“Sed todos de un mismo sentir” 1 Pedro 3:8 ¿Qué podemos decir de este mandamiento? Introducción. Quizás ustedes han escuchado que cuando una madre llega a tener gemelos, éstos llegan a ser tan parecidos que cuando a uno le ocurre algo, el otro lo siente aunque no esté cerca. Algunos dicen que se debe a que comparten el mismo código genético, además de una relación especial al pasar tanto tiempo juntos, de forma que se entienden a la perfección y sienten lo que el otro, porque lo conocen de una forma muy íntima. Sin embargo, otros dicen que no es cierto que sientan el mismo dolor cuando el otro lo está experimentando. Lo que sí existe es un lazo más fuerte que en otras parejas de hermanos, por lo que tienen una mayor empatía. Dios no se equivoca. Dios hizo a cada persona completamente diferente aunque se parezcan mucho físicamente. Sin embargo, a pesar de que los seres humanos seamos muy diferentes, en la iglesia, en el Señor, Pedro nos manda a que seamos de un mismo sentir. Por eso dice: “Sed todos de un mismo sentir” I). Es un mandamiento que tiene un propósito. Filipenses 4:2 “Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”. A. El propósito de limar asperezas. Pablo fue informado de dos mujeres de la congregación de filipos, que él perfectamente conocía, que estaban enemistadas. Se habían peleado y ninguna de las dos quería resolver el conflicto. No se nos dan los detalles de su diferencia. Pero estaba afectando la armonía de la iglesia y Pablo lo tenía que saber. Por tanto, Pablo vio necesario amonestarlas con ruegos de una manera pública para que limaran sus asperezas. Que solucionaran sus problemas. Que fueran “de un mismo sentir en el Señor”. Recordemos que ésta carta iba a ser leída en la congregación de filipos y ellas iban a estar allí. Evodia significa “buen viaje” y Síntique significa “afortunada”. Pero sus nombres no coincidían con el ambiente que estaban viviendo. Imagínese usted esta escena: Ambas están en la reunión un domingo por la tarde, Evodia en una banca del lado derecho y Síntique está en otra banca del lado izquierdo. Ambas son de caracteres fuertes y orgullosas. Porque nadie quiere tomar la decisión de arreglar el problema. Además cada una de ellas tienen sus propios aliados. Es hora de escuchar la lectura de la carta de Pablo que recién ha llegado. Todo va muy bien y de repente van escuchando sus nombres: “Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor”. Ellas al escuchar su nombre en público pudieron haber hecho una de estas cosas: 1. Levantarse e irse. 2. Quedarse enojada criticando a Pablo de no haber tenido el tacto enviándole una carta personalmente. 3. Arrepentirse, mirar a su hermana y levantarse para arreglar sus diferencias. La biblia no dice que hicieron. Pero queriendo ser positivos queremos pensar que sí arreglaron sus diferencias. Esta historia nos dice que a veces en las congregaciones hay desacuerdos aun entre aquellos más maduros. Satanás sabe que los conflictos en el interior de la iglesia pueden hacer mucho daño. Pero Pablo quiere enseñarnos aquí que la unión espiritual en el Señor es el remedio para las fricciones que puede haber dentro de la iglesia. Por eso dijo: “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3) B. El propósito de dar un buen testimonio. Pablo habla de ellas como quienes “combatieron juntamente conmigo en el evangelio”. Esto significa que ellas trabajaron junto con Pablo en el inicio de la iglesia en filipos. Por tanto, la gente las conocía y la iglesia las conocía. Ellas habían ayudado a convertir a muchos de los que ahora estaban en la iglesia en filipos. Por eso la disputa que tenían entre ellas estaba haciendo bastante daño a la iglesia. Eran un mal ejemplo y mal testimonio para la iglesia. Esa es la razón del porque Pablo tuvo la necesidad de mencionarlas públicamente. Para que fueran de “un mismo sentir” es decir, que se pusieran de acuerdo en el Señor, que “vivan en armonía” (Biblia de las Americas). En probable que el desacuerdo entre ellas no haya sido doctrinal, de lo contrario el tono de Pablo hubiera sido más fuerte. Es más probable que haya sido conflictos de personalidad, de falta de humildad entre ellas. Como en toda familia, a veces hay desacuerdos entre sus miembros. Ojala y nadie se enterara cuando llegan a ver. Sin embargo, cuando los demás se llegan a enterar de la diferencia que tenemos con otro hermano, pues que también vean nuestra reconciliación. Que no solo se les quede en la mente el problema, sino también la solución. Jesús enseño: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24) Haciendo esto daremos un buen testimonio. C. El propósito de continuar trabajando. Dado que había esta disputa entre Evodia y Sintique, la iglesia estaba siendo afectada, no solo en su testimonio, sino también en su trabajo. El verbo “ruego” en el texto griego aparece tanto para Evodia como para Síntique. Diría en otras palabras: “Ruego a Evodia y ruego a Síntique” Se dirige a ellas en igualdad de términos, indicando así, que la culpa era en ambas partes y que ambas debían dedicarse a la solución del problema. Cualquier problema por más pequeño que sea en una iglesia pacifica, ordenada y trabajadora es motivo de perturbación para la iglesia. La iglesia estaba detenida en el hoyo, porque Evodia y Síntique con su orgullo, estaban afectando terriblemente a la iglesia. Por eso Pablo busca la reconciliación entre ellas. Las diferencias suceden y son más comunes de lo que creemos. Pero también deben serlo el perdón y la reconciliación. Para la iglesia del Señor no salga afectada y que a la vez no se detenga en su trabajo en esta tierra, trabajo que consiste en ayudar a salvar almas. Pablo dijo: “Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Corintios 12:24-25) Como dice el corito: “En las pruebas, en las luchas, la iglesia sigue caminando. En las pruebas, en las luchas, la iglesia sigue caminando. Solo se detiene para predicar…” II). Es un mandamiento que tiene un modelo. Romanos 15:5 “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús”. Esto puede significar dos cosas: A. Según Cristo Jesús, Según su voluntad. Jesús desea que todos los suyos podamos alcanzar la meta de vivir en unión y armonía. Esa fue su oración poco antes de morir: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Juan 17:20-21) En lugar de fomentar la división, el rencor, la rivalidad y la mala voluntad, que nos separan de la voluntad de Cristo, debemos “estimularnos al amor y a las buenas obras”. (Hebreos 10:24) De nada serviría una gran cantidad de miembros en una iglesia, que se recogieran grandes ofrendas, que se cantara a una voz los más hermosos himnos, que hablara el más elocuente orador, si se ha perdido cosas esenciales en la vida de una iglesia, la unión y la armonía. Sin duda habrá diferencias de opinión. Pero la opinión que más nos debe de importar en la opinión de Cristo Jesús revelada en las Escrituras. Porque la voluntad de Cristo debe ser mi voluntad. La unidad y la concordia será posible en la medida en los que somos cristianos actuemos según Cristo Jesús. Según el sentir, el deseo o voluntad de Cristo. Pablo amonesta a la iglesia de filipos de la cual debemos aprender nosotros: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio” (Filipenses 1:27) B. Según Cristo Jesús, Según su ejemplo Jesús es el ejemplo máximo de unidad. Era unido con su Padre (Juan 17:21) y continuamente estaba trabajando para unir a los hombres con Dios. Nunca menosprecio a nadie. Nunca se sintió superior a nadie. Nunca se agradó a si mismo (Romanos 15:3). Entre las cosas que lo caracterizaban están, el amor, la humildad, la sencillez, su disposición etc. Por eso es que Pablo nos amonesta diciendo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8) ¿Cómo puede una iglesia donde hay muchas personas con muchos pensamientos y diferentes personalidades llegar a ser uno? Siguiendo el ejemplo de Jesús. Jesús es nuestra norma. Por tanto, todos los acuerdos o pactos y unanimidad que se hagan y se tengan, no “según Cristo Jesús”, no servirán de nada. Porque no es serán según su voluntad y según su ejemplo. Necesitamos aprender a ser de “un mismo sentir”, que significa ser de “un corazón y un alma”. (Hechos 4:32) Y eso significa aprender a aceptar a nuestros hermanos. Porque eso es lo que hace el hermano fuerte. ¿Cómo podemos hacerlo? Pablo nos dice algunas maneras: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. (Efesios 4:30-32) El hacer esto estaremos obrando según Cristo Jesús. III). Es un mandamiento que tiene una promesa. 2 Corintios 13:11 “Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros”. Esta es la manera en que Pablo termina su segunda carta a los corintios, con 5 imperativos que forman parte de las necesidades más importantes de la iglesia. Y las mismas se necesitan para la iglesia de hoy. Cinco cosas que depende la una de la otra. 1. Tened gozo. El gozo es el resultado de permitir que el Espíritu Santo obre en nuestras vidas. (Gálatas 5:22) Todo cristiano se goza por el bien que posee y con esa alegría trata de perfeccionarse. 2. Perfeccionaos. Se trata de completar lo que nos falta en nuestro carácter cristiano. No debe haber pausas en nuestra carrera cristiana. El que no camina, no avanza. “los delante corren mucho y los de atrás que se quedaran” dice el juego de los niños. Todo cristiano debe buscar seguir adelante a la perfección y cuando la busquemos tendremos la capacidad de consolarnos los unos a los otros. 3. Consolaos. Dar y recibir aliento es una necesidad mientras estemos en este mundo. Las constantes luchas que tenemos con el enemigo hacen necesarios el ánimo y el consuelo de nuestros hermanos. Practicar esta cualidad cristiana nos hace ser de un mismo sentir. 4. Sed de un mismo sentir. Ser unidos y armoniosos debe ser nuestra meta como iglesia. Que tengamos el mismo sentir por la fe, por el amor, por la Deidad y por la iglesia por la cual Cristo murió. Solo cuando somos de un mismo sentir se puede eliminar la división y la rivalidad y se puede vivir en paz. 5. Vivid en paz. Ésta es la paz que proviene de Dios a través de Jesucristo. Ninguna congregación puede dar adoración al Dios de la paz con un espíritu de pleitista. Cuando estas cualidades están presentes en la iglesia y abundan, hay un beneficio. Pablo hace una promesa: A. El Dios de paz estará con nosotros. Dios es el autor de la paz y vive en la paz. (1 Tesalonicenses 5:23) Por eso cuando existen estas cualidades en la iglesia, Dios tiene comunión con su pueblo y acompaña a cada cristiano en su peregrinar sobre esta tierra. Porque están viviendo en paz, amor y unidad con sus hermanos en Cristo. Mientras una iglesia este llena de contiendas, rivalidades y envidias, la paz de Dios no puede hallar cabida allí y Dios tampoco. Por eso el escritor a los hebreos dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. (Hebreos 12:14) No encontraremos la paz que nuestro corazón necesita, sino estamos dispuestos hacer la paz con nuestros semejantes. Paz tiene, el que hace paz. B. El Dios de amor estará con nosotros. Cuando se cumplen las cualidades antes expuestas, el Dios de amor ha prometido estar con nosotros. Dios se deleita en las expresiones de amor los unos a los otros porque Dios es amor. (1 Juan 4:8) Pero Satanás se goza cuando existen riñas, pleitos y divisiones. Porque él es el adversario. (1 Pedro 5:8) Dios ha llamado a su pueblo a la paz y al amor entre ellos y entre todos los hombres. A cambio esta dispuesto a conceder su presencia. No es una vaga promesa para el futuro, sino una sagrada garantía con validez permanente. Por eso Juan dice: “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros” (1 Juan 4:12) Cuando haya paz y amor entre el pueblo de Dios habremos alcanzado ser de un mismo sentir. Conclusión Hemos visto que Pedro nos amonesta a ser de un mismo sentir. Y dijimos las razones: porque tiene un propósito, un patrón y tiene una promesa. Urge cada día más que esta petición de Pedro se haga práctica entre los cristianos. Pero es necesario que cada quien haga a un lado su ego y permita que Cristo tenga el lugar que merece en el corazón. Solo así habrá paz y armonía en el pueblo de Dios. Le invitamos a que se sume a este encargo y que juntos podamos estar listos para recibir al Señor. Que Dios los bendiga. Juan Ramón Chávez Torres E-mail: [email protected] http://chaveztorres.wordpress.com/ http://www.idc5acampestre.com/