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EL ESTADO ISLÁMICO Y EL MAR
Juan Carlos Rodríguez Mateos
Departamento de Geografía Humana
Universidad de Sevilla
[email protected]
www.marineplan.es
El llamado de Estado Islámico Irak y Siria (ISIS en sus siglas en inglés), o simplemente
Estado Islámico (EI), no es realmente un auténtico Estado (a pesar de su
denominación), sino más bien un grupo insurgente islamista suní que tiene ya una
importante base territorial en amplias zonas de los dos países citados 1. Dado que está
ampliándose paulatinamente (ha intentado penetrar también en Líbano y amenaza las
fronteras de Jordania y Turquía), que controla algunas de las principales ciudades sirias
e iraquíes, y que está comenzando a desarrollar acciones propias de un Estado –control
de recursos y fuentes de financiación, promulgación de leyes, provisión de servicios
sociales, gestión de infraestructuras y actividades productivas,…–, podemos empezar a
considerarlo como un “protoestado” que aparece como nuevo actor en la región,
añadiendo aún más inestabilidad a una de las zonas más conflictivas del planeta.
La sola contemplación de la cartografía de esta región nos proporciona algunas claves
interpretativas sobre esta incipiente entidad político-territorial y sobre los problemas
geopolíticos que pueden derivarse de su posible expansión. El EI ocupa una posición
central en Mesopotamia, en un área enclavada y rodeada de varios mares cerrados
(Caspio) o semicerrados (Negro, Mediterráneo, Rojo y Golfo Pérsico), integrándose,
pues, en una especie de nuevo "heartland" al sur de Eurasia, donde hoy se dirimen
algunos de los conflictos más agudos del mundo debido a una peculiar combinación de
factores religiosos, estratégicos y económicos.
Aunque conforma un territorio interior y a cierta distancia respecto de la costa siria
(unos 140 Km) y de la iraquí (algo menos de 450 Km), la intención del EI es, a medio
plazo, ocupar una fachada más amplia en la costa mediterránea (las acciones militares
en las zonas más occidentales de Siria y en suelo libanés así lo atestiguan) y asegurarse
una salida también en el golfo Pérsico, lo que significaría controlar el sur de Irak y
enfrentarse al gobierno oficial del país. Existen varios factores de índole geopolítica que
nos hacen pensar en esa posibilidad de búsqueda de fachadas marítimas por parte del EI.
En primer lugar, la necesidad, por pura supervivencia, de obtener una puerta de salida y
conexión con el exterior, hecho que se podría materializar en el control de puertos
importantes de Siria, Irak y quizá Líbano. Pensemos, además, que el abastecimiento del
mercado interior requerirá la importación de muchos y variados productos –y en ello la
vía comercial marítima es fundamental–. Por otra parte, una de las fuentes básicas de
financiación del EI es la venta de hidrocarburos (extraídos de distintos campos de Siria
e Irak), lo que requiere el control de puertos y también de conducciones
(oleoductos/gaseoductos). Igualmente, la expansión hacia las costas de mares
circundantes fortalecería la posición estratégica del EI, uno de cuyos objetivos es borrar
las fronteras existentes entre los Estados de la región y conformar una entidad político-
1
El Estado Islámico controla alrededor de 130.000 Km2, una superficie casi equivalente a la de Grecia, y
gobierna ya los destinos de unos 8 millones de habitantes.
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territorial mayor, anulando así una fragmentación heredada del acuerdo Sykes-Picot2 de
1916. El resentimiento hacia lo que muchos islamistas consideran una injerencia
colonial de Occidente, y el deseo de crear un gran Estado unificado islámico, han
impulsado ese rechazo al acuerdo Sykes-Picot. El proceso ha comenzado por eliminar la
frontera sirio-iraquí, pero es posible que continúe con el intento de conformar un Estado
árabe-islámico o califato en la región con una mayor base territorial y una más amplia
salida al mar. Así mismo, el aseguramiento de dos fachadas marítimas (mediterránea y
en el Golfo Pérsico) permitiría al EI disponer de bases y fuerzas navales y de un
refuerzo de su capacidad defensiva frente a Turquía (la gran potencia de la OTAN en
esta área) y frente a Irán (el principal valedor de los grandes enemigos religiosos del EI,
los chiíes).
De consolidarse y permanecer en el tiempo este protoestado islamista, asistiremos a un
creciente problema, pues el dominio de un amplio territorio desde el Mediterráneo hasta
el Golfo permitirá, no sólo el control del litoral y de las aguas jurisdiccionales
correspondientes (algo menos de 11.000 Km2 si sumamos las jurisdicciones nacionales
de Irak y Siria3), sino el de las propias conducciones de hidrocarburos (las más
importantes de las cuales conectan precisamente ambas costas), al tiempo que se pondrá
en riesgo el denso tráfico marítimo desde o hacia importantes puertos de los países
vecinos (Líbano, Kuwait, Irán,...). Pensemos en que una organización como ésta, que
dispone de casi 80.000 combatientes y que obtiene entre 1'5 y 2'5 millones de euros
diarios del contrabando de petróleo, puede tener acceso en poco tiempo a medios
navales de importancia media pero de gran efectividad. Y ello en un contexto
geográfico determinado: 1) unos mares que, por su propia configuración morfológica
(mares semicerrados con costas muy próximas entre sí), son susceptibles de ser
controlados o amenazados desde pequeños buques dotados de una adecuada capacidad
de fuego; 2) unos Estados fallidos (Irak y Siria) que atraviesan situaciones de guerra
civil y donde los gobiernos oficiales carecen actualmente de la capacidad para ejercer la
soberanía en tierra o en mar. El EI está aprovechando esa debilidad, extrayendo
lecciones de esta concreta geografía política, y desplegando una estrategia territorial, no
sólo defensiva, sino también expansiva, hacia el interior y hacia su periferia marítima.
Todo esto le conducirá a desarrollar un más efectivo control sobre la base territorial y
los recursos, algo indispensable si continúan con su intención de convertirse en un
verdadero Estado.
2
El acuerdo Sykes-Picot fue un acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia para dividirse los territorios
de Oriente Medio en caso de ganar la guerra contra los Imperios Centrales (Austria-Hungría, Alemania y
Turquía). Francia recibiría Siria y Líbano y poseería un ámbito de influencia hacia el Este, hasta Mosul.
Los británicos obtendrían Basora y Bagdad y un ámbito de influencia hacia el Este, hasta Persia (el futuro
Irán). Palestina quedó indefinida, aunque finalmente fue otorgada, bajo un mandato de la Sociedad de
Naciones, a Gran Bretaña. La Paz de París (1919) vino a hacer efectivo el acuerdo, aunque hubo ciertos
cambios fronterizos que dieron lugar a las actuales fronteras de Irak y al nacimiento de la Transjordania
(Jordania actual).
3
Hasta el momento, las jurisdicciones reivindicadas por Irak son un mar territorial de 12 millas y una
plataforma continental no especificada y las de Siria mar territorial (también de 12 millas), zona contigua,
zona económica exclusiva y plataforma continental (hasta el margen continental).
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