Secuencia (2001), 49, enero-abril, 157-162 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i49.730 pafiola, la distincion entre derechos ci­ viles y politicos, el problema de la re­ presentaci6n en las Cortes, el sistema electoral y la nueva organizaci6n admi­ nistrativa del Estado, los ayuntamien­ tos constitucionales y las diputaciones provinciales. En el ultimo apartado condensa todo lo apuntado anterior­ mente al insistir en c6mo las peticio­ nes abolicionistas del regimen colonial abundaron en aspectos clave de la re­ volu ci6n burguesa peninsular, como fueron la transformaci6n de la estruc­ tura de la propiedad y las relaciones de producci6n, esto es, la propiedad pri­ vada de la tierra, la libertad del traba­ jador, la libertad econ6mica y la refor­ ma fiscal sabre la base de la contribu­ ci6n directa, entre otras. La cuestion nacional americana en las Cortes de Cadiz no solo recupera la dimension imperial de esa legislatura, tambien coloca a America como ele­ mento esencial para la comprensi6n de la revoluci6n liberal espafiola. Marfa Jose Garrido Asper6 lNSTITIJTO MORA Dolores Pia Brugat, Els exiliats cata­ lans. un estudio de la emigracion re­ publicana espanola en Mexico, Cona­ culta/INAH/Orfe6 Catala de Mexic, A. C./ Libros del Umbral, Mexico, 1999,. 393 pp., ISBN 970­18­3836­X (INAH), ISBN 968­5115­08­7 (Libros del Umbrai). La historia de la inmigracion tiene pre­ guntas ineludibles sabre las caracteris­ RESENAS ticas de los inmigrantes y el desplaza­ miento geogcifico. Dolores Pla resuel­ ve estas preguntas con eficiencia al elaborar la historia de los refugiados catalanes que Hegan a Mexico despues de 1939, historia que tambien abarca al resto de los exiliados espanoles. El estudio esta divido en dos partes: en la primera, la aurora se ocupa de co­ mo ocurri6 la emigraci6n; en la segun­ da, de lo que hicieron los refugiados en Mexico. El libro dejara satisfecho al lector curioso por saber acerca de la inmigraci6n de republicanos espafio­ les a Mexico. Tambien los especialistas encontraran novedosas las respuestas que la autora ofrece. Pia propone en la primera parte del texto la singularidad de la emigraci6n republicana en raz6n de que conto con organizaci6n y financiamiento. Ello se debi6 a que el gobicrno repu­ blicano, previendo la derrota, cre6 or­ ganizaciones y destin6 fondos para lle­ var a cabo el traslado fuera de Espana. Pia atinadamente seriala que, por estas razones, la emigraci6n politica que es­ tudia fue diferente a la que llama emi­ graci6n econ6mica. Pero la distinci6n probablemente no estriba en lo politi­ co o lo econornico ni en la existencia de organizaciones y financiamienta. El exodo de irlandeses durance la gran hambruna o la emigraci6n alemana despues de 1848 o la huida masiva de judios de las pogroms en la Rusia zaris­ ta, fueron todos movimientos migra­ torios que entretejieron la politica y la economia. En estos casos, y en otros, existieron organizaciones que allana­ ron el camino y asistieron econornica­ mente a los emigrantes. Quiza lo real­ mente distinto en el caso de las repu­ 157 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada SECOENClfi Revistadehistoriaycienciassociales blicanos espafioles sea que fue una emigracion no solo de individuos sino de un gobierno. Las migraciones, por lo general, in­ volucran a individuos y no a Institucio­ nes. Ello no quiere decir que carezcan de organizacion y financiamiento, sino que su escala es menor. Las redes de parentesco crean cadenas migratorias que orientan y financian la migracion y propician la reorganlzacion de las relaciones sociales en los lugares de arribo. Dolores Pia menciona la migra­ cion en cadena en relaci6n con los es­ pafioles llegados a Mexico antes de la guerra civil. Lo hace justamente para destacar la diferente manera en que ocurrio la emigracion de quienes fue­ ron expulsados por la guerra. Aunque viajaron en grupo, algunos con familia, caredan de lazos que los vincularan a su lugar de destino. Fue el gobierno en el exilio el que decidi6 y negoci6 el refugio final. Las organizaciones de ayuda a los refuglados, adernas, sustituyeron mu­ chas otras funciones que el parentesco cumple en la migracion. Los costos del traslado, por ejemplo, fueron sufraga­ dos par el Servicio de Evacuaci6n de Republicanos Espafioles y el Comite Tecnico de Ayuda a los Republicanos Espafioles e, incluso, aportaron sub­ sidios en efectivo y en especie una vez que los refugiados arribaron a Mexico. Pla muestra que estas organizaciones tambien obraron como filtro. La afi­ nidad ideol6gica y la mernbresia par­ tidaria, y no las necesidades y vinculos familiares, fueron criterlos importan­ tes para seleccionar a los inmigrantes. Tambien quisieron serlo los requisitos impuestos por el gobierno mexicano, 158 que preferta mayor rnimero de agricul­ tores y obreros que de intelectuales y profesionistas. El criteria politico de las organizaciones, en la practica contrario al criteria oficial, tuvo mayor peso y fue causa de frtccion entre los refugiados y entre las organizaciones de ayuda y el gobiemo mexicano. Ello a su vez nos remite a la estructu­ ra de esta emigracion. Las migraciones suelen comenzar con numeros reduct­ dos de individuos relativamente bien situados para despues convertirse en oleada masiva de desposeidos. Las ci­ fras y la composici6n que presenta Do­ lores Pia dan un giro a esta vision con­ vencional. Efectivamente los primeros en llegar fueron individuos pertene­ cientes a las capas medias de la socie­ dad espafiola, seguidos par aquellos so­ cial y economicamente menos afortuna­ dos. Pero los primeros fueron un grupo mucho mayor en nurnero (alrededor de la cuarta parte) que los segundos. Bien dice la autora que se trata de una migraci6n "muy peculiar". Este grupo, sin mediar la guerra, dificilrnen­ te hubiera emigrado. La explicacion reside, por supuesto, en el caracter y razones de la guerra. La autora dcdlca un buen numero de paginas a explicar ese caracter y esas razones, para asi en­ tender por que "el exilio se desgaj6 de los sectores mas ilustrados, en terrni­ nos de conocimiento, y mas modernos desde la perspectiva economico­social" (p. 367). La segunda parte del libro, sin du­ da la mas inreresante, describe lo que estos peculiares inmigrantes hicieron una vez en Mexico. Muchos estudios se han abocado a destacar las aporta­ ciones hechas por los trasterrados a RESENAS Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada SECOENClfi Revistadehistoriaycienciassociales su nuevo hogar. Dolores Pia apunta que una porci6n significativade la lite­ ratura sobre los refugiados espafioles ha explorado esta veta en especial, re­ saltando la obra de intelectuales y ar­ tistas. Su texto, sin embargo, se aparta de este tono encomioso. Mas impor­ tante para su estudlo ha sido conocer el impacto que la sociedad receptora tuvo sobre ellos. Con ese fin, la autora desarrolla dos lineas de exposici6n: la inserci6n econ6mica y los ajustes cul­ turales. El estudio de la integraci6n laboral es particularmente pertinente debido a la imagen desequilibrada existente de lo que fue el exilio. Pareciera que a Mexico llegaron solo notables intelec­ tuales y artistas, cuya experiencia fue de exito inmediato. El minucioso se­ guimiento que hace de los catalanes nos muestra algo distinto: los dificiles primeros pasos y la posterior diversi­ dad de carreras laborales. RESENAS Una de las condiciones deseadas por el gobierno mexicano era que los recien llegados residieran en provincia y, de preferencia, no en las grandes ciudades. Tratando de satisfacer este requisito, las organizaciones encarga­ das del traslado y el asentamiento los enviaron a distintos lugares de la repu­ blica. La aurora describe el fracaso de esta iniciativa, canto en las pequefias ciudades de provincia, San Cristobal de las Casas por ejemplo, como en los distintos esfuerzos por integrarlos a po­ blados campesinos. Fracasaron igual­ mente los experimentos con colonias agricolas, Las razones fueron vaciadas para cada caso, pero una constante fue que nadie tenia idea de que hacer con ellos ni habia en que se ocuparan, No podia ser de otra manera, dado que estos catalanes no llegaron a Mexico atraidos por polos de desarrollo eco­ n6mico. Asi, su experienciay expectati­ vas encajaban mal en el Mexicoprovin­ 159 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada SECOENClfi Revistadehistoriaycienciassociales ciano y rural de los aftos cuarenta. Gra­ vitaron por tanto hacia las grandes ciu­ dades del pais, en particular Mexicoy Guadalajara. Ya ahi, por razones de educaci6n, iniciativay accidente, tuvie­ ron acceso a actividades en las que experimentarfan una movilidad social ascendente. Aunque la autora sefiala que estas conclusiones se basan s6lo en una porci6n de los catalanes, para quienes existe evidencia, es muy pro­ bable que este sea el patron general. Es importante detenerse aqui para sefialar lo valioso de la historia oral que utiliza el estudio. Porque si bien la evidencia cuantitativa se presta a gene­ ralizaciones, la cualitativa marca Iimi­ tes y variaciones. La autora utiliza los testimonios para dar cuenta de los dis­ tintos puntos de vista y las maneras de relatar y sentir la experiencia laboral. Lo que para unos fue aventura exalta­ da, para otros fue confusion tortuosa, y otros mas la sintieron como un sur­ car sin contratiempos. Respecto de las carreras laborales, en espedfico, hubo quienes en el momento de ser entre­ ' .vtstados no sentian que su experiencia '1 fuera de movilidad ascendente. Por el contrario, comparado con las expec­ tativas generadas durante su vida en Espana, consideraban que el destino les habia quedado pequefio. La fuen­ te oral obliga a la aurora a prescindir de absolutos y generalizaciones fa­ ciles. Pero la fuente oral ofrece el prtvtle­ gio de una mirada interna al proceso de integraci6n cultural. Llevarla mirada en esta direccion lleva tambien a distin­ guir dos periodos para el estudio de los exiliados. Durante el primero, en­ tre 1939 y 1946, pervive con fuerza la 160 idea del regreso, incluso triunfal, a Es­ pana. En esos afios predornino la acti­ tud de distinguirse tanto de los mexi­ canos como de los espafioles antiguos residentes, y verse a si mismos como refugiados republicanos. La esperanza del regreso inmediato desaparecio des­ pues de 1946. En las tres decadas pos­ teriores la preocupaci6n estaria centra­ da en la cotidianidad de vivir en un nuevo pals. En el transcurso de ese tiempo, argumenta Dolores Pla, los exiliados construyeron vidas en las que combinaron identidades. Para la mayoria de los mexicanos, los trasterrados republicanos eran re­ fugiados espafioles y, pasado el tiern­ po, simplemente espaftoles. Pero des­ de el interior del grupo, la relaci6n con los espafioles antiguos residentes fue ambigua. Por un lado, estaba la di­ ferencia politica respecto de los suce­ sos en Espana. Por otro, la diferencia de intenci6n y actitud respecto de es­ tar en Mexico. Los refugiados quisie­ ron deliberadamente distinguirse de ellos y, en consecuencia, formaron sus propias asociaciones. Sin embargo, la vida diaria propicio multiples contac­ tos. Muchos contaron con la ayuda de los espafioles ya establecidos, de quie­ nes recibierori prestamos, ofertas de trabajo y otros apoyos. Los anos redu­ jeron el filo cortante de algunas dife­ rencias, dando paso a un acercamien­ to mayor. Si bien los republicanos pu­ dieron haber seguido un estilo de vida acorde con sus ideas, su patron de in­ serci6n laboral fue, a traves del nern­ po, parecido al de otros inmigrantes de la peninsula iberica. Asumieron identi­ dad como espafioles, vinculandose a los antiguos residentes, pero tambien RESENAS Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada SECOENClfi Revistadehistoriaycienciassociales de refugiados para marcar la distinci6n frente a los ojos de la sociedad recep­ tora. En el seno de los republicanos ha­ bfa diferencias, unas producto de la ideologfa, otras producto del senti­ miento de nacionalidad. Por ello, el Orfe6 Catala fue una notable excep­ ci6n, en lo que toca a asociaciones. Los refugiados catalanes inyectaron nueva vida al Orfe6, donde convivieron con viejos residentes. Unos y otros compar­ tfan la idea de la autonornfa para Cata­ lufia y el proposito de mantener una identidad catalana. Finalmente, algu­ nos afiadieron paulatinamente una identidad como mexicanos. Fueron principalmente los mas j6venes, quie­ ncs de hecho se formaron en Mexicoy cuyas relaciones y actividades los invo­ lucraron con los mexicanos. En fin, los republicanos eran un gru­ po heterogeneo. Los individuos tejie­ ron distintas redes de relacion personal, bordando fino con los hilos de edad, clase, ideologia y nacionalidad. Por ello Dolores Pla habla no de una, sino de multiples identidades culturales. Pero si bien el tiempo parece limar asperezas y permitir el apacible nave­ gar entre diversas identidades, los tes­ timonios que presenta la autora reve­ lan tensiones importantes. Sin duda ha­ bia diferencia ­en algunos insalvable­ entre ser espafiol a secas, y ser refu­ giado espafiol en Mexico. Los refugla­ dos vivieron quizas el momento mas definitorio de su existencia, la guerra y el exilio, llevados por su ideologia. lC6mo reconciliar lo entonces vivido con la situaci6n de vida en los afios setenta y ochenta, cuando fueron en­ trevistados? Manuel Martinez Roca lo AESENAS expres6 con un dejo ironico: "[... ]ser millonario y ser comunista es un poco dificil, pero [ ... ]bueno" (p.345, n. 186) Carmen Roura y Luis Soberanes fueron contundentes: "La gente vivia bien [ ... ] se habian aburguesado", sentencio la primera (p. 345). "Ahora los Haman gachupines a todos", concluy6 el se­ gundo {p. 342). Era, pues, posible pa­ sar de ser "refugiado" a ser "espafiol", pero no era un paso exento de conflic­ to intemo. Sentirse mexicano o sentirse espa­ nol, igualmente, era como estar senta­ do en el filo porque, segun explic6 Angel Palerm, siempre cabria la posibl­ lidad de la aceptaci6n afable o el recha­ zo cortante. Uno de ellos ejemplific6 esta tension en una anecdota: "Una vez, un buen amigo ­y sigue siendo amigo, a pesar de todo­, se ernborra­ ch6, pero a fondo, y cuando estaba borracho, borracho, borracho, empez6 a insultarme, 'que gachupin desgracia­ do', everdad? Le sali6 de lo mas pro­ fundo. Y ya que le pas6, el hombre estaba llorando y pidiendo perd6n" (p. 356). Para complicar las cosas exis­ tla tambien el otro lado de la moneda, el prejuicio hacia los mexicanos, una actitud inconsciente de discrtmina­ ci6n, como la calific6 Antoni Ordovas en su entrevista. Las multiples identidades en la su­ perficie requieren del estudio de las tensiones profundas en el proceso de adaptacion cultural. Ello por supuesto apunta hacia nuevas preguntas que otros investigadores bien podrian to­ mar como punto de partida: lCuando se escoge una y cuando otra de las posibles identidades? lEn que espacios y con que proposito se negocian estas 161 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada SECOENClfi Revistadehistoriaycienciassociales identidades? lQue fue transmitido a la siguiente generaci6n? El texto de Pla Brugat rebasa la his­ toriografia preocupada por destacar las aportaciones de los inmigrantes. Tambien agota su propia perspectiva de c6mo la sociedad receptora irn­ : pacto a los inmigrantes. Sugiere, final­ men te, un nuevo campo a explorar para los estudios de la inmigraci6n en Mexico. Este tiene que ver con indagar c6mo los inmigrantes se insertan en los procesos hist6ricos de la sociedad que los recibe. Dolores Pia se ocupa en parte de este asunto, cuando senala la importancia del momento de arribo: un nuevo Irnpetu de industrializacion y crecimiento econ6mico, que brind6 la oportunidad de integrarse a un mer­ cado de trabajo especializado. Ahora que este contomo esta dibujado, seria importante reflexionar sobre c6mo influyeron en la sociedad que iba con­ figurandose en la segunda mitad <lei siglo xx. La autora sefiala, por ejern­ plo, una caracterfstica peculiar de esa sociedad, la ambivalenciahacia lo Indi­ gena y lo espafiol o hacia lo prieto y lo blanco. El fen6meno existe, pero hay que reconocer que pertenece no a la sociedad mexicana en abstracto, sino a las capas medias y altas de ella, mismas a las que se integraron los exiliados. Habria entonces que indagar sobre la influencia reciproca dentro del proce­ so cultural que conforma a estas clases media y alta en Mexico.La problernati­ ca se antoja importante en tanto ex­ tiende el camino marcado por la pre­ ocupaci6n evidente a lo largo del tex­ to: lPor que ese reducido grupo ­en la estimaci6n de Pla no rebasan los 30 00~ tuvo relevancia en la historia 162 mexicana, mas alla de las celebridades o de ser un capftulo honroso en la his­ toria diplomatica? Gerardo Necoechea Gracia DEH­INAH Miguel Angel Cuenya Mateos, Puebla de Los Angeles en tiempos de una pes­ te colonial. Una mirada en torno al matlazdbuatl de 1737, Beriemertta Universidad Aut6noma de Puebla/El Colegio de Michoacan, Zamora, 1999, 315 pp. Del siglo XVI al XIX, la poblacion de Nueva Espana, despues Mexico, se vio atacada por diversas epidemias que diezmaron su poblaci6n; de todas, tal vez la mas terrible fue la de matlaza­ huatl ocurrida en 1736­1739. Las en­ fermedades y la muerte durante el Me­ xico colonial es un tema que, al igual que muchos otros, esta en espera de nuevos estudios que den explicacio­ nes coherentes y no solo describan los sucesos. En esta Iinea, Miguel Angel Cuenya realiza en su libro una investi­ gaci6n por dernas completa del terri­ ble flagelo que sufrlo la ciudad de Pue­ bla en 1737. Al revisar los libros de defunciones de la parroquia de Anako, el autor encontr6 que en ese tiempo el mime­ ro de entierros se elevaba, esto lo Ile­ v6 a las primeras preguntas. lDe que enfermedad se trataba? lLa totalidad del espacio urbano la habia sentido de la misma forma? lLos distintos grupos RESENAS Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada