Poder Judicial de la Nación Sala I - 33.903 “P., J. V.” Sobreseimiento y archivo Interloc. 33/170 ///nos Aires, 6 de junio de 2008 Y VISTOS: I) Las presentes actuaciones llegan a conocimiento de esta Sala en virtud del recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal, contra el auto de fs. 79/81 vta. mediante el cual se dictó el sobreseimiento parcial de J. V. P. y de J. C. P., en orden a los delitos de amenazas y extorsión (arts. 45, 149 y 168 del C.P.), y se dispuso el archivo de las actuaciones en orden al delito de lesiones leves (art. 89 C.P.). El recurso fue mantenido en tiempo y forma a fs. 95, y habiendo el Sr. fiscal general expresado los agravios del caso a fs. 96/99, nos encontramos en condiciones de resolver. II) El hecho que se investiga en las presentes actuaciones es el ocurrido el 18 de octubre de 2007, aproximadamente a las 12.35 hs., en la calle Pte. J. D. P. a la altura catastral de esta ciudad, lugar donde tiene su asiento la C de R . Así, en circunstancias en que el damnificado F. se encontraba en la vía pública frente al lugar antes mencionado, luego de asistir a un remate, habría sido agredido con una llave de rueda tipo “L” por J. P., quien sin mediar causa alguna se aproximó al damnificado y comenzó a propinarle varios golpes en la cabeza y en el hombro, para luego sumarse a tal agresión otras cuatro personas del sexo masculino, entre los cuales se encontraba el hermano de P. y J. C. P., quienes comenzaron a propinarle golpes de puño y patadas que hicieron que cayera al piso para luego continuar con la golpiza, causándole lesiones de importancia leve. Asimismo, al momento de las agresiones, estas personas le habrían proferido amenazas tales como “te vamos a matar”. En este sentido, a fs. 4 obra la declaración testifical brindada por F. en sede policial, el cual refirió que la agresión se debió a que los imputados el día anterior le habían solicitado una entrega de dinero en virtud de una compra que había realizado en un remate, a lo cual no accedió por entender que no tenían participación alguna en el desarrollo de la misma, instando la acción penal contra sus agresores tanto por las lesiones ocasionadas como así también por las amenazas proferidas. III) A fs. 66 obra la presentación del damnificado mediante la cual desiste de la acción penal instada oportunamente, por haber arribado a un acuerdo privado con los encartados, circunstancia que fue confirmada en su declaración en sede judicial, obrante a fs. 78/vta. Finalmente, con fecha 12 del corriente el a quo dispuso el sobreseimiento parcial de los imputados en orden a los delitos de amenazas y extorsión, y dispuso el archivo de las actuaciones en orden al delito de lesiones leves, por la imposibilidad proceder. IV) Los representantes del Ministerio Público Fiscal expusieron sus agravios respecto del archivo dispuesto sosteniendo que deviene incorrecto, puesto a que nos encontramos ante un delito de acción pública pero de instancia privada, por lo que la titularidad de la acción penal pertenece al Estado, consistiendo la voluntad del ofendido en un mero requisito de habilitación del ejercicio de dicha acción por su verdadero titular. Por otro lado, y con relación al sobreseimiento dispuesto en el punto I del auto en crisis, el acusador realiza una distinción entre la imputación de amenazas y la de extorsión. En cuanto a la primera, afirma que aparecen como parte de un accionar dirigido voluntaria y específicamente a lastimarlo y amedrentarlo en atención a su negativa a acceder al pago indebido exigido por los encartados. Finalmente, manifiesta que más allá de los dichos del damnificado de fs. 78/vta. respecto de no haberse sentido extorsionado, destaca que su renuncia a continuar con la causa deriva de haber ya celebrado un acuerdo particular con los imputados, estimando pertinente investigar sobre la naturaleza precisa de dicho acuerdo, pues plantea como hipótesis que el intento de terminar con esta investigación se puede vincular precisamente con las exigencias ilegítimas denunciadas. V) Ahora bien, llegado el momento de analizar las diversas probanzas acumuladas a esta investigación, el tribunal entiende que los argumentos esgrimidos por el Sr. fiscal general deberán ser atendidos, lo que motiva la revocación del auto impugnado. En ese sentido, y respecto a las lesiones denunciadas, habiéndose acreditado a través de los informes médicos de fs. 8, 28/9 y 54 su gravedad, y toda vez que el damnificado instó la acción penal, el archivo dispuesto por imposibilidad de proceder resulta incorrecto. Poder Judicial de la Nación Sala I - 33.903 “P., J. V.” Sobreseimiento y archivo Interloc. 33/170 Ello así por cuanto el tribunal entiende que la instancia privada motiva la intervención del acusador público una vez instada la acción penal por el particular ofendido. Al respecto, hemos dicho que “dicha acción penal tiende a la sanción y encierra un interés público, por lo que resultaría inadmisible que el damnificado quiera negociar con el imputado su pasividad con respecto a la pena...” (In re: causa n25.600 “Benegas Lynch”, rta. 25/4/05). De este modo el acuerdo al que hayan llegado las partes no resulta idóneo para finalizar el trámite de esta pesquisa, pues es ahora el Ministerio Público Fiscal quien debe continuar con el impulso de la acción, o en su defecto solicitar la desestimación o cualquier otra medida resolutiva que estime pertinente, por lo tanto, como se dijo, el archivo dispuesto en relación a las lesiones aludidas deviene improcedente. En segundo lugar, y en relación al sobreseimiento dispuesto en orden a los delitos de extorsión y amenazas, entiende el tribunal que el Sr. juez de grado no realizó una correcta valoración del desistimiento de la acción penal ejecutado por la víctima; ello así pues resulta dable destacar que un eventual acuerdo patrimonial entre las partes, no eximiría de responsabilidad penal a los encausados por los hechos investigados, ya que los delitos objeto de esta investigación -extorsión y amenazas- son de acción pública, no disponible por tanto por las partes. Así lo ha sostenido la doctrina, al afirmar que “..En lo penal, el titular del poder es siempre el Estado; en lo civil lo es el particular (...) Esto sin perjuicio de que existan casos en que el ejercicio de la acción en lo penal se concede al particular ofendido (...). De aquí que la acción penal sea de ejercicio ineludible una vez dadas las condiciones para ello, lo cual no ocurre con la acción en lo civil. Es el principio de promoción inevitable de la acción en el proceso penal” (Clariá Olmedo Jorge, Derecho Procesal Penal, T I, p. 159). Finalmente, cabe resaltar que la víctima mencionó como motivo de su desistimiento el acuerdo al que arribara con los imputados, aunque solamente indicó que zanjó sus diferencias con éstos, concluyendo no haberse sentido extorsionado pese a ratificar la secuencia de los hechos como lo refiriera a fs. 4. Así las cosas, tal como lo postula el Sr. fiscal general, dicho acuerdo podría constituir la consumación misma de la extorsión referida, por lo que se impone ahondar la pesquisa; máxime si se repara en que la presentación de la víctima fue realizada con posterioridad al llamado a P. y P. a prestar declaración indagatoria. Asimismo, se advierte que no se ha obtenido testigo alguno pese a la cantidad de personas que se observan en las fotografías de fs. 39/42, por lo que deberán ordenarse medidas, también, en este sentido. Por lo expuesto, sin perjuicio de la calificación legal que pudiera corresponder y del modo en que pudieran llegar a concurrir las diversas figuras analizadas, el tribunal RESUELVE: REVOCAR los puntos I y II del auto documentado a fs. 79/81 vta. en cuanto fuera materia de recurso, debiendo el Sr. juez de grado dar cumplimiento a las medidas ordenadas precedentemente. Notifíquese al fiscal general. Oportunamente devuélvase, debiendo practicarse las notificaciones correspondientes en la instancia de origen.- JORGE LUIS RIMONDI ALFREDO BARBAROSCH GUSTAVO A. BRUZZONE Ante mí: VANESA PELUFFO Secretaria de Cámara