1 I. INTRODUCCION Las Operaciones Multinacionales Navales

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Raya en la utopía el solo fundamentar la preservación y futuro de los estados en la
cooperación y protección internacional; sin embargo, al momento es prudente y eficiente,
el unir esfuerzos con otros estados para fortalecer los sistemas de seguridad y de
desarrollo donde los intereses nacionales convergen a un objetivo común, la fortaleza
esta en ello y en la complementariedad regional al cual se requiera involucrar.
Preparado por: Estuardo Salas Aldás
I.
INTRODUCCION
Las
Operaciones
Multinacionales
Navales
UNITAS
soporta
los
efectos
transformadores de la naturaleza dinámica y forma del ambiente geoestratégico
regional en estas dos últimas décadas, con una aparente seguridad hemisférica y
tranquilidad sudamericana en cuanto a conflictos interestatales, que contrasta con la
inestabilidad política que acompaña las crisis financieras, creciente demanda social y
acciones de resistencia al sistema de mercado imperante y a los sistemas de
gobierno elegidos, que inciden directa o indirectamente en los aspectos de la
Seguridad Internacional, en busca de reordenamientos de posiciones políticas y de
las estructuras de defensa, exteriorizándose los riesgos cuando se quiere
implementar tendencias “innovadoras” mas por su carácter llamativo antes que por
un sentido pragmático de utilidad y propósito.
En la búsqueda de perspectivas actuales para las Operaciones UNITAS, hace
necesario analizar la interrelación de la utopía y pragmatismo de ellas con criterio
positivo, esto es “no a la defensa a ultranza de un concepto ni el descarte del
mismo”, sino a encontrar los caminos innovadores o factibles a ser ejecutados para
facilitar la consecución de “objetivos de defensa adecuados estructuralmente a
fuerzas multinacionales”, como soporte de las relaciones internacionales, una
efectiva asignación presupuestaria y un equilibrio con el beneficio de desarrollo y
seguridad.
II.
Del Escenario Internacional
1. Hechos relevantes
Caída del sistema comunista.- Sea la Cumbre de Malta de diciembre de 1989, sea
lo sucedido ante la caída del Muro de Berlín, o sea la Carta de París de noviembre
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de 1990 los causantes de este hecho histórico, lo práctico es que se dio inicio a una
nueva era en las relaciones internacionales ante el mensaje de “Hemos cerrado un
capítulo de la historia; La guerra fría ha terminado", donde las primeras potencias
simulaban ser sus únicos actores, pero que en el fondo todo el mundo sentía sus
efectos, obligándose a revisar sus políticas de defensa, repensar su accionar práctico
especialmente en lo relacionado al uso de la fuerza y a otro tipo de confrontación con
el imperio o actores sobrevivientes, como herencia histórica del “derrumbe” de una
lucha bipolar.
Transformación del Orden Internacional.- A partir de ese debilitamiento de uno de
los pesos importantes (URSS) en el equilibrio de la balanza de poder mundial, se
origina una etapa histórica “desordenada” hacia la búsqueda de una nueva forma de
equilibrio. En el conjunto de estas interacciones, se hace presente -oportuna o
equivocadamente- la invasión de Irak a Kuwait, lo que se configura como la ocasión
estratégica de los EEUU, quien “apuesta en el Orden Internacional a un Dominio
Mundial” (Unipolaridad Imperial), marcando la configuración del sistema y las
consecuentes reacciones internacionales que influirían sustancialmente en las
arquitecturas de seguridad que tratarían de conducirnos a una Multipolaridad
Consensuada, -difícil de permanecer pero que siempre busca darse-, pero que dado
los naturales desafíos crecientemente extremos y el dinamismo corporativo en el
esfuerzo de otros actores estratégicos, se reflejaría más a una Multipolaridad
Conflictiva que a un retorno a otra Bipolaridad.
Seguridad Hemisférica.- Surgió como consecuencia de la necesidad de contar con
un mecanismo que permitiera garantizar la seguridad colectiva en el Hemisferio
inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y pretendió ser uno de los
pilares de la arquitectura de la defensa hemisférica colectiva; sin embargo, es
innegable aceptar que los hechos de intervención y no intervención de los estados
americanos en conflictos regionales como los de Haití y Argentina, produjo un
debilitamiento de este acuerdo y de su concepto, lo que ha ocasionado que
operaciones como las UNITAS sean blancos deseables de concepciones de
inutilidad o a la concentración de esfuerzos en tareas más de carácter policial
marítimo a las amenazas emergentes, debilitando la búsqueda de consensos en la
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definición de Objetivos Estratégicos propios para Operaciones Navales de fuerzas
multinacionales en la región.
Globalización.- La Globalización como un proceso favorecido por la creciente
comunicación y tecnología, ha acelerado la interdependencia entre los distintos
países del mundo, y en su extremo opuesto, también muestra reacciones
antiglobalizadoras que no tendrán otro resultado que la confrontación, extremos que
implican consideraciones de seguridad nacional, regional e internacional y donde
será importante los esfuerzos para que no se convierta en una camisa de fuerza del
desarrollo en las sociedades que acepten o fomenten ambas tendencias, y en la
medida de su coherencia fortalezcan su accionar para la defensa y soporte de sus
relaciones internacionales.
El Capitalismo.- Es indudable que este concepto varía según la ideología
predominante, pero cualquiera que predomine, todos coinciden en que dado o
gracias al permanente avance científico, tecnológico y de conocimientos de la
humanidad en las últimas décadas, este sistema se desarrolló aceleradamente y se
impuso paulatinamente en casi todo el mundo y en esta región, como una forma de
elaboración de riqueza cada vez mas eficaz, más productiva y más absorbente que
otros sistemas anteriormente vigentes en el escenario mundial.
Terrorismo exponencial.- La explosión exponencial del fenómeno terrorista ha
mostrado talvez tres cambios paradigmáticos más importantes hasta la fecha; el
paradigma del terrorismo doméstico, el paradigma de la imposibilidad de atacar a
una potencia superior a un costo menor que el de la potencia para su neutralización y
el paradigma de la imposibilidad a un encuentro o acuerdos de grupos terroristas
“teóricamente distantes”, complicando mucho más el trabajo preventivo y ejecutivo
sobre posturas de seguridad y defensa.
Economía – Defensa.- Las asimetrías entre países ricos y pobres se han agravado
en lugar de mitigarse, actualmente más del 70% de la humanidad vive en los países
que buscan superar su subdesarrollo, encauzando la razón de ello al peso de la
deuda externa, a los gastos militares y al intercambio desigual entre las naciones,
originándose estrategias regionales y mundiales que son formuladas con sesgos
prioritariamente economicistas y que influyeron fuertemente en la década del 90
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como el llamado "Consenso de Washington"; lo que si podemos ahora observar sin
querer expresar ningún juicio de valor, es que estas recomendaciones finalmente no
hicieron mas “eficiente” el gasto militar, ni tampoco dieron una respuesta verdadera
hacia los otros aspectos de salud, educación e infraestructura que eran la razón de
dicho aplicación, sino que debilitaron el proceso natural de preservación de los
sistemas de defensa y por tanto la factibilidad para participar y ejecutar operaciones
multinacionales de entrenamiento.
Control Civil e Indefinición de los Instrumentos de Defensa.- A pesar de la
relevante debilidad en el conocimiento sobre los asuntos de interés de la defensa, se
ha conseguido mantener un considerable nivel de éxito en la subordinación y
complementariedad civil con sus respectivos instrumentos militares, tendencia
positiva que lleva a la pregunta de ¿como es que a pesar de las fragilidades en el
conocimiento, ha existido la congruencia del control civil?; esto podría justificarse
puesto que en las dos últimas décadas, en la región sudamericana se produjo la
solución de la mayoría de las disputas interestatales transformándola en un “región
de paz”, pero a su vez ha originado reacciones generales hacia la despreocupación
sobre las amenazas tradicionales y la búsqueda salvadora de “nuevas amenazas”,
en donde la élite de gobierno y militar sea por reacción o por su propia búsqueda de
justificación social a su objetivo de existencia, buscaron rediseñar o repensar los
nuevos roles de defensa a los de utilidad social.
III.
Perspectiva UNITAS en el siglo XXI
Esta síntesis del Escenario Estratégico muestra los efectos principales que incidieron
e inciden con mayor o menor influencia en las UNITAS del siglo XXI, y por tanto el
estudio de los efectos producidos, como una herramienta adecuada para reorientar
los objetivos de las Fuerzas Multinacionales Navales en la agenda de la Seguridad
Internacional, considerando para ello que muchos de estos escenarios, pueden
generar conflictos hipotéticos o ficticios, que por su nivel y magnitud sobrepasan las
capacidades de un Estado para resolverlos individualmente y que pueden ser
idóneos para ejercicios combinados de Armadas de una región.
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En la medida que los intereses motivados de las sociedades en una región se
consoliden o se complementen en propósitos de cooperación mutua de seguridad
estratégica, esto es el poder naval multinacional en custodia de los intereses
marítimos regionales, existirá la justificación plena para la conformación de Fuerzas
Navales Multinacionales, que en la concepción actual funcionarían para Objeto de
Operaciones de Paz o de Control Naval de Objetivos Estratégicos Regionales en las
áreas marítimas, en las cuales con seguridad estarán comprendidos los efectos o
embates de amenazas no tradicionales para las operaciones navales y que algunos
autores dan por llamarlas “nuevas amenazas”, pero éstas de ninguna manera
pueden ser el centro de atención sino que deben ser consideradas en función de su
influencia, y peor aún, ser un todo de una Operaciones Naval propia de la Fuerza
Multinacional que participa en las UNITAS.
También debemos considerar los efectos de la Convención del Mar en los escenarios
marítimos tradicionales, donde la concepción Poder Marítimo nos recuerda su mayor
relevancia al Poder Naval, este es otro ámbito de aplicación abierto en posibilidades
y más adecuado para las Fuerzas Multinacionales que intervengan en UNITAS. La
atención a la soberanía de cada estado cobra gran valor cuando se observa además
la seguridad común de los mares, aspecto que debe ser tomado en cuenta dado el
incremento considerable de la actividad marítima, la explotación de sus recursos y el
potencial todavía grandemente desconocido que posee.
Por lo tanto, las amenazas de los escenarios que se planteen primero deben ser
ubicadas en la dimensión que les corresponde, para que las soluciones del nivel
profesional que son las operacionales de una Fuerza Multinacional sean tomadas
con pragmatismo y en un lenguaje propio del nivel que está planificando, dejando
que el nivel político absorba y entremezcle la utopía propia del lenguaje a ese nivel
de conducción en cada región del mundo, con sus propias características y
condiciones de seguridad y por tanto sus propias necesidades políticas y de
seguridad, este es tal vez el gran reto para una perspectiva de futuro de dichas
operaciones navales.
En segundo lugar, será importante definir el objetivo real y ficticio de cada operación
combinada, las mismas que tanto por la conformación de fuerzas, intereses de dos o
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más armadas y el espacio de influencia de la operación, deberá ser de caracteres no
menores al nivel operacional estratégico, donde la influencia de las amenazas que
siempre traspasaron fronteras pero que ahora son de caracteres más dinámicas y
considerable poder, como son el terrorismo, narcotráfico, migración ilegal, deben ser
consideradas en la medida que ellas puedan dificultar la estabilidad o rompan la
armonía de los balances de poder existentes, que implique el esfuerzo de la región
con la fuerza multinacional.
Además, será importante el entrenamiento y la interoperabilidad de las fuerzas
navales para actuar como un tercero en las relaciones entre o inter-estados, donde el
hecho de la calidad del instrumento militar será uno de los elementos críticos para
facilitar u obligar a que la solución se mantenga en las vías diplomáticas o con la
menor aplicación de la fuerza, y ahora más que antes para responder a la confianza
en la seguridad regional como una adecuada alternativa de empleo de las fuerzas
multinacionales que se conformen, en función de los acuerdos y el espacio regional
involucrado en dicho acuerdo.
Y en cuarto lugar, definir, diseñar o crear áreas marítimas de importancia estratégica
e interés regional, donde se pueda ejercitar operaciones navales de diferente
connotación, puesto que el escenario puede ser diseñado para hipotéticas forma de
amenaza, desde un nivel bajo de crisis hasta una de proporciones tales que tenga
efectos en el mundo, un ejemplo de ello podría ser la afectación a puertos
importantes de la región o los efectos en la región ante una amenaza al Canal de
Panamá similar al ejercicio PANAMAX, pero siempre considerando que el centro de
la operación es de características para Fuerzas Multinacionales Navales y no de
Fuerzas Navales con tareas de policías marítimos.
En este ámbito, merece atención todas aquellas acciones conocidas como Medidas
de Confianza Mutua, sus consiguientes Normas de Comportamiento y Reglas de
Enfrentamiento, permitiendo reducir o suavizar las dificultades para su aplicación
dada la percepción diferente que cada país le da a este concepto, así como en
algunos casos su total inaplicabilidad, vista la participación asimétrica de actores
tanto en su poder y capacidad, permitiendo por razón de
dicha asimetría,
percepciones diferentes y que en razón única de ese juego puede llegar a establecer
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acuerdos que por el valor de intercambio de conocimientos e interoperabilidad es de
invalorable beneficio para todos los participantes.
IV.
Comentario Final
1. La definición, diseño o creación de escenarios y las amenazas que se consideren
en las Operaciones Navales UNITAS deben reorientarse a la dimensión que les
corresponde en función del objetivo de estas operaciones combinadas, las
mismas que dejando a un lado la utopía propia de la retórica política, basa su
concepción pragmática en el nivel operacional estratégico y a veces puede ser
superior, pero siempre debe buscar que la calidad del instrumento militar se
fortalezca en la medida que pueda utilizárselo como uno de los elementos críticos
en la solución por las vías diplomáticas o del uso limitado de la fuerza.
2. Considero que independiente de las críticas a la permanencia de estas
operaciones en niveles que no sea el político, debe seguirse adelante en la
búsqueda de soluciones pragmáticas que permitan con cierto grado de certeza
poseer otra herramienta de solución regional para asegurar el patrimonio y la paz
de las sociedades involucradas, como una de las finalidades de cada Armada en
esta región, consolidando en cada participación los criterios, restricciones y
normas para su aplicación en caso real, pensamientos y actitudes que a veces es
muy difícil o impensable expresarlo en el lenguaje político pero que es claro y
cuasi preciso en el lenguaje profesional.
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