EJÉRCITO Y REVOLUCIÓN EN EGIPTO Las Fuerzas Armadas, en

Anuncio
EJÉRCITO Y REVOLUCIÓN EN EGIPTO
Por Francisco J. Carrillo
Diplomático; Vicepresidente de la Academia Europea y Presidente de Tribuna
Euromediterránea.
Publicado en “La tribuna” del diario SUR el día 5 de julio de 2013
Las Fuerzas Armadas, en democracia, están colocadas bajo la
autoridad gubernamental para defender la Constitución y el territorio
con el que se identifica un Estado; están al servicio de la
democracia. Las Fuerzas Armadas de Egipto acaban de intervenir,
asumiendo la voz de millones de egipcios en las calles de todo el
país e interrumpiendo un proceso formal y aparentemente
democrático. El pueblo egipcio ha salido de sus casas para
manifestar su júbilo. Parece contradictorio que los militares saquen
los tanques de los cuarteles, pongan fin a un régimen que salió de
unas urnas y que el pueblo y todos los dirigentes de la oposición
expresen alegría y satisfacción. Habría que preguntarse, ¿por qué?
En Egipto, las Fuerzas Armadas han derrocado al Gobierno de
Morsi, miembro de los Hermanos Musulmanes, cuya política no sólo
no resolvió acuciantes problemas sociales y económicos, sino que
optó abiertamente por la “deriva islamista”. Quien gobernaba en
Egipto no era Morsi sino un “comité islamista” de consejeros en la
sombra. Si el golpe militar no hubiese tenido lugar, Egipto se habría
transformado en una República islamista (y distingo entre islámico e
islamista) gobernada por un fanatismo radical. Ese mismo Ejército
derrocó a Mubarak y respetó el proceso democrático que eligió a
Morsi y a los Hermanos Musulmanes (que solamente recibió un
25% de votos reales con una notable abstención electoral). Morsi
excluyó a las otras fuerzas políticas no islamistas, dio luz verde a la
ley islámica (la sharia), cerró la esperanza a la dignidad de la mujer,
fracasó en su política social y económica, mantuvo una enorme
ambigüedad en política internacional y regional, en particular con
Israel y el Próximo Oriente. (Ante la torpeza de saber jugar un papel
en favor de
e la transición en Siria
a, decidió
ó rompe
er relacio
ones
omáticass con Dam
masco).
diplo
Foto de E
El Universal de
d México
Las Fuerzass Armadas debe n quedar al marrgen de la polític
ca y
a
la política d
de Gobie
erno. En el caso d
de Egipto
o, la
limittarse a aplicar
intervención era la única salid
da para salvar
s
a la democcracia. Cierto
que las Fuerzas
F
Armadas
A
de Egiptto controlan casi u
un 40% de
d la
es q
economía. Quizá
Q
sea
a esta un
na de las
s razones
s, con la escucha
a del
mor popu
ular, que llevaron el golpe militar. La
L política
a económ
mica
clam
del Gobierno
o de Morrsi era in
nsostenible. Las veladas
v
a
amenazas
s de
mistas qu
ue susten
ntaban a Morsi de
e cerrar el
e Canal d
de Suez eran
e
islam
intolerables por su repercusi
r
ión en el comerc
cio mund ial y porr las
parables incidencias en la economíía nacional. Muy i nquietante la
irrep
pressencia de
e yihadis
stas de A
Al Qaeda
a instalad
dos en e
el Sinaí y en
algu
unos pueblos gracias a la “tolerancia” de loss Herma
anos
Mussulmaness de Mors
si.
Las Fuerzass Armada
as egipcia
as han de
eclarado estarán a
al margen de
política co
on la instalación de un Gobierno provision
p
nal de am
mplio
la p
espectro y la ape
ertura de
e nuevo
os procesos elecctorales. La
Constitución será modificada para “desislamizarla”. Quizás esta
operación constituya el mayor golpe que ha podido recibir la
tentación islamista en un país árabe, lo que no quiere decir que la
compleja organización de los Hermanos Musulmanes vaya a
cruzarse de brazos. Egipto (Turquía lo pretende) es una
importantísima referencia para todos los países árabes, siendo el
país más poblado. Necesitaba con urgencia una estabilidad basada
en todo el mosaico político e incluso religioso (las mujeres y los
coptos, ayer bajo el temor islamista, hoy pueden dormir algo más
tranquilos).
¿Qué lecciones para los otros países árabes que han tenido “sus
primaveras”? En Túnez fue el Ejército, escuchando al pueblo, quien
derrocó a Ben Ali (que era general) y lo puso en un avión hacia
Arabia Saudí. El Gobierno provisional tunecino (de mayoría
islámica) mientras dure la elaboración de la Constitución, comenzó
a “tolerar” a grupos radicales muy activos, incluso yihadistas que se
entrenaban para ir a Siria bajo la cobertura de Al Qaeda. El Ejército
presionó para cortar por lo sano la presencia y las actividades de
estos grupos. El Gobierno respondió favorablemente porque no
tenía otra alternativa. Así pues, el ejército “vigila”. Pero también
“vigila”, de manera manifiesta, en una democracia como es Argelia.
Y está muy “vigilante” en Marruecos. No hay que excluir que el
golpe contra la “deriva islamista” pueda inspirar, de nuevo, a las
Fuerzas Armadas de Turquía, esgrimiendo el “modelo Ataturk”El problema está cuando los partidos islámicos acceden al poder
por la vía democrática y obtienen la mayoría. La “deriva islamista”,
con la reinstalación de la sharia (ley islámica que aterra a las
mujeres) termina siendo una realidad que podemos ponderar según
los países. Y no hay ningún otro contrapoder que las Fuerzas
Armadas. Son realidades históricas nacidas de dolorosos procesos
de descolonización, en donde nunca existieron elecciones
democráticas hasta la llegada de “las primaveras árabes”.
Realidades no comparables con los procesos que construyeron las
democracias (mejorables) en Europa, Estados Unidos, Canadá,
Japón y otros países. Se trata de realidades con sus propias
especificidades en donde, quizás, Gobierno y Parlamento
democráticos deban apoyarse en una representación radicalmente
proporcional. Mientras tanto, el único poder fáctico que puede
zanjar las “derivas totalitarias islamistas” son las Fuerzas Armadas.
Hoy, es el caso de Egipto. Ayer, se me ocurre, fue el caso de
Portugal con la “revolución de los claveles”.
Descargar