La Serena, catorce de octubre de dos mil nueve. VISTOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que con fecha 7 de agosto de 2009 comparece doña Xenda Daphne Bastías Rojas, empleada, domiciliada en pasaje Las Tepas N°1977, Las Torres, Coquimbo, quien interpone demanda de tutela de derechos fundamentales en contra de Lisbeth Verónica Opazo Kook EIRL, representada legalmente por doña Lisbeth Verónica Opazo Kook, de quien ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en Arturo Prat N°477, La Serena. Señala que fue contratada bajo subordinación y dependencia por la demandada el 12 de febrero de 2008, como vendedora de artículos de óptica en el local de la demandada de Arturo Prat N°477, La Serena, en forma indefinida, con una jornada de lunes a viernes de 10:30 a 19:00 horas, siendo su remuneración al término de la relación la suma de $170.000.Agrega que el 15 de mayo pasado fue despedida, indicándose en la carta que se invocaba la causal de necesidades de la empresa, por racionalización pero afirma que la verdadera motivación fue el hecho de asistir al Juzgado de Letras de La Serena a rendir declaración en el juicio seguido por su hermana en contra de su ex empleadora, tal como lo señaló ante la autoridad administrativa. Estima que resulta evidente que el despido constituye una flagrante represalia por haber sido testigo en procedimiento laboral, en la causa “Blanco con Lisbeth Verónica Opazo Kook”, Rit M-197-2009, de manera que se lesiona la garantía de indemnidad, contemplada en el artículo 485 del Código del Trabajo. De manera que no sólo ampara al trabajador que inicia una acción judicial o motiva la labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo, sino también a todos aquellos que sufren estas represalias en su ejercicio, tal como ocurre en el caso de marras, lo que se sustenta en el entendido de que el proceso está constituido por una serie de actos que e inician con la interposición de la demanda y terminan con el pronunciamiento de la sentencia, donde se inserta su actuación en el juicio Rit M-197-2009, declarando como testigo. Estos actos se desarrollan en forma sucesiva, combinada y lógica, constituyendo el procedimiento judicial, amparado por el artículo 19 N°3 de la Constitución Política de la República y de acuerdo con el artículo 454 N°5 del Código del Trabajo, lo que demuestra que el legislador tomó en cuenta la situación de las represalias de un empleador como consecuencia de las declaraciones que un trabajador cierta en sede judicial lo que, de no entenderse así, dejaría en indefensión no sólo a quien asiste a declarar sino también a quien solicita su declaración, lo que atenta contra el espíritu del legislador. La titularidad de la acción corresponde a la víctima y ella ha sido interpuesta dentro de plazo. Señala que existen indicios de la lesión, constituidos por los malos tratos recibidos desde la renuncia del técnico del local comercial, exigiéndosele realizar funciones adicionales a las contempladas en su contrato de trabajo; las molestias de su ex empleador ante las solicitudes de aumento de sueldo ante el incremento de la carga de trabajo. La presentación ante el tribunal fue el día 14 de mayo del año en curso por lo que existió coetaneidad con su despido, ocurrido un día después. La causal invocada en el despido sólo se explica de manera general y vaga, indicándose sólo que corresponde a una racionalización, por lo que de antemano no tiene sustento, lo que se ratifica por la circunstancia de no haberse dado el aviso con 30 días de anticipación y que fue la única trabajadora despedida y al poco tiempo se contrató a una nueva. Solicita pues se declare que el despido de que fue objeto es vulneratorio de sus derechos fundamentales, específicamente la garantía del artículo 19 N°3 de la Constitución Política de la República y que la demandada debe ser condenada a pagarle la indemnización sustitutiva del aviso previo y la adicional equivalente a 11 meses o la suma que el tribunal determine, todo ello con intereses, reajustes y costas. En subsidio y para el evento que no se acoja la acción de tutela, deduce demanda por despido improcedente, atendido que, al consagrar nuestro sistema jurídico la estabilidad relativa en el empleo, regula una de las causales objetivas de término de contrato, esto es, las necesidades de la empresa, la que se caracteriza por ser ajena a la conducta o voluntad de las partes, entregándose en la norma del artículo 161 algunas situaciones, no taxativas, que facultan al empleador para invocar la causal. Pero en el caso de autos la carta de aviso no cumple las exigencias de la norma legal ya que ni siquiera detalla algunas de las situaciones contempladas en la ley que ameriten la invocación de la causal ni los hechos que configuran la causal, lo que impide al trabajador y luego al tribunal decidir si los hechos acreditados justifican o no la racionalización que en definitiva causa el despido o si es una decisión arbitraria del empleador. Por otra parte, al ser una causal objetiva y pueda ser invocada es necesaria la concurrencia de ciertos hechos o situaciones que la hagan procedente, no pudiendo depender de la mera voluntad del empleador, debiendo éste acreditar sus presupuestos fácticos. Al no haber indicado aquellos en su comunicación, debe estimarse el despido como improcedente, por lo que solicita así se declare y se condene a la demandada al pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo, más los intereses, reajustes y costas. SEGUNDO: Que, contestando las demandas la denunciada indicó que la demandante ingresó a prestar servicios el 01 de julio de 2008, con una jornada de lunes a viernes de 09:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas, siendo su última remuneración la suma de $122.952 según última liquidación y desde el 29 de abril hasta el 14 de mayo presentó 2 licencias médicas y ante la Inspección del Trabajo reconoció que sus liquidaciones de remuneraciones eran por el mínimo, aduciendo que por necesidad debía firmarlas, lo que estima una contradicción de la demandada. Es falso que haya sido despedida por haber asistido a rendir declaración en el juicio seguido contra su hermana toda vez que se debió a necesidades de la empresa, fundada en la imperiosa racionalización de la misma debido a la actual crisis económica que ha obligado a su parte a realizar ajustes de personal y bajar los costos de la empresa debido a los resultados negativos que ha presentado los últimos meses, medida adoptada en uso de las facultades privativas de la empleadora. No son efectivos los denominados indicios de la lesión indicados por la actora, ya que su puesto de trabajo no ha sido cubierto o reemplazado, descartándose también para el futuro. Tampoco hubo malos tratos ni molestia por las supuestas solicitudes de aumento de sueldo. Agrega que la actora “omite hábilmente” que ella se encontraba con licencia médica al momento de prestar declaración como testigo en el juicio seguido contra su hermana y que su licencia médica señala reposo total. Además, la demandante debía volver a trabajar el 15 de mayo y llegó en la tarde a hacerlo y no a las 09:00 horas como señala su contrato. Por una racionalización de los recursos se hizo insostenible la existencia de una vendedora más en la empresa y ella no mostraba interés en su trabajo por lo que se procedió a desvincularla. Por ello, estima improcedente el pago de las indemnizaciones demandadas, señalando además que no se opone al pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo, pero sobre la base de una remuneración de $122.952 y no la cantidad solicitada. Solicita el rechazo de la demanda, con costas. Respecto de la demanda subsidiaria, reitera los mismos antecedentes de hecho y derecho, estimando la aplicación de la causal ajustada a derecho y debiendo considerarse la indemnización sustitutiva por la suma ya indicada. TERCERO: Que, en la audiencia preparatoria, habiendo fracasado el llamado a conciliación, se estableció que estaban ambas partes de acuerdo en la existencia de relación laboral entre ellas entre el 1° de julio del 2008 y el 15 de mayo del 2009; que la demandante realizaba labores de vendedora de artículos de óptica según contrato de carácter indefinido; con una jornada laboral de 09:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas; una remuneración mensual de la demandante ascendía a la suma $ 159.000 y que para el término de la relación laboral, la demandada invocó la causal del artículo 161 inciso 1° del Código del Trabajo. Por ello, la demandada se allanó al pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo, sobre la base del ingreso mínimo mensual, para los efectos previstos en el articulo 453 N° 1 inciso 8, de manera que se ordena en consecuencia el pago de dicha suma de $ 159.000 en los términos de la norma citada y para los efectos previstos del artículo 462. De esta forma, se fijaron como puntos de prueba los hechos en virtud de los cuales se invocó la causal del artículo 161 inciso 1° por la empleadora; si las labores desarrolladas por la trabajadora fueron realizadas por un nuevo empleado, luego del despido y la efectividad de haber comparecido la demandante como testigo en juicio laboral seguido en contra de la hermana de la primera y, en su caso, fecha de dicha comparecencia. CUARTO: Que, para acreditar sus alegaciones la demandante incorporó en la audiencia de juicio los siguientes antecedentes: 1.-Acta de reclamo efectuado ante la Inspección del Trabajo de La Serena, de fecha 18 de mayo del 2009. 2.- Acta de comparendo de conciliación, ante la Inspección del Trabajo de La Serena, de fecha 28 de mayo del 2009. 3.- Acta de audiencia de fecha 14 de mayo de 2009, del Juzgado de Letras del Trabajo de La Serena. 4.-Confesional de doña Lisbeth Opazo Kook, en representación de la demandada, quien señala que la demandante fue vendedora de su óptica y trabajó desde julio 2008 hasta este año. Sólo realizaba esa función. Se puso término a la relación laboral porque no están bien las ventas, el negocio ha bajado mucho. Agrega que comenzaron a bajar a mediados de marzo, en comparación con marzo del 2008. Ya no tenía con qué pagarle. No la despidió antes porque estaba con licencia médica, en abril, y siempre tenían la esperanza de que las ventas repuntaran. Trabajaban 2 personas; había 2 personas a honorarios. Ahora solamente está ella atendiendo la óptica. 5.- Declaración de doña Maritza Isabel Torres Carvajal y doña Yennifer Blanco Rojas. Señala la primera que es vendedora y conoce a la actora. Son amigas hace 6 años y sabe que trabajó en la óptica cerca de plaza, cerca del Bocaccio. Cuando fue a ver a la actora a su trabajo estaba ella sola, pasaba a buscarla y siempre la veía sola; a veces estaban los dueños; sabe que la despidieron 1 día después de declarar. Hace 2 ó 3 semanas pasó por ahí y había una persona detrás del mostrador pero no era la dueña. No sabe si estaba trabajando, sólo estaba detrás del mostrador. Señala la segunda que es medio hermana de la demandante y trabajó en la óptica, en Prat 477, La Serena, en noviembre del 2007 y diciembre del 2008. Cuando su hermana trabajaba estaba ella, el técnico, la señora Lisbeth y un señor. Sabe que la despidieron después de su juicio ya que la actora la llamó contándole que el despido era por haber testificado. Sabe que trabajó una señorita Lily. Por lo que se veía estaban bien. Lily estaba sin contrato, lo sabe porque conversó con ella. 6.- Oficio a la Inspección del Trabajo de La Serena, la que remitió a este tribunal los antecedentes que tenía respecto de otras denuncias o reclamos de otros trabajadores del local, seguidos en contra de la empresa demandada. QUINTO: Que la denunciada, por su parte, incorporó la siguiente prueba: 1.-Certificado del contador Claudio Barahona Duarte, que acredita que él realizó los balances. 2.- Certificado de declaración de renta, año tributario 2009. 3. Declaración de los testigos don Claudio Barahona Duarte, don Daniel Cortés Donoso y don Luis Rodríguez Rideaux. El señor Barahona declara que es contador de la empresa Murano, Burano, la que no pasa por un buen momento. Ello porque tienen un IVA pendiente de pago; las imposiciones se declararan y se pagan a fin de mes y no dentro de los 10 días; los gastos se “la están comiendo”. El siempre les ha dicho que no es un buen negocio. Pese a ser EIRL no está obligada a llevar contabilidad, por lo que él no realiza gestiones ante el SII, sino que los hace ella personalmente. Han tenido visitas del SII porque les cuestionan los remanentes. Afirma que están mal desde hace unos 6 ó 7 meses. No se ha contratado a nadie. Señala que la óptica actualmente está funcionando. Se pagaban sólo las imposiciones de Lisbeth y Xenda El testigos señor Cortés explica que es pareja de Lisbeth Opazo y le ha comentado la situación económica de su local, que tiene problemas económicos desde hace 8 a 10 meses. El testigo señor Rodríguez señala que sólo ha visto a Lisbeth trabajando en la óptica y él va a veces 2 veces en la semana o cada 10 días 4.-Oficio del Servicio de Impuestos Internos de esta ciudad, el que no remitió antecedente alguno por la reserva legal que debe guardar ese servicio. SEXTO: Que el tribunal, por su parte, ordenó a la demandada la exhibición del Libro de Asistencia, diligencia cumplida en la audiencia de juicio y los Libros de remuneraciones, de la que se prescindió por tratarse de una EIRL, que no tiene obligación legal de llevar dichos antecedentes. SÉPTIMO: Que, las normas contenidas en los artículos 485 y siguientes del Código del Trabajo regulan el procedimiento de tutela laboral, el que se aplica respecto de las cuestiones suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales, que afecten los derechos fundamentales de los trabajadores, entendiéndose por tales: a) Los que se enumeran taxativamente en la citada disposición, en relación con lo previsto en el artículo 19 de la Constitución Política de la República, incluida la no discriminación, en relación con el artículo 2° del cuerpo legal citado; b) El derecho a no ser objeto de represalias laborales, o garantía de indemnidad, cuyo fundamento es la garantía constitucional de la tutela judicial efectiva, prevista en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos y en el artículo 5 del Convenio N°158 de la OIT sobre terminación del contrato de trabajo, cuyo sentido se encuentra en obtener el trabajador del órgano jurisdiccional un amparo real del derecho del Trabajo. La citada norma indica textualmente “…En igual sentido se entenderán las represalias ejercidas en contra de trabajadores, en razón o como consecuencia de la labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo o por el ejercicio de acciones judiciales.” Cabe señalar que la norma transcrita es lo suficientemente clara en su redacción de manera que, a juicio de esta sentenciadora, no cabe duda alguna de que es además “lo suficientemente amplia” para que se entienda que esta garantía protege no sólo al trabajador que recurre ante la autoridad administrativa o al órgano jurisdiccional en defensa de sus propios derechos, sino también y como en el caso de marras, cuando lo hace en calidad de testigo de otro trabajador o en defensa de derechos de otros trabajadores, sea o no representante de ellos. La norma establece que se sancionan las represalias en contra de trabajadores “por el ejercicio de acciones judiciales”, cuidándose el legislador de señalar que se sancionan aquéllas por el ejercicio por el trabajador de “sus propias” acciones judiciales. De otra forma se desnaturalizaría gravemente la institución. Ello resulta suficiente para estimar que los hechos denunciados por la actora, de establecerse su efectividad, se encuentran amparados por este procedimiento especial. A mayor abundamiento, resulta razonable lo expuesto por la actora, en cuanto a que debe considerarse el proceso (debe entenderse la referencia hecha al procedimiento) como una serie de actos que se inician con la interposición de la demanda y terminan con la dictación de la sentencia , en actos sucesivos amparados por el artículo 19 N°3 de la Constitución, considerando para ello que el artículo 454 N°4 del Código del Trabajo garantiza a los testigos que su presencia en los tribunales no les ocasionará consecuencias jurídicas adversas bajo circunstancia alguna. Para el caso de marras, alega la actora que su despido, ocurrido el día 15 de mayo del año en curso, no es sino una represalia del empleador por haber declarado como testigo en la causa caratulada “Blanco con Lisbeth Verónica Opazo Kook”, Rit M-197-2009 , de este tribunal. Cabe hacer presente que, de acuerdo con lo que ha señalado la doctrina, la garantía de indemnidad está construida como una regla y no como un principio, de manera que no debe ponderarse ni balancearse con otros derechos. OCTAVO: Que, previo al análisis de la causa, se debe tener presente que una de las más importantes innovaciones del procedimiento de tutela es la incorporación de la norma del artículo 493 del Código del Trabajo, que establece que “Cuando de los antecedentes aportados por la parte denunciante resulten indicios suficientes de que se ha producido la vulneración de derechos fundamentales, corresponderá al denunciado explicar los fundamentos de las medidas adoptadas y de su proporcionalidad”. Al respecto se ha señalado que esta denominada “técnica de los indicios” que contempla el nuevo procedimiento laboral tiene su fundamento en que generalmente las conductas lesivas de derechos fundamentales suelen encubrirse con conductas aparentemente lícitas, y en la dificultad del trabajador, especialmente una vez terminado el contrato de trabajo, de acceder a la prueba necesaria, que generalmente se encuentra al interior de la empresa. De acuerdo con la norma citada, corresponde pues a la trabajadora acreditar en esta causa los indicios suficientes de que su despido obedece a una represalia del empleador con ocasión de su participación como testigo en la indicada causa, alegando que constituyen indicios suficientes los malos tratos recibidos desde la renuncia del técnico del local comercial, exigiéndosele realizar funciones adicionales a las contempladas en su contrato de trabajo; las molestias de su ex empleador ante las solicitudes de aumento de sueldo ante el incremento de la carga de trabajo y que la presentación ante el tribunal fue el día 14 de mayo del año en curso por lo que existió coetaneidad con su despido, ocurrido un día después. De acuerdo con lo previsto en el artículo 493, la carga de la demandante es establecer la efectividad de los indicios que invoca de manera de generar en esta sentenciadora la sospecha razonable de que se ha producido la conducta lesiva. De ellos, la actora sólo ha podido establecer que participó como testigos en la causa Rit M-197-2009 de este tribunal, en audiencia única en procedimiento monitorio realizada el día 14 de mayo pasado. Así consta de la copia del acta respectiva, de la que se lee que por sentencia dictada en ella se condenó a la empleadora, demandada también en estos autos, a pagar a la “medio hermana” de la denunciante de tutela diversas prestaciones laborales. También está establecido en estos autos, tanto de las convenciones como de la prueba rendida, que el despido se produjo el día 15 de mayo pasado, esto es, al día siguiente de la participación de la actora en la audiencia respectiva y al reincorporarse a su trabajo, luego de permanecer con licencias médicas entre el 29 de abril y el 14 de mayo, según consta de las copias del Libro de Asistencia. Claramente pues, se ha acreditado el indicio de la correlación temporal entre la participación de la actora en el juicio y su despido. No obstante de tratarse del único indicio establecido en la causa, estima esta juez que se encuentra revestido de la gravedad necesaria para estimar que el despido de la trabajadora pudo deberse a una represalia de su empleador, a menos que la prueba rendida por ésta sea suficiente para justificar su decisión. NOVENO: Que, habiéndose concluido que la correlación temporal entre la participación en el juicio y el despido es un indicio suficiente, la demandada debía establecer con su actividad probatoria que aquél obedeció a motivos razonables. Para ello incorporó un certificado de su contador de que realizó los balances y otro del Servicio de Impuestos Internos de haberse realizado la declaración de impuestos a la Renta del Año Tributario 2009, que corresponde al año comercial 2008, solicitándose una devolución de impuesto pagados. Declararon además el contador de la empresa, la pareja de la representante de la demandada y un conocido de ésta, antecedentes completamente insuficientes, a juicio de este tribunal, para establecer los motivos razonables de su decisión. Los antecedentes por sí mismo nada acreditan, no pueden ser cotejados con los de años anteriores o las ventas reales de la empresa, ya que aunque liberada de la obligación de llevar contabilidad completa, no lo está de otorgar boletas o realizar compras mediante facturas, siendo insuficiente lo expresado por el contador desde que él estima que se trata de “un mal negocio” y no de una situación puntual, objetiva e insuperable de mal desempeño económico de ella. Tampoco resultan idóneos los testigos, que sólo realizan apreciaciones de los hechos cuando es posible que ellos se establezcan por medios más precisos y fidedignos, teniendo especialmente en consideración la gravedad de la imputación contenida en una acción de tutela laboral. Por otra parte, el hecho de que los testigos y la propia demandada afirmen que la crisis económica que la afecta data de alrededor de unos 7 a 8 meses no explica que la decisión se tomara justamente al volver la trabajadora a sus labores y no antes, considerando que la licencia alegada sólo fue presentada a fines de abril. Pero, aun de estimarse que por tratarse de una empresa pequeña, que sufre con mayor fuerza los embates de una crisis como la enfrentada por la economía nacional en los últimos meses (lo que igualmente podría discutirse a la luz de la elasticidad de los productos de primera necesidad que vende, como son los lentes ópticos) y aceptáramos que se ha justificado que el despido obedeció realmente a la causal de necesidades de la empresa, estima esta juez que claramente se trataría de un despido pluricausal, en el que concurren como causales para el término del contrato de la actora una legal de término de contrato acreditada (las necesidades de la empresa) junto con un causa inconstitucional, desde que vulnera la tutela judicial efectiva, sin que se haya justificado por el empleador la no lesividad de esta última. En consecuencia, de acuerdo con lo razonado y la prueba rendida, valorada de acuerdo con las reglas de la sana crítica, no cabe sino acoger la demanda de despido vulneratorio de garantías constitucionales condenándose a la demandada al pago de las indemnización que se señalarán, teniendo presente el allanamiento producido en la audiencia preparatoria, misma razón por lo que no resulta procedente pronunciarse acerca de la demanda subsidiaria por despido injustificado interpuesta. Por estas consideraciones y lo dispuesto en las normas legales ya citadas y artículos 7, 10, 160, 162, 168, 456, 457, 458, 459, 485, 489, 491 y 495 del Código del Trabajo y artículo 19 de la Constitución Política de la República se resuelve que: I. SE ACOGE la demanda de tutela de garantías fundamentales, declarándose el despido de la actora vulneratorio de la garantía de indemnidad y, en consecuencia, se condena a la demandada al pago de la suma de $1.272.000.(un millón doscientos setenta y dos mil pesos) por concepto de la indemnización prevista en el inciso tercero del artículo 489 del citado cuerpo legal (8 remuneraciones sobre la base del ingreso mínimo declarado en la audiencia preparatoria); II. Que la suma ordenada pagar se reajustarán de acuerdo con lo previsto en el artículo 173 del Código del Trabajo; III. Que, no habiendo sido totalmente vencida, NO se condena a la demandada al pago de las costas de la causa Téngase a las partes por notificadas en esta fecha, regístrese y oportunamente archívese. RIT T-13-2009 RUC 09- 4-0015972-3 Proveyó don(a) XIMENA CAROLINA LÓPEZ AVARIA, Juez Titular del Juzgado de Letras del Trabajo de La Serena. En La Serena a catorce de octubre de dos mil nueve, se notificó por el estado diario la resolución precedente.