Se reanudaron conversaciones en La Habana

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Se reanudaron conversaciones en La Habana:
hoja de ruta garantía de continuidad
Alejo Vargas Velásquez
Profesor titular Universidad Nacional,
Investigación en Seguridad y Defensa
Director
Grupo de
Esta semana se reanudaron las conversaciones en La Habana entre las
delegaciones del Gobierno del presidente Santos y la de las FARC-EP, luego
de la pausa de las festividades de fin de año. Y lo hicieron para continuar
analizando el tema de “Drogas Ilícitas y las políticas para su superación”, que
implica tres subtemas, el de cultivos de uso ilícito y las políticas para su
sustitución, el del consumo y su prevención y finalmente las políticas para el
combate a las actividades de procesamiento y tráfico de drogas ilícitas.
Ya la Mesa de Conversaciones recibió los informes finales de los dos Foros de
Participación Social, el de Bogotá y el de San José de Guaviare, realizados a
solicitud de la Mesa por la Universidad Nacional-Centro de Pensamiento y
Seguimiento al Diálogo de Paz y la Oficina de Naciones Unidas en Colombia;
adicionalmente escuchó a una serie de expertos invitados por la Mesa –
mecanismo previsto en el Acuerdo General-, con lo cual tiene los insumos
suficientes para deliberar y avanzar en la construcción de Acuerdos.
Algunas personas se plantearon el interrogante acerca de qué tanto podría
influir en las conversaciones de La Habana, las revelaciones del Washington
Post sobre la participación del gobierno norteamericano, específicamente de la
CIA, en los ataques militares que en los últimos años del gobierno anterior y
durante el actual dieron de baja a varios jefes de las FARC –la combinación de
inteligencia policial, el bombardeo con las llamadas ‘bombas inteligentes’ y el
uso posterior de Fuerzas Especiales-, intervención que era conocida de vieja
data, aunque lo que hace el periódico de USA es darle certeza a lo que
informalmente era de conocimiento por sectores de la opinión nacional e
internacional. Igualmente se planteaban interrogantes acerca del significado de
la incorporación a la delegación de las FARC de uno de sus miembros
conocido como el cantante Conrado que se encontraba en Venezuela detenido
por la Fuerza Pública venezolana; al respecto debemos recordar que una de
las reglas es que cada una de las delegaciones tiene total autonomía para
incluir o modificar a sus representantes –el Gobierno Nacional ya lo ha hecho
también- y lo que hizo el Gobierno colombiano fue suspender las ordenes de
captura contra este nuevo miembro, lo que incluía la solicitud de extradición de
la Fiscalía colombiana y el Gobierno venezolano en coordinación con los otros
países garantes procedió al traslado de este nuevo delegado a La Habana;
adicionalmente el Gobierno de Colombia informó que hubo razones
humanitarias por las condiciones difíciles de salud que tenía este miembro de
las FARC.
Respecto a los dos hechos anteriores hay que recordar que algo fundamental
en estas conversaciones, a diferencia de las del pasado, ha sido la existencia
de la Hoja de Ruta que no es otra cosa que el Acuerdo general para la
terminación del conflicto armado que define las reglas del juego de la
negociación –agenda, procedimientos, acompañantes, etc.- y que garantiza
que éstas no se contaminen de los hechos externos y tampoco que se extravíe
en temáticas distintas a las que fueron pactadas desde el inicio. Por ello hay
que decir que afortunadamente la Mesa de Conversaciones está blindada, por
lo menos parcialmente, de esa serie de influencias que podrían perturbarla que
en la coyuntura de nuestro país son de muy diverso orden, de un lado, con la
polarización que se ha generado en sectores de opinión alrededor de las
conversaciones con la guerrilla y del otro con la modalidad acordada de
conversar en medio de la confrontación armada y todo lo que esto implica.
Considero que lo máximo que pueden influir los temas señalados anteriormente
es que se refleje en alguna de las declaraciones diarias que hace algún
miembro de la Delegación de las FARC ante los medios de comunicación –
como lo hemos escuchado o leído-, pero internamente la Mesa de
Conversaciones continúa sesionando con las reglas acordadas y dentro del
clima que las dos delegaciones han logrado construir. Sin olvidar, por supuesto,
que se trata de conversaciones entre dos adversarios que han estado
enfrentados durante medio siglo y que tienen lecturas y valoraciones de los
hechos en ocasiones bastante contrapuestas.
Lo anterior es lo que nos permite afirmar que las influencias negativas en el
funcionamiento de la Mesa de Conversaciones de la campaña electoral
colombiana que se avecina es muy poco, aunque sí no hay duda que el tema
de las conversaciones de La Habana será uno de los centrales de las
campañas políticas tanto para Congreso como para Presidente y van a
terminar convertidas en una especie de plebiscito por la paz.
Por ahora, lo recomendable es dejar que las conversaciones transcurran en el
ambiente que han construido y esperar que más pronto que tarde lleguen a los
Acuerdos sobre este punto de la agenda seguramente dejando temas
pendientes, pero eso debe entenderse que es un mecanismo que normalmente
es útil para las partes en todo proceso de construcción de Acuerdos.
Edición N° 00383 – Semana del 17 al 23 de Enero – 2014
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