Caballos de Troya vs. microorganismos patógenos multirresistentes Andrés Garzón, Diego Gamba Fotografía: http://static.cinemagia.ro/img/db/movie/00/58/13/troy-585616l.jpg Caballos de Troya vs. microorganismos patógenos multirresistentes Cuando se descubrió la penicilina, en 1928, se pensó que tal hallazgo constituiría el fin de las infecciones causadas por microorganismos. Sin embargo, desde la aparición de las primeras cepas de Staphylococcus aureus resistentes a antibióticos, en la década de 1940 tan solo cinco años después de la implementación del uso generalizado de la penicilina, se ha venido estableciendo una especie de carrera armamentista entre los diferentes microorganismos patógenos y los seres humanos dedicados a hacerles frente. Es justo decir, además de necesario, que el panorama referente a tal situación actualmente no luce muy esperanzador, principalmente, si se tiene en cuenta el hecho de que en las últimas décadas, la cantidad de nuevos antibióticos desarrollados y comercializados es realmente muy baja. Además, Figura 1. Farmacia alemana anuncia la producción de penicilina en 1954. Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bundesarchiv_Bild_183-23912-0002,_K%C3%B6nigs_Wusterhausen,_%22M%C3%A4rkische_ Apotheke%22,_Schaufenster.jpg 68 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015 Andrés Garzón M. Sc., estudiante de doctorado en Química en la Universidad de los Andes. Diego Gamba Ph. D., profesor asociado e investigador del Departamento de Química de la Universidad de los Andes. se han reportado cepas resistentes a casi todos los antibióticos usados en ensayos clínicos. De la misma manera, las infecciones causadas por patógenos multirresistentes, una vez confinadas a ambientes hospitalarios, se han venido presentando en ambientes no relacionados con áreas de la salud. Adicionalmente, los reportes del impacto en la salud pública mundial de las infecciones causadas por estos patógenos son cada vez más negativos, sin mencionar los múltiples informes que indican el profundo impacto de esta situación en la economía mundial [1]. Sin embargo, la urgencia por desarrollar nuevos métodos para derrotar a nuestros microscópicos agresores, lejos de incapacitarnos, ha sido un importante aliciente para numerosos desarrollos en ciencias médicas, biológicas, físicas y químicas. Si bien la evolución de los antibióticos desde la penicilina hasta el reciente teixobactin ha permitido la cura de innumerables procesos infecciosos. Este proceso también ha traído, y casi seguramente traerá consigo, la aparición de cepas microbianas cada vez más resistentes, agresivas en términos infecciosos y difíciles de controlar, terapéuticamente hablando. En el abanico de mecanismos que despliegan los microorganismos para inutilizar los antibióticos se pueden destacar tres en particular: a. Degradación y consecuente inactivación del antibiótico. En este caso, los patógenos son capaces de producir enzimas que degradan el antibiótico antes de que lleve a cabo su función; también son capaces de modificar el antibiótico, disminuyendo así su potencial terapéutico. b. Desarrollo de barreras no permeables. En este caso los microorganismos tienen la habilidad de modificar sus capas protectoras externas para hacerlas menos afines al ataque de los antibióticos; incluso son capaces de variar las características de sus estructuras protectoras externas para lograr que no sean dañadas por la acción de la droga. En esta categoría se podría situar también un mecanismo relacionado, que consiste en la expulsión del interior del microorganismo del antibiótico que ha logrado ingresar, en un proceso que si bien requiere energía, es capaz de liberar de antibiótico al microorganismo, incluso cuando ya el antibiótico ha logrado superar las capas externas de protección. c. Alteración del blanco intracelular. Este mecanismo comprende la modificación de sitios particulares de la anatomía celular del patógeno. Dado que los antibióticos tienen diseños específicos, y por tanto selectivos, al cambiar su objetivo en el interior del microorganismo terminan por no llevar a cabo su acción antibacterial. De igual manera, es importante señalar que la aparición y diseminación de estos mecanismos de resistencia están ligadas a la modificación de la estructura genética de los microorganismos. Ya se conoce la capacidad que estos tienen para transferir fragmentos de información genética, pues se presenta el fenómeno por el cual las características de resistencia pueden ser copiadas por patógenos de la misma especie, e incluso por patógenos Bombas de expulsión Enzima que degrada el fármaco Modificación del blanco intracelular Modificación de la capa protectora externa Antibiótico Figura 2. Algunos de los mecanismos de resistencia a antibióticos desarrollados por microorganismos Fuente: autores Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 69 de especies distintas, lo que a todas luces posibilita la expansión del fenómeno de resistencia a antibióticos [2]. Fe3+ Transportador En Colombia, específicamente en la red hospitalaria de Bogotá, se han desarrollado estudios tendientes a buscar cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina (MRSA por sus siglas en ingles). Este es un antibiótico desarrollado en 1969 para el tratamiento de infecciones causadas por cepas de S. aureus resistentes a la penicilina, que actualmente no es utilizado clínicamente, pero se mantiene en uso como referencia de resistencia microbiana. Se ha encontrado que cepas de MRSA están presentes en cerca del 27% de los 2.308 aislamientos analizados [4]. En Bogotá también se han reportado casos de infecciones por MRSA que han causado neumonía necrosante. De igual manera, un estudio realizado en pobladores de Montería, Córdoba, mostró que de un total de 253 muestras tomadas en tres grupos: internos de una cárcel, jóvenes universitarios y niños en edad escolar de 4 a 9 años; 62 resultaron positivas para S.aureus, y de estas, 4 fueron resistentes a meticilina, aunque ninguna resultó resistente a vancomicina (antibiótico de origen natural utilizado ocasionalmente casi como último recurso para el tratamiento de infecciones por MRSA). Sin embargo, debe anotarse que el método utilizado en este análisis para detectar resistencia a vancomicina reporta una sensibilidad muy baja, cercana al 22% [5]. La supervivencia de muchos microorganismos, especialmente bacterias, durante los procesos de infección depende en gran medida de su habilidad para adquirir nutrientes clave. En este sentido, el hierro es uno de los más importantes, ya que se encuentra directamente involucrado con numerosos procesos fisiológicos bacterianos. Sin embargo, in vivo, en el caso específico de los seres humanos, el hierro se encuentra presente en concentraciones extremadamente bajas y, se podría decir, fuertemente custodiado por proteínas específicas, lo que dificulta aún más el acceso al metal por las bacterias. Incluso en los mamíferos, como medida extra de protección, durante una infección, el sistema inmune limita la absorción intestinal de hierro, lo que evidencia la importancia de este elemento en los procesos infecciosos [6]. Para superar la baja disponibilidad de hierro en sus ambientes, las bacterias han desarrollado varias estrategias para la capta- 70 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015 Fe+3 Sideróforo Sideróforo Exterior de la célula Debido a su amplio espectro de resistencia a los antibióticos comúnmente usados, la aparición de microorganismos patógenos multirresistentes ha desencadenado grandes dificultades en el aseguramiento del tratamiento adecuado de los pacientes infectados, con el consecuente impacto negativo en la situación económica de las diferentes naciones. Se estima que únicamente para los países miembros de la Unión Europea, los costos de tratamientos, hospitalización de pacientes, medicamentos y el uso de equipo de protección del personal médico representan anualmente una cifra cercana a los 400 millones de euros [3]. Quelación Receptor/Transportador Interior de la célula Enzima Fe+3 Sideróforo Sideróforo Fe3+ Figura 3. Mecanismo de acción de los sideróforos Fuente: autores Quelación Fe3+ Sid-Enlace-Fármaco Sid-Enlace-Fármaco Fe3+ Receptor/Transportador ¿Liberación del fármaco? Enzima Fe3+ Sid-Enlace-Fármaco Sid-Enlace-Fármaco Fe3+ Figura 4. Estrategia caballo de Troya mediada por sideróforos Fuente: autores ción del hierro, siendo la más común la síntesis de compuestos orgánicos denominados sideróforos, moléculas de bajo peso molecular y diversas estructuras químicas con elevada capacidad para formar complejos con el hierro (III). Estas moléculas son secretadas por microorganismos bajo condiciones pobres de hierro, como las encontradas en los tejidos infectados. Seguidamente, el complejo hierro-sideróforo es reconocido y transportado al interior de la célula por un sistema de proteínas ancladas en la membrana celular (véase la figura 3) [7]. Muchos microorganismos producen enzimas que, una vez ingresado el complejo hierro-sideróforo, pueden liberar el metal del complejo, con lo que se obtiene el metal libre. De esta manera el sideróforo puede ser secretado al medio otra vez para realizar el proceso de captación y transporte nuevamente. Hasta la fecha se ha reportado la existencia de alrededor de 500 sideróforos diferentes, provenientes tanto de bacterias gram positivas como gram negativas. Este mecanismo de ingreso al patógeno brinda la posibilidad de usar los sideróforos como sistemas de entrega de antibióticos directamente en el interior del microorganismo, superando así uno de los principales mecanismos de defensa exhibido por las bacterias que utilizan cambios en las barreras externas y bombas activas de expulsión contra los antibióticos de uso extendido. Lo que se reporta resulta en una acción bactericida mucho más eficiente, 100 veces más comparada con la difusión pasiva. Esta estrategia se conoce como caballo de Troya (figura 4) [8]. Por otra parte, este sistema de recolección de hierro mediado por sideróforos también puede ser aprovechado para definir otros mecanismos para controlar el microorganismo. Por ejemplo, es posible atacar la biosíntesis de estos agentes colectores de hierro directamente, o también existe la posibilidad de privar al microor- ganismo del hierro creando y esparciendo en el medio moléculas que sean aún más afines al metal que los mismos sideróforos. A lo largo de cientos de miles de años de evolución, las bacterias han desarrollado una gran variedad de trucos relacionados con la adquisición de nutrientes, de los cuales, por supuesto, dada su importancia, el hierro no ha sido la excepción. Es válido mencionar, por ejemplo, que numerosas bacterias son capaces de reconocer complejos hierro-sideróforo, incluso si el sideróforo no ha sido producido por miembros de su propia especie. En ese caso particular se habla de reconocimiento bacterial de exosideróforos. También se ha logrado establecer, mediante ensayos clínicos, que algunas de las cepas bacterianas más virulentas que se conocen son capaces de liberar el metal de las estructuras proteicas en las que el huésped normalmente lo almacena; tienen la habilidad de secretar enzimas que destruyen las proteínas y liberan el hierro que necesitan para acelerar la infección. De la misma manera, se sabe de algunos microorganismos —principalmente hongos y bacterias— que han sido capaces de desarrollar métodos para eliminar a sus competidores biológicos uniendo sustancias tóxicas a sideróforos, mediante algo muy similar a la estrategia caballo de Troya. Estas moléculas se conocen como sideromicinas (figura 5) [9]. Iluminados por este inteligente mecanismo de control biológico de origen natural, numerosos grupos de investigación de todo el mundo han desarrollado programas de investigación tendientes a demostrar que el diseño racional de conjugados sideróforo sintético-antibiótico puede ser usado como un sistema efectivo de entrega de antibióticos en el interior de los patógenos. En este sentido, cabe destacar reportes de obtención de diversos conjugados sideróforos sintetico-antibióticos activos contra diferentes Pseudomonas, así como varias especies de Staphylococcos y Streptococcos, incluidas cepas multirresistentes. Como era de esperarse, existen reportes también de cepas resistentes a esta estrategia. Sin embargo, los estudios muestran que las cepas que se vuelven resistentes resultan ser menos virulentas in vivo que las cepas sensibles, ya que merman su capacidad de asimilación de hierro, lo que las pone en desventaja de crecimiento. En este momento se desconocen muchos procesos relacionados con el mecanismo de acción del mencionado conjugado. Por ejemplo, no se tiene aún completamente claro si la acción biológica se lleva a cabo por el conjugado antibiótico-sideróforo como tal, o si es necesaria la liberación de la droga en el interior de la bacteria para llevar a cabo la acción bactericida. Sideromicina Figura 5. Estructuras de las sideromicinas Fuente: autores R = O, NH, o, NCONH2 En nuestro caso particular, en la Universidad de los Andes, el Grupo de Investigación en Síntesis Orgánica, Bio y Organocatálisis del Departamento de Química se encuentra trabajando en la síntesis total de la anachelina H, una compleja molécula reconocida como un sideróforo, aislada de la bacteria anabaena cilíndrica en el año 2001. La molécula está conformada estructuralmente por tres unidades: policétido, alcaloide y péptido (figura 6). Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 71 Posibles sitios de funcionalización NH2 HO HO N+ O HO HO HO HO O OH O HN N H HO HN O Péptido O OH NH2 OH O O HN OH OH O HO O N H HO CH3 HN HN O OH HO O N H O N+ Me2 HO HN HO O OH HN O N H O N+ Me2 OH OH H N HO HO H N O Alcaloide O CH3 HO O HO Policétido Figura 6. Estructura molecular de la anachelina H Fuente: autores Figura 7. Posiciones de posible funcionalización con antibióticos comerciales de la anachelina H Fuente: autores Al analizar detalladamente la estructura molecular de la anachelina H se encuentra una característica muy importante: es un sideróforo mixto. Esto quiere decir que puede ser reconocido por dos diferentes grupos de proteínas de transporte en las membranas bacterianas, ya que su grupo derivado del catecol y su grupo derivado del acido salicílico se encuentran entre los arreglos moleculares más comunes en este tipo de productos naturales. Este hecho, de acuerdo con varios reportes, podría constituirse en una ventaja aún mayor para la acción terapéutica del conjugado. molécula, en teoría, la funcionalización podría llevarse a cabo con diferentes tipos de antibióticos, mediante diferentes tipos de enlaces químicos, lo que a la larga representa el acceso a un gran número de antibióticos diversos que, si bien contienen el mismo sistema transportador en el interior del microorganismo, podrían tener diferentes blancos moleculares intracelulares, e incluso diferentes propiedades en el interior del patógeno. En este momento, la síntesis de los fragmentos policétido y peptídico ya ha sido alcanzada y se está trabajando en la optimización de la metodología para la obtención del fragmento alcaloide. Una vez se logre, el paso siguiente será la unión de los respectivos fragmentos para contar con la molécula completa, y la posterior funcionalización de la molécula con un antibiótico comercial sería el paso final. En este sentido, revisando la literatura científica pertinente, se plantea unir el mencionado antibiótico al fragmento peptídico del sideróforo, ya que se puede suponer que los fragmentos policétido y alcaloide son los encargados de llevar a cabo el proceso de acomplejamiento con el hierro, dado su constante presencia en numerosos sideróforos ya reconocidos (figura 7). Para finalizar, es importante resaltar que una vez sintetizada la 72 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 18, 2015 En conclusión, con un alarmante incremento en el fenómeno de resistencia a fármacos de numerosos patógenos, y con una significativa caída en el desarrollo de nuevos antibióticos, la necesidad de implementar estrategias novedosas para limitar el fenómeno de resistencia microbiana es prioridad de orden mundial. Tomar ventaja de las necesidades fisiológicas de las bacterias y aprovechar el uso de sideróforos como métodos de entrega intracelular de antibióticos se constituye, a su vez, en una metodología promisoria que atrae la atención de numerosos grupos de investigación, tanto médicos como químicos. Por supuesto, algunos aspectos relacionados, por ejemplo, el relativo a la liberación del fármaco o el mejor blanco intracelular, deben continuar bajo investigación, pero muy seguramente este tipo de estrategia estará a la vanguardia de la lucha contra los patógenos multirresistentes. • REFERENCIAS [1] Deurenberg RH, Stobberingh EE. The evolution of Staphylococcus aureus. Infection, Genetics and Evolution 2008; 8(6): 747-763. [2] Bartels M, Boye K, Rhod-Larsen A, Skov R, Westh H. Rapid increase of genetically diverse methicillin resistant Staphylococcus aureus, in Copenhagen, Denmark. Emerging Infectious Diseases 2007; 13(10): 1533-1540. [3] Gould IM, Reilly J, Bunyan D, Walker A. 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