¿Puso Dios a Barack Obama en la Casa Blanca?

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¿PUSO DIOS A BARACK OBAMA EN LA CASA BLANCA?
¿Puso Dios a Barack Obama en la Casa
Blanca?
Varios estudiantes de la Biblia quedaron decepcionados con el resultado de la reciente
elección presidencial de Estados Unidos, en la que Barack Obama fue reelegido para un
nuevo mandato de cuatro años. Pero, además de ésta decepción, varios han concluido que
“fue la voluntad de Dios semejante resultado”, porque ellos creen que el Señor debe tener
un plan y una razón por la que Barack Obama está nuevamente en la Casa Blanca. El
pasaje citado a menudo por aquellos que hablan de esta manera se encuentra en Daniel, y
es el siguiente:
“La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los
santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo
gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y
constituye sobre él al más bajo de los hombres” (Daniel 4:17).
Sin embargo, es importante señalar que el tiempo en el que Daniel profetizó era
diferente al tiempo en el que ahora vivimos. En aquellos días Dios usó de gobernantes y
gobiernos en el desarrollo de su plan de redención, pero no podemos concluir que Dios
ahora está trabajando de la misma manera con los distintos sistemas de gobierno de la
actualidad.
Las naciones que Dios usó en el Antiguo Testamento tenían una cosa en común,
todas fueron utilizadas en relación con la venida de Cristo (Gen. 3:15; 12:3; 22:18). Egipto
daría lugar a que los hijos de Israel fueran “una gran nación” (Gen. 46:2-3). La nación de
Israel, creó y preservó el linaje para que la promesa de la venida de Cristo se cumpliese
(Deut. 7:7-8; Zac. 8:12-13). Los reinos del sueño de Nabucodonosor (Babilonia, MedoPersa, Grecia y Roma) llevaron adelante las cosas hasta “el cumplimiento del tiempo” (Gal.
4:4) para que el reino de Cristo se estableciese mientras estaba en vigencia el dominio de
Roma (Dan. 2:44).
Debido a que Dios tenía un propósito específico para ciertas naciones mencionadas en
la Biblia, muchos asumen que lo mismo ha de suceder con su país. Sin embargo ninguna
nación moderna se menciona en la Biblia, no hay ninguna mención de nación alguna más
allá del Imperio Romano. Todo lo que podemos decir con fe (Rom. 10:17) es lo que está
conforme a las palabras de Dios (1 Ped. 4:11; 1 Cor. 4:6). Cualquier mención basada en el
silencio de las Escrituras es mera especulación. Para información más detallada de este
punto, consulte la obra “Lo que Dios ha ordenado en relación al Gobierno civil”
Antes de afirmar que Dios puso a Barack Obama en la Casa Blanca por alguna
misteriosa razón, recordemos lo que el profeta Amós dijo: “Porque no hará nada Jehová el
Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Am. 3:7). Por lo tanto, sin la
revelación de la profecía bíblica, es especulación y arrogancia el concluir que Dios intervino
para elegir a un hombre como presidente a la vez que desechaba a otro como tal.
Simplemente, nosotros no tenemos ninguna de esas profecías en la actualidad. El don de
profecía, que era impartido por la imposición de las manos apostólicas (Hech. 8:18), cesó
cuando la revelación fue completada (1 Cor. 13:8-10). La revelación completa y final la
tenemos en nuestras Biblias (2 Tim. 3:16-17; Jud. 3). Y, mientras sabemos que Dios ha
ordenado un propósito para el Gobierno (Rom. 13:3-4), también sabemos que no es de Dios
el establecer a ciertos individuos en el poder, o causar la caída de una nación y el
levantamiento de otra. Tales cosas no las podemos afirmar con fe (Rom. 10:17).
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Por Josué Hernández
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¿PUSO DIOS A BARACK OBAMA EN LA CASA BLANCA?
Entonces, ¿quién puso a Barack Obama en la Casa Blanca?
Si no podemos atribuir la reelección del presidente de Estados Unidos a la
manipulación divina en los acontecimientos modernos (para el desarrollo de algún plan
misterioso), ¿cómo podemos explicar su reelección?
Con los actuales problemas económicos y sociales unidos a los problemas de gestión
internacional que mantiene Estados Unidos, era casi improbable que un presidente en
ejercicio fuera reelegido. Sin embargo, este presidente fue reelegido, ¿por qué lo fue? Es
cierto que hay algunas razones políticas, pero no estamos interesados en discutir esto
ahora. Pero, hay cosas que pertenecen al estado moral y espiritual de la sociedad
norteamericana que se deben considerar.
Codicia: Muchas personas votaron en consideración de la ganancia material que podrían
obtener con su candidato en el poder. A pesar de que las Escrituras enseñan que los justos
han de esforzarse por mantenerse así mismos y a sus familias (Ef. 4:28; 1 Tim. 5:8) para
estar contentos con lo que tienen, independientemente de si viven más “humildemente” o
con mayor prosperidad y “abundancia” (Fil. 4:11-12).
Odio: Por desgracia, hay muchas personas que odian a los que tienen éxito material y
quieren castigarlos con mayores impuestos y regulaciones cada vez más excesivas. Sin
embargo, esta no es la actitud que ha de tener el justo, el cristiano no es envidioso. Unos
principios importantes que se pueden aplicar para la familia y la sociedad son los siguientes:
“Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” (Rom. 12:15). “no mirando cada
uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil. 2:4). “Todas
vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Cor. 16:14).
Flojera: Sabemos que hay muchos ciudadanos que francamente no pueden sostenerse así
mismos, pero también hay muchos zánganos que no están dispuestos a trabajar y exigen
que el Gobierno subsidie su flojera. Por lo tanto, es lógico que éstos perezosos eligieran un
candidato que haría posible que su flojera fuese premiada. Pero, el Espíritu Santo por boca
del apóstol Pablo instruyó: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os
ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tes. 3:10).
Racismo: No tenemos los números finales, pero un conteo porcentual indicó que alrededor
de un 93% de los negros votaron por Obama (quien también es negro). Ahora bien, si la
misma cantidad de blancos votaron por Mitt Romney, es obvio que el racismo motivó la
votación. Si bien es cierto, que no todos los negros votaron por Obama, muchos sí lo
hicieron a causa de su raza. Pero, debemos recordar que todos los hombres son “imagen de
Dios” (Gen. 1:27) y comparten un ancestro común (Hech. 17:26). Todos los hombres son
iguales. “Dios no hace acepción de personas” (Hech. 10:34) y nosotros no debemos hacer
acepción de personas, a favor de uno y en desmedro de otro, por la raza.
Fornicación: Un número creciente de personas está luchando por el establecimiento del
matrimonio gay, dejando a la homosexualidad como una conducta normal y aceptable. Y es
natural que ellos apoyen el candidato que respaldaría su agenda.
Sin embargo, las
Escrituras condenan la homosexualidad (Rom. 1:26-27; 1 Cor. 6:9; 1 Tim. 1:10).
Además de la homosexualidad, el deseo general de fornicar entre la población también
contribuyó al apoyo del presidente Obama. Pero el escritor a los Hebreos dijo “Honroso sea
en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los
juzgará Dios” (Heb. 13:4). Dios diseño el matrimonio entre un hombre y una mujer como el
lugar indicado para disfrutar de la relación sexual. Sin embargo, muchos en nuestra
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Por Josué Hernández
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¿PUSO DIOS A BARACK OBAMA EN LA CASA BLANCA?
sociedad no quieren la responsabilidad, sino solo el placer. Además, gran parte de la
población joven quiere que se apoye su irresponsabilidad con anticonceptivos gratuitos y
servicio estatal para el aborto. Así pues, era lógico que tales demandantes eligieran el
candidato que cumpliera sus caprichos.
Aborto: El tema del aborto está enmarcado por muchos como un “derecho de la mujer”, sin
embargo el aborto es un homicidio (cf. Gen. 25:22; Sal. 139:13-16; Luc. 1:41). Según las
Escrituras una función del Gobierno es “castigar al que hace lo malo” (Rom. 13:4), y el
aborto sin duda entra en esta categoría, es una maldad. Desafortunadamente, la demanda
de muchos es que el Gobierno permita y financie el aborto.
Hogares rotos: Dios diseñó el hogar como un lugar donde los niños podría crecer dirigidos,
enseñados y sostenidos por sus padres (1 Tim. 5:8; Ef. 5:22-23; 6:1-4; Tit. 2:4-5).
Desafortunadamente, demasiados hombres no quieren cumplir con sus responsabilidades y
abandonan a las madres y a los niños. A menudo el dinero del Gobierno y los programas
sociales son vistos como una “solución” para esta triste situación. Pero, si los hogares se
conformaran al patrón de Dios, el dinero del Gobierno sería innecesario. También es lógico
que los que desearan librarse de la “carga” de un hogar roto votarían por el candidato que
les “ayudaría” con su irresponsabilidad.
Idolatría: Muchos de los que han rechazado a Dios han hecho del Gobierno su dios. Por
ejemplo, los de Tiro y de Sidón gritaron a Herodes “¡Voz de Dios, y no de hombre!” (Hech.
12:22). Pero, ¿por qué llegaron a considerar a Herodes de ésta manera? Lucas nos
responde, porque “su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones” (Hech.
12:20, NVI). Sin embargo, las Escrituras revelan que Dios es la fuente de “Toda buena
dádiva y todo don perfecto” (Stgo. 1:27) y “hace salir su sol sobre malos y buenos, y que
hace llover sobre justos e injustos” (Mat. 5:45). Por lo tanto, debemos alzar los ojos a los
cielos, y alabar a Dios, por las muchas bendiciones. Lamentablemente, la gente que ha
abandonado a Dios debe buscar a otro que llene sus necesidades, y para muchos su dios es
el Gobierno.
Conclusión
Uno de los mayores engaños de la humanidad es la esperanza de que los males del
mundo puedan ser aliviados y curados por la legislación y la política. Sin duda, la manera
de solucionar los grandes problemas de nuestros países no es a través de la política del
Gobierno, sino con un profundo cambio en los corazones de los ciudadanos, porque “La
justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones” (Prov. 14:34).
Los resultados de esta elección son decepcionantes para muchos estadounidenses, y
deben prevenirnos de enseñar con mayor tesón y denuedo la palabra del evangelio a todos
los que nos rodean.
Adaptado por Josué Hernández, de la obra “Did God Put Barack Obama in the White House?”
escrita por Andy Sochor.
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Por Josué Hernández
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