CAPITULO 4 Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón

CAPITULO 4
Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón
En 1602 aparece el nombre de
“Escuelas Pías”. Hay unos 700
alumnos y todos gratuitos. A los
maestros se les paga con las
limosnas. El mantener
económicamente las escuelas, será
uno del los mayores problemas del
Padre José
En las escuelas se enseñaba las
primeras letras. Después la lengua
latina, instrumento indispensable para
encontrar un buen puesto de trabajo.
Pero la ocupación preferida de José
fue la de enseñar a rezar a los niños
pequeños. Quiso que sus en sus
escuelas siempre hubiese niños
rezando por la paz en el mundo y por
el buen funcionamiento de las clases.
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María Gastón transmitió a José el amor por María.
Él mismo se quiso llamar José de la Madre de Dios
y a sus compañeros los llamó POBRES DE LA
MADRE DE DIOS.
En el mismo escudo de las Escuelas Pías aparece el
nombre de María.
Más aún, estaba convencido que era la Virgen la que
había inspirado esta gran obra.
Pero también tuvo mucho interés por la ciencia
la cultura. Por ello, buscó a personas que le
ayudaran en la formación de sus maestros. Tal
fue el caso del gran científico GALILEO
GALILEI.
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y
Sus colaboradores y amigos
GELIO GHELLINI. Fue uno de sus
primeros colaboradores. Se encargaba
de que durante todo el día los niños se
turnaran en grupos para rezar en la
capilla de la escuela.
GASPAR DRAGONETTI se unió a la obra
de Calasanz a los 90 años y murió a los 115.
Fue un excelente profesor de latín y seguro
que un ancianito muy simpático con los
niños.
GLICERIO LANDRIANI era un joven
que venía de una familia rica. Fue un gran
catequista. La pega es que murió muy
pronto. Calasanz lo quería
entrañablemente.
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Y el más original de todos fue
el Padre MELCHOR
ALACCHI. Era una persona
muy aventurera. Iba siempre a
pie fundando colegios por
donde pasaba. Intentó fundar en
Guisona (España) pero fracasó
a causa de la guerra.
Las Escuelas Pías van
creciendo. Además de fundar
escuelas por Italia, se
extienden por Centro Europa:
Austria, Polonia, Hungría y
Moravia.
Junto a la expansión de la Orden,
también vinieron los problemas.
Se acusaba a los escolapios de
varios cargos. Total, cuando una
obra es de Dios siempre tiene que
venir la PRUEBA, como le pasó a
Jesús en la cruz.
Hubo escolapios que con sus
mentiras hicieron mucho daño a
José de Calasanz y a sus escuelas.
Conclusión: se dictan medidas
que tienden a la extinción total y
definitiva de las Escuelas Pía.
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José de la Madre de Dios muere a los 92 años con las Escuelas Pías destruidas. La noche
del 24 al 25 de agosto, José muere viejo, pobre y aparentemente fracasado.
No había hecho en toda su vida ni un solo milagro aparatoso. Y es que –ya se sabe-, cuando
se tienen niños, no le queda a uno tiempo para nada.
Su entierro fue una auténtica fiesta. Todo el mundo en Roma sabía que en esa escuelita,
Dios había forjado a un santo.
José fue enterrado en Roma, pero en realidad se encuentra en aquellos lugares donde los
escolapios han encontrado por todo el mundo la manera definitiva de servir a Dios haciendo
el bien a los pequeños.
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