Un héroe desde niño

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Glorias Navales
Arturo Prat y su legado en la historia
Un héroe desde niño
N
ació el 4 de abril de 1848, en
Ninhue, en la provincia del
Ñuble, en la casa patronal de la
hacienda de San Agustín de
Puñual. Un niño frágil,en sus primeros
días, pero que con los años demostró su
fortaleza. Sus padres fueron Pedro
Agustín Prat Barril y doña María Luz
Rosario Chacón y Barrios. A los diez años
se incorporó a la Escuela Naval, el 28 de
agosto de 1858, en donde se destacó
desde un comienzo.
Llegó así 1865 y con él la guerra contra
España. Embarcado en la Esmeralda, a
Arturo Prat le correspondió ser parte del
Combate Naval de Papudo, en donde capturaron la goleta española Virgen de la
Covadonga. Esta acción le valió a Arturo
Prat, como al resto de la tripulación chilena, el ascenso a un grado más. El 25 de
septiembre de 1877, ascendió a capitán
de Fragata y al año siguiente, el gobierno
del Presidente Aníbal Pinto lo eligió por
su absoluta discreción y confianza, para
mandarlo como agente especial confidencial a Uruguay y con instrucciones de
trasladarse a Buenos Aires para obtener
informaciones del apresto armamentista
argentino.
Al iniciarse la Guerra del Pacífico,
Arturo Prat fue elegido ayudante de la
Comandancia General de Marina, puesto
que Prat rechazó. Cuando don Rafael
Sotomayor debió ir a Antofagasta con
instrucciones del gobierno, solicitó un
ayudante, siendo designado Prat.
Estando ambos uniformados embarcados
en el blindado Blanco Encalada, fue
designado para notificar el bloqueo de
Iquique a sus autoridades, lo que realizó
sin amedrentarse por la actitud hostil de
sus pobladores. Se le asignó el mando de
la goleta Covadonga, en reparaciones en
Valparaíso, la que debía llevar a Iquique.
El 3 de mayo la corbeta Abtao, al mando
del capitán de Corbeta Carlos Condell y
la goleta Covadonga, al mando de Arturo
Prat, zarparon a Iquique recalando en
ese puerto, el día 10 de mayo.
En las primeras horas del día 21 de
mayo de 1879, se hicieron presentes en la
rada de Iquique los dos buques peruanos,
el monitor Huáscar y la fragata blindada
Independencia, que en el Combate Naval
de Iquique se batieron con la corbeta chilena Esmeralda y goleta Covadonga, respectivamente.(lms)
21 de mayo
Un glorioso ejemplo
C
on el paso de los años, se ha
profundizado la idea de que el
legado dejado por Arturo Prat
es indeleble no sólo para la
Armada de Chile, sino también para
todo el país. Pues, hoy en el aniversario
130º de las Glorias Navales, la figura del
héroe nacional se erige con más fuerza
que nunca, recordando un momento his-
tórico en donde se desarrolló una victoria que, en cierto modo, marcó a todos
los chilenos.
Así lo explica el contraalmirante
Eduardo Junge Pumpin, comandante en
jefe de la Segunda Zona Naval, quien
considera que el acto de valor desarrollado el el 21 de mayo de 1879, en el
Combate Naval de Iquique, Guerra del
Pacífico, constituye un ejemplo glorioso
de entrega por la patria.
“Lo que pudo llegar a ser una derrota
en términos tácticos y estratégicos,
debido a que se perdió y hundió un
buque, pasó a ser una gran victoria
moral que no se borrará jamás”, expone
la autoridad de la Armada.
Además, no solamente el hecho histórico constituye un valor
excepcional para Eduardo
Junge, pues también valora
que el hecho se transformó
en un factor de unión y cohesión nacional para Chile en
ese momento. Por diversas
razones, en ese entonces no
existía conectividad entre lo
que estaba sucediendo en el
norte del país, por lo que el
resto del territorio nacional
no tenía acceso a la información acerca de cómo se estaba desarrollando la Guerra
del Pacífico.
“La valentía de Arturo Prat
fue tan importante en ese
momento, que incluso cambió
las perspectivas que existían
en el resto del país, en relación con el conflicto que se
vivía en el norte. El país, en
términos concretos, prácticamente estaba desconectado
con lo que sucedía en el conflicto. Sin embargo, como la
noticia de lo acaecido el 21 de
“Vencer o morir”
En esta fecha se desarrolla el momento más histórico y heroico de la
Historia Naval de Chile. Pues durante la Guerra del Pacífico, en lo que sería
denominado el Combate Naval de Iquique, el monitor peruano “Huáscar”,
logra hundir a la “Esmeralda”, una corbeta chilena fabricada de madera.
La embarcación nacional se hunde luego de más de tres horas de intensa
brega. Sin embargo, la adversidad bélica dio espacio para que Arturo Prat
Chacón, en ese entonces, comandante capitán de Fragata, abordara el
“Huáscar“ para continuar con la lucha, siendo muerto en combate y
escribiendo de manera indeleble su heroico acto en la historia de Chile. (hps)
mayo tuvo un impacto de
carácter internacional, el país
se unió en función de la causa
que se estaba llevando a cabo
en el norte”, señala el contraalmirante.
Asimismo, destaca la importancia estratégica y efectiva
que tuvo lo sucedido en el
Combate Naval Punta Gruesa,
también el 21 de mayo, donde
el capitán de Corbeta Carlos
Condell de la Haza, al mando de
la cañonera chilena “Virgen de
Covadonga”, logra trabar combate con la “Independencia”,
una fragata peruana blindada.
Logra atraerla hacia arrecifes,
encallándola y hundiéndola,
con lo que el país rival perdió
cerca del 50% de su poder
naval.
“Fue un hecho trascendental,
que tuvo mucha utilidad en
aquel momento, siendo clave
en términos estratégicos para
poder ganar la Guerra del
Pacífico”, apunta. (hps)
Huáscar
Reliquia histórica
“E
l Huáscar es un santuario para
dos naciones y la Armada lo cuida
como tal, con mucho respeto.
Además, sirvió más años bajo
bandera chilena que peruana y allí murieron tres
comandantes chilenos. Es un símbolo de nuestra
identidad e historia marítima, como Prat simboliza el honor y el sacrificio altruista en aras del
deber.
El contrato de fabricación del Huáscar fue firmado en Birkenhead, Inglaterra, el 12 de agosto
de 1864, entre el capitán de Navío José María
Salcedo, en representación del gobierno del
Perú, y los Astilleros Laird Brothers. El plazo de
entrega fue de 12 meses; sin embargo, el certificado de construcción no se firmaría antes del 12
de enero de 1866. Tras su participación en el
Combate Naval de Iquique y después de haber
salido de servicio, permaneció anclado frente a
la actual Comandancia en Jefe de la Segunda
Naval, siendo sometido a pequeñas reparaciones
para mantenerse a flote.
En 1935, fue pintado de gris y amarillo y se instalaron cuatro cañones de saludo en los alerones
del puente y se iza la insignia del Comandante en
Jefe, la cual permanece hasta nuestros días.
Desde ese año, es abierto para ser visitado por el
público en general.
Entre 1951 y 1952, se inicia su total restauración con la intención de dejarlo tal como lucía en
1878, para convertirlo en un santuario en que se
veneraran las Glorias Navales de Chile y Perú. La
labor se vio facilitada al encontrarse numerosos
objetos, muebles y accesorios que se hallaban en
perfecto estado de conservación en los
Almacenes del Arsenal Naval de Talcahuano.
Veinte años después, el navío necesitaba de
urgentes reparaciones en su casco y estructura,
los que debían ser subsanados a la brevedad si
se quería mantener a flote a esta reliquia naval.
En el presente, el Huáscar es visitado continuamente por cientos de personas, quienes tienen la
posibilidad de conocer de cerca parte de la
Guerra del Pacífico. (lms)
Buque Escuela Esmeralda
Más de cincuenta años
al servicio de la Armada chilena
En 1946, la Armada española ordenó la construcción
de un velero, casco número
32,
a
los
astilleros
Echavarrieta y Larrinaga,
para reemplazar al Buque
Escuela “Juan Sebastián de
Elcano”, iniciándose con ello la
construcción del “Juan de
Austria”, que años más tarde
pasaría
a
llamarse
“Esmeralda”. Sin embargo, el
18 de agosto de 1947, una
explosión causó tal destrucción del astillero, paralizando
la construcción del velero y
quedando el astillero en
manos del gobierno.
Paralelamente,
España
había importado miles de
toneladas de salitre desde
Chile para recuperar su agricultura devastada por la
Guerra Civil, aprovechando un
crédito del Gobierno de Chile,
pero no había podido pagar
los intereses y las cuotas del
capital. Es ahí en donde nace
la iniciativa de cancelar parte
de la deuda con productos
manufacturados.
La proposición fue aprobada el 27 de diciembre de 1951
y el 23 de octubre de 1952, en
Madrid, se firmó el contrato
de compra de un buque
escuela en construcción.
El buque escuela tomó el
nombre de “Esmeralda” en
conmemoración al nombre de
la fragata capturada en El
Callao por el almirante lord
Thomas Alexander Cochrane,
en una audaz incursión a principios de noviembre de 1820.
El 15 de junio de 1954, se
hizo entrega del Buque
Escuela “Esmeralda” al
Gobierno de Chile, representado por el embajador en
España, Oscar Salas Letelier.
La nave recaló en Valparaíso
el 1 de septiembre de 1954. A
partir de esa fecha, han sido
numerosos los cursos de guadiamarinas, marineros, cadetes y grumetes que han navegado en sus cubiertas en
diversos cruceros de instrucción. (lms)
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