez de la moderacion.
un motivo de crítica tendrán mañana
Ah ! sé mui bien que, amigo leal e
dos.
Creedme : si temels la sátira, sed fir- indispensable de la juventud, se mira
me en vuestros principios: rponed a comUllmentc- por e!la, como un conseella como dique una conducta valiente i jero importuno, como un anciano atefranca; la sátira destruye poco a poco rido pOI' los aÏlOs, como un compañero
Jos bancos de arella, pero se estrella entorpecido de quien debemos separarcontra las rocas de basalto. No ostenteis nos si queremos avanzal'. Los nuevos
reclutas de un ejército murmuran centra
austeridad ni reserva;
sino mostraos
abiertamente tal cual sois, modesta i una marcha lenta i prudente, quieren
piadosa. Hai tiempos de callar i tiem- combate i anticipan el asalto, i despues'
pos de nablar (Eclesjást), dice la Es- de habel'se lanzado a él con inconse..,
critora, i si no 05 hallais obligada a cuente locura, huyen en desórden. No
recitar delante de todos Ulla fórmula de cs así en efecto, este esperimentado jeneral ; mas intrépido que los mas ImprQfesion de fe, estad siempre dispuesta
a responder, no obstante, a los que os 'petuosos üficiales, sabe reservar i €lejir
pidan razon de vuestra esperanza (San ef momento oportuno de la batalla. No
Pedro) i de vuestra conducta.
, aventura fi los azares inciertos de la reSí, DO aparenteis lJunca que QS oeuJ- i friega la suerte de su pais, i tiene mas
pade cn sus triunfos su sabia táctica
tais; asi intentar:)n mùnos espial'os;
aceptad una reputacíon recatada i piaClo- : quo su artillería.
LA
MUJER
CRISTIANA.
113
Por mi parte sigo en el ayuno la máxIma de 'IUt debemos cousel'var siemprtl
fuerzas en una larga carrera, no sea que
queriendo correr al principio, nos quedemos a la mitad del camino." (S,aq
Jerónimo, Cartas).
Ah ' no quisiera con lo que precllde,
i demasiado imbuido de las ideas de
mi siglo, proscribit' la oracion i la penitencia para sustituirlas con 1,11I'pundo
i la molicie. Estas son las bases '4~la
vida cristiana, las guardas de la castIdad, las hijas del Calvario, i, i desdichada nuestra jeneracion por baberlas
olvidado demasiado!
Roguemos, hermanas mlas, seamos
Magdalena a los piés de Jesus, reposemos CODJuan en sU corazon divino;
pero sepamos ser tambiencual Marta;
encendamos nuestras lámp~ras, proveámonos de aceite, i velemOS.
Castiguemos tambien III carne rebe~
lada i culpable; guardémonos' Ile dar a
los sentidos prepondel'anciasobre
el e~·
piritu, no ahoguemos nuestra alma, con
el peso de la comodidadi del, bHmes~ar;
pero no quitemos tampoco al ' cuerp()
gar su cuerpo para reducirlo a escla- una fuerza de que comullica alguna
parte a su compai¡el'a;
tratémosle covitud, se arm'l con una valerosa indignacion contra sus seutiàos, i se lanza a mo a un servidor infiel, i hasla como
velas desplegadas en las aguas amargas
a enemigo, pues muchas veces la merece; pero civilizados por el cristianis_
de una !tustera penitencia, Alli lambien,
si no viene uoa prudencia mas ilustra- I mo, no olvidemos el derecho de jentes,
da I nu ménos cri,t'ana que la suya fi I seamos ienerosos i justos basta con
poDer Hmltes al fervor de esta vida , nuestros enemigos.
mortificada, irá al fin a zozobrar contra
1 pal'a proceder todavfa mejor en estos escollos del desaliento i del orgullo.
ta grande i eterna lucha del espíritu
No nrocedian así los santos_ La me· contra la carne, consullemos la espedida de su amor a Dios era 'sinduda
riencia de los maestl'os, los ejemplos
amurle sin medida (San A~ustill); pe- de los Santos, la voz maternal e inspi ..••
ro este mismo alllor sin limites ponia rada de la Iglesia, Ella es la única que
límites a la práctica de sus virtudes. 1 puede damos la prudencia de la seresto es comprensible:
el amor divino
piente, sin quitamos nada de lil seuci_
tiene por objeto la infinito; las virtudes
liez de la paloma.
de la tierra se adhieren a objetos finiPues bien: nadie necesltR mos prutos: para aquel DO hai barrera alguna; : denr.ia qne la jóven que se halla en fl'enestas se desvanecen si no las tienen.
! te del mundo;
pero nadie debe ate .••
Oigamos asfmismo al austero peninerse mas a la sencillez que ella en
tente de Belen, i no vayamos despues a presencia de Dios.
pedh' a otros consejos de mortiticacion,
porque habrà hablado el Maestro: cc No
IV.
apruebo, dice, las abstinencias excesivas, especialmente para la juventud.
Pero esta posicion de J6vco doncella~
Ua alma bella en su juventud, una
'fez en el camino del bien, querria correr siempre t'n él sin preVel" nunca el!
momento en que, rendida i desalentada, I
caerfa en tierra por no babel' economizado sus fuel'zas. Tal vez es una de las
mayores dificultades de la direcclon de
las Jóvenes conseguir moderar los ardientes ímpetus de un alma novel en la
virtud.
La jóven de corazon tierno, de imajlnaciou meditabunda,
atraidl,l por las
suaves poesías de la piedad," querria
levantar su tienda al pié de los altares.
Esta palabra de Jesucristo:
Orad sin
cesar, a esta otl'a de la Eseritura:
Vuestra lei será, Selïor, mi única OCtl'
pacian, resuenan deliciosamente en sus
oldos; i si Una esperiencia mas conllumada que la suya no viene a sacarla de
ese quielismo tan dulce, se dormirá en
él, olvidando los deberes mas indís~
pensables de la vida eristiana.
La jóven de alma fuerte, de voluntad enérjica, viendo a Nuestro Señor
Jesucristo declaral' pOI' todas partes la
guerra a la carne, i a San Pablo casti-
I
ENTREGA.
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114
~.../'-",
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'"''_/"'--'''_/"''_,",~~..f"''.../-''-~''''''.'''''''''~.'''''''''''''''''i"'.-~
,qoe~s cQu'tanta facilidil~ feliz, il,~es.ar I[sencilfas flor~s campestl'es.f.lises de los
'de sus Incertldumbres"l
tan cómoda-l. valles (Cántico de los Cánticos J, de un
rnénte Inoc~lite, apl'sar de 'sus peligr~s,. \ aspecto 1J0 i)lJstante severO, l. algunas
'ës'coi'tll 'i pl'l'caria. Solo 'es una s(>n¡)a : vect's. monólolJo, pt'ro I'l"sgual'dada por
ñácia otrHs deStinos, lÍll alto delicioso to(jiÍs partes, cultjr¡¡da l'OIl wan esmeproporciunado por la bOlidad diviua, I J'O, I casi asegurada de los peligros mas
'paraha('er'provision
de fuerza àutes de graves; tal es la vida re'~jios~.'Loswa.
emprender la parte mas peuosa de. Id gones son en ella pequeoos 1 escasQs,
cariera.' Es un risueño embarcadero
admitiéndose úoicamelife vià 't'r(!S esdonde qQerríamos detenemos parago! cojidos, obrando eu esto la admiôlstrazar oel sitio i del bienestar;
pero se ! cion CODprudencia, porque no essaoye la señal , llega la hora, está dispues- i Iudablepara
. tollus el aÍl'e tau puro
toelconvoi,
i ès pre~iso partir:
"
I que allí se respira •...
'
Tal vez solo se os destina a los aslen- I Un convoi mas uurneros'l, donde s.e
tos maspobres; no importa; partid. Talacumulnn
diariamente multitud de viavrzyendo al descubierto i en los wa- I jeros de to<ia clase i de toda edad, OS
~ones oe última clase, tengais que 'su- mostrará sitios mas \'ariados, yaplntà.
'fdr fa lluvia, la nieve, el vieuto j las rl'scos, ya rgrestes, risueños o histl's.
'borra'scas;
prep~ráos bien,llbrignos
I Oireis en ellos al mismo tiempo los
bien, Si 'es prefiso, pero partid. pUlzá gritos del dolor o las risas de la alegría.
o..s esperan '.tè"I.'ib.leS~CCjdentrs, i . ha~ta I Asistircisal.
pasar po.r.allí. a .dr.H'm.
as
,1~muerte i el ultrllJe; recomendad a terribles, a .escenas conmovedoras, a
'Dios vu.:est.....
ra... a.lmll. i 'vuestlo. ".¡aje,. i I .ru.¡dOsa.s funCiones., ..a luchas eoc.a.rnl,z.a
..'j:larlid,sioembárgo.
Dioses quil'n os lo ! da's, il sangrie'ritos cornbatrs, a horribles
'm., au'dll" pue.,s.no. os tr¡¡jo al.mUndo par.a jtrast ..0.l'n.os. a. a.legr¡,sfir. sta's, à re.go.CijÔS.
qUeâdmiraseiscon
indolenciaJas bplle de familia, a re\'olÍleiones popola'res.
'zos de la naturaleza, pal'a sllborear sus iLa rapidez de la m¡¡rdÚl,los
a~udôs
:trlJlOS l. do"~i~'os,. sino qU,e OS ,ajustó I silbidos ctel~ap~r, la nl'glijencia d,e ,I\~
c.·.0....tuo Ul'l
.•operano. '. para .~u Viña, I.ya ds empll'ados dls.trapu COllun. espe.è.tal'.U....to
'dthJa al Med16dia o al Norte, hâcia un renovado sin cesar; todo parece dis':"
pais 'fructifero i lIaBo,ohácia
Ull pnnto ! puesto para atemorizar! para cnseñar6$,
àrido ¡pedregoso, le debais surnisioll i i t.alvez a vuestra costa, que allí ocürrën
respeto.ES't(¡e,s
deciros, jÓVrues dlin- ! accidentrs frf'cnentes i terribies.
cellas, que vuestra prineipal oeupacion I Sincmbargo; hai. secretos para evidebe se~~studiar
Su voluntad, j que I tarlos, i un bálsamo para l'urarlus; pi·
ëPrrespon~ea
vuestra edad la eleccion . diendo estos secretos lesle M!sainoa
'eS'encial del wagon •.....
unahumilde
piedad, O? es imprudente
:.l\<tUíserlëéésHan decisiones rnaSse- ,dl'jarse llevar pOI' I~ terrible máquina.
vêtlis 'que las (Je la imajitJaélon,mas
'Imuchas veces,es esto obrar con clÍrifrias que las del ('(¡nizOn, es Dr'cesarío dad, 'pUes en eHa se encuentril la oca"-da r~f1êxion Sériai razonada. I èuando . sion de salvar a tautos desgraciados, de
Il 'esta 'profuhda .pesquisa va uUida. Ulla ! évitar tllntos desastres!
firme voluntad de rib~decer a DiOS, Ulla I Ya habl'eis recolJocido este ruiâosof
C.OIJ.I.pl~.ta
s.umi.s.ion II
.. ,IO
..Il, que babl~n I'D casi, 11Iuurnerab.le convoi,que .Ileva a al:.,
su t!ll~bre, una, ~taèion cdllstante I lIe- gunas personas cuerdas la taotos locos J
Da ~e' r~~
'Se. puede esperar la luz j la ! l'sel matrimon o•.
fli;r~a'îJriólnetl~lis, a las al Dias 'de buena 'II Filialmente,
deslizllsesio
estr~iti>
l'olunliùd.
, •.
,.11
otro tercer convoi entre los dos ~,riliier~li •
. En el punto a que b,abels .lIe~a.do, IIi I'ecorr/eudo lentllmen~e un cllmlOoa~ëslguh'odo la comparaclOn pnn("plada, II nnsttll~ndo por lIrenales desiertos.'qe.,..
part.en... tres .couv..c.)i/tt, a un t.¡em.po delll 8an.. a élrósfà ..tit.icos,piad..osos.d,erp.r.i*1.r.
rnismo,emb8r~adero.
~I ~Dodes~inado
los clamoÍ'ès del 'segundb, pe'ri> 'el'rlo
l·
l'.
....e o,
a IttcorrerclHallllDura
'esmaltada de
gusta llgregarse, a ellos, laún a veces,
L A
M U ,J. E ReR
1Sl' 1 A N A "
tapándose los oidos para que no venga cumple con un deber i se descarga ea
Dada & turbar su per(,'!zosa marcha, se ¡ pilrte de su peso. Sioembargo, deba
opl'Íme mas i !TIasen el estreeho espacio i decir que los padres SODIl yeces quizálJ
que tiene., Este es el refujío de los pere- demasiado naturales, i jueces que, desL
zosos e indolentes; para procprarse via- lumbrados pOI' el yo en ulla ,causa qU!3
jeros, admit.e a los rezngados de 10, es la suya, se estra vian frecuentemente
otro~ dos; hé aquí por qué jeneralmente I en los brillantes senderos de la filubi .•..
se h~lla todo seco i muerto a su alrede- 'cioo, Asl, pues, los cons.ej9s,de
UD
dar. 1 comunicándose la pereza de los : homhre Ilpno de espedencia i de p;ed~d,
que lo componl'n a las campiñas que estraño por posieion i desinteresadô :PQr
8travies~, pasa aborrecido i despreciado., carácter; los consejos de lin sacerdbte
por los sitios a donde acudia la muche- ( especialmente i1u~tfado por Dios, d'~dl,:"
dumbre a saludar a los otros.
' codo al estudio del mundo i de, las a\in~s',
No, creais, sinerobal'go, que se vea i i encargado de difundir laluz; fi'onlinvenciblemrote condenado Il esta tramente los consejos de un confesor aeosvesia tl'iste, lenta i estéril, Cuando se' turnbrnc10 a leer en un COl'azon cuyos
sabediriJÍI'lo. puede reanimar, aoimán,¡ progreso~ ha ausiliado i en una intèlidose \0 que le rodea; se pUl'de sonreir jl'ncia cuyos desarrollos ha sl'guido; de
en él i alargar la mano, i aun a "eees, un confesol' que sondea las disposiciones
méoos Impedido en su marcha solitaria,
illteriorc~, al mismo tiempo que aprecia
4¡lscapaz de milS abnegacion i sacrificio.
la posicion estador, tienen Ull valor imMuchos viajeros suyo, al ve\'se en aqu\'posible de lIegal'se parn toda persona de
lia tierra árida i sin aguas (S:tlmlJ), buena fe, i no pueden desdeilarse, sobre
llbrell al rocío de los cielos sus bocas ¡ tlldll pOI' una persona cl'eyentei. 'Invocad
sus corazones, contemplan al Seiío1' en a Aquel de quieni por quiensepl'êpara
su santuario (~uhn<~l. i le sirven con torlo buen pensamiento (Sab¡duna l, i
una fOl'I'za de volunt.ad acrecentada iu- de~pues oid(! los que temen a f)ios i os
cesantemente por la soledad i el abandicen, lo que es conveniente o necesario
dono,
hacer. (S Hlta Catalina de Sena).
1ahora, jóvene~ doncellas, ya os lo.
Existe un gran vacío en la Iiterijtura
he dicho: es preciso pal'tir; pero, por: piadosa, si olledll servirme de esta· esDios, DO SUb3is al acaso, porque no i presioll; aún uo se hn escriro ~obre el
sal~le;s dl'¡ wa~on a donde entrais sino! impo!,\ante u~unttl de In VOl\~cí.op'n.inpor ese túnel sombrío i helado a donde gnna obra completa. Útil e\l"Jenera.l,
van a parar todos: la muerte. Dichosas i que puena prop¡merse siu pe,ligr()., para
si, despues de haberlo pasado, apercibís que la medite una Jóven dOllcella.Casi
el sol; esto depende quizás de la de- todas carecen o de profundidad, o de
termlllacion que vais a tomar.
actualidi\d (pue~to q!Je Cil esta figUl'a
Tampoco le está enteramente reSl'r-, cambiante del mundo, camhiall t.aillbien
v&d\l ~ una jóven doncella la responsa-'
las posícioOPs), o de irnpal'clalidad. Sa~Jlidad de la elecci0n de una carrera,
IleoJo habitualmente. de I~ l(~¡pa del
por sel' dema~iado pesrlda para su deli- relijioso, o de manos de \lM ~,\1~oa
ç,'!~a ol'ganiz;¡cioo.
pios le ha dado alma dílslumbl'~4a, por la $~\ltjd)l4, de
g\lias naturales a quienes debe confianza tal estadQ, hacen estos Iibrqlj" vara
\'s,umisíon i de quienes DO debe olvi- todos í siempre, de la v¡d¡lr¡tl\ijíos.il la
'4~rse por una presuncion culpable,' única tabla de salvacíon. Seuidores
t\~,'que seria infalibleml'nte castigada,
celosos se esceden de las Ù¡'dêOeS'de su
Xi a,brir a sn madre su COI'azon, al coo· ! SCI\<lr, i Cllll, este esmo de b~,~?,~v$:'if¡irt~sus relleXÎoll(lS,SUS sueños sobre IU,'ntad arr'ie,~gi\11con,}p1'ílW~,~~r,
P~SlllW~'~.or\'eqir, sus ilusiol.les i sus descureses de Dio,s, q~e ~q ha~~ q,cŒCf~? e
~r'r;r!i~qtos, al instruirse con su espe- persor¡,a n.i de c,o'1i(rlicio'f! ~l!11f1&a" (~n
rl,enci~, al i1ustl'arse c~n sus consejos,
Pablo) .
1
â
t1$
hlhtldr~~A
La Iglesia, ese vasto campo del due-II
fia, destinado a producir cosechas V3riadas, necesita tambien diferentes ope-Il
rarios. Si, por una parte tiene necesidad
de los roclos que bacen llover sobre ella
JIlSalmas contemplativas,
no le son
inútiles el arado del labrador i el trabajo del9'.perario. Tanto Sll belleta como
su fecundidlld dependen de la armonía
del equilibrio de sus partes, i no de la
estlncion de las unas en beneficio de las
otras ••.
Por la demos, sé que no es de temer
el eterna esplritu de independencia del
muodo, con la perpétua r¡'belion de los
sentidos j los atractivos poderosos de las
riquezas: sé que siempre será el siglo
bastante fuerte para defenderse del COIItajio de los conventos, i no participo
sobre esto de 10$ temores pueriles i filljldos de los filósofos protpstantes rela~
tivamente a la estiocion del jénero humaDO a consecaencia de la práctica de
108 consejos evanjélicos ••• * Pero tam-
* Si fuera todo el cuerpo ojo, ¿ dónde
estaría el oido? Si todo fuera oido, ¿ dónde estaria el olfato?
Pero Dios puso los miembros en el cuerpo. i cada miembro donde quiso.
Pues si todos fueran un mismo miem·
bro, ¿ dónde estaria el cuerpo 'r
Los miembros SOli muchos, pero solo
hai un cuerpo. Así, no puede decir el ojo
a la mano: fia necesito tu auxilio; ni de.
cir la cabeza a los piés: no tengo necesidad de vosotros.
Léjos de esto, los miembros del cuerpo
que parecen mas débiles, son los mas nI."
cesarios. (San Pablo),
LITEBABIA.
bien, cuando hablo de los verdaderll!l
de la Iglesia, no me refiero a
este mundo, enemigo suyo, como la es
I de Jesucri~to; solo trato del circulo Ii·
mitado de las almas cl'Ïstianas, piadosas
,i fervientes. Estas son las ùnicas que
leen los libros cuya esclusiva parclali':
dad deploro, i solo ellas pueden ser
arrastradas por ellos a ana vocacloQ que
no es la suya.
No hai duda que necesitó el claustro
almas esclljidas; pues son una ,coDdl·
cion vital de su existencia sin la cual
no podría ni aun presPlltar un refujlo al
Ilrrepentimiento, puesto que es la inocenda conservada el tutor necesario de
la inocencia recobrada.
Pero tambien necesita el mundo estas
almas, pues ¡dónde estaria, Dios !Ilio;
sin las bendiciones i los ejemplos, siém·
pre sobrado raros, que Je presentlln t
Spntado ya en la sombra de la muerte,
lIpgaria 8 sel' ya unaiofccta corrupclon,
donde, como en el dia tillal, serian seducidos 10.5 mismos escojldos i conmovidas las virtudes de los cielos.
Prestemos el oido a los llamamientos
del cielo; no ahoguemos la voz de
Dios; ¡ no oos quejemos, ya sea que
nos coloque a la sombra o a Ia luz del
medio dia, no demos coces contra el
aguijan. (Actos de los Apóstoles). Despues de haber dicho sinceramente:
¡Señor! ¿ Qué quàeis que haga? le~
! operarios
•• Por mas qJe clame el mundo, las
llsoeiaciones relijiosas SOIl i serán,como han
sido siempre, una necesidad social. La
desgracia necesita un asilo, la debilidad
uoa muralla, «soledad el amor, un abrigo I
Ja miseria, retiro el arrepentimiento, re· i
medio los disgustos del mundo, los acha i
qu~ de la naturaleza, las injusticias de ,la:
socIedad. No se sabe bastante bIen ~uan I
pocos sou los .hombres capaces de gUiarse I
por s( mismQs, i cuántos hai sobrado di
.masos en hallar en las reglas jenero/es de
una razon comun las reglas de conducta \
que no encuentran en su propia razon.»
{DeBonald: Le/M.)
vantémonos, entremos en la ciudad, en
casa de Ananias (Actos de los Agóstoles), a en el desierto, conforme a la respupsta oido,l alH, aunque se DOS presenten padecimientos por el nom bre de
Jesus, confesémosle entre losjentites i
l
(A
di
A ó t
en a sinagoga. ctos e os p s 0les).
Porque, eo efecto: Son las gracia'
diferentes, pero el espíritu es et mis-:mo; son ¡ferentes los minist ros, pe,1"0 el Señor es el m¡'srno; son diferentes las operaciones, pero es uno m'is·
ma el Dios que las produce en 'nosotros.
f
(San P blo
,Il)
••
, •
UI
As!: pues, el mismo ~Sp2rltu f)~r';/.ca
las mISmas, cosas, haczendo, segtln sU
agrado, la parte de cada 'Uno, porque,
asi como tiene muchos miembros un
LA
MUJER
CRIStIANA,
117
/tolo cuerpo, i no obstante ser muchos 11 g2tirle; pero Jesus 710 quiso. dice su
todos los miembro.ç del cuerpo forman . E-vnnje1ista ; i le I'espnndió: Yete a tu
'Un solo cU2rpo, de la misma manera i casa con tu,q ]Jllrientes, i diles el favor
sucede respecto de Jesucristo
(San
que Dios te ha dispensado -f cómo ha
Pablo l.
tenido misericordia de U. Este era uu
IOh vosotras, pues, jóvenes educadas i operario de 1/\vifla esterior; tenía señapiadosamente'
no vByais a lanzaras a i lado su lugar en el mundo i 110 rué mécll'gas en la pl'imer carrera que se os ¡ nos esplícito Jesucristo para condenarle
abre, segun se verifica e1l el munrlo que II a pNmaneeer en él. que parR eLnpeñar
no conoce 1'\ Jesllcristo (San .1Ililll ); las al otro a abandonarJo.
,
que quer!'is ir siguiendo al Salvador,
lIa prueba de que estaba señalado su
probad vuestras fuprzas i consultad le; I lugar en el mundo es la siguiente : Que
pues ÊI os dirá si debeis permanecer en en el glorificaba a Dios. 1 fue, con ti:Nazareth, desconocidas con é.l, o ¡¡como núa San Má •.cos, i empezó a pllblicar
pañarle al desierto, o ayudarle en su en Decri}Joli las maravillas que Jasus
vida púbiîca.
haÍJia hecho con el, i todos se admiHprnos escuchado, en erect(l, la gran raban.
vllz del Apóstol, que prueb,\ la indispensable neceSidad de que existan todos
V.
los miemlll'OS para fù;-mal' completamente fi cuerpo; (:.oulomple'1'los ahora!
La vida relijiosa es un asilo sagrado
la conducta misma de N urstro S-róor para la inocencia i la debilidad, un reJesucristo, i tratemos de s~\¡er si, par- :,flljio sPgul'o pard el que está IIrrepentitidario del siste!Tlu de esclusioD, des-, do i disgl1~tlldo del mundo. En cuanto
mipnte a su rliscípulo.
I a vosotras que leeis estas pájinas,
DO os
Vémo<le en UilL1rincipio llamar sucehallais en el caso, a mi juicio, de espeslvamente a sus Ap&stoles sio prrmi!'imentar remol'dimientos,
ni saciedad
tlrles ech'll' uua mir!lCJ~de despedida,
orijinic1a por el abuso de los placeres;
hacer UD prcpqrativo de viaje, sin COU-l' solo deseais obedecer a Dios, teneis un
ceder siquiera a \lno de ellos tiiJmpo. cOl'azon nuevo que preseutarle i las pl'ipara sepu1tryr a ',n snegra. Lo ab'lndo, I micias de Ulla vida pura, i qucreis sanaron todo i le signieron. Oimosle
ber ~i reclama la ofrenda completfl, si
despue~ ('outestar ai ¡óven q\ll' le prcos pide a la edad de los placeres que os
gunta cuál es el camino de la vida arrojeis en una Vífi de sacrjfi~ios i de
etema: Si quieres ser pe~fl'cto. ve 2' ppniteni'ia. Con esta buena voluntad,
vende cuanto tiene,ç, reparte el dinero
unida neeesariómente a la oraeioll, con·
entre los pobres, 1: sigueme. 1dl"pu~s seguireis ~ab('r\o, i con este o~l'eto ragade estos ejemplos i de esta I'espupsta,
mas continuamente
a Dios que os
nos decimos interiormente, tal vez COll mue~tre. fwciéndaas dignas de ella,
un terror se~reto: ccPal'a ser pedecta,
la vocacion con que os llama. (San Papara ser vPrdaderamel1te cfistillno, solo blo).
hai on camino seguro, e indicada uoa
Penetrada de on deseo sincero de
vocacion;
vendaníos Durstrns bienes,
sprvir a Dios doude le agrade, mediabandonemns nuestras redes, nuestras
lad con frecuencia en los beneficios que
famílies i el mundo; dejemos a los os ofrece una vida escondida en Dios,
muertos sepultar Il IQS mllPrtos; si¡¡ad\sconocida a los hombres, consagrada
mos Il .lfSUS en la pobreza, la completa
Ú¡¡iCllmente a las obras de misericordia,
castidad lIa obediencia absoluta.)
a la caridad del cordzon. FOl'roaos una
Ab I podl'iaIDos, sinembargo. engaidea esacla de la tranquilidad' i de la
ñarnos. Hé aqui Il otro jóven que mo-, inoceucia de esas casas, de paz donde
,,¡do ta~bien por el deseo de llegar a la viven, al abl'Ígo dEj ,los altares, las
"ida eterna, se dirije a Jesus i le su- esposas del Salvador; comprended, si
plica que le permita dejario todo i se- es posible las misteriosas dulzuras del
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118
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L11 T E Ji A RIA.
Thabor, a lascu!lles permHe Ill'gal' U.A- lllispl.a pOr el rtlposo de la patrIa ¡,
hábito 00 ioterrumpido de res.istl'll;~11l,
¡ cUllodo iéjQttde, ~Sllantl\fOS lOi eje~cielos'
de oracian. Gozad ltJlticiplldarnellte dI-', i hu! trablljQS' Ile I~ [1~o(\ll1ian fe.li¡losa,
e~a seguridad, acompañada de ~Ull,vfÂ3, os dlS4!:u"tm. 'QI' I1lc\lnt~llorill" las,ocuenteramente pUl'stn en órden po\, ,~ parlones del mundo; cuando, finahnen .•.
obediencia, i santificada para siempre te. venga un remordimieoto p\lrsi.stllllte
COD votos cuyo mérito, J1enacien4o, sin
a deSgtl'¡'l1llf vuestra alma, vohdéndpla
cesar. da a los actos mas iDsiglliqcan~s
~ l?onducir sin lleSnr a la me~ita!jh.mde
un inapreciable valor.
eSitos pensamientQs, el\,tónqlls p04~,ia
Peusad. pensad de,pues en los_ prl- creer que es. Vl1rdadera e~ta v,pc~~lql\ i,
vill'jios de Ills vír;enes que siguen al Ique os destina Oios a formar p,ar,te,~e,
Cord-eropor doquiera (Apocalipsis), en esa PQfcion escQj.ida de sq rfQ.añ,o. ;No
la COIJtií1llza eon qUEl el cumplimillulQ obstante, ronsultad " IQ.8pa!\tgres P'AII:~~
esacto' dl1l,Una rI/gIn aprobada por la tos paruu gllardll, i si 0&diceD tllro.~jeJl
Iglesial por Dios vil'nea llenar la harl1 ~ este es vuestro redil,» id coq lilS Vif,!
SUprema de la muerte. pero pe\llllld jenes prurlentes a recibir al. ~~IW~q. J
tambien en las espantosas obligaciones
Dl) os detengllis,
parque PQdrillil! Il,.gar
impuestas a la débil naturafezl\ ,a las demllsilldo tarde.
mil pequeñas miserias que se deslizan
-No vllyais a imitar, ~Ilembargo, III
entre las virtudes i que penetrao basta ardor Ilv~nturerQ de l:\lgU\lIlS jóveQ.II~
en los <,onventas mejQr ordenados. Pen- que, justillcando con 11810las negativas
sad en las diti('ultadl'll de rarál'ter il.lb\l de sus padres, ~ll emaucipan de sU dllrpntl'S a la humalll~l\d, i cuyo susten- pcndl'ocia, desprecian suautQri~,,4, J
táeulo bace mas pr.~lIdo UD roce iDe,v;. hasta se eS(lllpao dl111\ casa paterna, <\1
table i cODtínuo,. POil' ,falta de dislrllC~ igual m!luera que ~I biJo de~natuflll~/lCiOD que s.ublevall'
QlI ti.empo mismp
dol cor~ompido que quit're buir, del
los sentidos COrrQffipidos, el espíritu órden I rrgularidad del hogar domé~~!co.
versátil e Inquieto i la imaJinacion va
E~tll semejanzll es vergonzosa, i el ~f~p:
lubie de la. mujer. Pensad en los en· ta jenerlll <llltales fugas es dl'plpfll~J!,.
cantos con que ae reviste e,1 mundo
En vez de lIomenzar una y,id/l ,~~nt!l
cuando se le ba dl'jado. en los cuadros con \lO e!\~'ándalo, Ulla jóven dpnçella,
seductores qUI! traza Ctln sus recuerdnl!¡, verdacJerll!llffi.te relijiosa i Ii~na ~i¡¡~~'
en la pérfida destrl'za que dl'splega para ramente dll crlo, emplea otros lpe<1iB~
hacer que penl'tre su tlmor hasta en el para obtener de su.s padrl;1s u<Plllllltq~ijardincer~aclo de la vírjen. Pel)sa¡) e-n ZlHliQD que le r~~~s/lrçu ~Il ~U'ptip¡;j~iq.
los amargos i pUII}~antes pesares que BUl'ga, aClIricia. IIqra slp q,uejílr.s"'l9~·
pueden seguir Il IUIlI d,etl'rminaciofl poco I dece sin .acrit»~,pefQ
OOflstlil.Dl.1
q ..JIIl
m~dwa en los la~os de familia i de todo I de continuo, CJlIl~!l!j/i 4ulc~ ~r&,Qlistad ,'lue, es ,prcris,o rclmpf,lr. en lo ml'1<!Ide ~eo~imjjltlto, ~n pa4ecil1'i~»tp
eficazmente ftueltlrae el bogar pallu'no, permanl'llte I prwu.ndq, J.!Ddt;~¡:~~e
en la inviolable fidelidad que exije Je- inve.lacjbla e Insq,perabl.e lI!lrs'steQc~ll. 1
sucl'isto a SUs eapQsas.
si no produce ningun efl1c~oe~ta.p~rs~
1cuando. des pues de haber pesado vl'ranci,a de abul'gacian, no por ç~o
con fe sencilla i sumisa los diferl1ntes dejlll1á de hallar /II f1p.de~q w~rr~rll)B
motiVai que se disput:m vuestra elec- corona de 18.$virjen.l'l!, s.i. b.ieij a~lq.".'~.f·
cioq, .05 parellcan les sacl'iacial! mui da solamente con Illgull¡¡'~bpjl)~ fl,~,~a
infca·joreS a las recompensas; cuan~o I paJllDa de ll!~Ill~,tifes ..
<Ii
esta preferencia., fundada así en el fa. I Por, utra píll:te, i ~el,\ çQ~1 fQ,'rA'~u
ciollinio, ,JJeg1~ a ser un deseo I 1:In ineliollciou, ~si s.onllllc~~~~$).1S:II/Wres,
atracti\(Q; cuawlo, impulsada vham/lote
si necesitan ~u p.~elle~!liai !¡lls C9./l.M~,
a ilejarlo todo por lleguir a Jesucristo,
seria p~eciso q\l~ 11,\,lhuna,rl/. .t)Ip~,~Ja
SUSpirei8 por esa vida pl1rfecta, emno vida relijiQ$,Il(le \lD plod().~
,!l~~10
el pasajero sorprendll11o por la tempestad para que p~4ierl/. ~AAndQnafJ~s ,e!}!~I
LA
MUJER
CRISTIA~A.
110
situacioiJ, porque tiene ante si un deber trar en él, pues no es siempre ]a voz de
este pueblo de reformadores la vuz de
ciel'to i p,'esenteque no puede contrapesar nioguo otro que un sea tan cierto. Dios; por lo que si os dice: Jesucristo
Solo debe Pl'pf('rir sUs gustos a III vo· está (¡quí o allí, 'IlO lo creais. 1 no, filuntadde sus padres, cuando se funde , nulment!', pllrque una relijio~a, de quien
sois disclpula i amiga, dejándose llevar
la oposlcionde éstosan motivos manifiestamente malins, () de un ól'dén tan de las inspiraciones de. l)n celo sobrado
infetior, que no puedan tener peso al- absoluto, o d¡;,odo oidos la Uo afecto
gunoen un IIlma jencrosa.» (Cádos de demasiado natural, os dé la I voz de
Sainte-Foi:
Hotas s(iriasde ùna jó- alarma i os amenace con las iras celestiales si no la spguis, debais abrigar
~en).
VO'
1>ero volv~mos a la res()luclon pri- dudas sobre la verdad devuesti'lI
mera.Si despues de hace'r este cotejo, , cacion.
Cualquier partido que ádopteis, baen VéZde mirar la vida relijiosa como
fll únl(~o puerto desalvaciou que se os Ilareis PO'I' doquierll detractores, i en
.prescnte, os parece una costa de difjcil ninguna parte os faltarán consejeros
arribo, lIenft de escollos, o que ofrece, impol'tunos. De¡adles hablar .i SE'guid
una resistencia mas dificil aün que sus rectamente 'vuestro {!llmino en presm:lplayas; si os oprime elcorazon la idea cfa de Dios, rogándole ICOU humildad
de empeiiilros en tal jénero de vida, i qoe os lIvisesi os estr6,'iais. Sobradas
os abrumo el-esplritu, i osdisgu5tan
I veces i ài ! turban semelantes inflUEnos fatigan sus observancias; si, inquie- ' cias una conciencia t!r'llnquila, per'o tita la IrDajinacioD, temeis la calma de mOfdta, iarl'oan al alma en el intrincado laberinto de IIISiodllci:>iones, quita vida eontemplativa ; si nose presentan a vuestra vista los sacdfirios que tándola con el sosiego la1enerjia oeceexija corno un específico necesario para sa'ria pal'a el cumplimiento de los dela paz del alma, l, par el contrario, os signios de Dios respecto de ella.
desalienta, entónces es que, oveja des·
tiQada sin duda al gran redil esterior,
VI.
dl'beis dirijir háciaeste lado vuestros
Una vez se~ùradeque
os llama Dios
pensamientos i vuestras miradas. 1 si, alavida
activa del mundo, pensad en
ademas, al hacerlo asr solo deseais prepararos a los combates i a los padellevar eu él una vida santa; si os ha- i cimientos futuros, i, e.perandll el 100liais ,pl'l'parada II las decepciones del· mento de una declsion fiual, gozad con
mundo, i fortificada con la fuerza de la ['paz i confianza de este alto o parada tan
-gracia rontra susataqnes, sus dolores i ,·dulce queseconceile
mise ricol'diosasus ilusiones; si, Ilnimàndoos únlc8- i mente a vuestra debilidad; I despues,
ropnte el.pensamiento de hacer amar en leo fin, qlle llegue este instante, orad
él a Dios, os sentis abrasada de celo e 1 mas, consultad de nuevo, i reflexionad
impulsada por el valor de los deberes ; Itodavía.
si, finalmente, os parecen éstos adapta.
Si pllra art'astrar vuestro consentidos a vuestl'a;; aptitudes i a vuestros, miento se'bace :luclr a vuestros ojos el
gustos, es que os IIl1maDios:por este ea· esplendor. de 'ona posicion brillante.
mino, no lo dudels, i así os la dirán sus' dejad pasar el primer momento de fasministros a quienes debeis 'consultar. ! cinacion. i miéntras no descubrllis al- 1 entónces, no porque siga otra corn· \ gun lado ménosluminoso,sulPpended
el
:pañera diverso camino, trntllndo de en- jt1iciol temed la d.t>8conocido.larosll
1
1
l.
Il·
'1
:~e~~~~~:
d~':i~:br~i~s~r::~~
~~~e:~ff~i
11~~e~.~~:¡nd::~?ed)
~~s
1~1~tJ¿~iZ'~~:
~o~~
no porque cierto público que se ocupa Ileedad; el matrimonio es 'lin tóntrato al
demasiado con sobrada frecuencia de la ,cual lleva cada 'P6rtesU~(j(jtiD.jente. d.e
conducta ,del prójimo, os designe antiventajas e inconvenientes, consistiendo
eipadamente para el claostro debeis eD~ . el deber i la prudencia sobre este punto
II
B 1 BL lOT E fCi ALI
120
-.'.'./"...r'-./'-':-r-
..••~_~.~
T ~ B. A RIA.
....•.......
~~---...r'-'~.,-/.~~...r.~'-''-.~'V'.'-."'.,.,~-.f'-/"''-~
en.pesar unas I otros con discernimiento
I Si vuestros padres cooocen tan poco
¡equidad. ¿ Es el lado defectuoso el de 8US deber.es, i distíngut>n tan mal vuesla Reli,iioll i la moral? Estad, pues,
tros Intereses para qUl'rer uniros aun
segura de que inclinará la balanza, aU,n hombre vicioso o írrelijioso, probadles
cuando se amontonaran t1D el platillo de respetuosamente que sabeis comprender
las ventajas, fortuna, honores, belleza i vuestros deberes, i vuestros intereses.
tall'llto.
Como aquf se trata de vuestra alma,
No os entregueis, p()bl'e paloma, a teneis derl'cho para resistiros;
usad,
las garras del buitre, por grande i bello pues, de él COll firmeza, aunquecoll
que sea su nido. El ave de rapiña no os II, muderacion i defereucia.
guardada en él por largo tiempo sin
Afortunadamente
no habels esperidesplumaros i devoraras, i vale mas la
mentado lo que es una de l'SolS unloues
paz de la inocencia en un nido entre
en que llora la mujer silenciosamente
zarzales, que los pesares i los remordilos estravios de con'~!.1cta, de entendImif'ntos en la morada del l'ci de los aires.
miento i de corazon, respecto de los
Ya sé que por de pronto se os precuales 1'\ único resultado Je sus f\sfuersenta el buitre amablemente, o, mejor,
disfl'azado;
pero dill llegará en que zos es conocer su imootencia. No babets
sent:do el aguijan de· ese pe,nsamiento:
'Vuelva a apal'l'cer en su verdadera forma. EIH'antado en l.a actualidad de " i Tal vez estoi destinada a maldecir
'Vuestra inocencia, o cautivado por vues- eternamente el objeto único de mis mas
" No habeis su;..
tros atractivos esteriorf's, creo en verdad !ejítimos afel'tos'
que tenga illteDcion de respetaros i con- frido esa situadon violenta 1 apcsadurn~
side~aros;
pero tarde o temprano se brada que pesa sobre todas las relaciO'nes intimas, consistente eu la díf('renclll
sobrepondrán los instintos a estn conde mi ras, de creencias 1 de esperanzas,
sideracion, i estad segura que desgaNo habeis sido presa de ese tenior I1l1no
rrará ,'uestra felicidad, i tal vez devode llng'Jstias que sieute una madre por
rará tambíen vuestl'u fei vuestravirlud.
1DOos IisoDjeeis COll la espel'anza de sus. hijos cuando, procediendo su padre
mudar su naturaleza, porque solo COil- como enemigo suyo, viene dia loocbe
lIsembrar la zizaùa en esos campos en
.cede Dios este triunfo cuyo pensamiento
acaricias, solo concede esta conql)ista a que ella cultiva la buena sem:tla. i Ah 1
las almas que se hallan en el peligro Si hubieses esperiruentado :!lgnnos de
('SOS torml'ntos, si los hubieras Siquiera
sin haberlo buscado; pero precipitarse
,:ompl'endido, retrocederlil i dí'sflj'lMeen él, como habeis hecbo voluntariaceria vuestro v~h¡¡' femenil (el mayor
mente, es correr al suplicio. *
quizás contl'a este jéncr<.l Je lu,'has);
* Es I'erdad que las comedias nos mues- i consternada iabatida puf esa perspectran homhres a quienes trasforman sus' tiva espantosa,
léjos de precipitaros
mujeres al golpe de uoa varilla májica;
¡ .~eñor,
pero estos milagros no existen casi en nin· hácia adelante, l'sclumari¡:s:
guna otra parte mas que en el teatro, pues apartad de mí eSe catiz !
la vida real ¡¡resenta llIui pocos ejemplos
de el/os. En el mundo, tal como es uua
i Pero si supieras, ademo!, cuà!Jt~s
jntelije~cia gobernada. por los pri¡¡'cipiOS mu:eres han sido veucldas en estos
del egOlslllo, embruteCida por un materia- combates que comenzaroo por cánticos
tismo inveterado, no ttmiendo otro Dios de vlctoda ; cuántas ~a.¡;aron sos lágrtgueel dinero, ni otras ideas que las que se
b d
•I
aprenden estudiando el curso de los electos mas so l'a o pronto J as enjugaron con
públicos, no comprenderá nunca Cuan ver. I los jirones de su fe; cuáutas, eo vez
dadera grandeza hai algunas veces eo el ~e convertlr, fueron ellas convertidas,
carácter de una jóven educada en las mas J l'oh qué conversion!
Alma cristi~lla
nobles tradic.iones de la antigua época. ¡pura, temblal'iais al pposal" en nna
(Chassay: /)ificultades de la ,vida de mision semejante como al aspecto de
familia).
'
" una casa de dlsolucloll o de un serrallo.
LA
MUJER
CRISTIANA.
,. i Vedla ahf, esclama
Tertuliano I de la fe, por haberse casado con hom",
bres incrédulos! ¡Cuántos desdichadlll$
des pues de haber enumerado los infini.
tos obstáculos que suscita el marido esposos se constituyen en censnres i pcr.
pagano a la salvaci(Jn de la mujercris
seguidores de la piedad de SIlS ITIUJel'es!
tiana; vedla ahi reducida a la peligrosa
i 1 cuántas mujeres despues de una
,alternativa de violar Sjl fe disilI)ulándolucha de algunos años, buscan al fll;l
Ja, o de turbar la paz doméstica, exciuna especie de paz inCernal en el olvido,
tando las persecuciones o las sospechas
i algunas veces en el desprecio de las
pr¡icticas santas, donde buscaban en
de s,u esposo! ¿ Gómo oCI¡ltar a su curfosldad los signos de cruz que impriotro tiempo el alimento de la piedad! 1)
,nls cn vuestra frente i en vuestro tála( Combalot: Conforencias $oQre la Sa",,'
,no? .¿ Cómo ocultar de su vista 10 que I tísima Virjan).
,omclls secret,amente en ayunas? ¡,Podria I El Evanjelio nQ nos dice cuál filé la
pronunciar ella en vo~ alta el nombre I suerte de los esposos de Caná, cuyos
de Dios, invocar en alta voz a Jesucristo, I convidados fueron .Jesus i Maria; perQ
buscar el alimento de su fe en la lectura : debió ser feliz. En nuestrll misma
de los libros sagrados? ;. Podria ir, como I época be conocido familias cuyos espomujer cristiana, a la iglesia, recibir en sos habian convidado de comun acuerella el Espíritu Santo hallar allí el do, a Jesus i a Marra a sus bodas, i sus
manjar del alma, i rec'ibir la bendlcion familias han sido benditas.
!
de Dios? ¿ No se hallaría, por el conCrli'edlo,
jóvenes
doncellas;
esta
Ibbo.
trario en medio de objetos que le son
estraños, de objetos hostiles a la Reli- dicion es mas consoladora i Illas prejion, objetos condenados,
inventadG~ ciosa que todas las garantías ¡oiIÛndaDas.
Convidad vosotras tambil,\Q· Il Ijesus .a
por el jen~o del mal para dificultarlf$u
invitacio,llalvaclOn. 1) (Tertuliano:
Ad uxor~m). vuestras bodas, pero con
Estecuadro, vigorosamente coloreado nes; porque si lecier.ra I.a puerta uno
de los dos esposos /lli~ntras .Ie llama el
por el sol del Afdcn, podria serviroos,
con algunos toques mas, como de un otro no acudirá Ilos milagros de gracias
estudio conternpol'áneo. Los paganos que obtenga la jnujer cristiana se paralizarán por los anatemas acumulados
del dia no son mas tratables o acceqnibles, ni mas conciliadores. apesar de su sobre la cabeza del esposo sacrílego.
Por lo demas, cuando se trata d,e
culto a la tolerancia, Cibeles de su
Olimpo i madre de multitud de dioses estableceros a vosotras jóvenes doncemenores pálidos e impotentes. Los obje- llas, dejaos guiar, des pues, de haberos
tos condenados i los ejemplos mas con- asegurado sobre las importantes bases
de la Relijion I de la virtud. Vuestros
denables aún no son ménos numerosos
en torno de la cristiana cautiva; i no I padres son meiores jue.ces que vosoll'as
sobre lo relativo a la conveniencia (1 a
son ménns frecuentes las apostasías,
las esperanzas de felicidad. Vosotrasos
aunqu'e veladas i sordas.
Ah! Pal'a salir victoriosa i mártir de estraviais e!ln sobrada frecuencia en las
este largo i tenaz combate es necesario nubes de la imajinacion, I os dejals
una fuerza de fe, una firmeza de ,·olun· cautivar con sobrada facilid.ad .1 COI)
t~~, una enerjla de valor a que está demasiada frecuencia de la i1¡.Jslol!óptica. 1es en verdad maravilloso que
leJOS de preparar la educaclon fríyola,
estas graciosas i falaces imájenes que se
sensual i debilitada de la jóven doncelia; i cuando no sabe aún un soldado· divisan mas o ménos en el desierto (le
lIeva~ ni cargar su arma, no emprende i la ,,¡da, .contillúen aún representál!dose
,por SI soto la defensn de los puntos mas con el mismo buen éxito iproduclendo
,atacados.
efecto; que no nos desengañe jamas la
• (( j Cuantas
jóvenes doncellas, puras esperlencia de los otros, 1que cuando se
J modestas como Raquel, han perdido
trata de comprometer nuestro porvenir~
pl .tesoro de la gracia, i muchas veces el :prestemos atp1;lcion las mas veees, ~p.sl
~q$
¡lNTREGA
16,
BI B LlO
122
T E 'cA
II
'L ITER
A RIA.
eselUSiVllIDerite,. la fac. u!tad. de ilu.e$- i reeur,Sh.. q.'u.ee.,st.e. pe.n
..••
s.aOl¡ento dese.on.'so.'
tro enteodimientomas
enga~osa.
lador 1 l Yolo quise I
,
'
Cada cual ~ompon~, entonces la no- i
Para bo afiadir .una pájina a este tris'
vela de IiU vIda; la Joven. doneella,se I te drama, cuyas escenas aumentan diaforja un porvenil'te,îldo de ,seda i co~idO' rjumenle vuestras compañeras,
no os
con oro, ~uya pafti~u'a menos preclO~a atengals en esto ni Il vuestros. ojos ni a
se ha aqull~ta,do poderosamente. Sue,na vuestro corazon, porque, servidoresj,nun predominIO de que son a. sus, O)OS fieres, s~ confabulan siempre para en·
suficient:s fianzas su ~elleza I su lllJe- gañÚos; sino fiaos mas bien de los o.ios
nio; suena con unml:l'ld~ seductor que tan "ijilantes, de los corazones tan afec·
modela con la ma,s ml~l~clOsa escruputuosos de vuestros "padres, i, a no {lUll
Josidad ; tO?O esta antIcipadamente pre- síntaís una repugnancia inve1icible,c()nvisto, al menos I'cs¡;eclo de los puntos sentid en su eleccion i recibid de sus
fUlldametltales: el vestido, la figura, la manos al que debe reemplaz¡~r1es undia.
presencia i el lenguaje .. 1 si despucs des·
•
'.
, , ,
graciadamellte la preticntan sus padres
M~s dUOCOtUSldertels¡como una ,1 epug
l
de fi"'ura rnénos tachanle i nanclU e es a na ura eza as [lrl mel'as
un esp O so
'"
.
",'
'.
J"
'bl
U
poco habituado a las flllllces sutiler.as dl' ¡ lmpl eSIODes poco Il~UJ a es, que m IlIs conversaciones muudanas, se guarda '~ha~ veces son resu,tado d~ vuestras
hi de establecerse inconvenientemente J1uslOlles noveJescas, 'para ,las ena.les ~s
eU d le
lodo vulgar. No atr'¡nuyals a anllpatla
Bceptá no.
,
'bl J
•
..,,~tr.asveces
encuentra, Sill saber ppr lov~ncJ e, ,il sensaclOn ~enosa que es,qj.l~~,\~¡~rso¡iificacioD de sus sueños e~ perlmentals, cuando se tlala de tomar
,UlJi~~~,qRefrecuentemente se,balla mUI un es~os?, 1 a veces u,n esposo gra~e f
J~jos4M~li~acer1os; pero, que importa?
??stelO, cil •(}~e ,bab?ls de, sometelos,
La ill¡1aji,OIlCÎonque ha Ideado la pri- }ovf;n rlsueUcll sm c~ldado alguDo ba~ta
Ql~r~ corÍlposiclon, puede cncal'garse de entonces. N.o l1a~els, finalmen~e',dls-'
adornar la se~ollda a su imájen. En gnsto rea~ ! persona! un sentImIento
tales C/;ISOS,esta' facultad es sumamente
caus~~o UUlcamente por una orgullo5a
acomodatiçia,
pres~ando a capricho a amblClOn.
su nueva creacjon,talento,
belleza, jeMuchas jóvenes envanecidas caU Su
uerosi~ad, grllcia, bondad i otros muescaso mérito, convencídas de sus cnchos méritos. Pero i ai i solo se limita a cantos i de sus dotes, conociendo solo
prestar •... Ya lo wceis, jóvenes locas el mundo por las novelas que forjan
que os entregaís a ella como el disipador
otras o su propia imajillacíon, se figuran
en manos, de! Ilsurero: lJegal'l!tün mo- que cautívan todos los corazones,qùll
mento en quc, fatigada de vuestras im- hacen víctimas o ventUrosos con cada
portullidades, !lO solamente os rehusará
una de sus miradas, i se persugden,
nuevos ausilios., sino que recobrará to- I finalmente, que si se dignan ala.rgarla
do cuanto os bóbia dado; despojará
mano, debe como considel'arse una
poco Il poco el ídolo revestido tan mag -l, dicha aeeptarla. En esta creencia. se
,níficamenle,
i procediendo. siempre ofenden de que las pretendánsus igUales,
con exajeraeiou, le desfigurará sill du-! i Jos rechazan con desdeñosaaltivez, 'de
da alguna. 1 si habeís sido bastante
lo cual tienen que arrepentil'se mas
imprudentes para creeria, bastante in- ! adelante. A sus piés, debe segun ellas,
sensatas pam compl'ometer vuestros i postrarse un nombre ilustre, una l}ridestinos con sus consejos, bastante cul- lllante fortund, una reputacion artistlca
pables tal vez para arrancar a vuestl'os ! i Iiteral'ia; pero entretanto,
pasll"eJ
{ladres ullconsentimiento fOl'zado,¡,qu¡én ¡ tiempo, i con él su juventud i su l/esos consolUl'á en estos momentos de de- II cura, i no viniendo a posll'arse ante ellas
silusion abrnmadora?
Quién os re- I! ninguna celebridad, se ven obliga'das a
tendrá siquiera en la estrecha senda III ir a llorar wU la bija de Jephté su por,del debcr? i Ah!
i no tcndreis otro venireomprometido,
o a contraer Ug
à.
tA
MUJER
CRISTIANA.
123
Il
enlace ridfculo, diametralmente opuesto de darse la importancia i el título de
a sus sueños desvanecidos.
Señora de sIe casa, título que por 10
El aire oatal es jeneralrnente benefi·
comun se paga tan cal'O, j esc estudiado
cioso i sano, j las desproporciones 80- I abatimiento de liSO tan frecuente en el
ciales son siempre una desgracin. Si es dia. Mostrarse entónces como siempre
sensible descender, tambieo es pe1igro- formal, con naturalidad,
fi¡'r;ne, con
so subir j pero lo mas peligroso de todo sosiego í tr:mplanza; dejarse ver poco
quizás, es aspirar a subir. Uoa jóven sobre todo, j prepararse, en fin,a la
doncella debe sllber agregar al senti.
vida í al sacramento del ma~l'Ímonio
miento de su dignidad femenil, la hu- como la Santísima VirjPn en el terpplo;
mUdad de una cristiana, bálsamo cal- tal es el medio cie evitar la mayor parte
mante, necesario a todas las edades. i de I(ls comentarios del mundo, de ese
mas indispensable aún a la juventud
Argos de quien jamns desconfiaremos
p\'e~untuosa.
demasiado.
1 ahora, despues de haber tomado
Si quereis llorar vuestro sacrfficio,
una determinacíon
voluntarí:Jmente,
retiraos a hl montaiia, cerca do Dios,
permftan~e la jóven doncellll que le dé mostl'adle vuestro coraza n cap sus teun consejO cuya oportunidad apreciará, mores i sus pesares, desahoglldlo ante
mas adelante. Aun cuando hubiera te- : El, pero evitad en otras partes las escenido que hacer, al decidirse, dolorosas
nas de efecto i compasion.
concesiones a la razon, no se erija de
Aún en medio de las mas vivas emomodo alguno en vfctima. Aun cuando ciones, sabe una joven conservar el
mereciera realmente este título, deberia i deseo de lucir i tiene muchas veces
ocultarlo; pero de ningun modo disi-' hastante sangre fda para oste'ntarse de
mularll} hipócritamente, representar a una manera mas o ménlls' teatral. Mas
su edad el papel de sepulcro blanqueasi supiera que violentandd· de esta
do, porque se avergonzaria de e\lo mas suerte su talento, no puede hacá nada
adelante, i, por otra p1rte, es sobrado con gracia, i cuán presto ílb:llldonaria
novel aun su autor para prometerse I todos esos hipócritas artificios! Si comfascinar al público •.
i prendiera
que en vez de causar admiNo hai duda que puede esperimentar
raciol! se atrae el ridículo, ¡ cUiÍn natu'numerosos pesares al dejar la vida tan raI volveria a mostrarse! Pero ella degrata de soltera, para empeñarse en un ber:a sabel' al ménos que jamllsagradó
camino tan lleno de espinas i de cuida- i a Dios el disimulo; debel'Ía conocer
dos; no hai duda que debe sentirse un suficientemente la imporlnncia i la soprofundo i agudo pesar al alejarse de 'i lernnidad de aquel momento, para no
los objetos de sus puros i únicos afectos tratar de darse en espectáculo, comQ en
juveniles; no bai duda que al haeer tal i un din de contento ¡sin cuiùaùos.
vez penosos sacrificios de amor propio,
Hállanse actuolmente solteras desdia cualidades sólidas, tiene que esperichadas jóvenes doucettas que se dciau
mentar momentos de luchas i padeciconducir al altflr, como las víctimas al
mientos ; pero al dar al mundo acasion : sacrificio, por pndres despiadados que
pa:a ridiculizar sus concesiones i sacri· lIas obligan a ello:
al méuos as! se
¡fieIOs, 1,conseguirá .disminuidos?
Al.' juzgaria al verlas i oirlas;'J!ero en jedarle el placer de reírse de sus lÚgrirnas, l' neral (bueno es saberlopal'antlabando.
roui de moda con sobrada frecuencia,
narse a una simpática comp'as\lln exce;e;n efecto, para que sean siempre natu· 1: siva) han mostrado estas jóvenes en
raies, ¡, abri.ga la esperanza de agotar 'secretounavacilacíoncor:ta
imod'eradn:
sus manantiales?
•han' espel'Ílnentado en el" fOfO interno
Hai un térmi~o medio entre las ridí-¡ u~ dplor sumam,entete~rl~I(lO¡ l, ~u¡~ulasderno~tracl?nes de alegrfade upa. slera,~u!lc¡ue ~olo. fu:~.s~,,~~nun ,ooJeto
Jóven de qUIen dIsponen sus padres an· 1l,6lantroplCo, plsmlUuH' •.el, nú~ào
de
tesdellegar a la razon, entre Sl] afan l·. estas desgraCIadas, advlI'tiendoles qu.1!'
I
j
BlètlotEci
ée ha representado con sobrada frecuen(Jia esta escena para que excite ya intllres.
I 011! Nada es tan natural como que
sientan i muestren en este momento su
premo unll em8cion qüe se desbotda,
apesar de slis esfuerzos. Exijir un rostro de mármol eu medio de esas ajitaciones del corazan i del espíritu, seria
una crueldad imposible. Pero este dolor
que se esperimeuta realmente, estas
vivas I silenciosas Impresiones vieneu
a parecerJne como esa desolacion teat.'al contra la que me rebelo. * Eo vez
de conseguir que se acuse a los padres
de barbarie i despotismo, se dice, al ver
cuál se ocultan sus làgrlmas tao verda deras: ¡Mirad cuál los amaba! (San
luan l.
VIt.
He dlcJld; en fin, que se abria un
tercer camino ante la j6ven doncella
para la elecciolÍ de estado. Confieso que
raras veces se anda por él coo discer_
ni miento i adhesion; pero hemos visto
ejemplos sobrado numerosos del blende
quees oríJen, para atrevernos a anatematizarlo i proscribirlo. Por desgracia esta
posiclon es con frecuencia efecto de
pusilanimidad,
de egoismo, a de un
deseo de libertad diferente de la de los
hijos de Dios, I esta es la causa de su
nU,lidad I descrédito.
. Se temen los trabajos I austeridades
de la vida relijiosa, se temen los innumel'ables padecimientos de la madre
I los pesares de la esposa, i i1nte
estas dos perspectivas, igualmente terribles, se retrocede sin atreverse a esco
jer; i para evitar el dolor que no se
evita nunca; se rènlmcili a las alegrías
permitidas cuya posesión merece illgu-
nos esfuerios.
• No carece de gracia i poesía el papel
de víctima, i se cede a él con mucho gusto,
tomándolo por ese instinto de coqueterla
que sabe revestirse con todas las formas i
adornarse. COJ;l todo jénero de disfraces,
(Chassa}' Dijicúltades de la vida deja·
malia.)
Llt~.ÁRIA.
Otras veces, jirando sin cesar entelldi mientas què con nada se espacian, eo
un círculo cuyo centro I radios constituyen corazones secos,inacceslbles a los
goces como a los pesares del prójimo,
se consagran al celibato por comodidad
I para que nada veoga a dlstraerles del
culto interior i esterlar que rinden a su
ídolo el yo,l, sobre todo, el yo material.
Llega a series casi necesaria la soledad,
porque la intimidad mas completa, la
amistad mas fl'soca, sentimientos cuyos
nombres por otra parte¡apénas conocen,
no escluyen las mútuas consideraciones,
ántes, por el contrario, son un abundante manaotial de ellas.
'
Otras yeces tambien ~autiva la Independencia del celibato los caractéres
altivos a quienes espanta siempre la idea
de cualquier yugo.
Allí, en efecto, es la obediencia rell'"
jiosa, en virtud de la cual debe una
persona dejarse sinceramente llevar,
gobernar, trasladar. colocar, remover
por la Divina Providencia a por medio
de los s'upet'iores coma si fuera un
cadáver, a bien como el báculo que
lleva en la mano un anciano i de que
se sirve segun su voluntad. (Coustituciones de San Ignacio l. Aquí es una
obediencia ménos completa, ménos ciega, i, por tanto, ménos sensible; es la
dependencia total de la voluntad i de los
gustos de la mujer cristiana a la voluntad i a ·105 gustos del marido;
por todas partes, en fin, se encuentra siempre
con la abnegacion, el sacl'ificio, a por
lo ménos la sujecion voluntaria o forZosa.
Pero se engaña la mujel' que cree li·
brarse de esta lei de su sér con la poslcion mixta de que se forma una muralla,
porque en todas partes tendrá domlnadores, i no son siempre los que llevaD
este titulo los mas temibles.
Comunmente jime la soltera de edad
bajo el peso de una dominacion de que
no sabe ni puede emanciparse, porque
descubre la vis ta cristiana por encima
de quien la ejerce (ya sea un criado, u
otra persona) a Díos, que sirve de este
Instrumento parar someter a su esclava
rebelde i obligarla a obedecer, apellat
LA MtLlE1\
CRISTIANA.
•...•.._,,,,,,-,....-,....".,..
--~~--"""",",,,,-,,",,,~,,,,,,,,,~~~,,,",-,---,,,,,,,,,,",-~~~
tllllas trincheras tras Jas cuales se ha
retirado. En verdad, ,en verdad, te dí-
,..
..
'-"'--'
•.
125
~.""""""""/"'-",.",_-.._,-
una tijera capa de nieve a los primeros
rayos del sol.
go, cuando eras masjóven te ceñias
Otras veces les sonde una colocaciorJ
por tí mismo, i marchabas a donde en el mundo, i les parece como el puel'querias; pero cuando llegues a la tJe- to de su salvacion ¡ pero Díos que tieJez tenderás las manos i otro te ceiii- ne distíntas miras, les hace encallar en
rá, i te llevará donde ¡ta quieras ir. \ este puerto en el momento en que iban
(San Juan).
' a arribar a él : una desgraci~, una caUoa cristiallll no debe aceptar este tástrofe, una calumnia, un re ves de formotivo del amor a la \ibertnd, así como : tuna; todos estos medios tan grandes a
tampoco el del egoismo puro, ni el de los ojos de los hombres i tan pequeños
la debilidad i el temor. El celibato no para Dios, la retienen en la humiles en el mUndo una vocacion, segun el de i aislada posicion de que quiere huir.
verdadero sinificado de esta palabra, Un
En estos dos casos, sea que hable
llamamiento de Dios, sino para dos Dios al corazan i manifieste elaramenclases de solteras.
: te su voluntad, sea que obre ti mismo
Las unas, que esperimentan Ulí vivo i ejecute sus pl'opias órdenes apesar de
atractivo por esta posicion desdefladll;
su criatura atónita, se halla trazado el
un atractivo que no proviMe de Una deber; es preciso orar, oirle i soooeculpable debilidad, porque entreven en terse.
ella pesares i padecimientos como en
'
cualquiera otra, con la diferencia de
Pero enlónces, sobre todo, es cuando
que aquí se sienten con mas fuerzas pa- hai deber de guardarse del egoismo j de
l'a sopOl'tarlos; un atractivo que no se la pereza, C\1YOS demouios quieren infonda en el egoísmo, porque si renUn- trodocirse para talar el alma, ¡vengarse
'cian Il las dulzuras dé la fart\ilill ¡Il los de que no se les haya consullddo desde
consuelos de la vida comtJD, es para luego. Entónces e inmediatamente
es
entregarEe mayormente a Jas obras de preciso crearse ocupaciones positivas i
lJaridad i de rcHjlon; Un atractivo, en' ordenadas, contener su imajinacion COil
fin, que no se funda en la esperanza de un trabajo activo, ensanchar su corazon
permanecer independientes, porque no con una fecunda caridad, ocuparse de
solo se someten a la lei de cervidumbre ,su familia i de los pobres, i rechazl\r lo
promulgada por Dios para la mujel', si- I mismo una loca disipacion que Ulla pieno que la buscan por si propias, i quie- dad indolente.
ren, haciendo bien, dejar aparte los ea.
Slnembargo, movidas algunas jóvenes
prlchos de su voluntad para atenerse a: todavía por Otl'Osentimiento, echan el
las luces de los guias qne les da 'Dios.
áncora en In mar tranquila i retirada
No puede negarse, pues, que un aima del celibato, apcsar de las repugnancias
que tiene estas disposiciones debe ha- i rebeliones de la naturaleza. Eo ellas
1l11rsécolocada aqui mejor que en otra domina el corazon con sus mas puros i
parte.
: delicados afectos, el cOl'azon i sus mas
Las otras no sienten este gusto espe- I castos rendimiento!!. Atráelas el amor
cial i no ven nada claro eo el porvenir;
de un padre i de una madre, espántalas
pero aspiran con frecuencia a otra po- :: la idea de UDa separacion, i las detersicion, i hacen inútiles tentativas para I mina el deseo de consagrarse a cuidar
llegar a elJa. Ensayan la vida relíjiosa ; I de su vejez. Este jeneroso pensamiento
pero, apesar de su buena voluntad i de' no puede censurarse, pues dista mucho
Una especie de fundado deseo, todo les del egoismo. 1si los usos del mundo no
dice que no se hizo esta existencia para I vinieran a distraer de losafeetos de fa ..•
ellas. Respiran con dificultad en esta ,milla i ocultar los dolores i la separaatmósfera; disgústales i les htlga cada \ cion hasta el momento en que se hacen
acclon, i, léjos de fortalecerse sus vir-Ilsentir
de un modo inevitable, seria quit\1osas resoluciones, se deshacen como:' zás mas frecuente.
l.
126
B 1 n LlO
e ALI
TE
Sinembargo, guardémonos de los ex-,
cesas hasta en el bien; el mismo Blllor
fililll debe tener límitesí puede llegar fi
ser una falta, sino está limitado por un
amor mas puro i mas santo tadavía.
Si ba prescrito Dios en sus mandamientas 1 repetido baja diversas formas
en la Sagrada Escritura:
Honrarás,
padre i madre; si prametió premios,
aùn temparales, a quien observa esta
lei; si nos dió Nuestro Señal' Jesucristo
numerosas ejemplas de la aplicacían de
este precepto, tam bien dijo.: Quien ama
a su padre i a su madl'e mas que a mí,
no es digno de mí. (San Mateo). 1 el
mismo Señ()r contestó un dia a su madre que le buscaba en la mayor atlic-,
cion: ~ Por qué me buscais ? No sabeis!
t E 11A 1\ Í A.
Si nos dioo el Señor: à Id a[ mundo f
¡llevad allí el buen 010.1' pe~1ÍS virtudes;
haced corno yo, "el' a los ciegos, air a
los sordall, habl~I' a [os mudos ¡ sed el
apoyo de los débiles, i aQunciad fi todos
con vuestrosej~mplo,s la buepa nueva»
vayamos alti. Si ppr lo cO''ltrllrio I:¡ace
su vaz este llamamiento:
( Venid a
la sole~ad, orad por las qqe no .Qffiu;
expiad crímeQes de que sais lnoceptl!$.
lIarad estravíos que ignorais, i levaptl¡d
sin Cllsar las manos al cielo.miéQtrll' 4u:l'a un combate de ql1e estais e&cl~ldos,»
corramos altí. Si, fiualmente, se fprmula así el mandato: « Cant¡J;lua,q CUll!'
pliendo can vuestros deberes de familja,
permaneced sle.l;ldoel ál1jel de vues.tros
padres i el consuela de su .ancianid~li,
servidme sirviéndales a ellos, haced
que es necesario que me ocupe en lo
concerniente a las cosas tocantes al: esto. kagámoslo en el acto.
servicio de mi Padre? (San Lúcas).
1
1 esta respuestá debe ser nuestra regla. En cuanto se trate del servicio de
I
1si en aJgunas de es~as circullstancias,
conmovido nuestro .pra.piacQrazoncon
nuestro Padre qu~ está en los Cielos, las sacrificios a veces tan dolorosos qUe
debemas correr Il El, aún cuando diéle obliga mas a hacer, esclama .enteramos con esto ocasion Il que nas busramente contristailo: ¿ Porqu,é ,has
caran nuestro padre i nuestra madre de procedido así conmigo? (San Lúca.s):
la tierra en la mayor afliccion.
contestémasle siempre :¿ .Nosabes gue
Si, pues, nos muestra Dias claramente
èS preciso queme ocupe e~ laQ()ncer~
que nos destina a un lugar determínaniente al servicio de mi padre?
do, si nos designan en su nambre las
1c\laQda, en fin. habiendo entrado
encargados de ejecutar sus órdenes tal
puesta a tal ocupacion, recardemos que en el camitlo, nos alcaqcen inos h¡er,lln
este
cuando dicè el Señor a su siervo: Ve las cenSUrilS del mundo ;cuaodo
allí, va él; ven aquí, viene él; haz esto, agregue a sus censuras el iosultPpe.sQs
mofas, digámoslc sin Íl~a: Tengag:Ué
la hace. Acordémonos deque el verdadero discípulo de Jesucristo. lo deja toda tomar un alimento que vosotros no
conoceís. Este alimento es hacer la
para seguírle (San Mateo) : procedamos como buenos servidares i discípu~ voluntad de Aquel que me ha envtado
i consumar su obra. (San Juan).
los fieles.
LA
MUJER
CRIStIANA.
CAPÍTULO II.
LA Jó"EN
ESPOSA.
Que nadie os desprecie a causa
de vuestra juventud.
¡
(SAN PABLO).
Si os atraen los pecadores, di·
ciéndoos: venid a nurstros juegos;
participad de nuestras funciones:
guardaos de escucharles, no va"
yals con ellos, i alejad vuestros
píés de sus senderos'
(PROVERBIOS;.
Huid de las pasiones de los
jóvenes, i seguid la justicia, la fe,
la caridad i la paz, con los que
invocan al Señor con un corazon
puro.
(SAN PABLO;,
Que estén las mujeres someti·
das a sus maridos, para que si
hai algunos que 110 crean en la
palabra, sean convertidos por la
buena vida de StlS mujeres.
(SAN PEDBO).
Enseñad a las jóvenes esposas
a llevar una vida arreglada, a
amar a sus maridos, a querer a
sus hijos, a ser prudentes, castas,
sobrias, aplicadas al cuidado de
]a familia, llenas de dulzura, su·
misas a sus maridos, para que no
se blasfeme contra la palabra de
Dios.
(SAN PABLO).
Entónces tomando el padre i la
madre a su hija, la besaron i la
dejaron irse; advirtiéndole que
honrase a su suegro i a su suegra.
que amase a su marido, que cui·
dara a su familia, que dirijiera
su Gasa i se conservase sin t1Icha.
TOBíAS.
l.
Estamos toda"ía i siempre en el momento de las ilusiones. Nunca se mues,tra el mundo mas lisonjero, nunca pa·
rece mas fácil i mas bella la indl:'pendencia, jamas es mas completa la seduc
don que en los primeros días de un
enlace contraido muchas
veces sin
reflexionar pOI' una jóven de edad, al
mismo tiem¡:;c que de pensamientos i
,esperiencia juveniles, la cual atraviesa
este momento espinoso i dificil sin sen-
I
127
tir sus punzas, que se ha tenido cuidado
de ocu!tar bajo un cúmulo de placere¡l
i al[lbanzas, j e!la DO se ¡ouida de quital'
la máscara para descubrir el austero
semblante de Ins Dueros deberes que
acepta, o la tdste imájen de los nuevos
dolores que le esperan. Dl'jando aparte
una emadou Illlsajera e instintiva, soJo
espel'imenta agradables impresiones. Es
el alma i la Cllusa de todas las fiestas,
al paso que el objeto de todas las conversaciones i de \?s cri ticas de todos;
pero en la buena Ùl de su delirio no sos·
pf'cha las tÙimas; le parece que siempre ha de S\'\' así: es tan brillante este
sol de los primHos díus, Cjlle no ve Ilube
alguna en ci cielo, i se cree haber llenado
a ese edcn lleno de frutos i de fl~res.
donde solo fluyen rios de alegría.
Puede decirie aqn! especialmente:
« La imajinacion solo ve brillo i hOllOl'
doude la l'uzan i la Relijion solo vcn deberes.)) (Bonald: Lejislacio.n primitiva;, Es mas dulce "ordlldel'amenta
escuchar a la pt'imel'a, pero es infinitamente mas seguro referirse a las segundas.
j Ah! Si no fuera yo cristiana,
si no
supiese los efectos de esas deploraLles
ilusiones, diria: (1 No las destruyamos;
esos encantadol'es torrentes se agrandarán siempre sobrado pronto con lluvias
de lágrimas i padecimientos.»
PHO la verdad es la esencia de la Re·
lijíon: la Relijion, llena de promesas
paru la vida presente, así camo pam la
futura, es el elemento obligado de la
verdadera fdicldaù:
pretendel' conservar ilusiones para ser feliz, seria coronarIas todas con la mas completa i
tosca ilusion.
No quiero se!' para vosotras, jóvenes
doncellas, uno de esos falsos profetas
cuya boca solo predica falacias (Jeremías); i aun cuando tuviera que privaras de Un sueùo delicioso, quiero evitaras que os despel'teis con las angustias
de las decepciones, Si es vuestra imaJinacion selDejaT.lte.al càbaUoi iJl mulo
sin domar, c'ltlja boca es preciso sujetar con el bocado del freno para que
obedezca, sujetadla bien, no tengais
piedad de esta desgraciada,
que os per-
......-
128
"-.J"
__
~
BIBLIOTECA
LIIEl\ARIA.
_
siado numerosas en las novelas para
deria consigo propia, si no la salvárais
que las haya en otra parte. Acordaos,
salvándoos vos misma. Atadle las manos, cOl'tadle las alas, rehusadle sobre I por el contrario, de que el camino de la
todo los alimentos que desea con mas cruz, camino real, pero estrecho i montuoso, es el único que lleva a la vida;
pasion.
recordad que si todo hombre debe po..,
La l'xajeracion en una cabeza femenil lleva fácilmente del pais de la ver- , gllr un tributo de padellimiento I de sudad al de las quimeras. lia imajinacion, i mision, el cristianismo hace de él, sobl'e
ese pájaro veleidoso i vagabundo que ¡ todo, la porcion hereditaria especial de
revolotea deliciosamente de la una a la I la mujer. Cuanto mas slntais subfrseos
otra, llega al principio a confundir en- a la cabeza las locuras de la vanidad 1
las humoratlas del orgullo, mas irresis..,
teramente estos dos paises, i termina
muchas veces fijándose en el segundo,
tible I'S su atracth'o, mas completo su
siempre mas risueño I fascinador.
encanto; cuanto mas necesiteis respirar
Así, en el momento de contraer un el perfume de humildad que exhala cadil
matrimonio, cuando se p.'estan todas pájina del Evanjelio, debeis acojeros
las apariencias I todos los hábitos a las mas a la oracion i a la cruz; debeis ahu,
Invasiones de la il usion, es pret'jso re- yentar mas esas bocanadas embriagado.
doblar la vijilancla sobre las impresioras, por medio del cumptímientQ de los
nes del corazon, I especialmente sobre deberes mas vulgares; dabels, fioal...,
los sueños de la Imajlnacion. Por la re- mente, tratar mas de apagar esas llamas
gul8l', las personas incomprensibles i ¡¡l'Hg/'osas con meditaciones sérias i melas desil1lsiona(l~sban sido eo un prin- tódicas, con la práctica positiva i, por
cipio entusiastas;pero
habiendo prodi- decido así, material dE'l cristianismo.
gado sobrada felicidad, no les ha quePor otra parte, If segun liD bello pen.dado para el fin mas que ulla pesada samiento de OriJenes, la verdadera fe es
cantidad de tristeza I de pesares. Los la virJinldad del espfritu, lesta vlrjiniestremos se tocan, dice la sabiduría de dad del espíritu tiene ul)a relacion illlas naciones: una luz deslumbradora,
tima, oculta, pero real, con la virjinldad
pero ficticia, les ha cegado, I todo se del corazon lia pure~a del cuerpo, i esles ha ~onvertido en tinieblas.
tas dos virjinidades se sostienen mútuaEn cuanto a vosotras que dais vues- meute la ulla con la otra.)) (P. Veutura :
tros primeros pasos en la carrera, i que La Mujer católica). Desdichada la que,
podriais seguir el mismo camino, mos- en la embriaguez de los primeros dias
trad m8S prudencia. Estad bien conven- del Qlatrimonio i en sl1loca espectacion
cidas de que este predominio lleno de del esposo, de,ase agotarse el aceite de
brillo con que se os rodea, es una espe- la fe l'n la lámpara de su alma. Con
cie de cebo con que se quiere atracl'OS i esta sagrada luz desaparecerip.1I total o
disfrazaras el yugo que aceptals, i que parcialmente su pureza a los ojos de
tal vez pa~areis bien caro alguo dia. 1 Dios, i su reputacion a los ojos de los
esa cosl'cba de placeres que apénas te- hombres; porque su cinismo relativalleis tiempo de recojer, se mustia, no la mente a la conducta, sigue de cerca a
dudeis,conforme
la vais recolectando.
su cinismo en materia de relijion.
1 todas esas palabras almibaradas cuya
Inducida la mujer mas naturalmente
dulzura pllladeais, vuelan con el soplo que el hombre a las virtudes relijiosas,
que las .lIeva, dejándoos una levadura es por la comun incapaz de virtudes
de orgullo lleno de corrupcion I de pe- puramente morales, I de aqui su degraligros •.
dacíon doode quiera que no existe la
No vllyals a creeras destinada a ile- base de las virtudes rclijiosa¡:; de aqui
gal' a ser una de esas mujeres siempre el hareo, de aquí su esclavitud en Afri".
.adorables Isiempre adoradas (Fene- ea, en Turquía, en China, cte., etc.,
la!): Educacton de las jóvenes), dema- etc., « Es un ánjel a un demonio.» (P,
l
LA
~._-,-_,
.
..r~r·-j"
.. _'"',,/_, .~__ .•
'
j-,_
~UJE~
• .--,-._/"_~,_./_.
__ "",_ ...
ClqST~Al'í4.
__
~,>~-.....
...,,,j''''''''--J"'.,",
Ventura: La lI1ujer católica). _.\njel d.e
pureza, si la Inspira la fe; demonio
~orruptor i corrompido, si DO tiene otras
garantias su castidad que la razon o el
j /lteres.
c¡Oes4e el instante en que se olyida i
de guardar su pUl'ez~, todo se altera en
ella, todo se falsea, se deteriora i toma
9na dlrecciol1 opqesta. El Sél' mas ama
Ille .de la naturaleza se hace feroz; su
cora~on se d'rra a todos los seoUmieu-:~os tiernos, a todas las ~mociones delicadas, para abrirse i eJ)tregarse a todos
los trasportes del odiq, 8 todqs Iqs arrebatel! de la venganza, a todos los fqrores de IOll celos. Nada ,es ya reslletable,
nada es ya sagrado para ella: nQ retroced,e ante ningllll exc~so, I si para satis·
facer su pasiQÍl es necesario hollar a sus
piés a su marido i a sus hiJos, a sus
parientes i su familia, a su honor i slJ
co»ciencia, a slf Dios, s~ alma i su eterid d
'1
.
d
1) a , uo V~CIa" pasa por eOClma e
todo, no le ampOlta nada, nad~ la de:ti,ere• De sq'erte qU¡il p~I·~Cll./lue solq.
hal pal'a la mujer Un VICIO1 una sola l'
Yir~lld; porque siendo C8¡;ta, posee to-:-'
d:.:, lilS virtllllt:s; I siendo impura, es
elc,Qlmo de tn10s io~ vicios.» {l? Vep,'
tora: « La WV}':Ircatólica).»l esta sola
virtud ya lo hemos dicho se adquiere
, ..•.
,
en uo 1 sola fuente, oepesario e~ rec~róven
dár.selo sin cesar a una .I
• ~
,
~~..r">-.~.
pHI
Desde los primeros dias debe aplicarse
a comprender I a considerar su p~-:-:
sicion de lleno, o en su conjunto;
Qcuparse CIl armonizar sus e~ijeDcia~
ni que tanto nos sacl/se del mundo 'en que
andamps. cuanto nos arrebataria i traerill
en pos de sí la honestidad.si~" descu~
briese claramente a nuestrps ~ÜO$ ille no~
dejase ver. qQîtado el velo dI' ignorancia
de no conocerlll-.La vírjen crlstilloa plejirá,
pues. de lo que leyerll, algpnj)s ejMnplos
de 171rjenes,cuvas obras i vida tenga siempre delante de "tOIlojQll,ppmQdecMdo gara
arreglar a ellos su vi4a. En especial ebe
tQmar par modela el ¡¡jemplo de la Sant! sima Vlrjen i J\ladr!l de Cristo, Redentor
nuestro; cuya vida ~o solQ deben tener
por espejo, las vlr,jim'es,sino ta9l\¡ien !a~
casadas l.vlUdas. llNel!no es raz,Qnqu~ la·
mas se !Juren en nlUgun otrq, como '1U1era
que esta glorioslsima Ylrjep.se hizo todo
para todos, para atraer a ~dos al ejemplq
de su castidad ¡;antísima. A las yírjenes se
piz,Q vlrjen lpodestísi'1lIl, Il las casadas.
r.asa~a castísirpa. i a las viudas, viuda relijiQsísima, Esta V¡rje» pj:¡ra I Is,n mancilla
fu~ la primera que' ab,r¡,ó sepda pQr .este
camino no acostUlpbradq de la santa virjiIliqad.• con gran ,áni/Do,i propósitQ ~rme
e!! I110s. Esta fue la primera qUe siendo
casada tuV? (fuera d,iltod~ ~um,an,a ~os·
tumbre), sw uso pqrporal, Ylda apJél~ca.
habien4p tOplado en ¡OU cOnJp,añfano marido• sipo guarda' de su virílnidad. Las
,CualescPS8s. porque eran milagrosas, por
" El citada autor J¡¡¡¡nLuis Viyes, en eso sou mllcho mayor milagro. COD~ran'
la obra titulada «Instruccion para la mujer mara~illa Î espanto de toda la n~turaleza,
,cristiana." ~Ice sobre este importaI).~13pun- dió a luz a su precioso llijo. idesde que
~û lû sigüienls :
tu~ viuda (pprque toda ~u vida pendia del
"La castjdad es reina i p'rincipal sobre e~pIritu i contemplacioD. i viviendo en ('1
todas !:ls deQ1asvirtudes de la mujer; i de cuerpo. se habia encumbrado sobr~ la con·
,eIJa son eqmo compañeras, cómplices.o dicj(jn natural del cQ~r'pol. halló ep un solo
aliadas, el Fubor i 1;1templaI,1zaen los de- Dios, hijo ol¡,edientísilJ}o,esposo cast/simo
leites. de las cuales .emana todo el contell- I padre amantísimo; porque l)abiendo de·
10 i armor¡.ia de la~ .o~rllsvirtudes que son jado todas las cosas por Dios, toda¡; las balimpieza I wesura, dili.jencla en la hacien· Ilase el) Pios. Esta fué verdadera Virjeu
,da I allJor en las cosas que pertenecen al de ('uerpo I espíritu, humild,e de coraz,on,
,servicio de Dios, mansedumbr,e i piedad. grave en las palabras. prudent,e ell !lU aUl~
fa ~eis dibujada In im*jen de la hooesti- mo, apartada ,del ocio, puesta ,en .el t~'aba,dad, la cual es 41.'tanta hermosura i èxce- i jo, vergonzosa en sus pala~ras. uo ponIendo
,~encia, que si su bulto se pudiera ver , se· su confianza. eD las ..riquegsll1uudanas,
;ia admirable el amor que incitaria ides·
sino su amor i esperaU¡;8,~,npios; uo quepertaria en nUt¡;lros corazones \l3ra que la riendo .que los hombre" megps fuesen tes·
;;¡iguiésemos. Yo creo, en verdad. que n.o tigos d,esu yida, sin,o Dios,'que la ve toda,
¡haï hermosura de ninguna cosa criada en ! ,fuese conocedor de su voluntad; querer
~od(Jel muudo que tanto nos ennmorase ~ hien a todo}, "(lI).rat les mayor!'., no tel1€~
E"ÔTREGÁ
ti.
130
BIBLIOTECA
LITERARIA.
beis llegado a juzgar sobrado dura:
1 oh 1 no os acordeis de ella, SiDOpara
decir con San Pablo: Cuando yo era
niño, hablaba como niño ,juzgaba como
nirl0, i r'azor.aba como niño; perI) cuando he lleglJdo a ser hombre, me he
desprendido de todo lo que me quedaba
de la infancia. 1 decidlo sin reserva,
con la siocera resolucion de no retroceder ante ninguD sacrificio o fatiga alguna, de no retroceder ni auo ante la humildad, ni anto la obediencia; porque,
habiendo llegado ya a ser hombre, seria
lo contrario una vergonzosa cobardía.
Decidlo con determinacion franca i completa de caminar siempre con rectitud,
apesar de los asaltos del respeto humano, apesar de los ataques del orgullo i
de la voluptuosidad, ¡¡pesar de las insi·
nuaciones de la pereza; porque DO SI1rias hombre en la actualidad, si cedieras
un palmo de tel'reno a tan despreciables
enemigos. Decidlo, en fin, con la jenerosa intencÍon de no rehusar nada de
Dío~, ni aun vuestra voluntad, ni aun
los goces mas puros de vuestros afectos
mas lejítimos; porque, efectivamente,
envidia a los iguales. apiadar a los inferio- ;si sois hombre eu la actualidad, es para
res, huir la vanagloria. desechar la sober- i ser el hombre-lijio, el vasallo adicto i
bia, no dar lugar a la ira, guardar la tem- sumiso de este Señor de los señores.
planza en todo.
Ciertamente: « aquel que os hizo lo
¿ Cuándo, jamas. ni con palabra ni con
que
sois, tiene el derecho de exijir que
jesto, ofendió a nadie? ¿ Cuándo mostró
tener haitío del pobre? ¿ Cuándo hizo es- seais enterameote deél.» (Sau Agustío).
No bai duda que habeis debido percarnio delllaco o lisiado? ¿ Cuàndo torció
la cara al desdichado? ¿ Quién vió jamas teoecerle siempre j pero hoi se trata de
r.osa de turbacion en sus ojos? ¿ Quién oyó una donacion mas completa i Iibremeote
cosa ~escomedida en su boca? ¿ Quién 'lió. coosentida.EI'ais
de Él c.uando niña,
cosa SIUmucha templanza i reposo en sus cuando no conociéndole aÚn, le implomovimientos? No delicada l'Il su traje. raban vuestros gritos sio sabed o ; pero
antes honesta; no regalada en su andar
sino grave; no requebrada en su conver: entóncos no os exijia un servicio razosacian, sino santa j ta l, que su ruerpo l'l'a nado, bastando para ~'omplacerle vuestra
dechado de su santísimo "ánimo. quiero inocencia pflsiva. Erais de ÊI, niña,
decir, que por las cosas esteriores se pare- ruaodo. gozando alegremente de .los
cia la santidad i pureza interior ..•. Voso- primel'OS bellos dios de la vida, inte~
tras, vírjenes. que quereis gu~rdar castidad. rrumpiais vuestros juegos a una señal
mirad aguesa; vosotras, casadas, queteneis
de la madre para unir las manos ¡orar;
voluntad de agradar a vuestros maridos i pero III servíais casi sin saberlo, i solo
eumplir con la que prometfsteis. seguid a
esta; vosotras, viudas que buscais cousuelo, ota vuestra madre quien obrab!l de promirad bien a esta; en ella hallareis conso- pia voluntad conduciéndoos a El. tr;lis
lacion del marido muerto; aquí teneis con- de Él, niña, cuando, avanzando algunos
sejo para criar vuestros hijos; en ella teneis ' pasos en la vida, lIegábais, si no a do~
ejemplo liara ordenar lorestaotede vuestra i lores l'eales, al ménos a los tedios i al
fida."
N. det T.
trabajo, cuando, llegando a ser mas l'a,.
COD las de la fe; colocarse en un punto
de vista bastante elevado para descubrir un vasto horizonte, i dejar que se
espacie desde la alto su mirada j pero
colocándose al mismo tiempo en sitio
bastante bajo pdra apercibir en todos
sus pormenores los multiplicados i minuciosos deberes cuyo conjunto compone
su único deber. 1este punto de vista le
es tambien indispensable para dominar
las impresiones del momento, pua aislarse de ese aparato de sed uccion que la
rodea, e ilustrándose con la vista jencral
del mundo Ide sus víctimas, para comprender que eRta especie de nube de
poesta cuyos vapores se esparcen slbre
~lIa, desaparecerá en breve con vertida
en una realidad vulgar i prosáica.
Operaria de la primera hora, echad
la mano al arado i no mireis atraso Olvidad las locuras de \'uestl'a infancia,
olvidad las delicias de vuestra ociosidad
de jchen doncella, olvidad eS:1v.ida de
"eposo ode placCl', que ya tal vez bao
LA
MUJER
CRISTIANA.
t31
los placeres, comenzaban a dejar repito, no puede ménos de acordarse de
lugar a los estudios i a los pl'imeros
Dios.
Pero hoi debeis ser de Dios, no sola.
ejercicios de la razon; pero aún le co- i
noclais mui poco, i si aceptaba vuestros
mente en virtud de una suprema domi.
servicios era porque siempre amó a los nacion sobre toda criatura, no solamente como el niño que souríe al VIll' a los
pequeùos i ~ los débiles.
Erais de El en la adolescencia, cuan- I ánjeles sin conocerlos, no por ¡gnorando quiso por la vez pl'imera habitar co I cia, por hábito o por capricho, no por
vos misma. ¡Oh! En este dia érais 1'0- I debilidad o por miedo, si no que !;Iebeis
teramente de Dios; pero llena, no obs- . sel' suya, por donacion voluntal'Îa i total, con el pleoo conocimiento de vuestante, aún de la incoostancia de vuestra
edad, revestida con su Iijereza, tanto tros deberes i de vuestros peligros, así
como CODsu inoceocia, sentíais mils las como con una firme espel'Ull;¡;a en su
dulzuras del dODde Dios, mas bien que, amor i eo SI! boudad,
No debeis, pues, esperar la señal de
compren~íais las obligaciones implles- .
uoa madre para sCl'víl'le i l'agaric; silio
tas por El, i aUD tal vez hayais olvidado despucs estas dulZUI'as i estas obli- que actualmente deben aprender otras
gaciones.
Il vuestra voz a hacerla. No es, pues,
solamente eu los momentos de fervol' o
E-ais de Dios, jóven doncella, cuando, entrando· eo el grao mUDdo, cuya de tedio cuando debeis pensar en ÈI,
figura os encantaba, os prometíais, no sino siempre, ponlue si no ~e halla a
vuestro lado, sentireis que desmayais
obstante, no preferide nunca a Jesucristo; pero, alentada ante un combate de continuo bajo el peso de la cruz; i bajo
cuyos peligros ignorábais, teníais mas la presioD de una enorme responsabilibien la confianza presuntuosa de una dad. No es ya esclusivamen\te eu los
inoceocia no esperimentada que la fuer- solemnes instantes de las decisiones diza del sacrificio, como babreis tql vez fíciles cuando es preciso que os abando·
conócidodespues
tristemente. trais de neis Il su conducta, i que le entregueis
Dios, jóveu doncella, cuaudo, apesar de las llaves del imperio cuyo cetro poseeis,
sino todos los clias, a cada accion i a
las seducciones esteriores i de las sublevaciones interiores tau frecuentes en cada paso; porque se hallan sembrados
vuestra edad, continuábais sirviéndole i todos vuestros dias de dificultades, por.,
amándole j pero entónces tambien, al que todas vuestras acciones i \'uelltros
abrigo del ala maternal, rodeada de cul· pasos han adquirido uo griw,Ü de impar
taucia con que no podeis clIl'garos sola.
dados i de preservativos, vuestra virtud,
1 Ah 1 decid Il Dios, como el profeta:
que admil'abqis secretamente, se bailaba
ausiliada por todas partes, i sus raices Soi vuestra, salvadrne, porque deseo
consistían mas bien en santos hábitos
inquirir vuestros mandatas. (S,!-Im).
que en resoluciones sólidas. Èrals de Sean vuestros deberes para con El los.
primeros a que ¡{tendais, así como del
Dios, jóven doncella, cuando, trémula
a la idea de UD cambio de posicion, os amor a Él vuestro primel' sentimiento;
arroiábais en sus brazos para pedirle
respirad, finalmente, húcia el lado del
ausilios i consejos; pero entónces la cielo, i sea cada respil'aciou una aspira·
grande de la empresa i el terror de cíon de alOor.
vuestro corazon os hacian sentir sobrado
Orad, meditad todos los dias los.
vuestra debiliclad i la necesidad de su nwndamientos del Seilm ( Salm,), i sin
apoyo, El infeliz que se ve obligado eo alslaros de aquellos cuya vidadebeis
·elseno de la tempestad a optar entre la embellecer enseñándolesah{\cer
que
mar que muje a sus piés, i en la que sea útil, dedicad algunos de esos instanpuede tener la incierta esperabza de tes prodigados con tal {I'ecuencia al
salvarse a nado, o el bajel entreabierto
mundo, a recojeros, a escucbar la vez; de
que le presenta la sucrte dudosa de Dios i a responderle. CODservad ,'ue5sostenerle en el agua, este desgraciado,
tl'OS piadosos hábitos de jóven doncella;
l'OS
· - ~-., .•..
ti l B t.lO
t lt
ê A.
L itË:R
,
liada esta súplica dlll <lOf/lZOn,cuyo
incienso. sube dett'lchnólente aDios para
volver s descendel' en lluvia de gracias,
tas prli±licilis del dia. 1 veréis cómo.
serán bt'ndecidas en la sl1êesive; todas
vuesti·ss aeciones, cómo se impregnaráo
las horss que sigan con Iris perfumes
l1uemados por la mañana; cómo hallándose vUestra alma en paz cl)n el
cielo, lo estará nias fácilmente con todos; cómo os seguirá dulcemente. el
tecuerdo de Dios para inspiraras fueJ'za,
¡m donde sea necesario, il para enseüa·
tos a tener condeÍlcendencill donde es
titil esta cualidad.
II lÍai siempre vientos abrasadores
que
pasan sobre elalrtia i la secan. La oraeion es el rocra que la refrijera. Sais un
viajera que btlsca la patria; no. andeis
eon la cabeza Iiaja: es pr~cisa alzar 10$
ojos para reconocer el carhino.)) (Lamennais ).
n.
Tened el1 êuenta;
no. SOn los bamenajes
no. obstante, que
directas los únicos
lIue Dios QS pide: todas tas cosait tiè.;..
nen su tiempo (Eccles.), DaS dice el
mismo.
CI Hal entre la vida de las vírienes I
de las mujeres casadas. esta diferencia: qué se caofdnden en ciertó rtIódó
~I objeto Ilós medios respecto de estas
últimas, rjléntras qlie respecto de las
otras lós medias son perfectamenl:e distintos del abjetó, i no púeden referirse I
Il él, sino bon la hitencion de la voldnlad. Las virjenes sólo tienen un deber
i uo pénsamledto, que es agradar a Dios;
las mujeres tienen muchos, porque ¡lara
~gradar a Dios es preciso que traten de
agradar a su marido l de llevar bácla
Dios la familia que se les h.a candado.»
(Cárlos de Sainte-Foix:
lloras sérias
de 'Unit jooen dposa).
Orad siempre en buen hora, os lo
manda Jesucristo;
pera no os figureis ¡
que C9D esta p'llabra os impone una I
cuntlnuateôslon
de espíritu a fórmulas
IntencioDalc8, ni siquiera largas meditaciones. No,bástanle cortos momentos
tmpleados eD '8111),l lo que quiere sobre
~dl) es \Jill mirada bâcia el cielo en
'0
,1
-<1
A
il lA.
1.
.J...
medio del tumulto de la tierra: el eorih
zon elevado nos dice entónces, i es
preciso que po~amos responder: ¡la te-
nemos hácia et Señor (
Débiles con 10$ débiles, fuertes conlosfuátes, para S'llval'lo.s a todos (Sad
Pablo J. vayamos por doqtiíl:1I'aque nos
llame nuestra posiCiru'; llenemos esos
deberes de sQcied"d, COD frecuen,cia
onerosos i por lo tanto meritorios;
demos a las conveniencias la que reelll.
man. cuandO' no SQD opuestas sus pretensiones a la lei de Dios. Mostremos
~I mundo que la piedad es úUl par~
todo (San Pablo. JI ôbliguémoslea amar·
la I a respetarla en nosotros, en vez de
caluólnlarJa i blasfemar de elfa como
hace con tat1tn frecuencia, para lo cual
le dan motiva diariamerite algunos. es"'"
píritus limitados, ignorantes ti hipócritas.
« Es bueno. dice el ~iíra de San Valerio, que prueben las persanàs piadosas
que la Relijion no es enemiga dlllos
placeres lejltimos, que DO es severl!.sioo
indl1ljente, para los deoills; que no es
triste, sino el manantial de una dulce i
ílmablé alegría. 1 aplicarse ~riameQte
a probarlo es predicar, et orar, es CulUplir la lei; parque si arândo abedeeemas al primer preceptO! Amará$ at
Señor tu Diôs, etc., etc., atrayendlla
la piedad CGnnuestros ejemplos, cumplimos el primero, i el segundo que le
es semejant~: i,a tu prójimo tomo a tí
mi$mo, etc., etc., etc.Jj
Përo no deben cumplirse nunca las
prácticas piadosas con detrimento de las
obligaciones de familia; ni bacer olvidar las dulzuras de III vida de María las
funciones obligadas de Marta. 1 cuandó
bablo de las abligacianes, no eDtiendo
~or esta palabra solamente los debereli
rigurosos, cuya neglijencia arraBtra conseèûencias de UDa gravedad palpables,
sino lambien esas mil pequeñas cOQI!Ideraciones, esas atencianes, esas 4lferencias, esa alegría a que la famUia ell
mas acreedora de sn paz i de sudicba
que a las grandes accianes.
1 Ah, señarasmias !as parece. mili dúo
ra esta obediencia con que se os envuelve como cao un sudatlo; lisa obediencia
LA
MUjER
CRisTIANA.
'qué vieáe
133
a poner trabas a vuestras Or~· \; zn conque dota Dioi â los peqüeños j ti
ciones, a vuestras obras i hastá a vues- 1\ Ids humildes, i mostrareis al mundo el
tros pensamientos;
esa obediencia que' maravilloso poder de estas cosas que no
pesa sobre vosotras todos los dias, i sl;n para confundir í vencer lo que es.
quiere hasta haceros amar sus cadenaS,!\ (San Pablo).
qUe os hace 'esclavas, sin permitiros ni
D~sde que llegó a ser una mujer la
aun p6,;~aren ~l resc~.te. 1 a veces OSI }telna de los án,¡ele6 i de los hombres,
sentísincltadas
por un fermento de re- : participais en cierto modo tanto de su
be~d{a i de indigeacion. I cuaúdo pre- Ilmperio como de su mision, i os ~ertedicándóos esta (.obeùiencia pasiva i abso- II nece secundar a los ánjeles Il iluminar
luta se vleno a dllcil'oS que os pertenece il, a los hombres. En verdad qUe parecía
reformar la socie<'ad, domar ¡dulcificar \ hien pequeña tambien la Vírjen de Nn'el carácter del hOlílbre, abatir el orgullo i zareth, i que se hallaba bie\l.o~u'ta la
de su razoo 1encorvllrle bajo el yugo de l. esposa del carpintero José. ,¿ Quién;
la fe, "allais en ('stas palabras Ulllh '1 pues, hubiera podido creer ent60ces que
amarga ironia i uri losullo sarêástico.
\ veriamos a todas las nacionbs procla-.
Pero, decid me : ¿ babeis leido alguon •. marla Bienaventuradtz, a cau,àade lfls
vez este admirable vel'síeulo del Evan-, grandes i:osas obradas en ella poreZ
jeHo, I si lo haL('ls leido, lo babeis me- \ Señor '1 (San Lúcas). Ella s~la lo sabia,
ditado? 1 hé aquí la señal en que le apesar de su humildad, i te/J¡ia conqcireconócereis: encontrareis a un niño' miento de la grandeza de su rpision, asl
en pañales i acos~ado en 'lin pesebre. como de su debilidad; veia cuán gran •..
¿ Rabeis pensado alguna vez que esta des o estremas eran, i e~peraba que Il)
jgelial en la que se reconoce al Maestro
flleran mas; glorificaba con ella~' nt
caracteriza tambleo a los discípulos? J, Se1ior. i su espiritu se hallqJJq enaje'SObre todo, r.hubiél'ais creido Dúnca, nado de alegria; pero en Dios, ,svt Salsi no hubiérals leido todo el Evanjelio,
vador, que confunde los pensamientos
Clue este Niño, que se distingue solade los soberbios i levanta a lbS humil""
mente por sil debilidM i su ilbpotencia,
des. (San Lúcas).
haya sido el ~rimero i el unico que
El Señor quiere tambien hacer gran...;,
baYJ sabido reformar la sociedad, do- des cosas en nosotras. El mundo está
mar i dulcificar ell'arácter del hombre,
lleno de soberbios cuyos pensamientos
abatir el orgullo desu raz,on i encorvarle
quiere confnndir, de grandes o poderob'ljo el yugo de la fe? ¿ 1 os adálirareis
sos cUyo orgullo quiere abatir, de pdaborll de que sita Dios siempre I1n sis- bres a quienes quiere colmar de bienes
tema tan magnificamente coronado por por nuestras manos. Prestémosle,pues;
el buen éxito? ¿ Os espantareis de estas manos, seamos eo las 1!I~yasinsVUf'~tr"
dpbi';rtad. en vista de esta gio·
trümentos f1l'xibles i dóciles, porque iJO
riflcaeioo de la debilidad?
¿ Os atrese trata de cumplir o realizar nuestra
vereis aún a rebelaros contra los que! obra, sino la suya; no se trata de ediquier<lu faJaros i acostaras ën el pesé- . ticar un templo a nuestra gloria, sino
bre 1 ¡, Os ql1elarels, 11f1almente, de esa 'solamente de lIevllr Una piedra al edifi..:.
esclavitud Il favor de IfI cual seniis riómo cil> de la suya; no se trata, finalmente,
'dioses?
de cuestar para nosotras alabanzas i adj Ob! léjos de esto, b'endl'è1rpís e¡;lo!¡ míracion,
sino qlie solamente debemos
lazos. Si os parecian trabas, ahora os glorificar I bendecir su nombre. Atr~s.
parecerán preciosos apoyos, bilos con- pues, la vanidad, atras las preocupaCl,oductores cou cUyo ausilIono os estra:" nes egoistas i culpablesde lacoquetllfla;
viarei'J en el iaberinto dé los accideiÜes atras las tácticas i ardjâèSdel
amor
de la vida. En vez del desaliento que ós propio, atras el '!Jo, i plaza en nuestro
IIbll~ia bajo el peso de vuestra servldnméspiritu a un solo pensamlentoi. a.. ua
bre 1 de vuestra debilidad, os sentireis \ solo deseo: el de servir I amar a D1I1S;
UeDa! de contianil.a, fuertes con la fuerplaza en nuestrO corazon a un8010
II
'1
i
1\
i
1
134
e ALI TEl A R 1 A.
de la I preciosas facultades, porque
B t B L 1 () tE
DO las ba
limor: el cumplimiento supremo
lei ( San Pablo); fuera del cual todo es dado Dios para destruirlas, sino para
vanidad i afliccion de ésp[ritu (Pro- dedicarlas a suser\'iclo.
aNo nos prohibe que tratemosde
verbios) e inutilidad de vida.
1si para la realizacion de este ~ensa' formarnos por nuestras virtudes i las
miento i de este deseó, si pal'a la maDi· ' cualidades de nuestro espíritu, como UD
restacion de este amor, es preciso suf/'Ír séquito de almas adictas a la nuestra
tnucllo, ¡, qué importa? Cuando reclama por el reconocimiento i el respeto. ¿ HiDios del alma perezosa actividad i tra- cieron otra cosa los Apóstoles, esos
bajo p~ra ganarle coraiones que rompa confesores i todos esos Santos que ha
coo la molicie ique obre. Cuanda pide puesto la Iglesia eu nuestros altares;
a una imajinacion l1rdiente i fecunda, el para inflamal' nuestro valol' i animarnos
silencio i la humildad de la vida; que, con sus ejemplos? Mas nos pide que
renuncie va lerosaOlellte a triuofos bri- I conduzcamos como ellos a los piés de
liantes, pero personales, a una domi- i su trono esas almas que hemos conquisnaclon Iisonera, pero sin objeto; que i tado, i que se las volvamos a entregarj
se reSigne al papel oscuro con el cual en vez de avasallárnoslas.J) (Carlos de
Saínte Foix: El cristiano en el mundo).
ha de obtenel'lll victoria: Obedeciendo,
no por debilidad, sino por el acto mas
lIt.
sublime de la voluntad que se domina
a sí misma.qùe se someta a los hombres, a fin de'someterlos a Dios; i rel'era si no ba sido favorecida la mujer
chazando mui léjos el pensamiento de con ninguno de esos brillantes dones
brillar, que sufoque la mujer cristiana
de que es mas fácil abusar que usar; si
el dcsen de agradar, innato i tan vivo desconoce la perfeccloo del lenguaje; si
en ella, temiendo quitar a la Relijiou no sabe qué contestai' por lapobreZâ:1~a
en que se inspira i a la moral que pre- I su imajinacion o la esterilidad de su
dica, su brillo ¡ sus divinos encantos.
entendimiento;
si están fuera de sU alPero que conserve mas bien este de- cauée loS argumentos de la lójica, bai
seo de agradar con todos los medios de un don comun a todos, una palabra
llegar a él; de que le ha provisto Dios; I intelijible para todos, un,1 predicacian
que use de él, como de un vahfculo para' elocuente para todos, un raciocinio
trasportar a Dios afeétos dispuestos a comprensible por to'dos, i de que puede
estraviarse. Ya es un mal'ido que. a no usar COll doble provecho para sí i para
ser por ella ,se perderia por el orgullo los demas: tal es el lenguaje de la virde sus pensamientos o por el estravío tud, la predicacían del ejemplo, la pa~
de sus pasiones. Ya es una familia a labra muda i fuerte de la dulzura i de
quien por estos medios tan Íl'J'esistibles la abnegacíon, el al'gumento palpable i
como insensibles, conduce con mas se- podei'oso de la p,'áctica constante de los
gUl'Ídadi mas dulzura léjos de los ca- debel'es; el signo especial de nuestra
minos de los pecadores. (Salm). Ya es veracidad, dice Montaigne, es nuestra
atmundo mismo cuyas blasfemias idesvirtud. ('na jóven que comienza su ca·
precios puede detener, aunque solo sea rrera de esposa i de madre, debe repepor un instante, i en el cual puede tam
tírselo diariamente:
en ningun siglo
bien reclutar, introduciendo la defeccion fué mas necesaria esta eonviccion, puen sus apiñadas filas, numerosos solda- diendo decirse mas que nunca: Il La
dos para la santa milicia.
salvaciOD de las almas debe procurarse
No. diremos otra vez; no son las por medio de la persuasion i de ladulgl'acias de su injenio, la profundidad
zura.» (San Gregorio Nacianceno).
de sus pensamientos o \a facilidad de
Por lo comnn se hallaen un principio
su palabra Jo qllil debe cuidar de hacer la j6ven esposa animada de las mejores
advertir; sino que animada por un mo- intenciones, llena de confianza en Su
tivo mas noble, puede utilizar estas poder, dispuesta a lucbar i a predicar.
i,A
MLJEH
CHISTIA;'iA.
Pero la lucha que Dios redama es la de!
Nada afli.ie mas profunda\l1ente qua
acciones contra acciones, la de huenas . este elojio que el mundo concede ron
.obras contra obras rí'ia:us. Ahora bien:
frecuencia a n!g'JDJs mujel'es como un
hallándose
simplemente
dispuestl a ! conrctivo de las l'illtns que enumera
respondel' a sofismas con bellas frases a anteriormente res pedo de ellas: por lo
bellas ideas, recita largas tiradas, prndemll$ no pueden negársele algunas
nuncia palabras, pero sin bacer nada, I cualidades: es en estremo piadusa,
i, léJus de avanzar, la obra de Dios re- frecuenta las iglesias î dqdica lartrocede.
gas horas a la orac¡'on. Al air esto,
La predicacíon que le manda su Sequisiera podel' decir al mundo. ccNo es
Dar es la d~ la paciencia, la de una vi- verdad, \la es piadosa, no conoce la~
da qe. renunciacíon, de sumision i de dulzuras de la orarion, IJi la moral
sacrificio; por lo cual, por mas que católica, ni 1.'1 carcino dela tglesia,» 1
discuta i que hable, por mas que llene no sé si al decir estas pnlabras ofendeel aire de inútiles ~aciociníos ',"',léios de ría la C'3ricla¡]. ¿ No seria flIénos desconsegui,' su objeto, se 81t',)11.r6 de él;
honroso rara ¡il mujer egoi~\a i clllpasemE'jante a un niño quequel'ienc1o apo- ,ble no bnber bebiùo jamas en la fuente
derarse de un objeto que cae en el agua, del sacrificio i de la inocencia, en esta
Jo ajita con una vara i la alrja creyenfuente a la cual ella mancl¡a sin pUI'Hldo ocercárselo. Címbalo resonante, la carse, i cnyo divino pod~r desm~eute
,voz de esta mujer resurna sin duda;
con su contacto?
. ,
pero ella no tien,e la verdadera caridad
Ah 1 darian teutaciones de decirle 10
(San Pablo); carece de ese espíritu e"an': contral'Ío que dice Llna palabra notable
jélico que hace npóstol hasta en el si-! ¡conocida:
dsit'ndo la que $l~¡S, ¡ojalá
Jencioso cumplimiento de las acciones no fuerais de las nuestras Il) ~I q\]el'eIllas comunes.
mos sel" piadosas se,lnlOS virtuosas, i si
ii Has observado a mi siervo Job?
no la somos, 110 nos revistamos 'con ,las
esclama el Señal": no hai en la tierra :lpariencias de piedad.
nadie que se le parezca, es un hombre.
uPar mas que bagais, por mas que
sin ostentacian, temeroso verdadera- digais, l'sclama M. de Chateaubriand,
mente de Dios, que no hace ninguna dirijiéndose de la alto de la tribuna a
acci(Jnmala, z'que conserva su inocen-. las p~b;unes anárquieas, i siempre l'Scia. Ah 1 la mujer sin o.tentacion que, tará de parte vuestra la gran propiedad
temiendo verdaderamente a Dios, i no del crímen ')) Nosotros tambieu deberaihaciendo ninguna accion mala, con- mos hacer a lJuestl'os enemigos este deserva su inocencia, es tambien notada I safío, i debería lanzarse, en efecto, por
por Dios, de quien es apóstol i siervo todos los que profesan abiel'tamente el
fiel. 1 si no es notada personalmente
cristianismo:
siempre debería estar de
por los hombres, ábrese, no obstante. parte sUYl\ la gran propiedad de la vircamino su virtud, i viene a iluminar les . tud.
con la suave luz que les dirije sin que
Tu fe es bella tal vez, pero tus obras •••
lo adviertan. Desdichada, por el coo- puede c0ntestar un marido a la mujel'
trario, aquella cuya piedad se muestra' fl'Ívola, deseontentadiza, i DO obstante
a los bombres l'omo un al\éndice inútil piadosa, que le solicita; tu moral es
i:embarazoso,
o, a la mas, como una santa i sublime, pero tu conducta ••••
,cualidad independiente de las otras, i tus principios son carÎtntivos I buenos,
cuya influencia es nula.
pel'O tn carácter ...• 1como por lo
comun se considera mejor'que esta mube,~Ah: Digámoslo tambien: "Actual- . jer, de máximas tanpur~,detan
mente se discute demasiado, Ila discusion llas creencias, de relíjion tan elevada,
que ella.
ha desterrado a la razon.» (De Maistre; juzga inútil reformars'eántes
(;Ol1,S, soúre la Francia ).
1 como las enseñanzas d~la fe Je p(lreI
l.
BIBLIPTEf:J4
~~~~tériî;~·~~~t~~;rid~
J.ITEJtARI..\.
qulerlJ una serfa atenclon. J como se do repitlln, en su pesesperacion, con el
paga de creer que las promesas de vlr,:" Juez Stlpremo:
t Nos diste de bebe.,:
tud que hace el Evanjelio a sus disci-: (Juar+4p tuvimos sed de verda4 i de fe ?
pulas son cebos eogaj'¡adores, las dl's .•. ¿ Nos partiste el pan del ejemplo i de la
prrr'ia ! prefiere no !fajarse engañar {lor caridad
cuando tutJimos !tam~rflI'
ellas. Poco a poco cilncibe las preven·~ Cum~i!o e.,tuvimos de,,~wlas I úespociones mas falsa~ í descol1so1adoras, i jadas de virtudes, /, tuviste "Bstido,! que.
aunque las IDas escllsabies. fuerza es I presentarnos? ¿ Nos calentaste cuando
confesarlo; ¡si mas adelante encuentra . nos helaba la duda coq el fria de la
una virtud real producida por "pa ple- muerte t Cl!alldo ardlan de req:\Ordidad sincera, la atribu.e a cualqult'ra
mientas nuelltras conclenllias eselall8s
otra causa ántes q»e a ulía inspiraclon
del vicIo, ¿ "ps vi~itqste l' refrljeraste?
relijiosa, diciendo entre si: >S Mi muier ¿ Qué respQnderá, JjllallQ!1nte, cuandq
lambien es piadosa. I sjnembl)rgo ..••. )~ grite la voz de Dios, mostrándole esas
UDa mujer no debe imajinnrse que la almas que pudo ideblósa1var:
Cai.,.!
pureza de su vida i la rijidez de su con· Cain! qué bas hecho de tU herrpaü() ?
ducta basten para (JI cumplirnt'ento de (Génesis).
la lei. Mucbas caen en este cómodo
Bastar~le decir: Señor, yo conservé
error i descansando en su reputacion iD mi reputaclon, guardé mi honor.» No
tachable 6 intachada, descuidan COD seria mas esacto añadir: a Yo bice que
toda tranquilidad los deberes mas ¡rope q1aldijeran vuestra lei baciéndola penos~
riosos I mas santos. Son indóciles j e imposible; yo descargaré toqo el peso
déspotas, àsperas i capricbosas, maldlde ml mal humor i de ml impaciencia
,clentes ¡perezosas,
¿ qué IlJlporta? sobre vtfestro YI/go tan S'ijaVfJ i tan
¡, Jiabrà de turbarse la cODciencia por /Oero (San MlIteo), i todos hallaron
semejantes bagatelas? Oh! }<:so es demasiado pesada la carga. Con el esbgeno para las mujeres cuya virtud es tandarte de paz en la /11800. sembréla
dudosa; que piensen en correjirse; pe- gllerra por doq\liera i con la cru~ en, la
ro ~oo semejante comitiva de cuallda- frente, hlc~ alarde de orgu!lo; con el
des, se está tranquila respecto de sí Evanjelio a /a vista, e~parcí el desprden
misma i satisfecha de su vida. - -. i DI- lila turbaclqll ; I se escapó el no~bre de
,cbosas si no es esta seguridad mas que! lesus de ll)i~ labios, al mismo ti~mpQ
.!JI) ardid del enemigo
que quiere per- que calumnias o pala~ras de odio ide
derlas! i Afortunadas si todos estos cQlera. 1 entónc~s Ipios mio! los qqe
.demonios cuyo reinado dejan erij irse J:llB rodeaban. os IfalllBron. coml)el)
pacíficamente en sus almas, no pan a otro tielllPP los fariseos, un impostqr, i
buscar otros siete peores que ellos, i nO creyeron ni en Vos ni en vuestra
(Jue hallando la plaza sin defen$fI" ha- palabra, porque yo /lS deli40nré co~ mi
gan tambien de ellg, su morada! (Sao c(¡nitucta~ (Sail Joan j.a
Mateo).
Si no se siente una mujer con valor
Pero admitamos que conserve una I yoluntad para venperse en todo. si nG
mujer intactos su hqnor i su inocen~ia,! sabe comprend~r el dlllprendlmiento j
8liwentando complacientemente sus de- pr/,!pticar la d~lzurlJ, si no tiene el etpfmas defectos ;adrnitamos,
por ejemplo,qne su bumor descontentadizo p.ue'" .El fin pl'ilJcipal 4,e la mujer. sUllli.
da ~ambieo servir, eu un sentido, de nisterio, su gloria, su grandeza i sU diSl:Jibarr.era i de abrigo a su virtud;
;. qué dad consisten en ayudar al homl1Fe a cop,responderá a Dios un dia, cuando le seguir su salvacion. De esta suerle tiene
la mujer Bn los designios de Dios llliladelepregunte. 110 solamente ¿ fuiste pura ~ gacion i casi diría UDacODsagracion retisino tambieo ¿ fuiste como yo mansa i jiosa. Es. en cierto modo. el sacerdote de
,humiltte d8 carazor}? (San Mateo). lafamilia, asl como el hombre essurl'i.
i. Ql)é l'esJ>.onderá ~ estas almas que (C. P. Ventura: La ~¡uje1' rat6lica).
LA
MUJER
CRISTIANA.
ritu de sacrificio i de abnegacion, de- mundo, os dice tambien el Salvador;
be permanecer en el estl'ccho c[reulo de ¡ haced que en todas las cosas seais ejem.~
sus preocupaciones pel'SQuales, sill pen
plo de buenas obras. en doctrina, en
sar nunca en unirse II otras almas para ,inlcqridad i en prudencia. Sea sant~
perderlas. Si aUII pl'llcticando v¡I'ludes e il'repl'ensible todo cuanto digais, para
no titlne intenciou de preselltadas ama· que permanezcan confusos vuestros adl>1~spara hacer que se ame a su nutol',de· v.';rsarios, no teniendo nada malo qu~
be ocultal'se i vivir ell la soledad: allí, ,decir de vosotros. (Sau Pablo).
tal vez, cal'gada COll su alma solamen-,
i Cuántas
mUJeres, con un4~~eq
te, podrá salvarla. No es ilsí comll obl'a
ardiente i sincero de cnnducir a Dios !Pl
ha San Pablo: Trataba de hacer bien I marido, un padre o un bermaDo, les
~on tanta circunspeccion,
que mereció han ale,iado de El por el contrario, por
la aprobacion no solamente de Dios, I no compl'coder la estrecba solidaridad
sino tambie¡¡ de los hombres. 1 esto que les unia al cristianismo t j Cuántas
nI) era, sinembargo,
ni respeto humano
muJeres hall sido infieles a su unioop
ni cJebilldad en el pl'edicadùl' de la 10- porque DO teuían el sentimiento de tl)aà
cura: de la cruz,
su dignidad; "
Si sobre todo tiene una mu :er la desAh: io sé, hai otras que ~rablljan
gracia j ai! tau comun, de hallarse
dí;¡riamellte en un campo al pareeer
unida!l UD hombre sin principios i ~¡n cncln vcz mas estéril; las hai que la
fe, es necesario que se persuada i se riegan continuamente con sus lágrimas
repita sin cesar, que ningulla de sus i lo encuentran no obstante si'empre
acciones es indiferente ni sin trascenseco; las bai que pidptl i no reciben,
denela I porque ella es para su marido
buscan i no encuentran, i que 118ma~
la personificacion misma de la relijion,
sin tregua a una puerta constatltemente
puesto que, a sus ojos, las faltas que cerrada.
"
,ella se permite, las comete la rellJion,
Hai án.ieles, en fin, cuya adhesion,
al paso que el ÍJien que eila practica, es guerdando para sí miSmos toda la ausla relijion quien la produce. Si es dul~ I tcridad de la virtud, solo manifiestan
¡ce i bueoa, considera él a la relijion sus benr.ficios i sus alegrfas, i que ha"':
puena i dulce; si es ella áspera ¡exi- ciéndose torlo para todos para ganarlo.
jente, acusa a la ('elijioD de estos defec-· todo a Jesucristo (San Pablo ), DO gatos; si es sumisa i adicta, bendice la nao, sinembargo, nada, apesar de las
moral que enseùa la rclijîon;
si rs ardientes lágrimas que derraman en
Imperiosa i descontentadiza,
se aira Silencio i a todas horas.
contra la relijion, de la cual hace su
Pero tambien sé que Dios premia
,editor- responsable.
siempre IRperseverRtlcia de la orad,JO i
Haced de modo que nadie os deSpl'6· Ia ~onfian¡;a de la fe; pues he oido a UQ
,:ie, le diré yo con San Pablo, porqué, Apóstol dedrme: Todo lo puede laorase os podría aplicar con vel'dad al pie . Gion constunte de 1m justo (Santiago);
de la letra estas palabl'as que dirijió i il otro: Es preciso esperar contra
~esucristo a sus apóstoles: El que os toda esperanza (San Pablo) ; i, en fin,
r1esprecia me desprecie¿ a ¡}lí. (San he visto que conseguimos siempre el
Mateo). 1si os hacia preferíl' UO'I t'i1lsc¡ objeto de nuestros esfuel'zos en el mohumildaù a una culpable cobardia, la mento mismo en que creemos que se DOS
vergüenza i el desprecio al trabajo reque~ No escandalicemos a nadie en manera
rido para adquil'ir uua virtud, acordaos
alguoa para no desacreditarnuesIro
mi,qlle DO siendo ya vos misma, no sois
libre para optar; i que hallándoos tras- nisterio,
Pero mostrémonos en todo. tales como
formàda eo una especie de cncarnacion
deben ser los servidores de Dios, con graQ.
del cristianismo, es preciso en todo i paciell'cia en las tribulaciones, en las neee~
por todo conseguir haceros honrar i : sidades i en los contratiempos estremos,
.,
~endecir. Vosotros sois la l'llz del ( San Pablo),
I
ENTIIEGA
18.
__
138
WI
_
~
BIBLIOTECA
LITERARIA.
•••••
escapa; [ que Dios, árbitro del tiempo
i de los acontecimientos,
prueba cou
ellos la pacIencia de los Santos, pero
coronáudola siempre. l, No sabemos ya
que no son Dada para él los ailOs, i que
UD plazo DOes para él un plazo? Interroguemos, por otra parte, lo pasado, i
nos responderá que si se ven mujeres
cuyos padecimientos i trabajos son, ha
largo tiempo, Infructuosos, no se cita
ninguna que habiendo llegado al término de su carrera no haya Ilrgado
tamblen al de sus deseos cristianos, " a
que no llegue a él en la alto de los cielos; fin que, despues de todo, es bastante consolador i bastante noble para
deber pagarlo con un poco de trabajo.
Amados mios, si alguno sufre como
cristiano, que en ello glorifique a Dios
•••••
_
tendria asegurada la victoria; pero,
ademas de la paciencia, necesita pru~
dencia, firmeza i juicio, Cuando se trata
de cumplj¡' un precepto, no se debe
desmayar ni ante la cólera ni ante las
amenazas; i si llegara su marido hasta
este punto, deberia resistirle sin ame_
llazas 1 sin cólera, il la manera que Ulla
roca, inmoble i silenciosa en IlIedlo de
los furores del Océano, esperimenta sin
devolverlos los choques ùe las olas, i
continúa
protejiendo contra ellas la
costa que guarece. Pero tambien, i para
que se le pel'doue esta tenacidad, en la
cual está obligada a contenerse para
cumplir con sus deberes, debe rendirse
a la primera intimacíon, I no esperarla
siquiera, si es posible, cuando se trata
solamente de aconsejar a satisfacer a su
piedad. Hé aquí estos dos escollos: la
debilidad que retrocede aun en frente
de una obligacíon, a la severidad inflexible auu respecto de una bagatela;
escollos eutl'e los cuales está en coutí~
nuo vaiven, con riesgo de estrellar a ser
estrellada.
Ah! ¿ Fué criada la mujer, ese ser
débill tímido, para sufrir tales tempes:tades? ¿I no da tentaciou de creel' que
cometió uu error la P,'ovideucia al
lanzada en medio de estas borrascas!
Pero DO, DOnos quejemos. Si es verdad
que resumen la vida estas tres palabras:
nacer, padecer i morir, nosotras las
realizamos mejor aùn que el hombre, í
l la otra vida sel'á para
nosotras tambien
mas llena de gloria i de felicidad. "
(San Pedro);
estos padecimientos no
serán inútiles. j Ved si lo fué la sangre
de los mártires I
Ciertamente que es mas dulce vivir
en familia con perfecta conformidad de
sentimientos, deseos i esperanzas, i este
camino es tambien, cuando puede elejirse el mas seguro, porque entónces,
en efecto, se trata de regular de concierto una vida ellya lei es oaturalmente
el Evanjelio, de uoa correspondeocia
mútua de considel'aciones, deferencias
o concesiones en el fondo poco importantes, mas para la mujer i para el marido tiene la palabra deber el mismo
significado: amar i obedecer es la divisa
de la uoa, amar ¡protejel' es la regla del
otro. Réstanles aún penas, porque así
es preciso; pero las contradicciones i
disgustos esteriores, los padellimientos
* No es posible la paz en el matrimonio
comunicados i comprendidos, las pe- dice un escritor notable, sino cuando lo~
queñas dificultades de carácter o de dos esposos llegan a formar una sola perpor el. alma i .por ~I cuerpo, ¡solo
Posicion, son leves disgustos, compal'a- so~a
bal un medIo de ullJrles 1 de conservarles
dos con los tormentos morales que están e!l es!a union: el amor, la fuerza i la pa.
reservados a la mujer que cree i que CienCIa,
practica lo que dl:'sprecia i rechaza su
Com!enza el amor, pero solo dura un
marido.
b~eve tiempo, al menos en su ardor, e íusPor otra parte, no le basta a esta úlplr~ una condes~endencia i una diferencia
tima sufrir: con valor i resignacion .reclpro?a.s. La fuerza somet~ la voluntad
I mas deblJ a la mas fuerte, I eutónees se
,
'
Ii forma una especie de esclavitud que causa
" Solo hablo aqUl de las.mUjeres santas II por lo ménos tranquilidad eu jeueral con
i adictas, en toda la aoopclOD de estas pa- a!gu~os i!lt~rme~ios .de rebellon. La pa.
labras.'
CienCia cristiana IDsplrada por la fe, 5Ost6'
il
LA
MUJER
i Oh esperanzas cristianas 1 Santas
esperanzas, vosotras barrais Jas males'
CRISTIANA.
139
I del tiempo
pasado, vosotras calmais los
dolores de 10 presente, f sin vosotras es
el porvenir mas sombrío aÚn que este
nida por la esperanza i animada por la
caridad es el medio mas eficaz i el único
El objeto cristiano o sobrenatural del
duradero; porque, penetrada de una lir· matrimonio es perfeccionar dos almas la
tud divina, une las almas con un lazo espi- una por la otra, imponiéndoles deberes i
ritual, i elevándolas sobre los instintos i servicios recíprocos que las amolda, las
pequeñeces de este mundo, hace que hagan quebranta, las doma por medio de una lei
por Dios la qne no harian jamas por los i Una disciplina comunes, de suerte que,
hombres. Aquí hai lin motivo para conte- Impulsadas a combatirse por sus instintos
nerse por una parte, i para conceder por naturales, se inclinan a armonizarse en
otr3, que no se halla en ningun resorte ni una lei superior i por medio de la paciencia
¡nteres de la tierra. l. en efecto. si no i de la abnegacioll, Ellas se oponen, se
interviene entre los esposos en sus disi· 1 contrarian, se crucifican una a otra para
deneias nada superior a ellos para haeerles 'ensel1arse respectivamente a hacer renuuentrar en razon i volver a conducirlos al cia de su cuerpo, de su espíritu i de su
órden, ¿ como quereis que se reconcilien i voluntad. Llevan Juntas su cruz eo pos de
se unao de nuevo, si no es por \ljereza de Jesucristo, en su esplritu i por el miSIIlQ
carácter, por casualidad a por la violencia il fin, es decir, por librar a la humanidad del
que consigue paz. pero aplanando? Hé:! horrible egoísmo que .insinúa el pecadQ
aqui por qué no hai prenda de felicidad, hereditario por la jeneracion de la carne,
es decir, de paz consta ote en el matrinlO- i i que solo [luede destruirse por la rejeuenia, SiDOpor la influencia dominante de racion del esplritu.
la fe relijiosa, porque hace intervenir en
El matrimonio como sacramento es,
ella la autoridad divina, para domar las pues, tambien un medio que emplea la
voluntades por la conciencia cristiana, es Providencia para la perfeccion de ,los homo
decir, por el temor a por el amor de Dios. I)res. para ausiliar sus progresos en el bien
Así es el matrimonio un Sacramento de la i prepararlos a la vida eterna, a la vida de
lei nueva, que salva con la virtud de la Dios mismo, que se ha di~nado comuni·
alto el libre consentimiento de los esposos" carIes, en la que no puede tomar parte el
e imprimiéndole una indisoluhilidad que ¡, alma sino despues de borrar completa·
no puede venir de otra parte, les trasmite ; mente en ella el pecado i sus consecuencias.
la gracia necesaria para llenar sus obliga·;
Solamente por medio de la paciencia
ciones
,
, cristiana, por el aguante mútuo aconsejado
La Iglesia solo tiene el secreto de esta I por la razon i sostenido, sohre tooo, por
mision indisoluble entre los esposos. Ella . la fe, se hace tolerable el matrimonio,
los encadena para enseùarles a amarse uno' despues de los primeros ardores de la
a otro, DO de paso, por un atracti\'o de los pasion, i cuando, habiéndose disipado d
sentidos que dura un tiempo limitado, no prestijio de la novedad. no eKistea se ha
por una comunion de intereses que tieue . disipado el afecto. Si no procura entónces
tambien su valor p~ro que puede variar . el matd monio el encanto de un amor
con las circu~taDcias, sino amarse coa uu reclproco, puede dar los co~s~elos de
amor de carIdad que se refiere al alma . cumplir con sus deberes, conVIrtiendo en
IDas que al cuerpo, i se dirije mas a la i virtud consentida una necesidad inllexible.
salvacion de aquel de quien es objeto, i a Este es el seutido mas profundo de la
'Su felicidad eterna que a su bienestar del
union conyugal que, uniendo para siempre
momento i a un placer pasajero. Es la dos séres i confundiendo su existencia, nQ
irradiacion del amOl' divino que debe busca solamente la perpetuidad de la raza
purificar i trasligurar el amor humano.
por medio de la propagacion de la familia,
Mezclando en él un elemento celestial que sino algo mas elevado, a saber, el bien
triunfa del egoismo natural de los esposos, verdadero de los esposos en su alma mas
siempre dispnestos a dominar despues de que en su cuerpo, i por este medio sus
aplacarse la pasion, ennoblece los coraza
adelantos en la moralidad, enlajusticia,
nes, iles hace capaces de adherirse el uno por sacrificios mùtuos en medio de sus
al otro por Dios, en todos los grados, desde tribulaciones comunes; en una palabra,
la adhesion que hace soportarse mútua. por una especie de crucifixion recíproœ.
mente, con las concesiones i las renuncias (La cristiana de nuestros días. por el
que lIe'l/aconsigo, hasta el sacrificio.
abate Bautain).
(N. del T.)
ü
ii
II
i
¡
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BIBLIOTECA
LITERARIA.
presente i este pasado! ¡Santas t'spe- , No solamente tendrán estos preciosolll
r.anZ8S I La fe i la caridad os llaman amigos en una causa que no es la suya
'It'emana mia (Cbateaubriand J. i "OSO- un juicio mas sano i mas imparcial;
llevaran
tras podeis llamar hija mia a esa fuerza sino que, si desgraciadamente
divina por la cual consel'va la mujer fiel la tibieza Il su alma las numerosas eon~
IiU fe, i santifica tambien
al marido cesiones que reclama su condicion, se
lo advertirian i la reanimarian. Si entre
infiel. (San Pablo). i Santas esperanzas ! estad en el coralon de la jóven estas ~oncesiones se le impusiera el freesposa para son tener la i guiarla ; bri- cuentar habitualmente el mundo bullIllad siempre a sus ojOS, i que a la luz cioso, i se hallara en medio de esté
estrépito conmovida su virtud i vacide vuestra claridad tan pura distinga,
en medio de las mil revueltas de su laote su fe, la fortificarian ellos. Si,
posicion, al unico que puede conducirla ! finalmente, i apesar de sus rectas ¡oteo; ciones, se dejara inducir a ceder en mas
}IItërmino apetecido.
de la que debe, ellos la cOlltlmdriaD.
Si, pOI' el contrario, atemorizada sU
IV.
conciencia i turbado su espíritu, le hiSí; la mujer es débil, inmensa mente cieran vel' i huir del mal allí dondé
llébil por naturaleza; pero es inventodavía no se encuentra, ellos la ilumicible por]a fe I (Combalot: Conferen- narían i la animarían.
cias sobre la Santlsima Virjen l.
Pero a falta de estos consejeros, debè
La mujer del marido infiel tiene, en dirijirse mas alto: porque si Dios no
verdad, gran necesidad de fuerza i de se los dió, es porque, segon la espl'esio!1
fe; . tiene una grau necesidad de uua de Pascal, se reserva desenredar :él
luz fija para andar entre los dos escollo! mismo esta madeja. Que lea, despues
ya indieadost pues si bien puede ser de babel' rezado, alguno de esos buenos
todo triunfos para ella, tambien todo es libros tan raros i tan preciosos, cuya
peligros. Si encuentra en medio de prudente moral, sin enseña.' a servir a
,estos peligros un consejero a una amiga dos amos que son incompatibles, Dios 1
llenos de esa piedad ilustl'ada de que el mundo, enseña, no obstante, la conhabla el Apóstol, en virtud de la cual ducta que debe observarse con el uno I
se preferiria no comer jamas carne, con el otro; algunos de esos libros qué
ánt~ qu'e escandalizar, i por conse- constituyen parte de las justas exijencuencia de la cual, no obstante, se come cias de la sociedad i de las necesidadeS
dando acciones de gracias a Dios aque- de la época,pero jamas en detrimento del
llos que la comen (San Pablo]; de esa Evanjelio.
piedad, cuya caridad, llorando con los
Lanzada en medio del tumulto de las
'qùe lloran, regocijándose con los que fiestas, debe aprender en San Franciscô
se regocijan, anticipándose a sus her- de Sales los preservativos tan necesarios
manos en consideraciones i honor ( San contra estas cosas peligrosas, por lo
Pablo J, saber ser Útil en todo (San
ménos delle vivir en un conUnuo temor
Pablo) i a todos; de esa piedad, en fin, de este mundo, que desea separarla del
que tmta de agradar a todos en todas i amor de Jesucristo; debe vijilar sobre
las cosas, ·no buscando ,¡'amassu uti- I su corazon i sobre su entendimiento
lidad o ventaja sino ta de muchos para para castigarles si se dejan seducir por
'que se salven (San Pablo); si, repito, esta figura versátil, i eolónces, en fin,
puede hallar una mujer, ya sea cn un debe hacer de la necesidad virtud, 1
director, ya en otra mujer mas adelnna aceptar fl'ancamente,dice M. de Sainte
tada en el camino de la perfeccion I Foi, la posicion que le han creado las
circunstancias, sacando partido de ellas
'inas aguerrido en la lucha, ese diseerDlmlento tao necesario a su posicion, \ para gloria de Dios i utilidad de los
urla tentar 8 Dios querer obrar sola i demas.» Debe,en una palabra, mostrar
las virtudes que puede inspirar la fe a
liD sus consejos.
I
LA
MUJER
CRisTIANA.
14\
ios que DO tienen tiempo de pensar en suerte, si no tiene igualmente donde
la te i en la virtud, i debe tener el valor refujiarse, r,qué será de ella?
'de reprobar en voz mui alta todo lo que
Oh 1 Si se espusieta voluntariamente
no pueden tolerar la moral j la Relijíon.
a esta terrible guerrll, tendría yo poca
Esta débil pero jenerosa protesta, lan- espl'ranza de que saliese ilesa; pero si,
zada por una sola voz femenil en medio como he dicho, no se halla en uno de
~el estrépito del siglo, será escuchada,
esos ardientes focos de escepticismo o
'sinembargo, haciendo que se levanten
de inmoralidad sino .• en virtud de la
otras quizás, i llegará a ser hnto mas obediencia prometida, el ánjel.del Señor
fuerte cuanto que es mas rara a menos la cubrirá con sus alas, i, alzándose las
frecuente.
llamas en arcO sobre su cabeza, no la
Si no espona tan solo a esta pobre tocnrán. (Daniel).
Allí llolamente no
jóven esposa a la embriaguez de los elebe manifestar esa alegría, esa apaciplaceres la sumision que debe a su ma- i bilidad de carácter aconsejada jeneralrida; si es conducida por él a una Ile : mente, sino que, por el contrario mulisas seciedades viciadas que se precian,' chas ""CPS debe dejar que se note su
no obstante, de poseer la ciencia i la ¡sufrimiento i su descontent9, i, dígase
filosoffa, i cuyos miembros quisieran . lo que se quiera a su all'ededor, protestaI vez, de lo alto de su pedestal de tal' no solamente con su conducta, sino
18lento i de gloria, descender hasta ella tambien con sus palabras i su indigpara desarrollar sus ideas (i sabído es nacion, contra las teorías impías o
lo que significa este desarrollo), es sus escandalosas aplicaciones. Tambien
mucho mas digna de compasion. Porcuando se sieute mui fuerte, i cuando,
que, dejando aparte su fe reHjiosa, se por otra parte, la garantiza la ridícula
ofenderá allí con mas frecuencia la aus- debilidad del ataque contra unll derrota,
teridad de sus principios de conducta, i puede participar d~ paso en una discu- .
serón mas frecuentes i mas terribles los sion; pero debe ser sobria rn esta clase
asaltos del respeto humano.
de luchas, pues por lo regular está poco
El mundo de las locas i ruidosas ale- i' preparada a ellas, i no sirviéndose jamas
grlas, i aun el mundo que solo es irre-I sino de armas corteses i leales, puedé
flexivo i frívolo, admira con frecuencia, .: sel' fácilmeute vencida por un adversasin imltarla, la virtud que le censura, ¡ rio que se sirva de todas. * Evitad las
o, lijero en sus ataques como en todo \
I~ demas, .pasa por delante de ella Son- i. * No estamos ya, por otra parte. en
riéndose, I le lanza de paso unn chanza ,los tiempos de las santas mujeres de los
Sin trascendencia. Pero el mundo siste- ,: primeros siglos de la Iglesia; de a9~emáticamellte irrelijioso i frinmente co- ¡lias mu.i,eresque constituial!- sus ~eh~las
l'rompido, el mundo ùe sepulcros blan- : de la !,ngrada Esc.ntu~~. ! su prJncl~a~
queados que anatematizaba Jesucristo I ocu~a(,l?n del e~tudlO seno I profundo de
.
P bl .. Crlstlanlsmo. No estamos va en la época
i que presentaba sm
.vel?s San a 0, I en que una Santa l\larcela, honrada i
este mundo calcula I mide sus golp~s, . considerada como un doctor de la [gtedescubre prontamente la parte herIda sia (San JerólJimo), desenmascaraba la
del enemigo, i retuerce entónces el hie- I herejia con la Sagrada Escritura en la
rI'o en la llaga con una crueldad que no I mao'o. i confundia a sus sectarios. No
hubiera igualado Neron cuando buscaba l. hallaríamos eO~l'e nosotros a una Santa
como él apostasías. Envenena sus armas Paula, ,da eru~lta mas notable de s!l épocon la calumnia i el escándalo, i las 1 c~,)) dice Ca'p~hgue ( Los cua,tra pnm~ro'S
..
d f
• siglos), dedlC¡¡ndoseal estudiO del g~\ego
J
de Ia do· SI ve reslstenCI8
.anza
e l'l'n,te, j del hebreo para poder estudiar los lIbros
aellP?es s~ ocu.lta detras de una pl u- santos, sabiendo toda la Biblia de memodencl8 hlpócnta, a se escuda con la ria. e iluminondo con esta antorcha a los
arrogancia i el cinismo. I si la pobre fieles i a los inneles. No vivimos en el simujer de la cual hace el objeto de sus glo en q~e ,sostenia una Santa Olimpiades
';âtai{lies no se halla escudada de esta a San Crlsostomo en sus combates por l~
l·
l'
I
1
l·
BlnLIúTECA
LITERARiA.
'Cuestionespropuestas ~'in prudencia i
sin razon, dice San Pablo.
Si el marido infiel n quien debe Santificar la mujer flel es uuo de esos séres
apáticos quP no creen ni en Dios ni en
eldiablo, cuyo humor agreste; huyendo
la mismo de los salones dorados que de
la Iglesia, ignora la seduccion de las
diversiones profanas casi tanto como la
dulzura de los santos goces; si es uno
de esos misántropos huraños que reniegan de Dios, detestan los hombres,
~borrecen el mundo i soportan con dificultad a la mUjer mas complaciente;
si es uno de esos hombres de corazon
celoso i sin amor cuyo sombdo i desconfiado egoísmo, secuestrando a esta
mujer al propio tiempo que la abandona,
la rehusa no tan solo las distracciones
inocentes, sino tambit'n los consuelos de
la amistad, esta joven ('isueña ¡feliz,
cuya vocacion habia determinado secretamente la perspectiva de una fiesta a de
causa de Dias i de la Iglesia. (San Crisóstomo, Epístolas). Las jóvenes dance
/las del dia no tienen la doctrina ni la
instruccion de una Santa Catalina, que
convirtió a los diez i ocho años a los filó·
sofas de Alejandria en confesores de Jesu·
cristo, así como tampoco tienen su herói·
co valor a vista de lostormento~. Nos parecemos poco a las piadosas matronas romanas que daban no solamente impulso
a fados los sentimientos cristianos (Capefigue, Los cuatro primeros siglos), sillo
que la daban tambiclI a los apolojistas i a
un traje vistoso, se halla reservada If
mui amargas decepciones; nada mas
distante de sus pasados sueños que la
vida que le aguarda. Sinembargo, en
ella está enteramente trazada su línea
de conducta, i solo necesita para seguirla
valor i fe ; pero necesita mucho valor f
mucha fe.
Esta madurez, esta seriedad de pensamientos que no le había procurado
uua existencia sobrado adherida i dulce,
necesita adquiridas de uu solo golpe,
domo esas tt'ibus del Nuevo Mundo, que
en el espacio de UD cuarto de siglo
llegan a la civilizacíou de nuestros viejos pueblos de Europa. Es verdad que
mui en breve la habrá dotado la Relijion i la desgracia ('Oll esta esperieocia
que \lo han podido darle los años ni 108
acontecimientos, La desgracia, ese sol
abrasador de los t¡'ópicos, cuyo calor
fecundo activa la vejetaeion, la vida i
las intelijencias, la habrá formado bien
pronto a sus enseñanzas siempre tan
ciertas. La relijion con su voz mas dulca i no ménos penetraote la repetirá
por boea de su apóstol: lI1ujeres, estad
sometidas a vuestros maridos. (San
Pedl'O). No le dirá: "Si son vuestros
maridos de mal humor, si tiene\il un carácter descontentadizo i arrebatado, podeis dispensaras de esta obediencia 1»
no, sino que se la recomendará todavía
mas. La sumision es mayormente que
en cualquier otra posieioll la gran lei de
la mujer de que hablamos:
Que estén.
la,~mujeres sometidas a sus maridos,
los doctores; testigos San Jerónimo, San " para qne si algunos de ellos no creen
Ambrosio San Cirilo de Alejandría. San en la palabra, los convierta la conBasilio, San Gregario Niceno que dedica·
ban a estas ilustres mujeres sus obras mas ducta de sus mujeres sin la palabra.
(San Pedro).
bellas, i escribían. Il instigacion suya has
Sí, una mujer en esta situaclon debe
ta los mas sabios comentarios de la Sagrada Escritura.
vencer como los mártires, a fuerza de
La educacíon relijiosa de la mujer, des- resignacion, de paciencia i de fe; pero
cuidada con frecuencia en el dia, i casi todo es posible, no la dudamos, Il la que
siempre superficial, es por la comun insu- cree (San Márcos )•• El hombre que no
ficiente para garanti r su propia fe; ¿ cómo,
pues, podria apoyar i sostener la de otros?
Empeñarse en ulla lucha l'azonada, tomar
• Armaos, pues, hermano mio, armaos
una parte acti~'a en ulla verdadera discu- con la fe a que nada puede vencer j revessiou relijiosa, seria para la mayor parte dl:: tios con esta impeuetrable coraza que forjó
las mujeres de nuestros días una triple ¡ru- Dios para los cristianos; oponed ese escudo
prudencia, puesto que comprometerian SU a los padecimientos «:lue os abruman, i
œusa, su fe i su influencia.
triunfareis. Sed victorIOSo miéntras se os
'¡
LA
MUJER
CRISTIANA.
~ree ni en Dios Di en el diablo, viéndo- ¡¡ bres 1abaDdonará Il esta mujer pllr~
los personificados, o mas bien imitlldos, i volver a lo que llama el mundo /¡ábito,~
uno i Otl'Opor su mujer i por él, pllllS8 ¡Ii dejóven soltero, la dejará triste isola.
al fiD que es méDOS problemfHica la miéDtl'as distribuye sus horas entl'e el
CJí.istencia de estos dos séres. El mi- café i el teatro, los círculos o sociedades
sántropo huraño que renegaba de Dios, ,de hombres tan funestos para las cosdetestaba a los hombres i abonccia al ! tumbl'es sociales. tan Útiles para matar
mUDdo entero, convendrá en la exis-, el tiempo de los que DOsaben en qué
teDcia del poder divino, a vista de sus; emplearlo, i no sé qué otros sitios 1•••••
benéficos efectos, perdonará al jénero 'Fastidiándose
poco a poco a su lado no
humano, representado al lado suyo bajo se ocupará ni aun de oCllltárselo; le
una forma tan dulce, tenderá la maDOa I agijonearún los regocijos de la familia,
sus hermanos eD cousideracion
a su : haciéndole huir de e\los como un l'emoI'hermana, i amará verdaderamente Il es· dimiento, sin sentir siqniera sus dolores,
ta mujer a quien solo sabia aflijir. ,i espantado por la monotonfa de una
I Cuán beUo es el triunfo de la virtud! l' vida juiciosa volverà Il su desarreglada
ICulm magnífica será la corona de las existeDcia, interrumpida pOI'un instanmujeres cuya paciencia haya convertido
te, mas no abandonada. 1Pobre mujer I
a esos hombres capaces de pervertir
¡CuàDtas angustias debe alumbrade la
Ol'Jsasi sociedades enteras! (SaD Pa- autorcha del himeneo! Cuántos padeblo).
cimientos bai en su copa! Sinembargo,
Si el marido infiel a quien debe san- debe sufrir i callar en tal caso, lo mismo
tificar la mujer fiel es una de esas que siempre. Sobre todo callar; por no
personificaciones de nuestro siglo senquejarse nunca, no presentarse como
suall egoista, en que se sienta el pue- víctima, cualesquiera que seau. sus doblo para comer i beber, i se levanta rechos a ello; mas, por el contrario,
'[Jara divertirse; 51 es uno de esos mostrarse reconocida i encantada por la
hombres tan miserables i siD seso que mas pequeña ateDciou, velar sus lágriquieren ser peores de lo que puedeD ser mas con UDa sonrisa, probar en todo i
(MoDtaigne); si es UDO de esos séres pOI' todo un amor desinteresado, i conspara quienes siendo suplicios insoporta.
tante, i, fiDalmente, conservar con cuibles la violeDcia i la sujecion, llega a dado para este hombre las dotes físicas
Ber ya el cumplimiento de un ¡¡jero uso o intelectuales eD las que se fijará desde
o regla de política una fatiga fastidiosa,
luego si se enmienda.
i la sujecion al deber UD peso mas ¡nso '
Ah 1 para esta mujer especialmente
portable todavía; tambien es mui des'l i resonó la gran voz de San Pedro, cuaDdo
graciada la pobre victima entregada a dijo: Haya en vos un afecto lleno de
las pasiones indómitas de este hombre. ¡' ternura que gane los corazones, No
Despues de los primeros dias de SUi \ volvais mul por mal, ni ultraje por
union, dias durante los cuales no le i ultraje, sino al contrario, bendecid i
permitirán las mas estrictas convenien-¡ ¡padeced.
clas descuidar enteramente a la mujel' a ... Pero no es esto todo; des pues de
q.Uien juró amar ante Dios i los bom-I \ haber tl'atado de agradar personalmente
: ~ su marido, debe cuidar esta mujer
-------------\1¡eDerOSa, puesto que es cristiana, de
•••
' i bacerle agradable
tada su casa; i recombate; a~l ~s corno se aument~ el m~rl' nnnciando por él a sus masqueridas
to d~ un crlstlllno e~ l~ adversld.ad, .1. se amistades abandonar sus propias relafortifica con las mIserias. Los eJerCICIOSi '0 e
' 1 d
.
de la milicia cristiana consisten en ser sa-' CI n s p~r as .e su marido 5\ no son
cudida por los contratiempos i probada por estas pe.!lgrosas 1 no la comprometen.
las tribulaciones. Un verdadero cristiano
EDsenar a sus hijos a prevenir los
'fe acrecentarse süsfuerzas COllias dolores. deseos de su padre, inspirarles hacia él
(San Jerónimo: Cartas).
, esa ternura que tan poco trata de me1
1
144
BI B LlO
~.~.
T E
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------
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T E Il A RIA.
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-",_,.,r:)o.,
...;J""w
Finalmente, si el marido infiel a .
quien debe santificar la mujer fiel, es.
una de esas naturalezas honrádas a las
que solo falta conocer el bien para abra·
zaria; una de esas almas de instintos
cristianos falseados solamente por UQ
vicio de educacion; uno de esos hombres que, buscando la felicidad bajo su
propio techo, piensan en los demas i
comprometen sus sacrificios;
uno de
No hai duda que en un principio co- esos hombres cuyos hàbitos virtuosos
rresponderá a esta adhesion con la in- serian santos animados por un motivo
diferencia,
porque no advertirá el mas puro, cuya vida, ya honrada, seria
egoista ni las penas ni los cuidados que pel'fecta con un objeto mas elevado;
se tomó su mujer, i tal vez llegará a uno de es~s hombres, en fin, que opo~
irritarse si no se han adivinado siempre n¡endo a la Relijion las preocupacionll$
sus deseos; pero estas atenciones i de- del espíritu i perteneciendo a ella COD
ferenclas que no bailará en ninguna
el corazon, hacen obras de fe sin creer
parte, llegarán a Ser insensiblemente
en sus mistel'Íos, ignoran la verdadera
una necesidad para él. El amor a su sabiduría ( Baruch ), pero no huyen de
comodidad volverà a conducide alguella; si, repito, tiene una mujer la d¡~
nas veces al hOgBI' doméstico. Allí eucha de hallarse unida a semejante bomcontrará admirado placeres que no sos- b,'c, sería mui culpable si no le santipechaba; pero verá tambien los cuida- ficara; sí, mui cnlpable, porque tiene.
dos, las fatigas, Jas amarguras que es- su salvacion en sus manos, I cuando IQ
perimenla la que se los procura, I que i creó Dios para ayuda * de este hombre,
no habia siquiera sospechado. Compren- le e!ijió la mejor parte i la mas fàcil
derá de¡¡de 60tónces con qué amor se conquista.
Je ama, se conmoverá de ello involunPorque, en efecto, ¿ qué es la qUQ
tariamente, i Je hará ver a su mujer ella tiene que hacer? No tieQe que ioaún mas preciosa la comparacion diaria culear trabajosamente,
como otras, las
del mundo.
primeras nociones de la moral; DO,
'Entónces se aproximará a ella no so- porque encuentra, al contrario, un holamente por amor a su comodidad, sino l'l'or natural al mal i un amor sincero a
por reconocimiento i para satisfacer su la verdad; con tal que consiga, i en
propio coraz!>n.
verdad puede conseguirlo fàcilmente,
probar a su marido que la Relijion es,
No le parecerá ya insípida la fe!ici- no solamente la opuesto al mal, siM
dad que procura la familia, como suce- tambien la perfeceion del bien, cansede siempre que se tl'ata de probarlo sé. guirà bacérsela querer i abrazar. No
riamente. Jemirá por el tiempo perdi- tiene qne intentar, spgun hemos dicho,
do; se echará eo cara sin cesal' haber una I'eforma en su conducta i en SQ.S
quebrantado este pobre corazon que ei- costumbres, no ; la única dificultad que
fraba en él todos sus afectos;
dirá a se le opone consiste en mostrarse en
esta mujer cuya adbesion se le revelatodo mas pura j mejor que él : porrà enteramente:
Pequé contra el cielo que si él se juzgase verdaderamente su •.•
i contra tí; quiero aplacarle i conso- perior a ella, diria sin mas exámeo :
larte.
j Para qué sirve la relijioD !
recer, pero que puede interesade a la
larga, habituar a sus criados a sus gUgtos i a su sel'vicio, inventar, si es posible, placeres que no desdeñe, a mejor
aún, una ocupacion que pueda agradarle; tales son los medios de atraer
poco a poco, i apesal' suyo, al sella de
)a familia a este hombre que la ultraja I
í la desprecia.
i Ok cuán bella herencia
es tener
tma mujer de bien! Es la mayor re*No es bueno que el hombre esté solo ¡
compensa que puede recibirse en el hagámosle
ulla ayuda que se le ¡¡¡senwill
mundo. (Eccles).
(Génesis).
LA
MUJER
CRISTIANA.
145
Pero tampoco es su mlsion, guàrdese .
« Difícilmente encontraré, dice Terbien de olvidarlo, DOes su mision abutulíano, palabras que espresen toda la
rdrle, prediràndole:
(c Gracias a Dio~, escelencia del matrimonio cristiano. La
podemos decir COll MontaigDe, no se ! I~lesia forma su nudo que confirma la
demuestra nuestra creencia a golpes.)) ~ ofrenda del sacl'lficia piadoso, i en el
Equivocaríase, pues, la muJer si se figu· que pone el sello la bendicion del sacer~
rase adelantal' COll este sistema;
pordote, son testigos los ánjeles del cielo i
que primeramente aburriría a su mari- .10 )'atifica el Padre celestial. 1Qué aliando, i el aburrimiento
es mui mal io- iza hai igual a la de dos espns08 cristiatraductor en todas partes; ademas, no nos unidos eD una misma esperanza, en
hai hombre a/gullo, por mansoi hu- un mismo deseo, en una misma regla
milde que sea, que, celoso de su autori·
de conducta, i en una misma dependendad, no tema, como la mayor desgracia 1 Solo forman realmente uoa misma
cia, la de dejarse guiar; i, como I carne animada por una sota alma. Requiera que sea, impulsarle violentamen
'zan juntos, dedicàodose juntos a los
te a un camino, es incitarle il desviarse
santos ejercicios de la penitencia i de la
de él.
' Belijion; es el eJemplo de su vida una
Dejemos, pues, obral' SI la gl'acia, I instl'ucrfùn, una exhortacían
para su
contentémonos con atraerla con nuesmútuo apoyo;
véseles juntos en lB(
tras oraciones j ausiliarla con nuestras
iglesia i ('Il la mesa del Señor; todo es
virtudes. ~:s una potestad, baja el yucamon entre ellos, cuidados, persecugo de la cual puede inclinarse sin verciones, alegrías i placeres. No hai ni
gÜeoza todo el mundo; i si DO convietienen secreto alguno; cs igual su con-·
ne siempre al ardor femenino su accion . fhnza, 1't'<'Íproco su celo i dilijencia en
lenta i mesurada,
no es por eso mé- satisfacerse mútuAmente $Us deseos; no
nos ~fieaz ni segura, ¡Oh! si ciertas tienen que oeultal'se o rccelurse uno de
lUujeres de intenciones puras pudiesen', otro para visitill'.'l los enfermos i a !os
comprender el mal que han IH'cho a la pob¡'ps, pal'il esparci¡' sus liberalidades,
relijion, i mas aún al objeto de sus in·· ofrecer el Sferitjeio, 'l'oe81' asiduamente
tempestivas solicitaciones, no tendrían
a todos los debf'l'C'ssin reserva i sin vio·
bastantes lúgrimas i pesares para de- lencia. Nac1a. les oblign fi disimulO/' ni
plorar los efectos de su celo, El verel signo de i;¡ l't'UZ ni la i1el'Íol1i de gr'1'··
dadero celo nos lo enseiíó Dios mismo,
das; sus labios, libr'cs como sus cornno es el huracan que arranca de raiz, zoncs, haccn resonar Juotos los céÍnticos
no es el aquilon impetuoso que todo lo pitldosus. No tieneu mas relo que el de
rompe, la barre i la arrebata a su paso.; serv;" maS pel'fectnmrDte al Seùor. Se-·
es el viento silencioso i suave cuyo be- nj~j8n!es mr.trimooios hacen in alegría
uéfi('o aliento refl'ijera mas bien que nji de ,Jesucristo que les da Sil paz,)]
ta ; es la acariciadora i perfumada brlSinembargo,en el sello de esta paz, i
sa que embalsnma i sosit'ga; es el so- pOl'que no tenga que di~ipar pl'eocuplJplo tibio i Iijero cuya acciull se siente,
riones, que curur un l'spi, itu ni qne
pero no se oye.
combatir el'l'o.res, no se halla libre la
En CUê.nto a la mU:Já fiel, cuyo ma, muje,· de sus deberes de sumision i
rido es tambienfiel,
se bailan, repito,
de defuencia hácia su mdrido. Al disalíjerados en Ulla mitad sus deberes i pensada Dios de uno de los combates
sus penas; la trata Dios como 11 niño mas duros, no la dispensa de todos ,;
mimado, i, permftaseme esta palabra,
déjala sostener la lucha contra sus paes preciso que conse!'ve, guarde i cultislones, contra sn egoismo i Sll orgullo.
ve estas. rosas; i desM.chada la que las l\'iÚa privileJiada,
recoje$intIAha,\o
dejar~ marchitar~e por DO regarlas con una parte de la hE'rencia; pero le (alta
su sudor! pues merecia hallar solo en· otra porcion, i bC le irá de las manos
"ez de estas flo!'es, hojAS mustias sill co' toda ella si no sabe trabafar para con·lor i sfn perfume.
servnrlll i adq\1il'Íf ilÚn mas todavía,
r
r'i;IHEGA
If).
e
'I
-~--~-~-~_
..------------II -------------146
BI B LlO
T E
ALI
E RA RIA.
Ya sabemos, por otra pal'te, que la mal' parte de ellas, la dulzura, la caripiedad es la base mas sólida de la fe- dad, I hasta la politica, lo mismo que
Ilcidad de las familias i de los Indivi-I.I si tuviéramos que converti" con lluesduos; pelO como no quiere damos 'tra paciencia uoa familia Incrédula. *
Dios morada estable aquí abajo, como i
vino Jesucristo a traer la guerra (SaD I "Cremos con,veniente agr~ga! a lo esMateo) I la 'cruz, no debemos esperar
~esto en ~ste parr~~~ IVlos sigUientes saque evitaremos con la piedad las luchas E,losconsejos q~e d;,r~Jea las casadas el'ya
i los dolores pues si bien se dlsl11inu- citado Ju~n LUI~ ~ nes en su lnstrucClOlI
'f
de la mU.er cns[¡ana:
yen con ellas I~s de ectos de caf'~cter.
(' La vida de los hombres es (!omoel
~o se destruyen Jener/l~mente, l~ablCndo juego de los dados; si te sucede mal, sa.
slcmpre que perdonar I que olVIdar.
bete templar, Eso mismo acontece a los
A veces permite Dios que un alma,' maridos; por tanto, si le tUlicres tal cual
ménos probada por otra parte, encuendescares, ,has d,e cOD~e~tart~ con amarle,
tre mayor número de esas espinas coti. honrarl,e I servlrle ; I s~ le tlen.es malo, es
dianas, i establece así una especie de D;ecesarl? enl!'endarle 1 correjlrJe con ~rte
•
s iOD como hada una buena SIes posible, I hacerle bueno, o a lo ~enos
compen al.' "
. ,
templarle de forma, con tu buena dlscre'
~~dre rara e\'ltar la envIdia entre sus cion, que no sea tan malo, __, En la adverblJos.
sidad del marido, i por cousiguiente en
Hai mas: estas espinas son !In re- la suya, debe una esposa guardarse de
medio contm la tibieza i un ejercicio ne- poner su aficion en la fortuna próspera del
cesario para nuestras virtudes. (lEs pe-I marido ántes que en, el mislI.J6 '!1arid~,
ligroso para el que se halla a sueldo de porque su amor no sena esenCial, I el pr}Jesucristo estar siempre tranquilo. Es !ller so~Jo,de fortuna adl'ersa se,lelleval'la
d d' ha no conocer la desgracia
I ,arrancaJ'l~ todo, No ame aJ rico por las
UDa es IC
, _
, ~ riquezas, 111 al hermoso por la hermosura,
hl paso que e~ una felICidad co~oce/l~ 1 ni aJ que tiene grandes dignidades por Ja
~abcr combatir contra ella. POI lo de- honra' Ilorque si tal hace por fuerza le
.
, b l'
,
mas, no puede d eClrse
qne un al'
o es habrá de aborrecer viéndole
pobre, enferfuerte, si no !la sido sacudido por los mo, privado de Jas dignidades i cargos que
vientos i por las tempestades.) (San Je- tenia, Si alcanzares el marido sabio, saca
rónimo).
'
deél buenos consejo,s:, si fuere bueno, traEn las condiciones fáciles cn que se baJa de remedar!e; I SI f~e~e desdl~hado,
bl'
.1 bien s,in esfuerzo i Huyendo
ten este breve aVIsode Ondeo en mitad de
u ll'ne.e,
','
tu alma, el cuaJ, estando desterrado, espor dcclr~o aSI, desde sn m~nantllll ~n- cribe en una epístola a su mujer, diciénIre dus hileras de buenos ejemplos 1 de dola: "Acordil1'se de ser bueua la mujer
}Jiadosos hábitos, nos abandonamos vo- cuando no hai quieu se lo estorbe, es Illui
luntnriamente a su delicioso curso, i bo. fácil cosa; pero cuando cI cielo esta nugamos tranquilos, porqne no tenemos blad,o i truena, n~ debe huir de solo la
que temer grandes naufrlljios. Todo va lIuv~a, ma~ e~tar fir'!le en ~l campo con su
bien en efecto miéotras no vielle ulla mando, Esto es piedad 1 es verdadero
. ,.' t
tr~ria a oponer~e II la j)fj- " amo!' de bUl'na mUJer,»
eOl'llCn e COll
.
'.'
«1\0 ~e L¡ligue porque le haya caido en
mera; pero, con gl au admll aClOIldel . suerte Illando infortunado, ni le aborrez.
indolente Il.avegallte, ced~ al men?r I ea o tenga cu ménos por ello: illltes, si
choque su \'lI'tud, mucho tIempo haCIa fuere pobre, le debe consolar, teniendo a
eu Inaccion \,c,nmohecida, i desaparece sus virtudes por solas i verdaderas riquefi las primeras
olas que se levantan.
z~s. Débele e~ lo que honestamente- pul hé aquí por qué no debemos adml~Ier~ ayudar l, sobrellevar su pobreza.
l'arnos de los mil peqUEños trabajos hum dese la Ill!.!Jerde no c~er en tan g~an
•. D'
a las almas mas llOras i maldad q~tl qUiera hacer ejercer al marido
(lue d eJ~, lOS
,:
,
,i
algun oficIOo acto deshonesto, para susten.
mas I'c\1JIOSas, por que tienen, .aun ~as tal' la vanidad de ella i ponerle a él en
familius cristianas, I:CIl3Sen cIlUtenor
afrcntas i trabajos, por estarse ella en pladoméstico, por que tampoco dcbe~os
ceres i regalos. 1\1cJorte seria comer pan
descuidar, si tenemos la fortulla de fol'. de centeno, beber agua enccnagada ¡tUl'-
LA
MUJER
CRISTIANA
•
•47
sobre esto, es por ser
mas rara aÚn ¡mas diHcil tal vez que la
i activa. Una mujer debe obedecer, pero
I debe mondar,
pues le pertenece entePCl"O no es solamente una virtud pasiva la virtud de la mujer; ¡ si hasta ramente la direccion de su casa: fies la
v.
ri. aquí he insistido
·1
===========!I---===-=
bia, que forzar a tu marido que se ponga I Ademas de esto, si tu marido fuese feo,
en oficio, no digo ilícito a torpe, mas en ama su animo, cou el cual te ~asas!teo Si
estuviereenfermo,
allí bas de mostrar si
UD oficio por bueno i licito que sea, si a él
no le place, i esto para tenerle así contento . eres su mujer: débesle ayudar i consolar,
i por evitar las riiias i zozobras de casa. El regalar. amar i aún mas que si estuviese
marido es libre i señor de la mujer; por sano i valiente. Una gran parte desu enfer·
tanto, ella no debe importunar que haga medad debe recaer sobre tí, i de esta manera
cosa alguna contra su voluntad, aunque le I sentira él ménos dolor de sus maleS, viendo
puede con todo eso amonestar la que que tiene en tí compañera de su dolencia.
a él cumple. i esto si viere que pue· No tiene bondad la mujel' cuando, teniendo
de alcanzat· de él que haga buenamente de el marido enfermo. estil l'lia 'alegre i l'ego·,
su grado la que ella le rogare, el cual res- cijada. Tú haz que lJ,tés de continuo
peto de la m~ier conocido por el marido, I puesta a su cabecera, i hazle ahora uu
tiene mucha eficacia para la conformidad
servicio, ahora otro, toca sus heridas i
de las voluntades. 1 dejando ahora a las llagas con tus manos, trata su cuerpo
que esto no hacen, que son peores para su lastimado i ulcerado, i dale la medicina
compañía que viboras ¿ qué diré aLIu)de por tí misma. No huy~s ni orehuses. de
las que no pueden sufrir las virtudes del hacer beneficio a tu marIdo, nt de servlrle
marido si ven que no traen ganancia a ca· cuanto pudieres. NQ dejes el cuidado a Jas
sa? Lo eual es tanto mayor maldad en las criadas, a quienes nO I~s da. nada ni de la
mujeres cuanto que ellas pareciendo ser que va ni de la que viene, porque no tiemas inclinadas a eosas de piedad i relijion, uell todas amor verdadero. 1 como el
la posponen a todo ¡echan atras. i la me· enfermo siente no ser amado, crece su mal,
nosprecian por el dinero. Estas tales son i a deshora mas se agrava. ¿ Llamaré yo
gravemente reprendidas en la Sagrada Es· muieres o matronas, a si a Dios place sauo
critura bajo el nombre de las mujeres de tas 'j buenas, las que teniendo a sus mariJob i Tohias, las cuales fiendo a sus ma- dos dolieutes esta n siu cuidado. como si
ridos aOijidos, les reprochaban la santidad, nada les fuese en ello. remitiéndose eu
dándoles con eHa en el rostro. En la cual, todo a la que las criadas hacen en beneficio
no solo eran locas, mas aun impias i he- . del marido, sin que ellas la sepan?
réticas, porque no creían ser mayores las , "Pues en ver, como veo, a algunas que
riquezas que con virtudes se aleanzan, ni dejan misa, ui vísperas, ni sus convites,
que los bienes que con maldades se alle- vi,itas i pasatiempos acostumbrados, de,
gan, no considerando que está en manos jando a los tristes maridos encerrados, en·
<leISeñor hacer rico i bienaventurado a fermas i en casa. no sé qué me tengo de
decir o (Continùa el autor csponieudo el
quien El quisiere eu un punto. oo.
liJas tÚ, hija mia, no solamente nI) apar- ejemplo tle Clara. mujpr de Bernardo de
ValdaUloa, la cual, siendo doncella mUI
tes a tu marido de la bondad ¡justicia.
ointes remedando a tantas santas matronas hermosa i delicada se r.asó con Valdaura
cristianas con el perdimiento de toda su , cuando tenia la 'edad de cuarenta i s~js
hacienda, ayÚdale i favorécele a que per'l años i hall:indose enfermo i achacoso ha·
severe ell el amor de Dios, en la piedad, biéndole asistido por sí Illisma con todo
caridad e inocencia, de manera que acon· psOlero i solicitud aun en las enfermedades
tezca la que dice el;\ póstol; " Que cima
lilas repugnantes; i cita así mismo el
rida infiel se santifica por la mujer fiel,,, i ejemplo de la mujer de don Juan de BorestlÍ cierto que de esta manera se alcanza u ja, duque de Gaudia, doña Francisca de
las verGaùerag riquezas. Acuérdate de la Castro, la cual nunca se npartó de su capalabra del Señor cuando dice: "que [¡ecera. curandole í I'endaudole sus llagas
nadie despreciara cosa en este siglo lJOr por sí misma j i eontinúa:) "Si el marido
alllor de El, (Jue no alcance mucho mas Cil fuere hombre lleno de vicios, hazle de suel <'lIra i auu muehas I'N~es eu este,,, " frir, i lIO dp!lps con buena razonporti~r
l
'¡
1
Il
148
BiBLIOTECA
LITERARIA.
reina del interio/', ) ha dicho un nove~ r
Sin ocuparnos aquí de sus deberes
de madre, ¿ no tiene otras ovejas que
lista moderno, i tiene el cargo de 18.S al
apacentar?
¿ No tiene' un rebaño, mas
mas; es preciso, pues, que mande, que
que I'cclamaria POI'
instruya,
que aconseje i reprime, no Ii· o ménos numeroso,
sí solo sus cuidados, si no los exijieran
mitándose
su apostolado
a la predica
i Pobre rebaño entregado con
eion del ejemplo.
: otros?
I
l'
tanta frecuencia a mercenarios que,
no siendo los pastores, en cuanto ven
venir al lobo, lo abandonan i huyen!
ISan Juan). i 1 despues nos admil'amos
.conél. porque nunca habrian fin los males ni las miserias. Pero cuando [uere algo
sosegado aunque vicioso, débesle con to
del contajio de que se halla invadido
da dulzura saber i mansedumbre amOl)es·
este rebaño!
i Nos quejamos
de que no
tal' que mire por sí i tenga respeto de su
eonozcao las ovejas la voz del pastor 1
alma mire Jlor su honra su vida i tellga
El primero que les acusa es el merceOdrespeto a la hacienda;
i si lo hiciere. por
rio indolente i culpable ¡i todos los dias
tu respeto i buenas palabras habrás hecho
se repite que se ha estinguido la .raza
buena jornada para tí i para él; mas si de los buenos ci'Íad(ls I Ah! Decid. pues,
eomenzare a enojarse, no porfíes, porque
ya has hecho lo que debes; sufre. i ¡¡Jean
mas hieo que se disminuye i pierde la
zal'ás de ello no solo honra entre las ¡entes.
raza de los buenos affiOS, porque no e~
/Uas aún rnél'ito mui graDde para COD el criado quien I'efol'ma al amo, sino el
Dios ..... Asímismo. si por su desdicha o amo quien directa o indirectamente
maculpa viniere algun.daño
a tu casa. i le lea al ('l'Íado. Al ménos, teniendo en su
vieres estar triste, consuélale, 00 le repren,
mallO la autoridad i la influencia moral,
das, ni Je des Illas pena o fatiga de la que es siem pre libre de usar i abusar de ella;
él se tiene;
antes, sil.e vieres caido, corre
a Jevaotarle como SI fueses madre
i siendu el interior del hogal' doméstico
« Cuando
el marido estuviese de ánimo
uo dominio casi eselusivo de la mujer,
reposado i pacífico. teniendo la razon por
pesa sobre ella especialmente
el cuidado
timon en la mano, se debe pensar en la o carga de los criados. Su educacion i
condícion del marido con que se suele
la viJilancia
que necesita
tenel' sobre
amansar, como quier que hai diversidad
ellos, es uoa de sus mas impo/'tantes
de condICiones así r:ODlO de personus i de atribucion~s;
atl'ibucion,
sincmbargo,
otras muchas cosas. La piedra llamada
mui descuidada
en el dia pOI' las misgagate echada en el agua se enciende, i
en el aceite se apaga. El diamaute que por mas lJue se jactan de piadosas.
su durez¡¡ llO se puede labrar COllel hierro
' Nos ('II~UÙ;¡mas:' no se halla descui·
se ablanda enn una ¡¡oen de sangre, j s~ ' dada en verdad
la educacíon
de los
deja labrar al artífice;
i asi hai algullos i criados en el dia. Nuuca se ha so pO/'que COll malas palabr¡)s /JO harán ¡amas
t¡,do rnéuos sus debilidades ¡sus ¡mcosa a del'€chas, i cou buenas, SOlltales,
perfeccioncs,
i Cil cuanto i1 su instl'ucque fácilmente Iwreis de ellos todo lo oue
l'ion, J'iIlTIas hall silla meiol' enseiiado.~.
(Iuisiereis
•
No SH les l)as1l nada:
hagamos
esta
I, hablando jeuel'allllpute,
no hai hom
~
Ore tan duro a (¡uien jas blanJas palabras
justicia a los amos;
nada, IIi aUIl el
110 le m:tigueu,
pues las dulces palabras
descuido de drjar un gl'ano de polvo eu
son medicina del animo enfermo I apasio.
cublquiel' b1ll'atija, ni aun la ¡¡¡lta menado; por tallto, eOlIsideralJdo la cuerd;¡
1101' de mallil,
\Ji la mas lijcra torpeza
o
mUier todo esto, haga uua dellberarion ell ,distraccioo,
;', ¡ ni aun uu esceso de
sí misma, que si por acaso su marido rilÏerc I
con ella, por mucbo que le diga, Dunca
pll¡1 le respondera, ui Sé tomarÓ con él en
' :'IJUdlOS JIJJOSduros i egoistas parten
d¡sllUlaS, nI le hablara con enoJo. SinO COll 'de este falso punto de vista en sus relaciomuelw cordura i reposo, porque la ira !les COllsus criados, que, pagándoles para
nUllca jamas se amortigua, ¡¡si COllJOnunca
que le sirvall, no necesitalJ' molestarse ell
se ;;pa¡.;a el (uego cou otro fuego.
cuidar de ellos, i 'lue pueden exijir que les
dediquen todo el tiempo, porque todo él
(N, del T).
les pertenece,
Un amo que raciocina j
e
LA
MUJEH
CRISTIANA.
149
hueoa voluntad o Un aelo oficioso! Pe-I Iios que Jas nuestros, Esto es fácil de
l'a lilljo el asprcto
moml. !je les pasa: comprender. puesto qlle en su posicion
mucho j otm justicia que debemos tri ..• es mucbo mas fácil de llenal' cumpli(lilbutaI' a los amos, porque, en verdad,
mente sus deberes, i que en ella son
oeeesitari3mos ser mui descontentadizos .! Olui raros los peligros i las virtudes mili
para juzgarles exijcllles eu esta matel'ia.: comunes.
No hai duda que ellos son las pJ'Ímeras \
j Ab!
nos admiramos de la depravavíctimas de Sil neglijl'ucia i de su in-. cion i del mal espíl'Ïtu de esta desgraduljellcia culpable; i pel'o molesta tao I ciada clase; pues bien, por nuestra
to la vijilancia, es tan fastidioso el roce parte nLlconcebimos comohai tantos
frecuente con jentes sio educacíon, es criados pl'ullentes, hoorados i fieles. 1
ulla cargll tau I'nojosa instruirles, son I cuando se examinan las cosas de cerca,
deberes tan penosos e~timulllrles o co- . cuando se venias dificultades desu esrrejides, ison tUll escasas las mujeres tado, los deplorahles prill(~jpios de que
fuertes!
! se imbuyen. los escandalosos ejemplos
Oh r es verdad que !lO se toleran es- que reciben, Id maoel'a ordinaria cómo
cándalos en la casa. i que se despide a ,son diri¡itlus, tenemos que convenir ru
un criadocuancto
Jas causa; pCI'O en I que necesitalJ Ulla gracia i uua proleccuauto a pl'evellirlos, es mui diferente: . ciOll especial de Dios para poder todavía
¡Quién, pues, tendl'á valor para suje- i consCI'val'se pUl'OSalgunos de ellos.
tarse a tomar tan minuciosas preca u- í
Guiemos, guiemos el rebaiío qzœ se
ciones !
¡ nos ha confiado; velemos sobre Sle conSeda preciso informarse por meour l· duela, no por necesidad forzusa,
sino
de la cO!lducta de cada uno, inquirÎl'
por ajecto enteramente voluntario;
no
cesar en qué emplea el tiempo, evitar i :,por un deseo verf/'onzoso de lucro, sino
prohibir sus relaciones o amistades pe- ! por caridad desinteresada;
no domiligrosas, mediar en sus querella:s iiV€- nando sobre la herencia del Señor, siriguando la que las ocasiûlló, i cortar o I no constit16yéfldonos modelos del reba~
atajar desde un principio las intrigas i 'i10 en el fondo de nuestro corawn.
1
las iotimidades desfavorables, l, sobre cuando aparezca el Principe de los
todo, seria preciso ensef¡arl~s sus debe- pastores, recibiremos una corona de
res i su fe, procurar!es buenos libros gloria que no se /}Iarchitarâ Jamas.
proscribiendo severamente los demas; I (San Pedro).
seria preciso, 00 solo facilitar el CUI11Ved Il cierlas familias cristianas cn
plimiento de Jas preceptos de la RelijiolJ, las que el ama de casa vela por sus criasino estimular asimismo a algo mas. dos como Ulla madre por sus bijos,
Pues bieu j todas estils cosas se con si- I atendiendo cn las oCllpaciones (¡ue les
deran como minuciosidades exorbítnll- . encarga mas aún a su salvacion que a
tes, i es regla admitida que no neccsita!: su inleres; ved, lepito, i escuchnd si
el alma de uu criado los mismos ausison en estas familias las qut'jas contra
~los l'dados tan amargas i tan frecuentes.
Allí se grita ménos, en verdad, cuunobra así, está casi seguro de que le servi- ' do se rompe una porcelana, pero se eviràu mal i de no tener prontos a servide tan infidelidades voluotMias j hai tal
vez méllûs gracia i puntualidad ~n e~
mas que el cuerpo i el brazo de sus cria
dos, pero no su reconocimiento i su afecto. sef\'kio, pero se hace con adheslOn I
No es precisamente uu trabajo escesivo con lei. 1 estas compeusaciones
puelo que humilla e indispone a un criado con den, a mi juicio, establecer un equilibrio
sus amos siuo mas bien la naturaleza de hastaute satisfa('toríoell
favol'de este
este trabajo, el modo como se exi,e i la sistemu, adoptado CLlUtan poca [recuencomparacion de las ocupaciones con que se
le car~a, cou la ociosidad de aquellos a cia. Allí son los criados jeneralmente
quienes sirve. (Cár!os de Saint-Foix: El piadosos ('amo sus amos, porque, siu
impuls3rseles a ello directamente, 110 se
Cristiano en el mundo),
'1
I
sin'l
150
B 1 B LlO
les rehusll los estímulos
eA
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lo,iO
--
L [ T E 1\ A RIA.
-~...,...
ni los buenos
.io este gobierno patriarcal, no piensan
I~s criados en m/lldecir su posfclon delhi firmeza para con t'lIos. cuando
pendiente I humilde. no piensan en dese tl'ata ¡Je que cumplan un deber; pOI' jarla para correr tr'as las engañosas
lo demas, se procede con benevolencia i fantasmas de la ambicion; no desean i
no tratan mas que de la prosperidad de
nfecto. aconse,ándoles I dil'Íjiéndoles.
Si se hallan enfermos, los cuidndos esta familia cuya bondad es para ellos
solícitos de que son objeto no están el mejo/' salario. il<
1:Juvenenados nunca con niugun pensaI~n su entendimiento se confunden,
miento cruel i venal. Trat/ldos como por decirlo asi, el servicio, el pensamiembros de la familia, aprenden a COll· miento, el amor de Dios I de sus amos,
siderarla como la suya; sin que perporque, en efecto, hai una union comjudique esta incorporaclon ni a los pleta entre estos dos poderes; lel/os
respetos ni a las consideraciones debilo saben; Dios q1liere que sirvan 1amen
das, sino que, por el contrario, les hnce a SllS amos, I sus amos quieren ante
mas sinceros, 1, en su consecuencia"
todo flue sil'van i nmen a Dios.
mas permanentes 1 duraderos.
Pues bien ; estas familias son bendePero este yugo pl}tern/ll no escluye cidas, porque los ánjeles de estos serviuna sevel'idad necesaria. Repr'éndese f dores hacen llover sobre estos amos,
aun s6'castiga toda infraccion con una pur'os I abundantes toclos.
Injusticia hdlexlble, si bien se sabe
animar I fortificar al culpable, i usar de
VI.
contemplacion
respecto de un amor
propio que ha hecbo mas suceptible su
Pero la mujer tiene tambien ofros de'
posicion constantell)(!nte dependiente.
beres que cumplir en el interior dom~s·
Sinembargo, en el casO de un hábito tico; puesto que es una de las mas
vicioso, de un escándalo o de una tenaz esenciales I serias ohligaciones suyas la
--resistenCia, no hal talento ni proceder direcclon material de su casa.
alguno que pueda evitar una sentencia
La jóven esposa alimentada de ficde esclusion, una despedida rigurosa e ciones i de poesía, es, en verdad, poco
inmediata.
a propósito para esta clase de ocupaNo se ignora en las familias penetraciones: porque no ciñe sus riñones, no
das tan profundamente del espíritu de endurece sus brazos en el trabaio, i se
f'aridad, que la falta de instruccion,
apaga su lâmpara durante la noche,
unida a ideas. por la mayor parte limi'[Jar no cuidar de ella (Eecles l, quetadas e incompletas, hace a los cl'Í/ldos
incapaces de eomprender la trascenden* Seamos dulces amables ¡compta'
cia dc ciertas conversaciones. inocentes cientes con todos los que se hallan colopor Sll natOl'aleza, pero peligr'osas para I cados en un término inferior a aquel en
ellos. Así, se procede con cuidado en que Dios nos ha puesto. Obrando asi. DO
!lU presencia, i se pesa debidamente
cada con el deseo de adquirir una vana popularidad. no para adular a lisonjear a aqueasunto de conversacíon, I aun cada llos de quienes podrjamo~ necesitar un
palabra. áotes de darle curso,
dia, ¡para captarnos su favor o tenerlos
Todo se halla regulado en su vida;
propícios en circunstancias en que podria
las ocupaciones, el descanso, la oracion;
sernos aquel precioso, sino para obedecer
i este piadoso E'jercieio reune por la a uná profunda conviccioD, a un senti·
noche en un mismo pensamiento, en uu miento noble i jeneroso, i para honrar en
mismo lugar, a los piés de un mismo los pobres a aquellos entre quienes quiso
I nacer Jesucristo. a aquellos de cuyas bu·
Seùor, amos ¡criados.
millaciones, t/'aba'os i pesares quiso parPor otra parte. se sabe mostrar re- ticipar, a aql/ellos a quienes escojió de
conocimiento por sus sel'vicios i su ad· una manera especial para ser amigos i
hesion;
hijos 'de rehusarles placercs hermanos suyos, (Cárlos de Saint-Foix:
puros, se trata de·,procurárselos. l, ha- El Cristiano en el mundo).
ejemplo ••
I
LA
MUJER
CRISTIANA.
rÎendo mas forjarse desgrl}cias para
lIorarlas, o Sonar con ficciones I tl'Íunfoso No es ella la que tomará el lino i
151
aun apreciado; esimposible que tengo n
la coutlauza, que la guardcn la
deferencia i el respeto UI'I'l'Sari()~,cuan: do la juzgan incapaz e illfcrlul', CUillldo, conceptuándola bajo su de¡ll'lIdencia, les da sin cesal' 6casion, i derecbo
de imponerle la lei.
Al aceptar ulla ,¡óven esposa la pesada carga de gobernar su casa, recibe Ull
I peso que l'eClIesobre su espíritu ¡sobre
: su cuerpo. Es necesario que desde el
'principio Il) considere baj() este doble
aspecto, porque no podria.} lIenarso
bien estos dos debel'es separadameJlte,
por lo que deBe empleal' en ellos tiempo
i cuidado, agregálldoles mas adclante el
fruto de su esperiencia.
Ademas Je los motivos esp'uestos, el
solo deseo de agradar il su marido bastaria pOI' otra parte para imponerle
estos cuidados. Porque si desea encontrada amable e iojeûiósa eo una reunion
i graciosa i buena por todas partes,
tambien gusta deberle la .-:omodidad i el
bienestar que emanan del órden; gústale ad vertil' los resultados satisfactorios de una prudente economía, no
siendo la que ménos aprecia estas modestas I domésticas cnalidades, cualesquiera que sean por lo demas sus gustos
i caprichos, Si comprendieran mejol'
ciertas mujeres la importancia de estas
funciunes tan descuidadas, tal vez veI"ÍlI00osverificarse con ménos frccuen-cia, po l' dolorosas ea tástrofes. esas niI veJaciunes sociales que nos atlijen i nos
! espantan.
Nada equivale a las ocuparÎones positivas, i algunas veces toscas de la
casa, para conteuer a una imajillacion
en medío de sus locuras; nada se asemeja ménos a la novela, nada calma
tanto la exaltaciun, I por consiguiente
! nada es mejOl' para vuestra edad i vuesi tra cabeza, jÓl'enes esposas. Os hace
I en ella
I
I
la lana para hilarlos con sus propias
manos (Eccles.); no es ella, sobre todo,
quien se levantará antes del dia para
preparar el alimento a sus criados í
criadas, i la que plantará una viñ,a
para cojer un dia sus frutos. ( Eccle,).
1 no obstante, si no ~s hoi un deber'
suyo literalmente plantar la viiia i
preparar sola el alimento de sus cria-
dos, no le está permitido, romo no le
estaba antiguamente, dormirse en la
molicie (Eccles.); porque reclaman
otros muchos cuidados en su casa su
direccion i sus brazos.
Oh l eu cuauto a 1.1 dircccion, se
consiente voluntariamente en reservársela, con tal de ejercerla de mui allo,
porque es agradable mandar; pero en
cuanto a los brazos, a los pormenores,
pero en cuanto a las ocupaciones sin brillo que combaten a un tiempo mismo la
vanidad i la pereza, seria necesario para
lIenarlas descender demasiado I Aun en
las mas elevadas posiciones en que son
igualmenle indispensables la accion de
la mano i la vijilaneia de la vista, apenas se sabe ~el'virse de la última; pero
la primera corre i revolotea, puesto el
guante, por las teclas de un piano, o se
arriesga a emprender un bOl'dado de
lujo.
l, sinembargo, para ninguna condicion se ha revocado todavía la sentencia lanzada en el principio de los tiempos, debiendo sazonarse el pan del hombre con su sudor en todas partes. Pero
sin considerar el lado l'elijíoso de la
euestion, una esperiencia ¡enel'al j Jiaria suministra a la mujer motivos bastante poderosos para animarle al trabajo, i para hacerla que se dedique sobre
todo a lal' ocupaciones especiales de la
casa. Es imposible que sea buena, ni
aun la dírecccion superior, ~i no agrega 'r'fa.l.t.a
i ya ...sea
expiacion,
trab aal'o,títulu
os. hadecefa
It..a....d...C....c...o...n.ya
.t.ínusea
o:
a ella su amor propio la mujer, al mécomo preservativo, el que resulta del
nos de vez en cuando. Es impobible I cargo bien comprendido de ama de caque ejeculen bien los criados la que ella sa, ?ebc SCI' prefcrido il los dcmas.
no puede enseñades; es imposible que I, SlUembargo, scñoras, si os faltan
haga que atiendan i sean escrupulosos
estas ocupaciones,
no os creais U~n su trabajo, cuando ella no puede ni bres de vuestro cargo por esto, yeudcI
I
i.
I á2
BIBLIOTECA
Il arrojaros en los brazos eoerl·ados de
la pereza. Consldl'rad que el cuerpo
desnudo i hambl'il'nto de Jl'sucristo os
pide pan j vestido; las almas rl'dimidas
pOI'ÈI, luces.i fuerzas; aliviad las misPI'ias de estas i los padecimientos de
aquellos; ocupad tambien para ellos
esas mal)os cuya inaccion refleja tan
desfavorablemente sobre vuestro espíritu. * Emplead tambien l'stas mUllos
en adornar la única morada cuyo lujo
i belleza no llegarán jamas a la altura
del SeÚor que la habita; adorl)ad los
Il!tares, contribuid a la magnificencia
del culto de la iglesia. Culto verdaderamente católico, puesto que, universal
l'n su duracion, en su l'stellsion, en su
objeto i l'II sus efeclos, sc dirije no solo
a'· espírih~ i nlcorazoll, sino tambicn a
los sentidos.
I duranle vUl'stros años de ocios,
léjos de disipal' como el hijo pródigo el
patl'imonio mas precioso de vuestra intl'lijencla, Iltesorad, por el contrario,
amontonad para Jo futnro. Auml'ntad
la suma de vuestros conocimil'ntos:
iluminad, sobre todo, vuestro espíritu
('on las luces de la fe; interrogad a la
historia;
pedid Il Ir. Escritura la llave
de sus acontl'cimil'ntos;
consultad los
~utorl's cristianos, i remontaos ron ellos
a las fUl'lltl's de la revl'lacion, p~ra beher en l'lIas útiles enseñanzas para el
tiempo i para la eternidad.
En una palabra: no permitais jamas
a esa pereza indoll'nte i soñolienta,
lIenll de encanto i de languidez, tan
amada a veces a vuestra edad, intro• La superioridad de nuestras facultades,la distincion de nnestros sl'ntimientos,
la elevacion de nuestro caràctl'r, DO nos
autorizan de modo algUDoa separarnos
('on desden de l'sa miserable multitud que
el mundo huella con una sobl'rbia indife·
rente i un vano desprecio.
La verdadera grandeza cristiana, la ver·
r!adera caridad evanjélira 110 puede encelfilrse en una majestad solitaria, debiendo
rechazar, como Ulla debilidad criminal,
('sa tentacion de las intelijl'ncias supl'rio
n's. (CIWSS¡IY:. ¡lfamta[
liana,
de la mUJcl' cris
LITERAIUA.
ducirsc en "uestro Interior. Huid la'
vaguedad de los pensamientos,ese clarooscuro dl'l alma, .• que apl'eciaria un
pintor quizás, pl'ro cuyas tintas sin vigor i cuyos I'eflejos ta n falsos h icren las
miradas del Dios de fucl'za i de vel"
dad. "'
• Es preciso guardarse bien de coofun'
dir la fantasIa con la meditacion. La fantasIa es l'sencialmente estéril; debilita la
intelijl'ncia. en vez de fortificarla j disgusta de la accion. en VI'Z de enseñar a
moderarla i a dirijirla, i se parece'a la
l'l'flexion. como la filantropía se asemeja
a la caridad. (Chassay ): (La rnuj'er en
sU,çrelaciones con el mundo).
i,
I
• La madre que dirije su casa con el
sentimiento de sus deberes, posee un tacto
particular que entre sus manos eScomo un
cetro, una vara miljica.
Ese tacto delicado propio de las madres
que desde el primer momento, como la
vista dal médícohilbil, dístiugue los puntos
vulnerabll's, los instantes eD que es preciso obrar o abstenerse de obrar; las circun·
tanciasen que es preciso hablar o callar,
i que l'Il sus inagotables recursos eDcueDtra siempre la chispa que enciende el rayo
que alumbra, la sonrisa que consuela, el
b¡j!sarno que cura; ese tacto, decimos, se
presiente me,or que se deline.
Nada puede reemplazar ese maravilloso
discernimiento; ni la ciencia. ni el talen·
to, ni el jenio. Es un don; se dl'sarrolla
espontilneaml'nte, i parece injerto en los
coraZonl'S maternales que comprenden su
mision i cllmplen con amor con sus deberes. Su asiento se halla en las fibras mas
, intimas del corazon ; pero su aceíon I'Sca·
si imperceptibll', i se ejerce aun mas por
medio del silencio que de la palabra. Ve
sin mirar. adivina Jas pensamientl's, res·
ponde sin interrogar, tiene imenciones
infinitas. No siempre, sinembargo, se halla acompañado de paciencia i de prudencia, consistiendo su arte en esperar el tiem·
po favorable, siendo su triuufo ménos el
efecto de sus combinaciones que de su felicidad en el momento oportuno.
El taeto distingue las diversas conjeturas,
j seÎlala III !TIl'didade la solicitud. El tacto
sabe dar a cada llor del jardin los cuidados
quI' reclama; afirma los tallos que s~ inci¡nan, separa las ramas que enlazan, riega
el cáliz que se abri' i que exhala su primer
LA
VI{.
MUJER
CRISTIANA.
153
otra mujer, vosotras sentís ajitarse
I esta
uestro espiritu mil pequeños agraI en .••.
Aqul nos vemos detenidas por las vi- i
braciones de una cuerda siempre sensible i raras veces acorde, cuya superficie hemos rozado al pasar, i cuyos
estremecimientos,
prolongándose con
gran anticipacion en las almas de muchas de nuestras lectoras, nos obligan
Il hacer un alto tan peligroso como
uecesario.
SI; el terreno en que nos empeñamos
~s ab¡'asador, segun testificarán, si es
necesario, cuantos han estudiado las
dificultades de la vida de familia.
En efecto; cuando una jóven esposa
110 se pone al frente de su casa, es por!
lo comun porque se ha puesto ántes que
ella otra roujer, i jeneralmente esta
mujer es una snegra. A esta palabra,
vosotras las que leeis este libro, i cuya
'l'Ida se desliza precisamente al lado de
vios, mil desazones, apoderarse de vues·
tro corazon mil amargos recuerdos, i si
se os quiere oir van a suceder ciertamente mil quejas a esos movimientos
interiores; i aun os valdríais del estilo
bíblico para decimos: i Vivir con se-
mqjante mujer, es tener verdaderamente un escorpion en ta mana! ( Ec-
cles) •
Sinembargo, quizás no podeis formo..
Jar una queja grave; sino tan solo enredos, contrariedades,
exijencias a que
babeis resuelto no someteros; oh I de
esta clase de quejas teneis una lista que
espantaria al oyente de mas paciencia.
Ah ! no tenemos la pretension, podeis
creerlo, ni el deseo de erijirnos aquí en
abogado oficioso de las suegras; bai
mas, jóven esposa; apesar de que nl)
conocemos a la vuestra, afirmamos que
necesitais tener a veces paciencia i
a/(uante fi su lado; * pero tambien
===============11 afirmamos, apesar de no ~onoceros mas
perfume Asi es como el Apóstol. se hacia que a ella, que tiene que olvidar I per-,
lodo para todos, débil con el débil, i Pl" donar esta mucho para vivir en buena
Queño con los pequeños; como una madre InteliJencia con vos. 151 quisiéramo~
IJmorosa alimentaba con la leche la edad remontarnos mas alto, 51 conslntlésel$
~ierna i eon el pan de los fuertes la edad en examinaras mul escrupulosamente;
\lDadura.
¿ quién ha dado orljen a los primeros:
Las madres a quienes falta este tacto, o agravios" Al llegar a su lado, ¡uola
s¡ue descuidan estos movimientos repenti- encontrasteis bueoa I solícita, animada
nos, fracàsan en su solicitud, apesar de su
piedad i de su buena voluntad. Guiándose de delicadas atenciones para con vos?
~ntónces por una razon cuyas miras son ¿ Quién, pues, se mostró entónces exi~scuras i débiles, las madres comprometen jente ? .•.•
Jas mejores causas, sea por sus pasos in·
Ella solo reclamaba UI1 poco de CODtempestivos, sea por su jenio incostante, fianza í abandono i cuanto mas avanzaba
sea por los desfalIecimientos de una natu· para obtenerlos, mas retrocedíais por
l'aleza abatida.
El principal móvil del tacto maternal vuestra parte, cl1cerrándoos en vuestro
~s un juicio recto. Ahora bien: el juicio interior. Por vuestra parte no le pedíais
es siempre bueno cuando es recto. í es un consejo ántes de formar un proyecto;
siempre recto cuando se mantiene firme no, sino que Ilrgàbais hasta a ocultarle
en la esfera de la simple verdad. La madre
or. AguI estamos en el caso de decir, con
-cristiana, cuando su espíritu descansa sobre los fundamentos de la fe, i cuando uno de los mas perfectos imitadores de
-consideran todas las cosas de esta vida Jesucristo:
que los pequeños disgustos
bajo el punto de vista de los fines ulterio- son mas temibles a causa de su multitud
res, no tiene que temer los estravíos de la e importunidad que los grandes,ilos doimajinacion, ni las fascinaciones del pen- mésticos mas que los estraños; pero sé que
samiento, ni las desviaciones estravagantes le es mas frecuentemente agradable a Dios
del espfritu de conducta. (Jfanuat de la esta victoria que otras muchas que parecen
."4ladre cristiana, par el P. Teodoro Ru· de mas mérito Il los oios del muudo.u
tisbona).
(N. dd T)
(Slln Franri:::o de Sal~s: Cartas),
I
I
I
Il
1.34
BIBLIOTECA
LITERARIA:
el proyecto; I feliz con vuestra independencia nuevamente adquirida, no
os atrevíais a comprometerla con UD
acto de deferencia.
Al paso que ella parecia desear una
domínacfoll mas tierna, débil condesceDdencla cuyo resultado hubiese sido
satisfacer su coraZOD,sin lastimar vuestras afectos ni vuestros recuerdos, por
vuestra pal'teos hallabais determinada
a no hacer concesiones, i cuando ella os
deda: Hija mia, le rODtestabais: i Se-
prójimo! I Esta es la lecclon mas esce.•
lente de la doctrina de los Santos! Que'"
remos que se soporten nuestras miserias, que juzgamos siempre dignas de
ser toleradas, 1 DOSparecen siempre
mayores imas pesadas las del prójimo,
l, por consiguiente, mas intolerables e
insoportables,» (San Fl'ancisco de Sales: Cartas).
Ah! esclamaba:Davld: i deseais una
vida feli;;, deseais dias en que se os colme de bienes! guardad vuestra lengua de la queja i vuestros labios de
una malignidad engañadora. «Por
ñora!
Cuando hubiera ella querido que se
le demostrase reconocimiento por los favor, os diré con Santa Catalina de
cuidados de que érais objeto, aun cuan- SenR, i calmad un poco esos movido os fueran gravosos estos cuidados, mientas súbitos que ocasiona la natuesperlmentábais por vuestra parte, des- raleza! Reprimid la naturaleza con la
contentadiza como un niño mimado, santa virtud.» Carta a Urbano VI). 1
contrariedades por doquiera, sin disi- ya vereis, mujeres de poca fe, cómomular ninguna. Nada os complacia ; nI dulcifica la existencIa esta santa virlos usos de la casa, ni las costumbres tud; simplifica el rodaje de la sociedad
del pais, ni la casa, ni la familia, ni el íntima i difunde la paz en el alma i en
pais; ajábals sin piedad el amor propio la familia.
1 los afectos, j I os admirábais de que se
SI, las relaciones entre la nuera lia
ofendiera algun tanto los vuestros I
suegra son difíciles, por el mero hecho
1 aun en la actualidad, ¿sabeis ser de la posicion í de las desiguales rivamas complaèiente, tratable i dócil? SI lidades que lleva consigo; pero se las
se os muestra un semblante severo í hace jeneralmente Intolerables por un,a
descontento, ¿ presentais acaso el vues- mala voluntad sistemática.
tro agradable i complaciente T SI se os
Teniendo la jóven esposa el COrazonI
êorresponde con acritud i amargura, la cabeza llenos de la familia de que se
~no vol veis en la misma moneda capital separa, se halla comunmente mal dls.• Intereses 1 SI se os dirljen censuras, puesta para con aquella que la recibe.
,ols avara en recriminaciones r Si se os Le es duro hallar otra madre que no
rata con Imperio I despotismo, i no sea la suya, i no puede agradarlaesta
sabels ser desdeñosa i porfiada ~
otra madre, porque no está calcada en
¿ De qué os quejals, pues 1 Os dan la imàjeo querida cuya dulzura le travuestra edad i vuestra esperiencla dere- zara sin cesar su ternura i su memoria.
eho para exljir los primeros anticipas. Al decir padre mio a ese bombre que
¿ No os obligan estos, por el contrarIo, era hasta aquí para ella un estraño,
a una deferencia llena de consideracio- desgar¡'a Su pobre corazon i se la quita
nes, a una paciencia llena de respeto? al parecer a aquel de quien era propieI PQr otra parte, estas quejas con que os dad i consuelo.
desahogais, segun decís, ¿ son propias
Estos sentimientos vivos ¡frecuentes
para reparar el mal? i Creeis que falten entre los hijos de las familias patria r.perBoBas solicitas i oficiosas para ir a cales i cristianas, son como un testimorepetirlas a los oidos mas interesados en Dio de la pureza vÍl'jinal del corazon ; i
Ignorarlas, i pensais que un corazon ya mas que escusables en su principio Ileagriado se conmueva i aplaque con gan a ser laudables si se conservan
ellas?
...
I relíjiosamente en el fondo del alma.
Il Oh, Dios! i Cuàndo tendrán fuerza
Pero si demasiado esclusivos llegaran
nu,tros corazones para aguantar al basta hl. injusticia i la ingratitud; IIi
I
f
!.
LA
M U J E ReR
18 TIA
NA•
166
hicieran pesar la responsabilidad de una suncion, bija de Satanás, cuándo saseparacion dolorosa sobre aquellos mis- I bremos, pues, enviarla con su padre, i
mos que tl'atan de dulclficarla, serian I con la espada vencedora de la humildad
en la mano, prohibirla para siempre la
funestos i culpables.
Cuando se elije una posicion, es pre- entrada en nuestras almas! Dejandose
cIso aceptar francamente tanto sus dolo- dominar por ella, introduce uoa jóven
res como sus alegrías. Si es verdad esposà la turbacion en la familia mejor
avenida, indispone con frecuencia a In
que se quebranta el corazon de lajóven
esposa en el momento de separarse de I madre contra el hijo i al hijo contra la
sus padres, pudo ya preverlo, i debe madre, a no ser que, comprendiendo
este hijo la verdadera causa de SUs ditener actualmente fuerza para soportarlo
viciones, no baga justamente descargar
sin abrumar a los que la rodean. Estrafia, basta aquí a su nueva familia, todo el peso sobre la que las ocasionó, 1
deben proceder todas las concesiones no abandone a una mujer exijente e
de parte suya sin que nada le dé dere- imperiosa, ántes que separarse de una
cbopara exijirla'il; esta es una verdad madre sobrado atlijida ya por ella.
I hé aquí cómo un grano de mostaza
pràctica de que no puede hallarse
brado convencida. Pues bien; estas con- 1 puede llegar a ser fácilmente un grande
cesiones deberian revestirse siempre con l' árbol; c6mo por una bagatela, por un
acto de deferencia, por uua cODtradicuna forma mas respetuosa i maN sumisa respecto de la mujer de que han be- cion, por la poca paciencia, por el sacho las conveniencias i la Relijion su! crificio de un placer, por un capricho
de moda, por una fácil condescendensegunda madre.
La gran desgracia de la recien casa- cia, etc., etc., se hiel'e la susceptibilida en el dia consiste en que se forja dad, se agrian los espíritus, se indisponen los corazones, se ajan los sentiuna idea demasiado elevada de su importancia, pues, segun dice San Jeró-¡ mientos, se alimentan las querellas, se
nimo, el amo mas peligroso es la pre- vende su felicidad, se destruye la de los
suncion del espíritu propio. 1no se trata otros, i se causa frecuentemente esas
aquí de esa dignidad hija de la reserva grandes desgracias de la familia, esas
i compañera del respeto, tan necesaria escisiones que desconsuelan a ias almas
Ii la virtud de la mujer,
sino de esa honradas i separan lo que Dios ha
orgullosa suficiencia que, no dudando unido. (San Mateo).
Creedme, jóvenes esposas; cuaudo
nunca de su esperiencia o de su capacidad, se cree llamada siempre a dirijir ¡ no os engañen vuestros ojos de veinte
f a dominar. Esta es la que por lo co-! años, deplorareis amargamente la po~
mun pierde a la jóven esposa;
ella es II sicion que tratais de crearos, 1 todas
la que le bace ver que se invade su cuyas espinas sentireis entónces. Po»
autoridad hasta cuando se le da un otra vez, repito, ceded, sacrificad, ,1
.consejo o uoa simple advertencia;
ella es forzoso vuestros gustos a .la buenll
es, en fio, la que la predispone contra armonía, vuestra independencia a la
8taques imajinarios que amenazan su paz, vuestras alegrfas a esta otra a.lelibertad.
gría, fruto de la tranquilidad de la conLlena de estos pensamientos I no ciencia i de uuion de los cOl'azoues. :1
viendo en las ntenciolJes de que es obje. cuando havais hecho todas estas canee·
siones, vcreis que se os hacen tambien.
ta mas que un justo homenaje rendido
a su mérito, se hace tanto mas exijente
Los primeros sacrificios ofrecidos ,e.necuanto es mas fácil i mejor de conteurosamente probarán una buena ,vo'luntaro lasí aleja fa jóven esposa a todos tad. a traves de cuyoprismas.e.,mirlilos que quisieran acercarse a ella i rán todos vuestros actos; ballándoos tan
amarla, i siembra desde el principio las dispuesta a la condescendellcia, aconamarguras I los pesares con que se la tecerá, como siempre que Ile . trata de
abllUllorá mas adelante. ¡Maldita pre- evitaros los motivos para tenerla; O~
¡
50-1
1
I
156
BIBLIOTECA
LITERARIA.
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~r
admirareis. en fin, completamente de
veras libre i dichosa, despues de haberos resignado a la pérdida de la libertad
i de la dicha.
'
VIII.
Slnembargo, los deberes de la mujer
eristiana no se reducen a esta vida del
interio.l' doméstico, tranquila i recojida,
cuya IDfluencia no traspasa los radios
de la llama del hogar. No hai duda qne
estos son los p1'Ïmeros, pero no son los
únicos; pues si bien debemos consagrarnos ante todo a la familia, debemos
despues dedicamos al mundo que la
rodea, a los Infelices abandonados en
esta tierra de tinieblas i de muerte de
donde se halla desterrado todo drden.
( Job J.
I aquí me dirijo sobre todo a la mujel'
cuya marcha no se baila constantemente
estorbada por la voluntad o los capri-I
c~?s del marido, a la mujer que ha-II
~leDdola d~jado este en libertad de eleJlr su s~C1eda~ i de arreglar su vida,
puede, sm perjudicar a sus obligaciones
de familia, consagrar algunos de sus
i~stantes a este apostolado esterior tan
difícil i tan necesario. *
Nuse trata, pues, aquí de este mundo
loco i disipado, que su misma libertad
le manda evitar; sino solamente de
••La caridad i el celo autorizan a la
mujer.cristiana .a.salir de su retiro para
cumplir UDa mlSIODde salvacioD i de misericordia. Este apostolado es una de las
necesida~es. d~ la época en que nos halla!llOS. Anadlre que solo por el celo intelile~te I Jeneroso de la mujer cristiana po·
dran volver a ser conducidos esa multitud
Be ~ndiferentes i ~e impíos que llenan la
~~Ital de.este remo, ,a,la fe católica, con.
(flclon ~rlmera de feliCidad ide vida para
Uoa naClOD.
La Santísima Vírjen deja la tida de reèojimiento, sale de la soledad que ama
para llevar la Inz, la gracia i la paz a una
~asa lejana de su morada, para ir a santi.¡
1)ear el alma de Aquel que será llamado,
~ ma, grande de los profetas. "Entró
en la casa de Zacarías i saludó a Isabel.»
(Combalot: Conferenciassobre las gran·
dezas de la Santísima Virjen),
I
••..•.
~·
esas sociedades honradas, aunque frivolas, en medio de las cuales se halla
seguro siempre un prudente celo de
segar algunas espigas.
Aconsejar a una jóven esposa el trato
habitual <le ese mundo reprobado,
cuando DO la exlje la obediencia DI hr
condescendencia conyugal, aconsejárselo aunque sea con un objeto de edlflcacion i de propaganda, seria hacerla
correr peligros terribles i descargar sobre su cabeza una pesada responsabilidad. « No hai disposÍl:ion alguna tal vez
mas incompatible con los deberes del
matrimonio que el amor del mundo I
sus placeres.» ( Cárlos de Sainte-Folx:
El Cristiano en el mundo). 1, para
una jóven esposa gozar habitualmente
de estos placeres es hallarse mui dispuesta a amarlos. Ai! jeneralmente,
I por mui cristiana que sea, se halla
sobrado pronta a apoderarse de los pretesto s p1'Qpio~ ~ara justificar una vida
de ,place~es I d!versJOoes. A ve.ces la
mUjer menos dispuesta a la .obedlencia
llega a ser, e? esta materIa, ~e. tao
completa sumlslOn, que se antiCipa 1
traspasa a un mismo tiempo los deseos
t~as !os cuales cree escudar su con~
CIenCia.
« No bai duda, le dj¡'é con el cura de
San Valerio, que una mujer que va a
ellos con su marido, bace bien en ir,
si este la juzga conveniente;
pero
¿ permanece en ellos por agradar a este
hasta una hora tan avanzada de la noche? ¿Se hacen siempre i únicamente
para agradarle tantos gastos eo su
prendido? ¿ Dispone siempre por causa
suya tantas partidas de placer? ¿ No
satisface mas bl'en en esto sus vanl·da .•.
des i las falsas alegrías del mundo lb
(Recuerdos de las Conferencias). So
afan por prevenir eD este punto 101 de4
seas de su marido, ¿ lo lleva tan léjEls
que jamas se los deja formular? i Oh I
SI'
f
d i
i ,es as , no pue ~ n .consolarse coll
un pretesto de. obedIenCIa, Di engañarS? con UDmotivo de celo i de edificaclan; j]a gusta el mundo, la gustan
I fiUS pompas i vanidades, i se baila
mui próxima
a aIDaI' tambien sus
máximas i sus escándalos I ¡Desdicha-
LA
~.~-/"'..r--
MUJER
CRISTIANA.
151
....••.
_r--~~~~.~.J~
da de ella por los que hallará eu él!
¡Desdichada de ella, sobre todo a causa de los que acabará por dar!
Pero las relaciones de sociedad fre.
cuentes I numerosas no obligan a vivir
esclusivamente en medio de este torbe·
Ilino embriagador I peligroso, en que
se arriesga tanto, despues de haber
para producirlo ; eu ellos aprenderán a
la vez la que debe proscribirse, lo que
se puede tolerar l la que debe concederse.
CI Para una mujer bien penetrada
de
la s¡¡ntidad de su apostolado, puede ser
todo medio de ejercerlo. No bal circunstancia ni accion, por pequeña que
predicado a los demas, el ser reproba- parezca, que no pueda suministrade
da ella misma. (San Pablo). Ya hemos ocasion de predicar [\ Jesucristo sin que
demostrado que hai en el mundo mu- nadie pueda sospechar sus intenciones.
chas mundos, I en el trato de estos Porque es, en efecto, predicado h' a
mundos hai muchos grados I muchos ver a una mUjer frivola I Hjera, o
modos; pues bien: la caridad posee recibj¡· su visita con el deseo de levanun tacto esquisito para discernirlos i tal' un instante su esp[l'Ítu i su corazon
escojerlos.
sobre jas miserias que ie ocupaD habiSobre este punto remitiremos tamtualmente. Es predicar a Jesucristo rebien a nuestras lectoras a San Franciscibír una confidencia, provocar revela .•
co de Sales, las remitiremos a los Re- ciones íntimas, el deseo de dar un buen
cuerdos de las Conferencias del cura consejo, I de volver a conducir a Dios a
de San Valerio, a las cuales nos hemos una jóven esposa a quien habrá tal vez
dirijido ya mas de una vez en beneficio alejado de ÈI el amol' del mundo.
suyo; las remitiremos a las lnstruccio" Es predicar a Jesucristo ir a ver a
nes para iluminar las almas piadosas, un enfermo con la idea de expiar, por
del P. Quadrupani, instrucciones cuya' decido así, su almaal salir de esta vida,
prudente moral ilumina, en efecto, con j procurarle los ausilios de la Relijion
una luz tan recta i tan pura; las remi- . de que se veria sin esto quizàs privado.
tiremos a las Iforas serias de 1:na jó- )Es predicar a Jesucristo visitar a una
ven esposa, de 1\1. Cárlos de Saiute- amiga aflijida, con la esperanza de baFoy, horas tan serias, pensadas con tal cerla sentir la Dada de las CiJsas de este
solidez i tan llenas de buenos consejos;
mundo, i comprender que no hai dicha
las pondremos en las manos de algunas verdadera ni dmable sino en el servicio
de las Confel'encías de la SantíSima de Dios i en la práctica de la virtud.
Ví1'jen, del abate Combalot, alguDos Es predicar a Jesucristo, atajar en una
capitulas de la Biblioteca de una mu-· reuuion una discusion escandalosa o
je,. cristiana, del abate Chassay, i les conversaciones inconvenientes:
p.'oaconsejaremos que lean i mediten estos testar por medio de la modestia i de la
libros. * En ellos verán a un mismo ¡ sencillez de su traje contra los culpables
tiempo el cuadro del bien de que son escesos del lujo i contra la inmodestia
capaces, I las condiciones necesarias
de ciertas mujeres que, no pudiendo
i
. '" Ademas de estas obras que designa lIamal' la ateucion con las gracias dl!
1a autora, pueden tambien leerse el Tra, su lnjenio o COll la distincion de suS'
'ado sobre la Perfecta casada, del ve· modales, Intentan atraer las miradas
llerable padre frai Luis de Granada j la lisonjeando las malas pasiones del co .•
novela titulada rlrjinia o la doncella razon, cadàveres vivientes cUJocorrupt:1,istian;a ; La muJer. f~erte, por don Ga· cion atrae las almas ajadas, como ceban
blDo Tejado, La cnstzana de nuestros, a atraen las carnes de un cadáver a las
dias, pal" el ~~te Bautain; el iHanual 06 moscas qu~ zumban a su alrededor.
la madre crzst,ana, por el padre RailS-II CI Es predicar a Jesucristo invitar a
bona; la Fabiola, del venerable cardenalll
Wiseman i las demas obras de la Biblia. su mesa a a alguna reunlon nocturna a
teca de q~e forma parte la presente tra- I perSOnas conocidas I amadas, con el
duccion.
(N. del T.)
proyecto de hacer amable la piedad fi
l,
158
BIBLIOTECA
LITERARI~
de probarles que, léjos de ser incoDci· para darla a cOllocer no obra en vano
Iiables con los deberes que nos impone (San Pablo). 1 esta caridad del ejemplo,
nuestl'a posicion, a ann con los place- fuerte como la muerte, dura como el
infierno, es mas fuerte i mas dura que
res honestos que nos hace indispensa·
las pl'eocupaciones del mundo;
es la
bles la debilidad de nuestra naturaleza,
trompeta a cuyo sonido caen las mnralos eleva, pl)r el contrario, i los santifica con su benéfica influencia. Es pre. lias tras las cuales nos creíamos inespugoables.
dicar a Jesucristo dar uo buen consejo,
Id, familias cristianas, bebed del
hacer una reflexion saludable ap.'opósito, diriJlr a una persooa uo elojio mc- agua de vuestra cisterna i del vivo
manantial de vuestro pozo; pero no
recido, i a otra una censura benévola.
Es predicar a Jesucristo estrechar la basta esto, es necesario tambien que
IDano a UDa mujer desalentada,
dirijir hagais fluir por lo esterior estas aguas
'Ulla tierna i compasiva mirada a un sér saludables, i que se conviertan cn
débil que reclama nos interesemos por fuentes públicas, en que pueda todo el
él. Es predicar a Jesucristo mostrar a mundo l'efrijerarse. (Proverbios). "
los demas, con sus palabras i con toda
su conducta, que no se pertenece uno
• Nos olvidamos con sobrada frecuencia
a si mismo, sino que se consagra enteque s'lguiendo Dios la palabra del Profeta
ramente a los demas, dedicándose Il dió a cada uno un mandamiento i como
sus intereses, i estando dispuesto a seruna funcion respecto del prÓJimo.
virles. Finalmente, es predicar a JesuSi estuviéramos bien penetrados de esta
cristo ir al mundo para enseñar a los verdad ganaria diariamente nuevos pardemas a vivir en él, como si no se vi- tidarios la causa de Dios. Si cada uno de
viera, a no fijarse en él, a no amado i los que tienen la felicidad de serie adictOS
a mirar como una necesidad dolorosa le ganaran tan solo una sola alma,es difícil
calcular el prodijioso acrecimiento defuer.
la obligacion de mantener numerosas
za i de poder que resultaria para ella de
relaciooes.» 1 añadiré tambien : es pre· ese progreso lento, insensible pero conti·
dicar elocuentemcnte a Jesucristo dar al nuo. Las reuniones mas frívolas en apamuodo el especlàeulo de uoa de esas riencia, lIegarian a s~r asambleas formales
familias bendecidas pOl' Dios i mui es- por el objeto que todos se propondrian al
timadas de los hombres, de uno de esos ir a ellas, i por el resultado que se obten·
Jalanstel'ios cristianos en que unidos I dría. l,as conversaciones mas indiferentes
todos sus miembros en una misma fe nos darian tambien la ocasion de arrojar
alguna palabra que, como una semilla,
tin una misma esperanza i en un mism~ echaría raices en alguna al:na bien predis·
nmor, lo están asimismo eo una misma puesta; i sin investigar con mucho cuida·
conducta, pasan haciendo bieo, i paredo estas reuniooes, que a veces casi no
.cen en medio del mundo egoísta que las compensan, con los efectos que producen,
rodea un ramillete de rosas olvidado en el tiempo que allí se pierde i el trabajo que"
se emplea, no las evitariamos tampoco con
UD pautaDO seco.
un CUIdado inmoderado. Pero aceptando
lOb, no deben ocultarse semejantas
faroilias! En nombre de la Relijion quo las invitaciones que se nos han hecho, co·
mo ocasiones que nos envía la Providencia,
lasha formado, en nombre de la caridad I para abogar por su causa i defender sus
,de que son un reflejo visible, en nombre
intereses, sabríamos comportarnos en ellas
,(ie aquel que recompensa un vaso de de modo que dispusiera a los demas cn
,agua que se dé al cuerpo i un ejemplo
favor de nuestras ideas, i que hiciese disi·
par las preocupaciones i las antipatías que
-quo se dé al alma, no deben guardar
pUra ellas solas todas sus luces i su fe- con su frecuencia solo tiene pUl'causa la
ignorancia i el aislamiento en que vivimos.
licidad ! La caridad no es nunca egolsta; ama a los demas como a si misma,
i quie¡'e su felicidad como la suya pro- i No se tiene ni bastante fu~rza ni bastan·
pia, no se regocija con la iniquidad,
te adhesion a la causa ~ue se sirve para
,siwoque se regocija con la verdad, i reformar i correjir en silos def6OO)Sque
1
I
••••
••
•••••••.••••
' •••••••••••••••••
LA
MUJER
CRISTIANA.
II
159
Hé aqul los deberes de la mujer: hé i presuntuoso, cuyo triunfo adornan
aquí el edificio cuya cOllstrurcion le. comunmente tantos vencidos i tantas
está confiado por el mismo injeniero de víctimas.
la Iglesia i de los mundos; hé aquf su ·1 Dos hombres, ¡ai! ámbos,eran samision, sobre la cual se ha escríto so- II cerdotes, des pues de haber regado i
brada i no la suficiente eu nuestros dias 1\' cultivado el mismo campo, se encooI Dichosa si sabe comprenderla 1 j Mas ! traron en bancos opuestos en uua de
dichosa aún si sabe !lenarla !
I nuestras
asambleas
deliberantes. Ya
i Ah I sin dnda que pertenece toda la: sabemos que esto se ha visto con frcgloria de esta noble mision a Aquel pOI' cuencia, i desde que Luzbel, convertido
quien todo \,0 puede la mujer; pero al' en Lucifer, fué abatido por el Arcánjel
ascender 8 El, deja ella un rayo en la San Miguel, no tienen los hombres
frente de esta.
derecho de admirarse de semejantes
Mísion en la familia, que desde el: cambios; así no es esta reflexion la
jefe hasta el último de los servidores' que nos detiene. Lo es una palabra caconduce eHa a Dios, variando sus me- racterística pronunciada
por uno de
dios, pero siempre con una alianza de ellos, i que repite todos los dias el mundulzura i de firmeza, i COD la total ab- do cuando pasa por delante de él una
negacion de si misma .••
mujer sinceramente cristiana.
Misioll en el mundo que ella censura
M. de Lamennais, sentado Il la esi condena, cuya influencia destruye,
trema izquierda, conservaba esa po slcuyas filas ilumina, atrayendo pOI' me- cion sombría, taciturna i casi humillada
dIo de Dios a sus servidores, i que, no que le acompañó por todas partes en el
obstante, no pudiendo dejar de admi-; fin desdichado de su desdichada vida.
l'aria, le rinde homenaje persiguiéndo-,
Aparece el P. Lacordaire, i su noble,
la. Avergonzado de si mismo, en su tranquilo i austero semblante tan bien
presencia, intenta mostrarse mejor a su secundado por su hábito blanco de dolado j lobo carnívoro manchado de minico, atrae las miradas i los respetos
sangre i de barro, se reviste algunas
de todos. Un solo hombre tiene consveces con la piel de la oveja para no tantemellte los ojos bajos i la actitud
herir sus miradas; i tiembla ante ella, taciturna; este hombre es M. de La-'
Ilomo Satanás en frente de un Ánjel.
: mennals. CI Mirad, se le gritaba da toI asl unce a su carro la humilde I :das partes; es un antiguo conocidomodesta cristiana este mundo soberbio vuestro.-¡
Habeis visto a ese hombre 1
Ile decían los otrOS.D 1no comprendlen=c===--.~,
do nada los que se hallaban próximos
alejan a los demas i que nos impiden Ile- " a él, de aquella Impasibilidad, parec,ida
var el convencimiento a su alma, De esta' a la estupidez, en aquella mirada \Usuerte van debilitándose las relaciones so' variablemente fijada en tierra, le im·
ciales diariamente. (Cárlos de Saint-Foix:
pulsaban i hostigaban enseñándole al
El cristiano en el mundo).
que él no queria ver. [{i Ah, por Dios,.
dejadme! respondió al fin, acompa• " El verdadero espîritu de familia, ha ñando sus palabras con un jesto de
dicho el p, Ventura (La ¡)-fuier católica'
Impaciencia no equívoca: no veis que
n~ es mas que la mútua adhesion de lo~. ese hombre pesa sobre mis hombros
m!e~bros que la componen," La mujer I como un mundo.»
erlstla~~ posee este doble espírí~u que Dias I
Ah 1 I en estas palabras hai un munIe arroJo desde 1.0 alto, de J~sCIelos couel. do de meditaciones para nosotros!
manto de la carldad ; I gracIas a su eXIS-··
., P'
.
tencia, a un tiempo mísmo devota i adicta;
(. or que el mundo, tan indulJente
la familia está aUD firme sobre su base I con los suyos, es tan severo con los deapesar de los furiosos i recientes ataque; \\ mas? Porque estos son cristianos sinde las lejislaciones i del filosofismo, de la ceros i le pcsan sobre los hombros como,
incredulidad i de la inmoralidad,
. un mundo.
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160
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A.RIA.
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n.
¿ Por qué hombres que se glorian de
su egoismo i de sus costumbres disoluPero 110 lo olvideis, jóvenes esposas:
tas, critican tanto todo lo que no es si quereis alcanzal' realmente este elecaridad, pureza i austeridad personal
vado objeto, debeis poneros a la obra,
en la vida del sacerdote? Porque la visi apresuraros, porque al avanZll'r la
ta del predicador de Jesucristo les pesa I caída precipitada de esta sociedad, debe
en los hombros como un mundo, i traduplicar a cada instante su rapidez.
tan de aturdir su conciencia desacrediPor otra parte, al principio, I cuando
tándofe.
es vuestra influencia nueva en el mundo i en la familia, es cuando debels
6 Por qué ese sér dcgradado)or
el emplearla, i no cuando la hayais gasvicio, arrebatándose con furor contra tado para satisfacer vuestros caprichos
la virtud, tratll de ajar las reputaciones I i vuestros gustos.
Inas puras? i Porque el espectáculo de
Pnes bien: hé aquí un aviso esen-.
\Su triunfo le pesa sobre los hombros
cial; vuestras relaciones forzosas o.
~omo un mundo, i le habla un lenguavoluntarias Con el mundo no os obligan
Je que no quiere escuchar I
ni a penetraros de su espiritu, ni a arre¿ Por qué no puede soportar este glar vuestras costumbres por las suyas.
hombre corrompido la vista de una al contrado, no debeis parecer en él
iglesia o de una cruz? j Porque estos sino para reformar estas costumbres i
combatir este espíritu. 1 siendo el amor
sagrados objetos le hablan de arrepentimieoto i de expiacíon, de relijion i de desenfrenado al lujo en el dia uno de
Justicia, i por consiguiente, le pesan sus preceptos queridos, no debe ni puede entrar en vuestro corazon de cristiaen los hombres como un mundo!
na. " i Dice tan mal con la humanidad
¡, Por qué la presencia de una mujer
" Hase llegado hasta a justificar, bajo el
en la que todo es dulzura, caridad, be- punto de vista de la economía política.
nevolencia i perdon es tan temida en del bienestar social, lo que condena la ReIi¡ion con una severidad inflexible, lo que.
ciertas sociedades frivolas ~ (Porque
tambien les pesa en los hombros Como aja el Evanjelio a cada pájina, lo que ha,
(In Inundo, i es su bondad para ellas considerado siempre la Iglesia como dia.
metralmente opuesto al espíritu del cris'Ina acusacion muda t una censura
tianismo; como si lo que Dios condena
punzante !
pudiera producir nunca resultados favorables al desarrollo de la sociedad; como.
i Por qué, finalmente, los escritores
si pudiera haber en esto una contradicirrelijiosos de este siglo se encarnizan
don real entre las máximas del Evanjelio
tanto contra la misiou de influeRcia con- i los verdaderos intereses de la humanifiada a la mujer por la Iglesia,contra los dad. La Relijion coudena el lujo en los
llamamientos que se hacen a su celo i a ricos, como la causa principal de su dusu fe, contra el concurso que de ellos reza con los pobres; les empeña a repri.
obtiene? j Porque esta mision, este ce- mirlo para que puedan aliviar con mas
lo i este concurso, contra los cuales vie- abundancia Ia miseria de estos j i los ricos, por una especie de amarga burla,
nen a estrellarse frecuentemente sus contestan que el lujo es, por el contrario,
ataques, les pesan en los hombros co- un manantial de prosperidad i de riqueza
mo un mundo! 1 Oh Dios mío! j Oja- para los pueblos, i para los pobres la lilá les pesaran mas todavía I i Ojalá no mosna mas segura i mas honrosa a la vez.
desmayemos en la noble tarea que se ASI el mundo entiende que se engañó Jesucristo sobre este punto, i que exceden
nos ha marcado! i Ojalá contribuyamos, aun a costa ùe una existencia de en sabiduría al Evanjelio los libros de
nuestros economistas modernos, los cuales
humillaciones i de lágrimas, a introduhan comprendido mejor que Dios lo que
cir una poca sangre cristiana en las es útil a los pueblos en jeneral i a los poarterias de nuestra sociedad envenebres en particular. (CárJos de Saint·Foix:
nada'
El Cf'istiano en el mundo).
LA
MUJER
CRISTIANA.
161
del Evanjelío 1 1Dice tan mal a una'
No, (( no perjudican las riquezas a
desterrada que llore en un valle de lá- los ricos cuando saben usar bien de
grimas! i Dice tan mal al lado de la ]' ellas » ~San Jet'ónimo:
Cartas);
pecruz! Solo lloraudo pode¡s adaptaros ¡ 1'0 cuando las usan como medios de
sobre este punto a las exijencias de vanidad i no de caridad, se convierten
vuestra posicion, i jamas adelantaras a i en tizones infernales, i hacen que soa
ellas o Ilevarlas al estremo;
Jas hijos mas dificil su sal vacían que pasar un
del mundo se glorian en sus carrozas
cable por el 0)0 de una aguja.
i en sus caballos; pero 110sotros solo,
Cuando se piensa que ({la mayor
nos gloriamos en el nombre del Sei1ar. parte de las mujeres que se estravian
(Salmo).
' deben a su amor al lujo el principio de
lX La verdadera sabiduría,
dice Fenesu estmvío t de S\l pérdida; cuaudo 56
Ion, es que no haya n~da qlJe llame la ve a uu hombre, despues de haber conatencion tanto ea !Juan se¡:tido ('omo sagrado una gran parte de sq vida a
en malo, respecto de los mueb!cs,
estudiar las costumbres í los hábitos de
equipajes i vestidos. Y ('sUd de modo la clase mas corrompida de la sociedad,
que no se os pueda criticar de persona Ilegal' a esta espantosa conclusion: que
sin gusto, poco nseada I sobrado des. la mayor pilrtc de las mujeres que sucuidada; pero no aparezca en vuestro ministran materia a estas tristes obseresterior afectacíon ninguna en los Rdor- I vaciones se han perdido por su amor
DOS a alhajas i en el fausto. )) ~ingul1a,
. al lujo, í la que las tiene en la vía cri¿ Jo ois, señoras? Ninguna, si qucreis 'minaI Cil qne se hV.nempeñado, temienpracticar la verdadera sabiduría, esa do perder estas Joyas cou que adornan
sabiduría que produJo la locura de la sus cuerpos» (Cál'los de Siljnte-Foi~ :
Cruz; ninguna, ni aun esa afectacíon
Horos sérias de una jóven esposa);
de buen gusto, mas caprichosa i mas cllando se. recuerda todo esto, repito,
refinada que cualquiera otra, con la nos espantamos por esas mujeres que,
cual pretendeis dístitlgl1iros tan elegan- ,seSuil dicen ellas, quieren permanecer
temente del vulgo, i que muchas veces, puras, miéatras que comprometen hasapesar de su aparente sencillez, llega Et ta el porvenir de sus hijos para adornar
ser para vuestras familias una verdade,
de esta suecte su cueriJo. ¡ Ah! da
ra sangría de r1ata.
tentacíon de ddararles,
como hizo JeSi bien debeis poner algun cuidado ,sucristo, que han cometido el crimen.
en vuestro porte, no es para haceros en su coralOn, i de esclamut' con el Esmirar i admirar, sino, por el cOlJtrario, Ii pfdtu Santo: i Cuântas jentes han,
para no llamar la atencian ni cn bien p~,.ecido a causa de la vanidad de la
ni en mal. 1 en cuanto al esmero d~l nwjer.' (Eccles). i Cuántas van a pereprendido, pocas veces puede servir de ! cel' aÚn!
pretesto la voluntcd Lle los m~ridos;
Nos espantamos tamblen por esas ni.
pues si se consult:ll'¡¡ siempre eqta vo- ñm, de cabeza Hjera cuya fdvolidad,
Juntad, seria por la ClWmtl mucho ma- mas bien que el deseo de agradar, les
yor la sencillez en el tl'aje i CI': los edor- impulsa a servir a la moda de rodillas,
nos de las mujeres. Suc~dc con el lujJ a adorada, ,', como ellas dicen. La
Jo que con los placeres del mundo; se
escede en mucbo, i hasta se anticipa
* .:\"adit!ha estudiado sériamente el lenguaje (podría decir, la jerga) del bello
siempre a la voluntad de los maridos:
mundo de nuestros dias, sin notar su examuchas veces, por mas que se pronuncie esta voluntad eu un sentido razo- jeracion enÜitíca i riùícula. En él se pronable, no se la sigue ni se la escuch<!o áigan eau UUa magnificenciaje¡¡erl)sa. sotoda espresion ciertos términos estreLas notas de las modistas que se des- bre
mas reservados en otro tiempo para las
ploman en scguida como los témpéiUOs grandes cosas; pero ninguno de ellos se
de nieve sobre el bolsillo comun, son ha prostituido de un modo mas inconveuno prueba irrecusable de esta verdad. :niente que el de la adoracion. Todo objeto
ENTREGA
21.
162
BIBLIOTECA
LITERARIA.
moda es, en efecto, una divinidad sin vez; si es permitido el contacto del
compasion para aquellas a quienes unce mundo, laun aconsejado ", no es para
a su carro; arrástralas de una impru.
aprender a pensar como él sino para indencia a UDa inconsecuencia;
de una ducide a que piense como oosotros;
inconsecuellcia a lIlla locura ;de una no es para quo oos seduzca, siuo para
;Iocura a una falta, i de la falta al há- I convertido.
'bito del mal. 1 deslumbrada
la jóven
No nos engañemos, sinembargo,
en
esposa pOI' ella, atraviesa todos estos esto; tratar de convertirle colectivagrados sin verlos; anda voluptuosamente i en masa, seria una empresa
mente sobre las flores que ocultan el inútil ¡temeraria:
precipicio, i se buude en él sonriendo,
Siempre
habrá escándalos
entre
basta que le advierten la vergüenza i nosotros (San Lúcas);
mas puede obel remordimiento que toca en el fondo.
tenerse gran éxito illdividm:lmenie i
j Oh mujeres!
no trateis de brillar
pOI' partes. ¿ No seria ya mucho sacar
por el rizado de los cabellos, los adoro un alma dd abismo.? Esta alma lleva
nos de oro i la belleza de los vestidos; " otr~s consigo; estas atraen a otras
sino adornad al hombl'e oculto en el: igualm{'nte en pos de sí (Cúnt. de los
l'orazon con la incorruptible pureza de cántic,) i pl'olotígiÍndose la cadena, va
un espíritu lleno de djtlzura i de paz,
siempre 'creciendo, gracias al primer
la cual es un rico i magnífico adorno: ¡millo, del cual dcpenden todGS los doa los o,'osde Dias. (Sun Pedro).
mas j i es grato i conso.lador decir:
La belleza solo es una débil ventayo sai este anilla.
ja; solo será alabada la mu/'er que
Pues bien: hé aquí en qué caracteme al Señor. (Provervios). 1la mujel' tércs podrá distinguirse si sois vos quien
que teme al Señor se ol'upa primel'Il-- conserva su Imperio. en el mundo, o si
meute en adornar al hombre oculto en prinripiaestea
impooeras su yugo:
su corazon;
1 solo desp\les, por sumihé aquí las mèdios de disceruh' si persion 1 condescendencia,
presta Ulla teneceis al mundo, o si estais en el
poca ateocioo a este hombre esterior
mundo sin ser de él. «( PGrque es mui
cuya belleza es tan leve ventaja, cuandiferente estai' eu el mundo i ser del
do no es un don funesto. «( Su adorno
mundo. Se puede mui bien ser cristiano
mas magnífieo, mas espléndido, i que estando en el mundo; pero IlO se puemas deslumbra por su emauto i su I'i- de agra:lar nunca a Dios siendo del
queza, consiste en esto: La túnica de i mundo. Uoa mnjer podl'Ía persuadirse
la gracia santificante lavada con la , fiÍcilmente que el único. medio de no ser
sangre del Cordero.» (P. Ventura:
del muudo, es no. estar en el mundo,
La Mujer católica).
la cual es falso; o 'lue, una vez fuera
¡Ah ! bien sé que el mundo no juz· del mundo, no tiene nada que temer de
ga asi: agrádale adornar sus victisus peligros, lo cual no. es ménos CGnma~; gústanle hel'mosas, frívolas, ea· trario a la verdad.
prlchosas, porque le gusta que sean
* Cuando se obra por miramiento, cuan·
culpables, j porque est1lUd6 mancbado
do se sacrifican sus prGpiGs gustos i sus
él mismo, no puede sufrir esa incorrup-¡ inclinaciones personales, cuando no. se ce·
tible pureza cuya guarda se halla conde a la lijereza o a la pasion del placer
fiada esclusivamente
a la humildad
tan desarrollildo en algunas almas, no hai
e'faDjéliea. Pero digúmoslo todavía otra nada que temer de los anatemas (lue lanza
al mundo el Evanjelio; porque son dirijidos contra el egoismo i no contra el espíri1u de abnegaeion i de sacrificio. EIsaque no es atrO?: es adorable. Raras veces crificio es UD fuego purificador que conse. llega una mujer de moda Il otra, sin sume en el fondo de IGScoraZGnes todo la
dirijirle uIIcumplimiento sobre alguna de imperfecto i débil que puede encontrarse
las adorables chucherías de su divino Ii en ellos. (Chassay: Let Mujer en s'Us re·
JleIUlido.
laciones con el mundo),
LA
MUJER
aUno. mujer es del mundo cuando,
desp,'eciando al hombre interior a quien
debe adamar continuamente de virtudes i de gracias, se aplica esclusivamente a adornar al hombre estedor,
que reclama de ellas una parte mncho
ménos importante en sus cuidados i en
su vida; es del mundo cuando, dejando
a UD lado los deberes de la familia, que
son los mas esenciales, prefiere a ellos
los deberes facticios que impone el,
muodo arbitl'ariamente a sus esclavos;
es del muodo cuaodo, cuidándose poco
de las conveniencias de su estado i de
las exijencias de su posicion, se somete
ciegamente a las leyes mas caprichosas
i a los usos mas fllem de razon de la
moda j es del mundo cuando, sin consideracíon a los límites Ejue le impone'
su fortuna, i sin respeto a la santa miseria de los pobres de Jesucristo, afecta
en sUs muebles, en su tra;e i en el tren
de su casa un lujo que reprueban igualmente la razon i la fe.
a Es del mundo cuando, despreciando
la saludable severidad del Evaojelio,
toma por guias de su conducta las
máximas relajadas i corrompidas del
mundo; cuando no considerando nunca
la vida futura, encierra en la vida presente todos los deseos de su espíritu i
todos Jas afectos de su corazon; es del
mundo cuaudo, desdeñando el trabajo
que ejercita i desarrolla a un tiempo
mismo las faCultades del alma i las fuerzas del cuerpo, coudena una i otras a
Ulnadeplorable ociosidad; es del mundo
cuando, co vez de t\'[\tar de agraJar a
Dios, c'lnsagrándose,
por hábito de
sacrificarse a la felicidad de las que la
rodeau, i que han sido confiadas a su§
cuidados, trata de agradar coulas atr.<ctivos esteriores que han desarrollado
en ella una edl.1cacion facticia, i va Il
mendigar a los estrnños elojios poco
sinceros iuna estimacían poco merecida.
cc Es del mundo cuando, en vcz de
inspirar a un marido poco cristiano
gustos mas sérias, ide prepnrarle de
esta suerte al cumplimiento de los deberes del cristianismo,
trata, por el
contrario, de sacar partido en favor de
su propia vanidad i de sus paSiones, de
CRISTI.ANA.
16$
los malos instintos que advierte en él ;
es del mundo cuando, en vez de consagrarse Il la educacion de sus hijos 1
de inspÎl'arles desde mui temprano gusto i amor al bien, les amaña, por el
contrario, a los usos facticios i a ,la ~i;"
da disipada del mundo, cuya esclava,68
ella misma, imitando a esas bárbaras
madres que entregaban sus hijo.s ,en
tiempo del paganismo a los brazos inflamados de un ídolo monstruoso, para
aplacal' la cólera de Dios a quien rc,presentaba;
es del mundo cuando ama
sus leyes i su esclavitud humíllante,
cuando busca con inmoderado ardor sns
ficstas i placeres, cuando aprucba la
que él aprueba i condena la que él condena, cuando vive de su vida i recibe
todas sus iufluencias, semejante a la
planta que saca su savia de la tierra en
que se baila fija.
e(Pero la mujer está en el mundo sin
ser del mundo, cuando, obligada por
las conveniencias de su posicion a vivir
en medio de él, sabe crearse una virtud
de la necesidad a que tiene que obedecel'; cuando, obligada a tamal' parte en
sus fiestas i en sus pla~eres, lleva Il ellos
d reluo de Dios que está dentro de ella,
iese csplritu de prudencia i moderacion
cristiana que contiene al alma en justos
límites i le impide entregarse sin dh¡cerD¡mie~lto al atractivo del placer. No es
del mundo cuando está en el mundo
como si no estuviera en él, usando del
mundo sin abusar de él; cuando le considera segun el consejo del Apóstol,
como una apariencia a una sombra
furtivo. que pasa con rapidez sin dejar
rastro cn pos de si; cuando prefiere a
, un placer los goccs mas suaves de la
I familia,
o los santos consuelos de la
soledad í de la oracion; cuando sabe
sacrificar sus leyrs arbitrarias i sus con\enieucias fertlcias a las exjiencias del
l,deber í de la Relijion; cuando es, ante
todo, una mujer piadosa i sumisa, una
madre atenta i Y¡li1ante, una hija tierna
i obedieute, uu~ herinàiájeilcl'Osa
i
adicta, una amiga fiel i sincera; cuando
sabe llevar, en medio de las fiestas a
doude la conduce uua netesidad imperiosa, ese buen olor de Jeaucristo c~yc
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164
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perfume regocija a cuantos le rodean, i tende hacerla jirar en provecho suyo,
halle subir a su corazon santos pensaexije resolucion i fuerza. Esta ret8mientas i piadosas resoluciones; cuando, guardia es el campo atrincherado, es la
en vez de atraer a los de mas hácia ella III ciudadela fortificada del enemigo, í los
por uu secreto instinto de vanidad, para I primeros combates dados a las pasiones
uncirlos a su carro, solo piensa en j i a los vicios mas grosel'os, eran ménos
atraerlos hácia Dios, inspirándoles el I encllrnizados tal vez. Antes de presendeseo i el amor del bien, e inclinándose
tarse en esta tcrrible liza el campean
bácia ellos con el movimiento de una revestido ya con las armas de la fe,
caridad sincera i desinteresada.») (Cárdebe volverllls a templar con oraciones
los de SaiIlte-Foix:
Horas serias de '1 asiduas; e.te es el tónico que vuelve a
unajóven esposa ).
I dar fuerzas al alma rendida por las
j Dichosa la mujer cuya conciencia,
guerras interiores; este esel escudo que
despues de leer estas pàjinas, pueda j la preserva en el momento del choque;
decir entre sí con toda seguridad:·1 este es el fundamento que puede ofrecer
CI Soi de Jesucristo,
i no sé servil' a dos I una base sólida a las fortalezas relijiosas
amos 1» Pero no se duerma sobre este ; de la mujer. *
consolado~ testimon!o, porq.ue el mun- i 1 empleando este divino apoyo, es
do tra,t~ra de contmuo de IDfiltr~r en semejante a uñ hombre que, edificando
IIU espJ,rJtu el veneno de s~s máxll~as'l
una casa, cavó profundamente
i puso
Tratara pJ'i~eramente de IDtrod~clrlas ! el fundamento
sobre peiía j i sobrevipor las paslOues del corazon, siempre niendo 7ma inundacion, batió el rio
mas fácil de seducir; pero sino puede ltácia aquella casa i no la pudo mover
entrar por esta puerta, sobrado bien
'
guardada, uniéndosele el demonio, ten* La mujer debe a sus hijos, a su esposo,
tará al ménos, para evitar los efectos a sus criados i a cuantos la rodean el
del ejemplo, de hacer hUraÏla su devoconmovedor espectáculo de una vida rica
cion, ¡raro i descontentadizo su humor,
de paciencia, de longanimidad, de pru1 exijente su piedad. j Ah i Acuérdese
dencia ide r€signacíon. Pero si e] espiritu
ent6nces de que Jesucristo vino al de oraciou le falta, la irritabilidad de su
naturaleza, la violencia de su carácter, la
mtendo a destruir l as a b ras de Satanás
actividad febril de la imajinacion i la mo(San Juan), 1 que, habiendD renunciado ! Jicie del alma, haran de su morada la
por el bautismo a Satanás i al mundo,
maosion de las borrascas, i de su vida un
debe resistir los ardides de este la mis· sup'licio.
mo que ataques de aquel. Piense en esa
La mujer verdaderamente cristiaua es
estrecha
stllidaridad por la cual se un sér que ora, un <Ínjel contemplativo.
ha identificado con la Relijion a los ojos La oracion es el suplemento de sus faculde los siervos del mUlldo, i guárdese de tades, i por la orac10n llega la mujer i
una piedad encerrada siempt'e en sí mis- escede al nivel inteiectual del hombre. La
ma, cuyo egoismo se irnajina obrar Sll oracion tiene para una mujer sincera~nente
Ilalvacion con detrimento de la de los piadosa inspiraciones Que desconCIertan
siempre la razon mas confiada en sí misma,
demas. Que tenga la perseverancia i el cuando solo tienen por guía los resplanvalor de venceJ' la poquedad de espíritu
dores vacilantes de sns opiniones i de sus
J /a estrechez de carazan, fuentes de ese dudas. La mujer que reza es el ánjel
personalismo místico tan opuesto a la protector de la familia, la consoladora de
caridad dilatada i fecunda, madre e todos aquellos que sufren a su alrededor,
hija a un mismo tiempo de una devoel consejero de aquellos a quienes ciega el
clon Ilustrada.
mundo i a quienes estravían las pasiones.
1 no conozco en una madre secreto mas
poderoso para hacer su casa una imájen
del cielo, que el de naturalizar en elIa, por
decirlo asi, el elemento sagrado de la ora!sta lucha contra los abusos de la cion. (Combalot ~ Con[erel¡çilJ~ sobre lCl
piedad contra el am,!>' propio que pre-, Santísima Vír;jell).
l·
Ii
'1
1..
1
LA
MUJER
CRISTIANA.
,."-·-.
porque estaba fundada
(San Lúcas
l.
sobre peiia.
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165
·'.'-··~.-_-'_,- •.._··.••.•_•...•••..
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contrapeso en el corazon permaneceremas ¡nmobles. '"
¿ Por qué temes, 1iW;;'erde poca fe?
(San Lucas). 1 sí temes, no oyes II San
Anustin decirte: (eTienes miedo a Dios,
sálvate en sus brazùs." Yé a Et si estás
1por la.oracion~ entiendo'tambien la
frecuencia de sacramentos, Or1lcion pel'fecta I eficaz entre todas j remedio. apo.
yo. consuelo i recompensa ~el soldado fatigada i aórumada, i h'l te conforde ~esucristo ; rocío: de los;cielos que. tarLÍ (San Mateo) j permanecerá en tí i
refrlJera al pobre desterrado recordan- I tÚ en él [San Juan), i nadie te arrelJadole la patria;
fretos del át'bo\ de la I tarci tn alegria. (San Mateo).
vida, sin los cuales moriríamos, pero I
• Ciertamente, famas nacion nlquna,
eón cuyo ausilio vivimos con 'Joa vi,da :! po~ lJoderosa que ¡laya sido, ha tenido
eterna. Ali~éot~se con .ellos, la mUJe1'1 dioses qlHJ se hayan c011wnicado tan
con fret'uencla. No se lo,; ofrrce la ser- familiarmente a ella como et vuestro!
pieute, i si le muestran tn:nbie::: Su des·, IDeu1ernnomio).
Dudez, es dánd{¡le un vestido de virtud
\ 'Por Cju~ b'nbiais de temer? Él os
para cubrida j \la la al'I'Oj3r,Ú el Arcúo-- a8~g"Jra que liene 1m ardiente deseo qe
jel con la espada de fuego, Ino se hl'j'e ' comer la PaSClta con vosotros (San Lupentirá Dios de habedo criado: Que cos j • oS declaro t'l.mbien que no obtentome el cáliz de la suJvacion ir'VGcando dl'eis' la vida sino a este precio. 1 si
el nombre del Señor, i se v~rÚ lióre, d.e habla Dsi, no es porque ignol'e vuestra~
sus enemigos. Que coma de estos dl'l" miserias: lo~ conoce mej{¡r qoe vos, 1
nos f.'uIOS i beba de esta copa l:J~gt'ada, ha querido cargarse con todas; no es
si es f~er,te, para COl.lservor su, ~uerza;
tampoco que tienda un laz,? a vuestra
si es debll, para perder su debilidad.
I debilic1ad j no qztiebra la cana cascada,
..
- "ni apaga la mecha que todavía humea.
PrIvada ~e e~tos.s~corl't'~,.If1":::,uJ.er
(San lHateo). Cl'erd solamente (San
es un, esqUIfe Slll th11uil, mUl ¡h>,~e~o I 1'.JfÍrcos\, tratad de vivir bien,sed mani mUl esp~esto; un bal',co tel1~I~O (,e i sa i hu;nil(le (San Mateo J, i 1'ecibidle
costado, sm remeras ni V¡:pOI ,una
con alearfa (Sr.n Lúcas). Uua vez hachalupa desatada de lu áncora de la lJitando" en vos os cnseiíarÚ tada verdad
nave i a la que se lle\'~.,n las ulaR ; un" l'~a" J"Bn) o:Pl'odicrará toda gracia. i
b
' - Idas
Ull
u u",
,"
, " .•
. arca con que se 1 ecr. an as on
vuestru casu recióire la, s'.!tvaclOn. (San
lDstante para trngúrsela dr5pl1es .•
LÚcas).
Pero los saClameotos ~on las muno,.
que tiende Jesucrist(l !I\luestm ùeü¡lid"d
para sostenerla sobre la mar dun(]e Ba
h d
]
'
d
l've
un ej son os me d lOS e que se si
para producir una grao calma Aquel a
quien obedecen los viento,~ i hs ales
(San Lúcas) ; son los amilias cOllc"didos por su cc'mpasion a los liue lanzan
este grito de socorro: Sellar -' Salvaclnos, porqu~ perecemos. (San LÚcas,l'
Pertrechados con estos ausilios, pode,
I
mos ser como flqae l antiguo at eta que
le sostenia 'frecuentemente
sobre un
disc,o untad~ de aceite, de doú.cle DO
podlll.ll arrancada sus ndvers:,\!lOs: ~I
demonio} el mundo, la concupiscencia
perderào alternativamente
el equilibrIo
atacándooos,' miéntras que con eJte;!
iil
¡
~ Iotroduritl eu los entrañas de la fami. li1 el triple elemento de la o!acion, de la
confrsion i de la comunion, 1 yo os prometo eD nombre del mismo Dios, que
'deste;>ra,eis de ello para siempre las tem.
,pestades que la aiitan con sobrada frecuencia i Jas pasiones que la desholll'nn ..
La oracioD, la confesion i la Euca!l~tía
húràn habitar n Jesucristo i a su DIVIDa
l'\Iatlre cn el seDa de vuestras moradas.
I Vuestras f;)milias DO serán ya teatro de
celosos odios, de calculos te~eb:osoS, .de
,insuitos a la Providencia, La IDdlferencla,
I las infidelid¡,¡des, jas rebeliones, l?s oprobias i todas las mabs pasiones lJUlr~D.del
I santuario doméstico que se ~on~ertlra en
la mnosion dtl la oaz i la habltaclOll de los
,ánjeles. (CombaÎot: Conferencias de la
!
1.
Santísima.
Vi:rJfn ).
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ante et' cual se dobla toda rodilla, i
de quien trae su or{jen todo poder
(San Pablo), I su sanclon.
IOh madres! No os acordais ya de
los males que este bello nombre os ha
CAPITULO III.
costado, no os espantais de los que os
prepara, i os admirais de haber podido
LA. MADRE.
creer en la felicidad ántes de acercar
Se salvarán por los hijos que los labios a su encantada copa.
l, no obstante, este titulo tan envihabrán dado al mundo, haciên.
doles perseverar en la fe, en la diado solo es a veces un oríjen fecundo
caridad, en la santidad i en la ; de trabajoil, de fatigas, de dolores i de
vida bien arreglada.
I temor. Lloros abrasadores,
lágrimas
(SANPABLO). I abuDdantes acrecientan con frecuencia
Guardad por e] Espíritu Santo,
que habita eu vosotras, el exce- su curso, miélltras ajitan sus aguas anleute depósito que se os ha con· gus~ias mùl'tales o desgarradOl'as inquie,
tudes j pero todo es nada comparado
fiado.
(SANPABLO),
ApaceDtad e] rebaño de Dios COll sus esperaDzas ¡sus alegl'Ías, i no
cuya guarda teneis.
es así cómo se. detiene su potestad fas(SANPEDRO).
cinadora.
Enseñad la verdad COll amor.
La mujcl' nace madrej ha dicho un
(SAN PABLO).
autor
moderno; la maternidad es como
Preparad al Señor un pueblo
el complemeDto obligado de su vida i
perfecto.
(SAN LUCAS).
Padres, no fatigueis a vuestros la iDmutable lei de su sér, i la vírjen
hijos para qne no caigan en el que IDm'ola a Hios en los altares la
abatimiento.
(SAN.PABLO).
dulce esperanza de acariciâr mas tarde
Tèngo una inmensa alegl'la de a un niño fruto de su seno, no puede
haber hallado entre vuestros hi· renunciar a la maternidad carnal sino
jas quien anda por las vias de la sustítuyéndola con una maternidad eSverdad, segun el mandamiento
piritual j mística, sin la que no podria
que hemos recibido del Padre.
colmarse el vacío de su corazon i de su
(SANJUAN).
Doblo las rodillas ante el Pa existencia.
dre de Jesucristo, Nuestro Señor,
Espada de dos filos, esta potestad de
de quien recibe toda paternidad amor i de adbesion presta encantos a
su nombre en el cielo i en la las mismas penas que ocasiona, i hace
tierra.
(SAN PABLO).
sobrenadar con frecuencia sobre su
amargura consuelos inefables. Es no
I.
solamente UD fin para la vida de la
mujer, sino un objeto para la febril
I Cllán bello es el título de madre!
j Cuán precioso i consolador!
Nadie ]0 actividad de su corazon, un freno para
posee sin apreeiarlo, nadie Jo da sin su imajilJacion arrebatada, un ejercicio
bendecirlo, i no saben pl'onunciarlo los para su virtud, i hasta, ya lo bernas
lamos sino secundadas por el corazon. i dicho, un ejercicio anhelado.
Término de amor i de dulzura, inspira
Imájen e\'idente del Dios quealimenslnembario va,Cori tuerza; palabra po· ta, sostiene, iDstruye e ilumina, del
derosa, enca'Dto maravilloso,es el único Dios qne da su vida por sus hijos~ f
que puede a veces hacer vibrar la Clltl'· prodiga su sangre por los mas ingratos,
da del sentimieuto en. los corazones! la madre imita de lejos este inimitable
$ecados por el egoísmo. 1 se concibe ejemplo de caridad; llega a ser el samili, bien, puesto que toda maternidad, I crificio uuo de esos instintos deso coraasí como tod~ paternidad, viene del, zon, i cuando desconoce su hijo su
.Padre de Jesucristo Señor f¿uestro, ¡ arnor, trata de triunfar de su Ingratitud
i Pueblo escojido. confianza!
El que
guarda a Israel. vela siempre, ijamas
's sorprendido por el sueíio. (Salmo).
LA
MUJER
CRISTIANA.
161
l, no obstante, todo es limitado en la
tierra, hasta el corezoo de la madre,
hasta el valor de su ternura. Esta madr!', que no vaci!aria en cubrh' con su
cuerpo el de su bijo si le viera peneguido por un tigre; que daría con gozo
su cabcza por retardar el instante en
que tuviera que caer la de su, hijo; esta
madre, cuya mano quitaria de su. boca
su Único ¡postrer a\immto para evitar
a su hija los tormentos del hambre, i
que despreciaría sus propios padecimientos pura enjugar las làgrimas de
esta hija a de ese hijo; esta tierna i
apasionada madre ctirecerá algunas
* Dos cualidades son prin~irnlmento veres de fURrza p!Jra cumplir habitualnecesarias a ia madre, i cuando las posee mente obligaciones fáciles, pero multies capaz de llevarlas hasta el heroislllo. :
Esas cualidades son la ternura i la paeien- i plicadas j se verá tal vez vencida pOi' la
cia. El hombre, que acaso aventaja a la pereza, despues de haber triunfado del
mujer en fuerza ¡ en jonio. no puede igua. I doler, i siendo capaz de dar su cuerpo
lar a la madre en estas dos cualidades. La I por salvar el de su hija, entregará el
madre cristiana sufre, pero no se desa· alma de esta hija, para evitar a la suya
lienta ; llora, pero no se queja. Acaricia al esfuerzos i trabajo.
niño en sus dolores i le cubre con sus beAh I Por apasionado que pueda ser
sos; aunque es la causa de su martirio. este amor, es entónces como el del aniOh I i hasta ljué punto desconocen la vida I
de sacrificio de las madres los aue se ¡ma mal por sus hijuelos i el del ave por su
jinan que todo está lleno de eÎ1cantos con! nido; es un amor instintivo, velo a
el contócto de los niños! Los nif¡os requie- veces trasparente de una especie de
ren muchos cuidados. ¡ la solicitud que egoismo celoso j pero no es la verdadera
exi 'en dia ¡ lloche requiere una maravi· maternidad que Procede del Padre
Ilosa paciencia unida a uoa ternora inago celestial, i an te la que se inclinan i
table. La ocupacíon de madre no admite deben inclinarse todas los sentimientos
tregua; escucha con atencion palabras
vagas, sin sentido: responde sin fastidiarse naturales del corazon.
Si por el contrario se ilumina esta
a las preguntas importunas de los niños;
previene los peligros, exhorta con dulzura, pasíon del amor maternal, la mas noble,
I
por su naturaleza con las luces de la
responde con induljencia. riega, por de· ,ya
cirio asi, esas jóvenes plantas con una :fe j si la dilatan i la elevan los sentiabundancia de dulzuras que las hacen cre· mientos cristianos;
si desembarazáncer como el suave aliento de la primavera dota la caridad divina de todo pensaabre los botones de las rosas.
miento personal, la purifica de la vieja
¿ Necesita la madre cristiana buscar me·
dios de satisfaccion saliendo de su esfera levadura humana, participa en cierto
de actividad? Tiene a su vista, bajo su
mano, en su corazOD, ob.'etos e instrumentos capaces de perfeccionarla. Vuestros
hi;os son santuarios destinados a llegar a formarse a imájen de su madre. De donde
ser templos vivos de Dios. Vosotras, ma· resulta que la madre cristiana està obJidres, respondeis de la integridad de estos \ gada a hacerse perfecta paraperreccionar
te~plos i de su augusto destioo; vosotras. I a los hjios que Dios ]e ha dado, está obliSOIS la.s guardad~ras, las encarga~as de +1 gada a .Hegar â ser santa,parasalltificar
a
qu~ r!lIDe J~, san~laad en ellos. ~Sl como su marido, .. resplandeciendo asi en el ~eno
MOIses debla edificar el tabernaculo de, I de sa famlha, como brilla el arco iriS en
Dios segun el modAlo que se le habia mos, .\ el cielo cubierto de nubes. [Manual de la
trado en la montaña, asi vuestros hijos"'I Madre de familia, por el p.adre Teodoro
objeto de vuestra piadosa solicitud, deben!. Ratisbona).
(N. DEL T.)
por medio de nuevos sacrificios. c( Despues que le llevó diez largos meses en
su seno, habiéodole lImado allí ya cao
un antícipddo amor que Il' bizo Ii¡cro su
peso i el parto heróíco, apl;l1as sale u luz,
le forma como uo lluevo seno con sus
cuidados, con sus car:cí¡¡S, sus alarmas,
sus vijilias, sus saerjficios, su crdor i su
sustancia maternal. Cien veces le vuel ve
a dara la vida,le disputa a la debilidad,
a los peligros, a la enfermedad i a la
muerte.») (Agnsto Nicolas: La Vírjen
Marta i et Flan divino.) "
'1
'1
\
168
B 1 B LID
TE
eA
modo del poder i de la inmensidad del
mismo Dios, i hace todas las grandes
cosas sin despreciar ninguna de las
pequeñas. No, nada detiene entónces su
fuerza i su valor: ni la muerte, ni la
vida, ni los ánfeles, ni los principados,
ni las virtudes, ni el prescrite, ni el
porvenir, ni el poder, ni la mas alto,
ni lo mas bajo que exi~te, ni criatura
alguna (San Pablo); no puedcn agotarla esfuerzos violentos, ni embarazarla
lIunca los porrnellorf'S mas minuciosos,
Heróica en su odhcsioil, la madre verdaderamente cristianu inmolu con /DUllO
segura hasta ]05 mas puros goces de su
amor, si reclama tal sac¡jlicio el objeto
de este amor; intrépida en SIlS l'c50Iuciones, triunfa hasta de su propia terDUra, que interpreta pOI' firmeza, por
severidad, si es preciso en despecho, de
todas las reclamaciones del corazon.
1 regulada de tal 5a~rte e.tu noble
pasion, llega a scr la virtud mas sauta.
l POI' qué i Dios mío 1 no estim poseídas
de ellas todas las madres? Ah ! renoval'ian la faz de la t¡('frD, la edad de oro
no seria una fiecion, i no habria ya
escándalos entre nosotros.
No intentamos volver a tomar aqni
'por base el capítulo inagotable de la
educacion indicado en la primera parte
de esta obra. Remitiremos a él a las
madres, rogándoles que lo completen
con sus meditaciones i sn esperíencia ;
seguras de que si pidcn ti Dios luces, se
las dará, i sabieudo por otra parte que
raras veces les falta el conocimiento de
]0$ deberes cuando tieneu voluntad de
cumplirlos.
Jeneralmente se teme aprender estos
deberes; cenamos los ojos a la claridad
que 1011 muestra, nos mantenemos firmes contra el libro o el consejero que
1011 enseña, i nos imajinamos
salvarnos
con la capa de esta ignorancia. Es inútil toda tentativa con estos sordos a
estos ciegos voluntarios. Por mas que
se les presenta la In~ i se les grita:
Ephpheta, no se desengaùan los ojos,
DO se abren los aidas; esta potente palabra se estrella aquí contra una bar"era que ha respetado siempre Dios; la
libertad humana.
LIlE
R A RIA.
Nos dirljimos, pues, solamente a las
almas de buena voluntad; Duestra propia voluntad nos bará perdonar. i la
suya suplirá, como esperamos, su Jnsuficiencia.
Este capítulo, especie de apéndice,
al mismo tiempo que de recapitulaclon
de la primera parte de este libro, ayudará tal vez a colmar el inmeDso vacío
que nos hace ver en él una mirada retrospectiva. Hasta aqui u:¡s han impedido, a nuestro juicio, los pormenores
profundizar la suficiente sobre el modo
¡e¡¡eral de considerar,
estudiar
i com-
prendel' los deberes de la madre, sobre
ese espíritu de fe i de piedad que debe
animada por todas partes, i fuera del
cual todo es illlsion para lo presente i
decepcion para la porvenir. Exije tanta
prudencia i cuidado la cultura de las
almas, que DO se IJOS acusará de qua
volvamos a él a qae insistamos sobre
ello; no sabeu las madres que si deben
salvarse por los hijOS que dieron a la
Ile;:, del mundo, es con espresa candicion de procurar su perseverancia en
la fe, en la caridrul, en la santidad i
en una vida bien rerlZtlada¡San Pablo),
o, parll decirlo todo en una' palabra, de
educados cristianamente.
« La familia se haBa estahleclda, así
como la Iglesia, pa!'1l velar por la vida
del recicn naeidc: el Hijo de la eternidad debe recibir los primen;s conocimientos de su noùle odjeu, de sus grandes deberes, de su destino sublime, en
el hogar dom85tico, en las rodillas de
su madre, en los brazos de su padre;
allí es donde debe ¡¡¡¡render el jóveu
candidato del cielo que para ser escojido no dehe vivir sino para su Dios i
para sus herli1aDOs; allí, en fin, debe
hacer ese glorioso aprendizaje de las
virtudes cristianas, único camino de
la etcmidad bienaventurada. (Gaume:
Historia de la familia J.
Oh madres cristianas! tratad, pues,
ante todo de penetraras del verdadero
espíritu de la fe, ; cultivad desde luego
en vuestras almas el sentido cristiaI no si quereis hacerle jeilDinal' eu olras
¡ partes. No mireis el mundo, DO mireis
I la vid8, no mil'eis vuestl'a mililon, no
LA
MUJER
CRISTIANA.
mlreis a vuestro hiio i su porvenir sino i COD las luces de la Iglesia; no llameis
al traves de las pájinas del Evanjelio •• deber u obligacion, desgracia o dicha,
virtud o falta, gr~Ddeza o bajeza, sino
•. n El Evanjelio es un libro que nunca lo que el Evanjelio o la Iglesia llaman
se ha leido ni meditado bastante. Cada de esta suerte ; temed las máximas del
palabra i el lugar en que esta se halla colo- mundo, su veneno sutil, su seductora
,cada tiene un \'alor infinito, i no puede . facilidad i su peligrosa condescendencia,
decirse Ilue se comprende bien aÚn cuando I mas todavía que sus pompas ¡sus fiesse le haya leido cien veces. Es una luz I tas; temed los ataqnes de una sociedad
con que ja:nas se sacia la vista; es uu
amor que el Cornzon halla siempre nuevo, I materialista i las influencias de una liaùn dcspues de haberlo apurado entera· teratura sensualista, mas aun que los
mente; es la inmortalidad que renace por grosor'os ataques del vicio i de la disosi misma, i en la que, ¡;aciàndose el alma. lucion. Si fuese nutrida vuestra pobre
solo esperimenta el sentimiento no inte· hi.ia con estas m:íximas perniciosas, si
rrumpido da la v¡da. n CLncordaire: artí- mamara con la leche que le dais princulo publicado por Le Correspondant.)
cipios anticristianns, si los viera peneNo todos teoemos la profundidad de
ideas i la sublimidad de sentimientos del trar en vuestros actos i en vuestra vida,
célebre dominicano para apreciar las ine· si los oyera aprobar por la infalible
lables bellezas del Evanjelio. i para pene- boca de su madre, ¿ quién pnede pretrar el sentido de sus maravillosas pa labras; veel' i decir (as horribles hel'idas que
pero tenemos un corazon: i un corazon con ello recibiria su alma? ¿ Quién es
Ilustrado por la fe i dirijido por la Iglesia, capaz de saber si, a no mediar un miha sido siempre suficiente para gustar ese lagro, seria imposible cllrarla jamas ?
incorruptible maná; licor de los fuertes,
Oh 1 acordaos que ((la familia es una
es verdad, pero al mismo tiempo leche
saludable de los débiles,·
Nosotras, las mujeres, tan 'débiles por lo '
comun i tan descontentas de serIo, no
sabemos lobastante el varonil valor que se ha retirado la Iglesia esta libertad porque
adquiere leyendo estas inspiradas pájinas. se haya abusado de ella."
Ensayemos este remedio, bebamos del
Ah! si las mujeres que creen i practican
agua de esta cisterna, i no solamente no la Relijion meditasen el Evanjelio, no se·
tendremos nunca s~d, sino que tendremos . rian tan frlvolas ni tan tímidas en la eduba3tante agua para saciar con ella a los qne cacjon (lue dirijen. i les divinos perfumes
nos rodean.
de esta' sagrada flor cmbalsamarian su
«¿Dónde están, esclama en el mismo vida, su casa, su familia entera.
artículo el reverendo padre Lacordaire,
]\'0; «El Evanjelio no es In muerte déi
dónde estàn lns familias que se alimeotan corazon, sino su regla." (Chateabriand:
de esta lecbe sagrada i' ¿ Para quiénes es 'Jenio del Cr{stianlsmo'.
la lectura del Evanjelio un descaoso de las .1 nEo este ¡ibro augusto está clmisterio
fatigas del dia i una fuerza para cumplir . de los misterios. /1 h ! dichosas entre todos
los deberes del siguiente ... ?
los mortales aquellos a quienes hace Dios
« ••• ¿Hai. aún entre los cristianos lite.
la gracia de oir, de leer, de pronunciar las
ratos, muchos que lean el E\anjelio? Lo oraciones i de respetor las palabras de este
dudo. l, no obstante, jamas ha prohibido ¡libro. Dichosos aquellos que saben forzar
la igle.;ia que se lea i medite la Sagrada la puerta ¡entrar \'iolentament6 en los
Escritura en la lengua inmortal en que la· senderos. Pero '1:aldria mas que no hutradujo San Jerónimo para los cristianos bie.~ennacido ¡mtes que leer para dudar e
de su tiempo. Jamas ha prohibido que se para despreciar)} (Lord Bywn).
lea i se medite en la lengua nacional de
¿ Por qué no trató el autor culpable i
cada uno, cuando ha sido la traduccion àesgraciado de estas Últimas líneas ¡je foraprobada i acompañada COll notas esplica. : zar esta puerta, pronta siempre a abrirse
t¡vas. No, jamas; la palabra de Dios es el aute el jenio? ¡Por (¡ué penetrando mas
derecho comuo de los hijos de Dios. Si adelante en las Sagradas Escrituras, IlO
han abusado los protestantes de ella en- meditó estas palabras de San Pedro: Cudl
tregándola sin defensa a las interpretacioserd el fin de Los que no tienen fe .el! Q!
nes de uoa libertad sin regla al¡nlfla, no i lè/.'al1jelio de Dios ... , .. ?
F'iTllF-G-A
2:1.
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Ig.lesla privada cuyos sacerdotes son Jos ¡¡librOS, en las escuelas, en los hábitos •.
padres,» {San Agustin l, i no vayais a I en las costumbres, en las leyes, en las
introducir en este santuario los esc<Ín- I conversaciones dd mundo, en los desadalos de la incredulidad i la abomina- I bogas de las familias. Polvo sutil, mezcion de la desolacion. Encargadas de! cla a la incredulidad del siglo por todas
una mision celestial, guardaos de una partes su constante oposicion Il la seve·
ternura sobrado natmal que, rebosando
ridad evanjélica. Se deposita en el fonde vuestro corazon, amenaza a cada do del vaso de que nos servimos pa,ra
Instante arrastrarlo con los objetos de [ apagar la seil ; da vueltas en medio de
su afecto;
guardaos,
repito, de su i los átomos del étel', se desliza. en el
calurosa debilidad como uno de esos i perfume que aspiramos; i si al respirar
amigos imprudentes
cuya amistad es 'el aire vivo i puro de los campos nos
acaso mas funesta que su frialdad.
creemos libres de sus ataques, es tamACOl'daos, finalmente, de qne nada
bien nn errol'. Oidium de que son una
pequeño alll donde son grandes todas ! débil imájen nuestras plantas secas i
las consecl1encias; de que nada es de III estériles, opone su accioD corrosiva al
despreciar allí donde creciendo con su crecimiento de las almas, cambia en
víct.ima los resultados de la neglijcilcia, II! frutos de muerte sus nnciCD.tes virtu. ~
adquieren a veces espantosas proporcio Ides, i apoderándose las hojas despue,.¡
nes. en esa misma víctima cuando IIpga de los frlltos, les quita todo el verdor
ala edad viril. I acordlÍndoos de esta I de la inocencia.
palabra comprobada con tanta fl'ccuen- II No obra con ménos destreza la locreèill : el hombre es toda su vida lo que! duHdad para ejercer sus estragos con
fl!é en las rodillas de su madre, tratad il ménos cinismo i arrogancia que en el
de hacerla Piad.oso i sumiso en vuestras pasado siglo, pues si bien tien~ tal. v.e~
rodillas, para que pueda ser un dia I adeptos ménos fel'vientes i apóstQJes
venturoso I fuerte. Es mejor, dice el! ¡ ménos celosos, sabe conservarse en
Espíritu Santo, morir sin hijos que todas las familias i en todos los espÍridejarlos despues' privados de piedad. i, tus un sitio en que se atrinchera j se
i Desdichado del que escandaliza a los :'1' fortifica a la sombra, esperando el dia
pequPÏlOs i a los débiles I Valdríale mas Il. en que podel' desplegar sin temor sus
que se le atara 7/na rueda de molino I banderas. Algunos la combaten basta el
al cuello i se le arrojara en la mar; Ii último trance, cn el terreno de los dogpero desgraciados, sobrc todo, aquellos II mas I cie los puntos fundamentales de
cuyo escepticismo,
àestilándose gota a 'lila moral; pero al llegar al campo cerragota, seca poco fi poco a las almas iu
do de la práctica babitual, de las convenlles i las petrifiea infa!iblemente,
versaciones usuales I de las apreciaciosemejante a esas aguas calclÍI'eas cuya nes mundanas, caen insensiblemente las
accjon lenta 1 continua convierte en armas de las manos de los dos campeopiedra una flor.
neS,i les vemos ¡ai! diariamente estreEscandalizar. con una l'aida flrofunda,
charse en sacrilegos abrazos. El niÏIO,
COD uoa falta grave o COllun crimen,
pues, que siendo aÚn pequeño contemes dar verdaderamente
un ejemplo culpla este espectáculo i respira este aire
pable i sobrado peligroso; pero corrom - viciado, se ve eu breve cOIï'ompido él
pel' sordamente sin estrépito i sin ver- mismo; esta atmósfera infestada COnsgüenza, insinuar de un modo lento el tituye poco a poco su único elemento'.
veneno de las falsas máximas en un e impregnado en ella de esta suerte:
alma privada de defensa i de remedio,
llega a ser, si me es lícito espres31'me
es asociarse a la mas sat<Ínica empresa.
así, tan inpenétrable a los buenos prínl, no obstante, este veneno pulvedcipios Como un globo de caontclwuc al
zado por el espíritu del mal se esparce agua del límpido manantial.
en el dia por doquiera. HÚllasc en los
Ah! cuanto maS comun es el mal,"
i,
cs!.
1
II
il
LA
MU JER
CRISTiAN
A.
mas sembrado se halla sobre todos los,! te niño de haberlo sacl'lflcado todo pOl'
.<lbjetos este polvo maléfico, mas rece- . esto. No penseis, por otra parte, que
losa i vijilante debe ser la atencion de perjudique esta educacíon profundala madl'e sobre este punto. Debe tener mente cristiana ni a su felicidad en el
mucho cnidado de que no la empolve
mundo; las promesas de la piedad no
este hon'ible veneno, i si descubre un son vunas ni para -lu vida presente nI
átomo de él en sus palabras i en sus' para la vida futu1'a. No vi al justo abanactos, debe soplar encima con todas las i danado, dice el Espíritu Sauto, ni a su
fuel'zas de su voluntad, aún cuando! posteridad '·Cd1Icida al pan de la liprovocara de esta suel'te la sonrisa i el mosna.
desden de los hombres que, f{'volcrinAi! 1 Cuún numel'osos son entre no ••
dose en el polvo, tienen envidia de los sotros aquellos a quienes podría dirljil'"
vestidos intactos. de los damas.
aÚn Jesucristo, como en otro tiempo al
Sí ve una hija a su madre, modelo i pueblo que pasaba el lago de Tiberiades
oráculo suyo, renunciar s:n vacilacíon
p!lra ir a buscarle a Cafarnaum, esta
fi todas las Hutajas que se compran con
dolorosa censura: En vel'dad, en vereulpables condescendencias;
desafiar dad os digo, no es por haber visto mis
sin aprension, a la vista de un deber, milagros i reconocido mi divinidad
el respeto humano, las cetlSUl'as i el por lu quc me buscais, sino CG causa de
desprecio del mundo; mostrar por tolos panes g¡le lIabeis comido, i porque
das partes 1 siempre que preftc¡'e obeYo os he saciado.' (San Juan J. Et
decer a Dios mas que a los hombl'es,! alirr.ento incorruptible, este alimento
iqué elevada idea ua cOilcebil'á del. que .~eccnserva hasta en la vida eterna
deber i de la sumision a Dios! i Qué: (San Juan), i que gusta dar el Hijo
Santa i eficaz impresiou no recibirá!
del hombre sobre todo (San Juan);
i Qué fuerza DO ndquirirà, finalmente,
estealimento de fe i de caridad, pan diJ
para resistir mas adelante a otros ejemDios que viene del cielo i da la vida al
plos i otros consejos!
I mundo (Saa ,laan),
no lo pedimos ni
la deseamos nosotros. Pero si DOS fal~á
II.
el alim~nto del cuerpo, si esperimentames los mules de la vida, si nos acosan
El nino debe aprender úntes que toda los achaques de la edad, entónces nos
otra ciencia, segun hemos dicho, la de acordamos del Señol', ivamos a buscar
la obediencia; pero, ántcs de todo debe , a Jesus. (San Ju:m). 1 aún cuando
aprender la obediencia a Dios. ciencia fuera pi'ecjso para esto ¡¡travesar un
que se muestra mas bien qae se esplica.
lago pl'ofundoi peligroso, \lO nos detenEl que hace la verdad, llega a la luz. : díamos ni ante este obstáculo ni anté
( San Juan). Dios ;intes que los homniegun otro; vamos aUi, marchamos,
bres, el alma ántes que el cuerpo, el oramos, i creemos 00 deberle nada,
deber ántes que el placer; ta les son las contestà.ndole, si nos habla aún de la
pledl'as angulares en que debe fundarse
obra de Dios Q2lc consiste en creer en
toda educaclon cristiana.
Aquel a quien envió (San Juan):
l, en efecto, i pobl'e madre! no te- ¿ Cuáles son vuestras obras? Haced un
mais demasiado a esos hombres que milagro visible para quo f]1'eamd.S
,pueden matar el cuerpo (San Mateo), (San Juan J.
pero cuyo poder no se estieude sobre el
1hé aquí al hombre, en efecto: oralma que vos sabreis guardar. El tiem. gullo i bajeza, vergonzosa debilidad 1
fPV;8 corto (Salmo), lo mismo para
temeridad loca. Hé aquí albombl·e,
,aestro hijo que para vos; tratad de siempre ínclillado hacia la tierra desprepafal'le una morada en los taDernúpues de su caida, í arrastrándose 11
culos eternos; i aunque no tuvÍl~rllis imitacion de su seductor, apesar de la
otra herencia que dejade, consolaos:
mano divina que se le tiende para lelIegarà un dia en que no O~ acusará es- i vautarle! I Hé aquí al hombre, Ilpta.~.
1:7-2
BIBLIOTECA
LITERARIA.
nando el espíritu bajo el peso de la i pensad sobre todo en el interior cuya
carne, i desdeñando constantemente en distribucion se os ha confiado casi entepensad en amueblarla i en
presencia de la fantasmagoría de este ramente;
i si no se encuentra en él
·(Dundo las realidddes eternas! Ah 1 adornarla;
i. Por qué no pensamos ante todo en el un lujo iuútil de injenio i de saber, que
reino de Dios i en 6U justicia, i nos I se halle siempre lo confortable de la
virtud i de los conocimientos sólidos.
serà dado todo lo dernas por aiíadi.
(c ¿ Quereis preparar un dichoso pordura?
(San Mateo). 1 cuando DOS
venir a un niño? Cuidad, pues, de Stl
dice Jesucristo:
Yo soi el pan de vicuerpo, como si fuera el hijo de un al.
da (San Juan), ;, por qué no le resdeano, i de su alma, como si fuera el
pondemos con toda In fuerza de nuestros deseos: Se?l()r, dadnos siempre de hijo de un rei. FOl'madle el cuerpo de
este pan '1 (San Juan). Tomad i comed, un proletario i el alma de un gran seIlOS dirá ÈI, i entónces viviremos
etere ñor, para que, no teniendo ya las nece·
sidades ni los deseos que el primero,
namente._~_ (San .Juan).
No recuerdo qué filósofo dijo estas tenga toda la magnificencia i la liberapalabras:
«Do cuerpo hermoso no es lidad del segundo. Distinguid siempre
cuidadosamente en él al animal i al án·
otm cosa que una bella fachada;»
pero siempl'tl nos han chocado pOI' su jel, i lo que llama San Pablo elltombre
viejo i el hombre nuevo, o el hombre
esactitud ! Ah! Sin duda que el tran
seunte i el estranjero admirau esa sun- terrestre i el hombre celeste. Tratad
tuosa fachada; pero si se quiere morar rudamente a la vestía, pero contemplad
Et·
en ella i buscar reposo, es necesario al anjel J) (Carlos de Sainte-Foix:
otra cosa. Al ver un interior donde todo Cristiano en el mundo).
Es forzoso convenir aquí en que la
es incompleto i todo está descuidado.
moda de ocuparse mucho de sus hijos,
se maldice esos estel'Íores engañosos
tras los cuales so oculta la pobreza.
moda, al parecel', Útil i moral entre
Sin duda po deis no descuidarlos com- todas, presenta algunas veces inconv~
pletamente; no os está prohibido con·· nientes mas graves tal vez que el sisteserval' en vuestro hijo la gl'acia i la ma opuesto seguido por nuestros abuebelleza que le ha dado Dios, reparar o los; I esto provieno sin duda precisaconserv<lr esta fachada adornada pOI' el mente de que es una moda: puesto que
la moda no sabe prestar su nombre fi
mas hàbil arquitecto "; pero pensad,
oada que sea realmente útil i formal.
* Debe cuidarse del cuerpo méuos por sí
Todo es fútil en las acciones de las
que por el alma que debe servirse un dia mujeres inspiradas por la moda, porque
de él i gohernarle. Los padres no deben ,toda es frívolo en sus princípios; j
olvidarse nunca que es un instrumento, I cuando han pasado un dia adomando a
debiendo dirijirse todos sus cuidados a
darJe esa flexibilidad, esa docilidad, esa un nillo del modo mas gl'acioso cnsepropiedad que le haccn ser un instrumento I ñándole la afectacion, no miran este dia
como perdido, sino que se imajinan de
precioso
.
Adularle es matar al alma, es enervar buena fe haber llenado sus deberes mala voluntad, ese gran resorte del alma ternales. Habituadas a mirar por encihumana, de quien dependen todos sus
movimientos i todo el organismo de la
vida. Ese cuerpo es una casa para el alma;
pensemos en el huésped que debe habitar, provechoso para el cuerpo. Buscando la
la. Es un instrumeuto; pensemos en el santidad, hallaremos la salud; querieudo
artífice que debe servirse de él. Es uu , producir la virtud, produciremos la fuerza",
templo para el Esplritu Santo; pensemos I 1 reconocida mas adelante el alma por I~
eu el Dios que debe I1enarle con su pre- privaciones que habra sufrido el cuerp()
sencia. Es un servidor; pensemos en el por ella, !e .devolver.à ccutuplicado lo que
amo que debe dirij1rle. l, obrando así, lo haya recibido. (Carlos de SaiDte·Foll~:
!!Ue hagamos por el alma, no serà ménOs El Cl'istlana ,n el mUltdo).
LA
MUJER
CRISTIANA.
ma todas las cosas, no tratan de pene-I
trar hasta el corazon i hasta el juicio de·
su hijtl, no ven ni aman eu él mas que
esta fachada estcrior, cuya belleza les
embriaga o \lena de orgullo. Ah! ¿ Qué
harian, por otra parte, penetrando mas
adelante? ¿ Qué harian aproximándose
a este juicio i a este corazon, sino volverIes Hjeros como ellas? ¡ Pobl'es mujeres! j InÚtiles para toda obra buena
(San Pablo l, i azotes de las familias!
i Nubes sin aguas llevadas por los
173
consecuencias práctícas,la fe i sus obras,
la fe i Sil severidad, la fe i sus COl1SUelos, la fe que ilumina, fortifica e impera;
la fe santa del alma (San Agustín ¡.
c(flor de la caridad. i raiz de la espcI'auza! J) (Agusto Nicolas: Estudios.
filosóficos sobre el cristianismo ). G uiHdas por la fe, gulllremos a los otros;
sostenidas pOI' ella, podremos dades
fuerzas; enseîiadas pOI' ella, sabremos
instruirlcs,i toda nuestra vida será el
cumplimiento de esta palabl'a del Salvientos! i Arboles sin raices i siem- vado!': Fluirán t'ios de agua viva del:
pre sin frutos, cuyas hojas tampoco seno del qzeecree en .m. [San Juan).
brotan sino en otOll.o! ¡Olas aJitadas
Dios hizo bien todas las l'OS!lS; l'
que se deshacen en espuma! ¡Astros cuuudo eliJió pill'3 la madre ('1 dificil
errantes perdidos en una borrasca traba.io de ia educacion, le díÓ tambien
tenebrosa i sin fin! (San JÚdas ).
los medios de realizado. Ella adivina
Nada necesita mas teoel' razon i fol'- en esta obl'i:l \0 que solo sabe el hombre
malidad que la mujer, i como se en- por la espcrieo cia i por el estudio; l.
cuentl'a por su posicion mas leJana de cuando sabe, oyendo a su corazon, reellas que el hombre, necesita mas en tcoerlo i diríjirlo, la concluce rOl' las.
este sentido de la ReJijion. El mundo i vias seguras que buscan los homl)('es
mismo lo reconoce con mas buen seuti-li algunas veces tan penosamente, sin hado que podia sospechársele; i no sola- ! ¡!larIas.
mente tolera a la mujer las apal'iencias i,
de piedad, siun que ta desprecia cuaudo 1
Ill.
no las tiene. Comprende, apesar de la (
estraol'dinaria frivolidad de sus juicios, ..
que la mujer sin Relijion DO puede ad- l' l, no obstante, la mujer, colmada con
quirir consideracion ni influencia, que I estos dones especiales, es mni ingrata 1I
es una tierra maldita i sin valor, un río I mui avara en el dia. Quiere ser madre,
cuyas aguas están siempre heladas.
' es cierto, pero no quiere que exceda
Sér esencialmente dependiente, caña ciertos límites la liberalidud de Dios
fràjil " en efecto, abátele el \'iento de para con ella sobre este punto. Así es
las tribulaciones, abrúmale la felicidad, que recibe con entusiasmo al primojéi la secan los mismos elementos que ha
nito ; el segundo es acojido a veces con
cen que todo l'evel'dezca a su alrede. placer; el tercero aceptado tal vez tamdar ¡Ah! nO lo olvidemos; caùa frájil, bien sin llanto, pero este es el último
necesitamos un tutor; tallo inclinado,
limite; puesto que son como una comiqueremos un apoyo; ramas marchitas, ¡', Uva forzosa para la rec~pcion de los
deseamos el rocío; pobres ciegas, ne- ; demas las quejas, los lioros i el desalicncesitamos un guía; mujeres, nos es titO. ¿ Cuántas de nuestras lectoras que
preciso una fe !i Sí, la fe con todas sus: seau madres se atreveràn a desmentimos
formalmente sobre este punto?
• ¿ Quién apoyaria esta caña, si no sosSinembargo, lo repetimos: ingratas.
tuviera la Relijion su frajilidad? Sér el , pal'a con Dios, avaras para con la sociemas débil de la naturaleza. siem pre en dad: obrar así, es pretender o~u llar
vlspera de la mut1rtt1o dt1 la pérdida dt1
sus encantos. ¿ quién sostendria este sér debajo det celemin la antol'clülsagrada;
débil que sonrie i que muere, si no se es querer dejar improductivo el talento.
halla su esperanza mas allà de una exis· maravilloso que se les ba confiado por
el padre de familias.
t,encia efimerá? (Chateaubriand:
Jenio
del 'Cri.IUa1lisUIO),
Llenas están las sagradas letras d~,
I
l'
I
174
n 1 B LlO
T E
e ALI
TER
A alA.
'bendiciones para las familias numerosas, I batirlo i no amar nunca sus màx:/mu'
Jas cuales constituyen la felicidad de ¿ No sois las hijas de su vencedol'? 1
¡, no os dil'ljirá en su testamento estas
los padres i la salvacion de las madres;
1quién de nosotras no ha leide) cien proféticas palabras: Si os odia el munveces algunos de esos testas sagrados en do, tambien me odió a mi ántes que
que se muestra la fecundidad de fa a vosotras. Si fllérais del mundo, os
'amaria el mnndo, pero el mundo os
mujer como una recompensa!
Pero, ¿ en dónde está nuestra fe ?..• odia porq~te no sois del mundo i yo os
he escojido ? (Sail .Juan ).
Cuando nos dice el Espíritu Santo:
Dios preconiza a las familias Dumé..•
i Dichoso el !¿ombre que posee zma fa,milia numerosa! respondemos con el l'osas, luego debe el mundo den/grarlas;
mundo: cc ¡Desdichado de él! ¡ Ttln- , Dios las bendice, luego el mundo debe
compadecel'las; i si fuera d e otra suerte,
drá continuos cuidados, se aumentará
.su trabajo, se disminuin\u sus l'entas!»
quedal'ian desmentidos Jesucristo i su
Cuando añade el Profeta: Los Mjos r~vanjelio.
En este caso, por otra parte, se baila
,son ~tndon de Dios, i la fecundidad de
motivado el odio del mundo, Véuse ajala mujer una preciosa yracia, alladimos tambien:
c( Es un desastre tener
dos sus m:\s queridos afectos; atacados
sus aleados mas fieles: el amol' al d/nemuchos hijos, i uoa ailiccioD la fecundidad,»
1'0 i a la comodidad.
Ya hemos reproCuando, finalmente, nos muestra en ducido la definíeiOiI tan esaeta del abate
lenguaje figurado, el Vidente Ci los hijos Cl1assay: « El espíritu del mundo es
,Como tlechas poderosas en manos de un el espíritu de egoismo,» Pues bien; 51
padre, o como planteles de olivos que el padre de una familia numerosa no
,dan sombra a su mesa; ¡¡ su madl'e quiere Ilegal' a ser un mónstruo, i abo·
corno una viña fértil plantada en el ¡n- gai' a toda costa la voz de la naturaleza,
está obligado a dar al egoísmo golpes
'teriol' de la casa, i esclama, pam coromortales:
todo Je induce al olvidO l al
,nal' estas ¡májenes tan r¡L'as de poesía:
sacrificio de sí mismo.
j Así es cómo será bendecido q~tien teme al Señor! nos sonreimos irónica- I j Ah I léjos de at1ijirse viendo aumenmente, diciendo: c( ¡ Qué triste bendi. I tarse su familia, la mujer, verdaderádon es esta! i Qué favor tau singulal' ! I mente impregnada del espíritu de fe,
Los hijos son flechas, sí, pero flechas I esclama coma Lia, al nacer su sesto
que se vuelven contra el se no P:l temal
hijo: ¡El Seiím me ha hecho un repara destruir su reposo, Jóvenes olivos , galo excelente! (.Jénesis), Prevé inquié,que dan sombra a su mOdJ, pero de tudes i trabajos;
pero se fia de lâ
suerte que no puede penetl'ar basta ella palabra de Dios, i espera tambien CC!lrllun rayo de bienestar i de lujo; i su pensaciones i triunfos. No es mas insenmadre, viña sobrado férti 1, atrae bácia sible que cualquiera otra al dolor cuan
sí toda la sávia, dejándolo todo exhausdo ha llega.do su hora; pero lo espera
to.» I en esto la cifl'au todo, en efecto, sin lágrimas, la acepta sin murmullos,
,los hombres de este siglo: Se han j~¡. lo soporta con todo su valor de cristia_
,rada a si mismos mirar siempre luícia na i de mujel', i no piensa comprar so.la tierra. (Salmo).
brado cara la gloria de dar servidorèlÏ
Pero vosotras cuyos ojos saben dlria Dios, hijos a la Iglesia i escojidos al
jirse mas arriba, vosotras cristianas, no cielo.
OScontenteis con serio en la iglesia para
I cuaudo fortificada por la caridad,
recitar fórmulas;
sedia, pues, en espí- tl'allquilizada por la esperanza, fortale •.
ritu i en. verdad: hL letra mata, solo cida por la fe, pasea por el mundo UDa
il espíritu vivifica.
mirada imparcial, ve comenzal' en la
Así habla i juzga el mundo. ¡Pero
tierra el ctlmplimiento de promeSás celestiales, I realizar las familias Duroe..•.
acaso no babeis jurado vosotras com-
LA
MUJEB.
CRISTIANA.
175
rOflas i cristianas, a un tiempo mismo, i i Ah! cunudo en medio del Océano
esas predicciones de quc se ric cI mun·
no tienc lampoco el capitan de una na~
do.
ve desprovista de agua para su equipa,;e
En ninguna familia son, en cfcelo, sediento masqne el ngnfl inÍltil del mar.
mns respetuosos ¡mas ticmo, los hijos, ,solo le queda un recurSo i Je sostiene
mas unidos los hermanos, mas compie- : una sola esperanza;
mira al cielo i
ta la educacion. mas ~)siduo el tmbajo, ! espera In lIuvio.
mas sincera la fe i mas regular la conVosotras tambien, trémulas madres,
ducta. 1 provistos con estas condiciones
mirad ul cielo i esperad la lluvia. 1\>Iade buen éxito, si se dispersan los hijos niobrad:de contínuo, no ceseis de buscar
con una parte de la hercncia desmemel pucrto i de trab8jar pnra Ilcgar a él ;
brada, no tarda en prosperar en sus pero levantad cou frecuencia los ojos
manos, bajo la doble escolta de su re- nrriba;
de aIl í os llegarán socorros
putaciou i Je su conciencia. Sostenidos I eficaces j el agua dulce que refrijera, el
i guiados unos por otros, no vrjetan en so! que rcanima i el viento que impele
una existencia egoista i abandonada, en! a la pli;ya. !elevando vuestras miradas,.
medio de todas las persolJíllidadi's ais-· no temnis deslumhral'os ni vcr las rejioladas que le rodeaD. sino que forman
nes ctér.en,. l'orque pueden dilatarse
un cuerpo Jlcno de fucl'za, porquc eslj
basta ellas vuestl'Ps o;os de cristianas.
sumamente unido.
No os cegarán para ~er los peligros,
A vista de este espectáculo, no se! pues al contrario, os los mostrarán esas
l1.cuerda una madre de los males que I vuras claridaùcs mas distlntos i mear
ha sufrido; marcba llena de valor i de dibnjados: pero en este diluvio uOiverconstancia, porque al dar la mano a sus: sal i sin remedio, al parecer, apercibihijos de la tierra, ve tendérsela la de su reis abora el eS7Jíritu del Señor llevado
Padre celestial.
' sobre las agttas (Jénesis) j i formando
1Paz i buen éxito a las mu· eres de su poder dos murallas formidables de
buena voluntad!
! Gloria a la mujer
§us olas ellcreSpadaR, pasareis a pié eofuerte i cristiana a quiev no espanta el juta con VilPstro hijo de la mano, hasta
trabajo!
Eneantados S1tS hUas de su que, hallándoos al abrigo de sus ataprudenCia, esclaman pÚblicamente que ques, vuelvp.u rquellas a caer furiosas
es feliz i digna de serIo, i que será sobre lo~ tesoros del Ejipto.
alabada púbUcamente.
(Proverbios J,
1 sUI'l'anc1o el lado de que está cuhierto el mundo, deseubrireis
ahora
admirad~s un seodero escabroso i estreIV.
,cha, pero seco ¡ rodeado de vallados
Sinembargo, debo decirlo, una grave I r-rntectnl'e~, donde se deslizan difícili terrible responsabilidad pesa en nues·
mente nlgunas alr"1as escojidas a quienes
tro siglo sobre Jas madres que eùucan él sef!uíl'eis.
sus hijos. ¿ cJué deber¡ín hacer, Dios
Se os I1Dl1rCCerÚuna ensenada de
mio? ¿ En qué arCil cansel'varán en: grncias, i mostrúndaos sus escollos la
medio de un dilnvio jencral las impru· : luz de su faro, solo tendreis que remar
dentes palomas que se les hnn confiado? ¡con precaucioD para evitados;
abor¿ En qué piedl'a herÙo poner el pié a, durcis felizmente a esa ribera encantada
sus hijos? ¿ No ¡¡parece ni Ulla saja en; dOi1ùe se encuentra con el reposo cI
medio de este estanque cenagoso? ;, A , agua viva, despucs de la cual no se
qué costa abard~rán ! Solo ven en to-! tiene ya sed.
das escollos. lCon qué agua estiuguirrin '
Hé 8Cruí las esperanz;¡s que nos perla sed de
Sil
hijo? No bai nn snlo
8r¡'{)-
yuelo de agua "iva a su alrcdcclol', ni!
una fuente de aglJa clara; por todas
partes la mar con sn nmargUl'a i su
acritud.
!'
mite
daros
fH{Js, r1epi'ndiendode
vos
sola realizal'las: el hombrees solo malo
,po:" un reflejo (?e hl malignidad de la
11li7tier ( ECCles.), ba dicho la Escriturll.
'1 1 Il, pl1C~ " obrDd ]r¡ ralvacion de Vlli?S'·
176
BIBLIOTECA
LITERARIA.
tros hijos con temor i con temblor ( San las tempestades i Jas vientos entonaban
a los aidas de los Profetas un himno
Pablo J. p~ro COll esperanza i persevede re~onocimiento i de amor.
rancia; temed 11hora i siempre al mundo, pero tened confianza, porque lo
No hai duda que los cielos i la tierra
venció Jesucristo. (San Juan ¡.
Ah 1 luchad, hijos de la Iglesia, bajo nos hablan hoi de hidr6jeno, de oxíjeno
la éjida de este nombre ante el cual se o de carbono, de fluidos i de sólidos, de
pero
dobla toda rodilla, contra el espíritu de moléculas i de masas orgánicas;
callan
respecto
a
Dios.
ese vencido rebelde; luchad en la educacion de vuestras hijas, luchad sohre
Ah! callan por fuerza, porque les
todo en la de vuestros hijos. Los lwm- I
pone una mordaza el jeuio de la clabres de este siglo han dicho a la masificacion i de la descomposicion. O mas
dera: tÚ eres mi padre; a la piedra: I
bien se canta siempre el cántico; pero
tú me ha.çparido: despues, en vez de ~
hace tanto ruido el hombre con las cauvolver el semblante, han vuelto la
sas segundas i la materia, que no la oye,
e.çpalda al Señor. La madera j la pietapándose, por otra parte, los oidos,
dra, la industria i las ciencias natlll'ales,
para no verse obligado a unir a él su
es la Relijion, es la familia, es el provoz. Pone en servicio de sus órganos la
greso. Su deificacíon es una de las mil
noble intelijencia a quien debian ellos
metamórfosis de ese espíritu del mundo
servir, i esta acepta con sobrada freque sabe aun mismo tiempo lisonjear
cuencia, con una cándida abnegncion,
nuestro orgullo con las promesas del árbol
este degradante i vergonzoso papel. Es
de la ciencia, o nuestros apetitos con los
un monarca imbécil quo conserva su
Atractivos de! fruto delicioso de los platítulo i lleva aún el cetro en su maDO
ceres. Materializar los hábitos i la vida,
desfallecida, miéntras él es juguete e
las letl'as i las ciencías, tal es la tarea
intrumento de sus súbditos rebelados.
que ha emprendido en el dia; rindáSombra de rei, no tardará, en la estupimosle la justicia de convenir en que la
dez de su abyeccion, en dejar caer hasta
llena. El buscar esclusívamente la coeste simulacro de autoridad, i, sememodidad de la vida, el seusualismo de
jante al l'ci Leal', al'¡'ojado por sus hijos,
los hábitos, no dcjan nada que desea l'
olvidará
tambien, en su embruteciverdaderamente;
nosotros poseemos esta
:niento, que nunca reino.
literatura de voluptuosidad
condenada
por 1\1. de Bonald, cc la cnal, dice, cocc Ah 1 i Cuán caras han costado
las
menzó por el arte de amar, o mas bien ciencias naturales al homhre 1 Culpa su·
de gozar, i termina por ellll'te de co- ya es sin duda, porque Dios le ha Ilia
mer a por el Almanaque de los gloto- costodiado suficientemente;
pero presnes.) (Investigat)iones filosÓficas J. l. tó el orgollo aidas a la serpiente, i lleen cuanto a las ciencias, a fuerza de vó el homhre de nuevo una mano criamar a la naturaleza i a IfI materia, se· minal al árbol de la ciencia, i se perdió,
han naturalizado hasta las mas sobre- sin que por desgracia sepa nada de es·
naturales, hasta la metafísica, que por ta.» (De Maistre:
Veladas de SanJo comUD no es mas que una física maPetersburgo).
terialista ¡atea.
Ai ! ¡Cuán léjos de nosotros están
Verdaderamente que podria el Pro·
los tiempos en que narraban los cielos feta de Israel dirijil' Il los sabios de
a la tierra la gloria del Creador, en nuestros dias, ¡ con mas motivo ~UII,
que el dia le decía al dia i la noche a. la acosncioll que dirijió a David; ¡No
la noche (Salmo) ! miéntras que el sol,! has contado con Dios! Hé aquí la des··
la mar, los rios, los hielos, las nieves,
gracia, hé aquí ]a raiz del mal; porlas plantas, los abismos, los habitantes
que no se trata ahora de proscribir las
de Jas aguas i de los aires, las nieblas i ciencias para realzarnos, sino de puriJas lluvias, los calores i las escarchas,
fiearll',s, de l'egularlas i santificarJns.
¡
LA
MUJER
CRISTIANA.
f17
Hijas adoptiv8s de la relijíoD, 8 cuya tados ! Xl ( Ah ! Ya los yemas! ) 1poco
'Sombra han crecido, i cerca de la cual, dt'spues cùadia con tristeza: « El estu.
de buen o mal grado, se ven a veces dio de Jas ci811cias naturales puede ser
obligadas a volver a buscar soluciones,
excesivo como todo, i hemos llEgado fi
este exceso. Estas ciencías no son, no
las ciencias naturales son serpientes
.que tratan todos los dias de herir en el pueden ser el fin principal de la inteli'lleno de su nodriza. l, Cuàndo, pues, I jencia, i la mayor locura que podria co~
"Volverán a su sitio estas hijas de la es- meterse seria la de esponerse a carpcer
~Illvitnd, i cedel'án el primer lugar a de hombres queriendo tener mas físicos.»
las hijas de la promesa :J
Al leer estas palabras hemos recorAi 1 Nosotros, que nos creemos tan dado los imnortantes esfuel'zos de todos
razonables en nuestro siglo razonador,
los gobiernos que se ban sucedido tan
procedemos eo realidad como niiios, e rápidamente:
hemos recordado, repeIndividual a colectivamente damos cada timos, sus esfuerzos sucesivos para camdia pruebas a un mismo tiempo descon- biar i me'orar el espíritu de las escuelas
soladaras í ridlculas de nue"tro pobre especiales :; ¡nos h¡¡ parecido que desjuicio.
pues de l'ste juicio del conde De MaisHombres que no eran niùos, 1 que la I, tre, estaban todos rmiatadamente
lo•
,
ban pl'obado bien, nos ban advertido eas; porque no se mejorara nunca,
bace largo tiempo que debemos comen- miéutl'8s {armen {¡sicos i no hombres,
zar un edificio por la base, i no por los l miéntras hinchen a los jóvenes defísicn
adornos de la cúpula a los capiteles de ! i de química ántes de haberles impreg •.
las columnas, nos han enseñado quc no I nado de relijion i de moral. Al¡!uien
puede tenerse en pié un cono vuelto al ¡ nos ha dicho un dia sobre esto: ({Ved,
re ves ; i el buen sentido del pueblo nos ! pues. la escuela de Saint-CYI';
en ella
ha aconsll,iarlo qUAno ponga mos el carro no se les impregna mas de reHjion i de
delante de los bzœyes, si queremos que moral, i no olJstante es méuos malo su
estos lo arrastren. l, no obstante, sin' espiritu.» 1 hemos dado gl'acias il este
escuchar a los hombres ni al pueblo, I oficioso interlocutor, porque nos daba
una prueba en que no pens;jbamos. Los
cometemos diariamente estas equivocajó,'eues de Saint-Cyr 110 estàn impregciones.
Se querria reformar la educarÍon de nados de re¡¡jion i de moral mas que
los de la escuela poli técnica, por ejemla juventud. inspirar a esta virtudes
plo, es veràad, p~I'O lo están ménos de
.$obrenaturales (aúnque se guardan
bien de decÍr esta palabra), i no sc le i fisiea i de química; no tienen el pre.quiere dar por fundameuto
ninguna : servativo,pero tienen un peligro ménos,
o, pam hablar como Bacon, no tienen
creencia o,obrenatural, siendo lils ciencias natll,ales las únicas que se culUnn
el aroma que impide corromperse la
par la jeneracion que se pretende fur- ciencia. pero tiel1en al ménos la ciencia.
mar tan perfectamente. Pe:'o por favor, ( que corrompe •
.•.epi~o, tratemos de razonar nosotros;
M. de Maistre continúa hablando en
'que DOS jactamos de ser razonables, Si otra obra de las preparaciones que son
,es este, DO obstante, un trabajo dema- indispensables para que no sea un gl'llll
siado penoso para nuestra filosofía sen- mal la cIencia. Ah ! ¿ Quién piensa hoi
sual i enervada, escuchemos al méoos en semejantes prep~raciones?
¿, Quién
'la voz de los pensadores que la ban he- sabe invocar i hacer invocar al Dios de
cho ántes que nosotros.
las ciencias 1 (Lihro de los Reyes).
Era al principio de este siglo cuando ctÎenemos naturalistas de ocho años i
nos lanzaba el conde De Maistre este ateos de "eínte; S0 quiere que se formen
desafio tan desgracIadamente profético;
los sentidos, así como ell la sociedad ~e
(l Enseñad
a los jóvenes la física i la atribuye al puebla el derecha de hacel'
su soberiluo, í la Sabemos todo por la
qufmica ántes de hobedos imp.'egnado
·<le relijioo i de moral, i vereis los resulnaturaleza, menos PQI' quien fué elll1
1
Hl\THEGA
n,
118
B I B LlO T E e ALI
hecha a criada, 110 que debemos hacer
entre nosotros.») (Ue Bonald: LeJisla-
T E 1\ A B 1 A.
introduciéndose el cuerpo de las nrdades morales I relijiosas, coma un
cion primitiva).
batallan cerrado eD un alma juvenil,
Oh madres cl'istianas ! Tened ánjeles quitará en el asalto todos los obstáculos.
de ocho años para tener cristianos de A vista de esta compacta i formidable
veinte, esto vale mas que naturalistas I falanje, huirán en desórden el orgulw
ateos. Enseñad les la naturaleza de Jas lias pasiones, I será, no soJo duraleyes divinas ántes de enseÏlarles las leyes dera, siuo completa la conquista.
de la naturaleza, i alejareis de vuestros
Sioembargo, estad sobre todo a la
viejos dias i de su juventud lágrimas de defensiva contl'a una tendencia jenerlll
desesperacion i de remordimientos.
No a que han pagado varias veces su
os toca reformar de un solo golpe * la tributo algunos apoloJistas cristianos.
enseñanza pública, dictar 8 la Universi. Cuando os apliqueis a la demostracion
dad un programa de estudios vengador
de una verdad, cuando cousidereis uno
de todas las usurpaciones científicas,
de los mil lIspectos del bello prisma ea·
sino que ántes de entregar a vuestros tólico, gual'daos de inmolar los otros a
hijos a estos peligrosos estudios, os es aquel que os ocupa, I cualquiera que sea
factible al ménos dudes un poco de con
la importancia de la verdad que descutl'3Veneno. I Ojalá la comprendais i la brais,no la fortifiqueis debilitando a una
ejecuteis bien! l Ojalá bugais cesar el de sus hermanas, porque mal podria ser
eclipse de vel'dad que comenzó en el la mentira defensora de la verdad ni la
último siglo, i de que se encuentran aún Injusticia de la justiCia. Tal€s campeotan dañados nuestros ojos!
Ines, pOI' otra parte. son inútiles, talllo
Pensad en ello: CI En el dia no renace para la verdad como para la justicia,
la fe colectivamente,
sino individual-'
las cuales tienen en sí mismas armas
mente.» (Agusto Nicolas: La VÙjen que no hai mas que hallar I tomar.
María i el Plan divino). No se trata
El conjunto de la verdad MI forma
de predicar una cl'uzada, sino de for- con la union de todas las verdades;
mar Individuos capaces de oír/a pre- debilitando, pues, una de las últimas,
dicar: CI siendo todo la que es illdivise disminuye en otro tanto la fuerza de
dual reflexivo, segun añade el autor ya las primeras por una consecuencia macitado;»
no debeis contar solamente
temática.
para una edueacíon con los impulsos I
jenerosos del corazon i de la voluntad,
Por la demas. es natural este modo
sino que debeis trabajar en formaros
esclusivo de proceder;
cada cuat se
de la razon una poderosa aliada, a la adhiere a su obra propia a al objeto de
cual dareis por guarda i pOI' cuidadela I su obl'a. El que se ha encargado espeun conocimiento profundo de la filoso- cialmente de la apolojla de una verdad,
fía cristiana.
se la apropia; desapareciendo para él
No andeis a la ventura en esta grande el punto de vista jeneral, se resume en
empresa. Formad anticipadamente un un solo cuadro que él concluye, i al
plan jeneral, estenso, elevado, al que cual pone marco con gran celo i cuidadeban referirse hnsta los pl'imel'os cooodos paternales. No piensa en que es
cimientos elementales. Organizad, re- cristianismo un Inmenso paisaje visto
gularizad el ejél'cito santo, i eutónces,
de lleno, a si se quiere, I1n mosáico,
cada una de cuyas pllrtes puede examinllrse con el lente, porque todas ellas
* Digo de '/ln solo golqe, parque si Jas están acabadas i son perfectas, pero
mujeres formaií las costumbres, tienen
una gran parte de responsabilidad i de cuyo efecto perfecto no se produce, sin·
trabajo en todas las reformas sociales. embargo, sino con la reunlon o combiParticularmente en esto no podria ser nula nacion esacta de las diferentes partes.
En nombre del arte, en nombre del
su influencia, pero solo puede hacerle efi·
caz una lentitud perseverante i mesurada. buen sentido, està vedado mutilar las.
LA
MUIBR
CRISTIANA.
unas para haeer resaltar las otras, por-I ¿sobre quién se sostendrlao el tronco t
que todas sa embellecen mútuamente, i, las ramas?
todas perderían algo si se deteriorase'
Mas adelante, necesitará no solo fir-.
UDa sola.
meza, sino tenacidad en sus principios i
Si esto es así respecto de las verdades
en su conducta para conservarse puro;
dogmáticas, lo es tambien respecto de i puede una condescendencia excesiva
las verdades prácticas, no disguste a I ocasionar en él los mismos resultados
multitud de moralistas, que, cada uno lIue la obstinacion en el mal.
en su sentido i en su calidad de homSi debe someterse a su madre, es
bre de bien, emplea excesivamente la porque ve en su autoridad una delegaexajeraeion. o; Pensemos tambien aquí cion de la autoridad divina. PequeÏl0
qoe la virtud (que la verdad del cara- como es, en efecto, debe aprender 1,1
zon, la verdad de accioo) se Corma por inclinarse ante los poderes que emanan
la reunion de las virtudes; no la mutide esta fuente; pero es necesario asilemos para ensalzar una virtud: Dios mismo que aprenda a responder a los
ha hecho nuestra alma bastante graode hombres. qua 110 teniendo mísion para
para que podamos abril'la a muchos. Es e1\o intentan impollel'le sus pensaniienpreciso apuntar mas alto, se dice, si se tos i su moral: ¿qué derechos tenels
quiere dar en el blanco; i este pro,'erbio
para ello? qué titulas ~ 1no obstante
mal Interpretado, nos engaña. Es cierto su poca edad, tendrá ocasion para coque es preciso apuntar mas alto; ndvel', ,menzar esta lucha. no siendo su societírlselo a aquellos a quienes instruis;
.dad de niños mas que un diminutivo de
pero mostrad les dónde está el blanco, fi: la nuestra en la cual halla el observapues sin esto no les enseñareis nunca a dur, bajo otras formas, las mismas
tirar bien. l¡a buena fe es . .un camino I pasiones, el mismo estímulo del ejeQlrecto para llegar a la fe.
\ plo, los mismos estragos del respeto
I humano.
y~
Sinembargo, i para conservar algun
tanto la primera flor de.inocencia, velad
. Las pasiones del hombre, poco ea s- ! de centinela, porque se hallan dispuestlgad~8 o contempla.das en la aurora de 'l· tas a coieda demasiadas manos culpala Vldll, crecen vigorosamente
como I bles. Librad al niño de la sociedad del
e\la, i \legando a. su cenit adquieren un l, malvado i del contaiio dellmpio;
degrado ~e fuerza I de ca!o~ al.qne no se: Ijadle durante algunos días su serena
p~ede lener.almente res\st\r, i cuyo foco, ignorancia. Ocúltense totall cuidadosavl~n~n a. aVivar el mundo, los usos I la 1 mente a sus curiosas mil'adas la ironía
OplDlOll)eneral. A esta hora, pues, es volteriana, las calumnias filosóficas. la
preciso apoderarse de ellas i ahogarlas I sonrisa del escepticismo, la cólera de la
con los poderosos lazos djJ una educa- impiedad i la idea de la duda.
cion sólida •.Pero, « en los tiempos q,ue
¿ Quién do nosotros 00 conoce, por
corremos, tiempos fatales, segun dice uoa feliz o fatal espel'Íencia. la omnipo·
un sabio P.'elado, por la debllitaciou ( tcncia de las primeras impresiones'
del valor i por el. enervamiento de las: ¿ Quién de n050tros no gusta templarse
a1mas Il ( Mons. Slbou\': Pastoral para, de vez en c.uando en la inocente calma
la Cuaresma de 1856 l, la mayor des-: de su ¡"norancia infantil? ¡ 1 qué re,
gracia, el mayor peligro, seria debilitar
cuerdosbtienen a un mismo u'cmpo mas
el alma del jó.ven i afe,m~nar su vo~un: encantos i mas fuerza que estos ;'
tad. Si careciese de saVia esta ralZ,
Sillembargo. una mujer recibe en IQ
* La exajeracion es la mentira de las sucesivo ejemplos i cfrnsej,oscltpa,ces de
jentes honradas. (De Maistre).
bon'ar en parte estas primeras Impre* Las mujeres i los jóvenes son las rai- siones,. animándola únicamente la conces de la sociedad. (De Maistre: retadas. servaclOn de su honor ..• pel'o un homo
deSa,~·Peter¡burgo,)
, bre .•• si no tieue intactas en si las bases
I
!
I
180
131 B LID T E e A L 1 :r E R A Il 1 A.
------- -- - ~-- -- - --------- ------ ----------------'---- -------- ---------------- ----- ----- -------sólidas fijadas al principio mismo de la i apreciarlo por primert¡ vez, pues nos
carrera, si se la ha causado la menor pl1l'eCe que seriamos asi cristianos mllS
)lerida, ¿ quién le prestará ausilios?
fervientes i mas tiernos, porque, co.
.,quién las reparará, puesto que se halla efecto. tal sucede cuando se presenta
-destinado a no vivir sino con demoleuna nueva verdad al corazon i a la indores de esta especie?
telijencia.
Digámoslo, no obstante; seria peligroso
Al ver a un jóven nutrido por su
seguir largo tiempo con él un sistema familia con la leche pura de la fe, que
de ignorancia absoluta. El adolescente
permanece insensible a las doctrinas
debe aprender poco a poco a conOCCI' mas conmovedoras, a los anatemas mas
el mundo i los bombres, a fin de que espantosos, a las promesas mas dulces.
cu:mdo llegue a ser hombre pueda odiar a las palabras mas cristianas, nos decl.
III primero,
amar a los segundos, i te- mas que si no le hubiera desgastado su
merlos, sinembargo a todos.
infancia respecto de las bellezas de la
Pero al iniciad e en esta Elolorosa cien
luz eV8nJélica, las contemplaría ahora
cia, es peligroso recargar el cuadro. Por con tal admiracion i tal asombro, que
babel' t:xajerado muchos moralistas los doblaría las rodillas i se postraría en
motivos de sus lecciones, las han he- tierra. il nos conduele que haya becbo
cha infructuosas i algunas veces malas,
insensible su paladar al goce prematuro
puesto que es de teme •. el desencanto 10 de este sagrado maná, i jemimos de que
mismo en un sentido que en otro.
se haya sembrado la semilla parasQI(}
Si al entrar en el mundo el jóven endurecer el terreno!
halla cerca de si las cosas como se las
Tal vez hai razon en un sentido, si
habia mostrado su madre de léjos, no se piensa que nunca se castiga el abuso
sospechará que esta tuviera prevenciode una gra~ia con una sustraccion de
nes ni parcialidad injusta, ni intencion
gracias, i el desprecio de la luz con un
directa a indirecta de engafwrle; i sa- oscurecimiento.
Tal vez hai razon,
tisfecho de ella i de sí mismo, contirepito, en condolemos de que haya
nuará viendo con sus ojos i juzgando
perdido estas claridades. Pel'O no hai
con ella, creyendo hacerla solo. Al razon ni la habrá jamas, no obstante,
principiar, pues, se hallarà pl'ovisto de en censurar la conducta de un padre
una verdadera esperiencia, moneda tan que distribuye mui temprano el mas
rara en todos tiempos i, sobre todo, sano alimento; no hai razon, ¡nunca
tesoro tan ignorado de la juventud; i la habrá, sinembargo, para criticar la
habrá adquiddo esta esperienci¡¡ sin actividad i la prudencia del labrador
sudores, sin remordimientos i sin deporque haya venido un terrible granizo
cepciones. lo cual es mas J'aro i ménos Il destruil' en parte el fruto de su semilla
sabido todavía.
, i de su trabajo; pues si no hubiera
Es mui cierto, como se ba dicho, que sembrado nada, hubiera recojido mé·
la costumbre de ver nos vuelve ciegos;
nos todavía.
es mui ciel'to que sucede con las belle
Volvamos, por la demas, a la prizas reJijiosas la mismo que con las be
mera comparacion.
Hezas literarias; las que hemos aprendi. :
Es verdad que el nii'1Ode estirpe real
do en nuestra infancia sin comprenderse halla saciado de ver Jas magnjficenlas, no llaman nuestra atencion cuando
cias del palacio de su padre, i que no
bemos llegado a la edad en que pode- las reconoce por conocerlas mucho;
mos comprenderlas, i las miramos con pero quíteusele estas magnificencias de
la indiferencia con que un niÏlo de rejia delante, i se ~erá cómo las hecba de
estirpe mira las magnifieencias del pala- ménos, cómo se alegra al volverlas a
cio de su padre. A veces nos pesa ha· encontrar aunque al principio las abanbol' leido el Evanjelio siendo sobrado
donara con alegría para gozar de mayor
i?venell, i quisiéramos volver a leerlo libertad.
L A
M TI J ER
e RIS
El niño cristiano es tambicn nn niño
de rejía estirpe, í esperimcnta las mismas sensaciones. Deja COD placer esas
bellezas que no ha comprendido; pern
vuelve tarde a temprano a ellas, i dice
del fondo de las mas lejanas comal'cas:
T 1 AN
A.
181
aquí está la gran ventaja, la gran superioridad de la primera educacion
cl'Ístiana para aquel mismo que parece
haber abjllrado de ella, Estos escombros
de instrucciun relijiosa, estos fl'agmentos de principios, estas ruinas de fe
lIfe levantaré i volveré a la {'asa de mi cuyos restos son apénas visibles, buspadre.
' tan para despe¡'tar su conciencia, a por
Para este regreso hai mas de un ma· III ménos su curiosidad. POI' mas que'
tivo natural; hai,sobre todo, dos causas; se rebele contra ellas concluj¡'á tarde o·
a saber: que el espíritu de este hom!.JI'c temprano, í especialmente eu los instanque rué niúo cristiano se acuel'da de tes desgraciados, pOI' cederles alguna
ellas, i talllbien su corazon. Si domina cosa, i una vez habiendo entrado en
en él el corazon, ¿quién ignora el pode.r esta vía, contillual'á marchando en ella
de los recuerdos relijiosos que van uni- mas a m¿nos lentamente, pero siempre
dos a los sentimientos de familia para adelall~e, hasta llegar pOI' la comuu ù
hacer vibrar sus cuerdas? Pues infali- su término, a ménos que irritado jus-bremente en la vidl! se fijará mas de uu tamente Dios de tan culpable lentitud
acontecimiento eu alguna de.estas cuer- le detenga {¡ntes del fin del trayecto.
das.
En cnanto al primero, en quien no·
Si por el contrario reina en esta alma bai ni aun vesUjios de Ulla época meel espíritu razonador, escéptico i filo::ó· jor, porque, en decto, DO la ba ha!Jido
fico del siglo, disminuyendo en ella I mejol', i cuya infancia fué desgraciadacomo en todo la influencia del corazon
mente irrelíjiosa, como es impía su juson aún mas visibles, ya que no ma~ ventud, !e es tan dificil pensar en 1&·
seguros, los efectos de la primera edu. verdad, investigarla i trasformada eoeacion cristiana. Acontece necesariama es lleeesal'io, cuanto le es difícil.
mente a este espíritu razonador, i pOI' la ejecutar este pensamiento. No hai duda
migmo que lo es, rejistral' de Vez 6n que todo es posible a Dios, i que son
cuando en el tesoro de SI1 memoria; i, infinitas las riquezas de su gracia; pero
quiera que no, semejantes rejistros ha - en este caso son desconsoladoras las
cen brotar premisas que encuentra en previsiones humanas.
él de consecuencias luminosas que !Jasta
l\ladres, no rehuseis el alimento ce-'
para utilizar un poco de buen sentido i lestial a vuestros hijos, instruid les en
rectitud. Este hombre quiere edificar, i la práctica relij¡osíI para ]a cual los forencontrando cimientos cuva existencia
mais; no temais la luz ni para ellos ni
ignoraba, pero sólidos, sobre los que para el objeto iluminado j pero temed
poder levantar sin tomar las paredes,
el oscurecimienLo de lus pasiones, i
únicamente le impide aprovecharse de cristianizando la conacída palabra de
ellos la pasion a la locura.
un deísta .• decid con frecuencia: " HiPero quien no ba recibido ni los mis- jos mios, tened vuestras almas dispuesmas principios de educaclon, ni los tas siempre a desear qne haya eu ellas
mismos hàbitos infantiles, ua tienen cí-¡ una relijioD, i no dudareis de esta jamientos para construir. Necesita ahonm¡¡s:'
dar ántes de edificar, i esta obra, cuyos
A esto se reduce todo para un jóven.
resultados apareceD lentamente, le de-I No teniendo ni los usos ni las eouvesanima a impacienta a "eces; así el niencias sociales que puedan protejerle,
hombre moral solo gusta en sus consni la debilidad ni la dignidad instintitrucciones. como el niño. que edifica
una cabaña, de un trabajo visible i
* Hijo Olio ten tu alma dispuesta siem·
prODtamente apreciable.
pre a desear que haya un Dios, i 110 du·
No es esto todo. Antes de edificar darás íamas de El. ( J, .J, Bosseau:
es preciso tener la idea de edificar: i, Ensayos).
1
1
l·
l·
I
\
182
BIBLIOTECA
LITERARIA.
va de la mujer para servirle de garan-il
tía; i no estando vijilado ni defendido
como ella, solo le dil'Íje i le custodia su
conciencia. Pero «la conciencia, a la
cual no puede suplir nada, suple a
todo,D ha dicho Lamennais; I formada cuidadosamente, fijada con solidez
I ámpliamente ilustrada, no será Inferior a esta escabrosa mlslon. Por el
contrario, abandonada a sí misma, en·
tregada a Jas pasiones que /a sacarán
los ojos, al mllndoque los deslumbrará,
siempre será una ciega, i si un ciego
man sin cesar la vijilancia i los ausllios
del espíritu i de la razono
« Es una necesidad escepcional que
han creado tristes sucesos, es una necesidad de la época que atravesamos, que
se halle prafundamente instruida la
mujer en 18'relijion, a fin de restablecerla en la familia i de asegurarla a la
sociedad: tal es su mision. E/ hombre
no es mas que la que le hace la mujer,
i la mujer de hoi no puede hacer a I
hombre cristiano, a ménos que no reuna a la práctica esacta, la ciencia completa del cristianismo.) (Ventura: La
guía a otro ciego, ámbos caerán)untos.
(San Lúcas). A la madre toca evitar
esta ceguera tan rebelde despues a toda
la terapéutica moral.
Antes de principiar su carrera respODsablee independiente, debe hallarse
prevenido el jóven contra todos los
asaltos que se. darán a sus creencias;
debe saber las objeciones i los sarcas
mas, rebatidos sin cesar i siempre fuertes, que se le opondrán; debe tener una
respuesta a todas Jas dudas que podrán
jermlnar en su espíritu como un buen
aviso f UD buen recuerdo para resistir
s todos los consejos I a todos los malos
ejemplos. Una voz elocuente lo ha dicho : Hijo de los Cruzados, no le es
permitido retroceder ante los HiJOS de
Voltaire; i no retrocederá, en efecto,
si se fe acostumbr6 desde jóven a estos
combates del Senor. Capaz de trasladar
montañas, la fe viva i práctica sabrá
sostener eo él una caña: Fortificadle
por ella. (SaD Pedro).
I ahora, madres cristianas, ¿ he dlcbo demasiado al sostener que debla ser
para vosotra s el estudio de la Relijion
un estudio sério, estenso, razonado i
hasta filosófico T 1Tal vel no necesitais
de ello personalmente; dotadas de la
instrnccion relljiosa del corazon, babeis
eehado el áncora, fieles a su impulso,
en el puerto, i no necesitais ninguna
otra brúJula; pero vuestros hijos! •.•••
I Ah, su áncora no ha anclado aún I
r Pilotos noveles, sus Iijeras eLUbareaciones iiran a todo viento de doctrina·
(San Pab/o) ; i soplan taotos en el dia I
l'sus corazones, cómplices secretos alganas veces de las tempestades, recla-:
Mujer católica).
I
Cuando ha sabido una mujer consUtuirse al/ado de sus hijos, no sol amen·
te como buena madre, sino como mujer
superior bajo todos conceptos; cuando
se muestra tan llena de conocimientos
de razon como de piedad i de virtud,
adqniere i conserva sobre ellos uua Inf1uencia que, léjos de disminuir el roce
del mundo, se acrecienta diariamente.
1esta influencia que se siente sin humillacion i sin temor, es la única que
resiste en las grandes rebeliones Interiores, porque sabe apoderarse del alma
enteramente, del alma sensible i amante, así como del alma que piensa i que
razona.
En presencia de una mujer que conoce el cristianismo eo sus principios, en
la profundidad i el brillo de sus misterios, en la sublimidad de sus armonías,
i que lo realiza con la gracia de sus virtudes, i por la constancia de su adbesion, no hai medio de que conserve la
incredulidad de colejio su fuerza i su
ceño. Léjos de compadecer a una matrona de este temple, se la admirará;
I
deberla rendimos a sus exhortaciones
que insinúan la fe, o callarnos. a (V~n'
tura: La Mujer católica).
Pero no incurramos aquí en una
sensible i demasiado ieneral i1usion. No
debe adquirirse una influencia útil a
fuerza de instancias i sermooes. Imperiosa co sus exljencias, austera en sus
formas, llega a ser uo peso insoportable i se la recbaza en cnanto bai
fuerzas para ello. No debe imponer la
madre a su hijo, que es ya hombre, ni
LA
MUJER
CRISTIANA.
188
de la relijion i de sus prácticas para sE'~
guir con la multitud el ancbo camiuo
de la indiferencia, porque si no se usa·
ran estas contemplaciones, se convertiria la indiferencia en oposicion, segun
demuestran numerosos ejemplos, por
lo que no bai que intentar nuevos ensayos.
Llorad ¡pobre madre! la hermosa
herencia que disipa este pródigo; rogad
por él, mortificaos por él; pero añadid
il estos méritos un mèrito mas: el de
ocultarlos a todas las miradas bumanas.
Finjid con este niño que ignorais hasta
el orfjen de las lágrimas que verteis eo
secreto, i continuando mostrándole la
confianza i el abandono que da la conpresentársela como una conclusion pa- formidad de los sentimientos, cumplid
ra que la demostrara. Así habria por corno en otro tiempo ante él los debesu parte solicitaciones i réplicas direc- res i basta las prácticas piadosas de que
tas, i el peor de sus resultados seria no le habeis hec ho siempre testigo.
obtenerse ninguno.
Es preciso añadir aqui un largo réjiSi el jóven no sospecba que intenta roen de tolerancia de hábitos do franca
su madre dirijirle, i si, por otra parte espanslon; el uno destruye las preo·
mereció su confianza i su estimacion al cupaciooes del espíritu; los otros sub·
insinuar poco a poco un proyecto de yugan el corazon pero deben evitarse
reforma, la obtendrá con frecuencia;
como las faltas, las minuciosidades inúhaciendo ver poco a poco, i sin inten- tiles, las conversaciones sobrado míscion visible de propaganda, las bellezas ticas, las piadosas exajeraciones que
relljlosas conseguirá hacerlas mirar, llega a mirar algunas veces UD fervor
despues estudiar, admirar i practicar sin trabas, COIllO deberes j dejarse
tal vez. a Parécenos que obtenemos , arrastrar por ellas, seria pecar gravemas la verdad cuando la hemos des- mente, en efecto, contra la prudencIa
cubierto nosotros, porque inspira mé- de la caridad.
nos desconfianza i mas atractivo.» (LaAh! Silas cristianas de que está 1'0"
deado el j6ven saben mostrarse grandes
mennais: Ensayo sobre la indiferencia). Es un gran secreto para el celo: en sus apreciaciones i sus juicios, jenesaber ocultar la mano que muestra la Il rosas i benévolas en su piedad, alejarán
verdad.
esa fatal idea de pequeñez que aplica el
Tregua, sobre todo, de recrimina- mundo con tanta frecuencia a la devociones j de quejas, si se aleja el jóven cion i que tantos nobles corazones, engañados por él, adoptan por su desgra• No se trata aquí de los hombres que cia, porque esta idea les bace rechazar
abdican enteramente en manos de Dios es- con desden esa piedad que hubieran tal
ta independencia tan querida. Con raras vez inventado si hubiese cabido en el
escepciones,estos no obran aSI sino para dominio de las invenciones bumanas.
obtener con IDas seguridades la libertad
Hai mucbas moradlllilen la morada
de los hijos de Dios.
I eterna,
i bai tambien mucbos caminos
Pero el hombre del mundo. sea quien
quiera, participa siempre mas o ménos de en el aogosto camino que conduce Il essus preocupaciones por lo que nunca es tas moradas. Distinta debe ser la perpara él la obediencia, o todo lo que se re leecion de la Carmelita que la de la
fiere a ella. Illasque un espantajo humi- Hermana de la Caridad, distinta la de
llante i peligroso.
la cristiana en medio del mundo, a la
su voluntad ni sus consejos; sino que
dejando adivinar las unas i pareciendo
solamente conceder las otras, consigue
que se le pidan i aún que se deseen, i
estas son ya inmensas garantías para
que se ejecuten.
Siempre i por doquiera desea el hombre aumentar su independencia ; '" pero
el jóven, sobre todo, se acuerda de los
andadores, hiere su amor propio, al
parecer, todo lazo, i no perdona nada
para que desaparezcan sus rastros. En
guardia contra toda autoridad, cree ser
ménos hombre desde que parece someterse a ella, i creeriamos gustosos con
Montaigne, que el medio mas seguro
para cegarle acerca de una verdad seria
184
BIBLIOTECA
LITERARIA.
;de la mujpr en el seno de la familia. El
sacrificio de las esposas conteroplativas
de Jesucl'Ísto consiste en divorciarse de
una multitud de objetos estraños que
las otras tienen que buscar. Porque, en
·efecto, el camino real en que se contienen todos los otros es el sacrificio;
pero este sacrificio varia mil veces en
sus aplicaciones i en sus formas, i se
divide en una multitud de estrechos
senderos.
hai que temer grandes estravíos. Podrá,
arrastrado por la corriente de los ejem.
plos, alejarse por algun tiempo de la
reli.iion, relajarse en su práctica i resfriarse eD su amor a ella; pero si permanece con asiduidad i adhesion en la
familia; si gusta siempre de las espansiones cándidas, de los tranquilos placeres i de la dulce intimidad, no será
larga esta desereion. Permaneciendo
fiel a sus padrcs, lo será tambien al
Dios de sus padres; permaneciendo
virtuoso, DO llegará a ser irt'elijioso.
La relijion peca dp.iando, sin motivo
aconsejado por la caridad, su celda pOI'
el mundo; la madre de familias p(~ca
muchas veces alejándose del mundo
pOI' conservnr su celda. Hacer su casa
agradable a sus hijos, para que no vayan a buscal' a otra parte sus emociones
1 sus placeres; procurarles una sociedad
alegre i bulliciosa, para evitar que se
b procuren ellos estrepitosa con el desenfreno del vicio i alegre con el regocijo del libertinaje ; permitirles i proeurarles reuniones mundanas, si es
preciso, con el objeto de alejarles de las
reuniones criminales:
hé aquí deberes
imperiosos para ella, i cuyo olvido pue,de llorar Con lágri mas de saugre la
.piedad mal comprendida de mas de una
madre, porqne llorará al mismo tiempo
por las almas de sus hijos. Oh! En tal
caso, ua es amar el mundo frccuental'lo
por ellos; es, por el contraria, sacrifiearse, i el sacrificio es un~ preciosa
madera que quita a las aguas del mundo su amargura i su peligro.
(( Oh familia! j Sociedad misteriosa i
sagrada!
i Cuan grande eres a los ojos
de la razon I ¡Cuán bella a los ojoS de
la fe! 1Comprende la sublimidad de tu
glorioso destino! i Qué santidad debe
presidir a tus palabras i a tus acciones!
I De qué re/ijiosos cuidados debes rodear
ese sér que te debe la existencia, ese
sér a quieo liama Dios /¡ijo mio, i el
ánjel, hermano mio! » (Gaume, Historia de la familia).
Hai para el hombre una sociedad
mas peligrosa que la del mundo tumul·
tuoso i en la cual pucde hacer aun este
Ulla feliz diversion:
tal es su propia
sodedad i la de su corazon i sus pasiones. (( Los padres, dice M. de SaintFoi, no deben dejar que se apodere de
sus hijos la tristeza i la melancolía,
porque son sentimientos funestos por
los resultados que puedcn tener. Deben
acallal' respecto de ellos ciertas prevenciones exftjeradas contra ciertos plllj Dichosa la madre que, aun a costa
ceres o sociedades honestas que tienen
de su gusto al retiro, logl'a que prefiera por lo comun la inapreciable vent;ija de
su hijo la llama tranquila del bogar do- distraer el alma, de ar.'ancada a uoa
méstico a las luces embriagadoras de soledad peligrosa, i de conservar en ella
los cafés, que sabe hacel' que encuentre
una alegría que es a veces necesaria
m'as encauto en las fiestas de familia o:! para librarse de sí misma. No debe exien las reuniones de amigos, que en las jirse de la juventud los hábitos sériaS
orjías de las fondas a en la pel'eza egois- de la edad madura a el aislamiento de
ta de los salones de hombres!
la vcjez. No se violan impunemente las
kves de la naturaelza. En la edad de la
M:iéntras ocupe UD lugar en el corll- miolesceocia o de la juventud en queso
zon del jóven el amor santo i puro de exalta fácilmente la imajinacion, la peor
Ja familia; miéntras conserve para él I compañía para un jóven es pOI' lo coSB ·prestijio el techo paternal;
miéntras , mun la de sí mismo.» (El Cristiano
no sean desprecíadas sus alegrías, no I en el mundo J.
!
LA
MUJER
CRISTIANA:
t86
el amor, la adhesioll ¡la confianza filial,
¿ no son bastante preciosas para sacrificar, si es preciso, un poco de latin i
griego ~ Por lo demns, este tiempo que
se cousidera falsamente como perdido,
se recuperarà en breve hasta para el
griego i el latin, porque la emulacioll es
sumamente poderosa en uu niño educado Il la vista de sus padres i lleno del
' deseo de agradarles.
Pero se recuperaràn de la misma suerte las emociones
del corazon que se despiertan con un
, recuerdo, en el momento de la tempesI tad,
haciéndole retroc.eder Íllstintivamente a la vista del mal? ¿ Volverán a
encontrarse tarobicn los buenos principios que grava soJamellteen el fondo
del alma el dedo de uua madre? No.
El colejio mas perfecto, los maestros
! mas virtuosos
no podrán dàrselos.
I
VI.
Con la actual organizaclou de cosas,
la division de las fortunas, las exijenclas sociales i la necesidad de dinero
que esperlmenta cada cual, no puede
por locomun permanecer un hombre
completamente Il la sombra protectora,
de la familia. Muchas veces i ai ! :la
conoce bien poco. Pasa de las rodillas
de su madre a los bancos del colejio, de
los bancos del coleio a los de las escuelas preparatorias i especiales, 1 al
dejar estos, se ve lanzado inmedIatamente en el mundo para hacer en é! su
carrera, libre de trazarla a derecha o
izquierda, de seguir el sendero recto
de la ¡(llontaña a el camino florido, pero
JlenG de slnnosiclades, de la lIaDura.
1no hai que retl'Occrler en él. Aparte
8~guMs posiciones escepclonales e in-,
No deja solamente, por otra parte,
dependientes, este es el destino comun i recuerdos esta primera educacion de
t casi obligado de un jóven. Pero al \ familia, no deposita únicamente semlceder 8 este destino severo lo que re- ¡lias en un alma para abandouarlas en
çlama la lusticia; ¿ no podrlan ha- i seguí da al soplo de todo viento, sino
gerse en favor de la famWa algunas I que es una acoion duradera i constante,
reservas cuyos beneficios repartiría esta 'que una vez comenzada se continúa de
çon la moral i la reHjion? ¿No se po- 'cerca í de lé.ios ; es una vejetaclon perpria por otra vez dar al César lo que es mauente que mantiene i desarrolla un
del Cesar, i a Dios la que es de Dius? trabajo no Interrumpido.
Una madre
Tal es la cuestiono
sabe por medio de una correspondencia
En vez de derramar tan presto lágrlfrecuente e íntima, por medio de visitas
mas por la separacion de su hijo, debe
rep,etidas, llenas de espansiou i de con .•
ria la madre, fi mi parecer, ap,'esurar I fianza, aprovechándose de vacaciones
un poco ménos este momento. En vez'! paflJ ¡'eanudar la carrera medio rota de
desecuestl'ar!e I de hacerle huérfano a los hábitos de familia, consel'var su
los siete u ocho alios, como se hace InOucncia en 0\ espíritu I en el corazolJ
comunmente, debería esperar sin duelo de su hijo, i apesar del alejamiento
hasta los diez, once, doce o mas a:!:;u- hQbitu31, h3eer'~ vivir con el afecto i el
nas veceS. ¿ No puede proveer a la ,.18- . [1p.cssmíento €u el centro mismo de la
truccion i a la educacían de su híjo hasta '[alUni". 1no se me opang.'! aquí que el
esta edad, ya sea po¡'Sí mism¡;, sí tiene br,mbre ha sido formado para la socicánimo i talento para ello, ya par medio (hù i DO pll'í\ el €strecho círculo de la
de preQeptores i de maestros u quienes familia, pues seria inútil la objecion,
'Vijile~ I aún cua&do debiera ser mènos puesto que Uv L niego. Pero la familia
precoz con relacion a la ciencia, la ven- es P::'I rscuelu-modelo de los deberes
taja de dejade recuerdos de [¡¡milia sOCiak~3,es parc.. el ciudadano lo qne ei.
duraderos, iqUE:haya él comprendtdo;
. ejercicb ¡j;nrin, las esrnlO.mu~a~, rar::
la de fOl'tificarlc e ¡lustl'arle [¡:¡tm de el sold::de, CC);] la diferencia de qm
lanz8rle en ese mundo en camVE:JojD ,tiene 1~·Jl· ,¡[ i:'.lism" un übjcto ~erio i
que se llama colejio ; pOI' Último, le de divino, lHlG talOn de Ijer lucJc>pencJientc
arraigar profundamentc en su c'n'8ZD:.l ! pe,'soGGI.
ENTREGA
;<.j.
BIBLIOTECA
~~
•• ~
••••••••
bol
LITSl\AR1M
~_...r-----
Se pretende, I lo creo, que los recuerdos i el trato fl'ecuente I ordinario de
la familia distraen a un niño de sus
estudios, i amortiguan su celo respecto
de la ciencia. Esto es una desgracia, i
si fuese posible hallar un sistema igualmente perfecto bajo todas sus fases,
seria mejor sin duda alguna; pero
¿ quién se atrevería a proponerlo, I en
qué rejion terrestre se enCU\lntra esta
perfeccion absoluta?
~
IW
-~'"
es confesarlo, no se hallan aseguradall
completamentc eu ellos.
Allí dirijen los hombres, i eambia la
direccion con ellos; aquí dlrije la lei a
los hombres, i cambian estos sin causar
alteracion en aquella. Alli puede desviarse la intencion del jefe por los que
la interpretan, i falsearse por los que
deberían secundaria; aquí es una mlsma la intencion de todos, porque la.
voluntad de Dios es la de ellos. Ali{
tieuen casi siempre el interes privado [
la especulacion una parte mayor o menor en los motivos a razones; aquí todo
se convierte en cuestion de deber I de
Interes moral, i cuando son mas puras
las causas, lo son tambien los medios i.
los efectlls.
Salvo raras escepeiones, puede, pues,
confiar una madre a una casa relijiosa
lia parte de maternidad de que la despojan las exijencias sociales. No hai
I duda que
tambien hai que elejir sobro
este punto. La intimidad a profundidad
de los estudios, la parte a sostenimien<
ta material del establecimiento, los ele..•
mentas de que se compone, el espíritu
que domina entre 1051 educandos, kt
,esacta vijilancia de los maestros, cada
'una de esas consideraciones debe militar en pro a en contra de la instroccion; pero jeneralmente la instroccion
fundamental está a salvo.
Nuestra pluma va a trazar natural~
mente, despues de la palabra educacion,
un nombre calumniado i bendecido
alteruativamente;
pero obligados a circunscribirnos
todo la posible, solo
podemos indicar de paso esa i1.ustre
Compañia, cuyo glorioso titulo ba merecldo sin duda su doble i misterioso
destino de padecimientos I de poderío:
La frialdaù del espíritu comparada
con la {¡'ialdad del corazon ; este perjuicio causado a la instl'ucclon, comparada con un perjuicio semejante que se
ocasiona a la educacion, no puede tenei' suspendido por largo tiempo el
juicio cristiano de una madre. La eiencfa es un dichoso i útil complemento
para la virtud;
pero la virtud es uoa
base necesal'ia para que no sea la ciencla uoa gran desgracia; i la familia es
la nodriza lia custodia de las virtudes
del jóven.
Verdaderamente, la ciencia es en este
siglo un producto de todos los climas, i
hol nos viene la luz a uo tiempo del
Norte i del Mediodía, del Este i del
Oeste. Tanto en los pueblos pequeños
éomo en los grandes, tanto en los Iiceos como en las Instituciones libres,
liai profesores i se da instruccion ; pero
¡a dóode tendremos que ir para encantrar maestros que dirijan I que formen
una educacion cumplida?
Sinembargo, no exajeremos nada;
llegan a encontrarse.
Se encuentran,
pero es preciso buscarlos. Cuando sirve
la Relijlon simultáneamente de base a
la iDstruccion, i asimismo a la educacion, estas dos hermanas se abrazfln en
su seno, i es imposible que se trabe la Si fuérais de él, os amaria el mundo;
lucha, que es tan frecuente entre ellas. I pero os odia porque sois mios. (San
Para estai', pues, bieu seguros de ,Juan). Os he dado, ta potestad; id,
volver a encontrar esta sólida base de pues, instruid a todQ.5los pueblos enla union fraternal que constituye la seiiándoles a observar lo que os he
fucrza, es preciso, DO vacilo en decido
enseilado (San Mateo).
'
francamente,
es preciso pedirlas a los
«La Compañía de Jesus, dice M. Boestablecimientos
relijiosos.
1 esto no I nald, es la institucion mas perfecta que
significa que estén siempre escluidas de ha producido el cristianismo, Nacida
los otras, pues tal idea seda iDjudosa I para el eombate, constituida para todos
calumniosa para muchos; pero, preciso ¡ los tiempos, lugares i destinos; corpo-
II
II
LA
M\J.BB
raclon poderosa l rica, en la cual está
pobre i sumiso cada uno de sus indivIduos; considerada de los grandes i respetada de los pueblos, reuniendo en
igual grado el ¡njenio i la piedad, la
finura i la austeridad, la dignidad lia
modestia, la ciencia de Dios i la de los
bombres •••
VII.
al\'81'IA~A.
doquiera una ciencia peligrosa o un tédía mas peligroso todavía; pal' todas
partes una semi-libertad apoyada en la
pendiente de la licencia i de los place-.
res; por doquier la emulacion del vicie
i la glorificacion del triuofo; por doquierel odio a la autoridad, el desprecio
a la virtud i el escándalo de las pasiones
satisfechas. Por todas partes, en fin, una
filosofía. sensualista e impía, una suprema indiferencia a la vel'dad relijiosa
i una diabólica atraccion bácia las orgullosas i cómodas doctrinas del pa)l~
teismo.
Pero amontonàndose alrededor del
alma del jóven los peligros crecen toda'Vía; cuanto mas numerosa es su comitiva,mas animoso i fuertemente armado
se encuentra cada UIlO de los soldados
Oh ! si pudieran los padres seguir ~
que la componen. Al colejlo suceden sus hijos en todos los lugares, si pudielas escuelas especiales, casi todas ellas l'an habitar por lo ménos en la misma
focos de Irrelijion, sepulcros abiertos poblacion, cuando pC! pueden vivir bajo
dispuestos a tragarse a los inocentes e' mismo techo, serian mui imprudenque se escapan del primer naufrajio. * tes a mui culpables en DO hacerl.o así.
Aquí no bai ya congregaciones reli- Sus solas miradas ejercen una pqderosa
ilosas para consolar el alma católica de fascinacion, i cuando pasa .el tiempo ~
los padres; ni padres adoptivos para lia escuela sin pe!iudic.ar a la cabeza {)
reemplazar a los primeros padres;
ni lal corazoo, a las Ideas Ilas costlimbres,
oracion comun, ni reunion santa para I deb~ esperarse muc,ho, todo, del por ••
suplir el santuario de la familia. Por i venll'. Lleg~odo all1, p~ede eoton~r 1/1
i madre un hImno de aCClOn de gracLas I
~ O es preciso suponer que tienen los! morir en p~z, mecida ~.or,la esperanza
jesuitas algun mueble jiratorio, cuyo ma.: de la salv,aclOn de su hIlO I de la suy.~.
licioso espíritu produce un vértigo i ce· En el tel'l'lble momento de entrar su hIJO
guedad a casi todos los padres de familia, en una carrel'li,deben sus padrescristiaa tiene que ?dmitirse en .ell.os~n espíritu nos, para esta il'reparable decision, es,..
de adhesl~n 1 de puro. crlstIllDlSm? ~n el tudiar, seguir i no violeutal' la inclinaque adqUIeren ~lDa eVidente s~perlOpdad I cion ila vocacion de su hijo, dejándole
e~ todo la relatiVOa la educaclOll. ~n eII qu '''a libremente entre las carreras
dlll vemos una vez mas que muchos padres,
. e e IJ.
~.
a despecbo de las prevenciones i de las ea. dIgnas, a;ceslbles a su capa~ldad. \ a su
lumnias de que se han hecho frecuente- f~rtunaJ Pero una madre plado~a tra .•
mente ecos, les conflan sus hijos, llegando
a enviárselos al estralljero, bien seguros
• El Criador que distribuye a los homde que no solo trataràn de formar con ellos hres las facultades en diferentes grados.
matemàticos i físicos, sino tambien hijos les comunica un instinto precioso que lell
respetuosos i dignos ciudadanos. 1 en ver· muestra su destino; la inclinacion ~u¡
dad que los sentimientos de estirnac.ion, de duradera i cODstante·hácia una ocupaclOn,
reconocimiento i de afecto que conservan es indicio bastante seguro de que nacimos
hácia ellos los jóvenes confiados a sus cui- con aptitud para ella; así como el deseo i
dados, prueban tambien irrecusablemente
repugnancia que no puede superarse COn
que debe estudiarse a los jesuitas do cerca, facilIdad, es señal de que el Autor de la
en vez de acusarles de léjos.
naturaleza no nos ha dotado de felice~
disposiciones para aquello que nos desa·
grada. Los alimentos que nos convienen
* Adviértase que aquí se refiere la auto- se adaptan bien a un paladar i olfato, nI}
ra a las escuelas establecidas en Francia, viciados por malos hábitos a alterados por
con olvido de toda direccion i alimento enfermedad; i el sabor i olor ingratos DOS
¡noral i relijioso.
(N, del T.)
advierten cUíilessou los manjares i bebid~
188
D1BLIOTBCA
LITERARIA.
tarà siempre de hll,çer inclinar la balaU-¡ razon en no desprenderse de ella. Pero,
la hácia e! lado ménos peligroso para ¿no pesa, siuembargo, la opinion de su
el alma, sacrificada en tales casos con mujer las mas veces con ciarto peso
sobrada frecuencia a los intereses mate" sobre la suya? ¿, 1no puede, si se empeña en ello, hacerle entrar en las con.
riales i ambiciosos.
sideraciones tan razonables que la de.
Ah I no hai duda que en esta cuestlon se halla la madre léjos de poseer la terminan? Si no quiere mirar como ella
'el padre el punto de vista relijiosof ¿no
omnipotenllia de que ha gozado durante
la educacion primel'a; no bai duda es capaz de comprender la importancia
moral de esta terrible cuestion, i traque no le pertenece la decision suprema ; entónces está reservada la tándose de su hija, podrá prescindir de
autoridad superior al padre que la cede ella nunca 1 No es de temer, ast jeneraras veces, i, propietario lejítimo de ra/mente.
Una mujer de tacto i de prudencia
esta potestad, tiene incontestablemente
posee una multitud de palancas con el
ausilio de las cuales puede remover en
~---------el alma paternal los tesoros que se ba .•.
que por su corrupcion u otras calidades lIan enterrados en eIla. Dia llegará ed
podrian dañarnos. Dios no ha tenido, mé- que será gloria i virtud suya habet
DOS cuidado del alma que del cuerpo.
II vuelto a encontrar estas virtudes i estos
Los padres, los maestros, los directores :sentimientos fósiles por tanto tiempo
de los establecimientos de educacion i en- I improductivos.
Jamas se hacen sin
señanza deben fliar mucho su atenl'-Îou "U
este punto ...
'
- - - - - , aigun resultado investigaciones intel/f
••.No hai nadie que no pueda bacer este jentes, lab(l)riosas i perseverantes,
exámen. El niño de doce años tiene por lo 1 puesto su propietario por medio del
comun reflexion bastante para notar a qué i ellas en poses ion de estas riquezas igse siente inclinado, qué es /0 que le cuesta noradas, dará ciertamente a su autor
rnénos trabajo, cuàles son los estudios en una gran parte en Jas beneficios.
que adelanta con m,asfacilidad, ~u~le~ la~ r1 Es preciso volver aquí; como en otras
faenas en que espel'lmenta mas llllenlO I I partes, a los principios i al punto de
destreza.
Seria mui conveniente que se ofreciese "partida; pues bien, el principio es este:
.La mu}er ha sido creada para ser là
a la \'ista de los niños objetos mui rariados,
las obras notables de la industria i de la ayuda clel hombre.
intelijencia humana; que se les llevara a
Debe ser la ayuda de todos los hom";
sitios donde pudiera el instinto de cada
bres
por medio de las lecciones de sanno verse en preseucia de los objetos de
su eleccion. Este método será mui útil, crificio que les dé i por los perfumes de
porque es mui seguro. La naturaleza re- virtudes relijiosas que queme a su prevela en tales casos aptitudes que no hu· sencie; pero debe ser sobre todo la
biera descubierto nunca el mas atento es- ayuda del hombre padre, hermano,
tudio ..•
,
I esposo e bijo, por una accion de adhe... EI hombre que sigue la proresion pa- sion infatigable, de que se -valga sh:l
ra que ha nacido, anda a paS'Osavanzados violencia para salvarles i conducir les à
i soporta fácilmente el peso de la luz i del
UÓ
calor, i hasta esperimenta placer en los veces alti donde desgraciadamente
trabajos mas penosos. Al contrario, el q1tieren ir. (San Juan).
desgraciado que se ve obligado a llenar
La madre, particularmente /a maillet
una tarea para la cual no ha nacido, tiene posee un poder oculto al que nada 1'8'lIue luchar contra sus gustos, violentar sus siste cuando sabe servirse de él: al sU
Illclinaciones i vencerlas ántes de ponerse
al nivel de su medianía. Qué digo l' Antes recuerdo vuelve siempre, dice M. Aude llegar a E1ste punto, debería llenar el gusto Nicolas, i es el último que triunel
vado de sus àptitudes con sus esfuerzos fa. Oculto i como atrincheradoén
sobrehumanos i las mas veces imposibles. il fondo del corazon mas olvidadizo o mas
CBálmes: El Criterio),
pervertido, es el único que tiene muchas
I
LA
MUJER
CRISTIANA.
189
veces poder para enternecerlo i purifi- II' con todos sus goces cuando se trata de
cariol siendo en la dt'sgracia o el peligl"o I obedecer a este amor.
junto con el de Dios, corno el conti
Si finalmente os pide Dios, como al
dente i el recurso mas Instintivo de la ¡Patriarca,
la Inmolacion mlstlca de
natur~leza humana.» .(La VírJen Maria l. vuestro Isaac, alzad el cuchillo si.n vaci·
t et Plan divino).
: lar, i aunque baga este doloroso golpeSí ¡ el hijo de una cristiana adicta penetrar el puiial en vuestl'() propio
podrá, segun la evanjélica espresion del il corazon, herid, inmolad, sacrificad, sed
conde de Maistre, describir una curva' madre creyente siempre i por dpquiera,
entrante, pero no alejarse indefinidai así sereis tumbien rp,adre de los cremente de la línea que trazo; i c:<habien- yentes.
do impreso su madre 8obl"e su frente el
;i No es Dios solo el Padre de todos?
carácter divino, puede estar casi seguro ;i No es El solo quien nos ha cl'iado ?
de que no lo borrará nunca.») (Veladas (Malaquías).
de San Petersburgo).
Ah! i Qué amor nos mostró el Padre
Coosolaos, pues, pobl'e madre; vues· dtÍnduno:i el tilulo de hijos de Dios!
tro hijo os parece tal vez que está muerto,
(San Juan). Depositemos, pues,a sus
pero solo está dormido. (San Mateo).
piés el título i la cualidad de madres
Las semillas de las virtudes que deposi- que pl'ovienen igualmente de ÈI; POIItais en su alma, la fe con que caltivás- ! gamos en sus manos nuestros hijos, que
tels los jérmeucs, viven aÚD í se reanison t.ambiell los suyos; santifiquérnonos
mar/m a la palabra de Jesucristo. Rego- en El, a fin de que sean ellos santiflcijaos en vuestra esperanza (S. Pablo), cados por la verllud (San Juan); i ojalá
i no os acordeis mas de vuestros males, podamos de(~irle cuando DOS llame:
porque esta esperanza os demllestrü que,
Padre Santisimo. vuelv.o: a, .fos.
DO solamente habeis dado un hombre al ¡ Conservad a causa de vuestro nombro
mundo (San JuaD), siuo UD escojído al. aq~¡ellos qlte me habeis dado, a fin de
il
cielo.
' que sean una misma cosa con Vos.
Hermanas mias amad/simas, os la
Miéntras estaba con ellos, les condigo con el Apóstol: sed constantes, servaba a causa de vuestro nombre; he
no cambieis nunca, ocupaos con todas tenido necesidad de aquellos que 1120
vuestrasfz¡erzas i sin tregua en,laobra h[{beis dado, i ninguno se ha perdido.
del Señor, i estad persuadidas de que
Os he glorificado en la tierra, i ho
np se ha perdido vuestro trabaja ante cumplido la obra que me habeis conEl. (San Pablo).
fiadu.
Pero dad gracias a Dios que os darâ ..•~He hecho cono~er vucst~o nombre a
la victoria por medio de Jesucristo
los que me habezs dado. z han puesto
Senor nuestro. (San Pablo).
' en práctica vuestra palabra.
I
••
1
Les he comunicado las palabras que
Ah . Cuando sab~l CCIS ,as dulzuras
me habeis comunicado i las han recidel amor, mate,l'llal, 1 no os parezca ?U- bido.
'
da s~perlor a el ; cuando ~s d~vol'e 1 os
No son del mundo así como yo ta1'l/l<
inspire la sed ,de ,la adheslOD I la nece- poco soi del mundo.'
Sldad del sacnficlO, recol'dad est,a palaSantijlcadles por la verdad!
b~a de nuestro Padre q~e es!a en los
Padre justo i El mundo no os ha
tz~!o~: Una madre podra olm1ar a su conocido. En cuanto a mi, yo os he
ftlJ~d per? en cuanto a Mí, ] a no os conocido, i aquellos os conocieron.
tJlv¡ aréJamas.
Voi ahora a Yos Padre mio, i deSed, pues, hIjas suyas antes de ser seo que alti dancl~ YoeStêÙkallen
madres; amad en f;l i por ti a los que tambien conmigo aquellos que me disos ha dado; DO permitais nunca a vuesteis (San Juan l. *
tra ternura por ellos entrar en lucha con
BU IUlilQr,i· sabed sacrificar esta ternUra
; La madre del gran Suu Agustin puede
'90
B1DL!OTeOA
LIT.DADtA.
II
preseDt.arse como un modelo a las esposas, posas en las mismas circunstancias en que
a las madres i a las viudas, dice el Rdo. se encontraba Santa,Mónica? ¿ Cuál debe
P. Ratisbona en su Manual de la Madre ser en estas circunstancias delicadas su Ji.
cristiana. Su propio hijo es quien DOSeD- Dea de conducta?
seña a couocerla i amarla, al afirmar que
¡Que la esposa cristiana sea para su
estaba enteramente llena de Dios, que Da· marido UD catecismo vivo i un libro de
die podia aCIJrcarsea ella siu que se le eu- teol.ojía que sea U? ánjel.de .Iuz i de sal.
ceDdiera el deseo de llegar a ser bueDo, vaclOD! Esto no qUiere deCir SIOduda gire
porque se admiraban en ella todas las cua- I se po~a a predicar, pues por el cODtrario,
I¡dades de la mujer fuerte de la Escritura. I debeD poseer la gracia del silencio; pues
Nunca, segun el testimonio de San Agus- ! este silencio vale mas que una predicacion,
tiD, Dunca se oyó salir de ]a boca de !VIó. cuando se guarda CODdulzura i afabilidad.
Dica UDapalabra de murmuracion; DUDca No hai elocuencia Di enseñanza capaz de
devolvió mal pur mal, sino que, al contra- descubrir bajo formas mas halagueñas las
rio sacaba de su corazou, como de una bellezas del Cristianismo que la piedad
fuente inagotable de caridad, tanta dulzu- serena i pura de la mujer cristiana, SI¡
ra i tanta benevolencia, que nadie podia vida entera, enriquecida de gracias, debe
resistir a su influjo. i Oh cuán preciosa es ser una manifestacion del EvanjeHo.
la mujer verdaderamente cristiana! La
GaDareis a los hombres de bieo i oh
mujer cristiana cumple una mision celes- mujeres cristianas! 00 por medio de ins·
tial, porque tieoe' ausilios para todas las tancias inoportunas, sino con actos de
miserias, bálsamos para todas las heridas, abnegacion jenerosa, coo vuestras secretas
consuelos para todos los dolores.
i permanentes oraciones, i sobre todo COQ
La mujer cristiana es la providencia de] Un espÎr¡tu lleno de dulzura. ¡ Oh poder
pobre, del enfermo i de la innum~rable de la dulzura evanjélica que produce matribu de los aflijidos, i su sola vista mfun ravil.l.asque la Ola da del muudo DO imi·
de respeto. La suavidad santa que se des· tara iamas ! La dulzura evan ·élica es uoa
cubre en su fisonomía esparce a su alrede· espada siempre triunfante que asegura a
dor una aureola de luz. Las conversacIOnes la esposa infa]ibles conquistas: Bienavenfútiles del mundo DOllaman su atencion, turados los que son dulces, pOl'que ellal
ni los vanos homenajes la halagan, ni las poseei'án la tierra. Tal fué el triunfo de
palabras injustas provocan por su parte Santa Mónica: con estas virtudes salvó el
respuestas satíricas. Siempre igual a sí alma de su marido.
misma, con ~u ~ile.ncio.igual~~]enteque c.on
Pero el Santo Obispo de Hippona, al
sus palabras I diarIOs. saCrificIOS,l~ mu¡e.r continuar hablando <le los méritos de SQ.
~erdade!amente crlstla?a .honra 1al Rel.l madre, no quiso dejarnos ignorar la regla
Jlon, edlfi~a al mundo 1 bfllla en a glesl8 de vida que abrazó al encontrarse viDda.
~omo la lampara que luce en el candelero
Libre de los compromisos del rnund&'j
5ant~•.
cerró su corazon a la tierra, i solo le abrió
, MO?lca no es una ~e esas almas estra~~- a las influencias del cielo. Esta es, eo
dmarlas cuya perfecclOD admira la .dcblh- efecto, segun los libros sagrados, la so.
dad humana, por9u~ t~das ~u.s,Virtudes lemDe obligacion que contrae la viuda
superaD a nues!ra InlltaclOn. MOUlca~o. se. cristiana. La que vive de los placeres crisD?Saparece b~Jo la form~ d~ la a~sterldad,. tianos, dice el grande Apóstol, parece viva,
DI s~nala su vld~ con mlla",r~s, pero su pero está muerta; muerta en su alma~
santidad se maOl~esta. en el clrcul~ de los muerta aote Dios. l,a verdadera viuda.
deb~res de una sltuaclOn comun, 1 se .p~r. segun la significaciOl~ de la palabra, es
fecclOna en la ma!or p~rte de las condlcl,o aquella que está vacla. viuda. vacía de
~es eo que se encuenttan las madres CrIS' toda pasion, vacía de todo afecto desorde.
tíanas.
nado, vacía ùe todos los recuerdos pesti.
Como esposa ¿ cuál fué su vida? Su bió lenciales del muodo. a fin de llenarse cografo cuenta que su marido erá pagano. ma un vaso de honor con los tesoros de
j Ah! el paganismo ha levantado su cabegracia de la casa de Dios. La viuda no
za elllos tiempos modernos, i mas de un' i puede aspirar sino a los consuelos inmorcristiano, alejado del verdadero Dios, ado •. tales; su pensamiento, su esperanza i SQ.
~a los placeres i ]a materia e incensa los· amor deben dirijirse a lo alto.
Idolos.
Que se guarde. pues, la viuda. continùa
•
San Pablo de abu~ar de su libertad, dé
ffiÜià~¿e' 'e~
diàs' ~~~h~~
'e~~, consu:nir el tiempo CDpasar de una casa a
.¿
n~esi;o~'
LA
MUJER
CRISTIANA.
que, atendidas, obsequiadas, ídolatra.
: das, se creían ellas objeto de vuestra
envidia, asf como vosotras Jo érais de
sus sarcasmos. Nada halla gracia Il sus
. ojos en vosotras; dábales compaslon la
santa austeridad de vuestra vida,despreciando sus lecciones; oomamos i beba·
mos, decjan; coronrJmosnos de rosas
ántes que se marchiten, porque mañana
. moriremos. i Ah 1 ha avanzado el tiempo marchitando su comna con su tibio
aliento, pero ellas no han mUel·to.
i No han muerto, i sepultadas ya en
el olvido, han muerto los placeres para
ellas; pasó su reinado i sonó el dia de
los llantos. No han muerto ellas; pero
I han muerto su belleza i su juventud, f_
i i no poseían otra cosa 1 No han muerto;
! pero el mundo
las trata así; i les hace
esperimentar en vida todos los horrores
del sepulcro. No ban muerto, pero como el moribuudo a quien ban quedado
las facultades del alma para sentir cómo
abandonan sucesivamente la sangre I la
vida todos sus miembros, se les escapa
todo, í ellas lo ven; todo muere para
ellas Iellas lo conocen.
No han muerto estas pobres mujeres2
bendecid por ello a Dios, hermanas
mías; no para vengaros, como he dicho
al principio, no para insultar su desgracia, sino porque, dejándoles la vida, la
paciencia celestíalles deja tamblen tiempo para arrepentirse; sino porque, operarias de la hora duodécima, si acuden
a la viña del Señor, obtendrán igual
paga que vosotras, Ivosotras las amais
ClImo a vosotras mismas.
No han muerto, gracias a vuestras
oraciones tal vez, pero están tan enfermas que es preciso todavía oraciones i
milagros para salvarJas. No han muerto,
pero heridas de muerte por aquel a
quien adoraron, asesinadas por el mundo, no lo comprenden, i quisieran encontl'ar todavía fuerzas para servirle.
No han muerto, pero no saben entrar
eo el camino que lleva a la vidu;porque este camino es sobrado duro para
sus plés acostumbrados a pisar rosas.
Sinembargo, haDse marchitado lasrosas para ellas, I por mas que hagan, no
1
CAPITULO IV.
LÀ MUSER
AL DECLINARLA 'IDA •
El hombre era conducido en la
primera edad; ha debido conducirse por sí mismo en la segunda,
i va a conducirse en la tercera.
(NICOLAS:
Estudios filosóficos).
Hai diversidad de dones espi.
rituales, pero no hai mas que un
mismo espíritu. Hai diversidad
de ministerios, pero solo hai un
mismo Señor. Hai drversidad de
operaciones sobrenaturales. pero
no hai mas que un mismo Dios
que obra todo en todos.
,
(SAN PABLO).
Enseñad a las mujeres avanza·
das en edad a manifestar en todo
su esterior una santa modestia,
a no ser maldicientes, ni propensas a excesos, sino a dar buenas
instrucciones.
(SAN PABLO).
Prosigo mi carrera para tratar
de cumplir el destino que me de·
signó Jesucristo al elejirme.
(SAN PABLO).
No me abandoneis 1 oh Dios!
en mi edad avanzada. (SALMO).
l.
Vengaos, mujeres piadosas,
caber la venganza en vuestras
Vengaos de la altivez i de los
de las que se relan dc vuestras
i de vuestros padecimientos,
si puede
almas.
insultos
virtudes
miéntl'as
otra a manifestar su ociosidad en visitas
inútiles. a sacrificar a lujo las ofrendas
que reclama la caridad. La viuda no po·
drà justificarse ante Dios, si pierde el
tiempo i la hace perder a los demas.
La viuda, separada de los lazos de la
tierra.· debe ocuparse enteramente, como
las virjenes, en agradar al Señor. Santa
Mónica comprendió estas obligaciones sagradas; i las realizó con magnanimidad.
(N. del
n
t91
1
'
192
B1n
r..1 o
If ti} O' A
harán qua Adquieran su lozanía f su
frescura; i solo encontrarán espinas en
los mismos senderos en que ántes las
cojian sus delicadas manos. Ciertos ca-
t I cr e n A IH Ar
¿ No hemos visto a muchas con sus
arrugas mal encubiertas, sus mejillas
ajadas en que se halla pintada la inquiet1td, como en las del Satanás de
minos parecen ,'cctos a los hombres; Milton, i COD su cuerpo envejecido tanpero conducen al dolor i a la tristeza. to por los placeres como por los años,
Los que sc dejan lisonjear' por los cuál se prosternan aun ante el mundo,
atractivos i por los engaiíos de esta cuya mano nos inmola, esclamando:
vida, van por estos caminos; les sor- César, los que van a morir te saluprende en ellos el tiempo i les recibe i dan?
cnvup,[ve la muerte. Así hablaba S'llomon cuando no Je babia n seducido aun
los engaños de esta vida.
Así la angustia presente de estas pobres abandonadas es quizá el mayor
favor que han recibido aún de Dios,
pues cuando se perdian entre las flores,
tI'ató de salvarlas en medio de los zarza1es ; cuando se perdian reinando, las
destrona para salvarlas; cuando se perdian en la embriaguez de los tl'lunfos l
funciones. las salva por medio delllislamieoto i el olvido. 1 como se les han
cerrado las otras puertas, se ven obligadas a tropezllr con la del cielo. 1 como
siempre que llaman a la del mundo son
despedidas con palabras duras, a si se
les recibe es ~on 'Un desden insoleBte,
por iDO t1evar e:1 pasaporte de la bellelia
f de )a juventad. es preciso que sedirijan al fin a donde es su regreso una
fiesta pa'l:a la que se mata el ternero
cebado.
Ah !a'Sí seria preciso verdaderamente
para su ,reposo, para su dicha, para el
presente I,elporvenir; pero, ai ! ¡cuánto
se prefiere el desprecio del mundo a Jas
ternuras de Dios! i Cuàntas, devol'adas
por la pasian de agl'adar, cuando se les
quitan todos los medios de conseguirlo,
DO retroceden
ante bajeza alguna, ante
ninguna maniobra culpable, para trat3r
de retener el cetro de sus atractivos
en decadencia 1 Los únicos consuelos
de sus tdstes diasconsisten entónces en
m'1lrmurar de los mas prudentes, en ca·
lumniar a los mas virtuosos, en abusar
de los mas inocentes, en tener celos de
las mas ,jóvenes, i en derramar la bici
en todas 'las copas, miéntras buscan por
otra parte ridfculamente
Reparar ¡ai! de los aùos
El irreparable ultraje.
1 este espectáculo regocija a César.
que gusta de ver caer en me1io de la
arena las víctimas alimentadas en sn
palacio. 1 el pueblo que llena el circo,
a el salan, teatra de estos crueles juegos,
aplaude tambien, i le da gracias porque
le procura tales goees, sin pensar que
él servirá asimismo a su vez de pasatiempo o recl'eo al tirano;
No se nos tache de exajeracion. Hai
mujeres respecto de las cnales no exajeramos nada; ni su encarnizamiento
en perseguir al mundo q:ue lallabandona, ni la ,dureza de este mundQ respectQ
de aquellas cuyas rodillas abrazaba diez
años ántes. V nestro Profeta lo ha dicho.
í Dios mio I Los que se alejen de Vos.
perecerán, i Vos perdereis a los que se
prostit1lyen a las criaturas. (Salmo).
Allí no se trata ciertamente de la
mujer qne vive en el mundo como si no
viviera en él, i que le frecuenta pol'
deber, sin darse a él; El mundo no ado·
l'a a esta mujel' corno a las dernas, sino
que la censura, la critica ¡hasta lapersigue; pero la estima. Se envanece
cuaudo la ve en sus fiestas; se tiene
por feliz de que no le desdeñen demasiado ; como un aldeano que recibe a
un gran señor a su mesa, se vanaglorfa
de SllS relaciones con ella, como se en- "
grie un malvado ante el público des,u5
relaciones con un hombre honrado. 1
DO se disipa este sentimiento de estima ...
cion con la frescura i la belleza, siuo
que permanece, por el contrario, con la
belleza del alma I la frescura de la .inocencia. La mujer santa i pura es la
gracia sobre w1adida a la gracia; no
hai tesoro alguno que [¡rille como la
castidad de su alma. (Eccles).
LA
MUJER
CRISTIANA.
Esta mujer es acojida a toda edad, 11 blema desconocido la existencia de los
aún por el mundo, no ya, repito, como deberes ni la significacion de esta palauno de e10; ídolos que rompe e incensa l' bra i las riquezas de paz que en ella
alternativamente,porque
son obra suya, se encierran, se volverá hácia ellos no
sino como un álljel tutelar demasiado' viéodose reducida,por única ocupacíon,
puro para recibir sus homenajes, como a llorar un pasado que no puede recorun justo a quieo se envía para salvar a ,dar.
Sodoma.
Despues de haber intentado servir a
No hablamos tampoco aquí de la dos amos, vendida, abandonada, mal,;.
mujer a quien arrastra, sin saberlo, la tratada por aquel por quien mostraba,
corriente del mundo, a rejiones marca00 obstante, una preferencia
sacríleg!l.
das por los anatemas evanjélicos;
de • comprenderá por fin esta mujer desenla mujer que amando j ai 1 a este enegañada lo que debe a la otra, i se arromigo de Jesucl'isto, i obedeciéndole con jal'á a sus piés como el pródigo a los de
sobrada frecuencia, comprende, no obs. su padre. Al ménos habrá quedado en
tante, que hai deberes superiores a to- 'su alma un lugar para estos sentimieodas sus &xijencias, i la demuestl'a algutos, i en su voluntad la libertad da renus veces en su conducta; de la mujer I chazados i de aceptados. Ah! no la
que, consagrándole un tiempo sobrado I compadezcamos si los acepta, Jamas en
largo siempre, i pensamientos por des-, los tiempos de sus triuufos mas bril!angracia mui numal'OSOS, reserva, no obs-: tes o de sus locuras mas embriagadoras.
tante,parte del tiempo para la~]sügradas! habrá c&perimentado alegrías como las
obligaciones de la familia. No bablamos
que Dios le reserva. Solo la turbará un
de la mujer fr{vola mas bien que lijera,
pesar, el de habedas gustado sobrado
vanidosa mas bien que coqueta, soltera,
tarde.
esposa, madre, hermana ¡amiga, áutes
Pero la mujer que se ha vendido al
de ser mujer obsequiada, que posee un mundu e', cuerpo i alma, i se ha hecho
alma i la sabe, un corazon, i la prueba.
adurar por él, adoràndole; la mujer que,
]'1;0 hablamos de esa m u:,el' cuya debili-'
no habiendo permitido introducirse ja":
dad es a veces seducida por el impulso mas en su entendimiento una idea séria,
de los placeres, pero que rechaza COG ni conmover un bueo sentimiento a su
horror sus culpables consecuencias;
eorazon, no ha consultado jamas este
pues no están reservadas para ella las COr:lzon ni este entendimiento sino para
amargas decepciones, i la justicia celes-! buscar en ellos StlS pasiones, adivinar
tial prepara para otras sus castigos mas ~ las de otro, satisfacer las unas i excitar
humillantes.
las otra3; esa mujer recojl>,a esta hora
No hai duda c¡ne esta no verá S!O i IDo amargo~ frutos de las tristes semi-dolor desaparecer con su~ encantos las lilas de Sil ju ventud, i solo encuentra
deliciosas adulaciones i alegrías de que! I faltas a desdichas.
eran oríjen j no mirará sin envidia a la:
La mujer, que jamas ba leido otros
juventud que le sucede j no verá sin I libros que novelas, pero que ha leido
celos I'endir homenajes él otros piés que . continuamente
estos ¡¡;,ros : la mujer
los suyos; no mirará sin horro~ el aisla..,., que ha sentido la mayor alegl'Ía cn la
miento i el reposo. Pero, no obstante, 'humillacion de un rival, i el mayor disen medio de sus r:l':ecimientos, de sm; gusto en el triunfo de otra i la mujer
desilusiones i de sus temores, podrán
cuyas meditaciones e investigaciones
penetrar algunos rayos de esperanza í . han solicitado constantemente al arte
de confianza; no habiendo vivido eselu- de agradar sus seel'etos maspcligrosos,
sivamellte de la vida del mu ndo, tendrá esta mujer come al presente, con lágriun refujío i podrá volver a encontrar
mas i desespCl'acion, el pemicioso fruto
las satisfacciones independientes ¡puras· del árbol maldito de esta ciencia.
de la virtud, puesto que siempl'e las ha
La mujel' de COI'IIZ01ldesabrido, de
ignorado. ~o siendo para ella uu pro-, alma degradí1da, que teniendo solo
¡\:I,TREGA
1;).
194
BIBLIOTECA
LITERARIA.
I.!nerjía para la diabólica propaganda del ni soportar mas que una sujedon, la'de'
su vanidad;
ni entregarse sin disgustQ,
vicio se forma un pasatiempo en abusar
de la confianza de una compllñera sin mas que a un solo trabajo, el de agraesperiencia,
de inmolar su reposo con dar; ni desterrar el ted io sino ocupánfalaces revelaciones,
de turbarla
con dose de si misma;
pero hé aqnl que ha
insinuaciones pérpd,as, de conmover su llegado su hora. Se ap"ûxima el tiempo
virtud con perniciosos consejos, de ata- en que no podrá ya ceíiirse a si misma,
car su reputacion
con indiscreciones
i en que la ceñirán otros, la conducirán
culpables,
i algunas veces de perdel'la
a donde ella no quiere ir (San Juan), i
con infames calumnias, está asociada de la insultarán, a la quebrantarán
como
Satanás; esta mujer, repito, comienza
un juguete.
bai a participar de su suplicio i de su
«( j Oh qué criatura tan vil i abyecta
vergüenza.
es el hombre cuando no es realzado pOI'
La mujer de quien solo ba recibido
alguna l'osa cele'Stial' J) (Montaigne).
Dios hipóeritas
homenajes de con ve- , I Oh cuánto mas vil i mas abyecta es la
niencia o miramiento,
la familia solo,' mujer cuaudo se ha vendido al mundo i
ultrajes, olvide, a a lo mas las concea Satanás!
siones que exijia el deeoro;
la mujel'
Todo se la han quitado los aÚos:
que se ha hecho admirar i desprecia/',
sus cncantos, sus gracias, StlS tl'iunfos i
agasajal' a festejar i desdeñar. envidiar
sus placeres;
pero le han dejado sus
i huil' de ella ;' la mujel' cuyos Inbíos I pasiones de otros tiempos;
i aun se las
han conocido la risa arrogante
de la han aumentado, i estas pasiones se irri·
ironía, i nunca la sonrisa de la bondad,
tan todos los' dias mas, porque nada las'
cuyos ojos han lanzado rayos de odio, contenta al presente.
de codicia, de concupiscencia, i provoLa veis carrel' suplicando tras ese
caciones criminales, i nuuca la bené,'ola
mundo flue le sel'via de comitiva en
i humilde mirada de la caridad, cuyo tiempo de su esplendol', « i Oh desdicorazon ha derramado lágrimas de des- chada especie humana I ¡ A qué abatipecho, i nunca de piedad, esta mujer
miento has descendido!
j A qué miserecoje tambien la que ha sembrado,
l'able estado te hallabas reservada! l)'
pudiendo crecer solamente una planta
(Milton). Hoi huye de ella ese mundo,
útil en su tierra desolada: el J'emordii la desprecia i la ultraja, porque hace
miento.
sombt'a a SllS cuadros, i es una mancha
La mujer, finalmente,
que, sin ha- I en medio de sus fiestas; su vista reberse abandonado a los mas vel'gonzo- ! cuerda la instabilidlld de las cosas del
sos desórdenes, no ha aprendido jamas,
mundo, predica la brevedad a caduci.
no obstante, ni ha soñado ni practicado
dad del tiempo, i el mundo no gusta de
nunca mas que el mal, no podria repoeste lenguaje. No importa; ella devora
sar en el bien: pal'a salvarla, es preciso estas afrentas,
sufre estos desdenes,
un milagro.
Toda su cabeza es una consiente en este martirio, pero no en
llaga, i su corazon un gran desfalleci- el olvido, no en el aislamiento; i la creo
miento (lsaías).
mui bien, porque tendria que estar mas
¡ Ah ! Esta mujer ha tratado de tira- , sola aún para soportarlos.
nía a la autoridad de un padre o de un
Cuando cesa el tumulto del mundo
esposo, ùe sujecion insoportable el cumresuenan en el fondo de su alma tres
plimiento de sus deberes maternales, de voces terribles, i necesita aturdirse para
pormenores fastidiosos sus !'ell'èÎones de no escucharlos. Su coneiencia, a quien
hermana, de pariente i de amiga, i de ha tratado de ahoga¡' toda su vida, ¡'Ctedio imposible de soportar las prácticas
nace eotónces de sus cenizas, i habla en
de la caridad.
Rechazando todas estas
voz fuerte. La Relijion, cuya moral,
trabas, léjos de SIl vida afeminada i . promesas i amenazas,
ha querido olviculpable, no ha podido someterse
mas dar, se recuerda, quiera que DO quiera,
que a Uua autOl'idad, la del mundo;
i a su memoria. Dios, en fin, a quien ne.
LA
MUJER
ORISTIANA.
195
it~g¡;;.ifi~';;;Î?i;;çs·~;;¡;'or-I·~si';~-~
"s~;~~
-~;;¡;n;a;;-a;'j~iicÚ~d.
cuya lei ha despreciado, 1 vendIdo su.
causa, se hace tambien oh', i dicta en
medio de relámpagos i truenos sus man·
damientos despreciados pOL'largo tiempo; i eutónces es cuando la desgl':lCiada
se arroja con furor en medio del torbe1lino que la rodea, esclamando : Que no
(IsRlas).
Ah! ¿ Por qué alejarse, repi~o "t
¿ POI' qué no querer oir sino sentencias
terribles,
cuando se pronuncian tan
suaves? ¿ Por qué retl'oceder ante lo.s
consuelos, el reposo i la dicha del arrepeutimiento? Estos son los únicos ponos hable el Seiíor por si mismo, por~ sibles para un alma degradada. ;, Por
que moriremos. (Exodo).
' qué, en fin, esta mujel' que es una carAi ! ¿ por qué huil' aún de los res- ga pam si misma, cuyos días están
plandores del Siuai, cuando está hecho vacíos de paz, i que paset las noches e¡l
pedazos el becerro ùe oro ~ Moisés oró llanto ( Job l, prefiere el abismo de la
pOL' este pueblo culpable, se dejó ablanafliccion. a que ha descendido.las olas
dar el Seuor, i estas tres voces tau temi
de tristeza que sumerien su alma (Sal·
das son ahora misel'icordiosas i excitan
mo). a esa paz que no da el mune¿o ?
.los remordimientos, llaman el arrepen(San Jllan). Srgun sabe ella bien, Dios
.liQ1iento, e inspiran la conversion; es - no ha permitido al mundo que la co10,cuchad.
cara entre SIlS medios, de se~ucciou,
Escuchad, habla la conciencia: Pequé porque es ella demasiado sincera l socontra el cielo i contra Vos, i oh Dios brado pura para él.
mio! i no soi digna de que se me llame
Pobre mujer! Sus lá.grimas le sirhija vuestra. (San Lúcas l. Mis iniqui· v~n de pan dia i noche (Salmo); b,âlla.se
dades se han elevado sobre mi cabeza,
i han llegado a ser como un peso que
me abruma (Salmo); estai dispuesta a
que se me impongan los castigos que
he merecido, i quiero conservar sin
cesar mi dolor (Salmo); Señor, no me
reprendais en vuestro enojo. i no me
castigueis en vuestro furor. (Salmo).
La Relijion dice: Si no haceís penitenda, perecereis (San Lúcasli pero
alejaos de tos que cOI'r.eten la iniquidad, i el Señor oirá la va.:; de vuestro
llanto. (Salmo); porque no desdelia a
un corazon contrito i humillado. (Salma). Habeis pecado; deteneos, conteneos, pues, ¿ por que alejaros de la
presencia de Dios! (Jénesis). ,: No es
principiar a ser prudente querer serio!'
(Proverbios).
¡Ah! Gustad i vereis
cuán dulce es el 8e110l'. (Salmo).
de.çterrada de su alou}, la paz, i ha
perdido la memoria de toda alegría
(Jeremías;,;
comprender
i, no obstante.
no quiere
q~!e s~¿ Único bi~n se/'ía
dedica1'se a Dios i poner en Et su esperanza, (Salmo). As! se ve castigado
con sobrada frecuencia el abuso de l~~
gracias de la juventud pOI' la ceguedad
de la edad madura.
¡Oh! ¡no penseis ya en vengaros,
mUjeres piadosas! Cualquiera que haya
sido la conducta de esa mujer para COll
vosotras, jamas os ha hecho sufl'i.¡'lo
que tiene que sufrir ella actllalInente.
Jamas sus sarcasmos contra vosotras
han sido tan amargos como lus que la
persiguen; jdmas los desprecios coI;)
que os ba abt'.ul1}ado han sido tan sinceros como aqne.llos con que bai la ahl'u-:man; jamas ha sido el abandono a que
1fioalmente,Dios bace oil' al alma estas os condena tan completo como el que
palabras:
Venid a mí los que quereis soporta; nunca las calumnias inventa,:"
,hacer penitencia i yo curaré vuestras das i lanzadas contra vosotras han sido
heridas. IJeremías J' Levantaos, coJerl, tan dnras para vuestro corazou como
vuestro lecho i no pequeis mas. (Sao I las verdades que se le han e,chado en
Lucas);
volved a mi i yo volveré a cara. Compadecedla, pGrqtl~e-no Ueue
vosotros, i no me acordaré ya de vues- su recompeosa en este mundo, ya lo
tros pecados. (Salmo). No q~tiero ta sabeis, i, no obstante, i no la recibirá
muerte del pecador, sino que se con- en el otro! Rogad por ella, porque es
vierta i viva. (Job).
LO,ç que me mas dífícil a estas mujeres idÓlatras
¡
BIBLIOTECA
LITERARIA.
l'
del mundo i de sí mismas volver 8 la ha hecho dos hermanas. No os ccn8Usincera adoracion del verdadero Señor, Irarà que hayais vuelto a sus brazos
que pasar un camello por el ojo de porque os arrojase de todas partes la
'Una aguJa, pero afortunadamente
nada miseria. No desdeñarà los tristes restos
es imposible a Dios, i algunas veces de una vida cuya mejor parte habeis
hace el milagro de estas conversiones a consumido en otros sitios. No vendrá a
1.8\'ez tardías ¡completas.
i insultaros sobre el estiércol en que os
! ban puesto el demonio i el mundo.
No
os arrojará la primera piedra, porque
II.
le ha enseñado Jesucristo a no conde··
Ilaros (San Juan): Id, os dirá, i no peSinembargo, no os espante la palahra
queis (San Juan); buscad a Dios ¡revimilagro a vosotras, desdichadas mujevirá vuestra alma. (Salmo), yo os lo
res, que pensais enmendaras,
al mas aseguro.
caidas a quienes realzan las aspiracíoj Ab!
si des pues de haber seguido
nes del porvenir. Si Dios, dueño de la estos consejos se os aparece de nuevo
naturaleza i de sus leyes, no las interradiante la seductora figura de este
rumpe sin motivo, tampoco rebusa sos, mundo a quien tanto habeis amado í
prodijios a Jas almas que le presentan
trata de reanimar vuestros sentimientos
en cambio buena voluntad. El Señor no de otra época, no desvieis la vista, mirepele para siempre, ha dicho JereradIa de frente, por el contrario, i
mías, el Señor es bueno para los que asiéndoos a la cruz, decid le : «Ale,;aos
esperan en ÊI, bueno para todos los que I de mí porque estais lIeDa de malignidad,
le Luscan íJel'emías); i Ezequiel, ba·· i yo deseo ahora estudiar el modo de
blando en nombre de este Señor tan entender los mandamientos de mi Dios»
bueno, añade: Si el impío hace peni(Salmo), CI i apoyada en él, os desafío a
tencia de todos los pecados que ha co- que me venzais todavía.
metide, si cumple mis mandamientos,
1si entónces se bUl'la el mundo de
si obra bien i observa las reglas de la vosotras, si mira con lástima como os
justicia i de la equidad vivirá i no mo- babeis cambiado, respondedle tambien
rirá, i yo olvidaré todas sus iniquidades.
con lástima, desden e ironía, que él
Id, pues, Magdalenas; id, pecadoras;
mismo es el autor de este cambio, i:
vuestras lágrimas seràn para vuestras
que habeis conocido demasiado al munalmas el mejor bá.lsamo; id, marchad;
do para continuar siéndole fiel.
" el dolor que esperimentareis os dará
1si todavía os escarnece, como hace
" la salud" (San Agustín); se os ~bre siempre; si repite cuando buis de él
una puerta, i si no se os ha abierto este pl'Overbio, único recurso que tiene
aun, llamad j se os abrirá.
contra las deserciones de la edad mal ciertamente;
no debemos admirar"
dura: El diablo se hizo ermituño,
nos de hallar libre el paso hácia esta I cuando llegó a vi~/o, decidle que \'osopuerta, cuando están cerradas todas las ¡ I tras, amigas del diablo en otro tiempo,
demas. La ReliJion es madre; r"COMee "os habeis hecho sencillamente
cristiaen estas almas disfl'llzadas a sus desdi- nas, i que, despues de todo, aun siendo
chadas hijos, i se quebrantaria su C(lra- cllal dicen, fué Ulla suerte para el diazon ántes de rehusar)es un asilo. ¿ Sois blo envejecer, como tlllDbien la ha sido
CUlpable? Solo quiero saberJo para per-. para vosotras.
donar,os. ¿ Os hallais vestidas solo con;
1 si, eo fio, os acusa de haberle de·
repugnantes harapos? Ella lo observa i jada porque os abandonó él mismo, dopara ponel'os un vestido nuevo i un I dIe gracias de ese inmenso servicio, dianillo en el dedo, i estrecharas tiernaciéndole: (lEs verdad, pequé áDtes de ser
mente sohre su seDa maternal, sobre humillada, pero el Señor usó de bondad
ese seno que se abl'e igualmente al arrepara con su servidor» (Salmo). Me ell
~eQ,timiento que a la inocencia de que útil, lo reconozco, CI haber sido humi-
,
I
¡
LA
MUJER
CRISTIANA.
197
«j Oh cuán completa es la soledad
cuando se retiran a un mismo tiempo
Dios i los hombres » (Cbateaubriaod) :
Jenio del Cristianismo).
Para Ulla mujer cristiana, i que la es
ante todo, la vejez es el tiempo de lu
siegH, el tiempo de los triunfos i de los
homenajes, el tiempo de domjnacion i
de reinado.
Interiormente recolecta virtudes sembradas con laboriosidad, trabajadas i
i guardadas
durante las demas edades.
una
paz
obtenida
COlluua larga guerra.
lU.
i 110 obstante durable i apreciada j uoa
alegria conservada sin cesar por la conPara una mujer mundana i que no es ciencin .• i reanimada pal' la espcrQDZa, i
nada mas, es la vejez una máquin/\ neutodos estos frutos han madurado en ella
mática que causa el vacío, DO solo en sin esquilmar la tierra, grllcias a los
su interior, sino en torno de ella. En preciosos abooos que se le proc!igal'on ;
lo interior ahuyenth las ilusiones, quita
la fe i las obms de la fe, la caridad con
el encanto de los placeres, la esperanza
sus dos amores i sus dobles electos,
del triunfo, los sueños poéticos, las no- agua saludable cuyos vapores se elevan
velas, los proyectos: arranca las flores, al cielo por el primer amor, i ,'uelven a
destruye las ficciones, i es completo el descender en rocío a la tiena por el
vaclo en esta alma que no contuvo jamas
segundo.
Provista con estos tesoros
otra cosa. En la esterior se estiende la ocultos, i apesal' del hielo de la edad,
terrible máquina hasta romper el cIrcu- no tiene nunca fria el alma de esta mulo de los admiradores, o, si se quiere,
Jer, porque la abrasan sin consumirla
adol'adores;
va quitando uuo a uuu estos dos amores, Poomoesas minas sub·
todos los que la formaban, disipa las . terráneas encendidas hace siglos i siemamistades, fI que se van con los aüos i pre conservadas por manos invisibles,
los intereses,») segun dice Bossuet, aleja cuma la zarza misteriosa i al'diente de
los conocimientos i las relaciones, traza, Moisés.
una línea formidable que no traspasan!
En la esterior hai la misma fertilidad
ni los homenajes tan esperados, ni las i i los mismos beneficios. Una abundaute
lisonjas tan queridas, ni los cuidados, ¡ siega de cC:lDsideracion i de estimacíon
ni las palabras mas cnlpables aun i mas I adquiridas sin buscarlas, los respetos'
deseadas quizàs. '"
! del mundo, i mas que esto la veDeracion misma de las mujeres del mundo,
• Podrían ponerse oportunamente en I que, no pudiendo vel' en ella una rival.
boca de semejante mujer las quejas lastimeras de Job, puesto que se encaramó a concienten en reconocer/a por una sanuna femera mas infecta que la de este, i ta; la ternura i los cuidados de una familia de que es ejemplo i apoyo; la.
que es alla tambien mas desgraciada.
Despojome de mi gloria i me quitó la ,
-_._~-----~
._-- -------- .. -.'
... _~--coroad de encima de mi caveza. ¡ ])estru·
-.. ----.---,'- ._------_._----_ ..._~-----_._yome por todas partes ¡perezco! Me qui.
j No parece oirse a la desdichada
de
tó mi esperanza como a un arbol arranca- '
do. Alejó de mî a mis hermanos i a mis quien se ha alejado el mundo, que era a
infiel,
amigos; mis parientes me abandonaron i quien ella amaba mas, iservidor.
me olvÎdaron los que me conocian. He no le responde; miéntras que sus herllamado a mí servidor i no me ha respon- manos, sus amigos, sus parientes la han
dldo; los que eran en otro tiempo mis abandonado, deJàndola sola, sin esperanconfidentes, me execran, i aquel a quien za, sin gloria i sin corona, con su cuerpo
yo amaba mas, se ha desviado de mí. •.
destruido i su alma despojada!
liada de esta suerte, para aprender sus
órdenes llenas de dulzura (Salmo), i si
no hubiera meditado su lei, hubi€ra
perecido tal vez en mi humillacíon (Salmo) ; pero me escuchó el SeilOr, tuvo
piedad de mí i me socorrió (Salmo). l.
actualmente es mi roca, mi fuerza, mi
salvador (Salmo], mi amparo, mi escudo, el apoyo de mi salvacion, mi refujio;
ÈI es quien me ha elevado sobre mis
enemigos (Salmo) i sobre vosotros.
--,-------"
198
B ( B L ( O T E e ALI
TER
A RIA.
amistad de sus conocidos i allegados, la solo le es permitido entónces, como a
la mujer jóven, dar temblando la maconfianza de sus amigos, las cOflsidel'ano d~l ejemplo, ser el apoyo frájil i el
ciones de todos i los elojios prometidos
consejero tímido de las pobres élimas
pOI' el Espíritl:l Santo a la mujer fuerte,
espuestas con elJa a los mismos peligros
Oh! ¡Cuán completa es la feliddad
cuando se aproximan
de esta suerte a, en el mismo océano, síno que llega a
un mismo tie1llpo Dios i los hombres! ! ser para estos impl'udelltes ¡alocados
grumetes un hábil piloto cuya ciencia
Por la demas, estoi pronto a consignarla, al decir (da vejez,) he hecho al práctica les evita las ocasiones de colenguaje del mundo una verdadera con- metel' faltas, i los remordimientos de
ellas.
ceslon, porque no se trata en este capítulo de la edad avanzada que merece
J~I marino que ha cruzado toda su vieste nombre. Léjos de estaI' cn la de- da la misma costa, conoce sus escollos,
crepitud la mUJcr de que nos ocupamos, : i pnede arriesgarse a ellos cuando cualestá jeneralmente
Ileoa dc fuerza i de quie¡' otro encallaría i perecería allí; i
enel'jía; mas es ya vieja para ellUllndo.
aun debe hacerlo cuando se trata de
A los cuarenta aùos ba terminado su salvarse la ti'Ípulacion, ¡cuando algun
papel, pues largos allOs ántes ha co- desdichado,luchando
COD la tempestad,
menzado a abandonada i a hacerla be- solo espera SOCOI'I'Odel cielo.
ber gota a gota el amargo cáliz de la
1 vosotras, mujeres cristianas,
desdesilusion, de los desprecios i del olvido.
pues de habel' recoI'I'ido largo tiempq
Pero DOse termina así el papel de la sin nauft'ajio este mar, ¿ tendríais escu.
~Hljer formal, el papel de la mujer cris- sa en dejar bogal' a la' ventura estos
tlllna, sino que cambia con la edad, i inespel'tos navegantes, conociendo los
no tienen nada humillante ¡sensible
peligros que correu '¡ Vosotras que sasus modificaciones, pues cada una de , beis echar el áncora cuando haï riesgo,
ellas forma parte de un todo completo, i no ya abajo, sino arriba;
vosotras a
a cuyo oruato concurren de concierto i quienes dirije la brújula de la espel'Íensin perjudicarse nunca,
cia, j a quienes ilumina la estrella polar
La mujer de cuarenta aùos no necede la fe; vosotras, finalmente, que
sita la reserva ni la timidez de la mujer jamas traspasasteis de la línea trazada
de veinte; la clase de influencia que entre las concesiones permitidas i las
corresponde a la una no es la que per- condescendencias culpables, ¿ podriais
tenece a la otra; la posicion, el trabadejar de prestar algunas de vuestras lu·
jo i los medios que bRi que poner pOI' ces i algo de vuestra esperiencia a estos
obra, son tambien diferentes; pero el noveles marineros?
o~jeto báci3 el cual se dirijen es el
Ah'! no pensais sin estremeceros en
mIsmo, marchando a él, ausi~iándose
los peligros qne habeis corrido; no los
?Jutuamente,
por lo que es igual la ; mirais sin belldecÏl' a Dias par haberos
Importancia de sus misiones respec- ! librado de tas fauces delleon ; no retivas.
cordais sin emocion la mana amiga qQe
l\~ucho mejor que la mUjer jóven, la se os tendió entánces, i vuestro corazon
~uJer ~adura por los aùos, i, por de':" palpita de l'econocimicnto, creyendo air
CIrio aSI, sentada en UD trono inconaún uo consejero salvado¡' pronunciado
testable de estimacion,
pOI' su virtud
en voz baja pOI' uoa boca caritativa;
esperimentada
largamente,
puede ser ¿ por qué, pues, no dais vosotras tamsenora de su sociedad, dil'Íjir la conbien limosna? Lo que hagais a uoo de
versacion, disponer el traje, les modaesog pequefluelos lo haeeis al mismo
les, los placel'es i el tono de Jas que la Jesucristo. Dad, pues, tended la mano,
componen. Puede tambíen difundÍ!' los hablad, arrojaos al agua para salvar al
encantos i la holgura que hubiera difiniño que se ahoga.
cultado una reserva ríjida, i, sinembar- I Cuaudo veis a ana jóven cuyo espígo, indispensable a la juventud. 1no . ritu i ('orazon, vacíos aún de ideas o do
I
LA
MUJER
sentimientos sólidos, jiran en torbeJ\ino
al viento del placer, como las hoj3s
Hjeras que lleva l~ brisa del otoi'ie,acerCIlOS poco Il poco a ella. i no la ate.'110riceis ni entristezcais, sino qlle, haciéndola entraI' sencilla mente en el deta Ile
de sus placeres, babllllïdo con ella con
libertad, sin usai' de gravedad pn la
forma, nsadla en las reflexiones. Referidle las cosas de que habeis sido testigo; decidle,sin que parezca que haceis
una aplicacion, las desgracias que habeis visto caer sobre jas mujeres fl'ivolas,i las mayores aun que han abrumado
a las mujeres coquetas. Dirijid sus mir¡¡ùas sohre lu terdb\e iJPodlcnte a donde
conduce insellsiblementcfl cada momen·
to la pasian de los placeres, i esla pasion
a otras pasiones cuyo l1l'1yor peligl'o es
ser su nodriza. Hablad!e de vuestros
años juveniles, de vuestras victorias, de
vuestros com bates i de vuestras denotas ••. Present¡¡Os a clla, no como mentor
suyo, silla como amiga suya, ¡ sed, no
obstante, uno ¡ otra; velar! invisible
meDte sobre ella como su ánjel custodio,
l, finalmente, combatid, como este al
diablo, cuando viene II tentarla,
Si se presenta a ella Satanás bajo la
forma de uno de esos hombres de modales seductores, de cantivlldores cum·:
plidos, de paIn bras al mi baradas, llenos
a veces de uaa reserva afectada, tan
Jéjos de sus pensnmientos i de su objeto,
i que saben, deslizàndose cerca de las
CRISTIANA.
199
hijas de Eva, presentar cou el fruto mas
bello la alabanza mas hábilmente esco¡ida. nO perdais de vista ni las ma: niobl'as del sednctor, ni a la pobre
niÍla a quien ataca, i estad armada para su defensa. Cuando,Veaís que
escucha las palabl'as de la serpiente,
I que se sonrie
al verlll, que lleva la mano h¡\cifl la manzana i la saborea ya con
la mirada, acudid a su lado, ¡provista
con la cieucia de! bien i del mal.
~llSe¡Í3dle Il discernir i a huir. Descnbrid a sus ojos atónitos, í sill temor
, ùe pecar contra la caridad, 'h los sentimientos i la conducla de este hombre.
si !il Silbéis, de quien solamente ve los
encaotos; mostrarlle, segun la enérjica
espresion de Bossuet, que «todo lisoniero es un animal traidor i odioso; ))
llflcedle c0'11prender que, recibiendo de
él, aún inocentemente, homenajes asiduos, sino se ve atacada su virtud,
lo
será su reputacion, i que dejar abrir en
ella una brecha, es destruirla."
Estudiad su corazon, í uua vez en posesion
de sus secretos, enseñadla este estudio
tan necesario. La antigüedad escribía
esta máxima, sin comprenderla,
a las
puertas de sus templos; pero el cristianismo ba hecho de ella la clave de
toda vida perfecta. La voz de sns sacerdotes, el lenguaje de sus misteri~s,
la moral de sus doO'mas, todo nos gnta
en sn nombre:
~Criatura culpable i
decaíùa, pat'a llegar a levantarte por
I medio del conocimiento
de Dios, conó-
II
* La humildad es siempre el indispeilsa- I cete a ti misma.D
ble asociado del celo, i no podria creerse I Ah 1 si estais secrura de que los afeccuimto mayor es el animo de una mujer tos de este jóven ;erazon se desvian de
triunfante despues de Jas derrotas cuaodo , su objeto le.¡íUmo; si léjos de frecue,,confiesa sus debilidades. Es bueno, al tal' el mundo por condescendencia o por
mostrar los triunfos obtenidos, atÏadir con obediencin, se lanza a él esta íropru-San Paùlo: ., i Ai: tambien nosotros
estábamos en otro tiempo desprovistos de dente niña con un secreto deseo de
sentidos, incrédulos, estraviados, éramos triunfo, con la idea de sustraerse a la
i
esclavos de todas clase de pasiones ide
placeres, nos ocupábamos de crímenes.
de celos dignos de odio, i nos odiabal11os
I
I * Es ser caritativo con las ovejas, g~itar
I al lobo. ha dicho San Francisco de Sales,
unos a otros,
" Pero la bandad de Dias, Salvador I que sabia la que es la cari<lad'
nuestro, i su amor a los hombres. nos han í
salvado ...•.. Esta es una palabra de ver· • *« La reputacion de una mujer es cosa
dad, i deseo que profundiceis en ella tam- . frájil, dice San Jerónimo; es una flor cuya
bien," tTito, capItulo III, vers 3.4 i 8:. : belleza 11 ~a el menor saplo ,"
n
200
~~
B 1 B L· lOT
E GAL
~
__
,pura I monótona tranquilidad del hogar
doméstico, I tal vez con la de Iibra,'se
de una presencia Importuna,
i socorredla pronto, porque es horrible el peligro e inminente el riesgo! Mostrádselos en todo su horror; i miéntras que
espantada de este espectáculo· parece
dispuesta a todo para evitarlo, enseñadle los medios de sofocar la pasion ántes
que la ahogue a ella misma, medios con
el ausilio de los cuales se llegan a dominar i a regular basta los mas misteriosos movimientos del cornon.
,
1 T E 1\ A 1\ 1 A.
."-"",,,-
~-
...,r--
das sencillamente por una familia pladosa, en cuyo seno, siendo enteramente desconocido el mundo, han vivido
hasta entónces igualmente desconocidas
de él, vosotras que conoceis tan bien
ese mundo, acercaos aun, porque po
dreis ser útiles aquí.
i No veis que esta tímida niña, que
ignora completamente
el mal, podria
ser jnguete de los mas diestros en esta
matería!
Terne al mundo, es cierto,
porque se le ba dicbo que la tema, pe1'0 no comprende
ni por qué debe te-
Para hacer "este trabajo interior mas
merla, ni cuándo debe combatirlo o
fácil. despojad poco a poco los crimina-;
evitarlo, i tiembla siempre temiendo no
les objetos de su atencion de sus m'Íscatembla,' cuando quiel'a. Está llena de
l'as i de sus ficticios lltractivos;
i por buena va/untad sin duda a/guna;
pe·
el contrario, adornad, si es posible, aro,
¿ que hará en medio de este desierto
aquel a quien prometió a Dios amar i desconocido, si anda errante, sin guía
respetar;
baced resaltar con destreza
i sin socorro?
Ah I nI) solamente
sus cualidades olvidadas involutltaria~
arriesga perderse, sino que puede estra·
mente a maliciosamente ocultadas;
cu- ,'iar a otras consigo misma. 1 i cómo
brid con un velo sus faltas que tal vez IlIenará, pues, la mision npostólíca que
estas habian formado empeiio en manile confió su Maestro?
¿ Cómo hará
festar demasiado.
prad ucti vos los numerosos
talen tos
confiados a sus cuidados;'
Estranjera i
1 si podeis ocupar de esta suerte, al novicia, uecesitaun intérprete i un director; desechad los títulos, pero Ilceplado de uoa jóven esposa sin espel'iencia
i sin prudencia, el alto puesto de contad sus funciones.
FalLa del conocifianza de que aquí se trata, no os lo miento de los hombres i de las cosas,
dejei3 usurpar por una de esas mujeres
falta del discernimiento
de sus relacioenvidiosas i destl'Onadas de que ya henes i de la apl'eciacion de su valor ma·
mos hablado. Privadas de algunos de l'al, incurrirá en muchas fr.ltr.s de habilos medios de hacer el mal de que usa.
lidad i de maña, i, DO obstante, esto
ron sobrado bien hasta eotónces, se seria poco si no siguiesen a ello inconconsuelan apoderàndose
de estos mesecuencias, i si estas últimas no hiciedios que tienen las otras, temiendo que ran ¡ncurdr con frecuencia en faltas.
mejo!' dirijidas no los vuelvan hácia el
Si encontrais,
repito, a esta niña
bien, Así desplega Satanás contra los
;¡temorizada
hasta
el punto de precipihombres sus ardides i su malicia, tetarse tal vez bajo la infllJencia del vérrniendo que ocufJen en el. cielo el sitio
que él dejó; así se desencadena el in- tigo del temor, en medio del peligro
que la espanta, acercaos a ella con befierno lleno de celos contra los justos.
nevolencia i con dulzura,
mostráosle
risueiia
como
ella
sonreia
a
su
madre, i
j Oh mujer
cristiana
fortificada por
mostradle que está en pais eonoeido;
el combate; sois el ánjel de la guarda;
así se tendrà por feliz en hallar un braatacad, pues, el mal i oponed constanzo en qué apoyarse i un alma que la
temente vuestra influencia al infernal
comprenda:
se inclinará su corazon
ascendiente de estas culpables mujeres!
hácia el vuestro p:il'a derramar en él
Si por el contrario ellcontrais algunas ,sus secretos, os amará i os consultará
de esas jóvenes esposas tímidas e ino.
como su providencia visible, i solo de
centes, como se hallan todavía, educavos dependerá serIo en efecto.
'1
L A M U J El n
a R [ 8 TIA
Una vez en plena posesion de su contlanza, trabajareis en hacerla al mismo
tiempo mas avisada I mas prudente; la
ayudareis a ocupar en la sociedad el
Ingar que le corresponde; la animareis
con una mirada o con una palabra en
Jas momentos de debilidad; i la prestareis por doquiera Vl1estras luces I esperiencia. Sobre todo, volvereis a levantarla cuando baya dado un paso en
falso, arrojareis enérjicamente de su al·
ma el desaliento, su mas peligroso enemiga. Sin dirijirle jamas censuras directas, le enseñareis el modo de salir
del atolladero por medio del respeto de
sí mlsma,unido a la humildad cristiana,
advirtiendo que en esto sobre todo,
ftoda verdad que no fuese caritativa
provendrla de una caridad que no seria verdadera.» (San Francisco de Sales). d que debais emplear la dulzura
para la salvaclon de esta alma.» (San
luan Crlsóstomo).
Ah! debereís detenerla si se abandona a confideMlas indiscretas, o si le
Impulsa elrcmordiroicnto a peligrosas
confesiones. La Iibrarels de las bondades obsequiosas de Jos que querian obtener de ella estas confesiones I estas
confidencias. l, finalmente, la pondreis
en guardia contra las oficiosas advertencias de las jentes que tienen por
oficio turbar las almas para apoderarse
de ellas, i que hacen ruido 8 su alrededor con Igual Intencion que los aldeanos cuando persiguen a un enjambre
que huye.
1para cobrar ànlmo en esta obra, os
acordareis de aquellas palabras: El
que salva el alma de su hermano, culire la multitud de sus pecados (Santlago), a de esta otra: Solo la misericordia acompaña a los muertos. (San
Ambrosio).
Pero si entre las mujeres que os 1'0deaDtSeencuentran corazones quebrantados, séres abandonados e infelices,
para quienes llega a ser un tormento el
Interior de ta íamitla, I et mundo uusupliclo Igualmente horrible, pues hasta
tal punto hallan en él motivos hUmi-¡
Ilantes de dolor i de celos, cambiad de
Jengullj~, pero acudid a ellaa tambien i
ENI1\EGA 26.
N.A.
201
I1evadles toda la fuerza lia compasloD
que se abriga en vuestra alma jenerosa
I sensible.
Abrasadas por el hogar doméstIco,
abrumadas por el mundo, tratan mnchas, en este abismo de atlíccion, de
soportar los excesos de que san vfctimas, arrojándose en otros excesos, 1
tratan de aturdirse sobre las desgracias
del tiempo, preparándose las de la etel'nidad. 1Es tan raro tener valor, I se
necesitaria tanlo para obrar de otra
suerte) Ah! repito: si estas desconsaladas mujeres se aproximan a vosotras ántes de haber pasado la línea fatal de la desesperacioo, lIl!lradcon ellas,
oidlas mucho i habladles un poco.
Sí, habladles de Dios, del valor q:ue
tienen las lágrimas ante El, 1 del podee
de estas lágrimas para obtener las grac!as que las agotan: este es el ùnfco
lenguaje que pueden 011' sin sobrada
amargura ni peligro. Enseñadles a orae
si no saben, animadlas para que lo hagan si se lo impIde su desaliento. aLa
oracion, decia M. de Lamenn,lis, cuan·
do la conocia, hace ménos dolorosa la
atlicclon I mas pura la alegría. Mezcla
en la una algo que fortifica [ endulza,
1en la otra un perfume celestial.»
Pero puesto que se les desgarra diariamente eleot'uzon, tratad de curarlas
o de disminuir por la ménos sus grandes heridas con una amistad fraternal (
una adhesion materna. 1 luego que os
hayan hecho adquirir confianza esta
adhesion i esta amistad, i conferldoos
cierta especie de autoridad, usad de
ella para Impedirlas que ahoguen sus
pesares en la embriaguez de las alegrías
mundanas. Colocadas por Dios en una
cruz cuyos dolores ha suCridoántes que
ellas, se hallan allí para sufrir, quizás
obedientes hasta la muerte 1 para con·
sumar así la obra de Dios; por eso solo
les es permitido dirijir quejas al clelG:
¡Padre mio I ¡Padre mio! ¿ Por qué
me habeis abandonado fi
Ah ! slnembargo, repetfdseto con
frecuencia; su padre no las ba abandonado, i Jesucristo lo ha s'do por todos. En el fondo del cáliz que les presenta, ba colocado sus esperanzas i sus
(Termill,a el trimestre l.!!:)
~02
B 1 BL I
o TECA
LIT
BR A III A •
I miento;
i si, para cumplir su volun.·
tad I no la suya propia, ellas consien-
promesas;
esta bella obra de misericorpesarán mas el último
día en la balanza de Jesucristo, que
ten en bebel'lo siu rechazar su amal'gul'a. encontrarán infaliblemente aquellas.
esa caridad, esa misericordia i esas liEl Señor está lleno de bondad para, el mosnas temporales a las que promete
alma que le busca i que espera en El, ya su reino.
ha dicho el Profeta, í ((cuando ella se
1 trascurridos los años en esta ocupaarroi a en sus brazos. no se retira Él pacion, no os serán pesados, porque los
llevarán 101i ànjeles i los guardÚán en
para dejarla caer.» (San Agustín).
Conservad, pues, en su esperanza el libro de la vida. 1 no os parecerán
(San Pablo) a esas almas, para las cua- i ni tristes ni largos, porque estarán bien
les es tan duró la presente. 1 no os llenos I útilmente empleados.
1 no
atengais tan solo a mostrarles las pro- echareis de ménos una belleza i una jumesas eternas, sino sabed presentársl'ventud que os esponian mas sin proculas mas próximas;
la debilidad huma
raras mayor ventura. I no temereis ya
na las l'l'clama, i la espel'iencia Jas pro- el aislamiento de la vejez, porque namete. Oh! cuando las pospan, nadie die se encuentra abandonado cuando
les arrebatará una alegría adquirida con DOha abandonado a nadic.
tanto llanto; ayudadles a comprendercc ¡ Juremos
que seremos fetices! D
la; hállase su l'splritu demasiado turdecia a una Asamblea culpable un sabado para apreciarlo, i sus ojos están cerdote culpable: cc i Jurad que sereis
demasiado arrasados en lágrimas para dichosa 1 » dice la relijion presentán~o.
verlo.
se a la mujer 1 entregándose a ella : es~
Pero si vuestra posicion i las mil ta cumple a toda edad tal juramento.
ocupaciones que 08 impone no os dejan i Ah! ¡Desdichada!
Desdichada el
mantener las relaciones íntimas i con- alma atrevida que alejándose de Vos
tinuas que son necesarias para llenar j oh Dios mio! espera bailar algo mecompletilmente esta tarea de directora jor que Vos. (San Agustín).
i de amiga;
si 00 podeis ser el ánjel
de la guarda cuya fraternal solicitud
IV.
Tela sin cesar por estas mujeres conffiO
vidas por demasiad.s placeres a dolol'es,
Creo que ya hemos visto que la mupodeis ser uno de liSOS ánjelcs mCllsa- jer cristiana encuentra a su alrededor
jeros de Dios, que van a llevar a los bastantes ocupaciones para llenar la ae
hombres sus órdenes, i a derramar al tividad de su espíritu i satisfacer la
pasar ensus almas santasinspimciones.
bondad de su corazon ; bastantes hoPodeis deslizar a derecha e izquierda
ras de trabajo para ahuyentar
Ilese
una palabra, un aviso directo a indirec- ,inexor[lble tedio que constituye comunta, un estímulo, un eloJio, avisar en meute el fonda de la vida human3/)
voz baja a la que se compromete íno- (Bossuet); bastante felicidad real para
prudentemente a aplaudir en voz alta el compensar la que puede quitar la edad
valor i la paciencia.
de las desilusiones. Halla, finalmente,
i Oh cristianas, creedlo firmemente!
mas ocasiones de aprovechar la espe.
esta caridad ejercida en fav(1(' de las al- I riencia i la antoridad que debe a 108
mas a quienes la rehusa todo el mundo;'
anos, que momentos para echar de
estos beneficios difundidos sobre ellas, ménos las gracias i el poderío o influenmiéntras qne les tienden lazos tantos cia que ha perdido. Pues todavia es
otros; estas limosnas de virtudes de- ! atm cosa mui distinta, si esta cristiana
rramadas en los corazones cuyas de-l' es madre. Ya la habeis visto desde su
mandas son por todas partes desecha- I ¡ juvcntud marchar llorando i arrojar
das; estos socorros que se llevan a la S~t semilla en tierra; pero abora vueldebilidad i a la inocencia; este apoyo ve llenando las garbas de su mies, ena·
qne se concede al dolor i al arrepenti- .1 jenada de alegría. (Salmo). j Cosecha
I dia"espil'itual,
I
Iil
LA.
Mf) 'BR
CRIS:r!AN
A.
20S
fnagnUlca! garbas llenas i fecundas,
(Eccles), escuchadlas sin remordimien·
que debe, despues de Dios, a sus he\'- to; os está permitida esta felicidad.
manas I a sus trabajos. Ah! las lleI cuando, finalmente, oreis 3\'rodivais enajenada de alegría, dichosa maliada en medio de esta familia dichosa i
dre, bien lo Cl'eo; pues ¿ quién espe- santa, la alegría de que rebosa vuestro
rimentaria regocijo si vos no lo esperi-: corazon os proviene del cielo, i los ánmentárais?
¿ Seria acaso esa desgra· jetes recojen complacientes nuestras láciada mujer que arrojada por el mundo grimas de emociono i Dios las agrega a
volvió a su familia como una estraña a las làgrimas que derramabais cuando
recibir consideraciones forzadas o aten- sembrabais vuestra semilla en una tieciones frias?
¿ Será esa otl'a mujer rra inculta, i estos lloros i estas lágricuya edad madura recoje como la mas forman las variadas perlas de
vuestra lo que sembró su juventud, con vuestra eterna corona.
la sola diferencia de que babiendo semAh 1 cuando parezcais en la barr~
brado vientos esta juventud, llega la del TJ'ibunal Supremo ante el Juez,
hora de ¡as tempestades, llega la horn colmada de dias i de obl'as, os permítien que, cultivadas las pasiones en las rá que le (}igais: no he perdido a ninalmas de sus hijos, le traen frutos des gZlno de los que me disteis (San Juan),
honrosos I humH\autes ? ¿ Seria en fin, i os I'espouderá: venid, amiga ?nia
esa otra mujer inútil i perezosa, para (Cant. de los Cant).
quien no hacen nada los demas. porque,
Sinembargo, no nos equivoquemos,
ella tampoco hace nada por ellos :' ¡No, I los regocijos de la siega van mezclados
ciertamente 1 A vosotras pertenece en a trabajos, i aunque estos trabajos seau
verdad la paz I la alegría, porque lus amados, uo se hallan, sinembargo.
babels pagado.
esentos de fatigas ni de inquietudes.
1 cuando veis actualmente reinar la ¿ Quién lo ignol'a? El goce mas puro
dicha i el biencstúr en torno vuestro. i! que esperimentamos, no es cn el mUnos es permitido pensa!" despues de ha - I! do mas que la sonrisa mezclada de láber dado grliclas a Dios, que no suis grimas de Anùrómacn.
ajena a ellas.
Cuanda está madUl'a la mies, se neI cuando aparezcan vuestros hijos,
cesitao cuidados para impedir que la
ya hombres, en medio de la Jeneral co- ataquen los insectos daùinos, que se
rrupcion, como claras estl'elllls en uu apoderen de ella los ladrones o que la
cielo nublado, podreis deeit': ccoo he destruya el granizo; el grallo recojido
enterrado los talentos que Dios me con- se consen'u mediante ciertas condicioft·í.»
nes que saben los labradores, ¡ sin las
1 cuando pasen por el medio dei cuall¡)~ SI¡) ùeteríoru illI'diiui"menta; pumundo convertidas vuestras bijas por . ra ellos, pues, no llega nunca el tiempo
vuestros cuidados en mujeres fuertes 1.1 de verdadero descanso. Lo mismo sutan estimadas como admiradas, objeto cede con la cultura de las almas. Cuan ..•.
de envidia para las madres, de respeto I do estáublen
for!lludas I bien \lenas ¡
para los hombres, de celo o de amistad
cuando, como las aristall o tallos doblapara las mujeres, no os prohibe Dios. dos al peso de ana espiga rica I nutrlpensar que os deben estos beneficios.! da, se incliuan bajo el de la humildad,
1 cuando esclamen pÚblicamente compañera obligada de las demas virvuestros hijos, que suis dichosa i digna tudes; cuando, como las espigas rubias
de serlo (Eccles), os es permitido escu· con el sol i caprichosamente mecidas
chal' este merecido testimonio •.
por nna perfumada brisa, doradas por
1cuando uniendo vuestro esposo sus la caridild, se incliuutlfiseelevau
al
alabanzas a las vuestras, 08 dice: soplo de la voluntad divina; cuando,
muchas mUjeres han enriquecido a sus finalmente, recoje la madl'e la dicha de
familias, pero vos las habeis sobl'epu· su familia i el juicio 46 sus hijoS, es
~d(J a todas en virtudes i en sabiduría preciso tambien que ellas les guardc de
I
B 1 B LLO tE.
<:'.A.
L 1 r ~Il
Á
Il 1¡4.
----- --- .•...... --------------- .•. ------------ ..------ -..---------- .•.--..----- ..•...
I
---.•.•..... - ----...
los Insect.'os.dañosos, de los ladronelli nn poco de ese pudor que califica d',.
del granizo.
gazmoñería. Ile Impone trajes, modales
Sí, es preeiso que les guarde de los i daDzas que la ofenden vlslblement~
insectos VeneDOSOS
del infierno, cons- la embriaga con sus triunfos, o la flestantemente ocupados en injerir el pe- consuela si no los obtiene: asi forma
cado en las virtudes adquiridas; es de ella por la ménos una coqueta. I DIpreciso que 'les preserve de los ladrones chosas Ulla I otra si no la llevan sus
I del mundo dispuestos a apoderarse de lecciones mas léjos I
su inocencia; es preciso que les garan1 de un fátuo o de una coqueta nO
tice del granizo, es tendiendo sobre ellos puede esperar ventura alguDa DIreco·.
como un manto su activa vijiJancla I nacimiento, porque tienen demasiado
sus adictos consejos.
con ocuparse de si para pensar en ella.
Ya la hemos dicho en otra parte; la
Pero continuemos la comparacl<ln
juventud de los hijos no es la época de que hemos principiado. El grano que
descanso para las madres, I está léjos se recolecta debe ponerse en sitio en que
de ser completa la seguridad que puede pueda conservarse; de la contrario,
dar a esta edad una adolesceDciaIDO- por maduro que esté i por mucho que
cente I saDta.
se le haya escojido, se deteriora i se ea·
Es verdad que los hijos de la mujer rrompe; por eso uno de los cuidados
de mundo llegaD difícilmeDte al limite del labrador en tiempo de la recolecclon
de la adolescencia. Su hija, cuando ban es la eleccioDdel granero.
sonado las horas de la juveDtud para
La mies de una madre al declinal'
sus compañeras, no ha /legado todavía su edad está ya madura: no reclama
al momento eD que puede presentarse su trabajo como en otro tiempo; pero
en la sociedad de su madre (i llOnos esta preciosa mies no puede permaDecer
pesa). Su hijo oculto en un colejio, CD siempre eD los mismos campos eDque
una escuela, o bieD comenzando ya una jermin6, [ varian, segun la clase del
carrera, no se presenta tampoco, por- grano, las cODdicionesque requiere paque no cOllvieDequo se ostenten estas J'a su conversacion. Hai grano que poeedades, pues revelarían la de su ma-:- de quedar al aire siD peligro; otro Dedre. __ .1 cuaDdo, finalmente, se decide cesita estar al abrigo i bajo techado;
a llevar cODsigoa sus hijos al mundo uuos requieren el aislamiento; otrol
(porque no sabrla ocuparse en ellos de se cOnservaDen montan. Estos reclaotra suerte I sacrificarles su antiguo ído- man el reposo del claustro a las fatig~
)0), no pueden los cuidados que les pro- ilos consuelos del saDtuario, aquellos
diga colmar el vacio causado en sn al- la actividad i los cuidados de la vida de
ma por los años i las decepciones; asi familia: el UDOpuede soportar el aire,
es que SaDfrívolos a culpables como los resistir el soplo del mundo; el otro
que a ella le agradaD, i no ocasionan quiere un abrigo, i si DO la tiene, se
mas que disgustos i remordimientos.
pudre a se seca. A.sieste hijo debe conOcúpase respecto de su hijo en el templar el lado de Maria; aquel ha sl~orte de su traje; quiere que sepa ha- do criado para obrar con Marta.
bla!' de teatros, le hacíl perder su reser·
No hacemos, en verdad, sin estudio
va i su timidez, i le convierte la ménos esta distiDcion eDtre Marta I Maria, i
en un tatao, debiendo teDerse por COD- las madres cristianas hallan en ella unI
teDta si DOpasa mas adelante ~ I dicho- ocupacioD capaz de llenar las hora. 1
so él mismo si sabe detenerse aqui en los años de la tarde de la vida; horas
despecho de las lecciones de su madre! tan pesadas, años tan molestos para Ja
En cuanto a 8U hija, quiere que se mujer frivola. Hal efectivameDte m.U"
vea obsequiada como la fué ella; la chas moradas en la casa de Marta f II)tl.
engalana I adorna; le habla de prendl- chas CDla de Maria; CrúzaDll8mU ca,..
40s I tocados, repréndela por UDafalta mlDospara llegar a ellas, 1form~., pade hablUdad o de aliño; DOle tolera ra quien DOse acoje a uu ~1I0 dQ (e, de
I
LA
MUJER
CRISTIAN
~~~~'~""""""-~-/~.~~
meditaclon.1de esperlencia, un inestri-II
cable laberinto.
V.
A.
285
..~
hacer uso de su dicha, la fndemnlzan
ámpliamente de sus pasados atractivos
i de sus placeres perdidos el testimonio
intimo de su alma i la persuasion de
emplear su vida útilmente.
No venga abora el mundo a echar nos
en cara que bayamos enumerado solo
inquietudes i trabajos para iluminar el
nebuloso crepúsculo de la vida; no se
encoja de hombros, añadiendo: oTrls·
tes compensaciones son elitas por los
placeres i los triunfos de la juventud.»
Si lo hiciere así, le pedirla por mi parte que nos Indicara las compensaciones
que ofrece a las mujeres que perdieron
sn Inocencia en él con estos placeres i·
estos triunfos. Ah ! Si tuviera una oeupacion que ofrecerles, aunque fuese
penosa, se considerarian aun como favorecidas; pero el mundo no puede dar
sino la que tiene: la inutilidad I el vaI cía. 1nosotros le intimamQs¡,en nombre de la verdad, que nos muestre 101
consuelos que procura a la desdichada
que le ha sacrificado su vida; mas él,
ooufesando su vergüenza, como los demonios que espulsaba Jesucristo, nos la
mostrará despojada de sus encantos.
yaciendo a sus piés, sin honor i sin
fuerzas; i despues, ocultando de despecho su embadurnado rostro: «i No
tengo, nos dirá, ni las promesas de la
vida futura, ni aun ias de la vida presente! Il lIDias mio I ¡, vale la pena
dejaros a Vos por él?
Ah I repitámoslo, auuque se nos acu·
se de rnonotollfa, porque nada cs tan
monótono como un fátuo, I es un hecho de que testifican todos los siglos,
que la reliJioDes para toJas las edades#
no solo el arca única de salvacion, sino
tambien el paraiso terrenal donde se
encuentran los únicos goces reales i duraderos de la vida. De ella podria de.cirse, como ha hecho un poeta, respecto
de una pasion peligrosa:
Finalmente, hásenos dicho :Seà pero
recto, como vuestro Padre celestial es
perfecta; i despues de esta palabra ¿ a
qué edad se atreverá a creerse desocupada una cristiana ? «Todo lo que ba hecho un cristiano no es nada, miéntras
no haya llegado a ese término de su
carrera; i como retrocede siempre ese
término, cree no haber hecho nunca
nada. Todo lo demas desaparece a su
vista, no se ve ni aun a si mismo; pero
inclinado hácia adelante, olvida todo la
que bai detras, i Se estiende con toda
su fuerza fuera de si hácia su soberana
perfeccion.» (Augusto Nicolas: Estudios sobre el Cristianismo). Ah! Hé
aquí la gran palabra, la palabra que
ahuyenta el tedio, la tristeza, los pesares; la palabra del enigma de la vida
bumana i del espiritualismo cristiano;
hé aqui la cienl.'iade los Santos i el secreto de \a felicidad; salir de sí, i
lanzarse hàcia la perfeccion para merecer la suprema perfeccion o la vida
eterna.
Cuando se comprende esta palabra,
todavia resta mucho que bacer, puesto
que presentan al alma carreras de una
riqueza inagotable las insondables profundidades de la caridad, de la mortiflcacion i dei sacrificio. Toda clase de
edadee ¡condiciones encaentran en ella
un trabajo especial para cada una. La
madre compreude mejor la trascendencia de este título, i cumple hasta su fin
aus sagradas obligaciones. La virjen
corresponde a su vocacion maternal,
formándose una Camilia de todoa li05
desamparados. Proteje la inocencia defendiendo la suya, alargando la mano
8 todas las miserias sin Inclinarse i sin
mancbar su blanca túnica, i saca del
fango a las almas caidas.
Todos los demas placeres
lcuando recoje una mujeten su trán·
No valen ni la quecuesttlD.
sito las bendiciones de su familia i las
acciones de gracias de 108 pobres j
Pero, en fin. sino hal en la juventud
coando recurren a ella los aflljidos pa- realidad nf duracion en los placeres
nsoportar sus males, Il0B felices para que se gozan en ella, hal por lo ménos
206
BIBLIOT80A
LITB~AD!A.
apal'Íencfas sedactoru,
f UOIl dulzura
momentánea capaz de atraer i de cautivar. No sucede así en la edad avanza •..
da: en ella no engañan ya las aparien·
cias; la amargura ha sucedido a la
dulzura, f es preciso que el encanto, I
bajo euya influencia se hallan entónees
los esclavos del mundo, sea mui poderoso para retenerlos aun. La autoridad del príncipe de este mundo es, en
'efecto, grande cuaudo no se dirije a
quien lo venció.
Fuerza es coúfesarlo, ¡ /0 digo con
tanto dolor como compaslon;
alguQas
mujeres retroceden en el momento de
tocar al término, i, a I:;¡ manera que el
desel'tor del estanque helado de Sebaste,
huyen del salario i de la gloria, cuando ya los habian casi obtenido con sus
padecimientos.
Algunas mujeres valientemente piadosas en su juventud,
se disgustan de un tl'abajo que les parece demasiado largo, abandonan cobardemente el puesto que habian jurado cien veces guardar, i despues de un
largo sitio, que ha desesperado al enemigo, desertan de las murallas, entregándole las llaves de su alma desmantelada. I Prueba desoladora de nuestra
frajilidad! Sancion siempre renovada
de la palabra de Jesucristo. ¡Velad
I
siempre i orad sin cesar!
ri Quién os detuvo cuando corriais
tan bien? (San Pablo). ¡Pobres muieres, mas desdichadas mil veces ahora
que las mismas cuyos débiles piés jamas pudieron andar!
¿ Quién bs detuvo T..••• Ah!
una
piedra, al tropezar, con la cual cayeron
otras mucbas desde el dia en que se
perdIó en la contemplAcion de su pro-.
pia excelencia el mas bello de los espíri.
tus criados. Es uoa traba que ha hecbo
caer a muchas otras desde el dia en que
descendió al corazon de la mujer pri··
mera el pensamiento de los ánjeles rebeldesde igualarse a Dios. Es una barrera cuya construccion no pueden impedir muchas virtudes;
sirviéndola,
por el contrario, muchas veces de materiales, i es la presuDcioD, es el orgullo I El espíritu se eleva àntes de la
caida. (Proverbios).
Soldados de la santa milicia, ban 01.
vidado el punto capital de su consigna;
han olvidado que baJO las banderas de
Jesucristo debe ser el primero como el
Último (San Mateo), que la gloria del
que se vanagloria de sí mismo no es
nada (San Juan),
i que si un cristiano
lo puede todo en aquel que lo glorifica
(San Pablo). DO puede nada entregado
a su propia debilidad. Han iùo al temo
plo a hacer esta súplica: ¡Dios mio,
yo os doi gracias de no ser como las
demas mujeres! (San Lúcas). 1 yo
declaro en nombre del mismo Días a
quien invocan: no han vuelto justifi-
cadas.
i Oh mujeres I no cODstruyais jamas
el edificio interior de perfecciou, al cual
debeis llevar diariamente algunas piedras, en la arena movediza del orgullo;
no seais aquí bajo sino las servidoras
del Señor; liiabed i recordad siempre
que toda sabíduria proviene de El.
(Eccles); i cuando hayais hecho todo la
que se os ha mandado, decid todavía:
Somos servidores inútiles. (San Lú"
cas).
LA
MUJER
CRISTIANA.
207
, Ha llegado el invierno, frio, triste I du1'0 para el hombre
encanecido por los
años, asl como para la naturaleza bajo
LA ANCIA1'ilDAD.
su sábana de nieve. Ha llegado el invierno con sus nieblas i sus escarchas,
La ancianidad es una co· con sus sufrimientos i sus hielos, COD
rana honorífica cuando se sus privaciones i su descanso forzoso.
encuentra en las vías de la
No se reconocen ya en esa campiña
justicia.
(PROVERBIOS). despojada, en esas ramas secas, en elas
Dichoso el servidor a
..
dr'
I
quien halla su amo al llegar, i hojas mustias, los SitIOS Il ¡CIOSOS,as
cumpiiendo con su deber.
,flores, las mieses, los árboles 1105 fru(SANMATEO).
tos que algunos meses ántes refrijeraban
El que persevera hasta el vuestro cuerpo I recreaban vuestros
fin, se salvará.
ojos, así como tampoco reconocels en
(SANMATEO).
ese anciano encorvado,
demudado f
El Señor vendrá a asistir- 'entorpecido al h~mbre ájil, intl'épido f
le eu su lecho ùoliente. Si, fuerte de otros dias. Ai! í. Deberemos
Señor; vuestra mano arreo decirlo? Existe, no obstante, una diglará su lecho, para que
I
. Ih b
descanse en sus dolencias.
fercncia entre la natura eza ¡ e om re.
1 SAY,lIlO
l.
Esta naturaleza desolada ~renacerá sin
Los días del homhre 'son sacudimiento i sin esfuerzo, I cuando
breves, el número de sus vuelva el buen tiempo ;mas para el
meses se halla en vuestras anciano terminó ya este, siéndole premanos; Vos haLeis marcado ciso morir para renacer.
los limites de su vida. i no
Ah! Que no se le escape nna palabra
podrá traspasarlos. (JOB). i de murmullo al tener este pensamiento:
La muerte del justo con- ,
d b
deua la vida del impío.'
' la nueva vida que e e comprar CODsu
(SABIDURíA).
muerte no tiene nada que temer del
La muerte de los Santos i otoño ni del invicrno, pndiendo mitigar
es preciosa;ante el Señor.
en gran parte sus amarguras esta mag(SALMO). ,nífica esperanza. Ademas, i continullDNo tengais gusto SiDOpa- ': do la comparacíon le veremos todavía
ra I~s cosas del ciel?, porque il privilejiado, aun e~ medio de los doloe~t3ls muertos, 1 vuestra I res presentes.
Vidase hal.la oculta en DIOS
En vano riega el labrador la tierra
con JesUL'rlstO.(SANPABLO)·I
f' I
·11 i
Entra i oh alma mia! en con s,us sudores, le con la aS semi as
su reposo: el Señor ha de- "le pIde cosechas, porque lo mas que
l'ramado sobre t[ StlS benefi, i puede hacer' es conservar estas semillas
cios.
(SaLMo).:
para que jerminen mas tarde" ,pues duSé que está vivo mi Re- II rante la árida estacion permanece i perde~t~r, i .que resucitaré en mauecerá, apesar de todos los esfuerel ultImo dia.
(JOB).
zos, en una esterilidad desesperadora.
:I No sucede así re,pecto del invierno
J.
i de la vida. Si no se baila dotado el
i anciano de la fecunda actividad de la
Huyó la primavera con sus deleites, I juventud, si no tiene la fuerza i el valor
sus esperanzas i su frescura; no existe i. perseverante de la edad madura, tiene
ya el estío, ba palidecido su sol, háse! lia esperiencia para aconsejar, la ciencia
estinguido su calor fecundo, su misma i ¡para instruir, el prestijio lIa autoridad
alegría se ha ocultado detras de las nu- ("'1 de las canas, I sabe todavía su trémula
bes; finalmente, ha pasado el otoño, ! mano, cuando no obra, dirijir ¡hacer
se han recolect:ldo los frutos, i han caio : obrar a los demas. No es esta, pues,
do las hojas: i estamos en el invierno! \, esa campiùa seca, muerta i estéril don.."
CAPITULO V.
il
,1
208
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BIbLIOTECA
,
LITBaARI~
Sostengo, pues, mi espreslon; esa
de no puede desarrollarse jérmen alguno, ni crecer ninguna planta, ni abrirse mUJel' se halla obsequiada de jente. Lo
un capullo, sino que es mas bien el eje es por una familia cuya admiracion i
inmóvil del cual parten todos los radios cuyo amor la veogan de esa humillade la rueda, el punto central a que van dora compasion del mundo; por amigas de que es el apoyo, por servidores
a parar mil vias diferentes.
En toda edad es bello el acto del que a quienes sirve de modelo, por hijos i
anuncia la paz. (San Pablo). La mu- nietos de quienes es el abrigo, a la maJer piadosa I cristiana puede conservar nera que un árbol viejo la es de sus
basta su último dia esa magnifiea posi- vástagos.
En lugar del incienso que el mundo
cion propuesta como objeto i cdmo recompensa a sus esfuerzos. Recompensa quema ante sus divinidades para emquerida sobre todas a una hija de Jesu- briagarlas i perderlas, ella respira los
cristo, puesto que ella le procura los perfumes tan puros del reconocimiento j
medios de dar al César la que es debi .• en lugar de las lisonjas tao brevemente
do, es decir ,al
mundo la guerra i el desmentidas con que él las abruma, reejemplo, I a Dios la que es de Dios, es- cibe homenajes que, partiendo sin cesar
to es, su alma, su vida i con ella las de los corazones, se renuevan igua/almas I las vidas de todos los que élie
mente sin cesar; en vez de las fastidioha dado.
sas i comprometedoras atenciones COD
Sf; no disguste al mundo III sus Clue las aturde. es objeto de cuidados
fdolol fujltlvos: la mujer cristiana I asfduos. tiernos i constantes, como el
piadosa puede verse todavfa rodeada de amor puro i verdadero que espresan.
jentes, apesar de haberse aplanado 1 Cada miembro de la familia dirije con
sobre ella los años i los achaques, i a lItlsiosa solicitud sus ojos al semblante
veces se ve obsequiada con exceso, de esta abuela tan justamente querida j
puesto que aumentan estos años i estos aflfjenles sus suspiros l/es espantan sus
achaques un grado de la veneracioo de dolores; porque, ¿ no es ella el lazo
que es objeto, a la manera que las he- qUlles une i la voz que les aconso..
ridas de los mártires haceu mas brillan· 'ja ?
tes los rayas de su gloriosa auréola.
Dispútanse con sinceridad i ventura
Entendámonos,
sinembargo:
esta el consuelo de rendlrla servicios a veces
mujer se ve obsequiada;
pero no lo eS penosos, de hacer por medio de afecde aduladores que la engañen, de cor- tuosos cuidados a esta madre mil veces
tesanos que la embauquen i de mentidigna de tal titulo, una poca de esa
rosos que la seduzcan ; no se halla ro- ternura que todos sienten con tal viveza.
deada', incensada, adorada, obsequiada
Acércansele con veneracion las persopar el mundo i par sus seides; i hé nas estrañas a esta mujer que les hace
aqulpor qué tienen estos tanta compatan recomendable el amor de su familia,
sion de ella, ellos que son a veces tan ¡cuyo nombrei cuya ,-ida se hallan insavaros de piedad. i Pobres miserables!
critos en blanco en el manchado libro
Guardad para otros vuestra ofensiva
de las biograffas contemporáneas.
cempaslon, i no vayais a emplear allí
El niño corre a su lado con cándido
un sentimiento de que tanto lIecesltais gozo a recibir sus caricias, a escuchar
para vosotros mismos. La existencia
sus historias i hasta sus consejos •.
de esta mujer os parece oscura en el seLos jóvenes acuden confiadamente a
no de vuestras eternas tinieblas;
pero adquirir en su esperieocia luces Ifuerza.
Finalmente, los ancianos vuelven a
dejad .frotar vuestros ojos con la amarga hie de la realidad de la vida, I tal veria COD indecible placer. Resucitan
vez se abran, i seais deslumbrados por juntos recuerdos que Dada obUg" a olesa lámpara sagrada que, pvesta en el vidar, i aprenden a su lado II conser~
santo candelero, irradia santidad en var hasta la última hora de la 'Vidlllas
torno suyo. (Eccles).
mas suaves tintas del crepúsculo.
th
MU3~R
C1H5TtANA.
Oh! no, la vejez no es una estacion
muerta i estéril, cuando va precedida
de una vida santa i fecundada por virtudes cristianas. Se padece en ella;
pero ¿ dónde no se sufre en este mundo ?
Se llora en ella; pero .t qué
edad no derrama lágrimas ·~. Se ve
diariamente acercarse la muerte; pel'o
l. quién no la ve en su horizonte? --" I si, en efecto, lo cual no niego, en ella
se sufre i se encuentran mas motivos de
llorar que en las demas edades, se restablece, no obstante, el equilibrio para
el cristiano,. porque tambieu espera mas
en ella. Por esto no debemos deJarnos
abatir, pues au.nque decaiga nuestro
hombre esterior, el hombre interior S8
renueva cada dia.
Porque nuestras aflicciones presen'
tes, tan breves i tijeras, nos producen I
œtnpeso eterno de glorias i esto en grao
(Jo tan lilevado de excelencia, que es I
~uperior a toda medida.
Sabemos, en efecto. 'q!&esi la casa
terrestre donde se halla aq1~inuestra
morada, se arruina, tenemos un aloJamiento que nos ha edificado Dios mis- I
ma; w.a casa que no ha construido I
manade hombre, i cuya duracion en el
cielo será eterna •.
Ási, pues, tenemos una firme C01/.-'
fianza ,_-rporque nos guía la fe i no la
evidencia natural de las cosas. (San
pltulo; porque 8U título es espantoso 1
desconsolador, f se ballaria dispuesta Il
todo ántes que a aceptarlo. I Pobre la·
ca! Comprendo mui bien que sea su
vejez desgraciada para ella e inlÍtil pal'a otro. ¿ Es posible que esperimente
placer alguno un perezoso a la vista
del objeto de sus temores? 1 ¿ es acaso capaz de bacer cosa algana ?
Al recorrer las diferentes épocas de SQ
vida, hemos podido convencernos de
que la muier frlvola i coqueta es siempre un sér :despreciable i despreciado,
inútil e infeliz; i ahora podemos asegUl'arnos de que cuando llega esta misma mujer a la ancianidad, se alimenta
con un pan amasado con lágl'Ïmas, se
abreva de desprecio, vive de temores,
de pesares í de desesperacion. Ai! ai I
esclama: i Mi espíritu se halla des-
garrado de dolor i de inquietud, van
a terminar mis dias i me espera el se.
pulcro! (Job).
El sepulcro! esta palabra es horrible
para el cuerpo; es la destruccion, la
nada. 1 esta insensata no ha pensado
jamas que pudiera ser otra cosa que un
cuerpo. 1 si por otra parte lo pensara,
¿ seria ménos terrible esta palabra? Tal
vez la seria mas; porque despues de
una vida culpable, no hai mas 8lternativa que la nada o la condenacion
Pablo).
eterna.
Esta fantasma aterradora cuya guaAh! 1 cómo no han de ser un horl~ñA inexorable suspendida sobre la rrible tormento los (Jltimog días de escabeza de la muier anêiana que se hata mujer I ({Así como el criminal al
lia al servicio del mundo, es para ella, marchar al suplicio es condenado a lia·
un objeto constante de terror; esta I val' él mismo la CI'IlZ en que debe espiproximidad de la muerte que la bace l'al', así el malo entregado Il su concienmorir ya de espanto, no inspira a la cia, lleva consigo mismo el castigo que
mujer piadosa mas que pensamientos
mereció.» (Plutarco). La muier envede orar i de esperar.
¡eeída en el pecado ha podido sufocar
Ah! mirad a la mujer anr.iana i sus \'emordimieutos i arrojar Il un lado
mundana. Rechaza los aùos con una este instrumento del suplicio;
pero
especie de delirio lleno de horror, que queda todavía otro suplicio de que no
causa una compasion semejante a la podrá separarse. Tal es el mismo que
que se esperimenta por un desdichado
la escolta áJltes de acabar· con ella : es
demente; en vano se acoje a un tiemel pensamiento de su fiu cuyo fantasma
po que ha mucho que pasó, ímajinánlevanta sin cesal' ante sus ojos, volup~
dose, por una multitud de necias estra
tuosos todavía, í no obstante apagados,
tajemas, detener su marcha. No le la espada esterminadora;
es su propio
pregunteis si va diríjidll a ella el:iteca- cadáver, al cual se halla asida como
ENTREGA
27.
{ Principia el tl-imestre 2.~)
.2,10
-.r'-- •...•....
,-~_,,~
B 1 B LlO
....••.
~""-"-........,--....r'-/-'-r~/.
l' E CA. LIT E fi A fi 1 A •
~~~.'_'-"--...~
esas víctimas de la mas espantosa cr\lel.
d'ail de que habla la historia.
Pero dçjemos en su aislamiento a esa
mujel' que lo mereció por haber huido
sl>brado de él ; dejemos con SIA tl'iste
bumOl', envidiosa i· descontenta, a esa
Inujer que lI~gó a tal estado pOI' el
ahuso de su,s ellcantos;
dejemos entregada a su res,entimiento a esa mujer
que Il lasazóh
parece ridícula a sus
adoradores de otra época , dejemos que
consuele el mundo su desgracia con sus
insultantes risas; puesto que ya lia le es
eUa útil, i. qUe la ha conocido el mundo
demasi3do. PCI'O, sinembargo, compadezcámusla;
i, sobre todo, ol'emos por
clla; si bien alejáudouos de su lado,
porque nll podemos eSpel'aI' nada bueno,
Es doloroso vel'dadcl'amente confesado;
pero es pl'l~ciso, a su preseucia: No todos los que kan vivido largo tiempo
.._"'--'
.....
~~~
-..."'~ '-"".~.. , ,_,-,,~~
ramas inferiores estaban ya muerta¡¡ i
secas? 1 si la habeis visto, decid me :
¿ No atraia vuestras miradas i vuestl'll
admiracion mas qllll el lozano verdor
que le rodeaba? ¿ POI' qué, pue~, admirarse en este otro caso?
Como la mujel' cristiana no envidia a
la juventud sus. goces ni !,lUsplaceres,
como no tiene cèlos de sus tl'iunfos ni
de su feliz tranquilidad, es muchl?- mas
severa pal'a esta edad que ~quell~ çUya
austeridad,
bija del desp¡;cho, llQes
¡amas personal. Por el conh:arlo, se
rcgocija de su alegría, i favo\,ece s~s
impulsos i sus juegos; así es que, con·
tinúan las risas aute ella, i Uo se co\;1:tiene con su presellcia su franca. ~~1?ansion.
I cuando ha sabido dQminal' dl) esta
suerte, por medio de la bon~,ad" l,a.t.l'i~·
teza que lIcvllu consigo l~~ 1,l,~o.s,~
e,I1,$on pmdentes, i no siempre es tf), jus- cuentra. sin habcdo bu,sca~(). e~, e$,t~
ticiapatrimoniode
tavejez. (.Tob).
misrria ·Induljencia" Su pr!luliO. L,éj.ç¡s.Q~
O$curecerse sIempre la!¡idl)3S, cO.9\O~n
l~.
tantas anciallas,· e~oí.~ta~" ~\l ~~,~i,~t,eJ},
COl) UD. tinte de. dulc(l 1llº1.a,~ç9.){~,
HQn8
1 ijhol',a mirelD9s a esa otm mujer que de encanto 1 de sedl\ccioIl; ~a.s,t!lef
tambien cuel)ta años numerosO~, i es- rostro conserva, apesar d\l su.s ar,t:\lg~~,•.
cuchéinoslá;
nO los oculta ni lasma/la espresioll de tranquila. a.legri¡l ClIJ,Il,
diCe. porqqe, por otra· parte, maldecir
tu vo en el tiem po de su fres.curaj •• toes para ella u\lap~labra
desconocida,
do el hombre esterior, finallllen~º, se
un sentimiento que ignOl'a mas todavía,
impregna de esas bellezas. interiores"
o; si. tiene su eOrUZOl1algu!la maldicion,
i llega a ser un vclo trasparcnte, a tçala reserva enteramente para el pecado i ves del cllal se descubreu cada dia m,a~
paraSatanàs.
los maravillosos crecimientos. del alma
Ya hemos visto a esta mujer, i con i la eterna juventud del corazon.
ella hemos visto el amor, ¡rodear/a los
POI' lo demas, estos bàbitos de con,..
c1.ridados de su familia, la confianza i los descendencia están léjos de debilitar el
respetos de todos cou una suave i n;lll' espíritu i la vida de semejante muJer;
jestuosa auréola, Descubramos, si po- porque esta condescendencia
razonada
demos, el talisman que emplea para no es mas que una il'l'adi,acion del foco
atraer a sí la ternura i la venel'acioll;
principal encendido en su COl'IIZ0n, i
oigamos las májicas palabras de que se que consiste eu el umol' de Dios. De
sit've para cautiva.' los corazones i atraer
los homenajes.
" Es el reflejo, a traves del cuerpo, de
Sin duda alguna tiene su pasado cu-:- la gracia santificadora, verdadera luz del
yos puros recuer(joS le forman una alma que ilumina la frente de la mujer
lliagnífica i luminosa comitiva;
pero católica, i que da II todos sus rasgos, a sus
tiene tambien su presente, sin el cual gracias esteriores, una fuerza dominadora
cuyos efectos uo pueden ménos de esperi.
sOlo seria el pasado una bella sombra.
mentarse, aun cuando no se sepa la causa;
¿No habeis visto nunca coronarse
que i:npone leyes hasta a la barbarie. ique
todavía un roble secular, patriurca de desarma con frecuencia la cl'ueldad, (P.
la selva,eon nuevas hojas, cuando sus Ventura; La Mujer católica),
LA
t
MUJER
:nl
CRISTIANA.
aquí proviene que sepa ella sacrificar j le pertenece, ántes la combate i ,Iq deSsin pesar todo goce personal i toda opi- 'prccia. pero no es injusta con los qu~
nion indiferente a la grao causa; pero la frecucntan, i la cncuentran siem~re
de aquí proviene así mismo su firmeza
como en otro tiempo, llena de benet su inalterabl'e constancia ,en todo la valencia 1 de caridad.
,,
que se refiere de cerca o'de léjos al
téjos de imítar,en
efedo,
esas
deber.
mujeres que han llegado d~ désiluslo~
Así esta humilde cristiana que se en desilusion a odiar m~s viHme'l;l,t(J!Ó
eclipsaria por todas partes con el inti- que mas amaron;
téjos de adop~ar ese
ma gozo de los Santos, usa, nO obsta n
rigorismo exijeute ¡sombrío ,qûe, no
te, Ile la autoridad que le da su edad tolerando ni uun las concesi~t¡esleJítiparadomínarÚtilmeote
la conversacian,
mas, censura con acritudnsó~ sociares,
reglar los placeres i las ocupaciones de ! Útiles e inocentes, i crítib sinpiedad,a
la juvéntud. i, finalmente, detener el las que son conducidlls al, Inedi.o del
Trial donde quiera que se encuentrè. Se mundo por sus deber'es, no lJiensa mal,
sirve del respeto tributado a sus canas por el contrario, creccn
todq;t;spcra
para proteJer là timidez, estimular un en todo i lo $ufrc todo. lS¡iú 'Pablo).
esfuerzo jeneroso, defender la debilidad, 'Así oye sin espanto en medio del e,sí censurar en voz alta la que muchas
trucndo de los anatemas evanjélicos
veceS no se permitida a otra critie31' en i esas palabr'as terribles i s~b~~p\l verda,voz baja. Sinembargo, por, mas que i del'l's para muchos: l,J'ddzchados do
posea en grado superior este respeto i ! vosotros, Escriba,~ i Fa1'i,~eos Mpócriesta autoridad, nuuca se la ved cxiïr
tas. que cerrais a los ltdrrtb~es et reino
los cuidados i cOlisíderaciones debidos
de los cielos j" púrq1te r¿ô, entl'f~eis en
. a su edad;
porqlle sabe demasíado ~ellos i no defal'cis entrara
los q7ie S(J
cuánto se complacen los que los rinJen 'prÚen.ten. (San Mateo).
",'
"
en tener su iniciativa;
jamas se la oirá i Verdadel'ílmente no son estas palaquejarse amargamente de un olvido,' bras aplicables a lia, que no ciena ,r.
aunque sea ofensivo; jamas, en fin,
nadie la puertn, i que ha g~stado sÚ~
mostrará esa atlicti\'a susceptibilidad,'
fuerzas en impeler via,eros hácia ellas;
espresion habitual del orgullo en la ve- I no le son aplicables, puesto que p~sa su
je'z; pOl'que conoce tan bieu como vida en estrechar su propio camino pacualquiera otra la que le permiten re- rn ensanchar' el de los demas ; no son
clamar la justicia, las conveniencias i, para ella, porqne si CO¡lti!lÚun escll"
los uios de la vida, i así sabe DO soln-' cháodolll, vcreis cuán conci1iaùores SaD
mente olvidarse. sino soportar el ser 01· sus consejos i cuán prudente su direcvidada. 1\'0 resnenan en vano a sus ai· I cion.
dos las palabras del Salvador, i cuando ¡
No aconseja a una ¡óven esposa cuyo
la dice: No pennitais
que se os llame
ejemplo ¡cuyas
virtudes pueden ser
Maestro, parque no ¡¿ai ma" Maestro
Útiles /1 las clemas, que se secuestl'~.
que Cristo San Mateo), ella le respon
haciendo,
pel'mílnseme laespl'esipll,
de:, «Ya sé, Senol' mío,que no soi ni un saludo l'goista. (ILo que ,no p~p.d()
aun ese polvo del mundo con el que ha
haccl' yo, lo puedes hace¡' tÚ, quel'i~i;l
belshecho tan grandes cosas; pèl'O no hija; ve a donde te llama Dios, ensehái criátura, por pequeña qué sea, que ña il servil'le sirviéndole, atra!l báciati
Dq pueda serviras, sirviendo a sus 'her- para atraer hàcia él, no rehuse; hablar'
m'ànos, D
Citando pueden ser benl!ficio~as tus pa~
),<:staniujer es para el mundo, aun fi labras lEccles], está elleLLq¡,~n<lO, .~ll
vlsía de la muerte, lo que fué siempre; • fin, sin SCI' del mundo. Mi taren cerCI;l
fioupreciándolo COllsu ju icio SillO ausl·
de él ha terminado, i la, tu'yaprineipfu:
liada \lélas luces de la fe, es invariable
yo alzaré mís manos eO"la rnontailU dHcorrio el Evanjelio su conducta para con rante tu combate, i desp,ues de, lu yic:,el mundo. No ama Il C5tc mundo, no toda uendeciré a Dios portus triunfos.);
a
il
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I·
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1
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LITERARIA.
BIBLIOTECA
1 si esta jóven esposa llega, en fin, a
pedirle una regla de conducta, no hai
que temer que dicte sus consejos ell'igorismo o la misantropía. 1 cuando
venga aquella a referirle descalabros,
a confesar culpas o llorar decepciones
o desengaños, no hai que temel' que la
desanime con cuadros exajerados o so-,
brado verdaderos de lo que puede todav.ía acontecerle. No, no la cond ucirá
por esas sendas estremas, donde, unn
vez pasado el primer momento de exallacion, la dejaria débil i desconsolada.
Ni los achaques, ni los tedios son capa
ces de agriar su carácter o de perjudi.
car a la sana imparcialidad de su jui-.
cia. Por el contrario, aislándose en sus
propios males para identificarse con los
de sus hermanos, juzga su posieion, no
al traves del prisma sombrio dé la vejcz, sino con las candiciones que le san
propias;
porque a fuerza de combatir
Jas propensiones personales de su espíritu, a fuerza de hacerle meditar en
)a doctrina de Jesucristo, lo ha impregliado de su induljencia tanto como de
su firmeza.
No hai duda que le está reservado
mas de un dolor; los sufre en su familia, i su adhesion perfecta la hace
aquí doblemente vulnerable;
los sufre
de sus amigas, i, no amando nadie mejor que cHa, nadie los esperimenta tampaco mas vivos; los sufre personales,
los sufre esteriores, las tiene .ocultos, i
i se puede vivic mucho tiempo sin conocerlos a todos?
Las separa.ciones desgarradoras que
viene cada dia a impoDerle la muerte,
eJ vacío que esta produce en tOrDO de
su corazon, ¿ no bastarian por sí solas
para ulcerar ese corazon i ocupado enteramente? Sinembargo, por ulcerado
que se halle, tendrá todavía fuerzas i
valor para tl'abajar en consola ros i en
e.uraros; lleno de sus propias lágrimas,
no rehusará recibir las vuestras. En el
momento mismo de CODSUm!lrSeel sa·
crificio supremo, el CorazoD del Salvadar derramaba sobre nosotros su sllngre
I sus aguas purificadoras;
inflamado
de carIdad con este ejemplo, se da tamo
bien este coraZOD t'Oda entero, j no re-
II serva
ni aun un retiro a su d%r. Esto
consiste en que los verdaderos eristianos no han tenido en todo tiempo ma s
que un corazon i un alma, peJ'o un al.
Ola hermosa i un corazon nohle.
aLa delicadeza de conciencia se altera a medida que se la hiere, se retira
como la sensitiva,» ba dicho A. Nicolas. (Estudios filosóficos). Lo mismo
sucede con la delicadeza de sentimien ~
tos. El corazon de la mujer mas aman~
te pierde su sávia si la reserva para sí
sola; se retira tambien como la sensitiva, pero sin reponerse como ella.
Pues bien; estas dos delicadezas de la
conciencia j del corazon sufrensimul.
I táneamente igual depresion bajo la deI sastrosa influencia de la coquetaría I
¡del egoismo, como es, por desgracia,
demasiado fácil convencerse estudiando
al mundo.
La mujer piadosa, la mujer sinceramente devota, consagrada enteramente
a Dias, ha podido, en efecto, Dacer
egoista; pero a medida que vive mas,
lo es ménos. Se despoja de un madI)
tan campleto del hombre viejo al revestirse Con la vejez, que esta la encuentra con un corazon rejuvenecido I
nuevo, con un alma renovada, i, por
decirlo así, refundida por la caridad.
Trabajando en amar a Dios sobre tado,
ha aprendido a amar a sus hermanos
tanto como a si misma; arrancando de
su alma el amor idólatra del yo, todo se ha vuelto en eUa compasion i
bondad.
Ah 1 j Vedlo: n.o falta aquí la sávia! al comprimirse este corazon por
un lado, se dilata por otro; i ausiliada
por Dios esta dilatacion, i siguiendo un
progreso constante, llega a las incalcu¡ ¡¡ables dimensiones de la caridad ver·
! dadera, pudiendo alojarse alli toda cla'se de adhesiones i sacrificios. Hé aquí
por qué ahora desgarrado por las separaciones, quebrantado por las injustlcias, aflíjido por la ingratitud, oprimido
par los padecimientos, inflamada por
el dolor, se muestra, por un magnifico
contraste, con el cuerpo gastado que Il)
contiene, tanto mas fuerte contra ri.
,mIsmo cuanto mas este se debilita.
I
LA
MUJER
CRISTIANA.
213
Lo contrario acontece p."ecisamente I sér mas aflijido que haya alumbrado el
en la mujer fdvola. Nacida muchas I sol.
veces con instintos jenerlJsos ¡buenos,.
A un sér tan drsgraciado no debe
¡creyendo tambien poder de~arrollarlos ¡ pedirsele que tenga compasion de otro,
sin dejar de cultivar sus paslùnes, pen
porque la emplea enteraD?-ente en sí
só que estos bijos de la mujer libre se propio.
educarian fácilmente al lado de los hiPero agréguese a esto los padecijos de la esclava; i, en efecto, la hemientos positivos que lleva Consigo la
mos visto al principio consolaI' mucbas
ancianidad, padecimientos intolerables
veces a los aflljidos, socorrer a los po- al pié de la letl'a para el carácter enerbres i compadecerse de los desgraciavado de semejante mujel'; i no os 50rdos. Pero conforme se ba eclipsado la prendais si la veis fria e impasible anbrillante estrella de sus triunfos, se te el pobre que la pide pan temblando
ban introducido en su alma la hiel i la bajo sus harapos; porque no comprenacritud. Se ha encontrado llena de re- de esa miseria, i no cree por otl'a parte
sentimiento contra los que le retiraban
.deberse privar en beneficio de, UD mise·
sus homenajes, llena de celos i de odio rabie, que la es ménos que ella, de los
bácia sus rivales cuya partida de nacigoces o bienes de fortuna ya insuficienmiento la desesperaba. i abandonándose
tes para aliviar sus propio~ males. No
despues gradualmente a estos sentios admirareis, repito, de que no tenga
mientos cuya tendencia fatal es jenerauna lágrima, ni una ~onrisa, ni una
lizarse mas ¡mas, ba llegado a envolpalabra para el aflijido i sus dolores,
ver en su cólera, i como en una prosporque dice entre si. i la cree, que el
cripcion absoluta, a todo el jénero hupobre es mas venturoso qU~ ella. 1
mano. culpables e inocentes.
I Dios mio I tiene mil I'azones, si este
¿ Tendremos que repetir, en vista de desdichado tiene bastante fe para espeesta prueba, que es ciega la pasion ? rar en Vos.
¿ No pensais en ello, mujeres coquetas?
III.
Procediendo así os quitais el único me·
dio de agradar que os ha quedado;
la
Hai una vejez desgarradora i dolorobondad. Ah! aparèceseme hoi vuestra
. sa, ménos aun para el mismo ancianO'
pobre alma, sacudida por las tempesta
des del mundo i cubierta aun con su lo que para sus hijos i sus amigos; una
do infecto, como esa estátua marina de vejez que se lleva consigo los conociGlauco a quien habian desfigurado i mientos, las facultades, la intelijencia,.
convertido en una informe roca las olas i viene El mostrar al hombre, volviéndo·
siempre encrespHdas. Al salir ùe ias le:: conducir a 1:: impotencia de la infancia, la necedad de su orgullo i la camanos del divino Estatuario rdlejábais
su imájen ; pero i qué sois ahora 1 U na i ducidad de la mas noble que en él exis·
te. Aqui la muerte intelectual se ademasa desconocida i hOl'l'ible, un espanlanta a la muerte física; concentra el
tajo, una leccion viva para la juventud.
alma su razon en misteriosas profundij Ojalá la oiga esta, la vea i la comdades conocidas de solo Dios, i, priprenda!
vaodo al cuerpo de sus socorros, le
No es la vida de familia un recurso
abandona a las inconsecuencias i a las
para la anciana frlvola; la amistad no locl,lras de sus primeros años.
la ofrece consuelo alguno;
su misma
Cuando se desliza esta muerte como
memoria, si la conserva. estambien un ! un ladran, i sin decir alerta, sorprende
ttraoo, porque uua mirada arrojada so- iaun atmaen el pleno goccuoonSUS fabre la pasado le muestl"l1 un desierto en culta des.; todo depende de las disposiqueDO han dejado huella sus virtudes.»
ciones de este momento supremo; pues·
lChateaubriand : Jénio del Cristianisal prepararse el hombre a,la otra muel"
mo}. Asi se cree, con cierta verdad, el te se dispone asi mismo a esta.
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or
E o 1l LIT ER A alA.
Pero no sicmpl'e sa evita el anciano
las angustias de esta agonía mori:il';
:M:uchas veces, esta 'aHnl1 cuyas faculta ~
des van declina'lldo, i que pierde cada
dia mas· lb! Iibl!rtad de su' voluntad:;
comprende i sigue ella misma la ríiâr'eba
progrei;iiVlid~este decaimiento. Ve,' sin
poderde~rterlo,
deS\lender de las m(jtJ~
tafias el' tbrredtc' que' debe 'tragársela ';
se siE'ote ¡Joeo a' poca levantada por él ';
despues'la 'arrastra, là' sumerje, Iii aho'ga, coftse\'''lI'1'ldb ella hasta e¡;últim'ltes' .•.
tremo el'cCltJociffliento dësu desgràl!ia;
i Dolores' sopremos !: Terroresi dèsga\J.
nadores!
-i Padre mt'o, apartad
demieSté"diliti;
- - ..••.. --.,..,
~-....;.
pe'fÔ C11mjPltlsrJ,no
obstante, vuestrá"volU'ntad i no lamt'a:
Tal dette' ser, en este caso el lenguaje
del crfstlább';
Esté" eif; cn" efe'èto~ el, mômentoe1el
sacl'ifi1cio 'mas'tlífíclt i ;jeneroso; el roo·
Iílentóde aêeptàr la'Crdz ide subir al
Calvario'. ¡Biêóàveritu'ràda el 'alma que
sabe decir al fió' de esta pasioo: í Pa-
dre mio! en tus manos entrego mI'
espir'itu ; . porque entónces, todo está
consumado en ella; la fe i el amor, lai
esperanza i la sumision;
i todo está I
consumado para ella ; la obra de su I
sllotificacioo i el peregrinaje de su destierro.
1 esta entrega efectuada sinceramente,' sinrestriCcionni
desespel'acion al- :
gUlia; es el' ÚIlico alivio posible eo esta I
bora deSC()ln!l~laltll; Elltóllces el niùo:
réposa 'sli'ell'ti'ézà 'eh el seno de su ma - !
dre, ¡'se dúerme allí, olvidantlo su
llanto.
Ah 'l l)të:rt ~6;mp'leto abandono del
alma, deta' IVltlâ;¡ de todo elsér ei) ma,
nbs" dl!;'D1~s; esta absoluta confianza
que' es' 'oeëEf~á'ri'á''en toda edad; este!
completlfsae.rHiêfo es preciso, especial
nient€ Ictiíina 0':' Hega ' la vejez, pa ra so'
pôrtarllf'sitr
m't!Jrmurar, i cuando se
aproxima 'Iamnerte
para reeibirla sin
sobl'litl6 horrbr;
Bren' pllllSÎldè), no' es la vida entera
mas que \Jnaprep:rracion para la lUuerte; pel'o la vejez es una preparacion
inmediata, durante la cual debe dirijirse todo a este' único e infalible fin. La
muerte nos sorpl~imdc, como un ladran,
-
~-
-
cualquier bora; pero en la vejez Uo
es' su llegada mía sorpresa, sino que
vieOe' a sû tiempo, i solamente no la
eSperan las virj~nes necias.
Eo' pié e inflexible en sus fallos, se
para ante el anciano comO el sabueso
aote su presa; i hasta en el momento
en que Dios da a su helada mano permisa. para cojerle, hace de todos los
objetos Interiores a esteriores, sus inte;mediarios o ajentes ¡. mensajeros directos. En el iotel'Íor, desaparece la
memoria, se doblega la voluntad, se
destruye el cuerpo i se aumentan los
achaques, causando una dolorosa impotencia' cae arruinado el edificio entero, I ~ada piedra que de él se despreode es un nuevo aviso. ~n la esterior, ruinas tambieo; desplomaose los
monumentos,
acaban los reyes, desa':::
parecen las amigas, róm~en~e, las ~e..;
lacivnes, estínguense las tamlllas, 1 al
partir todos, parece darle una cIta pró-,
xima.
I
Despertada sin cesar por esos fúnebres tañido!: precursores del suyo, la
anciana debe vivir con el 'pensamíento
de la muerte como ccn un compañero
útil i fiel; pero esta constante preocu':'"
pacion no quíta el benévolo regocijo,lá'
alegría serena i pUl'a de estos días pos..•
tl'eros. Piensa co la muerte, i se prepara a ella, como piensa i se dispone el
desterrado a volver a ver la patria.
Despues de una' vida santificada por lai
inocencia o purificada por el arl'epentímiento, le anima i no le entristece esta
perspectiva. Basta, en efecto, mÎl'ar
como a un amigo 'a esa espantosa fantasma, para que llegue a serIo i se des••
poje de sus terrores;
càmbiase poco'a
poco eo espectro luminoso a traves del
cual aparecen mas luminosas todavía
las recompensas .divinas. Ai! í Cuán
largo es mi destierro! dice el justo a
vista de estas eternas bellezas, i CuánIl.
to tardo en saciarme con la contempll!-'
cian de la gloria de mi Dios! lSalmo);
í Cuándo iré Mcla Vos, oh Dios mlo!
í Cuándo pareceré yo a vuestra. presencia! (Salmo).
Comprendido así el pensamientode
la muerte, no sombrea ni la fmajin/l.::'
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cion, ni el corazon, ni el espíritu;
mas que espèrar la corona de justicia
cuanto mas permanente es, mas dulce que Vos me reservais! (San Pablo).
es i mas fácil, i está ménos dispuesta la
Ah! Ella espera en paz esa corona,
mujel' cristiana;] una piedad perspn.al i la espera en paz, i no tien~nla:s misúnicamente interior.
maS angustias de la agonía poder para
Para ella es si)) duda la l)1~dit¡lCion quitarle esta confianza iesta fe, que ha
de las verdades eternas Un alime.nto ha- guardado intaclas enl1led¡i~ ,de estos
bitual i necesario; para ella {(es la ora combates. Ha luchado l4en, i ,ba ven~
cion ese asunto misterioso entre Dios
cido siempre,. sU último ~ulilPi~Qes un
el alma,)) como dice San Agustin, i S,e triunfo mas.
practica con una actividad contínua,
i Dichosa, mil veces dicb.olJala mujer
PerO esta union constante e íntima no que se hIJ..eclipsado 5iclllprf'! pa~. penimpide prestarse a las llxijencias lejí~i- sal' en el serviejode su Señor! Este al
mas de la familia i de la soeiedad. Dis- llegar. i encor¡,trarla VI/lande¡, o.ç di .•
gustada para siempre de las ocupacio
goer¡, verdad, que c4ñi",4, i despulJsde
Iles pueriles i frívolas, esta santa i Cou- hq,bçrle hecho sent«r fllfl mesa irá i
cilíadora mujer participa de ellas, pp vendrá '[Jara sl!rvirla. (Siln LúcaaJ.
obstante, para aHjerar 1::¡ carga de las
í Dicl1o$a entónlllls la Plujer que slenmas jóvenes. Saciada basta la repug- do cristiana ánt~s qUA! tollQ, hmaodo a
naucía con los placeres de la época, di - Dios con todl\s sus fQelPs, amó a 10$
simula su l'l'pulsion para dejar en torno . Sttyos hasta el fintC~mlil ÈI,¡ para :81,
suyo su libre I cándido goce. Nadie 1 sin contar nunca 10$ §",c~itidPl, Sill quesabe avenir mas felizmente los corazo- 'iarse de los padecl~l"pws o retroeed:er
Iles desunidos, nadie obtiene con ma.s ante c¡l trabajQ 1
conmovedoras solicitudes la~ I'c<;Ol1cli DI~hoSll I~ muier 4tlyo-~lecor
••
liacioncs inesperadas, nadie habla de zon, lleno de desJilre~~ b~cia.1 mu.ndo.
paz con mas seduccion, nadie, en fin, no teme ser despreciado, mostrándose
derrama mas encanto en su intimidad,
discípulo del que le venció I Jamas
ni mas verdadera alegrfa en sus reunio- buscó ella su propia gloria, sino· siemnes. Esto consiste en que cuanto mas pre la del Señor, e hi~o Uso de sus dolugar ocupa el amor de Dios en Qn co- tes físicas o de sus cualidades morê\lles,
razon, mas lugar deja en él al amor del para solo el servicio del SeilOl'. Así eD
prójimo, mas se apodera de un espíritu.
el oía eterno en que luee la, aurora se:
mas libertad da a los pensamientos pa· confiarán a sU guarda otros talentos.
1"1 volar en ausilio de este prójimo.
Así
i Dichosa
esta mujer, si fuera de los
los Santos, abSol'tos allá arriba cn una deberes esteriores de su iK»sieion supo
eterna comempluciou ùe umol', arrojuu vivir oculta I con reco,.iOlÍ'eUto, obesobre nosotros miradas compasivas il diente i dulce, piadosa i resignada! su
protectoras, sin apartar por esto sus mui Amado vá Il llevarla a su soledad,
ojos ¡mebatados.
para hablada libremente u.l CQrazorl.
j Dichosa la mujer de virtudes comuIV.
! nes í desconocidas de los hombres! Hi:ja sumisa, esposa afectuosa, madre viOh Dios mio! ¡Cuando llega, co jilante ¡tierna, jamas sacrifi.có UD defin, el instante de la reunion, tras la ber al goce, jamas mendigó una alacua.l suspira la mujer cristiana, como el banza a un triuufo, jamas se descuidó
ciervo sediento por las fuentes de a¡:¡uil de velar en su puesto; 11Ih~l1a, triunviva; cuando suenan en la eterna pén- fos i placeres, elojios i desclIQlso, todo
dola vuestra hora i Ta suya, eS dîchosa,
se la tributa.
mil veces dichosa, esa mujer! ¡Luché
iDichosa la mujer cuya virtud ba
bien, i acabé mi carrera, i guardé mi preferido siempre vivir e1l la sombra a
fe ,/ (San Pablo) dice ella en la alegría vivir a la luz del sol, i cuya mano izde su esperanza. ¡Señor, no me queda quierda no ba sabido jamas las buenas
m
216
.8 1 B LlO
TE
e :A
LIT
E R A IX 1 A.
obras de la derecha I el sol la dora en I súplicas, para obtener de todos santas
el dia con sus mas hermosos rayos, i resoluciones i juramentos preciosos.
Su corazón matel'oal es mas tierno'
su mano derecha I su izquierda se estal vez que lo fué ouoca; pero es tamtrechan de placer.
bien mas fuerte. Contempla sin amarj Dichosa la mujer dulce,
bondadosa
I modesta cuya Influencia., ignorada de gura toda clase de separaciones, porque
ve que todas van a parar a la reunion
aquellos mismos que la esperimentaban,
abandona sin pesar la patria
ha sabiùo conducir al buen Pastor las eterna;
ovejas perdidas del rebaño! porque va de los cuerpos :por el lugar de los es.
* I si la asaltan aun terrores
a convertirse su cayado en un cetro, li· plritus;
materiales, se arroja con un supremo
bre de toda usurpacion.
j Dicbosa,
mil veces dichosa esta abandono en ese lugar divino, diciénmujer! porque ha hecho mas que os· Idole: Sed, Señor'mio, el protector i
tentosas acciones;
ha hecho sin os- el maestro de los hijos de los muertos.
tentacion buenas acciones, 1 el eterno (Salmo).
Pero no ha terminado todo. Permarelámpago del trueno de Dios será su
morada I su recompensa I
Illezcamos aun cerca de esta alma, en
comunicacion ya con sus hermanas ceAh! mirad la. «La fe de esta cl'istiana se flll'tifica con su felicidad, I su lestiales.
Al rumor de esta agonia acude cofelicidad con su fe.» (Chateaubriand:
Jenio del Cristianismo). ¿ Qué le im- rriendo una madre tiernamente querida
porta hallarse tendida en un pobre le- I i constantemente servida, con las ma~
cho, o bajo cortinas de seda? Su vida nos llenas de consuelos Ide ausilios. La
no se desliza ya en el mundo, j se re- Iglesia de los combates viene a firmar
fIejan en sn semblante las esperanzas de un pasaporte para la Iglesia de la gloria; I \lega. en el momento de la parsn al!Jla. Tranquila, miéntras los suspiros de una familia aflijida parecen pe- tida, a distribuir con sus maternales
abrazos sus beueficios mas preciosos.
dirle todavía algunos minutos, derrama
¡ Oh Relljion de mi Dios 1 1 Cuàn
en todos los cOI'azoues, con palabras de
resignaclon, una poca de esa esperanza
rica sois entónces I cuán pródiga al
que constituye su única fuerza. ((Yo no mismo tiempo de vuestl'as riquezas!
Vuestra hija superabunda de gozo apehe vivido 'de tal suerte que me avergüence de permanecer en medio de vo- sal' de su debilidad I de sus padecisotros, dice llena de radiante paz; pero mientas;
conviértese su confianza en
una pez tan llena i tan perfecta, que es
no temo morir, porque todos nosotros
tenemos un Señor bueno.» (Palabras como el prólogo del reposo que la espede San Amb1'osio al morir). I sin os- l'a, como la introduccion de esa felicitentacion, así como sin debilidad, condad qne define el poeta: Una eterna
suela con promesas el dolol' de sus alle- esperanza satisfecha eternamente.
gadoso parientes, no perdiendo ¡amas
N o, la Relijion no abandona a su hide vista la idea del benéfico apostolado
jo h~sta que lo ha entregado en manos
que quiere continuar, aun despues de su de Dios.
muerte.
Asile da un perdon completo I jeneEntónces, despojándose de las liga- l'al, un entero olvido de sus pasadas
duras de ]a carne, j fijando su profunda
culpas, una nueva absolucion.
mirada sobre ]a eternidad, hace oir los,
Lleva al mismo Jesucl'Ísto al alma
que se halla a punto de parecer a su
acentos de profeta de que se acordarán
por largo tiempo los testigos de su bO- juicio, i poue, como UD sello cn el corazon del moribundo, la resurreccion i
ra posh'era. Les bendice i les anima,
la vida.
les consuela 1 les fortifica; i a proveehándose de su autoridad, que hace
* Dios es el lugar de los espíritus, como
inmensa la solemnidad del momento,
es el espacio el Ingar de los cuerpos, ha
dirije Ii los unos cousejos, a los otros dicho Mallebrauche,
LA
MUJER
CRISTIANA.
Admfnistra asl el bautismo ùe la olra
Si j cuando sonalJa b hora mas 50vida i la E,tremaUllcloll;
Últ:mfl pUI'î. lemDP, cucndo se cumplía el misterio
ficacion, benr1ieion po~trera, relmd:o
fi'~:"tJso,Jikllle, se rCH~13ba lacspresiotl
final, último consuelo, prüuda stgur¡;¡ m~,; [::evada del t;l11t1r; i alli, en el sede íomorta!idad.
no miS:110 de e~tc miiitcl'io i de la reFiuallUPote;
sosliénele,
nnímale, i veLH'¡oü de f's~e amor, ¡wbia muchas
Je fortifica con palabras de amOl' 1 de;n1l:cl'cs.
esperarza.
Oh mujeres I d'jaù al mundo su ef(1Ah, salid, alma cristiana 1 i H\lYó mero íc\:Íên,û i ~D i'rÚjilllltal';
3bando~
para sicmpt'a ei r~¡[]ud(j d~ j3S t.nieblas
lkd a ,o:¡ c;~.,:,':')::; ,,12:;,1'0, pcrgamInos
i se ha hecho lJ luz I
, i Ii JI', b~;¡!11L~ie
VUt::"t\L! C"CUd05 de al'Lev.':mtoos, mui amaela de Dios, VOJ, I tIlUS; (j,,, pa.l;,;'¡ra se !l:dl\ escrit~ en
tan bella a sus o';os. Ha pasado el i un ¡¡D:'O CUY.15 pá¡il1}s no pasi;\rún nUQinvierno, lacamp/ia
está cubierta de Cd, pu~ql1e <"Li Ll;hOU:JelO cn tI bronce
flores, i ha tlegJ.âo el tiempo de lu <¡'o· Jalns p~ertL~s, et€'fIJ [\ti i /0 I'epiten aun
ga. i Ved tas bie;ws del ~:cn.Qr en [Cf, las cens cd C¡;;¡,l).
tierra. de los vivos:' (Cantico de las
Ah· teiled cu¡(bùo, no obstante;
Cánticos).
este!;lnl'iùso tltuio de lo pasado podl'ia
Sen'ldor bueno i fiet, entra en el pl'''S~,i.:Jji' i t:~gal: a ser,e] oprobio .de
gozo del Sei10r (SaD 1\la[eo), que ¡¡acUe VUC:it¡'C pOrl'fíu.', Sl uo c::,,uvlCl'a consigpuede arl'Cbatal'te. (Suu J;.:rn).
nado C'e nuevo en Inli urehiYos cristla1 nosotros rogue:'c-Js pOI' Ciil! 2lmn,
Du~. Los fI[¡Bdes dl'l C,dvario
deben
'Pür:¡ue siem}re es un santo pe;·,,sr¡lIIfen
re]yY'¡' tUn Ci1 ;tlJ'·~,uns días fi los fu-
to roqarpor les Jn:ertos
(l\Iacab.);
peco
il",], ,!,'::uatilll]cr,
:
Haúia alti mu chas
espcl';,mos tambien que eliil rogar;! JJr" 'muj0res:
p)~que lie lev:mta 'la cruz conosotros, porque es una dulce cOUllanza ma en oti'O tiempo s.tngricnta, 1 clavan
que se nDS permite, así l.JOI' sa muerte
ep rl!..¡ {'\J3V'¡d \'cl'dugos,
con el cnerpo
como por su vida.
sr",IT. lCJ dd S"lvo,lol',
ci de su vlrjinal
Lloremos, si queremoa, ttoJ'''mos un: :-~sI'G';5.ia Ig;!C"h, j Hijas de Jerusalen,
poco por los muertos, pero no ea:!.:; IlOfan, pUl~ aun 1 subU con Jesus 11
los que no esperan en la resllrreccion! la cumbre dJINOS,l I ¡ \h:jel'es, en·u(Eccles). Este J"s(o ag¡-adó a Dus, . gnd el uHn¡Ír ~¡) l'o~tro, recibid i guartué amado por DiJS, quien le tra:iflgu- ,dad I'i iméÍ.ip.~1dI' sns divinos r¡¡sgos !
ró de entre los pecadores con Quienes j Ve,,:::'. h"ll hu·\.' los hombres rl'l1evivia. (SabiduI'Ía).
gf;,n:la i de¡,co" ~lend¡) a su SeilOr;
j Dichosos
aquellos,
diclwsJs
los : GcúltallSe los que fe lIor3n i solo apa'lnuertos r¡;;,cmoran en el Senet! (.!"¡¿U- recen 105 que le insultun!
¡ Desdicnacalipsis).
das de vosotras l;í no rerojeis i gUDl'dr.is
., para vosotras i para ellos Sil sangl'e, su
i' perdon, sml palabras, su testamento
EPÍLOGO.
" eterno!
¡ Ab, es pretÍso!
Es preciso cuando
consigne la historia las grandes borl'%cas, los espantosos síntomas de
DIez i ocho siglos ha que esta scnci-: nu~stra ép~ca! que aüada ~ la s~rie ~e
lia palabra cay6 de la inspirada pluma I caa,a uon. 1 (le. toda~: pero, I habza
de un historiador, f el mundo entero la! all¡ mucnas mUJeres!
repite desde hace die~ í och{) siglos con I ¡ ({ Habia 6tH, muehas tilujeres,uR cufe f con respeto; 1 es desde en!6nces I ya voz i ejemplo bi~o penitencia Niniun escudo ùonorlfico para la debilidad Ive, i lloró sus pec¡:>,dos.
de la mujer, una espel'atlza i un ausilio i aH:;¡bia alti muchas m7tjel'e$ que.
para los desalientos del nlma.
Ii mandando Cil nombre de Jesus a las
Rabia allí mnchas mujeres.
(SAN
ENTREGA
28.
MATEO),
IHBL lOt' Ife A L l T E I( A 1\ 1 A.
~~...,encrespadas
••..
olas,
-~.~ ...
ovtenian una gran
éabna.
«Rabia alti muchas mt~¡eres que,
armadas con su debilidad, confundie·
ron a los sabios i supieron vencel' a los
fuertes.
«Rabia allí muchas muJeres que
oraban, I a cuya. vista se detenia el in
telijente instrumento de la cólera divina, el rayo pronto a estallar.
«(Rabia alti nwchas llw,Úes que
obraban, I con esta ¡l.('cion pèrseverante, Injertando jeneraciones cristianas a
las jeneraciones escépticas, renovaban
la faz del mundo.
«Habia a!tí muchas muJeres cuyos
ojos se fijaban invarIahlemente, ('¡¡me dio de la confusioll jt'ner;¡!, en la e,;tI'Clia polar de la fe, miéntras que se la
most,'aba al pueblo su mano.
«Babia allí muchas mujeres que 1'1'coilel'On al pié de la cruz la sangre que
redimió ai muuùo, i élplicándola fi Jas
llagas envegenadas
de la sociedad, la
èuraron.)}
Es preciso que recordando en su edad
avanzada cada miembro de In jcncraclan actual los peligl'Os de su jnventud
lia Influencia protectora qlle la gJi'antiza, esclame lleno de l'ecollociruícntu:
Ah! i habia allí muchas mu;eres!
«(Rabia alli muchas mujeres, i su
viva fe penetl'aba mi ¡¡lma eu despecho
de mi mísmo, i el encanto de su, esperanzas me arrastraba
sin saberlo, í
el ardol' de su caridall derretía mi 1.'0razon apesar de sus resistencias.
aRabia alli muchas mujeres: una
madre cuyas leccioncs, ejemplos Irecuerdos instruían, conn¡ovi¡¡n í servian,
de ~uía: una hermana cuya amistad
aconsejaba, animaba i eomoklba;
una
mujer cuya :\dhesion ilustraba el espí•'¡tu gan.~~do el corazon, una hiia cuya
prudellte virtud allanaba los obstáculos
1disipaba las preocupaciones.
a.Rabia alti muchas mu)eres. lIa je
nerosidad de sus sacrificios, la ínfatigable asíduidad de su amor. la serena'
alegria de su alma, 18 inalterable ioduljencl¡¡ de 8U piedad, la elevada prudenêitl de su celo, me enlazaban como con
una red para lIevarme a las playas ben,
ditas de la reliJion.
«llaNa alti muchas mlt'eres. i todas
servian a UII mismo duèÍio. bajo una
misma bandera. con un mismo amor;
I todas eran fuertes porque estaban
unidas, m¡éntras que nosotros, aislados
en nuestros íntereses egoistas. éramos
todos déhiles
Pero ellas triunfaban
para libertamos, i eran para nosotros
los dias de Jas derrotas jornadas de sal,'acion.))
Es preciso que en tI último dia esclame con rabia viendo ocupado su lugaI' en el cicJo, Satamis, cuya insaciable C:ldida no puede satisfacerse,
cuyo
odio "rnbkioso enC'uentra sobrado pallllPi\o aun ei nÚmero de sus vÍetirnas :
,: haóia al[¡' muchas mu eres!
' (dJaóia allí muchas mltjeres, í con
la cruz en la mano, espada tan temible
('omo lil del Al'eá::jùl, estaban a la entí'i1da de lilS familias
i de los corazones
para II.1T1Zlll'm(> dl' ella siu compasioll.
(dlabi:t alti muchas mujeres, que
esforzándose en hllcn' a los hombres
como dioses, í de a~'emejarse a dioses
tambien con la an.;elicnl pureza de su
vida, no l'cspancJian, sinelJlbargo, uunca a mis ¡¡taqoes, sino con este grito
terrible: ,j Quién es semejante a Dios~
(dJabia ulli muchas mueres, i, no
obstante, desdeñ~lnd() el fl'uto ofrecido
por In serpiente, lé¡os de presentárselo
a sns maridos. lo ocultaban con cuidado ¡ lo Drrojabnn con berror.
a l1abÙt aUi mucJ¡a,~ mujeres para
destruir lo que yo edificdùa, para reconstruir lo que yo demolía, triunfan¡ do su paciente
i resignada accion de mis
furores i de mis Ul'diles.
((Babia allí muchas mujeres que,
siguiendo ni I las huellas de su reina,
marchaball,qucbrantândome
la cabeza •
«llabia alli mut/las mujel'es, lestas
mujeres no vivian solamente de pan,
:sino mas bien de las palabras que salian de la úoea de Dias. Asi, par mas
I que yo les mostraba los reinos de este
mundo l'odeados de pompa ide glorz'a,
pOI' mas que les promeNa estas cosas si
me adoraban, solo obtenla insultantes
repulsas, despues de las cuales, obliga-
LA
M Ul ER
do a retirarme, veía a los Únjetes venir!
a sel'víl'las.
CIHSTIANA.
(<líabia alti muchas lmljo'es ocupa- I
das en adornar ai hombre ocu!to en Sl~
corazon, Con detrimento·· m;g,no del
hombre e~teriol', l, !lO ch,bnte, caotívaban los corilzones i me los quituban
para Ilevárselos a Dios.
¡
«Babia. aU! m¡¡:;has mt~,'eres que me
.quitaban a sus padre::;, a sus bi,jflS, a EUS
esposos i a sus hermano5,
porque crc,
grande su fe i les l¡aùia sido hecilO
segun ellas de,~e(!b(in"
«(Rabia alti muchas mu'ercs d~díca·
das a semb¡'ur el buen :!I',;UO t>u terrcDOS nuevos.
ml1C¡';,~
DO encontrao(\
ni una
pU8¡'~¿1P¡Hi.l
alt' muchas ¡n¡:jercs
qee
predica[hj]
((Haóia aUi muchas mujeres, [ eran
p;..¡'a el mundJ los diez justos de que
clJrecia Sodoma •
(l !Jabia att: l/1uchas muJeres
cuya~
eraciou('s i lágl'imas,
cl~v~udose hast~
el cielo, fOïmaroD un vclo impenetrable
cutre
mi trueno
i !a tierra.
((Habia aU'- muchas mujeres, 1 cuando r.:1!S mil'ddas irrit?odas desc~ndian
b blancura
d'e su iuo-
cr'¡psaba Il los culpables.
((Habla all' muchrJs In¡/,.eres llorando en la sc,mbra, sufl'iendo en silencio,
tl\¡iJ?,jnndo en secreto;
i Yo, a quien
no.·:;,¡ está oculto, era aplncl\c1o P<fl' es i.¡; iógi'iml\s, i recompensaba
estos tl"aC81Wi¡¡
i¡¡-
una cruzada COl1tl'~ mí, ¡ YI) UD [Jodiù
resistir, porque cm su grF;o de g.Jet'.-a;,
': Dios lo quiere /))
Es preciso. fiualmen[r, qne en este
mismo dia postrero, rC';C:~D<:O Dills n
los hombres su conrJu~ta j ciU:; m,scl'Ícardias, pueda tambko decil'ics:
((Si
be detenido la veügallza de mi br;;zo en
estos tiempos de pl'evnricaeioíl
e impie.
dad, ha siûoporque i habi~t aU· ?IW-.
gl'?Chllos.
.,\)h,·(' el Inundo,
rr~¡;¡~'I'I"; OUt: ve-
¡aban como maùres alí'cdd~l' 'de las
almas novicias;
i yo, clll'nligo SIlj'O,
troducirme, ni un instaute S!.i'lier ..! pni'a
IllDzarles una poc~ de ZiZ-.;l1.
(cHabia alti mucha;; mueres, í cuan·
do yo habia hc!'Íc1o d8 YÚrlign n 5l1cicdades enteras, curmdo las pOet~íBS, como en otro tiempo a aCj'Jel:QS puereos
de que habla el Evanjclio, pr:ra eUI'Íarlos a preeipitar.ic cn el nb',lnr¡, rcfundian estas saciec1;¡deo CGrrc;'1.);d:\,~.
mal"cándolas con el spllli divil10 (Ir: 111 fe.
((Habia alti muches mt¡jercs, i cUlln
do, creyendo t(J~ar ¡d térm:Dll de l,,;
ambicion, me intitl'hbu Frincipe de
este mundo, me quitaDP;¡ mis m"" ber
mosas cOllquisti19, hcei~¡¡,do E31i1' dtl la
tierra lrjiol1cs p:Jra ciJm~ntirme, i lauzándome a los inH",'n'J3 cou las rCótos
ùe mis espCl'an;¡,nli i ¡Je mi trù[¡ù.
«¡ Verg~,el1Z? ¡ l11"iC;iduu]
l";r'abia
((!Iabla allí muchas mu":ere~ ~cupa<1cumulal', para hombl'cs indignos del pau de sus bijos, tas migajas
que calan de mi mesa, i esta caridad
sac"ba del sepulcro lu fa de estos des-
I das en
b3in,
i est'JS padecimientos.
((Había alli muchas mu~'el'es, i perdoué a los hUD?bres pUl' temor de herir.
11:5 El ellas.
((J'labic! alU mudas
Jnn,'eres cuya
V¡cld blllllnba en mi nombre, convertia
h:ícia M.i i /¡abia demasiado ¡úbilo e~
.
el cielo paoa que pudiera desÙudcr
el
rayo,
al!aúia alli muchas mujeres, ¡sus
I¡impnl'll$,
siempre
lucieudo,
rcanlm;wdo 11 las nndol1l~s dormidas en la
sambm de la r~H1erte, In5 iluminaban
con ¡as puras luces de In fe :
llForljU1J,
lU Vii iu Úrxíul(J, eu vel'dad. sucdia
con lus Ilucíones lo que
'cou
lus
hdivi,duos;
las que creian,
eran salvas.»
Ah 1 'rudo ('sto se dirá un dia,
si
. h ,¡ ahora enti"C llo~()trasmuehns
mujcres de buena voluntnd, muchas mu
jpres de udhesion i de fe, mucbas mujCI'CS fuertes
i auimosas, o, para de .•
ciflo con Ulla palabra, muchas mujeres
Santas.
((UiJa sac\eJad
que produce
Santo5 est:'! marcaùll, dice Bossuet, con
el sigilO ;nf"líbledc
la l'ejcbcftiCiOh.l) .
chas mu ¡eres!
\; luch esta se dirá un dia, si quere«Sí, ¡iabia alti m¡~cTtas m¡~"eres que·, ml1s. 1 ,: no ycmos ya dil'Îjirse miraamaban mucho, i en f¡¡vor de las cua - d;,s ansiosas de todas pal'tes, suplicán-:
les be perdon'ldo yo mucho.
ùonos que no nos losurreceiol)emoll
~ 1 n LlO TE € A LIT E 1\ A fil A •
: l)()sicion que os ba creado la relijion *
contra los misel'Íconliosos
pensamieni la desgracia?
¡, Comprendeis
que
tos de Dios ~ ((Echemos Ulla ojcada en :,
torno nuestro, esclama J'Ii. Cárlos de colocadas así al pié de la Cruz, CIlla
cima del Ca!val'Ío, al elevar los homSaint Foix con cierla especie de ho·
rror i de esplmmza; ¿qué sucede en· bres los ojos háeia la santa montaña,
tre nosotros 'r ¡, Dónde l:stà la fe que los didjen tambíen sobre vosotras 1
conserva a los pueblos, Iil espel'1lnzu
i Con,prcmJeis qne las llamas de la pique los vivifica i la caridad que los Iln- rH encendida con vuestra chispa de fe
ce gloriosos'? ¿ Dónde está la idea. la atraigan JilS miradas sobre vosotras, e
caridad que los IW.ce f!loriosüs '1 ¡, Dón
ilumiílcn .vocstl'ít vida de tal suerte que
de está la idea HlDta i ff.f.'UDrJa que vino parezc,1 en ella uua mancha el polvo
a traer Cl'isto al muado;'
l, D:)¡¡de es· mas leyc? Cnmprendëis,
finalmente,
tá el V(!rbo de saivacion i d·" vid:¡ ? ;No qlle todos los desdichados que son morha sido crucificado lHkramente?
.'.r\o ¡)íd"s [lOI' .!f¡S serpientes del naturalísmo
se halla aun en el sep¡¡!c¡'o? Los h:¡ffi· j del sensualismo, esperen que les moshl'CS, aqucllos mismos
qut' pOi' SlI posi· treis l'sa OWl serpiente de bronce a cucioo deberino ddcnckr!e, ¿, ¡w lJiw huiyo lado os eneontrais vosotrns, í sin la
do la lUayor parle romo ¡\Ii) a )(¡~t(l,('" " cual ffiorirÚ¡¡ eUos?
¿ Qué ha qucdado a hs P:Ó3 cie la (>'uz
E:icllchad. e,cl.lchad:
Todos los séo de su 8epulcro? IrílljHeS i alguúos
res/imen. Oid la voz de la sociedad
hombres de lJaturaleza tierna, duiee í desfallecida,
quo os gl'ita: Tengo sed;
cOlltemplativil, como S~ll Ju¡;n, el dis- ]a voz de Jesucristo moribundo,
que
cípulo querido de Cd~;to.)) J nùnde:
os dice: Î Pongo mi causa en vuestras
('(Las mujeres son las que conservan en· I manos! Ah! No preseuteis a la pritrc nosotros la chispa de vida en que rnem voz la hiel de la incredulidad,
la
podrá tal vez uu dia eDcendelS~ nuestra
bebida tibia i repugnante de la indifegloria.D
rencia, Ah! No añadllis el dolor de
una repulsa Df:gativa LIlos tormentos de
Ah! A vosotras pcrtencC0, mujeres
la s('g¡~nda.
cristianas, Inrrnr este ùailll'OliO tal vez,
Decís que teneis miedo i que vuesLa chispa de vida que l'OIISen'i\;S basta ¡
tras fuerzas SaD inferiores a esta empara producir
un ir.mr::5o incendio.
Pero en ma~el'Í;l de Ill'íiJi(lEl. todo está, prc6U; pero i. acaso os hallais solas?
¡, No Iwi a vuestro lado, a los piés de la
fl'io en torno uucstl'O;
se ¡)[lila el tcrmómet¡'ll relij¡oso
tan b(l}() l'd'O, corn o Cruz tambieo, á(guieil que os aconseje,
que os dé ejemplo, que os apoye?
ha dicho un célebl'e OIi'.QOï (Donoso
Cortés), que 110 b2,,(a ,Icercn/' vuestra
chispa a ews combustibles
lWlcldc.s;
es
II'
La incredulid~d moderna dice con
preciso ademas secar,
aUz"l',
5vp:;¡r,
j'
aire
despreeilltivo:
"El catolicismo
es la
no os desanimeís si vienen a eunpgrere)ilion ue 125 mll.ere,~;» per:), en cierto
cel' nuevamente
(tl~llnas golas de llusentido, este sarcasmo de mal gusto, o mas
via la leña muerta que principiaba a . 11ien e!'ta estÚpida blasfemia.
encierra
una gra ti verrl8d, ¡¡(orque el catolicismo es,
encenderse.
Vosotras podeis S('I' uni) ememacioll
de este soplo divino qne 1\~nnimó Pli
otro tiempo, a fa voz Jel PrGf(~tl1, J¡¡s
osamentas disecadas de los ü1uertos. i
volviéndolas a Iii vid·l. Tilm¡;[,èl1 P'I1'~
den volver a la vPI'daderfl li'xisl:eneia
las intelljeocias dormidas en el sepulcro de la indiferencia;
aniqullaus sí es
preciso, pero resucitadlas.
Oh 1 ¿ Gomprendeis ahora la elevada
eu eÍc2eto, 1.1 Única relijioil amiga i protector;¡ ¡Je la mujer, la única relijion que
hay¡¡ aproveehJdo de una m:mera particular a lils muieres.
El catolicismo
solo ha
redimido al hombre de \lna espcl:îe de es·
cl:wi'ud, la esclavitud del peaalo; pe.
1'0 eil C¡¡puto a vosotras, mUJeres, os ha
redimido de dos especies de esclavitud:
la fsc(avi[ud del pecado i la e$clavitud
no menes horrible del hombre, colocáu·
dous bajo la proteccion inmediata de Dios.
(Ventura: La Mujer católica).
LA.
MU3BR
ORISTIANA.
mias,hai allí muchas mu - I
pero Ulla eS-1
pecir.lmente, la jlujer por excelencill,:
tipo i modelo de las dernrcs. está allí en i
plé, para que podamos todas nosotras I
veria 1 seguirla. S¡gámosla, pues, i no
tengamos ya mierjo; pero hagamos
Hermanas
221
en Dios, instruida por los ejemplos de
Jesucristo, i dil'i,iida por ~1g illspiracioues de Nuestra Seilara, a,canza prodijíOS03 efectos,
porque posee un poder
maravilloso.
Ellt¡)nccs, los testigos de su trabajo
los eOlltemp'an con admiracion, pregun·
todo lo quo nos diga.
tándClse al ver estüs magníficos tl'iuul'os,
((1\'0 hai Una pOijicioD ni una circuns. ' i. cómo se ha hecho tan fuerte el sexo
tancia de su vida en que la mujer no débil '? j Cómo Ee ha convertido el plopueda mirer a María j aprender algo ma vil ~D oro puro? ¿ Cómo el prínde ella' ¿ Es m:HJre " Que contemple,
eipe del mundo, tiln acostumbmdo a
pues, a M,sia llevando a su Hijo en sus tt'j¡;nf,H', se ba dejado derrotar pOr una
brazos; que admire en 511 celeste mimujl:r ~ 1 soportan la imprcsion que se
rada i eu sus fv.ccioncs los santos júbisie¡¡te {'il medio de los jigaIltescos molos Ge la maternidad, i que se atreva Il Dl.lP-¡Ciltos de la piedad de otra época;
decir, despues ùe esto, quo no tiene ul- i dicen. como hemos dicho llosotros
go auguslo i ~agrado el título de matnmbien al ver las bllsílicas de la Edad
dre, i a~l'évase a espantarse o ailijirse
i11edia:
(f '. Qué
fuerza desconocida,
de los dolores de qua es fuente i oríjen
qué increible potestad ha podido causar
este glorioso tf~1J10. Que oigl-\ COD un semej~n¡rs resultados 7»
santo resp~to las palabres del ¡mciano
l, efectivamente;
la misma fuerza
Simeo1 ft la madre de Jesus, cuando le, bn. presidido allí que aquí, el mismo
presentó a su Hijo en el templo. Una: pellsamiento ha fecundizado, la misma
espada de dolor, je dijo, tl'aspa~ará pJ:anca ha servido para trasladar las
~uestra alma, i ella se glorificará cou píedms de estos diversos edificios;
de
los padecimientos que causa en la suya estos templos cuya grandiosa majestad
la daga del amor malerna!.») lCárlo:; de nos sorprende, i de esas reeonstruccioSaint-Foix:
Horas sérias de una jó- nes morales cuya inesperada conclusion
ven esposa).
reanimíl nuestro valor.
¿ Es, por lo contrario,
v!rjen1 Que
La fe es la que, reuniendo a nues,
siga paso a paso esa vida de oracion i tres p~cll'es en un mismo pensamiento,
de silencio en el templo, de caridud, de les chbll riquezas i brazos, valor i perpacie~cia i de valor en el mu::do, i que scverol1cia. La iospiracion de la fe era
se atreva, despues de esto, a rl1bol'Ízars~ la que creaba el jenio, ilustraba su
de la hum:ld¡¡d ¡Je ~u posicion social, i 19-1Iorr,;¡cia i rr¡¡lizr,l1f\ con sus tr~bajos
que Sr; àti0vu n HUrn3.i3C o creerse C~Ûi"" ia póialu ti ùe Je~u.l.,;d~Lu ~ Las ¡;t~$Jna:;
denada a lIeval' unr. vida inÚtil. Que·! piedras hablaban.
oiga cou uu SB:Jto respeto las casts.s i I La fe es tam bien la que concentra i
tímidas respuestJs de Maria al enviado
mme las facultades de la mujer en uoa
del Señor; que medite sobre su vacila - ,; sola idea de rejenerncion i de [HOpacion en accpt¡¡l' los pl'ivileJíos de lû ma- ¡ gnuùa. La fe es la que presta riquezas
ternièad divina, a co:,ta de tener que de adbcjion i de salJíduría, alas i braabandonar el: privlleiio vírjinal. 1 S3 zos, yaior i pel'severancia. POI' la insenvanecerá de su aislamiento o de sus: píracion de la fe es como trasforma las
combates. i estrecha\á sobre su coramisma,~ piedras en hi"os de Abraham,
zan, amorosamente, la flor sin maucha I i como re<:líZB, para las almas que ~,e Je
de 8U jal'~íù emado.
han entregndo, esta palabra.de J,e~u~r1s.
L'I: mUJ'.'l' no es nada entregada a sus ta; Creed :JOlamente i eUas '/Jt'tnran.
propias fuerzas como a su propio con«POI' mas que bagais, csclamaba
sejo: cuanto mayor es su misioo, mas Horacio, en medio de Jas deleites de su
la abruma; cuanto mas debe realizar el siglo i de su pueblo, no os libr~reis d~
bien, mas obra el mal. Pero apoyada
grandes desgracias:
Roma est(~ arrm·
jeres, sio duda alguna;
1\
I
1
I
222
fi 1 B t lOTS
Q, ALI
nada, porque están en ella corrompidas las tn?¡,jeres." Gracias Il Dios no
est:lmos en este caso:
i tellemos mns
de un moti~o de csperallzn. <cPÛl' mas
que hagais, podemos dedr él los que
especul¡¡n con uuestrll próxima ruina,
110 nos halla~os
arruinados,
¡¡Uti eu
medio de estas grandes desgracias,p()l'que no están a¡Hl cOlTompidas las mujeres.»
Ah 1 los enemigos
nuestros i de la
fe saben bien a quién dídjírse
para
minar la uoa i estiuguil'
la otra. Oíd
Jas doctrinas de las escuelas sociales, fi·
losóficas i heréticos
modernas;
oid
las promesas que hacen a las Ulujeres,
sus contínuils diatribas contra el illjUSto monopolio del hombro, su teona de
emancipacían;
i ved SObi'C todo fns
escandalosas aplicaciones
de sus principios. Si; si prevalecen
¡¡lguna vez,
nos veremos arruinaùos,
PO[(IU~ estarán corrompidas
las mujeres, i el sexo
débil tiene uoa fuerzil deplorable COllt¡'¡¡
la Virtud del hombre;
pe¡'o no prevaJecerán, pues me lo garantizila dos se-'
ilales con las que nunca se ha mostrado la mujer corrompjda:
la cêll'idad i
la oracion j ¡nuestras
mujeres orga·.
nizan por todl1s partes ¡¡sociaCÎooes de
caridad, i llenan las iglesias, j sostienen
el culto.
I Oh hermanas
mias! no miremos
hácia atras;
pero al marchar <ldelunte,
i siempre adelante,
digamos atrevidameute:
Quien quiera que tenga el ce-lo de la lei, que nos siga. (Macnbc9s).
No creo, en efecto, que uo católico
sincero e intelijente, no digo fervoroso
e inStl'uido, pueda dejar de sentirse devarado porlln deseo dCjll'op¡¡ganda q\le,
dominando sus demas deseos, dirije su
vida entera.
Este celo sagrado es para
él el cumplimiento de la lei en sus mas
puras í en sus mas eJe\'adas prescrip - ..1
ciones. El cnmplimiento
de este pl'e-,
cepto, el mayor de todos:
Amad a I
con toda vuestra alma, con todo vuestro entendimiento i todas vuestrasfuel'.l>as,. í el cumplimieoto de es-
DlQS
te otro que l'a es semejaute:
Amad a
vuestro prójimo como a vosotros mismos por el amor de Dios.
T B 1\A 8. 1 A •
No hai duda que este católico, esta
mujer, en su campaña
contra la dife
rrocia del siglo a los escándalos
del
mundo, no encontrará
siempre laureles
que cojer.
Esperimentará
descalabros
uolol'Osos, llorará defecciones,
Í1'á a es·
trechar sus esfuerzos contra obstáculos
insuperables;
pues solo a esta costa Sil
realiza la obra de Dios. POI' otra parte,
muchas veces le harán sus limitadas
miras solicit,u favorcs guele
rehusará
Dios pOI' miser¡cordia;
a veces le har<Ín caminar háciu un fin a que no le
pCI'IlJitía í1e¿ar la Sil!Jidui'ía divina:
i es tan escasn aun ln ciencia i la pro·
! fesia que tenemos en el mundo!
(San
Pablo).
Pero muchas veces tambien
permanecel'a Dios sordo a sus votos pa,
ra dejar brillar su esperanza i su cons •..
tanria;
se ocultará pal'a ejercitar su
fe, i procurará a su virtud duras pruehas par'u espel'imentarla.
Este es el
jJro(:rnma obligado de nuestra ascension
háe'j'a E!, i despues de todo, debemos
subir al Calvado ántes de subir al Thá·
DOl'; no se corre a él, no se va a él, se
sube a él, dice Bossuet, padeciendo {
lievando su CrUZ.
No sé si os ha causado sensacion al
leer el Evanjelio este inconcebible pasa·
je: JeSZts se retiró a la montaña i
pasó.en ella la noche rogando a Dios.
Llcy'ado el dia, !tiza venir a sus dis6PltlOS, i eli.iió a doce de ellos, a
quienes llamó Apóstoles. Siguen los
nombres de los doce, terminando asi ;
1 JÚdas Iscariote fue el qlle le vendió.
(San JÚdas). En cuanto a mí, puedo
decil' que este pasaje me confunde.
¿ No os parece, en efecto, que se equlVO(~óJesucristo en esta leceion, apesal'
de las grandes precauciones que tomaba
para elejh' bien? ¿ 1 no os ocurre a
primera vista dudal' sobre su ~abiduría
¡Sll presencia, tan perfectamente consignadJs por otra pal'te en el Evanjelio? ¿ No decis, a Jo méuos, dentro de
vosotras mismas,
como pal'a acallar
vuestras interiores
repulsiones:
cuán
impenetrables son los juicios de Dios 1
1 t(~miendo llevar sobrado léjos la temel'idad de vuestms reflexiones,
¿ no
pasais rápidamente sobre estos versl-
LA
MUJER
CRISTIANA.
'..--_.'-_'-,.'",.r-,. -
~2~;
'""-f.-+~,..-.
'--r- ...........•
culos como sobre un pensamiento con-: pleal'nos en su obra;
rC¡¡OCI emonos
trario a la fe '! A,sí lo he hecho yo, i: tnmui0n con esta esperanza (San Padespues me ha dicho la espel'iencia que
bio). por mucho que se [lOS dilate la
no había hecho bien.,
rCI~Ompen,(l, por lejano qlle aparezca su
Oh 1 meditad, pOI' fa contrario,
es- lobJeto. Mil [¡¡jas son coma Un dia en
tos versiculos. P"Oflllldizad para dcsclI' : presencb de la eterDidad, i habiendo
brir el manantial.
I'Omped la cDscnra sonado una vez e,ta !lora, ¿ qué terán
para carneros la almendra,
penetrad el pal'a nosotros Ills tdstezas daln vida o
testo sagrado, i gustad sus frutos ocul
Jas n¡;gmtias del tiempo;' ({Pacicncia
tos.
en iD presente, ('únHanza en el pon'ePor todas pArtes, en efecto, pero esnir, nos dice Utla voz amiga: toiles son
pecialmente en los padecimientos i hs
los dos sl'ntimíentos que nos cOlivienen
decepciones, quiere Jesucristo ser nuesa nDsotros que deuemos haber aprenditl'O modelo:
por todas partes, pero do a de,precial' el prfsente i a dirijir
nquí, sobre todo, quiere que, contemtodas I1lll'stl'CS esperanz~s hácia el pOI'piando su vida, estemos S?gUfOS de !n- ,ven','," (Cildos
de Saint-Foix:
El
llar en ello un alivio i un cOIFPjO. ¡,si, Cristiano en el mundo;.
cuando despues de baner trabnjado pOI'
l\InjfTts calólici\s,
este es el SeJlor,
la buena causa no rccojeis nad,,1 j .:uaoi el Único verdndero Señor a quien. sardo desconsolada por inútiles fatigas os vis. ¡San Pabio), Pues bien; El es
sentis dispuesta a murmurar
contra ¡ 'fiel a su palabra, i habiénùoos proDios, deteneos en la lectura de este: metido mucho, os dará verdaderamente
pasaje, porque ya veis que no perdonó
mucr,o. Pero, ¿ 1)[1 habeis crutraido
tampoco a su propio Diju. (San Pavosotras temblen, repito, empeiJos con
blo).
El r ¿ O es qae solo vosotras tendríais
Retírase Jesus al monte doude pasa el derecbo de serie infiales? Oh I dola noche orando lÍntes de seÏlalur' las mine todas vuestras acciones un 81'piedras fundamentales
lie su Iglesia; ~:diente pensamiento
de propagauda;
despues, de entre la multitud que le si-. enardezca vuestros coraZor;¡·s un celo
gue, elijo cuidadosamente
solo doce profundo, uuimeos el valor de la fe, í
personas. 1 entre estas doce se halla ¡ acompaiJeos la constallcia misma de los
Júdas Iscariote, qlte fué quien le ven-' mártires.
dió; i en~re estos, .doce, distinguidos
Id: la mies es abundante, 1Jerohaï
por la snb¡duria dlVllla, se encuentra
pocos o7Jerarios' rogad III dueJl0 de
un malvado, un apóstata, un traidor,
la casa' que envt~ opcJ'arios a su 1nies.
un ~jjo, uu servjdord~l diablo.,
E,
No tenemos verdaderamente
dere-,
>1, ruan
. v~s[\tr~s. os env,a como
cho de quejaruos, puesto que no pone- ,. corderos en medw de los lobos.
mas los mismos cuidados para cumplir'
No lleveis ni bolsillo, ni alforjas,
nuestra mision, i no hemos esperimen'ni zapatos, i no saludeis a nadie por
tado nunca tan clucles decepciones.
I el camino, si no es para conducirle al
Pero si se nos pl'ohibe murmurar,
se dueJ1o.
nos permite ménos todavía desespel'arCuando entreis en cualquier ca,~a,
nos. Esta eleccion tan desgraciada, es. ,decid primeramente:
sea la pa:; en
ta piedra que fallando en los cimientqs : esta casa.
parecia que debia ocasionar la ruina del
1 si se encuentra en ella algun, hiJo
edificio, ya hemos visto si perjudicó a de pa;;;,reposará sobre él V'!testrapaz;
susolidez; ya vemos si esa Iglesia, a la si no, volverá sobre vosotros.
que fué arrancada, teme los choques de
Curad a los anfermosidecidles
: el
las potestades o llun el di;) las puertas
rfhw de Dios está próximo a vosotros.
del infierno.
(San Lúcas).
II
i
el)
Esperemos, pues, contra toda esperal!.za
(Génesis),
si quiere
Dios em-
"
"
;
Dad gratuitamente lo que kayais
f'ecibido gratuitamente (San Mateo), i
B I B L 10 T -eO.\
L 1 'T B B A IH .{.
- - -- --- -- - - - - - - - - -- - - -- - - - - .- --- - - ---- -- -- ---- ..- - - - - - - - ----- - -- --- - - -- - - - - ~-- - - - - - - - - -- - -- ---
Ii
II
no .tengais, sobre todo, la verdad cau~ de fe, decid con el Profeta: Me sirvió
tlva. (Sun Pablo).
felizmente la suerte;
mi herencia es la
Quedarán sujetos a vosotras los mejor. (Salmo).
mismos demonios por la virtud, del ¡
nombre de Jesus.'
l'eneis el poder de hollar a los piés!
Apesar del anónimo, * solo me atrelas serpientes i los escorpiones. i toda i!:o a dal' a Juz esta obra, en verdad mui
la potestad del cwmigo. i nada podrá Incompleta, eDil el I'ubor en la frente;
perjudicaros. (San Lúeas).
pero he creido, i por eso be bablado.
l, no obstante, no es este vuestro
Ai r l~os que no creen hablan s!Jbragran motivo de gozo, Regoeíjaos, fit'Îes do alto; i por qué, pues, no ha de
servidores;
vuestros nombres serón unirse la lejiotl de los Noyentes para
escritos en los cielos. (S~n LÚens). Re- lanzar un grito de guerra? La mujer
gocijaos tambíell,
servidores ce!ows,
misma del soldado puede unir su voz a
porque os será permitid() tr1lZ3l' otros los e/amores del ejército, acrecentarlos i
muchos nombres aliado de las vuestros,
contl'ibuil' al efecto jeneral.
i sCl'á grande la alegría allí donde es ya
Espero que perdonen mis lectoras la
ocasion de una fiesta JCDeral la vuelta temeridad de mi empresa;
pero conde un solo pecador.
fío en obra¡' de concierto con elias i en
Hijas de là :promesa, vosotr1lS a quie
COlTel'al mismo fin, en enlazar nuestros
nes se confió esta elevada mision i a brazos, unÍL' nuestras voces i nuestros
quienes espera esta noble recompensa,
corazones, I desde aquí bajo, conc\>I'·
dad gracias a Dios por haberos hecho des en la unidad, en marchar juntas
lo que,sois; no tengais celos del poder a la eterna u/lion.
del hombre;
no ambicioneis ni sus
Al dejaras, hermanas mías, os deseo
trabajos ni sus honores;' rendid gloria a todas la gracia de Jesucristo, Señor
a vuestro Padre. Señor (kt cieló i de Nuestro, el amor de Dios ¡las comuníla tierra, porque ocultando tantas cosas caciones del Espíritu Santo. (San Paa los sabios i a los prudentes, las reve- blo, 2." Cor, cap. XIII, V. 13).
16 a los pequeños (San J;.úcas) como
* Alude eon estas palahras la autora de
vosotras.
Escojidas por El como las
flechas ocultas en su carcax (Is¡¡ías), esta obra a la circunstancia de haberla firmado solamente con Jas iniciales de su
toeais sin herirlcs a aquellos contra
nombre. En la traduccion 110 hemos esquienes os lanza, o curais la mhma
cfllpnlizado revelar este, por haberlo ya
herida, si la causais alguna vez, Decid, p.ublicado la autora en otras obras poste·
pues, penetradas de reconocimiento i rlOres.
(N. del T).
il
II
FIN
DE
LA
OBRA.
INDICE
DE LOS CAPITULOS
QUE CONTIENE
ESTA OBRA .
••••••
Advertencia
del traductor .• ~
Aprobaciones.
Prólogo
•
Introduccion
n
h
Nj.
3
Páj.
sus hijos la franqueza i la recti_
tud. Valor que debe tener una
madre para cumplir su mision.
Debe infundirles las virtudes con
su ejemplo. Conducta de una madre con sus hijos cuando es el
padre incrédulo_o.
34
13 V. Modo de preparar una madre a
su hija para ia confesion, i de
enseñarla a practicarla
digna13
monte __ -'
39
4
6
7
PARTE PRIMERA.
C.l.FtrULO
l.-Primera infancia.----
1. '!:
Con~eniencia de principiar la
educaclOn desde la niñez.
_
II. o basta la razon para dirij ir al
_ nmo; es necesaria la éducacion.
lU. La eduaac;on debe procurarse
<le modo que inspire al niño res·
peto, confianzlt i ternura. ReO'las
que deben tenerse presentes °se_
gun la diversidad de caractéres
de cada nno.
_
!~
00_
14
(,.l.PITULO
n.-Edad dela razon.---
.1.0 i
I
-
-
-.--
--
20
42
43
lll.-Adolescencia.o
46
_
48
1. Modo de preparar al adolescente
para que reciba dignamente
la
primera comunioo
_
48
C.l.PITULO
II.
22
25
una lUadre a.
"' Aunque la·autora solo forma el Indice de
materia~ de los ep.[grafe~ de los capl tul os, hemos crelda conveOlente Indicar el contenido de
ca~a pá.rrafo, para que puedan encontrarSe mas
fácllmente los puntos sobre que versan.
29.
---
Inconvenientes para la salnd
de los niños de sustituir
l'ecreos
estudiados a los ej eroicios corporales de la infancia ..
_
I
al niño a la.
obediencia, a la franqueza i a la
dulzura. Reglas sobre el modo de
dirijir la educacion a esta edad __ 25
II. ~eglas .para la educacion de los
hIJOS úmcos. ---- __ -_--27
III. M~~o de infundir la caridad a.
los mnos
30
ENTUQA
'-.
VIII.
19
l. Debe acostumbrarse
IV. Modo deenaeiiar
-
h_
_ni
IV.
Debe implorarse ante todo para
ella el ausilio de Dios.
_
V. No debe separar la madre de su
lado a su hijo para su educacion
e!llos primeros años. ImportanOla de la buena eleccion d'9 niñeras i de amistades para el niño ..
VI. No deben anticiparse los estudios e instruccion que se dé al
niño a las lll.ce& Dll~ll.l'llle& de su
edad. Respeto que debe guardarI se a los sentidos
del niño.
-
VI. Vijilancia de una madre sobre
las lecturas de sus hijas ...•
_
VII. Direccion di una madre res·
pecto del traje i de los recreos de
los niños. Deben ser adecuados a
su edad. Inconvenientes
de los
bailes de niños
.
Cómo debe emplearse el año de
la pri mera comunion
_
III. Preparacion para recibir el sa ..
cramento de la confirmacion __. _
IV. No debe darse a los adolescen·
tes una instruccion
prematura.
Reglas sobre la conducta
que
deben observar en la sociedad. __
V. Cuándo debe recurrirsc a la educacion pública o de eolejio, i
ouándo a la privada o de familia.
Reglas para la elecoion· de la!
ayas
o
_.
•
0
_
VI: Clases de colej.Îos maamapropósito para la educacion de los hijos. Importancia de la enseñanza
morali relijiosa
~h_
VII.
51
54
57
58
62
Límites de la educacion sobre
las artes de adorno .••__
.u.u.
68
INDICE.
Páj.
1. Influencia beneficiosa a perjudi.
cial de la educacion desde la niñez, i mas especialmente
en la
juventud, segun se halla a no dirijida por las creencias relijiosas.
Sociedades o reuniones que pueden o no frecuentar las jóvenes ...
II. Reglas i límites sobre su concurrencia a bailes, saraos i espectáculos
._
III. Importancia i modo de indu.
cirles a desterrar de sí la pereza
i la ociosidad
•
_
IV. Clase de lecturas que debe pero
mitirse a prohibirse a las jóvenes .
V. Hasta qué punto debe a no instruirse a las jóvenes sobre los
abusos i desórdenes sociales
_
VI. Medios para conocer la verda.
dera vocacion de las jóvenes, i
modo cómo debe procederse segun
fuere esta mundana a relijios3. _
VII. Cómo deben proceder las Ola·
dre cua~do advierten en su hija
una paslOn amorosll-.
_
VIII. Manera de proceder las madres en la eleceion de esposo para.
sus hijas
h
__
•
IX. Conducta de las madres
para
con sus hijas cuando viven clln
ellas despues de su matrimonio ..
CAPÍTULO
l.-La j6ven soltcra.
1. Precauciones que deben guardar.
se en la entrada i conducta en el
mundo. ,
,
.
II. Goces i veutajas
familia.
de la vida en
.
.
I
-'_ ••.
\o,;,¡,,-h
•__ -'-
__
.!lobre la voca·
__
1I.-Laj6ven esposa.---- 1~7
1. Ilusiones de los primeros años de
casada. Medios para no ser vic74
ma dc ellas. Manera de cumplir
con los deberes de csposa
. __ 127
79
II. L:l mujer debc tratar de perfee. cionar a su marido bajo el :lspee80 I
torelijioso.
132
. III. Debe predicar con su virtud i
buen ejemplo. Manera de amoldar
i conciliar sns gustos a los de su
85
esposo_._ .
.
.
134
o_o
IV. Modo de conducirse segun sea
su marido relijioso a irrelijioso,
88
violenta a pacifico, etc. Excileneia del matrimonio cristiano, segun Tertuliano __ .•.•
•
V.
Modo
de
cumplir
la
mujer
sus
93,
deberes, de dirijir su casa respecto de las personas a depcndientes.
95 ! Cuadro de una familia cristiana.
i VI. Dircccion a gobierno de la casa
eueuantoalascosas.
96 VII. Conducta que debc seguir en
sus relaciones con su madrc política cuando viva con ella
VIII. Cómo debe conducirse la mujer casada en sus relaciones con
1011
el mundo. Mision de la mujer en
la familia, conduciéndoIa a Dios.
Mision en el mundo, destruyen101
do su mala influencia i atrayéndole a Dios.
•.
109
IX. No debe arreglar sus hábitos a
I
Modo de vencer las preocupa·
ciones del mundo. No debe haber
retraimiento respecto de los actos
de piedad a presencia del mundo. 111
IV. Divcrsos caminos de la vida
que guian a los distintos est'ados
sociales. !lIaDera de elejir cada
uno
CAPITULO
71
Ill.
V. Consideraciones
oo •.
h
I
P AH.TE SEGUNDA.
Nj.
Clon rehJIosa. Reglas de prudencia para conocerla
117
VI. Reglas para conducirse debidamente en la vida social i en la
eleccion de eSpOBOn
119
VII. Inconvenientes
del celibato.
Modo de conducirse en tal estado. 124
•
71
CUIT1fLOIV.-Juventnd---------
-113
]40
146
150
153
156
los del mundo, sino reformar estos. Su conducta para reformar
el lujo. Debe estar en el mundo
i no Ber del mundo. l\1odo de conocer cuándo obra así a no.
160
X. Manera de conducirse para triun·
far en su lucha contra el espíritu del mundo: frecuencia da sa·
cramentos, oracion .. __ •••
•• 164
INDICE.
Pàj.
CA.PITULO
I
I1I.-Lamadre.--------
166 II. Ventajas de arrepentirse
I. Inconvenientes de encargar la ma·
dre a personas estrañas la educa·
cion de sus niños. Deben educar
a sus hijos conforme al Evanjelio. 166
II. Su deber de educar ellas mis·
mas a sus hijos, enseñándoles
primeramente a obedecer a Dios i
a sus padres.
171
III. N a deben dolerse de tener muchos hijos, sino amarles igual.
mente a todos. Ventajas
de las
familias numerosas .. _. __
IV, Conveniencia de ill5truir a los
hijos en los principios relijiosos,
ántes de dedicarles al estudio de
las ciencias naturales.
V. Importancia de estudiar las madres profundamente
la Helijion
cristiana para instruir en eUa a
sus hijos. Yentajns que lleva una
educacion sólida, relijiosa, a la
Hjera a superficial, con relacion a
los demas estudios a educacion
posterior. Debe hacerse agradable la casa a sus hijos para evitar
que busquen distracciones mundanas i conveniencia de estrechar
los lazos de la familia
-.
VI. Conveniencia de dar la segunda
educacion a los hijos en los establecimientos relijiosos.
"llH. En h rl(>~r;on ri", ~nr",r:l,debe dejar la madre libertad a su
bija, pero tratando de inclinarle
a la ménos peligrosa para el alma.
Influencia de la madre en el ánimo del padre
n
CJ.PITl::r.o
la 1'ida.
173
175
~
l. Desprecio con que trata 01 mundo
a las mujeres de esta edad que
siguen adorándole.
Respetos. i
consideraciones
que guarda el
mundo alas que no la freouentan.
Las mujeres de esta edad deben
entregarse
mas que nunca a la_
Relijion
de ha-
ber seguido al mundo.
196
III. l\Iodo de cumplir dignamente
su mision las mujeres de eata
edad, sirviendo de amparo, de
consejero i de guia i como de
ánjel custodio a los jóvenlls que
no Jo tienen. __ ..
197
IV. Beneficios que pueden difundir
las mujeres de esta edad en la
hu.
familia.
..._~_ .....
202:
.....
V. Deben ocuparse en 3U propia
perfeccion, i en hacer obras de
caridad i beneficencia.
Cortejo
entre Jas satisfacciones quo procura la juventud i las de esta
edad
.
~__ 205
CAPITULO
v.-La
ancianidad_----
_ 207
1. La anciana oristiana i piadosa se
ve rodeada i obsequiada. de $u familia, criados i amigos, a quienes
hace felices con sus oonsejos, siendo su amparo. Posicion deplorable de la mujer anciana. que es
frívola i ooqueta
~
179
185
187
lv.-La mujer al declinar
.
~
191
h
Pàj.
~()7
II. Causas por qué be atrae la anciana cristiana la estimacion jeneraI. Causas por qué labra su
deplorable posicion la anciana
frívola
'0
••
~ 210
III. Necesidad de vivir la anoiana
oristiana preparándose a una bue·
na muerte: Beneficios que produ·
ce sobre la familia la anciana
cristiana en sus últimos años
218
IV. Satisfaccion i dicha que e~perimenta la mujer oristiana en sus
últimos momentos al reoordar
que cumplió durante su vi~~ con
sus deberes. Consuelos i paz que
difunde en cuantos Ja.rodean.
Dulzuras i efusiones que EÍlIperime~ta al recibir dignamente 108 ,
últImos sacramentos
- 215
ANU,:NCIOS.
",.~~~~.-
.a.ut SVaTlDO
DB LIBB.OIl.::
WtW~ gn" ~JJll~~mJ~$@ ~ f
Ae~ba de llegar el m~ escoji~oi lujoso, •
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ala. Imprenta <I.~108 senores Nwolas P~n- , ' .••
,
ton i Co~pañia •.
I
de AntloqUla, Boyaca" Cauca
?e las muchas ~bras Importantes q~e
i Cur.dinamarca.
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I dl'
h
t d N'
'uientes~
ne
e5p~clo e_~ Imt'ren.a e 'l.
g
.colas Ponton 1 Compal1la, se reclben su~·
Ualltú.
História Univers~I, última
criciones a I(\s siguientes periódicos:
edicion, revisada por: el autor, 1 aumentaEL CAUCA, bello periódico Iiterariú
da con la Historil/- de los 100. años ...
que se publica en Popayan todas las serna·
JUisaIBomano.-Ultlma
edlClOnde nas. Valor del trimestm 80 centavos. Acatodo lujo .•.
'.
, ..
ban de llegar los nl¡merOS 1 a 3..
Do)'o,
Jeografla ulllversal, ultIma edlEL ALBUM, amena publicaOlon semacion.
nal, redactada en Medellill, para solaz de
1fIazo,catecismo
esplicado.
4<
las familias. Valor del trimestre 80 centa.
Visitas
a.l Santísimo i Maria Santí· I vos. Han llegado los nÚmeros 1 a 13.
sima.
EL OASIS, ha empezado la tercera sé.
Ramillete
de divinas flores.
rie de tan importante publicacion semana] ;
Ofieio
parvo.
sale de las pr~,::lsas de .MedelJin. VlIlor ne!
"emidol!l~e
la Madre de Dios.
trimestre 50 centavos. Se han. recibido los
Bab••es ....!:;Filosofíaelemental.
nùmeros ] a ]2.,
.
~
:JI:ern.osillla.-Arte
de hablar ..
EL ALBUM DE LO~ NINOS,~erib.
Eueolojio
romano.
i dlCo semanal, que pubhcau cn TunJa J08
I
Eíer:e~eilb cotidiano .... _,:,'
De. 'Jo. o.•...
e.'.i.. 0..••.
10
....••
i~. n.ov.ísilrio.
OracLOnes..
: sef)ofBs
I d?
L•.'W,,~.~
DlwlllJidaddllla.
confeslOn.
Teso ••o c;lepl;\ci~j;lc.ia.
J'fIes de Maria.;,';
Iutlf;aeion
~~bristo.
"aell.-De
1••ë!6nfesiol1.
Pasionaria.-:':.:Semana
Santa.
O"'Precios
módicos, pero al contado.
Bogotá,15 de abril de 1873.
LIBRERIA
Caicedo.
Ponemos en conocimiento de nuestros relacionados, i de todas las personas que nos favorezcan con sus pedidos de libros,que este esta·
blecimiento se encuentra a cargo del señor
MELI:I'ON ANGUr.o Ih:REDIA,
i que a él deben
hacerse. directamente tod.os los pe~ldos que ~e
nos quieran'hacer. TambICn se recIben SUSCrIciones a los siguientes periódicos:
La .Llmér;ç¡(. JI'ustrada,3 veces por mes. Un
añ1~'Ïnik~¿~~¿~:
d~N~¡~;~'y
~rk,'4;;~-$".[,
C~lO~:*~~~1nd:n~i~ci~¡d:
4v'~~s''p~;
'~;s:"
Un añO' •••• J<: •• ~ •.•••••••
12
El Correo,,{ielaModa de Madrid,.4 veces
pOr mes. Un ilJlo••. ~•.••• ~••.••.••••
13
Los Buscritores"",![.a América Ilustrada que
le liuscriban a La l1l4ependencia obtendrán Qsta
por QU 25 por 100 de ménos.
.Bo{œA. mar~o 15 de 1873•.
PJlB:llZ & COMPAi'l¡A •
Oo
•••••••••••••••••
Oo
•••••
Torre~
IIprmano5
i Comp0,fil~L Sn
título indica el objEto a~que e~tá consagra:
Ha en~pezado el ano 2.° 1 hemo~ reCI.
b¡do los numeros 1 a 24. Valor del tnmes,
tre 80 centavos.
EL ALBU M POE'l'!CO, escojida coleccion de poe~ías, publicadas en Tunja.
Se nos han enviado los números 1 a 12 que
forman el tomo l.0 Valor de la c:oleccion ]
fuerte.
Ademas d~ estos periódicos de los Esta.
dos, se reciben abonos a los del Estableci·
miento que son:
LA ILUSTRACIO'N' : se publican tres
números por s'emana i vale el tfÎlllestre '2"
fuertes 40 centavos. Se dá gl'àtis a los
suscrito res, el Boletin Industrjal, órgano
de la acreditada casà de los señores Pereira
Gamba i Compañia.
EL ROCIO, sale a luz los lúnes. Valor
del trimestre 1 fuerte 20 centavos.
BIBLIOTECA LITERARIA, se publio
ea dos ve~espor semana. i la suscricion por
cada 26 entregas vale 1 fuerte 20 centavos.
LA ESTRELLA DE CHILE. Tambien
recibimos suscriciones al año 6.· Este pc·
riôdico literario se imprime en Santiago.
Valor d~l año 8 fuertes.
Despachamos todos los pedidos que se
nos ha.gan para fuera de la. capitl!ll~ bien
sean por. conducto de nuestros 8Jè!1ltes, o
bien direotamente.
'
Bogotá, abril15 de 1873.
.
N,
PONTON 1
C."
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