Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. NOTA CLÍNICA Manifestaciones extraintestinales en la enfermedad inflamatoria intestinal: diferencias entre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa 96.342 Juan Luis Mendozaa, Raquel Lanab, Carlos Taxoneraa, Cristina Albaa, Sonia Izquierdoa y Manuel Díaz-Rubioa a Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. b Servicio de Urgencias. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. España. FUNDAMENTO Y OBJETIVO: La prevalencia de las manifestaciones extraintestinales (MEI) en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) varía en función de las áreas geográficas, el tipo de EII, la localización, la duración de la enfermedad y el tratamiento y la rapidez en el diagnóstico. El objetivo de este trabajo ha sido determinar la prevalencia de las principales MEI en la EII y las diferencias existentes entre la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). PACIENTES Y MÉTODO: Estudio prospectivo en el que se incluyó a 566 pacientes con EII (295 con EC y seguimiento medio de 11,6 años [extremos: 2-32 años] y 271 con CU y seguimiento medio de 10,4 años [extremos: 2-36 años]. Los datos referidos a las MEI y tests de laboratorio se obtuvieron en el momento del diagnóstico y durante las visitas posteriores. RESULTADOS: La aparición de al menos una MEI se observó en el 46,6% de los pacientes. Las MEI fueron frecuentes tanto en la CU (51,5%) como en la EC (42,2%). Las manifestaciones hepatobiliares (odds ratio [OR] = 1,91; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,15-3,16), la enfermedad tromboembólica venosa (OR = 4,26; IC del 95%, 1,3-15,4) y las artralgias (OR = 1,59; IC del 95%, 1,01-2,5) fueron más frecuentes en la CU que en la EC. El eritema nodoso (OR = 2,35; IC del 95%, 1,13-5,0) y las artritis periféricas (OR = 1,95; IC del 95%, 1,023,74) fueron más frecuentes en la EC. La prevalencia de las manifestaciones oculares y del resto de manifestaciones articulares no difirió entre la CU y la EC. CONCLUSIONES: La prevalencia de las MEI en los pacientes con EII españoles es una de las más altas publicadas. La frecuencia del tipo de MEI es diferente entre los pacientes con EC y CU, un aspecto que es importante conocer para realizar un diagnóstico adecuado de la EII y de sus complicaciones. Palabras clave: Enfermedad de Crohn. Colitis ulcerosa. Manifestaciones extraintestinales. Prevalencia. Extraintestinal manifestations in inflammatory bowel disease: differences between Crohn’s disease and ulcerative colitis BACKGROUND AND OBJECTIVE: The true prevalence of the extraintestinal manifestations (EM) associated with inflamatory bowel disease (IBD) may vary depending on the geographic area, IBD population, location and duration of the disease, medication and diagnostic accuracy. The aim of this study was determine the prevalence of the major EM of IBD and their differences between Crohn’s disease (CD) and ulcerative colitis (UC). PATIENTS AND METHOD: A prospective study with a total of 566 patients (295 CD with median follow up 11.6 years [range: 2-32 years] and 271 UC with median follow up 10.4 years [range: 2-36 years]. Data related to the clinical course, EM and laboratory tests were obtained at diagnosis and during follow-up. RESULTS: EM related with IBD appeared al least once in 46.6% of the patients. Joints manifestations were the most common EM. The EM were equal frequent in UC (51.5%) as in CD (42.2%). Hepatobiliary manifestations (odds ratio [OR] = 1.91; 95% confidence interval [CI] 1.15-3.16; p = 0.007), venous thromboembolism (OR = 4.26; 95% CI, 1.3-15.4; p = 0.006) and arthralgias (OR = 1.59; 95% CI, 1.01-2.5; p = 0.035) were more frequent in UC than CD. Erythema nodosum (OR = 2.35; 95% CI, 1.13-5.0; p = 0.013) and peripheral arthritis (OR = 1.95; 95% CI, 1.02-3.74; p = 0.029) were more frequent in CD. The prevalences of ocular, and the rest of joint manifestations were not different according to UC or CD. CONCLUSIONS: Prevalence of EM in Spanish IBD patients is among the highest ever reported. The distribution of the EM observed is different between CD and UC. It is necessary to know to allow to prompt diagnosis and prevent undesirable complications. Key words: Crohn’s disease. Ulcerative colitis. Extraintestinal manifestations. Prevalence. Correspondencia: Dr. J.L. Mendoza. Gaztambide, 33, bajo 3. 28015 Madrid. España. Correo electrónico: [email protected] Recibido el 13-9-2004; aceptado para su publicación el 21-2-2005. 27 La prevalencia de las manifestaciones extraintestinales (MEI) en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) va, según las diferentes series publicadas, del 21 al 36%1, aunque en algún trabajo desciende hasta el 6,2%2. La mayoría aparece tanto en los pacientes con colitis ulcerosa (CU) como con enfermedad de Crohn (EC) y pueden afectar a cualquier órgano o sistema, si bien hay diferencias entre los 2 procesos en cuanto al tipo de manifestaciones y su frecuencia. Los órganos afectados con más frecuencia son la piel, las articulaciones, los ojos y el hígado. La frecuencia de las MEI varía en función de las definiciones empleadas y del afán con el que se busquen, dado que en muchas ocasiones desaparecen con el tratamiento específico de la EII. La influencia de los factores genéticos es importante en la patogenia de las MEI. La concordancia de MEI en miembros de la misma familia con EII es alta y varía entre el 70 y el 84%3..Varios estudios han demostrado un incremento de la susceptibilidad a tener una MEI en pacientes con CU asociada a determinados alelos: el HLA-DRB1*0103 se relaciona con manifestaciones articulares y oculares, y el HLA-B8/DR3, con la colangitis esclerosante primaria4. Actualmente se está observando una acusada variabilidad en la prevalencia de los diferentes genes de susceptibilidad en la EII, como ocurre con el reciente descubrimiento de las mutaciones del gen NOD2/CARD15 en la EC5,6, que junto con las notables diferencias de incidencia y prevalencia de la EII en las distintas áreas geográficas7 despierta el interés por conocer si las características clínicas de los pacientes con EII en las diversas poblaciones son diferentes. Por estos motivos, nos propusimos determinar la prevalencia de las MEI en una cohorte de pacientes españoles con EII seguidos durante al menos 2 años y estudiar las diferencias en la frecuencia de las MEI entre la EC y la CU en esta población. Med Clin (Barc). 2005;125(8):297-300 297 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MENDOZA JL, ET AL. MANIFESTACIONES EXTRAINTESTINALES EN LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL: DIFERENCIAS ENTRE LA ENFERMEDAD DE CROHN Y LA COLITIS ULCEROSA 200 N.° de pacientes 180 181 EII 160 EC 140 CU 120 98 100 83 80 69 60 35 40 34 20 11 7 4 3 0 3 0 1 2 3 N.° de manifestaciones 4 Fig. 1. Distribución del número de manifestaciones extraintestinales que presentaron los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y su distribución en función de que tuvieran enfermedad de Crohn (EC) o colitis ulcerosa (CU). Pacientes y método Se ha realizado un estudio descriptivo prospectivo de cohortes en el que se incluyó a 566 pacientes (263 mujeres y 303 varones) no emparentados y diagnosticados de EII, a los que se siguió regularmente en la Unidad de EII de nuestro centro durante al menos 2 años consecutivos en el período comprendido entre febrero de 2000 y febrero de 2004. Se excluyó a los pacientes con el diagnóstico de colitis indeterminada. Se valoró a 295 (52,12%) pacientes diagnosticados de EC por datos clínicos, radiológicos, endoscópicos e histológicos siguiendo los criterios de Lennard-Jones8. La edad media al diagnosticar la enfermedad fue de 31 años (extremos: 10-80 años), con un tiempo medio de duración de la enfermedad de 11,6 años (extremos: 232 años). Por otra parte, se valoró a 271 (47,88%) pacientes diagnosticados de CU por datos clínicos, endoscópicos e histológicos con una edad media de 38 años (extremos: 6-83 años) y con una duración media de la enfermedad de 10,4 años, (extremos: 2-36 años). Cualquier alteración indicativa de MEI fue investigada por el especialista correspondiente. Las MEI se dividieron en grupos: a) alteraciones oftalmológicas (uveítis y episcleritis/iritis); b) alteraciones dermatológicas (eritema nodoso, pioderma gangrenoso, dermatitis neutrofílica, estomatitis aftosa y otras alteraciones asociadas a la EII como la psoriasis y el liquen); c) alteraciones reumatológicas (artralgias, artritis periférica, artropatía axial –sacroileítis y espondilitis–, descartando a los pacientes cuyas artralgias podrían tener relación con otros procesos, y d) alteraciones de las pruebas de función hepática (hipertransaminasemia –definida como la elevación de las transaminasas 1,5 veces por encima del valor normal– y elevación persistente de las enzimas de colestasis, con colangiorresonancia normal, durante más de 6 meses). Siempre que existía sospecha de colangitis esclerosante se realizó una colangiorresonancia y en los casos en que la prueba fue negativa pero persistía la sospecha clínica, previa aceptación del paciente, se efectuó una biopsia hepática o una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (un caso). Se excluyó a los pacientes con hepatopatía crónica de etiología conocida y/o con colelitiasis. También se registraron las complicaciones tromboembólicas. En todos los contrastes de hipótesis se rechazó la hipótesis nula con un valor de p inferior a 0,05. El análisis estadístico se realizó mediante el Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 10.07 para Windows (SPSS Inc., Chicago, Ill, EE.UU.). Resultados La aparición de al menos una MEI se observó en 264 (46,6%) pacientes con EII, sin diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la frecuencia global de estas manifestaciones entre la CU (n = 140; 51,5%) y la EC (n = 125; 42,4%). Al clasificar las MEI en función del órgano o tejido afectado (tabla 1), se observó que tanto las hepatobiliares (OR = 1,91; IC del 95%, 1,15-3,16; p = 0,007) como la aparición de fenómenos tromboembólicos (OR = 4,26; IC del 95%, 1,3-15,4; p = 0,006) fueron mucho más frecuentes en la CU que en la EC. En el resto de las MEI no hay diferencias estadísticamente significativas (tabla 1). Las consideradas como las 5 MEI principales2 (iritis/uveítis, eritema nodoso, pioderma gangrenoso, espondilitis y colangitis esclerosante) las experimentaron 86 (15,2%) pacientes con EII. La mayoría de los pacientes, 181 (32%), presentaron únicamente una MEI, mientras que 83 (14,6%) presentaron varias, sin observar diferencias entre la EC y la CU (fig. 1). 298 Med Clin (Barc). 2005;125(8):297-300 Discusión Es difícil determinar la verdadera prevalencia de las MEI en la EII, dado que varía en función de las áreas geográficas, el tipo de EII, la localización y la duración de la enfermedad, el manejo terapéutico y la precocidad en el diagnóstico de la enfermedad. La mayoría de los trabajos encuentran una prevalencia de MEI que oscila entre el 20 y el 25% de los pacientes con EII9-11, si bien esta cifra se modifica en función del área geográfica, como es el caso del trabajo realizado por Jiang y Cui12, que analizan a 10.218 pacientes con CU en China y observan una frecuencia del 6,1%, y en función de las ME consideradas, como ocurre en el estudio de Bernstein13, que investiga la prevalencia de las 5 principales MEI (iritis/uveítis, eritema nodoso, pioderma gangrenoso, espondilitis y colangitis esclerosante) y sólo encuentran una prevalencia del 6,2%. La razón por la que no se incluyeron las artralgias ni las artritis periféricas TABLA 1 Manifestaciones extraintestinales por órganos y tejidos afectados Análisis estadístico Las variables cualitativas se resumieron en valor absoluto y según su distribución de frecuencias. Las variables cuantitativas se resumieron en su media y extremos. El estudio de asociación para variables cualitativas se efectuó mediante el test de la χ2 y cuando al menos más del 25% de los valores esperados eran menor de 5, mediante el test de Fisher. El grado de asociación se expresó con la odds ratio (OR) junto con el intervalo de confianza (IC) del 95%. Las MEI más frecuentes fueron las reumatológicas; casi un tercio (31,6%) de los pacientes presentaron al menos alguna de estas manifestaciones. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en la prevalencia de la artropatía axial entre la CU y la EC (tabla 2); sin embargo, las artralgias fueron mucho más frecuentes en la CU que en la EC (OR = 1,59; IC del 95%, 1,01-2,5; p = 0,035), al contrario de lo que ocurrió con las artritis periféricas, que fueron más frecuentes en la EC que en la CU (OR = 1,95; IC del 95%, 1,02-3,74; p = 0,029) (tabla 2). Entre las manifestaciones dermatológicas, el eritema nodoso fue más frecuente en la EC que en la CU (OR = 2,35; IC del 95%, 1,13-5,0; p = 0,013). No se encontraron diferencias con el resto de las manifestaciones cutáneas relacionadas con la EII (tabla 2). Las alteraciones analíticas de las pruebas hepáticas fueron más frecuentes en la CU que en la EC, tanto la hipertransaminasemia (OR = 2,62; IC del 95%, 1,355,4; p = 0,002) como la elevación de las enzimas de colestasis (OR = 11,26; IC del 95%, 1,48-2,36; p = 0,004) (tabla 2). Manifestaciones extraintestinales Oftalmológicas Dermatológicas Reumatológicas Hepatobiliares Tromboembólicas Enfermedad inflamatoria intestinal (n = 566) 13 (2,3%) 88 (15,55%) 179 (31,63%) 83 (14,66%) 19 (3,36%) Enfermedad de Crohn (n = 566) 6 (2,03%) 53 (17,97%) 93 (31,53%) 32 (10,85%) 4 (1,36%) Colitis ulcerosa (n = 271) 7 (2,58%) 35 (12,92%) 86 (31,73%) 51 (18,82%)a 15 (5,54%)b a Colitis ulcerosa frente a enfermedad de Crohn: odds ratio (OR) 1,91; intervalo de confianza (IC) del 95%, 1,15-3,16; p = 0,007. Colitis ulcerosa frente a enfermedad de Crohn: OR = 4,26; IC del 95%; 1,3-15,4; p = 0,006. b 28 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MENDOZA JL, ET AL. MANIFESTACIONES EXTRAINTESTINALES EN LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL: DIFERENCIAS ENTRE LA ENFERMEDAD DE CROHN Y LA COLITIS ULCEROSA fue la dificultad para distinguir entre artropatía y artralgia, fundamentalmente en los estudios retrospectivos. En nuestro trabajo la prevalencia encontrada fue más alta. El 46,6% de los pacientes presentaron al menos una MEI y, si excluimos las artralgias y las artropatías periféricas, la frecuencia fue del 32,7%. Incluso si nos ceñimos únicamente a las 5 MEI principales, la prevalencia fue del 15,2%, superior a la descrita en otros trabajos de diseño retrospectivo2,9,14. En el 14,6% de los paciente con EII se observaron 2 o más manifestaciones sin diferencias entre la CU y la EC. La asociación más frecuente fue entre el eritema nodoso y la artritris periférica. Las manifestaciones articulares fueron las más frecuentes. En nuestra cohorte, uno de cada 3 pacientes presentó alguna. En la mayoría de los trabajos no se incluyen las artralgias (18,2%), por ser manifestaciones relacionada con la actividad de la enfermedad o un reflejo de las modificaciones terapéuticas15. Las artralgias fueron mucho más frecuentes en la CU que en la EC, con diferencias estadísticamente significativas. En cambio, a pesar de tener una definición clara, existen importantes discrepancias relacionadas con la prevalencia de las artritis periféricas en la EII, que varía entre el 5 y el 20%1. Se trata de sinovitis aguda con predominio de los neutrófilos y escasez de mucina en el líquido articular15. La prevalencia en nuestros pacientes fue del 9% y, como ocurre en otros trabajos11, fue mucho más frecuente en la EC que en la CU. Sin embargo, en la artropatía axial (espondilitis y sacroileítis aislada) se observó una prevalencia más baja, del 6,72%, sin diferencias entre los pacientes con CU y EC, y su frecuencia está por encima de otros trabajos que han analizado específicamente esta asociación y que encuentran una prevalencia entre el 3 y el 5%16. Posiblemente las diferencias se deban a que la sacroileítis aislada puede ser asintomática en muchas ocasiones17 y requiere para su diagnóstico la realización de pruebas específicas como la resonancia magnética o la gammagrafía para su diagnóstico18. La prevalencia de las manifestaciones dermatológicas fue del 15,5%; casi la mitad de estos pacientes presentaron eritema nodoso (7,24%). Al igual que en otros trabajos11, se observa una mayor frecuencia del eritema nodoso en la EC cuando se compara con la CU, diferencias estadísticamente significativas. No todos los autores2 han encontrado esta mayor asociación entre el eritema nodoso y la EC. En muchas ocasiones, tanto el eritema nodoso como la artritis periférica fueron un fiel reflejo de la actividad de la enfermedad, con buena respuesta al tratamiento del brote agudo de la EII. El pioderma gangrenoso fue menos frecuente 29 Tabla 2 Prevalencia de las manifestaciones extraintestinales en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y su frecuencia en la enfermedad de Crohn (EC) y en la colitis ulcerosa (CU) Manifestaciones extraintestinales Oftalmológicas Uveítis Episcleritis/iritis Dermatológicas Estomatitis aftosa Eritema nodoso Pioderma gangrenoso Eritema/pioderma Dermatitis neutrofílica Psoriasis Liquen Reumatológicas Artralgias Artritis periféricas Espondilitis Sacroileítis Espondilitis/sacroileítis Artritis periférica + central Hepáticas Colangitis esclerosante Hipertransaminasemia Colestasis aislada Amiloidosis EII (n = 566) EC (n = 295) CU (n = 271) 8 (1,41%) 5 (0,88%) 2 (0,68%) 4 (1,36%) 6 (2,21%) 1 (0,37%) 20 (3,53%) 41 (7,24%) 7 (1,24%) 2 (0,35%) 4 (0,71%) 8 (1,41%) 5 (0,88%) 13 (4,41%) 29 (9,83%)a 3 (1,02%) 1 (0,34%) 4 (1,36%) 2 (0,68%) 1 (0,34%) 7 (2,58%) 12 (4,43%) 4 (1,48%) 1 (0,37%) 0 (0%) 6 (2,21%) 4 (1,48%) 103 (18,20%) 38 (6,71%) 10 (1,77%) 11 (1,94%) 4 (0,71%) 13 (2,30%) 44 (14,92%) 27 (9,15%)b 5 (1,69%) 8 (2,71%) 2 (0,68%) 7 (2,37%) 59 (21,77%)c 11 (4,06%) 5 (1,85%) 3 (1,11%) 2 (0,74%) 6 (2,21%) 4 (0,71%) 46 (8,13%) 11 (1,94%) 2 (0,35%) 1 (0,34%) 14 (4,75%) 1 (0,34%) 1 (0,34%) 3 (1,11%) 32 (11,81%)d 10 (3,69%)e 1 (0,37%)e Eritema nodoso: EC frente a CU (odds ratio [OR] = 2,35; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,13-5,01; p = 0,013). bArtritis periférica: EC frente a CU (OR = 1,95; IC del 95%, 1,02-3,74; p = 0,029). CArtralgias: CU frente a EC (OR = 1,59; IC del 95%, 1,01-2,05; p = 0,035). dHipertransaminasemia: CU frente a EC (OR = 2,62; IC del 95%, 1,35-5,4; p = 0,002). eColestasis aislada: CU frente a EC (OR = 11,26; IC del 95%, 1,48-2,36; p = 0,004). a (1%), aunque tradicionalmente se ha asociado con la CU; en esta cohorte de pacientes no hubo diferencias entre la EC y la CU. Tres pacientes (casi el 50%), a pesar de no presentar actividad de la EII, requirieron tratamiento con ciclosporina para controlar el pioderma gangrenoso19. Recientemente se ha comunicado que el tratamiento con infliximab puede ser eficaz en casos refractarios20. La lesión orofaríngea más frecuente en la EII es la estomatitis aftosa recidivante, con una prevalencia que oscila entre el 4 y el 20%11. En nuestro estudio fue sólo del 3,5%, con frecuencias parecidas tanto en la EC como en la CU. Es difícil establecer su prevalencia exacta, puesto que es frecuente en la población general y, además, está muy asociada a déficit nutricionales y alteraciones hematólogicas, frecuentes cuando la EII está en actividad. La aparición de dermatitis neutrofílica fue rara (< 1%) y más frecuente en la EC, como se describe en la bibliografía21. Muchas manifestaciones hepatobiliares están asociadas con la EII. La más importante es la colangitis esclerosante primaria, cuya prevalencia oscila entre el 2,4 y el 7,5% de los pacientes con EII, mientras que el 75% de los pacientes con colangitis esclerosante presentan además EII (un 87% en la CU y un 13% en la EC)22. En este trabajo la prevalencia fue inferior, del 0,71% (3 pacientes con CU y 1 con EC). Esta baja prevalencia, asociada al hecho de que casi el 2% de los pacientes presentaron alteraciones de las enzimas de colestasis con colangiorreso- nancia normal, indica la necesidad de realizar una biopsia hepática para el diagnóstico, fundamentalmente en los pacientes con CU. Además, la biopsia permitiría el diagnóstico de la pericolangitis esclerosante, que se consideró inicialmente una entidad separada pero que hoy se considera que forma parte de la colangitis esclerosante23. El diagnóstico se debe sospechar en un paciente con CU que presenta alteración de las enzimas de colestasis hepática y en el que no se observan alteraciones anatómicas en las vías biliares, por lo que se requiere la biopsia hepática para llegar al diagnóstico. La hipertransaminasemia en relación con la esteatosis hepática fue mucho más frecuente en la CU que en la EC, pero probablemente carezca de importancia al estar relacionada con la propia cronicidad de la enfermedad, la toxicidad farmacológica, las nutriciones parenterales y los trastornos nutricionales. Las manifestaciones oculares más frecuentes son la episcleritis y la uveítis, cuya frecuencia oscila en la CU entre el 1,6 y el 4,6%, y en la EC entre el 3,5 y el 6,3%. En nuestra población, la prevalencia fue del 2,3%, sin diferencias entre los pacientes con CU y EC, muy parecida a la observada en otras áreas mediterráneas14. Sí hubo diferencias en cuanto a la episcleritis/iritis, que fue más frecuente en la EC que en la CU (el 1,36 frente al 0,37%), se correlacionó con la existencia de actividad inflamatoria intestinal y respondió al tratamiento convencional. La uveítis fue más frecuente en la CU (un Med Clin (Barc). 2005;125(8):297-300 299 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MENDOZA JL, ET AL. MANIFESTACIONES EXTRAINTESTINALES EN LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL: DIFERENCIAS ENTRE LA ENFERMEDAD DE CROHN Y LA COLITIS ULCEROSA 2,21% comparado con un 0,68%), a diferencia de lo que ocurre en otras series2,13. En 2 pacientes la clínica oftalmológica precedió al diagnóstico de EII, pero probablemente su frecuencia esté infravalorada puesto que hay una alta prevalencia de uveítis asintomáticas en pacientes con EII tanto en la edad adulta24 como en la adolescencia25, que puede llegar hasta el 12,5% de los pacientes, lo que ha llevado a recomendar el examen ocular sistemático en los pacientes con EII. Hasta el 5,5% de los pacientes con CU presentaron fenómenos tromboembólicos venosos, una prevalencia superior a la observada en la EC, que fue cercana al 1%. La prevalencia en diferentes estudios retrospectivos varía entre el 1,3 y el 39%1, y supone además la tercera causa de muerte en pacientes con CU15. La existencia de un estado de hipercoagulabilidad adquirido en relación con la actividad de la enfermedad26 obliga a realizar profilaxis de la enfermedad tromboembólica venosa en los brotes graves, fundamentalmente de la CU. La prevalencia de MEI en la población española con EII es una de las más altas comunicadas hasta el momento. El conocimiento de las diferentes MEI y su diferente frecuencia de presentación en la EII permite realizar un manejo terapéutico más adecuado de esta enfermedad. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Su CG, Judge TA, Lichtenstein GR. Extraintestinal manifestations of inflammatory bowel disease. Gastroenterol Clin North Am. 2002;31:307-27. 300 Med Clin (Barc). 2005;125(8):297-300 2. Bernstein CN, Blanchard JF, Rawsthorne P, Yu N. The prevalence of extraintestinal diseases in inflammatory bowel disease: a population-based study. Am J Gastroenterol. 2001;96:1116-22. 3. Satsangi J, Grootscholten C, Holt H, Jewell DP. Clinical patterns of familial inflammatory bowel disease. Gut. 1996;38:738-41. 4. Yap LM, Ahmad T, Jewell DP. The contribution of HLA genes to IBD susceptibility and phenotype. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2004;18: 577-96. 5. Mendoza JL, Murillo LS, Fernández L, Pena AS, Lana R, Urcelay E, et al. Prevalence of mutations of the NOD2/CARD15 gene and relation to phenotype in Spanish patients with Crohn disease. Scand J Gastroenterol. 2003;38:1235-40. 6. Yamazaki K, Takazoe M, Tanaka T, Kazumori T, Nakamura Y. Absence of mutation in the NOD2/CARD15 gene among 483 Japanese patients with Crohn’s disease. J Hum Genet. 2002; 47:469-72. 7. Farrokhyar F, Swarbrick ET, Irvine EJ. A critical review of epidemiological studies in inflammatory bowel disease. Scand J Gastroenterol. 2001;36:2-15. 8. Lennard-Jones J. Classifications of inflammatory bowel disease. Scand J Gastroenterol. 1989;170 Suppl: 2-6. 9. Lakatos L, Pandur T, David G, Balogh Z, Kuronya P, Tollas A, et al. Association of extraintestinal manifestations of inflammatory bowel disease in a province of western Hungary with disease phenotype: results of a 25-year follow-up study. World J Gastroenterol. 2003;9:2300-7. 10. Podolsky DK. Inflammatory bowel disease. N Engl J Med. 2002;347:417-29. 11. Veloso FT, Carvalho J, Magro F. Immune-related systemic manifestations of inflammatory bowel disease. A prospective study of 792 patients. J Clin Gastroenterol. 1996;23:29-34. 12. Jiang XL, Cui HF. An analysis of 10218 ulcerative colitis cases in China. World J Gastroenterol. 2002;8:158-61. 13. Bernstein CN. Extraintestinal manifestations of inflammatory bowel disease. Curr Gastroenterol Rep. 2001;3:477-83. 14. Christodoulou DK, Katsanos KH, Kitsanou M, Stergiopoulou C, Hatzis J, Tsianos EV. Frequency of extraintestinal manifestations in patients with inflammatory bowel disease in Northwest Greece and review of the literature. Dig Liver Dis. 2002;34:781-6. 15. López San Román A. Manifestaciones extraintestinales en la enfermedad inflamatoria intestinal. En: Gassull MA, Gomollon F, Obrador A, Hinojosa J, editores. Enfermedad inflamatoria intestinal. Madrid: Ediciones Ergon, S.A.; 2002. p. 125-33. 16. Palm O, Moum B, Ongre A, Gran JT. Prevalence of ankylosing spondylitis and other spondyloarthropathies among patients with inflammatory bowel disease: a population study (the IBSEN study). J Rheumatol. 2002;29:511-5. 17. Queiro R, Máiz O, Intxausti J, De Dios JR, Belzunegui J, González C, et al. Subclinical sacroiliitis in inflammatory bowel disease: a clinical and follow-up study. Clin Rheumatol. 2000;19:445-9. 18. Mendoza JL, Lana R, García-Paredes J. Colitis ulcerosa. Manifestaciones extraintestinales. GH continuada. 2003;2:246-50. 19. Friedman S, Marion JF, Scherl E, Rubin PH, Present DH. Intravenous cyclosporine in refractory pyoderma gangrenosum complicating inflammatory bowel disease. Inflamm Bowel Dis. 2001;7:1-7. 20. López San Román A, Bermejo F, Aldanondo I, Carrera E, Boixeda D, Muñoz Zato E. Pioderma gangrenoso asociado con colitis ulceerosa: respuesta al infliximab. Rev Esp Enferm Dig. 2004; 96:420-4. 21. Mendoza JL, García-Paredes J, Pena AS, CruzSantamaría DM, Iglesias C, Díaz Rubio M. El espectro de las dermatitis neutrofíticas en la enfermedad de Cronh. Rev Esp Enferm Dig. 2003; 95:233-6. 22. Ahmad J, Slivka A. Hepatobiliary disease in inflammatory bowel disease. Gastroenterol Clin North Am. 2002;31:329-45. 23. Angulo P, Maor-Kendler Y, Lindor KD. Smallduct primary sclerosing cholangitis: a long-term follow-up study. Hepatology. 2002;35:1494-500. 24. Verbraak FD, Schreinemachers MC, Tiller A, Van Deventer SJ, De Smet MD. Prevalence of subclinical anterior uveitis in adult patients with inflammatory bowel disease. Br J Ophthalmol. 2001;85:219-21. 25. Rychwalski PJ, Cruz OA, Alanis-Lambreton G, Foy TM, Kane RE. Asymptomatic uveitis in young people with inflammatory bowel disease. J Aapos. 1997;1:111-4. 26. Papa A, Danese S, Grillo A, Gasbarrini G, Gasbarrini A. Review article: inherited thrombophilia in inflammatory bowel disease. Am J Gastroenterol. 2003;98:1247-51. 30