Editorial de la Ministra de Salud Hacia una nueva Salud Pública

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ISSN 0001-6002/2009/51/2/71-73
Acta Médica Costarricense, ©2009
Colegio de Médicos y Cirujanos
Editorial de la Ministra de Salud
Hacia una nueva Salud Pública:
Determinantes de la Salud
La salud ha sido considerada, de manera tradicional, como la ausencia de enfermedad. Este
concepto es sumamente limitado, por ello la Organización Mundial de la Salud en 1967, amplia
la definición de la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de enfermedades o afecciones. Esta definición, más amplia y completa,
define la salud en términos positivos e innovadores introduciendo determinantes sociales y
mentales, pero tiene aspectos negativos e incluso criticables, como por ejemplo equiparar
“completo bienestar” con “salud” lo que hace la definición utópica, convirtiéndola en estática,
sin considerar los diversos grados que la salud puede tener. Deja, de lado el hecho que hay
enfermedades que pueden ser asintomáticas y por ende no alteran el “bienestar”. Además, como
decía Aldous Huxley, La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es
más difícil hallar a alguien totalmente sano.
Por su complejidad, sobre la salud actúan diversos determinantes o factores, que deben ser
considerados dentro del concepto de salud. Están relacionados con aspectos tan variados como
lo son los biológicos, hereditarios, personales, familiares, sociales, ambientales, alimenticios,
económicos, laborales, culturales, de valores, educativos, sanitarios y religiosos. Dado el avance
en la ciencia, la medicina, la tecnología y el conocimiento en general, la gran mayoría de estos
factores pueden modificarse, incluidos algunos de los biológicos. La incidencia de unos sobre
otros es tal que no pueden disociarse, sin caer en una concepción demasiado simplista del
complejo binomio salud-enfermedad.
La actuación en el ámbito de los principales factores determinantes de la salud tiene un gran
potencial para reducir los efectos negativos de las enfermedades y promover la salud de la
población. En esta labor no sólo el personal médico y sanitario tiene una vital participación, se
requiere de la acción comunitaria y de muchos sectores dentro y fuera del sector salud. Esta
participación debe alentar y apoyar el desarrollo de acciones y redes para recoger, transmitir e
intercambiar información para evaluar y desarrollar las políticas, estrategias y medidas adecuadas,
con el objetivo de establecer intervenciones efectivas destinadas a abordar los diferentes factores
determinantes de la salud.
Por lo tanto al conceptualizar los determinantes de la salud, se puede decir que son un
conjunto de elementos condicionantes de la salud y de la enfermedad en individuos, grupos y
colectividades. En 1974, Marc Lalonde, Ministro canadiense de Salud, creo un modelo de salud
pública explicativo de los determinantes de la salud, aún vigente, en que se reconoce el estilo de
vida de manera particular, así como el ambiente - incluyendo el social en un sentido más amplio
– junto a la biología humana y la organización de los servicios de salud. Figura 1. En 1991,
Castellanos establece como se produce la interacción entre los determinantes de salud con la
categoría condiciones de vida, que serían “los procesos generales de reproducción de la sociedad
que actúan como mediadores para conformar el modo de vida de la sociedad como un todo y la
situación de salud específica de un grupo poblacional dado”.
Estos determinantes son modificables, ya que están influenciados por los factores sociales, y
por ello las acciones de la salud pública deben dirigirse hacia esa modificación. Lalonde mediante
diagrama de sectores circulares, estableció la importancia o efecto relativo que cada uno de los
determinantes tiene sobre los niveles de salud pública. Al inicio se le atribuyó una mayor
importancia al medio ambiente y al estilo de vida. Posteriormente la mayor importancia recayó
en el sistema de asistencia sanitaria, sin embargo hoy sabemos que la salud no sólo se mejora y
se mantiene teniendo sistemas de atención de la enfermedad.
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Hacia una nueva Salud Pública: Determinantes de la Salud / Ávila-Agüero ML
Figura 1.
Figura 2.
Se demostró que las enfermedades causadas por los
estilos de vidas insanos ocasionaban al sistema un elevado
coste económico como consecuencia de todo ello, hubo un
cambio de pensamiento iniciado en Canadá, luego en EEUU
y posteriormente en Europa, que condujo un cambio de
prioridades de salud pública, derivándose un porcentaje
elevado de recursos hacia la prevención y educación
sanitaria. Sin embargo, en cuanto a los estilos de vida hoy se
discute que los mismos son productos de los condicionantes
sociales y de la propaganda comercial, por ello darle
información a la población, sobre los riesgos de estos estilos,
como por ejemplo el tabaquismo, no son suficientes para
hacerles cambiar, se requiere crear las condiciones para que
puedan ejercer con responsabilidad su auto cuidado. No es
posible decirle al paciente obeso que coma saludable y haga
ejercicio, si los precios de los alimentos sanos son altos o
bien si no hay parques seguros, iluminados, con condiciones
adecuadas, carreteras con aceras o ciclo vías donde pueda
ejercitarse.
Esto se hace más crítico en algunos de los grupos más
vulnerables. Estas inequidades han aumentado a pesar de
que nunca antes han existido en el mundo la riqueza, los
conocimientos y la sensibilidad e interés por los temas que
atañen a la salud como en la actualidad. Paradójicamente,
existe suficiente evidencia, particularmente proveniente de
países desarrollados, de acciones posibles para disminuir
dichas inequidades, principalmente través de la
implementación de políticas e intervenciones de salud que
actúen sobre los determinantes sociales.
La mayor parte de los problemas de salud se pueden
atribuir a las condiciones socio - económicas de las personas.
Sin embargo, en las políticas de salud han predominado las
soluciones centradas en el tratamiento de las enfermedades,
sin incorporar adecuadamente intervenciones sobre las
“causas de las causas”, tales como, por ejemplo, las acciones
sobre el entorno social. Figura 2. En consecuencia, los
problemas sanitarios se han mantenido, las inequidades en
salud y atención sanitaria han aumentado, y los resultados
obtenidos con intervenciones en salud centradas en lo
curativo han sido insuficientes y no permitirán alcanzar las
metas de salud de los Objetivos para el Milenio.
A nivel mundial, las personas socialmente desfavorecidas
tienen menos acceso a los recursos sanitarios básicos y al
sistema de salud en su conjunto. Es así como enferman y
mueren con mayor frecuencia que aquéllas que pertenecen a
grupos que ocupan posiciones sociales más privilegiadas.
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El reciente informe de la comisión de determinantes de la
salud de la OMS (2008) lo describe muy bien: La mala salud
de los pobres, el gradiente social de salud dentro de los países
y las grandes desigualdades sanitarias entre los países están
provocadas por una distribución desigual, a nivel mundial y
nacional, del poder, los ingresos, los bienes y los servicios, y
por las consiguientes injusticias que afectan a las condiciones
de vida de la población de forma inmediata y visible (acceso
a atención sanitaria, escolarización, educación, condiciones
de trabajo y tiempo libre, vivienda, comunidades, pueblos o
ciudades) y a la posibilidad de tener una vida próspera. Esa
distribución desigual de experiencias perjudiciales para la
salud no es, en ningún caso, un fenómeno «natural».
Nuestro país, sigue gozando de excelentes indicadores de
salud, como una mortalidad infantil y materna baja, una larga
esperanza de vida comparada a la de países más desarrollados,
nuestros índices de enfermedad son variables y en general
bien atendidos en la seguridad social. Sin embargo para
mantenerlos, e incluso mejorarlos debemos avanzar hacia la
atención de los determinantes, ello permitirá posicionar el
valor de la salud como un principio fundamental. No es
posible que atendamos pacientes en los hospitales y les
recuperemos la salud para devolverlos a las mismas
condiciones insalubres, de precariedad, de mala alimentación,
de pobreza que los enfermo previamente. Casos de estos tipos
sobran, y sólo para citar uno de ellos, menciono el de un niño
Acta méd. costarric. Vol 51 (2), abril-junio 2009
de 11 años vecino de un precario en condiciones de tugurio de
Alajuelita, atendido en el Servicio de Infectología del HNN,
por un quinto episodio de pancreatitis secundaria a obstrucción
por áscaris, no fue hasta que se le saco de la condición de
insalubridad en que vivía que recuperó su salud.
En conclusión, como personal médico debemos ir más
allá al tratar las patologías de nuestros pacientes, debemos
darle el enfoque de determinantes. Como autoridades de
salud, este enfoque de determinantes permitirá que en el
país, como colectividad, avancemos hacia una nueva salud
pública donde no sólo privilegiemos la atención de la
enfermedad.
María Luisa Ávila-Agüero
Ministra de Salud
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