1. el reinado de alfonso xii y la regencia

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I.
EL REINADO DE ALFONSO XII Y LA REGENCIA
El periodo 1875 – 1902 tiene una cierta unidad en sus rasgos políticos. Corresponde al reinado
de Alfonso XII (1875-1885), quien murió en 1885 de tuberculosis (a los 28 años), y la regencia
de la reina Mª Cristina (que estaba embarazada cuando murió Alfonso XII) hasta la mayoría de
edad de Alfonso XIII en 1902 (con 16 años. Su madre había muerto en 1901).
Entre 1875 y 1880 gobernó el Partido Conservador, con Cánovas a la cabeza. Intentó dar la
sensación de moderación y estabilidad al no perseguir a progresistas, demócratas,
republicanos, etc., e integrar en su partido a la derecha más extremista. Las medidas más
importantes de este periodo fueron:
-
La victoria frente a los carlistas en el País Vasco en 1876.
La abolición de los fueros de Navarra y País Vasco.
La pacificación de Cuba (Convenio de Zanjón. 1878).
La modificación de la Ley de Municipios: designación gubernamental de los alcaldes de
las localidades de más de 30.000 habitantes.
Nueva Ley arancelaria: aumento del proteccionismo (abandonado en 1869).
Ley electoral: sufragio censitario: varones mayores de 25 años que pagaran una
contribución superior a 25-50 Pts., según fueran rentas agrícolas o urbanas (5 % de la
población – 20 % de los hombres - )
Entre 1881 y 1884 gobernaron los liberales de Sagasta, reimplantando algunos de los
principios de 1868:
-
Creación de la Comisión de Reformas Sociales.
Sufragio universal masculino en las elecciones municipales
En 1884-1885 volvieron al gobierno los conservadores. Pero en Noviembre de 1885 murió
Alfonso XII y empezó la regencia de Mª Cristina (embarazada del futuro Alfonso XIII)
Entre 1885 y 1890 (tras el “Pacto de El Pardo”: se consideró la muerte del rey una crisis
suficiente para cambiar el gobierno) los liberales volvieron a asumir el gobierno:
-
Abolición de la esclavitud (1888) también en Cuba.
Ampliación de la libertad de expresión y de prensa (eliminación de la censura).
Legalización de las asociaciones obreras (1887).
Sufragio universal masculino en las elecciones generales para los mayores de 25 años
(1890): el 27 % de la población tuvo derecho de voto. Poca trascendencia real por el
caciquismo.
Entre 1890 y 1902 se turnaron ambos partidos:
Conservadores en 1890-92, 1895-97 (asesinato de Cánovas), y 1899-1901 (Silvela).
Liberales en 1892-95, 1897-99 (derrota en Cuba) y 1901-1902.
Pero en este periodo el sistema canovista empieza a dar los primeros síntomas de
agotamiento, los turnos eran más cortos, había más crisis de gobierno, al no saber o no querer
hacer frente a los problemas del régimen, sobre todo los económicos, sociales, y los surgidos
del desastre del 98 y la Guerra de Cuba.
A - ECONOMÍA Y POLÍTICA ECONÓMICA
Ya hemos visto como el periodo de la Restauración es el de la industrialización de Cataluña,
País Vasco, y algunos focos en Madrid, Valencia, Cantabria, Asturias, etc.
También aparecieron compañías ferroviarias, eléctricas y de servicios (banca, seguros). La
inversión extranjera en sectores como el minero y el ferroviario impulsaba la economía.
Sin embargo, esta industrialización escondía problemas como la falta de tecnificación y de
inversión. La industria española era poco competitiva frente a la de GB, Francia, Alemania, etc.,
y sólo el proteccionismo impidió su desaparición. El arancel librecambista de 1869 pronto fue
recortado (1877), y el proteccionismo volvió definitivamente en 1891, aislando a la economía
española de la del resto del mundo, por lo que la crisis finisecular tuvo pocos efectos.
Los grandes propietarios agrícolas y la burguesía industrial catalana y vasca presionaron para
establecer unos elevados aranceles aduaneros. Pero ese proteccionismo es el causante del
monopolio del mercado hispano, de los elevados precios (que restaban poder de compra a la
población, con lo que la demanda interna no actuó como potenciadora de la modernización), de
la falta de inversión, la falta de modernización y de competitividad.
De 1873 a 1890 Europa atraviesa una profunda crisis (“finisecular” o “Gran Depresión”). En
España, en cambio, hubo un crecimiento económico y una estabilidad social y política.
Pero a partir de 1886-1890 empieza la recuperación del resto de Europa, impulsada por los
nuevos sectores industriales y la innovación tecnológica (2ª Revolución Industrial), con lo que la
competencia de sus productos fue mayor.
La economía española sufrió los primeros síntomas de crisis, debía reajustarse, pero lo que
hizo fue refugiarse en el proteccionismo, sin modernizar sus estructuras económicas.
Los precios altos, resultado del proteccionismo, desfavorecieron a las clases bajas, que vieron
como sus salarios quedaban muy por debajo de los precios. Esta crisis social provocó un
aumento de la conflictividad y del movimiento obrero (Jerez, Liceo, Corpus, Cánovas).
En el sector agrícola también se notó la competencia de los cereales de los países nuevos (y
otros productos, como el arroz, las fibras textiles, etc.).
La burguesía terrateniente exigió la elevación de los aranceles (1891) al tiempo que reducía los
salarios de los jornaleros y actualizaba los contratos de los arrendatarios. Estas últimas
medidas trajeron una gran conflictividad al campo andaluz (marcha de jornaleros de Jerez en
1892, difusión del anarquismo) y catalán (conflicto de los “rabassaires”, arrendatarios históricos
catalanes).
También el sector vinícola entró en crisis. Tras un periodo de fuerte expansión por la epidemia
de la filoxera en Francia, a partir de 1890 la plaga se extendió a España y obligó a arrancar
millones de cepas y sustituirlas por viñas con implantes de cepas americanas, inmunes a la
enfermedad.
En cambio, en Valencia se produjo la gran expansión del sector citrícola, en base a las
exportaciones al Norte de Europa, sobre todo GB, PPBB y Francia.
B – PROBLEMAS SOCIALES INTERNOS
1 – EL CARLISMO
Durante el Sexenio se había iniciado la 3ª Guerra Carlista en Cataluña, el Maestrazgo,
Navarra y Euskadi.
La Restauración borbónica privó al carlismo de parte de su hipotética legitimidad y algunos
carlistas (Cabrera) reconocieron a Alfonso XII como su rey. En 1875 se había conseguido la
pacificación en Levante y Cataluña.
Finalmente la rendición carlista en Navarra y Euskadi se consiguió en Marzo de 1876. Carlos
VII tuvo que partir de nuevo al exilio.
La consecuencia directa del alzamiento carlista y la victoria liberal fue la abolición definitiva de
los fueros de Navarra y País Vasco, aunque respetando algunas particularidades jurídicas y
fiscales (el “concierto económico” vasco: las provincias vascas pagaban un “cupo” al gobierno
central en concepto de impuestos, pero eran ellas las que lo recaudaban y repartían su peso
entre la población). Fue el último paso hacia la total uniformidad y centralización administrativa
y jurídica propia del liberalismo.
A partir de este momento el carlismo entró en un declive. Sólo algunos clérigos y extremistas
siguieron oponiéndose al régimen liberal.
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