Principio de imputación personal

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TEMA 17
EL PRINCIPIO DE IMPUTACIÃ N PERSONAL.
Hay que partir del principio de culpabilidad.
Es uno de los contenidos que tradicionalmente se contenÃ−a dentro del principio de culpabilidad. El principio
de culpabilidad tiene un grave problema y es que se utiliza en sentido muy diverso, es altamente
polisémico. Tradicionalmente dentro del principio de culpabilidad se han abarcado:
• Principio de dolo o culpa.
• Principio de reciprocidad o de culpabilidad en sentido estricto. Se enuncia: no hay pena sin culpabilidad.
• Principio de proporcionalidad entre la culpabilidad y la pena. La medida de la pena no debe superar la
medida de la culpabilidad.
El problema es que el principio de culpabilidad es un nombre indebido porque de estos tres contenidos el
único que tiene que ver con la culpabilidad es el segundo.
Al principio de dolo o culpa lo llamamos principio de imputación personal porque el dolo y la imprudencia
eran forma de la culpabilidad y durante mucho tiempo la teorÃ−a predominante fue el causalismo.
Vamos a llamarlo principio de la imputación personal porque tiene que ver con lo que el sujeto quiera o no
quiera.
Ese principio de imputación personal está recogido en el Código penal en el artÃ−culo 5 de manera
directa, donde se afirma que no hay pena sin dolo o imprudencia; e indirectamente en el artÃ−culo 12 del
Código penal donde se afirma que los delitos imprudentes sólo se castigan si están tipificados.
Esto es lo que nos da la idea que la imputación personal es graduable. Hay cuestiones que más vinculadas a
la voluntad de realización y hay otros hechos donde la dependencia de la voluntad de realización no
interviene tanto, por lo que hablamos de hechos imprudentes, y la imputación personal es menor.
El principio de imputación personal lo correcto hubiera sido que el Código penal no hubiera dicho que no
hay responsabilidad penal sin dolo o imprudencia.
Ese principio de imputación personal es sinónimo de que no cabe la responsabilidad objetiva.
La responsabilidad objetiva que se elimina con ese principio que se ha ido incluyendo ha estado vigente a
través de un principio que procedÃ−a del Derecho canónico y el principio de Versari in re illicita.
Este principio viene a establecer que se exige responsabilidad por acciones o por resultados que eran fruto del
azar, en absoluto, tenÃ−an que ver de la voluntad de realización del sujeto. (MIRAR ESTO)
Conforme al principio Versari in re illicita viene de un texto que querÃ−a decir que “a los que incurren en un
hecho ilÃ−cito se les imputará todas las consecuencias que deriven como consecuencia delictiva” y habrÃ−a
que añadir: dolosas. Se imputaba a tÃ−tulo de dolo todas las consecuencias que derivaban del un acto
ilÃ−cito voluntario, aunque el sujeto no haya querido esas consecuencias, aunque no las hubiere previsto, y
aunque ni siquiera las hubiera podido prever. De manera que por ejemplo quien entraba en un bosque a talar
un árbol y estaba prohibido, aunque avisara “árbol va” la muerte de la persona sobre la que pudiera caer el
árbol era a tÃ−tulo doloso.
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Este principio supuso un gran adelanto, por lo menos se reducÃ−a el objetivismo extremo del Derecho
germánico, donde se respondÃ−a penalmente de todos los resultados producidos aunque no derivaran de una
acción ilÃ−cita inicial.
El principio del Versari in re illicita estuvo vigente en el Código penal hasta 1983. Durante su vigencia se
restringÃ−a el alcance de ese acto ilÃ−cito inicial fuera por lo menos un delito. (MIRAR, SIN SENTIDO)
Eso llevaba a que se produjeran situaciones insatisfactorias y a través de unos malos tratos mÃ−nimos se
imputaban homicidios como dolosos, y se apreciaba únicamente una atenuación llamada atenuante de
praeterintencionalidad (más allá de la intención). Esta atenuante decÃ−a que se atenuaba la pena cuando
el culpable no tenÃ−a la intención de causar un mal tan grave como el que causó. Esta atenuante era
absolutamente rechazable porque era una contradicción.
Desde la reforma de 1983 y sobre todo con el nuevo Código penal desaparecen los vestigios del Versari in re
illicita. Los primeros en desaparecer fueron los delitos calificados con un resultado más grave fortuito, que
eran figuras de delito compuestas, integradas por una conducta básica dolosa inicial y un resultado más
grave de lo que abarcaba ese tipo básico doloso inicial fortuito, y la pena que se imponÃ−a era una pena que
resultaba muy superior a la que hubiera correspondido por esa realización del tipo básico doloso inicial que
casi venÃ−a a coincidir con la que hubiera correspondido por la aparición del resultado grave fortuito
dolosamente.
Por ejemplo el aborto con resultado de muerte de la embarazada y también el abandono de niño con
resultado de muerte.
Lo que decÃ−a el tipo era lo suficiente: si al resulta de aborto doloso muere la embarazada se castiga una
pena que casi venÃ−a a ser como la que corresponde por matar a la madre dolosamente. Si alguien
practicando un aborto morÃ−a la mujer fortuitamente la pena que se imponÃ−a era casi la del asesinato
(sólo esa pena, no se sumaba la pena de aborto, sino sólo la de matar a la madre). En el abandono de niño
con resultado de muerte: el niño morÃ−a fortuitamente, se castigaba como si hubiese matado al niño.
Esta situación se mantuvo hasta 1983.
Lo primero que se suprimen son los delitos calificados por un resultado más grave fortuito. Se pueden
aplicar los artÃ−culos 411 y 488 del Código penal cuando el resultado más grave fortuito producido
obedezca al menos por culpa.
Supresión de los delitos calificados por un resultado más grave al menos por culpa.
Tras la reforma de 1983 estábamos ante la situación de que la pena seguÃ−a muy próxima a la pena del
homicidio doloso.
Esto daba lugar a dos violaciones del principio de imputación personal, porque al decirse al menos por culpa,
querÃ−a decir que de las tres posibilidades que habÃ−a que quitar los fortuitos y aceptar los dolosos e
imprudentes. (MIRAR)
Esto daba lugar a que se daban las siguientes situaciones:
• Dolo - dolo: tipo básico doloso + un resultado más grave doloso.
• Dolo - culpa: tipo básico doloso + un resultado más grave imprudente.
Esto daba lugar a una doble violación del principio de imputación personal porque al que queriendo matar
al feto además querÃ−a matar a la madre, la pena era sólo de homicidio doloso, no se castigaba el aborto
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(por lo que la pena era menor que matar sólo a uno de los dos).
Al dolo - culpa la pena que se le imponÃ−a era injusta que la que le corresponde, porque era casi la del aborto
doloso en concurrencia.... (FALTA)
En la práctica la doctrina tenÃ−a muy claro que la combinación dolo - dolo no se correspondÃ−a en
absoluto con lo que debÃ−a ser un delito calificado por el resultado más grave, y proponÃ−a su supresión.
Por lo que respecta a la combinación dolo- imprudencia era mayoritariamente la postura que proponÃ−a su
supresión y la aplicación de las reglas de concurso del delito.
El problema era que la jurisprudencia en los supuestos de dolo eventual iba al artÃ−culo 411 del Código
penal (resultado más grave), por lo que beneficiaba a las personas con dolo eventual (dolo - dolo).
Con el nuevo código penal desaparece con la proclamación en el artÃ−culo 5 del Código penal del
principio de imputación personal la Versari in re illicita. Sin embargo a pesar de que el artÃ−culo 5 dice que
no hay responsabilidad si no hay dolo o imprudencia hay autores que siguen afirmando que en el nuevo
Código penal hay algunos delitos calificados por el resultado más grave. Por ejemplo Los artÃ−culos 229.3
y 231.2 del Código penal.
El problema es que en realidad esto es un problema de interpretación, y lo que hay que hacer es exigir por
vÃ−a interpretativa que ese resultado más grave esté abarcado por el dolo y si no está abarcado por el
dolo que no se pueda abarcar ese tipo.
Hay que exigir que para poder apreciar esa pena más grave esa puesta en peligro concreto debe ser doloso.
Aun asÃ− hay algunos tipos en el nuevo Código penal como el del artÃ−culo 229.3 o como el del 148.1 que
hay que tener cuidado con ellos. Por ejemplo en el 148.1 se agrava el delito de lesión si se utiliza un medio
que genere un peligro de una lesión más grave o de muerte. Por ejemplo alguien que con un machete le
hace una herida a otro no mortal y necesita intervención quirúrgica, y por el hecho de haber utilizado ese
machete la pena es mucho mayor, porque el peligro era mucho mayor. Se exige el tipo básico doloso y un
resultado de peligro concreto.
Este tipo de figuras hay quien las valora positivamente y quien no. Por ejemplo Diez Ripollez considera que
en ese 148 hay una puesta en peligro concreta de muerte o de una lesión mayor, y considera que este delito
no es delito calificado por un resultado más grave, sino que ese peligro concreto de muerte o de lesión
mayor tiene que estar abarcado por el dolo, pero considera positivo que se recojan esas figuras concretas que
recojan un tipo concreto de figura dolosa y un resultado doloso. (MIRAR ESTO)
Podemos decir sin más que esto es una tentativa.
A veces esto perjudicarÃ−a al autor, pero a veces se le estarÃ−a beneficiando.
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