Kapitel02 10.01.2007 13:59 Uhr Seite 4 Abram salva a Lot – La fe de Abram Génesis 14; 15:1-6; 17:1-9, 15, 16 y 19 14 Un rey junto con sus aliados, declaró la guerra a las ciudades de Sodoma y Gomorra. Venció al ejército de los sodomitas y se llevó sus bienes y muchos prisioneros. Lot también fue tomado prisionero. Abram junto con sus aliados, persiguió al enemigo y salvó a Lot y a los demás sodomitas. Después de ganar la batalla se encontró con Abram el rey de Salem, Melquisedec, y lo bendijo. A poco, Dios se apareció a Abram prometiéndole: «¡Mira ahora al cielo y cuenta las estrellas! ¿Puedes tú contarlas? Así de numerosa será tu descendencia». A pesar de no tener hijos, los ancianos Abram y Sarai creyeron al amado Dios. Más tarde Dios volvió a aparecerse a Abram: «Quiero hacer un pacto contigo y multiplicar tu descendencia». Dios le dio un nuevo nombre a Abram y a Sarai: Abraham (Padre de una multitud) y Sara (Princesa). Los niños reconocen que Dios guía a los suyos de forma maravillosa y que siempre está cerca de ellos. A bram estaba sentado delante de su tienda, había pasado algún tiempo desde que se había separado de Lot. De repente apareció un hombre que corría hacia la tienda de Abram. Exhausto y con desesperación y temor en sus ojos, informó jadeante: «Abram, algo terrible ha ocurrido. Tu sobrino Lot, su esposa, sus hijos y todos sus criados han sido tomados prisioneros. Un poderoso ha venido a hacer la guerra contra las ciudades de Sodoma y Gomorra, ha despojado a los habitantes de todos sus bienes y los han tomado prisioneros». Abram se levantó al instante y llamó a todos sus criados y pastores más fuertes. «¡Armaos!», exclamó y solicitó también a sus tres amigos con sus respectivos criados que le ayudasen en la liberación. Poco tiempo después Abram se encontraba persiguiendo al enemigo con más de trescientos hombres, que eran pocos, en comparación con el gran ejército enemigo. Sin embargo, Abram sabía que Dios le acompañaría y oraba: «Señor, ayúdanos para que podamos salvar a Lot y a su gente». Tardaron más de un día hasta que Abram y sus leales alcanzaron al enemigo ya entrada la noche. Abram dividió en varios grupos a sus pastores y criados, quienes se acercaron al gran ejército enemigo desde diferentes flancos. Entonces se libró una gran batalla, la cual finalmente fue ganada por Abram y su gente. Fue tanta la sorpresa del enemigo, que huyó en medio de la noche y Abram pudo liberar a Lot y a los demás prisioneros. También pudieron recuperar todas sus pertenencias. El rey de Sodoma estaba contento por la liberación, por lo que se dirigió a Abram diciendo: «Puedes conservar todas las riquezas, tesoros y animales, devuélveme sólo a mi gente». Mas Abram se negó: «De todo lo que a ti te pertenece no quiero tomar ni un hilo, ni un cordón del zapato. Nadie debe nunca decir que el rey de Sodoma ha enriquecido a Abram, pero mis amigos pueden tomar su parte». El regreso fue muy alegre. De pronto se les acercó un noble varón, que traía vino y pan para los agotados guerreros. Era el rey de Salem, un sacerdote de Dios, su nombre era Melquisedec, rey de la justicia. Este sacerdote bendijo a Abram, quien se inclinó reverente ante el emisario de Dios y le dio la décima parte del botín. Abram regresó aún más contento a su tienda, donde le aguardaba desde hacía mucho tiempo su esposa Sarai. 1 Ya habían transcurrido muchos años desde la liberación de 22 Kapitel02 10.01.2007 13:59 Uhr Seite 5 Dios cumple sus promesas – Abraham Lot. Los rebaños de Abram habían aumentado en número, pero la más grande y bella promesa que Dios había dado a Abram aún no se había cumplido. Abram y Sarai ya eran ancianos. «¿Podremos tener todavía un hijo? ¡Ya hemos esperado tanto tiempo! Posiblemente ya no lo tendremos. ¿Se ha olvidado Dios de nosotros?». Ésa era la voz del maligno, pero entonces Dios se apareció a Abram en una visión: «No temas Abram, soy tu escudo y tu galardón, grande será mi bendición». Mas Abram contestó: «¡Oh Señor! ¿Qué quieres darme? Tú me prometiste muchos descendientes y de momento no tengo ni un solo hijo. Seguramente será mi primer criado, Eliezer, quien reciba todos mis bienes». No obstante el Señor respondió: «No será Eliezer tu heredero, sino tu propio hijo». Entonces Dios condujo al anciano Abram al exterior de la tienda, a la noche fresca. Sobre él se extendía el firmamento inmenso y oscuro. Millones de estrellas titilaban y Dios se pronunció: «Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, ¿puedes acaso contarlas?» ¿Contar las estrellas? Nadie puede hacerlo salvo Dios, quien las creó. El amado Dios siguió hablando: «Así de numerosos serán tus descendientes». Abram le creyó. Después de este encuentro transcurrieron nuevamente varios años. Abram tenía casi cien años y su mujer Sarai alrededor de noventa. Sarai no podía imaginar que aún estuviese en condiciones de dar a luz a un niño. El amado Dios volvió a hablar con Abram: «Quiero hacer un pacto contigo. Tú serás el padre de muchas naciones, por eso desde ahora no te llamarás más Abram, sino Abraham (Padre de una multitud). Y Sarai recibirá el nombre de Sara (Princesa). En un año tendréis un hijo a quien llamaréis Isaac. También con Isaac quiero confirmar mi pacto». 2 Dios prometió a Abraham tierras y muchos descendientes. «Haré de ti una nación grande. Tus descendientes serán tan numerosos como la arena del mar o como las estrellas en el cielo». Abraham recibió la bendición que Dios le había prometido. 1 Se conversará detalladamente con los niños acerca del modo de pensar de Abram. Abram junto con sus criados ayudó a liberar a Lot. Después de la victoria no quiso nada del botín, al contrario, entregó a Melquisedec una ofrenda (décima parte del botín). Melquisedec trajo pan y vino para Abram, quien con agrado se dejó bendecir por el sacerdote del rey. Abram se regocijó con la bendición de Dios, quien le había dado la victoria. 2 Contemplamos la ilustración. ¿Qué ha recibido hasta ahora Abram de Dios? ¿Qué significa el cielo con las estrellas? ¿Cómo se llamó Abram después de hacer Dios el pacto con él? 22 15