Mijaíl Lomonósov

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MIJAÍL VASÍLIEVICH LOMONOSOV
(МИХАИЛ ВАСИЛЬЕВИЧ ЛОМОНОСОВ-MIJAÍL VASILEVIČ
LOMONOSOV)
08(19).11.1711—04(15).04.1765
Por Roberto Monforte Dupret
VIDA Y OBRA
Filólogo, tratadista y poeta. Principal figura de las letras y ciencias rusas del s
XIII, genio universal de la cultura rusa y fundador en 1755 de la primera universidad
rusa que hoy lleva su nombre.
Nació en 1711 en Denisovka, una ciudad de la provincia de Arjangelsk, a orillas
del Mar Blanco, en el seno de una familia humilde de pescadores y campesinos. Hasta
los diecinueve años, Lomonósov no salió de su
pueblo y los pocos y básicos conocimientos que
adquirió fue gracias a su madre, hija del diácono
del pueblo. En invierno de 1730, Lomonósov
abandonó su pueblo natal y, uniéndose a una
caravana de mercaderes de pescado, se dirigió a
Moscú a pie con el fin de saciar su sed de
conocimiento.
Los primeros tiempos en Moscú fueron
terribles para Lomonósov, pues tuvo que ganarse
la vida allí donde le dieran trabajo. Debido a sus
escasos conocimientos se vio obligado a
inscribirse en una escuela de educación básica,
pero gracias a su capacidad de trabajo, afán de
superación y talento natural consiguió terminar
de forma brillante su formación primaria. Sus
profesores, asombrados por la capacidad de
Lomonósov, intercedieron por él para que
consiguiera ingresar en la Academia Moscovita de Estudios Clásicos. Para poder
ingresar en tan prestigiosa institución académica, Lomonósov se vio obligado a ocultar
su origen humilde y hacerse pasar por noble, pues de lo contrario no hubiera sido
admitido.
En cinco años consiguió cursar los estudios programados para ocho, y tras
superar las pruebas de griego, latín, antiguo eslavo, historia, filosofía y otras materias,
en 1736 obtuvo un premio extraordinario y el derecho, junto con otros dos estudiantes, a
disfrutar de una beca de la academia de S. Petersburgo para realizar estudios de minería
en la universidad de Marburgo. En aquella ciudad contrajo matrimonio con una
alemana, hija de un sastre, y estudió bajo la dirección de Christian Wolff. También tuvo
la oportunidad de conocer la obra del maestro por excelencia del clasicismo alemán,
Gottsched y ampliar sus estudios en la universidad de Freiburg, donde estudió química,
física, mecánica, minería y el arte de fundición.
Entre los años 1740-41 viajó por Alemania y Holanda, y ya comienza a meditar
sobre su reforma del verso ruso. Lomonósov estudió a fondo el tratado de Trediakovski
sobre la versificación y coincidía con el autor en el rechazo del principio silábico y la
introducción del verso tónico, pero puso en tela de juicio las tesis de Trediakovski según
las cuales sólo sería aceptable la rima femenina. Lomonosov consideraba que resultaba
mucho más natural alternar la rima masculina con la femenina y también abogó por
introducir en la poesía rusa el yambo, así como los pies trimembres. Escribió como
ejemplo donde aplicaba sus reformas métricas la obra Oda a la toma de Jotin,
compuesto por doscientos ochenta versos yámbicos donde alternaba rima masculina con
rima femenina. Expuso sus ideas teóricas en dos trabajos. El primero de ellos es Carta
sobre las normas de la versificación rusa, que junto con el poema Oda a la toma de
Jotin lo presentó a la academia para su publicación. Sin embargo, la mofa que en su
tratado realiza de Trediakovski llevó a dicha institución científica a desestimar la
publicación tanto de la oda como del tratado, no obstante, la oda circuló en manuscritos
y significó el triunfo de los cambios poéticos de Lomonósov. Tuvo más suerte con la
publicación de su segundo tratado sobre la métrica: Nuevo y breve método de
versificación rusa, donde desarrolla un sistema de versificación silábico sobre cuya base
se desarrollaría toda la poesía rusa del s. XIX, lo que dió veracidad a sus afirmaciones y
teorías.
En 1741 regresa a Rusia y es nombrado adjunto a la cátedra de física de la
Academia de Ciencias y en 1745, junto con Trediakovski, catedrático y miembro de la
Academia, quizás como contrapeso al monopolio de académicos alemanes que
dominaban el mundo de la ciencia y de la academia. Su carácter violento, su soberbia y
su excesiva afición a la bebida le ocasionaron graves problemas tanto con sus
compañeros alemanes como con sus compatriotas, sobre todo con Sumarókov o
Trediakovski, hasta el punto de permanecer bajo arresto casi un año, en 1743, y estar a
punto de ser expulsado de la Academia.
Fue protegido de la emperatriz Isabel y de su favorito Iván Shuvalov, quienes le
concedieron grandes posesiones y siervos. Sin embargo, con la subida al trono de
Catalina II se terminó su trato de favor. La nueva emperatriz consideró a Lomonósov un
protegido de Shuvalov y le quitó la dirección de la Academia de Ciencias, con la que se
había conseguido hacer tiempo atras.
En 1755, por iniciativa del autor y con el apoyo de la emperatriz se fundó la
primera universidad rusa que en la actualidad lleva su nombre.
Además de los tratados sobre la versificación, Lomonósov es autor de varias
odas, dedicadas a relevantes personajes y acontecimientos de la época, especialmente al
zar Pedro I y a su hija, la emperatriz Isabel. Entre sus odas, escribió una veintena, más
conocidas se encuentran: Epístola a Shuvalov, Loa a Isabel, Loa a Pedro, Meditación
vespertina sobre la grandeza de Dios, o la citada Oda a la toma de Jotin, donde alaba
en un estilo elevado el absolutismo ilustrado y la idea del monarca como sabio
legislador.
Otros de los temas preferidos de su lírica fueron la ciencia, el poder del
conocimiento, y el brillante futuro que la ciencia tenía que abrir a Rusia. Uno de los
mejores ejemplos de este tema es la Epístola sobre la utilidad del vidrio, donde elogia
la fama de Rusia y subraya la importancia de las ciencias para el futuro del país. Otras
obras líricas importantes de Lomonósov son el poema inconcluso Pedro el Grande;
Meditación vespertina acerca de la grandeza de Dios con motivo de la aurora boreal,
donde describe bellamente la grandeza de la naturaleza y de su creador; así como el
ciclo de poesías reunidas bajo el título de Charla con Anacreonte, donde proclama que
la poesía no debe cantar a la ternura de los corazones, sino a la gloria eterna de los
héroes.
Situado en los albores del clasicismo, Lomonósov en sus odas utiliza un estilo
elevado, pomposo y arcaico, así como numerosas palabras del antiguo eslavo y figuras
bíblicas. No utiliza este lenguaje tan recargado en sus poemas líricos o en sus
adaptaciones poéticas de los salmos bíblicos, donde utiliza un lenguaje más sencillo.
Lomonósov también fue autor de dos tragedias: Tamara y Selim y Demofonte. A
su pluma también pertenece la satírica poesía anticlerical Himno a las barbas, donde
atacaba y ridiculizaba el oscurantismo y de la iglesia.
Lomonósov nunca abandonó su faceta de filólogo y reformador de la lengua rusa
y en 1748 publica su Retórica, donde expone las reglas básicas de la lengua rusa,
ilustradas con ejemplos de autores clásicos y contemporáneos, recopilados en una
antología.
Lomonósov tuvo un papel importante en la fijación de las normas del lenguaje
literario ruso, y su libro Gramática rusa 1757, fue el manual que enseñó el idioma ruso
a todos los hombres ilustrados del s. XVIII. Conocido es su elogio a la lengua rusa en el
prólogo de la primera edición, donde dice que el ruso “tiene la grandeza del español, la
vivacidad del francés, la fuerza del alemán, la dulzura del italiano y además, la riqueza y
la concisión imaginativa del griego y del latín”.
En 1757, también salió su tratado Acerca del provecho de los libros eclesiásticos
para la lengua rusa, en el que el autor exponía la teoría clásica de los estilos (Cicerón,
Horacio y Quintiliano) adaptada a la lengua rusa. Lomonósov distinguió tres categorías
de palabras: a la primera pertenecían las palabras del antiguo eslavo en desuso, pero
comprensibles para un hablante culto; a la segunda, los vocablos que aparecen tanto en
ruso moderno como en antiguo eslavo; y a la tercera, los vocablos propiamente rusos,
que no encontramos en antiguo eslavo (quedan excluidos los vulgarismos). De acuerdo
con esta clasificación, Lomonósov distinguió tres estilos. El estilo elevado, reservado
para los poemas heroicos, las odas, los discursos escritos en prosa sobre temas
trascendentes y que se debían escribir con los vocablos de la primera y segunda
categoría. El estilo medio, destinado a las obras de teatro (salvo si estas incluían pathos
heroico y reflexiones sublimes), epístolas en verso, sátiras, églogas y elegías, debía
basarse en gran medida en los vocablos de la tercera categoría, con algunas excepciones
de la primera y segunda categorías. Y por último el estilo bajo, para los epigramas de
carácter ligero, comedias, canciones, epístola en prosa y descripciones cotidianas. Para
este estilo era preceptivo utilizar palabras de la tercera categoría y parcialmente de la
segunda.
Estas ideas no eran completamente nuevas, pero el mérito de Lomonósov reside
en que supo adaptarse al idioma ruso del momento. También fue el autor que sentó las
bases de una terminología científica moderna en ruso.
Murió a los 53 años, el cuatro de abril de 1765 en S. Petersburgo.
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