Historia - Puertos del Estado

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Historia
La primera referencia escrita de un faro en Porto-Pi data del año 1300, y hace referencia a la Torre del Faro, que estaba situada
dónde posteriormente se construiría el fuerte de San Carlos.
En 1353 el ruinoso estado de su linterna y torre impidió su funcionamiento. En 1369 se ordenó que se restableciera el
funcionamiento del faro, encargándose la Corona de Aragón de su mantenimiento. En 1373 se reparó el faro, que siguió siendo
víctima, especialmente los cristales de la linterna que protegían los candiles, no sólo de los temporales, sino también del
vandalismo, llegando a condenarse a la pena de horca a aquellos que rompieran los cristales por la noche.
En 1374 se dispone una Ordenanza estableciendo que el funcionamiento del faro sería desde el 29 de septiembre, día de San
Miguel, al día de Pascua, restableciendo una antigua costumbre.
Está documentado que en 1454 el faro estaba iluminado por 17 lámparas.
A principios del siglo XVII, y debido a las constantes incursiones berberiscas en la ciudad, se decide la construcción de una
fortaleza en el emplazamiento del faro, resultando claramente incompatibles, pues cuando se disparaban las baterías, se
rompían los cristales apagándose las luces a causa del viento. Por esta razón, se planteó su traslado a otro punto, decidiéndose
como más idóneo la antigua torre de Señales.
En 1607, y después de recrecer la torre de Señales, se iluminó el nuevo faro. Por aquella época el faro constaba de una
armadura metálica formada por círculos de hierro colocados en diversas alturas, sobre los que descansaban unos vasos de
vidrio llenos de aceite en el que flotaban las mechas, de forma similar a las lamparillas de ofrenda de las iglesias. El conjunto
estaba protegido por un templete de cristal con respiraderos para dar salida al humo, favorecer la renovación del aire y mejorar
la combustión.
En aquél momento, la torre de señales también se utilizaba para la vigilancia. El torrero tenía la obligación añadida de vigilar con
un catalejo la llegada de los buques que se acercaban en demanda de puerto, advirtiendo con su presencia a la ciudad por
medio de un sistema de señales que fue variando con el tiempo. Este servicio se implantó en 1586 y era similar al que se
empleaba en la linterna de Génova
Desde 1641 a 1691 el faro sufrió diversos desperfectos a consecuencia del mar, los rayos y los temporales que estuvieron a
punto de derribarlo. Para protegerlo, se construyó un contramuelle, tapiándose con sillares las troneras del primer cuerpo.
También se restituyó la cubierta de plomo que resguardaba la linterna de la intemperie, y se hizo una reparación general de
paredes y balcones.
En 1807 se sustituyó la antigua instalación luminosa, con aparato óptico giratorio, y 14 luces alrededor de las que giraban tres
espejos parabólicos que daban una vuelta cada cinco minutos, ocultando su luz durante minuto y medio.
Después de la de Cádiz, esta era la segunda de esta clase que se ponía en España, abriendo el camino a un nuevo sistema
para diferenciar mejor los faros del resto de luces fijas que empezaban a proliferar en el alumbrado corriente de las ciudades.
Además, se mejoraba el alcance efectivo del faro.
En 1833, tenía una linterna giratoria en 3' dando 2' de iluminación y empezó a encenderse durante todas las noches del año. El
aparato inicial se retiró en 1847 porque estaba roto y en mal estado. Se puso otro idéntico hecho de hoja de lata que daba
eclipses de 1' en 1' mientras que el antiguo se almacenaba en la torre del Real Consulado del Mar.
En 1849 se puso un aparato de reflectores metálicos formados por tres reverberos con focos respectivos en otros tantos espejos
movidos por una máquina de relojería, para dar una apariencia de destellos cada dos minutos. En 1859 se sustituyó el aceite por
parafina y ésta por el petróleo en 1901. en 1913 entró en servicio la linterna actual, para lo que hubo que recrecer el torreón y se
puso un aparato de 5º orden que daba luz fija blanca con destellos de 3' en 3'. En 1918 se electrificó y en 1927 se le dio la
apariencia actual de grupos de dos destellos blancos cada 15" y un alcance luminoso de 27 millas. En 1971 desaparece
definitivamente el servicio de vigía.
Este faro es el único de España en mantener una óptica formada por superficies catóptricas metálicas reflectoras al antiguo uso,
que giran en dos grupos alrededor de una lámpara eléctrica de 1.000 w, alcanzando una distancia de 27 millas. Conviene
destacar la instalación en sus dependencias de los restos de los antiguos aparatos de los faros y señales marítimas de Baleares,
en lo que podría constituir el primer museo histórico de la nación en esta especialidad.
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