Los Basaris, pueblo de África occidental, colonia alemana de Togo, son matriarcales y son innumerables las labores que las mujeres realizan, mientras los varones se marchan de caza. Escondido en la región oriental de Senegal, cerca de las fronteras de Mali y de Guinea Conakry. La dificultad para acceder a sus poblados (escondidos en las montañas y sólo accesibles a pie), ha permitido a la etnia Bassari vivir “al margen” de los cambios, conservando casi intactas su cultura y sus tradiciones. Aunque se están convirtiendo en un reclamo turístico y se hace necesario subir con algún regalo a las aldeas. Ésta tribu, constituye el tercer grupo étnico del Senegal y de Gambia. Se sitúan sobre todo en los alrededores del Parque Niokolo-Koba. Es un pueblo muy familiar que construye los tejados de sus casas con cañas y que posee ceremonias de gran colorido y animación. Cada Bassari tiene que realizar su ritual de iniciación cuando llega a la edad de 15 años, viva donde viva. Estos rituales consisten en estar durante horas bailando y tomando vino de Palma (Es una bebida muy parecida a la leche). La estética Bassari, podríamos establecerla en diferentes establecimientos. Por ejemplo, en Coronel Tapioca por el estilo de ropa que vende; en Natura porque en este negocio, todo lo que se vende es natural y muy étnico. Por otro lado, podemos pensar que la estética de esta tribu, encaja en cualquier escaparate, dependiendo de las “modas”. Así pues, recordamos una de la campañas de Zara de hace uno o dos años, en los que el colorido y el estilo étnico era la base de sus escaparates. Al igual que escaparates de Dior, Pedro del Hierro, y Carolina Herrera. Y en cuanto a productos de decoración, podemos recordar el escaparate de hace unos años de Musgo. Concluimos diciendo que, nuestra estética encaja en cualquier escaparate, siempre y cuando vaya acorde con el estilo de la colección. í