Laia y las veinte llaves

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Andrea García Calvo
Nº9
5ºB
Laia y las veinte
llaves
Érase una vez una niña llamada Laia. Laia tenía 12 años y vivía en un pequeño
pueblecito de la costa mediterránea. A la chica le encantaba leer, jugar, dibujar,
cocinar y montar en bicicleta. Pero lo que más le gustaba era ir por los frondosos
bosques de abetos que en su pueblo había. La muchacha conocía a todos los del lugar.
Estaba: la señora Martínez, don Juan Carrasco, las pequeñas gemelas Lucy y Tara y…y…
¡Bueno! No me voy a enrollar más, porque si no…no acabamos ni para el año que
viene.
Aquí es donde comienza la terrorífica historia de LAIA Y LAS VEINTE LLAVES:
Era un bonito día de otoño y todos en el pueblo estábamos preparando las cosas para
pasar el invierno, ya que faltaban pocos días para el cambio de estación.
Carla y Tadeo, los padres de Laia, le pidieron que fuera al bosque a buscar leña
suficiente para tres meses. Ella se encaminó y en el medio del camino encontró en un
árbol algo que parecían manchas de sangre y a los pies de ella, un cuchillo.
Escuchó como respiraran detrás de su espalda, se giró y vio a alguien vestido con una
túnica negra muy larga y una capucha también negra que le cubría toda la cara. El
misterioso hombre, susurraba, y lo que decía era: “Cuidado o te arrepentirás, cuidado
o te arrepentirás”. La pobre niña salió corriendo cuanto pudo y en menos que canta un
gallo llegó a un tramo del bosque de donde nadie había salido con vida. Cuando se dio
cuenta ya no sabía ni donde estaba la entrada ni donde estaba la salida.
Estaba cansada, hambrienta y exhausta. De pronto tropezó y se encontró una llave de
oro. Después de caminar 2 horas, encontró la salida y lo primero que hizo al salir de
ese tramo del bosque fue dirigirse a la biblioteca municipal a preguntar de que se
trataba ese pequeño “tesoro” que había encontrado.
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Andrea García Calvo
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BOSQUE TENEBROSO
Llegó y le preguntó a la bibliotecaria, ella le dijo que no sabía nada sobre la llave esa.
Así que decidieron buscar en el GLDLSDNP [Gran Libro De Los Secretos De Nuestro
Pueblo] Y allí ponía que esa era una de las veinte grandes llaves secretas. Y que esta
era la historia de las llaves:
Hace mucho tiempo en ese mismo pueblo vivía una muchacha llamada Biena. Biena
vivía en el viejo castillo, que era el museo en el pueblo de Laia, cuando su padre el rey
Federico III murió le entregó las veinte llaves del castillo a su hija. Cuenta la leyenda,
que el día después del funeral, el rey volvió a hacerle una visita a la princesa. Aunque
fuera su padre, a Biena, le daba cosa que en mitad de la noche un fantasma les fuera a
visitar para hablar de como les iba el día y todo eso, así que corrió por los pasillos y fue
cerrando las puertas de una en una con llave, pero como el fantasma, era un fantasma,
no le sirvió de nada así que decidió coger un líquido tóxico para envenenar a su padre,
este se enteró y:
1. Mató su hija.
2. Hizo que todos los demás que residían en el castillo, de una manera u otra,
acabaran falleciendo.
3. Y escondió y maldigo las llaves.
Y dicen que quién encuentre las llaves malditas será asesinado por el mismísimo
Federico el primer día del solsticio de la estación que estaba por llegar.
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SOLSTICIO DE INVIERNO.
La bibliotecaria le dijo:
-
No te creas que por que lo ponga en el GLD… no sequé tenga que ser verdad….
Laia necesitaba saber si aquello era verdad así que decidió volver al bosque a buscar
las diecinueve llaves que le faltaban. Volvió al bosque oscuro y tenebroso, un poco
preocupada por lo que había pasado la otra vez con el cuchillo, la sangre y el señor que
susurraba aquellas palabras tan raras… Llegó al tramo del bosque tenebroso y
encontró una muñeca de una niña pequeña la cogió y la muñeca cobró vida.
Y eso no fue nada bueno porque la muñeca, era una muñeca malidna….
Se aproximó a Laia lentamente y de repente se detuvo a escuchar algo.
Y de pronto gritó….
-
¡¡¡AAAAAAAAAAAH!!!
No parecía que lo que fuera que estuviera pasando fuera algo bueno….
Antes de que pudiera dar un paso, estaba rodeada por las almas de los del
castillo-museo, incluidos estaban el rey y la princesa, y lo más raro fue que las
almas decían exactamente lo mismo que aquel hombre misterioso. Ella dijo:
-
Que queréis de mi…. Todo esto comenzó desde que encontré esta
estúpida llave…-dijo entre sollozos.
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Al ver la llave, los fantasmas se pusieron pálidos, cosa que era imposible hasta
ese momento…. Y se escalparon todos menos Federico que le preguntó:
-A caso tú simple plebella te atreves a encontrar las llaves que en tiempos
remotos yo el rey Federico III escondí para que no las encontrara nadie y a si su
majestad no tuviera que realizar ningún sacrificio y menos a una princesita
insignificante…jajajaja [risa malvada] A si que déjala en su sitio, cuanto antes
mejor…
La pequeña se quedó indignada a las palabras del rey-fantasmamalvado.
Así que le contestó:
-Cierra esa boca… yo no pienso dejar las llaves que valla encontrando en su
sitio… yo me las voy a quedar y a resolver este misterio…
-Bueno, como quieras pero prepárate para el solsticio y despídete de los que
quieres, porque no los verás jamás…-le contestó Federico.
Ella se quedó un poco traumatizada ante todo lo que acababa de pasar… pero
cuando se tranquilizó, fue en busca de las llaves que le faltaban y que tanto
ansiaba encontrar, quería saber si estaba alucinando o si todo aquello era
verdad…
EL GLDLSDNP.
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Buscó por todo el bosque tenebroso y encontró dieciocho llaves, pero la última no la
encontró…
Las llaves se hallaban en:
1. Un viejo quiosco
2. Debajo del puente maldito
3. Entre unos abetos enroscados
ABETO ENROSCADO
4. Al pie de una montaña
5. Al lado del río
6. Entre unas zarzas de moras
7. En una madriguera
8. Detrás de una cascada de agua verde
9. En un lago abandonado
10. En una granja que estaba ahí desde hace unos quince años o así
Y en algunos sitios más que no recuerdo…
Tenía las dieciocho llaves que había encontrado en el bosque y aquella que había
encontrado en el camino cuando se callera… ¡En total diecinueve llaves! Pero…
¿Y la última? No sabía por donde buscar… Así que decidió ir a la biblioteca a buscar
el libro ese de los secretitos de las narices…Y lo cogió prestado… Descubrió muchas
cosas que no sabía, y eso que ella sabía todos los secretos del pueblo.
Después de buscar y buscar en el libro, encontró lo que estaba buscando… Y… ¿ A
que no sabéis donde estaba la última llave? ¡En su sótano!
Fue corriendo a mira a ver si la encontraba, la encontró y las reunió todas en su
joyero…Y bueno… al final supimos si era verdad o no… descansa en
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paz…Laia…¡SNIF,SNIF! Después de la muerte de la niña apareció una nueva hoja en
el libro de los secretos que ponía:
QUIÉN LAS LLAVES ENCUENTRE, DONDE ESTÁN LAS DEBERÁ DEJAR,
SI NO COMO A LAIA LE PASARÁ. ESTA NIÑA, LAS ENCONTRÓ Y EN SU
SITIO NO LAS DEJÓ… AHORA QUE DESCANSE EN PAZ, PORQUE ESTO,
YA NO SE PUEDE ARREGLAR…
Y ahora dicen que si encuentras las llaves, antes de morir, el señor te advertirá y si
no le haces caso a Laia y a Federico verá y no precisamente vienen por saludar…
Y… ¿Quién sabe… a lo mejor… Las llaves están por tu ciudad?
FIN
¿O NO?
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