A pura máquina Era el año 2170 cuando ya todo lo hacían las máquinas: cocinaban, lavaban los autos, llevaban a la gente a trabajar, compraban y vendían, decidían qué ropa había que ponerse. Los chicos no necesitaban ir a la escuela ya que las máquinas también pensaban por la gente y los conocimientos no se necesitaban para nada. Sin embargo todavía existía un grupo de chicos con inteligencia, con ideas y con pensamientos que vivía en una guarida secreta donde todos los días estudiaban y aprendían leyendo libros. A ellos les encantaba observar como trabajaban las máquinas pero para aprender y por eso todos los días las observaban atentamente temiendo que alguna vez les pasara algo: sería un desastre y todos los humanos morirían pues estaban en sus manos Dos chicos de ese grupo, Lean y Marcos, eran quienes se ocupaban de que todas las máquinas anduvieran bien (ellos también usaban máquinas pero también la cabeza). Julián y Matías eran quienes se ocupaban de la búsqueda de otras personas con pensamientos para que los ayudaran a investigar las máquinas. Esteban, el profesor, sabía mucho de computación y los ayudaba a estudiar. Un día Lean y Marcos se dieron cuenta que a la máquina del vecino de Matías le pasaba algo raro. Enseguida fueron a avisarle a los otros dos quienes también se habían dado cuenta de un error en la máquina de peinar de la tía. Rápidamente se dieron cuenta de que algo muy extraño estaba sucediendo: ¡las máquinas jamás en la vida fallaban porque había máquinas que se ocupaban del mantenimiento de todas las máquinas! A medida que los días pasaban eran más las maquinas que trabajaban lentamente. Trabajaban y estudiaban pero no encontraban ni una pista y la situación ya era un desastre: si no hacían algo rápido la cosa se podía empeorar y el culpable de esto (si es que había un culpable) podía hacer algo mucho peor. Un día, al fin Julián encontró a los culpables: eran un grupo de hackers que quería sacarle la memoria a todas las maquinas del universo para apoderarse del mundo. La gente hacía mucho tiempo que no pensaba ni hacía nada por si misma y sin las máquinas era como si no existían. Julián le avisó a sus compañeros y les contó todo lo que sabía de los hackers. Cuando los chicos y Esteban se enteraron se quedaron anonadados. Pensaron mucho y decidieron que Esteban hackeara la computadora de los hackers para borrar el programa con el que sacaban la memoria a las máquinas. No le fue fácil pero luego de tres días lo logró. Los hackers, ya que esa era su vida, se largaron por la infovia y se perdieron para siempre. Había maquinas a las que no les quedaba memoria pero casi todos todavía la tenían. Como habían planeado, Esteban le fue sacando de a poquito la memoria a las maquinas... Tres años después los humanos volvieron a pensar, a tener ideas y a decidir por ellos mismos y vivieron felices para siempre. Autor:Jerónimo Lukin