El francés en Quebec : 400 años de historia y de vida : Describir

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El francés en Quebec : 400 años de historia y de vida
Tercera parte - El francés: un estatus comprometido (1850-1960)
Capitulo 8 – Estado e ilustracion de la lengua
29. Describir diferencias, revalorizar un habla
Louis MERCIER
A mediados del siglo XIX, la descripción del francés canadiense apenas se iniciaba y se
efectuaba desde una perspectiva estrictamente purista, ilustrada por el Manuel des difficultés
[…] de Maguire (1841). Gracias a los esfuerzos individuales y colectivos que se realizarán
durante la segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, la primera mitad del siglo XX, el
conocimiento del francés canadiense va a tener un desarrollo considerable, al menos en lo
que respecta a su especificidad léxica. Esos esfuerzos conducirán particularmente a la
publicación, en 1930, del Glossaire du parler français au Canada (Glosario del Habla
Francesa de Canadá) y, en 1957, del Dictionnaire général de la langue française au Canada
(Diccionario General de la Lengua Francesa en Canadá), de Louis-Alexandre Bélisle.
Ante los excesos del movimiento purista y el avance del prejuicio del French Canadian
patois, algunos letrados sentirán la necesidad de trabajar por la revalorización del francés
canadiense. Las investigaciones históricas realizadas por Dunn, Clapin y la Société du parler
français au Canada (Sociedad del Habla Francesa en Canadá) destacarán el carácter
conservador de esa variedad de francés, desmintiendo el discurso de la decadencia.
Reacción al purismo y primeros esfuerzos de valorización
A lo largo del período que nos interesa, se asiste a la publicación de una multitud de
repertorios cada vez más voluminosos (diccionarios, glosarios, léxicos, etc.) que en general
son obra de puristas. Su objetivo declarado es la lucha contra los anglicismos y las
"locuciones viciosas", pero, en un mismo impulso, estigmatizan todos los particularismos
identificados, de tal manera que provocan el alineamiento incondicional del uso canadiense
con el francés de Francia (tal como se lo describe en las obras de referencia francesas),
percibido como "el" francés. Si sus trabajos apoyaron relativamente bien el movimiento de
corrección lingüística, sus condenas poco matizadas contribuyeron en gran medida a
diseminar en la población una visión negativa del habla canadiense y a aumentar la
inseguridad del grupo francófono norteamericano frente a una norma decididamente europea.
Los excesos y las limitaciones del movimiento purista llevaron entonces a algunos letrados,
entre ellos Dunn y Clapin, a buscar, por encima de las diferencias con el francés de Francia,
el origen de los particularismos canadienses; eran conscientes del hecho de que la influencia
del inglés o la actitud permisiva no lograban explicarlo todo.
Oscar Dunn es el primer lexicógrafo que aporta nuevos elementos de respuesta. Escribe,
en el prefacio de su Glossaire franco-canadien et vocabulaire de locutions vicieuses usitées
au Canada (1880): "Empleamos un buen número de palabras que, rechazadas por la
Academia, nos llegaron, sin embargo, de Francia [...]. Todas esas expresiones prueban
nuestro origen; son certificados de nacionalidad12".
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Capitulo 8 – Estado e ilustracion de la lengua
Es cierto que su obra contiene condenas, pero un buen número de empleos identificados
como arcaísmos, empleos de origen dialectal e innovaciones canadienses, se describen en
términos neutros, a veces incluso elogiosos (véase el ejemplo 1 aquí abajo). En algunos casos
(ejemplos 2 y 3), el autor llega a recomendar a sus lectores el uso canadiense, incluso hasta
desear la inscripción de ese empleo en los diccionarios franceses. Reconoce a sus
compatriotas el derecho de crear las palabras francesas que necesitan para nombrar las
realidades propiamente canadienses (como las referidas al invierno, la industria del jarabe de
arce, etc.). Contribuye así a luchar contra el prejuicio del French Canadian patois13 y a
proponer la visión emancipadora de una norma que ya no es únicamente europea.
(1) POUDRERIE. Nieve levantada en poudre (en polvo) por el viento: polvo de nieve. La
palabra es francocanadiense puro, es la obra de nuestra lengua.
(2) BEIGNES (BUÑUELOS). El diccionario sólo incluye Beignet; pero haríamos mal en
renunciar a los Beignes o a los Croquignoles, de nuestra invención.
(3) SUCRERIE. […] Esta palabra y todos los otros términos técnicos de la industria del azúcar
de arce […] no están en los diccionarios […]. ¿Cómo Francia podía transmitirnos la lengua
de una industria que no existe allí, de la que no tiene la menor idea? ¿Acaso no debemos
nosotros aportarle esa lengua, y así enriquecer su diccionario?
En el prefacio de su Dictionnaire canadien-français (1894), donde sigue claramente a
Dunn, Sylva Clapin ataca a quienes querrían deshacerse de lo que llaman la jerga canadiense
[…] "no sólo los canadianismos propiamente dichos [es decir palabras creadas en Canadá],
sino también todas las viejas palabras llegadas de Francia y que sólo tienen el defecto de ya
no estar de moda":
En una palabra, el sueño de esos innovadores sería hacer del lenguaje de los franceses de
América un calco lo más exacto posible de la lengua de la buena sociedad moderna de
Francia, sobre todo la de la buena sociedad de París. […] en el ardor del combate, esos
puristas superaron el objetivo y fueron demasiado lejos. En efecto, si bien es innegable que
nos beneficiaríamos al despojar a nuestra lengua corriente de una multitud de expresiones
inapropiadas y viciosas, en gran parte provenientes del inglés, no es menos evidente, por otro
lado, que perderíamos si dejáramos caer en el olvido un gran número de palabras, que, es
cierto, no se encuentran en el Diccionario de la Academia, pero que no por ello dejan de ser
esencialmente correctas desde el punto de vista del espíritu de la lengua y de la gramática14.
Contrariamente a Dunn, Clapin evita los comentarios despreciativos o favorables,
dando así el primer ejemplo de una descripción lexicográfica objetiva. Se conforma con
entregar a sus lectores la información capaz de esclarecer sus propias elecciones.
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El proyecto colectivo de la Société du parler français au Canada (Sociedad del Habla
Francesa en Canadá)
Unos treinta años más tarde, la Société du parler français au Canada (SPFC-Sociedad del
Habla Francesa en Canadá) muestra una posición similar en el prefacio de su Glosario: "No
pretendemos hacer un juicio sobre cada una de las palabras que figuran en el Glosario;
dejamos esa tarea al lector, después de haberle proporcionado los elementos que permitirán
que su buen gusto se pronuncie15."
Gracias al dinamismo de sus fundadores y a la calidad de los estudios publicados en
su Boletín mensual, esa sociedad erudita (creada en 1902) no tardó en asentar su credibilidad
y en hacerse conocer entre la élite canadiense francesa. Particularmente activa durante las
tres primeras décadas del siglo XX, ejercería una influencia considerable en el desarrollo de
los estudios relativos al francés canadiense y a la difusión de sus resultados. En 1912, 1937 y
1952, organiza tres importantes congresos de la lengua francesa que reúnen a representantes
de todas las grandes regiones de Quebec, pero también de las regiones francófonas de
Canadá y de Estados Unidos. De 1902 a 1930, lleva a cabo un vasto proyecto colectivo de
descripción de los particularismos del francés canadiense, que conduce a la publicación del
Glossaire du parler français au Canada (Glosario del Habla Francesa de Canadá).
Su diccionario, que recopila cuatro veces más de empleos que el de Clapin, constituye sin
duda el mejor testimonio de los particularismos de la lengua oral de comienzos del siglo XX.
A instancias de Dunn y de Clapin, la SPFC se dice convencida de que su trabajo de
descripción y sus investigaciones históricas servirán a la causa de la revalorización del
francés canadiense:
[…] Se adquirirá una idea más correcta del carácter esencial de nuestra habla popular. Es la
lengua de Île-de-France, tal como ya se había expandido en las provincias del centro, del
norte y del oeste [de Francia], en las grandes emigraciones a América; nuestros padres,
oriundos de esas regiones, nos la legaron, y nosotros la hemos conservado, con ciertas
particularidades provinciales, que, legítimas o irregulares, no dejan de dar prueba de que los
arcaísmos son la supervivencia entre nosotros del espíritu del idioma16.
Los autores del Glosario –ese repertorio que contribuiría en tan amplia medida a fijar la
imagen "tradicional" del habla popular y rural de Quebec – eran conscientes de que estaban
ofreciendo sólo una imagen parcial del "francés regional" usado en Canadá:
En este Glosario estudiamos la lengua hablada, y hablada por el pueblo; sólo identificamos lo
que no ha sido o ya no es admitido en la lengua académica17.
Primer intento de descripción global
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Tercera parte - El francés: un estatus comprometido (1850-1960)
Capitulo 8 – Estado e ilustracion de la lengua
Tras haber realizado ese diccionario diferencial que se estimaba relativamente exhaustivo
en esa época, la SPFC podía prever pasar a la siguiente etapa, la de la elaboración de un
diccionario global, pero las difíciles condiciones de las dos décadas siguientes le impidieron
emprender ese proyecto. La idea será retomada por L.-A. Bélisle que publicará su
Dictionnaire général de la langue française au Canada (Diccionario General de la Lengua
Francesa en Canadá) en 1957. Se trata del primer intento de descripción global del francés
que tiene en cuenta los particularismos lingüísticos y el contexto canadiense, a fin de
responder más precisamente a las necesidades lingüísticas de Quebec. A pesar de sus límites
metodológicos, este diccionario –que será ampliamente difundido y no tendrá competencia
durante unos treinta años –, tendrá una función capital en el desarrollo de la conciencia
lingüística, aunque más no sea recordando a los quebequenses los límites de la representación
del francés tal como la que trasmitían los diccionarios de Francia.
Si, a mediados del siglo XIX, los canadienses franceses sólo podían tener un conocimiento
muy limitado de sus particularismos lingüísticos, la situación es muy diferente a comienzos
de la Revolución Tranquila. La herencia de Dunn, Clapin y la Société du parler français au
Canada (Sociedad del Habla Francesa en Canadá) no se resume a los diccionarios que
dejaron tras ellos. Su preocupación relativa a los orígenes de los canadianismos sirvió a la
causa de la revalorización del francés canadiense; olvidado por un tiempo, ese interés
recobrará importancia en los años 1970, particularmente con el proyecto del Trésor de la
langue française au Québec (Tesoro de la Lengua Francesa en Quebec). Gracias a su
enfoque normativo más matizado que el enfoque purista, y más atentos al contexto
canadiense, dejaron entrever a la élite canadiense francesa un camino diferente al que
conducía al alineamiento del francés de Canadá con el francés de Francia.
Figura particularmente importante de la primera mitad del siglo XX, la SPFC contribuyó
además a demostrar el interés del francés canadiense como campo de observación y objeto de
investigación.
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