Cuántos recuerdos

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“Cuántos recuerdos”
*Lic. Marisol Jara Madrigal
algunos los alcanzamos, otros no, pero siempre nos gusto
soñar.
Cuántos recuerdos, cuántos recuerdos que quedan en mi
alma.
De niña pensaba que el tiempo no iba a transcurrir,
me sentaba a jugar,
me ponía a correr,
saltaba, reía, lloraba, danzaba,
pero nunca creí que el tiempo fuera a pasar.
En ocasiones ni pensaba que iba a jubilarme,
ni que los amigos en ocasiones se van, para que otros
lleguen
ni que mi familia tarde o temprano se iría del nido como
yo alguna vez lo hice.
Cuántos recuerdos hermosos guardo en mi ser.
Cuántos recuerdos tengo de mi infancia,
cuánta nostalgia me produce, al recordarme de ella.
cuántas recuerdos malos y buenos recuerdos,
cuántas sonrisas brinde a los demás, cuántos abrazos me
brindaron.
La verdad fue que la vida fue pasando y sin darme
cuenta, empecé a ver mi cuerpo, de forma distinta, ya no
era el mismo, había entrado a mi tercera edad,
tenía tantas incertidumbres con respecto a esta edad,
tenía tantos sueños al llegar a ésta, que el tiempo paso
volando.
Y aquí estoy como siempre me lo imagine.
Soy una adulta mayor, una adulta mayor que imaginaba que llegaría a esta etapa.
Aun recuerdo cómo pensaba que sería, aun recuerdo
cómo me soñaba.
La verdad es que fui creciendo poco a poco.
Mi cuerpo fue dejando los pantalones cortos y pequeños, por unos más largos,
y mis zapatos dejaron de ser míos para pertenecer a mi
pasado.
Cuántos recuerdos tengo de mi infancia.
Al dejar mi infancia llego la pubertad,
mi cuerpo cambiaba poco a poco.
Sin imaginar iba creciendo y teniendo muchos cambios
físicos.
Ya no pensando al igual que mi infancia,
en ocasiones ni sabía que era lo que deseaba y a dónde
quería llegar.
En ocasiones me soñaba pequeña,
más hermosa, más robusta,
pero en ocasiones me soñaba alta,
caminando un poco más despacio,
peinando mis canas o incluso,
ocultándolas.
Paso tan rápido esta fase que no me di cuenta que crecí,
que ya soy una adulta con grandes ocupaciones y proyectos ya cumplidos, pero algunos aun soñados.
Mi adolescencia fue como un soplar de vientos, vientos
que ya no llegaran, pero que llego dentro de mi corazón
¡Qué recuerdos de mi vida!
cada edad tiene su momento,
cada edad tiene su dulzura,
cada edad tiene su acidez,
pero esta etapa, ahora que estoy aquí, cómo será.
cuántos recuerdos buenos y malos guardaré también,
de esta edad de mi vida.
Algunos de mis amigos y amigas ya cumplieron con
una de sus metas tener una familia, otros no lo desearon,
pero la verdad es que cada uno de ellos, al igual que yo,
tuvimos nuestros sueños a cumplir,
* Psicóloga del Hospital Nacional Psiquiátrico y Coordinadora del Trabajo Comunal Universitario de la Universidad
de Costa Rica, 2003.
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