proceso 156-ip-2013

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TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA
PROCESO 156-IP-2013
Interpretación prejudicial del artículo 136 literal a) de la
Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina
solicitada por la Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República del Perú; e interpretación prejudicial de oficio
de los artículos 134 literales a) y b) y 137 de la misma
Decisión.
Marca: SOALE MANGO y etiqueta.
Actor: sociedad GLORIA S.A.
Proceso interno Nº. 4537-2011.
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA, en San Francisco
de Quito, a los dieciséis días del mes de octubre del año dos mil trece.
VISTOS:
La solicitud de interpretación prejudicial y sus anexos, remitida por la Sala de
Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de
la República del Perú, relativa al artículo 136 literal a) de la Decisión 486 de la
Comisión de la Comunidad Andina, dentro del proceso interno Nº. 4537-2011.
El auto de 2 de octubre de 2013, mediante el cual este Tribunal decidió admitir a
trámite la referida solicitud de interpretación prejudicial por cumplir con los
artículos 32 y 33 del Tratado de Creación del Tribunal y con los requisitos
contemplados en el artículo 125 del Estatuto; y,
Los hechos señalados por el consultante, complementados con los documentos
incluidos en anexos.
a) Partes en el proceso interno.
Demandante: GLORIA S.A.
Demandado: Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección
de la Propiedad Intelectual de la República del Perú, INDECOPI.
Tercero interesado: sociedad SOLAE LLC.
b) Hechos
1. El 21 de noviembre de 2006, la sociedad GLORIA S.A. solicitó ante el
INDECOPI, el registro del signo constituido por “la etiqueta rectangular con un
paisaje de fondo en el cual se aprecia en la parte inferior un pastizal de color
-2-
verde y cielo de color blanco; sobre dicho fondo se incluye una línea vertical
semi-ovalada de color mostaza y sobre ella, en la parte inferior la figura de un
mango acompañado de la denominación MANGO escrita en letras
características de color blanco con rojo en diversas tonalidades, además, se
incluye la denominación SOALE escrita en letras características de color verde
rodeada por una línea ovoide de color azul con la denominación BEBIDA CON
SOYA Y JUGO; y una forma irregular de color anaranjado en diversas
tonalidades sobre una línea semi-ovalada de color verde terminada en una hoja
del mismo color, acompañada de la frase LA PROTEINA DE LA BUENA SALUD
(sin reivindicar) escrita en letras características de color verde; conforme al
modelo adjunto (…)” para distinguir productos comprendidos en la Clase 30 de la
Clasificación Internacional de Niza.
2. Contra dicha solicitud presentó oposición la sociedad SOLAE LLC. sobre la
base de su marca SOLAE y logotipo registrada en Perú para distinguir productos
de la Clase 29 de la Clasificación Internacional de Niza y sus marcas SOLAE y
logotipo registradas en Colombia para distinguir productos de la Clase 29 y de la
Clase 5.
3. Por Resolución Nº. 11168-2007/OSD-INDECOPI, de 10 de julio de 2007, la
Oficina de Signos Distintivos del INDECOPI, declaró “INFUNDADA la oposición
formulada por SOLAE, LLC (…) e INSCRIBIR (…) a favor de GLORIA S.A. (…)
la marca de producto (…)” solicitada.
La sociedad SOLAE, LLC formuló recurso de reconsideración.
4. El recurso de reconsideración fue resuelto por Resolución Nº. 198842007/OSD-INDECOPI de 9 de noviembre de 2007 que declaró “INFUNDADO el
Recurso de Reconsideración interpuesto por SOLAE, LLC (…)”.
Contra dicha Resolución la sociedad SOLAE LLC. interpuso recurso de
apelación.
5. El recurso de apelación fue resuelto por el Tribunal de Defensa de la
Competencia y de la Protección a la Propiedad Intelectual del INDECOPI que,
por Resolución Nº. 1322-2008/TPI-INDECOPI de 5 de junio de 2008, decidió
“REVOCAR la Resolución Nº. 19884-2007/OSD-INDECOPI de fecha
de
noviembre de 2007 y, por sus efectos, la Resolución Nº. 11168 de fecha 10 de
julio de 2007, en consecuencia, DENEGAR el registro de la marca de producto
(…)”.
5. Contra esta última Resolución la sociedad GLORIA S.A. interpuso demanda
contencioso administrativa, la cual fue resuelta por Sentencia de Primera
Instancia, Resolución número 18 de 2 de septiembre de 2009, donde la Primera
Sala Especializada en lo Contencioso Administrativo de la Corte Superior de
Justicia de Lima, declaró “INFUNDADA LA DEMANDA, (…)”.
6. Contra dicha Providencia la sociedad GLORIA S.A. interpuso recurso de
apelación, el cual fue resuelto por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema
de Justicia del Perú que por Providencia de 30 de mayo de 2011, revocó la
-3-
resolución impugnada, declarando fundada la demanda y por consiguiente nula
la Resolución Nº. 1322-2008/TPI-INDECOPI de 5 de junio de 2008.
7. Contra dicha Providencia el INDECOPI interpuso recurso de casación, el cual
fue declarado procedente por la Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema de Justicia del Perú, que por Providencia de
27 de agosto de 2012, solicitó interpretación prejudicial del artículo 136 literal a)
de la Decisión 486.
c) Fundamentos jurídicos de la demanda.
La sociedad GLORIA S.A. en su escrito de demanda, presenta los siguientes
argumentos:
1. Erróneamente la Sala considera que existe conexión competitiva entre los
productos que han sido solicitados en la Clase 30 con la proteína de soya
aisladamente considerada, distinguida mediante la marca SOLAE”.
El hecho de que varios productos contengan en su composición los mismos
ingredientes no significa que entre éstos exista conexión competitiva por lo que
resulta errado que la Sala “haya considerado que existe conexión competitiva
entre la proteína de soya con los productos contenidos en la Clase N 30 de la
Nomenclatura Oficial, por el sólo hecho que éstos puedan ser elaborados en
base a soya”.
2. Cita varias Resoluciones del INDECOPI.
3. La Sala “ha otorgado a la marca SOLAE una protección excesiva e
innecesaria ampliada como si se tratara de una marca renombrada, situación
que a todas luces no se produce en el caso que nos ocupa”.
4. Se ha incurrido en errores en la determinación de la conexión competitiva
entre los signos en cuestión. Hace una relación de todos los productos de la
Clase 30 con la proteína de soya para demostrar que no existe conexión
competitiva.
5. La empresa GLORIA no es competidora de SOLAE LLC “pues dicha empresa
se limita a comercializar proteína de soya a proveedores, esto es, no la vende en
el mercado. Mientras que GLORIA por su parte, sí comercializa sus productos a
consumidores finales; por ello, los consumidores no podrán encontrarse frente a
productos de la marca de GLORIA y de SOLAE LLC, por lo que las marcas
SOALÉ y SOLAE nunca podrán ser confrontadas en el mercado”.
d) Fundamentos jurídicos de la contestación a la demanda.
El INDECOPI contesta la demanda y argumenta:
1. El argumento central de la demandante versa sobre el hecho de que entre los
productos que distinguen los signos en conflicto no existe conexión competitiva.
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2. “La proteína de soya para consumo humano y el café, té, cacao, sucedáneos
del café; harinas y preparaciones hechas de cereales, pan, pastelería y
confitería, se encuentran vinculados o conectados competitivamente, pues
poseen los mismos canales de comercialización, son utilizados conjuntamente,
pertenecen al mismo género, tienen la misma finalidad y están dirigidos al mismo
consumidor final (…)”.
3. Los signos en conflicto pueden “i) Ser encontrados en los mismos puntos de
venta. Ejemplo: Tiendas especializadas y en los supermercados en las mismas
secciones; ii) Se encuentran dirigidos al mismo consumidor final, esto es el
consumidor que cuida su salud y por ende su alimentación; iii) Utilizan los
mismos medios de publicidad; iv) Son productos que pertenecen al mismo
género (productos alimenticios) y tienen relación y vinculación entre ellos; y, v)
Se trata de productos de uso conjunto y complementarios, utilizados en la dieta
diaria de las personas que cuidan su salud”.
4. Por lo tanto, al tener los productos en cuestión conexión competitiva se
configura el riesgo de confusión.
e) Fundamentos jurídicos del tercero intersado.
La sociedad SOLAE, LLC tercero interesado en el proceso contesta la
demanda manifestando lo siguiente:
1. Sus marcas distinguen proteína de soya para consumo humano producto
amparado en la Clase 29 de la Clasificación Internacional. Mientras que la marca
solicitada pretende distinguir productos de la Clase 30. Entre en los productos
que distinguen los signos en conflicto existe conexión competitiva.
2. Entre los productos que pretende distinguir el signo solicitado y los que
distingue la marca registrada existe una clara conexión competitiva, ya que los
productos solicitados en la Clase 30 pueden hacerse sobre la base de la proteína
de soya.
3. Afirma que, “al existir vinculación competitiva entre los productos que
distinguen los signos en cuestión, y dadas las semejanzas fonéticas existentes
entre los mismos, se concluye que no es posible su coexistencia en el mercado
sin riesgo de inducir a confusión al público consumidor”.
4. “ha presentado diversas pruebas que acreditan que Gloria S.A. a través de la
solicitud de registro, intenta consolidar un acto de competencia desleal conforme
lo establece el artículo 137 de la Decisión No 486”.
f) Fundamentos jurídicos de la casación.
El INDECOPI, basa su escrito de casación en infracciones normativas
consistentes en la interpretación errónea del artículo 136 literal a) de la Decisión
486.
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Por su parte el auto calificatorio del Recurso de Casación que declara
procedente el recurso es de 27 de agosto de 2012.
CONSIDERANDO:
Que, la norma contenida en el artículo 136 literal a) de la Decisión 486 de la
Comisión de la Comunidad Andina cuya interpretación prejudicial se solicita,
forma parte del ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina, conforme lo
dispone el literal c) del artículo 1 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia
de la Comunidad Andina;
Que, este Tribunal es competente para interpretar por vía prejudicial las normas
que conforman el ordenamiento jurídico comunitario, con el fin de asegurar su
aplicación uniforme en el territorio de los Países Miembros, siempre que la
solicitud provenga de un Juez Nacional también con competencia para actuar
como Juez Comunitario, como lo es, en este caso, el Tribunal Consultante, en
tanto resulten pertinentes para la resolución del proceso, conforme a lo
establecido por el artículo 32 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de
la Comunidad Andina (codificado mediante la Decisión 472), en concordancia
con lo previsto en los artículos 2, 4 y 121 del Estatuto del Tribunal (codificado
mediante la Decisión 500);
Que, la presentación de la solicitud de registro como marca del signo SOALÉ
MANGO y etiqueta fue el 21 de noviembre de 2006, en vigencia de la Decisión
486 de la Comisión de la Comunidad Andina, los hechos controvertidos y las
normas aplicables al caso concreto se encuentran dentro de la citada normativa,
por lo que de acuerdo a lo solicitado por el consultante se interpretará el artículo
136 literal a) de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina. De
acuerdo a lo facultado por la norma comunitaria, de oficio, se interpretarán los
artículos 134 literales a) y b) y 137 de la Decisión 486; y,
Que, el texto de las normas objeto de la interpretación prejudicial es el siguiente:
Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina
“(…)
Artículo 134.- A efectos de este régimen constituirá marca cualquier
signo que sea apto para distinguir productos o servicios en el mercado.
Podrán registrarse como marcas los signos susceptibles de
representación gráfica. La naturaleza del producto o servicio al cual se ha
de aplicar una marca en ningún caso será obstáculo para su registro.
Podrán constituir marcas, entre otros, los siguientes signos:
a) las palabras o combinación de palabras;
b) las imágenes, figuras, símbolos, gráficos, logotipos, monogramas,
retratos, etiquetas, emblemas y escudos;
-6-
(…)
Artículo 136.- No podrán registrarse como marcas aquellos signos cuyo
uso en el comercio afectara indebidamente un derecho de tercero, en
particular cuando:
a) sean idénticos o se asemejen, a una marca anteriormente solicitada
para registro o registrada por un tercero, para los mismos productos o
servicios, o para productos o servicios respecto de los cuales el uso de la
marca pueda causar un riesgo de confusión o de asociación;
(…)
Artículo 137.- Cuando la oficina nacional competente tenga indicios
razonables que le permitan inferir que un registro se hubiese solicitado
para perpetrar, facilitar o consolidad un acto de competencia desleal,
podrá denegar dicho registro.
(…)”.
1. La marca y los requisitos para su registro.
El artículo 134 de la Decisión 486 al referirse a la marca señala: “(…) constituirá
marca cualquier signo que sea apto para distinguir productos o servicios en el
mercado. Podrán registrarse como marcas los signos susceptibles de
representación gráfica. La naturaleza del producto o servicio al cual se ha de
aplicar una marca en ningún caso será obstáculo para su registro (…)”. Este
artículo tiene un triple contenido, da un concepto de marca, indica los requisitos
que debe reunir un signo para ser registrado como marca y hace una
enumeración ejemplificativa de los signos registrables.
Con base al concepto del artículo 134 de la Decisión 486 se define la marca
como un bien inmaterial constituido por un signo conformado por palabras o
combinación de palabras, imágenes, figuras, símbolos, gráficos, logotipos,
monogramas, retratos, etiquetas, emblemas, escudos, sonidos, olores, letras,
números, color determinado por su forma o combinación de colores, forma de los
productos, sus envases o envolturas y otros elementos de soporte, individual o
conjuntamente estructurados que, susceptibles de representación gráfica, sirvan
para distinguir en el mercado productos o servicios, a fin de que el consumidor o
usuario medio los identifique, valore, diferencie, seleccione y adquiera sin riesgo
de confusión o error acerca del origen o la calidad del producto o servicio. Este
artículo hace una enumeración enunciativa de los signos que pueden constituir
marcas, por lo que el Tribunal dice que “Esta enumeración cubre los signos
denominativos, gráficos y mixtos, pero también los tridimensionales, así como los
sonoros y olfativos, lo que revela el propósito de extender el alcance de la noción
de marca”. (Proceso 92-IP-2004, publicado en la G.O.A.C. Nº. 1121 del 28 de
setiembre de 2004, marca: “UNIVERSIDAD VIRTUAL”).
El requisito de perceptibilidad, que estaba expresamente establecido en la
Decisión 344, se encuentra implícitamente contenido en esta definición toda vez
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que, un signo para que pueda ser captado y apreciado es necesario que pase a
ser una impresión material identificable a fin de que, al ser aprehendido por
medios sensoriales y asimilado por la inteligencia, penetre en la mente de los
consumidores o usuarios. Sobre la perceptibilidad, José Manuel Otero Lastres
dice: “(…) es un acierto del artículo 134 no exigir expresamente el requisito de la
‘perceptibilidad’, porque ya está implícito en el propio concepto de marca como
bien inmaterial en el principal de sus requisitos que es la aptitud distintiva”.
(Otero Lastres, José Manuel, Régimen de Marcas en la Decisión 486 del
Acuerdo de Cartagena (sic). Revista Jurídica del Perú. Junio, 2001, p. 132).
La susceptibilidad de representación gráfica juntamente con la distintividad,
constituyen los requisitos expresamente exigidos por la norma comunitaria.
La susceptibilidad de representación gráfica, es la aptitud que tiene un signo
de ser descrito o reproducido en palabras, imágenes, fórmulas u otros soportes,
es decir, en algo perceptible para ser captado por el público consumidor.
La distintividad, es la capacidad que tiene un signo para individualizar,
identificar y diferenciar en el mercado los productos o servicios, haciendo posible
que el consumidor o usuario los seleccione. Es considerada como característica
esencial que debe reunir todo signo para ser registrado como marca y constituye
el presupuesto indispensable para que ésta cumpla su función principal de
identificar e indicar el origen empresarial y, en su caso incluso, la calidad del
producto o servicio, sin riesgo de confusión y/o asociación.
En cuanto al requisito de la distintividad, si bien este artículo con relación a lo
que disponía el artículo 81 de la Decisión 344 no hace expresa mención a la
“suficiente” distintividad, sin embargo para efectos de registro del signo, de
conformidad con el literal a) del artículo 135 de la Decisión 486 se exige que “(…)
el signo deberá ser apto para identificar y distinguir en el mercado los productos
o servicios producidos o comercializados por una persona de otros idénticos o
similares, con el objeto de que el consumidor o usuario los valore, diferencie y
seleccione, sin riesgo de confusión y/o de asociación en torno a su origen
empresarial o a su calidad (…) esta exigencia se expresa también a través de la
prohibición contemplada en el artículo 135, literal b, de la Decisión en referencia,
según la cual no podrán registrarse como marcas los signos que carezcan de
distintividad”. (Proceso 205-IP-2005, publicado en la G.O.A.C. Nº. 1333, del 25 de
abril de 2006, caso: “FORMA DE UNA BOTA Y SUS SUELAS”).
Se reconoce tanto una capacidad distintiva “intrínseca” como una capacidad
distintiva “extrínseca”, la primera se refiere a la aptitud individualizadora del
signo, mientras que la segunda se refiere a su no confundibilidad con otros
signos.
La marca salvaguarda tanto el interés de su titular al conferirle un derecho
exclusivo sobre el signo distintivo, como el interés general de los consumidores o
usuarios, garantizándoles el origen y la calidad de los productos o servicios,
evitando el riesgo de confusión y/o de asociación, tornando así transparente el
mercado.
-8-
Es importante advertir que el literal a) del artículo 135 de la Decisión 486, eleva a
causal absoluta de irregistrabilidad la falta de alguno de los requisitos que se
desprenden del artículo 134 de la misma normativa, es decir, que un signo es
irregistrable si carece de los requisitos de distintividad, susceptibilidad de
representación gráfica o perceptibilidad.
Asimismo, se debe tener en cuenta que la falta de distintividad está consagrada
de manera independiente como causal de nulidad absoluta en el artículo 135
literal b) de la Decisión 486. Se reconoce tanto una capacidad distintiva
“intrínseca” como una capacidad distintiva “extrínseca”, como ya se indicó.
En consecuencia, el Juez Consultante debe analizar en el presente caso, si el
signo SOALÉ MANGO y etiqueta, cumple con los requisitos del artículo 134 de la
Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina, y si no se encuentra
dentro de las causales de irregistrabilidad previstas en los artículos 135 y 136 de
la referida Decisión.
2. Irregistrabilidad por identidad o similitud de signos. Riesgo de
confusión y/o de asociación. Similitud gráfica, fonética e ideológica.
Reglas para efectuar el cotejo marcario.
Se abordará el tema en virtud de que en el proceso interno se debate el posible
riesgo de confusión y/o asociación entre el signo solicitado SOALÉ MANGO y
etiqueta y la marca sobre la base de la cual se presenta la oposición SOLAE y
logotipo registrada a favor de la sociedad SOLAE LLC.
Las prohibiciones contenidas en el artículo 136 de la Decisión 486 buscan,
fundamentalmente, precautelar el interés de terceros. En efecto, conforme a lo
previsto en el literal a) del referido artículo 136, no son registrables como marcas
los signos que, en el uso comercial, afecten indebidamente los derechos de
terceros, especialmente cuando sean idénticos o se asemejen a una marca
anteriormente solicitada para registro o registrada para los mismos servicios o
productos, o para productos o servicios respecto de los cuales el uso de la marca
pueda causar un riesgo de confusión y/o de asociación.
Los signos distintivos en el mercado se exponen a diversos factores de riesgo; la
doctrina tradicionalmente se ha referido a dos clases de riesgos: al de confusión
y al de asociación. Actualmente, la lista se ha extendido y se han clasificado
otros tipos de riesgos, con el objetivo de protegerlos según su grado de
notoriedad.
Sobre el riesgo de confusión y/o de asociación, el Tribunal ha manifestado lo
siguiente:
“El riesgo de confusión es la posibilidad de que el consumidor al adquirir un
producto piense que está adquiriendo otro (confusión directa), o que piense
que dicho producto tiene un origen empresarial diferente al que realmente
posee (confusión indirecta).
-9-
El riesgo de asociación es la posibilidad de que el consumidor, que aunque
diferencie las marcas en conflicto y el origen empresarial del producto, al
adquirirlo piense que el productor de dicho producto y otra empresa tienen
una relación o vinculación económica”. (Proceso 70-IP-2008, publicado en
la G.O.A.C. N°. 1648 del 21 de agosto de 2008, marca: SHERATON).
En este sentido, el Tribunal considera que no es necesario que el signo solicitado
para registro induzca a error a los consumidores, sino que es suficiente la
existencia del riesgo de confusión y/o de asociación, tanto con relación al signo
como respecto a los productos o servicios que amparan, para que se configure la
irregistrabilidad, de donde resulta que el hecho de que los signos en cuestión
amparen productos o servicios que pertenezcan a diferentes clases, no garantiza
por sí la ausencia de riesgo de confusión y/o asociación, toda vez que dentro de
los productos o servicios contemplados en diferentes clases puede darse
conexión competitiva y en consecuencia, producir riesgo de confusión y/o de
asociación y como tal constituirse en causal de irregistrabilidad.
El Tribunal ha sostenido que “La confusión en materia marcaria, se refiere a la
falta de claridad para poder elegir un bien de otro, a la que puedan ser inducidos
los consumidores por no existir en el signo la capacidad suficiente para ser
distintivo”. (Proceso 85-IP-2004, publicado en la G.O.A.C. Nº. 1124, de 4 de
octubre de 2004, marca: DIUSED JEANS).
Hay riesgo de confusión cuando el consumidor o usuario medio no distingue en
el mercado el origen empresarial del producto o servicio identificado por un signo
de modo que pudiera atribuir, por la falsa apreciación de la realidad, a dos
productos o servicios que se le ofrecen un origen empresarial común al extremo
que, si existe identidad o semejanza entre el signo pendiente de registro y la
marca registrada o un signo previamente solicitado para registro, surgiría el
riesgo de que el consumidor o usuario relacione y confunda aquel signo con esta
marca o con el signo previamente solicitado.
Para determinar la existencia del riesgo de confusión será necesario verificar si
existe identidad o semejanza entre los signos en disputa, tanto entre sí como en
relación con los productos o servicios distinguidos por ellos, y considerar la
situación de los consumidores o usuarios, la cual variará en función de los
productos o servicios de que se trate, independientemente de la clase a la que
pertenezcan dichos productos o servicios.
Con base a jurisprudencia emitida por este Tribunal, los supuestos que pueden
dar lugar al riesgo de confusión entre varios signos y entre los productos o
servicios que cada una de ellos ampara, serían los siguientes: (i) que exista
identidad entre los signos en disputa y también entre los productos o servicios
distinguidos por ellos; (ii) o identidad entre los signos y semejanza entre los
productos o servicios; (iii) o semejanza entre los signos e identidad entre los
productos y servicios; (iv) o semejanza entre aquellos y también semejanza entre
éstos.
El Tribunal ha diferenciado entre: “la ‘semejanza’ y la ‘identidad’, ya que la simple
semejanza presupone que entre los objetos que se comparan existen elementos
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comunes pero coexistiendo con otros aparentemente diferenciadores,
produciéndose por tanto la confundibilidad. En cambio, entre marcas o signos
idénticos, se supone que nos encontramos ante lo mismo, sin diferencia alguna
entre los signos”. (Proceso 82-IP-2002, publicado en la G.O.A.C. Nº. 891, de 29
de enero de 2003, marca: CHIP’S).
El Tribunal observa que la determinación del riesgo de confusión y/o de
asociación corresponde a una decisión del funcionario administrativo o, en su
caso, del juzgador, con base a principios y reglas que la doctrina y la
jurisprudencia han sugerido a los efectos de precisar el grado de confundibilidad,
la que va del extremo de identidad al de semejanza.
En ese sentido, se busca evitar que el consumidor asocie el origen de un
producto o servicio a otro de origen empresarial distinto, ya que con la sola
posibilidad del surgimiento de dicho riesgo de asociación, los empresarios se
beneficiarían sobre la base de la actividad ajena.
Respecto a los ámbitos de la confusión el Tribunal, también, ha sentado los
siguientes criterios: “El primero, la confusión visual, la cual radica en poner de
manifiesto los aspectos ortográficos, los meramente gráficos y los de forma. El
segundo, la confusión auditiva, en donde juega un papel determinante, la
percepción sonora que pueda tener el consumidor respecto de la denominación
aunque en algunos casos vistas desde una perspectiva gráfica sean diferentes,
auditivamente la idea es de la misma denominación o marca. El tercer y último
criterio, es la confusión ideológica, que conlleva a la persona a relacionar el
signo o denominación con el contenido o significado real del mismo, o mejor, en
este punto no se tiene en cuenta los aspectos materiales o auditivos, sino que se
atiende a la comprensión, o al significado que contiene la expresión, ya sea
denominativa o gráfica”. (Proceso 76-IP-2004, publicado en la G.O.A.C. Nº.
1114, de 7 de setiembre de 2004, haciendo referencia al Proceso 13-IP-97,
publicado en la G.O.A.C. Nº. 329, de 9 de marzo de 1998, marca: DERMALEX).
En consecuencia el Tribunal, con base en la doctrina, ha señalado que para
valorar la similitud marcaria y el riesgo de confusión es necesario considerar, los
siguientes tipos de similitud:
La similitud ortográfica se presenta por la coincidencia de letras en los
segmentos a compararse, toda vez que el orden de tales letras, su longitud, o la
identidad de sus raíces o terminaciones, pudieran aumentar el riesgo de
confusión.
La similitud fonética se da entre signos que al ser pronunciados tienen un sonido
similar. La determinación de tal similitud depende, entre otros elementos, de la
identidad en la sílaba tónica o de la coincidencia en las raíces o terminaciones. Sin
embargo, deben tomarse en cuenta las particularidades de cada caso, pues la
percepción por los consumidores de las letras que integran los signos, al ser
pronunciadas, variará según su estructura gráfica y fonética.
La similitud ideológica se produce entre signos que evocan la misma o similar
idea, que deriva del mismo contenido o parecido conceptual de los signos. Por
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tanto, cuando los signos representan o evocan una misma cosa, característica o
idea, se estaría impidiendo al consumidor distinguir una de otra.
Reglas para efectuar el cotejo marcario.
A objeto de facilitar a la Autoridad Nacional Competente el estudio sobre la
supuesta confusión entre los signos en conflicto, es necesario tomar en cuenta
los criterios elaborados por los tratadistas Carlos Fernández-Novoa y Pedro
Breuer Moreno que han sido recogidos de manera reiterada por la jurisprudencia
de este Tribunal y que, son los siguientes:
1. La confusión resulta de la impresión de conjunto despertada por los
signos, es decir que debe examinarse la totalidad de los elementos que integran a
cada uno de ellos, sin descomponer, y menos aún alterar, su unidad fonética y
gráfica, ya que “debe evitarse por todos los medios la disección de las
denominaciones comparadas, en sus diversos elementos integrantes”. (FernándezNovoa, Carlos. Fundamentos de Derecho de Marcas, Ed. Montecorvo S.A.,
Madrid 1984, p. 215).
2. En el examen de registrabilidad las marcas deben ser examinadas en
forma sucesiva y no simultánea, de tal manera que en la comparación de los
signos confrontados debe predominar el método de cotejo sucesivo, excluyendo
el análisis simultáneo, en atención a que éste último no lo realiza el consumidor o
usuario común.
3. Deben ser tenidas en cuenta las semejanzas y no las diferencias que
existan entre los signos, ya que la similitud generada entre ellos se desprende de
los elementos semejantes o de la semejante disposición de los mismos, y no de
los elementos distintos que aparezcan en el conjunto marcario.
4. Quien aprecie la semejanza deberá colocarse en el lugar del
consumidor presunto, tomando en cuenta la naturaleza de los productos o
servicios identificados por los signos en disputa. (Breuer Moreno, Pedro, Tratado
de Marcas de Fábrica y de Comercio, Ed. Robis, Buenos Aires, pp. 351 y s.s.).
En el cotejo que haga el Juez consultante, es necesario determinar los diferentes
modos en que pueden asemejarse los signos en disputa e identificar la posible
existencia o no de similitud o identidad, entre los signos en conflicto. Además, se
recomienda al consultante la importancia de determinar la posible existencia o no
de una confusión ideológica.
3. Clases de signos. Comparación entre signos mixtos.
Se abordará el tema en razón a que los signos en conflicto son signos mixtos.
Además, se tomará en cuenta la parte denominativa compuesta del signo
solicitado a registro.
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Signos mixtos.
Los signos mixtos se componen de un elemento denominativo (una o varias
palabras) y un elemento gráfico (una o varias imágenes). La combinación de
estos elementos al ser apreciados en su conjunto produce en el consumidor una
idea sobre el signo que le permite diferenciarlo de los demás existentes en el
mercado. Sin embargo al efectuar el cotejo de estos signos se debe identificar
cuál de estos elementos prevalece y tiene mayor influencia en la mente del
consumidor, si el denominativo o el gráfico.
Sobre el tema la jurisprudencia dice: “La marca mixta es una unidad, en la cual se
ha solicitado el registro del elemento nominativo como el gráfico, como uno solo.
Cuando se otorga el registro de la marca mixta se la protege en su integridad y no
a sus elementos por separado”. (Proceso 55-IP-2002, publicado en la G.O.A.C. Nº.
821 del 1 de agosto de 2002, diseño industrial: BURBUJA videos 2000).
Comparación entre signos mixtos.
Cuando el Juez Consultante realice el examen de registrabilidad entre signos
mixtos, deberá identificar cuál de los elementos, el denominativo o el gráfico
prevalece y tiene mayor influencia en la mente del consumidor. El Tribunal ha
reiterado que: “La doctrina se ha inclinado a considerar que, en general, el
elemento denominativo de la marca mixta suele ser el más característico o
determinante, teniendo en cuenta la fuerza expresiva propia de las palabras, las
que por definición son pronunciables, lo que no obsta para que en algunos casos
se le reconozca prioridad al elemento gráfico, teniendo en cuenta su tamaño,
color y colocación, que en un momento dado pueden ser definitivos. El elemento
gráfico suele ser de mayor importancia cuando es figurativo o evocador de
conceptos, que cuando consiste simplemente en un dibujo abstracto”. (Proceso
26-IP-98, publicado en la G.O.A.C. Nº. 410, de 24 de febrero de 1999, marca:
C.A.S.A. (mixta)).
En efecto, el Tribunal ha manifestado que, “en el análisis de una marca mixta hay
que fijar cuál es la dimensión más característica que determina la impresión
general que (…) suscita en el consumidor (…) debiendo el examinador
esforzarse por encontrar esa dimensión, la que con mayor fuerza y profundidad
penetra en la mente del consumidor y que, por lo mismo, determina la impresión
general que el signo mixto va a suscitar en los consumidores”. (FernándezNovoa, Carlos, “Fundamentos de Derecho de Marcas”, Editorial Montecorvo
S.A., Madrid 1984, p. 237 a 239).
En el caso concreto, cuando el Juez Consultante realice el correspondiente
examen de registrabilidad del signo mixto que cuente, en su parte denominativa,
con elementos compuestos, solicitado, como marca habrá de examinar
especialmente la relevancia y distintividad de los vocablos que la conforman,
esto es, si el signo solicitado a registro tiene capacidad distintiva por sí mismo,
existiendo uno o más vocablos que doten al signo de “la suficiente carga
semántica que permita una eficacia particularizadora que conduzca a identificar
el origen empresarial”. (Proceso 13-IP-2001, publicado en la G.O.A.C. Nº. 677,
de 13 de junio de 2001, marca: “BOLIN BOLA”).
- 13 -
Por tanto, el signo mixto que cuente, además, con una denominación compuesta
será registrable en el caso, de que se encuentre integrado por uno o más
vocablos que lo doten por sí mismo de distintividad suficiente y, de ser el caso,
siempre que estos vocablos también le otorguen distintividad suficiente frente a
signos de terceros.
Con base a estos criterios el Juez Consultante deberá identificar cuál de estos
elementos prevalece en la mente del consumidor y proceder a su cotejo a fin de
determinar el riesgo de confusión, conforme a los criterios contenidos en la
presente interpretación. En el caso de que en uno de los signos prevalezca el
elemento gráfico y en el otro el denominativo o viceversa no habrá, en principio,
riesgo de confusión. Si por el contrario, en el signo mixto el elemento predominante
resulta ser el gráfico, el cotejo habrá de hacerse a partir de los rasgos, dibujos e
imágenes de cada uno de ellos, o del concepto que evoca en cada caso este
elemento. Y si en ambos casos el elemento determinante es el denominativo. El
cotejo deberá realizarse siguiendo las reglas de comparación entre signos
denominativos, los cuales se describen a continuación.
En la comparación entre signos denominativos, sean simples o compuestos, el
Tribunal ha manifestado que los signos deben ser observados en conjunto y con
la totalidad de los elementos que lo integran, sin descomponer su unidad fonética
y gráfica, teniendo en cuenta la totalidad de las sílabas y letras que forman los
vocablos de las marcas en pugna, sin perjuicio de destacar aquellos elementos
dotados de especial eficacia diferenciadora, atribuyendo menos valor a los que
ofrezcan disminuyan dicha función. Para realizar esta labor, se considera que el
Juez Consultante deberá tener presente que:
1. Se considerarán semejantes las marcas comparadas cuando la sílaba
tónica de las mismas ocupa la misma posición y es idéntica o muy difícil
de distinguir.
2. La sucesión de las vocales en el mismo orden habla a favor de la
semejanza de las marcas comparadas porque la sucesión de vocales
asume una importancia decisiva para fijar la sonoridad de una
denominación.
3. En el análisis de las marcas denominativas hay que tratar de encontrar la
dimensión más característica de las denominaciones confrontadas: la
dimensión que con mayor fuerza y profundidad penetra en la mente del
consumidor y determina, por lo mismo, la impresión general que la
denominación va a suscitar en los consumidores.
El examen de los signos es atribución exclusiva del administrador o juez
nacional, en su caso, quienes deben aplicar los criterios elaborados por la
doctrina y recogidos por la jurisprudencia comunitaria para la comparación de
todo tipo de marcas.
El Tribunal ha resaltado que cuando un signo está compuesto por una palabra y
se solicita su registro, entre los signos ya registrados y el requerido para registro,
puede existir confusión dependiendo de las terminaciones, número de vocales,
sufijos, prefijos, etc., por no haber elementos diferenciadores en dicha expresión,
- 14 -
siempre en el entendido de que los productos a cubrirse sean los mismos. Al
cotejar dos marcas denominativas, el examinador deberá someterlas a las reglas
para la comparación marcaria, y prestará especial atención al criterio que señala
que a los signos se les observará a través de una visión de conjunto, sin
fraccionar sus elementos.
Frases explicativas.
A pesar de que el tema no fue directamente controvertido por las partes, el Tribunal
a manera de orientación al juez consultante esgrime algunos criterios que deben
ser tomados en cuenta al momento de realizarse la comparación entre signos, en
vista a que el signo solicitado contiene frases explicativas como son: BEBIDA CON
SOYA Y JUGO y LA PROTEINA DE LA BUENA SALUD.
Al momento de solicitarse el registro de una marca se la puede acompañar de
elementos que den cuenta de los atributos o características de los productos o
servicios que ampara, que bien pueden ser expresiones, palabras, frases,
dibujos, etc. Estos podrían ser genéricos, descriptivos o de uso común.
El Tribunal, basándose en el artículo 157 de la Decisión 486, ha dado una
interpretación extensiva sobre las características que deben cumplir las frases
explicativas, al respecto ha señalado:
“(…) para poder insertar los elementos explicativos en el registro se deberán
cumplir los mismos requisitos que se exigen para su utilización en el
mercado, que adaptados al campo registral son:
 Que se haga de buena fe. La buena fe es un principio general del derecho
que debe gobernar todas las actuaciones en el marco de cualquier
ordenamiento jurídico. En el campo del derecho de propiedad industrial, los
actores del mercado deben actuar sin afectar a los titulares de los derechos
intelectuales, al público consumidor y al comercio como tal; la utilización de
cualquier signo distintivo, expresión, palabra o frase, no debe hacerse con el
objetivo de causar daño o perjuicio. De lo que se trata, entonces, es que el
mercado sea transparente y se desenvuelva de manera leal.
 Que no se inserten para ser usados a título de marca. Los elementos
explicativos no pueden ser registrados ni utilizados como marca, es decir,
como distintivos de productos o servicios; de lo contrario, se estaría
aprovechando de elementos no apropiables por el solicitante. En
consecuencia, al solicitar un signo acompañado con estos elementos, el
peticionario deberá advertir a la oficina de registro marcario que no se está
reivindicando propiedad sobre dichos elementos, diferenciado claramente en
su solicitud el signo a registrarse como marca de los aditamentos
explicativos. A su vez, la oficina de registro marcario deberá publicar el signo
diferenciando claramente los elementos explicativos, ya que de lo contrario
no existiría la información suficiente para los terceros interesados.
 Que se limite al propósito de identificación o información. Esta
característica tiene que ver con la anterior. El propósito de utilizar elementos
- 15 -
explicativos es para generar información cierta sobre los productos y
servicios que se ofertan en el mercado. Es una manera de generar en el
público consumidor información transparente que le ayude en su libre
elección.
 Que no induzca al público consumidor a error. Lo que se quiere
salvaguardar es que en el público consumidor no se genere riesgo de
confusión o asociación. La normativa de marcas quiere que el comercio de
bienes y servicios sea transparente, de buena fe y fluido. Por tal razón, se
pretende cuidar que la elección en el consumidor sea libre y consciente.
Si se cumplen los requisitos mencionados, la oficina nacional competente
procederá al registro del signo diferenciando, como ya se dijo, los elementos
explicativos. Se advierte que como dichos elementos son simplemente
informativos y no hacen parte de la marca, no deben tenerse en cuenta al
realizar el análisis de registrabilidad y, por lo tanto, no serán relevantes al
efectuar el cotejo marcario (…)”. (Proceso 170-IP-2011, publicado en la
G.O.A.C. Nº. 2092 de 14 de septiembre de 2012, marca: FAMISANAR
mixta).
Conforme a lo anotado, para el caso de autos, el juez consultante primero
deberá analizar si la frase explicativa del signo solicitado a registro cumple con
los supuestos arriba enunciados. Si el juez consultante considera que la frase
explicativa sí cumple con los mencionados requisitos, deberá tomar en cuenta
que las frases explicativas al no formar parte del signo y ser simplemente
explicativas del mismo, el titular o, en este caso, el solicitante, no adquiere
derechos sobre la parte explicativa de dicho signo. En este sentido, las frases
explicativas del signo solicitado no debe ser tomada en cuenta por el juez
consultante al momento de realizar el examen de registrabilidad, es decir, la
parte explicativa del signo debe ser excluida al momento de determinar si el
signo solicitado está conformado por palabras genéricas, de uso común,
descriptivas o evocativas.
Se aclara, también, que el hecho de que una marca esté conformada por una
parte explicativa que no concede derechos para su titular, significa que si dicho
titular quisiera oponerse a un registro marcario argumentando confundibilidad
con la parte explicativa de su marca no puede hacerlo. Es decir, la parte
explicativa de una marca no se toma en cuenta ni para el examen de
registrabilidad ni para una posible oposición.
4. La solicitud de registro marcario para perpetrar, facilitar o consolidar
un acto de competencia desleal. Competencia desleal por confusión
con una marca registrada, desviación de la clientela y
aprovechamiento de la reputación ajena.
El tercero interesado en el proceso manifiesta que “ha presentado diversas
pruebas que acreditan que Gloria S.A. a través de la solicitud de registro, intenta
consolidar un acto de competencia desleal conforme lo establece el artículo 137
de la Decisión No 486”, por este motivo el Tribunal interpretará el tema siguiendo
- 16 -
la jurisprudencia emitida dentro del Proceso 54-IP-2003, de 24 de julio de 2013,
marca: ALIV RUB MK (mixta).
“Para resolver la consulta presentada, primero se delimitará el ámbito y campo
de aplicación de las normas comunitarias sobre competencia desleal, después
se analizarán los grupos de actos de competencia desleal vinculados a la
propiedad industrial y, por último, se determinará la competencia desleal por
confusión con una marca registrada, desviación de la clientela y
aprovechamiento de la reputación ajena.
1.
Ámbito y campo de aplicación de las normas comunitarias sobre
competencia desleal.
Los artículos 258 y 259 de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad
Andina, regulan el tema de los actos de competencia desleal vinculados a la
Propiedad Industrial.
Lo primero que se advierte es que las anteriores disposiciones se encuentran
contenidas en el Título XIV “de la competencia desleal vinculada a la propiedad
industrial”, de donde se desprende que la normativa comunitaria regula la
competencia desleal que se encuentre vinculada a la propiedad industrial.
Teniendo como propiedad industrial, aquella que tiene por objeto el conjunto de
bienes inmateriales que utilizan los sujetos que compiten en el mercado, ya sea
en forma de patentes de invención, modelos de utilidad, modelos y dibujos
industriales o signos distintivos como las marcas, nombres comerciales o los
lemas comerciales, entre otros, las indicaciones geográficas y las
denominaciones de origen, la represión de competencia desleal en relación con
la propiedad industrial es utilizada como un mecanismo de protección de los
derechos de propiedad industrial, es por eso que la Decisión 486 dedica el Titulo
XIV a dicha figura.1
De conformidad con lo anterior, cuando la normativa comunitaria se refiere a
competencia desleal vinculada a propiedad industrial, está tratando de regular
aquella competencia desleal que se relaciona con el uso y goce y protección de
los derechos de propiedad industrial reconocidos por la normativa comunitaria, y
para ello la Decisión 486 prevé sobre la competencia desleal vinculada a la
propiedad industrial regulando lo relativo a los actos de competencia desleal y a
los secretos industriales y sobre las acciones que puede adelantar el legítimo
interesado.
2.
1
Los actos de competencia desleal vinculados a la propiedad
industrial.
El numeral 2 del artículo 1 del Convenio de París, estipula:
“2) La protección de la propiedad industrial tiene por objeto las patentes de invención, los modelos
de utilidad, los dibujos o modelos industriales, las marcas de fábrica o de comercio, las marcas de
servicio, el nombre comercial, las indicaciones de procedencia o denominaciones de origen, así
como la represión de la competencia desleal.”
- 17 -
El artículo 258 de la Decisión 486 señala que: “Se considera desleal todo acto
vinculado a la propiedad industrial realizado en el ámbito empresarial que sea
contrario a los usos y prácticas honestos” y en el artículo 259 enumera algunos
de los que se pueden considerar como actos de competencia desleal. De
manera que no hay una lista taxativa que indique cuáles actos se consideran
desleales, sino que, más bien, se da una definición, por oposición, de que es
desleal todo acto vinculado a la propiedad industrial, que realizado en el ámbito
empresarial sea contrario a los usos y prácticas honestos.
En relación con esto, se deben hacer algunas precisiones:

Cuando la norma se refiere al “ámbito empresarial”, lo hace en relación
con el empresario dentro del mercado, es decir, se refiere a que es
desleal todo acto vinculado a la propiedad industrial que haya sido
realizado con ocasión de la actividad empresarial, esto es, en relación con
la empresa vinculada al mercado y la competencia.

En cuanto al concepto de acto contrario a los usos y prácticas honestos,
el Tribunal ha considerado que “son actos que se producen,
precisamente, cuando se actúa con la intención de causar daño o de
aprovecharse de situaciones que puedan perjudicar al competidor.”
(Proceso N° 38-IP-98. Interpretación Prejudicial de 22 de enero de 1999,
publicada en Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 419, de 17 de
marzo de 1999).
El concepto de usos honestos parte de lo que se denomina buena fe
comercial. En ese sentido es pertinente traer al caso, lo que la doctrina
dice sobre el tema:
"Tal y como se emplea en la ley, la buena fe constitutiva de
competencia desleal es calificada con el adjetivo "comercial",
por lo cual no se trata de una buena fe común, sino que está
referida a la buena fe que impera entre los comerciantes. En
consecuencia, el criterio corporativo toma importancia, pues el
juicio de valor debe revelar con certeza que la conducta es
contraria a esta particular especie de buena fe. Teniendo en
cuenta la precisión anterior y uniendo la noción de buena fe al
calificativo comercial, se debe entender que esta noción se
refiere a la práctica que se ajusta a los mandatos de
honestidad, confianza, honorabilidad, lealtad y sinceridad que
rige a los comerciantes en sus actuaciones." 2
“La buena fe era la conciencia de no perjudicar a otra persona
ni defraudar la ley, y por eso solía definirse la buena fe
2
JAECKEL KOVAKS, Jorge. “APUNTES SOBRE COMPETENCIA DESLEAL”, Seminarios 8. Centro de
Estudios de Derecho de la Competencia, Universidad Javeriana, pág. 45
- 18 -
comercial como la convicción de honestidad, honradez y lealtad
en la concertación y cumplimiento de los negocios". 3
De manera que los actos de competencia desleal, además de poder
causar daños a un competidor determinado, lo pueden hacer al mercado
mismo y, por lo tanto, al interés del público consumidor.
En esta línea se puede decir que la finalidad de la figura de la
competencia desleal se da en dos aspectos: “de un lado se trata de
amparar los intereses de los demás empresarios, en la medida en que
ellos podrían resultar vulnerados por el comportamiento indebido del
competidor desleal; pero además, y esta faceta de la restricción a la
competencia desleal es frecuentemente olvidada, se busca establecer una
protección efectiva para los intereses de los particulares, en cuanto son
consumidores y destinatarios exclusivos de muchas de las prácticas
indebidas. (publicidad engañosa, por ejemplo)”.4
El artículo 259 enuncia, a título de ejemplo, tres actos de competencia desleal
vinculados a la propiedad industrial que, como ya se anotó, no configuran una
lista taxativa. Estos son:

Cualquier acto capaz de crear confusión, por cualquier medio que sea,
respecto del establecimiento, los productos o la actividad industrial o
comercial de un competidor.

Las aseveraciones falsas, en el ejercicio del comercio, capaces de
desacreditar el establecimiento, los productos o la actividad industrial o
comercial de un competidor.

Las indicaciones o aseveraciones cuyo empleo, en el ejercicio del
comercio, pudieren inducir al público a error sobre la naturaleza, el modo
de fabricación, las características, la aptitud en el empleo o la cantidad de
los productos.
El Tribunal ha determinado ciertas particularidades que debe tener un acto
para ser considerado desleal:
“1. Que el acto o actividad sean de efectiva competencia, es decir, que
el infractor y la víctima estén en una verdadera situación de rivalidad
competitiva, ejerciendo la actividad comercial en la misma o análoga
forma.
2. Que el acto o la actividad sea indebido.
3
4
NARVAEZ GARCIA, José Ignacio. “DERECHO MERCANTIL COLOMBIANO”, parte general. Editorial
Legis, Colombia, pág. 316 "
GACHARNÁ, María Consuelo. “LA COMPETENCIA DESLEAL”. Editorial Temis, Bogotá, Colombia,
1892, pág. 47.
- 19 -
3. Que el acto sea susceptible de producir un daño, según Ascarrelli, un
acto será desleal "cuando sea idóneo para perjudicar a un empresario
competidor, bastando, por lo tanto la probabilidad del daño (y no el
daño efectivo) para justificar la calificación y la sanción".” (Interpretación
Prejudicial de 17 de abril de 2008, expedida dentro del proceso 26-IP2008)
El primer grupo, “actos de competencia desleal por confusión”, goza de las
siguientes características:

No se refiere propiamente al análisis de confundibilidad de los signos
distintivos, aunque pueden presentarse situaciones en que la imitación de
un signo distintivo genere riesgo de confusión o asociación en el público
consumidor. En consecuencia, no se trata de establecer un análisis en
materia de confundibilidad de signos distintivos, ya que esto es un tema
regulado en otra normativa. Se trata, entonces, de determinar si dichos
actos deshonestos, en relación con un competidor determinado, generan
confusión en el público consumidor respecto del establecimiento, los
productos o la actividad industrial o comercial de un competidor. Sobre
este tema, el Tribunal ha manifestado:
“A propósito de la primera categoría de los actos citados, cabe
advertir que los mismos no se refieren propiamente a la
confundibilidad entre los signos distintivos de los productos de
los competidores, toda vez que tal situación se encuentra
sancionada por un régimen específico, sino a la confusión que
aquellos actos pudieran producir en el consumidor en lo que
concierne al establecimiento, los productos o la actividad
económica de un competidor determinado, impidiéndole elegir
debidamente, según sus necesidades y deseos.” (Interpretación
Prejudicial de 13 de enero de 2005. Proceso N° 116-IP-2004,
publicada en Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 1172,
de 7 de marzo de 2005).

La norma se refiere a cualquier acto capaz de crear confusión por
cualquier medio. Lo anterior quiere decir que se pueden presentar
diversas maneras de crear confusión respecto de los productos o la
actividad industrial o comercial de un competidor. Pueden, en efecto,
darse en forma de artificios, engaños, aseveraciones, envío de
información, imitación de marcas, productos, envases, envolturas, etc.
En este sentido, la utilización de un signo distintivo ajeno para hacer pasar
como propios productos ajenos, es considerada como una práctica
desleal.
- 20 -

Para catalogar un acto como desleal por confusión, es necesario que los
competidores concurran en un mismo mercado físico o electrónico 5. Lo
anterior es así, ya que si no hay competencia, es decir, si los actores no
concurren en un mismo mercado no se podría hablar de competencia
desleal. En relación con este punto, el Tribunal ha manifestado:
”En todo caso, procede tener en cuenta que, a los fines de
juzgar sobre la deslealtad de los actos capaces de crear
confusión, es necesario que los establecimientos, los productos
o la actividad industrial o comercial de los competidores
concurran en un mismo mercado. En la doctrina se ha dicho
sobre el particular que “para que un acto sea considerado
desleal, es necesario que la actuación se haya producido en el
mercado, esta actuación sea incorrecta y pueda perjudicar a
cualquiera de los participantes en el mercado, consumidores o
empresarios, o pueda distorsionar el funcionamiento del propio
sistema competitivo. … para que el sistema competitivo
funcione hay que obligar a competir a los empresarios e impedir
que al competir utilicen medios que desvirtúen el sistema
competitivo en sí (…). (FLINT BLANCK, Pinkas: ‘Tratado de
defensa de la libre competencia’; Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima, 2002, p. 115)”. (Proceso N° 116-IP-2004.
Ibídem).
En el segundo grupo de actos, que se pueden denominar actos de descrédito
comercial, se encuentran todas aquellas aseveraciones falsas sobre el
establecimiento, los productos o la actividad industrial o comercial de un
competidor, que tengan el efecto de desacreditarlo ante el público consumidor.
Se debe entender por aseveración, “todo información que de por cierto algo del
establecimiento, los productos o la actividad industrial o comercial de un
competidor”.6
El tercer grupo de actos, se refiere a las indicaciones o aseveraciones cuyo
empleo, en el ejercicio del comercio, pudieren inducir al público a error sobre la
naturaleza, el modo de fabricación, las características, la aptitud en el empleo o
la cantidad de los productos, no es más que una especie del primer grupo de
actos de competencia desleal, es decir, es un conjunto de actos de competencia
desleal por confusión.
1.
La competencia desleal por confusión con una marca registrada.
El artículo 137 de la Decisión 486, establece:
5
Los mercados electrónicos actualmente transan una gran cantidad de bienes y servicios.
Además, con el auge del comercio electrónico los consumidores pueden tener acceso a
productos y servicios producidos y prestados en cualquier parte del globo terráqueo.
6
“DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA”. “Aseverar: Afirmar o asegurar lo que se dice. Afirmar:
2. Asegurar o dar por cierto algo”. Vigésima segunda edición.
- 21 -
“Cuando la oficina nacional competente tenga indicios
razonables que le permitan inferir que un registro se hubiese
solicitado para perpetrar, facilitar o consolidar un acto de
competencia desleal, podrá denegar dicho registro.”
La anterior causal de irregistrabilidad marcaria se consagra con la finalidad de
salvaguardar el desenvolvimiento honesto y transparente en el mercado y, para
esto, trata de evitar que el registro de un signo como marca se use para ejecutar
un acto de competencia desleal.
En el marco de los grupos de actos de competencia desleal arriba enunciados, la
Oficina Nacional competente deberá concluir si el registro solicitado puede
perpetrar, facilitar o consolidar un acto de competencia desleal. El primer grupo
de actos, “actos de competencia desleal por confusión”, es el más emblemático
en relación con el registro de un signo como marca. Si un competidor solicita el
registro con la finalidad de generar confusión en el mercado como tal y, por lo
tanto, de causar daño a otro competidor, estaremos en frente de la causal
anotada.
El análisis que haga corte consultante, debe partir de “indicios razonables” que le
permitan llegar a la conclusión de que el solicitante del registro, de mala fe,
podría perjudicar a otro competidor en el mercado. Por “indicio razonable” se
debe entender todo hecho, acto u omisión del que, por vía de inferencia, pueda
generar una gran probabilidad de que el registro se solicitó con el ánimo de
cometer un acto de competencia desleal.
(…)
2.
La competencia desleal por desvío de la clientela.
En el fondo, más allá de la protección del postulado de la transparencia en el
mercado, la regulación de la competencia desleal trae consigo el resguardo de la
clientela obtenida por los empresarios. Posicionar los productos y servicios
ofrecidos en la mente del consumidor, así como generar fidelidad en este último,
es una tarea que compromete ingentes esfuerzos y recursos. Por lo tanto, todos
los actos de competencia desleal podrían terminar en que la clientela migre de
un empresario a otro ocasionando graves perjuicios tanto a un sujeto
determinado como al mercado como tal.
La conducta se realiza cuando de manera deshonesta un competidor, bajo
cualquier plataforma fáctica, planea o logra que la clientela se aparte de la
actividad empresarial de otro competidor en el mercado.
Para el caso particular es muy importante que la corte consultante determine:

Posible práctica deshonesta: solicitud del registro marcario del signo mixto
(…).
- 22 -

Indicios razonables que permitan pensar que dicha práctica se realizó
para perpetrar, facilitar o consolidar la desviación o posible desviación de
la clientela.
Es muy importante tener en cuenta que no es necesario que se dé efectivamente
la desviación, sino que la conducta tenga como objeto causar el mencionado
efecto.
Para probar la posible desviación de la clientela, primero se debe probar la
clientela, ya que de lo contrario si no existe clientela no habría acto de
competencia desleal.
Se debe tener muy en cuenta que no cualquier práctica que genere o planee
dicho desvío encaja dentro del supuesto normativo. Sólo puede ser por prácticas
deshonestas y, por lo tanto, ganar clientela por medios lícitos se encuentra
amparado por el ordenamiento jurídico.
3.
La competencia desleal por aprovechamiento de la reputación ajena.
Sin duda alguna, aprovecharse ilícitamente del prestigio que otro empresario ha
ganado en el mercado es un acto que debe estar proscrito. Hace parte de ese
grupo de conductas que denominamos desleales y que podrían generar grandes
problemas de competencia, ruptura de la transparencia en el mercado y error en
el público consumidor.
En el literal D) de la presente providencia mostramos como la marca
notoriamente conocida merecía una protección reforzada en el mercado. Esto
parte del mismo supuesto: el esfuerzo empresarial es un activo que se debe
proteger para desarrollar adecuada y estructuralmente el desarrollo del mercado.
La mencionada conducta desleal no sólo está dirigida a aprovecharse de la
notoriedad de un signo distintivo, sino del posicionamiento de un producto como
tal, de la fama y prestigio de la organización empresarial, o inclusive de la
honestidad y transparencia en la venta de un producto o en la presentación de
un servicio, entre otras situaciones que podrían constituir la imagen de un
empresa.
Posicionarse empresarialmente es una fuerte tarea logística. Permitir que de
manera velada otro competidor se aproveche de dicha situación, es en últimas
permitir que el posicionamiento en el mercado se vaya diluyendo, generando con
estos una erosión sistemática de la ubicación de un empresario en el mercado.
La corte consultante para establecer la posible conducta desleal en el marco del
artículo 137 de la Decisión 486, debe determinar lo siguiente:

Posible práctica deshonesta: la solicitud de registro del signo mixto (…).

Indicios razonables que hagan pensar que dicha solicitud se hubiese
presentado para perpetrar, facilitar o consolidar el aprovechamiento de la
- 23 -
reputación ajena. Para esto se debe probar la existencia de la reputación
ajena que se quiere aprovechar. Si no existe prestigio, posicionamiento en
el mercado o notoriedad de un signo distintivo, pues no se podría
sancionar la conducta como desleal.
En este caso es muy importante tener en cuenta que la acción de aprovechar, es
decir, de utilizar en su beneficio el prestigio ajeno es lo que se debe sancionar,
ya que esto genera un deterioro sistemático de la posición empresarial”.
5. Conexión competitiva.
En el presente proceso el tema central de discusión se basa en la conexión
competitiva, de esta manera, el demandante manifiesta que:
“Erróneamente la Sala considera que existe conexión competitiva entre los
productos que han sido solicitados en la Clase 30 con la proteína de soya
aisladamente considerada, distinguida mediante la marca SOLAE”.
Agrega que el hecho de que varios productos contengan en su composición
los mismos ingredientes no significa que entre éstos exista conexión
competitiva por lo que resulta errado que la Sala “haya considerado que
existe conexión competitiva entre la proteína de soya con los productos
contenidos en la Clase N 30 de la Nomenclatura Oficial, por el sólo hecho
que éstos puedan ser elaborados en base a soya”.
El demandado INDECOPI sostiene:
“La proteína de soya para consumo humano y el café, té, cacao, sucedáneos
del café; harinas y preparaciones hechas de cereales, pan, pastelería y
confitería, se encuentran vinculados o conectados competitivamente, pues
poseen los mismos canales de comercialización, son utilizados
conjuntamente, pertenecen al mismo género, tienen la misma finalidad y
están dirigidos al mismo consumidor final (…)”.
Por su parte el tercero interesado en el proceso dice:
Sus marcas distinguen proteína de soya para consumo humano producto
amparado en la Clase 29 de la Clasificación Internacional. Mientras que la
marca solicitada pretende distinguir productos de la Clase 30. Entre los
productos que distinguen los signos en conflicto existe conexión competitiva.
Por lo tanto, además de los criterios referidos a la comparación entre signos, es
necesario tener en cuenta los productos que distinguen dichos signos a efectos
de establecer la posible conexión competitiva y en su caso aplicar los criterios
relacionados con la misma. En el presente caso, al referirse los signos en
cuestión a productos ubicados en diferentes clases el consultante deberá
analizar si se trata en efecto de un caso de conexión competitiva.
- 24 -
A saber, el signo solicitado SOALE MANGO y etiqueta distingue productos de la
clase 29 y la marca registrada SOLAE y logotipo distingue productos de la clase
30.
Con relación a las consideraciones relativas a la conexión competitiva entre
productos, la orientación jurisprudencial de este Tribunal, con base en la doctrina
señala que se han elaborado algunas pautas o criterios que pueden conducir a
establecer o fijar la similitud o la conexión competitiva entre los productos que se
sintetizan: (i) La inclusión de los productos en una misma clase del nomenclátor;
(ii) Canales de comercialización; (iii) Mismos medios de publicidad; (iv) Relación o
vinculación entre los productos; (v) Uso conjunto o complementario de productos;
(vi) Partes y accesorios; (vii) Mismo género de los productos; (viii) Misma finalidad;
(ix) Intercambiabilidad de los productos.
El Tribunal ha sostenido que: “en este supuesto, y a fin de verificar la semejanza
entre los productos en comparación, el consultante habrá de tomar en cuenta, en
razón de la regla de la especialidad, la identificación de dichos productos en las
solicitudes correspondientes y su ubicación en el nomenclátor; además podrá
hacer uso de los criterios elaborados por la doctrina para establecer si existe o
no conexión competitiva entre el producto identificado en la solicitud de registro
del signo como marca y el amparado por la marca ya registrada o ya solicitada
para registro. A objeto de precisar que se trata de productos semejantes,
respecto de los cuales el uso del signo pueda inducir al público a error, será
necesario que los criterios de conexión, de ser aplicables al caso, concurran en
forma clara y en grado suficiente, toda vez que ninguno de ellos bastará, por sí
solo, para la consecución del citado propósito”. (Proceso 67-IP-2002, marca:
“GOODNITES”, publicado en la G.O.A.C. N°. 871 del 11 de diciembre de 2002).
Debe considerar que, si bien el derecho que se constituye con el registro de un
signo como marca, por virtud de la regla de la especialidad, en principio cubre
únicamente los productos identificados en la solicitud y ubicados en una de las
clases de la Clasificación Internacional de Niza, la pertenencia de dos productos
a una misma clase no prueba que sean semejantes, así como su pertenencia a
distintas clases tampoco prueba que sean diferentes.
También se debe considerar la intercambiabilidad, en el sentido de que los
consumidores estimen que los productos son sustituibles entre sí para las mismas
finalidades, y la complementariedad, relativo al hecho de que los consumidores
juzguen que los productos deben utilizarse en conjunto, o que el uso de uno de
ellos presupone el del otro, o que uno no puede utilizarse sin el otro.
Asimismo analizar si la conexión competitiva podría surgir en el ámbito de los
canales de comercialización o distribución de los productos, provenientes de la
identidad o similitud en la utilización de medios de difusión o publicidad. En tal
sentido, si ambos productos se difunden a través de los medios generales de
publicidad (radio, televisión o prensa), cabe presumir que la conexión entre ellos
será mayor, mientras que si la difusión se realiza a través de revistas
especializadas, comunicación directa, boletines o mensajes telefónicos, es de
presumir que la conexión será menor.
- 25 -
Sobre este particular, el Tribunal ha señalado que: “serán competitivamente
conexos todos los productos vendidos en establecimientos especializados o en
pequeños lugares de expendio donde signos similares pueden ser confundidos
cuando los productos guardan también relación, ya que en grandes almacenes en
los que se venden al público una amplia gama de productos dispares, para evaluar
la conexión se hace necesario subdividirlos en las diversas secciones que los
integran, e involucrar en el análisis aspectos tales como la identidad o disparidad
de los canales de publicidad”. (Proceso 50-IP-2001, publicado en la G.O.A.C. Nº.
739, de 4 de diciembre de 2001, marca: ALLEGRA).
Finalmente, deberá tomarse en cuenta la clase de consumidor o usuario y su
grado de atención al momento de identificar, diferenciar y seleccionar el producto.
A juicio del Tribunal, “el consumidor al que debe tenerse en cuenta para
establecer el posible riesgo de confusión entre dos marcas, es el llamado
‘consumidor medio’ o sea el consumidor común y corriente de determinada clase
de productos, en quien debe suponerse un conocimiento y una capacidad de
percepción corrientes (...)” (Proceso 09-IP-94, publicado en la G.O.A.C. Nº. 180
de 10 de mayo de 1995, marca: DIDA).
En consecuencia el consultante deberá tener en cuenta en el presente caso que,
de acuerdo a lo previsto en el artículo 136 literal a) de la Decisión 486, también
se encuentra prohibido el registro del signo cuyo uso pueda inducir al público a
error si, además de ser idéntico o semejante a una marca anteriormente
solicitada para registro o registrada por un tercero, tiene por objeto un producto
semejante al amparado por la marca en referencia, sea que dichos productos o
servicios pertenezcan a la misma clase del nomenclátor o a clases distintas, o se
lo asocia el producto a un origen empresarial distinto. Asimismo debe considerar
que, cuando se dan los criterios de conexión competitiva, los mismos deberán
aplicarse cuando concurran en forma clara y en grado suficiente y no en forma
aislada.
6. Examen de registrabilidad: Autonomía de la Oficina Nacional
Competente para emitir sus Resoluciones.
El Tribunal se referirá al tema, en virtud a que en el proceso interno el
demandante citó varias Resoluciones del INDECOPI referidas a casos similares.
El artículo 150 de la Decisión 486 dispone que vencidos los 30 días otorgados
por el artículo 148 si no se hubiesen presentado oposiciones, la Oficina Nacional
Competente procederá a realizar el examen de registrabilidad, de donde resulta
que el mismo es obligatorio y debe llevarse a cabo aún en el caso de que no se
hubiesen presentado oposiciones. Por lo tanto, la Oficina Nacional Competente
en ningún caso queda eximida de realizar el examen de fondo para conceder o
negar el registro.
El examen de fondo sobre la registrabilidad del signo tiene carácter obligatorio y,
en el caso de autos, las normas que corresponde tomar en cuenta son las que
contienen las causales de irregistrabilidad previstas en el artículo 135 literal e) de
la Decisión 486.
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La resolución con la que se notifica al peticionario y por la cual se concede o
deniega el registro solicitado debe estar debidamente motivada, es decir, que
exprese las razones de hecho y de derecho que inclinaron a la oficina nacional
competente a pronunciarse en uno u otro sentido, sobre la base de las normas
jurídicas aplicables y de las situaciones de hecho constitutivas del acto, a efectos
de permitir al destinatario el ejercicio del derecho de defensa.
Otra de las características del examen de registrabilidad es la autonomía que
debe tener la oficina nacional competente al emitir sus resoluciones.
Al respecto, Tribunal ha manifestado que el sistema de registro marcario que se
adoptó en la Comunidad Andina se encuentra soportado en la actividad
autónoma e independiente de las Oficinas Competentes en cada País Miembro.
Dicha actividad, que aunque de manera general se encuentra regulada por la
normativa comunitaria, deja a salvo la mencionada independencia, y es así
como el Capítulo II de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina
regula el procedimiento de registro marcario, e instaura en cabeza de las
Oficinas Nacionales Competentes el procedimiento y el respectivo examen de
registrabilidad.
Dicha autonomía se manifiesta tanto en relación con decisiones emanadas de
otras oficinas de registro marcario (principio de independencia), como en
relación con sus propias decisiones”. (Proceso 110-IP-2008, publicado en la
G.O.A.C. Nº. 1676, de 5 de diciembre de 2008, marca: LAN ECUADOR).
Sobre el primer tema, el Tribunal ha dicho: “Si bien las Oficinas Competentes y
las decisiones que de ellas emanan son independientes, algunas figuras del
derecho marcario comunitario las ponen en contacto, como sería el caso del
derecho de prioridad o de la oposición de carácter andino, sin que lo anterior
signifique de ninguna manera uniformizar los pronunciamientos de las mismas.
En este sentido, el principio de independencia de las Oficinas de Registro
Marcario significa que juzgarán la registrabilidad o irregistrabilidad de los signos
como marcas, sin tener en consideración el análisis de registrabilidad o
irregistrabilidad realizado en otra u otras Oficinas Competentes de los Países
Miembros. De conformidad con lo anterior, si se ha obtenido un registro marcario
en determinado País Miembro esto no significa que indefectiblemente se deberá
conceder dicho registro marcario en los otros Países. O bien, si el registro
marcario ha sido negado en uno de ellos, tampoco significa que deba ser
negado en los demás Países Miembros, aún en el caso de presentarse con base
en el derecho de prioridad por haberse solicitado en el mismo País que negó el
registro.” (Proceso 71-IP-2007, publicado en la G.O.A.C. N° 1553, de 15 de
octubre de 2007, marca: MONARC-M).
Un aspecto de especial importancia en relación a este tema constituye el hecho
que el principio de independencia implica dejar en libertad a la Oficina Nacional
Competente para que, de acuerdo a su criterio de interpretación de los hechos y
de las normas, adopte la decisión que considere más adecuada en relación al
caso puesto en su conocimiento. En cualquier evento es menester que se
justifique de manera suficiente y razonable el criterio adelantado.
- 27 -
Sobre el segundo tema, como se advirtió, la norma comunitaria colocó en cabeza
de las Oficinas Nacionales de Registro Marcario la obligación de realizar el
examen de registrabilidad, el que es obligatorio y debe llevarse a cabo aún en el
caso de que no hubiesen sido presentadas observaciones; en consecuencia, la
Autoridad Competente en ningún caso queda eximida de realizar el examen de
fondo para conceder o negar el registro. En el caso de que sean presentadas
oposiciones, la Oficina Nacional Competente se pronunciará acerca de ellas, así
como, acerca de la concesión o de la denegación del registro solicitado.
Asimismo, es pertinente agregar que este examen de oficio, integral y motivado
debe ser autónomo tanto en relación con las decisiones proferidas por otras
oficinas de registro marcario, como en relación con anteriores decisiones
proferidas por la propia oficina, en el sentido de que ésta debe realizar el
examen de registrabilidad analizando cada caso concreto, es decir, estudiando
el signo solicitado para registro, las oposiciones presentadas y la información
recaudada para dicho procedimiento, independiente de anteriores análisis sobre
signos idénticos o similares.
Con ello no se está afirmando que la oficina de registro marcario no tenga límites
a su actuación y que no puede utilizar como precedentes sus propias
actuaciones, sino que la oficina de registro marcario tiene la obligación en cada
caso de hacer un análisis de registrabilidad con las características mencionadas,
teniendo en cuenta los aspectos y pruebas que obran en cada trámite. Además,
los límites a la actuación administrativa de dichas oficinas se encuentran dados
por la propia norma comunitaria y las acciones judiciales para defender la
legalidad de los actos administrativos emitidos.
En virtud de lo anteriormente expuesto,
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA
CONCLUYE:
PRIMERO: El Juez Consultante debe analizar si el signo SOALÉ MANGO y
etiqueta cumple con los requisitos de registrabilidad establecidos en el artículo
134 de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina y si no se
encuentra incurso dentro de las causales de irregistrabilidad previstas en los
artículos 135 y 136 de la misma Decisión.
SEGUNDO: No son registrables como marcas los signos cuyo uso en el
comercio afectara el derecho de un tercero y que, en relación con éste, el signo
que se pretenda registrar, sea idéntico o se asemeje a una marca ya registrada o
a un signo anteriormente solicitado para registro, para los mismos productos o
servicios, o para productos o servicios respecto de los cuales el uso de la marca
pueda inducir al público a error, de donde resulta que no es necesario que el
signo solicitado para registro induzca a confusión a los consumidores sino que es
suficiente la existencia del riesgo de confusión y/o de asociación para que se
configure la prohibición de irregistrabilidad.
- 28 -
TERCERO: Corresponde a la Administración y, en su caso, al Juzgador
determinar el riesgo de confusión y/o de asociación con base a principios y
reglas elaborados por la doctrina y la jurisprudencia señalados en la presente
interpretación prejudicial y que se refieren básicamente a la identidad o a la
semejanza que pudieran existir entre los signos y entre los productos y/o
servicios que éstos amparan.
CUARTO: En el análisis de registrabilidad de un signo, se debe tener en cuenta
la totalidad de los elementos que lo integran y, al tratarse de signos mixtos es
necesario conservar la unidad gráfica y fonética de los mismos, sin ser posible
descomponerlos. Sin embargo, al efectuar el examen de registrabilidad del signo,
se debe identificar cuál de sus elementos prevalece y tiene mayor influencia en la
mente del consumidor, si el denominativo o el gráfico y proceder en consecuencia.
Al comparar signos mixtos se determina que si predomina el elemento verbal,
debe procederse al cotejo de los signos aplicando las reglas que para ese
propósito ha establecido la doctrina y recogidos en esta interpretación prejudicial;
y, si por otro lado, en el signo mixto predomina el elemento gráfico frente al
denominativo, no habría, en principio, lugar a la confusión entre los signos,
pudiendo éstos coexistir pacíficamente en el ámbito comercial.
Las frases explicativas no forman parte del signo, por lo tanto, el titular o, en este
caso, el solicitante, no adquiere derechos sobre la parte explicativa de dicho
signo.
QUINTO: El juez consultante debe determinar la existencia de indicios
razonables que le hagan pensar que de manera deshonesta la solicitud del
signo SOALE MANGO y etiqueta se presentó para generar confusión con la
marca SOLAE y logotipo, y con el objetivo de perjudicar a la sociedad GLORIA
S.A.
Además, para el caso particular es muy importante que el juez consultante
determine:

Posible práctica deshonesta: solicitud del registro marcario del signo
SOALE MANGO y etiqueta.

Indicios razonables que permitan pensar que dicha práctica se realizó
para perpetrar, facilitar o consolidar la desviación o posible desviación de la
clientela.
La corte consultante para establecer la posible conducta desleal en el marco del
artículo 137 de la Decisión 486, también debe determinar lo siguiente:

Posible práctica deshonesta: la solicitud de registro del signo SOALE
MANGO y etiqueta.
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Indicios razonables que hagan pensar que dicha solicitud se hubiese presentado
para perpetrar, facilitar o consolidar el aprovechamiento de la reputación ajena.
Para esto se debe probar la existencia de la reputación ajena que se quiere
aprovechar. Si no existe prestigio, posicionamiento en el mercado o notoriedad
de un signo distintivo, pues no se podría sancionar la conducta como desleal.
SEXTO: Además de los criterios referidos a la comparación entre signos, es
necesario tener en cuenta los productos que distinguen dichos signos a efectos
de establecer la posible conexión competitiva y en su caso aplicar los criterios
relacionados con la misma. En el presente caso, al referirse los signos en
cuestión a productos ubicados en diferentes clases el consultante deberá
analizar si se trata en efecto de un caso de conexión competitiva.
SÉPTIMO: El sistema de registro marcario que adoptó la Comunidad Andina se
basa en la actividad autónoma e independiente de las Oficinas Competentes en
cada País Miembro. Esta actividad, aunque generalmente se encuentra regulada
por la normativa comunitaria, deja a salvo la mencionada independencia. Por lo
tanto, la Oficina Nacional Competente, realizará el examen de registrabilidad el
cual debe ser de oficio, integral, motivado y autónomo.
La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de
Justicia de la República del Perú, deberá adoptar la presente interpretación
prejudicial cuando dicte sentencia dentro del proceso interno Nº. 4537-2011, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 35 del Tratado de Creación del
Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina, así como dar cumplimiento a lo
previsto en el artículo 128, párrafo tercero, del Estatuto del Tribunal.
NOTIFÍQUESE y remítase copia de la presente interpretación a la Secretaría
General de la Comunidad Andina para su publicación en la Gaceta Oficial del
Acuerdo de Cartagena.
Carlos Jaime Villarroel Ferrer
PRESIDENTE
José Vicente Troya Jaramillo
MAGISTRADO
Ricardo Vigil Toledo
MAGISTRADO
Leonor Perdomo Perdomo
MAGISTRADA
Gustavo García Brito
SECRETARIO
Proceso 156-IP-2013
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