Investigación Investigación + Discapacidad + ilusión Etiología de un descubrimiento científico Hace 15 años que el catedrático de Microbiología Molecular Luis Carrasco Llamas busca respuesta al rompecabezas del Alzheimer, una enfermedad que en España afecta de forma directa a más de 1,2 millones de personas y cuyo origen es todavía desconocido. ‘Etiología de enfermedades neurodegenerativas’ es el título del proyecto liderado por este investigador con ceguera total, un trabajo que desde el mes de abril cuenta con el apoyo de Fundación ONCE. Marta Ochoa El mayor impacto psicológico que una persona puede tener, afirma Luis Carrasco, es “quedarse ciego, muy por delante de tener un cáncer”. Según explica, esta es la conclusión de los expertos en psicología que han estudiado la intensa conmoción con la que se afronta la ceguera total. Una experiencia que, en su caso, fue provocada por una retinopatía en el año 96. Por aquel entonces ya era investigador del Centro de Biología Molecular ‘Severo Ochoa’. Fundado en 1975 por el propio doctor Ochoa, el centro –todo un referente en investigación biológica en España– ha sido el escenario de los progresos científicos del biólogo. Lejos de verse superado por su nueva condición de persona con discapacidad, el catedrático Luis Carrasco Llamas, que había dedicado toda su vida a investigar en el campo de la biología molecular y los virus, reorientó su carrera científica para buscar las causas de su ceguera. A los pocos años de quedarse ciego, el investigador había conseguido dar con el origen de su retinopatía: una infección de hongos. “Era la primera vez que un paciente descubría la causa de la enfermedad que padece”, asegura con orgullo merecido el protagonista de esta historia de superación. Ayuda de la ONCE Lo hizo con ayuda de la ONCE, que colaboró en la investigación del catedrático sobre las retinopatías, además de prestarle apoyo psicológico y de adaptación de su puesto de trabajo, una ayuda que el microbiólogo califica de “fundamental” para el desarrollo de su proyecto. "Enfermedades de origen desconocido pueden estar causadas por infecciones de hongos" Pero el empeño científico de Luis Carrasco no acabó con este descubrimiento. “Me di cuenta de que había muchas enfermedades humanas de origen desconocido que podían ser causadas por hongos”. Se decantó por las enfermedades neurodegenerativas y, tras años de trabajo con personas afectadas por Alzheimer, las evidencias de su trabajo muestran que estos enfermos tienen “una infección de hongos diseminada en el organismo. Hongos que también se encuentran presentes en el tejido cerebral”. Ésta, explica, sería la causa de la enfermedad, pero “para demostrarlo, las compañías farmacéuticas, en colaboración con grupos de médicos y hospitales, tienen que hacer ensayos clínicos y estudiar la evolución de la enfermedad en función del tratamiento”. De demostrarse la hipótesis de su investigación, la buena noticia es que ya hay tratamiento, “que serían los compuestos antifúngicos”. Pero esta labor ya no está en la mano del microbiólogo ni de su equipo de investigación, quienes a pesar de tener que pasar el testigo, no han dudado en recopilar documentación sobre casos de personas diagnosticadas con Alzheimer a las que, por distintos motivos, se las trató con antifúngicos y se les revirtió la enfermedad. Convenio El trabajo del investigador ha recibido un nuevo impulso con la firma, el pasado mes de abril, de un convenio entre la Fundación ONCE, la Fundación Severo Ochoa y el catedrático, que recoge la colaboración en la contratación de personal, que apoyará a Carrasco en los trabajos de investigación del proyecto. Se trata de un convenio enmarcado en el apoyo que Fundación ONCE brinda a personas con discapacidad para que puedan desarrollar de manera plena su actividad, así como en el objeto de la investigación, ya que el fin último de ésta es descubrir las causas de una enfermedad neurodegenerativa que ocasiona discapacidad absoluta, como es el Alzheimer. "Luis Carrasco se convirtió en el primer paciente que descubría la causa de su enfermedad" En España, nunca ha habido nadie que encuentre la causa de una enfermedad humana, “mucho menos un ciego”, bromea el microbiólogo para quien, sin embargo, el reto no terminaría ahí: “Seguimos estudiando otras enfermedades neurodegenerativas, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y me gustaría hacer un trabajo sobre esclerosis múltiple y también sobre Parkinson”. La lista continua con “la enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, artritis reumatoide y, en el caso de las retinopatías, también hay un campo enorme para estudiar”, declara el investigador. Sobre la situación actual de la ciencia en España opina que, en los últimos años, “la investigación había dado un vuelco para bien, con centros de referencia e investigadores que publican a un nivel muy alto” pero, en los últimos cuatro o cinco años, con la crisis, la ciencia vive una realidad que ha pasado a ser “horrible”. En su opinión, es una situación “especialmente mala, de las peores que yo he vivido”. La solución, advierte, “es económica, pero en ciencia siempre se ha invertido poco, y mientras haya recortes, muy poco”. El sueño de este investigador nada tiene que ver con premios o reconocimiento. “Mi mayor aspiración es volver a ver”, para lo que tendría que revertir la infección y comprobar hasta qué punto la retina y el nervio óptico se han dañado”. Llegado a ese punto, este científico pionero en su campo y visionario a pesar de su discapacidad, podría estudiar si la ceguera es o no reversible. De momento, él asegura que no pierde la esperanza: “Soy cabezón”, subraya. Sus investigaciones también están orientadas al bien común: “Poder ayudar a los demás tiene para mí un gran interés y satisfacción personal”, dice. Una filosofía que comparte con la Fundación ONCE al presentarse a sí mismo como un instrumento de cooperación y solidaridad de los ciegos españoles hacia otros colectivos de personas con discapacidad.