A las orillas del Ganges

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Del 30 de marzo al 11 de abril de 2006 // CULTURAS // 5
(27)
CINE
Bárbara Boyero
{películas}
‘Volver’
Fantasmas manchegos
PEDRO ALMODÓVAR (2006)
DIEGO DÍAZ
o puede ser más
ajustado el título de
esta película: Volver.
Almodóvar regresa a su
Mancha natal (los manchegos juzgarán dónde termina
la Mancha real y empieza la
Mancha almodovariana), a
sus películas de todo mujeres (tras sus últimas incursiones en el mundo masculino) y a Carmen Maura (genial, impresionante, maravillosa), superado ya el mal rollito que desunió a tan
afortunada pareja artística a
finales de los ‘80. Regresos
fuera, pero también dentro
de la pantalla, y no sólo el de
un fantasma que no termina
de morirse, sino que toda la
narración está plagada de diferentes retornos, reencuentros y déjà vu. Volver en una
palabra, ya sea al lugar del
crimen o a intentar enmendar los errores del pasado.
Como suele pasarme con
el cine de Almodóvar, empiezo por no creerme nada, pero
termino por tragarme encantado todas las mentiras, vueltas de tuerca, excesos melodramáticos, y decorativos
que el cineasta va desplegando. A este in crescendo ayudan, por supuesto, las magníficas interpretaciones de Lola
N
DEEPA MEHTA. La cineasta india acudió a Madrid a presentar su última película, ‘Agua’.
ENTREVISTA CON DEEPA MEHTA, CINEASTA INDIA
A las orillas del Ganges
{
India, 1938. Chuyia, una niña de ocho años, es casada con un anciano
que muere la misma noche de la boda. A la joven le espera un sombrío
destino: vivir una vida de total abnegación recluida como viuda. La
cineasta india Deepa Mehta disecciona en ‘Agua’, su última película,
el sometimiento político, religioso y sexual de las mujeres en la India.
TERESA GUTIÉRREZ MATURANA
e la mano de Deepa Mehta nos sumergimos en un
mundo vedado a
la esperanza. El séptimo trabajo de la directora hindú,
Agua, quizás el más conmovedor hasta la fecha, narra
con un reparto coral la vida
representativa de un conjunto de viudas recluidas en un
ashram (lugar de reclusión
creado, en principio, para la
meditación y el estudio de los
textos sagrados). La historia
se enmarca en la India colonial de 1938, donde las viudas no tienen otra alternativa
que la descrita en los textos
sagrados: casarse con el hermano más joven del marido,
arder con él, o llevar una vida
de total abnegación. Tras cosechar importantes premios
internacionales y ser nombrada por Amnistía Internacional como la película del
año, la cinta llega a Europa.
Con esta nueva obra, se com-
D
“Con los actores
niños se usa el
sentimiento,
y eso te obliga
a sacar los tuyos”
pleta la trilogía iniciada en
1996 con Fuego y continuada con Tierra dos años más
tarde; trilogía sobre los sentimientos humanos, donde
convergen el amor y la sexualidad, la guerra, el odio y la
política. De momento “no habrá Aire, para completar los
elementos”. Así lo comunicó
la directora en el preestreno
buscaba sus gafas, sin ellas
no veía nada.
de la película en Madrid, donde DIAGONAL tuvo la ocasión de entrevistarla.
D.: Samara, que interpreta a
Chuyia, la niña con la que se
abre la historia, no habla ni
indio, ni inglés y tuvo que
aprender los diálogos fonéticamente, ¿le resultó muy difícil guiarla?
D.M.: Me encanta trabajar
con niños, porque son honestos y sinceros. Me motiva, es
algo espontáneo que necesita más iniciativa por parte de
la directora. Con los actores
adultos siempre se utiliza el
intelecto, con los niños el
sentimiento, y eso te obliga a
sacar los tuyos, vuelves a recordar sentimientos.
DIAGONAL: El rodaje se retrasó debido a los ataques de
los fundamentalistas, ¿le llevó cuatro años reanudarlo?
DEEPA MEHTA: No tardé
cuatro años en resolver todos
los problemas, pero si tardé
cuatro años en dejar de estar
enfadada, y dije que no rodaría Agua mientras estuviese
enfadada. Ya que si rodaba
Agua mientras tanto no se trataría de una película sobre las
viudas, sino sobre mí misma.
D.: Al final la película continuó su rodaje en Sri Lanka,
tras los incidentes de Varanasi, donde un grupo de fanáticos destrozaron los decorados, ¿es más fácil rodar allí?
D.M.: No podía recrear Varanasi en Sri Lanka, porque
para ello necesito el presupuesto de Gladiator. No hay
ashrams solo en Varanasi, sino que están repartidos por
toda la India. Contamos con
un pequeño embarcadero,
repleto de templos hindúes,
por lo que la diferencia de localización no fue decisiva.
D.: ¿Cómo surge la idea de
realizar una película sobre
las viudas hindúes?
D.M.: En un viaje, durante la
grabación de un episodio de
Las aventuras del joven Indiana Jones, observé a una
viuda que lloraba desconsoladamente a las orillas del
Ganges. La gente pasaba sin
advertir su presencia. Parece
que buscaba algo entre balbuceos… Al final supe que
}
FILMOGRAFÍA
1991. Sam y Yo
1994. Camila
1996. Fuego
1998. Tierra
2002. Bollywood/Hollywood
2003. Republic of Love
2005. Agua
D.: Ya contó con la presencia
de Nandita Das para las dos
primeras partes de la trilogía.
¿Por qué decidió cambiar de
actriz en el papel de Kalyani?
D.M.: El guión en cinco años
no se cambió, pero yo sí, lo
que hace que lo que quiero
para mis personajes también
cambie. Hace cinco años Nadita era perfecta para el papel porque yo quería que Kalyani fuera una mujer potente, fuerte. Pero al cabo de cinco años me di cuenta de que
quería que Kalyani fuera una
mujer mucho más frágil y
Nadita es una actriz con una
fuerza interior impotente, no
podía dar esa fragilidad.
Agua es una historia de
amor y sufrimiento, de eliminación del sujeto mujer en
base a unos escritos religiosos injustos y trasnochados.
Por suerte las cosas en la
India están cambiando.
Dueñas, Blanca Portillo,
Chus Lampreave, Penélope
Cruz y por encima de todo
Carmen Maura. Siento ser
pesado con el tema pero
Maura está simplemente perfecta. Una de esas interpretaciones aparentemente fáciles,
totalmente desprovistas de
artificio, de las que sólo son
capaces las grandes. Volver
puede gustar más o menos,
pero Maura es incontestable.
Volver es una película de Almodóvar, de eso no hay duda, pero creo que el tiempo la
convertirá en una película de
Almodóvar-Maura, y además
con toda razón.
‘El arco’
Un cuento poco tensado
KIM KI-DUK (2005)
RAQUEL SEVILLA GUILLÉN
a nueva película de
Kim Ki-Duk presenta
los elementos clásicos
de un cuento de reclusión:
en un barco en alta mar, un
anciano pescador vive con
una joven a la que recogió
siendo niña, y espera desposarla al cumplir los diecisiete. Ella no ha visto nada más
allá del barco, salvo a los
pescadores que acuden a
trabajar y de los que él la defiende con violencia, utilizando un arco. Como cualquier objeto mágico, el arco
se presta a otros usos: instrumento musical de comunicación con el cosmos y
adivinación del futuro. Esta
vida solitaria se ve interrumpida por la llegada de un joven y el fatal enamoramiento con la muchacha.
Una carrera de ritmo imparable, propia de la producción oriental, querida por
críticos, festivales, público...
Quizá sea esta aceptación
tan vaga la que mejor defina
la obra de Kim Ki-Duk; definición de un cine accesible,
con cierta sensibilidad plástica e importancia de la
anécdota (a veces no llega a
constituirse en trama). El
L
arco sigue esta línea: agradable visualmente, pone en
juego motivos ‘universales’
(lamento por la juventud
perdida, identificación de la
virginidad femenina-pureza), a los que suma las puntuales aportaciones del autor (el poder sexual del arco). No obstante, podríamos
exigir un tratamiento más
reflexivo de estos elementos, ya fuera en clave crítica,
innovadora o incluso complaciente, en vez de la factura ligera del que sólo ofrece
un film entretenido.
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