Nuevas aportaciones al conocimiento del arte rupestre del

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Nuevas aportaciones al conocimiento del arte
rupestre del Sahara español
POR
JOAQUÍN MATEU
En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de
yacimientos con arte rupestre, la mayoría inéditos, del Sahara ,español.
Hasta la fecha solamente se conocían varios grabados del Aiún y Smara,
descritos por los Profesores M. Santa Olallal y M. A l m a g r ~ . ~
Nuestro buen
amigo señor Morales Agacino, en el curso d e una misión antiacridiana
realizada durante la primavera de 1942, descubrió tres estaciones con arte
rupestre ubicadas en el Alto valle de la Saguia el Hamra, e intituladas
Pozo Mecaiteb, Amgala y Pozo Farsia, respectivamente; de esta última
localidad son las únicas pinturas rupestres que se conocen hasta hoy en
aquellos territorios. En la revista Mauritania publicó unas breves notas
describiendo algunos de los grabados encontrados3
También el Museo Arqueológico de Tetuán posee una laja procedente
de Smara -donada a aquella Institución por el Gobernador de los territorios, coronel Bermejo -, sobre la que se grabó un antílope; dicho grabado
fué descrito por don Pelayo Quintero en un opúsculo dedicado a las colecciones de prehistoria y arqueología guardadas en aquel M ~ s e o . ~
Queremos hacer constar aquí nuestro agradecimiento al Profesor
M. Almagro, Director del Museo Arqueológico de Barcelona, por la ayuda
que nos ha prestado con sus consejos, y por su amabilidad al poner a nuestra
disposición la biblioteca y colecciones del Museo. Asimismo, agradecemos
al señor Benítez la gentileza que nos ha dispensado al pasar en limpio nuestros calcos y croquis de campo.
Y, finalmente, hagamos patente nuestro reconocimiento al Coronel
don José Bermejo, Gobernador de Ifni-Sahara, y al Teniente Coronel don
1. J . M. SANTA OLALLA,Atlantis, t. XVI, 1941, p&% 163-167; Mauritania, n.o 165, 1941,
prígs. 233-235; Hevisla Geográfica Española, 1941, n . O I o.
2. M. ALMAGRO,El arte prehistórico en el Sahara español, en Ampurias, VI, 1944, páginas
273-284.
3. E. MORALESAGACINO,Mauritania, t. XII, 1942, pAgs. 373-379.
4. P. QUINTEROATAURI, Apuntes sobre Arqueologia Mauritana de la zona española.
tuán, 1941; págs. 61-66.
Te-
Galo Bullón, por las muchas atenciones de que les somos deudores durante
todo el tiempo (le nuestra estancia en el Sahara español.
H A U Z A (Zona S . H . )
En el Alto valle de la Saguía el Hamra y cerca de la desembocadura
del Uad Afra, se extiende la comarca de Hauza (en Hassania ((la preferida))),
llamada así por los muchos combates sostenidos por las tribus saharianas
para lograr su posesión. En Hauza se levanta un castillo moro, actualmente en ruinas, que al parecer era la base fuerte que defendía la región.
Al decir de los saharauis, antiguamente existía en el Uad Hauza, no lejos
del castillo, un oasis con palmeras y pozos o manantiales de agua dulce.
A consecuencia de las guerras sostenidas por los cristianos contra los musulmanes en los siglos xv y XVI, y también por las guerras entre cabilas del
Sahara, el oasis se destruyó, cegaron las fuentes y poco tiempo después no
quedaban huellas del mismo. Aun hoy día se ven, siempre según los moros,
algunos troncos resecos de palmeras, restos de un pasado más esplendoroso.
Al norte del castillo, y sobre los cerros que bordean el Uad Hauza,
que desemboca en la Seguía a unos pocos kilómetros de allí, encontramos
una nueva estación de arte prehistórico.
En el cerro en donde hallamos los grabados hay algunos túmulos del
,'tipo corriente en casi todo el desierto, y en el cabezo de más al este abunda
' en extremo este tipo de monumento funerario.
También en esta estación encontramos las dos técnicas de grabado,
aunque con supremacía de la técnica punteada. De todos los grabados observados, solamente dos fueron obtenidos en línea incisa. En uno de ellos
estaba representada una figura humana bastante erosionada y deteriorada;
a su lado en otra laja, y también en línea incisa fina, un grabado de un équido, posiblemente una cebra.
No podemos dar a conocer estos dos grabados, únicos obtenidos a
base de línea incisa, por haberse perdido las fotos y calcos que de ellos obtuvimos.
Como ya dijimos, más numerosos son los grabados punteados, ciertamente bastante toscos, y sin el fresco realismo de los de Tucat en Haila
o Smara.
Entre los que disponemos actualmente de documentación gráfica
citaremos los siguientes:
Flamenco grabado a base de un fuerte punteado bastante grosero; asimismo lo es el dibujo, que no tiene el trazo ágil y vigoroso de los de Smara;
APORTACIOSES Al, ARTE RUPESTRE DEI. SAHARA IISPAÑOJ.
5I
el animal está representado con la cabeza levantada y durante la marcha.
Exposición sur (lám. 1, n.o 1).
A poca distancia del flamenco, unos IOO m. oeste, descubrimos otros
grabados animalísticos de la misma técnica y dibujo. El que publicamos
representa un mamífero indeterminable, acaso un bóvido, muy desdibujado
e inacabado. Al parecer, quisieron representarlo en plena carrera, sin lograr
de todos modos su objeto. (Tamaño, 0'46 x 0'41 metros.) Grabado profundo y tosco. Exposición sur (lám. 1, n.o 2 ) .
Sobre una lasca de pizarra, cerca del anterior, aparece un bóvido provisto de largos y sinuosos cuernos, de idéntica factura que los anteriores. El
bóvido lleva en mitad del cuerpo unas impresiones longitudinales que nos
hacen pensar en algunos grabados del Adran Mauritano, interpretados por
Monod como posibles a1bardas.l (Tamaño, 0'68 x 0'43 m.) (lám. 11, n.O 1).
Otros dibujos indescifrables vemos en la misma laja, esbozos, algunos,
de animales sin terminar.
Avestruz, sin duda alguna la mejor figura del conjunto de arte rupestre de Hauza. Presenta la particularidad de estar completamente punteada-excavada. El animal fué bastante bien conseguido por el remoto
artista que esculpió la serie de obras de la estación de Hauza. Como los
anteriores exposición sur, sobre la loma, y no lejos de un túmulo funerario
(lámina 11, n.O 2 ) .
Existen, además, en dicha estación, algunos grabados de dudosa interpretación, y que posiblemente son simples probaturas, o bien motivos
que al no ser del gusto de sus grabadores fueron abandonados sin acabar
del todo.
GRABADOS DE TUCAT EN H A I L A ( S . H.)
En la margen derecha de la Saguía, al terminarse los Tucat, a unos
60 Km. al este-nordeste de Smara, y sobre el acantilado que bordea en aquella
zona el cauce de la Saguía el Hamra, encontramos un interesante yacimiento
de arte rupestre; al igual que los grabados de la región de Smara, todo
el conjunto del Tucat está grabado sobre lajas negras de pizarras devónicas.
Abundan especialmente los grabados incisos en V muy profundos y
anchos, en otros, el trazo es fino y superficial. Finalmente, hallamos unos
pocos obtenidos a base de un picado puntiforme.
Desgraciadamente, no podemos disponer, en estos momentos, de muchos de los calcos y fotografías que obtuvimos durante nuestra estancia
I.
T. MONOD, Cont~ibution a l'étude d u Sahara Occidental, fasc.
I.
en Tucat en Haila. Creemos, no obstante, de interés el dar a conocer los
grabados de los cuales poseemos documentación gráfica.
Situada a I Km. aproximadamente del borde del acantilado del Uad
Saguía, en una pequeña depresión socavada por el arrastre de las aguas durante los raros pero torrenciales aguaceros que vivifican de tarde en tarde
aquellas zonas.
Todos los grabados de esta estación son de nlotivos geométricos, algunos con pátina muy obscura en contraposición a la mayoría de ellos de
pátina más clara. Por fin existen trazos aun más modernos y menos patinados todavía, con caracteres árabes y marcas de ganado, de la cabila de
Erguibat, especialmente.
Sobre una laja de regulares dimensiones, se ven signos grabados en
línea incisa fina. Abundan las representaciones de la llamada ((estrella salomónita)); algunas de ellas muy simétricas y bien conseguidas, nos recuerdan
las de Amder, Adrar Mauritano, publicadas por Oder Puigaudeau et M. Sénones1 y catalogadas por M ~ n o d . Dichos
~
grabados pertenecen al grupo de
los de pátina clara, si bien no son de los más recientes3
Parecidos los anteriores son una serie de inscripciones, grabadas en
línea incisa bastante fina, que aparecieron en una laja de mayores dimensiones que la anteriormente citada. Los grabados de estrellas son mucho
más burdos.
#
A
Km. oeste-noroeste de la estación 1, y a 400 m. al norte del
margen de la Saguía, hallamos otro conjunto de arte prehistórico. Sus grabados son mucho mejores que los de la primera, y desde luego anteriores a aquéllos. En su mayor parte son grabados en línea incisa, a veces
muy profunda; sólo encontramos una laja con grabados líbicobereberes, punteados y superpuestos a una representación animalística lograda en línea
incisa. Todos ellos fueron grabados sobre lajas de arenisca devónica.
Cerca de un posible túmulo descubrimos los mejores.
En una laja larga y relativamente estrecha, orientada a poniente,
descubrimos un magnífico friso de avestruces, grabados en V, muy profunda
y ancha. Este grabado es el mejor de los encontrados en Tucat en Haila.
1.
2.
3.
I
O. du Purc,~unffi\u et MARION JENONES, L a Geographie, r,xriI, n.O 3 , pkg. 2 1 I .
THEODOR~
M o ~ o n ,Contributions a l'étude d u Sahara Occidental, fasc. 1, pegs. 10-14.
'~'IIRODORF; MONOB, obra citada, piig. I I I , fig. 91, n.S 2070-71-72-74, pl~bllca graba-
dos parecidos.
APORT.4CIONES AI, ARTE RUI'ES'I'RF?
53
DEI, SAHARA ESPAÑOL
El tipo de avestruces es parecido a los del Mecaiteb, y recuerdan también al
publicado por M. Almagro, del Aslein Ben kerch (Smara).l En la misma
piedra abundan los dibujos indeterminados, superpuestos muchas veces; algunos, geométricos, eran de pátina más clara y proclamaban, por tanto,
su relativo modernismo.
El grupo es notable por su realismo y finura de dibujo, los animales
han sido bien logrados y hablan en favor del artista que los grabó, cuyas dotes de observación debieron ser muy penetrantes (lám. III, n.O 1, y fig. 1).
Fig. 1. - Tucat en Haila. Est. I.
Grupo de avestruces fácilmerite grabados en V
(Tamaño origind, 0'95 x 0'38 m.)
Junto a los avestruces, xemos en una piedra cercana de pequeñas dimensiones, un antílope y un avestruz obtenidos a base de fino grabado en
línea incisa. En la misma laja, en la parte rota, y en lo que podríamos
llamar corteza de la pizarra, hay otro grabado, tosco, bastante erosionado
y de tipo líbicobereber, en técnica punteada.
El antílope fué grabado y dibujado más cuidadosamente que el avestruz, y en parte se superpone a éste. Los cuernos echados atrás y con las
puntas vueltas hacia adelante, la cabeza pequeña, cuello largo, cuerpo esbelto, cola corta y largas patas, garantizan la determinación del animal,
que seguramente pertenece a la especie actual de antílope (Gacela danza).
El avestruz, como ya dijimos, mucho más tosco, ofrece ciertos paralelos con
, ~ Keft Mektuba de Ksai el Ahmar3 y Ain el Krelos de Ain M a r ~ h a l de
tar4 (lám. 111, n.O 2).
1.
2.
M. ALMAGRO,El arte prehistrh.ico del Saharn Español, en Ampurias,
R. VAUFREY,L'art rupestre Norte-African, pl. XXXII,ptígs. 42-43.
,
41-42,fig. 2.
3. R. VAUFREY,obra citada, pl. ~ I I págs.
4. R. VAUFREY,obra citada, pl. XLIX, fig. 3, págs. 51-52.
VI,
pAg. 279
Al parecer, un bóvido con los cuernos vueltos hacia adelante en línea
incisa fina, el dibujo es bastante tosco y está superpuesto a numerosos grabados líbicobereberes esquematizados, en técnica punteada, completamente
indeterminables (lám. IV, n.o 1).
Junto al acantilado de la Saguía, a unos 500 m. m i s al este de
la estación 2 descubrimos otro grupo de grabados rupestres, algunos sobre
piedras que formaban parte de un túmulo, y otros esparcidos por los alrededores del mismo. Las primeras, seguramente fueron utilizadas por los
constructores del túmulo después de haber sido grabadas, pues una parte
de las mismas estaba hundida en la tierra formando parte del muro de
contención que rodea el megalito. Éste es bastante grande, su construcción difiere de las normales en el Sahara. Es posible que las piedras con grabados estuviesen sueltas y desparramadas por el suelo, como hay otras,
y al construir el túmulo, seguramente más moderno, las utilizasen por razón de su tamaño mediano, por su forma plana y lisa y especialmente por
tenerlas más a mano.
Desgraciadamente, al igual que las estaciones anteriores, no podemos
disponer, de momento, de todos los calcos y fotografías de dicho yacimiento;
solamente recordamos de un avestruz grabado en fuerte trazo en V, muy
profundo y ancho, y de la misma factura que los otros avestruces de Tucat
en Haila.
Como todos, sobre una laja de pizarra devónica, casi en la cumbre
del acantilado, a unos pocos metros del túmulo.
F U M U A D REN D A K A ( Z O N A S . H . )
Aguas arriba de la Saguía el Hamra, y muy cerca de la desembocadura
del Uad Ben Daka, en la margen derecha, y próximo a un túmulo sito en
el borde del acantilado, hallamos una lasca cuyas dimensiones son bastante
grandes, en la que hay grabados una serie de dibujos; algunos de éstos
son representaciones animalísticas; otros, figuras y signos indeterminables.
Para grabarlos emplearon la técnica en línea incisa más o menos profunda.
En la parte inferior izquierda de la piedra vemos un pequeño grabado, finamente estilizado, de un antilópido provisto de largas y finas patas
y también de largos cuernos. Esta figura es de una belleza y elegancia
sorprendentes, conservando todavía el fresco realismo de los grabados saharianos de las estaciones de Smara y Tucat en Haila.
Más a la derecha, y siempre en la misma laja, existen otros grabados
de aspecto más burdo, aunque iguales de estilo y pátina. El inferior, por
la configuración de su cuello y cabeza, nos inclina a considerarlo como una
posible representación de un équido, si bien el cuerpo y la cola no recuerdan
los del citado animal.
Sobre éste, y grabado algo más profundo, hay otra figura que puede,
aunque dudosamente, interpretarse como la cabeza de un bóvido vista de
frente. El resto de líneas y dibujos son, a nuestro juicio, indeterminables.
Orientados a mediodía (Iám. V, n.O 1).
En la orilla opuesta, o sea en la izquierda, sobre la plataforma primera, encontramos otro grabado bastante bien conservado, cuya figura puede
determinarse como la de una gacela.
Logrado, asimismo, a base de técnica incisa, el cuarto trasero está
algo borrado. La línea es relativamente ancha y poco profunda; detrás
de esta figura tenemos otra de pequeño mamífero, y junto a éste una posible estilización de figura humana.
Tamaño de la gacela, 0'35 x 0'32 m. (lám. V, n.o 2).
Sobre laja de pizarra devónica vimos aún otro antílope finamente
grabado y muy erosionado, por lo cual no sacamos ninguna fotografía.
El conjunto de grabados entra de lleno en el arte profundamente realista
del norte de Africa.
C H E L J A MAIRAT ( Z O N A S. H.)
Al este de los montes de Tiuikiuen, a 6 ó 7 Km. al norte-nordeste del
Pozo Mecaiteb, en la cuesta de un pequeño promontorio, descubrimos otra
nueva estación con arte rupestre; como la totalidad de los grabados encontrados hasta la fecha en la zona de la Alta Saguía, también éstos están realizados sobre lascas de pizarras devónicas. Misma técnica que los de la
estación de Fun ben Daka.
Rinoceronte grabado en línea bastante profunda. Más tosco de dibujo que otra representación encontrada por M. Almagro en Smara,l teniendo,
además, la particularidad de presentar el segundo cuerno más largo que el
primero, característica que observamos en casi todos los encontrados hasta
ahora en el Alto valle de la Saguía el Hamra, excepto uno hallado en el
Mecaiteb y del cual perdimos el calco. Debajo del rinoceronte hay grabado
I.
Inédita.
otro mamífero pequeño, muy borroso y bastante esquematizado. Tamaño,
0'35 x 0'30 cm. Orientado a mediodía (Iám. IV, n.O 2).
Hay también un boceto de un antílope (?) en línea incisa bastante
fina. Algo m i s al norte que el rinoceronte. Tamaño, 0'20 x 0'25 m.
Entre la documentación extraviada había el calco directo de un toro
fuertemente grabado, fuertes líneas de perfiles en V y que, sin duda, tanto
por su técnica como por su verismo, es uno de los mejores grabados de la
región. El animal estaba dibujado en plena carrera. Hállase este grabado a unos 800 ó 1,000 m. al este de los anteriores, en el margen
de un pequeño regato.
POZO M E C A I T E B ( Z O N A S . H . )
El pozo Mecaiteb se abre en el cauce del Uad ben Saka, a unos 18
kilómetros en línea recta al sur de la Saguía el Hamra. No lejos del Mecaiteb, al noroeste, se levantan los montes de Tiuikiuen.
En el Mecaiteb abundan mucho los grabados rupestres a lado y lado
del Uad ben Saka, en los bordes de la plataforma que bordea el cauce del
río, todos esculpidos sobre pizarras devónicas de color rojizo y rojizo obscuro.
Por su número merecen citarse en primer término las representaciones
animalísticas; le siguen los dibujos geométricos, acaso con caracteres tifinar,
figuras humanas y, finalmente, los grabados árabes recientes y de pátina
mucho más clara que los citados anteriormente. Al grabarlos se empleó en
casi todos los trazos lisos y más o menos profundos, salvo algunos pocos
obtenidos a base de un picado puntiforme. Se puede constatar en estos
últimos, por algunos grabados no terminados, que, antes del punteado, dibujaban el croquis en línea incisa muy fina o bastante fina; otras veces,
después de dibujarlo, profundizaban la línea y seguidamente procedían
al punteado, con lo cual el grabado perdía en dibujo y naturalidad, resultando al fin una figura tosca y grotesca; añádase a esto el dibujo ya de
por sí más o menos estilizado, y se podrá comprender el que las figuras obtenidas con esta técnica sean tan absurdas, no pudiendo compararse ni con
mucho con las de Smara ni con las de las estaciones antes descritas, también
obtenidas empleando la misma técnica.
Los grabados se encuentran, como ya dijimos, en las laderas que bordean el Uad; y lo mismo los hallamos en la base que en la cumbre, orientados
en todas direcciones.
Dividimos este yacimiento en dos estaciones: la 1, en la margen derecha, y la 2, en la opuesta.
57
r\I'OKTACIOSES :ZI, .iRTI: RUPESTRE DEI, S.4H.ZR.Z E:SPA~OI,
En ambas hay túmulos, y en la z, además, unas viviendas (?) circulares y una rectangular, que posiblemente no tengan nada que ver con la
prehistoria y sí quizás con la historia del país, pues parecen silos fortificados en donde poder guardar la cebada de la rapiña sahariana. Abundan en
estas construcciones y en piedras adyacentes las marcas de ganado de los
Erguibat, y también las de Tayacant.
I3sceiia (le caza : elefnlites persegiiidos por u11 Iioiiibre coti 1:iparrabos
(T11111~ifioorigiti;il,
0'.17
x
0'24
111.)
Acantilado cercano a l pozo; en sus laderas abundan las lajas de buen
tamaño, muchas de las cuales ostentan grabados rupestres.
Hacia la mitad situamos una laja con interesantes grabados. Resalta
en primer término la figura de un rinoceronte, fuertemente grabado en V,
y que guarda estrecho parentesco con el de Chelja Mairat; no obstante, el del
Mecaiteb presenta el cuerno anterior mucho más largo que el posterior y las
orejas más redondas que el de la Chelja. En la misma piedra, dos figuras
humanas a la derecha del rinoceronte; la superior es un cazador con un arco
en la mano izquierda; la inferior, a la que faltan los brazos, parece una figura femenina que tiene ciertas analogías con otra de In Dagouber (Sudán
A
I:i,q. 3. - Pozo bracaiteb. Rst. 2 .
Aiitilope Adax, grabado con fuertes trazos eti V
(Tnniniio orisiiial, 0'40 x o'zq
a
111.)
Francés),l si bien esta última es más esquematizada y burda que la del Mecaiteb; a más de las figuras indicadas, abundan los simples trazos y figuras geométricas, esbozos, etc., completamente indeterminables. Exposición
sur (lám. VI, n.O 2 ) .
Muy interesante es el grabado de una máscara que ciertamente re,~
de la estación .del Mecuerda a la publicada por Morales A g a ~ i n otambién
caiteb; como aquélla, están representados los ojos, nariz y boca; los primeros, por círculos en espiral.
A la derecha, un grabado fálico, y a la izquierda, una jirafa con el
cuello bajo. Además, multitud de rayas, sigrios y bocetos de animales indeterminables cubren toda la superficie de la laja.
Estas tres figuras principales, fuertemente grabadas en V; la jirafa,
algo menos profundamente. Máscara, 0'60 x 0'35 (lám. VI, n.O 1).
Casi en la cima de la ladera encontramos otro grabado interesantísimo. Se trata de un bóvido, a juzgar por la forma del cuerpo, si bien los
cuernos que ostenta son cortos y dirigidos hacia atrás; sobre el lomo tiene
grabado una, al parecer, albarda de contorno redondeado y con multitud
r.
2.
T. M o ~ o u ,obra citada, págs. 44-48, fig. 43, n.O 1005.
E. MORAI,ES AGACINO, Mauritania, X I , 1942, págs. 377-78
APORTACIONES
.4I, ARTE
RUPESTRE DEI, SAHARA ESPAÑOI,
59
de rayas diagonales más o menos paralelas que la cruzan; en el cuello y
grupa lleva otros aditamentos semejantes; el animal está bien proporcionado
y profundamente grabado; junto a él hay numerosos trazos geométricos, de
pátina más clara algunos de ellos (lám. VII, n.o 1).
Hay numerosos grabados de motivos geométricos, en espina algunos;
otros, pueden dudosamente interpretarse como esquematizaciones de animales,
etc.; en su mayoría grabados profundamente en trazos de perfiles en V.
Una interesante laja se encuentra emplazada hacia la mitad de la
ladera y cerca de los grabados I y 2 . Exposición sur. Pátina obscura
(Iám. VII, n.O 2 ) .
En la base del acantilado, más a la izquierda que los grabados antes
mencionados, hallamos un magnífico grupo de tres antílopes, y una hiena
que, por su técnica de fuertes trazos en V y por su verismo, cabe distinguirlo como uno de los mejores grabados de la estación del Mecaiteb. El cuerpo, esbelto, largas patas y cabeza pequeña, hace que les consideremos como
tales; todos ellos tienen los cuernos más o menos vueltos hacia adelante.
Por lo que respecta a la hiena, su cuarto trasero caído, largas orejas, patas
delanteras largas, y cortas las traseras, nos garantizan la interpretación de
dicha figura.
Entre las patas del antílope del centro y colocado a la inversa vemos otro animal de trazos menos profundos, posiblemente grabado con anterioridad a los antílopes; sin ambargo, la pátina que presenta es igual a
la de aquéllos; el animal en cuestión no está terminado, por lo que es difícil
apreciar su especie, aunque puede se trate de un felino, pues así nos inclina
a creerlo la cabeza, cuello corto y robusto, cuerpo largo y sinuoso y por el
comenzamiento de la pata trasera de extraordinaria robustez.
Además de dichas figuras, existen grabados en la misma piedra numerosos motivos geométricos. El bloque sobre el cual grabaron estas figuras es de respetables dimensiones y de pizarra devónica. Exposición sur
(lám. VIII, neo 1).
En otro bloque vemos antílopes parecidos, por su estilo, a los antes
indicados; como aquéllos, presentan los cuernos vueltos hacia adelante.
Tienen, en cambio, el cuerpo cruzado totalmente por rayas bastante profundas. Uno de ellos está sin terminar y dibujado en sentido inverso al otro,
el cual está completo y con la particularidad de presentar largos cuernos,
y colgando de la mandíbula inferior, una serie de rayas a modo de barba.
Este grabado se encuentra más hacia la cumbre de la ladera. Alrededor
de los antílopes aparecen signos y marcas más recientes y de pátina mucho
más clara. Exposición sur (lám. VIII, n.o 2).
Uno de los pocos grabados obtenidos a base de técnica punteada es
el que representa un león adornado de largos y sinuosos cuernos. Este
grabado, como todos los punteados, es esquemático, tosco y también con
pátina algo más clara que la mayor parte de los grabados en línea incisa;
no obstante, el caballo grabado en la misma laja con esta última técnica
tiene asimismo la pátina más clara. Detrás de éste hay unos trazos indicadores de un animal no terminado.
T:ig. 4. - Pozo Mecaitel>. Rst.
2.
Gral)ailo (le jirafa
Como ya hemos dicho, los grabados punteados escasean en el Mecaiteb, y todos son muy burdos y esquemáticos; el grabado es bastante profundo, aunque no tanto como los de trazos sencillos. Exposición sur (lrímina IX, n.O 1).
En la misma ladera, pero en el lado este descubrimos un espléndido antílope,
logrado a base de la misma técnica y dibujo que los anteriores. También
el grabado es en V, muy profundo y con los cuernos curvados hacia adelante.
Sobre dicho antílope, existe otro grabado en línea mucho más fina, cle
i 4 1 ~ 0 K 1~c'IosI,C
.\I, rZlZTli KIIPI~S'I'KI~DEI, S A H A K . 4 ESPAÑOI,
61
iin antílope muy esquemático y de pátina más clara; posiblemente se trata
de una copia posterior (Iám. IX, n.O 2).
Del mismo estilo que el último, y asimismo sobre la misma laja que
los anteriores, detrás del primero, hay otro antílope, que cabe considerarlo
como una copia poco afortunada.
Nuevamente aparece aquí la jirafa en el conjunto de arte rupestre del
Mecaiteb; su cuello largo y cuerpo corto y ancho nos inclinan a considerarla como tal. Obtenido a base de línea incisa bastante profunda, algo
erosionado; le falta la cabeza. Debajo de ella hay un bello grabado de una
mufla (Ammotragus tragelaphus), magníficamente caracterizado por sus
arqueados y gruesos cuernos y cabeza relativamente pequeña, Inuy finamente grabado en línea incisa. Esta figura es una de las más realistas del
conjunto.
Grupo de antílopes bastante esquematizados, grabados en línea incisa, regularmente profunda y bastante erosionada. Abundan en la misma
piedra caracteres más recientes y marcas de ganado de los Erguibat, con
pátina mucho más clara.
Este grabado lo hallamos cerca de una de las construcciones antes
mencionadas, sobre la plataforma primera (Iám. x, n.o 1).
Cerca del grabado anterior vemos otro antílope esculpido en la misma
técnica, y como aquél, muy erosionado; presenta grandes analogías con ciertos grabados de la estación 4 de Smara y también con algunos del Asleinl Ain
~
x, n.o 2).
Tazima (Sud ~ r a n é sy) ~Guebar-Rechin (Cercle de G e r ~ y l l e )(Iám.
Hay grabados geométricos y marcas de ganado con pátina clara, por
razón de su cronología más reciente; emplazado cerca de las construcciones
del Mecaiteb (lám. XI, neo 1).
Algo más a la derecha, ladera arriba, y cerca ya de la cumbre, situa.mos una laja cubierta de grabados, entre los que resaltan el de un cánido,
grabado en línea incisa bastante profunda, a la derecha, y en la parte superior de la laja. Otro animal inacabado menos fuertemente grabado y de
grandes dimensiones ocupa buena parte de la superficie de la laja; los
dibujos de motivos geométricos, grabados sin ningún orden, llenan la totalidad del espacio disponible; algunos fueron obtenidos a base de fuertes trazos
en V. Exposición oeste (Iám. XI, n.O 2). .
J . M. S A N T ~OT,ALI,A,Atlantis, t. XVI, 1941.págs. 163-167,ld111. XI.
I i . VAUFKF:~,
Archiv. de l'lnst. Paleonl. Humazne, 11.0 2 0 , pBg. 31.
3. (>. M. R. FGAMAND,
Les Pierres écrites, p6g. 15%
1.
2.
Otra representación interesante es la de un caballo finamente grabado
en línea incisa muy tenue : el équido va adornado con un collar figurado en
la parte superior del cuello. A lo largo del mismo ostenta una larga y encrespada crin con los pelos muy erectos; carece casi de cola. El llevar un
collar nos hace pensar en una posible domesticación del caballo, y de ser
así, tendríamos que dar a este grabado una fecha bastante reciente, por
razón de la inti-oducción tardía en Africa del caballo en estado doméstico,
acaecida durante el segundo milenio a. de J. C. Exposición oeste (lám. X I I ,
número 1).
A unos cuantos metros a la izquierda de los dos últimos, y aproximadamente a la misma altura, se ven dos bellos antílopes logrados por fuertes
trazos en V. El antílope superior, a juzgar por sus largos cuernos echados
atrás, se trata de un oryx; el inferior ya es más dudoso, pues si bien tiene
los cuernos bastitnte largos, no tienen tanta longitud; además, su cuello tan
largo y delgado no conviene a aquella especie. Igualmente, en esta piedra
no son escasos los grabados más recientes de figuras geométricas. Exposición oeste (lám. XII, n.O 2).
Grabados en fuerte línea incisa son los dos antílopes superpuestos
encontrados en la estación 2 del pozo Mecaiteb, únicos entre todas las representaciones animalísticas de aquel yacimiento. Ambos antílopes han sido
realizados con la misma tbcnica y dibujo, y presentan idéntica pátina, y
posiblemente grabados por la misma mano, por lo que se puede afirmar que
pertenecen a la inisma época. Junto a estos grabados vemos algunos signos
y marcas recientes de pátina mucho más clara; asimismo, hay también algunos pequeños grabados toscamente punteados. Exposición norte (IAmina XIII, n.* 1).
Antílope profundamente grabado, trazos en V. La cola y cuernos
fueron desmesuradamente alargados y lo mismo el trazo anterior de Ia cabeza, lo que le da cierto parecido a algunos grabados de Ain Tazina (Cercle
de Gervy1le)l dados a conocer por Flanmand. Exposición norte (lámina xnr, n.o 2).
Otros grabados son indescifrables, obtenidos a base de un picado
puntiforme bastante denso. En la misma piedra, trazos lineales también
indeterminables; acaso el de la parte inferior derecha quiera representar una
figura humana toscamente esquematizada. Los trazos son medianamente
profundos.
En el mismo cauce del Uad ben Saka, margen derecha y no lejos de
un túmulo, encontramos, algo más al norte de la estación 2, una piedra con
numerosos grabados y marcas de ganado. E n la parte inferior, el grabado
1.
G . M. 1%.PI,AMAND,
obra citada, p6gs. 155-156.
AI~oRTACIONES AL ARTE RUPESTRE DEI, SAH.4R.4
1
i
ESPAEOL
63
esqziemático de un bóvido sin cuernos; técnica incisa poco profunda; pátina
más obscura que las marcas y motivos geométricos.
Uno de los pocos grabados del Sahara español, en el que parece haber
jugado algo la composición, representa una escena de caza: dos elefantes
perseguidos por un hombre, el cual lleva una especie de taparrabos arrollado al cuerpo. Los elefantes huyen al galope. Es sin duda este grabado
uno de los más interesantes de la estación del Mecaiteb, tanto por su
finura en el grabado como por la incipiente composición que en él puede
apreciarse (fig. 2). Grabado en línea incisa, si bien mily fina. Exposición
oeste, emplazado cerca de la base de la ladera izquierda que bordea el ben
Saka.
Destaca también un bellísimo grabado, al parecer de un antílope
adax, de cuernos liriformes. Obtenido a base de un fortísimo trazo en V,
ancho y profundo. Las patas del animal han sido muy mal logradas,
especialmente las traseras. (fig. 3).
También una jirafa finamente grabada en técnica incisa medianamente profunda : trazo ágil y vigoroso. El dibujo es bastante bueno y
realista.
Comunicados por nuestro buen amigo, el notable geólogo don Manuel
Alía Medina, son los dos grabados que a continuación describimos, encontrados y fotografiados por dicho señor en el curso de la misión geológica
que efectuó durante la primavera del año 1945. Ambos grabados son de
los alrededores del pozo Mecaiteb, y como todos los de aquella estación,
están grabados sobre pizarras devónicas.
Magnífico grabado representando un rinoceronte africano logrado a
base de un profundo y vigoroso trazo en V. En la misma laja vense otros
esbozos de animales y figuras indescifrables de trazo más fino, y por lo general bastante esquematizados (lám. XIV,n.O 1).
Antílope muy esquematizado y toscamente dibujado, de trazo moderadamente profundo. A la derecha de la figura principal vemos una serie
de líneas casi paralelas, y junto a éstas, una figura que acaso quiera representar a un antropomorfo; dicha figura está en sentido inverso a la del antílope. Por toda la piedra hay líneas y puntos de incisión más o menos
, 2).
profunda (lám. x ~ v n.o
UAD Z A K (ZONA DRAA)
A unos 25 Km. al sur del nacimiento del Uad Zak, en la margen derecha, aguas abajo, y a 2 Km. al este del río, descubrimos unos grabados
rupestres sobre un gran bloque de gres.
El grupo principal representa dos grandes bóvidos, macho y hembra,
de 1'35 x 0'85 y por 0'80 m., respectivamente.
Sobre éstos, una figura animalística indeterminable de 0'40 x 0'28 metros, y debajo de los bóvidos, otra algo mayor, 0'60 x 0'35 m.
Todos están grabados a base de un punteado fino, que ensancha el
dibujo en línea incisa del croquis primitivo; el puntillado, poco profundo;
cerca de dichos grabados existe otro de un bóvido (?) con cuernos muy
largos grabado en la misma expresada técnica, y del cual perdimos el clisé.
(Lám. xv,
1).
Al norte de donde empieza la cadena de montes del Adrar Sutuff
de la Zona de Iiio de Oro se levanta un pequefio cerro de unos 40 m. de
altura, llamado por los indígenas Gleibat Mosdat. A poca distancia, al siir
del monte, pasa la pista de automóviles que arranca del puesto del Argub,
frente a Villa Cisneros, en la ribera oriental de la ría, y conduce al destacamento militar y Puesto de Tichla, al sur de la gran llanura del
Tiris.
Este cerro est8 aislado de la cadena general de montes que coinponen el Adrar, los cuales siguen una dirección aproximadaniente de nortenordeste a sur-sudoeste, casi paralela a la costa y alejada de ella unos 140
kilómetros. Dichos montes estrin formados por rocas antiguas, graníticas,
de asperón, con inclusiones de cuarzo.
En la falda de Gleibat Mosdat encontramos unos cuantos túmulos
funerarios del tipo corriente en el Sahara, y tamhién ciertas pequeñas explanadas, en el frente y a los lados, colocadas unas sobre otras, y circundadas
por un pequeño muro o parapeto de unos o'Go ó 0'70 m. de altura, aproximadamente.
Al pie del montecillo recogimos algunas hojas de sílex atípicas, sin
retoque alguno.
En la parte sur del Gleibat, cerca de la cumbre, y orientados a mediodía, descubrimos un conjunto de arte rupestre del que daremos seguidamente breve noticia. Debido a la premura del tiempo, dicha estación no
fué explorada muy detenidamente, por lo que es muy posible existan mhs
grabados que los que más adelante enumeraremos.
Todos ellos han sido obtenidos mediante un picado puntiforme logrado a golpes directos de percutor sobre la roca; en consecuencia, tienen
poca profundidad y, como todos los efectuados con esta técnica, son un tanto
clesdibujados, toscos, esquemáticos y muy lejos del fresco realismo de los
grabados naturalistas de las estaciones de Smara, Mecaiteb, Tucat en Haila,
etcétera, de la zona de la Alta Saguía.
No lejos de Gleibat Mosdat, en el cauce de un uadi seco, hay el pozo
de agua salobre de Maatal-lah (¿Agua de Dios?), conocido y frecuentado por
los nómadas desde muy antiguo; reza la leyenda que hace muchos años el
agua dulce se tornó salada; posteriormente, un santón de la familia del Chej
Ma el Ainin rezó delante del pozo y arrojó dentro unas cuantas piedrecillas,
convirtiendo el agua salobre en agua dulce; pero debido a las desavenencias
y luchas habidas entre los moros que pastorean por aquellas zonas, Dios
les castigó volviendo el agua nuevamente salobre. Este es un cuento moruno de los muchos que circulan por todo el desierto a costa de la credulidad excesiva de sus moradores, más lo que sí parece comprobado es que
en la antigüedad, a lo largo del Adrar Sutuff, lo mismo que en el Adrar de
Mauritania, existieron una serie de oasis que, conforme fué avanzando la
desertización del Sahara y convirtiéndose sus habitantes de sedentarios en
nómadas, fueron poco a poco abandonados y terminaron por perderse
completamente. Los indígenas aun recuerdan estas tradiciones que han ido
pasando de boca en boca y de generación en generación.
Es curioso que entre los pocos grabados encontrados en esta estación haya uno en el cual se representa, a todas luces, una palmera, y junto
a ésta y algo más bajo, una figura humana bastante esquematizada; a la
izquierda, un bóvido, de tamaño mucho mayor que las anteriores figuras,
que lleva pendiente del cuello un cencerro o cosa por el estilo; dentro del
contorno del cuerpo vense algunos dibujos indescifrables. (lám. XVI, n.O 1).
Tamaño, 0'70 x 0'35 mm.
Sobre una roca plana de regulares dimensiones encontramos grabado
un carro de combate tirado por dos caballos de muy singular interés, puesto que hasta la fecha no se había encontrado ningún grabado de este tipo
en el Sahara españo1;l no obstante haberse encontrado en Mauritania, Sudán
y en el Sahara Tuárico, Fezzan, y Tafilalete. Este grabado extiende notablemente el área de dispersión de estas representaciones en el Sahara.
El carro es de dos ruedas, y va tirado por un tronco de dos caballos:
el de la derecha está sin terminar; todo el cuerpo de los équidos es completamente punteado. Las ruedas están divididas por dos radios que se
cruzan; del carro parte una lanza central a la cual van unidos los dos caballos uno a cada lado.
I.
Últirnaiiientc en la Revista del Museo Canavio de las Palmas, julio-septieriibre 10.+5,
el Dr. P. Herniindez, pbro., describe el grabado de un carro descubierto por él en Gran Canaria, y
atribuido a los guanclies, si bien, como dice el autor, en la estación descrita abundan los grabados
de muy diversas influencias, por lo que posiblemente pertenezcan a manifestaciones artísticas de
gentes o razas diferentes ue hayan pasado accidentalmente por Gran Canaria. E;n su dibujo
recuerda a algunos carros le1 A d r a Mauritano.
La figura que reseñamos puede considerarse, artísticamente, una
transición entre las representaciones de carros de ued Djerat publicados
por M. RaygasseL y las de Mauritania dadas a conocer por Monod2 (lámina xvr, n.o 2). Tamaño, 0'30 x 0'22 cm.
También aparece representado un grupo de animales y figuras humanas muy esquemiticas, los animales mayores pueden identificarse como bóvidos esquematizados y muy toscos, que llevan colgando del cuello dos cencerros,
como los de la lám. xvr, n.O I. Las campanillas son figuradas por un trazo
fuerte y casi claviforme, de mayor tamaño que los del bóvido antes mencionado.
Sobre el de la derecha hay dibujada una figura que al parecer representa un jinete montado a caballo, que nos recuerda, ciertamente, a
algunos grabados del Adrar de Mauritania descritos por T. M ~ n o d . ~En
último término vemos unas figuras geométricas, posibles estilizaciones humanas (?). Todos los grabados, a base de trazos rectilíneos (lám. XV,n.O 2).
Tamaño, 0'80 x 0'70 m.
Hay un b6vido de cuernos cortos, muy toscamente y espaciadamente
punteado, esculpido sobre un gran bloque negruzco completamente perpendicular.
Parece como si este grabado estuviese sin terminar, pues ni tan siquiera el contorno de la silueta ha sido reseguido completamente, como son
los otros grabados de la misma localidad. Tamaño, 0'45 x 0'22.
En otros bloques cercanos observamos varios grabados geométricos
de signos indescifrables, algunos de los cuales nos traen a la memoria ciertos
grabados líbicobereberes, también en técnica punteada de Garet el Mahissesat (Rocher Carmille)4 y Mon llMagtouba."
El conjunto de obras encontradas en Gleibat Mosdat tenemos que
referirlo a una época muy reciente y ya en plena Edad de los metales; hemos
de tener en cuenta los datos que nos proporciona el carro de combate, ya
que el caballo no se utilizó en Africa como animal doméstico hasta después de la invasión de Egipto por los Hicsos o reyes pastores (1680-1580
antes de J. C.). Este carro recuerda, por sus caballos inmóviles, a las representaciones de carros de combate Hitittas de Egipto y de distintos lugares
del Sahara (Ued Djerat, Tassili des Ajjers).
Sabido es, que el caballo fué substituído en el Sahara por el camello,
al secarse lo que hoy es el desierto mayor del mundo, y que en remotos
I.
KEYGASSE MAURICE, Gravures et peintures rupestres du Tassili des Ajjers, en L'Antrophologle, XLv, 193.5, P % ~ s.533-~57,
.
figs. 23-29.
T . MONOD. Contrzbi*tzons a l'dtude du Sáhara occidentnle, fasc. J, pág. 1 1 .
2.
3. T. MoNon, obra citada, phgs. 37-39.
4 . R. VAUFRISE',I.'age de l'art $,u.pes!re Nord-A frican, en Cahiers d'art, París, 1937, páginas 63-76.
- H. OBERMAIER,Hádschra Maktuba. Municli, 1925, láni. 71.
5. L. I'\ROBENITTS
APORTAClOWES AI, ARTE RUI'RSTRR IIEI, SAHARA ESPAÑOL
67
tiempos estuvo cubierto de praderas y herbazales. Herodoto, en el siglo
v a. de J. C., nos dice que los Gétulos y Garamantes cazaban a los etíopes
trogloditas con lanza y desde carros tirados por caballos. Estrabón también cita a los libios que usaban el caballo de silla para la guerra; delante
de estos testimonios hemos de convenir y aceptar para dichos grabados
una fecha bastante reciente y siempre posterior al 1680 a. de J. C.
Es también digno de resaltar el grabado rupestre en el cual figura
una palmera. Poco se sabe aún quiénes fueron los creadores de los oasis
artificiales que se extienden a lo largo del límite norte del desierto. Los
musulmanes los atribuyen a los primeros grupos de bereberes, zenetas, que,
provinentes del este, se esparcieron por todo el Africa del Norte, entraron
en guerra con los pobladores negros del Sahara y, poco a poco, les fueron
rechazando hacia el sur, estableciéndose los invasores en el terreno conquistado y fundando los oasis del Dráa y norte del Sahara.
También dicen los saharianos, según me han referido, que los fundadores de ios oasis de Mauritania y del sur del desierto fueron los ((Bafot)),
hombres de raza gigantesca a quienes también atribuyen la construcción
de todos los megalitos saharianos; sin embargo, nadie sabe concretar quiénes
fueron aquellos legendarios ((Bafoto.
La representación de la palmera en un grabado rupestre confirma
también, en parte, la edad reciente del conjunto de arte rupestre de Gleibat
Mosdat, que nos habla de una cultura agrícola y ganadera (palmeras, bóvidos con campanillas y caballos domesticados y adiestrados para tiro y silla),
que debió florecer en los últimos siglos a. de J. C., y que quizás perduró
hasta principios de nuestra era. Al desertizarse, el Sahara terminó con
todas las antiguas culturas agrícolas y ganaderas, y dió paso, con la introducción del camello, al nomadismo y a la transhumancia que caracteriza
a los saharianos actuales, descendientes de los creadores de los oasis y del
pueblo que nos legó los sugestivos grabados de Gleibat Mosdat y otros centros culturales saharianos.
Pí.O
1:
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