Se conoce con el nombre de RECRIA, a la etapa que transcurre

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RECRIA DE LAS VAQUILLAS DE REPOSICIÓN EN BOVINOS DE CARNE
Se conoce con el nombre de RECRIA, a la etapa que transcurre desde el destete, hasta que las
vaquillas tengan y/ o desteten su primera cría. De acuerdo con este concepto, es fundamental la
edad en que estas hembras reciben su primer servicio.
En los campos de cría, la recría de las vaquillas de reposición es un aspecto importante a
considerar, porque su manejo y evolución, repercuten fuertemente en la productividad de la
empresa.
Las vaquillas de reposición en recría, son una categoría improductiva, pero a la vez
imprescindible, ya que son ellas quienes reemplazarán a los vientres, que cada año y por distintas
causas se eliminan del rodeo y de esta forma mantienen estable el número de madres.
En el NEA (subtropical húmedo), en la mayoría de los establecimientos, las vaquillas de
reposición reciben su primer servicio a los 38 meses de edad (3 años en promedio, según Arzubi y
col., 2013) y paren su primera cría a los 47,5 meses, que son prácticamente 4 años, a los que
tenemos que agregarle aproximadamente 7 meses más, para obtener de ellas, un ternero
destetado; de este modo, han pasado unos 54 / 55 meses, alrededor de 4,5 años de edad, ó 1.642
días, desde su nacimiento.
Sin ninguna duda, es un tiempo excesivamente largo, tener que esperar 4,5 años, para que
una hembra comience a generar ingresos con la venta de terneros, lo que le resta eficiencia al
sistema de cría.
En nuestra región, son numerosas las causas que llevan a una recría tan larga, como por
ejemplo:
a) Un manejo extensivo, donde no se les presta la atención necesaria a esta categoría, pese a la
importancia que ellas tienen.
b) Falta de una adecuada planificación sanitaria, principalmente de las enfermedades
parasitarias, las que reducen su potencial genético respecto de las ganancias diarias de peso.
Estas parasitosis, se ven favorecidas por la particularidad climática de la región, caracterizada
por altas temperaturas y humedad en gran parte del año. Los animales jóvenes, como son las
vaquillas en recría, son altamente sensibles a estas enfermedades, afectando su crecimiento.
c) Escasa calidad de las especies forrajeras naturales, que en determinadas épocas del año, no
alcanzan a cubrir los requerimientos nutricionales de los animales jóvenes en crecimiento. La
baja calidad de los pastos, se manifiesta por una marcada deficiencia de Proteína Bruta,
Energía Metabolizable, algunos Minerales y Digestibilidad, en los meses de Invierno. Esta
situación, provoca importantes pérdidas de peso en los animales, kilos, que cuesta tiempo
recuperarlos en la primavera, cuando la calidad forrajera mejora.
d) Una inadecuada composición genética en los rodeos, donde predomina “la sangre” cebú, con
varias de las razas europeas. Es sabido que el ganado cebú, es menos precoz, lo que lleva a
que las vaquillas muy acebuzadas alcancen la pubertad más tardíamente. La participación de
las razas índicas en el NEA es importante, por aportar rusticidad y adaptación al medio, pero
en la proporción necesaria, según las condiciones ambientales donde los animales deban
crecer y producir.
Yostar y col. (2012) al evaluar las diferencias de peso vivo durante la recría y el primer servicio
en vaquillas cruza índica (2/3C) y británica (2/3H) en el norteoeste de la Provincia de
Corrientes (EEA INTA Ctes.), lograron un promedio de 170,35 kg de peso vivo y 178,33 kg para
peso al año (en promedio 10 y 11 meses en las índicas y británicas respectivamente); 286,69
kg y 292,1 kg para peso a los 2 años (en promedio 21,4 y 22,3 meses en las índicas y británicas
respectivamente); 293,92 kg y 298,73 kg para peso de entore (en promedio 24,6 y 25,5 meses
en las índicas y británicas respectivamente) y 336,58 kg y 337,8 kg para peso fin del servicio
(en promedio 27,8 y 28,7 meses en las índicas y británicas respectivamente) en las vaquillas
cruza índica y británica respectivamente. No se obtuvieron diferencias estadísticamente
significativas en el crecimiento a través del peso vivo (gráfico 1).
Gráfico 1. Peso vivo (PV) en vaquillas cruza índica (2/3C) y cruza británica (2/3H) desde año
hasta fin del servicio en el noroeste de Corrientes.
e) El tamaño corporal o Frame Score del rodeo, que muchas veces no se adecua a las condiciones
de los campos naturales de la región. Cuando los animales tienen un peso adulto de 450 / 500
kilos, tienen también altos requerimientos nutritivos para poder expresar su potencial de
crecimiento, con altas ganancias diarias de peso. Si el ambiente donde estos animales viven es
una limitante a sus exigencias nutritivas, su crecimiento se atrasará, alargando la recría, hasta
alcanzar el peso de entore.
f) Una inadecuada carga animal. Es común ver campos con una carga animal muy alta, que
supera ampliamente la receptividad del mismo, situación que afecta negativamente sobre
todo el sistema, retardando la recría de las vaquillas por bajas ganancias diarias de peso, pero
también repercute negativamente en la condición corporal de los vientres, en el peso de los
terneros al destete, en el porcentaje de preñez general, en la venta de animales gordos, en el
deterioro del recurso forrajero y finalmente, en la productividad del establecimiento.
Criterios a tener en cuenta para la selección de vaquillonas de reposición
ENTORE A LOS 26 MESES
Si partimos de una suposición que nuestros vientres tienen un peso adulto promedio de 420
kilos, las vaquillas de reposición deben alcanzar un peso vivo promedio mínimo de 280 kilos,
correspondiente a las 2/3 partes del peso adulto o al 66,6% del mismo, para recibir su primer
servicio. Otros autores consideran que las vaquillonas deberían alcanzar un peso preservicio
mínimo del 60% del peso adulto de las vacas del sistema de cría bovina (Mihora y Casona, 1999).
Si destetamos las terneras con un peso promedio de 170 kilos a los 7 meses de edad a fines del
verano o principio del otoño (15 de Marzo aproximadamente) y serán entoradas en la primavera
del año siguiente (1 de Octubre) a los 26 meses de edad con 280 kilos, su recría en este caso,
duró 18 meses y medio o 564 días para lograr el peso de entore, período en el cual aumentaron
como mínimo 110 kilos vivos, con una ganancia diaria promedio de 0,195 kilos. Esta ganancia
diaria de peso, parece fácil de lograr, pero no lo es, porque en ese período de recría, han
enfrentado 2 Inviernos, de unos 120 días de duración cada uno (mediados de Mayo a mediados
de Septiembre), donde por las características forrajeras de esa estación del año, los animales
frecuentemente pierden peso, que serán recuperados recién entre mediados y fines de
primavera.
Para impedir que esto suceda, se pueden implementar algunas opciones de manejo, como por
ejemplo:
1. Clausura de potreros: Consiste en impedir el ingreso de animales a uno o varios potreros,
desde fines de febrero o principios de marzo, para aprovechar el buen crecimiento de las
pasturas naturales en el otoño, estación del año en la que se produce el 35% de lo que un
pastizal natural subtropical produce anualmente y acumular así, materia seca para ofrecerles a
la recría en el invierno. Esta técnica, también se llama pastoreo diferido. La clausura del
potrero, no debe superar los 60 días. Con este manejo, es posible lograr ganancias de peso
promedio de alrededor de 0,200 a 0,250 kilos por animal y por día en el invierno.
2. Suplementación invernal: Ofrecerles a las vaquillas en recría durante su primer invierno posdestete un nivel de suplementación del 0,5 al 1% de su peso vivo, nos permitiría lograr buenas
ganancias diarias de peso. Los resultados de esta suplementación serán mejores si
practicamos además, la clausura de potreros y logramos acumular una oferta forrajera de
2.500 kilos de materia seca por animal. Con este manejo, es posible lograr ganancias de peso
promedio de 0,300 hasta 0,500 kilos por animal y por día. Si logramos con la clausura de
potreros y la suplementación proteica invernal, las ganancias de peso mencionadas, es posible
aumentar unos 36 a 60 kilos por animal, en invierno.
3. Creep feeding o creep grazing: Estas dos herramientas de manejo, consisten en la
suplementación de las terneras al pie de la madre con concentrados o forrajes de calidad
superior, respectivamente. Uno de los varios objetivos de estas opciones, es lograr ganancias
diarias de peso de alrededor de 1 kilo y poder destetarlas a los 7 meses de edad, con unos 200
a 220 kilos vivos. Al destetar las terneras más pesadas y con la misma edad, solamente
necesitan aumentar durante su recría, unos 60 a 80 kilos para alcanzar el peso mínimo
necesario a su primer servicio.
4. Implantación de pasturas: Reemplazar uno o más potreros de campo natural por alguna de las
muchas especies forrajeras subtropicales, nos trae numerosos beneficios, como por ejemplo,
duplicar o triplicar la carga animal en esos potreros, como consecuencia de una mejor calidad
y cantidad de pasto. Pese a ser especies subtropicales artificiales, son de ciclo primaverootoñal, sufriendo también, una marcada caída en la producción forrajera en el Invierno.
Sembrar el 10% de la superficie del campo con alguna de las forrajeras artificiales, es
suficiente para hacer una buena recría de las vaquillas de reposición.
Ventajas de acortar la recría
Las ventajas de acortar la recría anticipando en un año el primer servicio en las vaquillas de
reposición, son numerosas y de fuerte impacto en la productividad, por lo que cualquier esfuerzo
para lograrlo, se justifica sobradamente. Ellas son:
 Elimina una categoría en recría, como las vaquillas de 2 a 3 años, las que representan más o
menos el 20% de los vientres y ocupan una superficie de aproximadamente el 12% del total, la
que se destinaría a vacas de cría, productoras de terneros, principal ingreso del criador.




Aumenta la relación vientre / vacuno, la que debe ser en un campo de cría, de por lo menos el
60 %, lo que significa que del total de la existencia vacuna, por lo menos el 60 % deben ser
vientres. De esta manera, la mayor superficie ganadera posible, es ocupada por una categoría
productiva.
Permite aumentar el progreso genético del rodeo, al disminuir el intervalo generacional de los
vientres, incorporando al servicio vaquillas más jóvenes.
Aumenta la producción física del establecimiento, al aumentar los kilos de carne/ha/año, como
consecuencia de obtener más kilos de terneros destetados, por vientre entorado.
Permite un uso más eficiente de la superficie ganadera, incrementando el número de terneros
logrados cada 1.000 ha.
ENTORE A LOS 18 MESES
Alcanzar este objetivo, es más difícil, aunque en el NEA hay productores que lo logran.
Para entorar las vaquillas de reposición al año y medio de edad, es necesario incorporar un
servicio de otoño (marzo / abril), de solamente unos 60 días de duración y exclusivamente para
esta categoría.
El entore anticipado de vaquillas es una técnica difundida en la zona de influencia dela EEA INTA
Mercedes.
En este caso, la recría dura solamente 1 año (365 días) y es necesario para alcanzar los 280 kilos
mínimos, una ganancia diaria de peso promedio de 0,275 kilos, para lograr los 110 kilos vivos
totales desde el destete en otoño, al primer Servicio en el otoño próximo.
Entre el destete y el servicio de otoño del año siguiente, hay solo un invierno que superar, donde
se hace imprescindible una suplementación en esa estación del año, lo suficientemente alta, como
para garantizar buenas ganancias de peso y poder agregar a las vaquillas, unos 40 a 60 kilos
individuales, en esos 120 días.
Superado el invierno, nos quedan solamente 5 meses (150 días) desde octubre a febrero inclusive,
donde es necesario asegurar ganancias de peso promedio de alrededor de 0,350 a 0,500 kilos por
día para llegar al servicio con 280 kilos por lo menos.
Factores que afectan la fertilidad de las vaquillas
Uno de los factores a tener en cuenta es el momento de inicio de la actividad reproductiva en la
vaquilla (ocurrencia de celo y ovulación fértil), hecho conocido como pubertad. El momento en
que las vaquillas alcancen la pubertad condicionará tanto el porcentaje de preñez como así
también la distribución de la misma durante su primer servicio. Se ha observado que las vaquillas
que ingresan al servicio habiendo presentado celo al menos tres veces tienen tasas de concepción
superiores a las que no lo han hecho.
Existen en la práctica herramientas de diagnóstico que permiten identificar las vaquillas que ya
iniciaron su actividad sexual cíclica (ovularon al menos una vez), las que están próximas a hacerlo y
las sexualmente inmaduras. Este diagnóstico, denominado evaluación del grado de desarrollo
reproductivo (GDR) o escore genital (escala de 3 y 5 puntos, Andersen y col., 1988), es realizado
por un profesional veterinario y consiste en la palpación a través del recto del animal (maniobra
similar al tacto para determinar gestación) de los órganos reproductivos de la hembra. Mediante
la palpación se obtiene información sobre el tamaño y consistencia del útero y estructuras
presentes en el ovario. Esta información se compara con una escala predeterminada de 3, 4 o 5
puntos depende de que escala se use (la de 4 puntos en cuadro 1, Mihura y Casaro, 1999) que nos
permitirá clasificar a las vaquillas en infantiles (muy escaso desarrollo genital), prepúberes (muy
próximas a iniciar su actividad reproductiva) y púberes (animales que ya han ovulado al menos una
vez). Por otra parte, en trabajos realizados en la EEA del INTA Mdes Ctes, se demostró la
importancia de la ganancia de peso invernal de las vaquillas y el peso vivo a la salida del invierno
sobre la fertilidad de vaquillas entoradas a los 18 meses de edad. Teniendo en cuenta este hecho,
se realizó el seguimiento de la evolución del peso vivo durante la recría y el diagnóstico del GDR en
dos generaciones de vaquillas entoradas a los 18 meses de edad en la Unidad de Cría de la EEA
Mercedes, con el objetivo de determinar la relación existente entre las ganancias de peso durante
el período de recría, el grado de desarrollo genital y la fertilidad lograda durante el servicio.
Cuadro 1. Escala de Grado de Desarrollo Reproductivo (GDR)
Anderson, K. J.; Lefever, D. G.; Brinks, J. S. And Odde, K. G. 1991. Reproductive tract score in beef
heifers. Agri-Practive. Vol. II No. 6.
Mihura, H. y Casaro, G. 1999. Selección de vaquillonas de reposición en rodeos de cría. Revista
Taurus Año 1 Nº 4 Dic.:34-39.
Ventajas del servicio a los 18 meses
La necesidad de mantener una sola generación de vaquillas en el establecimiento y la disminución
de la superficie necesaria para recriar hembras de reposición, situación que adquiere fundamental
importancia en aquellos establecimientos donde el único recurso forrajero para la recría es el
campo natural.
Otra importante es lograr aumentar considerablemente el porcentaje de preñez en su segundo
servicio en la primavera del año siguiente, con el resto de los vientres.
Es común en el NEA, una baja eficiencia reproductiva en las hembras en su segundo servicio con
cría al pie, debido a los altos requerimientos nutritivos que exige la lactancia en vientres jóvenes,
aún en crecimiento.
Esa exigencia nutricional, es difícil de satisfacer en los campos naturales de la región y con un
manejo extensivo, lo que lleva a que las vaquillas con cría en su segundo servicio, tengan una
deficiente condición corporal, con prolongados anestros, largos intervalos entre partos, bajos
índices de preñez, restándole eficiencia reproductiva al rodeo en general.
El Servicio de otoño en vaquillas de 18 meses, es una herramienta de manejo que permite
solucionar esta limitante.
En comparación con el servicio tradicional realizado a los 26 meses, el entore anticipado permite
que la vaca reciba su segundo servicio sin cría al pié, mejorando de esta manera los porcentajes de
preñez que superan el 90 %. Otras ventajas comparativas asociadas a la implementación del
entore a los 18 meses son: la necesidad de mantener una sola generación de vaquillas en el
establecimiento y la disminución de la superficie necesaria para recriar hembras de reposición,
situación que adquiere fundamental importancia en aquellos establecimientos donde el único
recurso forrajero para la recría es el campo natural.
De acuerdo a los datos obtenidos en la Unidad de Cría de la EEA Mercedes, los porcentajes de
preñez que pueden obtenerse en vaquillas Braford entoradas a los 18 meses rondan el 80%,
aunque existe una marcada variabilidad entre años (Figura 1) (Robson y col. 2007).
Gráfico 1: Porcentaje de preñez de vaquillas entoradas a los 18 meses en la Unidad de Cría de la
EEA – Mercedes (Años 1991 a 2006).
Robson, C.; Maglietti, C.; López Valiente, S.; Vogel, O. y Celser, R. 2007. Grado de desarrollo
reproductivo (GDR): su utilización en vaquillas entoradas a los 18 meses. INTA EEA Mercedes,
Corrientes, Noticias y Comentarios Nº 417. 6p.
El entore anticipado de vaquillas es una práctica de manejo que comenzó a implementarse en la
Unidad de Cría de la EEA Mercedes a partir del año 1991 y consiste en adelantar el 1º servicio de
las vaquillas a los meses de febrero-marzo, cuando tienen 18 meses de edad. Los partos se
producen en los meses de noviembre-diciembre y los terneros son destetados en mayo-junio. La
ventaja comparativa de esta práctica sobre el entore tradicional a los 26 meses, es que la vaca
llega seca al 2º servicio en la primavera siguiente, con la consiguiente mejora en el en el índice de
preñez. Estas vacas sin ternero al pié, logran en su segundo servicio, porcentajes de preñez que
superan el 90%. De esta manera, se soluciona el problema de la baja fertilidad del 2º servicio. Sin
embargo, el problema se traslada al año siguiente, ya que se ha demostrado las vacas de 3ª
servicio son las que presentan el mayor porcentaje de fallas reproductivas dentro del rodeo. El
esquema de manejo se muestra en la Figura 1 (Robson y col.; 2005).
año 1 ene feb mar abr may
1 er servicio
año 2 ene feb
mar abr may
año 3 ene feb
mar abr may
jun
jul ago sep oct nov dic
1er parto
jun jul ago sep oct nov dic
destete
2do servicio
jun
jul ago sep oct nov dic
2do parto 3er servicio
Figura 1: Épocas de entore, parición y destete para vaquillas 1º servicio y vacas de 2º y 3º servicio.
Robson C.; Vogel R.; Celser R y Sampedro D. 2005. Factores que afectan la fertilidad del 3º servicio:
El desempeño reproductivo de las vacas en su 2º servicio. INTA. EEA Mercedes Ctes. Noticias y
comentarios N° 400. 4p.
Sampedro y col., 2003 han demostrado que la época de parición es uno de los factores
determinantes del índice de preñez que pueden alcanzar los vientres en su 3º servicio. Las vacas
que paren hasta la primera quincena de Agosto, no tienen inconvenientes en lograr altos índices
de preñez (cercanos al 90%). Por el contrario, cuando la parición ocurre después del 15 de agosto,
el porcentaje de preñez disminuye drásticamente. El porcentaje de preñez cae bruscamente, con
pariciones a partir del 15 de agosto. De esta información surge la importancia de preñar las vacas,
en su segundo servicio, lo más temprano posible. Es decir, que con un servicio que comienza el 1º
de octubre (recordemos que las vacas llegan sin ternero al pie a su segundo servicio) la preñez
debe ocurrir hasta el 5 de noviembre. De lo contrario, la segunda parición se desplaza a la segunda
quincena de agosto y septiembre, con una pobre respuesta reproductiva al 3º servicio. Dicho de
otra manera, el intervalo entre el parto y el 3º servicio, debe ser mayor a 45 días.
Sampedro, D.H.; Vogel O. y Celser R. 2003. Factores que determinan el índice de preñez de vacas
con cría con su tercer servicio. EEA Mercedes Ctes. Noticias y comentarios N° 375. 3p.
Desventajas del entore a los 18 meses
a) La parición en verano (diciembre / enero) es inconveniente, porque son meses caracterizados
por altas temperaturas y humedad, intensa radiación solar, abundante población de
ectoparásitos, entre otros, lo que exige al personal una presencia permanente en los potreros
donde las vaquillas están pariendo. Así y todo, los problemas de miasis y mortandad de
terneros es más alta que cuando paren en Invierno.
b) La necesidad de implementar 2 épocas de servicios, implica 2 épocas de pariciones y también
2 épocas de destetes, lo que es una complicación para el manejo del establecimiento y
solamente es aplicable, si la infraestructura lo permite, por la mayor cantidad de potreros
necesarios.
Existen también otras alternativas como el destete precoz, con el cual se puede lograr alta
eficiencia reproductiva en vaquillas de segundo Servicio, sin necesidad de incorporar el servicio
de otoño.
Destete precoz y anticipado
Cuando en un establecimiento se implementan otras alternativas de destetes como pueden ser
el hiperprecoz, precoz o el anticipado, donde los terneros son separados de sus madres con
aproximadamente 45 y 140 kilos respectivamente, es necesario incorporar un programa de
suplementación que permita alcanzar con esos terneros, un peso en el otoño (marzo) igual o
superior a los terneros destetados a los 7 meses de edad, o sea, unos 170 kilos
aproximadamente.
ENTORE A LOS 30 MESES
Esta opción de manejo, es intermedia entre un servicio a los 26 y 38 meses de edad, o sea, entre
entorar a los 2 y 3 años respectivamente.
Para incorporar un servicio a los 30 meses de edad (2,5 años), es necesario realizarlo en otoño
(marzo / abril).
En este caso, la recría de las vaquillas de reposición será de 23 meses, o sea 690 días, en los
cuales tendrá que llegar a los 280 kilos necesarios para ser entoradas, debiendo logar una
ganancia diaria promedio de 0,160 kilos.
Alcanzar esa ganancia diaria de peso, es relativamente fácil ya que si son animales de buena
calidad genética con un manejo adecuado y protegidas sanitariamente, no deberían tener
problemas en logar 280 kilos a los 2,5 años de edad. De todas formas, evitar las pérdidas de peso
que naturalmente se producen en el primer invierno pos-destete, sería muy beneficioso.
Su principal ventaja y objetivo, es lograr altos índices de preñez en su segundo servicio en la
próxima primavera y tiene las mismas desventajas que el entore a los 18 meses.
ENTORE A LOS 15-17 MESES
La necesidad de mejorar la eficiencia productiva del rodeo de cría, llevó a implementar
diferentes prácticas de manejo, entre ellas el servicio de vaquillonas a los 15 meses de vida.
Mediante esta técnica se puede obtener un ciclo más rápido del ingreso de la hembra de
reposición en el circuito productivo de la cría bovina. Sin embargo, su implementación requiere
un cuidadoso manejo sanitario y nutricional.
Fallas en la selección y manejo de esta categoría sumado al incremento del tamaño corporal de
los reproductores y el descuido en la utilización de toros adecuados para el servicio precoz de
vaquillonas, trajo aparejado un aumento de la frecuencia de los partos distócicos (Bellows et al.
1971; Arias et al. 1979; Arisnabarreta et al. 1981; Campero et al. 1995; Campero 1999, 2003;
Zapiola et al. 2003).
Bellows RA; Short RE; Anderson DC. 1971. Cause and effect relationships associated with calving
difficulty and calf birth weight. J. Anim. Sc. 33, 407-415.
Arias A; Lagos F; Sarasola I. 1979. Dificultades de parto y supervivencia del ternero y de la madre
en un rodeo en los bajos submeridionales de Santa Fe. Rev. Fundación José María Aragón 14, 116.
Arisnabarreta ER; Echenique EL; Miles PD, Mussi DO. 1981. Posibilidad de reducir los partos
distócicos con toros probados. Rev. Arg. Prod. Anim. 7, 415-427.
Campero CM. 1999. Selección y manejo de los toros en rodeos de cría. Rev. Med. Vet. 80,58-65.
Campero CM; Sciotti A; Melucci LM; Carrillo J. 1995. Pelvimetría en ganado para carne y su
asociación con el tipo de parto. Rev. Arg. Prod. Anim. 15, 756-759.
Campero CM. 2003. Servicio de vaquillonas de 15-17 meses: ¿cuál es la clave?. Visión Rural 15:
15-18.
Zapiola A; Echevarria S; Campero CM. 2003. Eficiencia reproductiva de¡ segundo servicio en
vaquillonas para carne con antecedentes de distocia. Rev. Taurus 5: 29-33.
Para disminuir eficazmente los problemas de distocia en vaquillonas de entore precoz es
fundamental considerar no sólo el área pélvica (AP) materna sino también resulta primordial
utilizar toros probados de bajo peso al nacer con un valor esperado de la progenie negativo para
esta característica.
Navarro E.M.; Campero C.M.; Mezzadra C.; Sciotti A. 2008. Evaluación del área pélvica en
vaquillonas para carne de entore precoz y su relación con el parto. Vet. Arg. 25(246):413-429
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