F - Catholic Diocese of Richmond

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Adoración
Eucarística
Pbro. Denis Jacinto
Centro Pastoral
7800 Carousel Lane
Richmond, VA 23294
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Adoración Eucarística
Puestos de rodilla entonamos el cántico “Cantemos al amor” u otro canto de adoración mientras el sacerdote u otro
ministro expone en la custodia a Jesús Sacramentado.
Cantemos al Amor
Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor, Dios está aquí,
venid adoradores adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra,
bendecid al Señor; honor y gloria a ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a ti, Dios del amor.
Unamos nuestra voz a los cantares,
del coro celestial, Dios está aquí,
al Dios de los altares alabemos, con gozo angelical.
Los que buscáis solaz en vuestras penas
y alivio en el dolor, Dios está aquí
y vierte a manos llenas sus tesoros, divinos del dulzor.
Oh, rara caridad y real fineza,
oh, dulce memorial, Dios está aquí
con toda su riqueza, con su cuerpo y sangre divinal.
A continuación el que dirige la Hora Santa ora diciendo:
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por
completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído
para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la
Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo
que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios: haz que yo
crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al
hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame
a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien
ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu
gloria. Amén.
En este momento se puede entonar un cántico, mientras tanto, la comunidad toma asiento para la recitación de los
pasajes evangélicos.
La recitación de los pasajes evangélicos o lectura rezada se hará a dos coros - sacerdote y pueblo- , mientras que, la
antífona la recitará toda la asamblea.
Antífona: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi
alianza. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores.” (Evangelli Gaudium
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Guía: Jesús les replicó: “En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el
que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.”
Asamblea: Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de este pan.”
Guía: Jesús les contestó: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed
jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me ha dado el Padre vendrá a mí, y al que venga Page |
a mí no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.”
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(Jn 6, 36-38)
Oración (Toda la asamblea)
Oh Dulcísimo Jesús, que
escondido bajo los velos eucarísticos,
escuchas piadoso nuestras súplicas humildes,
para presentarlas al trono del Altísimo,
acoge ahora los anhelos ardientes de nuestros corazones.
Ilumina nuestras inteligencias,
reafirma nuestras voluntades,
revitaliza nuestra constancia
y enciende en nuestros corazones
la llama de un santo entusiasmo,
para que, superando nuestra pequeñez
y venciendo toda dificultad,
sepamos ofrecerte un homenaje
no indigno de tu grandeza y majestad
y adecuado a nuestras ansias
y santos deseos.
Amén. (Pio XII)
Antífona: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi
alianza. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores.” (Evangelli Gaudium
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§ Silencio para la adoración y meditación personal §
Señor, tú eres el Pan
//Señor, tú eres el pan, que nos da la vida eterna.//
Dijo Jesús cierto día, predicando en Galilea:
Yo soy el pan que da vida, anunciado en los profetas.
Es voluntad de mi Padre, que quien come en esta mesa
ha de vivir para siempre, para que ya nunca muera.
No dominará la muerte a los que coman y beben
de este pan y de este vino, que dan la dicha perfecta.
Antífona: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.” (Deus
Caritas Est 1)
Guía: Y Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan
que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ya bajado del cielo; el que coma de
este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo”.
Asamblea: Disputaban los judíos entre sí: “¿Cómo puede darnos éste a comer su carne?”
Guía: Entonces Jesús les dijo: “En verdad, en verdad os digo: sino coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su
sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último
día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí
y yo en él.” (Jn 6, 48-56)
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Oración (Toda la asamblea)
Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo,
Tú eres quien revela el Dios invisible,
el Primogénito de toda creatura,
el Fundamento de todas las cosas;
Tú eres el Maestro de toda la humanidad,
Tú eres el Redentor,
Tú naciste, moriste y resucitaste por nosotros;
Tú eres el Centro de la historia y del mundo;
Tú eres aquel que nos conoce y nos ama;
Tú eres el Compañero y Amigo en nuestra vida;
Tú eres el Hombre del dolor y de la esperanza;
Tú eres quien debe venir
y El que ha de ser un día nuestro Juez,
y en quien nosotros esperamos nuestra felicidad.
Amén. (Pablo VI)
Antífona: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.” (Deus
Caritas Est 1)
§ Silencio para la adoración y meditación personal §
Yo soy el Pan de Vida
Yo soy el pan de vida,
el que viene a mí no tendrá hambre
el que viene a mí no tendrá sed
nadie viene a mí, si mi Padre no le atrae.
Yo le resucitare, yo le resucitaré,
yo le resucitaré en el día final.
El pan que yo daré,
es mi cuerpo vida para el mundo,
el que siempre coma de mi carne,
vivirá en mí como yo vivo en mi Padre.
Yo soy el pan de vida,
que se prueba y no se siente hambre,
el que siempre coma de mi carne,
vivirá en mí como yo vivo en mi Padre.
Antífona: “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor ante sus opresores y conozco sus
sufrimientos. He bajado para liberarlo […] Ahora pues, ve, yo te envío…” (Ex 3, 7-8.10)
Guía: Dijo Jesús a los judíos que habían creído en Él: “Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos;
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Asamblea: Le replicaron: “Somos linaje de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ″Seréis
libres″?”
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Guía: Jesús les contestó: “En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en 6
la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.”
Oración (Toda la asamblea)
Como los discípulos del Evangelio,
te pedimos, Señor Jesús: ¡permanece con nosotros!
Tú, Divino Caminante,
experto en nuestros caminos
y conocedor de nuestro corazón,
no dejes que seamos prisioneros de
la sombra de la noche.
Sostennos en el cansancio,
perdona nuestros pecados,
guía nuestros pasos por el camino del bien.
En la Eucaristía te has convertido en
“Fármaco de inmortalidad”,
danos en gusto de una vida plena,
que nos haga caminar en esta tierra
como alegres y confiados peregrinos,
mirando siempre la meta de la vida que no tiene fin.
Amén. (Beato Juan Pablo II)
Antífona: “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor ante sus opresores y conozco sus
sufrimientos. He bajado para liberarlo […] Ahora pues, ve, yo te envío…” (Ex 3, 7-8.10)
§ Silencio para la adoración y meditación personal §
Cristo Libertador
Cristo nos da la libertad. Cristo nos da la salvación.
Cristo nos da la esperanza. Cristo nos da el amor.
Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré.
Cuando cargue con la cruz de los demás, me salvaré.
Dame Señor tu palabra; oye, Señor, mi oración.
Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón.
Cuando siga los caminos del amor, veré al Señor.
Dame Señor tu palabra; oye, Señor, mi oración.
Cuando sienta la alegría y la amistad, vendrá el amor.
Cuando viva en comunión con los demás, seré de Dios.
Dame Señor tu palabra; oye, Señor mi oración.
§ Silencio para la adoración y meditación personal §
Preces
Imploremos, hermanos, a Jesucristo,
que es el pan de la vida, diciéndole jubilosos:
Dichoso el que coma en el banquete de tu Reino, Señor.
 Cristo, sacerdote de la alianza nueva y eterna, que en el ara de la cruz ofreciste al Padre el sacrificio
perfecto, enséñanos a ofrecerlo junto contigo. Oremos…
 Cristo, altísimo rey de paz y de justicia, que consagraste el pan y el vino como signo de tu propia oblación,
haz que sepamos ofrecernos juntos contigo. Oremos…

 Cristo, verdadero adorador del Padre, cuya ofrenda pura ofrece la Iglesia del oriente al poniente, junta en la
unidad de tu cuerpo a los que alimentas con un mismo pan. Oremos…
 Cristo, maná bajado del cielo, que nutres a la Iglesia con tu cuerpo y tu sangre, haz que caminemos con la
fuerza de este alimento. Oremos…
 Cristo, huésped invisible de nuestro convite, que estás a la puerta llamando, ven a nosotros, para que
podamos comer juntos. Oremos…
 Aquí pueden presentarse espontáneamente sus oraciones personales. Oremos...
Padre nuestro (Preferiblemente cantado)
Oración (Toda la asamblea)
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
De rodillas entonamos un cántico apropiado para recibir la bendición.
El que preside la Hora Santa ora diciendo:
Guía: Nos has dado pan del cielo.
Asamblea: Que contiene todo en sí todo deleite.
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Oh Dios, que bajo este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal
modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Si el que preside la Hora Santa es sacerdote o diácono en este momento impartirá la bendición con el Santísimo
Sacramento. En silencio y permaneciendo de rodillas, el pueblo recibirá la bendición. A continuación se recitarán las
alabanzas de reparación a Jesús Sacramentado. Terminadas éstas, se entona un canto mientras el ministro reserva a
Jesús Sacramentado.
Alabanzas de Desagravio
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios
y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Amén.
Iglesia Peregrina
Todos unidos formando un solo cuerpo,
un pueblo que en la pascua nació;
miembros de Cristo en sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios.
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu
que el Hijo desde el Padre envió
Él nos empuja, nos guía y alimenta,
Iglesia peregrina de Dios
Somos en la tierra semilla de otro reino,
somos testimonio de amor.
Paz para las guerras y luz entre las sombras
Iglesia peregrina de Dios.
Rugen tormentas y a veces nuestra barca
parece que ha perdido el timón.
Miras con miedo, no tienes confianza,
Iglesia peregrina de Dios.
Una esperanza nos llena de alegría;
presencia que el Señor prometió.
Vamos cantando, Él viene con nosotros,
Iglesia peregrina de Dios.
Todos unidos en un solo bautismo,
ligados a la misma comunión.
Todos viviendo en una misma casa,
Iglesia peregrina de Dios
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a la misma salvación.
Somos un cuerpo y Cristo es la cabeza,
Iglesia peregrina de Dios.
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