Un acercamiento a las Altas Capacidades Intelectuales

Anuncio
Un acercamiento a las Altas Capacidades Intelectuales
Autores: Díaz Martín, Victoria (Grado de maestro/a en Educación Primaria); Valverde Díaz-Tendero, Carlos (Maestro de Educación
Primaria).
Público: Grado de maestro/a en Educación Primaria. Materia: Atención a las necesidades específicas de apoyo educativo. Idioma:
Español.
Título: Un acercamiento a las Altas Capacidades Intelectuales.
Resumen
A menudo, cuando se habla de Altas Capacidades, lo primero que se viene a la mente es la imagen de un niño o una niña con una
gran inteligencia en cualquier área de conocimiento, junto con un alto rendimiento académico. Y, a pesar de las continuas
investigaciones en este campo, siguen permaneciendo estas falsas creencias. La escuela al igual que la familia, tendrán un papel
fundamental en el desarrollo eficaz de los niños con Altas Capacidades.
Palabras clave: altas capacidades, inteligencia, talento, rendimiento académico.
Title: An approach to the highly gifted.
Abstract
Often, when we talking about gifted, the first thing that comes to our mind is the picture of a boy or a girl with a great intelligence
in all subject of knowledge, with high academic performance. And, in spite of continous research in this fieldd still remain these
false believes arising from recognition. The school as the family will have a key role in the successful development of gifted
children.
Keywords: gifted, intelligence, talent, academic performance.
Recibido 2016-01-20; Aceptado 2016-02-05; Publicado 2016-02-25;
Código PD: 068071
PRECISIÓN TERMINOLÓGICA
El hecho de que ciertos alumnos destaquen por encima de otros, en una o varias áreas conductuales, ha dado lugar a
una multitud de adjetivos para denominarlos como por ejemplo, superdotado, talentoso, precoz, etc. (Comes, Díaz, Luque
y Moliner, 2008).
Cuando hablamos de alta capacidad intelectual solemos emplear determinados conceptos generalmente de forma
errónea, como plasman Martínez y Guirado (2010) en su adaptación de las definiciones empleadas por Castelló y Martínez
(1999). Estos autores definen al superdotado como una persona cuya capacidad intelectual presenta un alto nivel en todas
sus dimensiones: captación de conceptos lógicos, capacidad creativa, dominio de la información y tratamiento de la
memoria. Esta alta capacidad queda reflejada en el aspecto verbal y matemático, así como en el espacial de la persona
que la posee. De este modo, vemos que la persona con superdotación es capaz de producir eficazmente cualquier
actividad incluyendo, además, una distinción importante en sus cualidades, puesto que, al disponer de multitud de
recursos, es capaz de resolver problemas que con uno solo no tendrían solución.
Además, Martínez y Guirado (2010), hablan de talentoso para referirse a aquella persona que muestra una capacidad
elevada en un determinado ámbito, como el verbal, el lógico o el matemático, entre otros. Sin embargo, su capacidad en
otros ámbitos puede ser moderada e incluso nula. El talento puede ser simple o complejo: cuando el sujeto solamente
destaca en un área determinada mientras que en el resto de las áreas sus valores son ordinarios, decimos que presenta un
talento simple, y en estas áreas de talento, su poseedor será más efectivo que el superdotado; la diferencia entre uno y
otro estriba en que el segundo será mejor que el primero en el resto de áreas. Por otro lado, hablamos de talento
complejo cuando se combinan diferentes competencias específicas y dan lugar a una conducta o habilidad global. Por
ejemplo, las personas con talento académico combinan la competencia lógica, verbal y memorística.
Y, por último, el término precoz es, para ellos, una capacidad evolutiva que se presenta en las primeras etapas de
maduración y hace que el niño o niña tenga un desarrollo más veloz que el resto de personas de su misma edad, aunque
los resultados no serán muy elevados. En esta etapa es normal encontrarse con que los niños y niñas precoces presentan
niveles intelectuales mayores que el resto pero, una vez acabada la maduración, su capacidad intelectual disminuye; así
256 de 469
PublicacionesDidacticas.com | Nº 68 Marzo 2016
pues, la precocidad se manifestará en mayor grado cuanto más jóvenes sean los niños/as. En cuanto a comportamiento y
aprendizaje, los niños precoces suelen presentar niveles similares a los de personas mayores que ellos.
En la etapa de desarrollo y activación de recursos intelectuales básicos (entre 0 y 14 años), las diferencias de
configuración pueden ser debidas a: diferencias en el ritmo de desarrollo, hablamos pues de la precocidad, ya que la
activación de recursos intelectuales se consigue en un espacio de tiempo inferior que el ritmo promedio y diferencias de
techo, es decir, cuando el alumnado presenta mayor y mejores competencias que el promedio, una vez finalizado el
desarrollo cognitivo básico, en este caso hablamos de superdotación y talento. De esta manera queda aclarado que un
niño precoz accede, con mayor antelación, a los recursos intelectuales básicos, aunque no logra ni más ni mejores niveles
al final de su desarrollo.
Castro (2008) además de los términos citados, introduce el concepto de prodigio, entendiéndose como sujeto que,
desde pequeño, alcanza actuaciones eminentes del mismo calibre que si de una actuación adulta se tratase.
Por otro lado, Berché (2000: 14), indica que:
Superdotado es todo aquel individuo que, en un primer lugar y como criterio fundamental, demuestra poseer una
superioridad mental enjuiciada objetivamente tras la aplicación de una completa batería de tests que, conjuntamente
evaluarán además de su superioridad intelectual, su superior madurez social y emocional y su salud física; al mismo
tiempo que su creatividad. Conjuntamente una evaluación subjetiva que valore la originalidad de sus trabajos, su rápida
orientación, concentración, interés por los diversos temas y el denominado desempeño sobresaliente.
En cambio, Pérez-Sánchez (2004: 20) define al superdotado como “aquella persona cuyas capacidades son superiores a
las normales, o a las esperadas para su edad y condición, en una o varias áreas de la conducta humana”.
Por otro lado, el término “altas capacidades” tiene una difícil definición, como indica Sánchez-Sánchez (2013), ya que
está formado por varios elementos y una población muy heterogénea. Por ello, a lo largo de la historia, han ido surgiendo
diversos términos que señalaban exclusivamente a la inteligencia como “centro de actividad” de estas personas; en
cambio, otros más actuales, como Barraca y Artola (2004), indican que para hacer referencia a las altas capacidades
tendremos que tener en cuenta diversos elementos como, una elevada imaginación y creatividad, interés en la realización
de tareas, o una alta sensibilidad y capacidad para relacionarse con otras personas y con el medio. Todo esto, junto con la
motivación del sujeto, los elementos personales y la influencia del entorno donde se producen sus interacciones, van a
contribuir en su desarrollo.
ALTAS CAPACIDADES Y RENDIMIENTO ACADÉMICO
En la etapa previa a la entrada en la escuela, el niño ya ha conformado determinados aprendizajes, tanto formales
como informales, inculcados en su entorno familiar, con los cuales convivirán en esta nueva etapa (Gasteiz, 2013).
El alumnado en general, merece una educación que, partiendo de sus características y necesidades, garantice su
desarrollo a nivel físico, emocional, social, etc. Así pues el alumnado con altas capacidades intelectuales requiere destrezas
académicas que les estimulen y desafíen, ya que de lo contrario no mostraría interés y acabaría produciéndose un
rendimiento inferior al esperado, además de perturbaciones emocionales. (Alonso, 2008).
Como indica González (1988) en su estudio, la definición de rendimiento escolar ha sufrido una serie de
transformaciones a lo largo del tiempo considerando, en un primer momento, la capacidad intelectual del alumno como
único factor influyente en su rendimiento académico, por lo que un alumno que no llegase a los conocimientos mínimos
exigibles por la escuela era señalado con un calificativo negativo que le marcaría en toda su vida académica, hasta
terminar abandonando, en la mayoría de los casos, por no alcanzar los niveles requeridos por la institución; poco a poco,
con el paso del tiempo, y tras una serie de estudios, llegamos a orientaciones donde se contemplan varios aspectos que
ejercen influencia sobre el rendimiento académico. Así pues, actualmente, el rendimiento académico abarca un conjunto
de variables, tanto personales, como motivacionales y relacionales del alumno con el profesorado, los compañeros de
clase, la familia o el propio contexto social en que se encuentra. (García-Jiménez, Alvarado y Jiménez-Blanco, 2000). Por lo
tanto, cuando hablamos de un alto o bajo rendimiento académico no podemos atribuirlo únicamente a las capacidades
internas del alumno, sino que debemos investigar sobre otros posibles factores de influencia, como los mencionados
anteriormente.
PublicacionesDidacticas.com | Nº 68 Marzo 2016
257 de 469
Tras una revisión de la literatura nos encontramos con diferentes modelos relacionados con las altas capacidades y el
rendimiento académico, de los que destacamos los siguientes:
El conocido Modelo de los Tres Anillos de Renzulli y Reis (1997), citado en Pardo (2006), denomina a la persona
superdotada como aquella que combina tres elementos básicos: una alta capacidad intelectual respecto a la media, una
gran imaginación y una elevada entrega a las tareas académicas. A su vez, Mönks (1993), citado en Domínguez y PérezSánchez (1999), señala que tanto el entorno familiar como escolar van a influir en la superdotación. Por último otro de los
modelos relacionados con el rendimiento académico es el de Gagné (1991), citado en Rayo (2001), en el que presenta la
diferenciación entre superdotación y talento. En este sentido, atribuye a la superdotación un conjunto de destrezas
innatas (intelectuales, creativas, socioafectivas, sensomotrices…), las cuales surgen de manera natural, sin un
entrenamiento previo. Por otro lado, el talento cuenta con unas destrezas aprendidas que, al contrario de las innatas, no
surgen de manera natural, sino que necesitan de un entrenamiento previo y están influidas tanto por factores propios de
la personalidad como contextuales. Por lo tanto, concluye que para llegar a ser talentoso previamente debes ser
superdotado.
No debería extrañarnos que todas aquellas personas que no están especializadas o no tienen conocimiento sobre esta
materia, piensen que niños y adolescentes con altas capacidades intelectuales o con talento deben tener un alto
rendimiento escolar. Sin embargo, autores como Terman y Oden (1959) y Whitmore (1980), han demostrado todo lo
contrario en sus estudios, pues revelan que en gran medida los alumnos con altas capacidades intelectuales presentan
dificultades y bajo rendimiento escolar. Este bajo rendimiento escolar es definido por Alonso (2000) como el rendimiento
que está por debajo de las competencias mínimas exigidas al alumnado. Dicho rendimiento tiene una serie de elementos
biológicos, psicológicos, pedagógicos y socioeconómicos. En lo referente a los elementos biológicos, podemos decir que
son todas aquellas alteraciones, tanto físicas como neurofuncionales del organismo, que obstaculizan el rendimiento
escolar común. Por otro lado, los elementos psicológicos son ocasionados por los trastornos emocionales. En cuanto a los
pedagógicos derivan de la inadaptación del sistema escolar a las necesidades del alumno con estas características. Por
último, y no por ello menos importante, nos encontramos con elementos socioeconómicos inherentes a este problema
debido a que el alumnado pertenece, en muchos casos, a un medio social, económico y cultural desfavorable. (Alonso,
2000).
●
258 de 469
PublicacionesDidacticas.com | Nº 68 Marzo 2016
Descargar