580 .- Quinientos ochenta.

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FOJA: 580 .- Quinientos ochenta.NOMENCLATURA
: 1. [40]Sentencia
JUZGADO
: 24º Juzgado Civil de Santiago
CAUSA ROL
: C-13478-2012
CARATULADO
: COMUNIDAD EDIFICIO PLAZA NUÑOA /
INMOBILIARIA MEYDA S.A.
Santiago, nueve de Abril de dos mil catorce
VISTOS:
A fs.6 y ss., comparece don ESTEBAN MONTALVA RUIZ, administrador, en
representación legal de COMUNIDAD EDIFICIO PLAZA ÑUÑOA, ambos domiciliados en
DUBLÉ ALMEYDA N°3443, COMUNA DE ÑUÑOA, quien de conformidad a la Ley General de
Urbanismo y Construcción, y de Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, deduce
demanda ordinaria en contra de:
- INMOBILIARIA MEYDA S.A., del giro de su denominación, representada legalmente por don
CARLOS VIGIL CRUZ, ingeniero agrónomo, ambos domiciliados en AV. EL BOSQUE NORTE
0440, OF.602, COMUNA DE LAS CONDES, y
- EMPRESA CONSTRUCTORA SIGRO S.A., del giro de su denominación, representada
legalmente por don FRANCISCO RUIZ-TAGLE GARCÉS, ingeniero comercial, ambos
domiciliados en ISIDORA GOYENECHEA N°3477, PISO 3, COMUNA DE LAS CONDES.
Señala que se demanda por responsabilidad civil, con motivo de los daños y perjuicios
provenientes de las fallas, defectos, vicios y/o desperfectos en la construcción del EDIFICIO
PLAZA ÑUÑOA, ubicado en Duble Almeyda N°3443, Comuna de Ñuñoa, Ciudad de Santiago.
Precisa que la presente demanda se interpone en contra de INMOBILIARIA MEYDA S.A. en su
calidad de propietaria primera vendedora del referido proyecto inmobiliario; y, en contra de
CONSTRUCTORA SIGRO S.A. por haber ésta ejecutado y construido las obras.
Informa que la recepción definitiva de la obra por parte de la DIRECCIÓN DE OBRAS
MUNICIPALES DE LA ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE ÑUÑOA, se efectuó con fecha 16 de
Agosto de 2004, manifestándose en un principio daños en los espacios comunes del Edificio,
aunque no de la relevancia que luego se manifestarían en una de las obras físicas que conforman el
proyecto inmobiliario, y que corresponde a las fachadas del Edificio
Sostiene que transcurridos un tiempo desde la recepción de la obra, comenzaron a manifestarse los
primeros indicios del gravísimo problema, con nefastas consecuencias para toda la comunidad, al
vulnerarse groseramente el legítimo derecho de uso y goce de sus propiedades, ya que a comienzos
del año 2009 comenzaron a percibirse los primeros daños constructivos en las fachadas del
proyecto, en la pared del costado Oriente de la Torre Sur, pues una parte - 50 m2 aproximadamentede los enchapes cerámicos comenzaron a presentar sopladuras y a desprenderse cayendo desde
diferentes alturas, con la inminente amenaza de ruina, y consecuencialmente, un gravísimo riesgo
para la salud e integridad física y psíquica de quienes lo habitan, y para dimensionar la gravedad de
lo que expone, señala que debe considerarse que parte del enchape cerámico que debiera estar
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adosado y que forma parte de la estructura del edificio, comenzó a separarse, cayendo a gran
velocidad y directamente a los espacios comunes del edificio, poniendo en riesgo la integridad física
de todas las personas que en ese momento se encontraban en el lugar, como también, un grave
riesgo a los autos y bienes de propiedad de los copropietarios, ante lo cual la Comunidad se dirigió
a la demandada INMOBILIARIA MEYDA S.A, para que se hiciera responsable de los daños ante
la necesidad de adoptar medidas urgentes dado lo impostergable de la situación, sucediendo que
ambas demandadas restaron importancia a lo ocurrido, manifestando que era un daño menor que
solo afectaba una pequeña superficie del enchape de la Torre Sur, negando toda responsabilidad
frente a los miembros de la comunidad, señalando que esto se debía a problemas de mantenimiento,
y sólo después de un tiempo y ante la insistencia, reconocieron la ruina de las obras materia de la
denuncia, haciendo entrega a la comunidad, de una suma de dinero destinado a reparar los “daños
menores", que a esas alturas se creía afectaba una pequeña parte del edificio, no pudiendo asilarse
en una supuesta expiración da la garantía de 5 años contada desde la recepción de las obras, y
renunciando a todo derecho, finalmente hizo entrega de los dineros con tales fines, lo que se
materializó con la condición de que el dinero seria entregado a esta parte para que le pagara
directamente a la demandada Constructora Sigro S.A., y ésta hiciera las reparaciones de dicha zona,
resultando la suma de dinero entregada a la Comunidad completamente exigua e insuficiente para
reparar todos los daños presentes en las fachadas en el tiempo, por cuanto los daños efectivos, hasta
la fecha de la demanda jamás han cesado en cuanto a los desprendimientos.
Hace presente que conforme las demandadas habían asumido su responsabilidad, pagando el costo
de reparación que era necesario para solucionar el problema, la Comunidad se tranquilizó y aceptó
la solución que se les planteó, lo que fue sólo transitorio, debido a que todo se vio interrumpido
cuando se constató que, CONSTRUCTORA SIGRO S.A., tan sólo se limitó a retirar los planchones
de los enchapes soplados, que a esa época todavía no se desprendían, dejando completamente
abandonada la verdadera y efectiva solución acordada, que como entendía esta parte, consistía en
retirar los enchapes defectuosos y proceder a realizar las obras necesarias para solucionar todo el
problema existente.
Sostiene que siendo tan grave como extenso el defecto en la construcción de los referidos enchapes,
al poco tiempo prosiguieron desprendiéndose enchapes, pero no solo aumentó la frecuencia sino
que el tamaño, superficie y cantidad de paños con el consecuente peligro para la integridad física de
todos los habitantes del edificio, para finalmente argumentar que los daños ya no eran de su
responsabilidad, insistiendo en que la garantía había expirado, por lo que a fin de evitar los riesgos
de nuevos desprendimiento, la Comunidad se decidió contratar unilateral y directamente a una
empresa constructora para que procediera al retiro total y definitivo de todos los enchapes
cerámicos que se encontraran soplados y colocara otros nuevos, empresa que les permitió tomar
conocimiento que los daños eran de tal magnitud, que era necesario cambiar todos los enchapes del
edificio, lo que era prácticamente imposible dado el alto valor económico que ello significaba,
sucediendo que en la actualidad, una parte importante de los enchapes cerámicos de la fachada del
edificio se ha desplomado y la totalidad amenaza Ruina, sin que exista una respuesta satisfactoria
por parte de los agentes responsables de la construcción, encontrándose la Comunidad en el
desamparo jurídico por cuanto se ha visto privada (para sus propietarios) de su legítimo derecho a
vivir en un lugar seguro, viendo coartado su derecho de propiedad, pese a que fue reconocida
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inicialmente la responsabilidad que les cabe a las demandadas Propietaria primera vendedora y la
Constructora.
Por lo anterior, en el mes de Noviembre de 2011, la parte demandante solicitó a
especialistas del área de la construcción un informe de adherencia en el revestimiento de los
enchapes cerámicos de la fachada del Edificio, con el objeto de determinar el nivel de los daños
presentes y sus causas, resultando concluyente y categórico el informe, en cuanto estableció que las
fachadas con revestimientos de enchapes cerámicos no cumplen con estándares mínimos de
adherencia y su causa está en la existencia de gravísimos defectos constructivos en la colocación de
los mismos, recomendando cautelarmente y por existir enchapes desprendidos, el retiro completo y
total de todos los revestimientos de enchapes de las fachadas que todavía no se desploman, dado
que es inminente su desprendimiento, encontrándose en una condición de extrema inseguridad para
los usuarios.
Explica que algunos de los vicios constructivos detectados presentes en el edificio y que
tienen su origen en una deficiente ejecución de la obra, son:
-
Desprendimiento de sustrato;
-
Fallas por defecto en la colocación del mortero de pega;
-
Nidos de piedras e irregularidades superficiales en el muro de hormigón del edificio;
-
Fallas en la interfaz entre el mortero de pega y el enchape;
-
Fallas en la interfaz entre mortero de pega y substrato;
-
Diferencias de espesor del mortero de pega en los enchapes;
-
Exceso de carga de mortero de pega en algunos enchapes.
Expone que todos los vicios de construcción que describen, han ocasionado que la
adherencia de los enchapes cerámicos no cumpla, en la actualidad, con los estándares de la NCh
2256/1 OF.2001, para revestimientos continuos de morteros, lo que en definitiva ha conllevándola
ruina o amenaza de ruina actual del Edificio.
Indica que ha quedado en evidencia, que la naturaleza de los daños ha sido provocada por
graves fallas, defectos y vicios en la referida construcción, lo que por consiguiente determina que
ambas demandadas son completamente responsables de todo lo expuesto, INMOBILIARIA
MEYDA S.A. en su calidad de propietario primer vendedor, y EMPRESA CONSTRUCTORA
SIGRO S.A. en su calidad de constructor, y teniendo presente que la Comunidad ha desplegado
todo lo que ha estado a su alcance, ejecutando todas las conductas necesarias destinadas a evitar la
ruina del edificio, a prevenir la afectación de personas por la vía de proceder a delimitar zonas
completamente restringida de acceso o libre tránsito, así como se ha visto en la obligación de
prohibir, derechamente, la utilización de ciertos y determinados estacionamientos, quedando
obligados a disponer la total y absoluta prohibición de que los niños se acerquen a jugar en los
perímetros cercanos a las fachadas del Edificio.
Informa que el costo económico por la reparación de los daños presentes en los espacios
comunes del Edificio Plaza Ñuñoa -fachadas- esto es, y a modo general, todas las obras de retiro y
las nuevas obras de enchape, por una empresa Constructora, asciende a $350.00.000.
En cuanto al derecho, El estatuto sobre daños en la construcción estipulado en los artículos 18 y 19
de la Ley General De Urbanismo y Construcción, en adelante (LGUC), consagran un régimen de
responsabilidad objetiva, por eximir al demandante de la necesidad de probar dolo o culpa en la
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conducta del demandado, pero no se trata de una responsabilidad objetiva absoluta, fundada
únicamente en la causación del daño, sino de lo que la doctrina denomina responsabilidad estricta,
calificada por factores de imputación adicionales a la causalidad pero que son diversos de la culpa
objetiva, esto es que los daños se produzcan por fallas o defectos en la construcción.
Expone que la LGUC atribuye responsabilidad sin culpa al "propietario primer vendedor",
se trata de la constructora que vende o del empresario inmobiliario que manda construir para
vender. En el artículo 1.1.2 de la Ordenanza General De Urbanismo y Construcción (en adelante
OGUC), define al propietario primer vendedor como el:
"titular del dominio del inmueble en que se ejecutó una obra y que realiza, a cualquier título,
después de su recepción definitiva, la primera enajenación de la totalidad o de cada una de las
unidades vendibles.”
Refiere que se imputas a los demandados responsabilidad estricta calificada por las fallas o
defectos en la construcción del Edificio Plaza Ñuñoa, y la responsabilidad Civil que se demanda, la
impone el artículo 18 de la LGUC, norma que establece una responsabilidad amplia, en cuanto a los
daños, al señalar" todos los daños y perjuicios" .Luego, como fundamento legal de su pretensión,
cita el artículos 16 la Ley General De Urbanismo y Construcción en relación a los artículos 1.1.2,
1.2.11, 1.2.15, 1.2.6, 1.2.91.2.3 dela Ordenanza General De Urbanismo y Construcción.
Sostiene que el artículo 18 de la Ley de Urbanismo y Construcción establece la solidaridad
pasiva de todos los demandados por los daños o perjuicios causados a los demandantes. Igual
solidaridad se establece en el artículo 1.2.9, de la Ordenanza, respecto del constructor y supervisor
de la obra, desprendiéndose de las normas legales señaladas en los párrafos anteriores, que la
responsabilidad que establece la LGUC y OGUC es una responsabilidad estricta calificada que
depende únicamente de que la obra no esté de acuerdo con la calidad que cualquier persona tiene
derecho a esperar, esto es, por la sola circunstancia de haberse producido los hechos mencionados
en la demanda, y al ser esto consecuencia de fallas o defectos en la construcción, se configura o
nace la responsabilidad de los demandados y su obligación de responder por todos los perjuicios
ocasionados, siendo el legislador en extremo exigente en establecer claras obligaciones y deberes de
conducta respecto de todos los que intervienen en la construcción, y por ello, la normalidad está
constituida por las construcciones de edificios destinados a la vivienda sean construidos y
terminados de acuerdo a un estándar mínimo de calidad y durabilidad, y la anormalidad esta
constituida por la trasgresión de tales especificaciones, por la mala calidad de los materiales o por la
imprudencia, impericia o negligencia del constructor o sus dependientes; y con la complicidad o
negligencia del supervisor de la obra.
Indica que las empresas constructoras, los proyectistas, el supervisor de la obra y el
propietario que construye para vender y lucrar deben tomar todas las medidas necesarias para que
no se produzcan daños, y por esto último, es presumible que la ocurrencia de daños, se deba a que
todos los intervinientes en este negocio de la construcción, no actuaron con la debida diligencia, que
no adoptaron las medidas adecuadas, según lo habrían hecho aquellos que guardan aquella
diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios.
Informa que las personas que conforman la Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa, invirtieron
directamente adquiriendo de Inmobiliaria Meyda S.A., las unidades que conforman el edificio, y los
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espacios comunes, y se han visto vulneradas en sus derechos, al existir en la edificación, numerosas
fallas y defectos, que han limitado considerablemente el derecho a uso sobre los espacios comunes.
Conforme a todo lo expuesto, solicita se acoja la demanda en definitiva, en todas sus partes,
ordenando a los demandados, solidariamente, el pago a la parte demandante de una indemnización
de perjuicios a titulo de daño emergente por la suma de $ 350.000.000 (trescientos
cincuenta millones de pesos) que corresponde según se acreditara al valor de reparación de los
daños presentes en las fachadas del Edificio Plaza Ñuñoa o conforme a las cantidades o sumas
mayores o menores que el Tribunal determine conforme al merito del proceso, todo ello más
intereses corrientes a partir de la notificación de la presente demanda; o en subsidio, a partir de la
fecha que el Tribunal establezca en definitiva, con costas.DEMANDA SUBSIDIARIA 1:
A fs.21 y ss., en el primer otrosí del libelo de fs.6 y ss., rola demanda subsidiaria en juicio
ordinario civil, en contra de las mismas demandadas principales, ya individualizados en autos,
demanda subsidiaria que por economía procesal tiene por reproducidos en todas sus partes los
antecedentes de hecho y argumentaciones de la demanda principal, en lo atinente, libelo éste por el
cual imputan a la demandada responsabilidad estricta calificada por vicios en la construcción del
Edificio Plaza Ñuñoa, y sustentada legalmente en los artículos 2324 y 2003 N°3, ambas del Código
Civil, las que cita.
Expresa que las reglas de responsabilidad del constructor, respecto del contrato de
confección de obra material, tratadas en los artículos antes señalados, son aplicables tanto en
materia contractual como en materia extracontractual, deberá aplicarse este régimen, atendida la
magnitud de los daños que fueran originados por vicios de la construcción, que en la especie
conllevan la Ruina o amenaza de Ruina del Edificio, y por lo cual imputa a la parte demandada
responsabilidad por la ruina del Edificio Plaza Ñuñoa, y los daños asociadas a ésta, que tienen su
consecuencia en vicios de la construcción.
Informa que La responsabilidad del constructor está dada por el hecho objetivo de la calidad
de lo construido, estando ligada estrechamente al concepto de ruina, de modo tal que no se requiere
probar la conducta del agente, y el Edificio Plaza Ñuñoa presenta ruina y amenaza de ruina, a
consecuencia de severos vicios de construcción en sus fachadas, originados por una deficiente
ejecución de las obras, lo que hace que ésta no cumplan con estándares mínimos de calidad
esperados por el público y consecuentemente con la norma chilena, lo que determina en definitiva
que el Edificio no sirva para su uso natural o que sirva de manera imperfecta, en el entendido que la
comunidad no puede hacer uso de los estacionamientos y patios en general, dado el temor a ser
alcanzados por la caída de partes de los elementos que lo conforman.
Expresa que el legislador ha sido en extremo exigente en establecer claras obligaciones y
deberes de conducta respecto de todos los que intervienen en la construcción, por consiguiente, la
normalidad está constituida por el hecho que las construcciones de edificios destinados a la vivienda
sean construidos y terminados de acuerdo a un estándar mínimo de calidad y durabilidad, yla
anormalidad está constituida por la trasgresión de dichas especificaciones, por la mala calidad de los
materiales o por la imprudencia, impericia o negligencia del constructor o de sus dependientes.
Explica que, según la RAE, ruina es la "acción de caer o destruirse la cosa". Como se señaló todas
las fachadas del Edificio Plaza Ñuñoa, sufren de graves daños, consistentes en que todos los
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enchapes cerámicos de las fachadas presentan falta de adherencia, lo que ha ocasionado que se
desplomen, cayendo desde las alturas, paños completos de enchapes de distintas dimensiones
conformado por materiales de construcción que, sin ninguna duda son un verdadero riesgo para la
integridad física de los integrantes de la comunidad, quienes se ven constantemente expuestos al
riesgo que en cualquier momento de desplome una de ellas y caiga sobre nuestros vecinos, y
agregando que la ruina puede ser también parcial, haciendo, en el caso de la especie, inutilizable en
gran medida los espacios comunes del Edificio, al desprenderse elementos de la obra que causan
daño, y que están en condiciones de causar daños físicos de proporciones tanto a los copropietarios
del edificio como a terceras personas, quienes se ven permanente expuestas a que la caída de algún
enchape del Edificio los dañe corporalmente afectando su salud e integridad física.
Refiere que lo fundamental para determinar si existe o no ruina en el Edificio Plaza Ñuñoa,
es que la ruina provenga de objetos incorporados a la obra del edificio, y como antes señaló, no es
requisito que el Edificio Plaza Ñuñoa en su conjunto, se encuentre en un estado de ruina total, si no
que el estado ruinoso se refiera a una parte del edificio, vale decir, en este caso, todas las fachadas
del edificio se encuentra en un estado ruinoso, tal cual se acreditará mediante el debido informe
señalado con anterioridad.
Indica que no sólo es responsable la demandada de la Ruina Efectiva, si no que también de
la ruina futura, por expresa mención que hace el articulo 2003 N° 3 del Código Civil, al señalar que
la responsabilidad tiene lugar cuando el edificio" amenaza ruina" .
Sostiene que el articulo 2003 N° 3 del Código Civil, prescribe que la ruina o amenaza de ruina debe
manifestarse dentro de los 5 años subsiguientes a su entrega -en el caso de autos desde la recepción
de obras por parte de la Dirección de obras Municipales-, este plazo determina la vigencia de una
obligación de garantía, en consecuencia, si dentro de dicho espacio de tiempo el edificio perece o
amenaza ruina, total o parcialmente, por vicios de la construcción, nace la responsabilidad y
comienza a correr el plazo de prescripción, señalando que en este caso, desde que se desplomó el
primer paño, de enchapes cerámicos de la fachada del Edificio Plaza Ñuñoa, evidenciándose el
vicio de construcción, comenzó a correr el plazo de prescripción de la acción de indemnización de
perjuicios por responsabilidad extracontractual, y de acuerdo a las reglas generales de prescripción
en mérito de lo que dispone el articulo 2332 del Código Civil, dicho plazo es de 4 años.
En cuanto La reparación del daño causado a la comunidad, expresa que debe ser integral,
atendido a que el artículo 2329 del Código Civil señala que todo daño debe ser indemnizado, y en lo
que respecta al daño emergente sufrido por la comunidad, esto es, el daño directo ocasionado por
los hechos aludidos, se avalúan en la suma de $ 350.000.000 (trescientos cincuenta millones de
pesos) que corresponde al costo económico por la reparación de los daños presentes en los espacios
comunes del Edificio Plaza Ñuñoa, y tales como las fachadas, esto es, y a modo general, todas las
obras de retiro de enchapes y las nuevas obras de enchape por una nueva empresa constructora, o a
las cantidades o sumas mayores o menores que el tribunal se sirva determinar, conforme al merito
del proceso, todo ello más intereses corrientes a partir de la notificación de la presente demanda; o
en subsidio, a partir de la fecha que el Tribunal establezca en definitiva, con costas.
DEMANDA SUBSIDIARIA 2:
A fs. 30 y ss., en el segundo otrosí del libelo de demanda de autos, y en subsidio de las
demandas de lo principal y prime otrosí, deducen demanda en juicio ordinario de indemnización de
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perjuicios por responsabilidad extracontractual, en contra de la Empresa Constructora Sirgo S.A.,
representada por don Francisco Ruiz-Tagle Garcés, ambos ya individualizados en autos.
Indica que por razones de economía procesal, solicita tener por reproducidos en todas sus partes,
todos los antecedentes de hecho y argumentos señalados en la demanda principal y la demanda
subsidiaria del primer otrosí de este mismos libelo, solo en lo que respecta a la demandada Empresa
Constructora Sigro S.A..
Los artículos 2284, 2314, 2317 2320 Y 2322 del Código Civil, establecen la obligación a la
indemnización de perjuicios del responsable de un delito o cuasi delito civil.
Expresa que en materias de construcción es aplicable este régimen común de responsabilidad, al que
puede acogerse la víctima, consecuentemente, debe probar la conducta subjetiva del agente de la
construcción, dolo o culpa en su actuar, si logra demostrar que el demandado causó el daño dolosa o
culposamente, agregando que el artículo 2284 del Código Civil define al cuasidelito civil como un
el hecho ilícito y culpable; es decir, cometido sin intención de dañar pero atribuible a descuido o
negligencia de su autor, y el artículo 2314 del mismo Código hace responsables a los cometen un
delito o cuasidelito, de la indemnización de los perjuicios que dicho actuar ilícito genera.
Indica que La responsabilidad civil de Empresa Constructora Sigro S.A., deriva de su obrar
negligente, atendido que al ejecutar las obras, se cometieron graves defectos constructivos en la
colocación de los enchapes cerámicos de todas las fachadas del EDIFICIO PLAZA ÑUÑOA,
conducta negligente que de no mediar, no hubiere concadenado la ruina e inoperancia de todas las
fachadas de la referida obra, siendo el actuar negligente de la demandada, en la construcción de las
obras, lo que hizo que lo construido no cumpliera con estándares mínimos de calidad exigidos y
esperados por el público, todo lo cual indica que es culpable civilmente de las consecuencias de su
obrar negligente, que le causa daño a la Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa, encontrándose en el
deber legal de indemnizarla, al infringir el pilar fundamental en que se apoya su función de
constructor, atendido que debió ejecutar las obras de construcción según parámetros mínimos que
reglan su actividad, sin que se cumpliera con el estándar de calidad que impera en la actividad
constructiva.
Sostiene que la empresa demandada, a través de sus dependientes, cometió una serie de
negligencias impresentables al momento de ejecutar las obras de la fachada, pues se colocaron
defectuosamente el mortero de pega, tampoco se trabajó adecuadamente el muro de hormigón
presentando este nidos de piedras e irregularidades superficiales. Por otro lado, faltó punterear la
superficie del sustrato, se cometieron fallas en la interfaz entre el mortero de pega y el sustrato,
como entre la interfaz entre el mortero de pega y el enchape e igualmente, existen diferencias de
espesor del mortero de pega en los enchapes. Por otro lado, en algunos enchapes se cargó en exceso
el mortero de pega. Existiendo oquedades entre el mortero de pega que debe unir al enchape con el
muro de hormigón, todos constituyen vicios de construcción que se ocasionaron por el actuar
negligente de los operarios de la constructora, ocasionando que la adherencia de los enchapes
cerámicos no cumpla con los estándares de la NCH 2256/1 OF. 2001, para revestimientos continuos
de morteros, lo que en definitiva conlleva o desencadena la ruina o amenaza de ruina actual del
Edificio.
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Expresa que La responsabilidad civil extracontractual, puede ser simple o compleja, siendo la
segunda aquella en la cual una persona responde no por un acto propio sino que de hecho que
proviene de un tercero, una cosa o un animal, del cual la ley lo ha hecho civilmente responsable.
Cita como fundamentos legales el inciso 10° del artículo 2320 y el artículo 2322, ambos del Código
Civil, condiciones en las que la demandada responde no sólo por su propio hecho sino que
asimismo por el de las personas que están bajo su subordinación y dependencia encargadas de la
ejecución constructiva de la obra.
En relación a los perjuicios sufridos por la Comunidad, el daño emergente, esto es, el daño directo
ocasionado por los hechos aludidos, se avalúan en la suma de $350.000.000 (trescientos cincuenta
millones de pesos) que corresponde al costo económico por la reparación delos daños presentes en
los espacios comunes del Edificio Plaza Ñuñoa, esto es, y a modo general, todas las obras de retiro
de enchapes y las nuevas obras de enchape de la fachada, por una nueva empresa constructora.
Hace presente que Los plazos de prescripción extintiva de la acción de autos, según lo prescribe el
artículo 2332 de Código Civil, es de cuatro años desde la perpetración del acto. Nuestra doctrina y
Jurisprudencia actual, entienden que este plazo debe computarse desde que se produce el daño y no
desde la conducta dolosa o negligente del agente, concordancia con lo prescrito en el artículo 2514
del mismo Código, que señala que la prescripción extintiva se cuentan desde que la obligación se ha
hecho exigible.
En virtud de lo expuesto, solicita se condene a la demandada Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa al
pago de una indemnización de perjuicios a título de daño emergente, por la cantidad de
$350.000.000, o conforme a las cantidades o sumas mayores o menores que el Tribunal determine,
conforme a, mérito del proceso, con más intereses corrientes a partir de la notificación de la
presente demanda, o en subsidio, a partir de la fecha en que el Tribunal establezca en definitiva.
CONTESTACIÓN CONSTRUCTORA SIGRO S.A.:
A fs.49 y ss., la parte demandada contesta la demanda, señalando que Sigro es una empresa
constructora constituida en el año 1982 y que ha construido más de 2.000.000 metros cuadrados de
edificación a lo largo de sus 30 años de existencia. En su actividad, Sigro ha observado,
permanentemente, los más altos y estrictos estándares de calidad en la ejecución de sus obras
cuestión que, más allá de las palabras, ha sido comprobada mediante el otorgamiento, en Agosto de
2004, de la Certificación de Calidad según la Norma Internacional ISO 9001, y que con fecha 9 de
mayo de 2003, Inmobiliaria Meyda S.A., en adelante también e indistintamente “Inmobiliaria
Meyda” o “la Inmobiliaria”, encargó a Empresa Constructora Sigro S.A., mediante contrato de
construcción por suma alzada, la construcción de un edificio de departamentos ubicado en calle
Dublé Almeyda N° 3443, comuna de Ñuñoa, Santiago, y para la ejecución de las obras Inmobiliaria
Meyda le entregó a Sigro una serie de planos, especificaciones y antecedentes técnicos, todos los
cuales debían respetarse y cumplirse estrictamente por la Constructora de acuerdo a lo que la ley
establece, de forma que la construcción se ejecutó y desarrolló siguiendo los planos y
especificaciones técnicas entregadas por Inmobiliaria Meyda y aprobadas por la Dirección de Obras
de la Municipalidad de Ñuñoa, concluyendo con la recepción definitiva del edificio por parte de la
I. Municipalidad de Ñuñoa el día 16 de agosto de 2004.
Indica que la demandante señala que a comienzos del 2009 se habrían comenzado a
desprender secciones del enchape de la fachada de la pared correspondiente al costado oriente de la
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Torre Sur del Edificio, antecedentes han servido de base para que la comunidad del Edificio Plaza
Ñuñoa, representada por su administrador, interponga acciones indemnizatorias en contra de Sigro y
de la Inmobiliaria.
Sostiene que la demandante ha deducido acción de indemnización de perjuicios en contra
Inmobiliaria Meyda (Propietario Primer Vendedor) y de Empresa Constructora Sigro (Constructor),
por una supuesta responsabilidad en los daños sufridos por el Edificio Plaza Ñuñoa, en virtud de la
supuesta responsabilidad de estos agentes en los daños sufridos por el Edificio, solicitando, sin
realizar diferencias entre los demandados, que se les condene al pago de una determinada cantidad
de dinero (objeto pedido).
Señala que la causa de pedir, radica en la supuesta responsabilidad de cada uno de los
agentes en la ocurrencia de los daños sufridos por la comunidad propietaria del Edificio Plaza
Ñuñoa, sucediendo que en estos autos la causa de pedir también se encuentra limitada y circunscrita
por la ley, puesto que Sigro, en su calidad de empresa constructora, no puede ser condenada por
cualquier daño, sino que, únicamente, por aquellos daños sufridos por los edificios como una
consecuencia inmediata y directa de deficiencias o vicios en la construcción y/o en los materiales,
como lo establece expresamente el artículo 18 de la Ley General de Urbanismo y Construcción
(“LGUC”), misma norma que limita y circunscribe la responsabilidad de los otros demandados, por
lo que cualquier daño o perjuicio derivado de errores, faltas o vicios en el diseño, proyección y
cálculo estructural de los Edificios no podrá generar responsabilidad alguna de nuestra representada,
puesto que por Ley corresponden a otros agentes (calculistas, arquitectos, Inmobiliaria).
Aduce que en virtud de la supuesta responsabilidad de Sigro como constructor, ésta sólo
podría ser condenada en caso de que se acredite por la demandante (art. 1698 del Código Civil) que
existieron deficiencias o vicios en la construcción (buen arte de construir) y/o en los materiales
utilizados. Por consiguiente, cualquier deficiencia o vicio en lo relativo al diseño, proyección y/o
cálculos estructurales de los edificios, que pudiesen ser la causa de los daños cuya indemnización
persiguen la demandante, son de exclusiva responsabilidad de otros agentes, por lo cual sostiene
que la sentencia definitiva que se dicte en los presentes autos, acogiendo o rechazando en todo o
parte la indemnización que pide la demandante respecto de Sigro, deberá, necesariamente, acogerse
o rechazarse sobre el fundamento preciso de haber sido o no causados tales supuestos perjuicios por
las deficiencias o vicios en la construcción y/o en los materiales, no pudiéndose acogerse la presente
demanda en contra de Constructora Sigro, en base a errores o incumplimientos ocurridos con
ocasión de la proyección, diseño o cálculo estructural del edificio; puesto que dichas
responsabilidades han sido por ley asignadas a otros profesionales y/o agentes.
Excepción de prescripción:
Indica que el modo de extinguir las acciones y derechos ajenos se le llama prescripción
extintiva o liberatoria, que ha sido definida como: “un modo de extinguir los derechos y acciones
ajenos, por no haberlos ejercitado el acreedor o titular de ellos durante cierto lapso, concurriendo
los demás requisitos legales”.
Expresa que los elementos para que opere la prescripción extintiva son dos: (i) la inacción
del acreedor y (ii) el transcurso del tiempo señalado por la ley; o, en otros términos, el no ejercicio
del derecho durante al tiempo que señala la ley.
589
En este sentido, la acción interpuesta por los demandantes en autos tiene el plazo prescripción
establecido en el artículo 18 de la LGUC, vigente a la fecha en que la I. Municipalidad de Ñuñoa
otorgó el permiso de construcción del Edificio Plaza Ñuñoa, que dispone al respecto:
“Las acciones para hacer efectivas las responsabilidades a que se refiere este artículo prescribirán
en cinco años, contados desde la fecha de la recepción definitiva de la obra por parte de la
Dirección de Obras Municipales”.
Por lo tanto, el plazo de 5 años establecido en la LGUC empezó a correr el día 16 de agosto
del año 2004, fecha en que la I. Municipalidad de Ñuñoa otorgó la recepción final del edificio, y en
virtud de lo cual, el plazo de prescripción se habría cumplido el día 16 de agosto de 2009.
El texto de la ley es claro al establecer que el plazo de prescripción empieza a correr desde
la recepción definitiva de las obras y así lo han entendido nuestros tribunales superiores de justicia.
Asevera que entre la recepción definitiva de las obras y la ocurrencia de los supuestos hechos
ilícitos imputados por la demandante transcurrió, en exceso, el plazo de 5 años fijado en la ley. En
consecuencia, la acción se encuentra prescrita, hecho que se encontraría plenamente reconocido por
el demandante en el documento denominado “Transacción y Finiquito”, de fecha 5 de enero de
2010, suscrito entre la Inmobiliaria Meyda y el representante de la Comunidad Edificio Plaza
Ñuñoa por los mismos hechos que hoy se intentan imputar a la demandada, dejándose constancia en
el punto N° 1 de la Cláusula Segunda de dicho documento, que: “El plazo para recibir reclamos de
postventa se encontraba vencido al momento de recibir la solicitud de la comunidad, sin embargo,
manifestamos el animo de colaborar técnica y económicamente con la comunidad” y en su
Cláusula Primera establece que: “Con fecha 16 de agosto de 2004 La I. Municipalidad de Ñuñoa
otorgo la Recepción Municipal del Edificio Plaza Ñuñoa”.
Informa que en su página Web el Ministerio de Vivienda y Urbanismo brinda orientación
legal a los usuarios e informa que “… los plazos de los ciudadanos para interponer la demanda si
la vivienda tiene problemas de calidad se contarán desde la fecha de recepción definitiva de la
obra por parte de la Dirección de Obras Municipales”, resultando claro entonces que la
prescripción extintiva de la acción interpuesta por los demandantes ha operado, cumpliéndose todos
sus requisitos, por lo que, a su entender, deberá, necesariamente, ser rechazada la demanda de autos,
y conforme lo cual opone a la demanda de autos la excepción de prescripción, solicitando sea
acogida, con costas.
Contestando derechamente la demanda Constructora Sigro S.A.:
A continuación, explica que Inmobiliaria Meyda o primer propietario vendedor es aquella
persona que gestiona el negocio y coordina a todos los profesionales y/o agentes mediante su
contratación, y en la primera etapa la Inmobiliaria seleccionó, comercial y constructivamente, un
terreno en el cual desarrollar el proyecto, y una vez hecho, contrató los servicios de una empresa
especialista para analizar la calidad de los suelos de modo de establecer el potencial constructivo (y
comercial) del terreno. Luego la Inmobiliaria contrató los servicios profesionales de un Ingeniero
Calculista y un Arquitecto para que, actuando conjunta y coordinadamente, diseñaran y proyectaran
el edificio y, junto con lo anterior, también se contrató los servicios de otros profesionales para que
realizaran los denominados “planos o proyectos de especialidades” correspondientes a instalaciones
de gas, agua potable, alcantarillado, y recibidos todos los proyectos señalados, la Inmobiliaria
solicitó el permiso de edificación a la Dirección de Obras Municipales de la I. Municipalidad de
590
Ñuñoa (“en adelante e indistintamente “DOM”). Revisados los antecedentes, planos y
especificaciones técnicas (proyectos) por parte de la DOM, se concedió el permiso de edificación el
11 de diciembre de 2002, y una vez concedido el permiso de edificación por parte de la DOM, la
Inmobiliaria Meyda contrató a Sigro para que construyera el edificio de acuerdo a los proyectos de
arquitectura, cálculo y especialidades realizados por otros profesionales y que, además, habían sido
revisados y autorizados por la DOM.
Por lo explicado, refiere que Sigro no construyó lo que quiso ni como quiso, sino que, por el
contrario, construyó aquello que los profesionales a cargo de cada área determinaron en cuanto al
diseño, cálculo y especialidades, siendo ello la obligación legal y contractual de Sigro, derivada,
evidentemente, del “arte del buen construir”, de lo que se seguiría que la competencia propia del
constructor no consiste en la elaboración de los proyectos, sino en la ejecución de la construcción
con estricto apego a las indicaciones de los proyectos, especificaciones técnicas, planos y demás
antecedentes de la obra. De hecho, no resulta legítimo al constructor alterar en modo alguno las
especificaciones y detalles de los proyectos porque ellos son de competencia exclusiva de los
proyectistas respectivos, y les corresponderá verificarlos, si es el caso, a los revisores
independientes, pero no a la constructora.
Explica que el marco normativo que regula la responsabilidad del Constructor (Sigro) y de
los otros agentes involucrados para el caso de autos, esto es, la normativa vigente al momento en
que se otorgó el permiso de edificación del edificio (11 de diciembre de 2002, modificado el 5 de
noviembre de 2003), se encuentra en la Ley General de Urbanismo y Construcción (“LGUC”), la
Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (en adelante también e indistintamente la
“Ordenanza”) y por las Instrucciones que en virtud de lo dispuesto en el artículo 4 de la LGUC
imparta el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, destacando el art.18 de la LGUC que esclarece la
responsabilidad del primer propietario vendedor, está definido en el artículo 1.1.2 de la Ordenanza
como el: “Titular del dominio del inmueble en que se ejecutó una obra y que realiza, a cualquier
título, después de su recepción definitiva, la primera enajenación de la totalidad o de cada una de
las unidades vendibles.”, sucediendo que el propietario primer vendedor es Inmobiliaria MEYDA.
Explica que la LGUC establece la responsabilidad de los proyectistas por los daños y perjuicios que
se hubieren producido y derivado de los errores en que haya incurrido, y se define en el artículo
1.1.2 de la Ordenanza como el: “Profesional competente que tiene a su cargo la confección del
proyecto de una obra sometida a las disposiciones de la Ley General de Urbanismo y
Construcción”, por lo que su responsabilidad, al igual que la del constructor, corresponde a una
responsabilidad específica que se origina única y exclusivamente en los errores que haya cometido
en la ejecución de sus labores, por así disponerlo el artículo 1.2.4 de la Ordenanza, ern los
siguientes términos “Los proyectistas serán responsables, en sus respectivos ámbitos de
competencia, por los errores en que hayan incurrido, si de estos se han derivado daños o
perjuicios. El proyectista será responsable respecto de los cálculos de superficie edificada, de los
coeficientes de constructibilidad y de ocupación del suelo, porcentajes, superficies de sombra y
demás antecedentes declarados, cuyo cálculo no corresponderá verificar a las Direcciones de
Obras Municipales”, difiriendo así de la responsabilidad del propietario primer vendedor, quien es
el principal responsable de los daños que pueda originarse en las fallas o defectos de una
construcción o edificio, agregando que LGUC establece la responsabilidad del constructor quien, al
591
igual que el proyectista, tiene una responsabilidad subjetiva, especial y limitada, única y
exclusivamente, a las fallas, errores o defectos en la construcción y en la utilización de materiales o
insumos defectuosos, estando definido el constructor en el artículo 1.1.2 de la Ordenanza, como:
“Profesional competente que tiene a su cargo la ejecución de una obra sometida a las disposiciones
de la Ley General de Urbanismo y Construcción. Se entenderá también por “Constructor”, la
persona jurídica en cuyo objetivo social esté comprendida la ejecución de obras de construcción y
urbanización y que para estos efectos actúe a través de un profesional competente.”, por lo que la
responsabilidad especial y limitada del constructor no se extiende a los defectos que hayan tenido su
origen en los planos de arquitectura, al cálculo estructural, al estudio de suelo y al diseño de la obra,
ya que conforme al artículo 1.2.9 de la OGUC, el Constructor tiene la responsabilidad de adoptar:
“… medidas de gestión y control de calidad para que ella (la obra) se ejecute conforme a las
normas de la Ley General de Urbanismo y Construcciones y a la presente Ordenanza, y se ajuste a
los planos y especificaciones del respectivo proyecto”, y en el mismos sentido, el artículo 1.2.14 de
la OGUC señala: “Art. 1.2.14. Los planos de estructura y la memoria de cálculo, que incluirá,
cuando corresponda, el estudio de mecánica de suelos, serán de exclusiva responsabilidad de los
profesionales competentes que los suscriban. Corresponderá asimismo a dichos profesionales
asistir al constructor para que las estructuras se ejecuten de acuerdo a los respectivos planos y
especificaciones técnicas del permiso de edificación otorgado, dejando constancia en el Libro de
Obras de su recepción conforme de las distintas etapas de ejecución de la estructura (el destacado
es nuestro)”, existiendo también una responsabilidad administrativa de los funcionarios que
otorgaron los permisos de edificación y los certificados de recepción definitiva, de conformidad con
el artículo 22 de la LGUC: “Los funcionarios fiscales y municipales serán civil, criminal y
administrativamente responsables de los actos, resoluciones u omisiones ilegales que comentan en
la aplicación de esta Ley.”.
Sostiene que también existe una responsabilidad administrativa de los funcionarios que
otorgaron los permisos de edificación y los certificados de recepción definitiva, por aplicación de la
Ley General de Urbanismo y Construcción, tanto por sus acciones como por sus omisiones, y en el
control que ejercen estas autoridades en la construcción de los edificios, sucediendo que en este
caso el Edificio Plaza Ñuñoa cumplió con toda la normativa legal aplicable, obteniendo con fecha
11 de diciembre de 2002 el permiso de edificación, y con fecha 16 de agosto de 2004 la recepción
definitiva.
Conforme lo expuesto, asevera que la responsabilidad del constructor es especial, respecto
de la obra, y puede ser alegada única y exclusivamente por fallas o defectos en la construcción o por
la mala calidad de los materiales empleados, pero no por cuestiones ajenas al arte del buen
construir, encontrándose el constructor obligado a ejecutar la obra de acuerdo a los planos y
especificaciones técnicas proporcionadas por el propietario primer vendedor y los distintos
proyectistas, previamente aprobados por la autoridad competente, obligación legal que emana del
artículo 5.2.2 de la Ordenanza y el art.143 de la LGUC.
Hace presente que la demandante al momento de establecer los supuestos perjuicios
sufridos, no diferencia cuáles de éstos corresponden a cada demandado y, en definitiva, intenta de
forma improcedente establecer una supuesta responsabilidad solidaria, siendo la responsabilidad de
Sigro limitada y especial, provocando, en definitiva, que no pueda existir, por expreso mandato
592
legal, una solidaridad respecto de los demás demandados, y a su entender, la sola indeterminación
de los perjuicios respecto de los actos de cada uno de los demandados implica, necesariamente, que
se deba rechazar la demanda de autos con costas.
Indica que de conformidad al aret.18 de la LGUC, su representada Constructora Sigro
responde única y exclusivamente por las deficiencias o vicios e n la construcción que consistan en
fallas, errores o defectos en la construcción y, en la utilización de materiales e insumos defectuosos,
y no habiendo existido ninguna falta o vicio en la construcción, la demanda no puede prosperar a su
respecto, recayendo en la demandante el onus probandi de la existencia de vicios o defectos en la
construcción, en que consistirían y la relación de causalidad con un hecho u omisión de Sigro,
haciendo presente que en la demanda no se especifica cuales habrían sido los defectos de
construcción que se imputa a Sigro, como tampoco se explica como dichos supuestos defectos de
construcción serían la causa de los perjuicios que demandan. Al respecto, expone que el
cumplimiento de Sigro a las normas legales y especificaciones técnicas e indicaciones del fabricante
impide absolutamente, una eventual condena en su contra.
Expone que existe una Transacción y Finiquito, por medio del cual la demandante
reconoció formalmente la ausencia de responsabilidad de los demandados, instrumento celebrado
con fecha 05 de Enero de 2010, en donde la Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa y la Constructora
Sigro se otorgaron el más completo, total y absoluto finiquito respecto de los mismos hechos que
hoy se someten a conocimiento del Tribunal, instrumento del cual se desprende La fecha de
Recepción Municipal del Edifico Plaza Ñuñoa, esto es, 16 de agosto de 2004, mediante lo cual, a su
entender, queda claro que la acción se encuentra prescrita de acuerdo al artículo 18 de LGUC, pero
además se establece que el plazo para recibir reclamos de postventa se encontraban vencidos a la
fecha de recibir la solicitud de la Comunidad Edifico Plaza Ñuñoa, hecho que aceptan y reconocen
expresamente, como asimismo que la Comunidad del Edifico Plaza Ñuñoa no había realizado
ninguna mantención o trabajos de impermeabilización de la fachada del Edificio luego de 5 años
desde la entrega del edificio. Además, que se contrató a la empresa Sigro para que realizará la
revisión y retiro del 100% de los enchapes afectados, trabajos que se hicieron a conformidad de la
comunidad y de la Inmobiliaria, acordándose que la Inmobiliaria pagaría el 80% del valor total para
la realización del trabajo antes señalado, equivalente a $2.000.666.
Sostiene que conforme lo antes expuesto y lo dispuesto en los artículos 2446 y 2460 del
Código Civil, en este caso la transacción es un contrato por medio del cual las partes precaven un
litigio eventual y produce efecto de cosa juzgada, en virtud de lo cual debe rechazarse la demanda
de autos, con costas, desde que mediante tal contrato de transacción y finiquito, la actora aceptó y
validó la prescripción de todas sus acciones en contra de la Inmobiliaria y la Constructora,
renunciando incluso a sus acciones.
En subsidio de todo lo anterior, controvierte la existencia, naturaleza y monto de los
perjuicios supuestamente sufridos por la demandante, correspondiendo a la actora el peso de la
prueba de todo ello, sin perjuicio de agregar que los daños demandados tiene su justificación única
y exclusivamente en responsabilidad de terceros y de la propia demandante, al no realizar las
debidas mantenciones de la fachada, señalando que tales daños no resultan indemnizables, por
cuanto el presupuesto de no haber sido indemnizado anteriormente no se cumple, ya que tal daño ha
593
sido indemnizado y acordado tanto ,por la Inmobiliaria demandada como por la Constructora Sigro,
como consta en el señalado Contrato de Transacción y Finiquito.
Respecto del cuantum de los daños demandados, la cantidad de $350.000.000 que solicita
por daños sufridos y que correspondería a las reparaciones de los enchapes de la fachada, es a su
entender un monto que excede los costos reales de los trabajos requeridos para reparar tales daños
alegados, no pudiendo tolerarse a la actora una ganancia ilegítima con su pretensión.
En subsidio, y para el hipotético e improbable caso en que el tribunal considere que los
actos u omisiones de Sigro han sido causa de los daños sufridos por la demandante, expresan que
debe descartarse la existencia de concausas en los hechos que provocaron los supuestos perjuicios,
ya que no cualquier error puede ser considerado causa de los daños, sino que solo aquellos que
considerados individual y singularmente pueden provocarlo, haciendo presente que la demandante,
en el Contrato de Transacción y Finiquito ya antes citado, declara no haber realizado mantención a
los trabajos de impermeabilización en la fachada del Edificio durante más de 5 años, resultando que
toda construcción requiere de mantenciones y arreglos preventivos para conservar su estado, y las
omisiones de la demandante en la adecuada y oportuna mantención del Edificio son evidentemente,
al menos una concausa de los supuestos daños sufridos, teniendo presente además que después de
que la demandante celebró el Contrato de Transacción y Finiquito nuestro país sufrió un grave
sismo de magnitud 8,8° en la escala de Richter, razón por la cual sus consecuencias no pueden ser
imputadas a Constructora Sigro.
Por otra parte, sostiene que no existe solidaridad entre los demandados, conforme al
art.1511 del Código Civil, siendo la responsabilidad de Constructora Sigro limitada y especial,
como precedentemente se explicara, resultando que por expreso mandato de la ley, en este caso y
entre las demandadas no puede existir responsabilidad solidaria, y no existe convención en que tal
solidaridad se haya pactado.
Conforme todo lo expuesto, solicita acoger sus excepciones o defensas y rechazar la acción de
autos, con costas.
CONTESTACIÓN DE DEMANDA SUBSIDIARIA DE INDEMNIZACIÓN DE
PERJUICIOS:
En el primer otrosí del escrito de fs.49 y ss., específicamente a partir de fs.74, Constructora
Sigro procede a contestar las demandas subsidiarias de indemnización de perjuicios de autos,
reiterando en primer término las alegaciones y defensas ya esgrimidas respecto de la demanda
principal, las que por economía procesal, da por expresamente reproducidas.
Expresa que la controversia de autos debe resolverse conforme al estatuto contenido en la
LGUC, el cual es especial y circunscrito a la construcción, aplicándose en forma preferente al
estatuto de responsabilidad extracontractual contenida en el Código Civil que es de carácter general,
debiendo entonces atenderse a los arts.4 y 13 del Código Civil, que ordenan:
Art.4º “Las disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería, del Ejército
y Armada, y demás especiales, se aplicarán con preferencia a las de este Código”;
Art.13º “ “Las disposiciones de una ley, relativas a cosas o negocios particulares,
prevalecerán sobre las disposiciones generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras
hubiere oposición”.
Y las normas anteriores, se aplican en relación al art.7º de la LGUC, que
ordena: “Las disposiciones de la presente ley prevalecerán sobre cualquiera otra que verse sobre
594
las mismas materias, sin perjuicio de las disposiciones que contenga el Decreto Ley de
Reestructuración del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En consecuencia, se entenderán
derogadas las disposiciones de otras leyes que fueran contrarias a las de la presente ley”
Conforme lo expuesto, sostiene que el único estatuto aplicable en la especie es el que ha
dispuesto el legislador en la LGUCV, no pudiendo el supuesto perjudicado elegir entre un estatuto y
otro.
En subsidio, y para el improbable evento que el tribunal determine aplicable el estatuto
general de responsabilidad extracontractual del Código Civil, alega que la acción incoada en autos
se encuentra prescrita, de conformidad al art.2332 del Código Civil, por haber transcurrido más de 4
años desde la perpetración del acto que se alega en autos, y en este caso el inicio de tal prescripción
corrió desde que se otorgara certificado de recepción final, hecho ocurrido el 16 de Agosto de 2004,
por lo que la prescripción se cumplió el 16 de Agosto de 2008, incluso si se considerara la
prescripción estatuida por el art.2003 del Código Civil, esto es, 5 años, igualmente la acción estaría
prescrita, considerando que dentro del plazo que señala la citada norma, sea considerado como
prescripción o garantía, no existió daño, lo que provoca que la acción se encuentre totalmente
prescrita.
Conforme todo lo anterior, señala que habiéndose cumplido los requisitos legales
contenidos en el art.2514 del Código Civil, oponen excepción de prescripción.
CONTESTACIÓN DE DEMANDA DE INMOBILIARIA MEYDA S.A.:
A fs.91 y ss., rola contestación de Inmobiliaria Meyda S.A., mediante la cual niega
expresamente la existencia de supuestos vicios o defectos constructivos alegados por la actora,
como también la suma de dinero en que los avalúa, siendo por ello de cargo de la propia
demandante en onus probandi de todas sus alegaciones y pretensiones.
Expone que en el evento que el Edificio Plaza Ñuñoa presentase los daños que refiere la
actora, ellos no tendrían por origen vicios o defectos de construcción, pues su causa estaría en la
falta de cuidado de la propia Comunidad demandante, lo que exoneraría de responsabilidad a
Inmobiliaria Meyda S.A., teniendo presente que se les entregó a los miembros de la Comunidad del
Edificio demandante el Manual del Propietario, el que define la fachada: “Corresponde al parámetro
vertical exterior del edificio, con los vanos de ventana, terrazas y los revestimientos que lo
configuran. Las fachadas se componen con varios elementos con materiales especialmente
diseñados para funciones de aislamiento, resistencia y durabilidad de la misma, soporta todas las
variaciones climáticas. Sin embargo, para asegurar que estas características se mantengan en el
tiempo, deben someterse siempre al adecuado proceso de inspección y mantenimiento.”, resultando
que la propia parte demandante reconoce en el contrato de transacción y finiquito, el no haber
realizado tales mantenimientos en más de 5 años desde la entrega del edificio, siendo por ello la
falta de tales trabajos de mantención lo que ha debido ocasionar los daños alegados por la actora en
su libelo, , razón por lo cual los mismos no son de responsabilidad de Inmobiliaria Meyda S.A., en
virtud de lo cual la demanda debe ser desechada, lo que así solicita, con costas.
Excepción de prescripción:
De conformidad al inciso final del art.18 de la LGUC, modificado por la Ley 20.016 de 27
de Mayo de 2005, en cuanto estableció que los nuevos plazos de prescripción sólo se aplicarían a
los permisos y autorizaciones que ingresaran a tramitación con posterioridad a su entrada en
595
vigencia, esto es, 90 días después de su publicación verificada el 27 de Mayo de 2005, esto es, a
partir del 28 de Agosto de 2005, ocurriendo que el Edificio Plaza Ñuñoa se construyó en virtud del
Permiso de Edificación Nº22-2002,. Otorgado por la Dirección de Obras de la I. Municipalidad de
Ñuñoa con fecha 11 de Diciembre de 2002, por lo que en este caso el plazo de la prescripción que
alega, señala es de 5 años, contados desde la recepción definitiva de la obra por parte de la
Dirección de Obras Municipales, lo que indica tuvo lugar el 16 de Agosto de 2004, por lo que a la
fecha de notificación de esta demanda, hecho ocurrido el 06 de Agosto de 2012, dicho término se
encontraba cumplido en cuanto a la responsabilidad que le correspondería a Inmobiliaria Meyda, en
su calidad de propietario primer vendedor, razón por la cual a su entender se encuentra extinguida
tal responsabilidad, en virtud de la prescripción liberatoria, en virtud de lo cual solicita se acoja la
excepción de prescripción y se rechace la demanda.
Excepción de Transacción:
Expresa que la hipotética obligación de indemnizar perjuicios por parte de Inmobiliaria
Meyda S.A. con motivo de fallas o defectos en los enchapes de la fachada del Edificio Plaza Ñuñoa,
se extinguió en virtud de contrato de transacción y finiquito celebrado por las partes el 05 de Enero
de 2010, que conforme al art.2446 del Código Civil, produce tal contrato un efecto extintivo y
liberatorio, conforme a lo cual alega excepción de transacción, y en su virtud solicita se rechace la
demanda de autos.
Excepción de cosa juzgada:
Fundado en el mismo contrato de transacción y finiquito celebrado por las partes y ya
precedentemente singularizado, y conforme lo dispuesto en el art.2460 del Código Civil, que
estatuye que la transacción produce el efecto de cosa juzgada en última instancia, y concurriendo
sus requisitos de procedencia señalados por el art.177 del Código de Procedimiento Civil, esto es,
identidad legal de personas; identidad de la cosa pedida; e identidad de la causa a pedir, opone
formalmente la excepción de c osa juzgada, la que solicita se acoja y con ello se rechace la demanda
de autos deducida en su contra.
A fs.101 y ss., la parte demandan te evacúa la réplica, respecto de ambas demandadas, en
los siguientes términos:
RESPECTO DE INMOBILIARIA MEYDA S.A.:
En cuanto a la excepción de prescripción, expone que si bien evidentemente han
transcurrido los 5 años desde la recepción final del Edificio, tal excepciones improcedente, por
haber existido interrupción natural a dicho término legal, con causa de las reparaciones en la
fachada del Edificio que ésta efectuó con posterioridad a la venta del inmueble y antes de que se
cumpliera el plazo de prescripción, reconociendo así tácitamente su obligación de entregar el
inmueble sin los defectos ni fallas que se fueron presentando progresivamente en el tiempo en las
fachadas del edificio, sucediendo que la manifestación de los daños se produjo dentro del plazo de
los 5 años fijados por ley, esto es, a mediados de 2009.
Respecto de la excepción de transacción, niega que el contrato invocado por su contraria
se refiera a los mismos hechos, desde que la transacción comprende hechos relativos a un daño
“sopladura”, manifestación de un daño mayor, que se presentó en la fachada de la pared Oriente del
Edificio, piso 9, daño que no tiene relación a la magnitud y especificaciones de los enchapes,
desprendidos, soplados y metros cuadrados de éstos que comprendía y que amenazaban ruina.
596
En relación a la excepción de cosa juzgada, sostiene que la cosa pedida y la causa a pedir
son completamente distintas entre la demanda y el contrato de transacción y finiquito, conforme lo
cual solicita su rechazo.
Respecto de los perjuicios, señala que la Ley de Urbanismo atribuye responsabilidad sin
culpa al propietario primer vendedor, tratándose de la constructora que vende o del empresario
inmobiliario que manda construir para vender, estableciendo el art.1.1.2 de la OGUC una
responsabilidad amplia, en cuanto a todos los daños presentes en el edificio, consecuencia directa de
un actuar negligente de la Constructora demandada en la ejecución de las obras y que no tiene
relación con falta de mantenimiento.
RESPECTO DE CONSTRUCTORA SIGRO S.A.:
Expresa que resulta preciso determinar la cosa pedida y la causa a pedir en la litis, al
demandarse responsabilidad de esta demandada, en su calidad de constructora del Edificio, la que es
generada por las fallas o defectos de construcción, específicamente en la colocación de los enchapes
cerámicos de las fachadas del edificio, siendo ésta la causa que originó los daños que solicitan
indemnizar, responsabilidad del constructor que establece el art.18 de la Ley general de Urbanismo
y Construcción, siendo ambas demandas responsables de indemnizar el daño emergente solicitado
en $350.000.000.
Respecto de la excepción de prescripción, se remite a los mismos fundamentos ya dados,
respecto de la prescripción alegada por Inmobiliaria Meyda S.A.
En cuanto a que no existirían deficiencias o vicios en la construcción, expresa que existen
graves daños en los espacios comunes del Edificio, los que tienen su origen en fallas o vicios
constructivos, los que se produjeron al momento de la ejecución de la obra, por deficiente
colocación de los enchapes cerámicos de las fachadas del edificio, haciendo presente que puede que
la Constructora cumpliera con las especificaciones técnicas entregadas por la Inmobiliaria, las que
revisó y aprobó la I. Municipalidad de Ñuñoa y fiscalizó la ITO (Inspección Técnica de Obra), todo
lo cual no exime a la Constructora de su responsabilidad por la ejecución negligente de la etapa
constructiva, al existir defectos constructivos en la colocación de los enchapes cerámicos, lo que
explica los bajos valores de adherencia.
En cuanto a la Transacción y Finiquito, Se remite a lo señalado respecto de idéntica
excepción de la demandada Inmobiliaria, agregando que conforme al art.2461 del Código Civil, la
transacción no surte efecto sino entre los contratantes, siendo la propia Constructora la que señala
que “la inmobiliaria y la comunidad Edificio Plaza Ñuñoa celebraron un contrato den Transacción y
Finiquito”.
En relación a la Teoría de los actos propios, sostiene que no es efectivo que la demandante
renunciara y validada la prescripción de todas las acciones en contra de Inmobiliaria y Constructora
a través del contrato de Transacción, ya que Constructora no es parte de dicho contrato, y en tal
documento se habría hecho referencia a daños que s bien daban cuenta de un potencial daño mayor,
no revestían la magnitud de los daños que se reclaman mediante esta acción, habiendo sido la propia
Constructora la que inspeccionó y realizó un presupuesto de reparación bastante menor, sin
informar a la demandante debiendo hacerlo, del grave daño que aquejaba a toda la fachada del
Edificio.
597
Conforme lo anterior, explica que la demandante no ha obrado contra sus Actos propios, la
que lo ha hecho es la Constructora al Inspeccionar y no reparar daños presentes en las fachadas,
para luego negar su existencia y desligar responsabilidades.
En cuanto a la excepción subsidiaria, consistente en controvertir la existencia,
naturaleza y monto de los perjuicios, se remite a lo ya señalado respecto a idéntica excepción de
la demandada Inmobiliaria, y en cuanto a que la demandante ya fue indemnizada, se está a la
contestación a la excepción de finiquito.
En relación a que el daño no es una consecuencia inmediata y directa del actuar de la actora,
reitera lo ya señalado en cuanto a las exigencias mínimas que se puede solicitar a una Constructora,
en cuanto a seguir al pie de la letra el proyecto encomendado, sin que ello la exima de la mala
ejecución de la obra y sus consecuencia, agregando que el solo hecho que la Constructora acredite
haber cumplido las normas establecidas en la ley, no hace que se desligue de su responsabilidad.
Sobre la existencia de concausas, señala que de existir fallas o defectos constructivos, debe
responder la empresa Constructora, si la demandada estima que se debieron haber hecho
mantenciones y que a consecuencia de no haberlas realizado por la demandante, se produjeron los
daños, debe probar el tipo de mantenciones, en que consistían, su periodicidad, y la relación entre
éstas y los daños.
En cuanto a la inexistencia de solidaridad entre los demandados, aduce que conforme al
art.18 inc.3° de la LGUC, es responsable el constructor por fallas, errores o defectos en la
construcción, incluyendo las obras de los subcontratistas y el uso de materiales o insumos
defectuosos, estableciéndose una responsabilidad objetiva, sin culpa, pero permitiéndoles ejercer
acciones de rembolso en contra del que por culpa produjo la causa del daño, estableciendo la
solidaridad pasiva de la constructora demandada por los daños o perjuicios.
CONTESTACIÓN
DE
EMPRESA
CONSTRUCTORA
SIGRO
S.A.
A
LAS
INDEMNIZACIONES DE PERJUICIOS DEMANDADAS EN SUBSIDIO EN EL PRIMER Y
SEGUNDO OTROSÍ DEL LIBELO PRETENSOR:
Expresa que los regímenes aplicables a la responsabilidad por daños y defectos en la
construcción son:
1.- El derecho común para la reclamación de indemnización de perjuicios derivados de un delito o
cuasidelito civil, tiene como factores de imputación el dolo o la culpa.
Se superpone al anterior:
2.- El que establece el Código Civil, arts.2003, 2004 y 2324.
3.- Y el de la Ley General de Urbanismo y Construcción en sus arts.18 y 19.
Sostiene que conforme con la doctrina y la jurisprudencia, no cabe dudas de la procedencia
de demandar indemnización de perjuicios por fallas o defectos en la construcción según los
regímenes señalados y consecuentemente el error que comete la demandada al pretender que las
acciones interpuestas no serían procedentes.
En cuanto a la acción de prescripción subsidiaria, esgrime que la Constructora no señala
cual de las dos acciones estaría prescrita. En cuanto a la interpuesta en base al Régimen del
Constructora, art.2003 del Código Civil, los daños se manifestaron dentro del plazo de 5 años desde
la recepción del Edificio y al ser un plazo de garantía, la acción no se encuentra prescrita. Para el
caso que se refiriera a la acción que emana del régimen común del Código Civil (cuasidelito civil)
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expresa que la jurisprudencia es uniforme en cuanto a que el plazo de 4 años comienza a correr
desde que se manifiesta el daño, por lo que la acción no está prescrita.
A fs.116 y ss., rola dúplica de Inmobiliaria Meyda S.A., por medio de la cual señala que
será de cargo de la actora acreditar la efectividad de haberse realizado las labores de reparación
antes de que se cumpliera el plazo de prescripción y por cuenta de quien se hicieron, y aún cuando
hayan sido realizada por la Inmobiliaria demandada, antes que se cumpliera el plazo de 5 años
contados desde la recepción final, ello no configura una interrupción natural, sino la consecuencia
de la obligación legal que asiste al propietario primer vendedor de responder dentro de dicho
término, por los vicios y defectos que afecten al inmueble, por lo que considerar que cada vez que el
propietario primer vendedor cumple con tal obligación legal importa una interrupción natural, y por
lo cual comenzaría a correr un nuevo término de prescripción, conduciría al absurdo que el plazo de
garantía legal por los vicios y defectos constructivos podría extenderse indefinidamente.
Agrega que el hecho que el 05 de enero de 2010 se celebrara entre la demandante y su
representada Inmobiliaria Meyda S.A. un contrato de transacción, no puede estimarse como una
interrupción natural de la prescripción, ya que sea esta civil o natural, solamente puede operar
cuando el plazo se encuentra pendiente y en tal caso la transacción se celebra cuando el plazo estaba
vencido, y en la cláusula segunda del instrumento se consigna que Inmobiliaria Meyda le hizo
presente al representante de la actora de entonces, que el plazo para recibir reclamos de post venta
se encontraba vencido, por lo que el ánimo de colaborar técnica y económicamente con la
Comunidad no puede tomarse como una renuncia del derecho a invocar la prescripción extintiva,
cuyo plazo ya se encontraba cumplido.
Respecto de las excepciones de transacción y cosa juzgada, hace presente que el párrafo
final de la cláusula segunda del contrato de transacción, expresa: “Finalmente la Inmobiliaria
ofreció y la comunidad aceptó, al contratar a la empresa constructora SIGRO para la revisión y
retiro del 10% de los enchapes que se encontraban “soplados” en toda la fachada del Edificio
Plaza Ñuñoa”, por lo que el trabajo se contrato sólo para la parte de toda la fachada que en el
momento presentaba “sopladuras”, sino para toda la fachada del inmueble, y los vicios demandados
se refieren a los mismos hechos que fueron objeto de la transacción y respecto de los cuales las
partes se otorgaron amplio y total finiquito.
En relación a los perjuicios por falta de mantención, el Manual del Propietario
expresamente señala que debían realizarse trabajos de mantención, los que no fueron realizados por
la comunidad demandante, lo que reconocieron en el contrato de transacción celebrado el 05 de
enero de 2010.
A fs.120 y ss., evacúa la dúplica Empresa Constructora Sigro S.A., procediendo a ratificar
todo lo dicho al contestar la demanda principal, sin perjuicio de las aclaraciones,
complementaciones y adiciones que indican en esta dúplica.
Respecto de la Cosa Pedida y Causa de Pedir, expresa que el fundamento de la acción
radica en que Constructora Sigro S.A. sería responsable por las fallas o defectos cometidos en la
construcción del Edificio Plaza Ñuñoa, y tal responsabilidad estaría dada “específicamente en
defectos constructivos en la colocación de los anchapes cerámicos de las fachadas del Edificio Plaza
Ñuñoa, es esta[sic] y no otra la causa que originó [sic] los daños que deben ser indemnizados por la
empresa Constructora.” . Al respecto, señala que conforme al artículo 1698 del Código Civil, no
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basta con enunciar o señalar, somera e infundadamente, quién tiene la responsabilidad, sino que,
además, se debe acreditar, en primer lugar, la existencia de los vicios o defectos en la construcción
y, en segundo lugar, especificar en qué consisten y cómo resultan ser la causa directa y necesaria de
los daños cuya indemnización reclama, y reitera que la responsabilidad de su representada se
encuentra limitada y circunscrita por la ley, puesto que Sigro, en su calidad de empresa
constructora, no puede ser condenada por cualquier daño, sino que, únicamente, por aquellos daños
sufridos por los edificios como una consecuencia inmediata y directa de deficiencias o vicios en la
construcción y/o en los materiales, por así establecerlo expresamente el artículo 18 de la Ley
General de Urbanismo y Construcción (“LGUC”), por lo que cualquier deficiencia o vicio en lo
relativo al diseño, proyección y/o cálculos estructurales de los edificios, que pudiesen ser la causa
de los daños cuya indemnización persiguen la demandante, son de exclusiva responsabilidad de
otros agentes, y la sentencia definitiva que se dicte en autos, acogiendo o rechazando en todo o parte
la indemnización que pide la demandante respecto de Sigro, deberá, necesariamente, acogerla o
rechazarla sobre el fundamento preciso de haber sido o no causados tales supuestos perjuicios por
las deficiencias o vicios en la construcción y/o en los materiales, no pudiendo acogerse la demanda
en contra de Constructora Sigro en base a errores o incumplimientos ocurridos con ocasión de la
proyección, diseño o cálculo estructural del edificio; puesto que dichas responsabilidades han sido
por ley asignadas a otros profesionales y/o agentes, y habiendo cumplido Sirgo íntegra y
oportunamente con todas las especificaciones técnicas entregadas por la Inmobiliaria de acuerdo a
lo establecido en la LGUC y su respectivas Ordenanzas, siendo además dichas especificaciones
revisadas y aprobadas por la Ilustre Municipalidad de Ñuñoa y fiscalizadas por la ITO contratada,
antecedente éste que constituye una obligación legal, y a su entender resulta suficiente para rechazar
la demanda de autos, agregando que Sigro además cumplió también con las indicaciones del
fabricante del enchape utilizado en el edificio, por lo cual, señala, sólo cabe rechazar, con costas, la
demanda de autos, puesto que la responsabilidad de Sigro es individual y específica.
En cuanto a la prescripción de la acción, expresa que conforme al artículo 18 de la LGUC,
vigente a la fecha en que la I. Municipalidad de Ñuñoa otorgó el permiso de construcción del
Edificio Plaza Ñuñoa , el plazo de prescripción empezó a correr el día 16 de agosto de 2004, fecha
en que se otorgó la recepción definitiva del Edificio, y venció el día 16 de agosto de 2009, lo que es
reconocido por la propia demandante, al señalar en su libelo que “evidentemente han transcurrido
los 5 años desde la recepción final del Edificio…”, y sin embargo, y sabiendo que su acción es
improcedente, la actora alega, indebidamente, que habría existido una supuesta “interrupción
natural” de la prescripción, la que se habría originado producto de reparaciones en las fachadas del
Edificio efectuadas con posterioridad a la venta del inmueble y antes de que se cumpliera el plazo
de prescripción, lo que solo es un intento por soslayar la evidente prescripción que ha operado sobre
su acción. Al respecto, sostiene categóricamente que no existe ninguna interrupción, sea civil o
natural, al plazo de prescripción de la acción intentada en autos. Todos los trabajos mencionados
por la demandante fueron realizados con posterioridad al vencimiento del plazo de 5 años
establecido en la LGUC, esto es, con posterioridad al día 16 de agosto de 2009, lo cual se encuentra
plenamente reconocidos por la propia demandante en el Contrato de Transacción y Finiquito
suscrito con la Inmobiliaria por los mismos hechos que se ventilan en estos autos, señalando en él
que “… con fecha 18 de agosto de 2009 recibimos el correo de Don Patricio González, solicitando
600
revisar una sopladura que se presentó en la pared oriente del edificio, piso 9 …”, lo que daría
cuenta que los “problemas” se presentaron una vez cumplido el plazo de prescripción. El mismo
Contrato de Transacción y Finiquito dispone: “El plazo para recibir reclamos de postventa se
encontraba vencido al momento de recibir la solicitud de la comunidad, sin embargo, manifestamos
el animo de colaborar técnica y económicamente con la comunidad” y en su Cláusula Primera
establece que: “Con fecha 16 de agosto de 2004 La I. Municipalidad de Ñuñoa otorgo la Recepción
Municipal del Edificio Plaza Ñuñoa”. Conforme lo anterior, las reparaciones que sirven de base
para la alegación de la demandante, relativa a una supuesta interrupción del plazo de prescripción,
contradicen sus propios actos y declaraciones y fueron, por lo demás, realizadas con posterioridad al
cumplimiento del plazo legal establecido en el artículo 18 de la LGUC.
En relación a la inexistencia de deficiencias o vicios en la construcción, expresan que
Sigro ha obrado con la más absoluta diligencia en su actuar no existiendo ninguna falta o vicio en la
construcción, negando de forma expresa cualquier tipo de responsabilidad en los supuestos daños
que alega la demandante, los cuales, según el tenor del artículo 1698 del Código Civil, éste último
deberá acreditar, y el libelo pretensor no señala ni menos especifica cuáles habrían sido los defectos
de construcción que infundada y temerariamente imputa a su representada, y tampoco explica la
manera en que tales supuestos vicios de construcción serían la causa directa de los perjuicios.
Indica que la actora no discutió que con fecha 5 de enero de 2010 suscribió con la
Inmobiliaria un Contrato de Transacción y Finiquito en donde ambas partes se otorgaron el más
completo, total y absoluto finiquito respecto de los mismos hechos que hoy son objeto de
conocimiento por parte del Tribunal.
Sostiene que la excepción de cosa juzgada originada por la transacción suscrita entre la demandante
y la Inmobiliaria aprovecha a Sigro, principalmente porque son los mismos hechos que se ventilan
en la causa, sucediendo que la cosa juzgada produce efectos reflejos en este caso, por lo cual Sirgo
no puede ser condenada por los mismos hechos que la actora ha finiquitado y el Tribunal no debe
conocer de un asunto que ya fue solucionado, resultando además como otro efecto propio de la cosa
juzgada, el que provoca la ausencia de conflicto, supuesto esencial para la procedencia de la función
jurisdiccional, siendo de la esencia de la jurisdicción la existencia de un conflicto intersubjetivo de
intereses de relevancia jurídica, en tanto que la actividad jurisdiccional no se ejerce sin finalidad,
agregando que los conflictos transados, y por consiguiente terminados, o bien aquellos que no
llegaron a existir, precisamente por haber sido objeto de una transacción, no pueden someterse al
conocimiento de los tribunales de justicia, por no ser aptos para poner en marcha el aparato
jurisdiccional, no pudiendo ser objeto del proceso.
Conforme lo anterior, concluye que la existencia de una transacción (cosa juzgada) por los mismos
hechos que hoy se intentan someter al conocimiento y función jurisdiccional del Tribunal implica,
necesariamente, el rechazo de la demanda.
Respecto a la Improcedencia de la conducta del demandante, expresa que en el Contrato
de Transacción y Finiquito la demandante conoció, aceptó y validó la prescripción de todas sus
acciones en contra de la Inmobiliaria y la Constructora, incluso renunció a sus acciones,
resultando patente entonces la contradicción entre la conducta anterior de la demandante y la
pretensión que hoy somete al conocimiento de del Tribunal, sucediendo que antes manifiesta
601
formalmente su aceptación a lo obrado por esta parte, y hoy plantea una acción por supuestos
perjuicios. Las contradicciones entre las alegaciones contenidas en la demanda y las actuaciones
anteriores de la demandante son evidentes, lo que no es indiferente para el derecho, y tal
contradicción acarrea su necesario rechazo.
Respecto de la naturaleza y monto de los perjuicios supuestamente sufridos por la
demandante, contraviene expresamente la existencia, naturaleza y monto de los perjuicios
supuestamente sufridos por la demandante y que en este juicio solicita, siendo de cargo de la actora
probar no solo la existencia de los perjuicios y su naturaleza, sino que, además, la responsabilidad
que le cabe a Constructora Sigro y cómo su actuar habría influido en la generación de dichos
perjuicios, y los supuestos daños que la demandante habría sufrido obedecen a responsabilidades de
terceros y a su propia negligencia, tal como lo reconoció la demandante en el Contrato de
Transacción y Finiquito, esto es, que no realizó ninguna de las mantenciones en la fachada del
Edificio, cuestión que resulta necesaria y obligatoria para su debida conservación, por lo que no es
posible reprochar una responsabilidad al constructor cuando ha sido la propia demandante quien no
ha tenido ni siquiera la deferencia de cumplir con su parte en la mantención del edificio, resultando
que el daño cuya indemnización pretende la demandante ya ha sido pagado, quedando constancia de
ello en el mismo Contrato de Transacción y Finiquito antes mencionado, por lo que la
indemnización demandada implicaría la configuración del enriquecimiento sin causa o una doble
reparación de esta última, hecho inconciliable con la indemnización de perjuicios solicitada ya que
ésta no tiene por objeto enriquecer a quien la solicita sino que resarcir los daños causados, debiendo
tenerse presente que la actora no ha pronunciado ningún argumento para sostener la elevada suma
que pretende que se le indemnice en $350.000.000, y de la misma forma no ha destinado ninguna
línea en su escrito de réplica para desvirtuar lo dicho, tanto por esta parte como por la Inmobiliaria,
respecto a que las reparaciones, en caso de ser efectivas, tengan un valor mucho menor al
demandado.
Respecto a que el hipotético daño sufrido no es una consecuencia inmediata y directa
del actuar de Sigro, la demandante argumenta que lo mínimo que se le exige a una constructora es
seguir las especificaciones del proyecto encomendado, sin que ello lo exima de la mala ejecución de
la obra y sus consecuencias, lo que reafirma que Sigro cumplió oportuna y cabalmente con las
especificaciones técnicas de la obra que se le había encomendado realizar, utilizando los materiales
que estaban definidos en el proyecto de acuerdo a los antecedentes entregados y realizados por otros
agentes que intervinieron en el proceso y todo ello aprobado además por la Ilustre Municipalidad de
Ñuñoa, no existiendo ninguna falta o vicio en la construcción o ejecución de la obra, cumpliéndose
por parte de Sigro con todas las especificaciones técnicas entregadas por la inmobiliaria.
Respecto a la existencia de concausas, reiteran que cualquier error de Sigro, lo cual niegan
expresamente, no puede ser considerado causa de los daños, sino que sólo aquellos que
considerados individual y singularmente pueden provocarlo, pudiendo identificar las siguientes
concausas que podrían haber generado los supuestos daños que alega la demandante:
(i) La demandante ha reconocido expresamente en el Contrato de Transacción y Finiquito no haber
realizado ninguna mantención o trabajos de impermeabilización en la fachada del Edificio durante
más de 5 años;
602
(ii) La intervención de varios participes en al ejecución del proyecto (calculista, arquitecto,
inmobiliaria, proyectista, etc.) los cuales pueden ser responsables en su totalidad o que puedan
haber contribuido a la generación de los supuestos daños que alega haber sufrido la demandante; y
(iii) El grave sismo de magnitud 8,8° en la escala de Richter, que sufrió nuestro país tiempo después
que la demandante suscribiera el contrato de Transacción y Finiquito. Este sismo constituye, sin
lugar a dudas, un caso fortuito o fuerza mayor.
Respecto a la existencia de solidaridad entre los demandados, expresa que la LGUC
establece la responsabilidad del constructor quien tiene una responsabilidad subjetiva, especial y
limitada, única y exclusivamente, a las fallas, errores o defectos en la construcción y en la
utilización de materiales o insumos defectuosos, responsabilidad que no se extiende a los defectos
que hayan tenido su origen en los planos de arquitectura, al cálculo estructural, al estudio de suelo y
al diseño de la obra de acuerdo a lo que dispone la LGUC y su respectiva Ordenanza, y conforme al
artículo 1511 del Código Civil, no existe mandato legal, convención alguna o testamento en que se
faculte demandar de modo solidario a la constructora de autos como lo pretende hacer la
demandante.
Conforme todo lo expuesto, ha quedado claro que en autos no concurre ninguno de los
requisitos legales, doctrinarios ni jurisprudenciales para que la acción de autos prospere, debiendo la
misma rechazarse íntegramente con expresa y ejemplificadora condena en costas.
DÚPLICA DE CONSTRCTORA SIGRO, RESPECTO DE LAS DEMANDAS
SUBSIDIARIAS.
A fs.134 y ss., en el primer otrosí del escrito de fs.120 y ss., Constructora Sigro evacúa la
dúplica respecto de las demandas subsidiarias incoadas en autos, ratificando lo ya señalado al
contestar las demandas subsidiarias, y exponiendo que la actora no ha sido capaz de desvirtuar la
improcedencia de demandar bajo el estatuto de la responsabilidad extracontractual del Código Civil,
como tampoco desvirtuó ninguno de los argumentos expuestos por esta parte respecto del régimen
legal aplicable a la controversia de autos ni de la aplicación por especialidad de las normas de la
Ley General de Urbanismo y Construcciones, sosteniendo que no es efectivo que se pueda aplicar el
“régimen común de responsabilidad” al caso de autos. El único estatuto aplicable, por así
establecerlo expresamente la ley, es el contenido en la Ley General de Urbanismo y Construcción
(“LGUC”), y las partes no pueden elegir o preferir un estatuto jurídico por sobre otro, siendo la
propia LGUC la que establece su preferencia por sobre otras disposiciones, por lo que, a su
entender, la controversia de autos debe resolverse por el estatuto contenido en la LGUC el cual es
especial y circunscrito a la construcción, y su aplicación, debe ser preferente y predominante por
sobre el estatuto de responsabilidad extracontractual contenido en el Código Civil, que por el
contrario, es de carácter general. Las normas contenidas en el Código Civil son de derecho común y
no tienen ningún grado de sofisticación ni especificación respecto de la construcción, siendo la
LGUC la que define y establece las diversas responsabilidades que existen para los distintos agentes
que participan en la construcción de una obra y el estatuto de responsabilidad extracontractual sólo
tiene una pequeña referencia en el artículo 2324 del Código Civil, en relación al artículo 2003 del
mismo Código, el cual, por lo demás, se encuentra incorporado en la LGUC, por lo que existiendo
603
una norma de carácter general y otra de carácter especial, el “perjudicado” debe, por expreso
mandato legal, utilizar el estatuto especial, por así disponerlo los artículos 4 y 13 del Código Civil,
lo que además reitera el art.7 de la LGUC, sucediendo entonces que, siendo la LGUC una norma de
carácter especial, debe, necesariamente, aplicarse en forma preferente y excluyente respecto de las
normas del derecho común, y no es correcto sostener que el “perjudicado” pueda “elegir” puesto
que las normas contenidas en la LGUC son de orden público y, en consecuencia, indisponibles e
irrenunciables para las partes, y siendo de orden público además prevalecen también sobre lo
dispuesto por eventuales partes contractuales.
Expone que, intentándose en autos una acción que pretende aplicar un estatuto general de
responsabilidad a una materia regulada expresamente por una norma de carácter especial, la cual
incluso es posterior, no puede accederse a la demanda, puesto que de hacerlo no sólo se cometería
una infracción de ley sino que, además, se incurriría en el vicio de ultrapetita por no existir
correlación entre la materia y la causa de pedir.
En subsidio, alega prescripción de la acción subsidiaria, para el caso que se considere
aplicable el estatuto general de responsabilidad extracontractual establecido en el Código Civil. Al
efecto, señala que el artículo 2332 del Código Civil dispone que: “Las acciones que concede este
título por daño o dolo, prescriben en cuatro años contados desde la perpetración del acto”, y los
elementos y requisitos que exige el legislador para que opere la prescripción extintiva se encuentran
recogidos en el artículo 2514 del Código Civil, que dispone: “La prescripción que extingue las
acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan
ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible”. En
relación lo anterior, indica que al igual que en la LGUC, el plazo de prescripción de la acción de
indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual comienza a correr desde que se
otorga el certificado de recepción final y la demandante no ha sido capaz de desvirtuar esta
alegación, lo que se encuentra conforme con el fallo dictado el 16 de septiembre de 2011 , por la
Excma. Corte Suprema, estableciendo: “No hay duda que el plazo de prescripción corre a partir de
la recepción definitiva de las obras por parte del Director de Obras Municipales, de manera que aun
cuando el artículo 18 de la Ley General de Urbanismo y Construcción no es aplicable al caso – por
haber entrado a regir con posterioridad – ello no influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo
ya que aun en el evento que las normas aplicables al caso de autos fueran las contenidas en el
Código Civil, los plazos para computar la prescripción se encontrarían cumplidos”, haciendo
presente que la recepción definitiva del edifico Plaza Ñuñoa ocurrió el 16 de agosto de 2004, en
virtud de lo anterior, asevera que el plazo de prescripción se cumplió el día 16 de agosto 2008,
Incluso si se considera el plazo establecido en el artículo 2003 del Código Civil, esto es, 5 años, la
acción también se encontraría prescrita, haciendo presente en este caso que dentro del plazo
establecido en el artículo 2003, sea considerado como prescripción o garantía, no existió daño,
como se acreditará, provocando que la acción se encuentre totalmente prescrita.
Conforme lo anterior, y habiéndose cumplido los requisitos legales contenidos en el artículo
2514 del Código Civil, oponen la excepción de prescripción.
A fs.145, rola audiencia de conciliación, la que no prosperó, en rebeldía de las demandas.
A fs.146, rola sentencia interlocutoria de prueba, la que fijó los hechos sustanciales,
pertinentes y controvertidos de la causa, complementada por resolución de fs.172 y ss..
604
A fs.484, rola citación a oír sentencia.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
1° Que, la Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa, en su calidad de propietaria de todos los
espacios comunes del Edificio Plaza Ñuñoa, edificación de 15 pisos con destino completamente
habitacional, compuesta de 139 unidades o departamentos, 139 estacionamientos y 160
estacionamientos, deduce demanda ordinaria de indemnización de perjuicios en contra de
Inmobiliaria Meyda S.A. y en contra de Empresa Constructora Sigro S.A., por la responsabilidad
civil que les asistiría a las demandadas con motivo de los daños y perjuicios provenientes de fallas,
defectos, vicios y/o desperfectos en la construcción del Edificio Plaza Ñuñoa.
Agrega
que
los
integrantes de la comunidad, compraron las unidades o departamentos, bodegas, estacionamientos y
derechos en los espacios comunes, a Inmobiliaria Meyda S,.A., en su calidad de propietaria primera
vendedora del proyecto inmobiliario, habiéndose producido la recepción definitiva de la obra por la
Dirección de Obras Municipales de la I. Municipalidad de Ñuñoa con fecha 16 de Agosto de 2004.
Agrega que transcurridos un tiempo desde la recepción de la obra, comenzaron a manifestarse los
primeros indicios del problema “ruinógeno” y a comienzos del año 2009 se comenzaron a percibir
los primeros daños constructivos en las fachadas del proyecto, los que se habrían manifestado en la
pared del costado Oriente de la Torre Sur, desde donde comenzaron a presentar sopladuras una
parte aproximada de 50 m2 de los enchapes cerámicos, desprendiéndose desde distintas alturas, con
amenaza de ruina y grave riesgo para la salud e integridad física y psíquica de los habitantes, razón
que llevó a la Comunidad a dirigirse a la Inmobiliaria Meyda S.A. para que se hicieren responsables
de los daños, la que restó importancia a tales eventos, al igual que la otra demandada Constructora
Sigro S.A., señalando que existía un daño menor sólo en una pequeña superficie del enchape de la
Torre Sur, y aduciendo que ellos se debían a problemas de mantenimiento, lo que sólo después de la
presión que se ejerciera reconocer la ruina de las obras, entregando a la comunidad una suma de
dinero destinada a la reparación de los daños, la que debía pagarse a Constructora Sigro S.A, para
que ésta hiciera las reparaciones, cantidad que resultó exigua para reparar todos los daños presentes
en las fachadas en el tiempo, y que no han cesado hasta el presente, y de los cuales las demandadas
se desligaron aduciendo que la garantía había expirado, decidiéndose la Comunidad a contratar a
otra empresa constructora para que procediera al retiro total y definitivo de todos los enchapes
cerámicos que se encontraran soplados y colocara otros nuevos, constatando tal empresa que había
que cambiar todos los enchapes del edificio, lo que resultó imposible, por su costo, pese a su
peligro, costos que alcanzan la cantidad de $350.000.000, costos que señala acreditará en la secuela
del proceso.
Conforme lo expuesto, en lo principal de su libelo pretensor deduce demanda de
indemnización de perjuicios, por la señalada cantidad de $350.000.000, de conformidad con e,
estatuto de responsabilidad que estatuye el art.18 de la Ley General de Urbanismo y Construcción
(LGUC), en relación a la Ordenanza de General de Urbanismo y Construcción (OGUC), y dirige
tanto en contra de Inmobiliaria Meyda S.A. como en contra de Constructora Sigro S.A., a las que
demanda solidariamente.
En subsidio, y en el primer otrosí del libelo pretensor, deduce demanda de indemnización
de perjuicios, por la misma cantidad de $350.000.000, dirigida en contra de Inmobiliaria Meyda
605
S.A., conforme el estatuto de responsabilidad del Constructor, establecida en el art.2003 y 2004 del
Código Civil.
En subsidio, y en el segundo otrosí del libelo pretensor, interpone demanda de
indemnización de perjuicios, conforme al estatuto de la responsabilidad extracontractual del
art.2314 y ss. del Código Civil, en contra de Constructora Sigro S.A., por la cantidad de
$350.000.000.
2° Que, ambas demandadas contestan las demandas de autos, solicitando en ambos casos el
rechazo de ellas, haciendo valer, excepciones, alegaciones y defensas que serán analizadas por
separado.
3° Que, el asunto a dilucidar se refiere a la existencia de los daños alegados por la
demandante, y de ello, si éstos se deben a fallas o defectos de construcción, época precisa de
manifestación de tales daños y/o su progresión en el tiempo y forma de comprobación.
Consecuentemente, determinación precisa y cuantificación de los daños demandados.
4° Que, habiéndose excepcionado ambas demandadas por improcedencia del estatuto que
en cada caso se ampara la actora y prescripción de las acciones de todas ellas, preciso resulta su
análisis, a fin de determinar previamente si al momento de interponerse la demanda de autos las
acciones deducidas por la demandante procedían de acuerdo al estatuto hecho valer en cada caso, y
si éstas se encontraban prescritas al notificarse válidamente a las demandadas y, en su caso, si se
verificaron suspensiones o interrupciones de prescripción en favor de la actora.
I.- En cuanto a la excepción de prescripción incoada por Empresa Constructora Sigro
S.A.:
5° Que, la demandada Constructora Sigro opone a la demanda principal excepción de
prescripción establecida en el art.18 de la Ley general de Urbanismo y Construcción, vigente a la
fecha en que la I. Municipalidad de Ñuñoa otorgó el permiso de construcción del Edificio Plaza
Ñuñoa, exponiendo que el plazo de 5 años establecido por tal norma comenzó a correr el 16 de
Agosto de 2004, fecha en que la I. Municipalidad de Ñuñoa otorgó la recepción final del edificio, en
virtud de lo cual el plazo de prescripción, a su entender, se había cumplido el 16 de agosto de 2009,
siendo claro el texto legal en cuanto a que el plazo de 5 años empieza a correr desde la recepción
definitiva de las obras, y entre tal hecho y la ocurrencia de los supuestos ilícitos a que alude la
demandante, transcurrió en exceso el plazo de prescripción fijado en la ley, por lo que la acción de
autos se encuentra prescrita.
6° Que, la parte demandante solicita el rechazo de la excepción de prescripción en análisis,
sosteniendo que si bien han transcurrido 5 años desde la recepción final del Edificio, es
improcedente la excepción opuesta por su contraria, por haber existido interrupción natural a dicho
término legal, a raíz de reparaciones en las fachadas del Edificio que la misma Constructora efectuó
con posterioridad a la venta del inmueble y antes de que se cumpliera el plazo de prescripción,
actuaciones que refiere, deben ser interpretadas como un reconocimiento tácito de su obligación de
entregar el inmueble sin los defectos ni fallas que se fueron presentando progresivamente en el
tiempo, en las fachadas del Edificio Plaza Ñuñoa, ocurriendo que los daños denunciados en autos,
se produjeron dentro del plazo de 5 años fijado por la ley, esto es, a mediados del año 2009.
7° Que, corresponde aplicar en el caso sublite, la normativa vigente a la fecha de la
recepción definitiva de la obra, sucediendo que en la época, el texto del artículo 18 de la LGUC, en
606
su inciso final, disponía que las acciones para hacer efectivas las responsabilidades civiles,
prescribirán en cinco años contados desde la fecha de la recepción definitiva de la obra por parte de
la Dirección de Obras Municipales, aplicación que forzosamente ha de hacerse conforme la
modificación a la LGUC de 27 de Mayo de 2005, mediante la ley 20.016, que entre otras modificó
el art.18, señala en su artículo transitorio único:
“Artículo transitorio.- Esta ley comenzará a regir noventa días después de su publicación
en el Diario Oficial.
Las modificaciones que introduce esta ley en el decreto con fuerza de ley Nº 458, de 1975,
Ley General de Urbanismo y Construcciones, sólo se aplicarán a los permisos y autorizaciones que
ingresen a tramitación con posterioridad a su entrada en vigencia.".
8° Que, es un hecho de la causa, por no haber sido discutido por las partes, que la recepción
definitiva de la obra Edificio Plaza Ñuñoa, fue otorgado por la el Departamento de Obras de la I.
Municipalidad de Maipú con fecha16 de agosto de 2004, lo que se ve además ratificado mediante el
documento rolante a fs.250, inobjetado en autos, y en el cual las partes expresan que tal fue la fecha
de recepción definitiva de la obra.
5° Que, para que hubiese operado suspensión natural del plazo de prescripción alegada por
la demandante, menester es que se hubiesen realizado por el Constructor o Dueño de la obra
trabajos de reparación derivados de fallas, defectos , vicios y/o desperfectos en la construcción,
dentro del término señalado de 5 años, contados desde la recepción definitiva de la obra. Ahora
bien, en autos no existen antecedes que den cuenta que efectivamente entre la fecha de recepción
definitiva de la obra, esto es, 16 de agosto de 2004 y dentro delos 5 años siguientes, esto es, hasta el
16 de Agosto de 2009, se hubiesen hecho trabajos que tuvieren la virtud de suspender el plazo de
prescripción en análisis. En relación a lo anterior, el único antecedente que da cuenta de trabajos de
reparación por parte del propietario primer vendedor o del constructor en su caso, se refiere al
contrato de Transacción y Finiquito, cuya copia simple inobjetada rola a fs.250 y ss., y que da
cuenta que con fecha 05 de Enero de 2010, Inmobiliaria Meyda S.A. y la Comunidad Edificio Plaza
Ñuñoa, de común acuerdo dejan constancia que la I. Municipalidad de Ñuñoa otorgó la recepción
Municipal del Edificio Plaza Ñuñoa con fecha 16 de Agosto de 2004, y que la Inmobiliaria, con
fecha 18 de Agosto de 2009, esto es, ya habiéndose vencido el plazo de prescripción del texto de la
época del art.18 de la LGUC, correo mediante el cual la Comunidad Edifico Plaza Ñuñoa solicitó
“revisar sopladuras que se presentó en la pared Oriente del edificio, piso 9”, y que:
“Luego de la correspondiente visita técnica, en la que se corroboró lo informado, se
informó a Don Patricio González respecto de 2 aspectos fundamentales:
1.- El plazo para recibir reclamos de postventa se encontraba vencido al momento de
recibir la solicitud de la comunidad, sin embargo, manifestamos el ánimo de colaborar técnica y
económicamente con la comunidad.
2.- Se preguntó por la o las mantenciones de fachada ejecutadas por la comunidad, debido
a que luego de 5 años desde la entrega del edificio a la comunidad debió existir a lo menos un
trabajo de impermeabilización de fachadas. La respuesta de la comunidad fue que nunca han
hecho mantención a la fachada consistente en impermeabilización en los enchapes.”.
Se desprende fehacientemente de las declaraciones verificadas por la Comunidad en el
contrato de Transacción y Finiquito, que dentro de los 5 años siguientes a la recepción definitiva del
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edificio, no existió por parte de la Inmobiliaria o de la Constructora (ni de terceros), ningún trabajo
de reparación que produjese la interrupción natural del plazo de prescripción hecho valer por
Constructora Sigro.
9° Que, consta a fs.40 de autos, estampados del Receptor Judicial Luis A. Rodríguez Pino,
quien deja constancia que en la misma fecha 06 de Agosto de 2012, procedió a notificar a ambas
demandadas, verificándose con ello que, a la fecha de notificación válida de la acción de autos, el
plazo dispuesto en el inciso final del art.18 de la LGUC, en su redacción de la época en que se
produjo la recepción final del Edificio, esto es, el 16 de Agosto de 2004, había transcurrido en
exceso el término de prescripción de 5 años de la acción para reclamar de fallas o defectos
inherentes a la obra y por ende derivadas de la construcción, ya sea deficiencias o vicios, por lo que
al momento de la notificación de la demanda de autos, el derecho de la actora para accionar había
fenecido, por el sólo transcurso del tiempo establecido en la ley, resultando por ello forzoso acoger
la excepción de prescripción opuesta por Constructora Sigro S.A. en contra de la demanda principal
de lo principal del libelo de fs.6 y ss., como se expondrá en la resolutiva de esta sentencia.
II.- En cuanto a la excepción de prescripción de la acción deducida en lo principal del
libelo pretensor de autos, opuesta por Inmobiliaria Meyda S.A.:
10° Que, atendido a que Inmobiliaria Meyda S.A. opuesto excepción de prescripción en
idénticos términos, tanto en sus fundamentos de hecho y derecho, respecto de la acción deducida a
través de la demanda principal de autos, y a que la demandante, en su escrito de réplica,
reconociendo tal identidad de alegaciones, al referirse a esta excepción, se estuvo a sus alegaciones
ya verificadas en la causa respecto de la excepción de prescripción opuesta por Constructora Sigro.
Así las cosas, existiendo identidad de fundamentos de hecho y derechos entre la excepción
de prescripción de Constructora Sigro e Inmobiliaria Meyda S.A., en virtud de los mismos
fundamentos otorgados en los numerales precedentes, necesariamente ha de acogerse también la
excepción de prescripción de Inmobiliaria Meyda,. Respecto de la acción indemnizatoria deducida
en la demanda de lo principal de fs.6, como se expondrá en la resolutiva de esta sentencia.
III.- En cuanto a la excepción de improcedencia de la demanda bajo el estatuto de
responsabilidad extracontractual del Código Civil, opuesta por Inmobiliaria Meyda S.A.,
respecto de la demanda subsidiaria interpuesta en el primer otrosí del escrito de fs.6 y ss.:
11° Que, la demandada Constructora Sigro sostiene que resulta improcedente demandar en
autos defectos o vicios de construcción, conforme el estatuto de responsabilidad extracontractual
contenida en el Código Civil, desde que la LGUC define y establece las diversas responsabilidades
que existen para los distintos agentes que participan en la construcción de una obra, y el estatuto de
responsabilidad extracontractual solo tiene una pequeña referencia en el art.2324 en relación al
art.2003, ambas normas del Código Civil, disposición que se encuentra incorporada en la LGUC,
correspondiendo entonces aplicar la norma de carácter especial por sobre la de carácter general, de
conformidad a lo dispuesto en los arts.4 y 13 del Código Civil, y ello en relación al art.7° de la
LGUC, que estatuye:
“Las disposiciones de la presente ley prevalecerán sobre cualquiera otra que verse sobre
las mismas materias, sin perjuicio de las disposiciones que contenga el decreto Ley de
restructuración del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En consecuencia, se entenderán derogada
las disposiciones de otras leyes que fueran contrarias a la presente ley.”.
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12° Que, la demandante solicita el rechazo de la excepción, fundado en que los regímenes
aplicables por daños y defectos en la construcción, son:
1.- El derecho común para la reclamación de indemnización de perjuicios derivados de un delito o
cuasidelito civil, cuyos factores de imputación son el dolo o la culpa;
2.- Superpuestos a los anteriores, el que establece el Código Civil en sus artículos 2003, 2004 y
2324;
3.- Y, el de la Ley general de Urbanismo y Construcción, compuesto por sus art.s18 y 19.
Sostiene que los dos últimos estatutos citados son compatibles, de modo que el perjudicado
puede elegir entre uno y otro.
13° Que, conforme la normativa vigente, necesario resulta establecer que, en el caso sublite,
los afectados (componentes de la Comunidad Edificio Plaza Ñuñoa), corresponde a personas que
compraron las unidades y espacios comunes del Edificio Plaza Ñuñoa, siendo la Inmobiliaria
Meyda S.A. la dueña de la obra y por ende propietario primer vendedor, quien a su vez encargó la
construcción de la obra mediante contrato de suma alzada, a Constructora Sigro S.A., y conforme a
ello, todo aquel que resulte perjudicado por fallas o defectos en la construcción, esté o no vinculado
contractualmente con el causante del perjuicio, puede intentar acción indemnizatoria conforme al
artículo 18 de la LGUC, demandando al “propietario primer vendedor”, o al constructor, lo que no
obsta a que el afectado pueda demandar además, directamente, a un subcontratista, proveedor,
fabricante y en general cualquier otro responsable de los perjuicios, con el cual no hubiere
contratado, en juicio ordinario y conforme a los artículos 2314 y siguientes, es decir, cargando con
la necesidad de probar culpa o dolo en el demandado, y teniendo presente que el contexto de esta
norma no permitiría aplicar en el caso sublite, el efecto expansivo del contrato para concluir
invocando responsabilidad contractual por un tercero ajeno al contrato. Lo anterior tampoco es
óbice a que el propietario primer vendedor sea, a su vez, el afectado, y accione directamente como
sujeto activo contra el constructor o el proyectista.
Ahora bien, si el afectado contrató a suma alzada con un arquitecto o constructor, podrá éste
demandar indemnización de perjuicios si la edificación perece o amenaza ruina en todo o en parte,
en los cinco años subsiguientes a su entrega, por vicio de la construcción o vicio del suelo que el
empresario o las personas empleadas por él hayan debido conocer en razón de su oficio o por vicios
de los materiales (estatuto de responsabilidad contenida en el artículo 2003 Nº3 Código Civil), y si
el afectado había contratado con quien culpable o dolosamente incumplió total, literal u
oportunamente sus obligaciones, causando con ello perjuicio, podrá siempre demandar
indemnización por responsabilidad contractual, y podrá hacerlo, inclusive en el caso en que hubiere
contratado a suma alzada con el arquitecto o constructor y se dieren las circunstancias señaladas en
el artículo 2003 Nº 3 Código Civil, caso en el cual no habría sino una opción de responsabilidades,
en virtud de la cual el afectado renuncia a una regla de responsabilidad objetiva, y el demandado
podrá liberarse de responsabilidad probando la debida diligencia o cuidado, que en este caso sería la
de un buen padre de familia, debiendo tenerse presente que, en el caso sublite, la actora no participó
en la contratación de la Constructora Sigro en el encargo de la Obra ni fue dueña de ésta, y para en
el evento que el afectado sea quien ha comprado (cuyo es el caso), puede además demandar la
resolución de la venta o una rebaja proporcional del precio conforme a las reglas generales de los
artículos 1857 y siguientes del Código Civil.
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Menester es tener presente que, como regla general, en todos aquellos casos en que quien no
fue directamente responsable del daño, se vea obligado a indemnizar, tendrá acción de repetición
contra el responsable, esto es, el propietario primer vendedor tiene acción de repetición contra quien
sea responsable de las fallas o defectos de construcción que motivaron los daños o perjuicios, sea el
constructor, proyectista, proveedor, fabricante o subcontratista, conforme al art. 18 inc. 1º de la
LGUC; el constructor tiene acción de repetición contra el proveedor o fabricante por el uso de
materiales o insumos defectuosos; y contra el subcontratista por fallas, errores o defectos en las
obras ejecutadas por el subcontratista, conforme al art. 18 inc. 3º de la LGUC, y en general toda
persona obligada a indemnizar tiene acción de repetición contra las personas que de ella dependen y
que causaron el daño, si el que perpetró el daño lo hizo sin orden de la persona a quien debía
obediencia y era capaz de delito o cuasidelito, en este caso según lo prevenido en el artículo 2325
Código Civil.
En el caso sublite, siendo los afectados compradores, debían, por especialidad, demandar al
propietario primer vendedor, por los defectos o vicios de construcción, conforme al estatuto de
responsabilidad de los arts.18 y 19 de la LGUC, y no teniendo relación de contractualidad,
demandar a Constructora Sigro S.A., conforme al estatuto de la responsabilidad extracontractual
establecida en el arts.2314 y ss. del Código Civil, no así conforme las reglas del aert.2003 del
Código Civil, pues en este caso, la legitimación activa de dicha acción la tiene el empresario dueño
de la obra que contrató a un Constructor mediante contrato de obra a suma alzada, y siempre que el
Constructor concurría o se obligara con los materiales.
14° Que, conforme a lo colegido, forzosamente ha de acogerse la excepción en estudio, por
resultar improcedente la acción de responsabilidad en contra de Inmobiliaria Meyda S.A., de
acuerdo el estatuto dispuesto en el art.2003 del Código Civil, por adolecer la Comunidad Edificio
Plaza Ñuñoa de legitimación activa, al no ser quien contrató al Constructor para la realización de
una obra a suma alzada, siendo ella una acción que –como se expuso- le asiste justamente a la
demandada Inmobiliaria Meyda S.A. en contra de Constructora Sigro S.A., de proceder los demás
elementos generadores de responsabilidad.
IV.- En cuanto a la excepción opuesta por Constructora Sigro S.A., de improcedencia
de la demanda bajo el estatuto de responsabilidad extracontractual del Código Civil, deducida
en forma subsidiaria en el segundo otrosí del libelo de fs.6 y ss.:
15° Que, Constructora Sigro S.A. expresa que no es procedente aplicar en materias de
construcción, el régimen común de responsabilidad extracontractual, siendo el único estatuto
aplicable el contenido en la LGUC, y las partes no pueden elegir o preferir un estatuto jurídico por
sobre otro, siendo el de la LGUC especial, por lo que conforme a los arts.4 y 13 del Código Civil,
prima sobre la norma general, y ello en relación a lo dispuesto en el art.7° de la LGUC, que fija la
supremacía de este estatuto por sobre otros que traten la materia.
16° Que, conforme ya fuera expuesto en los motivos precedentes, el artículo 18 de la LGUC
establece expresamente que la responsabilidad que en dicha norma se establece para el constructor
es sin perjuicio de la dispuesta en el artículo 2003 Nº 3 del Código Civil, la que no es procedente en
el caso subliote, por no tener la comunidad demandante legitimación activa respecto de esta acción.
No obstante, la actora deduce esta acción subsidiaria indemnizatoria, conforme las normas de la
responsabilidad extracontractual conforme al art.2314 y ss. del Código Civil. Al respecto, en
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términos generales, puede considerarse como sujeto activo a todo aquel que resulte perjudicado por
fallas o defectos en la construcción, esté o no vinculado contractualmente con el causante del
perjuicio, por lo cual puede intentar la acción indemnizatoria conforme al artículo 18 del la LGUC,
demandando al “propietario primer vendedor”, al proyectista o al constructor, y además, el afectado
pueda demandar, directamente, a un subcontratista, proveedor, fabricante y en general cualquier
otro responsable de los perjuicios, con el cual no hubiere contratado, de conformidad con las
normas de responsabilidad extracontractual establecida en los arts.2314 y ss. del Código Civil,
cargando con la necesidad de probar culpa o dolo en el demandado.
17° Que, conforme a lo colegido precedentemente, resultando procedente accionar en
contra de la Constructora de la Obra por el directamente perjudicado y que no contrató con aquella
para la Construcción de la Obra, procede rechazar la excepción en análisis, como se expondrá en la
resolutiva de este fallo.
V.- En cuanto a la excepción de prescripción opuesta por Constructora Sigro S.A.,
respecto de la demanda subsidiaria deducida en su contra en el segundo otrosí del escrito de
fs.6 y ss:
18° Que, la demandada Constructora Sirgo S.A., opone excepción de prescripción de la
demanda subsidiaria deducida en su contra en el segundo otrosí del libelo pretensor de fs.6 y ss.,
fundado en el art.2332 del Código Civil, norma que estatuye en el Título XXXV del Libro IV del
Código Civil, “DE LOS DELITOS Y CUASIDELITOS”, una prescripción de 4 años a las acciones
por daño o dolo, y que refiere que en este caso se cuenta desde el otorgamiento del certificado de
recepción final, hecho ocurrido el 16 de Agosto de 2004.
19° Que, la parte demandante señala en su escrito de réplica, que en cuanto a esta
excepción, Se está a las alegaciones que realiza respecto de igual excepción opuesta por
Inmobiliaria Meyda S.A., a través de las cuales a fs.113 y ss., sostiene que en la excepción no se
señalaría cual de la dos acciones estaría prescrita, y en el caso de referirse a la acción sustentada en
el régimen común de cuasidelito civil, aduce que la jurisprudencia es uniforme en cuanto a que el
plazo de 4 años comienza a correr desde que se manifiesta el daño, y consecuentemente, en tal caso
la acción no se encuentra prescrita.
20° Que, menester es determinar para el caso sublite, el momento del inicio del término de
prescripción en estudio. Al efecto, el art. 2332 del Código Civil establece que dicho plazo se ha de
contar desde la perpetración del acto, debiendo entenderse que, constatado por una persona un daño
por defectos de construcción, necesariamente ha de analizar si al momento de dicha manifestación
se encuentra aún en la posibilidad de demandar indemnizaciones correlativas, conforme a las
normas de responsabilidad extracontractual del régimen común, verificando si en ese momento aún
se encuentra dentro de los 4 años siguientes a la perpetración del acto que produjo los daños que
desea reclamar. En el caso de tratarse de una construcción, la perpetración, consumación,
realización y/o comisión del daño, se produce en cualquiera de los momentos en que se lleva a cabo
la construcción, por lo que para obtener una fecha cierta, necesariamente el término en este caso, ha
de contarse desde que se entiende totalmente terminada la obra y se produce su entrega, en este
caso, al momento en que el departamento de Obras de la I. Municipalidad que corresponda, otorgue
el certificado de recepción definitiva de la obra, estando las partes contestes y siendo un hecho de la
causa que ello se verificó con fecha 16 de Agosto de 2004, por lo que al momento de notificarse
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válidamente la demanda, esto es, el 06 de Agosto de 2012, no habiéndose hecho valer hechos que
configuraran una suspensión o interrupción del plazo en análisis, la acción de la demandante contra
terceros con los cuales no contrató, y deducida en base a las normas de la responsabilidad
extracontractual o aquiliana, se encontraba latamente vencido, y con ello, prescrita tal acción,
habiendo fenecido por el sólo transcurso del tiempo dispuesto en la ley, por lo que necesariamente
ha de acogerse la excepción en análisis, como se expondrá en la resolutiva del fallo.
VI.- En cuanto al fondo y demás alegaciones y defensas:
21° Que, atendido a que conforme lo colegido en esta considerativa en forma precedente,
las acciones deducidas en lo principal en contra de las dos demandadas de autos; en el primer otrosí,
respecto de Inmobiliaria Meyda S.A.; y, en el segundo otrosí del libelo de fs.6 y ss., en contra de
Constructora Sigro S.A., se encuentran toda ellas prescritas conforme las normas de cada estatuto de
responsabilidad hechos valer, necesariamente ha de negarse lugar a tales demandas, por
prescripción de sus respectivas acciones, considerando además la improcedencia del estatuto en
virtud del cual se demandó subsidiariamente en el primer otrosí del libelo pretensor, a Inmobiliaria
Meyda S.A., prescripción que imposibilita el análisis de los requisitos de procedencia de las
indemnizaciones tales como la existencia del daño, la relación de causalidad con un hecho u
abstención de parte del(los) demandado(s) verificado con culpa, negligencia o dolo, y acreditación
del monto de los perjuicios cuya reparación se persigue.
22° Que, no existen en autos medios de prueba legales rendidos en la causa, que desvirtúen
lo razonado en esta considerativa y aquellos hechos valer por las partes, atendida la prescripción de
las acciones, hace improcedente su análisis.
Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 44, 144, 160, 170, 254, 341, 342 y ss., del
Código de Procedimiento Civil; artículos 1547, 1556 y ss., 1698, 2003, 2004, 2314 y ss. y 2332,
2314 y 2515 del Código Civil; arts.7, 18, 19 y 21 de la Ley General de Urbanismo y Construcción versión anterior a modificación del año 2005- (cuyo texto refundido se encuentra en el D.S. Nº 458,
D.O. de 13.04.76); y Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre la forma de las sentencias,
SE DECLARA:
I.- Que, se acogen las excepciones de prescripción opuestas por las demandadas
sociedad Inmobiliaria Meyda S.A. y Constructora Sigro S.A., en contra de la demanda
incoada en lo principal del libelo pretensor de fs.6 y ss., conforme los fundamentos
esgrimidos en las consideraciones quinta a novena de esta sentencia;
II.- Que, ha lugar a la excepción de improcedencia de la demanda bajo el estatuto de
responsabilidad extracontractual del Código Civil, opuesta por Inmobiliaria Meyda S.A.,
respecto de la demanda subsidiaria interpuesta en el primer otrosí del escrito de fs.6 y ss.,
conforme lo colegido en los motivos undécimo a décimo cuarto de la considerativa de este
fallo;
III.- Que, se niega lugar a la excepción opuesta por Constructora Sigro S.A., de
improcedencia de la demanda bajo el estatuto de responsabilidad extracontractual del
código civil, deducida en forma subsidiaria en el segundo otrosí del libelo de fs.6 y ss., en
612
virtud de los razonamientos que constan en los numerales décimo quinto a décimo octavo a
vigésimo de la considerativa de esta sentencia
IV.- Que, ha lugar a la excepción de prescripción opuesta por Inmobiliaria Meyda
S.A. S.A., respecto de la demanda subsidiaria deducida en su contra en el primer otrosí del
escrito de fs.6 y ss., conforme los fundamentos expuestos en el considerando décimo de
esta sentencia;
V.- Que, conforme las declaraciones de los acápites precedentes, y los fundamentos
de la considerativa de esta sentencia, se niega lugar a la demanda principal, respecto de
Inmobiliaria Meyda S.A. y Constructora Sigro S.A., por encontrase prescritas sus acciones;
VI.- Que, se niega lugar a la demanda subsidiaria deducida en contra de
Inmobiliaria Meyda S.A., el primer otrosí del escrito de fs.6 y ss., por falta de legitimación
pasiva de esta, conforme al estatuto de responsabilidad de los Constructores del art.2003
del Código Civil y por encontrarse prescrita su acción;
VII.- Que, se niega lugar a la demanda subsidiaria deducida el segundo otrosí del
escrito de fs.6 y ss.. en contra de Constructora Sigro S.A., por encontrarse prescrita su
acción;
VIII.- Que, habiendo tenido motivo plausible para litigar, no se condena en costas a
la demandante.REGISTRESE, ARCHIVESE Y NOTIFIQUESE.-
DICTADA POR ISOLDA ROSAS VILLARROEL, JUEZ TITULAR.
AUTORIZA, CECILIA PASTÉN PÉREZ, SECRETARIA TITULAR.-
Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162 del
C.P.C. en Santiago, nueve de Abril de dos mil catorce
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