ORIGINAL Toxina botulínica tipo A en la migraña crónica refractaria: experiencia en uso compasivo preautorización Luis C. Álvaro-González, José M. Fernández-García, Inés Aranzábal-Alustiza, Beatriz Castillo-Calvo, Imanol Iriondo-Etxenagusia, Alfredo Rodríguez-Antigüedad Introducción. La migraña crónica es frecuentemente incapacitante y se asocia a abuso de analgésicos. La reciente aprobación de la toxina botulínica tipo A –OnabotulinumtoxinA (OnabotA)– supone un avance considerable. Objetivo. Describir la casuística en el uso compasivo preautorización. Pacientes y métodos. Son 35 casos con migraña crónica de una consulta de cefaleas, tratados entre julio de 2009 y diciembre de 2011. Se inyectaron 100 U de OnabotA en 21 puntos de la musculatura facial y craneal, según el protocolo modificado del ensayo PREEMPT. Para el análisis se determinaron, antes y después del tratamiento, los episodios y días de migraña, la intensidad de dolor y los días de incapacidad (Migraine Dissability Assessment Scale), y los datos cuantitativos de la medicación. En el seguimiento se repitieron las dosis en los respondedores, en un intervalo terapéutico individualizado de respuesta. Se consideró respuesta: caída de la intensidad del dolor a la mitad o ≥ 4 puntos en la escala visual analógica (VAS), y descenso de días de dolor en ≥ 7/mes o conversión a no abuso de fármacos. Resultados. Observamos respuesta en 27 casos (80%). En ellos apreciamos: disminución de la intensidad de la cefalea, tanto en intensidad del dolor (VAS < 0,001) como en días mensuales de incapacidad (3,2 frente a 0,4; p < 0,001); mejoría en el número de días mensuales de dolor (19,8 frente a 13,8; p < 0,05); y reducción significativa de casos de abuso de analgésicos (69% frente a 13%; p < 0,01). La duración media del efecto fue de 15 semanas; el seguimiento medio, de 9,8 meses. Encontramos efectos adversos (ptosis palpebral o dolor local) en cinco casos (14%). Conclusiones. La OnabotA demostró eficacia en el tratamiento preventivo de la migraña crónica. Observamos mejoría, con especial significado clínico, en la intensidad de la cefalea. Se redujo también el abuso de analgésicos. Los efectos adversos fueron escasos. Palabras clave. Migraña. OnabotulinumtoxinA. Toxina botulínica A. Tratamiento profiláctico. Introducción La migraña, frecuente en la población general, se convierte en crónica en algunos pacientes. Ello supone que en torno al 2% de la población sufre migraña crónica [1,2]. Este grupo de pacientes tiene, por consenso y definición, dolor un mínimo de 15 días al mes durante tres o más meses, con al menos ocho días de migraña de duración superior a cuatro horas [3]. Suele asociarse a consumo elevado de analgésicos y triptanes: es común el abuso de fármacos, considerando como tal la toma con intención analgésica un mínimo de 10 (triptanes, ergóticos, mórficos, combinaciones) a 15 días (analgésicos simples) al mes durante tres o más meses [3]. Al ser formas especialmente intensas, resultan muy incapacitantes y demandan una frecuente valoración neurológica. Por ello, es habitual que se ensayen diferentes tratamientos preventivos. En este grupo de pacientes, el único fármaco con evidencia de efica- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 cia clínica hasta fecha reciente era el topiramato, aunque es común que de modo empírico se ensayasen diferentes opciones de tratamientos preventivos orales, en general con pobre respuesta. La reciente aprobación en España y en otros países de la Unión Europea de la OnabotulinumtoxinA (OnabotA) (Botox ®, Allergan), o toxina botulínica tipo A, en la migraña crónica ofrece una alternativa terapéutica adicional para estos enfermos, con formas de migraña que suelen ser refractarias a fármacos orales preventivos convencionales; un porcentaje no despreciable de ellos tiene, además, contraindicación o intolerancia a esos fármacos. La OnabotA ha demostrado una potente acción analgésica y buena tolerancia en diversas formas de dolor, tanto nociceptivo como neuropático. El mecanismo de acción analgésico se relaciona con la inhibición de liberación de neurotransmisores de dolor, debido al bloqueo de apertura de vesículas. Éstas terminarían por no unirse a la mem- Servicio de Neurología; Hospital Universitario de Basurto (J.M. Fernández-García, I. AranzábalAlustiza, B. Castillo-Calvo). Departamento de Neurociencias; Universidad del País Vasco UPV/EHU (L.C. Álvaro-González, I. IriondoEtxenagusia, A. RodríguezAntigüedad). Bilbao, España. Correspondencia: Dr. Luis Carlos Álvaro González. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Basurto. Avda. Montevideo, 18. E-48013 Bilbao. E-mail: [email protected] Declaración de intereses: Los autores declaran no haber recibido compensación por el presente trabajo ni tener intereses relacionados con él. Aceptado tras revisión externa: 30.05.12. Cómo citar este artículo: Álvaro-González LC, FernándezGarcía JM, Aranzábal-Alustiza I, Castillo-Calvo B, Iriondo-Etxenagusia I, Rodríguez-Antigüedad A. Toxina botulínica tipo A en la migraña crónica refractaria: experiencia en uso compasivo preautorización. Rev Neurol 2012; 55: 385-91. © 2012 Revista de Neurología 385 L.C. Álvaro-González, et al brana plasmática, debido a la alteración del complejo proteico SNARE, que es el encargado de facilitar esa fusión vesícula-membrana, precediendo a la liberación del transmisor [4]. La acción tendría lugar sobre neuronas periféricas, bloqueando la liberación del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) y de la sustancia P, también sobre la liberación de neuropéptidos de neuronas de segundo orden medulares, el mismo CGRP y el glutamato [5]. Al actuar sobre la primera y segunda neuronas (ganglio trigeminal y médula), tendrían efecto sobre la sensibilización periférica y también sobre la sensibilización central, tan importante en la migraña crónica [6]. Los resultados del estudio PREEMPT y comunicaciones previas preliminares de series de casos [79] ofrecían datos muy reveladores de la eficacia de la OnabotA en la migraña crónica refractaria. Por ello, se ensayó su uso autorizado y compasivo en nuestra consulta especializada de cefaleas desde julio de 2009. Es esta experiencia la que queremos comunicar. Pacientes y métodos Entre el 1 de julio de 2009 y el 31 de diciembre de 2011 se ofreció uso compasivo de OnabotA a pacientes con migraña crónica que se hubiesen mostrado refractarios al menos a dos tratamientos preventivos en el último año, por ineficacia, intolerancia o contraindicación. El escenario fue una consulta especializada de cefaleas de un hospital general universitario. Los pacientes fueron informados de la técnica, efectos adversos potenciales y resultados actualizados de bibliografía y experiencia de los autores, y firmaron un consentimiento informado. Se recogieron datos clínicos de su cefalea que permitieron establecer un diagnóstico de migraña sin aura, migraña con aura, otras cefaleas primarias asociadas y abuso de analgésicos o triptanes. Se requirió un calendario de cefaleas con información escrita. Para medición de la discapacidad, se utilizó la Migraine Dissability Assessment Scale (MIDAS). Con información extraída de ella y del calendario, se determinaron: número de episodios de migraña y número de días de dolor al mes, días de toma de medicación con intención analgésica y número de dosis, intensidad de la cefalea –escala visual analógica (VAS), 1 a 10–, días de incapacidad de al menos un 50%, visitas a urgencias, todo ello referido al mes previo a la inyección. Se consideró que existía abuso de fármacos de acuerdo con el apartado 8.2 de la International Clas­ 386 sification of the Headache Disease (ICHD-2): toma de analgésicos simples > 15 días/mes o de triptanes, ergóticos, mórficos o combinaciones > 10 días/mes, durante un mínimo de tres meses. La preparación se realizó diluyendo 100 U de Ona­ botA en 2 mL de suero salino al 10%. Se procedió a la inyección intramuscular bilateral del preparado reconstituido en los músculos glabelar (corrugator y procereus, tres puntos, 10 U), frontal (cuatro puntos/ lado, 40 U), temporal (tres puntos/lado, 30 U), occipital (un punto/lado, 10 U) y porción alta de esplenio (un punto/lado, 10 U). La dosis total fue de 100 U por paciente, que, en los casos con disminución de respuesta en el seguimiento, alcanzaron 150 U. Debido a lo disperso de la información en migraña al inicio el tratamiento (julio de 2009), intentamos individualizar la duración del efecto, para así poder optimizar la extensión del intervalo entre dosis. Para ello, el seguimiento inicial se acortó a períodos de dos meses. Ello permitió registrar de modo bastante preciso el momento del inicio de efecto terapéutico, su duración y su desaparición. En la primera visita tras la inyección se registraba el momento de inicio del efecto y el mantenimiento o desaparición del alivio terapéutico. De este modo, a partir de la segunda y tercera visitas pudimos establecer, de modo bastante preciso, la ventana entre dosis, individualizada para cada paciente. Dado que en las series iniciales las dosis empleadas eran heterogéneas y que con los ensayos PREEMPT se estableció en 155 U, decidimos que la dosis de 100 U podía resultar insuficiente en algunos casos. Por ello, aunque se mantuvo la dosis inicial de 100 U, a los no respondedores se les administró en la segunda visita otra dosis mayor, de 150 U, muy próxima a la PREEMPT. Los ritmos posteriores de seguimiento fueron iguales con las dos dosis. La existencia de respuesta terapéutica se consideró cuando tras el tratamiento existían reducción de intensidad de dolor VAS a la mitad o un mínimo de cuatro puntos menos, y descenso del número de días mensuales de dolor en un mínimo de siete al mes o conversión a criterios de no abuso por número de días. Resultados Se incluyeron 35 pacientes, de ellos 24 mujeres (69%) y 11 varones. La edad media era de 38,9 años (rango: 20-66 años). En 28 casos, el diagnóstico fue de migraña sin aura, y en siete de migraña sin aura y migraña con aura. Seis casos sufrían, además, cefalea tensional episódica, tres cefalea punzante y otros dos www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 Toxina botulínica tipo A en la migraña crónica refractaria: uso compasivo preautorización tenían historia previa de cefalea de esfuerzo primaria. Entre los diagnósticos no neurológicos, había cuatro pacientes con fibromialgia, uno con síndrome de Cushing intervenido y otro con esclerosis múltiple. Ningún paciente sufría patología de placa motora, esclerosis lateral amiotrófica o depresión activa y grave (inventario de depresión de Beck > 24). En 24 pacientes (69%) había abuso de medicación analgésica: todos ellos habían consumido > 3 meses combinaciones que incluían al menos analgésicos simples y antiinflamatorios no esteroideos ≥ 15 días/mes. Quince de los 24 (63%) tomaban además triptanes ≥ 10 días al mes. Ninguno consumía ergóticos ni mórficos. El número medio y total de comprimidos mensuales ingeridos con intención analgésica entre los pacientes con abuso era de 36,4 (Fig. 1). La cantidad de triptanes en este grupo fue siempre mayor de 12 comprimidos/mes (consumo medio mensual: 14,7). Del total de 35 pacientes, 27 estaban tomando medicación preventiva: 10, topiramato; cinco, betabloqueantes; tres, tricíclicos; tres, ácido valproico; dos, zonisamida; y cuatro, combinaciones. La medicación la estaban tomando sin haber realizado modificaciones desde al menos seis meses antes de su inclusión en el tratamiento con OnabotA. Se mantuvo hasta el final de la segunda dosis de OnabotA en los respondedores; fue retirada en todos a partir de esa dosis, y se mantiene la mejoría durante todo el seguimiento (véase más abajo). Se observó respuesta terapéutica, con reducción de al menos siete días de dolor al mes y reducción de ≥ 4 puntos en la VAS en 16 de los 24 (67%) que estaban con medicación preventiva. En seis pacientes de los 24 con otros tratamientos preventivos diferentes a OnabotA, la respuesta fue inferior a esos parámetros, y en otros dos no hubo modificación de frecuencia o intensidad de dolor. En siete casos (20%) de los 35 totales de la serie no se observó respuesta terapéutica ni en la primera (100 U) ni en la segunda dosis (150 U); en un caso adicional hubo respuesta a partir de la segunda dosis (150 U). Ninguno de los casos no respondedores tenía diagnósticos adicionales de otras cefaleas diferentes a migraña. Hubo respuesta en tres de los cuatro casos con fibromialgia y en la paciente con síndrome de Cushing, no en el de esclerosis múltiple. De los 28 casos con respuesta, la intensidad media de dolor de la VAS pasó de 8 a 4, con una reducción consistente y regular expresada en que en 26 de los 28 casos la VAS tras el tratamiento puntuó entre 3 y 5 (Fig. 2). Los días de incapacidad pasaron de 3,2 a 0,4 al mes, y las visitas a urgencias se redujeron de un total de nueve a una al mes entre los 28 www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 Figura 1. Datos cuantitativos de abuso. N abuso: número de pacientes con abuso; N abuso trip.: número de abusadores de triptanes; N compr.: número total medio de comprimidos en la serie; N compr. abusadores: número total medio de comprimidos en abusadores antes y después del tratamiento. Figura 2. Porcentajes de pacientes con reducción de los días de dolor y de la intensidad de dolor –escala analógica visual (VAS)– para cifras superiores a 7 y a 4 (días o puntos de la VAS). respondedores (Tabla). La puntuación de la MIDAS pasó de 14,2 a 6,3 (p < 0,02). El número medio de episodios de migraña pasó de 9,5 a 7,9, y el número medio de días de dolor, de 19,75 a 12,75 entre los respondedores (Fig. 2). En relación con los pacientes con abuso, y de acuerdo con los criterios de la ICHD-2 para días de dolor al mes, el número de casos con ese diagnóstico se redujo de 24 a tres tras el tratamiento: 23,2 días/mes frente a 7,2 días/mes; p < 0,02. Incluso en los tres casos se produjo mejoría clínicamente significativa, al reducirse el número de días y el consumo de analgésicos en más del 50%, aunque no alcanzaron los criterios clínicos para suprimir el diagnóstico de abuso. En la tabla se resumen los datos esenciales de la serie. 387 L.C. Álvaro-González, et al Tabla. Rasgos terapéuticos generales. Abuso (p < 0,01) Días de dolor a (p < 0,05) Intensidad de la VAS (p < 0,02) Días de incapacidad (p < 0,001) Total de visitas a urgencias (p < 0,001) Pretratamiento 69% 19,8 8 3,2 9 Postratamiento 11% 13,8 4 0,4 1 VAS: escala analógica visual. a Episodios migrañosos: 9,5 (pretratamiento) frente a 7,9 (postratamiento). La duración media del efecto fue de 15 semanas, con un rango de 6 a 22 semanas. El intervalo entre dosis se mantuvo sin variación en el seguimiento individual. El seguimiento medio fue de 9,8 meses y el número medio de dosis, 3,2 por paciente (rango: 1-9). Siguen repitiéndose las inyecciones periódicas en todos los pacientes respondedores. No se han observado casos de tolerancia o reducción de eficacia en el seguimiento. Se observaron efectos adversos en cinco de los 35 pacientes (14%): tres con caída palpebral unilateral y dos con dolor local en el área temporal u occipital de una semana de duración. Cuatro de los cinco casos con efectos adversos ocurrieron en el primer año de tratamiento, y uno en los 18 meses posteriores y últimos del estudio. Discusión La migraña crónica es un trastorno caracterizado por la persistencia del dolor y por la refractariedad de los tratamientos, tanto preventivos como sintomáticos. De aquí que genere una gran discapacidad, rasgo básico del trastorno. Por estas características se diferencia con claridad de la migraña episódica [10,11], con la que se establecen diferencias de respuesta al tratamiento, de fisiopatología y de etiología, hasta el punto de perfilarse como dos trastornos diferentes [12]. En esencia, las formas episódicas serían una forma de dolor agudo, defensivo, en tanto que la migraña crónica se constituiría en una forma de dolor crónico; por tanto, en una respuesta que dejaría de ser protectora. Acarrearía cambios estructurales neuroplásticos, para convertirse así en perjudicial, y explicaría, además, la escasa respuesta a tratamientos convencionales. De aquí el interés de disponer de un tratamiento eficaz en esta forma de migraña. La ineficacia en la migraña episódica de estudios previos con OnabotA [13] puede explicarse por tratarse de dos trastornos diferentes, y también por el hecho de que los estudios previos 388 al PREEMPT en los que se incluyeron pacientes con migraña episódica carecían de potencia para detectar un efecto como el de la migraña crónica, en el que el descenso significativo de frecuencia de episodios y de días de dolor a las 24 semanas ha requerido cerca de 1.300 pacientes. No obstante, las evidencias de que migraña episódica y crónica son dos enfermedades diferentes son de momento todas indirectas y no excluyen que estemos ante formas o estadios diferentes del mismo trastorno. Hay un porcentaje de pacientes, que en nuestra serie es del 20%, en el que no se obtiene respuesta terapéutica tras dos inyecciones sucesivas con un intervalo de ocho semanas, aun siendo la dosis superior en la segunda (150 U) que en la primera sesión (100 U). La descripción de los casos excluye que se deba a la presencia de otros tipos de cefalea. Las razones hay que buscarlas en el mecanismo de acción de la OnabotA. Específicamente, el bloqueo del complejo proteico SNARE, que altera la unión de vesículas y membrana, posee una proteína específica para cada uno de los siete tipos de toxina botulínica existente. En el caso de la OnabotA, la proteína es la SNAP-25 [13]. Pero quedan otras moléculas SNARE sin bloquear y, más importante aún, el mecanismo de unión de vesículas puede ser independiente del SNARE y dependiente del calcio, en relación directa con el tipo de estímulo de excitación neuronal [14]. Sería de gran interés clínico disponer de un marcador, preferiblemente clínico, que permitiera diferenciar los pacientes respondedores de los no respondedores. En este sentido, Burstein definió rasgos clínicos implosivos frente a explosivos en las fases de pico álgido de migraña como predictores de respuesta a la OnabotA: la forma explosiva sería aquélla en la que el paciente siente una presión creciente desde el interior de la cabeza hacia el exterior, mientras que, en la implosiva, la carga de dolor se siente desde el exterior, como opresiva o aplastante. La última respondería a la OnabotA en el 73%, mientras que en la explosiva el 75% no tendría res- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 Toxina botulínica tipo A en la migraña crónica refractaria: uso compasivo preautorización puesta [15,16]. Este rasgo no se buscó de modo directo en nuestra serie, aunque tal como se ha señalado, es muy frecuente la coexistencia en un mismo paciente de ambos tipos de dolor [17], por lo que el valor predictivo real resultaría muy limitado. Otras variables que se han asociado a peor respuesta son la duración del dolor en años, inversamente proporcional a la probabilidad de respuesta, y la existencia de tratamiento preventivo oral al administrar la OnabotA [18,19]. Por esta razón, se retiraron los tratamientos preventivos al incluir los pacientes en los estudios PREEMPT [8,9]. En nuestros casos, que arrancan de 2009, cerca de año y medio antes de la publicación de resultados de estos ensayos, se mantuvieron los tratamientos preventivos. No obstante, el porcentaje de respondedores entre ellos fue similar al del grupo sin tratamientos preventivos; por otra parte, no se habían realizado cambios en la medicación preventiva en los seis meses previos y los pacientes mantenían criterios de migraña crónica y refractaria, por lo que creemos que la mejoría no se debe a este factor. En términos similares, y a diferencia de los ensayos clínicos citados, la dosis de OnabotA fue inferior, de 100 U, frente a 155 U, y 21 puntos de inyección frente a 31. Este factor se debe a que, al comenzar con nuestros casos, las publicaciones eran dispersas y de metodología heterogénea [20-25], por lo que se optó por una pauta conservadora, que, sin embargo, se mantuvo tras las publicaciones PREEMPT [8, 9], debido a que los resultados obtenidos hasta entonces los consideramos satisfactorios. Además, observamos que el porcentaje de efectos adversos era menor que en los ensayos, donde alcanzaban el 50%, a expensas, fundamentalmente, de dolor en áreas paravertebrales y en el trapecio [9], áreas en las que la dosis y el número de puntos de punción fueron menores en nuestra serie. Por otra parte, nuestro grupo de enfermos representa mejor la realidad clínica que los ensayos. En este sentido, no se han excluido tampoco los pacientes con otras cefaleas primarias, que tan comúnmente se asocian al escenario asistencial diario. Lo mismo ocurre con la fibromialgia, excluida en los ensayos citados: puede cursar con cefaleas propias del cuadro doloroso politópico de la entidad, pero también con migrañas, con una coocurrencia que bien puede ser casual, dada la elevada prevalencia de ambas entidades. Nuestros casos tenían criterios claros de migraña crónica, lo que probablemente explica la respuesta favorable observada en tres de los cuatro pacientes con fibromialgia. En la mejoría del grupo global de pacientes no se excluye un efecto placebo, dado que es alta- www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 mente frecuente en ensayos clínicos de cefaleas: alcanza cifras del 30% en los ensayos clínicos, y puede ser aún mayor, próxima al 50%, ante procedimientos terapéuticos invasivos o en ciertos grupos de edad, particularmente niños [26]. La expectativa sería mayor ante la complejidad del procedimiento y, en este sentido, la inyección intramuscular en múltiples puntos y sesiones puede explicar la mejoría del grupo placebo en ensayos con OnabotA. Es precisamente el resultado significativo del objetivo primario del ensayo PREEMPT2 el que confiere un nivel de evidencia tipo I para el uso del fármaco en la migraña crónica, por lo tanto, un efecto terapéutico real en la población estudiada. La mejoría se alcanza en el número de días de dolor, pero no en el número de episodios de migraña, lo mismo en esta serie que en los ensayos clínicos. Los pacientes respondedores cuentan de manera consistente una reducción de la intensidad de los episodios dolorosos, que responderían mejor a analgésicos y se harían más cortos. Éste es, pues, el efecto fundamental: alivio de la gravedad de los episodios, que no se refleja en una disminución de los episodios de migraña, pero sí en la reducción clara del abuso; además, y por idénticas razones, disminuirían los días de incapacidad y las visitas a urgencias. Este dato de nuestro estudio no es sino un índice indirecto de aumento de calidad de vida, ya estudiada y cuantificada en ensayos con OnabotA en la migraña crónica [27]. La duración del efecto determina la periodicidad de las inyecciones. En los ensayos se ha establecido en 12 semanas, si bien en otros dolores neuropáticos este intervalo cambia [28-30]. Influidos por ello, y dado lo impreciso de la duración del efecto en la migraña al comienzo del trabajo, decidimos iniciar una búsqueda individualizada de esta variable, tal como se explica en la metodología. Así, hemos podido determinar que el período medio entre dosis es de 15 semanas, aunque con amplia variabilidad. Creemos que este dato merece considerarse, dado el menor número de sesiones que supone al pasar de 12 a 15 semanas, traducible en la reducción de molestias al paciente y en costes. En conclusión, en un escenario clínico real de migraña crónica con abuso de analgésicos, el fármaco es eficaz de modo muy similar a los ensayos clínicos internacionales [30-32] y a experiencias similares muy recientes comunicadas en España [33,34]. Se aprecia una reducción especialmente significativa en la intensidad y duración del dolor, lo que acarrea una reducción de días de dolor y de abuso de analgésicos, y una mejora de parámetros de calidad de 389 L.C. Álvaro-González, et al vida. La eficacia se mantiene en presencia de otras cefaleas primarias y el efecto es algo más prolongado de lo descrito. Bibliografía 1. Bigal ME, Serrano D, Reed M, Lipton RB. Chronic migraine in the population: burden, diagnosis, and satisfaction with treatment. Neurology 2008; 71: 559-66. 2. Natoli J, Manack A, Dean B, Butler Q, Turkel CC, Stovner L, et al. Global prevalence of chronic migraine: a systematic review. Cephalalgia 2009; 30: 599-609. 3. International Headache Society. The International Classification of Headache Disorders, 2 ed. Cephalalgia 2004; 24 (Suppl 1): S9-160. 4. Aoki KR. Evidence for antinociceptive activity of botulinum toxin type A in pain management. Headache 2003; 43 (Suppl 1): S9-15. 5. Dolly O. Synaptic transmission: Inhibition of neurotransmitter release by botulinum toxins. Headache 2003; 43 (Suppl 1): S16-24. 6. Durham PL, Cady R. 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To describe our experience in compassionate use before approval. 390 www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 Toxina botulínica tipo A en la migraña crónica refractaria: uso compasivo preautorización Patients and methods. 35 cases with chronic migraine assessed between July 2009-December 2011 in a specialized headache consultation. 100 U of OnabotA were injected in 21 points over the facial and pericranial muscles, according to a modified PREEMPT protocol. We determined before and after treatment: number of episodes and migraine days; pain intensity and days of disability extracted from MIDAS score, and data regarding drug intake. After follow-up, new injections were given at intervals dictated by individualized response timing. Therapeutic response was considered when: intensity of pain was reduced to a half o ≥ 4 VAS points, or the number of monthly days of pain descended ≥ 7/month, or the case converted to non-drug overuser. Results. In 27 cases (80%) it was proved clinical improvement. This effect was confirmed by: a reduction in headache severity, reflected as much in pain intensity (VAS scale < 0.001) as in the number of days with disability (3.2 vs 0.4, p < 0.001); an improvement in the number of monthly days of pain (19.8 vs 13.8, p < 0.05; a significant decrease in the number of cases of medication overuse (69% vs 13%, p < 0.01). Mean duration of effect was 15 weeks and mean follow-up 9.8 months. Conclusions. OnabotA disclosed efficacy as prophylactic treatment of chronic migraine. It is mainly expressed as a reduction of pain intensity. Medication overuse also descended. Adverse events were sparse. Key words. Botulinum toxin A. Migraine. OnabotulinumtoxinA. Prophylactic treatment. www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 385-391 391