de la America habia llegado a aquella Corte una cierta colección de

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ÉL NATURATISTA TERMEYER
de la America habia llegado a aquella Corte una cierta
colección de Mariposas, las quales presentadas a N r o C l e mentissimo Monarca, benignamente acceptó para su
Real Museo. Y que? comenzó a lisonjearme mi amor
proprio, mi Parienta, y yo, podremos ser tan desgraciados, que podamos desconfiar de la inexplicable Bondad de
un tal Soberano, que no quiera igualmente aceptar con
gracioso acogimiento no solo las Mariposas, mas también
los demás Insectos de la Lombardia Austríaca, que enriquecen mi Museo de un humilde, y fiel subdito de su
Magestad?
E c . Señor, hé manifestado )'á mi atrevido pensamiento, y mi honorífica ambición. A V r a E x c . la declaro con candidez; por q. además del Puesto Sublime que
llena por méritos bien conocidos a aquel ilustrado Soberano, que se lo há confiado; es V r a E x c . bien conocido
en el Orbe Literario por Docto, como lo manifiestan sus
eruditas producciones; por Protector, y por Mecenate de
las Ciencias, y de las Artes, como lo publican ma3^ormente los mismos Españoles, y toda la Corte de Roma. Estas
dotes juntas a su nobilissimo modo de pensar con equidad,
y con justicia, me obligan dulce, y suavemente a ponerme
baxo de su protección. Estas son las que me inducen para
prevalerme de V r a E x c . con preferencia a qualquier
otro Personaje de rango, para humillar á los Reales Pies
de Nro R e y , y Excelso Señor, este pequeño presente,
fatiga, y estudio de mi parienta, y mío. Confiesso sinceramente, q. por otra parte me avergüenzo, y confundo de
una tal oferta, considerando su pequenez en confronto del
gran Monarca a quien oso presentarla. Pero E x c .
Señor, si es pequeña, si es un nada considerado un tal respecto, Su Magestad con su grande Real comprehension,
conocerá seguramente la sinceridad del corazón con que
se le ofrece, y esta ciertamente le agradará; comprehenderá, que este nada, es lo mas de potencia, que puede hacer en su humillación un fiel Subdito y Vasayo suyo, q.
vive y vivirá siempre grato a su Clementissimo Monarca,
a quien después de Dios, reconoce su subsistencia, y su
vida. Por ultimo, yo me abandono en los brazos de V r a
E x c . , y quedo seguro, q. como óptimamente instruido, que como Docto, y q. como gran Político, sabrá conducir este negocio al fin a que aspiran todos mis deseos.
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