Se suele decir que la literatura italiana tiene tres coronas: Dante

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EL PETRARQUISMO: AMOR Y POESÍA
EN LA EUROPA DEL RENACIMIENTO.
El amor es el tema más universal de la literatura de todos los tiempos. No ha habido
época que le haya vuelto la espalda y en algunas, como en el Renacimiento, constituye la
arteria principal que alimenta sus mejores creaciones. En esta unidad te proponemos la
lectura de algunos de los más célebres poemas amorosos del Renacimiento europeo. En
ellos encontrarás:
- retratos de algunas de las amadas más hermosas y célebres de la literatura
universal: Beatriz, Laura, Helena...;
- confesiones amorosas llenas de sinceridad y emoción;
- invitaciones a gozar de los placeres del amor.
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SUMARIO
1. Contexto histórico y cultural.
3. Los autores y sus obras.
El Renacimiento.
Francesco Petrarca. Garcilaso de la Vega.
2. Panorama literario.
Pierre de Ronsard. Edmund Spenser.
La lírica culta amorosa anterior a Petrarca.
4. Lecturas.
La innovación del Cancionero petrarquista.
Sonetos.
Evolución del petrarquismo.
CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL
EL RENACIMIENTO.
Se denomina Renacimiento a la gran renovación de las artes y de las letras que, siguiendo los
modelos clásicos (Grecia y Roma), se inicia en Italia en el siglo XIV (Petrarca) y se prolonga y se
extiende al resto de Europa en el XV y fundamentalmente en el XVI. Supone también una
renovación de la vida y la cultura.
El concepto es acuñado por los tratadistas italianos del XV y del XVI. Para ellos, el
Renacimiento supone el intento de hacer renacer la gran cultura clásica después de un período (la
Edad Media) que ellos consideran de “tinieblas”. Hoy, sin embargo, se rechaza esa imagen
primitiva de la Edad Media. Se habla de continuidad entre las dos épocas: en el Renacimiento se
rechazan algunas tendencias medievales, otras se hacen culminar y aparecen nuevas.
Factores históricos.
El Renacimiento está vinculado a una serie de factores históricos:
1. El desarrollo de la burguesía como consecuencia del impulso del comercio y el auge de
las ciudades. El nuevo estrato social se caracterizará por su fuerte individualismo,
voluntad de poder y espíritu de empresa. Gustará de rodearse de pensadores, artistas y
literatos, estimulando bajo su mecenazgo la capacidad creadora.
2. Nacimiento de los Estados modernos (Francia, España e Inglaterra), caracterizados por
poseer el rey un poder absoluto, gracias a un ejército permanente por él pagado y a una
hacienda y una burocracia centralizada. Se desarrolla un fuerte nacionalismo frente al
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carácter disgregador de la política medieval. La lengua más importante política o
culturalmente se acaba imponiendo: el castellano en España, el francés de la Isla de
Francia en el estado vecino, el toscano en Italia...
3. Avances científicos. Es la época de los grandes descubrimientos geográficos (América)
y de importantes inventos como la imprenta o la pólvora.
La cultura renacentista.
El inicio de la Edad Moderna trae consigo una visión nueva del ser humano. El antropocentrismo
definirá la nueva época: frente al teocentrismo medieval, que ponía a Dios en el centro del universo,
el Renacimiento sitúa al hombre en ese lugar central, como una individualidad irrepetible dueña de
su propio destino. Esta mentalidad se refleja en el ideal de vida del Renacimiento:
1. Afán de goce. El hombre renacentista es básicamente sensualista y hedonista.
Contempla el mundo como lugar de disfrute. La naturaleza es fuente de placer y la
mujer, compendio de la belleza de las cosas.
2. Confianza en la razón. La razón, el espíritu crítico, la observación y la
experimentación sustituyen al principio de autoridad en que se apoyaba la ciencia
medieval, para la que no podía cuestionarse las aseveraciones de los grandes pensadores
de la Antigüedad o de la Biblia.
3. El cortesano, modelo social. La figura del guerrero medieval dio paso a la del
cortesano, soldado valiente y versado en letras. La imagen ideal del caballero
renacentista que potenciaba el refinamiento y la sensibilidad artística quedó trazada en
El cortesano, del italiano Baltasar de Castiglione (1478-1529), que retrata al cortesano
ideal como alguien elocuente, animado conversador, dueño de una sólida cultura.
4. Nueva espiritualidad. Se reconoce la autonomía del cuerpo y del alma, de la vida
física y la sobrenatural: el mundo no es sólo un valle de lágrimas: debe ser gozado,
investigado y conquistado racionalmente. La religiosidad tradicional, alejada de las
esenciales verdades cristianas, debido a la corrupción de Roma y a la extensión de las
supersticiones, es atacada por el holandés Erasmo de Rotterdam y el alemán Martín
Lutero, que desencadenaría la Reforma protestante. La misma Iglesia católica tendrá
que iniciar su propia reforma, para lo que convocará el Concilio de Trento.
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5. Neopaganismo. La mitología, con sus viejos dioses, con su secuela de desnudos en la
pintura y en la escultura, y de sensualidad en la literatura, se convierte en fuente de
belleza, sustituyendo al alegorismo medieval.
6. Humanismo. El movimiento cultural más importante dentro del Renacimiento es el
Humanismo, iniciado por Petrarca en el siglo XIV. Los humanistas contemplan al
individuo a la luz de la cultura clásica, como un ser perfecto al que se le dedica la
Creación. Su labor consistía en profundizar en los estudios que favoreciesen el
perfeccionamiento del ser humano. Pensaban que la educación clásica, orientada a
proporcionar un amplio dominio de la lengua y de la cultura de Roma y Grecia, era la
base más adecuada para formar debidamente a la persona como individuo y ciudadano.
PANORAMA LITERARIO
LA LÍRICA AMOROSA CULTA ANTERIOR A PETRARCA.
El famoso Cancionero, de Francesco Petrarca (1307-1374), sirvió de ejemplo poético para la poesía
amorosa europea durante los siglos XVI y XVII. El petrarquismo tuvo su origen en la lírica de dos
tradiciones anteriores: la poesía trovadoresca y la del dolce stil nuovo.
La tradición trovadoresca.
La poesía trovadoresca nació en la región francesa de la Provenza en el siglo XII y de ahí se
extendió rápidamente a toda Europa. La cultivaban los trovadores, profesionales o aficionados de la
poesía entre los que había reyes, nobles, eclesiásticos, militares y gente de baja condición social. Se
caracteriza por hacer uso de una lengua poética artificiosamente refinada y por formular un original
concepto del amor: el amor cortés. Éste consiste en la proyección de los valores y el léxico del
feudalismo sobre el sentimiento amoroso: el poeta es vasallo de la dama (la domina o dueña), a la
que rinde sumisión y respeto, a cambio del favor o alianza en que el amor consiste. Este pacto suele
hallar dificultades, pero exige fidelidad; se rompe por la traición y el delito, como los tratados
feudales. La dama es siempre casada, por lo cual su amador debe ser discreto y preservarse del
“celoso” (el marido) y los cortesanos aduladores que le rodean; por eso, en los poemas
trovadorescos el nombre de la dama aparece encubierto bajo seudónimo (“senhal”). Dado que los
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matrimonios solían ser de conveniencia, resulta que estos amores adulterinos poseían,
paradójicamente, una mayor espiritualidad.
Il dolce stil nuovo.
En el siglo XIII, la lírica culta trovadoresca fue superada en Italia por los representantes del dolce
stil nuovo. La nueva poética da importancia al cultivo refinado de la forma, pero pretende depurarla
de elementos innecesarios.
Desde el punto de vista del contenido, la escuela presenta nuevos motivos:
1. Una concepción del amor, no basado ya en la vieja idea trovadoresca del vasallaje,
propio de la cultura feudal de los poetas provenzales, sino en un concepto más acorde
con la sociedad burguesa de las ciudades italianas, el de la gentileza, según el cual el
amor sólo puede aparecer en un corazón noble y virtuoso.
2. Una nueva visión de la dama, no ya como señora que domina el corazón del poeta, sino
como donna angelicata, criatura angélica que provoca con su mirada, en el corazón del
hombre, un deseo de belleza, bondad y perfección moral, y de elevación espiritual hacia
el Sumo Bien.
3. Una descripción del estado de ánimo del poema enamorado que, en sus análisis
psicológicos, bascula entre el dulce arrobamiento del ensueño (al recordar la belleza y
excelencias de la amada) y el temor a verse abandonado o privado de su gracia.
Entre los poetas de esta escuela sobresale Dante Alighieri (1265-1321). A la temprana y
mágica edad de nueve años, se enamoró de Beatriz, una niña de su misma edad y que constituyó la
obsesión de su vida. La joven morirá a los veinticinco años sin que el amor se llegara a consumar.
En La Vida nueva comenta una serie de poemas que le dedicó, entre los que destaca este soneto
donde la retrata:
Tan gentil, tan honesta, en su pasar,
es mi dama cuando ella a alguien saluda,
que toda lengua tiembla y queda muda
y los ojos no la osan contemplar.
Ella se aleja, oyéndose alabar,
benignamente de humildad vestida,
y parece que sea cosa venida
un milagro del cielo acá a mostrar.
Muestra un agrado tal a quien la mira
que al pecho, por los ojos, da un dulzor
que no puede entender quien no lo prueba.
Parece de sus labios que se mueva
un espíritu suave, todo amor,
que al alma va diciéndole: suspira.
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La obra maestra de Dante es la Divina comedia, magno poema alegórico, en que se expone
la epopeya del alma humana, a través del Infierno y el Purgatorio, hasta alcanzar la contemplación
de Dios.
LA INNOVACIÓN DEL CANCIONERO PETRARQUISTA.
Petrarca aporta a la lírica amorosa elementos radicalmente innovadores que tardarían aún un siglo
en ser imitados, primero en Italia, España y Portugal, después en Francia y en Inglaterra.
Los rasgos temáticos fundamentales de la poesía petrarquista que se expandió por Europa
son los siguientes:
1. El poeta se complace en el análisis pormenorizado del proceso amoroso y acentúa la idea del
amor como conflicto íntimo, expresado en sentimientos contradictorios (pena/gozo;
vida/muerte).
2. Se humaniza la figura de la amada: la describe físicamente, exalta su belleza y enaltece su
virtud y perfección espiritual. La exaltación de su belleza se plasma en un retrato poético de la
amada, generalmente circunscrito al busto y ajustado a unos cánones estéticos preestablecidos.
Así, queda acuñado un modelo de mujer en los siguientes términos:
RASGO
CORPORAL
METÁFORA
TÉRMINO REAL
Cualidad: color, forma,
tamaño...
CABELLO
FRENTE
OJOS
RUBIO
TERSA Y BLANCA
LUMINOSOS,
RADIANTES, VERDES
MEJILLAS
SONROSADAS
LABIOS
DIENTES
CUELLO
ROJOS
BLANCOS
BLANCO, ERGUIDO
TÉRMINO
IMAGINARIO
Elemento de la Naturaleza:
metales o piedras preciosas,
luz, flores...
ORO
LIRIO, SOL, DÍA
SOL, APOLO, FEBO,
ESMERALDA
ROSA, AZUCENA,
AURORA, PÚRPURA
CLAVEL, CORAL, RUBÍ
PERLAS
CRISTAL
3. La Naturaleza interviene en el devenir de la pasión amorosa del poeta, ya sea como
reflejo, o como marco de su estado de ánimo.
4. El poeta expresa sus sentimientos con autenticidad, con un tono de franqueza y confesión
íntima desconocidos hasta entonces, y con el que el lector puede identificarse fácilmente.
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En cuanto a su forma, la poesía de Petrarca se caracteriza por una elaboración disciplinada de
la lengua poética, tanto en los recursos literarios como en la selección del léxico, en busca de una
sencillez elegante con el consiguiente rechazo de la afectación y la vulgaridad. Así, los “daños del
amor” se expresarán mediante imágenes como la “herida” (por flecha, venablo, etc.), el “incendio”
(el amor abrasa como fuego, llama, chispas, etc.) o “presidio” (el amor aprisiona con lazo, red, etc.).
Entre los metros, Petrarca prefiere el endecasílabo y su combinación con el heptasílabo. Las
dos composiciones poéticas que más utiliza son:
1. El soneto. Está formado por catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y
dos tercetos. Su rima es consonante; en los cuartetos puede ser de dos clases: abrazada
(ABBA – ABBA) o cruzada (ABAB – ABAB), recibiendo la estrofa, en este último caso, el
nombre de serventesio. La rima de los tercetos se distribuye de forma variable. La
estructura interna del soneto facilita un desarrollo progresivo del tema, cuyo planteamiento
se enumera en los dos cuartetos y deriva hacia su solución en los tercetos.
2. La canción. Está compuesta por un número variable de estancias formadas por heptasílabos
y endecasílabos, de rima consonante, y combinados según una estructura uniforme,
marcada en la primera estrofa y seguida en las siguientes. La estrofa final, llamada remate,
es más reducida y puede presentar, como rasgo peculiar, el hecho de que el poeta hace una
reflexión sobre su propia canción, a la que personifica, encarándose con ella.
EVOLUCIÓN DEL PETRARQUISMO.
Las formas y temas petrarquistas pasaron a ser patrimonio común europeo a lo largo del Quinientos.
Petrarca se convirtió en el primer clásico de la Edad Moderna y en el principal estímulo para la
creación poética en las lenguas vulgares.
En la evolución del petrarquismo a lo largo del siglo XVI hay que destacar dos hechos: la
asimilación de elementos de la corriente filosófica neoplatónica; y la recuperación de diversas
convenciones de la literatura grecolatina en el tratamiento del amor.
El neoplatonismo.
Durante la Edad Media, Platón fue casi ignorado, mientras que Aristóteles inspiró la filosofía de
aquel período. Por el contrario, el Renacimiento instaura el culto a Platón y a otros filósofos que lo
habían seguido, como Plotino y San Agustín.
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Con la obra Diálogos de amor (1502), de León Hebreo, que se inscribe dentro de la
corriente neoplatónica, se formula uno de los temas-clave de la poesía amorosa del renacimiento: el
amor platónico. Para Hebreo, el hombre, por tendencia natural, se ve impulsado hacia la búsqueda
de la belleza. Ésta se manifiesta, en primer lugar, en las realidades físicas y, especialmente, en la
mujer: su presencia provoca el deseo de apropiarse de ella. Sin embargo, la razón hace descubrir al
hombre que la belleza es tanto más perfecta cuanto más se eleva sobre la materia, y que, por tanto,
debe aspirar hacia las manifestaciones espirituales de la misma. De ahí que el apetito ha de ir
transformándose en un anhelo puro de búsqueda de la belleza ideal. La atracción de los amantes por
la belleza mutua debe contenerse en los límites del afecto espiritual, y radicar en la unión de las
almas.
Motivos de la literatura erótica grecolatina.
Consecuencia del renacer a la cultura clásica que quiso ser el Renacimiento es la incorporación a la
lírica amorosa de la mitología erótica, el ambiente bucólico y el tópico del carpe diem.
A lo largo del siglo XVI, los versos se llenan de referencias a la mitología grecolatina. La
fuente de tanta erudición es fundamentalmente Las metamorfosis, del poeta latino Ovidio. En ellas
se recogían en verso historias amorosas desgraciadas como la de Venus y Adonis, Orfeo y Eurídice,
Apolo y Dafne... El poeta renacentista compara sus desventuras con la de estos personajes,
actualizando motivos y sentimientos.
Jacopo Sannazaro (1456-1530) es el responsable de la recuperación del género bucólico o
pastoril en la época moderna: transplantó a Italia en prosa y en verso las bucólicas clásicas en su
Arcadia (1504), una novela con doce poemas pastoriles intercalados. En ellos, siguiendo el modelo
de Virgilio, unos pastores, en el marco de una naturaleza idealizada (locus amoenus), viven una
experiencia amorosa, se comportan y hablan como perfectos cortesanos, y hacen partícipes de sus
gozos y desventuras a los elementos de la naturaleza.
En la poesía grecolatina aparecía frecuentemente el tema de la fugacidad de la vida tratado
desde una perspectiva epicúrea, según la cual hay que aprovechar toda ocasión de gozo en la breve
existencia. El poeta latino Horacio lo formuló mediante una frase imperativa: carpe diem, es decir,
“aprovecha el día de hoy”. Más tarde, Ausonio (s. IV d. C.) dio una forma simbólica al tema usando
la imagen de la rosa, como imagen de la belleza transitoria de la vida humana: collige, virgo, rosas
(“recoge, doncella, las rosas”). En el Renacimiento, el tema del tiempo se dramatiza a través de la
voz masculina del poeta, que aconseja interesadamente a la dama que aproveche su juventud.
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LOS AUTORES Y SUS OBRAS
FRANCESCO PETRARCA.
Francesco Petrarca (1304-1374) nació en Arezzo, hijo de un notario florentino que fue expulsado de
Florencia por el partido de los güelfos Negros, que se habían adueñado de la ciudad. Petrarca se
declaró siempre florentino, aunque nunca quiso vivir en la ciudad, ni siquiera, cuando siendo ya
muy famoso, se le ofreció la restitución de todos los bienes confiscados a su padre. La familia se
trasladó a Avignon, y allí, en 1327, vio a la mujer que le inspiró su poesía amorosa. La llamó Laura,
aunque su verdadera identidad se desconoce.
Su fama como filólogo y erudito le ganó pronto el reconocimiento entre sus
contemporáneos –había descubierto las Pro Arquia, de Cicerón, y otros textos latinos perdidos.
En 1341, fue coronado poeta laureado en Roma. Murió en Arquá y, según cuenta la
tradición, sus familiares lo encontraron muerto, con la cabeza reclinada sobre un libro, como si se
hubiera quedado dormido mientras leía.
Un gran humanista.
A Francesco Petrarca se le recuerda hoy como autor del Cancionero, el modelo en que generaciones
de poetas europeos han aprendido a expresar el amor gracias al minucioso análisis de su pasión por
Laura. Sin embargo, su actividad como humanista rescatando y divulgando numerosas obras de los
autores latinos abrió la puerta del Renacimiento en Italia: una parte fundamental de la literatura
latina se entendió mejor al pasar por las manos de Petrarca.
De acuerdo con el espíritu humanista, escribió en latín la mayoría de sus obras, entre las que
destaca De hombres ilustres, colección de biografías de hombres de la Antigüedad clásica y de la
mitología, a las que añade las de algunos personajes bíblicos. El tratado De la vida solitaria es una
defensa de una vida en soledad dedicada a la Naturaleza, el estudio y la oración.
De carácter alegórico es el conjunto de poemas titulado Triunfos, que detallan la elevación
del alma humana desde el amor terrenal a su realización a través de Dios.
El Cancionero: las contradicciones del amor.
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La renovación de las literaturas en lengua vernácula produjo un florecimiento de la lírica
impensable sin la creación poética de Petrarca. El Cancionero (1336-1374), cuyo verdadero título
es Rime in vita e in morte di Madonna Laura, está compuesto por trescientos sesenta y seis poemas,
la gran mayoría de ellos sonetos, que refieren la historia de un amor no correspondido. El objeto de
los poemas no es tanto Laura como los efectos del amor sobre el amante: su sufrimiento ejemplifica
la naturaleza contradictoria del amor. El poemario contiene una representación del autor, un análisis
del yo desconocido en la Edad Media. Además, la aparición de la figura de la amada confirió un
nuevo sentido a la expresión del amor, que a partir de Petrarca empezó a asociarse a una mujer real,
de carne y hueso, como la Elisa de Garcilaso o la Helena de Ronsard.
GARCILASO DE LA VEGA.
La nueva lírica comienza en España con la obra del poeta barcelonés Juan Boscán, el cual, tras una
conversación en Granada con el humanista y diplomático veneciano Andrea Navagero, decide
adoptar los metros y los motivos poéticos desarrollados en Italia a partir de Petrarca. Convence a su
amigo Garcilaso de la Vega (1501-1536) para que haga lo mismo, y el genial talento de éste triunfa
en la empresa.
Garcilaso nació en Toledo, de familia ilustre. Participó en varias campañas militares a favor
de Carlos I. Ya casado, se enamoró de Isabel Freire, dama de la reina, que iba a inspirar gran parte
de su lírica. No fue correspondido, e Isabel contrajo matrimonio. En 1533 murió ella: la evocó en
versos conmovedores. Él murió en Niza, en acción de guerra contra Francia.
La obra poética de Garcilaso es breve: tres églogas, treinta y ocho sonetos, dos elegías,
cinco canciones y unas pocas composiciones en verso octosilábico. Su tema predominante es el
amor. Poetiza su pasión por Isabel Freire. Es un amor auténtico, sentido y vivido. La exploración
minuciosa de los diferentes estados de ánimo por los que atraviesa, principalmente el dolor causado
por la indiferencia de la amada y después por su muerte, constituye el motivo central de sus poesías.
La naturaleza, poéticamente idealizada, apacible y armoniosa, será escenario y testigo del
sufrimiento amoroso del poeta, y participará en ocasiones de sus sentimientos. La mitología será
usada unas veces como motivo estético y otras como expresión y proyección de los sentimientos
personales.
En cuanto a su estilo, Garcilaso consigue “huir de la afectación sin dar consigo en ninguna
sequedad”; para ello utilizará el lenguaje normal que emplean los cortesanos educados, sin abusar
de los neologismos.
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Para los españoles es nuestro primer poeta moderno, tanto por la fuerza del lirismo que para
siempre imprimió a la poesía española, como por su lenguaje.
PIERRE DE RONSARD.
Es a mediados del siglo XVI cuando se impone la nueva poesía renacentista en Francia. El
espaldarazo definitivo para la evolución de la lírica francesa en las corrientes modernas inspiradas
por Petrarca lo dio la formación de La Pléyade, un grupo de siete escritores entre los que destaca
Pierre de Ronsard (1524-1585). En el manifiesto de La Pléyade, nombre que alude a la constelación
de las siete estrellas, du Bellay exhortaba a sus compañeros de grupo a seguir la nueva poesía
renacentista italiana, especialmente en la imitación del soneto.
Ronsard es un ejemplo claro de autor plenamente renacentista. Fue noble y culto, e intentó
seguir la carrera militar, pero una enfermedad se lo impidió. Se dedicó entonces al estudio
apasionado de los autores latinos y griegos, e hizo imitaciones de ellos en francés, con bastante
éxito. Fue siempre un tanto vanidoso y le gustaba ser conocido como el primer poeta de Francia.
Su obra, extensísima (unos ¡cincuenta mil versos!), está marcada por el gran fracaso de la
Franciada, poema épico a imitación de la Eneida de Virgilio, y el gran éxito, ya en vida, de sus
poemas amorosos.
Su poemario más conocido es Sonetos para Helena, en donde imita a Petrarca haciendo del
amor una experiencia poética personal que analiza con bastante pesimismo. Ya era un hombre viejo,
achacoso, solitario... y desdeñado por Helena. La huida del tiempo, melancólicamente vivida en el
amor, es el gran tema de estos versos.
EDMUND SPENSER.
Fue Thomas Wyatt (1503-1542), con sus traducciones e imitaciones de Petrarca, el que aclimató el
soneto y la temática petrarquista a la poesía inglesa. Wyatt adoptó el soneto petrarquista como
nueva forma de expresión, pero adaptándolo a la lengua inglesa. Así, transformó la estructura del
soneto italiano creada por Petrarca –distribución de ideas en dos cuartetos y dos tercetos–,
sustituyéndolos por tres cuartetos y un pareado. No fue hasta la época isabelina, en la segunda mitad
del siglo XVI, cuando esta forma alcanzó el rango de composición lírica por excelencia gracias a las
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figuras de Edmund Spenser (1552?-1599) y a Philip Sidney (1554-1558), quienes prepararían el
terreno a la creación sonetista de William Shakespeare.
Spenser hizo famoso el llamado soneto spenseriano, que consiste en tres cuartetos de rima
entrelazada (abab/bcbc/cdcd) y el habitual pareado de cierre (ee). En su principal obra, los Amoretti
(1595), encadena una serie de sonetos que cantan las diferentes fases que experimenta el amor del
poeta, a la manera de Petrarca, pero con la novedad de que su amor culmina en el matrimonio. A
diferencia de Italia o de otras naciones católicas, donde eran comunes el culto a la virginidad y la
negación de la carne, en la protestante Inglaterra al matrimonio se le había concebido una dignidad
e importancia que en otros países se le había negado. Por ello, en ninguna versión inglesa se sigue al
maestro Petrarca haciendo que la amada muera y que el enamorado sublime su pasión
espiritualizando su sentir por la amada. Las composiciones inglesas tienen, por tanto, un matiz más
sensual y práctico: el amor es posible y se disfruta en la tierra. El otro gran poemario de Spenser es
Epithalamion, una colección de cantos de boda.
LECTURAS
SONETOS.
Os proponemos la lectura de sonetos representativos de diversos motivos de la poesía petrarquista:
el análisis de las contradicciones del amor, la exaltación de la belleza de la amada, el carpe diem y
la participación de la Naturaleza en los sentimientos del poeta.
Las contradicciones del amor.
Francesco Petrarca: Cancionero, Soneto CXXXII.
Si no es amor, ¿qué es esto que yo siento?
Mas si es amor, por Dios, ¿qué cosa y cuál?
Si es buena, ¿por qué es áspera y mortal?
Si mala, ¿por qué es dulce su tormento?
Si ardo por gusto, ¿por qué me lamento?
Si a mi pesar, ¿qué vale un llanto tal?
Oh viva muerte, oh deleitoso mal,
¿por qué puedes en mí, si no consiento?
Y si consiento, error es quejarme.
Entre contrarios vientos va mi nave
–que en alta mar me encuentro sin gobierno–
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tan leve de saber, de error tan grave,
que no sé lo que quiero aconsejarme
y, si tiemblo en verano, ardo en invierno.
Edmund Spenser: Amoretti, Soneto XXX.
Mi amor es como hielo, y yo como fuego;
¿cómo entonces es que este su tan grande frío,
no se deshaga con mi ardoroso deseo,
sino que más duro se torna cuanto más suplico?
O, ¿cómo es que mi calor desaforado
no se contenga en su corazón de helado frío:
sino que ardo más entre hirvientes sudores,
y siento que mis llamas aumentan incontables?
¿Qué cosa más asombrosa contar se puede:
que el fuego que todo lo funde pueda endurecer el hielo
y el hielo que congelado en insensible frío,
pueda encender fuego con artificio milagroso?
Tal es el poder del amor en un ánimo gentil,
que alterar puede el curso de las cosas.
ACTIVIDADES.
1. En el análisis que Petrarca y Spenser hacen de sus sentimientos, ¿cuál es la impresión que
predomina? ¿Mediante qué recursos verbales se expresa?
2. En el soneto italiano el contenido del poema se organiza en dos partes: planteamiento
(cuartetos) y solución (tercetos). Explica ambas partes en el soneto de Petrarca.
3. Observa la estructura métrica del soneto de Spenser. ¿En qué se diferencia del soneto clásico
italiano o español? ¿Qué función significativa tiene el último pareado?
4. Las imágenes del hielo y del fuego en la poesía amorosa petrarquista son tópicas. ¿Qué
informan sobre el carácter de la amada y del enamorado?
La belleza de la amada.
Francesco Petrarca: Cancionero, Soneto CCXX.
¿Dónde halló Amor el oro, y en qué vena
para las rubias trenzas? ¿Y en qué espinas
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las rosas, y en qué prados la escarcha
fresca que alienta y pulso les dio luego?
¿Dónde las perlas en las que fragua y frena
dulces palabras, castas y excelentes?
¿Dónde tantas bellezas, tan divinas,
de esa frente serena más que el cielo?
¿De qué ángeles proviene, y de qué esfera
el celeste cantar que me deshace
tanto que habrá de deshacerme un poco?
¿De qué sol esa luz excelsa y noble
de los ojos que paz me dan y guerra,
y en hielo y fuego el corazón consumen?
Edmund Spenser: Amoretti, Soneto XV.
Vosotros, comerciantes Mercaderes, que con duro esfuerzo,
buscáis las más preciosas cosas con que hacer ganancia;
y ambas Indias despojáis de sus tesoros,
¿qué necesidad tenéis de buscar tan lejos, y en vano?
Porque mirad, mi amor tiene por sí sola
todas las riquezas lejanas que en este mundo encontrar se pueden,
si Zafiros, mirad, sus ojos son claros Zafiros,
si Rubíes, mirad, sus labios son Rubíes enteros;
si Perlas, sus dientes son perlas puras y redondas,
si Marfil, su frente marfil se supone;
si Oro, sus rizos son el más fino oro del suelo,
si plata, sus manos bellas son brillante plata.
Pero aquello que es lo más hermoso, pocos ven,
su ánimo adornado por abundancia de virtudes.
ACTIVIDADES.
1. Compara ambos sonetos con el que ya leímos de Dante. ¿Qué ha cambiado?
2. ¿Cuál era el ideal de belleza femenina tal y como se describe en los poemas? ¿Qué elementos
de la naturaleza sirven al poeta de imágenes?
3. El pareado final del soneto de Spenser se centra en las virtudes espirituales de la mujer. ¿Qué
filosofía del amor refleja?
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El carpe diem.
Garcilaso de la Vega: Poesías castellanas completas, Soneto XXIII.
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Pierre Ronsard: Sonetos para Helena, .
Cuando seáis anciana, de noche, junto a la vela
hilando y devanando, sentada junto al fuego,
diréis maravillada, mientras cantáis mis versos:
“Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa”.
Ya no tendréis sirvienta que tales nuevas oiga
y que medio dormida ya por la labor
se despierte al oír el sonido de mi nombre,
bendiciendo el vuestro con inmortal alabanza.
Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos
reposaré junto a la sombra de los mirtos,
y vos seréis una anciana junto al hogar encogida.
Lamentando mi amor y vuestro desdén altivo.
Vivid, creedme, no aguardéis a mañana:
coged desde hoy las rosas de la vida.
ACTIVIDADES.
1. Subraya en los dos sonetos los versos en los que se formula la invitación a gozar de los
placeres. ¿Aparece en el mismo lugar? ¿Por qué no? Explícalo en relación a la organización
estructural de cada soneto. ¿Qué tono predomina en cada uno de los poemas?
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2. Comenta detalladamente el soneto de Garcilaso: la métrica, los motivos petrarquistas, las
imágenes...
3. Garcilaso nos presenta una imagen totalmente idealizada de la amada. ¿Es la misma que nos
presenta Ronsard? ¿En qué se diferencia?
4. El envejecimiento parece tener un efecto devastador sobre la mujer: ¿qué conclusión podemos
extraer acerca de la condición femenina durante estos siglos?
La Naturaleza animada.
Francesco Petrarca: Cancionero, Soneto CLXII.
Alegres flores, hierbas bien nacidas
que mi dueño pensando pisar suele;
prado que sus palabras dulces oyes,
y de su planta alguna huella guardas;
verdes frondas y tiernos arbolillos,
pálidas violetas amorosas;
selvas umbrías que os volvéis soberbias
con los rayos del sol sobre las ramas;
¡oh suave paraje, oh puro río
que bañando su cara y claros ojos
tomas la cualidad de la luz viva,
cuánto os envidio los queridos actos!
No habrá piedra jamás entre vosotros
que no se abrase con mi misma llama.
Garcilaso de la Vega: Poesías completas, Soneto XI.
Hermosas ninfas, que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;
agora estéis labrando embebecidas
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:
dejad un rato la labor, alzando
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vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,
que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
ACTIVIDADES.
1. Cuenta a tu modo lo que se dice en ambos sonetos.
2. El poema de Petrarca se complace en la descripción de un paraje natural totalmente
idealizado. ¿Qué elementos configuran este locus amoenus? Fíjate en los bellos epítetos que
utiliza. ¿Mediante qué otros recursos estilísticos hace el poeta a la naturaleza partícipe de sus
sentimientos?
3. En el poema de Garcilaso el poeta se dirige a unas criaturas mitológicas. ¿Será ello un
síntoma renacentista? Di por qué. ¿Cómo es el mundo de las ninfas? ¿A qué se dedican?
Relaciónalo con la filosofía neoplatónica.
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