DICTAMEN Nº 50

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DICTAMEN Nº 50
# Nº. 50/1998, de 19 de mayo.
Expediente relativo a resolución del contrato de obra de construcción de un pabellón
polideportivo en Manzanares (Ciudad Real) adjudicado a la empresa "M., S.L.", incoado por la
Consejería de Educación y Cultura.
ANTECEDENTES
Mediante resolución de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Educación y Cultura,
de 29 de octubre de 1996, se procedió a la adjudicación definitiva de las obras de construcción de
un pabellón polideportivo cubierto tipo "C", en Manzanares, a la empresa "M., S.L.", firmándose
con fecha 16 de diciembre de 1996 el acta de comprobación de replanteo en presencia del Director
de las obras y del representante de la contrata, en virtud de la cual se consideraron viables las
obras definidas en el proyecto, y se autorizó el inicio de las obras, comenzando a contar, desde esa
fecha, el plazo contractual de ejecución de las mismas fijado en diez meses en el pliego de
cláusulas administrativas particulares.
Tras constatarse en el curso de ejecución de las obras la existencia de retraso en los plazos
parciales, el Secretario General Técnico de la Consejería de Educación y Cultura, acordó, con
fecha 14 de mayo de 1997, imponer penalidades a la empresa contratista por importe de 830.000
pesetas así como un aumento del plazo de ejecución de la obra en 113 días, de los cuales 83 son
debidos a causas imputables al contratista y 30 por causas climatológicas.
Con fecha 29 de octubre de 1997, la empresa contratista presenta escrito de alegaciones en el que
tras señalar los antecedentes y pormenores que han surgido en la obra desde su comienzo,
anuncia formalmente la paralización de las obras de ejecución en tanto no se solucionen los
distintos problemas, no imputables a la misma, y que afectan a varias unidades de obra. Dicha
paralización fue confirmada mediante informes que elaboró posteriormente la Dirección
Facultativa de las obras.
Incoado el correspondiente expediente de resolución contractual, y otorgado el preceptivo trámite
de audiencia tanto a la empresa contratista como a la avalista, el expediente tramitado concluye
con la propuesta de resolución que formula la Administración instructora, de fecha 26 de febrero
de 1998, en la que se estima que procede resolver el contrato de obras suscrito con la empresa
contratista "M., S.L.", con incautación de la fianza definitiva, al amparo de lo dispuesto en los
artículos 112.g), y 114.4 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, al haberse
producido un incumplimiento de obligaciones contractuales esenciales, por causas imputables a
la contrata, consistentes en una paralización unilateralmente acordada.
EXTRACTO DE LA DOCTRINA
Examina el Consejo en el dictamen la suspensión de la ejecución de las obras, y en concreto, en
qué supuestos y bajo qué requisitos, a la luz de la normativa legal aplicable, le resultaría
permisible al contratista proceder a la misma.
Así, y de acuerdo con la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, el único supuesto que
legitimaría al contratista para paralizar las obras es el que se contempla en el artículo 100.5 a
tenor del cual, cuando la demora en el pago del precio por la Administración al contratista fuese
superior a cuatro meses a contar desde la expedición de la certificación de obra, el contratista
podrá proceder en su caso a la suspensión del cumplimiento del contrato comunicando tal
circunstancia a la Administración, con un mes de antelación, a los efectos del reconocimiento de
derechos que puedan derivarse de dicha suspensión.
Junto al citado supuesto de expresa previsión legal, tanto la doctrina como la jurisprudencia han
admitido que la suspensión de las obras a iniciativa del contratista es igualmente legítima en otros
supuestos reconocidos implícitamente por la normativa sobre contratación administrativa. Tal es
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el caso de que el contratista venga obligado a interrumpir los trabajos como consecuencia de un
acontecimiento calificable jurídicamente de fuerza mayor, o cuando intervengan agentes
meteorológicos que impidan el trabajo de determinados equipos, o concurran circunstancias que
afecten al suelo sobre el que se ha de ejecutar la obra. En estos supuestos el contratista tendrá
derecho a un aumento del plazo, si así lo solicita, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
97 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, e incluso al resarcimiento de los
daños que efectivamente le origine la paralización.
Fuera de los supuestos enunciados, la suspensión de las obras por el contratista supondría un
incumplimiento del contrato dando lugar a la facultad de opción de la Administración en orden a
forzar el cumplimiento estricto de lo pactado mediante la imposición de penalidades o acordar la
resolución del contrato con pérdida de la fianza prestada por el contratista de acuerdo con lo
establecido en el artículo 113.2 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas.
En cuanto a los requisitos formales para proceder a tal suspensión, se concretan en el acuerdo del
órgano que celebró el contrato en cuestión y en la correspondiente propuesta del facultativo
competente de la Administración, según señala el artículo 131 del Reglamento General de
Contratación, formalizándose posteriormente un acta de suspensión en la que se hará constar el
contenido mínimo que establece el artículo 103 de la Ley de Contratos de las Administraciones
Públicas, así como cláusula 64 del pliego de cláusulas administrativas generales.
Se examina a continuación la forma en que se ha llevado a cabo la paralización de las obras por
el contratista en el supuesto sometido a dictamen, llegándose a la conclusión de que difícilmente
puede llegar a surtir efecto alguno frente a la Administración al haberse realizado obviando todos
los requisitos reglamentarios. Así, de las actuaciones que obran en el expediente se desprende que
la Dirección Facultativa sólo tuvo conocimiento de tal paralización por las visitas que realizó a las
obras desde el período vacacional sin que en ningún momento le fuera comunicada la misma por
la empresa contratista. Debe tenerse igualmente presente que pese a la advertencia expresa de la
Administración sobre la necesidad de que fuera la Dirección Facultativa quien debía proponer la
solicitud de paralización, la empresa no rectificó en su postura, persistiendo con la interrupción
unilateral de los trabajos, realidad ésta que en ningún momento ha sido negada por la empresa en
cuestión, cuyas argumentaciones contenidas en los distintos escritos presentados ante la
Administración se dirigen mas bien a pretender justificar tal actitud. En concreto fundamenta la
contratista la paralización de las obras en la existencia de una serie de problemas técnicos que
afectan a diversas unidades de obra, manifestando que es en suma la Administración quien
debiera haber procedido a la subsanación de las deficiencias señaladas mediante la tramitación
del correspondiente modificado previsto en el artículo 146 de la Ley de Contratos de las
Administraciones Públicas, evitando así la suspensión de la ejecución de la obra.
Frente a dichas alegaciones hay que advertir que en todo caso corresponde a la Administración
acordar la modificación unilateral de las obras como expresión del ejercicio del "ius variandi",
sin que la misma constituya un condicionante material de la prosecución de los trabajos
contratados, puesto que en cualquier caso hubiera correspondido también a la Administración
determinar si las deficiencias observadas en el proyecto justificaban una suspensión de los
trabajos, lo cual en ningún momento fue apreciado por aquélla, antes al contrario, se consideró
que los trabajos podían continuar con respecto a otras unidades de obra no afectadas por tales
deficiencias.
En definitiva, la paralización de las obras por parte del contratista no se encuentra en modo
alguno justificada, por lo que el incumplimiento de las obligaciones contractuales esenciales que
se deriva de la misma, esto es, la no realización del objeto del contrato consistente en la
construcción de un pabellón polideportivo, es únicamente imputable a la empresa contratista.
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