Retratos desde el desierto devocional

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Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Apuntes
del
devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos desde el desierto:
lecciones de vida para el peregrino”
1
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
INTRODUCCIÓN
El
tema
de
estos
breves
devocionales
viene
de
mi
propio
“peregrinaje”
por
la
Palabra
de
Dios.
Hace
años,
cuando
comencé
a
leer
la
Biblia
anualmente,
innumerables
eran
mis
críticas
de
los
israelitas.
Pero,
Dios
va
guiándonos
en
sus
caminos
y
nos
lleva
a
nosotros
al
desierto
para
transformarnos
y
enseñarnos.
Cada
año,
en
mi
lectura
del
Pentateuco
me
veo
más
identificada
con
los
hijos
de
Israel.
Me
encuentro
delante
del
Señor,
pidiéndole
perdón
y
dándole
profundo
agradecimiento
por
su
gracia
y
su
tierna
paciencia
para
con
este
peregrino.
Muchas
son
las
lecciones
relevantes
que
se
puede
sacar
de
los
años
que
los
israelitas
pasaron
en
el
desierto.
Este
documento
es
solamente
una
sencilla
recopilación
de
los
apuntes
y
las
reflexiones
en
los
tiempos
devocionales
durante
la
primera
semana
de
clases
del
Seminario
Evangélico
de
Caracas
(marzo,
2014).
Quisiera
aquí
agradecerle
a
la
Profesora
Flor
María
Villoria
quien
hizo
el
devocional
del
martes
en
la
mañana:
La
lección
de
la
lealtad
(pp.
7‐8).
¡Muchas
gracias!
Cuando
se
cita
la
Biblia,
si
no
se
refiere
a
otra
traducción
específica,
la
cita
es
de
la
Versión
Reina
Valera
de
1960.
11
Y
estas
cosas
les
acontecieron
como
ejemplo,
y
están
escritas
para
amonestarnos
a
nosotros,
a
quienes
han
alcanzado
los
fines
de
los
siglos.
12
Así
que,
el
que
piensa
estar
firme,
mire
que
no
caiga.
13
No
os
ha
sobrevenido
ninguna
tentación
que
no
sea
humana;
pero
fiel
es
Dios,
que
no
os
dejará
ser
tentados
más
de
lo
que
podéis
resistir,
sino
que
dará
también
juntamente
con
la
tentación
la
salida,
para
que
podáis
soportar.
I
Corintios
10:11‐13
Caracas,
Venezuela
marzo,
2014
Profesora
Laura
Smith
Dirección
de
Bienestar
Estudiantil
Seminario
Evangélico
de
Caracas
2
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
1.
La
lección
de
la
dependencia
(Éxodo
16:10‐35)
Contexto
Exodo
16:1‐9
(Desierto
de
Sin;
aproximadamente
un
mes
y
medio
después
del
Éxodo).
En
el
ambiente
hostil
del
desierto,
no
hay
dónde
conseguir
comida.
Los
israelitas
tienen
que
aprender
que
el
Éxodo
trae
libertad,
no
independencia
ni
autosuficiencia.
Dios
es
su
única
esperanza.
La
Provisión
en
el
Camino
16:13‐18:
la
provisión
según
la
necesidad
Éx.
16:4
Y
Jehová
dijo
a
Moisés:
He
Dios
manda
según
la
necesidad
de
cada
familia,
suficiente
para
aquí
yo
os
haré
llover
pan
del
cielo;
y
el
cada
día
pero
no
tanto
para
poder
guardarlo
y
administrarlo
ellos
pueblo
saldrá,
y
recogerá
diariamente
por
mucho
tiempo.
la
porción
de
un
día,
para
que
yo
lo
pruebe
si
anda
en
mi
ley,
o
no.
16:19‐20:
la
confianza
tiene
que
ser
en
Él,
no
en
el
maná
El
maná
ere
una
lección
para
los
israelitas,
estaban
aprendiendo
a
depender
del
Él
día
tras
día.
Así
se
desarrolla
la
relación,
se
conoce
a
Dios.
No
sabemos
cuántos
se
preguntaron
esa
primera
semana:
¿y
si
no
hay
maná
mañana?
¿y
si
Dios
no
provee?
¿No
nos
sería
más
fácil
recibir
todo
de
una
vez
y
manejarlo
nosotros?
El
maná
era
diario‐‐Dios
estaba
cultivando
el
sentido
de
dependencia,
el
reconocimiento
de
Él
como
el
único
sustento
suficiente.
16:21‐26:
cuando
la
obediencia
pareciera
poner
en
riesgo
la
provisión
Se
puede
imaginar
la
preocupación
de
muchos
cuando
se
acercaba
el
séptimo
día.
Ya
habían
visto
el
que
maná
se
echaba
a
perder
dentro
de
24
horas,
¿y
ahora?
16:27‐30:
La
vanidad
de
la
desobediencia
(el
actuar
”por
si
acaso”
cuando
Éx.
16:27
Y
aconteció
que
Dios
ha
mostrado
otro
modelo)
algunos
del
pueblo
salieron
en
el
séptimo
día
a
recoger,
y
no
Ellos
estaban
confiando
en
su
experiencia,
y
no
en
el
Señor
y
Su
hallaron.
Palabra—sus
expectativas
se
limitaban
a
su
experiencia.
Así,
algunos
salieron
a
recoger
el
día
de
reposo.
Encontraron
lo
que
Dios
ya
les
había
dicho.
3
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Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
16:31‐34:
Testimonio
de
la
provisión
de
Dios.
Dios
conoce
al
pueblo
y
sabe
lo
importante
que
es
recordarles
de
su
provisión.
En
el
arca,
el
maná
no
se
echa
a
perder
porque
Dios
lo
conserva
como
recordatorio
de
la
dependencia
del
Pueblo.
16:35
y
Josué
5:12:
la
forma
de
la
provisión
cambia
pero
la
relación
de
dependencia
sigue
Éx.
16:35
Así
comieron
los
hijos
de
Israel
maná
cuarenta
años,
Jos.
5:12
Y
el
maná
cesó
el
día
siguiente,
desde
que
comenzaron
a
comer
del
hasta
que
llegaron
a
tierra
habitada;
maná
comieron
fruto
de
la
tierra;
y
los
hijos
de
Israel
nunca
más
tuvieron
maná,
sino
que
hasta
que
llegaron
a
los
límites
comieron
de
los
frutos
de
la
tierra
de
Canaán
aquel
año.
de
la
tierra
de
Canaán.
Dios
obra
de
diferentes
maneras
en
diferentes
momentos.
Quizás
la
segunda
generación
se
acostumbrara
al
maná
como
algo
automático
sin
pensar
mucho
en
Dios
quien
lo
mandaba
sin
fallar.
Ahora,
iban
a
tener
que
profundizar
su
sentido
de
dependencia
en
el
Señor
en
un
nuevo
contexto.
La
lección
de
la
dependencia:
aplicación
1.
La
tentación:
pensar
que
‐‐que
nuestra
vida
integral
depende
de
lo
que
nosotros
hagamos.
Dios
nos
hizo
responsables
(obediencia)
y
dependientes
de
Él.
2.
El
“desierto”
nos
puede
ayudar
reconocer
en
quién
estamos
confiando.
3.
Si
confiamos
en
nuestros
esfuerzos,
no
encontraremos
nada;
nos
agotaremos
buscando
la
provisión
de
Dios
bajo
nuestras
condiciones.
4.
La
madurez
espiritual
no
lleva
a
la
independencia,
sino
a
una
dependencia
radical
en
toda
área
de
nuestra
vida.
5.
¡Dios
quiere
una
relación
continua
con
nosotros!
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
4
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
2.
La
lección
de
la
confianza
(Éxodo
17:1‐7)
Contexto
La
transición
del
Éxodo
16
al
17
no
nos
indica
el
tiempo
transcurrido.
¿Cuánto
tiempo
pasó
entre
la
primera
provisión
del
maná
y
este
evento?
¿Cuántos
días
habían
comido
maná?
Habían
visto
milagros
poderosos.
Estaban
viviendo
un
milagro
diario.
El
día
que
falló
el
agua,
ellos
habían
desayunado
maná.
Cuando
falla
el
agua
17:1:
La
obediencia
los
había
llevado
adonde
no
podían
encontrar
agua.
17:2‐3
¿Cuál
es
su
reacción
en
el
momento?
Cuestionan
los
propósitos
de
Dios.
Por
la
situación,
piensan
que
Dios
(y
Moisés)
los
sacó
de
Egipto
para
matarlos.
17:4‐6
¿Qué
hace
Moisés?
Reconoce
que
él
mismo
no
puede
resolver
el
problema.
Lleva
el
problema
a
Dios.
(La
“vara”
es
un
recordatorio
del
milagro
del
Nilo
y
por
extensión,
todos
los
milagros
que
Dios
había
hecho
en
Egipto)
Moisés
obedece
a
Dios.
(Nota:
aunque
es
cierto
que
la
piedra
sedimentaria
puede
contener
reservas
de
agua
que
se
puede
liberar
golpeando
la
roca,
la
cantidad
de
agua
que
sale
aquí
es
milagrosa.
Dios
responde
en
abundancia.)
5
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Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
17:7
El
género
narrativo
hebreo
pocas
veces
describe
con
detalles
las
emociones
y
los
pensamientos
de
los
personajes.
Frecuentemente
nos
indica
los
sentimientos
o
las
actitudes
de
alguien
por
medio
de
lo
que
se
dice
o
se
hace.
En
este
caso,
los
versículos
17:3
y
7
nos
enseñan
mucho
acerca
de
las
actitudes
del
pueblo
en
ese
momento.
8
No
endurezcáis
vuestro
corazón,
como
en
Meriba,
El
salmo
95:8‐9
describe
el
mismo
acontecimiento.
Los
Como
en
el
día
de
Masah
en
el
desierto,
dos
nombres
atribuidos
al
sitio
reflejan
cómo
los
1
9
Donde
me
tentaron
vuestros
padres,
israelitas
desafiaban
a
Dios. Me
probaron,
y
vieron
mis
obras.
Salm.
95:8‐
9
Meriba:
rencilla,
querella,
conflicto
Masah:
prueba
Los
israelitas
ponen
a
Moisés
a
prueba,
pero
realmente
están
desafiando
a
Dios.
Dios
conoce
su
necesidad
y
les
provee
el
agua,
respaldando
a
Moisés
delante
de
ellos.
La
conclusión
describe
claramente
cuál
era
el
mayor
problema
en
ese
momento.
No
era
la
falta
de
agua
sino
el
cuestionamiento
de
la
fidelidad
de
Dios:
¿Está
o
no
está
el
Señor
con
nosotros?
La
lección
de
la
confianza:
aplicación
¿Cómo
respondemos
en
una
crisis?
¿Cuál
es
nuestra
actitud
hacia
Dios
en
medio
de
la
necesidad?
El
título
de
esta
reflexión
no
es
la
lección
“de
la
querella”
sino
“de
la
confianza”.
¿Confiamos
en
los
propósitos
de
Dios
aun
cuando
se
seca
el
agua?
¿Confiamos
en
su
presencia
en
medio
del
desierto?
1.
La
obediencia
a
Dios
puede
llevarnos
a
situaciones
muy
difíciles
las
cuales
son
oportunidades
de
conocer
mejor
a
Dios.
2.
Existe
el
peligro
de
olvidar
lo
que
Dios
ha
hecho
en
el
pasado
cuando
enfrentamos
un
nuevo
desafío.
Si
no
recordamos
la
presencia
y
la
obra
de
Dios
en
nuestras
vidas,
podremos
caer
en
la
desesperación,
comenzando
a
cuestionar
a
Dios
y
sus
propósitos
para
con
nosotros.
3.
El
Señor
está
con
nosotros.
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
1
h¡DbyîrVm…w h™D;sAm
6
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Semestre
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Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
3.
La
lección
de
la
lealtad:
Éxodo
322
Contexto
Moisés
había
subido
al
“monte
de
Dios”
(Monte
Sinaí
o
Monte
de
Horeb)
a
recibir
de
Jehová
las
“tablas
de
piedra,
y
la
ley,
y
mandamientos”
que
servirían
para
enseñar
a
Su
pueblo.
Moisés
se
hizo
acompañar
por
Josué
y
dejó
encargado
del
pueblo
a
Aarón
y
Hur
(Éx.
24.12‐14).
Durante
cuarenta
días
(“cuarenta
días
y
cuarenta
noches”)
Moisés
permaneció
en
ese
lugar
recibiendo
de
Dios
diversas
instrucciones
(ofrendas,
construcción
del
tabernáculo
y
su
mobiliario,
el
Arca,
los
sacerdotes,
etc.).
Todo
esto
se
pude
leer
en
Éxodo,
capítulos
24
al
31.
Inquieto
por
la
tardanza
de
Moisés,
pues
no
sabía
qué
le
podía
haber
sucedido,
el
pueblo
le
pidió
a
Aarón
que
le
hiciera
“dioses
que
vayan
delante
de
nosotros”,
es
decir,
que
los
guiaran.
Entonces
Aarón
fabricó
un
becerro
con
el
oro
que
pudo
recolectar
del
pueblo.
Cuando
los
israelitas
vieron
el
becerro
de
oro,
lo
llamaron
“dioses
“
y
le
atribuyeron
su
liberación
de
Egipto.
Aarón
también
edificó
un
altar
frente
al
becerro
y
decretó
la
celebración
de
una
“fiesta
para
Jehová”,
lo
cual
se
celebró
un
día
después
(Éx.
32.1‐6).
En
esta
actividad
los
encontró
Moisés
a
su
regreso
del
Monte.
Éxodo
32.7‐10:
La
reacción
de
Dios
ante
la
idolatría
32.7.
Dios
lo
ve
todo
porque
es
Omnipresente
Moisés
y
Dios
están
en
el
Monte
Sinaí.
Mientras
que
Moisés
no
puede
ver
lo
que
estaba
sucediendo,
Dios
sí
podía
ver
cada
detalle
de
la
idolatría
de
Su
pueblo.
32.8.
Dios
no
acepta
adoración
compartida
Aunque
Dios
sabe
todo
con
anticipación,
Él
debe
sentir
tristeza
y
decepción
cuando
su
pueblo
le
falla.
Habiendo
hecho
grandes
cosas
por
su
amado
pueblo,
era
lógico
esperar
agradecimiento
y
lealtad.
Llama
la
atención
que
no
usa
su
acostumbrada
expresión
“mi
pueblo”
y
que
utiliza
el
término
“pronto”
Podemos
parafrasear
Sus
palabras
de
la
siguiente
manera:.
¡Qué
rápido
olvidaron
todo!
Qué
pronto
se
corrompieron,
se
apartaron
del
camino,
se
hicieron
un
ídolo,
lo
adoraron,
le
atribuyeron
las
obras
maravillosas
y
poderosas
que
yo
realicé,
y,
para
colmo,
me
celebraron
fiesta
frente
a
esa
imagen.
32.9.
Dios
es
lo
que
ha
dicho
que
es
y
hace
lo
que
ha
dicho
que
hará
Dios
ve
obstinación
y
rebeldía
en
el
comportamiento
de
su
pueblo
(pueblo
de
“dura
cerviz”).
Él
espera
que
Su
pueblo
crea
en
Él
y
confíe
en
Él
porque
se
ha
revelado
de
muchas
maneras,
en
obras
portentosas
y
en
palabras.
Pero
a
los
israelitas,
acostumbrados
a
la
idolatría
en
Egipto,
habituados
a
dioses
con
“rostros”,
les
resulta
difícil
confiar
en
algo
que
no
sea
perceptible
con
sus
sentidos
físicos
32.10.
Dios
no
se
mantiene
indiferente
al
pecado
2
Profesora
Flor
María
Villoria.
7
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Dios
quiere
lealtad
absoluta.
Por
eso
se
llena
de
ira
cuando
su
pueblo
comete
pecado
de
idolatría.
Cuando
Moisés,
estando
en
el
Monte,
conoce
la
situación
que
se
estaba
desarrollando,
intercede
ante
Dios
para
que
no
consuma
al
pueblo,
como
Él
había
dicho
que
haría.
Básicamente,
los
argumentos
que
utiliza
tienen
que
ver
con
Su
especial
relación
con
Israel
y
con
Sus
promesas
de
multiplicar
el
pueblo
y
de
darle
la
tierra
de
Canaán
(Se
puede
leer
en
Éxodo
32.11‐16).
Después
que
Dios
desiste
de
sus
propósitos,
Moisés
inicia
el
retorno.
Éxodo
32.17‐22:
La
reacción
humana
ante
la
idolatría
32.17‐20.
Es
necesaria
la
destrucción
de
los
ídolos
Cuando
hay
suficiente
madurez
espiritual
y
una
buena
relación
con
Dios,
la
idolatría
produce
dolor
e
indignación.
Con
estos
sentimientos,
Moisés
rompió
las
tablas
que
Dios
había
hecho
y
escrito
con
sus
dedos,
como
señal
de
violación
del
pacto.
También
destruyó
el
becerro
de
oro
que
había
sido
adorado
en
una
fiesta
“para
Jehová”.
32.21‐22.
Es
intolerable
la
permisividad
de
la
idolatría
No
puede
haber
neutralidad
frente
a
la
idolatría;
por
encima
de
todo
debe
prevalecer
la
sujeción
a
la
voluntad
de
Dios,
la
lealtad
a
Dios
y
al
pacto.
Aarón,
el
líder
encargado,
actuó
negligentemente
y
luego
quiso
evadir
su
responsabilidad.
Moisés
lo
responsabilizó
de
traer
y
permitir
el
pecado
del
pueblo.
Es
muy
importante
la
actitud
y
el
ejemplo
del
liderazgo.
El
pecado
del
pueblo
trajo
consecuencias.
Aparentemente,
murieron
todos
los
que
persistieron
en
su
rebeldía.
Pero,
en
su
misericordia,
Dios
atendió
las
oraciones
de
Moisés,
quien
calificó
el
pecado
cometido
por
los
israelitas
como
“un
gran
pecado”,
y
así
se
lo
hizo
saber
al
pueblo;
también
lo
confesó
ante
Dios
y
rogó
su
perdón.
Y
Dios
prosiguió
con
su
decisión
de
llevar
al
pueblo
a
la
tierra
que
le
había
prometido
(se
puede
leer
enÉx.
32.23‐
35).
Posteriormente,
el
pacto
fue
renovado.
La
lección
de
lealtad:
aplicación
1.
Dios
condujo
a
su
pueblo
durante
40
años
por
el
desierto
y
permitió
situaciones
que
Le
permitieran
observar
sus
reacciones
y
conocer
lo
que
había
en
su
corazón.
¿Nos
verá
Dios
a
nosotros
como
tercos
y
rebeldes?
“¿Hasta
cuando
no
querrán
guardar
mis
mandamientos
y
mis
leyes?”
(Ëx.
16.28).
¿Dios
dirá
eso
de
nosotros?
2.
Cuando
Dios
no
responde
como
queremos
y
con
la
rapidez
que
esperamos,
podemos
impacientarnos
y
hacer
cosas
que
ofenden
a
Dios,
cosas
que
Él
ha
prohibido
y
que
aborrece.
3.
Necesitamos
identificar
y
destruir
nuestros
“becerros
de
oro”.
No
podemos
ser
permisivos
ni
tolerantes
porque
ello
refleja
una
condición
espiritual
deficiente.
Dios
quiere
lealtad
absoluta
y
no
comparte
con
nada
ni
nadie
el
lugar
que
le
corresponde
en
nuestros
corazones.
4.
5.
Debemos
asegurarnos
de
que
tenemos
la
imagen
correcta
de
Dios
y
necesitamos
confiar
plenamente
en
Su
amor,
en
la
veracidad
de
Sus
promesas,
en
Su
fidelidad,
en
Su
cuidado
permanente.
Él
sí
conoce
lo
que
es
mejor
para
nosotros
y
cuál
es
el
mejor
tiempo
para
todo.
Nuestra
confianza
y
lealtad
a
Dios
no
debe
depender
de
lo
que
vemos
o
de
lo
que
dejamos
de
ver;
debe
depender
de
lo
que
Dios
ha
dicho
y
hecho.
Reflexión
en
oración
Según
los
pasajes
estudiados,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje,
en
este
momento
de
mi
vida?
8
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
4.
La
lección
de
la
generosidad
(Éxodo
35:20‐29;
36:
2‐7)
¿Cómo
se
construye
un
tabernáculo
en
el
desierto?
Cuando
Salomón
construyó
el
Templo,
David
había
conseguido
los
materiales
de
las
naciones
alrededor
de
Israel.
Salomón
siguió
el
intercambio
comercial
con
los
fenicios
y
otros.
En
los
días
de
Moisés,
no
existían
tales
fuentes.
Estaban
en
el
desierto.
¿Cómo
se
construye
un
tabernáculo
en
el
desierto?
Contexto:
el
mandato
de
Dios
Éxodo
35:4‐5ss
Primero,
Dios
les
pide
ofrendas
de
bienes.
Éx.
35:4
Y
habló
Moisés
a
toda
la
congregación
de
los
hijos
de
Israel,
diciendo:
Esto
es
lo
que
Jehová
ha
mandado:
5
Tomad
de
entre
vosotros
ofrenda
para
Jehová;
todo
generoso
de
corazón
la
traerá
a
Jehová;
oro,
plata,
bronce,
…
Esta
ofrenda
es
voluntaria.
Dios
les
había
dado
leyes
sobre
los
sacrificios
y
las
ofrendas,
pero
esta
ofrenda
era
diferente.
Se
describe
a
la
persona
que
dé
como
“generosa
de
corazón.”
Éxodo
35:10ss
También,
Dios
les
pide
ofrendas
de
talentos,
capacidades:
“todo
sabio
de
corazón.”
En
estos
dos
capítulos
(35‐36),
se
resalta
la
generosidad
y
la
espontaneidad
de
dar
de
corazón.
Sin
ellas,
no
se
podía
construir
el
tabernáculo.
Cuando
el
Pueblo
de
Dios
se
propone
a
honrar
al
Señor
Éxodo
35:21
21
Y
vino
todo
varón
a
quien
su
corazón
estimuló,
y
todo
aquel
a
quien
su
espíritu
le
dio
voluntad,
con
ofrenda
a
Jehová
para
la
obra
del
tabernáculo
de
reunión
y
para
toda
su
obra,
y
para
las
sagradas
vestiduras.
¿Cómo
se
construye
un
tabernáculo
en
el
desierto?
1.
La
manera
En
este
pasaje,
varias
frases
en
castellano
traducen
palabras
hebreas
de
una
misma
raiz:
nadab.
La
idea
básica
es
de
dar
voluntariamente
de
buena
voluntad.
9
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
El
texto
bíblico
resalta
que
el
Pueblo
se
propone
a
dar
lo
que
tiene.
Quizás
mucha
de
esa
riqueza
fuera
del
botín
llevado
de
Egipto.
Seguramente,
no
había
dónde
en
el
desierto
conseguir
tales
cosas.
Donarlas
era
dejar
de
poseerlas.
No
les
iba
a
ser
posible
conseguir
semejantes
cosas
de
nuevo.
2.
La
clase
de
ofrendas:
toda
clase
Estas
ofrendas
era
voluntarias
y
eran
para
el
Señor.
Éxodo
35:22
Vinieron
así
hombres
como
mujeres,
todos
los
voluntarios
de
corazón,
y
La
descripción
que
vemos
en
Éxodo
35:22‐35
incluye
una
trajeron
cadenas
y
zarcillos,
anillos
y
variedad
de
ofrendas,
todas
necesarias
para
la
construcción
del
brazaletes
y
toda
clase
de
joyas
de
oro;
y
Tabernáculo.
todos
presentaban
ofrenda
de
oro
a
Jehová.
Éx.
36:2
Y
Moisés
llamó
a
Bezaleel
y
a
La
descripción
también
incluye
a
diferentes
clases
de
persona,
Aholiab
y
a
todo
varón
sabio
de
hombres
y
mujeres.
Algunos
llevaron
bienes,
otros
trabajan
en
la
corazón,
en
cuyo
corazón
había
puesto
obra.
(Por
ejemplo,
Ex.
36:2)
Jehová
sabiduría,
todo
hombre
a
quien
su
corazón
le
movió
a
venir
a
la
obra
para
trabajar
en
ella.
3.
La
abundancia
de
las
ofrendas
(Éxodo
36:3‐7)
La
generosidad
del
pueblo
sobrepasó
la
necesidad
del
momento.
Es
decir,
en
este
caso
Dios
provee
en
abundancia
a
través
de
su
pueblo.
La
lección
de
la
generosidad:
aplicación
El
texto
bíblico
es
muy
honesto
en
cuanto
a
los
hijos
de
Israel
y
sus
actitudes
durante
su
peregrinaje
en
el
desierto.
En
otros
momentos,
sus
actitudes
y
acciones
no
cumplían
con
la
voluntad
de
Dios.
Eran
seres
humanos
como
nosotros.
Lo
que
leemos
aquí
nos
hace
reflexionar.
Dios
pide
una
ofrenda
totalmente
voluntaria
para
construir
el
Tabernáculo
según
su
diseño.
Moisés
no
manipula
al
pueblo,
no
exige
que
todos
den.
Ellos
dan
libremente
y
con
el
propósito
de
llevar
a
cabo
la
obra
de
Dios.
Dan
de
sus
bienes
y
de
sus
talentos.
Ningún
individuo
tuvo
suficiente
para
hacer
el
trabajo.
Moisés
no
pudo
hacerlo
solo.
Fue
un
trabajo
de
la
comunidad
(congregación).
Fue
un
trabajo
según
la
voluntad
y
el
diseño
de
Dios.
¿Cómo
se
construye
un
tabernáculo
en
el
desierto?
¿Estamos
dispuestos
a
trabajar
juntos?
¿Según
el
diseño
de
Dios?
¿Tenemos
un
corazón
“de
buena
voluntad”
para
llevar
a
cabo
la
obra
de
Dios?
¿Somos
generosos
de
corazón?
¿Reconocemos
que
el
trabajo
es
de
la
comunidad
y
no
de
una
sola
persona?
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
10
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
5.
La
lección
de
la
fe
(Números
13:26‐14:11)
Contexto
Resumen
de
Números
13:1‐25:
Dios
manda
a
Moisés
a
enviar
los
doce
espías
a
reconocer
la
tierra.
Da
sus
instrucciones
explícitas.
Ellos
obedecen
y
después
de
cuarenta
días,
regresan
con
sus
informes
y
una
muestra
del
fruto
de
la
tierra.
El
propósito
de
Dios
era
darles
la
tierra:
era
parte
de
la
promesa
a
Abraham.
La
promesa
fue
renovada
en
el
llamado
de
Moisés
y
repetida
en
el
establecimiento
del
pacto
en
el
desierto.
Dios
había
dado
su
Palabra.
Éx.
6:4
También
establecí
mi
pacto
con
ellos,
de
darles
la
tierra
de
Canaán,
la
tierra
en
que
fueron
forasteros,
y
en
la
cual
habitaron.
Lev.
25:38
Yo
Jehová
vuestro
Dios,
que
os
saqué
de
la
tierra
de
Egipto,
para
daros
la
tierra
de
Canaán,
para
ser
vuestro
Dios.
El
pasaje:
¿a
quién
temes?
Los
doce
espías
vieron
la
misma
tierra
con
sus
riquezas
y
con
sus
habitantes.
Diez
medían
a
los
gigantes
y
las
ciudades
según
su
propia
capacidad
y
sacaron
sus
conclusiones.
Dos
medían
a
los
mismos
gigantes
a
la
luz
del
poder
de
Dios
y
sacaron
sus
conclusiones.
La
diferencia
los
lleva
a
diferentes
actitudes
y
acciones
aunque
han
visto
el
mismo
peligro
y
la
misma
bendición.
Las
palabras
de
los
diez
reflejan
su
temor
y
los
lleva
aun
a
la
exageración.
13:32
Y
hablaron
mal
entre
los
hijos
de
Israel,
de
la
tierra
que
habían
reconocido,
diciendo:
La
tierra
por
donde
pasamos
para
reconocerla,
es
tierra
que
traga
a
sus
moradores;
y
todo
el
pueblo
que
vimos
en
medio
de
ella
son
hombres
de
grande
estatura.
33
También
vimos
allí
gigantes,
hijos
de
Anac,
raza
de
los
gigantes,
y
éramos
nosotros,
a
nuestro
parecer,
como
langostas;
y
así
les
parecíamos
a
ellos.
Los
diez
comunican
su
miedo
al
pueblo,
sus
temores
se
contagian
y
el
pueblo
los
sigue.
14:1
Entonces
toda
la
congregación
gritó,
y
dio
voces;
y
el
pueblo
lloró
aquella
noche.
2
Y
se
quejaron
contra
Moisés
y
contra
Aarón
todos
los
hijos
de
Israel;
y
les
dijo
toda
la
multitud:
¡Ojalá
muriéramos
en
la
tierra
de
Egipto;
o
en
este
desierto
ojalá
muriéramos!
3
¿Y
por
qué
nos
trae
Jehová
a
esta
tierra
para
caer
a
espada,
y
que
nuestras
mujeres
y
nuestros
niños
sean
por
presa?
¿No
nos
sería
mejor
volvernos
a
Egipto?
14:4
Y
decían
el
uno
al
otro:
Designemos
un
capitán,
y
volvámonos
a
Egipto.
11
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Estudiando
la
vida
de
Israel
en
el
desierto,
se
puede
ver
que
tuvieron
miedo
de
Dios
pero
no
lo
honraban,
no
lo
temían.
No
confiaban
en
su
palabra
teniendo
la
presencia
del
Señor
con
ellos.
Así
que
cuando
oyeron
de
los
gigantes,
el
mayor
miedo
ganó
y
los
llevó
a
la
rebelión.
El
miedo
los
motivó
y
los
llevó
a
la
acción.
¿Cómo
respondieron
los
que
sí,
temían
(honabran)
a
Dios?
….
6
Y
Josué
hijo
de
Nun
y
Caleb
hijo
de
Jefone,
que
eran
de
los
que
habían
reconocido
la
tierra,
rompieron
sus
vestidos,
7
y
hablaron
a
toda
la
congregación
de
los
hijos
de
Israel,
diciendo:
La
tierra
por
donde
pasamos
para
reconocerla,
es
tierra
en
gran
manera
buena.
8
Si
Jehová
se
agradare
de
nosotros,
él
nos
llevará
a
esta
tierra,
y
nos
la
entregará;
tierra
que
fluye
leche
y
miel.
9
Por
tanto,
no
seáis
rebeldes
contra
Jehová,
ni
temáis
al
pueblo
de
esta
tierra;
porque
nosotros
los
comeremos
como
pan;
su
amparo
se
ha
apartado
de
ellos,
y
con
nosotros
está
Jehová;
no
los
temáis.
14:8
Josué
y
Caleb,
midiendo
el
desafío
a
la
luz
del
Señor,
tenían
otra
perspectiva.
Nunca
negaron
la
presencia
de
los
gigantes
sino
habaron
con
fe
en
Dios
como
dijeron
en
14:9
“nosotros
los
comeremos
como
pan…con
nosotros
está
Jehová”.
Cuando
los
israelitas
llegaron
a
sentirse
mal
por
el
juicio
de
Dios
que
Moisés
les
anunció,
decidieron
tomar
la
batalla
en
sus
propias
manos,
el
resultado
fue
desastroso
porque
Dios
no
les
había
mandado
a
pelear.
(14:39‐45).
El
juicio
de
Dios
dejó
a
toda
esa
generación
muerta
en
el
desierto,
con
la
excepción
de
Josué
y
Caleb.
Vemos
esta
historia
reflejada
en
la
palabras
de
Moisés
a
la
siguiente
generación:
Deuteronomio
31:6
Esforzaos
y
cobrad
ánimo;
no
temáis,
ni
tengáis
miedo
de
ellos,
porque
Jehová
tu
Dios
es
el
que
va
contigo;
no
te
dejará,
ni
te
desamparará.
31:7
Y
llamó
Moisés
a
Josué,
y
le
dijo
en
presencia
de
todo
Israel:
Esfuérzate
y
anímate;
porque
tú
entrarás
con
este
pueblo
a
la
tierra
que
juró
Jehová
a
sus
padres
que
les
daría,
y
tú
se
la
harás
heredar.
8
Y
Jehová
va
delante
de
ti;
él
estará
contigo,
no
te
dejará,
ni
te
desamparará;
no
temas
ni
te
intimides.
Aplicación:
la
lección
de
la
fe
Cuando
vamos
a
comenzar
algo
nuevo,
¿vemos
a
los
“gigantes”
a
la
luz
del
Dios
grande
y
temible
o
los
vemos
a
la
luz
de
nuestros
temores?
El
temor
a
cualquier
cosa
o
persona
que
no
sea
Dios,
sin
el
temor
verdadero
al
Señor,
nos
puede
llevar
a
la
rebelión
contra
Dios.
(Temor
al
Señor=honra,
reverencia,
obediencia)
La
falta
de
fe
puede
ser
contagiosa.
No
vivimos
solos.
¿Nuestra
manera
de
vivir
lleva
a
otros
a
confiar
en
Dios
o
les
aumenta
el
miedo
y
la
angustia?
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
12
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
6.
La
lección
de
la
gratitud
(Números
11:4‐10,
18‐23,
31‐34)
Contexto
Saliendo
del
desierto
del
Sinaí,
los
israelitas
se
encuentran
en
una
parte
del
desierto
más
inhóspito.
Hacía
tiempo
que
comían
maná
cada
día
como
la
provisión
milagrosa
de
Dios.
Así
que
el
contexto
aquí
no
es
de
vida
y
muerte
por
falta
de
sustento.
El
problema
es
otro…
Cuando
nos
cansamos
de
la
provisión
de
Dios:
Números
11:4‐6
Núm.
11:4
Y
la
gente
extranjera
que
se
mezcló
con
ellos
tuvo
un
vivo
deseo,
y
los
hijos
de
Israel
también
volvieron
a
llorar
y
dijeron:
¡Quién
nos
diera
a
comer
carne!
5
Nos
acordamos
del
pescado
que
comíamos
en
Egipto
de
balde,
de
los
pepinos,
los
melones,
los
puerros,
las
cebollas
y
los
ajos;
6
y
ahora
nuestra
alma
se
seca;
pues
nada
sino
este
maná
ven
nuestros
ojos.
En
el
desierto
de
Sin
cuando
Dios
mandó
por
primera
vez
el
maná,
la
queja
del
pueblo
había
sido
por
no
tener
qué
comer
pero
ahora
es
porque
se
han
cansado
de
la
fiel
provisión
de
Dios
Salm.
78:24
E
hizo
llover
sobre
ellos
maná
para
que
comiesen,
Y
les
dio
trigo
de
los
cielos.
√Los
extranjeros
hacen
los
primeros
comentarios
pero
el
texto
claramente
atribuye
a
los
israelitas
el
llanto
que
sube
delante
de
Moisés
25
Pan
de
nobles
comió
el
hombre;
Les
envió
comida
hasta
saciarles.
y
de
Dios.
26
Movió
el
solano
en
el
cielo,
Vemos
como
la
queja
es
contagiosa
y
llega
a
los
hogares.
(11:10).
Y
trajo
con
su
poder
el
viento
sur,
27
E
hizo
llover
sobre
ellos
carne
como
polvo,
√Su
queja
se
caracteriza
por
la
nostalgia:
anhelan
la
esclavitud
de
Como
arena
del
mar,
aves
que
vuelan.
Egipto.
28
Las
hizo
caer
en
medio
del
campamento,
No
hay
ninguna
referencia
a
todo
lo
que
Dios
había
hecho
para
Alrededor
de
sus
tiendas.
29
Comieron,
y
se
saciaron;
sacarlos
de
tal
esclavitud
y
hacer
de
ellos
una
nación.
Es
como
Les
cumplió,
pues,
su
deseo.
no
hubiera
hecho
nada.
30
No
habían
quitado
de
sí
su
anhelo,
Aún
estaba
la
comida
en
su
boca,
El
milagro
del
maná
se
convierte
en
algo
ordinario,
rutinario.
31
Cuando
vino
sobre
ellos
el
furor
de
Dios,
E
hizo
morir
a
los
más
robustos
de
ellos,
Como
juicio,
Dios
les
da
lo
que
piden
en
sobreabundancia.
El
Y
derribó
a
los
escogidos
de
Israel.
resultado
es
la
muerte
de
muchos
de
ellos.
El
11:34
lo
describe
32
Con
todo
esto,
pecaron
aún,
Y
no
dieron
crédito
a
sus
maravillas.
así:
Y
llamó
el
nombre
de
aquel
lugar
Kibrot‐hataava,
por
cuanto
allí
sepultaron
al
pueblo
codicioso.
La
palabra
“ta’avah”
aparece
en
el
11:4.
La
Reina
Valera
la
traduce:
vivo
deseo.
La
Nueva
Versión
Internacional
la
traduce:
apetito
voraz.
Esta
palabra
es
la
segunda
parte
del
nombre
que
le
ponen
al
lugar,
después
de
“sepulturas.”
13
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Vemos
algo
muy
parecido
en
tiempos
de
la
segunda
generación
en
el
desierto.
El
maná
ya
no
les
parece
una
bendición
sino
un
fastidio.
“El
pan
de
nobles”
(véase
el
Salmo
78:25)
les
parece
algo
despreciable.
Núm.
21:4
¶
Después
partieron
del
monte
de
Hor,
camino
del
Mar
Rojo,
para
rodear
la
tierra
de
Edom;
y
se
desanimó
el
pueblo
por
el
camino.
5
Y
habló
el
pueblo
contra
Dios
y
contra
Moisés:
¿Por
qué
nos
hiciste
subir
de
Egipto
para
que
muramos
en
este
desierto?
Pues
no
hay
pan
ni
agua,
y
nuestra
alma
tiene
fastidio
de
este
pan
tan
liviano.
6
Y
Jehová
envió
entre
el
pueblo
serpientes
ardientes,
que
mordían
al
pueblo;
y
murió
mucho
pueblo
de
Israel.
“…nuestra
alma
tiene
fastidio
de
este
pan
tan
liviano…”
(Reina
Valera)
“…estamos
hartos
de
esta
pésima
comida!
“
(Nueva
Versión
Internacional)
¡Qué
triste
comentario!
Refleja
una
relación
con
Dios
por
interés
que
se
tambalea
en
medio
de
las
dificultades
y
no
agradece
el
cuidado
de
Dios
en
medio
de
las
pruebas.
En
ambas
generaciones,
la
queja
del
pueblo
trae
el
juicio
de
Dios
sobre
ellos
porque
refleja
la
falta
de
gratitud
que
caracteriza
su
relación
con
Dios.
En
ambos
casos
se
manifiesta
la
misericordia
de
Dios
en
medio
del
juicio.
Dios
no
abandona
a
su
Pueblo
en
el
desierto;
no
deja
de
enviar
el
maná
que
es
el
necesario
sustento
diario
de
ellos.
Aplicación:
la
lección
de
la
gratitud
La
queja
del
pueblo
de
Dios
puede
reflejar
el
hecho
de
que
el
pueblo
no
está
identificado
con
los
propósitos
de
Dios
sino
con
sus
propios
intereses.
A
veces
queremos
todo
lo
que
Dios
nos
puede
dar
según
nuestros
deseos,
pero
sin
intimidad
con
Él.
La
queja
es
contagiosa.
¿Reconocemos
la
provisión
de
Dios
en
nuestra
vida
diaria?
¿Somos
realmente
agradecidos
por
el
cuidado
de
Dios?
¿Se
caracteriza
nuestra
conversación
por
el
agradecimiento
o
por
la
queja?
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
14
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:2
Y
te
acordarás
de
todo
el
camino
por
donde
te
ha
traído
Jehová
tu
Dios
estos
cuarenta
años
en
el
desierto,
para
afligirte,
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón,
si
habías
de
guardar
o
no
sus
mandamientos.
3
Y
te
afligió,
y
te
hizo
tener
hambre,
y
te
sustentó
con
maná,
comida
que
no
conocías
tú,
ni
tus
padres
la
habían
conocido,
para
hacerte
saber
que
no
sólo
de
pan
vivirá
el
hombre,
mas
de
todo
lo
que
sale
de
la
boca
de
Jehová
vivirá
el
hombre.
Esta
semana,
estamos
observando
a
los
israelitas
durante
sus
años
en
el
desierto
para
poder
vernos
a
nosotros
mismos
cómo
Dios
nos
ve
y
dejar
que
Él
obre
profundamente
en
nuestro
ser
por
medio
de
su
Palabra
y
el
poder
de
Su
Espíritu
Santo.
(véase
también:
I
Corintios
10:1‐12)
7.
La
lección
de
la
obediencia
(Números
20:1‐13)
Contexto
Este
pasaje
marca
el
comienzo
de
la
última
etapa
del
peregrinaje
en
el
desierto;
ya
queda
poco
tiempo
antes
de
la
entrada
en
la
Tierra
Prometida.
Están
de
nuevo
en
el
desierto
de
Zin,
en
Cades.
Allí
muere
María,
la
hermana
de
Aarón
y
Moisés.
Una
vez
más,
el
pueblo
comienza
a
quejarse
por
la
falta
de
agua.
La
queja
se
convierte
rápidamente
en
rebelión
contra
Moisés
y
Aarón
y
en
contra
del
Señor.
Cuando
Moisés
y
Aarón
buscan
al
Señor,
su
gloria
los
cubre
y
Dios
les
da
instrucciones.
Dios
disciplina
a
sus
hijos
En
este
relato,
Dios
dice
a
Moisés
que:
1.
tome
la
vara
2.
reúna
al
Pueblo
3.
hable
a
la
roca
Núm.
20:10
Y
reunieron
Moisés
y
Aarón
a
la
congregación
delante
de
la
peña,
y
les
dijo:
¡Oíd
ahora,
rebeldes!
¿Os
hemos
de
hacer
salir
aguas
de
esta
peña?
11
Entonces
alzó
Moisés
su
mano
y
golpeó
la
peña
con
su
vara
dos
veces;
y
salieron
muchas
aguas,
y
bebió
la
congregación,
y
sus
bestias.
Moisés,
después
de
reunir
al
Pueblo,
les
habla
con
rabia
y
frustración
(no
habla
a
la
peña
sino
al
Pueblo)
y
luego
golpea
la
roca
dos
veces.
El
personaje
central
en
el
20:10‐11
debería
haber
sido
Dios,
pero
la
rabia
y
la
desobediencia
de
Moisés
toman
en
lugar
central.
En
su
misericordia,
Dios
les
da
agua
en
abundancia
pero,
ahora
el
Señor
tiene
que
tratar
con
sus
líderes
quienes
han
desobedecido
sus
órdenes.
12
Y
Jehová
dijo
a
Moisés
y
a
Aarón:
Por
cuanto
no
creísteis
en
mí,
para
santificarme
delante
de
los
hijos
de
Israel,
por
tanto,
no
meteréis
esta
congregación
en
la
tierra
que
les
he
dado.
13
Estas
son
las
aguas
de
la
rencilla,
por
las
cuales
contendieron
los
hijos
de
Israel
con
Jehová,
y
él
se
santificó
en
ellos.
La
primera
cosa
que
Dios
les
dice
es:
por
cuanto
no
creísteis
en
mí…
El
concepto
bíblico
de
la
fe
no
separa
la
confianza
en
Dios
de
la
obediencia.
La
fe
lleva
a
la
obediencia.
Desobedecer
a
Dios,
entonces,
es
no
creer.
La
Biblia
afirma
que
Moisés
tenía
una
relación
íntima
con
Dios.
Así
que
aquí
no
es
un
asunto
de
no
creer
en
la
existencia
de
Dios
o
en
su
poder,
sino
de
desobedecer
su
Palabra
y
así
deshonrarlo
delante
de
todo
el
Pueblo.
La
segunda
cosa
que
Dios
le
dice
a
Moisés
y
Aarón
es:
para
santificarme
delante
de
los
hijos
de
Israel.
Aquí
vemos
el
propósito
de
creer
(obedecer)
en
este
pasaje:
honrar
a
Dios
delante
de
un
Pueblo
rebelde.
No
honraron
a
Dios
delante
de
su
Pueblo.
En
su
actitud,
sus
palabras
y
sus
acciones,
Moisés
no
glorificó
a
Dios
.
15
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
La
tercera
cosa
que
Dios
les
dice
es
la
consecuencia
de
su
pecado:
por
tanto,
no
meteréis
esta
congregación
en
la
tierra
que
les
he
dado.
Se
incluye
a
Aarón
en
el
juicio
aunque
el
texto
bíblico
no
nos
dice
explícitamente
cuál
era
su
papel
en
ese
momento.
El
juicio
les
es
sumamente
fuerte:
después
de
cuarenta
años
de
guiar
al
Pueblo
de
Dios
hacia
la
Tierra
Prometida,
no
entrará
ni
Aarón
ni
Moisés.
Un
poco
más
adelante
en
la
historia,
Moisés
cuenta
cómo
él
pidió
que
Dios
cambiara
su
juicio
pero
la
respuesta
de
Dios
era
negativa
y
era
final.
Deut.
3:23
Y
oré
a
Jehová
en
aquel
tiempo,
diciendo:
24
Señor
Jehová,
tú
has
comenzado
a
mostrar
a
tu
siervo
tu
grandeza,
y
tu
mano
poderosa;
porque
¿qué
dios
hay
en
el
cielo
ni
en
la
tierra
que
haga
obras
y
proezas
como
las
tuyas?
25
Pase
yo,
te
ruego,
y
vea
aquella
tierra
buena
que
está
más
allá
del
Jordán,
aquel
buen
monte,
y
el
Líbano.
26
Pero
Jehová
se
había
enojado
contra
mí
a
causa
de
vosotros,
por
lo
cual
no
me
escuchó;
y
me
dijo
Jehová:
Basta,
no
me
hables
más
de
este
asunto.
27
Sube
a
la
cumbre
del
Pisga
y
alza
tus
ojos
al
oeste,
y
al
norte,
y
al
sur,
y
al
este,
y
mira
con
tus
propios
ojos;
porque
no
pasarás
el
Jordán.
28
Y
manda
a
Josué,
y
anímalo,
y
fortalécelo;
porque
él
ha
de
pasar
delante
de
este
pueblo,
y
él
les
hará
heredar
la
tierra
que
verás.
Moisés
finalmente
acepta
el
juicio
de
Dios
Deut.
34:4
Y
le
dijo
Jehová:
Esta
es
la
tierra
de
que
juré
a
y
obedece
al
Señor,
muere
fuera
de
la
Abraham,
a
Isaac
y
a
Jacob,
diciendo:
A
tu
descendencia
la
daré.
Tierra
Prometida
pero
muere
en
plena
Te
he
permitido
verla
con
tus
ojos,
mas
no
pasarás
allá.
5
Y
comunión
con
Dios.
murió
allí
Moisés
siervo
de
Jehová,
en
la
tierra
de
Moab,
conforme
al
dicho
de
Jehová.
6
Y
lo
enterró
en
el
valle,
en
la
El
pueblo
rebelde
pudo
ver
a
su
líder
tierra
de
Moab,
enfrente
de
Bet‐peor;
y
ninguno
conoce
el
lugar
de
su
sepultura
hasta
hoy.
obediente
y
sumiso
a
la
disciplina
de
Dios.
Aplicación:
la
lección
de
la
obediencia
1.
Creer
en
Dios
incluye
la
obediencia.
2.
No
vivimos
aislados
de
otras
personas;
nuestro
pecado
puede
llevar
consecuencias
más
allá
de
nosotros
mismos.
Si
somos
líderes,
tenemos
mayor
responsabilidad.
1Cor.
10:11
Y
estas
cosas
les
acontecieron
3.
Aun
la
persona
quien
ama
a
Dios
y
tiene
una
relación
íntima
como
ejemplo,
y
están
escritas
para
con
Él
puede
fallar
en
algún
momento.
amonestarnos
a
nosotros,
a
quienes
han
alcanzado
los
fines
de
los
siglos.
12
4.
Aceptar
la
disciplina
de
Dios
trae
mayores
bendiciones
Así
que,
el
que
piensa
estar
firme,
mire
porque
que
no
caiga.
13
No
os
ha
sobrevenido
4.1
permite
que
crezcamos
en
nuestra
relación
con
Él
ninguna
tentación
que
no
sea
humana;
4.2
sirve
de
testimonio
a
otros
pero
fiel
es
Dios,
que
no
os
dejará
ser
tentados
más
de
lo
que
podéis
resistir,
sino
que
dará
también
juntamente
con
la
tentación
la
salida,
para
que
podáis
soportar.
16
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
8.
La
lección
del
desierto
(conclusión)
(Deut.
8:1‐17)
Contexto
Los
hijos
de
Israel
están
en
los
campos
de
Moab,
ya
listos
para
entrar
en
la
Tierra
Prometida.
La
segunda
generación
bajo
el
liderazgo
de
Josué
va
a
entrar.
El
libro
de
Deuteronomio
contiene
las
últimas
palabras
de
Moisés
dirigidas
al
pueblo,
resumiendo
los
años
en
el
desierto.
Libres,
pero
no
Independientes
Deut.
8:1‐10:
lecciones
de
vida
el
desierto
La
liberación
de
la
esclavitud
no
era
para
formar
a
un
pueblo
independiente
y
autosuficiente
sino
para
formar
a
un
pueblo
consciente
de
su
dependencia
de
Dios.
Los
propósitos
del
desierto
(8:2‐3)
Deut.
8:16
que
te
sustentó
con
1.
para
probarte,
para
saber
lo
que
había
en
tu
corazón
(8:2)
maná
en
el
desierto,
comida
que
tus
padres
no
habían
“Afligirte”
podría
ser
traducido
como
“humillarte.”
Se
repite
varias
conocido,
afligiéndote
y
probándote,
para
a
la
postre
veces
en
el
pasaje,
siempre
con
el
fin
de
hacerle
bien
al
pueblo
como
hacerte
bien;
se
afirma
en
Deut.
8:16.
Dios
estaba
cultivando
en
su
pueblo
un
reconocmiento
de
dependencia
y
una
vida
de
obediencia
en
el
desierto,
ambiente
perfecto
para
enseñar
los
límites
del
poder
humano.
2.
para
hacerte
saber
que
el
pan
no
es
suficiente
si
no
existe
una
relación
con
el
Dios
verdadero
(8:3)
La
manera
de
mandar
el
maná
les
enseñaba
del
cuidado
diario
de
Dios
quien
no
falla.
Si
estaban
abiertos
a
verlo,
el
desierto
producía
en
ellos
un
sentido
profundo
de
su
necesidad
de
Dios
para
poder
vivir.
El
que
da
el
pan
es
más
importante
que
el
pan.
(Lamentablemente,
ya
hemos
visto
que
muchas
veces
no
vieron
más
allá
del
pan
físico.)
3.
para
enseñarte
como
hijo
amado
a
honrar,
obedecer
y
confiar
en
tu
Padre
8:5
Reconoce
asimismo
en
tu
corazón,
que
como
castiga
el
hombre
a
su
Dios
estaba
cultivando
un
sentido
de
dependencia,
formando
un
pueblo
que
hijo,
así
Jehová
tu
Dios
te
dependía
del
Dios
viviente,
que
lo
honraba
en
su
estilo
de
vida.
castiga.
6
Guardarás,
pues,
los
mandamientos
Una
observación
:
no
terminaría
la
dependencia
en
Dios
llegando
a
Canaán,
de
Jehová
tu
Dios,
sino
tomaría
otra
forma.
andando
en
sus
caminos,
y
Éxodo
16:35
Así
comieron
los
hijos
de
Israel
maná
cuarenta
años,
hasta
temiéndole.
que
llegaron
a
tierra
habitada;
maná
comieron
hasta
que
llegaron
a
los
límites
de
la
tierra
de
Canaán.
Josué
5:12
Y
el
maná
cesó
el
día
siguiente,
desde
que
comenzaron
a
comer
del
fruto
de
la
tierra;
y
los
hijos
de
Israel
nunca
más
tuvieron
maná,
sino
que
comieron
de
los
frutos
de
la
tierra
de
Canaán
aquel
año.
Ahora,
Dios
quien
mandaba
el
maná
iba
a
mandar
la
lluvia,
el
sol,
y
lo
necesario
para
la
cosecha.
(Ellos
iban
a
trabajar,
pero
al
final,
la
cosecha
era
bendición
de
Dios.)
17
Seminario
Evangélico
de
Caracas
Semestre
A‐2014
Devocional:
17‐20
de
marzo
de
2014
“Retratos
desde
el
desierto:
lecciones
de
vida
para
el
peregrino”
Deut.
8:11‐17:
el
peligro
de
olvidar
En
el
umbral
de
la
nueva
vida
en
la
tierra
prometida,
Moisés
les
advierte
de
un
gran
peligro:
el
peligro
de
olvidar
las
lecciones
aprendidas
en
el
desierto.
Es
un
tema
que
se
repite
a
través
de
todo
el
libro
de
Deuteronomio.
Saliendo
del
desierto,
se
iban
a
encontrar
con
el
peligro
de
olvidar
las
lecciones
del
desierto
y
creer
la
mentira
de
la
autosuficiencia.
…14
y
se
enorgullezca
tu
corazón,
y
te
olvides
de
3
Jehová
tu
Dios,
que
te
sacó
de
tierra
de
Egipto,
de
En
el
desierto
“grande
y
terrible” en
su
gran
necesidad
casa
de
servidumbre;
15
que
te
hizo
caminar
por
un
Dios
les
había
enseñado
la
humildad.
En
la
austeridad
desierto
grande
y
espantoso,
lleno
de
serpientes
del
desierto
habían
sido
probados.
Ahora,
iban
a
ardientes,
y
de
escorpiones,
y
de
sed,
donde
no
enfrentar
la
tentación
de
olvidar
esto,
cayendo
en
el
había
agua,
y
él
te
sacó
agua
de
la
roca
del
orgullo.
La
abundancia
también
les
iba
a
probar.
pedernal;…
17
y
digas
en
tu
corazón:
Mi
poder
y
la
fuerza
de
mi
mano
me
han
traído
esta
riqueza.
Las
palabras
de
Moisés
los
llaman
a
1.
recordar
las
lecciones
de
su
historia
2.
reconocer
al
Señor
en
su
nueva
vida,
acordándose
de
las
obras
de
Dios
en
su
pasado.
La
advertencia
se
cierra
con
una
amonestación
contundente:
la
posesión
de
la
Tierra
Prometida
era
una
de
las
bendiciones
del
pacto
y
acondicionada
a
la
fidelidad
del
Pueblo
en
su
relación
con
Dios.
Si
llegaban
a
olvidar
al
Señor,
perderían
la
tierra
(Deut.
8:19‐20).
Deut.
30:19
A
los
cielos
y
a
la
tierra
llamo
por
testigos
hoy
contra
vosotros,
que
os
he
puesto
delante
la
vida
y
la
muerte,
la
bendición
y
la
maldición;
escoge,
pues,
la
vida,
para
que
vivas
tú
y
tu
descendencia;
20
amando
a
Jehová
tu
Dios,
atendiendo
a
su
voz,
y
siguiéndole
a
él;
porque
él
es
vida
para
ti,
y
prolongación
de
tus
días;
a
fin
de
que
habites
sobre
la
tierra
que
juró
Jehová
a
tus
padres,
Abraham,
Isaac
y
Jacob,
que
les
había
de
dar.
Aplicación:
la
lección
del
desierto
A
veces
Dios
nos
lleva
por
el
desierto
para
enseñarnos
que
tenemos
un
Dios
en
quien
podemos
confiar.
Somos
verdaderamente
libres
cuando
aceptamos
que
fuimos
creados
para
depender
de
nuestro
Creador.
La
dependencia
de
Dios
no
es
por
una
sola
etapa
de
nuestra
vida,
sino
para
toda
la
vida
y
siempre.
Debemos
estar
conscientes
del
peligro
de
pensar
que
nosotros
mismos
hayamos
logrado
algo
con
nuestros
talentos
y
habilidades,
independientemente
de
Dios.
¡Cuidémonos
del
peligro
de
convertirnos
en
nuestros
propios
dioses!

La
madurez
espiritual
no
lleva
a
la
independencia,
sino
a
una
dependencia
radical.
¡Que
no
olvidemos
las
lecciones
del
desierto!
Reflexión
en
oración
Según
este
pasaje,
¿qué
agrada
a
Dios?
¿Qué
quiere
enseñarme
Dios
de
este
pasaje
en
este
momento
de
mi
vida?
3
Deuterononio 1:19.
18
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