desde siempre la pintura, la escultura, el grabado y las artes plásticas en general me han servido como válvula de escape para sobrellevar las vicisitudes que nos encontramos a lo largo de la vida, convirtiéndose en mi mejor terapia para afrontar el día a día. el proyecto “las cosas que una tiene que hacer para vivir y no perder la cabeza” surgió en un momento en el que por diversas circunstancias me encuentro en una situación de crisis creativa y, haciendo caso a los consejos de mis amigos, comienzo a dejarme llevar y realizar actividades variadas ajenas al arte. nadar, pasear, estar con los amigos, escuchar música, viajar... se convierten entonces en el muro de contención que me ayudó a continuar. será también en esos momentos cuando comienzo a fijarme en situaciones que captan mi atención y que quedarán plasmadas en mi retina. entonces, de una situación que en sí misma se ha convertido para mí en otra válvula de escape, vuelve a surgir la creatividad y comienzo el proyecto “las cosas que una tiene que hacer para vivir y no perder la cabeza”. bajo el título “nadar”, una de esas cosas que me hicieron vivir y no perder la cabeza, presento la primera parte de un proyecto mucho más ambicioso en el que tengo la intención de conseguir plasmar todos aquellos momentos vitales que me llenaron de vida y creatividad. el espacio acuático se convirtió en un lugar óptimo para la relajación y la reflexión personal. el conjunto de grabados que presento reflejan esos instantes en los que sentí surgir la inspiración dentro de mí. para este trabajo he elegido como técnica la “xilografía japonesa – ukiyo-e”, recurriendo a materiales y recursos modernos, no sólo porque se adaptan a mi manera de trabajar sino por lo que quiero contar. los primeros ukiyo-e aparecieron en japón en el siglo XVII en la ciudad de edo (actual tokio) producto de una cultura civil muy particular. aquellas primeras estampas mostraban con gran expresividad la vida cotidiana de la época por lo que recibieron el nombre de ukiyo-e (el mundo que fluye). la ceremonia del té, labores de costura, escenas de aseo… pueden ser algunos ejemplos. en mi caso dejar fluir la vida me hizo nadar. fabiola “nadar”: sentir el agua y alejarse del exterior para crear un universo creativo y de pensamiento propio. “al borde”: cuesta “tirarse a la piscina”, hay que salir de la zona de confort. “impulso”: existen ocasiones en el transcurso de una vida en las que se necesita coger impulso. “tomando aire”: mi esfuerzo por conseguir aliento necesario para seguir adelante. el “el mejor momento”: instante para conectar contigo misma, aislarse del mundo y sentir el agua alrededor de ti. “adentro”: una mirada interior a lo más íntimo y profundo de una misma, lo mejor y lo peor se hacen uno. “estoy pensando”: pensar, recapacitar y sacar todos los pensamientos tratando de ordenar ideas. “mañana más”: ya he hecho lo que tenía que hacer, me siento bien, y puedo irme a casa a dormir y descansar. Fabiola Gil, natural de La Almunia de Doña Godina, desarrolla desde muy joven su afición por las artes plásticas y se traslada a vivir a Zaragoza para estudiar en la Escuela de Artes. Continúa sus estudios cursando las especialidades de Escultura y la de Grabado y estampación. También recibe formación en Conservación y restauración de bienes culturales, rama en la que comenzará a desarrollar su carrera profesional participando en la restauración de patrimonio artístico y monumental aragonés. Paralelamente comienza a impartir diversos cursos y seminarios relacionados con las artes plásticas y participa con sus primeras obras de escultura en diferentes exposiciones colectivas, para poco tiempo más adelante iniciar su carrera expositiva en solitario. Con “Lugares comunes”, “Enseres” o “Ciudades” Fabiola hace una primera incursión en la pintura, pero sin duda será el conjunto de grabados “Imágenes de primavera” el punto de inflexión que marque el rumbo a seguir en su obra creativa actual. Después del minimalismo que suponía el pequeño formato en “Coser y estampar, todo es empezar” Fabiola presenta en el 2014 el comienzo de su proyecto creativo más ambicioso hasta el momento: “Las cosas que una tiene que hacer para vivir y no perder la cabeza”, con una primera parte titulada “Nadar” compuesta por una serie de xilografías y linóleos con los que la artista nos hace partícipes de un período vital en el que, tras una crisis creativa, comenzó a surgir de nuevo la inspiración. Asimismo, Fabiola Gil continúa desarrollando su labor docente en el Taller de dibujo y pintura de La Almunia de Doña Godina, en el Taller de pintura y grabado de Laotra Galería de Zaragoza, así como impartiendo diversos cursos y talleres allá donde se le reclama. Por otro lado lleva años participando en la difusión y conservación del arte mudéjar aragonés colaborando con el Monasterio de la Resurrección de la orden de Canonesas del Santo Sepulcro.